Saltar al contenido principal
Page 98 of 455
1 96 97 98 99 100 455

¿Es una prioridad estatal el cumplimiento de los derechos de la niñez?

Por: Zaira Navas.

La Convención sobre Derechos del Niño (CDN) es el instrumento internacional más ratificado en el mundo, con su aprobación los Estados se comprometieron a adoptar «todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean apropiadas», para cumplir, garantizar y proteger los derechos de la infancia.

Desde 2009, El Salvador mostró avances importantes –los cuales han sido reconocidos por el Comité de los Derechos del Niño en su más reciente informe– aprobando una legislación especializada en la materia, la Ley de Protección Integral de la Niñez y de la Adolescencia (LEPINA), que reconoce a la niñez y adolescencia como sujetos de derechos; creó el Sistema Nacional de Protección Integral, compuesto por las instituciones garantes de cumplirlos, prestar servicios y brindar protección, entre estas, se instaló una jurisdicción especializada; se creó el CONNA, como máxima autoridad y rector de la política pública de niñez y adolescencia; se reorientó la función del ISNA, que pasó a ser la institución gubernamental encargada de desarrollar programas de atención y se incorporó a las entidades de atención –antes conocidas como ONG y/u Hogares de acogimiento– como corresponsables y miembros de la Red de Atención Compartida (RAC).

Los avances más destacados de estos años son la Política Nacional de Protección Integral de Niñez y la Adolescencia; la instalación del sistema de justicia que responde a amenazas y vulneraciones a los derechos de esta población; la instalación por el CONNA de 16 Juntas de Protección y el funcionamiento de más de 148 Comités Locales de Derechos.

Un elemento novedoso que incorpora la LEPINA es el rol de las organizaciones de la sociedad civil (RAC) como contraloras de las políticas públicas y del funcionamiento de la institucionalidad estatal; su participación en los organismos de toma de decisión de las instituciones del Sistema es determinante para asegurar la transparencia y el contrapeso social en la priorización de las políticas y programas para la niñez y la adolescencia.

Además, su papel es indispensable para asegurar el funcionamiento efectivo del Sistema de Protección, que esencialmente depende del lugar que ocupe este tema en la agenda económica y social del Gobierno. Así como, en atender los desafíos expuestos recientemente por el Comité de los Derechos del Niño, al recomendar que se adopten medidas urgentes para asegurar el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo de los niños –y niñas– afectados por las maras, la violencia de género y la explotación y los abusos sexuales, la salud de los adolescentes, el nivel de vida y la educación.

El Comité expresó su preocupación por la escasa atención prestada a las causas estructurales de la violencia, que se pone de manifiesto en los limitados recursos asignados a las medidas de prevención y rehabilitación contenidas en las políticas nacionales, y la prevalencia de un enfoque represivo de la seguridad.

En este marco, ha recomendado al Estado que asigne los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para la aplicación de la LEPINA y el funcionamiento del Sistema de Protección; que establezca un proceso de elaboración de presupuesto que incorpore la perspectiva de los derechos del niño, en particular, aumentar las asignaciones presupuestarias para la salud y la educación, definir partidas presupuestarias para la niñez en situaciones de pobreza, violencia o migración; así como de las instituciones que trabajan directamente en su protección.

A partir de este breve recuento, preguntémonos ¿son estas las prioridades definidas en las actuales políticas públicas?, ¿se ha destinado los recursos suficientes para garantizar el funcionamiento efectivo del Sistema de Protección de la Niñez y la Adolescencia?, ¿está fortalecida la sociedad civil para ejercer la contraloría social que le corresponde? Al respondernos a estas y otras interrogantes, podremos identificar si el cumplimiento de los derechos de la infancia es la prioridad del Estado Salvadoreño.

Fuente de la entrevista: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Es-una-prioridad-estatal-el-cumplimiento-de-los-derechos-de-la-ninez-20191120-0791.html

Comparte este contenido:

Entrevista a Peter McLaren: «La pedagogía crítica no es una metodología, es una filosofía de vida y una manera de vivir”

El Doctor en Pedagogía Crítica y Educación Popular, Fernando David García Culebro, comparte para Otras Voces en Educación una entrevista que le hizo al Doctor Peter McLaren.

Por: Fernando David García Culebro

«La pedagogía crítica no es una metodología, es una filosofía de vida y una manera de vivir».

El profesor, filósofo y escritor Peter McLaren es considerado como uno de los principales propulsores de la pedagogía crítica. Sus obras poseen un potencial crítico hacia el capitalismo en todas sus expresiones. Los aportes teóricos de McLaren han trascendido las fronteras norteamericanas llevando su pensamiento a diversas regiones alrededor del mundo. Sus aportes permiten el descubrimiento de nuevas formas de abordar el proceso educativo. McLaren, es autor y co-autor de varios libros y monografías, su libro “La vida en las escuelas” ha sido nombrado como uno de los 12 escritos más significativos a nivel mundial en el campo de la Teoría Educativa, la Política y la Práctica, por un panel de expertos reunidos por la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales de Moscú. Dialogamos con él, en el marco del conversatorio internacional del Instituto McLaren de Pedagogía Crítica, en la ciudad de Ensenada, Baja California, México.

En la charla nos contó acerca de lo que para él significó el encuentro con  su mentor Paulo Freire, el Dr. Peter, considera que actualmente existen muchas interpretaciones del trabajo del pensador brasileño, y nos dio algunos ejemplos:

 “Unos enfatizan la crítica que Freire hace al capitalismo,  otros en la cuestión de identidad, cuestionando quién es el oprimido y quién es el más oprimido, preguntándose si la liberación es lo que realmente nos lleva a dar con nuestra identidad; sin embargo, muchos profesores parece ser que prefieren la postura liberadora de Freire en un círculo, discutiendo eventos cotidianos de liberación, de libertad, un tiempo para compartir historias”. Todo ello es algo bueno, pero Peter piensa que “la parte fundamental de la pedagogía crítica se ha perdido” y en las lecturas que él hizo de Freire y otros pensadores críticos, observó la lucha de clases de la sociedad socialista.

En ese sentido, cuando le preguntamos ¿por qué replanteo  la pedagogía crítica y propuso una pedagogía crítica revolucionaria?,  nos respondió: – “En el año  1995, mis colegas estaban escribiendo sobre posmodernidad y en ese año reconocí que tenía que enfocar mi énfasis en un análisis marxista de las clases sociales y una comprensión profunda del racismo y la lucha contra el racismo, porque el capitalismo estuvo fundamentado y construido en el racismo”.

Acerca de ello, agregó: “Frantz Fanon, es el autor  que mejor explica la relación que existe en la construcción del capitalismo y el racismo”. Dicha respuesta nos da un hito del legado de Karl Marx y Freire en el pensamiento de McLaren, porque además agregó que “todo ello influyó a que su trabajo  se centrara en los antiguos y primeros fundamentos de la lucha marxista, para comprender los fenómenos que ocurren en la actualidad y, al estar haciendo ese análisis constructivo descubrió que se sentía mejor llamándole no solo pedagogía crítica, sino pedagogía crítica revolucionaria”. Además, en ese tiempo fue invitado por el gobierno de Venezuela, donde conoció a Hugo Chávez y Luis Bonilla-Molina y, dice Peter: “quedé impresionado en la revolución bolivariana, por lo que decidí participar en ella”. Para ese entonces, ya  lo acompañaban las enseñanzas de su mentor Paulo Freire (como él lo llama) y, comenta que siempre recuerda las palabras de su maestro: “Peter, tú no puedes trasplantar mis ideas en otra cultura y en otro país”.

Aunque Freire se refería en esos momentos a Estados Unidos y Canadá, Peter, lo recuerda en todas partes, junto a otro comentario del pensador brasileño: “reinvéntame en un contexto donde las especificaciones históricas sean las luchas de clases las que tomen lugar”.  Por lo tanto, todo ese legado del gran educador popular está presente en la vida del doctor McLaren, y durante su llegada a Venezuela comenta que “llegué ahí como un aprendiz más que como un enseñante,  a compartir y aprender, con la idea de Paulo Freire y Simón Rodríguez el maestro de Simón Bolívar”.

Durante la conversación, también nos compartió la difícil situación que él vive en los Estados Unidos a raíz de la elección del presidente Donald Trump y al respecto nos dijo: “Considero que soy identificado en ese país como un marxista, socialista, comunista y he tenido represalias en contra de mi persona, ataques de la supremacía blanca porque mi esposa es China y, entonces, el país se ha vuelto cada vez más polarizado, por lo tanto, la pedagogía crítica la han tipificado  como para odiar a los Estados Unidos y, yo les digo que no, que no se vayan con la finta, esa es una forma crítica de patriotismo, tenemos que entender y comprender las consecuencias políticas extranjeras de los Estados Unidos, especialmente después de la segunda guerra mundial, después de la depresión.  Además, es muy chistoso cómo ahorita el tema principal en los Estados Unidos es la intromisión de los Rusos para la manipulación de las elecciones, la pregunta aquí es ¿cómo es posible que los Estados Unidos van a ser tan vulnerables  para que otros países los manipulen?, si los que han hecho intromisiones han sido ellos, en Chile y Venezuela y, no olvidemos el apoyo al régimen de Somoza en Nicaragua. Entonces,  la gente requiere que se le recuerden todos esos factores, todos esos hechos. A mí me gustaría, un Museo de las Victimas del imperialismo norteamericano, con Vietnam y Corea, pero no para que los odien más, sino para hacer un país mejor; lo que más me está frustrando es ver la actitud en cuanto se ha comenzado a criticar  en los Estados Unidos, porque quien lo hace, es acusado de antiamericano”.

En tono amigable, el Dr. Peter, nos contó además, sobre su afinidad por la teología de la liberación, y agregó lo siguiente: «Paulo Freire era católico, era un hombre espiritual y yo me volví un hombre católico, muy crítico de la iglesia, encontré un refugio en la teología de la liberación, que con el aporte marxista están muy cercanos. Hay un brillante mexicano, teólogo, José Porfirio Miranda, él escribió muy importantes libros: “Marx y la biblia”, “comunismo en la biblia” y, a muchos de  sus trabajos los considero muy trascendentales».

En ese sentido, el Dr. McLaren, nos compartió que ha estado escribiendo acerca de las enseñanzas de Jesús, muy comparativas con las enseñanzas de Marx, un capítulo que denominó “Camarada Jesús” y nos explicó sobre ello: “la razón por la que hice eso, es porque el evangelismo cristiano de Estados Unidos lo han llevado para hacerse ricos y, los evangélicos, tienen muchas interpretaciones de la biblia y tienen una agenda política muy conservadora, muy apoyados por Donald Trump y acorde a su agenda política, en contra de todo feminismo, en contra de las construcciones políticas que le quieran proponer, están en contra del multiculturalismo y, entonces, hay un grupo muy fuerte en crecimiento y ante ello, quiero desafiar a esa teología con la teología de la liberación, porque en el Salvador el cura Oscar Romero fue asesinado al igual que un número de Jesuitas en la Universidad Central  y, quienes les dieron alojamiento e incluso la hija del que les rentaba la casa, también fue asesinada. Estos intelectuales Jesuitas de la teología de la liberación, estaban a favor de los pobres. El gobierno los vio como que estaban apoyando al comunismo y con la cooperación de los Estados Unidos fueron asesinados, fue preparado todo. La teología de la liberación  tiene dos fuertes oponentes: el presidente Donald Reagan y Juan Pablo Segundo. Éste último, porque fue muy anticomunista,  muy en contra de la teología de la liberación, incluía a todos aquellos que leían a Marx. Por su parte Ronald Reagan, muy en contra de la teología de la liberación por el marxismo, entonces básicamente ellos se infiltraron, mandaron gente y apoyaron a programas televisivos en América Latina con pastores predicando sobre la prosperidad, alabanzas de la prosperidad, querían imponer entonces, más la visión conservadora que la cristiana”.

Del mismo modo, acerca de su nuevo libro “Pedagogía de la Insurrección”, Peter McLaren nos compartió lo sucesivo: “he escrito capítulos dedicados a Hugo Chávez,  Paulo Freire y a mi camarada Jesús, además de reflexiones sobre el primer ministro de Canadá y Fidel, porque cuando el primer ministro  falleció, tenía 6 cargadores de su féretro, uno era Jimmy Carter y el otro era Fidel y, es muy difícil encontrar fotografías de ese escenario, pero el más interesante capítulo de ese libro es el último, porque trata del rasgo de la pedagogía crítica, lo recio de la pedagogía crítica, su bravura. Este capítulo final es para ser desarrollado, ejecutado y,  junto a mi editora estamos creando un escenario para ello. Esto es algo que todavía puede pasar, pero básicamente en él,  arremeto mi enojo esencialmente en Estados Unidos y en las dificultades, en el dolor y el sufrimiento, para que de alguna manera, Estados Unidos tenga la oportunidad de redimirse a sí mismo, la redención no puede venir sin el reconocimiento de los crímenes hechos a la humanidad”. Con estas palabras el Dr. McLaren, nos transmite su indignación contra las injusticias del imperialismo, pero también la posibilidad que la pedagogía crítica ofrece  para reconsiderar el camino por el bien del mundo.

Del mismo modo, a la pregunta ¿cómo debe ser el pedagogo crítico con los retos actuales?, el doctor Peter respondió amablemente lo siguiente:   «Actualmente hay muchos desafíos  y, no obstante,  hay muchos libros publicados sobre pedagogía crítica, incluso podemos asistir a clases a la universidad y puede que siendo suertudos llevemos unas tres lecturas de pedagogía crítica durante todo el curso de universitario, pero no lo vemos sistemáticamente, no hay una introducción sistematizada, presentada con la intención que sea realmente comprendida, si realmente queremos comprenderla tenemos que asumir los desafíos y las consecuencias de lo que ello significa, los desafíos por ejemplo de las privatizaciones de las escuelas. Nuestro secretario de educación quiere privatizar toda la educación y, dicha privatización, excluye todos los sindicatos, por ejemplo, solo el 12 por ciento de los maestros contratados en Estados Unidos son sindicalizados y, claro, son estudiantes conservadores, muchos de ellos blancos,  quienes objetan a la pedagogía crítica, porque habla de los privilegios de los blancos y no los hace sentir a gusto. Por ejemplo cuando tenemos los noticieros de los FOX, que es el noticiero que tiene más números de audiencias en Estados Unidos, lo que hay en ellos es corrupción política, entonces ellos en pocas palabras, apoyan la postura de la etnia blanca y los estudiantes asumen una postura muy resistente ante  la pedagogía crítica. Lo paradójico, es que los estudiantes blancos son los más deprimidos de los estudiantes en Estados Unidos. Muchos de mis amigos latinoamericanos, africanos y asiáticos, siempre me están contando historias donde los norteamericanos les dicen a ellos que se regresen a su país y ellos dicen: “pero si yo fui nacido aquí o yo vine cuando tenía 5 años, no tengo culpa de estar aquí, yo soy un ciudadano norteamericano” y, ellos les contestan, “pues entonces pruébalo”». En ese sentido, el Dr. Peter, plantea un desafío mayor para la pedagogía crítica “en las entrañas de la bestia” (como él nombra a los Estados Unidos), pero a su vez, hace notar la necesidad de ella en un contexto tan excluyente.

Acerca del mismo tema, el doctor Peter, agregó: “incluso en China, donde trabajé, al noreste del país y donde además, tengo un maestro becado y han traducido mis libros al mandarín,  los comerciantes más poderosos todavía tienen temores contra mis libros, entonces pienso, que esto de la pedagogía crítica puede ser muy riesgosa para quienes pretenden usarla”. 

Posteriormente, el doctor McLaren envió el siguiente mensaje a los compañeros y compañeras que luchan, resisten y construyen las alternativas educativas en el mundo:

«Si bien es cierto, que la mayoría de los jóvenes apoyan al socialismo y ven al capitalismo de manera crítica, el problema está que el lenguaje del socialismo es mucho más difícil de articular, es más difícil hablar el lenguaje del socialismo que el del capitalismo y una de las razones es porque no hay país que haya sido creado realmente en sus relaciones como un estado socialista. En la Unión Soviética, centralizaron todo cuando la economía estaba controlada por el gobierno, ellos entonces imitaron el modo del capitalismo y eso básicamente ha sido la historia. El caso China, muestra la peor manera de cómo se forma el capitalismo, (tal cual,  en los términos hegelianos-marxistas) la producción de todos los agricultores y ganaderos fue recabada por el estado, fue la primera negación, es decir, a la negación de la negación y cuestionar la idea del patrimonio, la idea de propiedad, esa es la única manera de negar, la negación de la negación, para crear algo opuesto a ello, Spinoza dijo que “toda determinación es una negación”, tú tienes lo positivo en lo negativo, lo cual ocurre cuando tú niegas la negación. Entonces lo que necesitamos preguntarnos aquí es lo siguiente ¿por qué muchos revolucionarios se han vuelto sus opositores?, ¿tenemos diferentes opiniones?, ¿no tenemos la idea correcta?, ¿el liderazgo correcto? y, entonces se abre el debate; Pero fíjense, que para la gente joven, hoy día, lo importante es empezar por ver y crear una idea sobre lo que pasa una vez que tomamos el poder del estado, ¿qué pasaría después de la revolución? Preguntarnos eso antes de que pase. Muchos revolucionarios tienen unas cuestiones complejas para comprender pero nunca han escapado de la lógica del capitalismo planteada por Marx y,  Marx no nos ofreció ningún programa, ninguna metodología, ni un seguimiento, ni una ruta,  sin embargo, nos dio las ideas para sacar hebra, pero el marxismo no es algo para aplicar en una situación, sino una forma de leer la realidad. De igual modo entonces, la pedagogía crítica no es una metodología, es una filosofía de vida y una manera de vivir».

Para finalizar y considerando los comentarios del Dr. McLaren, en la construcción de los Proyectos de Educación Alternativa no existen programas que puedan ser replicados tal cual en lugares y momentos distintos, al contrario, dicha construcción debe partir desde lo propio, reinventándose  en cada contexto, cultura, sociedad y tiempo histórico. Por lo tanto, la Pedagogía Crítica Revolucionaria, en el sentido de manera de vivir, nos ayuda a la lectura entre líneas y tras las líneas de las realidades que se nos presentan, imponen y normalizamos en nuestra cotidianidad, con el hito de construir entre todos y todas alternativas educativas que nos lleven al proceso de conciencia y transformación para un mundo mejor, más justo, más humano y humanizante.

Colaboración: Luis Miguel Alvarado Dorry

Imagen: http://fundacionmclaren.com/fundacionmclaren/peter-mclaren/303/

Comparte este contenido:

Mel Ainscow, experto en educación inclusiva: “Las escuelas saben más de lo que creen”

Por diarialaducacion.uy

Considera que la clave en la transformación de los sistemas educativos es “invertir en los docentes”

Mel Ainscow es docente e investigador de la Universidad de Manchester, Inglaterra, y es uno de los autores que definieron la educación inclusiva. “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”, repite como un mantra, en un concepto muy vinculado a la inclusión de niños con discapacidad pero que Ainscow invita a ampliar, pensando en qué niños son los más vulnerables en cada país y prestándoles especial atención a ellos. En el marco del proyecto “Inclusión educativa de personas en situación de discapacidad en el sistema educativo de Uruguay: pedagogía en clave de diferencias”, en el que participan la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el programa Eurosocial de la Unión Europea, Ainscow estuvo la semana pasada en Uruguay y mantuvo reuniones con las autoridades, talleres con docentes y actividades con organizaciones de la sociedad civil que trabajan en torno a estos temas. Su rol, afirma, es “estimular la discusión” y aportar la experiencia de otros sistemas educativos en el mundo. Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, aseguró que visitas de expertos como Ainscow “enriquecen la formación y nos permiten poner en la agenda temas de alta relevancia”, pero consideró que la inclusión tiene que ser “un proceso sostenido”: “Poner en la agenda y gradualmente construir herramientas, dispositivos, formación y transformación cultural de la sociedad toda”.

Avanzar hacia un sistema educativo inclusivo y equitativo es un desafío para todos los países del mundo, asegura el investigador. Sobre cómo hacerlo, sobre las críticas por la pérdida de calidad y sobre las recomendaciones que presentó ante las autoridades conversamos con Ainscow en su tercera visita a Uruguay.

La última vez que estuviste en Uruguay dijiste que la reforma tenía que ser total para lograr políticas inclusivas. ¿Es posible avanzar cuando es necesario un cambio tan grande?

De lo que estamos hablando es de una agenda de transformaciones para cambiar la forma en que funciona el sistema educativo. Eso no es fácil; llevará tiempo y necesita compromiso en todos los niveles del sistema. Antes que nada, se necesita el liderazgo del gobierno, que debe dar una dirección clara sobre cuál es el propósito de todo esto, así todos tienen una idea precisa de cuál es el compromiso. Después, hacia abajo, en todos los niveles del sistema educativo, todos tienen un rol que jugar. Por eso es tan importante tener claro el propósito. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de inclusión en educación? Recientemente UNESCO lo expresó con la consigna “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”. El énfasis es en la inclusión pero también en la equidad, en lo que es justo. Esto es un desafío para todos los países del mundo: ¿cómo creamos un sistema educativo en el que todos los niños tengan la misma importancia? Los docentes son cruciales en esto, son la clave. Si los docentes no entienden, si no se sienten valorados, si no se sienten apoyados, las buenas intenciones van a quedar fuera de la puerta del salón del clase. Si mirás los países que han hecho los mayores progresos, son aquellos en los que hubo una fuerte inversión en docentes, no necesariamente pagándoles mejores salarios –aunque estoy muy a favor de eso–, sino haciéndoles entender lo importantes que son. Si vas a Finlandia, enseñar es una de las profesiones más importantes. Cuando los jóvenes dejan la escuela, quizá quieran ser abogados, doctores, pero quizá también quieran ser maestros, porque en Finlandia los docentes son personas importantes. Creo que en otros países, como en Uruguay o en Inglaterra, tenemos que entender eso, tenemos que invertir más en los docentes, hacerlos sentir valiosos, y tiene que haber desarrollo profesional durante toda su carrera, que empiece en la formación de grado pero se extienda durante toda la carrera.

Muchos docentes que tienen la intención de generar inclusión en sus clases dicen que no están preparados para hacerlo. En Uruguay no hay formación en educación inclusiva, salvo algunos talleres. ¿Es importante que exista este abordaje en la currícula de la formación docente?

Esto ha sido central en las reuniones y talleres que hemos tenido. Mi argumento, basado en la experiencia de muchos lugares, es que usualmente las escuelas saben más de lo que creen. En cualquier escuela hay más experiencia de lo que la gente se da cuenta, y para avanzar tenemos que hacer mejor uso de esa experiencia. Hay problemas estructurales en la forma como las escuelas de todo el mundo hacen su trabajo: docentes en sus clases con las puertas cerradas, solos para resolver los problemas que surgen. En las escuelas que han hecho avances se buscó romper específicamente esa soledad de los maestros; la escuela está organizada de manera que ocasionalmente los docentes tienen tiempo para verse, para compartir ideas, para resolver problemas juntos y, sobre todo, para ver cómo los otros están enseñando. Los docentes que trabajan en soledad están limitados a su propia experiencia, y cuando tienen la chance de ver a otros colegas trabajar e intercambiar sobre sus prácticas educativas, eso les da la oportunidad de conocer la experiencia del otro pero también de reconocer y valorar la propia. Como profesionales –yo me considero un docente– tendemos a subestimar nuestra propia experiencia, principalmente porque no sabemos cómo hablar de nuestras prácticas, porque estamos muy ocupados aplicándolas. En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo otros están enseñando, para compartir ideas y materiales, y para resolver problemas juntos. Por eso este abordaje que estoy presentando es de transformación: tenemos que cambiar la forma en que trabajan las escuelas, tenemos que romper con la soledad de los docentes, los docentes tienen que trabajar con otros docentes, los niños tienen que trabajar con otros niños –porque los niños pueden ser una fuerza muy poderosa para la inclusión–, y, por supuesto, las escuelas deben trabajar con las comunidades, especialmente con las familias. Las escuelas que hacen progresos ven a las familias como compañeros del proceso educativo. Es una transformación que requiere mucho esfuerzo, mucho liderazgo en el sistema.

“Los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva”.

¿Pero no debería incluirse esta perspectiva en la formación de grado de los docentes?

Sí, claramente la educación de los docentes es un factor muy importante, y las próximas generaciones de docentes tienen que ser introducidos a las ideas de inclusión y equidad. Son principios, los docentes tienen que pensar sobre ellos y revisar sus ideas previas. También pienso que en su formación los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva. Y para eso hay mucha investigación; no hay que empezar de nuevo, sabemos mucho de lo que hacen los buenos docentes.

En tus trabajos hacés énfasis en que, cuando se habla de educación inclusiva, no se hace referencia sólo a los niños con discapacidad, sino a todos los colectivos que pueden ser más vulnerables.

En lo que estamos involucrados es en un cambio de paradigma, una forma diferente de pensar. La señal de la Organización de las Naciones Unidas en Educación 2030 es clara en que cuando decimos “educación para todos” necesitamos a todos los niños. Quizá hay niños que ya están en la escuela que son vulnerables, capaz que simplemente son niños callados, tímidos, niños que tienen problemas en sus casas, niños de familias migrantes; cualquier niño puede tener vulnerabilidades. La política de inclusión y equidad trata de llegar a todos. Tradicionalmente, los niños con discapacidad son vulnerables, y necesitamos estar seguros de que no son pasados por alto. Mi abordaje es apuntar a todos, pero estar atento a aquellos grupos que sabemos que son vulnerables. En Inglaterra probablemente los estudiantes más vulnerables son los chicos blancos de clase trabajadora. Sabemos, por las estadísticas, que en general son más proclives a abandonar y son más proclives a no hacer progresos en sus aprendizajes, entonces un proyecto de inclusión en Inglaterra tiene que mirar a esos niños. La pregunta sobre quiénes son los más vulnerables en Uruguay tiene que responderla la gente de acá, pero me preocupa, por lo que he escuchado, el número significativo de adolescentes que dejan la enseñanza secundaria. ¿Por qué dejan? ¿Qué nos dice eso sobre la forma en que las escuelas se organizan? ¿Qué nos dice sobre la currícula? ¿Es significativa y relevante para esos adolescentes? Me preocupa también, por lo que he escuchado, el número de estudiantes que repiten. Entiendo que los números en Uruguay son más grandes que en otros países, y puedo adivinar –aunque no lo sé– que muchos de esos adolescente que repiten son los que eventualmente abandonan. La repetición no les da confianza personal ni autoestima. Estas evidencias son desafíos para pensar en torno a cómo se organiza la educación, sobre la forma en que se enseña y se aprende.

Una de las críticas que se suele hacer cuando se habla de educación inclusiva es la de la pérdida de calidad. ¿Cómo respondés a ese argumento?

Tradicionalmente la gente ve la idea de la inclusión en tensión con la excelencia, con la calidad, y no puedo soportar eso. Hay países en el mundo que son excelentes en términos de sus sistemas educativos y que también son inclusivos. Si mirás lo que pasa en esos países, una de las razones por las cuales se volvieron excelentes es que han desarrollado una gran capacidad para tratar con las diferencias: no las ven como un problema, sino como una oportunidad para la innovación. Podemos tomar distintas partes del mundo y ver que es posible crear un sistema educativo excelente siendo inclusivo. Como venía diciendo, es un desafío.

“En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo están enseñando otros”.

Hablando específicamente sobre niños con discapacidad, en Uruguay uno de los formatos que se ha dado para incluir a niños en las escuelas comunes es el de la escolaridad compartida: el niño va unos días a la escuela común y otros a la escuela especial. ¿Es un formato inclusivo?

Es un paso en la dirección correcta; la gente que lo promueve, seguro, está buscando vincular al niño. No lo desaprobaría, pero tiene que ser visto como un paso, no como el final. Me preocupa lo difícil que debe ser para estos niños estar en dos escuelas diferentes: ¿tienen amigos en las dos escuelas o están semiintegrados? Pienso que vincular las escuelas especiales con las escuelas comunes tiene que ser otro paso, porque la colaboración entre ambas escuelas es parte del viaje. Hay mucha experiencia en las escuelas especiales, y no debemos perderla, lo que tenemos que hacer es usarla de forma más efectiva, llevándola hacia las escuelas comunes.

Además de invertir en los docentes, ¿qué otras recomendaciones estás haciendo a las autoridades en Uruguay?

Me voy a repetir, pero es lo primero: inviertan en los docentes, esa es la clave. Por lo que he escuchado, tienen un sistema muy centralizado, y hay ventajas de un sistema centralizado, por supuesto, pero en los sistemas educativos más efectivos existe lo que se llama una capa intermedia, que vincula al gobierno nacional con las escuelas, que coordina los esfuerzos para colaborar entre las escuelas y con la comunidad en el sentido más amplio. Por lo que he escuchado, eso no está muy bien desarrollado aquí. Pienso que sería bueno invertir en desarrollo local.

A nivel intermedio aquí existen los inspectores…

Sí, pero no me refiero a ellos, que seguro tienen un rol, sino a socios a nivel local. De nuevo, si te fijás en los sistemas educativos exitosos, como el de Finlandia, el de Ontario, en Canadá, o el de Singapur, aunque son sistemas diferentes, todos ellos tienen socios poderosos a nivel local, que coordinan y están atentos a todo, que se aseguran de que no haya niños que queden a un lado. Le diría a la gente de aquí que busque la forma de liderar una capa intermedia que conecte los lineamientos nacionales con las escuelas. También pienso que el liderazgo de las escuelas es muy importante, los directores de las escuelas son cruciales en esto, y ellos necesitan desarrollo profesional sobre cuál debe ser su rol apoyando al equipo de docentes a encontrar mejores formas de alcanzar a todos los niños. No lo sé, pero me pregunto cuánto esfuerzo se hizo en fortalecer el liderazgo a nivel de las escuelas, porque eso es muy importante.

Habías estado en Uruguay hace dos años. ¿Cómo evaluás el estado de la discusión en relación con tu última visita?

Creo que hay evidencia de un desarrollo muy positivo. Los docentes que he conocido están muy entusiasmados por hacer más, de fortalecer el sistema educativo; percibo que hay un compromiso muy grande de los colegas de la ANEP para crear el ambiente en el que los docentes puedan hacer su trabajo. Creo que hay muchas razones para ser optimistas, pero, por supuesto, todavía hay desafíos muy grandes en su sistema educativo.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/11/mel-ainscow-experto-en-educacion-inclusiva-las-escuelas-saben-mas-de-lo-que-creen/

Comparte este contenido:

OVE entrevista a Lara María Bertolini: Femineidad Travesti, teórica crítica, Feminismo y docencia

Entrevista realizada a cargo de Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina, en exclusiva para el portal de los y las maestras “Otras Voces en Educación” (OVE)

Hoy le traemos la conversación que sostuvimos con  la maestra Lara María Bertolini, quien se identifica como: femineidad travesti, teórica crítica, feminista, traVajadora judicial en el Ministerio Público Fiscal de la Nación Argentina. Su activismo y lucha política se basa en la promoción, defensa y creación de derechos para el colectivo LGTBI y, principalmente para el colectivo travesti, transgénero y no binarie. Defensora de los Derechos Humanos. Estudiante de Abogacía en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). Sobreviviente del genocidio travesti transgénero en la República Argentina.

 

  1. Lara ¿Qué significa ser trans? ¿cómo se lo explicarías a los estudiantes de primaria y secundaria?

En primer término, me dirijo a les docentes para aclarar a mi entender un punto que inicia con una desidentificación por masificación. Debemos detenernos a pensar, ¿qué es trans como término? Es una forma en que nos nombran sin consultarnos, decir trans es masificar las identidades, dado que, si hablamos que las identidades más allá de lo sexo genérico son particularísimas, vemos cómo al mediar las formas en que nos nombran el poder hegemónico fácilmente nos encasilla en un término que engloba y aglutina las identidades.

Entonces, el término trans lo podemos entender de dos maneras, en una primera instancia como una forma de encasillamiento globalizador y universal que determinó el poder hegemónico, quitando automáticamente el respetar las identidades particularísimas y colocándolas en el mejor lugar que desea la hegemonía, produciendo la transhegemonía: vale decir el ejercicio de categorización identitaria impuesto por la hegemonía titulándonos e identificándonos donde mejor les parece.

En ese sentido, reordenando esta primera pregunta formularíamos ¿Qué es la identidad desde la visión de una femineidad travesti desde la teoría crítica  travestí latinoamericana?

La identidad es la forma en que vamos siendo un gerundio humano, unido al término gramatical gerundio en el sentido del “ir siendo”, a saber, la suma de la historización, aprendizajes, vivencias y multiplicidad de actos y acciones de relación social que determinan como me presento y ejercito mi deseo identitario en la sociedad. Este ejercicio del deseo identitario en la sociedad puede o no corresponder con los parámetros heteropatriarcales[1] impuestos por el contrato social[2] del deber ser desde la construcción de la naturalización biológica instaurada en un primer término por Durkheim[3] lo que dio lugar al desplazamiento de otras identidades no normadas, entre ellas las identidades transgéneros quedando atadas a la marginalidad y el ser un ser negativo social, pudiendo hacer un paralelismo desde terminología jurídico con el concepto de culpabilidad de autor[4] que muy bien explica el Dr. Eugenio Zaffaroni[5].

Por tanto, al no cumplir con el mandato social del “deber ser”, el “poder ser” (recordando que el poder ser lo entendemos desde el deseo propio identitario) este quedo relegado a lo negativo e improductivo social echando por tierra la posibilidad del deseo de ser en los principios del orden social y democrático en América Latina en nuestro caso.

 El pensarnos fuera de la norma impuesta quedando relegadas las acciones de deseo, vivencia y construcción identitaria al ostracismo más duro en la evolución humana, generando así miles de identidades subsumidas en la norma identitaria varón/mujer, femenino/masculino respecto de la sexualidad, ejecutándose un segundo cordón de control de seguridad desde las concepciones económico capitalistas de las identidades a saber hombre: productor, mujer: reproductora.

En ese sentido, no solo había un control social del deseo identitario, sino, un ordenamiento biologicista en función de las tareas capitalistas para la función del trabajo y el posicionamiento de hombres y mujeres en la sociedad.

Habiendo conseguido este control social desde la categorización sexual y su función dentro de la construcción estado nación como identidades en control del desarrollo capitalista, fueron quedando marginadas aquellas identidades no solo de género sino sexuales fuera del marco normativo, siendo en este último caso relacionadas con la marginalidad y la delincuencia fundando a mi entender unas de las primeras tipificaciones de delito de autor en relación a la identidad.

En segunda instancia habiendo hecho esta salvedad podemos explicarles a les estudiantes que la identidad es todo aquello que va conformando a una persona, vale decir la sumatoria de experiencias, vivencias, relaciones sociales que van construyendo su identidad humana, siendo está a veces contrarias a la imposición de la categorización social, quedando en evidencia que la construcción de la identidad desde la sexualidad no solo es la única forma en que se construye una identidad.

En estas múltiples formas de construcción identitaria se encuentra la categoría de persona transgénero, es aquella persona que su identidad atraviesa el biologicismo y naturalismo prevaleciendo el deseo del ser en cuanto a su construcción de identidad humana. En definitiva, la categorización sexual biologicista ordenada es rota y puesta en tensión con lo supuestamente natural ya que es atravesada por la identidad de género. Siempre recordando que se entiende por género la construcción social y cultural que define las diferentes características emocionales, afectivas, intelectuales, así como los comportamientos que cada sociedad asigna como propios y naturales.

2. Lara, para los lectores y seguidores de “Otras Voces en educación” es muy importante conocer el fallo judicial que reconoció tu identidad sexual. Por favor, cuéntanos un poco al respecto?

El fallo judicial que fue emitido el 1 de marzo de 2019[6][7][8] establece que en la sociedad hay multiplicidad de géneros, ante la imposibilidad administrativa de registrar mi soberanía identitaria, vale decir autodeterminación de la identidad de mi cuerpo territorio es que le hago el reclamo al estado tanto a su organismo de control de partidas de nacimientos y a quien  emite las cédulas documentarias y de registro del estado (RENAPER e REGISTRO CIVIL DE LA CIUDAD AUTÓNOMA E BUENOS AIRES) inscribirme tal cual el artículo 2 y l3 de la ley de identidad de género[9] si lo ordenan.

Para un entendimiento histórico vale argumentar desde las mismas leyes y edictos de persecución y exterminio que sostuvo el estado argentino por más de 120 años desde sus orígenes, la cuadricula de la Policía Federal Argentina fue categorizando a travestis, homosexuales, prostitutas y ladrones todes bajo un mismo paraguas conceptual, el delincuencial. El ser delito por existencia y no por el hecho cometido la gran diferencia identitaria entre un acto de prostitución o acto delincuencial. El acto de persecución del estado perfeccionado cuando en los edictos policiales de la década del 50 se establece que las hoy nombradas identidades sexuales y transgéneros son categorizadas como delitos.

Si bien los avances históricos fueron derogando edictos, culturalmente estamos instituidas y constituidas como delitos.

 Luego del asesinato por crimen de odio agravado por la identidad de género travesti de la activista de derechos humanos Amancay Diana Sacayán y,  al producirse el juicio contra su travesticida y crearse el entendimiento jurídico de la categoría de “travesticidio”, entonces, surgió lo que llamo la “llave mágica de Diana Sacayán” quien, al ser reconocida como travesti asesinada, ¿Por qué no nos reconocen en vida?

Si fuimos catalogadas desde el estado nuestra identidad travesti y transgéneros como delitos, si se crearon edictos de persecución identitarios ¿porque o pueden legalizar nuestra identidad en vida?.

Con este fallo histórico podemos entender desde ciertas voces transgéneros los planteos a futuro:

Con las palabras de la teórica travesti Violeta Alegre “acá estamos y somos parte no podemos retroceder a la discusión teórica de los ‘90” y como dice  la teórica travesti Marlene Wayar “…es cierto al estado se le plantea una dificultad concreta, en tanto tabulación…” …” creo que uno de los caminos para abordar el estado administrativo de este tema, será empezar a reconocer la nomenclatura de los colectivos que se presentan y exigen derechos…” finalizando «Puedo ser un vaso, o un elefante, o decido ser un perro verde de Marte» sentencian desde sus propios privilegios constituidos quien ya se han establecido dentro del marco del deber ser con las categorías identitarias binarias y sexuales.

Pero debemos recordarles siempre que estas categorías de identidades y géneros autopercibidos siempre se basan dentro de categorías o grupos sociales, circunscriptos a los seres humanos, ratificados por tratados y convenciones internacionales de derechos humanos[10].

 

3. Ahora, Lara: es legalmente “trans” pero ¿cuál fue tu situación en la escuela, el liceo? ¿Te reconocían y respetaban tu identidad?

Debemos entender que en todos los ámbitos de estudios, jardín inicial, primario, secundario, terciario y universitario, existen resistencias y discriminación o aún mejor el no entendimiento pero con respeto, aún con fallo vigente cuesta desenraizar el mandato cultural pero poco a poco lo vamos logrando un repensarnos como sociedad, porque la comunidad transgénero y no binarie va siendo escuchada por cada portavoz de identidad que exige derechos, equidad y sobre todo respeto.

4. ¿Cuándo el sistema escolar comenzó a problematizar con tu identidad? ¿Cómo resolvían el vacío jurídico y las limitaciones paradigmáticas?

Cabe aclarar que, antes del 2012 y la promulgación de la Ley de Identidad de Género no había respeto en ningún área de la sociedad ni del estado, éramos una concepción exomarginal de una realidad social velada por la criminalización identitaria. Aun hoy existen restricciones a la identidad que violan la Ley de Identidad de Género, entendiendo que el aparato administrativo del estado es el talón de Aquiles de la ley de identidad de género.

 

5. ¿Cuál es la situación actual de la población “trans” en las escuelas, liceos y universidades? ¿El fallo judicial a tu favor contribuyó a destrabar procesos y a disminuir la discriminación?

El cambio es lento, continuo, con retrocesos o avances pero nunca estáticos o estancados, el deseo de ser parte y de ser respetades es el primer paso a un cambio, el fallo a mi entender dio fuerzas a que otras identidades actúen y sean portavoces de su derecho a su soberanía identitaria, no impuesta por el estado, sino que el estado hoy debe reconocer proteger y legalizar cada identidad existente.

6. Es un hecho que el pensamiento neo conservador crece en América Latina y el Caribe, con su carga patriarcal, homofóbica y discriminatoria de las diversidades sexuales. ¿cuál es tu valoración al respecto?

En la medida que los grupos sociales más vulnerables hacen frente al dominio hegemónico capitalista, más presión hay para el exterminio y la dominación, ver identidades empoderadas hacen tambalear el sistema con el cual pretenden continuar con la dominación y el temor para el beneficio de unos pocos que concentran el poder económico y se niegan a proteger al planeta y sus cohabitantes.

7. Lara, desde tu punto de vista, ¿cuáles películas, canciones, obras de teatro, pintura ayudan a comprender más la opresión que sufre la comunidad trans?

Archivo de la memoria trans[11] , XXY, Pricilla Queen of desert, La jaula de las locas (las versiones de los años ‘70), Reinas o reyes, Pose, Boys don´t cry.

8. Volviendo con el tema educativo ¿Cómo sueñas, piensas y luchas para lograr una escuela inclusiva?

Ser docente, ser parte de la promoción de derechos identitarios, ser referente a nivel latinoamericano de la voz transgénero transmitiendo el conocimiento desde la epistemología y fenomenología travesti Abya Yala, volver a ser esa Matria grande indoamericana, ser parte de la lucha de los pueblos originarios que buscan la  emancipación  de la vulneración del estado de derecho, que en un punto es el mismo criterio de libertad identitaria y soberana en cuanto a cuerpo territorio referimos las cuerpas transgéneros y no binaries y las poblaciones originarias de toda Indoamerica.

9. Finalmente, nos gustaría que le dirigieras un mensaje a los y las jóvenes, educadores y estudiantes de ALC que construyen su identidad trans en medio de discriminaciones.

“Soy mi cuerpa territorio, soy el ser de deseo maravilloso, que ha renacido, reviviendo de las matanzas y las muertes del patriarcado, la hegemonía económica y cisnormada.

 Las travestis somos esas guerreras originarias que a punta de arco y flecha supimos comandar batallas como mariscalas amerindias de una guerra que hace más de quinientos años ha sido perdida, pero hoy esas travestis y transgéneros renacimos de las muertes impuestas, con alas de acero, con el estertor en la garganta que pide no mas ser apátridas identitarias. Recordándole a la sociedad que ni las rejas ni los golpes harán borrar mi sonrisa y mi alegría de ver una travesti argentina”.

 

[1] https://www.lainformacion.com/espana/heteropatriarcado-guia-entender-garzon-minuto_0_925708161.html

[2] https://www.elhistoriador.com.ar/rousseau-y-el-contrato-social/

[3] http://www.filosofia.org/enc/ros/durk.htm

[4] se instala la culpabilidad de autor o de carácter (19), fundada en la autoridad de la ética tradicional, pero traicionándola en su esencia, pues para la ética no rige la prohibición de analogía, la que tampoco regía en el derecho alemán de los años treinta. La culpabilidad de autor viola el principio de legalidad, al reprochar actos atípicos anteriores y extraños al ilícito. Pretende que un funcionario estatal juzgue y reproche la existencia misma de un ciudadano y no sólo su ilícito. http://www.saij.gob.ar/doctrina/dacf070010-zaffaroni-culpabilidad_por_vulnerabilidad.htm

[5] https://chequeado.com/justiciapedia/wp-content/uploads/2015/01/cv_zaffaroni1.pdf

[6]http://agenciapresentes.org/2019/03/01/por-primera-vez-un-documento-de-identidad-dira-femeinidad-travesti/

[7] https://jurisprudencia.mpd.gov.ar/Jurisprudencia/Bertolini%20(causa%20N%C2%BA%2048756).pdf

[8]https://www.youtube.com/watch?v=5V2VcsQfbFw&t=128s

[9] http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/195000-199999/197860/norma.htm

[10] https://www.travazona.org/post/el-perro-verde-de-marte-o-la-categor%C3%ADa-social-la-cuestion-de-identidad-de-g%C3%A9nero

[11]https://archivodelamemoriatrans.tumblr.com/

 

Gracias maestra Lara por su tiempo, por su lucha, por ser ejemplo para muches, por enseñarnos que todes merecemos respeto, ser escuchados y reconocidos dentro de las normativa judiciales y sociales de los países

Para conocer mas sobre sus trabajo y lucha visiten:  https://www.travazona.org/  

 

Comparte este contenido:

Ana Fernández: “Nos tienen que educar como personas, no como hombres y mujeres”

¿Cómo educar en materia de igualdad de género y conseguir, así, acabar con la discriminación? Hablamos sobre ello con Ana Fernández, consultora de género y secretaria de la Asociación Profesional de Consultoría de Género de España.

La educación juega un papel muy importante en materia de igualdad de género, algo que hay que inculcar desde la infancia. Tanto dentro como fuera de las aulas se puede llevar a cabo un fomento (que comienza con la formación del profesorado) que conduzca hacia la igualdad real. Hablamos con Ana Fernández De Vega De Miguel, consultora de género y secretaria de la Asociación Profesional de Consultoría de Género de España, sobre cómo lograrlo con la implicación necesaria de todos los miembros de la comunidad educativa.

¿Qué iniciativas o metodologías son necesarias para derribar estereotipos de género en el aula?

En primer lugar, deberíamos empezar con planes transversales de formación del profesorado en perspectiva de género. Si ellos no parten de una postura que reconozca que existe esta desigualdad entre mujeres y hombres, difícilmente vamos a poder avanzar en este trabajo hacia la igualdad desde la infancia.

El profesorado juega un papel clave en el ámbito educativo y es sustancial para cualquier cambio social. Debe verse acompañado por otros agentes que intervienen también en la ecuación pero, en tanto que hablamos de las aulas, la pieza fundamental es el docente como referente de cara al alumnado.

Igualdad de género

Creo que es el requisito de partida. El otro punto de la ecuación es la familia. Podríamos ampliar también la mirada y entender la vida como un proceso de socialización mucho más complejo, pero en las edades tempranas esos son los agentes más importantes. Los otros niños y niñas juegan también un papel muy importante que, a su vez, están bebiendo de la forma de ver el mundo que adquieren en sus hogares y en las aulas, así que en ese sentido hay que retroalimentar el círculo virtuoso.

¿Qué iniciativas o herramientas se pueden emplear en los centros educativos para normalizar la transexualidad?

Cuando hablo de una formación del profesorado, parto de un diseño que tenga en cuenta la noción de género como un entramado construido social y culturalmente. De ese entramado parte una perspectiva general: la perspectiva binaria. La misma normaliza comportamientos en determinados cuerpos. Incorporar una mirada mucho más intuitiva desde la perspectiva de género nos está obligando a entender que las personas somos personas más allá del género que se nos haya dado y que, por tanto, hay personas que no están respondiendo a los moldes que se les están imponiendo. Podemos encontrar a personas transexuales que, aunque siguen manejándose en un modelo binario, están rompiendo una norma desde su concepción de la identidad propia y podríamos empezar a tener otros casos que van más allá de un entendimiento binario de género.

Nos tienen que educar como personas, no como hombres y mujeres. Es sustancial no desligar la idea de educar a las personas como personas dentro de los valores universales. No se puede hacer desde una perspectiva que no sea de género porque se corre el riesgo de negar que existe la propia estructura de género. Tenemos dos trabajos paralelos: avanzar hacia una educación integral y global que trate a las personas como personas más allá de su género y no olvidar que sí está operando esta estructura de género que está provocando situaciones de desigualdad profunda entre niñas y niños.

A la hora de educar en igualdad a un niño y a una niña, ¿se deben tener en cuenta las barreras sociales y culturales que todavía diferencian a un género de otro?

Es muy complejo: en primer lugar, habría que apostar porque el profesorado, que no tiene integrada la perspectiva de género, incorpore esa mirada. Esto significa entender, en primer lugar, que existe esa construcción social de género que tiene asociado el valor desigualdad (lo que entendemos que es la masculinidad y feminidad) y que está funcionando y lo vamos transmitiendo de una manera inconsciente. No hay una voluntad directa de discriminar, pero funcionamos de tal manera que lo hacemos.

Una vez reconocido e integrado esto, podemos avanzar hacia el segundo paso que sería una educación más global que trascienda al género.

” Habría que apostar porque el profesorado, que no tiene integrada la perspectiva de género, incorpore esa mirada. “

Existen herramientas que son similares a la hora de educar a hombres y mujeres en materia de igualdad, pero hay objetivos que son distintos.

Hablamos de empoderamiento en niñas y no en niños porque partimos de la base de que los segundos ya tienen un refuerzo social que les va a permitir ocupar lugares de más poder en la sociedad. Por lo tanto, se trabaja más en el género femenino, partiendo de la base de que no tienen ese refuerzo social para liderar, para hacerse valer o para ser protagonistas.

Lo mismo con los comportamientos: en las niñas debemos fomentar que se acerquen hacia lugares que pueden tener vetados de manera inconsciente, pero en los niños también. Aunque las tareas y las áreas de conocimiento son diferentes.

A su juicio, ¿qué se podría hacer en los centros educativos para aumentar el número de niñas interesadas en materias STEM?

Si miramos los datos de graduados en materias STEM, veremos que solo el 25% son mujeres. Desde mi punto de vista está muy ligado con lo anterior. Tenemos que promocionar la presencia de niñas en este tipo de áreas de conocimiento. No porque sea un problema en sí mismo, sino porque en ellas se están tomando decisiones relevantes para lo que va ser el mundo del futuro, además de las mayores oportunidades de empleo que se crearán en ellas de aquí a unos años.

Ana Fernández

El profesorado, partiendo de una perspectiva de género, puede reconocer que indirectamente las niñas no se ven reforzadas para verse asociadas a esas carreras. No tienen una expectativa de género vinculada con la tecnología ni con los conocimientos matemáticos o más científicos y, por tanto, hay que darles un impulso extra.

¿Cuál sería el lenguaje adecuado que debería emplear un docente a la hora de hablar de igualdad de género?

Creo que afortunadamente tenemos un lenguaje muy rico y variado y nos otorga la posibilidad de emplear palabras neutras y globales. El profesorado solo lo podrá hacer si reconoce que su uso del lenguaje es sexista. Es importante que en las clases se diferencie como sujetos presentes y activos a niñas frente a niños. Una herramienta que debe hacer el profesorado es transformar el uso del lenguaje que está haciendo, de tal forma que tanto unas como otros sean nombradas y nombrados de la misma manera, usando los términos genéricos o los específicos cuando sea necesario.

El lenguaje es muy importante para la transmisión de valores y, sin embargo, es una de las herramientas para la igualdad que más conflicto genera entre el profesorado a nivel social.

La palabra ‘unisex’ cada vez toma más importancia. Pero, ¿hasta qué punto es masculina esta palabra?

Desde el momento en el que nuestro enfoque es androcéntrico hay una postura a nivel social que es negar que existe la desigualdad. Son posturas negacionistas. En la mayoría de los casos no son posturas intencionadas, sino que simplemente obvian la desigualdad. Así, la mirada pretende ser global y neutral pero, en realidad, el marco de referencia mental en el esquema de pensamiento siempre es el sujeto privilegiado que, en este caso, sería el varón.

” En la mayoría de los casos no son posturas intencionadas, sino que simplemente obvian la desigualdad. “

Lo unisex es masculinizado porque el esquema de pensamiento está partiendo de un modelo de persona que no es integral, sino masculino.

Lo curioso cuando incorporas la perspectiva de género es descubrir que hasta cosas tan banales como un color están dotados de un componente de género. Cuando nos damos cuenta de esto, también nos damos cuenta de que nos estamos confundiendo en ese terreno social.

Existe otro concepto vital que hay que señalar: la discriminación indirecta. Es importante que desde el profesorado entendamos que cuando se aboga por defender la perspectiva de género, no se está acusando a nadie de discriminar a personas o alumnado. La desigualdad actualmente en nuestro sistema social y político no funciona de forma directa, sino indirecta. La clave es atajar esa discriminación indirecta en la que se está reproduciendo un sistema de igualdad que otorga diferentes posibilidades de integrarse a niñas y niños.

Para ello, en las aulas se puede trabajar con los conceptos de visibilización. Por ejemplo, hacer un reconocimiento a los aportes históricos que han realizado las mujeres en diferentes áreas para proporcionar una mirada múltiple y co-creadora a favor de las mujeres.

Fuente:https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/igualdad-de-genero-ana-fernandez/93172.html

Comparte este contenido:

Entrevista a María Carmen Busto:“Hay niños que aprueban primaria sin una buena base de comprensión y expresión lectora”

Entrevista/22 Noviembre 2019/Autora: Pilar Álvarez/El país

María Carmen Busto es especialista en dificultades de aprendizaje del lenguaje. Insiste en que la clave para ayudar al alumnado es centrarse en la etapa de infantil

María Carmen Busto (Peralta, Navarra, 1948) es especialista en Educación Especial, métodos de investigación y dificultades del aprendizaje de lectoescritura. Se acaba de jubilar como profesora de la Universidad de Barcelona tras 40 años de carrera. Es autora de Manual de logopedia escolar y Reeducación del habla y del lenguaje en el niño con parálisis cerebral, de editorial Ciencias de la Educación Preescolar y Especial (CEPE). Responde al teléfono a las preguntas de EL PAÍS.

Pregunta. ¿Cómo es el aprendizaje de la lectoescritura en las escuelas españolas?

Respuesta. Hay diversos métodos, depende de cómo se apliquen y cómo reciban los alumnos el aprendizaje en función de la línea pedagógica del centro y de la cohesión del equipo docente. El saber hacer del maestro y la manera de aprender del alumno determinan cómo puede avanzar y progresar cada niño.

P. ¿Considera que el nivel de aprendizaje es bueno?

R. Creo que sí, tenemos muy buenos maestros y profesionales. Depende del interés y motivación del alumno y de la relación familia-escuela. Es de gran importancia la estimulación que reciban los niños en el ambiente familiar para leer. Hay alumnos que aprenden por sí solos, con la guía del maestro les es suficiente. Y hay otros que aun siendo capaces pueden presentar problemas de atención, motricidad, motivación… que les priva de un buen aprendizaje escolar.

P. ¿Cuántos alumnos tienen problemas de atención y cómo se puede solventar?

R. En una clase de 25 alumnos nos podemos encontrar con una quinta parte del alumnado con problema de aprendizaje. Hay que dar una mayor importancia a la educación infantil. La etapa de tres a seis años es fundamental para el aprendizaje escolar. Si en la etapa infantil hay una buena base de habilidades en cuanto a la percepción visual y auditiva, al ritmo, a la estructuración espacio-temporal… posteriormente en la etapa de educación primaria tendrán más facilidades. Los buenos resultados en educación infantil y primaria permiten anticipar buenos resultados en educación secundaria. Gran parte de los problemas en secundaria se deben a la falta de una buena base preparatoria de comprensión y expresión lectora.

P. ¿Cuáles son las claves para corregirlo?

R. Durante la escolaridad ya se observa qué alumnos pueden presentar o no dificultades de aprendizaje. La detección precoz es clave. Las metodologías estimuladoras que fomentan la curiosidad y la creatividad son necesarias. Así como la diversificación de las estrategias de enseñanza-aprendizaje.

P. ¿Hay suficientes recursos en las escuelas para ese seguimiento?

R. Tenemos los equipos de asesoramiento psicopedagógico, los maestros de educación especial, los logopedas itinerantes, competentes y buenos profesionales… pero dicho personal no es suficiente para abarcar la demanda. El escaso tiempo profesional para algunos alumnos no llega a resolver las necesidades educativas.

P. ¿Cuál es su valoración del Informe PISA?

R. Los países nórdicos como Islandia, Finlandia, Suecia, Dinamarca, presentan mejores resultados quizás porque tienen ratios por clase más reducidas y los equipos pedagógicos están muy bien coordinados. En nuestro país hay muy buenos profesionales. La cuestión está en la cantidad de personal y en su coordinación. El Informe PISA evalúa a un territorio educativo muy amplio sin tener en cuenta sus peculiaridades. Hay centros escolares que dan prioridad en la preparación de ciertas pruebas que con posterioridad pueden ser evaluadas.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/11/15/actualidad/1573824431_752758.html

Comparte este contenido:

Entrevista: Yo escribo para comprender

Yo escribo para comprender

José Saramago

ENTREVISTA

Omar Valiño – La Jiribilla.- Omar Valiño: José, en su obra convive una vitalidad hija de la experiencia cotidiana con, a su vez, una gran profusión de conceptos, ideas, experiencias de pensamiento, pero, ¿José Saramago se considera más hijo del camino que de la filosofía y la experiencia libresca?

José Saramago: Bueno, yo creo que esas cosas no se pueden decir, porque uno no tiene la posibilidad de medir a lo largo de una vida, y de una vida larga como la mía, en qué porcentaje influyeron las lecturas y en qué porcentaje las experiencias vitales, no hay ninguna posibilidad. El hecho de que con veinticuatro o treinta y dos o cuarenta y siete años yo haya leído a un determinado autor o filósofo o ensayista o novelista o lo que fuere y que pensara o pudiera pensar que en ese momento algo había cambiado, en el sentido de que eso había tomado un lugar importante para todo lo que viniera después, en lo que se refiere no solo a la vida, sino también al trabajo mío, yo creo que no se puede determinar. Esto es una amalgama, es decir, todo esto está unido, fundido, y uno se orienta en esa especie de bloque donde hay de todo, cosas que se han vivido, cosas que se han imaginado, experiencias auténticas, experiencias, digamos, imaginadas, aunque una experiencia imaginada no es una experiencia, evidentemente. Las lecturas, los sentimientos, todo eso, los sueños, ilusiones, frustraciones, todo lo que ocurra a lo largo de una vida se va uniendo en lo que yo podría quizás llamar una especie de núcleo duro o, al contrario, maleable, plástico de la personalidad de cada uno y cuando llegue la hora de expresar algo, de intentar narrar una historia o algo así, uno se encuentra. En el fondo es como quien entra en un archivo enorme con muchos cajones y todo eso, y va buscando lo que le interesa, con la diferencia de que, en este caso, como tú ves, tiene que ver con la memoria,

normalmente uno no necesita buscar, buscar en un sentido activo de buscar. Cuando lo necesita, si la memoria funciona como tiene que funcionar, la memoria lo presenta, si es que lo tiene, claro. Pero después hay que encajar todo eso en una obra que tiene que ser coherente y que no puede ser, digamos, el caos, ¿no?

O.V.: Yo diría que esas experiencias, esa búsqueda encuentra muchos personajes, sin duda, de una gran elaboración literaria, pero cuyos referentes pudieran estar en una realidad que, a su vez, es muy coherente con la expresión de su pensamiento fuera de la literatura. ¿Le parecería que es así?

J.S.: Eso es cierto, porque en el mundo, por ejemplo, si miramos los títulos no de todas mis novelas, pero sí de algunas de ellas, nos encontramos con eso, con títulos que, en principio, no parecen de novelas y que muestran muy claramente que hay una tendencia del autor que se manifiesta ahí, que se manifestará después en la obra que se propone escribir. Hay una tendencia, digamos, reflexiva, casi didáctica, como si en el fondo yo fuera un maestro frustrado, que no ha llegado a serlo por cantidad de razones, y que a la hora de escribir una obra literaria hay, digamos, una intención; no es que yo esté intentando siempre introducir la moraleja de las cosas, que yo esté intentando dar lecciones éticas al lector, porque no se trata de eso, por otra parte todo se equilibra o reequilibra con el uso permanente de la ironía, digamos del humor, y, por lo tanto, aunque yo hable de una didáctica, eso no quiere decir que yo soy un señor muy aburrido que está ahí para dar lecciones al lector. Lo que pasa es que hay realmente en mí una tendencia reflexiva.

A la hora de escribir una novela, que en principio no es más que una historia que uno está contando para distraer al lector, yo no solo tengo que reflexionar sobre lo que estoy contando, sino también sobre la forma en que lo estoy contando. Y si vamos a los títulos, mire que yo tengo una novela que se llama Manual de pintura y caligrafía, tengo otra que se llama Memorial del convento, hay algo aquí siempre como anterior a la novela o coincidiendo con el nacimiento de la idea que ya lleva esa novela, como que yo imaginara algo que es una forma, digamos, desde un punto de vista didáctico, una forma expositiva. Y tienes la Historia del cerco de Lisboa, que es un título para un libro de historia, no para una novela. Sin hablar de El evangelio según Jesucristo, y después tienes dos obras más, que asumen así claramente la intención ensayística, de ese propósito reflexivo, como son Ensayo sobre la ceguera, o, más recientemente, Ensayo sobre la lucidez. No quiere decir que yo sea un filósofo, bueno, que no lo soy, hay que decir, tengo bastante claro la diferencia que hay entre lo que soy y el filósofo que me gustaría ser. Pero de todas maneras yo creo que todo ser humano puede ser un filósofo si lo quiere, es decir, si usa su capacidad de pensar, de razonar, de entender las cosas y mirar lo que está por detrás de aquello que parece. Todo tiene una fachada y todo tiene el otro lado, y en el fondo filosofar es intentar ver lo que pasa del otro lado. Y para eso no se necesita ser un filósofo, un creador de un sistema de explicación del universo, para intentarlo al menos. Y por eso es que yo digo que cualquiera, todo ser humano es un filósofo, todo ser humano piensa. Y, si no piensa, me parece que sería mejor que pensara.

O.V.: Suele usted afirmar, sin embargo, que la responsabilidad, la tarea del escritor no termina cuando coloca la última palabra o el último punto de una narración o de un texto cualquiera. ¿Cómo ve, a lo largo del tiempo, la responsabilidad del escritor, y si le parece que esa responsabilidad es la misma o es otra en el mundo de hoy?

J.S.: Mire, yo no creo que el escritor, como escritor, tenga una responsabilidad particular por el hecho de que sea un poeta o un dramaturgo o un novelista. La responsabilidad de la que estamos hablando es otra, y es común al novelista, al dramaturgo y al poeta, común a él y a los ciudadanos normales, corrientes, que no son ni poetas ni dramaturgos. Entonces, yo prefiero decir que mi responsabilidad y mi actividad fuera de la acción estrictamente literaria, es la responsabilidad del ciudadano que yo soy. Porque, desde mi punto de vista, no hay modo de separar al autor del ciudadano que es. No es para decir, aquí acaba la responsabilidad del autor y empieza la del ciudadano o al revés, aquí acaba la responsabilidad del ciudadano y empieza la responsabilidad del autor.Es que a donde va uno, el otro está, el otro va. Cuando tú dices que pones el último punto final, qué es lo que pasa, yo diría que no pasa nada, esa obra es un momento de mi vida, es un momento de mi trabajo y responde, digamos, a un determinado momento de mis preocupaciones políticas, sociales, ideológicas, filosóficas, si quieres, para usar esta palabra, y en esa obra se va a reflejar mi postura en relación a ellas. Insisto, no para dar lecciones al lector, sino, sencillamente, para entender en mí mismo por qué. A veces preguntan, ¿y tú por qué escribes?,  y García Márquez decía, yo escribo porque quiero que la gente me quiera bien. Bueno, esa es una respuesta como otra cualquiera. Y luego hay otra respuesta mucho más ambiciosa, que uno escribe porque en el fondo no se quiere morir y tienes esa ilusión, esa idea de que con la escritura, con lo que queda, de alguna forma seguirás vivo, por lo menos en la curiosidad y el interés de los lectores. Pero, claro, esto tampoco durará mucho, entonces yo prefiero decir que yo escribo para comprender, sencillamente. Yo escribo para comprender. Y, si me preguntan, bueno y usted escribe un libro, ¿y ha comprendido? Algunas cosas sí, otras no, algunas cosas yo las había entendido de una manera determinada, hoy las entiendo de otra forma, y como no podemos llegar nunca a comprender totalmente esto, y cuando digo esto, es todo, pues cada obra es un intento de acercarse al conocimiento y de alguna forma si la obra intenta contestar algo, lo que ocurre invariablemente es que la obra añade a lo que teníamos que entender su propia parte, es decir, la obra misma que intenta comprender va a complicar lo que se quiere entender porque es una visión determinada que antes no existía y,

por tanto, como no existía no se pensaba en ella, pero a la hora de existir, pues encaja en todos los conjuntos de esa maraña, en la red de preguntas que nos rodea y de la que, a la vez, intentaba ser respuesta, acaba por convertirse en otra pregunta.

O.V.: Y si yo le diera una vuelta de tuerca a esto último que me decía, ¿se trataría de comprender qué, de entender qué?

J.S.: Bueno, mire, el preguntar es lo mismo, que es la cosa más difícil que hay, porque a la vez que nosotros sabemos quiénes somos, es muy fácil decir sí, sabemos quiénes somos, tenemos un nombre, hemos nacido en una fecha determinada, tenemos una actividad personal, tenemos ideas políticas, ideológicas y todo eso, nos gusta la carne y nos gusta el pescado, o al revés, y todo eso construye una identidad, una identidad un poco a lo Frankestein, en trocitos, nosotros estamos hechos de trocitos, esa idea de una identidad: YO. ¿Pero quién soy yo? ¿Y cuándo es que yo he sido yo? Porque la vida se alarga y se alarga, y ¿hay un momento en esa vida en la que el yo queda definido para siempre, no hay más cambios?, ¿o la vida es cambio constante? Entonces el yo no existe, yo no puedo decir nada de mí que sea una cosa perentoria, que esté ahí, aquí en bloque, esa piedra, incluso esa piedra está sujeta a romperse, a fragmentarse, todo eso. Esto no es incompatible con la búsqueda de una coherencia personal, y eso en el fondo es la única cosa que nosotros podemos más o menos acercar a la idea de un yo. Si yo soy coherente, pero tampoco se es coherente en todo, no se puede mantener uno en la misma línea, bien, pero en el fondo uno va en la misma línea, tal vez una línea ondulante, la línea recta no existe en la naturaleza y tampoco existe en el ser humano. Por tanto, si tú me preguntas, ¿comprender qué?, te diría en primer lugar: intentar comprenderse a sí mismo en cada momento, no para tener de sí mismo una imagen fija, que se queda ahí, y que tú en cada momento de tu vida digas este soy yo. Puede haber pasado cuarenta años sobre esa imagen, yo no estoy hablando de una foto, hablo de la imagen que tú tienes de ti mismo. Este soy yo. No, no puedes. Puedes decir, este era yo. Hoy no eres así, no porque te salgan unas canas o por esto o por aquello. Es que dentro de ti hay un proceso continuo de cambio. Si tú cam­bias dentro de lo que más o menos imaginas ser, pues entonces has obtenido una coherencia que te permite identificarte a ti mismo en cada momento. Pero si estamos bien de mente y se vuelve loco, qué es lo que se ha roto allí. Es la misma persona, tiene el mismo nombre, qué es lo que se ha roto.

O.V.: Sin embargo, la identidad es un concepto trabajado a lo largo de su obra, si pienso, por ejemplo…

J.S.: Sí, pero para cuestionarlo. Para cuestionar, no para decir ahora ya lo tengo claro.

O.V.: Por ejemplo, si pienso en Todos los nombres o en El hombre duplicado, asocio ese pensamiento en torno a la identidad, en términos también críticos, en cuanto la identidad del hombre de hoy se pierde en un mundo homogeneizador y homogeneizado. ¿Tienen que ver también esas reflexiones con esa perspectiva?

J.S.: Sí,  creo que está bastante claro y no solo en lo que está escrito allí, sino también en la forma; porque, mira, cuando, por ejemplo, en el Ensayo sobre la ceguera no hay nombres, los personajes no tienen nombre, eso no resulta de un capricho del autor, que ha pensado que así sería original. No, es sencillamente la expresión de esa tendencia al anonimato en la que nos estamos convirtiendo, y que tiene distintas expresiones, vamos a ver, los nombres se repiten, me puedo llamar Fulanito, puede tener el nombre que yo tengo, y aun así no somos la misma persona, pero se pueden confundir cuando estamos en un lugar los dos y te llaman por el nombre, tenemos que mirar si te están llamando a ti o si me están llamando a mí, pero si me llaman por el nombre de la tarjeta de crédito, te aseguro que solo uno de nosotros puede contestar, porque lo que realmente identifica hoy, por lo menos, en una cierta parte, digamos, de lo que es el mundo, lo que nos identifica es la tarjeta de crédito, porque eso no se repite, la única cosa que no se repite. En la penúltima de mis novelas escritas, que es el Ensayo sobre la lucidez, y mucho más en la última, que todavía no está publicada y que se llama Las intermitencias de la muerte, incluyo los nombres de las personas no alfabetizadas con letras minúsculas, porque cuando nosotros abrimos un libro y miramos, encontramos que hay una escala gráfica, digamos de valores, los personajes aparecen con su nombre en letra mayúscula y, por tanto, con una identidad, aún no ha dicho nada, no ha hecho nada, pero ya tiene derecho a la mayúscula y por tanto ahí tú sabes que está un personaje, una persona. Pero si la tendencia actual es a que se diluya cada vez más en un espejo de invisibilidad y acabamos, vamos acabando todos, por tornarnos más o menos invisibles, entonces puede que haya otras formas, digamos, de expresar algo como eso, pero yo he elegido una, es decir el nombre no se escribe con mayúscula. El señor Wagner, por ejemplo, si yo hablo de él pues aparece con letra minúscula la inicial y esto, digamos, porque en el fondo, a la vez, yo creo que no se reflexionaría tanto sobre la identidad si la tuviéramos segura, definida, es precisamente porque la identidad se está perdiendo, nos estamos diluyendo, hay algo típico que se nos está yendo de las manos.

Y luego si salimos de la identidad personal y pasamos a la identidad colectiva, eso se complica mucho más, porque cuando se habla, por ejemplo, de la identidad de un pueblo, no se está hablando de nada, porque si eso fuera cierto significaría que la identidad es algo permanente. Pero no, no es así. Entonces yo prefiero sustituir el concepto de identidad por el concepto de generación, generaciones capaces de luchar, de trabajar, de tener proyectos, ideas.

Hablar de la identidad de un pueblo es lo mismo que hablar de la identidad de las nubes, unas veces tienen una forma, otras tienen otra, otra vez están ausentes, otra se deshacen en agua. Es decir, a dónde lleva esto, a un escepticismo radical. No, no, no, aunque a veces dicen que soy no solo un pesimista, sino un escéptico radical. No, es sencillamente mirar el mundo como es, o como a mí me parece que es. Y cómo los hechos, por lo menos si yo no me equivoco en la interpretación de estos hechos, me dan la razón todos los días. Digamos, el mundo existe, en este momento, y siempre, se convirtió en algo impenetrable, incluso impenetrable a la propia reflexión. Es decir, el mundo no se detiene, el mundo, la sociedad mundial, todo eso que ocurre. Nada se detiene. También es cierto que antes tampoco se detenía. No el paso del tiempo que siempre pasa igual, pero los cambios, las transformaciones sociales, eran lentísimos y tú tenías tiempo para llegar a la mitad de la vida estudiando algo que en el fondo no había cambiado mucho. Pues ahora, en veinticuatro horas tú te das cuenta de que el objeto de tu atención, de tu estudio, se convirtió en algo que ya no es, entonces el mundo exige una atención fija, continua y nosotros no tenemos los medios para unir quizá dos ideas, o dos informaciones que a lo mejor aclararían muchas cosas, pero a veces no hay ni la posibilidad, ni el tiempo.

O.V.: Pero yo diría que en su caso se han cumplido dos privilegios para observar ese proceso histórico que, se puede decir así rápidamente, ha sido, incluso, temporalmente, el siglo XX, una larga vida y una perspectiva crítica muy aguda con respecto a esos procesos. No sé si se atrevería a intentar contestarme dónde hallaría claves de cómo el mundo, cómo los procesos históricos, fundamentalmente del capitalismo, han logrado esa situación que me describía usted hace un momento.

J.S.: Bueno, vamos a ver. En el caso concreto –las coordenadas son idénticas para todo el mundo–, en el caso concreto de mi propio país, casi se puede decir que el siglo xix entró en el siglo xx hasta 1950 o algo así. De alguna forma, nosotros hemos vivido ciento cincuenta años en el siglo xix. Y se podría decir lo mismo en relación con el siglo xx, digamos que más o menos haciendo una no coincidencia entre el tiempo que pasa y los hechos que se supone que tendrían que pasar, a la luz de lo que ha ocurrido en este país y en otros. Si tú me haces esa pregunta, no me es fácil contestar fuera de lo que soy, un portugués, porque un inglés o un alemán o un ruso y también un cubano, lo verían de una forma distinta. Pero como de todos modos uno siempre hace ese esfuerzo para comprender lo que pasa alrededor nuestro, yo creo que en este momento no hay muchas ideas que nos permitan no solo entender lo que pasa, cómo imaginar, tener de alguna forma una previsión de lo que puede pasar.

Esencialmente, creo que faltan ideas, faltan ideas nuevas y tenemos la tendencia, porque eso nos tranquiliza, de usar ideas que no es que hayan perdido vigencia, sino que ya no tienen suficiente aplicación sobre los hechos de la actualidad. No es que la actualidad no pueda ser leída a la luz, digamos, de esas ideas, lo que pasa es que las ideas están ahí, pero de alguna forma han perdido en gran parte su capacidad transformadora. Están ahí como construcciones mentales que aplicadas a un tiempo podrían dar una idea justa, precisa, de lo que pasaba entonces, pero ahora hay una incoincidencia entre lo que esas ideas descifraban en la realidad de entonces, no digo que hay una incoincidencia total, pero hay una incoincidencia en relación con la realidad. Y nosotros no hemos generado ideas nuevas, ya ahora hablo sobre todo de la izquierda, porque, como a veces digo, la derecha para gobernar no necesita ideas, no las tiene, solo la confundiría, mientras que la izquierda para gobernar, para hacer lo que quiera, lo que sea, necesita ideas y no las tenemos, en la izquierda se multiplican lo que yo llamo las operaciones de cosmética, donde cualquiera está diciendo, mira, mira, seguimos siendo izquierda, pero ya no lo somos como éramos antes, somos como hay que ser ahora y ser izquierda, ahora, acaba con no saber en qué consiste. Como sabemos, todos dicen que hay que hacer una política de centro y es algo sencillo, porque en el centro están los votos que quieren captarse, nada más. De alguna forma yo creo que estamos cruzando un cerco, en lo que tiene que ver con las ideas.

Estamos masticando y remasticando ideas, muchas de ellas generosas, capaces de transformar el mundo desde entonces, pero que ahora no se presentan con mucha capacidad. Y porque se ha introducido en nuestras mentes esa idea nueva de que si no consumes no eres nada, si no consumes tú, no eres nadie. Y eres tanto más, cuanto más eres capaz de consumir. A partir del momento en que el ser humano se mira a sí mismo como un consumidor, todas, todas sus capacidades disminuyen, porque todas van a ser puestas al servicio de una mayor posibilidad de consumir. Esto es igual en todo el mundo. Aquí a lo mejor no lo notáis tanto, pero esta es la característica. Eso es lo que me ha llevado a escribir una novela que todavía no está publicada aquí, que se llama La caverna, y cuyo protagonista central es un shopping center. Yo te recuerdo un hecho: una mujer hace unos años, en España, dejó como expresión de su última voluntad que sus cenizas fueran esparcidas en un centro comercial, en un shopping center porque, según ella, allí es donde había vivido las horas más felices de su vida. Cuando un ser humano, cuando la alienación, la enajenación de un ser humano puede llegar a considerar que dentro de un centro comercial se han vivido las horas más felices de una vida humana, ¿a dónde hemos llegado, no? ¿A dónde estamos siendo todos empujados por la televisión? Acabaremos viviendo todos dentro de un shopping center.

O.V.: No, eso es lo que dice en La caverna. Considero que podríamos hablar, por separado, de tres novelas suyas, las últimas, que cada una es una metáfora o una penetración del mundo en que vivimos, con respecto a los mismos problemas, pero centrándolo en uno más que en otro. Ensayo sobre la ceguera yo pensaría que es una metáfora sobre la sinrazón humana actual; La caverna, sobre el mercado y Ensayo sobre la lucidez, sobre el mito de la democracia. Le propongo hablar de cada una de ellas, repito, por separado. Lo podríamos hacer en su orden. En Ensayo sobre la ceguera, en esa ciudad, excepto una mujer, todos quedan sin la posibilidad de ver, como decía es una metáfora sobre la condición

irracional o la sinrazón de este planeta de hoy. ¿Por qué?

J.S.: Hombre, digamos, la vida está organizada toda ella, no exclusivamente, claro, pero está organizada toda ella en función del sentido de la visión. Todo, todo está hecho, en gran parte, porque los otros sentidos tienen su lugar, el oído y todo eso, pero fundamentalmente la vida está organizada en función de que podemos ver, esto es lo obvio, y algo no tan obvio, aunque fácilmente demostrable, se supone que la vida está organizada en función del hecho de que somos seres racionales. Y eso no significa que todo lo que hacemos sea racional, o sea, razonable. Pero, bueno, sin la razón el mundo no sería lo que es, si siguiéramos siendo monos, aunque un poquito evolucionados, no pasaría nada, no estaríamos aquí con esa cámara, nada de eso. Lo que pasa es que la pérdida de la visión en Ensayo sobre la ceguera, como has dicho, es una metáfora. No vale la pena discutir si las personas están o no están ciegas, sencillamente ellas no pudieron ver, no pudieron ver ahora, pero puedo decir que no están más ciegas ahora de lo que estábamos antes; la posibilidad de comprender el mundo en que estábamos viviendo, queda reducida, muy reducida, por una cantidad de motivos conocidos, por el modo como está organizada la sociedad, los medios de información, todo, todo nos lleva a una visión deformada o por lo menos incompleta de la realidad, que por otra parte no tiene una sola imagen.

Entonces cuando pierden la visión, en el fondo, aunque no lo digo, pero por todo lo que hacen, la conclusión es obviamente esa: que esa racionalidad que nos había llevado a vivir en una ciudad organizada como normalmente se organizan las sociedades humanas hoy, era a la vez producto de la razón y de la sinrazón, y eso es el retrato mismo de la sociedad en que vivimos. Aparentemente organizada porque somos seres racionales, conocemos lo que conviene, lo que no conviene y todo eso. Parece que eso sería suficiente para una vida equilibrada, digamos. No quiero ahora, digamos, hablar de palabras mayores, como fraternidad, solidaridad, todas esas cosas que son muy hermosas, pero si estamos hablando de esto, es mejor no confundir las cosas. Lo que pasa en Ensayo sobre la ceguera, en el fondo, es una experiencia debida no a la casualidad. Posiblemente ocurrió que en un momento determinado todo el mundo se volvió ciego, se puede decir que ya lo estaban, pero ahora van a vivir en directo, por decirlo así, la experiencia de no entender, de no ver y preguntarse a sí mismos cómo es que hemos llegado a esto. Resultado: como yo no soy el escritor que todo lo termina con una moraleja, con una experiencia para el mundo, la única cosa que está allí es que cuando la mujer del médico al final recupera la visión, y mira al cielo y lo ve blanco y piensa que después, justo cuando todos están recuperando la visión, ella la va a perder, baja los ojos y la última frase de la novela es que la ciudad todavía estaba allí. Es decir, es como si la ciudad les estuviera preguntando: ¿habéis aprendido con la lección?, ¿vamos a repetir lo mismo, infinitamente?, ¿somos incapaces, en el fondo, somos incapaces de vivir juntos? Porque lo más importante es que el ser humano es un animal gregario, tenemos que vivir juntos, pero no hemos aprendido a vivir juntos, por un lado no podemos vivir si no vivimos juntos, y por otro lado no sabemos cómo vivir juntos. En el fondo, un trazo así muy general, aunque no será explícito, pero es lo que Ensayo sobre la ceguera quiere decir. Si lo ha logrado, ya es otra cosa.

O.V.: Sin duda lo logró, muy en profundidad. Siguiendo esa misma perspectiva, la idea de La caverna sería que esa caverna platónica que se va a descubrir bajo el gran shopping center, querría decir que de la escisión propuesta por Platón entre alma y cuerpo, este mundo de hoy ha promovido la complacencia en uno de los dos sentidos, en una de las dos vías de ese hombre cortado por el hacha platónica.

J.S.: Para la metáfora de La caverna, Platón solo me ha servido, objetivamente; no es que yo no sepa qué es lo que ha pretendido realmente Platón con esa metáfora, pero a mí me sirvió el hecho concreto, con independencia de qué es la realidad, la realidad exterior, esto o aquello. Apartándome de todo eso, a mí lo que me interesó fue una coincidencia extraña o no tan extraña –por lo menos Platón no podía haber pensado en ella–, que es la importancia de la imagen en nuestra civilización. Lo que Platón dice es que esas personas que estaban allí confundieron las sombras que pasaban al fondo de la caverna con la realidad, creían que esa era la única realidad; en el caso de mi novela, cuando se encuentra, cuando se descubre que debajo del shopping center está la caverna de Platón, esa caverna que Platón imaginó con las personas sentadas, atadas, mirando la pared del fondo, donde normalmente ya no estaban pasando imágenes, es muy similar, se parece mucho a la situación en que nos encontramos delante de la pantalla de un televisor, es igual, con la diferencia de que –son siempre complicadas las cosas–, la imagen de la televisión tiene una función doble, la primera función es, aparentemente, enseñarte algo, pero la segunda función es ocultar lo que te ha enseñado. La misma imagen que está diciendo, mira lo que ocurrió, tú lo recibes nada más que como un mensaje, pero esa imagen que muestra la realidad también la borra, la diluye, por el hecho de que inmediatamente te pondrá una otra imagen que no tenga nada que ver con aquella, que te agrede en el sentido de que tú quisieras seguir tú mismo reflexionando o pensando, o simplemente sintiendo la emoción, lo que sea, que esa primera imagen en el teatro no te permita ni la ilusión ni la reflexión, porque te la tiran inmediatamente con otra imagen que no tiene nada que ver, que muchísimas veces es su contrario y tú eres bombardeado a lo largo de un día por una casi infinita secuencia de imágenes y, al final de tu día, no sabes qué es lo que has visto, es decir la misma imagen que te enseña la realidad borra la realidad, porque todo se convierte en imagen, en imágenes que se van anulando unas a las otras. Eso es lo que yo pretendo.

Cuando yo hace un rato dije que acabaríamos viviendo todos en un shopping center, yo no tengo ninguna duda de ello, no tengo ninguna duda. Mira, el shopping center es hoy el único lugar seguro que hay en la Tierra, limpio, iluminado, odorífero, todo lo que está allí es hermoso, agradable, te invita, estás en el paraíso, sencillamente. El shopping center es la imagen del paraíso, aunque tú no puedas comprar nada porque no tienes dinero, a ellos les da igual, lo importante es que tú entres, porque si hoy no tienes, mañana tendrás quizá y algo acabarás comprando. Aquí en el mundo, plagado de enormes shopping center, porque date cuenta en el fondo que no hay una diferencia, no existe una gran diferencia entre un shopping center y una calle con comercios de esto y de lo otro, porque en un lugar se compra y en el otro también se compra, pero hay una diferencia total: mientras que en la calle tú eres una persona entre tantas otras, en el shopping center cada uno de los que se encuentra allí solo se mira a sí mismo, los que pasan, los que compran no tienen nada que ver con él, porque las reglas cambiaron, es el mundo del individualismo total. Entonces fuera del shopping center está todo, la violencia, la basura, todo, la contaminación, y dentro, el aire filtrado, la tranquilidad, la seguridad casi invisible pero presente, si a alguien se le ocurre robar, se lo llevan con la misma sutileza con que se llevan un cadáver de un hotel, nadie se da cuenta nunca que salió el cadáver de un huésped y que se murió, desaparece sin que te des cuenta. Es un mundo que se rige por otra razón, pero también por algunas otras razones que podemos entender como cómicas, grotescas, hay mucho de grotesco en el mundo de hoy. Umberto Eco decía, y yo estoy muy de acuerdo con él, que vendrá un ser humano nuevo, que tendrá muy poco que ver con nosotros por su mentalidad, sobre todo, luego por todo lo que se supone que vendrá seguramente, seres que están hechos por ingeniería genética, pero sobre todo por la mentalidad, porque, y esto lo digo yo –no recuerdo que Eco lo haya dicho–, nosotros somos los últimos descendientes de la Revolución Francesa, de la Enciclopedia, del Iluminismo, hemos intentado desde entonces, en poco más de dos siglos y hemos fracasado –porque a esta altura hemos fracasado–, construir un mundo sobre la razón, que no excluya las emociones, los sentimientos, pero que esté fundamentalmente asentado en la razón, y hemos fracasado.

O.V.: José, y sin ese mundo dominado por el shopping center, que no es solo una proyección, en buena medida es ya un mundo real, esa otra novela, la última conocida suya, que es Ensayo sobre la lucidez, de alguna manera propone una particular protesta contra el mito de la democracia. En Ensayo sobre la lucidez frente a unas elecciones en las que –como apuntaba ahorita– izquierda y derecha se juntan en el centro, la gente decide votar en blanco. ¿Le parecería esa la solución?

J.S.: Bueno, si yo tuviera realmente una solución y si pudiera convencer a la gente, a toda la gente, o a una mayoría, de que mi solución es la buena, pues yo entraría en la historia, tendrían que inventar otro Premio Nobel, no de Literatura, no sé de qué. Mira, para mí lo tengo muy claro, es decir esa protesta, yo en la novela casi la llamo rebelión, pero una rebelión distinta, no hay una célula organizadora, no hay un aparato, no hay agentes, no hay consignas, no hay nada de lo que normalmente se supone indispensable en un movimiento, en un gran movimiento de masas. Definitivamente, la gente un día, llamada a votar, y sin ponerse de acuerdo, como si simultáneamente estuviera harta de lo que había pasado hasta entonces, durante generaciones, va y vota en una primera votación setenta y no sé cuánto por ciento de los votos en blanco, y en la segunda votación aparece un ochenta y tres por ciento en blanco. En todos los países esto lo reconocen, el voto en blanco, se toma como un voto nulo, incluso en el caso de que haya un grupo que defienda el voto en blanco, se considera fuera de partido, se toma como algo un poco caprichoso por parte de los electores, en una palabra no se toma en serio, pero no se toma en serio porque normalmente es un uno por ciento, un dos por ciento de votos en blanco, y bueno ya está. Pero si mañana llegara en Europa al ochenta y tres por ciento de mi ficción, si mañana aparece el quince o el veinte por ciento de votos en blanco, el sistema no tendrá más remedio que cambiar, porque sería una revolución, una auténtica revolución. Porque el sistema llamado democrático tiene una dependencia directa del voto, sin voto no hay realmente sistema democrático, será otra cosa, pero si mañana me encuentro con un porcentaje alto, relativamente alto, todo el sistema democrático queda puesto en tela de juicio, porque el voto en blanco no es una abstención. Para la abstención hay cantidad de explicaciones, está lloviendo y la gente no salió a votar porque estaba lloviendo, o no estaba lloviendo y la gente se fue a la playa, estamos hartos de escuchar explicaciones, que los políticos las tienen todas, y las usan según los momentos y las circunstancias. Para el voto en blanco no hay ninguna justificación que no sea la única: que la gente salió para ir a votar, ha ido a votar y ha dicho, sin palabras, esto no me sirve, esto no me gusta. Punto, nada más.

El problema central de nuestro tiempo es el problema de la democracia, en el sentido muy claro, rotundo, de que esta democracia no es una democracia, porque los ciudadanos no pueden hacer más que quitar un gobierno y poner otro en su lugar, no pueden realmente influir en lo que influye verdaderamente en sus vidas, que es el poder económico, las instituciones que determinan nuestras vidas como el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y todo eso, que no son instituciones democráticas porque no las hemos votado, vivimos en una situación casi esquizofrénica. Tenemos una participación democrática en la vida del país, que consiste en votar, en quitar un gobierno y poner otro, y todo se queda ahí y lo que es absurdo es que el ciudadano no puede llegar a los auténticos centros de poder, porque los gobiernos se transformaron todos en comisarios políticos del poder económico. Si esto no encuentra una solución, si la democracia no tiene ningún instrumento para controlar el poder económico, sus abusos y sus crímenes, por qué tenemos que seguir llamando a esto una democracia, es una plutocracia, gobierno de los ricos y que tiene a su servicio todo, incluso a los gobiernos. Bush es un títere, no es más que un títere y la equivocación está –y todo se hace para que aceptemos esa falsa conclusión–, en pensar que el poder lo tiene el pueblo y que el fin del mundo está en manos del señor Bush. Pero no está, al señor Bush le dicen lo que tiene que hacer en cada momento y no es la Condolezza Rice, tampoco es el señor Cheney, es mucho más, mucho más arriba. Entonces, somos manipulados, somos engañados todos los días y seguimos como corderitos inocentes hablando de democracia como si fuera una realidad, en las instituciones sí, no tengo duda, están ahí, tribunal, parlamento, todo eso, pero tenemos que preguntarnos para qué sirve eso.

O.V.: José, por último, en su obra hay una gran reflexión sobre el lenguaje, sobre el lenguaje mismo, en primera instancia, literario, pero lo asocio ahora a que su justísimo Premio Nobel del 98 le catapultó definitivamente a ser una figura mediática, que es escuchada en el mundo. Desde esa perspectiva, digamos, ética o moral, ¿cómo usa ese poder que tiene en las manos?

J.S.: Mira, entre un señor que estaba en el mundo antes del Premio Nobel, yo, y el señor que sigue afortunadamente, que está en el mundo después del Premio Nobel, no hay ninguna diferencia, ninguna diferencia. Que me hayan convertido a mí en personaje mediático, yo para eso no he hecho nada. Y cuando digo que no hay ninguna diferencia, es que en el fondo lo que yo estaba haciendo y estaba diciendo antes era mutatis mutandis, es lo que estoy haciendo y lo que estoy diciendo ahora. Lo que pasa es obvio, ¿no? Si tú estás diciendo algo que llega a algunas personas que están más cercanas o un medio que tiene una cierta difusión, pues es así y tienes que contentarte, que darte por satisfecho. Pero si llega un día en que te conviertes en Premio Nobel y, a partir de ahí, no solo es el hecho de que te conviertas en Premio Nobel, porque hay Premios Nobel, escritores importantísimos de los que no se habla, y no se habla de ellos porque no participan, no intervienen, pero algunos sí, algunos sí, efectivamente. Estoy pensando ahora, por ejemplo, digamos en Soyinka, por ejemplo, y hay otros, pero eso ocurre porque antes tampoco intervenían y no era por el hecho de que le habían atribuido el Premio Nobel, y decían, ahora hay que cambiar, no, van a seguir igual. No quiere decir que por el hecho del Nobel uno pueda decir una tontería, la más rematada tontería del mundo, yo, por ejemplo, y que dé la vuelta al mundo en diez segundos, ya está, se acabó, todo el mundo sabe que el señor José Saramago ha dicho una tontería, pero a veces algunas cosas que dice no son tonterías o por lo menos piensa que no lo son. Y esa es la diferencia. No es por el Nobel, el Nobel no torna activista a una persona que, por temperamento, o por lo que sea, no nació para eso. Tú no podías pedir a Fernando Pessoa, por ejemplo, suponiendo que le daban el Nobel, que se transformara en el apóstol de esto o de aquello. No, seguiría siendo él, seguiría siendo así con su Ricardo Reis, con su Alberto Caeiro, todo ese mundo que había creado. tontería, la más rematada tontería del mundo, yo, por ejemplo, y que dé la vuelta al mundo en diez segundos, ya está, se acabó, todo el mundo sabe que el señor José Saramago ha dicho una tontería, pero a veces algunas cosas que dice no son tonterías o por lo menos piensa que no lo son. Y esa es la diferencia. No es por el Nobel, el Nobel no torna activista a una persona que, por temperamento, o por lo que sea, no nació para eso. Tú no podías pedir a Fernando Pessoa, por ejemplo, suponiendo que le daban el Nobel, que se transformara en el apóstol de esto o de aquello. No, seguiría siendo él, seguiría siendo así con su Ricardo Reis, con su Alberto Caeiro, todo ese mundo que había creado. Ahora, en el caso mío, si yo intervenía antes, si yo he participado en Portugal en la vida política y en la clandestinidad, si soy, todavía sigo siendo, militante de un partido revolucionario, qué es lo que no podía ocurrir, que gane el Premio Nobel y yo, por prudencia, diga el pasado, pasado está y ahora tranquilo, no, no valía la pena. Y no es por decir que no quiero avergonzarme de mí mismo, es que sencillamente no puedo. Es decir, la lluvia cae porque no tiene otro remedio, la lluvia no sube, cae, no tiene otro remedio. Uno es como es, aunque vuelvo a decir esto, plantearía el problema de la identidad, si uno se reconoce en esos cambios, en esa línea ondulante que es la vida. Si uno reconoce en sí mismo una coherencia, pues eso es como un bastón en el que puedes apoyarte hasta que no tengas más remedio, porque ya no tienes más fuerza que dejar caer el bastón e irte al otro barrio.

O.V.: Yo creo que hay que agradecerle a José Saramago haber usado ese poder en favor de las causas más justas de este mundo que tanto le preocupa. Muchas gracias por esta entrevista, por haber conversado con nosotros.

Julio de 2005

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/yo-escribo-para-comprender/

Comparte este contenido:
Page 98 of 455
1 96 97 98 99 100 455
OtrasVocesenEducacion.org