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España: ‘Insumisos’ en las aulas, cómo motivar a los adolescentes que no quieren estudiar

Redacción: El Mundo/28-11-2018

Su acto de «insumisión» pasará a engrosar estadísticas que están lejos de satisfacer a la comunidad educativa: España ha logrado reducir a la mitad la tasa de abandono en los últimos 25 años pero aún se encuentra entre los últimos de la clase con un 18,2% (casi duplica la tasa media de la UE y sólo Malta y Rumanía tienen peores resultados). Ese porcentaje habla actualmente de la realidad de 585.000 jóvenes de 18 a 24 años que han aparcado sus estudios con una titulación inferior a la Secundaria postobligatoria, es decir, sin FP de Grado Medio o Bachillerato.

El desasosiego de esta madre que ve cómo su hija entierra los libros de texto tiene su raíz en esa consciencia de la realidad futura de la que los adolescentes aún carecen. Y que dibuja un horizonte sombrío: cursando sólo Educación Primaria tendrá más posibilidades de caer en el desempleo (cuatro de cada 10 jóvenes en paro tienen su misma formación) y, cuando trabaje, su salario estará un 35,0% por debajo de la media, según el último anuario del Ministerio de Educación, ‘Las cifras de la educación en España’.

«Es una situación crítica porque es una merma en la igualdad de oportunidades de los chavales, ¿si no están en el sistema, dónde están?», alerta la pedagoga Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD, fundación que trabaja con las familias en la prevención del consumo de drogas pero también de otras conductas de riesgo que pueden afectar al desarrollo de los menores y a la convivencia, como es el abandono educativo.

«Pensé que lo que me enseñaban no me iba a servir para nada»

En ese limbo del que alerta Alemany se vio atrapada durante tres años Alejandra, que alcanzará el próximo año la mayoría de edad. Durante el primer trimestre de 1º de la ESO abandonó los estudios. El cambio de ciclo y el nuevo ambiente, tan «distinto al del colegio», habían hecho mella en su estado de ánimo, ya vulnerable, hasta caer en una depresión: «No me sentía motivada. Lo primero que decidí dejar fueron las clases, sin preocuparme de lo que podía pasar en el futuro, en ese momento pensé que todo lo que me enseñaban no me iba a servir para nada».

El plante académico, que suelen protagonizar más los varones y jóvenes inmigrantes, suele venir precedido de un proceso largo y gradual de desinterés y de frustración disfrazada en ocasiones de rebeldía. Problemas de falta (o exceso) de capacidad para asimilar el conocimiento, de comportamiento o la falta de motivación son los factores principales que pueden conducir a una situación de abandono educativo.

Cuando percibe que alguno de sus alumnos se encuentra en esa situación suele sacarles individualmente del aula y tratar de conectar con ellos desde su propia experiencia personal mostrando los estudios como una «forma de superación» frente a ese peligroso camino «rápido» que les ofrece ahora su barrio y que les puede hacer coquetear con la delincuencia.

Alejandra emprendió con decisión ese cambio de vuelta a clase como alumna de 2º de PMAR (Programas de mejora del aprendizaje y del rendimiento), equivalente a tercero de la ESO. Y su rendimiento y motivación mejoraron con nota. Compartía aula sólo con otros diez alumnos y tenía menos profesores y materias, lo que hacía «más llevadera» la jornada escolar. «Pude adaptarme perfectamente y sacar mi graduadoen Secundaria, ahora sí me siento con ilusión. Agradezco que pudiese recapacitar y sacar mis estudios», relata con la fuerza renovada de quien sabe aprovechar una segunda oportunidad.

«No vale todo para todos»

«Nos tenemos que preguntar qué está haciendo el sistema educativo. Está organizado de una manera que no atiende a las diferencias y no vale todo para todos. Hay niños que se adaptan fácilmente y otros que no lo hacen», asegura Alemany, que considera la atención a estos «insumisos didácticos» una «urgencia de país», aunque sean una minoría.

La realidad a día de hoy es que muchos alumnos no se sienten especialmente motivados al acudir a clase («estudiar es mi responsabilidad y cumplo con ella») y otros actúan como si la lección no fuera con ellos. Éstas son algunas pautas de los expertos para motivar a los adolescentes a estudiar (y a aprender):

  1. DESCUBRIR EL VERDADERO PROBLEMAUn niño que no hace los deberes nunca, que no estudia, que no atiende, que se abstrae continuamente, que habla en clase o incluso desafía al profesor y provoca su expulsión está lanzando una «llamada de atención» con «banderín rojo», advierte Alemany. Y hay que atenderle. Preguntarse qué está pasando. No son «niños problemáticos» sino niños con «circunstancias diferentes»– precisa- y hay descubrir cuáles son: el entorno familiar quizás no favorece que esté motivado para aprender, puede estar sufriendo acoso, una situación familiar complicada o que haya empezado a consumir drogas…Por ello, uno de los pasos más importantes es cambiar (temporalmente) el foco y averiguar por qué ha dejado a un lado los libros de texto. Hay que «curiosear y curiosear» para conocer el mundo interior de nuestros hijos, recomienda la directora técnica de la FAD, que cuenta con una extensa experiencia en el diseño y gestión de programas educativos en España y Latinoamérica.Declararse insumisos en el aula también puede ser una forma de rebeldía. «Y qué mejor forma de rebelarse que evitando hacer justo aquello que nuestro padres nos obligan a hacer: estudiar», explica el psicólogo mexicano Fernando Pineda, que orienta desde su canal de YouTube a los padres sobre las inquietudes en su labor de educadores . En estos casos, el rechazo a estudiar es el «síntoma no el problema». Para solucionar las dificultades en el aula debemos preguntarnos primero si es posible que exista actualmente una mala relación con nuestros hijos o que se encuentren sufriendo algún desequilibrio emocional, agravado por el desorden hormonal propio de la edad.
  2. ESCUCHAR Y APLAZAR LOS CONSEJOSEn los casos en los que la rebeldía se deba a que sufren problemas personales, podemos mostrarles nuestro apoyo haciendo que se sientan escuchados. Formular preguntas que nos permitan entenderles más y, sobre todo, prestarles atención libres de prejuicios, evitando menospreciar o juzgar, explica Pineda, que recomienda «ahorrarnos los consejos hasta que nos los pidan». No podemos exigir que confíen en nosotros sin haberles demostrado que «somos de fiar».Es necesario tener cuidado de cómo les hablamos y esperar a hacerlo cuando estén receptivos: «Puedes darle una charla diciéndole que su futuro está en juego y el niño no sabe ni de qué estás hablando. Conocer el universo adolescente es fundamental y más aún cuando tienes un hijo que se sale de la norma», afirma Alemany.
  3. AVERIGUAR SU PASIÓNLa acumulación de asignaturas suspensas (de otro curso anterior o del actual) puede atrapar al alumno en una espiral de frustración por no poder hacer frente a todas ellas con éxito. Llegados a este punto es preferible una dosis de realismo y acordar con nuestro hijo, por ejemplo, que saque adelante las asignaturas principales, no todas al mismo tiempo, para que pueda seguir avanzando académicamente. Centrarse en valorar el esfuerzo, no sólo los resultados.Podemos ayudarle a planificar las asignaturas pero también su vida: darle un motivo para seguir estudiando que nazca de sus propias inquietudes personales. Descubrir a qué desea dedicarse en el futuro puede motivarle a superar la ESO, Bachillerato o la FP como puente de acceso a sus sueños aunque las asignaturas actuales le parezcan aburridas. Desarrollar al máximo sus capacidades, respetar su identidad propia y no imponerle otra.Muchos chicos rechazan sus estudios porque «no tienen una visión clara de su futuro», concluye Pineda de su experiencia profesional. El reto del trabajo en equipo de padres e hijos es descubrir no sólo sus intereses y capacidades sino qué actividad profesional despierta en ellos pasión, porque «sólo por lo que nos apasiona nos esforzamos al máximo».

    Durante tres años Alejandra se mantuvo alejada de las aulas hasta que cambió de ciudad y la forma de afrontar su vida. «Cuando volví a estudiar ya pensaba un poco mejor las cosas y quería hacerlo porque era algo esencial que me iba hacer falta. Supongo que todos en algún momento de nuestra vida nos damos cuenta de que es lo que queremos incluso viviendo muy lejos de ello».

  4. DAR RESPONSABILIDADES Y DEJAR QUE SE EQUIVOQUENMuchos de los adolescentes que se niegan a estudiar no valoran su educación y «creen que merecen todo sólo por existir, no saben lo que es ganarse algo con esfuerzo». Y la solución en estos casos, subraya Pineda, pasa por «poner los pies de los adolescentes en la tierra, enseñarles que todo en esta vida cuesta y brindarles responsabilidades». Y no caer en la «clásica actitud de regañar» porque de esa manera parece que nos están haciendo a nosotros «un favor» por estudiar y caemos justo en el error que les impide valorar su educación: «Los únicos beneficiarios de este derecho son ellos y tienen que darse cuenta de ello».El cerebro de un adolescente está en pleno desarrollo y de ahí que sean más impulsivos o más contestones, lo que puede llevar a situaciones de conflicto en casa o en el aula. «Se vuelven más antipáticos», lamentan muchos padres. Su forma de reafirmarse es colocarse enfrente del adulto para distinguirse de él.»Demonizamos esas situaciones y tiene una explicación fisiológica evolutiva sencilla. Y al cabo del tiempo se pasa. Tenemos que intentar que en ese proceso no se pierdan oportunidades educativas o de desarrollo», explica Alemany.

    El objetivo, nada sencillo, es educar en la responsabilidad y la independencia con la suficiente firmeza y sin caer en un exceso (ni falta) de control. «La adolescencia es un momento de soltar cuerda y da vértigo pero es la única manera de aprender: procurar que se equivoquen sin poner en riesgo su salud y su vida«.

  5. LÍMITES Y REVISIÓN DE HÁBITOSCuando no se establecen límites, el niño se siente abandonado a nivel educativo. Para revertir el problema en clase, hay que reflexionar sobre si las normas y consecuencias en casa han sido hasta ahora lo suficientemente claras o no para que el chaval haya dejado de estudiar. Y probar a recurrir a una estrategia diferente al castigo porque con ello «sí sorprenderemos al adolescente», propone Eulalia Alemany.Revisar los hábitos de estudio, la utilización de teléfonos móviles u otros dispositivos que puedan restarle tiempo y concentración y, muy importante, controlar las horas de sueño. «El cansancio afecta directamente al rendimiento y va a haber cada vez peores notas porque los niños están durmiendo poquísimo», advierte.
  6. BUSCAR ORIENTACIÓN. El afecto y apoyo incondicional ayudan a que los menores se sientan mejor emocionalmente y de ahí que cumplan las normas y refuercen su capacidad de autocontrol, pero no siempre es fácil saber cómo mejorar el vínculo con nuestros hijos. La confianza es un lazo que se va tejiendo desde la infancia pero sí con 15 años no existe ese espacio para diálogo entre padres e hijos, hay que aprender a crearlo. Y si no se sabe cómo, buscar ayuda de los expertos con la máxima naturalidad [Teléfono Fad de apoyo a la familia, gratuito. De lunes a viernes, de 9 a 21h. 900 16 15 15 ].
  7. SACARLES DEL RINCÓN DEL AULA«El profesor tiene que poner todas sus energías en que salgan adelante esos niños que no cumplen la normalidad en el aula. Si su familia no les puede apoyar, ellos siempre tienen que encontrar otra ventana de oportunidad. No pueden quedarse en un rincón del aula», subraya la directora técnica de la FAD. Y esa ventana, a modo de comprensión, de escucha, de confianza en sus capacidades y también de imposición de límites y de disciplina, la abre a menudo su tutor u otro docente.Desde esa posición de adulto referente hay quien, como Begoña Visuerte, trata de implicar y orientar a los progenitores en la formación adecuada de los chavales: «Hay padres a los que llamas, mandas notas y no se comunican contigo por muchos ceros que tenga. Y luego están las otras familias que no saben qué hacer. Nunca podemos cuestionarles como padres, lo están haciendo lo mejor que pueden».»Todos tienen potencial pero el sistema no te permite sacarlo. Tiramos la toalla por una cuestión de recursos, si te desgastas con esos alumnos abandonas al resto que quiere salir adelante«, lamenta Begoña Visuerte. Actualmente, una de sus clases de 1º de la ESO está formada por 33 alumnos, 13 más de lo que considera apropiado para fomentar el trabajo colaborativo y conocerles más allá de su nombre y apellidos.
  8. «ENGANCHAR» A LOS ALUMNOSEs normal que durante la adolescencia se produzca una reducción del rendimiento escolar. Puede decaer algo el interés por los estudios porque los chavales se abren a otros descubrimientos, el de la propia identidad y el de ese nuevo mundo exterior sin la supervisión permanente de los padres. Y el reto al que se enfrentan los profesores es cómo motivarles y sorprenderles alejándoles de esa idea de que la escuela es «un poco rollo» y de que no le aporta nada diferente («todo aquello que me cuentan lo puedo encontrar yo en la red»).»Tendemos a culpar al niño», advierte Alemany, pero se deberían «revisar otras condiciones del aula»: reforzar los recursos de los centros, introducir metodología innovadoras que les sorprenda, impulsar técnicas de participación activa en el aula y de trabajos en grupo. El nivel de atención ha bajado por el uso de la tecnología y no se les puede ya mantener sentados durante horas en el pupitre, de ahí la importancia de recurrir a estrategias nuevas.
  9. UN TEMARIO ADECUADO A SUS INTERESESAlejandra «descubrió que le gustaba aprender» cuando retomó las clases en el PMAR y salió de la ESO, que se le hacía «súper pesada con tanto examen». Existe un consenso general en que el currículo actual resulta «academicista, extenso y repetitivo», como advierte CCOO en su último informe sobre Fracaso Escolar [PINCHA AQUÍ PARA LEERLO ÍNTEGRO]. Y parece que en ese sentido el Gobierno se muestra dispuesto a dar pasos para modernizar el programa académico y apostar por la FP para que deje de ser vista como una «opción de segunda».Begoña Visuerte propone despertar el interés de los chavales con currículos más abiertos que tengan en cuenta sus inquietudes. «Quizás la calidad literaria de un libro que acaba de publicar un youtuber esté en entredicho, pero les puede enganchar a la lectura en un principio», sugiere esta docente, que ve cómo se insiste en » responsabilizar» al profesorado de las deficiencias del sector educativo cuando éste muchas veces «suple las carencias de la administración». Éstas, sumada a la desmotivación y frustración del alumno, termina en ocasiones en repetición de curso. España está en el grupo de países en donde más se repite en Primaria y Secundaria.
  10. ¿Y SI NO TIENE CAPACIDAD PARA LOS ESTUDIOS?Hay que plantearse sin temor una realidad que muchos padres prefieren ignorar: «No todos los seres humanos están hechos para la educación académica y debemos aprender a valorar a las personas por lo que son y no por lo que creemos que deberían ser», recomienda Pineda. «¿Esto significa que si mi hijo me dice que su vocación es el circo, debo sacarle del colegio y meterle en el circo? Por supuesto que no. Si ellos afirman que su pasión está fuera del ámbito académico, número 1: hay que creerles pero, número 2, que lo demuestren. Cualquiera puede decir que su pasión es la música, pero muy pocos tienen la verdadera pasión para estudiar 16 horas al día. Si la escuela no es para nuestros hijos, debemos enseñarles valores como el esfuerzo y el trabajo dirigido a aquello que es su vocación, pero siendo sumamente exigente».

En el entorno de Alejandra hay varios chavales que, como ella, un día tomaron la decisión de dar un portazo a sus estudios. La mayoría, por «problemas personales que le impiden compaginar los estudios con su vida, otros simplemente por pereza o porque se dejan llevar por vicios«. Ella les cuenta su experiencia y cómo recuperó el control sobre su presente y su futuro con la confianza de que «todos somos capaces de recuperar las ganas de ir a clase».

Begoña Visuerte recuerda con cierta emoción cómo en una de sus últimas clases consiguió «enganchar a sus alumnos» relatándoles extractos del diario donde Anna Frank, esa niña judía de 15 años, de la misma edad que ellos, descubría la ilusión del primer amor en medio del terror por la persecución nazi. Mientras hablaba logró rodearse de un (inaudito) silencio sepulcral. También de aquellos que nunca atienden.

En #MundoAdolescente le daremos en cada reportaje la voz a jóvenes como Alejandra, María, Antonio, Mateo, Javier, Ada y Carlos, todos de entre 14 y 17 años, para que nos ayuden a entender su universo, sus preocupaciones e intereses sin intermediarios ni filtros. Éstas son sus respuestas sobre su motivación a la hora de ir a clase y qué cambiarían en las aulas para disfrutar aprendiendo:

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¿Por qué el Día Internacional del Profesor se celebra el 27 de noviembre?

Por: El País.

El 27 de noviembre se celebra en España el Día del Maestro 2018, jornada dedicada a los docentes. La jornada no coincide, sin embargo, con el Día Internacional del Profesor sugerido por la ONU, el 5 de octubre. La fecha fue elegida para celebrar al patrón de los profesores, San José de Calasanz, sacerdote, pedagogo y precursor de la educación moderna a través de la primera escuela cristiana popular y gratuita en Europa. Las escuelas Pías, que fundó en el siglo XVII, se encuentran repartidas hoy por todo el mundo.

El aragonés José de Calasanz Gastón (Peralta de la Sal, 11 de septiembre de 1556 o de 1557 – Roma, 25 de agosto de 1648) defendió la universalización de la enseñanza y la utilización de la lengua nacional de cada país de la Europa católica, acompañada por el latín, que era el idioma educativo preponderante de la época. Su teoría se expandió gracias a las más de 10.000 cartas que escribió y a los documentos y reglamentos de carácter práctico, donde asentó la fundación, organización y funcionamiento de los centros y la congregación.

Los alumnos no contaban con recursos para comprar el material escolar. Calasanz utilizó para esto el poco dinero que recibió de su trabajo con el cardenal Colonna. Con la ayuda de otros profesores jóvenes a los que contagió su entusiasmo, Calasanz dedicó desde aquel momento toda su vida a una misma idea: abrir las puertas de las escuelas a todos. Entre otras enseñanzas, sistematizó la educación escolar por niveles y ciclos de primaria y también de formación profesional.

Cada país rinde homenaje al profesorado en diferentes fechas del calendario y Google lo sabe. Así, aunque en varios países se celebre el 5 de octubre, otros como España eligen su propio día y el buscador lo celebra a través de sus famosos doodles. Por ejemplo, en Argentina es el 11 de septiembre, en Brasil tiene lugar el día 15 de octubre y en Chile el 16. Pero aquí lo importante no es cuándo tiene lugar el Día Internacional del Profesor, sino el objetivo que hay detrás de una jornada que pretende visibilizar y reivindicar la importancia de un colectivo fundamental en la sociedad como son los profesores.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/11/27/mamas_papas/1543303554_212299.html

 

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El colegio de Pinsoro, premio nacional de educación Vicente Ferrer

Europa/ España/ 26.11.2018/ Fuente: www.heraldo.es.

El CRA Luis Buñuel de Pinsoro (Zaragoza) ha sido galardonado con el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer 2018, un reconocimiento a las experiencias destinadas a sensibilizar y fomentar la participación activa del alumnado en la consecución de una ciudadanía global, solidaria, comprometida con la erradicación de la pobreza y sus causas.

En total, han sido quince los centros educativos sostenidos con fondos públicos que han obtenido el premio en todo el país, han informado fuentes del Gobierno de Aragón.

El CRA Luis Buñuel integra las aulas de las localidades de Bardenas, El Bayo, El Sabinar, Pinsoro, Rivas, Santa Anastasia y Valareña.

El Premio Nacional de Educación para el Desarrollo “Vicente Ferrer” 2018 que recibe el CRA Luis Buñuel de Pinsoro es el reconocimiento a su larga trayectoria centrada en favorecer y desarrollar los valores propios de la ciudadanía global en las aulas.

Este premio no conlleva dotación económica, pero todos los centros galardonados participarán en un Seminario de Intercambio y Formación en Buenas Prácticas en Educación para el Desarrollo, con una duración de 40 horas, que se celebrará desde este sábado y hasta el 2 de diciembre en República Dominicana.

El acto de entrega de premios se celebrará en Madrid el 3 de diciembre en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

En el CRA Luis Buñuel de Pinsoro están escolarizados unos 150 niños de infantil y primaria y cuenta con una plantilla de 19 profesores.

Fuente de la noticia: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza/2018/11/24/el-colegio-luis-bunuel-pinsoro-premio-nacional-educacion-vicente-ferrer-1279520-2261126.html

 

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Los jóvenes de hoy viven peor que los mileuristas de hace una década

Por: Luis Doncel. 

Los jóvenes de hoy, nacidos en los noventa, sufren más temporalidad y tienen sueldos más bajos que los que nacieron una década antes a pesar de estar más formados

Más precarios, más pobres, más pesimistas y muchos, muchos menos. Pero también mejor preparados. Los menores de 30 años viven peor que sus hermanos mayores, los mileuristas de hace una década. Los veinteañeros de hoy crecieron con la palabra crisis cosida a su existencia, y muchos creen que jamás podrán escapar de ella. Precisamente por arrastrar unas expectativas tan bajas han decidido estudiar en masa. Cuentan, así, con más herramientas para enfrentarse al futuro.

Al comparar los jóvenes actuales con la generación que estrenó los 20 antes de la crisis que en 2008 sacudió al mundo, dos aspectos llaman poderosamente la atención: la precarización del empleo y la sangría demográfica. El primero se traduce en una devaluación salarial vivida entre 2008 y 2016 por prácticamente todos los trabajadores, pero que se concentró en las franjas de edad más bajas: el salario medio de los menores de 20 sufrió un descenso del 28%; la caída para los de 20 a 24 fue del 15%; y del 9% para los de 25 a 29, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial.

El segundo gran cambio estructural es el adelgazamiento de la nueva generación: los 4,8 millones de españoles de 20 a 29 años que el INE contabilizaba a principios de año suponen un descenso de casi el 30% respecto a los 6,7 que había en 2005. Un impresionante bajón demográfico.

«Se están acentuado tendencias precarizadoras instaladas hace ya tiempo. Un joven consolida su proyecto vital sobre dos pilares: condiciones laborales y acceso a la vivienda. Y tanto la temporalidad como los precios del alquiler han ido a peor estos años», asegura Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud de CC OO, sindicato que acaba de publicar #Generaciónmóvil, una radiografía de la juventud cuya principal conclusión es que la precariedad «no se define ya como una fase inicial o transitoria», sino que «cada vez más se extiende como una mancha de aceite que conforma una nueva normalidad del mercado de trabajo».

Los jóvenes de hoy viven peor que los mileuristas de hace una década

La precariedad juvenil en el trabajo puede analizarse desde dos grandes patas: la temporalidad y la rotación de un puesto a otro. Mientras la temporalidad cayó en la última década para el conjunto de trabajadores, esta ha vuelto a repuntar para los menores de 29 y es ya superior a la de antes de la crisis. Pero el gran triunfador en las prácticas laborales de los veinteañeros es el contrato a tiempo parcial, en su mayor parte no deseado. Durante la crisis, la destrucción de empleo afectó sobre todo a los trabajos a tiempo completo. La consecuencia es que los contratos por horas para los menores de 29 años pasó del 15% al 27%, según calcula CC OO con datos de la EPA.

Los jóvenes de hoy viven peor que los mileuristas de hace una década

Frente a tanta negatividad, el catedrático de Sociología Luis Garrido es mucho más optimista. Según sus estudios, las tasas de temporalidad se han mantenido sorprendentemente estables en cada franja de edad en generaciones anteriores. Y no ve ningún motivo para que esto vaya a cambiar en el futuro. Garrido huye de cualquier discurso que lleve la coletilla de «generación perdida». «De generación perdida nada. ¡Todo lo contrario!», protesta. Él detecta dos factores que colocan a los jóvenes de hoy en una situación mucho más favorable que la de sus predecesores: la vuelta en masa a los estudios —sobre todo de las chicas— que dieron tras el shock de la crisis y la menor competencia por la caída demográfica.

Las malas perspectivas de encontrar empleo hundió drásticamente el abandono escolar: en 2006, el número de varones de 16 a 24 años trabajadores llegó a igualar a los estudiantes. Este año, el 63% de los chicos y chicas de esa edad se dedican tan solo a los libros, frente a un 15% de los que solo trabajan. «Muchos jóvenes dicen estar desesperados por las malas perspectivas. Pero tienen ventajas descomunales. Entre otras, el ser poquísimos. No hay ninguna ventaja comparable a esta», concluye Garrido, que lleva décadas escudriñando los datos de la EPA.

Pese a este futuro luminoso que les anticipa el catedrático de Sociología, los jóvenes se enfrentan a un presente muy difícil. Así se desprende del informe que esta semana va a publicar el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. Este barómetro muestra que el impacto de la crisis fue mayor entre los jóvenes españoles que en los de otros países europeos. «Para medir la emancipación, estudiamos las políticas públicas, la situación económica y factores culturales. En este aspecto, España sigue por debajo de sus vecinos. Y la brecha sigue creciendo», dice Eulalia Alemany, del Centro Reina Sofía. Otro problema al que tendrán que enfrentarse jóvenes como Severino Edjagn. «Mis amigos y yo vemos muy difícil dar con un buen trabajo estable. Más bien pensamos que iremos saltando de un puesto a otro», sintetiza este estudiante de FP de 25 años.

Fuente del artículo: https://elpais.com/economia/2018/11/23/actualidad/1542990291_009623.html

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Por esto elegí la educación segregada

Por: Nacho Meneses. 

Con independencia del sistema que creamos apropiado, pocos dudan que ha de contemplar tanto las necesidades presentes de los niños como las futuras exigencias de los adultos. El problema, claro, es ponernos de acuerdo en cómo garantizarlo. Los defensores de la educación diferenciada (o segregada) argumentan que no separan a chicos y chicas por motivos religiosos (la mayoría de los 170 centros de este tipo en España están vinculados a la Iglesia católica), sino porque maduran a un ritmo distinto, por lo que sus necesidades son diferentes; y que al enseñarles separadamente obtienen mejores resultados académicos. Por el contrario, aquellos que prefieren los centros mixtos apuntan a la necesidad de formar en valores como la igualdad, la diversidad y la colaboración entre unos y otros.

Garantizar la diversidad

La sociedad en la que vivimos es cada vez más diversa, y la lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres está más viva que nunca. Pero ¿cuál es el papel de la escuela? “El mundo evoluciona hacia una sociedad cada vez más variada, en la que deberán colaborar y convivir personas de diferente procedencia y mentalidad. Es imprescindible que los niños y jóvenes desarrollen progresivamente esa capacidad, no solo en ambientes festivos y familiares, sino también cuando hay tareas y obligaciones que atender”, sostiene Luis Rey, director del Colegio Internacional de Sevilla San Francisco de Paula. “Cuanto más variada sea la composición del aula y del centro, mejor adquirirán los jóvenes las competencias que les serán fundamentales en la vida”. Este centro lo lleva en sus genes: por algo fue el primer colegio de Sevilla en admitir alumnas, durante la Segunda República. Para Rafael González, padre de un exalumno de ese centro, “no vivimos en una sociedad diferenciada. Tenemos que interactuar, y si empezamos a hacerlo desde pequeños es más enriquecedor”.

Para María José Olesti, directora general de The Family Watch y madre de cuatro hijos de educación diferenciada, “escogimos este modelo por sus diferentes ritmos de aprendizaje y maduración. Las niñas entran en la pubertad antes y maduran más rápido; nos pareció que así aprovechábamos más sus fortalezas y debilidades”. De similar manera se expresa María Calvo, presidenta en España de la Asociación Europea de Centros de Educación Diferenciada (EASSE), para quien chicos y chicas tienen necesidades diferentes que se solucionan mejor cuando se les enseña por separado. “Los varones son más movidos e inquietos, y muchas veces se les tacha de torpes o vagos, cuando lo que pasa es que su desarrollo cognitivo va a otro ritmo”. Son diferentes “la psicomotricidad y la capacidad visoespacial, y también hay que atender la bajada de autoestima que suele producirse en las niñas en la adolescencia”. Madre de varios alumnos del Colegio Retamar, en Madrid, afirma que “ellas están más obsesionadas con su aspecto físico. Prefiero que durante unas horas al día mis hijas se centren en ellas mismas, en el desarrollo de su personalidad, que se olviden de su físico por un rato y que se sientan libres. No es una vida diferenciada, sino educación diferenciada; son unas horas al día”.

Para Sol Guzmán, madre de una joven de 15 años, es necesario poner en valor la necesidad de que la escuela refleje el objetivo de lograr igualdad social y laboral: “Esto lo tienen que ver desde pequeños. Yo creo que los colegios no mixtos contribuyen a que desde pequeños no nos veamos iguales. No va en pro de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres; les estamos mandando un mensaje sesgado a los niños: que hay que educarles de forma distinta”.

¿Mejor rendimiento?

Según los datos del último informe PISA, sigue existiendo una profunda grieta de género: las jóvenes de 15 años aventajan en casi 30 puntos a los chicos en comprensión lectora y repiten menos de curso; estos, en cambio, aventajan a las mujeres en ciencias y matemáticas. Todo apunta a diferentes necesidades que, argumentan los que optan por la educación segregada, redundan en mejores resultados académicos cuando acuden a centros diferentes. “La separación permite que te concentres en lo que te tienes que concentrar. Además, en nuestra experiencia, niños y niñas no aprenden igual, tienen capacidades distintas y les estimulan cosas diferentes”, afirma Pedro Mora, padre de tres niñas y dos niños en Madrid.

“Nunca hemos tenido tantos medios materiales, pero los resultados son peores. Hay un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) que demuestra que las niñas que han ido a colegios diferenciados triplican la cantidad de alumnas que acceden a carreras técnicas, comparadas con las que han ido a centros mixtos”, afirma Calvo. “Y si ha bajado el abandono escolar, es porque se ha bajado el nivel; es vergonzoso. Permitiendo que el niño pase con asignaturas pendientes, así podemos ser el número uno en aprobados de Europa…”

Para Concha Ortiz, intérprete y madre de Leo y Paula, estudiantes de 14 y 16 años del colegio San Francisco de Paula en Sevilla, se trata en cambio de mantener “un modelo educativo que tenga en cuenta los diferentes ritmos evolutivos de unos y otros; eso es enriquecedor porque la vida real se desarrolla en diversidad. Las calificaciones académicas no deben depender de quienes te rodean, sino de la capacidad del sistema educativo de atender la evolución de las capacidades cognitivas y conductuales de cada persona”. En un entorno mixto colaborativo, apunta, “van a evolucionar más, enriqueciéndose de sus pares de forma natural, en vez de hacerlo en un entorno artificial y sesgado en el que te pierdes el punto de vista del otro género. La inteligencia emocional de niños y niñas se nutre de entornos igualitarios y diversos”. Guzmán, por su parte, sostiene que, aunque “es cierto que maduran de forma distinta —se ve en 1º y 2º de la ESO, tanto física como psicológicamente—, es más lo que les aporta que lo que les resta: trabajar en equipo y sacar lo mejor de cada sexo, con las fortalezas de cada uno. Somos complementarios, no excluyentes”.

Los valores, en casa… y en la escuela

Puede que educar en igualdad y diversidad sea el argumento más utilizado para ilustrar las ventajas del sistema mixto. Sin embargo, la educación en valores no es exclusiva suya, asegura Calvo: “La diversidad de género la aprenden en la familia. Conozco a muchísimos niños que van a colegios mixtos y que tienen muy radicalizados los estereotipos de género, o que poseen un concepto poco respetuoso de lo que han de ser las relaciones con las mujeres… Hay menores que ven a su padre tomándose una cerveza y a su madre lavando los platos; o que observan en casa esa violencia contra las mujeres”. Para Olesti, “convivir con el otro género no sirve de mucho si no hay una educación de fondo que se enseñe en las familias, basada en el respeto. Son valores que se inculcan en casa y que se llevan en la mochila al colegio”.

Proveer, en definitiva, la mejor educación en el presente que prepare a nuestros hijos para el futuro. Ese es el objetivo de unos y otros, aunque el método para conseguirlo sea diferente. Para Calvo, “no hay una elección real; tendría que haber colegios públicos diferenciados para quien quiera ese tipo de educación pero no pueda pagarla”. Otros, en cambio, rechazan que se financie con fondos públicos un sistema que consideran que no enseña a los menores a relacionarse en condiciones de igualdad y a solventar problemas que surjan de esa convivencia en diversidad. Lo dice Ortiz pero lo podrían firmar todos: “La sociedad necesita igualdad y diversidad; y la educación es el vehículo para vivir en un mundo igual, diverso y respetuoso. Y de ahí se llega a la paz social y a la prosperidad. Es una cadena de condiciones positivas para tener un mundo mejor; allí donde quiero vivir con mis hijos”.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/11/19/mamas_papas/1542616886_753934.html

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La financiación pública de la educación sigue bajando mientras las familias la sostienen

España / 25 de noviembre de 2018 / Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo / Fuente: Diario de la Educación

Altas tasas de repitición (11% frente al 2% de media de la OCDE), influencia del nivel cultural de la familia en los logros académicos de chicas y chicos o situación salarial y laboral de los docentes son algunos de los aspectos mejorables.
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De nuevo el informe Panorama de la Educación 2018 de la OCDE vuelve a hacer una radiografía de un sistema educativo adelgazado de inversión pública, con más alumnado y un profesorado que, aunque cobra bastante bien al inicio de la carrera tiene una lenta progresión a lo largo de los años.

Un sistema que consigue que el 45% de las chicas y chicos de familias con menor nivel educativo, por debajo de la Secundaria Obligatoria, consigan superar ese techo formativo de sus madre y padres. Más de la mitad no lo logra. De estas personas de 25 a 34 años, el 34% no ha conseguido superar la secundaria postobligatoria frente a la media del 15% de la OCDE.

Datos que no son nuevos, como las altas tasas de repetición en el país. Mientras que de media en la OCDE repite el 2% del alumnado, en España lo hace el 11%. De este porcentaje, la mayoría (60%) son chicos.

Aunque esto sí, las tasas de matriculación entre los 15 y los 17 años son bastante similares a las del resto de países de la organización: 96% para los dos primeros años y 89 para los 17. Las tasas de la organización internacional son de 97, 95 y 90% respectivamente.

Y como no son nuevos los datos de inversión en los diferentes niveles. Inversión pública, de las familias y por alumno.

El gasto educativo sumado de todas las etapas supone el 4% del PIB. Por debajo de la UE y la OCDE, 4,2 y 4,5% respectivamente. Y ha bajado la inversión por alumno un 11% en la educación no terciaria y un 13% en la terciaria. La OCDE dice que se debe en parte al aumento del número de alumnado en estos años (2010-2015).

El gasto público en educación, desde la primaria a la superior descendió al 3,5% del PIB, por debajo de los 4,1 de la OCED y de los 4 de la UE23. Esto ha supuesto un aumento del gasto privado hasta el 0,8% del PIB (en la media de la OCDE y por encima de los 0.5% de la UE23).

Esta disminución de la inversión se suma al aumento de la matrícula en todos los niveles, lo que ha empujado hacia abajo la inversión por estudiante. En el año 2015 se invirtió el 89% de lo que se invertía en 2010 por alumno en la educación no superior. En la OCDE se ha producido el movimiento contrario, se invierte un 5% de media más que en 2010. Y esta distancia es mucho menor que la que existe en la educación superior, en donde mientras en España se invertía el 87 que en 2010, en el resto de países se invertía hasta 12 puntos porcentuales más, lo que eleva a 25 la diferencia entre lo que se invierte en España y lo que se invierte en la OCDE, de media.

Uno de los puntos más positivos del informe es la mejora en el tiempo de las tasas de Abandono Escolar Temprano que durante los peores años de la crisis, en el periodo estudiado por la OCDE de 2005 a 2012, cayeron en España 25 puntos porcentuales. La bajada para la OCDE fue del 7%.

Eso sí, todavía sigue habiendo un 19% de personas que no alcanzan el título de educación secundaria postobliatoria, frente al 13% de la OCDE. Todavía queda tiempo para conseguir el objetivo de un 15% de AET para el año 2020, aunque cada vez es más complicado conseguir dicha cifra. Sobre todo si la economía comienza a ofrecer a las personas jóvenes oportunidades de trabajos poco cualificados que hagan que abandonen los estudios por un salario.

Condiciones docentes

Los salarios docentes, como viene siendo habitual, son moderadamente buenos al principio de la carrera profesional pero su crecimiento es muy lento. En los primeros 15 años de profesión, el salario subirá un 15% en España, mientras que en la media de la OCDE ese crecimiento será del 39%. A pesar de esto, la nómina de los docentes españoles sigue siendo mayor que la de la media de la organización tanto al inicio como al final de ese periodo de tiempo.

Además de la lentitud de la subida salarial, el profesorado español, especialmente el de secundaria, ha perdido una buena cantidad de dinero (hasta un 5%) por los recortes educativos de los últimos años.

En cuanto a las horas de trabajo, hay ciertas diferencias con respecto a la OCDE y la UE23. Mientras, en primaria, las y los maestros tienen más horas lectivas (880) que sus compañeros (778 y 754 respectivamente), disfrutan de menos horas para preparar clases, corregir, evaluar o formarse que la media de la OCDE y la UE23 (1.425 frente a 1.620 y 1.153).

En la ESo pasa lo mismo. Más horas letivas que el resto de sus compañeros, pero menos horas totales de trabajo (1.425 frente a las 1.642 de la OCDE y las 1.585 de la UE23).

Es decir, el personal docente español trabaja 1.425 horas al año. Esto supone entre 160 y 200 horas, aproximadamente, menos de jornada. Esas horas salen principalmente del tiempo no lectivo de la jornada laboral docente.

La mayor parte del personal es mujer. Muchas más en los niveles iniciales (hasta el 93%) que en los superiores como la universidad (43%). En la OCDE estas cifras son mayores que en España.

Como es habitual, el informe hace hincapié en los beneficios económicos de la mejora de los niveles de estudio de las personas, tanto por la mayor facilidad de acceso a trabajos mejores y mejor pagados, así como por el hecho de que cuantos más altos son los niveles de estudio, mayor porcentaje de personas han conseguido mantener el puessto de trabajo durante los años de la crisis.

Fuente del Artículo:

http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/11/la-financiacion-publica-de-la-educacion-sigue-bajando-mientras-las-familias-la-sostiene/

ove/mahv

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