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España: Administración educativa, el agente comercial de las GAFAM

Administración educativa, el agente comercial de las GAFAM

Carlos X. Blanco

Fuentes: Rebelión

Antes de la pandemia, multitud de centros escolares ya se habían entregado con fervor a los planes de digitalización de la enseñanza.

Por ejemplo, la Junta de Castilla-La Mancha aplicó el llamado “Programa Carmenta” que implicaba la adquisición (con préstamo de equipos a los niños de familias de rentas más bajas) de una tableta electrónica y el uso de libros en formato digital instalados en dichas tabletas. Las familias, so capa de que el Consejo Escolar y el Claustro docente había dado su visto bueno, se veían obligadas a comprar una tableta y, a la vez, los libros en papel que supuestamente dicha tableta iban a suplir, habida cuenta de que muchos padres se percataron en seguida de la imposibilidad de estudiar las lecciones sobre una pantalla digital. Así pues, como quiera que la familia no pudiera demostrar, con la Declaración del IRPF en la mano, una ostensible escasez de medios, ésta debía hacer un doble desembolso: comprar a la vez el dispositivo y el lote de libros.

Los fabricantes de dichos dispositivos se frotan las manos cada vez que una Administración Educativa impone uno de estos programas. Miles de niños de toda una comunidad autónoma del Estado tienen que dotarse del aparatito, a la vez que las editoriales venden por partida doble, de un lado una licencia digital y de otro lado el lote de libros que, siendo realistas, hay que seguir comprando. De otra parte, las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft), suministradoras de las aplicaciones, también.

En los anuncios propagandísticos de dichos programas, la autoridades y los maestros y profesores que, entusiastas, los deben poner en marcha, parlotean acerca de la seguridad digital, los buenos usos de los dispositivos, el control parental, la preservación de la identidad cuando se navega en red y las maravillosas oportunidades pedagógicas que se le abren al estudiante cuando aprende con estas herramientas. Pero la realidad fue muy otra. Los padres y los alumnos, en realidad, se encontraron, de golpe, en manos de empresas privadas, por ejemplo Google (o cualquiera otras de las GAFAM) que, ofreciendo supuestamente servicios y herramientas “desinteresadamente”, se dedicaban a espiar de la manera más abyecta a los niños. En 2020, una investigación fiscal desde los E.E.U.U. acusó a Google de espiar a los niños que empleaban herramientas como Google o GSuite que requerían el uso de cuentas infantiles y de menores, tanto en éste país como en España. Se escuchaban las conversaciones durante las clases online, se “minaban” los correos de los niños, se hacía registro de todas sus actuaciones en la red (incluso después de haber acabado el curso), se vinculaban los registros de estas actuaciones de los niños con la actividad de sus padres en la red. Toda una vergüenza.

Estas informaciones habrían sido suficientes para suspender programas como “Carmenta” y paralizar esta locura digitalizadora, que no supone más que emplear a los niños y menores de nuestro país como “materia prima” de la cual las grandes GAFAM obtienen ganancia. Sin embargo, las autoridades educativas españolas, tanto a nivel del Ministerio como en el ámbito de las autonomías, guardan un sepulcral silencio sobre ello.

Sospechosamente, algunas administraciones han ido alejándose del gigante Google para acercarse a otros gigantes que, no obstante y en principio, podrían estar haciendo lo mismo. Cuando es tan grande el poder del capitalismo de la hipervigilancia, un padre o un docente debe saber que aquello que técnicamente es posible, aunque moralmente sea repugnante, hay que tener por seguro que se hará. Además, bajo la misma línea de sospecha y desconfianza hacia las GAFAM, que creo que están justificadas, hay que añadir: lo que ya ha hecho Google, lo puede hacer cualquier otra gran empresa tecnológica.

Es una verdadera vergüenza que las administraciones educativas de toda España, y por lo que parece, de toda Europa occidental, quieran vendernos la idea de que la enseñanza digital no es más que un cúmulo de ventajas. Siempre llevaríamos el grito al cielo si nos hablaran de poner en manos de un niño o de un adolescente una dosis de droga o un arma de fuego y decirle, “¡vamos, úsalo, es bueno para ti!”. Sin embargo esto es lo que ha venido sucediendo sospechosamente con internet. En el momento en que la red de redes se “liberalizó”, y peor aún, desde el momento en que se generalizó el uso de los teléfonos inteligentes entre la población, incluyendo a los niños, nadie puso impedimentos para que los menores abrieran las puertas a la tecnoadicción, la violencia, la pornografía y otros contenidos nocivos. Hablarnos de técnicas con “control parental” es, hoy por hoy, como vender heroína a la puerta de los colegios con un prospecto que diga “si te drogas, hazlo de manera responsable”.

Es evidente que el negocio redondo que aguardaba al capitalismo tardío no se localizaba en adultos sensatos, que iban a usar la red mayormente por motivos laborales, académicos, culturales… El negocio redondo de esta nueva droga y arma de destrucción masiva de cerebros estriba en acceder al alma de los niños y menores. Las personas en proceso de formación quedan, literalmente, atrapadas en la red. Todas sus relaciones con el mundo y con los demás se establecen desde su teléfono móvil, artefacto del diablo que los padres claudicantes o, literalmente imbéciles, ponen en manos de niños que ¡no han terminado la Enseñanza Primaria! En cualquiera de los casos, en torno a los 12 años (primer curso de Secundaria), ya son mayoría los niños españoles que cuentan con teléfono inteligente portando datos de acceso a la red.

Que las administraciones educativas se conviertan en agentes comerciales al servicio lacayuno de empresas trasnacionales que no hacen más que multiplicar ganancias por cada año que pasa, es grave. Que las administraciones que deben velar por la salud mental y el progreso moral y cultural de los menores oculten a la sociedad todo el elenco siniestro de espionajes y violaciones cometidas por las GAFAM a las que ellos sirven, es también muy grave. Que estas mismas administraciones coaccionen a los docentes a “reciclarse” para utilizar unas tecnologías que nunca han demostrado sus beneficios en comparación con métodos tradicionales, que sí que han demostrado su eficacia a lo largo de los siglos, también clama al cielo. Si a ello le sumamos la ingente cantidad de evidencias médicas y psicológicas (eso sí, ocultadas al gran público) que indican que las nuevas TICS (Tecnologías de la Información y Comunicación) aplicadas a la enseñanza son muy nocivas, el escándalo se me antoja mayúsculo. Las aulas virtuales, el uso de ordenadores y tabletas así como la implantación obligatoria de aulas virtuales, el uso del móvil en clase (como si ya lo usaran poco en su tiempo de ocio), etc. está produciendo efectos devastadores: déficits de atención, de memoria, trastornos de hiperactividad, ansiedad, demencia digital, miopía, sedentarismo, pobreza lingüística, etc.

Ni padres, ni estudiantes, ni la sociedad en general parece estar interesada en frenar esta locura. Que de manera coactiva y compulsiva se quiera digitalizar la Escuela, desde las más altas instancias, y que la administración educativa haga de agente comercial de las GAFAM de esta manera, tiene que hacer despertar en el pueblo una fuerte hostilidad y resistencia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/administracion-educativa-el-agente-comercial-de-las-gafam/

 

 

 

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España: Se está discutiendo una (insuficiente) Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación

Grupo de reflexión de AMETIC

Se trata de un texto bienintencionado que corregirá algunos problemas, pero que no resolverá las deficiencias que arrastra España en esta materia

Desde mediados de febrero se está en el proceso de discusión de una nueva Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación que regule esta actividad tan importante para el futuro de las naciones desarrolladas en este mundo tan globalizado. Y lo más grave es que en su texto no se encuentra como debiera el papel relevante que la empresa tiene para conseguir los objetivos que se deberían perseguir. Sin su inclusión será muy difícil alcanzar los niveles de riqueza de sus sociedades, el bajo nivel de desempleo y la calidad de los salarios de los ciudadanos que disfrutan los países donde así se hizo.

España tiene un serio problema con estos asuntos. Lo manifiesta el propio anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno –en estos días arrancando su debate parlamentario– cuando reconoce que, pese a ser la decimotercera potencia mundial en publicaciones científicas reconocidas y la decimosegunda economía mundial, ocupamos la posición 30 en el indicador de las Naciones Unidad del ranking de países innovadores. Sufrimos de una profunda paradoja, consecuencia de no saber usar el progreso contenido en nuestras investigaciones para llevarlo al mercado y, consecuentemente, a los ciudadanos.

Adicionalmente, y esto ha sido detectado por los expertos algo más recientemente, en España se ha cometido el error de identificar las fuentes de la innovación, básicamente en los entornos de la I+D, ignorando que muy buena parte de los cambios en los comportamientos de mercados y ciudadanos tienen su origen en otros centros o provienen de otros actores. Por lo tanto, la brecha que antes se identificó, de 20 posiciones entre ambas escalas, tiene alguna explicación que merecería ser corregida de inmediato. Volveremos luego sobre este asunto, pero hay otros rasgos que caracterizan, de forma más importante, la insatisfactoria posición española en estos asuntos.

Y nos referimos esencialmente a dos aspectos que tienen mucho impacto en la mejora de la posición de los países en los ámbitos de la Innovación y la I+D. El primero tiene que ver con la mala inserción de las políticas de incentivación de estas actividades en el entramado del organigrama de los gobiernos y las administraciones españolas. Situar en un ministerio la máxima responsabilidad de algo que, por principio, debería ser transversal sin establecer, en el alto rango que le corresponde, las imprescindibles tareas de coordinación entre los distintos agentes involucrados está en el origen de la falta de eficacia de las políticas vividas hasta el presente. Solo en el período más reciente de nuestra historia se vivió un crecimiento diferencial, justo en la etapa en el que se centralizó en el ámbito de la presidencia del Gobierno la dirección de todos los elementos con responsabilidades ministeriales. Ese espacio de gestión tan breve no consolidó los frutos esperados, pero sí dejó claro que esa decisión fue correcta y debería ser considerada de nuevo. Por ello, en una ley que pretenda corregir de forma severa el actual estado de las cosas no se pueden dejar de contemplar reformas profundas en el organigrama de la gestión de la I+D, ni renunciar al establecimiento de organismos de coordinación, al más alto nivel posible, que aseguren la cooperación de amplios ámbitos de la innovación. Existen propuestas para organizar un Consejo Nacional de Innovación, experiencia ya vivida por otros países con éxito en esta materia, que merecerían ser consideradas en una nueva regulación como la que nos ocupa.

Un segundo aspecto, si cabe tan crucial como el primero, tiene que ver con las fuentes de financiación de las actividades de Innovación e I+D. Saludando positivamente el compromiso político para alcanzar el 1,35% del PIB proveniente del sector público, la gran ausencia de las políticas fiscales que deben acompañar a actividades como estas, sometidas a niveles de alto riesgo e incertidumbre, es un muy mal síntoma respecto a haber entendido dónde radica parte de nuestro déficit inversor en I+D. En el más reciente estudio realizado por el grupo de expertos, a petición del Ministerio de Hacienda del Gobierno de España, se afirma de manera rotunda que en el esfuerzo innovador del sector empresarial nos encontramos en una posición rezagada en relación con el resto de las economías avanzadas y que el diseño actual de los beneficios fiscales a la I+D+I en España es ineficiente, explicando con detalle los fundamentos de ambas aseveraciones. Este juicio que viene detrás de los ya emitidos, en ese mismo sentido, por organismos como la OCDE, el FMI, y recientemente la propia Airef, debería de ser suficiente para que en una reforma que se precie de estos ámbitos se propusiesen cambios sustanciales. Pues nada, no se molesten en buscarlos, porque no los encontrarán; como si este no fuera, junto con el anteriormente enunciado, uno de los primeros fundamentos para un cambio transformador: organización y recursos para su ejecución.

Para volver a un asunto que se anunció anteriormente. Se precisa también definir políticas dedicadas a la incentivación de la innovación que tengan en cuenta esas otras fuentes de generación de prácticas que, en las últimas décadas, han presidido los cambios en importantes segmentos de la logística, las comunicaciones, etc. Si bien la ley no debiera ser el campo preciso para su desarrollo, reservado en términos más de reglamentos, sí que sería oportuno que se encontrasen en su articulado las indicaciones que permitan su posterior desarrollo normativo.

Concluyendo: con muchas probabilidades se aprobará una ley bien intencionada que corregirá algunos problemas parciales presentes, como por ejemplo eliminar la nefasta precariedad del mundo investigador con una cuestionable salida preferente del empleo funcionarial, pero seguiremos pendientes de que alguien se atreva a poner las medidas correctoras que saquen a España de las inadecuadas posiciones en las que vivimos. Y mientras tanto, nuestros competidores no dejan de acelerar, posicionándose ante los retos del resto del siglo y abriendo nuestra brecha con ellos. Y luego nos lamentaremos.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/04/21/opinion/1650531748_002075.html

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España: Los alumnos españoles dedican 18,2 horas semanales a hacer deberes y estudiar

Europa/España/22-04-2022/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es

Desde 2015 el Informe PISA contabiliza tanto los deberes mandados por los profesores como el estudio personal y las clases particulares.

El tiempo total que declaran dedicar los estudiantes españoles semanalmente a hacer deberes es de 18,2 horas, mientras que el promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 17,1 horas.

En una respuesta escrita a Vox, el Gobierno señala que el análisis del tiempo dedicado a los deberes por el alumnado es un «trabajo complejo, limitado principalmente por la dificultad de concretar qué se entiende por deberes escolares». No obstante, las evaluaciones del programa PISA lo han tenido en cuenta desde el año 2003 hasta 2018, con modificaciones en el concepto.

Según se recoge de la contestación, a la que ha tenido acceso Europa Press, entre 2003 y 2012 el tiempo dedicado a «deberes escolares» está referido al tiempo dedicado en casa. En este año, la estimación del número de horas semanales que los estudiantes declaraban hacer deberes en casa fue, en España, de 7,4 horas, y el promedio de países OCDE de 5,9 horas.

Nueve años después, en 2012, el tiempo que los estudiantes dicen que dedicaron a los deberes se redujo significativamente, tanto en el promedio de países OCDE, con 4,9 horas, como en España, con 6,5 horas.

El Ejecutivo precisa que, tal vez motivado por la dificultad de concretar qué se entiende por «deberes escolares» en las diferentes culturas y la diversidad de «tareas» que pueden llegar a incluir, desde las estrictamente «prácticas» a aquellas otras que pudieran incluir apoyo de la familia o de profesor particular o, incluso, horas dedicadas al estudio para la preparación de exámenes o pruebas o, sencillamente, por interés personal, a partir del año 2015 se modifican las cuestiones que se referían a los deberes escolares.

Así, a partir de 2015 el Informe PISA incluye, además de los deberes (tareas encargadas específicamente por los profesores), el estudio personal y las clases particulares.

De este modo, los resultados a partir de dicho año no son comparables con los de las ediciones anteriores, ya que incluían otros aspectos. Por tanto, con estas modificaciones, el Gobierno recuerda que el tiempo total que declaran dedicar los estudiantes, en España, es de 18,2 horas, mientras que el promedio de países OCDE es de 17,1 horas, según el Informe PISA.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/alumnos-espanoles-dedican-20220417105253-ntrc.html

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Amnistía Internacional critica a España por abandonar al personal sanitario, a los migrantes y a los mayores de las residencias

“Nos enfrentamos a un mundo sumido en el caos”, señala Amnistía Internacional en su informe sobre 2020. Las tendencias de aumento del autoritarismo y “una virulenta cepa de dirigentes” que ha aprovechado la pandemia para sus propios intereses tiene su reflejo en el Estado español.
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El regalo de las Humanidades

Eduardo Baura García, profesor de Historia Contemporánea del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala, explica en este artículo que «a pesar de que los planes de estudios se empeñen en relegar las humanidades a un papel de disciplinas moribundas para frikis, siguen muy vivas»

«No, no os habéis equivocado de aula. Sí, estáis en el grado de Marketing. Y sí, esto es la asignatura de Historia Contemporánea». Estas son las palabras con las que suelo comenzar la primera clase del curso en la Universidad. Posteriormente, pregunto a los alumnos por qué creen que están estudiando Historia, si han elegido un grado que a simple vista no tiene nada que ver con esa materia.

«¿No sería mejor dedicar estas horas a asignaturas que me sirvan más para mi futuro trabajo?», parecen preguntarse muchos de ellos, imbuidos de ese utilitarismo que impregna nuestra sociedad, que tan a menudo nos lleva a confundir lo útil con lo valioso. Sin embargo, siempre hay alumnos que aportan buenas razones de por qué puede ser beneficioso para ellos estudiar Historia, lo cual demuestra el papel crucial de la familia y la escuela a la hora de fomentar en los más pequeños el aprecio y el placer por la cultura.

Al terminar el curso, no son pocos los alumnos que confiesan haber disfrutado la asignatura. Estos testimonios, escuchados por muchos de los profesores que enseñamos este tipo de materias humanísticas, revelan una vez más que, a pesar de que los planes de estudios se empeñen en relegarlas a un papel de disciplinas moribundas para «frikis», las Humanidades siguen muy vivas.

Y es que la Filosofía, la Historia, el Arte o la Literatura siguen –y seguirán siempre– interesando y gustando a nuestros hijos y alumnos porque les hablan de la vida, de su vida, de quiénes son y de por qué el mundo es como es; les ayuda a desarrollar un pensamiento crítico y a expandir sus horizontes culturales y vitales. No se me ocurre un mejor regalo para su crecimiento personal que fomentar en ellos, desde pequeños, el amor por las Humanidades.

Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es/

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España: Marxismos y cristianismos

Marxismos y cristianismos

Los primeros socialistas de la Europa del siglo XIX, ya fuesen Saint-Simon y sus seguidores, Cabet y los comunistas franceses, Wilhelm Weitling, el fundador de la Liga de los Justos alemana, eran creyentes y reivindicaban la herencia cristiana. Sólo con Marx y Engels surgiría un socialismo no religioso, o incluso ateo. El texto fundacional de este punto de inflexión es un artículo de Marx publicado en 1844 en el Deutsch-franzözische Jahrbücher.  

Acaba de publicarse por primera vez la traducción completa al francés de los Annales franco-Allemandes. Incluye no solo los escritos de Marx y Engels, sino toda la revista, lo que permite ubicar sus textos en su contexto histórico e intelectual. Como sabemos, esta revista, publicada en París en febrero de 1844, bajo la dirección de Arnold Ruge y Karl Marx, fue originalmente un proyecto orientado a forjar una alianza franco-alemana, filosófica y política. Los Jóvenes Hegelianos, iniciadores del proyecto, eligieron París tanto para escapar de la censura en Alemania como para establecer la colaboración con los demócratas y socialistas franceses. Sin embargo, estos – Lamennais, Etienne Cabet, Pierre Leroux, Louis Blanc – rechazaron cortésmente su invitación, desanimados por el ateísmo de los alemanes.

Además de Marx y Engels, los autores fueron Arnold Ruge, Johann Jacoby, Moses Hess, Lazarus Bernays, Heinrich Heine, Georg Herwegh. Llama la atención que la gran mayoría de ellos fueran de origen judío: este es el caso de Marx, Hess, Jacoby, Bernays, Heine: ¡cinco de los ocho participantes! Ciertamente, Marx y Bernays provenían de familias conversas y no tenían conexión con la tradición judía. Serían «judíos no judíos», según el famoso concepto de Isaac Deutscher. Los editores no informan sobre este aspecto. Hasta cierto punto, los Anales son un episodio en la larga historia del radicalismo de izquierda de los intelectuales judíos, que comienza en el siglo XIX y que tendrá su máxima expresión en el siglo XX.

En uno de los dos artículos publicados por Marx en esta revista, la «Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. Introducción”, aparece la pequeña frase que sancionará el divorcio entre el marxismo y la fe religiosa; «La religión es el opio del pueblo». Considerada por partidarios u opositores como una especie de resumen de la concepción marxista de la religión, esta fórmula irónica no es en absoluto específica de Marx: la encontramos, con algunos matices, antes de él, en Moses Hess, Heinrich Heine, Bruno Bauer y varios otros autores de este período. Además, la concepción de la religión que tenía Marx a principios de 1844 era neohegeliana (Feuerbach) y ahistórica: la religión como alienación de la esencia humana. Fue sólo más tarde, a partir de La ideología alemana (1846) que surge un análisis propiamente «marxista» de la religión como una de las formas de ideología, para ser puesta en relación con las clases sociales y las condiciones históricas.

De hecho, Marx prestó muy poca atención a los fenómenos religiosos. Fue su amigo Friedrich Engels quien se interesó por el desarrollo histórico del cristianismo, en particular en su libro sobre las guerras sociales y religiosas en Alemania en la época de la Reforma. La pequeña obra de Nicos Foufas es el primer análisis, en francés, de este texto “clásico” de Friedrich Engels, Las guerras de los campesinos en Alemania (1850). Se trata de una serie de artículos publicados por Engels en la Nueva Gazeta Renana (revista económico-política) editada por los dos amigos en Londres, donde se refugiaron tras la derrota de la revolución de 1848-49 en Alemania.

Nicos Foufas destaca con razón la novedad radical de este texto, que de hecho es el primero y ¡uno de los más exitosos! a la hora de aplicar el materialismo histórico a un acontecimiento del pasado, el levantamiento campesino (1524-25) en el Sacro Imperio Romano Germánico. El estudio de Engels, observa Foufas, es bastante original, por su intento de explicar los conflictos religiosos por los conflictos de clase, pero también porque no reduce la religión a un factor de oscurantismo y conservadurismo: es también, bajo ciertas condiciones históricas, capaz de expresar aspiraciones subversivas. Este fue el caso de varios movimientos heréticos de la Edad Media y, en particular, de la revuelta campesina del siglo XVI, donde la fe religiosa, en la forma de la teología revolucionaria del predicador anabaptista Thomas Münzer jugará un papel determinante. Si Engels consideró necesario escribir sobre este hecho en el contexto de los años 1848-1850, es porque fue el levantamiento revolucionario más importante de la historia de Alemania.

La principal debilidad del análisis de Engels -en nuestra opinión- fue analizar ciertas creencias religiosas como un mero «reflejo» o incluso «máscara» de los intereses de clase. Sin embargo, en ciertos pasajes, que Foufas no cita, Engels irá más allá de este tipo de reduccionismo socioeconómico. Refiriéndose al comunismo de Münzer, Engels escribe:

«Su doctrina política correspondió exactamente a esta concepción religiosa revolucionaria y fue más allá de las relaciones sociales y políticas existentes de la misma manera que su teología fue más allá de las concepciones religiosas de la época. (…) Este programa fue menos la síntesis de las reivindicaciones de la plebeyos de la época, que una brillante anticipación de las condiciones de emancipación de los elementos proletarios que germinan entre esos plebeyos (…) ”.

Lo que se sugiere en este asombroso párrafo no es sólo la función protestante e incluso revolucionaria de un movimiento religioso, sino también su dimensión anticipatoria, su función utópica. Estamos aquí en las antípodas de la teoría del «reflejo»: lejos de ser la simple «expresión» de las condiciones existentes, la doctrina político-religiosa de Münzer aparece como una «genial anticipación» de las aspiraciones comunistas del futuro. Encontramos en este texto una nueva pista, que no es explorada por Engels, pero que será, más tarde, ricamente trabajada por Ernst Bloch, desde su ensayo juvenil sobre Thomas Münzer hasta su obra principal sobre «El principio esperanza».

Ernst Bloch representa un importante punto de inflexión en la historia de la reflexión marxista sobre la religión: es el primero que tiene como objetivo no tanto la «crítica de la alienación religiosa – aunque esta dimensión no esté ausente en sus escritos – como el rescate del excedente utópico». de las tradiciones religiosas y, en particular, del cristianismo. Su ateísmo religioso lo coloca en una posición filosófica singular, en oposición tanto a las teologías institucionales como al materialismo vulgar.

Nadie estaba más calificado para tratar este tema que el filósofo franco-alemán Arno Münster, discípulo y biógrafo de Ernst Bloch y autor de varios ensayos notables sobre su pensamiento. El presente trabajo es un poco desordenado: los capítulos no siguen un orden cronológico, ni una organización temática, lo que da lugar a un cierto número de repeticiones. La primera parte es una breve historia de la relación entre socialismo y religión, desde Auguste Blanqui hasta la URSS, pasando por Jean Jaurès (¡pero sin Marx!), lo que la hace inevitablemente un poco esquemática. Pero el análisis de la filosofía de la religión de Ernst Bloch propuesto por Münster es una contribución muy importante al debate sobre marxismo y religión.

Georg Lukacs; compañero de viaje del movimiento comunista, se exilió en 1933, tras la toma del poder por los nazis, primero en Francia y luego en los Estados Unidos. Al regresar a Europa después de la guerra, se instaló en la República Democrática Alemana, donde fungió como filósofo semioficial de 1949 a 1956. Su oposición a la intervención soviética en Hungría hizo que fuese condenado como «revisionista» y se le prohibió enseñar. Cuando se empezó a construir el muro en 1961, decidió establecerse en Tübingen, en la Alemania Federal, donde se convertiría en un disidente marxista ampliamente escuchado por la juventud rebelde de la década de 1968.

La filosofía de la religión está presente en cuatro momentos de la obra del filósofo judeo-alemán:

*Su obra temprana El espíritu de la utopía (1918), notablemente en el capítulo final con el sorprendente título “Karl Marx, la muerte y el Apocalipsis”; pero también en un Excursus «Símbolo: los judíos».

*El libroThomas Münzer, teólogo de la revolución ( 1921), su primer trabajo comunista, que renueva profundamente el enfoque marxista de la religión.

*El capítulo 53 del volumen III de su obra magna El principio esperanza, dedicado a las tres grandes religiones monoteístas, desde el punto de vista de su contribución a la utopía del No-Aún-Ser.

*El ateísmo en el cristianismo ( 1968), una exégesis materialista de la Biblia, que ha generado mucha controversia y debate, especialmente entre los teólogos cristianos.

Hostil a lo que él llama «ateísmo vulgar indigente», pero también a las teologías conservadoras de todas las religiones, Bloch estaba fascinado por el mesianismo, el apocalipsis, la escatología, la Cabalá, el misticismo, las herejías. Celebra con entusiasmo al profeta Amós, Jesús de Nazaret, Joachim de Flore, Meister Eckhart, Jan Huss, Thomas Münzer, Wilhelm Weitling y… Dostoyevsky. Pero fueron Karl Marx y Friedrich Engels quienes proporcionan el hilo conductor: lucha de clases, praxis revolucionaria, utopía comunista.

Como muestra Arno Münster con gran inteligencia y sensibilidad, el ateísmo religioso de Bloch se manifiesta sobre todo en una lectura crítica, heterodoxa y materialista de la Biblia, en busca de sus momentos utópicos, subversivos y emancipatorios. Una lectura «con los ojos del Manifiesto Comunista», que le llevará a un diálogo crítico con la teología protestante más avanzada: Rudolf Bultmann, Albert Schweitzer, Jürgen Moltmann y especialmente su amigo Paul Tillich, socialista cristiano y antifascista alemán, que se exilió también en los Estados Unidos. Por supuesto, los teólogos cristianos no pueden aceptar la proposición central, paradójica y algo provocativa de Bloch: «sólo un ateo puede ser un buen cristiano y sólo un cristiano un buen ateo».

Con Moltmann, también socialista cristiano, la manzana de la discordia será el rechazo categórico de Bloch a la “teología de la cruz” de Pablo y Lutero, que lleva, a sus ojos, a la aceptación del sufrimiento como destino humano. Uno de los teólogos protestantes, Carl-Heinz Ratschow, profesor de la Universidad de Marburg, incluso dedicó un libro completo en 1972 a la discusión de las tesis heréticas de Ernst Bloch. A pesar de su simpatía por él, rechaza su compromiso marxista y opone a la esperanza de Bloch, basada en el combate, la esperanza cristiana, basada en la certeza. Ratschow también rechaza, como era de esperar, la polémica interpretación de Bloch del Libro de Job, como una rebelión contra Dios, culpable de tolerar la injusticia en el mundo.

En última instancia, la recepción más favorable de Bloch será la de los teólogos de la liberación latinoamericanos (en particular, Gustavo Gutiérrez). Sin aceptar su ateísmo, comparten plenamente la apuesta que se encuentra en la conclusión de su libro de 1968: «La unión de la revolución y el cristianismo en la guerra de los campesinos no será la última».

Si los pensadores marxistas se han interesado por el cristianismo, ¿no hay también cristianos atraídos por el marxismo? Por supuesto, se pueden encontrar varios ejemplos a lo largo de la historia moderna. Un libro reciente, publicado en los Estados Unidos, relata un caso bastante sorprendente: una joven católica, Grace Carlson (1906-1992), que se «convirtió» al marxismo, convirtiéndose en una de las principales dirigentes del Socialist Workers Party (Partido Socialista Obrero), organización trotskista asociada a la IV Internacional.

El libro de Donna T. Haverty-Stacke es una biografía bien documentada de este inusual viaje espiritual y político. Nacida en una familia católica de clase trabajadora de origen irlandés, criada por las Hermanas de San José, la joven Grace Holmes está interesada en la condición de la clase trabajadora, pero desde la perspectiva de Rerum Novarum y la doctrina social de la Iglesia. Estudiante de la Universidad de Minesotta, se movilizará, junto con su esposo Gilbert Carlson y su hermana Dorothy, en apoyo de una gran huelga obrera en Minneapolis en 1934, que fue liderada – bastante excepcional en ese momento – por militantes trotskistas. Los tres empezaron a asistir a encuentros políticos, que no consideraron incompatibles con su fe religiosa: podían ir a misa y a un encuentro socialista el mismo domingo … En los años siguientes, las dos hermanas se irán acercando cada vez más a los trotskistas y en 1936 se suman a esta corriente comunista disidente, que va a fundar, en 1937, el Socialist Workers Party, que reclama a Marx, Lenin y Trotsky. Alrededor de 1938, Grace deja de ser católica practicante, lo que provocará su separación (pero no el divorcio) de su esposo Gilbert Carlson.

¿Cuáles son las razones de lo que el autor llama «la conversión»? Sugiere una hipótesis interesante: la afinidad electiva  – en el sentido weberiano del término – entre la conciencia católica de Grace de la clase trabajadora y el socialismo de clase trabajadora del SWP. Pero esta intuición no se desarrolla en el libro …

En los años siguientes, Grace se convertiría en la única mujer en el Comité Nacional, la dirección del SWP (1942). Después de haber pasado un año en prisión (1945), acusada de «querer derrocar al gobierno de los Estados Unidos por la fuerza», en 1948 fue candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos por el SWP – el candidato presidencial fue uno de los líderes de la huelga de 1934, Farrell Dobbs.

Sin embargo, en 1952 se producirá una segunda conversión: Grace Carlson decide dejar el Partido y volver a la Iglesia Católica … lo que la lleva a reconciliarse con su marido, todavía católico, Gilbert Carlson, pero a romper con su hermana Dorothy, quien permaneció en el Partido, con su amante Ray Dunne, y con sus muchos amigos socialistas, con quienes había formado una red de «sororidad». James P. Cannon, el fundador y principal líder del SWP, quien se había convertido en un amigo personal, trató de explicarle a Grace que la Iglesia Católica era «la fuerza más reaccionaria y oscurantista del mundo entero», pero sin mucho éxito. …

Desconcertados, sus amigos marxistas intentan explicar este cambio de rumbo por la fatiga frente a la represión y la caza de brujas del macartismo, pero para Grace se trata de otra cosa: un punto de inflexión espiritual, una necesidad de Dios. He cambiado, dice, mi actitud religiosa pero no mi política: «He seguido siendo marxista a mi manera». Será recogida por las Hermanas de San José y enseñará en una Escuela de Enfermería en el Hospital Saint Mary’s, no sin cooperar con Slant (Point of View), un grupo marxista cristiano de Inglaterra, y denunciar la Guerra de Vietnam.

Es, en el caso de Grace Carlson, un viaje singular y personal. Lo que encontraremos, una generación después, en América Latina, fue de otra dimensión: todo un movimiento social, especialmente entre la juventud católica, se apropiará de ciertos conceptos marxistas y formulará una nueva visión cristiano-socialista. Este movimiento, nacido en Brasil a principios de la década de 1960, después de la Revolución Cubana, pero antes del Concilio Vaticano II, tomará diferentes formas, incluida la formación, en 1962, por militantes de la Juventud Universitaria Cristiana, de un partido político socialista / humanista, Acción Popular (AP). Fue solo mucho más tarde, después de 1971, que la teología de la liberación se desarrolló a partir de esta experiencia sociopolítica., no solo en Brasil sino en toda América Latina.

Uno de los episodios más llamativos de esta convergencia entre catolicismo y marxismo fue el compromiso, hacia 1968-70, de un grupo de frailes dominicos del Convento de Perdizes, en São Paulo, con la resistencia armada contra la dictadura militar establecida en 1964 en Brasil. El libro de Leneide Duarte-Plon es la biografía de uno de estos dominicanos brasileños, el hermano Tito de Alencar, quien pagó con su vida este compromiso social y político.

Militante de la Juventud Estudiantil Cristiana, ingresó en la Orden de los Dominicos en 1966. Tito compartió con sus hermanos del Convento de Sâo Paulo, la admiración por el Che Guevara y Camilo Torres, y el deseo de asociar a Cristo y Marx en la lucha por la liberación del pueblo brasileño. Tito era cercano a Acción Popular, que era hegemónica en el movimiento estudiantil, y contribuirá a la organización clandestina, en 1968, del Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes en la aldea de Ibiuna. Como todos los delegados, será detenido por la policía en esta ocasión, pero pronto será liberado.

Tras el endurecimiento de la dictadura militar en 1968 y la imposibilidad de cualquier protesta legal, el ala más radical de la oposición a la dictadura tomó las armas. La principal organización de la lucha armada contra el régimen fue la Acción de Liberación Nacional (ALN), fundada por un líder comunista disidente, Carlos Marighella. Un grupo de jóvenes dominicos – Frei Betto, Yvo Lesbaupin, Fernando Brito y otros – se comprometerá con la ALN, sin tomar las armas pero brindando apoyo logístico; Sin pertenecer a quienes trabajan directamente con Marighella y sus compañeros, Tito de Alencar es solidario con su compromiso. Como ellos, cree que el Evangelio contiene una crítica radical de la sociedad capitalista; y como ellos, cree en la necesidad de una revolución. Como escribió más tarde, “la revolución es la lucha por un mundo nuevo, una forma de mesianismo terrenal, en el que existe la posibilidad de encuentro entre cristianos y marxistas”.

El 4 de noviembre de 1969, durante la noche, el Comisionado de Policía Fleury invadió el Convento de Perdizes y arrestó a varios dominicos, entre ellos Frei Tito. La mayoría serán torturados y sus confesiones permitirán a la policía tenderle una trampa a Carlos Marighella y asesinarlo. Tito no tuvo contacto con la ALN y respondió negativamente a todas las preguntas. Fue sometido dos veces a torturas (descargas eléctricas) a fines de 1969 y principios de 1970, primero por Fleury y luego en las instalaciones del servicio de inteligencia del Ejército, designado por los militares como «la sucursal del infierno». Para escapar de sus torturadores, intenta suicidarse con una cuchilla de afeitar. Internado en el Hospital Militar, recibió la visita del Cardenal de São Paulo, D. Agnelo Rossi, figura conservadora, que se solidariza con los militares y se niega a denunciar las torturas a los dominicos. Finalmente es enviado a una prisión «ordinaria», donde Tito escribe un relato de sus sufrimientos que será publicado por la revista estadounidense Look y distribuida en Brasil por activistas de la resistencia, con considerable impacto. El Papa Pablo VI termina condenando «un gran país que aplica métodos de interrogatorio inhumanos» y reemplaza a D. Rossi por Paulo Evaristo Arns, nuevo cardenal de São Paulo, conocido por su compromiso con la defensa de los derechos humanos y contra la tortura.

Unos meses después, los revolucionarios secuestran al embajador suizo y lo canjean por la liberación de 70 presos políticos, entre ellos Tito de Alencar. El joven dominico duda en aceptar, tan ajena le resulta la idea de salir de su país. Los 70 serán expulsados ​​del país y no podrán regresar. Tras una breve estancia en Chile, Frei Tito se instaló con los dominicos del Couvent Saint-Jacques de París. El exilio es para él un gran sufrimiento: “Es muy duro vivir lejos de su país y de la lucha revolucionaria. Debemos soportar el exilio como soportamos la tortura”. Participó en campañas de denuncia de los crímenes de la dictadura y comenzó a estudiar teología y los clásicos del marxismo: “Acepto el análisis marxista de la lucha de clases. Para aquellos que quieren cambiar las estructuras de la sociedad, Marx es fundamental. Pero la visión del mundo que tengo como cristiano es diferente a la visión del mundo marxista”. El dominico francés Paul Blanquart, conocido por sus opciones “a la izquierda de Cristo”, lo describe como “el más comprometido y el más revolucionario de los dominicos”.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Tito muestra signos cada vez más inquietantes de desequilibrio mental. Cree que está siendo seguido y perseguido por su torturador, el comisario Fleury. En 1973 se le ofreció, por tanto, un lugar más tranquilo: el Convento de los Dominicos de l’Arbresle. Se hace amigo del hermano dominico Xavier Plassat, quien intenta ayudarlo, y sigue un tratamiento psiquiátrico con el doctor Jean-Claude Rolland. En vano. Después del golpe de Estado en Chile en septiembre de 1973 se puso cada vez más ansioso, convencido de que Fleury todavía lo perseguía y que los dominicos, o las enfermeras del hospital psiquiátrico, eran sus secuaces. Finalmente, exhausto, desesperado, el 8 de agosto de 1974, se suicida ahorcándose.

Su amigo dominico, el hermano Xavier Plassat, finalmente se instalará en Brasil, donde se convertirá en el organizador de la campaña contra el trabajo esclavo de la Comisión Pastoral de la Tierra: según su testimonio, “mi trabajo aquí es un legado dejado por Tito”.

Como sabemos, el Vaticano, bajo Juan Pablo II y Ratzinger, rechazó la teología de la liberación como un “error”, principalmente por su uso “indiscriminado” de conceptos marxistas. Con la elección de Bergoglio, Papa Francisco, de origen argentino, parece abrirse una nueva etapa. Gustavo Gutiérrez no solo fue recibido en el Vaticano, sino que el Papa decidió, durante un encuentro en 2014 con Alexis Tsipras y Walter Baier, dos líderes de la izquierda europea, abrir un diálogo entre marxistas y cristianos. Diálogos de este tipo habían tenido lugar en la posguerra, en ciertos países europeos (Francia, Italia, Alemania), pero una iniciativa bajo la égida del Vaticano no tiene precedentes.

El Papa ha delegado en el arzobispo Angelo Vincenzo Zani, secretario de la Congregación Vaticana para la Educación Católica, y al movimiento de los Focolares, una red laica fundada por Chiara Lubich en la Italia de la posguerra, este diálogo. El libro Europa en común es la primera publicación de este intento de explorar una “ética social transversal”. Dos de los editores del libro, Franz Kronreif y Luisa Sello, pertenecen a la red Focolari, y los otros dos, Walter Baier (exsecretario general del Partido Comunista de Austria) y Cornelia Hildebrandt, de la Fundación Rosa Luxemburg de Berlín representan ¡Transform! , red de Fundaciones de Investigación Marxista vinculadas a la Izquierda Europea.

El diálogo tuvo lugar primero en las instalaciones del Instituto Universitario Sophia, del movimiento Focolari, ubicado en el pueblo de Loppiano, cerca de Florencia, donde los participantes fueron recibidos por el sociólogo belga Bernard Callebaut. Otros simposios tuvieron lugar en Catelgandolfo, ¡la residencia de verano del Papa! – y en Viena. En septiembre de 2018, sin embargo, se llevó a cabo una universidad de verano conjunta, en las instalaciones de la Universidad del Egeo, ubicada en la isla de Siros, sede de una comunidad católica tradicional. La mayoría de los documentos reunidos en la colección Europa en común (primer volumen) son las presentaciones realizadas durante esta iniciativa. Durante sus estudios, los alumnos de ambas corrientes redactaron conjuntamente un documento, “El Manifiesto de Hermoupolis”, que también aparece en el libro.

En su introducción, los cuatro editores de la colección recuerdan que el objetivo del diálogo no es la conversión mutua, ni la producción de sincretismo, sino la búsqueda de lo común sin desconocer diferencias fundamentales. Tres intervenciones iniciales sirven como punto de partida:

Franz Kronreif, del movimiento de los Focolares, habla de “consenso en la diferencia” y sugiere que los puntos de referencia iniciales para el diálogo sean la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco y las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin. Walter Baier, de la red Transform! recuerda la necesidad de los marxistas de una reflexión autocrítica sobre los crímenes cometidos en nombre del socialismo en la URSS y encuentra en los escritos de Karl Polanyi elementos para una convergencia entre socialismo y cristianismo. Finalmente, Mons. Zani, en un saludo dirigido a la Universidad de Verano 2018, rinde homenaje a los ideales de justicia, fraternidad y solidaridad de los jóvenes participantes en este encuentro.

Durante los diálogos y debates de la Universidad de Verano pudimos presenciar debates entre puntos de vista bastante opuestos, como por ejemplo entre Leonce Bekemans, profesora de la Cátedra Jean Monnet de la Universidad de Padua, partidaria convencida de la Unión Europea «realmente existente», y Luciana Castellina, exdiputada comunista europea, que sueña con «otra Europa», no sujeta a los mercados capitalistas. Sin embargo, los interlocutores de las dos partes lograron redactar un documento común, como fue el caso de Cornelia Hildebrandt y Pal Toth, profesor del Instituto Universitario de Sophia, sobre «Una estrategia no-violenta en un mundo plural». Lo mismo ocurre con la contribución de Petra Steinmair-Pösel, teóloga vinculada a los Focolares, en colaboración con Michael Brie,de la Fundación Rosa Luxemburg de Berlín, sobre “Los Comunes: ¿nuestro terreno común? «.

Europa como común también contiene contribuciones de Piero Coda, rector del Instituto Universitario de Sophia, de Bernard Callebaut, sociólogo de la misma Institución, de Spyros Syropoulos, profesor de la Universidad del Mar Egeo, de Alberto Lo Presti, de la Universidad Católica Lumsa de Roma, de José Manuel Pureza, profesor de la Universidad de Coimbra y miembro del Bloque de Izquierda en el Parlamento portugués, de la teóloga musulmana Adnane Mokrani – un llamamiento a favor de «un estado laico como una necesidad religiosa» -, del psicólogo social Thomas Stucke, del politólogo colombiano Javier Andrés Baquero (quien relata su experiencia en la gestión “verde” de la ciudad de Bogotá), y el autor de esta nota. El conjunto, que da testimonio de la pluralidad de perspectivas comprometidas en esta iniciativa «transversal», se complementa con una conferencia del Papa Francisco sobre “La opción preferencial por los pobres, criterio clave de la autenticidad cristiana” (19/8/2020).

¿Qué podemos concluir de este itinerario bibliográfico bastante desigual, que nos lleva del joven Marx al Pontifex Maximum Bergoglio? La única conclusión es que la relación entre marxistas y cristianos sigue siendo un libro abierto, cuyos próximos capítulos se escribirán menos sobre la base de las Sagradas Escrituras de los demás, que en respuesta a los desafíos ecológicos, sociales y éticos del siglo XXI.

Referencias
Friedrich ENGELS et Karl MARX Annales franco-allemandes,  Edition complète préparée par Alix Bouffard et Pauline Clochec. Traduction par J-C Angaut, V.Beguin, A.Bouffard, J-M Buée, P.Clochec, C.Fradin, M. L’Homme et J.Quétier. Présentation et annotation par P.Clochec,  Paris, Editions Sociales,  Geme (Grande Edition Marx et Engels), 2020, 328 pages;
Nicos FOUFAS, Friedrich Engels et la Guerre des Paysans  Allemands,  Paris,  L’Harmattan,  «Ouverture Philosophique», 2020,  117 pages.
Arno MÜNSTER, Socialisme et religion au XXe Siècle. Judaisme, Christianisme et athéisme dans la philosophie de la religion d’Ernst Bloch, Paris, L’Harmattan,  coll. «Ouverture Philosophique», 2018, 175 pages;
Donna T. HAVERTY-STACKE, The FieRce Life of Grace Holmes Carlson,  New York,  New York University Press,  2021, 289 pages;
Leneide  DUARTE-PLON et Clarisse MEIRELLES,  Tito de Alencar (1945-1974). Un dominicain brésilien martyr de la dictature, Paris,  Karthala, Collection  «Signes des Temps»,  2020, 308 pages. Traduit du portugais par les auteures.  Préface de Vladimir Safatle,  Avant-Propos de Xavier Plassat ;
Walter BAIER, Cornelia HILDEBRANDT,  Franz KRONREIF, Luisa SELLO  (Eds.),  Europe as a Common.  Exploring Transversal Social Ethics, Zürich,  LIT Verlag, 2021,  Vol. I,  267 pages.

Publicado originalmente en el blog del autor en Médiapart. Traducción de G. Buster en Sin Permiso.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/marxismos-y-cristianismos/

 

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España: Los sindicatos critican el nuevo acceso a la función docente, modificado in extremis por el Gobierno

En los últimos meses se esperaba la aprobación de la modificación del sistema transitorio que tendría que dar respuesta al acuerdo entre Gobierno y sindicatos para reducir la interinidad hasta el 8% desde, aproximadamente, el 25% en donde se encuentra actualmente. El acuerdo tiene un periodo de aplicación, inicialmente, de 2022 a 2024.

Mientras que los sindicatos han intentado acelerar el procedimiento para la tramitación de la modificación del Decreto 276/2007, las comunidades autónomas se han dado toda la prisa posible para aprobar y convocar los procesos selectivos de este 2022 antes de las novedades en un intento por beneficiar a las y los interinos que actualmente tienen trabajando. A pesar de que en otros momentos se ha respetado tramitaciones similares y se han convocado las plazas de oposiciones después de los cambios, en esta ocasión, las administraciones autonómicas han preferido no hacerlo en su mayor parte.

Esta situación ya generó el descontento por parte de los sindicatos que firmaron el acuerdo de estabilización (CCOO. CSIF y UGT). Un descontento que ha vuelto a aparecer una vez que se ha aprobado en el Consejo de Ministros el texto definitivo y que ha supuesto diferencias con lo acordado con ellos en las meses de negociación.

El mayor problema es que el Gobierno ha decidido a última hora, según cuentan, por un dictamen del Consejo de Estado, a separar las ofertas de empleo público. Según el último sistema, las CCAA agrupaban en las mismas convocatorias las plazas para cubrir la tasa de reposición y las de estabilización. En realidad las plazas no se distinguen cuando se ofertan, simplemente se suman una a la otra.

La disposición adicional cuarta, que es la que se ha introducido ahora para cumplir con el acuerdo de estabilización 2022-2024 impone que se oferten por separado ambas. Esto generará, explican los sindicatos, inseguridad jurídica, además de importantes problemas de organización y burocracia.

La inseguridad jurídica se producirá por el hecho de que las comunidades autónomas podrán decidir cuál es el procedimiento que prefieren utilizar para que las y los aspirantes accedan a la función docente. Según el sistema aprobado ayer, las plazas que sean para estabilización pasarán por un examen con dos pruebas que no son eliminatorias (reivindicación de los sindicatos para favorecer a las y los interinos). Además, la parte de oposición cuenta un 60% y la de concurso, el 40%. Estos porcentajes son algo diferentes actualmente (67 y 33 respectivamente).

El problema es que las plazas de la tasa de reposición podrán regirse por el sistema actual, en el que las pruebas son eliminatorias, de forma que quien no pase el primer examen no puede continuar. El sistema así genera una primera criba que simplifica la segunda, pero que por ende también provoca que queden plazas desiertas, de manera que la interinidad se perpetúa.

A partir de 2023, que será cuando comience a utilizarse este nuevo sistema, las comunidades autónomas tendrán que ver si las pruebas para ambas plazas (a las que puede presentarse cualquiera) se harán el mismo día a la misma hora o en momentos diferentes. Esto también genera cierta inseguridad jurídica, según los sindicatos, puesto que como explica Héctir Adsuar, responsable de pública de CCOO, un mismo aspirante tiene derecho a presentarse en ambos procesos, pero si estos se programan de manera simultánea, virtualmente se queda fuera de uno de ellos sí o sí.

Los sindicatos no se explican este cambio de última hora sobre el dictamen del Consejo de Estado. Un dictamen que no siempre es vinculante y que en el caso del proceso extraordinario anterior no había sido contrario a que se convocaran los dos tipos de plazas en los mismos procesos.

A esto se suma, como explica por ejemplo CSIF en un comunicado, que el cambio en el proceso contradice las directrices que el propio Gobierno ha dado a las administraciones desde la Secretaría de Estado de Función Pública para que se ofertasen conjuntamente los diferentes tipos de plazas.

Fuentes sindicales comentan que una posibilidad para que esto se haya hecho así podría ser para transmitir la idea de que a pesar del cambio, se ponen las cosas un poco más complicadas para el personal interino en ese equilibrio complejísimo entre quienes aspiran a las plazas recién terminados los estudios y con buenos expedientes académicos y quienes lo hacen después de varios años de experiencia profesional y el peso que esta tiene en los méritos.

Adsuar, que prefiere no conjeturar sobre las razones de este cambio, asegura que el nuevo procedimiento para la estabilización de plazas beneficia a todos los colectivos, principalmente, porque suma muchas más plazas a las que obtar siendo aspirante que si estas se separan en convocatorias independientes. El responsable sindical asegura que CCOO estudiará todas las posibilidades, también jurídicas, para echar atrás esta parte de la reforma en el acceso.

Desde el Ministerio aseguran que con el nuevo sistema se estabilizarán las plazas de interinidad para reducir esta al 8% desde el 23 actual. Preguntado por las quejas de los sindicatos, fuentes del Departamento de Pilar Alegría prefieren no comentar la situación.

Eso sí, el decreto recoge las aportaciones principales de los sindicatos en relación al peso de la experiencia docente previa así como de la formación de las y los candidatos. También, y es uno de los puntos importantes, el hecho de que ninguna de las dos partes que compondrán la oposición sea excluyente, de manera que aunque se falle en una se pueda hacer media con la otra.

Los sindicatos han defendido desde hace años esta posibilidad para que se garantizase en mayor medida las posibilidades de conseguir plaza a quienes tienen experiencia docente. Esta experiencia ganará algo más de presencia enla baremación y, además, al no haber partes eliminatorias, facilita que quienes están trabajando actualmente acudan con menos presiones al tener menos tiempo para prepararse los exámenes.

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