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Entrevista a Paula Ezkerra: «El trabajo sexual, ¿es duro? Como cualquier otro trabajo, y más porque no está reconocido»

Entrevista/27 Noviembre 2019/Autora: Begoña Zabala/Vientosur

Paula Ezkerra ha venido a Gasteiz de la mano del sindicato LAB para participar en una jornada sobre prostitución, junto con otras ponentes de relevancia en el mundo de la lucha por los derechos para las trabajadoras sexuales. Se define como trabajadora sexual, y, en lógica consecuencia, pertenece al Sindicato IAC (Intersindical Alternativa de Catalunya).

Begoña Zabala¿Qué te parece si nos hablas de tu trayectoria de lucha, organización y toma de conciencia desde que empiezas en tu tierra, allá por la Argentina?

Paula Ezkerra. Bueno, yo desde muy pequeña, o sea desde los 16 años, participo desde Buenos Aires, mi ciudad natal, en el movimiento feminista, queer, LGTBIQ, movimientos anticapitalistas, también por los desaparecidos, con las madres de la Plaza de mayo… O sea, que siempre desde pequeña he estado en contacto con las luchas, era una persona que participaba, que iba a las reuniones, que aprendía, bueno y que existía, con todos los movimientos desde Buenos Aires, en Argentina. Y así ha sido hasta el día de hoy.

Lo que he aprendido es que había que profundizar en todas estas cuestiones que analizaba la sociedad toda: la economía, el género, las leyes, la opresión social. Y con lo que más me sentía identificada era en el feminismo. Desde pequeña yo ya me siento interpelada por el feminismo. Y eso, porque construirme como mujer en Argentina, era preguntar qué tipo de mujer ibas a ser. Ver a tu madre, o ver a tus tías, o ver la publicidad, ver el mensaje de cómo ser mujer, me parecía imprescindible en mis planteamientos personales de vida y de desarrollo personal. Claro me metí mucho más en la cuestión feminista, sin dejar de lado la cuestión de la clase, que también lo tenía muy claro. Y no porque yo viniese de una familia extremadamente pobre. Era de una familia de clase media trabajadora. Vamos, que mientras que estuve con ellos no he tenido conflictos económicos, sino un desarrollo normal. Sí que me cuestionaba que yo podía acceder a un tipo de escuela, o de ropa, que otras personas de mi familia no podían. Eso ya me generaba como el run-run, de la cuestión de la clase.

Después cuando ya me vine para aquí, para Barcelona, vine con la idea de conocer el movimiento anarco-feminista, o sea, yo quería saber más de feminismo. Es verdad que en Buenos Aires era intenso, pero para mí, en esos momentos era muy corto, me faltaba algo. Igual no era tan corto y yo no estaba en el lugar correcto. Entonces cuando llegué aquí y conocí el movimiento okupa en Barcelona, anarquista, feminista y anticapitalista, me sentí como en casa prácticamente de forma inmediata, y fui bien acogida por todo el movimiento anarco-feminista okupa de Barcelona, enseguida hicimos migas y construimos juntas muchas cosas. De hecho, hasta el día de hoy, más de veinte años después conservo amistades de aquella época. Amistades personales y políticas.

BZ. En esta segunda fase, digamos, de Barcelona, tú te acercas a grupos y movimientos de un espectro político muy alternativo y rupturista. ¿Tienes ya en estos momentos claros los objetivos de tu lucha como trabajadora sexual y los puedes inscribir en estos ámbitos o estáis construyendo otro tipo de alternativas?

PE. Hemos construido diferentes cosas, que tienen que ver con la identidad del pueblo, con la identidad de las personas, la cuestión de la economía. Mientras todo esto yo ya era trabajadora sexual, pero nunca, por la cuestión del estigma, había salido, había emergido esta cuestión del reconocimiento del trabajo sexual, o dignificarlo. Porque yo no estaba tan segura si era lo lógico, si era lo que yo quería hacer el resto de mi vida, si era cuestionable, si el estigma era verdad o mentira. No me lo cuestionaba, lo asumía como tal y sufría en silencio, por así decirlo. Y como tenía otros frentes políticos abiertos, nunca lo racionalizaba como lo hice mucho después.

De todos estos amores feministas que conocí en Barcelona, Bárbara Biglia fue la que estaba todo el tiempo pendiente de mi, porque yo tenía muchos conflictos con el trabajo sexual, y muchos conflictos con los trabajos. Ella me decía, pues estudia, o trabaja de otra cosa, o no sé qué. Entonces yo trabajaba de otra cosa y no me gustaba y entonces estaba todo el tiempo como que me sentía mal. Con conflictos conmigo misma. Pensaba que la prostitución me había deformado la forma de relacionarme laboralmente con las personas, o simplemente por temor o lo que fuera.

Bárbara me invitó por primera vez en el 2005 a un encuentro de trabajadoras sexuales en Bruselas. Y fue ahí donde yo escuché a trabajadoras sexuales que son parte del movimiento feminista y que hacían una reflexión anticapitalista y que critican el trabajo en sí. Y me pareció maravilloso. Pero ¿cómo yo siendo puta, anticapitalista y feminista no había llegado a este punto? Tuve tanto miedo de confrontarme con esa parte de mi realidad que no fui capaz de analizarlo yo misma. ¿Cómo estas señoras han estado tan iluminadas y han hecho este proceso? Y me pareció impresionante.

Entonces, a raíz de ahí empecé a trabajar. Primero personalmente, luego con asociaciones, con las reivindicaciones que exigimos las trabajadoras sexuales. Y bueno una cosa trae la otra, así que terminamos muy politizadas y finalmente dentro de la CUP como consejera de distrito Y luego de ahí ya el siguiente paso fue la sindicalización, que es donde estamos ahora.

BZ. En relación al trabajo sexual y a la organización, en un momento de tu militancia aparece el grupo “Putas indignadas”, que tiene mucha resonancia y despierta mucho interés. ¿Cómo organizáis este grupo y qué planteamientos tenéis en esos momentos?

PE. Dos o tres años después de Bruselas contacto con las compañeras de Barcelona de “Putas indignadas”. Y ahí conozco a Janet, que es la representante, que entonces se llaman “Putas libertarias”. Y empiezo a ver su politización, muy parecida a la mía. No tan feminista, pero sí muy anticapitalista y anarquista. Con unos lazos profundos con el barrio. Con una conciencia de clase enorme, con la que me siento supercercana, y empiezo a admirar. Entonces ellas me acogen. Me acogen como madres, como hermanas, que es la única manera que yo tengo de ser parte de los procesos políticos. Y así yo aprendo, o, digamos, me siento parte, a través del cariño, también. Entonces en este proceso de conocerlas, pues ellas también me conocen y Janet ve en mi como potencial, entonces nos fusionamos. Y bueno, construimos cosas maravillosas: cortes de calles, caceroladas todos los viernes… Como yo vengo de diferentes movimientos sociales, y también a través del amor y de todo eso, empiezo a ver yo por primera vez que yo ya conozco de todo esto. Y más, todo el proceso de asociaciones sociales y barriales en donde estaban las compañeras de “Putas indignadas”, todo eso hace como una bola, una bola de nieve de crecimiento social y que se empieza a escuchar más a las trabajadoras sexuales. No es por mí, ni es por ellas, pero es el conjunto de todas las sinergias.

Y así fue cómo hicimos cosas con el barrio, cosas muy sentidas y emocionales, muy políticas, muy radicales, y que han hecho incidencia política.

BZ. Así entonces llegáis a la cuestión de la sindicación, donde como tú dices, confluyen los elementos de clase, con los de consideración del trabajo y también con los básicos de organización de la clase. ¿Cómo se desarrolla ese proceso y que acompañamientos vais encontrando?

PE. En primer lugar iniciamos un poco de información sobre la sindicación, pues teníamos una información básica sobre los sindicatos. Pero al mismo tiempo como cualquier persona, sabíamos que los sindicatos defienden los derechos laborales. Por lo tanto, desde mi poca información, entendía que si debíamos ser reconocidas como trabajadoras, ¿qué mejor que un sindicato?. Y ahí empieza la búsqueda: qué tipo de sindicato, cómo lo quieres, con quién vas a hablar, que te ofrecen, qué no te ofrecen… ¿no? Las negociaciones que llevan muchos años, hasta el momento en que un sindicato te ofrezca un espacio específico, autonómico, parecido a tu proyecto político, porque llevamos tiempo, pero no es parecido al de ellas, porque esto es de toma y daca, quiero decir. No es que nosotras venimos aquí a inventar nada. Y esto es importante de valorar, nos sumamos a procesos sociales y de lucha que ya están haciendo otras personas.

Y claro, nosotras, atrevidas, empezamos exigiendo cosas que ningún trabajador o trabajadora tenía. No, no queremos patrones, no queremos esto, y tuvimos que ir aprendiendo que si vamos a hacer el proceso del reconocimiento del trabajo, habrá que aceptar y ceder en algunas cosas, no porque seamos nosotras, sino porque el sistema está organizado de esta manera y en el caso de que se nos reconociera como trabajadoras, pues seguimos las normas que siguen otras trabajadoras. Eso no significa que nosotras no sigamos presionando para que desde el sindicato se exijan más derechos, desde nuestra persepctiva

BZ. En ese sentido, por ejemplo, te estás separando de la línea de calificarte como trabajadora empleada de hogar, o autónoma, sino que reivindicáis trabajadora, por cuenta ajena, con todos los derechos. Sin buscar otros atajos.

PE. Es verdad que nosotras estamos luchando por derechos. Los derechos laborales van de la mano con los derechos de ciudadanía. Por lo tanto, sabemos que los autónomos y las autónomas, aquí, en España, no tienen muchos derechos. La trabajadora del hogar, tampoco. Entonces queremos que nuestra lucha también sirva para otras luchas sociales. O sea, se tiene que replantear el trabajo así. Y lo que signifique. ¿Por qué tenemos nosotras que pagar la seguridad social para trabajar para un tercero, por ejemplo, si estamos hablando de empleadas de hogar o autónomas, o falsas autónomas?

BZ. Me ha parecido interesante la idea que ha salido de que todo el trabajo hay que criticarlo, por ser una explotación, frente a gente que tiene esta concepción de que se pide ser trabajadora para estar en un lugar privilegiado. Y así os miran, algunas, como si ese lugar no os correspondiese.

PE. Yo creo que un amplio sector de la sociedad critica cualquier exigencia de los movimientos sociales, sindicatos u organización social. ¿Por qué? Pues porque estamos construidas y enseñadas de esas manera; que parece que hay que callar, que hay que soportar, aguantar, que no podemos pedir más porque ya lo tenemos todo. Sin ver, que en realidad quienes tienen todo, son las personas que manejan a los políticos, que son los banqueros, que son los dueños de los pactos de los contratos laborales, que son los dueños de nuestros tiempos libres, y de nuestros espacios de trabajo. O sea que a ello no les importa nada nuestra realidad. Y hay gente que, dado que nos han lavado tanto el cerebro, pues defienden todavía este posicionamiento de lo que significa el trabajo.

Hoy exponía en la intervención lo que se decía de lo que significa el trabajo que es tortura al esclavo, ¿no? Trabajo viene del latín tripalium, que significaba literalmente tres palos, y era un instrumento de tortura formado por tres estacas a las que se amarraba al reo, para torturarlo.

Con esto quiero decir que hemos pasado por varios procesos. Han lavado tanto la palabra trabajo que ha pasado de ser tortura al esclavo a ser dignificante, digno el trabajo.

Así que quiero recuperar el origen de la palabra para ir en contra de lo que significa. Y reformular el trabajo en el sentido de que es una necesidad para todas las personas.

BZ. ¿Piensas tú que son realmente duras las condiciones del trabajo sexual? Es decir, ¿son más duras que otras? ¿Se pueden comparar con otras condiciones laborales de otros trabajos que sí son considerados como tales?

PE. Las condiciones de trabajo son duras, sí, son difíciles, son complejas. Tú puedes acomodar -depende de la experiencia que tengas, los años y las facilidades que tengas de negociar- cómo trabajar y dónde. Pero también hay que señalar que la falta de visibilidad del trabajo hace que las personas que recién entran en ese trabajo acepten cosas que las que ya tenemos experiencia no aceptamos. Y esto pasa en otros trabajos. Las personas que se incorporan, las personas más jóvenes que se incorporan a cualquier profesión aceptan contratos más precarizados que otras que tenían otros privilegios y que no van a trabajar por menos dinero y más horas. En cambio, las personas que entran al mercado sí aceptan cualquier cosa, porque no conocen otra realidad de lucha.

BZ. O sea que entiendes que falta una transmisión de la lucha y de las condiciones laborales y de negociación, por decirlo de alguna forma, que la gente cuente cómo se está y qué se puede negociar.

PE. Sí claro, y aparte de esto, no alejarlo del relato de los otros trabajos. Pero en sí el trabajo, ¿es duro? Pues sí. Como cualquier otro trabajo, y más sobre todo, porque no está reconocido. Ahí sí que se agudiza la precarización, agudiza las exigencias para que hagas más cosas por menos dinero, o ese tipo de cosas, ¿no? que, insisto, no se alejan de las realidades laborales de otros trabajos.

BZ. Se ha hablado mucho de esclavitud, de explotación, … A veces incluso se señala a la prostitución como una figura que tendría que entrar en el Código Penal, como violencia de género. ¿Cómo ves el tema de leyes penalizadoras para estas actividades? ¿Se están mezclando situaciones de trata, como prostitución forzada con situaciones de prostitución?

PE. Vamos a ver, hay una figura penal, que es la situación de la trata, que sí está penalizada, pero habría que verla bien porque esta ley no beneficia a las mujeres. Esta ley solamente lo que hace es potenciar la ley de extranjería, para limitar los proyectos empresariales de las mujeres que vienen de otros países, que son migrantes y que deciden ejercer el trabajo sexual para, como proyecto empresarial, mejorar su vida y su situación económica. Entonces lo que hacen las leyes de trata es confundir trata con trabajo sexual. Y niegan la capacidad de agencia a las trabajadoras, a las personas que deciden migrar o estar aquí y ejercer su trabajo, o ejercer el trabajo sexual, porque por lo que sea consideran que es más rentable, o más cómodo o lo que quiera que fuera el trabajo sexual. Y entonces limita a las compañeras. Y ahora mismo, la ley de trata, supone agudizar las penalizaciones a las migrantes. No ayuda a personas que están realmente en situación de trata. No hay espacios que acojan, espacios amables, seguros… Porque si vienen en una situación de trata, es como una situación de violencia extrema donde te pueden llegar a matar, a golpear… Es como que viene del amor romántico, viene de la mano de la pareja. Para eso las mujeres, y aquí dentro del feminismo, tenemos que estar bien cuidadas o bien aconsejadas, para poder salir de esta situación de violencia que venimos sufriendo. Tanto sea de violencia de género como de trata.

Entonces la ley de trata tiene que contemplar todas estas realidades. Entender que es una violencia de género, la trata. Y, por supuesto, potencializar la autonomía y la independencia de las trabajadoras, que deciden ser trabajadoras sexuales y no están en situación de trata.

Como bien dijo la compañera de Genera los números que manejan las organizaciones son del 20 y hasta el 25% de mujeres en situación de trata. No tendría que haber ni un 1%, pero existe. Como existe en otras profesiones esclavitud y trata.

Ahora bien. Las leyes hay que cambiarlas. Y eso sin penalizar a las trabajadoras sexuales. O sea, la trata es un delito penal, pero la prostitución, no. Entonces separemos las aguas, seamos objetivas y trabajemos conjuntamente para que esto sea mejor para todas.

BZ. En todo este tema y trabajo, a nivel internacional, ¿hay algún movimiento de trabajadoras sexuales? ¿Estáis en alianzas con otras feministas, o con antirracistas, o con organizaciones de trabajadoras sexuales?

PE. Ahora hay organizaciones prácticamente en todo el mundo. Latinoamérica tiene una red propia que se llama Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe. Luego está el sindicato de trabajadoras sexuales que es una sección sindical que se llama AMMAR, en Argentina, que tiene 6.000 afiliadas. En Bélgica, hay sindicato de trabajo sexual también… Bueno, la verdad es que hay en muchos países.

Es que la única manera de cambiar la situación, no solamente para nosotras, sino para todas las trabajadoras, es que trabajemos conjuntamente y que entendamos las transversalidades, o sea, como que si somos migrantes, si somos negras, si somos pobres, entender que es una cuestión de pobreza, de clase y de género. Trabajar desde ahí para poder construir algo más amable para todas.

BZ. Y por último te quería hacer una referencia a la sindicación. Has venido invitada por el sindicato LAB. Tú estas en otro sindicato, IAC ¿cómo son tus relaciones militantes en el sindicato y con otros sindicatos?

PE. ¡Ah! Maravillosas, tengo mucha suerte. Pero quiero señalar que yo también soy luchadora y reclamo el espacio que me merezco, que nos merecemos todas. No permito que nadie me diga lo que tengo que hacer. También escucho y sé aprender. Así ha sido un proceso largo, a veces doloroso, pero sobre todo rico, evolutivo y que todavía tiene mucho camino por delante. Eso por lo que se refiere a la Intersindical Alternativa. LAB, por lo demás, siempre me ha recibido con mucho cariño, así que estoy más que agradecida. Me han escuchado y yo siempre estaré presionando para que se creen las secciones sindicales. Pero cada sindicato tendrá su proceso.

BZ. O sea que a ti te parece que la salida es que los sindicatos tengan sus propias secciones de trabajo sexual, en lugar de otras alternativas más gremiales o corporativas…

PE. Yo creo que esto es un criterio muy personal, y creo que en estos momentos lo más interesante son las construcciones colectivas con otros trabajadores y trabajadoras, que crear un sindicato corporativo de trabajo sexual. ¿Por qué? Nosotras no tenemos experiencia de lo que significa el derecho laboral. No tenemos herramientas, ni intelectuales, ni políticas, ni contactos, ni el poder que se necesita para crear ahora mismo un sindicato corporativista, que ya existe, como sabes, pero que no está vigente porque no le han dejado aprobar sus estatutos. Sí, termina siendo una asociación. En estos momentos el único sindicato que tiene una sección sindical, oficial, con los estatutos vigentes y con asesoría jurídica y que ha procedido como sindicato ha sido el de la IAC. Yo apuesto a por eso. A una confrontación social conjunta de diferentes sectores de diferentes trabajos, incluyendo, el del trabajo sexual.

Fuente e imagen: https://vientosur.info/spip.php?article15328

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Entrevista a Adriana Guzmán: “El golpe de Estado en Bolivia es racista, patriarcal, eclesiástico y empresarial” Claudia Korol

Entrevista/27 Noviembre 2019/Autora: Claudia Karol/Rebelión

Adriana Guzmán integra el Feminismo Comunitario Antipatriarcal de Bolivia y Feministas de Abya Yala. Se reconoció en esa lucha con otras compañeras en la Guerra del Gas en 2003, por eso suele decir que aprendió en la calle de qué se trata el patriarcado y por qué el feminismo es una herramienta fundamental para crear otras formas de vida. Ahora mismo resiste el avance de las milicias que festejaron la quema en la plaza pública de la whipala, la bandera de los pueblos originarios, un gesto de una violencia simbólica tal que es difícil nombrarlo sin que el corazón se parta. En este diálogo caracteriza al golpe de Estado, llama a enfrentarlo y a apoyar las acciones de la resistencia.

¿Cómo caracterizás al golpe de Estado en Bolivia?
-Hay un dolor profundo frente al triunfo de este golpe cívico, militar, fundamentalista, empresarial. Estas movilizaciones empezaron después de las elecciones del 20 de octubre, cuando se acusó de fraude al proceso electoral en el que Evo Morales obtuvo un 10% más de votos frente al segundo candidato Carlos Mesa. Había un descontento en sectores de la sociedad por la repostulación del Evo. Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales hacemos una autocrítica ahí. Creemos que habría que repensar esa postulación del Evo. Pero por otro lado, había un montón de imposiciones de los otros partidos. Por ejemplo Carlos Mesa, siendo genocida, coautor de la Masacre del Gas (2003), estaba yendo a las elecciones como candidato. ¿Cómo si un genocida va a las elecciones, no puede repostularse alguien por tercera vez?.
¿Quiénes son los protagonistas del golpe?
 
Por un lado está la oposición que en términos “democráticos” se habría visto afectada por el supuesto fraude, encabezada por Carlos Mesa. Fue vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada, coautor de la Masacre del Gas, y la última cara que tuvo que utilizar la oposición de los partidos políticos, una oposición anacrónica, sin propuesta, sin rostros, que había quedado destrozada con estos años del proceso de cambio. Partidos que ni siquiera existen ya sus siglas, se juntan y ponen a Carlos Mesa como su candidato. Esa sería la “oposición política”. Son los votos de cuestionamiento al MAS (Movimiento al Socialismo).
El otro es el grupo de derecha fascista encabezado por el Comité Cívico de Santa Cruz, donde está Luis Fernando Camacho como Presidente. Es una instancia que inventan los empresarios para participar en decisiones, en la elaboración de leyes para defender sus intereses. El Comité Cívico representa a los empresarios, oligarcas, a los terratenientes, socios de las transnacionales, del Oriente boliviano.
El Oriente boliviano está tomado por los terratenientes, que han obtenido sus tierras del regalo de la dictadura, y que han sometido ahí a los pueblos indígenas, a migrantes de La Paz, de otros departamentos, migrantes aymaras y quechuas, para su servicio, como sus peones. Es la oposición económica que encabezado este golpe de Estado. Luis Fernando Camacho está vinculado además a los carteles del narcotráfico. Es hijo de un paramilitar que ha estado al servicio de la dictadura. Eso es lo que representan quienes ha encabezado este golpe de Estado.
 
-Hay sectores políticos que no nombran este momento como un golpe de Estado ¿Por qué ustedes lo caracterizan así? 
Primero, porque se ha buscado la desestabilización social, política, sembrar terror con grupos armados en diferentes lugares. Armados con armas de fuego, con cascos, con escudos. Se ha articulado a grupos universitarios, paraestatales, paramilitares, grupos fascistas, racistas, que ya había desde el 2008, como la Unión Juvenil Cruceñista. Sembrar el terror, desestabilizar políticamente, es la primera característica del golpe. Aliarse con la policía después, que se amotina.
Convocar a los militares que se suman supuestamente a defender al pueblo. ¿Cuál pueblo? El que encabeza Luis Fernando Camacho. Todas esas son las características de un golpe. Finalmente, lo vemos hoy, cuando en vez de que entre Carlos Mesa al Palacio de Gobierno después de la renuncia de Evo, no lo hace él. Lo hace Luis Fernando Camacho, representante de estos empresarios, de la Iglesia, del peor fundamentalismo del país. Impone la bandera, la Biblia y convoca a una Junta cívico militar, donde estarían militares, y personajes “notables”, que son ellos.
Este golpe de Estado ha tenido por un lado características tradicionales, como la presencia de los militares, de la policía, pero también características distintas, promoviendo el enfrentamiento entre vecinos, lo que se ha logrado gracias a la profundización del racismo. Han salido vecinos a decir que “basta del Gobierno de indios, de ladrones”. Todos los que tenemos cara de indios somos señalados como parte del MAS. Especialmente las que somos mujeres originarias indígenas. El golpe de Estado es también un golpe a las mujeres, a las organizaciones sociales. Por el amedrentamiento, por la humillación. Es un doble golpe. No es solamente al Estado, al Gobierno, sino también a las organizaciones sociales.
-Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales ¿qué valoración hacen del Gobierno de Evo?
 
Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales hemos sido parte de este proceso de cambio, lo hemos construido. Se ha parido este feminismo en el proceso de cambio. Los principales debates han estado en la Asamblea Constituyente. Lo plurinacional, el reconocimiento de los pueblos, el ejercicio de nuestra autonomía, de nuestra autodeterminación. Hoy hay autonomías originarias, indígenas, campesinas.
Con muchas limitaciones, sí, pero se están construyendo, se está haciendo el camino de la reconstitución del territorio, que era lo que queríamos como pueblos. Las cosas que dice la Constitución: el Estado de base comunitaria, la economía comunitaria. El artículo 338, que habla del trabajo impago de las mujeres, que el trabajo del hogar produce riqueza, y debe ser contabilizado en las arcas del Estado. Esos debates se han traducido en leyes, que se han traducido en programas, posibilidades, acciones concretas.
 
-Sin embargo, también hay críticas al Gobierno de Evo Morales en relación al extractivismo ¿verdad? 
Principalmente en el área económica tenemos las críticas. No se ha transformado la matriz capitalista del sistema, no se ha afectado a los intereses de los empresarios, de los ganaderos, de los madereros. Eso es cierto. También había contratos de 100 años de duración. No ha habido la decisión política para nacionalizar por ejemplo la minería, que era uno de los pedidos que hacíamos. Sin embargo, ha habido muchos logros en término del reconocimiento de los pueblos originarios, de ir construyendo haciendo camino, para nuestra propia educación, nuestra propia organización política. Cambios que hemos ido haciendo, incluso más allá del Estado, incluso a pesar del Estado.
-¿Se puede, como feminista, defender a un presidente al que se caracteriza como machista?
Como feministas tenemos muchas críticas a Evo Morales, por la matriz económica, por el extractivismo. Hemos cuestionado su machismo. Pero entendemos también que tener un presidente en el cual nos miramos, aunque sea un presidente machista, no es lo mismo que tener un presidente blanco, empresario, oligarca… como Macri. Entendemos la diferencia. La entendemos en el cuerpo, no solo racionalmente. Para nosotras era importante que Evo sea presidente.
Era paralelo al proceso que hemos hecho las organizaciones sociales de transformación cotidiana, de poder mirarnos al espejo, reconocernos, nombrarnos. Contra todo esto viene el golpe de Estado. Por eso la humillación. Por eso el escarmiento. Por eso la quema de la whipala.
-¿Qué significa el racismo como componente estructural del golpe de Estado?
En el proceso se ha planteado una descolonización desde la educación, en diferentes políticas públicas, tanto en el Estado como en las organizaciones. No sólo en la recuperación de prácticas ancestrales, sino en la recuperación epistemológica de pensar de otra forma, de gestionar el poder de otra forma. Sin embargo, a pesar de esa descolonización, no habíamos profundizado el racismo. ¿Por qué? Porque el racismo es un ejercicio de privilegios.
La forma de acabar con el racismo, era acabar con esos privilegios que vienen del mundo económico principalmente. Los privilegios que tienen los oligarcas, los terratenientes, no se han afectado como hubiera sido necesario.
-Además el racismo es transversal, no corresponde a un sólo espacio o partido político…
 
Una muestra de este racismo, está también en las prácticas de la izquierda y de ciertos feminismos. Una izquierda colonial que asume que las organizaciones originarias, campesinas, sirven para tirar piedras, para hacer bloqueos, y no para decidir cómo queremos vivir. Esa ha sido la pugna en la Asamblea Constituyente, y la pugna entre feminismos burgueses, blancos, clasemedieros, y el feminismo comunitario. Y por blanco, por burgués, me estoy refiriendo específicamente a las feministas que intervienen desde sus privilegios, desde su clase, desde su casa, su trabajo consolidado, su dinero, su apellido. Han juzgado al Gobierno no sólo por sus errores políticos.
Lo han juzgado por indios. En esta coyuntura, primero se han pronunciado denunciando el fraude, pero sin cuestionar que Carlos Mesa, el otro candidato, es un genocida. En medio de las movilizaciones, han planteado esta disputa como un enfrentamiento de machos, sin mirar el racismo. Para continuar, han deslegitimado nuestras denuncias de racismo, diciendo que hablar de racismo era una campaña que estaba haciendo el Gobierno. Como si éste no hubiera sido un país colonizado por los españoles, invadido y violado sistemáticamente. Como si se pudiera borrar por un partido, el Movimiento Al Socialismo en este momento, estos años de colonización y de racismo.
-¿Qué pierden las mujeres y el pueblo con este golpe?
¿Qué estamos perdiendo con este golpe al Estado Plurinacional, para imponer la República católica, cristiana? Este golpe es para escarmentar al Gobierno de un indio, y poner seguramente una junta militar integrada por militares y personajes notables. Ahí está el colonialismo. Suplantar al indio por militares y notables.
Este golpe es contra el Gobierno indígena, originario, acompañado de las organizaciones campesinas y los movimientos sociales. Es un escarmiento para que no se nos vuelva a ocurrir que es posible vivir fuera del capitalismo, que el vivir bien pueda ser una posibilidad, que no se nos vuelva a ocurrir la autodeterminación, que podamos autogobernarnos, autoorganizarnos. Que aceptemos este sistema capitalista, neoliberal, patriarcal, colonialista. Ése es el mensaje.
-¿Cómo crees que puede cambiar la vida de las comunidades indígenas, originarias?
Especialmente en el caso de las mujeres. Va a haber un retroceso absoluto en todos los derechos logrados. Ya se habla que se van a derogar leyes, como la Ley 348 que asegura una vida libre de violencia, que reconoce el feminicidio, una ley con la que nunca han estado de acuerdo los fascistas. Se va a ir en contra de los derechos conquistados, de estos logros simbólicos y reales. También se van a atacar las universidades indígenas.
En este proceso de cambio, y no en otro, y por la lucha de las organizaciones sociales, tenemos universidades indígenas, donde van jóvenes que estudian lo que necesita su comunidad, y que después de estudiar eso vuelven a servir a su comunidad. No universidades que producen empresarios y desclasados para el mundo, como son las universidades en las ciudades.
Lo que perdemos es la posibilidad de haber hecho este proceso de transformaciones con el acompañamiento del Estado. Pero no perdemos la esperanza. No perdemos la convicción, no perdemos los sueños, no perdemos la urgencia de hacer otro mundo posible. Es mucho más difícil en un Estado fascista, pero nosotros, nosotras, vamos a seguir haciéndolo.
-¿Cuál es la situación en este momento, mientras Evo Morales ya está fuera de Bolivia?
Los golpistas están tomado los canales. Están tomadas las radios comunitarias. Desde los medios de comunicación tomados todos por los golpistas, se denuncia que se están haciendo saqueos, sembrando el terror a nombre del MAS. Se dice que son hermanas y hermanos que vienen de las comunidades, y no es así. Hacen estas denuncias para deslegitimar nuestra Resistencia. Las organizaciones sociales no están haciendo ningún saqueo, porque son parte del pueblo en resistencia. Se quiere desprestigiar nuestra Resistencia. Las organizaciones sociales han convocado al cerco de La Paz, se ha cortado el agua en la Paz. Vamos a recuperar La Paz, y nos vamos a ir reorganizando.
-¿Qué necesita el pueblo en resistencia de los pueblos de otros territorios? ¿Qué necesitan ustedes de los feminismos transnacionales?
 
Nuestra convocatoria, hermanas y compañeras, más allá de las fronteras: Nos conocemos, nos hemos mirado. La primera es la confianza en la palabra nuestra, porque la información que está circulando es que aquí no hay ningún golpe, que todo está bien. Lo cierto es que están los militares y los policías apoyando a los golpistas, amedrentando a las organizaciones. Esto es un golpe. Necesitamos que lo digan. Necesitamos que compartan nuestra indignación, nuestro dolor, y que compartan también nuestro miedo, frente a lo que están generando estos grupos armados. Nuestra convocatoria es también a cuestionarnos como feministas.
Este análisis reducido de pensar que todos son los mismos, que el Evo era lo mismo que los otros, o que es solo una disputa entre machos, no nos deja ver cómo disputa el patriarcado, el capitalismo, las variables económicas, coloniales, del sistema. No nos deja ver que con el fascismo no se dialoga. El fascismo no escucha. El fascismo no retrocede.
El fascismo elimina. Con las humillaciones están tratando de eliminar nuestras luchas. Las convocamos a denunciar esto, y a construir un feminismo que sea comunitario, popular, piquetero, desde estos territorios, que no esté más allá del bien y del mal, que no sea funcional a la derecha finalmente.
Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=262760&titular=%93el-golpe-de-estado-en-bolivia-es-racista-patriarcal-eclesi%E1stico-y-empresarial%94-
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Entrevista a José Antonio Marina: “La tecnología está creando una pasividad peligrosa”

Entrevista/Autora: Elisa Silió/El país

El pensador denuncia «un empobrecimiento intelectual absoluto y dramático» por el mal uso del móvil

El filósofo y pedagogo José Antonio Marina (Toledo, 1939) cree que se está extendiendo una “idea destructiva”: ¿para qué lo voy a aprender si lo puedo encontrar en Internet? Él contesta con una diapositiva de las cuatro ecuaciones del campo electromagnético de Maxwel: ¿Las entendéis? Cree que hay que reivindicar el conocimiento y ha escrito un libro, Historia visual de la inteligencia (Conecta), en el que con textos, mapas mentales y jeroglíficos repasa la historia de la humanidad hasta la inteligencia artificial.

Pregunta. Los nórdicos invierten mucho en educación infantil porque el cerebro se forma entonces. ¿Deberíamos poner más fondos?

Respuesta. Es importante porque en la primera infancia, hasta los siete u ocho años, el cerebro es extraordinariamente plástico y se establecen las conexiones neuronales. Pero uno de los descubrimientos más sorprendentes de la neurología, ya hace 15 años, es que hay una segunda época dorada del aprendizaje, en la que se rediseña el cerebro con un tipo nuevo de neuroplasticidad, entre los 13 y los 18 años. Cambia la anatomía del cerebro, los grandes hábitos se implantan mejor y podemos corregir fallos educativos.

P. De modo que no se puede descuidar a los adolescentes.

R. El niño tiene que aprender a organizarse en el mundo al que ha venido y el adolescente aprender porque se va a emancipar. Siempre hacemos responsables a las hormonas de las alteraciones en la adolescencia, pero también está cambiando la forma de funcionar el cerebro. Hay que aprovechar esta capacidad.

P. Se les reprocha tener déficit de atención, de hecho, las clases son más cortas (50 minutos).

R. Hasta un 12% de los alumnos tienen problemas de atención. Lo vimos en la Escuela de Padres. El uso de móviles está dificultando la atención voluntaria. Al mirarlo y volver a la tarea podemos perder hasta el 40% de la información que manejábamos. Es una especie de hacer y deshacer. Un síndrome compulsivo, si no miran la pantalla cada tres o cuatro minutos empiezan a sentir una especie de angustia. Eso es un disparate completo. Ese trajín puede ser de 300 o 400 veces al día. Hay mucha gente que no es nativa digital y empieza ahora por el móvil a tener dificultades para leer un texto medianamente largo. Eso es un empobrecimiento intelectual absoluto y dramático.

P. ¿Habría que hacer como en Silicon Valley que prohíben el móvil a las cuidadoras?

R. En mi libro se cuenta cómo la tecnología está haciendo las cosas tan fáciles que empieza a resultar casi insoportable hacer un pequeño esfuerzo. Queremos que una aplicación lo resuelva todo. Al final se crea una pasividad que es peligrosa. No hay que ser solo bueno técnicamente sino crítico.

P. El 85% de los trabajos de 2030 no se han inventado, según el informe Dell Technologies. ¿Estamos preparados?

R. En 2040 o 2050 no solo habrá cambios en los trabajos, sino desembarco de sistemas potentísimos de inteligencia artificial, de microimplantes neurológicos, de drogas de la memoria o de avances genéticos, aunque estos más lentos. Y hay compañías informáticas —en especial Google— preparadas para hacerse con el talento con programas educativos muy potentes, mientras que en el mundo de la educación no estamos reaccionando. Este libro aborda cómo el mundo de la inteligencia artificial maneja muy bien la parte cognitiva pero no la parte emocional, que es la que nos lleva a tomar decisiones.

P. Canarias imparte la materia Educación Emocional.

R. La asignatura se queda corta. No podemos decirles a los alumnos cómo resolver los problemas que tendrán, pero sí proporcionarles recursos para ser rápidos en aprender, tenaces, optimistas… Tienen que saber gestionar las emociones, sobreponerse al fracaso, disfrutar de las cosas buenas, saber elegir las metas, saber centrar la atención… La rapidez en el aprendizaje es lo que nos ha definido como especie y por tanto es el núcleo de lo que somos.

P. Usted se pregunta por qué si somos tan inteligentes hacemos tantas tonterías.

R. Por ejemplo, en Reino Unido se plantean que el Brexit va a ser malo para ellos y la Unión Europea. La psicología estudia la inteligencia como si fuese una facultad individual, pero se da en un entorno social que la favorece o la destruye. Con el nacionalismo hay que plantearse si se están tomando decisiones inteligentes o entregando emociones que no se sabe bien adónde conducen. Y todo esto es teoría y práctica de la inteligencia y la educación.

P.  Distintos informes manifiestan que los alumnos no practican el “mens sana in corpore sano”. ¿Es grave?

R. Educación Física es una asignatura que en España metemos de clavo y con poco tiempo cuando el ejercicio es el gran protector el cerebro. Por eso la gente mayor debe ejercitarse más físicamente que intelectualmente. Y, si el deporte es reglado, a los niños les organiza mucho la conducta y es un antídoto contra la obesidad, la droga o el alcohol. Además, deberíamos dar más protagonismo a los profesores de Educación Física y Teatro, porque tienen un acceso —sobre todo en secundaria— a los alumnos diferente. Nadie en en la cancha discute que el entrenador sabe cómo se juega y quienes son los jugadores.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/10/29/actualidad/1572364902_758721.html

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Ciber-espacio: Territorio de violencia simbólica contra las mujeres por Mariangela Petrizzo

Por: .tatuytv.org.

En un contexto donde la violencia contra la mujer es una constante cotidiana, el ciber espacio no escapa de estas prácticas, y las mujeres somos vulnerables ante distintas violencias que ahí se presentan. El espacio digital es un territorio que tiene violencias simbólicas contras las mujeres, porque de alguna forma repite las violencias que vivimos en el territorio real, esto nos comenta Mariangela Petrizzo quien profundiza sobre esas prácticas violentas a las que estamos propensas, y nos recomienda que hagamos un uso consiente de las tecnologías para que podamos prevenir estas violencias.

Investigadora y militante de la colectiva “Activistas por el Software Libre”, Mariangela menciona sobre distintas herramientas que podemos encontrar en internet, y que sirven para cuidarnos entre nosotras, es así que nos presenta la plataforma Yenchi, la cual funciona para realizar un monitoreo territorial de violencia de género en Venezuela, esta herramienta permite “constatar esto a la luz de la ley, tenemos un mandato de protección de los derechos a una vida libre de violencia en el caso de las mujeres ¿cómo la estamos cumpliendo?, esta herramienta nos muestra como estamos en deuda todavía, y justifica que pueda habilitarse una reforma a esta ley”

Asumiendo que el sistema patriarcal es el que ha establecido ciertos patrones de conducta y de género, tanto simbólica como explícitamente en nuestros territorios, se entiende entonces que esos patrones pueden ser replicados en el ámbito digital “aunque nosotros adoptemos una identidad falsa en el ámbito digital estamos siendo lo que somos, y lo que somos sigue todavía simbólicamente dominado por el patriarcado”

Entrevista realizada por: Laura Guzmán, María A. Reyes, y Silvana Solano

Fuente de la entrevista: https://www.tatuytv.org/entrevistaciber-espacio-territorio-de-violencia-simbolica-contra-las-mujeres-mariangela-petrizzo/

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Mel Ainscow, experto en educación inclusiva: “Las escuelas saben más de lo que creen”

Por: Cecilia Álvarez.

Considera que la clave en la transformación de los sistemas educativos es “invertir en los docentes”

Mel Ainscow es docente e investigador de la Universidad de Manchester, Inglaterra, y es uno de los autores que definieron la educación inclusiva. “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”, repite como un mantra, en un concepto muy vinculado a la inclusión de niños con discapacidad pero que Ainscow invita a ampliar, pensando en qué niños son los más vulnerables en cada país y prestándoles especial atención a ellos. En el marco del proyecto “Inclusión educativa de personas en situación de discapacidad en el sistema educativo de Uruguay: pedagogía en clave de diferencias”, en el que participan la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el programa Eurosocial de la Unión Europea, Ainscow estuvo la semana pasada en Uruguay y mantuvo reuniones con las autoridades, talleres con docentes y actividades con organizaciones de la sociedad civil que trabajan en torno a estos temas. Su rol, afirma, es “estimular la discusión” y aportar la experiencia de otros sistemas educativos en el mundo. Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, aseguró que visitas de expertos como Ainscow “enriquecen la formación y nos permiten poner en la agenda temas de alta relevancia”, pero consideró que la inclusión tiene que ser “un proceso sostenido”: “Poner en la agenda y gradualmente construir herramientas, dispositivos, formación y transformación cultural de la sociedad toda”.

Avanzar hacia un sistema educativo inclusivo y equitativo es un desafío para todos los países del mundo, asegura el investigador. Sobre cómo hacerlo, sobre las críticas por la pérdida de calidad y sobre las recomendaciones que presentó ante las autoridades conversamos con Ainscow en su tercera visita a Uruguay.

La última vez que estuviste en Uruguay dijiste que la reforma tenía que ser total para lograr políticas inclusivas. ¿Es posible avanzar cuando es necesario un cambio tan grande?

De lo que estamos hablando es de una agenda de transformaciones para cambiar la forma en que funciona el sistema educativo. Eso no es fácil; llevará tiempo y necesita compromiso en todos los niveles del sistema. Antes que nada, se necesita el liderazgo del gobierno, que debe dar una dirección clara sobre cuál es el propósito de todo esto, así todos tienen una idea precisa de cuál es el compromiso. Después, hacia abajo, en todos los niveles del sistema educativo, todos tienen un rol que jugar. Por eso es tan importante tener claro el propósito. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de inclusión en educación? Recientemente UNESCO lo expresó con la consigna “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”. El énfasis es en la inclusión pero también en la equidad, en lo que es justo. Esto es un desafío para todos los países del mundo: ¿cómo creamos un sistema educativo en el que todos los niños tengan la misma importancia? Los docentes son cruciales en esto, son la clave. Si los docentes no entienden, si no se sienten valorados, si no se sienten apoyados, las buenas intenciones van a quedar fuera de la puerta del salón del clase. Si mirás los países que han hecho los mayores progresos, son aquellos en los que hubo una fuerte inversión en docentes, no necesariamente pagándoles mejores salarios –aunque estoy muy a favor de eso–, sino haciéndoles entender lo importantes que son. Si vas a Finlandia, enseñar es una de las profesiones más importantes. Cuando los jóvenes dejan la escuela, quizá quieran ser abogados, doctores, pero quizá también quieran ser maestros, porque en Finlandia los docentes son personas importantes. Creo que en otros países, como en Uruguay o en Inglaterra, tenemos que entender eso, tenemos que invertir más en los docentes, hacerlos sentir valiosos, y tiene que haber desarrollo profesional durante toda su carrera, que empiece en la formación de grado pero se extienda durante toda la carrera.

Muchos docentes que tienen la intención de generar inclusión en sus clases dicen que no están preparados para hacerlo. En Uruguay no hay formación en educación inclusiva, salvo algunos talleres. ¿Es importante que exista este abordaje en la currícula de la formación docente?

Esto ha sido central en las reuniones y talleres que hemos tenido. Mi argumento, basado en la experiencia de muchos lugares, es que usualmente las escuelas saben más de lo que creen. En cualquier escuela hay más experiencia de lo que la gente se da cuenta, y para avanzar tenemos que hacer mejor uso de esa experiencia. Hay problemas estructurales en la forma como las escuelas de todo el mundo hacen su trabajo: docentes en sus clases con las puertas cerradas, solos para resolver los problemas que surgen. En las escuelas que han hecho avances se buscó romper específicamente esa soledad de los maestros; la escuela está organizada de manera que ocasionalmente los docentes tienen tiempo para verse, para compartir ideas, para resolver problemas juntos y, sobre todo, para ver cómo los otros están enseñando. Los docentes que trabajan en soledad están limitados a su propia experiencia, y cuando tienen la chance de ver a otros colegas trabajar e intercambiar sobre sus prácticas educativas, eso les da la oportunidad de conocer la experiencia del otro pero también de reconocer y valorar la propia. Como profesionales –yo me considero un docente– tendemos a subestimar nuestra propia experiencia, principalmente porque no sabemos cómo hablar de nuestras prácticas, porque estamos muy ocupados aplicándolas. En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo otros están enseñando, para compartir ideas y materiales, y para resolver problemas juntos. Por eso este abordaje que estoy presentando es de transformación: tenemos que cambiar la forma en que trabajan las escuelas, tenemos que romper con la soledad de los docentes, los docentes tienen que trabajar con otros docentes, los niños tienen que trabajar con otros niños –porque los niños pueden ser una fuerza muy poderosa para la inclusión–, y, por supuesto, las escuelas deben trabajar con las comunidades, especialmente con las familias. Las escuelas que hacen progresos ven a las familias como compañeros del proceso educativo. Es una transformación que requiere mucho esfuerzo, mucho liderazgo en el sistema.

“Los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva”.

¿Pero no debería incluirse esta perspectiva en la formación de grado de los docentes?

Sí, claramente la educación de los docentes es un factor muy importante, y las próximas generaciones de docentes tienen que ser introducidos a las ideas de inclusión y equidad. Son principios, los docentes tienen que pensar sobre ellos y revisar sus ideas previas. También pienso que en su formación los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva. Y para eso hay mucha investigación; no hay que empezar de nuevo, sabemos mucho de lo que hacen los buenos docentes.

En tus trabajos hacés énfasis en que, cuando se habla de educación inclusiva, no se hace referencia sólo a los niños con discapacidad, sino a todos los colectivos que pueden ser más vulnerables.

En lo que estamos involucrados es en un cambio de paradigma, una forma diferente de pensar. La señal de la Organización de las Naciones Unidas en Educación 2030 es clara en que cuando decimos “educación para todos” necesitamos a todos los niños. Quizá hay niños que ya están en la escuela que son vulnerables, capaz que simplemente son niños callados, tímidos, niños que tienen problemas en sus casas, niños de familias migrantes; cualquier niño puede tener vulnerabilidades. La política de inclusión y equidad trata de llegar a todos. Tradicionalmente, los niños con discapacidad son vulnerables, y necesitamos estar seguros de que no son pasados por alto. Mi abordaje es apuntar a todos, pero estar atento a aquellos grupos que sabemos que son vulnerables. En Inglaterra probablemente los estudiantes más vulnerables son los chicos blancos de clase trabajadora. Sabemos, por las estadísticas, que en general son más proclives a abandonar y son más proclives a no hacer progresos en sus aprendizajes, entonces un proyecto de inclusión en Inglaterra tiene que mirar a esos niños. La pregunta sobre quiénes son los más vulnerables en Uruguay tiene que responderla la gente de acá, pero me preocupa, por lo que he escuchado, el número significativo de adolescentes que dejan la enseñanza secundaria. ¿Por qué dejan? ¿Qué nos dice eso sobre la forma en que las escuelas se organizan? ¿Qué nos dice sobre la currícula? ¿Es significativa y relevante para esos adolescentes? Me preocupa también, por lo que he escuchado, el número de estudiantes que repiten. Entiendo que los números en Uruguay son más grandes que en otros países, y puedo adivinar –aunque no lo sé– que muchos de esos adolescente que repiten son los que eventualmente abandonan. La repetición no les da confianza personal ni autoestima. Estas evidencias son desafíos para pensar en torno a cómo se organiza la educación, sobre la forma en que se enseña y se aprende.

Una de las críticas que se suele hacer cuando se habla de educación inclusiva es la de la pérdida de calidad. ¿Cómo respondés a ese argumento?

Tradicionalmente la gente ve la idea de la inclusión en tensión con la excelencia, con la calidad, y no puedo soportar eso. Hay países en el mundo que son excelentes en términos de sus sistemas educativos y que también son inclusivos. Si mirás lo que pasa en esos países, una de las razones por las cuales se volvieron excelentes es que han desarrollado una gran capacidad para tratar con las diferencias: no las ven como un problema, sino como una oportunidad para la innovación. Podemos tomar distintas partes del mundo y ver que es posible crear un sistema educativo excelente siendo inclusivo. Como venía diciendo, es un desafío.

“En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo están enseñando otros”.

Hablando específicamente sobre niños con discapacidad, en Uruguay uno de los formatos que se ha dado para incluir a niños en las escuelas comunes es el de la escolaridad compartida: el niño va unos días a la escuela común y otros a la escuela especial. ¿Es un formato inclusivo?

Es un paso en la dirección correcta; la gente que lo promueve, seguro, está buscando vincular al niño. No lo desaprobaría, pero tiene que ser visto como un paso, no como el final. Me preocupa lo difícil que debe ser para estos niños estar en dos escuelas diferentes: ¿tienen amigos en las dos escuelas o están semiintegrados? Pienso que vincular las escuelas especiales con las escuelas comunes tiene que ser otro paso, porque la colaboración entre ambas escuelas es parte del viaje. Hay mucha experiencia en las escuelas especiales, y no debemos perderla, lo que tenemos que hacer es usarla de forma más efectiva, llevándola hacia las escuelas comunes.

Además de invertir en los docentes, ¿qué otras recomendaciones estás haciendo a las autoridades en Uruguay?

Me voy a repetir, pero es lo primero: inviertan en los docentes, esa es la clave. Por lo que he escuchado, tienen un sistema muy centralizado, y hay ventajas de un sistema centralizado, por supuesto, pero en los sistemas educativos más efectivos existe lo que se llama una capa intermedia, que vincula al gobierno nacional con las escuelas, que coordina los esfuerzos para colaborar entre las escuelas y con la comunidad en el sentido más amplio. Por lo que he escuchado, eso no está muy bien desarrollado aquí. Pienso que sería bueno invertir en desarrollo local.

A nivel intermedio aquí existen los inspectores…

Sí, pero no me refiero a ellos, que seguro tienen un rol, sino a socios a nivel local. De nuevo, si te fijás en los sistemas educativos exitosos, como el de Finlandia, el de Ontario, en Canadá, o el de Singapur, aunque son sistemas diferentes, todos ellos tienen socios poderosos a nivel local, que coordinan y están atentos a todo, que se aseguran de que no haya niños que queden a un lado. Le diría a la gente de aquí que busque la forma de liderar una capa intermedia que conecte los lineamientos nacionales con las escuelas. También pienso que el liderazgo de las escuelas es muy importante, los directores de las escuelas son cruciales en esto, y ellos necesitan desarrollo profesional sobre cuál debe ser su rol apoyando al equipo de docentes a encontrar mejores formas de alcanzar a todos los niños. No lo sé, pero me pregunto cuánto esfuerzo se hizo en fortalecer el liderazgo a nivel de las escuelas, porque eso es muy importante.

Habías estado en Uruguay hace dos años. ¿Cómo evaluás el estado de la discusión en relación con tu última visita?

Creo que hay evidencia de un desarrollo muy positivo. Los docentes que he conocido están muy entusiasmados por hacer más, de fortalecer el sistema educativo; percibo que hay un compromiso muy grande de los colegas de la ANEP para crear el ambiente en el que los docentes puedan hacer su trabajo. Creo que hay muchas razones para ser optimistas, pero, por supuesto, todavía hay desafíos muy grandes en su sistema educativo.

Fuente de la entrevista: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/11/mel-ainscow-experto-en-educacion-inclusiva-las-escuelas-saben-mas-de-lo-que-creen/

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Entrevista: “El momento de la gente es siempre”, Violencia policial, Chávez y la crítica

Por: Tatuy Televisión Comunistaria.

No más ejecuciones en el barrio” es el nombre de una campaña contra la violencia policial organizada por Surgentes. Surgentes es un colectivo de derechos humanos que viene impulsando y acompañando procesos de construcción de poder popular y auto-gobierno en el barrio de San Agustín del Sur, en Caracas.

Según cifras del Ministerio del Interior, el porcentaje de homicidios responsabilidad de los cuerpos del Estado ha aumentado drásticamente en los últimos años, y esa violencia tiene lugar en los sectores populares.

En esta entrevista hablamos con Ana Barrios y Martha Lía Grajales, integrantes de Surgentes, sobre los motivos y objetivos de la campaña, la referencia que es Chávez en este tema, y las dificultades en torno a la crítica en el contexto venezolano actual.

¿Qué motivó Surgentes a realizar esta campaña contra la violencia policial en los barrios?

Ana Barrios – La campaña tiene como base la preocupación sobre el incremento pronunciado de las muertes que son homicidios cometidos por las fuerzas de seguridad, las llamadas “muertes por resistencia a la autoridad.” Esas muertes han tenido un incremento de 384 % entre 2013 y 2018, según las cifras oficiales. Aunque exista una disminución del número total de homicidios ha aumentado la proporción de homicidios ocasionados por el Estado. En el trabajo territorial que Surgentes lleva desde hace muchos años en San Agustín del Sur hemos sido testigos de como la violencia policial se ha incrementado, afectando a la gente en el barrio. Eso fue un disparador de la necesidad de investigar y caracterizar lo que está pasando.

Martha Lía Grajales – Nosotros creemos que existe una gran necesidad de abrir el debate. La represión de los cuerpos de seguridad en los sectores populares no es un tema discutido entre la izquierda, pese a la gravedad que evidencian las cifras oficiales. Así que en primer lugar creemos que esta campaña podría contribuir a abrir ese debate desde un discurso y un posicionamiento de izquierda, rompiendo la auto-censura por miedo de que seamos tildados de contrarrevolucionarios. Otro motivo muy importante es que, frente a la impunidad con que se están cometiendo estas prácticas, esta campaña constituye un mecanismo alternativo de denuncia. Permite ponerle rostro, humanizar a esos chamos ya esas familias que han sido victimizadas.

¿Qué características tiene esta violencia de los cuerpos de seguridad?

AB – La campaña tuvo como antecedentes una investigación cuantitativa y cualitativa sobre la violencia policial y los patrones que están ocurriendo. El patrón es claramente clasista. La violencia que están aplicando los cuerpos de seguridad, y en especial el FAES (Fuerzas de Acciones Especiales), ocurre solo en los sectores populares, y afecta de manera casi exclusiva a jóvenes varones entre 18 y 25 años. Muchos de ellos están vinculados a prácticas delictivas, por ejemplo en régimen de presentación, o que estuvieron presos. Sin embargo estamos hablando de delitos que no son graves, como pequeños robos, venta de drogas, o el cobro de alguna vacuna.

En los operativos lo que hemos encontrado es un patrón de ejecución. Lo que suele suceder es que agentes de seguridad ejecutan a los jóvenes una vez que ya están sometidos y rendidos, y después simulan un enfrentamiento. También hemos encontrado situaciones de tortura, maltrato, amenazas a familiares, además de un total incumplimiento de los protocolos. Por ejemplo, son los propios agentes del FAES quienes trasladan el cuerpo. Hay todo un patrón de actuación que no es espontáneo, pareciera planificado para dificultar la denuncia y la investigación. En la mayoría de los testimonios que levantamos las personas no han denunciado, fundamentalmente por miedo. Porque fueron amenazadas, o ellas directamente o algún familiar, por ejemplo sus otros hijos. Por otro lado hay muy poca fe en la justicia.

El porcentaje de homicidios causados por los cuerpos de seguridad creció 384% entre 2013 y 2018. Cifras del Ministerio del Interior y del CICPC. (Surgentes)

¿Cuáles serían entonces los principales objetivos de la campaña?

MLG – Una cuestión a tener en cuenta es que hay una alta legitimidad social de estas políticas de “mano dura”. Y en este sentido consideramos que al abrir el debate la campaña permite interpelar esa legitimidad social. Otra apuesta que tenemos con esta iniciativa es articular voces desde la izquierda, desde quienes reivindicamos el chavismo y los procesos de cambio, que nos permita acumular fuerzas porque creemos que es importante plantear una rectificación necesaria a nuestro gobierno.

AB – En primer lugar buscamos visibilizar una realidad que, desde muchos sitios y por muchas razones, es invisibilizada. Esta actuación de los cuerpos policiales está afectando a muchas personas, reforzando la desigualdad de clase, lo que no contribuye a los procesos de fortalecimiento del poder popular y de consolidación de la revolución. Y luego el segundo objetivo es buscar llegar a quienes tienen capacidad de decisión, de manera de iniciar una reflexión y un debate sobre la necesidad de hacer cambios. Es una campaña que reivindica una política de seguridad desde los principios de la izquierda, donde lo fundamental es construir una sociedad distinta, de iguales, una sociedad socialista. Nosotros no podemos hacer una revolución socialista si mantenemos cuerpos represivos que profundizan la desigualdad de clase.

Un elemento importante de la campaña es esta consigna “No en nombre de Chávez.” ¿Cuál era la visión de Chávez sobre este tema?

MLG – Para nosotros Chávez es central en todo este proceso. Es un referente desde el cuál nosotros como izquierda debemos transitar hacia la transformación del problema de la violencia, atacándolo desde sus dimensiones estructurales y no solamente desde las consecuencias. Chávez desde el inicio de su gobierno tuvo un discurso consistente con la denuncia y necesaria transformación de estas prácticas que históricamente han caracterizado el comportamiento clasista y racista de los cuerpos de seguridad, y siempre asumió que el problema de la inseguridad debería ser atacado desde la prevención.

De hecho, al inicio de su gobierno Chávez apostaba a que el mejoramiento de los indicadores sociales llevaría a la disminución de los índices de criminalidad. Cuando eso no ocurrió se interesó por entender este fenómeno desde su complejidad, entendió que los chamos en los barrios necesitan opciones que les den un proyecto de vida. No se trata solamente de un tema material, también es un tema de reconocimiento, de poder. Así fue que surgió la Gran Misión “A Toda Vida Venezuela” y el proyecto de reforma policial.

La campaña de Surgentes reivindica la visión de Chávez sobre la violencia policial. (Surgentes)

¿En qué consistió este proyecto de reforma policial?

AB – Hay que recordar que la política de seguridad ciudadana en Venezuela antes de Chávez se caracterizaba por su clasismo. Acentuaba la desigualdad, criminalizaba y estigmatizaba a los pobres, los chamos de barrio. En ese contexto existía por ejemplo este grupo dentro de la Policía Metropolitana conocido como “Los Pantaneros” que se dedicaba a hacer este tipo de operativos en los barrios.

Luego de algunos casos de asesinatos a manos de funcionarios policiales se empieza a dar en 2006 toda la reflexión acerca de la necesidad de hacer una reforma policial, y Chávez impulsa todo el proceso de la CONAREPOL (Comisión Nacional para la Reforma Policial), la reforma policial que dio lugar a un nuevo modelo, nueva legislación, incluso a la UNES (Universidad Nacional Experimental de la Seguridad). Chávez es el impulsor de esta nueva mirada, no criminalizadora, de la seguridad. Una mirada pensada de manera participativa, democrática, respetuosa de los derechos humanos. Como señalamos en la campaña, Chávez siempre denunció la criminalización de los pobres y la política de “plomo al hampa”.

El proceso generó muchas expectativas positivas. Por ejemplo, cuándo se inició el despliegue de la policía comunal, que es un componente de la PNB, en Catia, los primeros estudios indicaban una reducción importante de los índices de delito. Eso tenía que ver con el despliegue de una policía cercana, que buscaba la resolución de los conflictos, que no perseguía, no criminalizaba.

¿Y cómo contrasta ese proyecto de reforma policial con el actuar de cuerpos como el FAES actualmente?

AB – Nosotros consideramos que hoy en día la reforma policial está abandonada. Por ejemplo, el FAES es un “cuerpo de élite” dentro de la policía, muy especializado, con armas muy sofisticadas, para el tratamiento y abordaje de situaciones complejas de seguridad. La recomendación siempre fue que estos cuerpos deben existir pero tienen que ser pequeños y muy controlados. Y lo que estamos viendo es que el FAES ha crecido tremendamente, y hace un uso indiscriminado de la fuerza.

Además que el FAES aparenta ser un cuerpo que se ha autonomizado y que actúa prácticamente sin control. Una de las principales medidas para lograr el control de la policía es que exista una adecuada contraloría, evaluación de cada procedimiento, y eso no está ocurriendo.

Surgentes recogió testimonios de familiares de víctimas de ejecuciones a manos del FAES en los barrios de Caracas. (Surgentes)

En el contexto actual de agresión externa contra Venezuela hay una tendencia, intencional o no, de suprimir la crítica, porque puede hacer el juego a la derecha, o porque “no es el momento”. Cuáles son sus reflexiones sobre el tema?

MLG – Nuestra posición es que realmente lo que está haciendo el juego a la derecha no es la crítica, es la actuación de los cuerpos de seguridad en contra de los jóvenes pobres. Es una actuación que está dirigida a los eslabones más bajos de la cadena, ese ejército de reserva de jóvenes pobres, que se va renovando a cada muerte, mientras permanece intacta la gran estructura del crimen organizado. Eso es lo que realmente está haciéndole el juego a la derecha, porque este tipo de prácticas lo que están sembrando es tristeza y resentimiento, mientras siguen reproduciendo la desigualdad.

Además sentimos que ese chantaje sobre callar la crítica le ha hecho mucho daño a la revolución porque hay fortalecido las posiciones más conservadoras y regresivas. Más aún, creemos que si hay algo que caracteriza el chavismo es su capacidad de interpelación. Chávez animaba la crítica, porque solo de esa manera se puede sostener un verdadero diálogo entre la dirigencia y el pueblo organizado. Cuando ese vaso comunicante se rompe se enquistan prácticas como ésta que estamos denunciando, y el silencio lo único que hace es debilitar el proceso revolucionario. Por eso es importante la crítica, desde la izquierda, para generar una articulación de fuerzas que nos permita empujar una rectificación por parte de nuestro gobierno.

AB – Entendemos que en este contexto se levantan muchas reservas cuando se hacen este tipo de denuncias, que tienen que ver con la actuación del gobierno. Hay una predisposición frente a este tipo de campañas porque se considera que “no es el momento” para hacerlas. Y lo que queremos reivindicar es que el momento de la gente es siempre.

También hay que aclarar que no estamos impulsando una campaña con el intento de socavar o desprestigiar el gobierno. Lo que queremos es hacer un llamado a que el gobierno revise lo que está pasando y rectifique en lo que haya que rectificar. Esa es una cuestión fundamental. Finalmente es una campaña que está en línea con el trabajo de Surgentes de acompañar el proceso de construcción del socialismo, defendiendo el legado del Chávez.

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Entrevista a Adriana Guzmán, aymara y feminista comunitaria: “El golpe de Estado en Bolivia es racista, patriarcal, eclesiástico y empresarial”

Por: Claudia Korol.

Adriana Guzmán integra el Feminismo Comunitario Antipatriarcal de Bolivia y Feministas de Abya Yala. Se reconoció en esa lucha con otras compañeras en la Guerra del Gas en 2003, por eso suele decir que aprendió en la calle de qué se trata el patriarcado y por qué el feminismo es una herramienta fundamental para crear otras formas de vida. Ahora mismo resiste el avance de las milicias que festejaron la quema en la plaza pública de la whipala, la bandera de los pueblos originarios, un gesto de una violencia simbólica tal que es difícil nombrarlo sin que el corazón se parta. En este diálogo caracteriza al golpe de Estado, llama a enfrentarlo y a apoyar las acciones de la resistencia.

¿Cómo caracterizás al golpe de Estado en Bolivia?
-Hay un dolor profundo frente al triunfo de este golpe cívico, militar, fundamentalista, empresarial. Estas movilizaciones empezaron después de las elecciones del 20 de octubre, cuando se acusó de fraude al proceso electoral en el que Evo Morales obtuvo un 10% más de votos frente al segundo candidato Carlos Mesa. Había un descontento en sectores de la sociedad por la repostulación del Evo. Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales hacemos una autocrítica ahí. Creemos que habría que repensar esa postulación del Evo. Pero por otro lado, había un montón de imposiciones de los otros partidos. Por ejemplo Carlos Mesa, siendo genocida, coautor de la Masacre del Gas (2003), estaba yendo a las elecciones como candidato. ¿Cómo si un genocida va a las elecciones, no puede repostularse alguien por tercera vez?.
¿Quiénes son los protagonistas del golpe?
 
Por un lado está la oposición que en términos “democráticos” se habría visto afectada por el supuesto fraude, encabezada por Carlos Mesa. Fue vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada, coautor de la Masacre del Gas, y la última cara que tuvo que utilizar la oposición de los partidos políticos, una oposición anacrónica, sin propuesta, sin rostros, que había quedado destrozada con estos años del proceso de cambio. Partidos que ni siquiera existen ya sus siglas, se juntan y ponen a Carlos Mesa como su candidato. Esa sería la “oposición política”. Son los votos de cuestionamiento al MAS (Movimiento al Socialismo).
El otro es el grupo de derecha fascista encabezado por el Comité Cívico de Santa Cruz, donde está Luis Fernando Camacho como Presidente. Es una instancia que inventan los empresarios para participar en decisiones, en la elaboración de leyes para defender sus intereses. El Comité Cívico representa a los empresarios, oligarcas, a los terratenientes, socios de las transnacionales, del Oriente boliviano.
El Oriente boliviano está tomado por los terratenientes, que han obtenido sus tierras del regalo de la dictadura, y que han sometido ahí a los pueblos indígenas, a migrantes de La Paz, de otros departamentos, migrantes aymaras y quechuas, para su servicio, como sus peones. Es la oposición económica que encabezado este golpe de Estado. Luis Fernando Camacho está vinculado además a los carteles del narcotráfico. Es hijo de un paramilitar que ha estado al servicio de la dictadura. Eso es lo que representan quienes ha encabezado este golpe de Estado.
 
-Hay sectores políticos que no nombran este momento como un golpe de Estado ¿Por qué ustedes lo caracterizan así? 
Primero, porque se ha buscado la desestabilización social, política, sembrar terror con grupos armados en diferentes lugares. Armados con armas de fuego, con cascos, con escudos. Se ha articulado a grupos universitarios, paraestatales, paramilitares, grupos fascistas, racistas, que ya había desde el 2008, como la Unión Juvenil Cruceñista. Sembrar el terror, desestabilizar políticamente, es la primera característica del golpe. Aliarse con la policía después, que se amotina.
Convocar a los militares que se suman supuestamente a defender al pueblo. ¿Cuál pueblo? El que encabeza Luis Fernando Camacho. Todas esas son las características de un golpe. Finalmente, lo vemos hoy, cuando en vez de que entre Carlos Mesa al Palacio de Gobierno después de la renuncia de Evo, no lo hace él. Lo hace Luis Fernando Camacho, representante de estos empresarios, de la Iglesia, del peor fundamentalismo del país. Impone la bandera, la Biblia y convoca a una Junta cívico militar, donde estarían militares, y personajes “notables”, que son ellos.
Este golpe de Estado ha tenido por un lado características tradicionales, como la presencia de los militares, de la policía, pero también características distintas, promoviendo el enfrentamiento entre vecinos, lo que se ha logrado gracias a la profundización del racismo. Han salido vecinos a decir que “basta del Gobierno de indios, de ladrones”. Todos los que tenemos cara de indios somos señalados como parte del MAS. Especialmente las que somos mujeres originarias indígenas. El golpe de Estado es también un golpe a las mujeres, a las organizaciones sociales. Por el amedrentamiento, por la humillación. Es un doble golpe. No es solamente al Estado, al Gobierno, sino también a las organizaciones sociales.
-Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales ¿qué valoración hacen del Gobierno de Evo?
 
Como Feministas Comunitarias Antipatriarcales hemos sido parte de este proceso de cambio, lo hemos construido. Se ha parido este feminismo en el proceso de cambio. Los principales debates han estado en la Asamblea Constituyente. Lo plurinacional, el reconocimiento de los pueblos, el ejercicio de nuestra autonomía, de nuestra autodeterminación. Hoy hay autonomías originarias, indígenas, campesinas.
Con muchas limitaciones, sí, pero se están construyendo, se está haciendo el camino de la reconstitución del territorio, que era lo que queríamos como pueblos. Las cosas que dice la Constitución: el Estado de base comunitaria, la economía comunitaria. El artículo 338, que habla del trabajo impago de las mujeres, que el trabajo del hogar produce riqueza, y debe ser contabilizado en las arcas del Estado. Esos debates se han traducido en leyes, que se han traducido en programas, posibilidades, acciones concretas.
 
-Sin embargo, también hay críticas al Gobierno de Evo Morales en relación al extractivismo ¿verdad? 
Principalmente en el área económica tenemos las críticas. No se ha transformado la matriz capitalista del sistema, no se ha afectado a los intereses de los empresarios, de los ganaderos, de los madereros. Eso es cierto. También había contratos de 100 años de duración. No ha habido la decisión política para nacionalizar por ejemplo la minería, que era uno de los pedidos que hacíamos. Sin embargo, ha habido muchos logros en término del reconocimiento de los pueblos originarios, de ir construyendo haciendo camino, para nuestra propia educación, nuestra propia organización política. Cambios que hemos ido haciendo, incluso más allá del Estado, incluso a pesar del Estado.
-¿Se puede, como feminista, defender a un presidente al que se caracteriza como machista?
Como feministas tenemos muchas críticas a Evo Morales, por la matriz económica, por el extractivismo. Hemos cuestionado su machismo. Pero entendemos también que tener un presidente en el cual nos miramos, aunque sea un presidente machista, no es lo mismo que tener un presidente blanco, empresario, oligarca… como Macri. Entendemos la diferencia. La entendemos en el cuerpo, no solo racionalmente. Para nosotras era importante que Evo sea presidente.
Era paralelo al proceso que hemos hecho las organizaciones sociales de transformación cotidiana, de poder mirarnos al espejo, reconocernos, nombrarnos. Contra todo esto viene el golpe de Estado. Por eso la humillación. Por eso el escarmiento. Por eso la quema de la whipala.
-¿Qué significa el racismo como componente estructural del golpe de Estado?
En el proceso se ha planteado una descolonización desde la educación, en diferentes políticas públicas, tanto en el Estado como en las organizaciones. No sólo en la recuperación de prácticas ancestrales, sino en la recuperación epistemológica de pensar de otra forma, de gestionar el poder de otra forma. Sin embargo, a pesar de esa descolonización, no habíamos profundizado el racismo. ¿Por qué? Porque el racismo es un ejercicio de privilegios.
La forma de acabar con el racismo, era acabar con esos privilegios que vienen del mundo económico principalmente. Los privilegios que tienen los oligarcas, los terratenientes, no se han afectado como hubiera sido necesario.
-Además el racismo es transversal, no corresponde a un sólo espacio o partido político…
 
Una muestra de este racismo, está también en las prácticas de la izquierda y de ciertos feminismos. Una izquierda colonial que asume que las organizaciones originarias, campesinas, sirven para tirar piedras, para hacer bloqueos, y no para decidir cómo queremos vivir. Esa ha sido la pugna en la Asamblea Constituyente, y la pugna entre feminismos burgueses, blancos, clasemedieros, y el feminismo comunitario. Y por blanco, por burgués, me estoy refiriendo específicamente a las feministas que intervienen desde sus privilegios, desde su clase, desde su casa, su trabajo consolidado, su dinero, su apellido. Han juzgado al Gobierno no sólo por sus errores políticos.
Lo han juzgado por indios. En esta coyuntura, primero se han pronunciado denunciando el fraude, pero sin cuestionar que Carlos Mesa, el otro candidato, es un genocida. En medio de las movilizaciones, han planteado esta disputa como un enfrentamiento de machos, sin mirar el racismo. Para continuar, han deslegitimado nuestras denuncias de racismo, diciendo que hablar de racismo era una campaña que estaba haciendo el Gobierno. Como si éste no hubiera sido un país colonizado por los españoles, invadido y violado sistemáticamente. Como si se pudiera borrar por un partido, el Movimiento Al Socialismo en este momento, estos años de colonización y de racismo.
-¿Qué pierden las mujeres y el pueblo con este golpe?
¿Qué estamos perdiendo con este golpe al Estado Plurinacional, para imponer la República católica, cristiana? Este golpe es para escarmentar al Gobierno de un indio, y poner seguramente una junta militar integrada por militares y personajes notables. Ahí está el colonialismo. Suplantar al indio por militares y notables.
Este golpe es contra el Gobierno indígena, originario, acompañado de las organizaciones campesinas y los movimientos sociales. Es un escarmiento para que no se nos vuelva a ocurrir que es posible vivir fuera del capitalismo, que el vivir bien pueda ser una posibilidad, que no se nos vuelva a ocurrir la autodeterminación, que podamos autogobernarnos, autoorganizarnos. Que aceptemos este sistema capitalista, neoliberal, patriarcal, colonialista. Ése es el mensaje.
-¿Cómo crees que puede cambiar la vida de las comunidades indígenas, originarias?
Especialmente en el caso de las mujeres. Va a haber un retroceso absoluto en todos los derechos logrados. Ya se habla que se van a derogar leyes, como la Ley 348 que asegura una vida libre de violencia, que reconoce el feminicidio, una ley con la que nunca han estado de acuerdo los fascistas. Se va a ir en contra de los derechos conquistados, de estos logros simbólicos y reales. También se van a atacar las universidades indígenas.
En este proceso de cambio, y no en otro, y por la lucha de las organizaciones sociales, tenemos universidades indígenas, donde van jóvenes que estudian lo que necesita su comunidad, y que después de estudiar eso vuelven a servir a su comunidad. No universidades que producen empresarios y desclasados para el mundo, como son las universidades en las ciudades.
Lo que perdemos es la posibilidad de haber hecho este proceso de transformaciones con el acompañamiento del Estado. Pero no perdemos la esperanza. No perdemos la convicción, no perdemos los sueños, no perdemos la urgencia de hacer otro mundo posible. Es mucho más difícil en un Estado fascista, pero nosotros, nosotras, vamos a seguir haciéndolo.
-¿Cuál es la situación en este momento, mientras Evo Morales ya está fuera de Bolivia?
Los golpistas están tomado los canales. Están tomadas las radios comunitarias. Desde los medios de comunicación tomados todos por los golpistas, se denuncia que se están haciendo saqueos, sembrando el terror a nombre del MAS. Se dice que son hermanas y hermanos que vienen de las comunidades, y no es así. Hacen estas denuncias para deslegitimar nuestra Resistencia. Las organizaciones sociales no están haciendo ningún saqueo, porque son parte del pueblo en resistencia. Se quiere desprestigiar nuestra Resistencia. Las organizaciones sociales han convocado al cerco de La Paz, se ha cortado el agua en la Paz. Vamos a recuperar La Paz, y nos vamos a ir reorganizando.
-¿Qué necesita el pueblo en resistencia de los pueblos de otros territorios? ¿Qué necesitan ustedes de los feminismos transnacionales?
 
Nuestra convocatoria, hermanas y compañeras, más allá de las fronteras: Nos conocemos, nos hemos mirado. La primera es la confianza en la palabra nuestra, porque la información que está circulando es que aquí no hay ningún golpe, que todo está bien. Lo cierto es que están los militares y los policías apoyando a los golpistas, amedrentando a las organizaciones. Esto es un golpe. Necesitamos que lo digan. Necesitamos que compartan nuestra indignación, nuestro dolor, y que compartan también nuestro miedo, frente a lo que están generando estos grupos armados. Nuestra convocatoria es también a cuestionarnos como feministas.
Este análisis reducido de pensar que todos son los mismos, que el Evo era lo mismo que los otros, o que es solo una disputa entre machos, no nos deja ver cómo disputa el patriarcado, el capitalismo, las variables económicas, coloniales, del sistema. No nos deja ver que con el fascismo no se dialoga. El fascismo no escucha. El fascismo no retrocede.
El fascismo elimina. Con las humillaciones están tratando de eliminar nuestras luchas. Las convocamos a denunciar esto, y a construir un feminismo que sea comunitario, popular, piquetero, desde estos territorios, que no esté más allá del bien y del mal, que no sea funcional a la derecha finalmente.
Fuente de la entrevista: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=262760
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