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Aprender a mirar en la era del ruido digital: 8 proyectos de educomunicación y media literacy

Por: Santiago Tejedor

El desafío hoy no es ver. Es mirar. La educación de una mirada profunda, crítica, exigente, ética y cuestionadora se torna crucial en un escenario impactado por el ruido digital que arrastra la desinformación, la infodemia y otros males de la sobreabundancia de emisores y mensajes. En este escenario es crucial educar en medios a una ciudadanía, cada vez, más convertida en lecto-autora de contenidos. En este escenario, presentamos una selección de proyectos del Gabinete de Comunicación y Educación, grupo de investigación y consolidado de la Universidad Autónoma de Barcelona, que amalgaman los desafíos de las plataformas tecnológicas con los nuevos perfiles de usuarios, así como las transformaciones y amenazas que emergen hacia el periodismo, la educación y el combate contra las fakenews.

Reporteros de la Ciencia – La aventura del conocimiento. Este proyecto, financiado por la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT), tiene como objetivo fomentar el pensamiento crítico y la vocación científica en el alumnado de educación secundaria obligatoria (ESO), a través de un videojuego basado en salas de escape (escape rooms). La iniciativa busca la formación, el conocimiento y la sensibilización sobre ciencia entre el alumnado de secundaria. Para ello, se vale de estrategias pedagógicas adaptadas al perfil de este público (12 a 16 años) y a sus hábitos de uso de los medios de comunicación, especialmente, de plataformas digitales como las redes sociales. Los jóvenes tendrán que conocer y aplicar el método científico, adoptando la posición de un reportero que investiga, documenta, contrasta y elabora informaciones. (Más información: https://reporterosdelaciencia.com).

Expedición Tahina-Can. Es un proyecto de periodismo de viajes que promueve una manera diferente y genuina de entender y llevar a cabo los viajes. El proyecto, premiado por la Fundación Telefónica, en la categoría de “Aprendizaje en la Red”, pretende que jóvenes universitarios —de diferentes carreras y universidades— emprendan un viaje iniciático que les enfrente a realidades socio-culturales diferentes a las suyas y que “eduque” su manera de ver y explicar lo visto y lo vivido. Y también que lo cuenten. Para ello, los participantes se organizan en equipos de prensa, radio, televisión, fotografía y redes sociales. (Más información: http://www.tahina-can.org).

INFO/EDU: Ecosistema colaborativo de recursos audiovisuales informativos para la educación. El proyecto se enmarca en el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020 dentro del Reto “Cambios sociales e innovaciones”. La investigación tiene como objetivo desarrollar, experimentar y validar una plataforma tecnológica capaz de adaptarse a usos educativos y de distribuir, con eficacia, contenidos entre los diferentes actores del sistema. Además, la iniciativa busca potenciar la personalización y la cooperación en la producción por parte de la comunidad de usuarios. Info/Edu, que cuenta con el apoyo de Radiotelevisión Española (RTVE) a través de su fondo documental, pondrá énfasis en la innovación en los centros educativos de enseñanza secundaria, y se centrará en el uso de contenidos informativos audiovisuales de actualidad producidos por las televisiones. (Más información: http://www.infoedu.es).

Cátedra para la innovación de los Informativos en la Sociedad Digital. Este proyecto busca monitorear las narrativas informativas y reflexionar sobre los soportes, los formatos y la evolución de las tecnologías. La cátedra posee la misión de promover actividades que permitan generar contenidos y formatos innovadores para identificar las oportunidades que las nuevas tecnologías a nivel social. (Más información: https://oi2media.es).

Identificación, Verificación y Respuesta. El Estado democrático frente al reto de la desinformación interesada. Este proyecto de investigación aplicada, desarrollado conjuntamente por RTVE y el Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB, se centra en la necesidad de fomentar procesos de verificación que conviertan a la ciudadanía y, especialmente, a los profesionales del periodismo en actores dotados de herramientas y recursos para validar la información que circula por el ciberespacio. Este proyecto, que pretende crear una plataforma de acceso libre, se apoya en las posibilidades y los aportes de la Inteligencia Artificial en este tipo de procesos.

Frontera Crónica. Taller de periodismo transfronterizo y co-creación para el fomento de la mirada crítica y la construcción de otras narrativas sobre violencia, mujer y migraciones: Este proyecto, respaldado por el pretende reflexionar sobre la narrativa de la violencia, las migraciones y la mujer en el territorio fronterizo entre México y EEUU, especialmente, en la ciudad de Tijuana. Entre otros aspectos, la iniciativa busca impulsar la alfabetización mediática en los escenarios periodísticos y no periodísticos.

CRAL – Creative Audiovisual Lab for the promotion of critical thinking and media literacy. Es una inciativa de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), junto a seis instituciones europeas, que busca dotar a la comunidad educativa de las herramientas necesarias para combatir la insuficiente alfabetización mediática que existe, cultivar el pensamiento crítico de los estudiantes y ayudarlos a comprender la responsabilidad y el poder de su voz. Se dirige a jóvenes de entre 14 y 19 años para que reinterpreten y lideren la producción de contenidos audiovisuales. El proyecto, financiado por “Erasmus+ EACEA/34/2019: Social inclusion and common vàlues”, cuenta con la participación de ALL DIGITAL, (Bélgica), EGInA (Italia), Istituto Centrale per I Beni Sonori e Audiovisivi (Italia), Hellenic Open University (Grecia), Centre of Technical Culture Rijeka (Croacia) y Association Langas į Ateitį (Lituania). ( Más información: https://www.cral-lab.eu).

OMEDIALITERACY. Overview of the challenges and opportunities of media literacy policies in Europe. Se trata de un proyecto liderado por la UAB, junto a la Universidad Nova de Lisboa, la Universidad de Viena y la Universidad de Ámsterdam, que tiene como objetivo identificar el conocimiento existente sobre los efectos de la desinformación en Europa, comparar las políticas actuales sobre alfabetización mediática y desinformación en los países miembros e identificar buenas prácticas para superar la desinformación.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

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Huelgas convocadas en sanidad y Educación «calientan» enero en Cataluña

El segundo trimestre escolar ha comenzado este lunes en Cataluña con una huelga de docentes fijada en la agenda para el 25 y 26 de enero, los mismos días en los que sindicatos sanitarios han convocado paros, en un primer mes del año térmicamente frío pero previsiblemente «caliente» en conflictividad laboral.

El Govern de Pere Aragonès, que aún no tiene acuerdo para los presupuestos de la Generalitat de este 2023, no ha conseguido calmar los ánimos de profesores y sanitarios, molestos al ver que no llegan las mejoras demandas tras los esfuerzos de adaptación durante la pandemia de la covid. El sindicato de profesores Ustec-STS ha elegido los mismos días que la huelga de médicos –25 y 26 de enero– para llamar a un paro de los docentes, alegando que Educación y sanidad son «dos pilares» de la sociedad que deberían ser prioritarios para el Govern, según defiende la portavoz de la organización sindical, Iolanda Segura.

El pasado verano parecía que el curso escolar iba a comenzar con huelgas, pero los sindicatos y el Departamento de Educación llegaron el 1 de septiembre a un acuerdo in extremis que incluía algunas de las reivindicaciones pero con la condición de seguir negociando el resto de asuntos pendientes. Entre ellos destacaba la reversión de los recortes del 2010 y, si bien Educación ha puesto sobre la mesa algunas medidas en esta línea en estos últimos meses, Ustec las considera insuficientes y ve difícil llegar a un acuerdo capaz de desconvocar la huelga, que previsibiemente va a secundar también la CGT.

Huelgas convocadas en sanidad y Educación «calientan» enero en Cataluña

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España: 2023 tiene que ser año de la confluencia del sindicalismo combativo

2023 tiene que ser año de la confluencia del sindicalismo combativo

2023 se presenta como un año cargado de tensiones sociales. La guerra de Ucrania ha desatado un proceso de aumento de la inflación a escala global que los Bancos Centrales tratan de atajar con subidas de los tipos de interés. Todo ello contribuye a hundir el poder adquisitivo de los salarios y a empujar a gran parte de la clase trabajadora a un escenario de miseria, desahucios y escasez de suministros básicos. Además, la crisis climática parece lejos de estar controlada, y los fenómenos atmosféricos extremos se multiplican por el globo.

Las sanciones asociadas a la guerra, además, impactan sobre los mercados alimentarios y energéticos, impulsando un aumento brutal de la pobreza en los países del Sur, que se ve aún más incentivado por las crecientes fugas de capitales provocadas por las subidas de los tipos de interés en los países del Norte. Este proceso alimenta las tensiones geopolíticas al impulsar, en los países emergentes, la simpatía social con las nuevas potencias que ponen en cuestión el orden imperialista global, como Rusia o China, pese a sus estructuras políticas fuertemente autoritarias.

En nuestro país, las contradicciones partidarias han llevado a un “golpe blando” de la derecha judicial, que se ha autoconstituido en una cámara previa de control de lo que puede ser votado en sede parlamentaria. La pasividad del sindicalismo oficialista, que lo fía todo al buen hacer del Ministerio de Trabajo, incapacita a la clase trabajadora para responder a la creciente pérdida de poder adquisitivo de los salarios y a la degradación de los servicios públicos. La clase dirigente europea pretende sostener precariamente a los sectores más vulnerables, para tratar de conjurar una hipotética explosión social, mientras profundiza el proceso de desposesión de la clase trabajadora en su conjunto y las dinámicas de mercantilización de la vida.

Estamos, pues, ante un escenario complejo y ambiguo, dominado por tensiones irresolubles y contradicciones crecientes. Una era de bifurcaciones no reversibles y de pulsiones autoritarias. De ascenso de la ultraderecha y de presiones belicistas. Y, sin embargo…

Sin embargo, la clase trabajadora global da muestras de una vitalidad persistente y no completamente domesticada. Las huelgas se suceden en el Reino Unido, en lo que los medios de comunicación ya llaman “un nuevo invierno del descontento”. Los trabajadores precarios estadounidenses ensayan nuevas formas de organización en las grandes empresas posfordistas. El sindicalismo combativo francés toma las refinerías y sostiene un pulso con la patronal que está cerca de llevar a una huelga general. Las dinámicas de lucha social derriban gobiernos en América Latina y provocan un nuevo “ciclo progresista” en las urnas.

En nuestro país, los metalúrgicos desarrollan amplios procesos huelguísticos y de movilización callejera. Las trabajadoras de Inditex, en Galicia, consiguen un aumento salarial inédito para un sector fuertemente precarizado. El personal sanitario de la Atención Primaria madrileña ocupa el local de la Consejería. Conductores de autobuses en Zaragoza, trabajadoras de la limpieza de edificios en Castelló y de la atención domiciliaria en Asturias y Valencia…los conflictos, dispersos, y muchas veces encauzados rápidamente por el sindicalismo oficialista, se multiplican por toda la geografía española.

El sindicalismo combativo y el anarcosindicalismo tratan de organizar y concienciar a la clase trabajadora para la gran batalla que se avecina. Pese a persistente letanía derrotista de quienes quieren mantener a los trabajadores en un estado depresivo permanente, el sindicalismo combativo se desarrolla lentamente, pero sin pausa. La CGT, el principal sindicato no oficialista de ámbito estatal, despierta de un cierto letargo con una nueva propuesta y se convierte en la organización obrera que más días de huelga convoca en Cataluña. CNT, pese a sus contradicciones internas irresueltas, se vuelca por fin en el sindicalismo y en la organización obrera, lo que provoca un crecimiento limitado pero sostenido de su afiliación. Otras organizaciones se unen para conformar organismos mayores (como AST y CSC, que conforman la nueva Alternativa Sindical de Clase) o, dentro de sus límites, crecen en afiliación y perfeccionan claramente su estructura y sus capacidades de intervención en los centros de trabajo (como hemos hecho en Solidaridad Obrera). Mientras, organismos que se encontraban hace ya tiempo en la esfera de la concertación, derivan claramente hacia la acción sindical combativa, como ELA en Euskadi.

Además, las convocatorias conjuntas de manifestaciones y la generación de plataformas comunes (como el Bloque Combativo y de Clase, o la Taula Sindical de Catalunya) son ya una costumbre asentada en muchas organizaciones. Es la hora de un nuevo sindicalismo combativo que contribuya a construir una fuerza social capaz de detener el brutal salto hacia el abismo al que se ha lanzado el capitalismo global. 2023, es el año en que la respuesta del sindicalismo combativo y el anarcosindicalismo tiene que hacerse audible. Pero ¿cómo?

El sindicalismo combativo y el anarcosindicalismo deben presentar un bloque unido en 2023 sobre la base de un programa mínimo de consenso, que debe comenzar por la defensa de los salarios y los servicios públicos, y la conversión de estos últimos en instituciones comunal-comunitarias con participación protagónica de los/as trabajadores/as y usuarios/as. Debemos plantear una fuerte limitación de la subcontratación y del uso de los falsos autónomos y del trabajo en formación, recuperar la readmisión obligatoria en el despido improcedente y caminar hacia la expansión de los derechos y garantías de las secciones sindicales. Y, por supuesto, debemos delinear cuáles son nuestras reivindicaciones en un gran proceso de debate sindical que alcance a todas las organizaciones y que culmine con una gran demostración de fuerza unitaria (movilización o Congreso Obrero).

Porque nuestra tarea principal en esta etapa es vencer la desesperanza de la clase trabajadora abriendo, en 2023, el camino para la confluencia y la unidad de acción del sindicalismo combativo y el anarcosindicalismo. Una confluencia que se puede construir con nuevas plataformas locales (al estilo de la Taula Sindical de Catalunya) y nuevos debates programáticos y de fondo; con la convocatoria de eventos unitarios (manifestaciones, conferencias abiertas a la ciudadanía, congresos…); generando medios comunes de difusión y debate, y expandiendo la discusión y la reflexión sobre ese nuevo sindicalismo que queremos construir más allá de las siglas y la fronteras organizativas; abriendo espacios para una nueva cultura obrera en los centros sociales o en ateneos sindicales conjuntos; construyendo Consejos Productivos Locales con las entidades de economía social y las plataformas de defensa de los servicios públicos, etc. etc.

Además, por supuesto, debemos tomarnos en serio la internacionalización de las luchas y el apoyo mutuo a través de las fronteras, multiplicando las relaciones con las organizaciones de trabajadores/as de América Latina, con las que compartimos idioma y múltiples códigos culturales, así como con las organizaciones del sindicalismo combativo europeo, que tienen enemigos muy visiblemente equivalentes a los nuestros.

La Federación Sindical Mundial, la Confederación Internacional del Trabajo, la Red Roja y Negra, la Asociación Internacional de los Trabajadores y la Red Internacional de Solidaridad y Luchas, las distintas internacionales a las que pertenecen nuestras organizaciones, deben intercambiar información y apoyarse mutuamente en sus conflictos, contribuyendo a una cultura obrera plural, reflexiva y respetuosa con las diferencias que envíe un fuerte mensaje a todos los trabajadores y trabajadoras de nuestros países: ahora sí, estamos en camino.

Es la hora de que el anarcosindicalismo y el sindicalismo combativo muestren con firmeza su capacidad para hacer frente a la devastación capitalista en curso. Quienes militamos en las organizaciones sindicales que luchan debemos asumir nuestra responsabilidad en este momento histórico y hacerle un gran presente a nuestro pueblo: el regalo de una clase trabajadora organizada, consciente de su fuerza y unida en su diversidad.

2023 tiene que ser el año del inicio del camino hacia la construcción de un gran bloque obrero combativo y con capacidad de parar la economía capitalista para iniciar el trayecto a una sociedad más justa.

 

José Luis Carretero Miramar* para Kaosenlared

 

*Secretario General de la Confederación Sindical Solidaridad Obrera

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/2023-tiene-que-ser-ano-de-la-confluencia-del-sindicalismo-combativo/

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Orientar a las familias de jóvenes en riesgo de abandono: “Deben ser parte de la solución, no del problema”

Por: Sandra Vicente

La Diputación de Barcelona ha celebrado la octava sesión del Seminario de Nuevas Oportunidades Educativas, destinada a asumir la relación con familias de jóvenes que han abandonado los estudios prematuramente

“Un hijo es una pregunta que le hacemos al destino”. Con esta cita del escritor José María Perman, recuperada por Carme Martínez-Roca, fundadora de la Asociación Fem Pedagogia, ha iniciado el octavo Seminario de Nuevas Oportunidades Educativas, organizado por la Diputación de Barcelona y que ha llevado por título ‘Orientar a las familias en el acompañamiento de jóvenes en riesgo de abandono escolar prematuro’.

En este encuentro se ha puesto el foco en el papel de las familias de jóvenes que, por distintos motivos, tienen problemas a la hora de afrontar sus itinerarios educativos y de inserción laboral. Tal y como lo ha definido Carme Martínez, el seminario ha sido un “recetario de buenas prácticas” tanto para las familias como por los diferentes servicios que las acompañan. La idea que ha planeado a lo largo de toda la sesión ha versado sobre la importancia de la comunicación y el trabajo en red, que debe ayudar a enfocar el acompañamiento.

La base de esta tarea es conocer y entender cuál es el contexto familiar del joven en riesgo de abandono. “Hablamos de situaciones muy complejas, en las que a menudo las familias tienen mil cosas en la cabeza y el espacio mental totalmente ocupado”, ha asegurado Martínez. Cuestiones materiales de supervivencia como la crisis económica, la crisis de roles o los cambios sociales y laborales pueden ser grandes preocupaciones por un núcleo familiar que no acaba de saber cómo afrontar la situación educativa de sus niños.

Por eso es importante establecer vínculos con las familias; vínculos basados en el reconocimiento de su capacidad de resiliencia. “Debemos hacerles entender su fortaleza”, ha expuesto Carme Martínez, quien ha añadido que esta es una tarea que debe hacerse en conjunto entre todos los agentes que, desde el territorio, trabajan con la misma familia. Porque la orientación educativa no es sólo una tarea de escuelas o centros educativos.

Una familia en riesgo de exclusión social puede ser usuaria de un gran número de referentes, lo que puede llegar a estresar y hacerles perder el hilo de los cuidados. “Hay una sobrecarga de referentes y es normal que haya algunos aspectos que se desatiendan”, ha expuesto Eli Sánchez, orientadora del servicio Som U de la Unidad de Escolarización Compartida (UEC) de Mataró. En esta línea, con Sònia Latorre, directora de la UEC, ha coincidido en la necesidad de una buena comunicación entre todos los referentes y que todos tengan presentes las necesidades que puede afrontar la familia, para realizar un correcto acompañamiento y derivación.

De otro modo, se corre el riesgo de que existan aspectos que no se traten. Ésta es una de las preocupaciones de los profesionales de la Escuela de Nuevas Oportunidades Educativas (ENOE) de Terrassa. Meritxell Garrigós, coordinadora del servicio, se lamenta de que hay muchos entes municipales que aún no los conocen lo suficiente como para recomendarlos y, por tanto, hay muchos jóvenes que pierden una oportunidad de orientación.

La importancia del efecto Pigmalión

Otro de los puntos clave, según las expertas que han participado en el seminario es hacer partícipes tanto a la familia como al joven de su proceso de orientación. La comunicación continuada y asegurarse de que entienden el servicio es importante para garantizar el éxito del proceso. Sobre todo teniendo presente que, en lo referente a los itinerarios educativos, hay muchas creencias que no se ajustan a la realidad. “Somos servicios que, en ocasiones, no se entienden. Muchas familias vienen buscando el título de la ESO, entendiendo que es imprescindible porque las únicas salidas válidas son el bachillerato o los ciclos formativos”, apunta Garrigós.

Desde el servicio Som U también insisten en que hay muchas salidas, más allá de estos itinerarios. Su labor se basa en acompañar durante mínimo tres años a los jóvenes que han estado en una UEC (la hayan completada o no) y asegurarse de que encuentran el camino que más se sienta a ellos. Su experiencia les hace recalcar la necesidad que tienen muchos jóvenes de detenerse y, antes de continuar un itinerario formativo, trabajar algunas competencias básicas. “A menudo tenemos chicos con problemas conductuales, falta de puntualidad o responsabilidad, que deben trabajarse antes de encarar nada más”, explica Sonia Latorre, directora de la UEC de Mataró.

Hablamos de jóvenes, tal y como recordaron las participantes en el Seminario, que requieren de itinerarios y atención muy personalizada, capaz de afrontar los problemas y carencias particulares de cada uno. Este enfoque es importante, sobre todo, porque estos y estas jóvenes y sus familias a menudo “vienen quemados de su experiencia en la secundaria, de donde sólo reciben ímputs negativos. Debemos esforzarnos en ampliar la comunicación y transmitir cosas positivas, cambios de conducta que, aunque nos parezcan pequeños, ayudan a las familias a entender qué hace su hijo o hija”, explica Marta Solano, educadora social de la ENOE.

Una mejora en la puntualidad, una buena nota en un examen o una actitud participativa son buenas noticias que deben transmitirse y que pueden ayudar a mejorar el vínculo entre las familias y los servicios. “Cuando se cuenta con la familia, ésta entiende el proceso de orientación por el que está pasando su hijo. Y, si lo entienden, se convertirán en un agente más”, apunta Sánchez, quien recuerda la importancia del efecto Pigmalión, que se refiere a la potencial influencia que ejerce un actor sobre otro.

Confiar en las familias las convierte en un actor activo y, por tanto, no serán dependientes de los servicios de los que son usuarias. Esto es importante porque, según recuerda Carme Martínez Roca, uno de los objetivos de la orientación es conseguir que las familias sean autónomas en el acompañamiento. “De esta manera, entenderán y respetarán los tiempos de sus niños, partiendo de la base de que las segundas oportunidades son necesarias para todos”.

Asumir que la ESO no es el camino ideal para todos, que cada uno va a su ritmo y que hay quien necesita parar y reorientar sus decisiones es clave para su orientación. Por eso mismo, quien acompaña debe ajustar las expectativas hacia los jóvenes, lo que genera unos vínculos más fuertes y sinceros. “A veces cuesta, porque esperar y tomar caminos que escapan de lo normativo retrasa los resultados. Pero nada está bien hecho que no quede presente. Aunque no lo vemos, estamos labrando”, explica Carme Martínez.

El Seminario ha puesto de manifiesto que la orientación educativa es una tarea compleja pero necesaria. Y, tal y como han puesto de manifiesto tanto Josep Monràs, presidente del Área de Educación, Deportes y Juventud, como Javier Silva, diputado delegado de Juventud de la Diputación de Barcelona, es “un reto imprescindible que todavía no ha conseguido ‘escalera necesaria’. Ambos han alabado la labor de los municipios, en tanto que actores de proximidad, a la hora de conseguir que las familias “sean parte de la solución y no del problema”, asegurando que, como suele ser, el trabajo en red es imprescindible para afrontar retos complejos.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

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saharaui Tesh Sidi: «La pobreza no se puede romantizar»

Javier Sánchez Salcedo  entrevista a la informática y activista saharaui Tesh Sidi

«Nací en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), en 1994. Vine a España con siete años. Soy ingeniera informática y me dedico al mundo del big data en temas de banca. He creado y coordino la plataforma digital ­SaharawisToday».

Me gustaría que me hablaras de tu infancia.

Nací en los 90, en unos tiempos muy duros para los refugiados saharauis que acababan de instalarse de manera permanente en los campamentos. No había nada, ni leche para los niños ni agua en casa. Las madres se intercambiaban a los hijos para poder amamantarlos. Cuando nacimos mi hermano mellizo y yo, casi morimos. De hecho, todos acarreamos problemas de salud. Mi madre, que padecía anemia, no tenía recursos. Éramos varios hermanos y no le quedó más remedio que dejarme con mi abuela. Estuve con ella desde los cuatro a los siete años en Mauritania.

¿Te acuerdas bien de lo que viviste esos años?

Siempre digo que los saharauis nacemos mayores. Por las circunstancias, nos educan para resistir y no te puedes quejar. La sociedad y el contexto te obligan a madurar y a crecer rápido. Sí, tengo recuerdos de aquella etapa con mi abuela. Yo era una beduina que solo sabía criar y ordeñar cabras y nunca estaba con niños. Aquellos años viví con adultos y animales. Con solo seis años, sabía hacer las cosas de una mujer mayor. A los siete volví a los campamentos de Tinduf (Argelia), con mi hermano mellizo, mi madre, mi padre y otros seis hermanos. Fue un choque de identidad, tuve que aprender a quererlos, porque esos lazos fraternales no se habían construido antes.

No debió de ser nada fácil

En Mauritania vivía fuera de los sistemas educativo y sanitario. No sabía ni leer ni escribir. Tenía pensamientos y realizaba labores de una persona adulta. Cuando me escolarizaron, tuve que concienciarme de que era una niña, tenía una familia y vivía en sociedad. No puedo romantizar mi historia y decir que tuve una infancia feliz. Es la que me tocó, la infancia de cualquier niño en situación de conflicto. La pobreza no se puede romantizar. Yo no me comí un yogur ni probé el chocolate hasta que vine a España, ni tuve acceso a algo tan básico como la carne. Ahora veo que mis sobrinos tienen eso en el campamento, pero van a sufrir otros problemas: de identidad, el exilio, el conflicto armado… No van a estar exentos de todo eso. La vida en los campamentos no se puede romantizar.

¿Por qué viniste a España?

Vine con casi ocho años a casa de una familia de acogida de Alicante. Si lo de llegar a los campamentos de Mauritania era cambiar de mundo, venir aquí fue cambiar de planeta, de galaxia y de todo. Me daban miedo los edificios porque era incapaz de entender que pudieran ser tan altos. En los campamentos, las casitas de adobe son acordes a tus dimensiones, accesibles a tu altura o a la de un adulto, pero llegué y me encontré edificios muy altos, la gente acelerada, el ruido, los semáforos, todo para «ya»… y, sobre todo, la sensación de que todo el mundo me recriminaba algo: «Siéntate bien», «Come así»… No estaba acostumbrada a tantas demandas sociales, a vivir en un protocolo permanente. En los campamentos, los padres no te dirigen tanto porque ya «eres» un adulto, y cuando vienes aquí ya tienes un pensamiento construido. Vine cinco veranos y luego me quedé con mi familia de acogida desde los 12 a los 18 años. Mi madre española tenía la idea de educarme, pero yo le decía que ya venía educada, y no era un acto de rebeldía, sino la madurez temprana obligada por la situación. Mi familia española lo hizo conmigo lo mejor que pudo, pero no de la mejor forma. Tuve una adolescencia muy dura.

¿Sentías que no encajabas?

Las personas que han emigrado sufren una crisis de identidad muy grande, porque no son ni de aquí ni de allí. La necesidad de encajar en ambos lugares te puede jugar muy malas pasadas. Pasé diez años en los que rechazaba ser saharaui y las desgracias que me habían pasado en la vida.

¿Lo ocultabas?

Exacto. Le decía a la gente que era alicantina y ya está. Pero cuando empecé a leer literatura de referentes africanos, incluidos saharauis, me di cuenta de que tenía pensamientos coloniales heredados, y llegó un momento, con 18 años, en el que vi que aquel no era mi sitio. En mi casa española sentía muchas exigencias sociales y culturales, y tenía que estar constantemente dando las gracias por lo que se me estaba dando, porque yo «venía de un campo de refugiados», algo que me afectaba mucho y sentía como un menosprecio. Por  otra parte tenía a mi familia saharaui, conservadora, musulmana, de las pocas que habían dejado que sus hijas estudiaran en Occidente desde muy pequeñas. Era consciente del miedo de mi madre a que yo no fuera musulmana, ni culturalmente saharaui, ese miedo al qué dirán. Yo sentía presión aquí y presión allí, y decidí romper, ponerme a trabajar y estudiar por mi cuenta, para recuperar mi dignidad y mi libertad como persona. Rompí las relaciones con mi familia biológica y con la de acogida, pero fui libre para empezar a construirme una identidad.

¿Hiciste sola ese proceso? 

Hasta que no entré en el activismo no tuve referentes. Empecé a trabajar de camarera, en tiendas… Estudié Ingeniería Informática en los tiempos de la crisis, y tuve amigos que me ayudaron a pagar la universidad. Acabé la carrera y me vine a Madrid. Era el boom de la informática y encontré trabajo fácilmente. Pedí un préstamo para hacer un máster en big data e inteligencia artificial. Para mí no existen cosas imposibles si te esfuerzas y trabajas. La gente me dice que a mí me han salido bien las cosas, pero yo comía arroz blanco en la universidad, lo mismo que comía en el campamento, porque muchas veces no me daba para comprar ­carne o champú.

¿Cómo llegaste al activismo?

Cuando terminé el máster y había conseguido un buen trabajo, en abril de 2020, explotó la guerra en Sahara Occidental. Yo no sabía nada del conflicto ni de sus causas, pero empecé a ir a manifestaciones y nació en mí una necesidad imperante tanto de ayudar al pueblo saharaui como de recuperar mi identidad. Y cuando vi que la causa saharaui estaba estancada comunicativamente, me planteé ayudar con mis conocimientos en big data y procesamiento de datos en redes sociales. Asumí la presidencia de la Asociación Saharaui en Madrid, hicimos infinidad de cosas y muchos jóvenes saharauis en la diáspora empezaron a organizarse. Pasé a convertirme en una persona muy expuesta, a dar conferencias, me llamaban los políticos… Me parecía que la causa se había convertido en algo muy humanitario pero poco político, e inicié un acercamiento a organizaciones políticas, a medios de comunicación, empecé a llevar a periodistas y políticos a los campamentos… Todo este proceso se ha materializado en SaharawisToday, una plataforma de comunicación digital que he creado junto a mi compañera Itziar.

¿Qué podemos encontrar en SaharawisToday?

Hicimos un análisis sobre qué es lo que le falla a la causa saharaui y vimos que teníamos que ser nosotros mismos, los saharauis, quienes comuniquemos, que no sean los periodistas o los antropólogos los que hablen siempre del pueblo saharaui. En SaharawisToday se habla de migración; de combatir el racismo institucional que sufrimos; de la mujer saharaui, a menudo silenciada; de la responsabilidad de España con sus antiguas colonias o de la responsabilidad de la población de informarse sobre el pasado de su país. Contextualizamos para explicar la relación de Sahara con lo que pasa en Ceuta y Melilla, con las aguas de Canarias o por qué Marruecos bloquea y chantajea a España… Somos 11 personas, saharauis de allí, de aquí y de Francia. Publicamos en francés, árabe, inglés y castellano, y ofrecemos una tribuna de opinión al pueblo saharaui, con toda su diversidad. Tiene cabida todo menos el fascismo y el machismo. Siempre hemos sido un pueblo de transmisión oral, pero tenemos que dejar nuestra historia por escrito. Hay artículos, vídeos, directos, resúmenes de política internacional, análisis… Recogemos todos los eventos de la causa saharaui a nivel mundial e informamos sobre cómo viajar a los campamentos.

Para terminar, ¿crees que habrá referéndum?

Se necesita una presión política muy grande. Creo que el pueblo saharaui tiene que ocupar posiciones de poder. Muchas personas que han emigrado suelen estudiar ciencias sociales y se dedican al ámbito de las oenegés o la cooperación internacional por esa necesidad de «salvar» que tenemos. Pero no pasa nada por estar en la banca o en política. Hay que estar donde se toman las decisiones para poder cambiar las cosas. En el banco en el que trabajo saben que soy saharaui y activista. Los saharauis tienen que intentar ser presidentes de comunidad en sus edificios, diputados, referentes allí donde trabajen. Creo que es complicado el referéndum en los próximos años. Mientras no tengamos un presidente de Gobierno saharaui o migrado no van a cambiar las cosas. Va a llevar tiempo, pero no debemos frustrarnos. Hay que ser optimistas.

CON ELLA

 

«Una amiga fue a Sahara Occidental, a los territorios ocupados por Marruecos, y me trajo arena de allí. Es chocante, y me encanta verlo en todas las generaciones de saharauis: somos capaces de luchar por algo que ni hemos visto y que, probablemente, por ser activista, jamás pueda pisar».

Fuente: https://rebelion.org/la-pobreza-no-se-puede-romantizar/

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El feminismo sale a la calle en Madrid para repudiar los asesinatos machistas tras un mes negro

Centenares de personas se solidarizan frente al Ministerio de Justicia en Madrid con las víctimas de la violencia de género.

Varios centenares de personas han salido a la calle en Madrid este jueves para protestar contra la violencia machista, que ha causado cuatro muertes en las últimas horas en España y que ha convertido a diciembre de 2022 en el peor diciembre de la historia en asesinatos de mujeres desde que existen registros de la criminalidad por razón de género.

Bajo el lema «Estado cómplice, las feministas respondemos«, más de dos centenares de personas se concentraron desde las 19.30 horas de ayer frente al Ministerio de Justicia convocadas por la Comisión 8M del Movimiento Feminista de Madrid-Asamblea Barrios y Pueblos del 8M, informa Alfredo Langa.

Coreaban «No son muertes, son asesinatos«, y portaban un pancarta que decía: «Fin de año, nada que celebrar: 18 mujeres asesinadas».

Varias de las concentradas advirtieron de la influencia que tienen los discursos  de odio en la incitación a la violencia machista y en el amparo que proporcionan a quienes pretenden ocultar sus consecuencias.

«Hasta que no erradiquemos el discurso del odio de la derecha cristiano fraquista esto va a continuar», aseguraba una de las mujeres que acudió a la manifestación.

Se refería a las víctimas más recientes: Una joven precipitada al vacío en Benidorm tras una discusión con su pareja esta misma madrugada; una embarazada acuchillada en un pueblo de Toledo por su expareja en la noche del miércoles; otra de veinte años apuñalada por el excompañero de su madre el mismo día en Vallecas (Madrid); otra hallada muerta por la mañana de esa jornada en Bilbao en el bar que regentaba con su compañero, que se ha confesado autor del crimen…

Dos de esos crímenes ya están oficialmente declarados como violencia machista. Si los otros dos se confirman en el mismo sentido, en diciembre se habría cometido un asesinato de ese tipo cada 2,4 días. Son más de 1.180 mujeres muertas desde 2003 sólo por el hecho de serlo.

«¿Qué le está pasando a este país, que asesinan a diez mujeres y la gente mira para otro lado?», se preguntaba Pilar Díaz Contreras, una de las personas que sostenían la pancarta en la cabecera de la concetnración. Pilar fue la encargada de leer los nombres de las más de cincuenta mujeres muertas por violencia machista esta mes. Tras cada uno, las concentradas respondían en voz alta: «Asesinada».

«El 3 de diciembre en Granada, Maria José; el 4 de diciembre en Mazarrón, Murcia, mujer de 56 años; el 4 de de diciembre en Madrid, Puente de Vallecas, mujer de 67 años; el 6 de diciembre en Estepona, Málaga, mujer de 61 años; el 10 de diciembre en Albacete, Ángela, 48 años; el 10 de diciembre, Irina, 34 años; el 19 de diciembre en Zaragoza, María del Carmen, 84 años; el 17 de diciembre en Guadalmar, Alicante, Isa, de 77 años; 22 de diciembre, en Avilés, Soraya, de 32 años; el 22 de diciembre, Plasencia, mujer de 45 años; el 24 de diciembre en Bilbao, mujer de 44 años; el 25 de diciembre, en Matamala de Almazán, Cristina, de 45 años; el 27 de diciembre, en Santa Perpétua de Mogoda, Carmen, de 88 años; el 28 de diciembre, en Madrid, Puente de Vallecas, mujer de 20 años; el 28 de diciembre en Escalona, Toledo, mujer de 30 años; 29 de diciembre, Bilbao, Rebeca,  de 45 años; el 29 de diciembre, Benidorm, mujer de 29 años»…

Todas ¡asesinadas!, entre gritos. Ángela concluyó así su discurso: «Me pregunto qué está pasando para que ante el asesinato de estas mujeres este país sea tan insensible. ¿Qué estaría pasando si hubieran asesinado a diez futbolistas, a diez jueces, a diez curas o a a diez políticos?»

Fuente. https://www.publico.es/mujer/feminismo-expresa-madrid-repulsa-asesinatos-machistas-ano-celebrar.html

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Adolescentes: «Los adultos nos acusan de falta de esfuerzo en los estudios, el trabajo y en la vida»

El 65% de los jóvenes en España afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad se siente frustrado por no llevar la vida que quiere, según el estudio «Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta», de la Fundación SM

Según el estudio «Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta», realizado por la Fundación SM a través del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica, uno de cada dos jóvenes piensa que «generación de cristal» es un término adecuado para explicar su postura crítica ante las injusticias del mundo y aplicable al conjunto de la sociedad. Sin embargo, 2 de cada 3 lo interpretan desde una perspectiva más negativa, como una crítica hacia ellos.

Este término fue acuñado por Montserrat Nebrera como una metáfora para describir la fragilidad emocional de los adolescentes y jóvenes de hoy. Frente a esta postura, otros interpretan la aparente fragilidad de esta generación como una fortaleza, por su sensibilidad hacia los problemas sociales y aquellos relacionados con la salud mental y emocional.

Los atributos unidos a este calificativo, que más los identifican a sí mismos y a su generación, son el reconocimiento de la importancia de la salud mental, la sensibilidad hacia los problemas sociales, la baja autoestima y la defensa de la diversidad.

Más facilidades para progresar

El 62% de los y las jóvenes opina que las generaciones anteriores tuvieron más facilidades para progresar socialmente que los jóvenes de ahora, percepción que se incrementa a partir de los 21 años. Sin embargo, casi en la misma proporción afirman que la mayoría de los jóvenes tendrían que esforzarse más.

El concepto de meritocracia sigue estando vigente entre la juventud española. Así, el 64% de los y las jóvenes opina que esforzarse (en los estudios o el trabajo) es una garantía para lograr tus objetivos en la vida.

Los jóvenes de 18 a 20 años son los que menos confían en que esforzarse es una garantía para el éxito. Sin embargo, también son los que en mayor grado opinan que los jóvenes deberían esforzarse más.

Frente a esto, el 74% de ellos afirma que los adultos los acusan de falta de esfuerzo en los estudios, en el trabajo o en la vida en general y el 58% que se sienten con el derecho de criticarlos por el mero hecho de ser jóvenes, pero no al revés, 3 de cada 4 consideran que no toleran que los critiquen su forma de pensar.

En este aspecto, al 64% les molesta que se hagan chistes o bromas que ridiculizan o discriminan a las minorías, un porcentaje que se eleva a 75% en el caso de las chicas.

Tres de cada 5 jóvenes afirman haber sufrido emocionalmente por haber recibido comentarios sobre su aspecto físico, forma de ser o de pensar. Sin embargo, opinan que vivimos en una sociedad demasiado sensible donde la gente se molesta por cualquier cosa.

Mayor sentimiento de frustración

En el actual contexto, el 65% de los jóvenes en España afirma haber aprendido a vivir con la incertidumbre de no saber a qué se va a dedicar en el futuro y la mitad sentirse frustrado por no llevar la vida que quiere, un sentimiento que está más presente entre los mayores de 21 años.

El temor a no cumplir las expectativas de su familia o amigos representa un 56%. Este sentimiento se eleva hasta el 61% en el caso de los jóvenes de clase media baja/baja respecto a la clase media (49%), que parece sentirse menos preocupada por defraudar a su entorno más cercano.

El 56% de los jóvenes en España reconoce que sus padres han sido demasiado protectores con ellos, especialmente en el caso de las chicas (62% frente al 50% de los chicos). Los jóvenes de clase alta/media alta son los que, en menor medida, se han sentido sobreprotegidos por su familia y los que, en mayor grado, consideran que sus padres han contribuido al desarrollo de una autoestima fuerte.

Por contraste, el 59% afirma que sus padres han contribuido a que desarrollen una autoestima fuerte, resultado que entra en contradicción con su autoidentificación (personal y generacional) con la «baja autoestima o inseguridad en relación con las capacidades personales».

El 75% de los jóvenes opina que las crisis económicas, sanitarias y sociales dificultan más las posibilidades de elección de los jóvenes que de las de generaciones más adultas, sentimiento que está especialmente presente entre los mayores de 21 años.

Tres de cada 4 jóvenes afirman que vivimos en sociedades en las que todo el mundo espera que le digan qué hacer y cómo hacerlo y la mitad evita tomar decisiones por miedo a equivocarse.

Fuente de la información e imagen:  https://www.abc.es
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