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El colegio público que ha desterrado la pelota

Por: Ana Torres Menárguez.

El Martinet, un centro público de Ripollet, tiene un proyecto pedagógico innovador sin asignaturas ni balones y lucha contra la Administración para eliminar la cancha de su patio

“Hemos colonizado la pista”, dice Isabel Trías, directora del colegio público El Martinet, en el pueblo de Ripollet (Barcelona), que ha desterrado el uso de la pelota. Allí los alumnos no juegan al fútbol ni al baloncesto. En ningún momento de la jornada escolar. La pista es una explanada en desuso sin porterías ni canastas en la que los trazos de colores son casi imperceptibles. Rodeada de montículos de tierra con pequeñas construcciones hechas con troncos y con cabañas de madera, ese trozo de cemento es uno de los símbolos de la lucha de este colegio por implantar su propio modelo de escuela, en el que no hay asignaturas y los niños no almuerzan bocadillos, sino fruta y frutos secos.

Cuando se levantó el colegio, en el año 2004, comenzó la pugna de este centro con la Administración. Pidieron al Departament d’Ensenyament (la consejería de Educación catalana) que no instalara ninguna pista. El proyecto educativo que presentó el equipo directivo era revolucionario: los alumnos no tendrían asignaturas y, por tanto, la materia de educación física se diluía. “No es que no hagan deporte, sino que no consideramos necesario que practiquen los deportes tradicionales con pelota”, explica Isabel Trías, la directora del colegio, con 480 alumnos, que no tienen permitido llevar balones al centro.

Hay dos grandes razones. “Ya sabemos qué tipo de actitudes generan los deportes como el fútbol, los niños juegan por un lado e invaden gran parte del espacio y las niñas, por otro”, cuenta Montserrat Navarro, la primera directora que tuvo el centro y la impulsora del proyecto. “La pelota está asociada a juegos competitivos que, además, generan un consumismo en los niños [por la compra de camisetas de los equipos y balones oficiales]. Es como las pantallas, tapan otras realidades”, argumenta Isabel Trías.

A diferencia de las escuelas tradicionales, en El Martinet los alumnos no pasan seis horas sentados en el pupitre porque se mueven constantemente de los espacios interiores a los exteriores. “No hay sedentarismo”, añade la directora. Les enseñan juegos cooperativos en los que el fin último no es ganar, practican deportes al aire libre, hacen salidas en bicicleta y suben montañas. A los seis años empiezan y a los 11 suben el Puigmal, de casi 3.000 metros de altura.

El Departament y la Inspección Educativa dieron su visto bueno al proyecto, previamente aprobado por el consejo escolar con las familias, pero colocaron la pista deportiva reglamentaria en el patio. Años después, la madre de uno de los alumnos se ofreció a llevar al colegio una cantidad suficiente de tierra para tapar la pista y crear encima el entorno que habían diseñado: 100% natural y sin pavimentos de cemento. Lo hicieron y pocos meses después la historia volvió a empezar; el Ayuntamiento de Ripollet y el Departament —en ese momento liderado por CIU— urgieron al colegio a volver a despejar la pista. “Tú misma lo puedes ver, los alumnos ocupan los espacios con naturaleza y la cancha se queda siempre vacía. Es un sinsentido”, indica la directora, que ha vuelto a solicitar a la Administración autonómica —que tiene las competencias en materia de Educación— que les dé permiso para volver a cubrir el pavimento.

La pista sin porterías ni canastas de El Martinet, rodeada de cabañas de madera y montículos de tierra.
La pista sin porterías ni canastas de El Martinet, rodeada de cabañas de madera y montículos de tierra.CRISTÓBAL CASTRO

¿Qué hacen los niños en esos espacios de tierra? Unos construyen un canal de agua con piezas de madera y poleas, otros revisan las hortalizas que están creciendo en el huerto, otros usan una lupa binocular para mirar de cerca unas hojas que han recolectado y otros, simplemente, deambulan. Actividades no faltan. «Nuestro argumento es claro: ya hay polideportivos y zonas públicas con pistas que los niños pueden usar en su tiempo libre”, aclara la antigua directora Montserrat Navarro.

Desde el Departament aseguran que ya son cerca de una decena los colegios públicos catalanes que quieren transformar sus patios para que las pistas no ocupen la mayor parte del espacio, pero ninguno de ellos quiere, por el momento, eliminar las canchas. El real decreto de 2010 —aprobado por el Gobierno central— que regula los requisitos mínimos de los centros educativos habla de “un patio de recreo, parcialmente cubierto, susceptible de ser utilizado como pista polideportiva”. Eso quiere decir que la decisión última sobre las canchas corresponde a la comunidad autónoma, aseguran fuentes del Ministerio de Educación.

El cambio en la forma de interpretar la educación física no es exclusivo de El Martinet. “La disciplina, el orden y el esfuerzo ya no son las premisas, la gente sigue teniendo esa idea de la asignatura pero es un prejuicio anticuado”, explica Albert Batalla, profesor de Didácticas de la Educación Física de la Universidad de Barcelona. La superación física ya no es el objetivo, no se trata de aprender a botar bien el balón, sino de cooperar y respetar las normas sin la mirada puesta en ser el ganador. “Es un cambio radical que lleva años instalándose en los colegios, ya no se ve el cuerpo como una máquina que hay que mantener en forma. Ahora se practica la expresión corporal mediante la danza o los malabares”, añade. Aunque reconoce que la pelota suele colonizar los recreos, obligando a los alumnos a sortear los balonazos y a refugiarse en las zonas periféricas, cree que es “muy radical” eliminar los balones. “Supone darle la espalda a la realidad, la competitividad está ahí y hay que educar a los niños a gestionar el ansia por ganar”.

IMPLICAR A LOS MAESTROS EN EL DISEÑO ARQUITECTÓNICO DEL CENTRO

“La arquitectura y la docencia tienen que ir de la mano”, aseguró el pasado marzo Josep Gonzàlez-Cambray, el director general de centros públicos de Cataluña, donde el Gobierno regional ha lanzado un plan para que docentes y miembros del Colegio de Arquitectos trabajen conjuntamente para identificar las nuevas necesidades de los colegios en función de los proyectos pedagógicos. La idea es involucrar a los maestros en el proceso previo a la construcción de nuevos centros para adaptar los espacios interiores y exteriores a los criterios pedagógicos. “Ya hemos empezado a implicar a los equipos directivos en la fase inicial de diseño de las escuelas, es la vía para crear las aulas del futuro”, dijo el conseller Josep Bargalló.

Para María José Camacho, profesora de Educación Física en la Facultad de Educación de la Complutense, el problema es que los deportes tradicionales llevan a los colegios a aplicar la “jerarquía de resultados”: salen mejor parados los alumnos con mayor rendimiento físico. “Siempre lo harán mejor los que practican esos deportes en su tiempo libre y eso genera mucha frustración. Los juegos cooperativos, en los que el rendimiento es más parecido, son más inclusivos”, explica.
Es lo que las nuevas hornadas de maestros de Educación Física llaman gamificación. “Todo el grupo tiene que superar el reto, no vale con que uno sea buenísimo”, dice Tristán González, profesor de la materia que ha dado clase en primaria durante 12 años. Pone un ejemplo: un torneo de combas a modo de juego de rol; cada movimiento tiene un nombre y lleva asociado unos puntos. Los niños saltan a la cuerda solos y en grupo. “En los colegios públicos en los que he trabajado, nunca he centrado la asignatura en jugar al fútbol o al baloncesto”. Coincide con los investigadores en que la época del «chándal, sudor y esfuerzo» ya pasó. Ahora importa más la inclusión.

Lectura autónoma

En El Martinet, que el año que viene tendrá también secundaria, los espacios exteriores están cubiertos de tierra y árboles y se usan, igual que los interiores, como áreas de aprendizaje. “Salir fuera equivale a acercarse a lo imprevisible, a lo que no se sabe, a lo que es sorpresa”, se puede leer en un libro autoeditado por el colegio en el que se explica su filosofía. En cada una de las puertas de entrada al edificio hay estructuras de madera con botas de agua de colores de diferentes tamaños. Porque los días de lluvia también se sale. En el interior las aulas no tienen pizarras porque quieren que los niños trabajen a su ritmo, que no realicen las mismas actividades todos a la vez. Salvo en la comida.

Tampoco hay exámenes y los niños lideran su propio aprendizaje con los maestros como guía. Es casi la una del mediodía y los alumnos hacen tiempo hasta que llegue su turno del comedor. En una de las aulas, un grupo de alumnos de ocho años de tercero de primaria construye estructuras con figuras de madera o conversan entre ellos. Más de la mitad están concentrados en su lectura. Pol García, de 19 años, fue alumno del colegio. “Para nada eché de menos la pelota. La llegada al instituto sí fue un poco heavy, por el cambio de modelo. Llevaba muy mal estar sentado tantas horas sin poder hablar, pero tenía muchas ganas de que me mandaran deberes y de hacer exámenes”, cuenta. Estudió un grado de formación profesional superior en Gestión Forestal y ahora está haciendo prácticas en un viñedo cerca de Oporto. Lo que más valora es que le enseñaran a interesarse por los temas y a buscar él mismo información. “Eso nunca se olvida, la curiosidad por aprender se te queda”.

LOS PATIOS SE TRANSFORMAN PARA INCLUIR A LAS NIÑAS

Hora del recreo en un colegio cualquiera. Desde fuera, un observador no ve nada especial en el patio. Un tumulto infantil, niños que juegan al fútbol, otros que corren y niñas sentadas en corros por la periferia del espacio. Parece que cada uno está a su aire, donde le apetece. ¿Hay sexismo en ese escenario? Este planteamiento inicial de la socióloga Marina Subirats en su libro Balones fuera (Octaedro) ha inspirado a algunas escuelas a transformar sus recreos para evitar que los roles de género se reproduzcan desde la infancia. El colegio público La Paloma, en el barrio madrileño de La Latina, es uno de ellos. “Desde que son pequeños les enseñamos a estar de una manera en el mundo. El hecho de que los chicos ocupen la mayor parte del espacio con una actividad más agresiva y las niñas se resignen a los alrededores es el comienzo de la desigualdad”, explica Irene Martínez, profesora de la Complutense.

“A partir de segundo de primaria empieza a notarse la separación de chicos y chicas en la hora del recreo, por eso el uso de la pista va rotando entre diferentes cursos y hemos habilitado nuevos espacios para hacer música, escalar, plantar o comer tranquilo y solo prohibimos los juegos con balón los viernes”, cuenta María Belén González, directora del centro. Hay tres tipos de zonas: activas, semiactivas y tranquilas. “Hemos conseguido que los alumnos se relacionen más con niños que tienen otros intereses”.

Fuente del artículo:  https://elpais.com/sociedad/2019/05/10/actualidad/1557488263_130279.html

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El cerebro necesita emocionarse para aprender

Por: elpais.com.

Los nuevos experimentos en la enseñanza vislumbran el fin de las clases magistrales. Una de las tendencias es la neurodidáctica

 

En el año 2010 un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Techonolgy (MIT), en Boston, colocaron a un universitario de 19 años un sensor electrodérmico en la muñeca para medir la actividad eléctrica de su cerebro las 24 horas durante siete días. El experimento arrojó un resultado inesperado: la actividad cerebral del estudiante cuando atendía en una clase magistral era la misma que cuando veía la televisión; prácticamente nula. Los científicos pudieron probar así que el modelo pedagógico basado en un alumno como receptor pasivo no funciona.

El cerebro necesita emocionarse para aprender
ÁLVARO GARCÍA

“El cerebro necesita emocionarse para aprender”, explica José Ramón Gamo, neuropsicólogo infantil y director del Máster en Neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos. En el último lustro, en España han aparecido diferentes corrientes que quieren transformar el modelo educativo y una de ellas es la neurodidáctica. No es una metodología, sino un conjunto de conocimientos que está aportando la investigación científica en el campo de la neurociencia y su relación con los procesos de aprendizaje. “Antes solo se podía observar el comportamiento de los alumnos, pero ahora gracias a las máquinas de neuroimagen podemos ver la actividad cerebral mientras realizan tareas”, añade Gamo. Esa información sirve a los profesores y pedagogos para decidir qué métodos son los más eficaces.

Gamo, que estudia las dificultades de aprendizaje de personas con dislexia o TDAH desde hace más de 20 años, observó que en la mayoría de los casos esos problemas no estaban relacionados con esos síndromes, sino con la metodología escolar. Él y su equipo identificaron que el 50% del tiempo de las clases de primaria en España se basan en transmitir información a los estudiantes de forma verbal, algo que en secundaria sucede el 60% del tiempo y en bachillerato casi el 80%. “Indagamos sobre lo que estaba sucediendo en las aulas y queríamos saber qué decía la ciencia al respecto, si ese método estaba justificado”.

Basándose en diferentes investigaciones científicas y en las suyas propias, concluyeron que para la adquisición de información novedosa el cerebro tiende a procesar los datos desde el hemisferio derecho -más relacionado con la intuición, la creatividad y las imágenes-. “En esos casos el procesamiento lingüístico no es el protagonista, lo que quiere decir que la charla no funciona. Los gestos faciales, corporales y el contexto desempeñan un papel muy importante. Otra muestra de la ineficacia de la clase magistral”, explica Gamo.

Por ello, la neurodidáctica propone un cambio en la metodología de enseñanza para sustituir las clases magistrales por soportes visuales como mapas conceptuales o vídeos con diferentes apoyos informativos como gráficos interactivos que requieran la participación del alumno. Otra de las apuestas es el trabajo colaborativo. “El cerebro es un órgano social que aprende haciendo cosas con otras personas”, añade.

En los últimos cinco años, Gamo ha formado en neurodidáctica a docentes de una treintena de colegios públicos en diferentes comunidades autónomas. El principal problema, en su opinión, es que las escuelas no están tomando la decisión sobre hacia dónde quieren innovar, a lo que se suma que nadie les acompaña en la implementación de las nuevas metodologías. “La direcciones de los centros están enrocadas en los métodos tradicionales basados en clases magistrales, memorización y exámenes escritos”.

En ese escenario conviven cientos de profesores y entre ellos hay quienes no se conforman con lo establecido. Chema Lázaro, de 34 años, da clase a alumnos de sexto de primaria en un colegio concertado de Moralzarzal y desde hace dos años y medio aplica la neurodidáctica en el aula. “Mis alumnos siempre me decían que yo molaba mucho, pero que mis clases eran una porquería”, cuenta. Empezó a investigar sobre metodologías alternativas y creó el blog Pizarras abiertas, que en 2013 le valió el premio nacional sobre las TIC en el aula del Ministerio de Educación. Lázaro buscaba una base científica que apoyase su apuesta: hacer que sus estudiantes aprendiesen para toda la vida sin memorizar.

El 50% del tiempo de las clases de primaria en España se destina a que hable el profesor. En bachillerato es casi el 80%

“Mi método respeta el proceso por el que el cerebro aprende: primero va la motivación, luego la atención y por último la memoria. En ese orden”. Para explicar el antiguo Egipto intenta captar el vínculo emocional de los chavales. A través de su canal de YouTube les plantea jeroglíficos en vídeos con formato de tráiler cinematográfico. “Con ese material se motivan y así tengo alumnos atentos”, continúa. Utiliza la gamificación y las capitales se aprenden ganando puntos en la plataforma Kahoot. Para ver las pirámides, vista desde un dron o Google Earth.

Una de las plataformas de educación online basada en la neurodidáctica es Neurok. El director de la compañía, Agustín Cuenca, empezó a explorar el mundo educativo hace 10 años, cuando a su hijo de cinco años le diagnosticaron hiperactividad. “Partimos de que la formación online no funciona, solo un 10% de los que se apuntan a un MOOC -cursos online masivos y gratuitos- lo termina”. En una plataforma tradicional se encuentran contenidos, mientras que en Neurok hay debates.

Cuenca y un equipo de 10 pedagogos y profesores de universidad y primaria han aplicado los formatos de Twitter y Facebook a la educación. “Antes siempre sabías a quién pedir los apuntes. Ahora decides a quien seguir en esta red social en la que todos los alumnos comparten contenidos y debaten sobre diferentes temas. El profesor hace de guía y aporta criterio sobre qué contenidos son de calidad”, explica Cuenca. Lo más difícil de este modelo de aprendizaje, reconoce este informático, es la participación. El sistema cuenta con hashtags, menciones o notificaciones en el móvil, entre otros servicios. La idea de Neurok es ser utilizada como una plataforma de apoyo a las clases presenciales o directamente como el esqueleto de un curso online.

Eso es lo que sucede con el Máster en Neurodidáctica de la Rey Juan Carlos, un curso blended en el que el 80% del contenido se imparte en la red. Hasta ahora, también han usado Neurok en la UNED y en la Universidad de Extremadura, con la que están colaborando en una investigación para medir la calidad de los contenidos compartidos por los alumnos y su nivel de interacción en la plataforma.

“Todavía hay mucha gente que desconfía de estos métodos, pero en unos 15 años se empezarán a ver los resultados”, comenta Cuenca, que ya ha asesorado a más de 30 colegios públicos de diferentes comunidades autónomas a través de su consultora educativa Niuco. Para todos aquellos que busquen evidencias científicas de la neurodidáctica, el profesor de la Universidad de Barcelona Jesús Guillén recopila en su blog Escuela con cerebro las últimas investigaciones realizadas en diferentes partes del mundo.

Fuente del artículo: https://elpais.com/economia/2016/07/17/actualidad/1468776267_359871.html?fbclid=IwAR35E-7w6LVLH1nYtMXJN4wwoqVL4DIySw8WXalJr_-tmch2hp_t1gEZz-M

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Consejos para una buena planificación diaria de actividades

Por: mercury.cash.

Una de las cosas más importantes para poder convertirse en un emprendedor exitoso es lograr hacer una buena planificación de las actividades diarias. Un buen plan permite que el tiempo que se utiliza en el día se optimice al máximo y se pueda obtener un mejor rendimiento de cada una de las actividades realizadas.

En el artículo anterior titulado 7 hábitos que te permitirán ser más productivo destacamos la importancia que tiene que la planificación de actividades del día se convierta en un hábito pues permitirá estar mejor preparado en caso de cualquier contratiempo que surja en el camino. A continuación presentamos algunos consejos que permitirán que esa planificación sea realmente eficaz.

Hacer una lista de todas las actividades del día

Hay actividades que hacemos a diario y que son parte de una rutina, tanto en el trabajo como en la cotidianidad, por eso es que se hace muy importante tener una lista de esas actividades para tener bien definido cuales son, de modo tal que si surge alguna actividad extra se podrá programar en el espacio disponible.

Definir tiempos para cada actividad

De nada sirve solo tener una lista de las actividades que tenemos que realizar si esas actividades no tienen un tiempo destinado para cumplirse. Lo ideal es definir un tiempo específico para cada actividad y tratar de cumplir con él, de ese modo, al planificar asignando tiempos, tendremos una idea de cuales horas tendremos de descanso en el día y cuantas serán para trabajar.

El tiempo libre también es importante

No todo se trata de trabajo. Los seres humanos también necesitamos un espacio para el descanso y la recreación, si solo nos dedicamos a trabajar y no tomamos tiempo para descansar, por más que lo intentemos, no tendremos el mismo rendimiento, nuestro nivel de concentración disminuirá y las energías también, tornando el trabajo en un sacrificio y algo tedioso.

Organiza y agrupa tus actividades por grados de dificultad

Hay quienes prefieren salir primero de las actividades más sencillas y que menos tiempo consumen para dedicarse por último a las actividades más complejas. Al hacer esto las actividades complejas tendrán un mayor grado de atención por parte nuestra pues no estaremos pendientes de que hay que realizar otras actividades después.

Identifica las sub tareas de tus actividades

Así como cuando estás planificando un proyecto, en tu día a día siempre habrá unas actividades principales que tengan tareas secundarias, como por ejemplo el manejar hacia el trabajo, podría incluir actividades como detenerse a surtir combustible e igualmente el ir a trabajar incluye cosas como manejar al trabajo, asistir a reuniones, atender clientes y cualquier cosa asociada al trabajo que realizas. Estas pequeñas tareas también debes contemplarlas en tu planificación, aunque no deberías asignarles un tiempo específico.

Nunca está de más romper las reglas

Aunque lo ideal es cumplir con el plan que se ha hecho pues para eso se hace, si no hemos podido cumplir con todas las actividades del día, hay que recordar que siempre habrá un mañana, no debemos sobre esforzarnos porque eso podría tener consecuencias poco saludables y generar un agotamiento que no permita cumplir con las actividades del siguiente día.

¿Qué opinas sobre este tema? ¿Ya realizas alguna de estas cosas en tu planificación de actividades diaria?

Si tienes alguna pregunta puedes contactarte con nosotros o escribir tu consulta en la parte de abajo (sección comentarios).

Imagen de StartupStockPhotos vía Pixabay.com bajo licencia creative commons.

Fuente de la reseña: https://blog.mercury.cash/es/2019/05/03/consejos-para-una-buena-planificacion-diaria-de-actividades/

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España: Mantienen la huelga de profesores al acabar sin acuerdo la mediación

Europa/ España/ 13.05.2019/ Fuente: www.lavanguardia.com.

Los sindicatos de educación que han convocado la huelga de profesorado del 16 de mayo mantienen la convocatoria de paro, tras acabar sin acuerdo la mediación que han mantenido este viernes en la sede de Trabajo con personal del departamento de Educación.

Tras la reunión, el portavoz del sindicato Ustec, Ramon Font, ha denunciado que el departamento de Educación «llega a la mesa sin ninguna propuesta» por lo que «parece que no quieran llegar a ningún acuerdo».

Asimismo, Font ha lamentado el «perfil negociador bajo» del personal que ha enviado Educación a la mesa, que se ha «limitado a una administrativa y a un abogado del departamento», lo que «denota falta total de respeto hacia el comité de huelga».

CCOO ha coincidido en denunciar que «lo que debía ser un intento de acuerdo para mejorar la educación pública y evitar la huelga» se ha convertido en un «trámite porque Educación no ha enviado a nadie con capacidad negociadora».

Este sindicato ha denunciado la «pasividad absoluta» de Educación y que «no se haya podido llegar ni a un acuerdo de servicios mínimos por la voluntad de la administración de imponer sus criterios y decretar servicios mínimos del 50 %».

Los sindicatos han anunciado que la mesa sectorial de personal docente no universitario volverá a reunirse en una mediación con el departamento de Trabajo el próximo lunes 13 de mayo.

Para retirar la convocatoria de huelga en primaria y secundaria, los sindicatos sitúan como medida «irrenunciable» el «restablecimiento en el curso 2019-20 del horario lectivo anterior a los recortes para todo el personal», que es de 18 horas en secundaria y 23 en primaria.

En una convocatoria conjunta, los sindicatos USTEC-Stes, CCOO, UGT, ASPEC-SPS, y las intersindicales IAC y CSC han llamado a la huelga a los docentes el próximo 16 de mayo.

Fuente de la noticia: https://www.lavanguardia.com/vida/20190510/462148612563/mantienen-la-huelga-de-profesores-al-acabar-sin-acuerdo-la-mediacion.html

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“La pedagogía de los superhéroes es muy útil para educar a nuestros hijos”

Por: Nacho Meneses. 

 

Quizá les conozcan. Ella, con el rostro coronado por una tiara, proviene de la legendaria raza de las amazonas; él, con una más que reconocible capa azul, de otro planeta que ya no existe en una galaxia muy lejana. En una vida, protegen desinteresadamente a la humanidad frente a las mil caras del mal; en otra, pasan desapercibidos, como si en verdad fueran personas normales. Y en ambas, su moral es intachable: empatía, sacrificio, generosidad, preocupación por los demás. Valores dignos de imitación que cualquier padre quiere inculcar a sus hijos y que protagonizan De Platón a Batman, del filósofo y profesor de la Universidad de Córdoba José Carlos Ruiz.

“Hay que educar en el pensamiento crítico desde pequeños, para que sean capaces de extraer conclusiones por sí solos, para que desarrollen una personalidad fuerte y una buena dosis de autoestima y confianza en sí mismos”, sostiene Ruiz. Aristóteles, Cicerón, Locke, Kant, Sócrates, Hume y Platón se unen así a Superman, Wonder Woman, Batman, Spiderman y el Capitán América en la lucha diaria de los padres por conseguir inculcar en sus hijos una personalidad sana y equilibrada. Herramientas para que “aprendan a ponerse en el lugar del otro, empatizar con él y desarrollar un concepto de ciudadanía que les ayude a defender lo que es bueno para el grupo”: objetivos como la lucha contra el cambio climático o el reciclaje, por ejemplo.

De la filosofía, Ruiz extrae ese pensamiento crítico que intenta explicar el porqué de lo que nos rodea, y convertirlo en consejos para educar a los pequeños. De los superhéroes, más que sus poderes sobrenaturales, interesan los superpoderes humanos que poseen, una serie de cualidades y virtudes humanas que pueden ser enseñadas y aprendidas. Así, tras ver la película (o leer el cómic), “los padres pueden extraer una o varias enseñanzas y seguir hablando con ellos, no tanto de la historia que acaban de ver como de aquello que pueden aplicar en casa”.

“La pedagogía de los superhéroes es muy útil para educar a nuestros hijos. Toma el caso de Wonder Woman: utilizando el instrumento del lazo de la verdad, consigue vencer al mal. Pero, además, es que ella cree en la redención, y usa su oratoria (como Sócrates) para conseguir que los malos se conviertan en buenos. Utiliza el diálogo para intentar convencerlos, en una especie de arte de la persuasión”. De Batman destaca su humanidad (no es sobrehumano, y puede morir en cualquier momento) y el poder de conseguir cualquier objetivo por medio de la persistencia. Como Platón, él también tiene su caverna, de la que sale convertido en el murciélago de Gotham. De Spiderman, su curiosidad y el concepto de la responsabilidad como un deber para con los demás, no consigo mismo; del Capitán América, su compromiso y ejemplaridad, etc.

Es fácil dejarse llevar por el mensaje que transmite Ruiz, que vuelve recurrentemente al concepto de equilibrio en la educación de nuestros hijos. Cualquier proceso educativo, dice, tiene que buscar un equilibrio entre el rol social y la faceta individual productiva. “Los hijos tienen que formar parte de esa vida social y comprometerse con el otro. Necesitamos que aprendan a pensar en el otro, no solo en ellos mismos”.

“Antes, los profesores, los padres, la sociedad, todos eran quienes guiaban el proceso educativo. Ahora, el centro es el niño. Antes, el alumno tenía que seguir al profesor; ahora es este quien sigue a aquel, porque lo importante es extraer de él sus potencialidades; hemos pasado de un extremo al otro y sería recomendable recuperar el equilibrio”, sostiene Ruiz. Sucede, por ejemplo, con el trabajo por proyectos, partiendo de lo que le motiva al niño. “Pero, a medida que vamos creciendo, esos procesos motivacionales ya no son tan fuertes. Es estimulante hacerlo de vez en cuando pero no siempre, porque si no, le estás quitando al niño su capacidad de resiliencia, el aprender algo simplemente por deber, porque hay que hacerlo”.

De igual forma, Ruiz argumenta que no se debe premiar siempre a los niños por hacer algo que es parte de sus obligaciones. “Siempre estamos dándoles un estímulo, un premio. Pero luego llegarán a un puesto de trabajo y, al no estar motivados, lo dejarán. La tasa de abandono en puestos de trabajo ha crecido mucho entre los jóvenes”.

¿Y si hacen algo mal? “Locke nos recuerda, respecto al castigo, que hay un concepto interesante que tiene ya 300 años. Para él, lo más importante era captar la atención de la persona que estás educando de una manera positiva. Es más educativo recompensar al niño cuando hace algo bueno, porque entonces querrá volver a hacerlo. Luego, añado yo, hay que ir quitándole poco a poco esa recompensa para que aprenda lo que es el deber”.

En un momento de la conversación, Ruiz reflexiona sobre lo que llama “la profesionalización de la paternidad”, porque se tiende siempre a enfocar el proceso educativo “a la obtención de resultados cuantificables. Que las actividades extraescolares, por ejemplo, puedan ser evaluadas en todo momento. Estamos abandonando el tiempo de contemplación y de ocio con ellos, la faceta del deleite, por un tiempo en el que siempre se busca que haya un resultado”. Una actitud que se ve incluso desde antes de que nazca el hijo. “Hay muchas personas que intentan sobreestimular el feto, le ponen música, etc., para intentar que salga con un proceso de aprendizaje ya iniciado”. No es que esté mal, sostiene, pero tampoco hay que obsesionarse.

Si queremos que nuestros hijos sean felices necesitaremos, eso sí, que entiendan qué es y qué no es la felicidad: “Se ha convertido en un instrumento de tortura”, asegura, “porque nos enseñan que la felicidad es algo instantáneo y fácil de adquirir, que se compra. Es una felicidad consumible: el teléfono más moderno, el siguiente viaje, las nuevas zapatillas… Es una felicidad postiza que nos convierte en drogodependientes emocionales. Es cansino y agotador, porque la felicidad no es un sentimiento, sino una forma de ver la vida que no es identificable, sino subjetiva”.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/05/10/mamas_papas/1557480226_318342.html

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Las 10 palabras que tienen que cambiar la educación

España / 12 de mayo de 2019 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«Una palabra mal colocada estropea el más bello pensamiento.» Voltaire

La neurociencia considera que las palabras que usamos pueden cambiar nuestra mente. Del mismo modo, las palabras que utilizamos en nuestra manera de educar definen lo que entendemos por educación. Por eso es muy importante elegir bien las palabras que usamos, porque van a configurar aquello de lo que hablamos.

Nuestra forma de entender la educación, y, por tanto nuestra forma de educar, viene definida por las palabras con la que hablamos de ella. Este es el motivo por el que me gustaría compartir con cuáles son las diez palabras que creo que pueden cambiar la educación:

1. Inversión. Sin inversión económica para dotar a los centros educativos de recursos, para poder reducir las ratios, para mejorar los recursos materiales de las aulas, para formar más y mejor a los y las docentes… todas las demás palabras que puedan utilizarse pierden una parte de su poder.

2. Saber. Una de las funciones fundamentales de la educación es la adquisición de conocimientos… eso no deberíamos olvidarlo nunca. Pero esos conocimientos deben ser útiles, aplicables a la vida, que nos permitan ser críticos. Hay que huir del saber fugaz, ese que se olvida a las pocas horas de hacer un examen. ¡Ah! Por cierto, cualquier aprendizaje requiere de un esfuerzo y de un nivel de concentración y atención. Pero ese esfuerzo puede realizarse de muchas formas y no vales eso de que la letra con sangre entra… ese es el recurso de quien no tiene recursos.

3. Hacer. La educación también necesita de la palabra hacer porque siempre debe invitar a la acción. Lo que aprendemos debe poder materializarse en cosas concretas que nos permitan mejorar nuestra vida y la de los demás.

4. Pensar. La educación también debe ayudarnos a pensar mejor a dotarnos de estrategias y destrezas que nos permitan tener una visión propia de las cosas y nos permita discernir entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo…

5. Convivir. No estamos solos, cualquier aspecto de nuestra vida necesitas de otros. Saber convivir es un valor imprescindible en nuestro mundo y la educación no puede estar al margen de esta realidad.

6. Colaborar. Pero no se trata solo de convivir en armonía con los demás, sino de tener la capacidad de colaborar, de cooperar, de compartir conocimientos y experiencias. La educación debe hacernos competentes más que competitivos.

7. Inclusión. No podemos dejar a nadie fuera de la educación. Se trata de que cualquier individuo, sea como sea, tenga el talento que tenga quede incluido en el sistema educativo para que pueda desarrollar al máximo su potencial, sea este cual sea.

8. Emoción. Hay quien dice que sin emoción no hay aprendizaje. Quizás es una afirmación algo extremista (creo que se aprende también por necesidad e incluso por obligación), pero que duda cabe de que con emoción el aprendizaje es un poco más fácil y significativo.

9. Sostenible. La educación debe incidir en los valores que hacen el mundo sostenible porque nada de lo dicho anteriormente tiene sentido si acabamos con el planeta.

10. Creatividad. Tener una mirada disruptiva, ser creativo/a a la hora de afrontar los problemas y desafíos de la vida es fundamental para desarrollarnos como personas y para colaborar en hacer un mundo cada vez un poco mejor.

Fuente del Artículo:
https://www.salvarojeducacion.com/2019/03/las-10-palabras-que-tienen-que-cambiar.html
ove/mahv
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El Rap de la Educación 2.0

España / 12 de mayo de 2019 / Autor: e-learning para profesores / Fuente: Youtube

Publicado el 4 may. 2019

 

 

 

El “Rap de la Educación 2.0” de Fundación Telefónica pone nueva música a la educación.

■ Un grupo de jóvenes ha puesto voz y ritmo en forma de rap a las reflexiones que el mundo educativo iberoamericano realiza durante estos meses.

■ El rap de Fundación Telefónica habla de valores, emociones y de un centro educativo inteligente que abra sus mentes: “Nosotros somos el futuro, y juntos seguro que podemos avanzar. 2.0 es la Educación que quiero”.

■ Los jóvenes raperos hablan en el vídeo de una educación que una a la gente, que permita que cada uno pueda aprender con un ritmo diferente; en definitiva, una nueva escuela para la nueva gente que crea y piensa.

■Para Fundación Telefónica, las aulas constituyen la base de esta aventura educativa y el lugar de encuentro de dos generaciones y un encuentro que buscan las fronteras del conocimiento.

 

Fuente: https://youtu.be/5caGIBgE9Nw

ove/mahv

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