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Coronavirus: educación pública tiene el desafío de recuperar clases por suspensión

Por: Ana Lucía Ola.

 

La suspensión de clases por el estado de calamidad debido al covid-19 llevó a establecimientos educativos a usar plataformas digitales para acercarse a sus estudiantes y continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje, María Ester Ortega, consultora y exviceministra de Calidad Educativa, habla de aspectos que los docentes deben tomar en cuenta al momento de impartir las clases virtuales y de cómo los estudiantes pueden aprovechar esa conexión para continuar con el aprendizaje en tiempos de coronavirus.

¿Cómo afectará el curso escolar esta suspensión de clases por el coronavirus, dado que son 21 días que los estudiantes estarán lejos de las aulas?

En la mayoría de los colegios privados que usan las plataformas digitales para continuar impartiendo clases, la suspensión afectará en forma mínima, especialmente en los casos en que los docentes se conectan en sus períodos de clase y se imparten a través de programas donde él está visible en la pantalla, explica y expone contenidos, y los alumnos comparten respuestas, hacen preguntas y virtualmente tienen los mismos o similares resultados que con las clases presenciales.

La diferencia se da en aquellos establecimientos, especialmente los del sector público, en donde se limitan a dar guías de estudio o trabajo, pero no hay interacción. En este caso, en primer lugar, ya se perdió aproximadamente 10 días para que estas guías estuvieran disponibles por parte del Mineduc y depende de la responsabilidad de los estudiantes y de sus padres, la cantidad de tiempo que le dedicarán para que su aprendizaje continúe. En los establecimientos privados con esta modalidad, se presenta el mismo desafío.

En aquellos establecimientos del área rural, el nivel primario y preprimario está probablemente alejado de la posibilidad de accesar a las guías que se han puesto a disposición y el proceso de aprendizaje se verá suspendido por este tiempo.

En este caso, mi sugerencia es que los docentes que no están impartiendo clases desde ningún medio, tomen este tiempo como vacaciones adelantadas y que el ciclo escolar de los establecimientos se prolongue durante el mes de noviembre, para suplir las actividades de enseñanza- aprendizaje que no se están practicando ahora. De hecho, el ciclo escolar puede cambiar en definitiva, comenzando en febrero y terminando en noviembre para que el estudiante pueda tener sus 180 días de clases efectivos, como mínimo.

Las plataformas digitales son el instrumento que muchos establecimientos educativos están utilizado para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes. ¿Cómo se puede sacar el mayor provecho pedagógico a esta herramienta?

Para que los docentes puedan guiar o impartir clases adecuadamente a los estudiantes, a través de estas plataformas, es necesario que reciban capacitaciones y que los coordinadores o supervisores correspondientes revisen las grabaciones de las clases y corrijan errores o presten la ayuda cada docente necesite.

Lo mismo se aplica a los estudiantes, el docente debe estar pendiente de aquellos que aún no saben cómo “subir” o enviar un trabajo para presentarlo, o trabajar en grupos o responder pruebas en línea, para que el proceso no se vea afectado por la falta de conocimiento de las plataformas, en ambas partes.

A partir de esta práctica correcta, el límite es la creatividad de cada docente para que las clases sean el medio para que cada estudiante desarrolle las competencias planificadas y aproveche los recursos que presenta Internet, haciendo investigaciones, participando en foros, debates o chats de discusión que podrán continuar aun cuando las clases se reanuden.

Tanto estudiantes como profesores están en un proceso de adaptación a este modo de enseñanza a distancia, al que no estaban acostumbrados. ¿Qué aspectos se deben tomar en cuenta para que el poco tiempo que pasan conectados sea provechoso?

Los docentes deben tener previamente cargados los documentos que presentarán para discusión y análisis, de manera que no pierda tiempo en hacerlo cuando ya los estudiantes están conectados.

Preparar presentaciones para que las ideas principales se puedan leer y planificar actividades en las que se compartan los temas, mensajes (valores) que dejan las lecturas, se resuelvan problemas del área de Matemáticas o de Estudios Sociales, se presenten imágenes que aclaren dudas en Biología o Ciencias Naturales, y que faciliten el aprendizaje visual. También deberá dar oportunidad a la participación de los estudiantes, en igual forma como lo hace en las clases presenciales.

No hará exámenes en estas sesiones, sino los dejará en línea para que los estudiantes los contesten en su tiempo libre, con todos los elementos y las restricciones necesarias para que demuestre su conocimiento y dominio del tema en todos los niveles: literal, analítico, inferencial y crítico.

Dado que el estudiante no tiene una interacción directa con el maestro, que le da únicamente los lineamientos para continuar con el aprendizaje sin tutoría el resto del día. ¿Cómo lograr que el estudiante sea autodidacta, algo no se ha inculcado del todo en ellos?

En el caso que no se tenga un programa digital donde sí se da la interacción directa, las guías de estudio deben ser lo suficientemente precisas para presentar explicaciones que no se limiten a: “lea y conteste las preguntas”, por ejemplo. Las guías deben aclarar posibles dudas, llevar de actividades elementales a las más complejas, con las explicaciones necesarias para que puedan realizarlas sin problema. Además, deben presentar recursos para que puedan comunicarse con la o el docente y solicitar aclaraciones.

Una buena clase presencial o no, siempre da la oportunidad del autoaprendizaje, lo cual fomenta la responsabilidad y la toma de decisiones que es importante en el proceso educativo.

En este método a distancia, ¿basta con asignar a los estudiantes más tareas de las que se solían dejar cuando los cursos se impartían de manera presencial? ¿Cómo debería ser la asignación de tareas?

Si están recibiendo clases directas a través de las plataformas o desarrollando guías de estudio, no es necesario dejar tareas adicionales, con excepción de lecturas a las cuales se les debe asignar tiempo suficiente, ya que los estudiantes tienen derecho a un tiempo de descanso que dediquen a practicar deporte, hobbies, actividades familiares, etc.

¿Qué tan involucrados deben estar los padres en este proceso de enseñanza a distancia?

En el nivel preprimario, donde algunos establecimientos están trabajando a través de las plataformas digitales, los padres de familia son esenciales para prácticamente “dar las clases” a sus hijos e hijas.

En los primeros años de primaria los estudiantes necesitan la guía de los padres para conectarse y seguir las clases o para desarrollar las guías que les envían. Esto se va haciendo progresivamente innecesario conforme el estudiante adquiere confianza y conocimiento sobre la plataforma digital y puede hacerlo por sí mismo después de un tiempo, que varía de un estudiante a otro.

A partir de tercero o cuarto primaria en adelante, secundaria y nivel superior (universidad) los padres solo tienen que recordarles a sus hijos que deben conectarse y asegurar que están trabajando lo que corresponde.  Hay muchos alumnos muy independientes y responsables que no necesitan este recordatorio.

¿Podría mencionar algunos consejos para optimizar estas herramientas digitales en el proceso enseñanza-aprendizaje, en este momento de suspensión de clases?

Se sugiere ser puntuales al conectarse; recordar a los estudiantes (y a los padres de familia) el horario por medio de whatsapp o en correo personal; retroalimentar lo antes posible a los estudiantes en sus trabajos presentados, esto no solo asegura el aprendizaje sino motiva a los alumnos; dar seguimiento personal a los estudiantes que necesitan más tiempo o más explicaciones para completar sus trabajos, como lo haría presencialmente; mostrar una actitud sonriente y relajada, feliz de estar en contacto con sus estudiantes y sin mencionar la crisis, de manera que el tiempo de interacción sea agradable e invite a los estudiantes a seguir conectándose y cumpliendo con sus tareas.

¿Será suficiente el utilizar estas plataformas en línea para que los estudiantes logren las competencias y conocimientos que se logran con una atención presencial de los docentes? ¿Cómo se recuperarán las deficiencias pueda haber en este proceso?

Si el programa es de clases impartidas a través de la plataforma digital, no se notará la diferencia con una clase presencial, ni siquiera en la parte del aprendizaje en la convivencia social, porque permite el intercambio de ideas y el debate analítico.

En el caso de las guías, en donde el estudiante debe decidir a qué hora las va a trabajar y cómo, si estas guías están correctamente desarrolladas y el alumno sigue fielmente las instrucciones, el desarrollo de las competencias se dará sin problema. La única parte que se tendrá que fortalecer posteriormente es la práctica de valores a través de la convivencia social.

Fuente de la entrevista: https://www.prensalibre.com/guatemala/comunitario/coronavirus-educacion-publica-tiene-el-desafio-de-recuperar-clases-por-suspension/
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«Necesitamos un grado de confianza mínimo en la ciencia»

«Necesitamos un grado de confianza mínimo en la ciencia»

Entrevista a Alfredo Caro Maldonado sobre el COVID-19

Por Salvador López Arnal

“Necesitamos un grado de confianza mínimo en la ciencia, por más problemas que esta tenga en su práctica. Lo contrario es la sinrazón y el caos”

Alfredo Caro Maldonado es biólogo con máster y curso de doctorado en inmunología. Es doctorado en muerte celular, postdoctoral en Inmunología y metabolismo y con segundo postdoctoral en cáncer. Desde hace algo más de tres años lleva la plataforma de divulgación científica Ciencia mundana.

Fechemos la entrevista si te parece, 24 de marzo. ¿Qué es un virus? ¿Por qué son tan peligrosos para nosotros, los seres humanos?

Un virus es una entidad biológica que está entre lo vivo y lo inerte. Más complejo que un prión pero mucho más “simple” que una bacteria. No se pueden replicar de manera autónoma, necesitan de la infección, del secuestro de una célula (sea bacteria o célula eucariota) para poder multiplicarse.

Son peligrosos porque cuando infectan una célula generalmente la terminan matando, y a menudo el virus tiene una eficiencia tan alta en saltarse el sistema inmune y en transmitirse que puede ser muy letal. Pero cuanto más letal es un virus menos se expande. Con el tiempo, la mayoría de los virus se adaptan a ser menos letales, aquellas variantes más letales se transmitirán peor seleccionándose negativamente.

Por otro lado, los virus son fuente de variabilidad y motor de la evolución. Así que también estamos aquí por “ellos”.

¿Qué características singulares tiene el nuevo virus? ¿Es un “virus chino” como a veces se ha afirmado? ¿Más peligroso que otros?

Pues una de sus particularidades es precisamente su novedad, o sea, que nuestro sistema inmune no se ha enfrentado antes con él. Es un virus zoonótico, proviene de un animal, y como no ha estado en contacto con el ser humano nuestro sistema inmunológico está poco adaptado, y por otro lado tiene un par de mutaciones o variantes que lo hacen más infectivo que sus predecesores.

Los virus no entienden de nacionalidades ni de fronteras, como estamos viendo. Los nuevos virus vendrán de zonas con naturaleza salvaje, algo que no existe en Europa, por ejemplo.

¿Cómo deberíamos llamarle hablando propiamente? ¿Coronavirus, COVID 19, SARS COV-2?

Lo han bautizado SARS-CoV-2 (aunque también lo he visto en artículos científicos como hCoV-19). Pero en todos lados se le conoce como Covid-19.

¿Cuál es su origen? Algunos analistas de izquierda han hablado de un virus artificial ideado-construido en agencias imperiales con el objetivo de atacar y doblegar a China. ¿Tienen algún fundamento estas afirmaciones?

Claramente procede de animales, no está claro aún si de murciélagos o del pangolín. Ambos tienen coronavirus con mucha analogía en su secuencia genética. Pero falta un eslabón perdido, un animal más cercano tanto desde el punto de vista biológico como, digamos, sociológico, que esté en contacto con el ser humano.

El gran filósofo Santiago Alba Rico ha escrito un texto magnífico [1] donde reflexiona sobre la necesidad del ser humano de buscar explicaciones “humanas” a hechos naturales para luchar contra sus miedos atávicos, o para negar que no puede controlar la naturaleza. En mi opinión, en la situación de crisis sistémica en la que estamos, fomentar o divulgar ese tipo de complots atenta contra las libertades. Necesitamos un grado de confianza mínimo en la ciencia, por más problemas que esta tenga en su práctica, porque lo contrario es la sinrazón y el caos.

Hace poco se publicó una revisión en Nature Medicine [2] donde se sintetizan las distintas pruebas que existen y que demuestran el origen natural de este virus.

¿Es posible una síntesis de ese trabajo?

Muy sintetizado: 1) La “columna vertebral” genética del virus no se parece en nada a los que se utilizan en el laboratorio. 2) La mutación que permite al virus unirse y penetrar la célula es impredecible por ordenador. De hecho, la estructura “inteligente”, diseñada por bioinformática, es mucho más efectiva. Solo el azar está detrás de esta estructura, y la selección natural. 3) Otra mutación permite al virus incorporar unos glicanos, unos azúcares complejos, que lo ocultan parcialmente del sistema inmune. Esta estructura tampoco puede venir de un diseño humano. Pero está más y mejor desarrollado en este artículo: “¿COVID-19 se originó en laboratorio?”

https://rebelion.org/covid-19-se-origino-en-laboratorio

Gracias. ¿No nos han afectado muchos virus estas últimas décadas? ¿Representa una novedad esto que señalo?

Parece que sí. En las últimas décadas, en las regiones menos industrializadas se han dado cambios profundos en la agricultura, que se ha hecho intensiva. En África los planes de ajuste estructural, y en Asia el “desarrollo” han desplazado a las comunidades rurales hacia el bosque o la selva. Para que un virus se “humanice” se tiene que dar un contacto, un intercambio, constante y frecuente.

Por otro lado estaría el transporte. Millones de personas se desplazan local o internacionalmente a diario, algo que no pasaba hace apenas 20 años.

¿Existen posibilidades reales, como a veces se afirma, de una vacuna (inmediata, en muy pocos meses, 8, 9 meses) que nos libre de “este mal” de una vez por todas (como algunos sostienen)?

Lo que es la vacuna en sí, su fórmula, no tardará en desarrollarseSe llevan décadas detrás de dos tipos de vacunas para los coronavirus, la clásica, a partir de generar inmunidad frente a proteínas de la superficie del virus; y otra más novedosa que aún tiene que ponerse en práctica que es una vacuna de DNA/RNA. En definitiva será más de una, más de un tipo y origen seguramente. Pero una vez tengamos la fórmula, se tienen que resolver varios inconvenientes.

¿Cuáles?

Su efectividad y seguridad. La vacuna es un medicamento biológico -cada una es única- que tiene que montar una respuesta inmune lo suficientemente fuerte como para generar memoria, pero no tanto como para que genere el síntoma o efectos secundarios. Existen situaciones donde la vacuna al interaccionar con otro antígeno similar genera una fuerte inflamación. Esto requiere que se sigan las distintas fases de los ensayos clínicos: efectividad y seguridad. Ya tenemos ejemplos de vacunas ineficientes que dan mucho dinero pero poca protección.

Por otro lado, está su distribución y precio. Una vacuna no sirve si no se pone. ¿Cuánto va a costar? ¿Quién la va a producir? ¿En qué regiones se va a distribuir? Lo que no puede pasar es como con el sarampión: la vacuna no llega a África y mueren miles de personas.

Se han alzado diversas voces críticas contra el papel que juegan las grandes farmacéuticas en la salud mundial. Concretando en nuestro tema, ¿cuáles son esas críticas? ¿No investigan estos asuntos porque no son rentables para sus cuentas?

Entre la academia y la sociedad en general existe un dogma que da por hecho que las farmacéuticas son las que tienen que desarrollar, y sobre todo fabricar y distribuir, los medicamentos. Pero no tiene por qué ser así. Y la crisis sanitaria actual nos demuestra que no tendría que ser así. Lo sanitario no es solo los medicamentos, sino todo lo necesario para que un hospital funcione: que haya suficientes medios para el  diagnóstico y de manera importante que existan medios y formación suficientes para la protección del personal sanitario, el más expuesto al contagio.

Las críticas que me vienen a la cabeza son las que se refieren a que las farmacéuticas no invierten en aquellos productos que no dan beneficios a corto plazo, y que después del SARS del 2002 no se ha vuelto a invertir para desarrollar medicamentos o vacunas. Sin embargo, no comparto estas críticas.

¿Por qué?

Los coronavirus se conocen muy bien, el SARS-CoV-2 se ha secuenciado muy rápidamente por muchos grupos independientes. Se ha cristalizado, y conocemos su estructura tridimensional. Enseguida se han comenzado a probar antivirales de otras enfermedades como el VIH. Hay decenas de ensayos en marcha. Pero no podemos hacer ensayos clínicos de enfermedades que no existen.

Cuando más conozco a la farma-industria por dentro, menos de acuerdo estoy con esas teorías. Sí invierten en malaria, en dengue, chagas, tuberculosis, etc. Estoy casi seguro de que las farmacéuticas emplazadas en España inviertan más en investigar una cura contra la malaria que todos los laboratorios de parasitología juntos.

El problema de esas enfermedades -me atrevería a decir en la mayoría de los casos- es de justicia social y distribución de recursos, no de vacunas o terapias. Aunque no quiero decir con esto que no sean necesarias.

Lo hecho en estos últimos años en investigación (tú estás directamente implicado) y en salud pública, hablo de España concretamente, ¿no nos está pasando factura? Algunas personas  aseguran que si la política sanitaria de esos años hubiera sido otra y hubiera puesto mayor énfasis en lo público, nos habría cogido en una situación mejor, con más medios (camas, materiales), con más capacidad de resistencia. ¿Es un prejuicio, es un ideologema lo que acabo de afirmar, o tiene algún fundamento? ¿Habrá pasado lo mismo en cualquier circunstancia?

Existe una correlación directa entre la mortalidad en esta epidemia y el número de camas disponibles por habitante. Así que sí. Una de las razones de las diferencias entre la mortalidad de Alemania e Italia es el número de camas. He dicho una, hay más.

¿Cuáles? ¿Los medios para la investigación por ejemplo?

La cuestión de la investigación es un tema más complejo. No veo cómo más inversión iba a prevenir esta epidemia. El CRG de Barcelona está hoy donando kits de diagnóstico al Hospital del Mar, ¡hoy! Los Ministerios de Sanidad y Ciencia deberían estar coordinados para que los investigadores en biomedicina y sus infraestructuras pudieran ser utilizadas a nivel sanitario. Sin improvisación ni voluntarismos.

Así que no, no habría pasado lo mismo en cualquier circunstancia. Han pasado un par de semanas donde las únicas medidas (seguro que necesarias) han sido coercitivas, mientras los hospitales se quedaban sin materiales y se decidía no diagnosticar masivamente en contra de la opinión de la OMS.

Desde un punto de vista, quizás demasiado “filosófico”, ¿lo que está sucediendo no demuestra nuestra fragilidad? ¡Un virus, un solo virus, paraliza, atemoriza y pone patas arriba a toda la humanidad! ¿Lo que está sucediendo no es indicio también de nuestros límites  y también de nuestros excesos, de que priorizamos en demasía la producción por la producción, la economía del capital en el puesto de mando, el “siempre adelante” sea como sea?

Somos frágiles como especie, sí. ¿Es el virus el que paraliza… o un virus en un sistema ya renqueante? China no es ni de lejos mi sistema ideal, pero su capacidad para poner en cuarentena a millones de personas (garantizando comida y servicios), paralizar la producción, movilizar a miles de médicos, hospitales, diagnóstico, etc. y lo que vamos a ver en las próximas semanas en EEUU o UK, o estamos viendo en Italia, demuestran que el neoliberalismo está contra la vida. Como vienen indicando compañeras, el ecofeminismo también es una salida al covid-19.

¿Quieres añadir algo más? Por mi parte una sugerencia que sé que es casi un abuso: ¿te importaría que conversáramos semanalmente mientras dure la situación que estamos viviendo?

Pido a los lectores que no consuman ni distribuyan bulos o desinformación. Que sean pacientes, que la información es un derecho, pero no todo el mundo puede saber de todo. Conocer el nombre del receptor por el que entra el virus no te hace entender la biología de una infección.

Necesitamos recuperar la confianza, prudente y crítica, en los profesionales (ya sea sanitarios o científicos) porque no dejaré de insistir en que la democracia se deshace por los bits de las cadenas virales de WhatsApp.

Sigamos hablando de ello, es importante.

Notas

1) https://rebelion.org/apologia-del-contagio/

2) https://www.nature.com/articles/s41591-020-0820-9

Fuente de la Información: https://rebelion.org/necesitamos-un-grado-de-confianza-minimo-en-la-ciencia/

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Entrevista a David Bueno: “Lo primero será cargarse de ánimos; y si el curso no se termina, no pasa nada”

Cuando acabe el confinamiento habría que hacer un homenaje a todos los colectivos profesionales que se están poniendo en riesgo por el resto de la sociedad, dice David Bueno, pero mientras tanto nos tenemos que cuidar manteniendo una rutina que sea ilusionante, para salir lo menos tocados posible de esta experiencia.

Los medios de la Fundación Periodismo Plural (Diario de la Educación, Diari de l’Educació, Catalunya Plural, Diari de la Sanitat, Diari del Treball, Revista XQ) iniciamos una serie de entrevistas con personalidades de perfil muy diverso que nos pueden ayudar a entender dónde estamos ahora mismo pero, sobre todo, a pensar en el día después del coronavirus. Empezamos con David Bueno, doctor en Biología, profesor de genética en la Universidad de Barcelona y, sobre todo, conocido por su tarea divulgadora en el ámbito de la neuroeducación. Con él hablamos el jueves 19. Sería un error, nos advierte, que cuando todo esto acabe el mensaje que reciban los niños sea que hemos perdido un mes de clases y que las tenemos que recuperar a toda prisa.

¿Cómo ve todo lo que está ocurriendo?

En lo relativo al ámbito médico, esta epidemia se está comportando como una epidemia clásica. Conste que no soy epidemiólogo ni virólogo, pero tengo muchos conocidos que lo son y todos coinciden que tiene este comportamiento clásico: una primera fase de poco crecimiento en el que todo el mundo piensa que nos escaparemos, una segunda fase de crecimiento exponencial, que es en la que estamos ahora, después se llega a un equilibrio y poco a poco empieza a bajar. Y la única diferencia que puede haber es cuánto rato dura todo este proceso, pero no dura nunca menos de un mes.

¿Quiere decir que menos de un mes encerrados en casa lo ve imposible?

Imposible. De hecho, en la Facultad de Biología todos tenemos muy claro que como mínimo hasta el 14 de abril no volvemos. El confinamiento empezó el 13 de marzo. Un mes es lo mínimo, y a partir de aquí puede durar algo más, ya veremos (el Gobierno ya ha anunciado su intención de alargar el estado de alarma hasta el 11 de abril).

Será una epidemia clásica, pero nunca antes habíamos estado confinados…

Se comporta igual que cualquier epidemia, pero lo que vemos es que este virus es más infeccioso que la gripe a la que estamos acostumbrados cada año. Y el número de casos graves, en porcentaje, es superior al de la mayor parte de gripes convencionales, porque cada año la gripe es un mundo. Lo que ha hecho saltar las alarmas es que es un virus completamente nuevo y por eso no hay ningún tipo de vacuna disponible. Cuando llega la gripe siempre hay una vacuna, que no siempre funciona, aunque normalmente se acierta. El hecho de que este año no haya ninguna hace que las personas que pertenecen a los grupos de riesgo lo pasen mal. Y el confinamiento tiene como objetivo reducir el número de casos graves para que no se llenen los hospitales. La mayor parte pasaríamos esta neumonía como una dolencia que te hace estar incómodo porque no respiras bien, tienes fiebre y dolor de cabeza, pero no pasaría de ser como una gripe fuerte. El problema es que, sin vacuna, el número de personas con afecciones graves es más alto que con la gripe convencional y esto puede acabar colapsando, como ya está pasando, la sanidad pública. Se necesita este confinamiento para que el sistema sanitario no entre en quiebra.

¿Saldremos mentalmente tocados de tanto tiempo encerrados a casa? ¿Cómo nos preparamos para esto?

Saldremos tocados, eso seguro, porque no es fácil romper la rutina de este modo y entrar en otra diferente. La mejor manera de salir lo menos tocados posible es mantenernos activos. Es conservar una rutina, que no tiene que ser necesariamente la misma de antes. Yo, por ejemplo, antes me despertaba a las seis y media y ahora lo hago a las ocho. Ahora bien, me levanto, desayuno, y me pongo a trabajar. O dando clases online con los alumnos, o preparando artículos que tenía pendientes… es decir, me voy sacando trabajo de encima. Y trabajo hasta el mediodía, cuando voy a preparar la comida. Es importante marcarse una rutina. Y si no es con trabajo, porque quizás hay gente que no puede hacer teletrabajo estando en casa, tiene que ser de otro tipo. Hago un poco de gimnasia, preparo recetas de cocina que no he hecho nunca… La rutina no puede ser pasarse todo el día apalancado mirando la tele.

Con niños es más difícil. Tienes que tener tu rutina y conseguir que ellos tengan la suya…

Es lo mismo, es montar una rutina con los hijos. No hay que despertarse a las siete para ir a la escuela, nos podemos despertar a las nueve, y desayunamos tranquilamente. Si antes el desayuno lo teníamos que hacer en 10 minutos, ahora nos sentamos a la mesa y desayunamos tranquilos, dependiendo también de los trabajos que tengan el padre o la madre, y entonces podemos hacer un poco de deberes, o miramos un programa divulgativo en la tele. Ahora bien, mirar este programa no consiste en apalancar a los niños ante la tele, sino que uno de los adultos de la casa se tiene que sentar con ellos para mirarlo, para que ellos valoren que aquello es un momento importante del día. Y después dibujamos o hacemos lo que sea, cada familia tiene que saber cómo son sus hijos. Pero lo importante es mantener esta rutina, porque libera el cerebro de estar pensando constantemente qué haremos. El hecho de estar pensando constantemente qué haremos a algunas personas les activa mucho –yo sería una de ellas–, pero hay otras a las que les condiciona mucho hacia un pesimismo. Y pueden entrar en aquellos bucles de repetirse a uno mismo que llevamos seis días encerrados, que no sé qué hacer, etc. Tiene que ser una rutina alentadora, no puede ser un palo. Tiene que generar momentos agradables, que esperas, y que te mantienen en esta alegría interna que se vincula con el optimismo, así será más fácil soportar estos 30 días o más que estaremos confinados.

¿Algún mensaje especial para los pequeños que no pueden seguir un programa divulgativo?

Lo mismo. Se trata de mantener una rutina con ellos. Es evidente que no podrás tener largas conversaciones de sobremesa, pero puedes hacer juegos de construcciones, y si no tienes ninguno puedes coger cartones u otros elementos que tengas por casa y empiezas a construir una ciudad, por ejemplo. Con un cartón suave, que ellos puedan cortar con tijeras, y después los puedan pintar, estás practicando una serie de habilidades manuales que son muy útiles porque se relacionan con otros muchos aspectos cognitivos; estás practicando la imaginación, la visión tridimensional. Y cada día haces una casita, y ya tengo aquella hora ocupada haciendo esto. Lo pongo como ejemplo, pero se trata de buscar alguna actividad que cada día sea diferente, pero que al mismo tiempo haya una continuidad de día en día, porque así esperas al día siguiente con ganas. Lo más importante para no salir tocados de un mes de confinamiento es mantener la ilusión del “y mañana haré”.

¿Nos hará falta algún tipo de entrenamiento para la vuelta?

En el ámbito educativo creo que iría muy bien que hubiera algún tipo de material, que se podría ir preparando estos días, primero porque a los niños, de cualquier edad, se les tiene que explicar que esto de vez en cuando ocurre, y por qué es importante la higiene, y quedarse en casa, y no solo esto, sino para valorar también a aquellos profesionales que tienen que estar trabajando. Y no hablo únicamente de los servicios de emergencia, médicos, enfermeras, sino que pienso en las trabajadoras y los trabajadores de los supermercados, cuando todo esto se acabe se les tendría que hacer un homenaje también. Ellos también se arriesgan, quizás no tanto como una médica o una enfermera, pero se están arriesgando. En algunos casos les han aumentado un poco el sueldo, eso está muy bien, pero no compensa el riesgo que estás asumiendo.

Hay más colectivos: los cuidadores de las personas dependientes, las mujeres y hombres que limpian los hospitales, los basureros, los transportistas de comida y material sanitario…

Pues pienso que habría que hacer un homenaje colectivo a toda esta gente.

¿Y los maestros y maestras?

También tendrán que tener presente que cuando vuelvan a la escuela este tema se tendrá que abordar, desde la escuela no se puede esconder. Los niños vendrán más o menos tocados, según cómo la familia lo haya sabido gestionar en casa, pero claro, esto es una alteración de su ritmo, y cuando lleguen el mensaje no puede ser “hemos perdido un mes, y vamos a recuperarlo trabajando más”; no es esto, sino que hemos estado un mes confinados y esto se tiene que valorar como una cosa positiva, hemos sabido responder bien ante una emergencia.

Es decir, primero nos tendremos que cargar de ánimos, de refuerzo positivo, de decirnos: “Qué bien que hemos sabido estar un mes encerrados en casa”. Esto ya te permite hacer un cambio de chip, y a partir de aquí ir recuperando la normalidad, pero con cierta tranquilidad, y si al final del curso no se termina todo, no pasa nada, no se acaba el mundo. Ya lo haremos el próximo año.

O sea que sería un error pretender acabar el temario como sea.

Totalmente. Pienso, por ejemplo, en un maestro de 2º de primaria que ahora iba a enseñar a restar. Y que considere que sus alumnos tienen que acabar el curso sabiendo restar. Y ahora, cuando vuelvan, ¡venga a hacer restas! No es esto. Otra cosa es introducir el concepto, que se familiaricen con él, y hablar con el tutor de 3º y que tenga claro que el próximo curso te llegarán un poco cojos en esto. Ya está. Porque, si no, será un doble trauma, primero un mes encerrados y ahora venga, corre, corre, corre.

Cuando veíamos las imágenes de China nos parecía un peligro absolutamente lejano y de otro planeta, nadie podía pensar que llegaríamos a estar como ellos, creo que incluso que cuando veíamos las de Italia nos pasaba lo mismo.

Totalmente.

¿Hemos sido muy ingenuos y nos volveremos más desconfiados a partir de ahora?

A corto plazo creo que todo esto nos cambiará. A las personas nos gusta la estabilidad porque nos da confianza y seguridad. Y esto demuestra que la estabilidad, en la naturaleza, no existe. Hay periodos de mucha estabilidad, hasta que, no sabes nunca por dónde, te surgirá un descalabro como éste, que no es lo primero. Con la gripe española, en 1918, pasó exactamente el mismo, lo que pasa es que tenemos poca memoria histórica. En el Cuaderno gris de Josep Pla hay una entrada del 8 de marzo de 1918 (por lo tanto, 102 años y cuatro días antes de nuestro confinamiento) en la que escribe que hoy han clausurado la universidad durante 15 días por la epidemia de gripe. Y pasó con las pestes en la Edad Media, y con la fiebre de la lana en el siglo XVI en las comarcas de la Cataluña central, son episodios que van sucediendo y que seguirán sucediendo, la naturaleza tiene estas cosas.

Sí, pero uno se imagina que hoy tenemos mucho más conocimiento científico que hace un siglo, o que esto puede ocurrir en Asia o en el tercer mundo, pero que estas cosas no ocurren en Occidente…

Porque siempre tenemos tendencia a valorarnos a nosotros mismos como si fuéramos más de lo que somos, y a pensar que los otros son menos de lo que son. China es una gran potencia mundial, ellos han sido los primeros pero podría haber pasado en cualquier otro lugar. Ahora, durante un tiempo, viviremos muy pendientes de estas posibles epidemias y lo ideal sería que esto nos sirviera de experiencia para tener los sistemas sanitarios a punto, con un plan de contingencia que permitiera activar todo esto con mucha más rapidez y sabiendo lo que se tiene que hacer. Pero no soy especialmente optimista, me recuerda demasiado a la crisis de 2007-2008, cuando el presidente de EEUU, que entonces era Barack Obama, dijo que nos teníamos que replantear el capitalismo. ¿Y qué se ha replanteado?

Nada.

Al contrario, se ha fortalecido el neoliberalismo. Por eso, ahora estaremos unos meses o unos años hablando de esto, y lo ideal sería que no se olvidara y que cada Estado, y que como sociedad global, tuviéramos muy claro cómo tienen que ser los planes de contingencia. Al coronavirus no se le combate sacando al ejército a la calle, se le combate sacando a los científicos, a los médicos y a los educadores a la calle, porque nos tenemos que educar por si esto vuelve a pasar, y tenemos que estar científicamente y médicamente preparados porque volverá a pasar, tarde o temprano. Quizás dentro de 20 años, o de 100, o solo de 3, no lo sabemos. Se trata de tener unos stocks adecuados y unos mecanismos. En la Facultad de Biología, por ejemplo, hemos dado todo el material que teníamos en el almacén de guantes, mascarillas y batas desechables. Lo hemos dado sin que lo reclamaran. ¿Por qué no tenemos un plan de contingencia donde se diga que si pasa esto tenemos ya localizados y actualizados los lugares a los que podemos recurrir para buscar todo esto porque está disponible?

¿La falta de un plan de contingencia sería para usted el principal error que se ha cometido? ¿O tal vez el hecho de que nos quisieron tranquilizar demasiado cuando lo que hacía falta era advertirnos más claramente de lo que se acercaba?

Creo que los mensajes estuvieron bien. Tenían que ser de tranquilidad y de confianza. Pero hacía falta una segunda parte, que era decir que esto nos llegará y por tanto estemos pendientes porque tenemos más del 90% de probabilidades de tener que confinarnos también en casa. Mientras el número de casos aumenta muy ligeramente no hay que confinar a nadie, no sirve de nada, más vale que trabajemos para prepararnos para cuando haga falta confinarnos en casa. Cuando se detecta esta inflexión en la curva, que hace que los casos crezcan de forma exponencial, es el momento de quedarse en casa. Quizás se habría podido actuar dos o tres días antes de lo que se hizo, y más radicalmente. Hemos perdido mucha energía con aquella primera apuesta de “para ir a trabajar sí que puedes salir de casa”. Perdona, todos trabajamos… y por tanto todos podemos salir de casa.

O la empresa te decía que te quedaras en casa o tenías la obligación de ir a tu puesto de trabajo.

Eso sí que ha sido un error estratégico. El confinamiento tiene que ser total. Y se tienen que cerrar los territorios. Es igual que lo hagamos en el ámbito de un pueblo, de una provincia o una comunidad, es decir, el virus se ha escampado mucho porque cuando se empezó a hablar de que quizás tendremos que cerrar, mucha gente salió a la segunda residencia. Muchos barceloneses se fueron a la Cerdaña, y muchos madrileños se fueron a Murcia o al Valle de Aran. Quizás ahora ya no hace falta cerrar nada porque está por todas partes, pero se hubiera podido limitar muchísimo el alcance. No es lo mismo tener dos o tres focos importantes y el resto de la península relativamente limpia, porque le puedes dedicar muchos esfuerzos a los hospitales de esas zonas. Para mí, el paradigma de cómo se tiene que actuar es lo que hizo la Generalitat con Igualada. Detectas un foco importante, lo cierras y te ahorras que se vaya filtrando hacia los pueblos vecinos.

Ilustración: Pol Rius

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/03/23/lo-primero-sera-cargarse-de-animos-y-si-el-curso-no-se-termina-no-pasa-nada/

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Irton Silva: «Los límites existen en los oídos de quien oye y no en las manos de quien toca»

El músico brasileño ha creado «Batuqueiros do Silêncio», un grupo formado por personas sordas e inspirado en una metodología de educación musical a través de recursos luminosos

Por Danilo Adriano Marinho

El proceso de enseñanza y aprendizaje en una escuela bilingüe para personas sordas en la ciudad de Recife, en Brasil, dio la oportunidad a Irton Silva, músico y educador, de experimentar y desarrollar nuevas técnicas y soluciones.

El resultado de todo esto fue una verdadera innovación educativa, con el surgimiento de Batuqueiros do Silêncio, un grupo de percusión formado por jóvenes con sordera total o parcial, con edades entre 15 y 29 años de la región nordeste de Brasil. Así pues, Irton Silva nos invita a abrir los oídos con una nueva forma de aprender y enseñar a través de la música.

Metrónomo musical-visual

¿Cómo surgió la idea de “Som na Pele”? ¿Por qué?

Nací y crecí en el barrio de Casa Amarela, en la zona norte de la ciudad de Recife. Conocí desde niño el sonido fuerte de las alfaias (tambores) de las naciones de maracatu, los bombos y cajas de las escuelas de samba y de los bloques de frevo, otros tantos tambores utilizados en los grupos de coco de roda y ciranda, entre muchos otros ritmos tan contagiosos que hacen de nuestro país uno de los más ricos en diversidad cultural.

Siempre percibí que sentimos el sonido de los tambores por varias partes de nuestro cuerpo, y no solos por nuestros oídos. Viendo un vecino sordo, empecé a pensar si sería posible que él también sintiera la vibración de los tambores y, quién sabe, ejecutar algunos ritmos. Crecí con esta idea de que a través de los instrumentos de percusión podría trabajar una musicalidad hasta entonces desconocida: la musicalidad de los sordos.

Viviendo en São Paulo, casado y enseñando los primeros batuques a mi hijo en el año 2008, asistí a la película “O Resto é Silêncio”, de Paulo Halm. Esta película muestra que algunas personas sordas tienen curiosidad en relación a las sensaciones que la música provoca en nosotros, oidores, y uno de los personajes de esta película utiliza recursos luminosos para tener una referencia de ritmo para bailar. Este fue el “start” que yo necesitaba para iniciar mi búsqueda musical en la comunidad sorda.

«Crecí con la idea de que a través de los instrumentos de percusión podría trabajar una musicalidad hasta entonces desconocida: la musicalidad de los sordos»

¿Cómo funciona el metrónomo músico-visual?

El Metrónomo Visual es una tecnología usada en la educación musical brasileña, que consiste en un secuenciador electrónico de cuatro canales. A través de ellos son compuestas frases rítmicas utilizando lámparas de colores y tamaños variados.

Con las lámparas pequeñas es posible trabajar las semínimas y mínimas, con las lámparas grandes trabajamos las corcheas y semicorcheas y con los colores es posible trabajar la intensidad del sonido (color “x” tocar fuerte o color “y” tocar flojo). Actualmente estoy estudiando programación en lenguaje arduino para actualizar el Metrónomo Visual y construir frases más complejas, pues a través del arduino es posible multiplicar los cuatro canales actuales a dieciséis.

¿Explica cómo es la  metodología música-signos?

Todo empieza con un ejercicio de percusión corporal para identificar habilidades como la percepción, atención, concentración, coordinación motora, etc. En la secuencia, presentamos el alfabeto MusiLibras, en el que cada figura de tiempo musical se corresponde con un señal visual para representarlas.

Con este alfabeto musical visual, introducimos nociones de teoría musical e iniciamos la ejecución de algunas frases y dictados rítmicos. Posteriormente, iniciamos las prácticas de conjunto utilizando el Metrónomo Visual.

En este contexto de innovación, ¿como explicarías la importancia de la tecnología en la educación de esos jóvenes?

Estamos viviendo un momento irreversible en la historia de la humanidad, la tecnología está cada vez más presente en nuestras vida y para la formación de una sociedad que sepa convivir con nuevos conceptos que la tecnología trae, como ciudades inteligentes, economía circular o Internet de las cosas, es fundamental que la tecnología esté presente en los procesos educacionales.

Ya existen aplicativos que ayudan a minimizar los límites del lenguaje entre sordos y oyentes, tales como el Pro Deaf o Hand Talk, entre otros, aparte de recursos que pueden ser construidos por los propios alumnos sordos utilizando tecnología de bajo coste y atendiendo directamente a sus necesidades. Los smartphones son una herramienta fundamental en la socialización de personas sordas con la familia, amigos y también un portal abierto para trabajar la educación.

La MusiLibras en breve estará disponible en formato digital en los móviles de los sordos del mundo entero que quieran ejercitar su musicalidad y encontrar una nueva manera de comunicarse y expresarse a través del arte.

«Siempre percibí que sentimos el sonido de los tambores por varias partes de nuestro cuerpo y no solos por nuestros oídos»

¿Es posible valorar el impacto de “Som na Pele” en la vida de los jóvenes?

Sí, con certeza. A lo largo de estos 8 años de proyecto hemos recogido varias historias que siempre compartimos con los nuevos alumnos que llegan, pues estos jóvenes empiezan a ser subestimados por la familia, después por la escuela y por ultimo por toda una sociedad todavía bastante excluyente.

Una de estas historias es la de Iara Videres Sena, que, a parte de su sordera, también tiene baja visión. Dentro de la comunidad sorda sufría discriminación por el hecho de no ver la señalización que otro sordo hacia a cierta distancia y también por el hecho de necesitar apoyarse en alguien cuando salía de noche, haciendo de ella una persona introvertida y poco sociable.

Después de algunos años tocando en varias presentaciones con nuestro grupo Batuqueiros do Silêncio, recibiendo aplausos de personas que ella no conocía y principalmente de su familia, que pasó a acompañarla en las presentaciones del grupo y hasta en los ensayos, ella reveló en una entrevista a una emisora de televisión local que se sentía una persona mucho más feliz, que no sabía que era posible que alguien sordo tocara un instrumento tan bien como una persona oyente y que ahora el tenía el deseo de ser profesora de música para sordos.

Por otro lado, quién está cada vez más cerca de ser el primer educador sordo habilitado con la metodología MusiLibras y apto para despertar la musicalidad sorda para el mundo entero es Anderssom Lima, un joven que nació sordo, como su hermano gemelo. No obstante, a diferencia de su hermano, siempre tuvo interés en la música, tocando en bandas de equipos de fútbol, escuelas de samba y hasta en la iglesia, donde tuvo la oportunidad de aproximarse a la música, fuera con el instrumento que fuera.

Él estaba allí cuando llegó al Proyecto «Som da Pele», luego mostró interés en apropiarse de las técnicas y herramientas pedagógicas innovadoras que desarrollé y en poco tiempo ya escribía sus primeras composiciones y hacía arreglos junto con otros integrantes. Él está en el equipo que monté para actuar conmigo en un proyecto que realizaremos con la comunidad sorda de São Paulo en 2018.

¿Cuál es la importancia de la música en el proceso de aprendizaje de esos jóvenes?

La práctica musical trabaja la memoria, la percepción, la coordinación motora, el raciocinio, la concentración, etc. Estos campos son fundamentales para el desarrollo cognitivo de cualquier persona, pero siendo una persona sorda estos factores ayudan también por el hecho de tener que transitar en ciudades que no están adaptadas para ellas. A parte de eso, la música es matemática pura y, para mi sorpresa, descubrí que las personas sordas tienen cierta facilidad con los números.

En el cortometraje producido por Dani Neves, Irton Silva presenta el proyecto y explica cómo surgió el Som da Pele y los Batuqueiros do Silêncio.

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Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/irtonsilvalimitesexistenenlosoidosdequienoyeynoenlasmanosdequientoca/
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Marina Subirats: «Esta crisis nos puede traer más conciencia de comunidad y menos individualismo»

  • La socióloga Marina Subirats atribuyó a una ‘utopía disponible’ el gran aumento del apoyo al independentismo que se ha vivido en Catalunya los últimos años. No ve, sin embargo, ninguna ‘utopía disponible’ a la que pueda recurrir la ciudadanía ante el shock social que está causando la epidemia de este coronavirus

¿Qué repercusión tendrá la pandemia del Covid-19 en nuestra sociedad, tanto en cuanto a mentalidad individual como colectiva? Queremos analizar su impacto a través de la opinión de analistas con reflexiones interesantes a aportar.

La socióloga Marina Subirats atribuyó a una ‘utopía disponible’ el gran aumento del apoyo al independentismo que se ha vivido en Catalunya los últimos años. No ve, sin embargo, ninguna ‘utopía disponible’ a la que pueda recurrir la ciudadanía ante el shock social que está causando la epidemia de este coronavirus.

Estamos ante una situación inédita para las generaciones recientes. Millones de afectados, miles de muertes por un virus que desde China se extendió a todo el mundo. Los gobernantes imponen a la ciudadanía que se quede en casa y sólo salga en ocasiones excepcionales e imprescindibles. No nos lo habían dicho nunca. ¿Están nuestras sociedades preparadas para digerir esta situación?

Si hablamos desde el punto de vista sanitario, se ha demostrado que no. No era previsible que esto tomara esta dimensión. Es normal que no estuviera a punto. No había modo de responder muy rápidamente. Uno de los problemas más graves es que faltan mascarillas, guantes…, que parecen cosas relativamente baratas y sencillas. Sanitariamente estábamos seguramente más preparados que otros muchos países pero no lo suficiente.

Si hablamos desde el punto de vista personal, la mayoría de la gente está respondiendo bien. Se demuestra que hay un nivel de civismo relativamente elevado y que ante una pandemia, una situación que tensa mucho todo el sistema y que es angustiosa, la mayoría de la gente está respondiendo con civismo. Es cierto que nos encontramos con personas que no reaccionan así y que cuesta entender porqué se comportan así. Este es un problema diferente, que no afecta a los otros, los forasteros, los pobres, los jóvenes… Nos afecta a todos. Desentenderse es absurdo.

Políticamente, la respuesta que está dando España y su gobierno está a buen nivel. No soy médico y no puedo opinar de los aspectos técnicos de cómo se está atendiendo la sanidad pero viendo cómo está respondiendo el gobierno, dando la cara, preocupado… Si lo comparamos con Estados Unidos, da la impresión de que aquí los poderes públicos han respondido mejor.

Cuando esta pesadilla pase ¿todo volverá a ser igual que antes o prevé cambios en la mentalidad individual y colectiva?

De una manera inmediata todo seguirá igual. La globalización se ha desarrollado a ritmos diferentes dependiendo de los ámbitos. Se ha desarrollado muy rápidamente en la economía. No se ha dado en la política, o mucho más lentamente. Y culturalmente no sólo no se ha dado sino que ha generado un repliegue nacionalista o localista. En muchos casos, vemos expresiones de extrema derecha que van en esta línea.

La gente tiene miedo de perder identidad y la extrema derecha lo aprovecha. Se puede producir un inicio de cambio cultural en el sentido de que la gente entienda que esto nos afecta a todos, que lo que ocurre en un lugar tiene importancia global. Tenemos el fenómeno del calentamiento global que ya estaba produciendo esta sensación. La reacción ante la pandemia va en este mismo sentido. La gente se va dando cuenta de que la deforestación de Brasil también nos afecta aquí. Se empuja así una conciencia global que estaba muy retrasada respecto a la economía y se necesita porque, si no, hay un desequilibrio enorme.

¿Es previsible que la globalización que hemos vivido los últimos años encalle o retroceda por miedo a nuevas pandemias como esta? ¿Veremos una globalización diferente?

Cuando vemos que ya no hay invierno, que llueve de una manera diferente, esto difunde la idea de que la Humanidad está haciendo algo mal respecto a la naturaleza. Con esta pandemia, lo mismo. Vemos las guerras pero decimos que suceden lejos. Veíamos el virus Ébola pero decíamos que pasaba en África, donde son muy pobres y viven muy mal. Cuando esto toca al centro del mundo occidental, Estados Unidos, Europa, vemos que lo que pasa en China nos afecta plenamente. El mundo se ha hecho muy pequeño, todos participamos de todo y un problema generado en un lugar repercute en otros lejanos. Esto nos llevará a esta conciencia global que hasta ahora no se ve.

Hablamos mucho de globalización pero los afectados y los muertos nos impresionan más cuanto más cerca los tenemos. Los países actuales, las fronteras vigentes ¿siguen siendo la forma más acertada de organizar las comunidades humanas?

Cambiarán, pero no al día siguiente. La tendencia será ir hacia poderes supranacionales y a la vez poderes locales. Las fronteras que hemos conocido, que nos parecían inamovibles -España, Francia, Italia, etc.-, se irán diluyendo e irán apareciendo las de tipo Unión Europea por un lado y las de poderes locales, por otro, una descentralización, sea a escala de países, como Catalunya, o a nivel municipal. Las grandes ciudades están tomando una personalidad propia en el mundo. Iremos hacia un nivel más grande y uno más pequeño y el intermedio tenderá a diluirse. No se puede decir ni cuándo ni cómo porque hay muchos intereses en mantenerlo todo tal como está.

En la crisis de 2008 se llegó a decir que había que cambiar el sistema capitalista que la había gestado. No se ha hecho. ¿Esta nueva crisis la digerirá también el capitalismo sin problemas?

Esta crisis no cambiará el capitalismo. El capitalismo está en una etapa muy tóxica y muy negativa para la Humanidad. Crece la conciencia de que está en la base de los desastres que vemos (no en el caso del coronavirus, probablemente, pero sí en el ecológico y la desigualdad). Al mismo tiempo, no tenemos recambio y eso impide que desaparezca o que vaya extinguiéndose. Nos hemos quedado sin recambio. Durante una época había el equilibrio del terror. Los que querían huir del capitalismo iban al socialismo y al revés. Había una ‘utopía disponible’. Ahora tenemos utopías pero disponibles, no. Son utopías que alguien inventa pero no suficientes para que la gente crea que son posibles. Si tienes un vestido viejo y no tienes ninguno nuevo no te lo quitarás, aunque esté roto o hecho un asco. Esto es lo que está pasando con el capitalismo. Seguramente pasará mucho tiempo hasta que tengamos una manera de organizarnos diferente no sólo con ideas sino con un funcionamiento al que la gente se vaya adhiriendo. El capitalismo no desaparecerá de forma inmediata. Otra cosa es que cada vez hay más gente que piensa en su recambio.

Después de un derrumbe de estas proporciones, ¿tambaleará nuestro sistema de valores? ¿Cambiarán nuestras prioridades sobre lo que es importante en la vida y lo que no?

En general, no. La gente no vive demasiado bien quedarse en casa con la familia. Necesitamos rutinas y mucha gente está deseando volver a las rutinas. No sientes decir que la gente está contenta de poder estar con los hijos. Más bien, se quejan. Por lo tanto, cuando esto acabe, los niños volverán contentos a la escuela y los padres y las madres volverán contentos al trabajo y lo recordarán como algo que nos pasó una vez. No nos hará cambiar en cuanto a vida personal. Al día siguiente no haremos cosas diferentes de las que hemos hecho siempre. Lo que sí es cierto es que cada vez hay más conciencia de que podemos acabar con la vida sobre la Tierra.

La solidaridad entre personas y comunidades, la fraternidad humana y territorial ¿saldrá fortalecida o debilitada de este episodio?

Seguramente se establecerá una solidaridad mayor a nivel más local. Las salidas al balcón a las ocho de la tarde para aplaudir a los sanitarios o a golpear cacerolas contra el Rey, la gente que se ocupa de los vecinos que están solos y les llevan comida…, esto puede ayudar a romper las barreras psíquicas. Ahora casi no preguntábamos por la vida de nuestros vecinos. El nivel de solidaridad de la comunidad, de la escalera, de la calle, aumentará. Las personas hablarán más entre ellas a partir de ahora. Al menos, durante un tiempo. A nivel global, no. China está dando una lección. Ha pasado su enfermedad y trata de ayudar a los demás, les lleva material, técnicos… En Europa, solidaridad poca, y la Unión Europea tampoco ayuda a que se establezca esta solidaridad.

Que la dureza con que la dictadura china respondió al estallido de la epidemia se haya mostrado eficaz para contenerla ¿hará que la gente pierda confianza en los sistemas democráticos para hacer frente a emergencias como la que estamos viviendo?

No. Nadie quiere volver atrás y perder libertades. Se ha estimulado mucho el individualismo en el mundo occidental. Creemos que tenemos derecho a todo. Los derechos conllevan deberes y de los deberes no se habla nunca. En China han tenido durante mucho tiempo pocos derechos y muchos deberes. Es una población muy disciplinada. El tamaño de esta población es tal que o son disciplinados o no saldrían adelante. Hace falta que vayamos adquiriendo la idea de globalidad, que adoptemos otra actitud, pero eso no quiere decir que queramos una dictadura sino que pasemos del individualismo a una idea más comunitaria. Con una decisión voluntaria más que impuesta.

¿La dicotomía público/privado se reordenará después de esta experiencia? Ha quedado claro que la vida de las personas depende de la sanidad pública

Espero que sí. La privatización de la sanidad en Madrid y los recortes en Catalunya estamos viendo el desastre que significan. Menos mal que tenemos muy buena gente y muy dedicada en el mundo sanitario. La gente no está fallando. Está fallando la infraestructura. Esto tendrá un impacto político. Pedro Sánchez, en su discurso en el Congreso medio vacío, volvió a nombrar elementos socialdemócratas. Habló de reforzar la socialdemocracia, cuando había quedado arrinconada durante los últimos años. Se ha ido desmontando el estado del bienestar, atacándolo, poniéndolo en duda, poniendo en duda las pensiones… Es muy posible que la idea socialdemócrata vuelva a aparecer y sea una apuesta importante con el apoyo de la gente. La idea de que puedes ser un individuo que va por su cuenta y hace lo que le da la gana se aguanta pensando que todo funciona muy bien y que si hay algún problema alguien lo resolverá. Cuando vemos que esto no es así, que el sistema tiene debilidades, debemos preocuparnos más para que funcione. Quizás habrá una cierta retirada del individualismo y una exigencia mayor por reforzar lo público y las políticas socialdemócratas.

Las distancias entre personas acomodadas y vulnerables, entre países ricos y empobrecidos ¿aumentarán después de este episodio?

Esta dinámica viene del capitalismo. Mientras al capitalismo no le encontramos un sustituto no lo cambiaremos. Necesitamos una izquierda que dé otro tipo de mensajes y plantee otros escenarios. Entonces, tal vez la gente la apoyará y se podrá pasar a otro nivel. Mientras no sea así hay unos grupos poderosos que tienen las palancas del capital. ¿De qué se ha hablado estos días? De los aspectos médicos y de los económicos. Nadie ha hablado del miedo a que nos quedemos sin suficiente población o de otros problemas posibles. La pérdida de clases por parte de los niños y de los estudiantes se ve como un problema secundario. La gran preocupación es la economía. Sigue mandando la economía y está en manos de esta clase corporativa. A corto plazo no cambiará.

¿Necesitamos más que nunca unas Naciones Unidas potentes que tengan un peso determinante en las decisiones que afectan al conjunto de la Humanidad, como las relacionadas con el control y lucha contra esta pandemia o es una aspiración inútil, utópica? La Organización Mundial de la Salud ha declarado la pandemia pero las decisiones para combatirla parecen ser cosa de cada Estado por su cuenta

Las Naciones Unidas están en manos de estos grupos financieros. Nunca es directamente pero están sometidas a los grupos dominantes y, además, de manera creciente. Yo he ido observando los temas de feminismo y mujeres porque tuve relación con Naciones Unidas hace 25 años por esta cuestión y ha ido a peor. Lo que se hizo de feminismo en Naciones Unidas entre 1975 y 1995 hoy no se puede hacer por cambios en el punto de vista político. Naciones Unidas no es independiente, como tampoco lo es la Unión Europea. ¿Quién manda allí? ¿Quién tiene la fuerza para imponer unas directrices? Hay gente que pide una autoridad mundial. Para mí, no. La autoridad más mundial que tenemos en estos momentos puede ser el presidente de Estados Unidos y ya vemos qué tipo de desastre es. Con una autoridad mundial las imposiciones y las desigualdades probablemente crecerían. Mientras no haya una democratización real de la población y más criterios políticos, reforzar los grandes organismos es correr el riesgo de empeorar.

Lo mismo ocurre con la Unión Europea, que, en este momento, podría haber dado un salto adelante y en cambio se está deslegitimando ante la población. Al final, ha aprobado unos pequeños cambios económicos pero la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha sido decepcionante. Estas grandes organizaciones dependen mucho de en qué manos están y mientras estén en las de los gerentes del capitalismo no podemos esperar que se pongan al frente de mejoras para todos.

No hay ‘utopías disponibles’…

Utopías hay, pero disponibles, no. Hablé de ‘utopía disponible’ al hablar de la independencia de Catalunya. De alguna manera, este tema ha estado inscrito en la historia catalana desde la Renaixença. Es una idea subyacente, que aparece en muchos momentos y en los últimos tiempos se había hecho más visible. Cuando baja el impulso de la izquierda como utopía, en el caso de Catalunya surge esta otra. Que estaba disponible significa que estaba en la mente de mucha gente y que se vendió como si fuera rápidamente posible. No tenemos una utopía disponible de recambio del sistema económico y del capitalismo. La gente lo vive con angustia. Pedro Sánchez dijo el otro día que tenemos que revisar todo el sistema sanitario. Ya sería mucho si, a partir de ahí, sale reforzado el sistema sanitario y se crea esta conciencia de comunidad más elevada. Por otro lado, no tenemos unos objetivos colectivos entusiasmantes que puedan hacer que todo esto desemboque en una mejora.

¿2020 será un año muy importante en la historia de la Humanidad a raíz de esta pandemia?

No creo. Todo va tan deprisa que una cosa borra otra. En 1918 fue lo que se llamó ‘gripe española’ (que parece que de española no tenía mucho), murió muchísima gente y alguna vez se hace referencia a ella pero ese año se recuerda más por el fin de la Guerra Mundial. Cuando se derrumbaron las Torres Gemelas en Nueva York pareció que sería la fecha del siglo, que todo el mundo lo recordaría siempre pero el paso del tiempo no lo ha confirmado.

Personalmente, recordaremos estos días diferentes, en los que hemos roto las rutinas. Los niños y niñas recordarán aquellos días que estaban en casa y tenían a los padres a su disposición. Cuando salgamos de esto habrá las elecciones catalanas, cambiaremos de tema y volveremos a los temas de siempre. Y luego habrá otra cosa. Y así sucesivamente. A menos que esta pandemia sólo sea un primer episodio y se vaya repitiendo. Entonces sí marcaría mucho. Si ahora pasa y en dos o tres meses se liquida, dentro de un año lo recordaremos pero tampoco será muy fuerte.

¿Personalmente, qué la está impresionante más de esta crisis?

Yo hago una vida bastante de estar por casa trabajando, supongo que como toda la gente que nos dedicamos a escribir y leer. Necesitamos nuestro espacio. Se han suspendido los compromisos de viajes, conferencias, no voy al cine, no salgo a la calle… Me interesa ver cómo va reaccionando la gente. Los sociólogos no podemos hacer pruebas en los laboratorios. Si queremos estudiar la sociedad, situaciones como esta son experimentales, muy interesantes.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/03/26/esta-crisis-nos-puede-traer-mas-conciencia-de-comunidad-y-menos-individualismo/

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Luz Martínez Ten: «El impacto educativo del virus también tiene clases sociales»

Por Rodrigo Santamaria

Luz Martínez Ten se considera una «optimista impenitente». Por ello ve el momento actual como una oportunidad única en distintos frentes. A corto plazo, asegura, el cierre escolar podría aumentar la brecha social del alumnado, pero cuando todo pase, la Pública saldrá fortalecida. En su opinión, el confinamiento va a servir, además, para seguir extrayendo de la tecnología todo su potencial innovador e igualitario.

Es esta una entrevista que iba a tener lugar en persona y tuvo que realizarse por teléfono. Que en principio iba a abordar, con motivo del 8-M, los temas predilectos de Luz Martínez Ten (feminismo e interculturalidad) y tuvo que ampliar el espectro para no parecer una burbuja fuera del tiempo y del espacio.

Nacida en Madrid en 1960, Martínez Ten ha consagrado su carrera al ideal de la igualdad. De derechos reales entre hombres y mujeres. De oportunidades sin importar el origen social. En el respeto a herencias culturales diversas. Caminos convergentes donde la escuela pública -ha insistido en tantos escritos e iniciativas- debe ser siempre el asfalto que permite acelerar y rodar firme.

La madrileña ocupa desde 2015 la Secretaría de Mujer y Políticas Sociales en la Federación de Empleados/as Públicos/as de UGT.

Escuchando algunas opiniones, parece que el 8-M fue el origen de todos los males, que estamos como estamos porque la gente salió ese día a la calle a manifestarse. ¿Hay machismo en esta fijación?

Para sectores de la derecha supone una justificación perfecta para atacar al movimiento feminista, sin necesidad de admitir que no creen en la igualdad.

¿Se tenían que haber cancelado las manifestaciones?

¿Y todos los actos y contactos sociales que tuvieron lugar esos días? ¿Estaba el país cerrado? Era difícil prever que en una semana el brote iba a ser tan virulento.

Sabemos que la gran desigualdad educativa se origina fuera de la escuela. ¿Va a aumentar el confinamiento la brecha entre los alumnos con mejores y peores condiciones para el aprendizaje?

Es evidente. Las situaciones en casa son muy distintas, a nivel material y cultural, la costumbre de leer, etc.Y más teniendo en cuenta que muchas de las personas a las que no les queda otra que moverse trabajan en ayuda a domicilio, en residencias, en limpieza… Sus hijos e hijas van a tener más dificultades para ser atendidos en el hogar. El impacto educativo del virus también va a tener clases sociales.

¿Cuáles deben ser las prioridades educativas?

Hemos de aprender de entornos, como el rural, donde el aislamiento ya había obligado a poner en marcha iniciativas muy enriquecedoras de educación a distancia. Y no se trata de impartir clases teóricas a través de la pantalla, sino de proponer metodologías que pongan en manos de los alumnos la capacidad de investigar, analizar, crear, generar redes de discusión. Estamos ante una oportunidad de avanzar hacia la innovación.

Algunas empresas de enseñanza online ya se han apresurado a proclamar que, con o sin coronavirus, la institución de la escuela presencial se estaba quedando obsoleta. Los autores de Clase disruptiva vislumbraban en 2010 un futuro sin aulas físicas en un periodo de 20 años.

En absoluto hay que sustituir el espacio físico por el virtual. Pero sí tenemos que enseñar a los alumnos a utilizar internet para crear sociedad, y no obviar que quienes tienen identidades físicas y virtuales miméticas. Hay que explorar las posibilidades para crear una pedagogía realmente activa desde la convivencia presencial y también desde la virtual. Pienso, además, que este es un buen momento para avanzar hacia la igualdad de oportunidades entre el alumnado con alguna discapacidad o que esté en zonas rurales.

¿Temes que cuando volvamos a la normalidad se utilicen las consecuencias económicas como coartada para recortar en educación?

Sí, mucho. Pero aquí se está produciendo un doble discurso. Por una parte, probablemente estemos en la antesala de una crisis económica, y el mercado podría aprovecharla para restar derechos en la enseñanza pública. Al mismo tiempo, se está poniendo encima de la mesa la importancia de tener administraciones públicas que cuenten con cimientos de equidad. Hay una conciencia creciente de que, sin estos servicios públicos fuertes que hemos ido construyendo entre todos, nos habríamos ido al más allá. Solo si unimos esfuerzos y cedemos al colectivo conseguimos afrontar situaciones como esta.

No deja de ser curioso que ese esfuerzo colectivo demande que permanezcamos, más que nunca, aislados, atomizados, al menos físicamente. ¿Podría ahondar esta crisis en las tendencias individualistas de las sociedad occidentales?

Soy una optimista impenitente, por naturaleza. Y por eso soy sindicalista, porque creo en lo colectivo como la mejor forma de cambiar las cosas. Lo que observo estos días es la búsqueda de los demás, que es lo que hacemos cuando salimos a los balcones a aplaudir. Ayer mismo me dejaron una nota debajo de la puerta las vecinas preguntándome si necesitaba algo. Los seres humanos tenemos esta capacidad de responder de manera solidaria en situaciones de crisis. Y se echaba de menos esto. El neoliberalismo nos ha vendido que solos podemos sobrevivir; ahora nos hemos dado cuenta de que no.

Hay también algo de paradójico en que el confinamiento personal y la búsqueda de lo colectivo se estén retroalimentando.

Y también mucho de épico, que es lo que emerge en situciones de crisis. La necesidad de creer que juntos podemos solucionarlo es lo que ayuda a salir adelante. Épico es lo que está haciendo el personal sanitario, pero también las cajeras de supermercado, quienes limpian las calles, o atienden las farmacias. En estos momentos puede salir lo peor y lo mejor de nosotros, y creo que en España, por fortuna, tenemos un germen solidario muy positivo.

Hagamos un esfuerzo por abstraernos del monotema. Volviendo a uno de tus campos predilectos, te pido un ejercicio de máxima síntesis para destacar lo mejor que se está haciendo en la amalgama de iniciativas hacia una educación no sexista.

Es muy interesante que cada vez se analice con más detenimiento por qué sigue existiendo un fuerte sesgo de género, por ejemplo, a la hora de elegir o no opciones STEM. Un fenómeno sobre el que abundan las investigaciones, muchas enfocadas a la propia estructura curricular. O por qué muchas chicas frenan sus carreras a pesar de haber sido excelentes estudiantes. También hay muy buenos ejemplos de campañas de prevención de la violencia de género desde edades tempranas, aunque aún sigan teniendo casi siempre un papel marginal, poco sistemático. Sería importante también que empezáramos a enfocar el problema desde lo positivo, enseñando a amar bien. Los chavales ya saben lo que está mal, pero la razón y la emoción no siempre coinciden. Deberíamos trabajar desde la emoción para enseñar a querer bien.

Volvemos a la dicotomía bien/mal del ser humano, y a que determinadas condiciones favorecen que emerja lo uno o lo otro.

La investigación nos dice que niñas y niños no son racistas ni sexistas ni homófobos. A partir de cierta edad, aprenden a serlo absorbiendo lo que les dice el entorno y empezando a calificar. Hay que educar en valores desde las primeras edades, y en las etapas críticas, durante la adolescencia, cuando aparece el primer amor, etc. hay que enseñar qué son los buenos tratos y a amar en positivo.

Se habla cada vez más de educar en valores, de cultivar la dimensión psicoemocional del alumno, pero al mismo tiempo parece que la educación vive una deriva utilitarista en el peor sentido, de corte economicista ortodoxo.

De alguna forma, la educación se está convirtiendo en un servicio de mercado, y es terrible. Hay cadenas internacionales de centros para élites, como un Burger King escolar, que venden a las familias que sus hijos van a tener un situación económica privilegiada, cuando tendríamos que educar, ante todo, ciudadanos, y ahí se incluye, claro, una vida profesional acorde con nuestros intereses y motivaciones. Deberíamos retomar una educación humanista con principios como los que estuvieron activos durante la Segunda República, cuando la escuela buscaba el desarrollo integral de la persona, que trabaja pero también ama, disfruta de la vida… Si todo está orientado al mercado, estamos educando jóvenes enormemente desgraciados y desgraciadas, empujándoles a elegir profesiones exitosas, aunque no les gusten.

Antes hablabas, en esa elección del futuro profesional, del sesgo de género en las opciones STEM. ¿No acaban de funcionar los programas para atraer a más chicas?

Marina Subirats, que ha estudiado mucho este tema, plantea que vamos adquiriendo los roles y esterotipos de género desde los primeros años. Y que -como ahora sabemos gracias a la neurociencia- el cerebro es increiblemente dúctil en cuanto al aprendizaje por reproducción. Si vamos dirigiendo a los niños a juegos de lógica y espaciales, y a las niñas a los cuidados, esto va configurando tanto la propia capacidad de aprendizaje, como tu mayor seguridad en campos donde te resulta más fácil moverte. Y, al final, influye tanto en las elecciones concretas como en la relación entre proyección vital y profesional. A los 6-7 años, normalmente las niñas ya se ven trabajando y formando una familia con hijos, mientras que los chicos imaginan solo su vida profesional. De nuevo, si queremos una auténtica educación en igualdad, hay que empezar antes.

Parece que en algunos sentidos vamos para atrás. Por ejemplo, las presión creciente que sufren las chicas, desde la primera adolescencia, en términos de imagen: maquillaje en cuanto salen de casa, obligación de ir monas a todas horas… Ocurre también entre los chicos, pero percibo una intensidad infinitamente mayor entre las chavalas.

Los modelos de ser mujer van cambiando con la historia. En estos momentos, la producción en torno a la imagen y la hipersexualización del cuerpo femenino son mecanismos del mercado. La ausencia de una formación en ética y autocuidado nos lleva a que se comercialicen estos espacios para traducirlos en dinero. Habría que enseñar a aceptar y querer nuestros cuerpos; quizá entonces chicas y chicos dejarían de intentar emular ideales, de pedir por ejemplo un aumento de pecho al terminar la universidad. Me da mucho miedo ese estímulo permanente del deseo de tener cuerpos inexistentes.

¿Resulta difícil introducir estas cuestiones en la escuela? No pocos dirán que aquí hablamos de elecciones libres y personales. Incluso, retorciendo cierto argumentario feminista, que la mujer siempre divina en realidad está «empoderada».

Todo forma parte de un sistema capitalista que ha logrado confundir deseos con derechos, poner al deseo por encima del propio bienestar. Aquí surgen cuestiones éticas y posibles límites al mercado. ¿Es ético que una chica de 16 años se opere el culo para tenerlo de tal forma? ¿Debemos permitirlo? Hay que pararse y reflexionar, en la escuela y en otros ámbitos, para que las nuevas generaciones puedan analizar e identificar esa manipulación que transforma derechos en deseos. Sin esa reflexión consciente -y con el bombardeo constante de publicidad, los likes en las redes sociales etc- resulta muy difícil escapar a estas presiones.

Has escrito mucho sobre cómo abordar conjuntamente interculturalidad e igualdad de género. Me surge una duda recurrente: ¿Cómo aunar ambos objetivos cuando la tolerancia y el respeto por otras culturas colisiona con patrones claramente machistas?

Desde una pedagogía feminista, el relativismo cultural tiene sus límites cuando choca con la dignidad de las mujeres, del ser humano en general. Por suerte, en este país tenemos un marco legislativo que establece esos límites. Pero esto no es incompatible con algo evidente: la igualdad se aprende. Desde el respeto, la convivencia y la igualdad de oportunidades. Cuando yo era pequeña, mi madre llevaba velo para ir a la iglesia. Y en mi casa, cuando mi padre (que era un hombre estupendo) hablaba, todos nos callábamos. Poco a poco, en mi familia fuimos aprendiendo a cambiar a través de la reflexión y la conquista de derechos. En ese aprendizaje, la escuela actual, donde conviven chicos y chicas con diversas herencias culturales (algunas con elementos machistas, españolas o de fuera), se antoja un entorno muy positivo. Sobre todo, ahora que hemos pasado de la llegada a la ciudadanía. Al principio, cuando las aulas españolas empezaban a ser interculturales, se celebraban jornadas tipo el día del chino, el día del africano… Y no se trata de eso, sino de trabajar la igualdad de derechos en la diversidad, construyendo identidades seguras.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/03/24/el-impacto-educativo-del-virus-tambien-tiene-clases-sociales/

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Formación Integral Y Aprendizaje A Lo Largo De La Vida

Por: Observatorio de Innovación Educativa

En esta entrevista, la rectora de la Universitat Jaume I, Eva Alcón, habla de los retos actuales en la educación superior, el aprendizaje a lo largo de la vida y la formación integral que busca esta institución académica española.

Transcripción de la entrevista

LOS RETOS PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Eva Alcón: Yo creo que son varios retos. Las universidades nos dedicamos especialmente a generar conocimiento, a transmitir ese conocimiento, y también, de alguna manera, a transformar las regiones en las que estamos ubicadas las universidades. Entonces, yo creo que tendríamos que diferenciar los diferentes ámbitos de actuación que tenemos las universidades: en el ámbito de la investigación creo que el reto mayor que tenemos es ya no generar conocimiento, porque generamos el conocimiento en las universidades y además lo hacemos bien, sino el reto mayor es cómo ese conocimiento que generamos llega a la sociedad y se convierte en innovación, creo que ese es un gran reto en investigación que tenemos.

En el ámbito docente, creo que formamos a la gente, formamos a la gente en estudios oficiales, de grado, de posgrado, y también en estudios propios. Yo creo que aquí el gran reto que tenemos es, por una parte, incorporar las nuevas tecnologías a la docencia, pero no como una cosa que sea añadido a la docencia, sino como instrumento para mejorar e innovar en la práctica docente. Y después, el otro reto que tenemos en la docencia es el aprendizaje a lo largo de la vida. Aprendizaje a lo largo de la vida, estoy hablando no solamente del aprendizaje que se realiza en las universidades para mayores de 55 años, que están muy consolidados en las universidades por ejemplo españolas, sino de ese aprendizaje que vamos a tener que ir construyendo conforme vayamos pasando por nuestra trayectoria profesional.

Hace unos años estudiábamos una titulación y con esos conocimientos pasábamos toda nuestra vida, eso ya no va a ser así, tenemos que ir hacia una formación mucho más integral de la persona, mucho más transversal y después ser mucho más flexibles para adaptar esos conocimientos a las realidades que vamos a tener que enfrentar y al mismo tiempo volver de nuevo a las universidades para seguir formándonos dentro de esa flexibilidad.

APRENDIZAJE A LO LARGO DE LA VIDA

Eva Alcón: La universidad de mayores, yo creo que es un ejemplo de lo que debería ser la formación a partir de una cierta edad, cuando uno ya no busca un título, cuando uno ya no busca ni siquiera adaptarse dentro de esa flexibilidad, sino que, de alguna manera, implica un envejecimiento activo que está dentro de esta sociedad a la que nos vamos. Como tú bien has dicho que cada vez vamos a vivir más años, es un factor clave, esa es por una parte una formación que tenemos.

Otra formación que tenemos es aquella que va destinada a adaptarse a las nuevas necesidades que requiere el mercado laboral y para eso nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo para conectar la universidad con el sector productivo y el sector productivo con la universidad, y a mí me gusta decir que esa relación tiene que ser bidireccional, es decir, las empresas tienen que saber lo que las universidades le podemos ofrecer pero, al mismo tiempo, la universidad debe saber lo que la empresa necesita. Además, tenemos la gran suerte de contar con un parque científico y tecnológico en nuestra universidad, que es SPAITEC, que es un ecosistema para la innovación, y ese parque, SPAITEC, cada vez va a ganar más fuerza, cada mes van a tener más que aportar, esas empresas que están en contacto con la universidad y van a tener que aportar también más las empresas a la universidad y la universidad a las empresas.

Yo creo que esos son algunos de los retos que tenemos. Otros retos que también tenemos es la innovación educativa y, como he dicho, las tecnologías de la información y la comunicación, en esa transformación digital a la que nos vamos a tener que someter las universidades como otras instituciones y empresas.

EL IMPACTO Y RESPONSABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD EN LA SOCIEDAD

Eva Alcón: Que las universidades tenemos un impacto grandísimo en el territorio, somos motores de transformación socioeconómica, y la Universitat Jaume I es un magnífico ejemplo de eso. Por ejemplo, en el tema cultural, en el tema cultural vamos de la mano de las instituciones, vamos de la mano del ayuntamiento, de la Generalitat. ¿Para qué?, pues, para hacer de Castellón un catalizador de cultura, donde de alguna manera sumamos fuerzas, buscamos sinergias para que la gente tenga acceso a la cultura, entendemos la cultura como un valor añadido.

Entendemos también que la universidad, o nos gustaría que la universidad, fuera el espejo al que se mira la sociedad, por eso es tan importante para nosotros la celebración de días como el Día contra la Violencia de Género, como el Día de las Personas con Discapacidad, el Día de la Diversidad Lingüística. ¿Por qué?, porque de esa manera ponemos en valor lo que somos como universidad, una universidad plural, una universidad inclusiva, una universidad donde no importa la raza, de dónde provengas, vas a tener espacio. Una universidad donde apostamos por la igualdad de oportunidades, tenemos cada vez más becas, tenemos un programa de becas propio sencillamente para evitar que nadie quede excluido de la universidad por motivos económicos.

Hemos hecho un gran esfuerzo por aumentar la partida destinada a becas, hemos hecho también un gran esfuerzo para que la información de las becas esté toda, de alguna manera, agregada, cuando un estudiante nuestro llegue a la universidad pueda tener acceso a toda la información que existe y pueda planificar su propio proceso de aprendizaje. No nos olvidemos que, para nosotros, el estudiantado es la razón de ser de las universidades y, por lo tanto, que ese estudiantado tenga oportunidades de acceso, que tenga garantías de poder continuar y evitar el fracaso una vez entre en la universidad se convierte en una de nuestras prioridades, junto con la empleabilidad, para favorecer las condiciones para esa empleabilidad.

EL RETO DE LA FORMACIÓN INTEGRAL

Eva Alcón: Yo creo que, en la universidad, formamos a las personas para facilitar la inserción profesional, la inserción laboral, y de ahí los contenidos curriculares de los títulos, pero a mí también me gusta decir que el paso por la universidad no solamente nos encargamos de formar profesionales, sobre todo formamos a personas.

Toda esa formación integral cada vez es mayor, necesitamos personas capaces de trabajar en grupo, necesitamos personas capaces de saber comunicar y en más de una lengua, necesitamos personas capaces de liderar proyectos, de buscar el consenso, necesitamos personas capaces de manejarse con las nuevas tecnologías, y además aportar una visión humanística del uso de las nuevas tecnologías. Todo eso implica ir más allá de los simples contenidos curriculares de los planes de estudios, pero ese es nuestro reto, nuestro reto es cómo educar a una ciudadanía crítica que tendrá que vivir en un mundo cada vez más global, cada vez más cambiante, cada vez más flexible, bueno, y en eso estamos.

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