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De nuevo en peligro la libertad de expresión

Por: Alberto García

La imposición de una sanción al letrado Aránguez por el Ilustre Colegio de Abogados de Granada por criticar la actuación del juez Piñar daña la libertad de expresión de la abogacía. Ahora ese mismo perjuicio se extiende también a los periodistas cuando se les investiga en causa penal por informar a la ciudadanía de asuntos judiciales de interés público.

De entrada tengo que confesar que no soy un hombre con las ideas claras, ni el juicio firme. Cuando alguien me pregunta si me gusta la tortilla de patatas con o sin cebolla, dudo, no lo tengo claro, acabo balbuceando y es que me gustan las dos. Cosas del poco carácter, que también se manifiesta ante similar pregunta en relación a los ingredientes de la paella: vacilo, me avergüenzo un poco ante la posición tajante de quien me inquiere…y agachando la cabeza, respondo que me apetece de cualquiera de las maneras. Por poner sólo dos ejemplos.

Esta indecisión me aparece a la hora de analizar la actuación del juez Piñar, tildado por algunos de personaje agropecuario (no en su actuación judicial, por Dios, no se me acuse como antiguamente de desacato, sino en sus expresiones públicas), cuando decía entre otras frases felicísimas, aquello del «hijo de puta» refiriéndose al que calificaba—supongo que con conocimiento cabal—como novio de Marlaska, según indicaba el periódico Diario 16 o tachaba de basura al Tribunal Supremo, y sin embargo, en sus razonamientos en sede judicial parecía bordear la estética decadente más escabrosa, como si su sensibilidad estuviera próxima a la de Charles Baudelaire en «Las Flores del Mal«, cuando según el Diario.es, bajo la firma de Ruth Toledano, señalaba: «Los medios recordaron que hace unos años dictó una sentencia que rebajaba la indemnización que pedía una joven de Granada tras un accidente con argumentos tan perversos como que la cicatriz, en una chica tan atractiva, podía ser un aliciente sexual».  De la arruga es bella en el prêt-à-porter de Adolfo Domínguez a la libidinosa cicatriz en la piel.

¿Prevalece en nuestro personaje el perfil  bronco, pedestre, o por el contrario es próximo al esteticismo más decadente?…No lo tengo claro, ya les he advertido desde el principio que soy un tipo confuso.

El periódico «Granada Digital» nos comentaba el martes pasado que el Juzgado de Instrucción nº 5 de Granada tras admitir a trámite la querella presentada por Piñar contra el abogado de Juana Rivas, ha acordado mediante resolución judicial, «que la Policía Nacional investigue si Carlos Aránguez creó el 15 de marzo de 2019 un grupo en la red social WhatsApp denominado «Periodistas Aránguez Abog», donde tenía agregados a 103 profesionales de la información, cuya identidad y medio para el que prestaban servicios deberán especificarse en el referido informe», concretando que la  «identificación y medio para el que prestan servicios también deberán reflejarse en el informe en cada uno de los casos». Una investigación que a buen seguro causará preocupación, molestias, tal vez temor en aquellos periodistas que se habían limitado, en el legítimo deber de informar,  a recibir noticias  del abogado de un caso que ya venía arrastrando un gran protagonismo en los medios de comunicación, por lo que estaba sujeto a debate público.

De la misma manera que la imposición de una sanción al letrado Aránguez por el Ilustre Colegio de Abogados de Granada por criticar la actuación del juez Piñar daña la libertad de expresión de la abogacía, ahora ese mismo perjuicio se extiende también a los periodistas cuando desde el Juzgado se les investiga en causa penal por informar a la ciudadanía de asuntos judiciales de interés público.

«Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión», artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Según el diario Granada Hoy, el juez instructor dice que su diligencia no tiene como objetivo «investigar la labor de los periodistas» que han informado sobre el caso de la madre de Maracena, cuando con anterioridad había ordenado indagarlos por formar junto con el Letrado Carlos Aránguez un grupo de whatsapp. Un chat que estamos seguros no tenía como objeto que sus participantes se divirtieran con los chistes narrados por este, que la verdad, además, no parece precisamente un tipo tan gracioso.

Ya ven, una confusión.

Sin duda la misma que me manifestaba un amigo al decirme que no encontraba lógico que instruyera este asunto un señor no solo de la misma profesión de Piñar, como ha de serlo forzosamente, sino incluso de posible proximidad personal al compartir ambos la justicia penal en una ciudad no demasiado extensa, donde ocurren sucesos tan extraordinarios.

Aquella  pregunta sobre quien juzga a quienes nos juzgan vuelve a aparecer, tal vez no demasiado bien resuelta en nuestra legislación.

Los comentarios del abogado de Juana Rivas habrían desencadenado la querella de Piñar y ahora admitida a trámite junto con la adopción de severas diligencias por parte del Juez instructor.

Qué respuesta tan  distinta, con qué diferente temple el Presidente de la Sala de lo Penal del Supremo Manuel Marchena, y el instructor de la causa contra Puigdemont, también magistrado del alto tribunal Pablo Llarena, han encajado las críticas más contundentes que les han dirigido con motivo de su actividad jurisdiccional, comprendiendo que es el tributo que se paga ante el bien superior de la libertad de expresión.

Puede que la querella y la instrucción que comentamos queden en nada, pero el daño moral y el temor de Aránguez y el de los periodistas investigados perdurarán. Si finalmente el asunto se archiva, por muy errónea que fuere su tramitación, no comportará, casi con toda probabilidad, la menor responsabilidad ni para el querellante, ni para el instructor, dadas las enormes dificultades existentes para exigir responsabilidad a los jueces en los supuestos de actuación profesional irregular o deficiente.

Uno de los ejemplos más extremos de esta ausencia de responsabilidad de estos funcionarios públicos que imparten justicia tuvimos ocasión de constatarlo en relación al juez Ruiz Hermida, del también juez Varón Cobos en el caso «Bardellino».

Resulta que el tal Ruiz Hermida, magistrado, a instancia de la conocida mujer de fortuna llamada La Pepa, percibiendo previamente la cantidad de diez millones de las antiguas pesetas, consiguió que el magistrado de la Audiencia Nacional Varón Cobos dejara en libertad al mafioso italiano Antonio Bardellino, en prisión en España y pendiente de extradición a su país para responder de la acusación de haber cometido la friolera de  más de 70 asesinatos, que tras ser excarcelado, puso pies en polvorosa.

El asunto se las traía, y provocó incluso un incidente diplomático con el gobierno italiano, que protestó enérgicamente. Pues bien, según informaba El País, «el Pleno del Tribunal Supremo acordó anoche readmitir en la carrera judicial  al magistrado Ricardo Varón Cobos… Estos dos jueces estuvieron implicados en la irregular puesta en libertad del jefe de la Camorra napolitana Antonio Bardellino en enero del 84, pero fueron absueltos por la Sala Segunda del TS  en el proceso que se siguió contra ellos. Fue el Consejo General del Poder Judicial el que en mayo del 86 acordó por unanimidad la expulsión de ambos de la carrera judicial… Ricardo Varón podrá por tanto reintegrarse a la carrera judicial… además le deberán ser abonados todos los haberes no percibidos desde que fue suspendido en el ejercicio de su cargo hasta la actualidad», y siguió poniendo tranquilamente sentencias hasta su jubilación.

Otro ejemplo que ilustra «la responsabilidad judicial» en nuestro país es el caso del juez José Antonio Martín, que asesoraba al abogado del narcotraficante Rafael Bornia ante la Audiencia Provincial de Las Palmas, presidida por el mismo Martín, que fue declarado inocente por el Tribunal Supremo, según informaba Cristóbal García Vera el en el periódico  Rebelión, y el propio diario El País pese a que los hechos probados no dejaban lugar a dudas del auxilio prestado al delincuente.

Por eso queda uno tan confuso. No puedo tener ideas claras.

Máxime cuando se sabe, como todos los ligados al mundo del derecho que lean estas líneas, que no hay mejor test para conocer el tremendo grado de arbitrio judicial que existe en España, que cuando un abogado conversa con otro sobre algún asunto y sus perspectivas, no se preguntan tanto sobre cuáles sean los hechos o los fundamentos jurídicos que van a esgrimir, sino algo mucho más pedestre, a saber, ¿con qué juez te ha caído el juicio?, sabedores ambos que esta circunstancia es mucho más decisiva que la enjundia de los argumentos que se barajen. Como Piñar ponía de manifiesto por escrito, para dictar sentencias «primero resuelvo con sentido común, y luego busco adaptarlo a la Ley».

Claro que para seguir justificando mi confusión, el mismo ahora nos cuenta que alguien -¿tal vez un Bildu etarra?- usurpa en Internet su personalidad desde Irún.

Parece ser que esta forma de actuación basada en «el sentido común» puede ser más general de lo que parece en el ámbito judicial, de ahí que lo importante para el éxito o  no de un juicio, dependa más del juez con el que «te toque» que de la razón que te asista.

Frente a ello se arguye que esta es la esencia de la independencia judicial, que cada uno de ellos juzga «en conciencia», y por tanto, puede ser distinto de lo que juzgue otro. Lo que ocurre es que en nuestro país esto se produce con tanta frecuencia, que bien pudiera contraargumentarse que no es lógica tamaña disparidad, dada la regulación común existente tanto sobre la valoración de los medios de prueba, como de las normas jurídicas aplicables.

Podría alguien pensar, adaptando a nuestro caso aquella frase  ya célebre de  Rodrigo Rato,  «es la ideología amigo».

Es una pena que este asunto también se escapara a los autores de nuestra tan alabada Transición.

Menudo lío. Para que vean que no es posible tener las ideas claras.

Fuente de la información e imagen:  https://www.tercerainformacion.es
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Cómo utilizar el silencio como herramienta comunicativa en el aula

¿Por qué para conseguir silencio en el aula alzamos la voz por encima de las de los estudiantes? Esta es la pregunta que se hace Ismael Ruiz Arroyo, docente de la Facultad de Lenguas y Educación de la Universidad de Nebrija, que comparte algunas estrategias para conseguir una clase tranquila

Definir el concepto de silencio no es fácil, pero ponerlo en práctica en las aulas de un instituto es una misión aún más compleja. ¿Quién no ha salido de una clase pensando en la necesidad de llegar a casa y disfrutar de la tranquilidad, del silencio? Si atendemos a la definición del Diccionario de la Lengua Española, “la abstención de hablar y la falta de ruido” definirían este concepto que tanto se hace de rogar en nuestro día a día como profesores.

No es muy difícil encontrar cómo grandes lingüistas, antropólogos o escritores han intentado definir y teorizar sobre el poder del silencio. Tenemos a Juan Mayorga, que en 2019 ingresó en la RAE con un discurso titulado ‘Silencio’ o los numerosos estudios que abordan este tema en distintas disciplinas como el cine, el teatro o la teoría musical. Como docentes se nos atribuyen numerosas funciones, pero una que resulta imprescindible para desarrollar nuestra labor es llevar a cabo una comunicación eficaz. Sin embargo, que nuestro mensaje llegue a todo el alumnado no siempre es fácil, ya que tenemos barreras comunicativas o, como lo llamaron en su momento Shannon y Weaver en su Teoría de la comunicación (1949), ‘fuentes de interferencias’.

Cómo comunicarnos de manera más eficaz

¿Cómo podemos romper esas barreras sin morir ni dejarnos la garganta en el intento? Canale y Swain definieron el concepto de ‘estrategias comunicativas’ en los años 80 y destacaron en su estudio la importancia de conocer varios mecanismos que nos sirvan para comunicarnos eficazmente. No debemos olvidar que es fundamental tener nuestras propias estrategias comunicativas como docentes, así como entender que no siempre nos funcionarán las estrategias del compañero, ni tampoco entendamos que las nuestras son universales y funcionarán en todos los grupos.

Silencio como herramienta comunicativa

La respuesta más primitiva a un grupo de adolescentes que hablan demasiado alto y no permiten continuar con la clase es hacer uso de algún imperativo verbal que indique la necesidad de silencio, pero ¿por qué si queremos conseguir silencio en el aula alzamos la voz por encima de las suyas? Si analizamos este hecho, tan común y recurrente dentro de las aulas, corregir una acción aplicando la incorrección no es más que una contradicción. Al igual que entendemos que la manera correcta para pedir que no corran en clase es un “por favor, en clase debemos andar” y no corregir con una acción negativa: “no corras”, ¿por qué para pedir silencio no utilizamos el silencio?

Comunicación no verbal: clave para conseguir silencio

Si atendemos a los estudios relacionados con la comunicación no verbal, como el de Birdwhistell (1952), nos afirman que aproximadamente el 65% de la información que transmitimos a la hora de comunicarnos es gracias a lo no verbal: entonación, gestos, posturas o nuestro anhelado silencio. Por ello, podemos buscar estrategias comunicativas que no sean sinónimo de quedarnos sin voz al final de la jornada.

Ante un grupo inquieto y que no guarda la calma, unos brazos cruzados y un rictus serio puede ser más efectivo que una voz imperante que se perderá entre las de ellos. Mantente de pie frente a ellos, sé paciente y establece contacto visual con tu alumnado, tu lenguaje corporal ya estará haciendo el resto. Recuerda que debes ser visible, hacerte notar y comunicar que estás en el aula, que necesitas silencio para continuar por lo que sentarte en tu silla, caminar al fondo de la clase o darte la vuelta y continuar con la explicación en la pizarra quizá no son los métodos más efectivos.

Crear una rutina como medio para impulsar el silencio en el aula

Otra cuestión importante es el compromiso que establezcas con tu grupo, por lo que puedes llegar a crear hábitos, rutinas o pactos para conseguir tranquilidad y silencio en el aula. Es importante que estos impliquen un contacto visual, podrás también crear un ‘grito de guerra’ y que ellos respondan, eso sí, recuerda que también es posible hacerlo sin necesidad de utilizar la palabra. Da una palmada, por ejemplo, y que ellos te respondan con otra siendo esta última el comienzo del pacto: silencio.

Existen numerosos métodos para hacerlo, aunque la gran parte de los estudios que hasta ahora hay publicados están dirigidos a un alumnado más infantil y no adolescente. Ya sabes que nos enfrentamos a un público exigente por lo que cread entre vosotros, de forma cooperativa, el pacto que os lleve al silencio.

Existen más herramientas comunicativas, desde el silencio, para mantener el orden en tu aula. ¿Has pensado en el poder del interruptor de la luz? Acércate a él, apaga y enciende la luz en un par de ocasiones y verás como del asombro pasan al entendimiento. Sabrán, sin mediar palabra, que tu intención es la de encontrar sigilo. O, si tus instalaciones te lo permiten, haz uso de la las TIC, mantén preparada una cuenta atrás que se proyecte en la pizarra digital, y así entenderán que cuando llegue a cero la clase debe mantenerse en silencio. Recuerda que las primeras veces necesitarán de tu explicación, pero una vez se acuerde dicha conducta funcionará. Ahora bien, pacta con tu alumnado cuál será el beneficio de esta acción, seguro que llegas a un acuerdo.

Por último, otra técnica que puedes llevar a cabo dentro de tus clases es recordarles el objetivo de la sesión. Al llegar a clase es importante escribir en la pizarra cuál es el contenido a trabajar, en pocas palabras, de forma directa, pero clara. Si en algún momento de la clase el orden no está siendo el más adecuado y necesitas silencio para continuar, mantente firme, haz uso de la comunicación no verbal y señala en la pizarra lo que escribiste al comienzo. Entenderán, sin necesidad de expresarlo con palabras, que tu objetivo es ese y su responsabilidad es llevarlo a cabo. Recuerda que para conseguir una respuesta debemos proporcionar un estímulo y, en ocasiones, encontrar dicho estímulo no será fácil, por lo que sé paciente y visualiza tus objetivos, porque al final merecerá pena.

Fuente de la información e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com

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Entrevista a Koncha Pinós: «Los niños son buenos por naturaleza pero la bondad, que es una inteligencia superior, está denostada»

Entrevista con Koncha Pinós, autora de ‘La belleza de ser bueno’ (Neurociencia de la bondad para padres)

En su libro ‘La belleza de ser bueno’ (Sinequanon) Koncha PInós ha puesto negro sobre blanco las intensas inquietudes de su infancia. «Esta obra nace después de ver tanto sufrimiento en el mundo, deshumanización y horror por todas partes. Trabajar muchos años en zonas de conflicto y vulneraciones de derechos humanos me llevó hasta esas preguntas que no podían esperar más: por qué existe gente tan mala, capaz de hacer tanto daño a los demás, y qué ha sido de la bondad».

-Lo bondadoso, lo bellamente generoso, no está de moda.

-Lo primero quisiera decir es que las personas confunden el término de bondad. Cuando nos planteamos hacer el libro lo primero era definir qué es la bondad desde distintas miradas: desde la filosofía, la ciencia, la educación… Y poder comprender así para poder llegar a un punto en común. La bondad está en todas las tradiciones y en todas las religiones, pero nos hemos olvidado de tenerla presente. Ahora de hecho somos una sociedad con alergia a la bondad.

-En efecto. La bondad está incluso denostada.

-Por eso me pregunté, ¿por qué no la valoramos? ¿Cómo podríamos valorar la bondad de una forma nueva e incluso medirla? El libro pretende eso en cuatro partes, la primera parte te plantea un marco sobre qué es la bondad y cómo se puede medir.

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España: ¿Por qué es tan importante adaptar los espacios de un colegio a su modelo educativo?

¿Por qué es tan importante adaptar los espacios de un colegio a su modelo educativo?

Según esta experta, en los colegios hay una preocupación mayor por tener espacios cada vez más adecuados. Fuente: abc.es

Melanie McGeever, coordinadora del Programa PEP/PYP del Bachillerato Internacional del Colegio Europeo de Madrid, explica cómo debe ser el mobiliario para el máximo provecho del aprendizaje

Si hay algo en lo que las familias se basan a la hora de elegir colegio para sus hijos, sin duda, es en el modelo educativo por el que quieren apostar. Mientras muchos padres tienen claro que prefieren una metodología en concreto, otros apuestan por centros educativos que apuesten por los idiomas, otros se fijan en cómo la tecnología o el arte forman parte de la educación que los más pequeños van a recibir… Por suerte, vivimos en un país con una amplia oferta en cuanto a modelos educativos y eso nos permite poder elegir aquella opción que más se ajuste a nuestras necesidades, dentro de las posibilidades que queden cerca de nuestro hogar.

Para que un modelo educativo sea realmente eficaz, también debemos prestar atención a los espacios que el centro escolar oferta y es algo que los colegios, cada vez más, ponen también en valor, apostando por reformas que consigan adaptar sus aulas, pasillos y estancias para que el concepto global acaba siendo un resultado de éxito.

Está claro que la reforma de las instalaciones responde siempre a dos necesidades. La primera es una respuesta directa a las valoraciones, comentarios y sugerencias que los padres hacen en las encuestas internas de cada colegio y la segunda es dotar de espacios modernos y acordes con la metodología del centro a las aulas y demás espacios. Y es que, desde el punto de vista de los profesionales, además de buscar la vanguardia de manera constante en la educación y el día a día en clase, también se debe hacer en las instalaciones donde la misma se va a desarrollar.

 

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España: Sublevaciones de la Tierra

Sublevaciones de la Tierra

Gustavo Duch

En un marco de colapso global, reunimos a activistas locales e internacionales para reflexionar sobre las estrategias de protesta y movilización por la defensa del territorio y la construcción de alternativas en un ciclo de debate organizado por la Revista SABC y la Fundación Rosa Luxemburgo.

Vivimos en una sociedad que ha normalizado las agresiones contra la tierra y, por extensión, también contra culturas y formas de vida diferentes a la hegemónica, a las que subordina, maltrata y explota. La activista y filósofa Joanna Macy la llama sociedad de crecimiento industrial, pero podemos también llamarla capitalismo, patriarcado, colonialismo… En cualquier caso, las consecuencias de estas agresiones cada vez son más difíciles de ignorar, puesto que ya se traducen en impactos que nos afectan directamente, como la crisis climática, la escasez de fuentes de energía fósil, gobiernos totalitarios, guerras o vidas cada vez más frágiles y precarias. Podemos hablar de crisis, de colapso, una situación que en Europa puede ser más o menos reciente, pero con la que multitud de personas en muchos territorios llevan décadas conviviendo y en la que nuestra forma de vida tiene mucho que ver.

¿Cómo puede detenerse esta espiral de sufrimiento y opresión? Entender las raíces de la barbarie y elaborar la crítica colectiva es un primer paso que debería dar lugar a muchos más, entre ellos la organización social de base para, por un lado, enfrentar y acabar con las dinámicas de destrucción y, por otro, fortalecer y crear sociedades autónomas que sustenten la vida.

Con esta propuesta de debates, queremos centrarnos en uno de esos pasos: cómo denunciar y detener las dinámicas de agresión y explotación de la tierra, de la vida. El título, «Sublevaciones de la tierra», lo tomamos de uno de los referentes de movilización cercanos, Les Soulèvement de la terre, en Francia, que nos inspira por reunir al campesinado con los movimientos climáticos y por la justicia social. ¿Qué estrategias de protesta y movilización estamos utilizando? ¿Son efectivas? Ocupación de tierras, desobediencia civil, sabotaje contra infraestructuras… ¿Cuáles son las posibilidades que nos ofrece la noviolencia para transformar la realidad?

Tenemos el convencimiento de que la reconexión con el territorio, con esos saberes que guardaron y mejoraron las sociedades campesinas y que mantienen los pueblos indígenas, es una de las claves para mirar hacia delante con confianza.

Geografías del combate

Para introducir brevemente la sesión de apertura de este ciclo (15 de noviembre), contaremos con Paul Nicholson, baserritara jubilado. Paul es uno de los fundadores de La Vía Campesina, el movimiento que dio origen al paradigma de la soberanía alimentaria, una articulación y un concepto fundamentales a la hora de resituar al campesinado como sujeto político en la defensa de un modo de vida y unas relaciones antagonistas al capitalismo. Más aún, La Vía Campesina, a nivel internacional y con sus organizaciones locales, ha sido un referente en la lucha noviolenta contra las instituciones centrales de la globalización capitalista, como la OMC y el FMI, y contra la privatización y el acaparamiento de la tierra, el agua o las semillas.

La intervención principal será del historiador y pensador anarquista y antidesarrollista, Miguel Amorós. «Las comunidades del placer emergerán de nuestra lucha aquí y ahora», una cita de Alfredo Bonnano con la que Miguel inicia uno de sus muchos artículos y que será el punto de partida para argumentar cómo, a su entender, en los últimos años los movimientos sociales en general «han limitado su crítica a cuestiones tácticas e ignorado todo lo demás, su aportación no ha sido cuantiosa». Esta afirmación nos incomoda e interpela, pero, todo el pensamiento crítico que se ha construido ¿puede ser la base para impulsar propuestas insurreccionalistas de acción? Cuando la agresión a la tierra y a la vida es tan descabellada, ¿son los movimientos por la defensa del territorio un nuevo sujeto político? ¿El colapso de la economía y del Estado puede derivar en la autoorganización y en la construcción de alternativas comunales? Exploraremos qué nos ofrece un recorrido por estos postulados.

No merecerá el Mundo el fin del mundo

Con estos mimbres daremos paso el 16 de noviembre a una mesa para conocer experiencias inspiradoras de movilizaciones en el Estado español y debatir sobre sus retos. Jeromo Aguado, campesino, abrirá la sesión reflexionando sobre la necesidad de que las luchas sociales vayan más allá de recogidas de firmas y manifestaciones por parte de las personas afectadas. Jeromo tiene una mochila cargada de experiencias en el terreno de la articulación rural y social, en la construcción de alternativas y en la defensa de la cultura campesina.

¿Qué significa ser «personas afectadas» por una agresión al territorio y a la vida? ¿Qué dolores provoca? ¿Qué respuestas requiere? Escucharemos a aquellas que ven directamente afectados su territorio y su medio de vida, como las plataformas vecinales del Valle de Baztán (Navarra), organizadas para impedir proyectos de minería y de turismo, y también la advertencia de «no pasarán» del pueblo de Bellprat, en Catalunya, que se declara en soberanía y desobediencia ante un cúmulo de agresiones derivadas de macroproyectos de renovables. Otra forma de afectación es lo que se ha denominado solastalgia, la angustia por lo que le sucede a la tierra, algo que la comunidad científica que participa en el movimiento Rebelión Científica está cansada de demostrar y cuantificar ante la inacción de las administraciones.

Intuimos que estas «sublevaciones» actuales pueden aprender de otras más maduras como las ocupaciones de fincas de terratenientes ejecutadas por el Sindicato Andaluz de Trabajadoras (SAT) y concretamente del relato de María Montávez, una de las ocupantes de la Finca Cerro Libertad (2017). Con una mirada de proceso, podrá compartir su vivencia desde un plano más emocional. ¿Qué se aprendió de aquella lucha? ¿Podría replicarse hoy? Como el verso de Wislawa Szymborska, quizá mientras sucedan estas acciones, «no merecerá el Mundo el fin del mundo».

Sembrar, devolver al seno de la madre tierra

Con estas presentaciones aún resonando en la cabeza, el 17 de noviembre se cerrará este ciclo de debates con una mesa internacional en la que participarán también quienes llevan décadas —siglos— sufriendo ataques a sus formas de vida, resistiendo el colapso como algo cotidiano. La socióloga Paz Aedo introducirá la mesa desde Chile, donde recientemente los movimientos sociales han sido golpeados con el rechazo de la nueva constitución en el referéndum. Escucharemos a Clementina Lepío Melipichún, autoridad mapuche huilliche, que se conectará desde Chiloé (Chile), su tierra originaria, amenazada por macroproyectos energéticos. También contaremos con la participación de Abel Coicue, líder indígena nasa del norte del Cauca (Colombia) e integrante del movimiento Liberación de la Madre Tierra, que consiste en convertir hectáreas de cañaverales de las empresas que se dedican a la producción de agrocombustibles en tierras campesinas. Abel ha convivido con el conflicto armado y con el extractivismo, y, en los procesos de resistencia, ha sufrido las muertes de personas queridas: «hemos tenido que sembrar, que devolver sus cuerpos al seno de la madre tierra».

Será interesante el diálogo de Clementina y Abel con Inés y Thomas, representantes de dos de los movimientos de defensa del territorio y desobediencia civil anticapitalista más activos de Europa, el ya citado Les Soulèvements de la Terre y Ende Gelände (Alemania), que, sin mordazas luchan contra los proyectos extractivistas: «Lo hemos prometido, volveremos hasta que se pare la última excavadora».

Esta mesa tendrá interpretación simultánea en francés, así que os animamos a compartirla entre vuestros contactos de habla francesa.

Esperamos contar con vosotras en estos debates.

Inscripciones aquí: https://forms.komun.org/sublevacionesdelatierra

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/sublevaciones-de-la-tierra/

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El valor de humanizar

Antonio Piñas Mesa, profesor de Filosofía de la Universidad CEU San Pablo CEU, explica en este artículo la necesidad de «seguir apostando por el ‘valor de los valores’ pues de ello dependerá una sociedad en las que el cuidado del otro sea un cuidado humanizado, es decir, a la altura del ser humano y su valor»

La larga marcha del hombre a lo largo de la historia bien podría ser descrita como un periplo en el que hemos ido aprendiendo el arte de humanizar nuestras relaciones personales y nuestro entorno. Eso sí, hemos tenido y tenemos capítulos en los que la barbarie ha oscurecido este esperanzador proyecto de humanización.

En la actualidad tenemos algunas luces que nos hacen seguir creyendo en la voluntad del hombre por seguir construyendo una cultura de la humanización que alienta también una mejora de las prácticas del cuidado, sobre todo a los más vulnerables.

El humanismo, paradigma que parte del valor de lo humano y que se traduce en una práctica de vida consecuente con esa creencia en que el ser humano tiene un valor singular, es el pilar fundamental de la humanización. Este humanismo tiene que ser alimentado para que sea fuerte ante los vendavales de los antihumanismos y transhumanismos que nos azotan, con el potencial de los saberes humanísticos.

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España: 27-O: Huelga estudiantil masiva con más de 30 manifestaciones en todo el Estado

27-O: Huelga estudiantil masiva con más de 30 manifestaciones en todo el Estado

La huelga estudiantil del 27 de octubre ha sido un gran aldabonazo. Más de un millón y medio de jóvenes hemos vaciado las aulas de institutos y facultades, y más de 30 manifestaciones se han celebrado en todos los territorios del Estado con una participación de miles.

La combatividad y la determinación de la juventud se han visto hoy plasmadas de una manera rotunda en las calles, exigiendo una salud mental pública, gratuita y digna para todos y todas, y el fin de la privatización de la enseñanza pública. Y si hay una idea que ha recorrido toda la jornada es esta: no estamos ante un problema individual, sino del sistema capitalista, y solo hay una salida a través de la lucha colectiva y la organización revolucionaria.

Las manifestaciones, como se puede apreciar en los vídeos y las fotos, no han podido ser más combativas y animadas. En Barcelona, en València, en Madrid, en Sevilla, Málaga, en Almería, Jaén y Córdoba, en Bilbo, en Gasteiz, en Tarragona, en Vigo, en A Coruña, Ferrol, en Castelló, Alacant y Elx, en Gijón y Oviedo, Ávila… no hemos parado de corear consignas: no hay salud mental con tanta precariedad, faltan psiquiatras y sobran fachas, no tenemos pasta para pagar la terapia, gastos militares para escuelas y hospitales, estudiantes antifascistas, hablar del suicidio ayuda a prevenirlo… y muchas más.

Luchar por una salud mental digna es luchar contra el capitalismo

Hoy desde las calles hemos denunciado la emergencia social sin precedentes que vivimos. Los trastornos mentales, los TCA, el consumo disparado de antidepresivos y psicofármacos… suponen una agresión gravísima contra nosotros y nosotras. Que 11 personas se quiten la vida en el Estado español o que el suicidio sea la primera causa de muerte no natural entre los menores de 24 años revela que algo no funciona. Y lo que no funciona es el capitalismo.

Este sistema nos roba la posibilidad de tener una vida digna. ¿Cómo vamos a tener una buena salud mental si ser joven es sinónimo de ser precario, de tener un sueldo miserable o de no podernos independizar por el precio de la vivienda? ¿Cómo vamos a tener una buena salud mental si tenemos curros de mierda que no nos permiten socializar? ¿Cómo vamos a tener una buena salud mental si hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes? Mientras tanto, la sanidad privada y las grandes farmacéuticas están haciendo un gran negocio a costa de nuestro sufrimiento. ¡Nacionalización ya! ¡La salud mental tiene que ser un derecho no un privilegio para quienes se lo puedan pagar!

La educación pública no se vende, se defiende

Por si esta situación no fuera ya suficiente, tenemos que soportar una ofensiva generalizada por parte de la derecha y la extrema derecha contra la educación pública: las becas para ricos, el despido de profesores, el Pin Parental, los decenas de miles de estudiantes que año tras año se quedan sin plaza en la FP pública… Destruyen nuestros barrios y centros de estudio y encima luego nos dicen que “nos falta cultura del esfuerzo”, como hace Isabel Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, o nos criminalizan diciendo que somos la “generación de cristal”. ¡Qué sinvergüenzas!

Pero esta política también se está perpetrando desde la Moncloa. El Gobierno de coalición no sólo no ha revertido los recortes y las privatizaciones aplicadas por el PP durante años, sino que además aprueban leyes educativas que suponen un regalo para la patronal y la Conferencia Episcopal.

Todos los días escuchamos al Gobierno de Pedro Sánchez hablar “de lo público”, de la “importancia de la educación” y de la “salud mental”. ¿Pero dónde están los hechos? Nos dicen que no hay dinero para sanidad o educación, pero sí lo hay para armas, para la guerra imperialista, para las empresas del Ibex35 y para la Iglesia Católica. ¡Basta ya! Que lo hay para armas, para la guerra imperialista, para las empresas del Ibex35 y para la Iglesia Católica. ¡Basta ya! Que todos esos recursos que van a los bolsillos de los capitalistas se pongan al servicio de las necesidades sociales.

Somos la juventud que no se rinde. ¡La lucha es el camino!

Este 27 de octubre ha sido un día inspirador y un gran paso adelante en la lucha por nuestro presente y futuro. Ahora tenemos que transformar nuestra rabia e indignación en organización, día a día, centro a centro y barrio a barrio, para poner fin a unas condiciones de vida que nos asfixian.

Nos quieren aplastados y en casa, nos tendrán combativos y en las calles. ¡Únete al Sindicato de Estudiantes, únete a la juventud revolucionaria!

Sindicato de Estudiantes
Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/27-o-huelga-estudiantil-masiva-con-mas-de-30-manifestaciones-en-todo-el-estado/
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