Page 23 of 6793
1 21 22 23 24 25 6.793

El difícil regreso a clase en el Sur Global: los niños sufren los efectos de los recortes internacionales, las crisis económicas y los desastres

Más de 278 millones de menores de edad en el mundo estarán desescolarizados para 2026 si continúa el déficit de financiación al desarrollo y a las emergencias humanitarias. Los ejemplos de Afganistán, Bangladés, Bolivia y el Sahel ponen rostro a esta tragedia.

 

Ana Puentes

El regreso a clases en los países con crisis humanitarias no ha sido, históricamente, tarea fácil. Pero este 2025 será aún más complejo: a los deberes incumplidos en financiación a la ayuda y en protección a la infancia, se suman los recortes de cooperación internacional, los daños humanos y materiales que dejan múltiples desastres y los golpes de las crisis económicas de los últimos meses.

 

Unicef, en un informe reciente, calcula que seis millones de niños más podrían quedar sin escolarizar a finales de 2026, que se sumarían al total de 272 millones de menores que en estos momentos no tienen acceso a la educación. El mismo documento prevé que la Ayuda Oficial al Desarrollo destinada a la educación se reducirá en 3.200 millones de dólares (2.726 millones de euros), un 24% con respecto a 2023. Las regiones más afectadas serán África Occidental, Central y Norte y Oriente Próximo, donde además confluyen los estragos de la violencia, la pobreza y el cambio climático.

 

El mundo también “suspende” en la financiación de necesidades humanitarias. La ONG Educo alerta, a partir de datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), de que el sector de la educación en contextos de emergencias (conocida como EeE), solo ha conseguido 344 millones de dólares con los que apenas cubre un 13,5% de las necesidades educativas identificadas. Aunque la Unión Europea ha sido el principal financiador de EeE (aportando un 43% de los fondos), la salida de EE UU (que financiaba otro 17%) supondrá un duro golpe a las cuentas de la educación.

 

Este es el panorama del regreso a clases en algunos países o regiones de África, Asia y América Latina.

 

El Sahel: acorralado por la violencia y las inundaciones

Los niños de Burkina Faso, Níger y Malí, algunos de los países que conforman la región africana del Sahel, volverán a clase en octubre. Eso, si todo sale bien. Edouard Ndeye, director regional de Educo allí, explica que el inicio de clases puede, en ocasiones, retrasarse a noviembre o diciembre como consecuencia de las inundaciones y la “falta de organización del sistema”. “En los últimos años, hemos sufrido graves inundaciones que han afectado a las clases porque las escuelas se utilizan como refugios para la población afectada o, simplemente, se vuelven inaccesibles”, afirma Ndeye. El año pasado entre junio y septiembre, por ejemplo, las lluvias torrenciales dejaron a su paso cerca de 550 muertos, más de dos millones de damnificados y daños en infraestructuras en Chad, Níger, Nigeria y Malí. Por el desastre, los ministros de Educación de Malí y Níger ordenaron el aplazamiento del inicio de clases a noviembre, retrasando el acceso a la educación a 8,5 millones de niños.

 

Tampoco es sencillo garantizar el acceso o la permanencia en las clases en la región epicentro del terrorismo mundial. La inseguridad en el Sahel Central ha desplazado a más 2,9 millones de personas ―la mitad de ellas son niños― y más de 8.000 escuelas han cerrado, según reportó Oficina de las Naciones Unidas para África Occidental y el Sahel en abril. Burkina Faso era uno de los países más afectados, con 5.000 centros educativos suspendidos y 430.000 alumnos fuera de las aulas. con De acuerdo con Ndeye, también hay un déficit de maestros que no pueden o temen entrar en algunas zonas por la violencia.

 

Y no hay fondos para atender esta crisis. El llamamiento de Unicef para los niños del Sahel Central es de 489,7 millones de dólares, pero a junio la financiación apenas llegaba al 7%. “Hace unos años el Sahel tenía atención internacional. Pero desde que estallaron los conflictos en Ucrania y Gaza, esa atención se quebró”, lamenta Edouard Ndeye, director regional de Educo en el Sahel, donde la ONG tiene presencia en tres países. “Los problemas globales repercuten realmente en nuestra capacidad de intervención como actores internacionales sobre el terreno”, afirma Ndeye.

 

Dos adolescentes estudian por la radio, en Burkina Fasso, como alternativa cuando las clases presenciales no son posibles
@Educo

Bangladés: menos fondos en el segundo país con mayor trabajo infantil

Los recortes a la ayuda internacional han golpeado con fuerza el nuevo curso en Bangladés, que empieza en enero. “Por ejemplo”, dice un informe de Educo, “Unicef se ha visto obligado a cerrar más de 6.400 centros de aprendizaje en los campamentos de Cox’s Bazar [uno de los campos de refugiados más grandes del mundo] lo que deja a unos 300.000 niños refugiados rohingya en riesgo de perder su educación”.

 

Hamid Abdul, director de Educo Bangladés y especialista en el sector de ONG desde hace unos 30 años, advierte de que el cierre de USAID ha supuesto el fin de un centenar de proyectos educativos y problemas operativos para distintas organizaciones que tratan de mantener a flote este derecho en un país sacudido en 2024 por la caída de la primera ministra Sheikh Hasina, que estuvo en el poder por casi 20 años. “El premio Nobel Muhammad Yunus, líder del gobierno provisional, conoce el sector de las ONG y los donantes y ha tratado de recuperar [recursos] y hablar con las agencias”, afirma Abdul, pero reconoce que aún hay incertidumbre.

 

El experto asegura que el coste de la educación ha subido para las familias y que las más pobres se ven obligadas a elegir “entre la supervivencia y la educación”. El coste por estudiante en Primaria subió hasta un 25% y en Secundaria, hasta un 51%, sostiene. Esto es problemático en un país donde la tasa de absentismo ya es alta. Según la más reciente Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil (NCLS) de 2022, el 47% de los niños en el país no asisten a la escuela, que es obligatoria desde 1990. Los que no están en las aulas, están trabajando. En el país, 3,54 millones de niños apoyan económicamente a sus familias.

 

Una niña en el campo de refugiados de Cox’s Bazar aprende a coser.
@Educo

Afganistán: otro curso sin ellas

Este curso en Afganistán, que suele comenzar en marzo, coincidiendo con la primavera y el año nuevo persa, más de 2,2 millones de niñas no han podido ejercer su derecho a la educación por cuenta de las restricciones del régimen talibán, que retornó al poder en 2021 y que prohíbe el acceso a la educación formal a las mujeres a partir de sexto grado. Si las restricciones se mantienen, la cifra subirá a más de cuatro millones de afectadas para el año 2030, según cálculos de Unicef.

 

“Hay pocas esperanzas de que las escuelas vuelvan a abrir”, lamenta Fabio Checcacci, jefe de país en Afganistán de la ONG WeWorld, en una llamada telefónica con este diario. “La mayoría de las niñas [a partir de grado sexto] han recurrido a cursos privados, donde estudian materias como informática, inglés, pintura y costura. Sin embargo, con el endurecimiento de las restricciones, cada vez se ha vuelto más difícil el acceso”, explica Checcacci. Si bien en Afganistán hay alternativas como los cursos privados, las madrasas ―escuelas privadas, ahora con un sello fuertemente religioso―, las escuelas clandestinas, clases virtuales o transmisiones de contenido educativo por televisión estás no son accesibles a toda la población. “Estas opciones funcionan, pero es algo que no todos pueden hacer por falta de dinero o de acceso a internet”, dice Checcacci.

 

«Hay pocas esperanzas de que las escuelas vuelvan a abrir»

Fabio Checcacci, jefe de país en Afganistán de WeWorld

En Afganistán, un 80% de las niñas y mujeres afganas están excluidas de la educación y el trabajo, según el último Índice de Género de Afganistán, publicado por ONU Mujeres. Esto, a su vez, profundiza la brecha de género. Solo el 24% de las mujeres forma parte de la población activa, frente al 89% de los hombres.

 

Para los varones tampoco se vislumbra un futuro mucho mejor. “El sistema para los niños ha continuado bajo nuevos controles ideológicos. Los talibanes han ampliado considerablemente la enseñanza religiosa y han reformado el plan de estudios: se han eliminado materias seculares como los derechos humanos, la igualdad y el pluralismo, y ahora la enseñanza hace hincapié en contenidos religiosos alineados con la ideología talibán. En las escuelas y universidades que permanecen abiertas a los estudiantes varones, se aplica una disciplina estricta”, detalla Checcacci.

 

Este curso, además, se ha enfrentado al retorno masivo de refugiados afganos desde países como Pakistán e Irán. Desde septiembre de 2023, más de cuatro millones de afganos han regresado y, de estos, 1,5 millones lo han hecho en 2025, presionados por la decisión de Pakistán de no extender la estadía de refugiados. Esto supone una presión en el sistema educativo. “Muchas comunidades ya se enfrentan a aulas abarrotadas, falta de profesores y materiales didácticos limitados”, sostiene el director de WeWorld en Afganistán.

 

Adicionalmente, el terremoto que sacudió la provincia de Kunar el 31 de agosto, no solo dejó un saldo de 2.200 muertos, sino daños en al menos 40 escuelas de la zona.

 

Bolivia: el sarampión y los incendios regresan a los niños a la virtualidad

En Bolivia, la crisis económica, un brote de sarampión y los incendios han puesto en aprietos la educación de niños y adolescentes y auguran regresos a clases cada vez más difíciles. Desde 2023, el país está sumido en una crisis cambiaria y problemas en la industria petrolera que han llevado la economía al límite con una inflación acumulada de más del 17%, según el dato más reciente del Banco Central de Bolivia. Viviana Farfán, directora de Educo Bolivia, explica que algunos niños y adolescentes se han visto obligados a abandonar la escuela para trabajar y ayudar a la economía familiar. Oficialmente, el Ministerio de Educación reporta un abandono escolar del 2,83% con corte a 2023; sin embargo, Farfán sostiene que la cifra ha incrementado.

 

 

Una niña asiste a su clase de dibujo en Bolivia.
@Educo

El otro gran dolor de cabeza para la educación escolar es el sarampión que, según Farfán, ha aumentado como consecuencia de la reticencia de las familias a completar los esquemas de vacunación de los pequeños. En junio, el Gobierno declaró la emergencia sanitaria nacional por el incremento de casos. A agosto, se registraban 254 casos activos en el país; de estos, el 85% se han diagnosticado en niños y jóvenes entre los 1 y 19 años. Si un distrito educativo detecta una subida de contagios, puede pedir suspensión de clases presenciales y enviar a los alumnos a la virtualidad. “Esto es un problema en un país en el que no todos tienen celulares o tablets. Muchos tampoco tienen el dinero para pagar los créditos de megas. Eso limita sus posibilidades de acceder a la educación”, afirma Farfán.

 

Para rematar, los incendios en el país suramericano también han llevado a la cancelación de las clases presenciales. En 2024, el país vivió una serie de incendios forestales que arrasaron con 12,6 millones de hectáreas, según datos de la Fundación Tierra. Solo en agosto de 2025, el Gobierno confirmó más de 700 focos de calor activos. “Aunque las quemas ocurren lejos de las ciudades grandes, el humo llega hasta las ciudades, afectando la calidad del aire. En algunos casos, se han cerrado escuelas y aparece el mismo problema de las clases virtuales”, agrega Farfán.

 

https://elpais.com/planeta-futuro/2025-09-08/el-dificil-regreso-a-clase-en-el-sur-global-los-ninos-sufren-los-efectos-de-los-recortes-internacionales-las-crisis-economicas-y-los-desastres.html

Comparte este contenido:

La educación en Paraguay: Un instrumento para sostener la mediocridad

Por: Cira Novara

Parte 1

Desde hace varios años, vengo trabajando como educadora popular en barrios bañadenses de Paraguay. Es un arte y compromiso que día a día me desafía para pensar por qué niñas y niños de diversas edades no leen y escriben y, sin embargo, al conversar con ell@s una percibe su inteligencia, puesta en el conocimiento de diversos temas, en las indagaciones que realizan, las preguntas que plantean, los relatos que comparten. En fin, en varias experiencias que hacen pensar qué está pasando que el sistema educativo paraguayo les condena a no poder leer y escribir siendo niñeces con capacidades diversas, ávidas de aprender, descubrir y plantear propuestas.

Una primera aproximación a esta problemática

Cada niña/o es un mundo con historias, relaciones y experiencias diversas. Muchas de estas vivencias, incluso desde el vientre materno, están relacionadas a situaciones de violencias que, principalmente, tienen que ver con el abandono en el que los sucesivos gobiernos sumergen a las familias trabajadoras. Sin entrar en detalles al respecto, es sabido que la inexistencia de políticas públicas relacionadas con el trabajo digno, el acceso a tierra y vivienda, salud, protección social y otros, afecta y va deteriorando la calidad de vida de las familias trabajadoras y más aún a aquellas que son cuentapropistas, a quienes el sistema las margina con más fuerza.

Esta situación de marginación de parte del sistema económico impuesto en el país lleva a muchas personas a desarrollar experiencias de sobrevivencia que, en algunos casos, no precisamente son las más adecuadas y éticas, si podemos usar este concepto en Paraguay, donde la corrupción es parte del «modelo de vida» que se impone desde el ejemplo de las autoridades de los sucesivos gobiernos.

Por lo tanto, las niñeces que vivencian estas experiencias violentas desarrollan miedos, inseguridades y frustraciones que repercuten negativamente en su desarrollo psicológico, emocional y social, teniendo en muchos casos consecuencias negativas en su proceso de aprendizaje.

En este sentido, Vygotsky (psicólogo, nacido en la Unión Soviética; 1896-1934) plantea la influencia que posee el contexto social y cultural en el aprendizaje. Los niños y niñas desarrollan su aprendizaje mediante la interacción social, donde van adquiriendo nuevas habilidades cognoscitivas como proceso lógico de su inmersión a un modo de vida.

Entonces, ante esto, surge la pregunta: ¿el sistema educativo paraguayo atiende o tiene en cuenta las realidades en las que viven los niños y las niñas tanto del campo como en las ciudades y, sobre todo, en los barrios donde la marginación se vivencia con más fuerza?

La respuesta es clara: No. Nuestro sistema educativo es cómplice del proceso de marginación en que se encuentran niños y niñas en el país y lo profundiza, ya que no se plantean verdaderas propuestas que transformen esta realidad. Por lo tanto, existe una niñez que, incluso cursando grados escolares superiores, no solo no desarrolla la lectoescritura, sino que tampoco desarrolla capacidades de análisis crítico, de solución de conflictos, de creatividad, de relacionamiento solidario y desempeño ético para una vida plena.

¿Qué hacer ante esto?

En mi experiencia de educadora popular, con un apoyo sostenido, con experiencias creativas y trabajando fuertemente la autovaloración, desde un enfoque basado en las realidades e intereses de niñas y niños, se construyen procesos de desarrollo no solo de lectoescritura, sino en el que también afloran las capacidades latentes y el pensamiento crítico que tanto ayudan a la liberación y transformación del ser de las niñeces.

Parte 2

Según datos oficiales, en los resultados de las pruebas PISA 2022 se revela que 7 de cada 10 estudiantes paraguayos de 15 años están por debajo del nivel mínimo de comprensión lectora. Y en las comunidades indígenas, el 33,4% de la población es analfabeta (EPH, 2017).

Estos alarmantes datos exigen un análisis profundo de las causas multifactoriales históricas y contextuales que determinan estos nefastos resultados.

¿Qué se plantea ante esta realidad? Un análisis breve sobre la respuesta del MEC

Ante la gravedad de la situación educativa paraguaya, en que las niñas y los niños no desarrollan la lectoescritura y la comprensión lectora, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) plantea el programa de lectura, escritura y oralidad denominado Ñe’êry, el cual será analizado brevemente en este artículo, con la intención de brindar algunos elementos de manera que los lectores y las lectoras puedan seguir, posteriormente, profundizando en el estudio ya que la crisis educativa actual así lo amerita.

Se parte del análisis del concepto principal sobre la lectura, expresado en el marco conceptual de dicho programa, donde se plantea “…que la lectura es un acto «global» e «ideo-visual» donde lo fundamental es reconocer globalmente las palabras u oraciones, para luego analizar las partes que las componen” (Quintero Gallego, 1985). Esta definición posteriormente es complementada con las de otros autores.

Si bien el “acto de reconocer palabras y oraciones” es una parte del proceso de lectoescritura, no se centra en esto su desarrollo. Por lo que si así se plantea en el programa Ñe’êry, se deduce que el mismo se enmarca en la línea mecanicista o positivista. Por lo tanto, se asume desde el programa que el desarrollo de la lectura es una acción mecánica en la que prácticamente no intervienen los hechos, vivencias, experiencias e historias socioculturales de las personas y comunidades. Se asume que la lectura implica reconocer símbolos, posibilitando construir sentidos, lo cual es un hecho meramente cognitivo que posteriormente posibilita al lector/a construir pensamiento y/o conductas.

Sobre la escritura el programa no profundiza, salvo por una simplista y muy limitada mención a la autora argentina Emilia Ferreiro. Por lo que con esta escasez de análisis teórico y centrado en planteamientos positivistas, se evidencia que el programa Ñe’êry sigue la misma línea que el enfoque de la educación paraguaya. Incluso, con características más burdas y de una pobreza y escasa profundidad sobre el mismo modelo positivista.

Construir un programa con estas características, “sobre las rodillas”, como diría el recordado maestro Ubaldo Chamorro (paraguayo, doctor en Educación; 1945-2004) constituye una absoluta violación a los derechos de niñas, niños y educadores/as, un acto de irresponsabilidad y descreimiento evidenciado en lo superficial del análisis y de la construcción de propuestas, lo que se refuerza al mencionar en la bibliografía al educador Paulo Freire, cuyas enseñanzas no son abordadas, desarrolladas o incorporadas como sustento teórico del programa.

Tras la lectura del programa surgen algunas someras interrogantes:

  • ¿Se construyeron y están en funcionamiento las 14 mil bibliotecas equipadas que fueron previstas en el programa Ñe’êry para 2023–2025?
  • Se plantea, además, la entrega de cuadernillos a estudiantes. Estos cuadernillos, ¿son instrumentos adecuados para el desarrollo de la lectoescritura? ¿Responden a los intereses, necesidades, experiencias de niñas y niños y a los contextos socioculturales de cada zona, comunidad o región?
  • Al plantear la capacitación docente en metodologías y estrategias innovadoras de lectura, escritura y oralidad, ¿cuánto tiempo durará la capacitación para cada grupo? Ya que la misma se realizará en cascadas. ¿Las evaluaciones de la ejecución del programa fueron realizadas, analizadas y difundidas?
  • ¿Se realizaron y difundieron las investigaciones sobre lectura, escritura y oralidad previstas en el programa?
  • ¿Es posible la sostenibilidad del programa sin financiamiento adecuado, sin acompañamiento profesional, sin debates, análisis y evaluaciones continuas y participativas que orienten los cambios en el proceso?

Parte 3

¿Qué se plantea desde un análisis crítico de la realidad?

Esta parte del análisis se fundamenta en los planteamientos de Vygotsky, desarrollados por Valery (2000), quien destaca que el aprendizaje de la lengua escrita se desarrolla en la participación de procesos de socialización específicos y exige un trabajo consciente y analítico, por ello Vygotsky considera que aun en su desarrollo mínimo, el lenguaje escrito requiere de un alto nivel de abstracción.

El lenguaje escrito “tiene un origen y naturaleza en lo social, lo cual significa que la lengua escrita es producto de una sociedad y expresión de una cultura en un momento histórico determinado”, lo que construye la psiquis de los seres humanos y su representación del mundo. Con esto, las personas, consciente o inconscientemente, se apropian del resultado de la evolución histórica y se produce la comunicación de las ideas, sentimientos y emociones.

Por lo tanto, para Vygotsky, “la adquisición de la lengua escrita modifica la estructura de los procesos cognitivos, llevando a los seres humanos del razonamiento práctico-situacional hacia el pensamiento teórico-conceptual y narrativo, lo que implica la aparición de nuevas y más elevadas formas de pensamiento”.

“La escritura es un proceso dialéctico, ya que el avance en la adquisición de la misma implicaría el avance en la adquisición de la lectura, en el lenguaje oral y por ende el enriquecimiento del lenguaje interior; lo que significaría, en definitiva, un avance en el desarrollo de la consciencia del ser humano”.

El proceso de escritura y lectura implica una construcción, apropiación, análisis histórico y contextual que posibilita leer la realidad, comprenderla desde las vivencias personales e interacciones sociales, para ser plasmadas en los escritos y poder comunicarlas a los demás.

Por lo tanto, la tarea de las y los docentes no constituye una acción técnica de aplicación de cuadernillos, sino de poder crear las condiciones sociohistóricas, de relacionamiento intersubjetivo para un diálogo creativo con niñas y niños que permita confrontar ideas, compartir vivencias y experiencias que desarrollen el lenguaje interior, que les permita entender su mundo, el mundo, desde la estructura mental en proceso de desarrollo y puedan sentirse motivadas/os para escribir, leer y comunicar.

La escritura, lectura y la oralidad no son procesos mecánicos, ahistóricos, descontextualizados, y sobre esto no solo Vygotsky ha escrito, también se precisan estudiar los aportes desde la pedagogía crítica y de las culturas indígenas orales (y las que desarrollaron escrituras), ya que las mismas encierran cientos de años de sabiduría que la propuesta del programa Ñe’êry desconoce, intencional y perversamente, dando más sombras que luces a la crítica problemática educativa. 


Bibliografía consultada

Ministerio de Educación y Ciencias [MEC]. Programa de lectura, escritura y oralidad Ñe’êry 2023. Disponible en https://www.mec.gov.py/cms_v2/adjuntos/20450?1701128957

Valery, O. (2000). Reflexiones sobre la escritura a partir de Vygotsky. Educere (3), 9. 38-43. Universidad de los Andes, Mérida.

Comparte este contenido:

Organizaciones presentan recomendaciones sobre tecnología y derechos humanos rumbo a la X Cumbre de las Américas

Luz Palomino-Otras Voces en Educación

Más de veinte organizaciones de la sociedad civil y la academia presentaron un documento conjunto, con propuestas para que la transformación digital en el continente se base en la inclusión, la transparencia y el respeto a los derechos humanos. La iniciativa coincide con los preparativos de la X Cumbre de las Américas, que se celebrará en diciembre de 2025 en República Dominicana bajo el lema «Construyendo un hemisferio seguro, sostenible y de prosperidad compartida».

Objetivos principales del informe:

  1. Promover marcos regulatorios responsables

    • Establecer regulaciones para la inteligencia artificial, que prioricen la evaluación de impacto en derechos humanos

    • Implementar supervisiones independientes para sistemas automatizados

  2. Fortalecer la protección de datos personales

    • Armonizar las leyes de protección de datos en la región

    • Garantizar que el tratamiento de datos se base en principios de necesidad y proporcionalidad

  3. Garantizar acceso digital inclusivo

    • Reducir la brecha digital mediante políticas públicas efectivas

    • Asegurar conectividad accesible para grupos marginados

  4. Regular tecnologías de vigilancia

    • Establecer controles democráticos sobre tecnologías de vigilancia

    • Implementar moratorias para sistemas de vigilancia intrusiva

  5. Enfrentar los desafíos de la desinformación

    • Desarrollar estrategias que protejan la libertad de expresión

    • Promover la alfabetización digital y transparencia algorítmica

Citas relevantes del informe:

«La creciente implementación de sistemas de inteligencia artificial en América Latina ocurre en contextos de profundas desigualdades, lo que aumenta el riesgo de que estas tecnologías repliquen y amplifiquen discriminaciones estructurales existentes.»

«Los Estados deben abstenerse de utilizar sistemas de reconocimiento biométrico en espacios públicos con fines de vigilancia masiva, ya que esta práctica viola el derecho a la privacidad y afecta el ejercicio de otras libertades fundamentales.»

El documento representa un llamado urgente a los líderes del continente para adoptar compromisos concretos que aseguren que el desarrollo tecnológico se realice en consonancia con la protección de los derechos fundamentales. Las organizaciones firmantes esperan que estas recomendaciones sean incorporadas en la agenda de trabajo y en los documentos finales de la Cumbre.

El texto completo con todas las recomendaciones está disponible para su consulta en los sitios web de las organizaciones participantes, donde también se podrá seguir el proceso de incidencia rumbo a la Cumbre de 2025.

Organizaciones firmantes:

El informe cuenta con la adhesión de destacadas organizaciones de la región, entre ellas:

  • Derechos Digitales

  • Access Now

  • Asociación por los Derechos Civiles (ADC)

  • TEDIC (Paraguay)

  • R3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales (México)

  • Fundación Karisma (Colombia)

  • InternetBolivia

  • Hiperderecho (Perú)

  • Instituto Brasileiro de Defesa do Consumidor (Idec)

  • Asociación de Usuarios de Internet (Uruguay)

  • Centro de Estudios en Libertad de Expresión (CELE)

  • SocialTIC

  • y más de diez organizaciones adicionales de diversos países del continente.

Comparte este contenido:

Sindicatos: Docentes no se incorporarán a clases el 8-S en Venezuela

Aseguraron que las actividades de enseñanza del año escolar estarán comprendidas entre el 16 de septiembre y la primera semana de julio.

 

Los sindicatos signatarios de la última contratación colectiva de docentes de la Gobernación de Miranda (Sitrem, Sitraenseñanza, FVM Tuy-Guaicaipuro, FVM Petare-Barlovento, Suteem y Suma), a través de un comunicado que enviaron a Avance informan que no se incorporarán a las clases el lunes 8 de septiembre, como lo ha anunciado el Ministerio de Educación.

 

“Es preciso recordar que el marco legal vigente establece claramente las fechas para el comienzo de las actividades académicas. En tal sentido le recordamos a todos los educadores de la entidad mirandina que tenemos leyes que nos amparan, tales como el artículo 54 del Reglamento de Ley Orgánica de Educación”, destacan los gremios en el escrito.

 

Recuerdan que “las actividades de enseñanza del año escolar estarán comprendidas entre el primer día hábil de la segunda quincena del mes de septiembre, es decir el 16 de septiembre y el último día hábil de la primera semana del mes de julio del año siguiente”.

 

Piden respeto

“Hacer un llamado para el inicio del año escolar fuera de la fecha señalada en la ley, constituye claramente una violación al reglamento, no es posible que el ministro de turno quiera modificar y anunciar el inicio de las actividades a discreción y unilateralmente y desconocer lo que el marco legal establece”, insisten.

 

También agregan que “respetuosamente consideramos que la comunidad educativa y el público en general debe estar informado con respecto a las normas legales que rige nuestro sistema educativo”. “Los sindicatos nos mantendremos unidos en respaldo a los colegas por el fiel cumplimiento del contrato colectivo. Queremos un salario digno”, finalizan en el escrito.

 

Sindicatos: Docentes no se incorporarán a clases el 8-S

 

 

Comparte este contenido:

Malala: “Creo en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre religiones”

“Creo firmemente en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre culturas y religiones”. Así lo afirma la Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai, en una entrevista con L’Osservatore Romano.

Alessandro Gisotti conversa ampliamente con la joven paquistaní que a los 14 años fue víctima de un brutal ataque talibán por defender el derecho de las mujeres a la educación en su país. Y es que solo tres años antes abrió un blog en el que reivindicaba el derecho de las niñas a ser escolarizadas en su región, el valle de Swat.

A los 28 años, 11 después de convertirse en la persona más joven en obtener el distinguido galardón, sigue en la lucha a través de su fundación, Fondo Malala, donde mano a mano con su padre, el profesor Ziauddin Yousafzai, apoyan a niñas en Afganistán, Brasil, Etiopía, Nigeria, Pakistán y Tanzania.

Como ya han dicho León XIV y Francisco, Malala también señala que el diálogo interreligioso puede impulsar iniciativas educativas. “Cuando empecé la universidad, conocí a muchos amigos nuevos de todo el mundo que me introdujeron a diferentes religiones, valores e intereses. Esto cuestionó algunas de mis creencias y amplió mi visión del mundo para mejor”, señala.

“Cuando personas de diferentes religiones se reúnen, puede ser una oportunidad para comprenderse mejor y recordar los muchos valores que todos compartimos”, agrega.

Para Malala, “la educación alimenta la esperanza de un futuro más pacífico y equitativo. Es en la escuela donde los niños aprenden a pensar críticamente y a resolver problemas. Es allí donde hacen amigos, desarrollan la compasión y aprenden a trabajar con los demás. Estas habilidades son esenciales para abordar injusticias, como la misoginia y la discriminación, y recordar a las personas nuestra humanidad común”.

122 millones de niñas sin escolarizar

“Cuando comencé a defender la educación de las niñas, estaba llena de esperanza. Creía que los líderes gubernamentales e institucionales que expresaran su apoyo utilizarían su poder para tomar medidas rápidas y decisivas para transformar el mundo de las jóvenes. Hoy debo admitir una verdad aún más frustrante: el cambio lleva tiempo”, afirma.

Y continúa: “A pesar de mis años de activismo, más de 122 millones de niñas siguen sin escolarizar. La experiencia me ha enseñado que el progreso requiere más que promesas: exige soluciones creativas, recursos constantes y paciencia. Pero estos desafíos no han disminuido mi sentido de urgencia por crear un futuro mejor para las niñas. Esta es mi misión en la vida y siempre lo será”.

En la entrevista, la joven paquistaní recuerda que, “cada día, hay muchísimas niñas que estudian a la luz de las velas, caminan kilómetros para ir a la escuela o estudian a pesar de quienes les dicen que se queden en casa. Su valentía y determinación para aprender me inspiran”.

Y prosigue: “En el islam, los actos de servicio y la búsqueda del conocimiento son principios fundamentales de la fe. Sé que también se valoran en la tradición católica. Si hay niñas dispuestas a arriesgarlo todo por la oportunidad de aprender, creo que todos podemos encontrar la fuerza para defenderlas. El cambio no ocurrirá solo. Debemos escuchar a las niñas y exigir a nuestros líderes que inviertan en educación y soluciones duraderas”.

De Gaza a Afganistán

Malala comparte que las guerras hoy le quitan el sueño. “¿Cuántos niños se duermen con el sonido de los disparos ahora mismo? ¿Cuántas escuelas han sido bombardeadas esta semana? ¿Cuántas familias han quedado separadas para siempre, para nunca volver a reunirse?”, se pregunta.

En Gaza, por ejemplo, “la cantidad de niños asesinados es impactante y aterradora. Cuando presenciamos un genocidio como este, a veces parece desesperanzado, como si no se pudiera hacer nada, pero no es así. Para ayudar a los niños afectados por el conflicto, podemos financiar la educación en situaciones de emergencia y apoyar a las organizaciones locales que ofrecen espacios para que los niños accedan a recursos esenciales, materiales de aprendizaje y apoyo en materia de salud mental. Mantener a los niños en la escuela o reincorporarlos a ella lo antes posible es vital para su bienestar psicosocial y su sensación de seguridad”.

Joven en desnutrición

Joven en desnutrición en Gaza. Foto: Organización Mundial de la Salud

En relación al régimen talibán de Afganistán, Malala denuncia que “a las mujeres y niñas se les niega el acceso a la educación, el empleo y cualquier forma de participación pública y política. Controlan todos los aspectos de la vida de una mujer, incluso si puede ir a un parque, cuán fuerte puede alzar su voz y cómo se viste. Esto va más allá de la discriminación de género; es apartheid de género”.

En este sentido, esta semana, el Fondo Malala anunció que otorgará 3 millones de dólares en subvenciones nuevas y extendidas para ayudar a las niñas en Afganistán, abordando las necesidades educativas urgentes y promoviendo la justicia a largo plazo.

Malala: “Creo en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre religiones”

Comparte este contenido:

Más de 2 mil millones de personas siguen sin acceso a agua potable ni condiciones básicas de higiene

Un nuevo informe de la OMS y Unicef, presentado durante la Semana Mundial del Agua 2025, alerta sobre el lento y desigual progreso en el acceso al agua segura y al saneamiento, afectando especialmente a comunidades rurales, pobres y marginadas

En pleno 2025, más de 2.100 millones de personas en todo el mundo aún carecen de acceso a agua potable segura, y al menos 1.700 millones no cuentan con servicios básicos de higiene en el hogar, según revela un reciente informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, publicado con motivo de la Semana Mundial del Agua.

El informe titulado “Programa en materia de agua potable y saneamiento en los hogares 2000-2024: especial atención a las desigualdades”, destaca que, aunque se han logrado avances, estos han sido lentos y desiguales. Las poblaciones más afectadas son las que viven en contextos de pobreza, zonas rurales, países de bajos ingresos y comunidades indígenas o marginadas. Alarmantemente, 106 millones de personas aún dependen directamente de ríos o lagos sin tratamiento alguno, lo que eleva su riesgo de enfermedades y exclusión social.

Entre 2000 y 2024, el acceso al agua potable aumentó del 50% al 60%, y el acceso a higiene básica subió del 52% al 71%. Sin embargo, el informe advierte que las zonas urbanas han mostrado un estancamiento preocupante en este aspecto. Además, 3.400 millones de personas aún no cuentan con servicios de saneamiento gestionados de forma segura, y 354 millones siguen defecando al aire libre.

Otro aspecto relevante es el impacto de esta crisis en las mujeres y niñas, quienes suelen ser las principales encargadas de recolectar agua, destinando más de 30 minutos diarios a esta tarea en regiones como África subsahariana y Asia meridional. La falta de instalaciones adecuadas también afecta la educación y participación social de muchas adolescentes, que abandonan la escuela o sus actividades durante la menstruación.

La OMS y Unicef concluyen que garantizar el acceso universal al agua potable y al saneamiento requiere una acción global conjunta, inversión sostenida y políticas públicas inclusivas que prioricen a los más vulnerables.

Fuente: Econoticias

Comparte este contenido:

Cómo un estado del sur de Brasil logró tener la mejor educación del país

El estado de Paraná, fronterizo con Argentina, ocupa el primer puesto en el IDEB, el “ranking” brasileño de calidad educativa que compara los resultados de las 27 unidades federativas de ese país. Roni Miranda Vieira, secretario de Educación, explicó los lineamientos de la política que les permitió mejorar

Roni Miranda Vieira, secretario de Educación de Paraná, presentó en CABA las claves de la mejora de los resultados educativos en ese estado brasileño.

Roni Miranda Vieira es secretario de Educación del estado de Paraná, en el sur de Brasil. Trabajó como profesor de Historia en escuelas estatales; desde enero de 2023 está al frente de la Secretaría de Educación, luego de haber ocupado distintos roles en esa cartera. En los últimos años, los medios brasileños pusieron el foco sobre su gestión porque el estado de Paraná obtuvo los mejores resultados nacionales en el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB), un indicador creado en 2007 por el gobierno federal que mide la calidad educativa en las escuelas de todo el país.

Miranda estuvo en Buenos Aires para participar del Festival de Innovación Educativa organizado por el Ministerio de Educación de CABA. Unos días antes, pasó por la Universidad Torcuato Di Tella, donde disertó sobre “políticas educativas innovadoras centradas en el aprendizaje”. ¿Cómo llegó Paraná a tener los mejores resultados educativos de Brasil? ¿Qué lecciones arroja su experiencia para la educación argentina? Sobre estas cuestiones, Miranda conversó con Infobae.

–¿Cómo es el sistema educativo del estado de Paraná?

–Tenemos casi 12 millones de habitantes; somos el quinto estado más poblado de Brasil. Somos la cuarta economía del país, muy fuerte en el sector agropecuario. Compartimos frontera con Argentina y Paraguay a través de la ciudad de Foz do Iguaçu.

Hoy tenemos la educación de referencia en Brasil. Somos el mejor sistema educativo, según el Ministerio de Educación nacional. Tenemos 2.050 escuelas y 950 mil estudiantes. La responsabilidad del estado de Paraná es atender a los estudiantes desde los 11 años (sexto grado) hasta los 17. Los más chicos, de 0 a 10 años, están bajo responsabilidad de los municipios.

Tenemos 71 mil maestros y más de 25 mil colaboradores en las escuelas. Eso suma casi 100 mil personas trabajando en el sistema educativo del estado.

–Cuando se dice que Paraná tiene el mejor sistema educativo de Brasil, ¿en qué parámetros se basa esa afirmación?

–Hasta 2018, Paraná ocupaba el séptimo lugar en educación a nivel nacional. Pero a partir de un trabajo muy fuerte durante los últimos años, con foco en los indicadores y en los resultados, desde 2021 logramos llevar al estado al primer lugar.

Esa calificación la otorga el Ministerio de Educación nacional, a partir de los exámenes de Matemática y Lengua Portuguesa que se toman al final de cada etapa educativa. El indicador que se usa es el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB), donde Paraná ocupa hoy el primer lugar entre los 27 entes federativos del país.

En Brasil, la organización del sistema educativo es la siguiente: de 0 a 3 años tenemos la educación infantil inicial; luego, de 4 a 6 años, sigue la educación infantil. Después vienen los años iniciales del ensino fundamental (la primaria) que van de los 6 a los 10 años. Al finalizar esa etapa, los estudiantes rinden una evaluación de Matemática y Lengua Portuguesa.

La siguiente etapa son los años finales del ensino fundamental, que abarca a los estudiantes de 11 a 14 años. Al final de esa etapa también se toma una evaluación. Después viene el ensino médio, lo que en Argentina sería la escuela secundaria, que va de los 15 a los 17 años. También ahí se rinde un examen.

Entonces son tres evaluaciones de Matemática y Lengua Portuguesa en tres niveles educativos distintos. Esos resultados se combinan con otros indicadores, como la cantidad de chicos que abandonan la escuela o que repiten el año.

–¿Cómo lograron mejorar sus resultados? ¿Cuáles diría que son las condiciones fundamentales para sostener los avances?

–No hay una receta mágica, pero sí hay algunas premisas básicas que uno necesita cumplir desde la gestión. Lo que hicimos en Paraná fue adoptar un pensamiento de red. Tenemos 399 ciudades, más de 2.000 escuelas, y cada una hacía las cosas a su manera, cada una seguía un camino diferente.

Lo que hicimos fue alinear a todos bajo un mismo objetivo; organizamos el sistema educativo. Por ejemplo, antes las evaluaciones eran bimestrales, trimestrales o semestrales, dependiendo de la escuela. Unificamos eso y adoptamos un sistema de evaluación trimestral para todas.

También sucedía que, cuando el gobierno federal nos entregaba materiales didácticos –libros de Matemática, Historia, Geografía, Ciencias–, cada escuela elegía uno distinto. Yo tenía cientos de modelos de libros diferentes. Eso dificultaba mucho la organización pedagógica y curricular. Entonces adoptamos una política de “libro único”: ahora, sin importar si estudian en el sur, en el norte, en el oeste o en el litoral, todos usan el mismo material pedagógico.

En paralelo, implementamos formación continua para los maestros. Hoy tenemos una formación semanal que alcanza a 32.000 docentes de forma simultánea. ¿Y a quién elegimos para brindar esa formación? A nuestros mejores maestros. Hicimos una selección y elegimos a los mejores en Matemática, en Lengua y en otras áreas. Esos docentes trabajan con sus colegas y comparten sus saberes.

Además, hacemos evaluaciones diagnósticas trimestrales. Desde la Secretaría entregamos los exámenes y los resultados se cargan a un sistema a través de una aplicación que escanea el examen. Ese sistema procesa los datos y, en un solo día, le entrega al maestro y a la escuela un informe con los resultados de cada estudiante y de cada grupo. Así se puede intervenir pedagógicamente de forma inmediata.

Entonces: evaluación diagnóstica, formación continua, material pedagógico unificado y una organización de red son los pilares básicos que nos permitieron mejorar.

Otro aspecto fundamental es el trabajo con los directores. Yo estoy convencido de que un buen director puede mejorar hasta en un 70% la calidad educativa de una escuela. Nosotros profesionalizamos el rol: el proceso de selección ahora incluye un examen y una entrevista.

Y además les fijamos metas claras, tanto en aprendizajes como en asistencia escolar. Si el director no alcanza esas metas, puede ser reemplazado. Por supuesto, analizamos el contexto de cada escuela, porque no es lo mismo una escuela en un barrio vulnerable que una en el centro de la ciudad. Pero todos los directores tienen muy claro cuáles son sus objetivos y qué tienen que hacer para alcanzarlos.

–Algunas medidas que menciona, como la definición de un mismo libro para todas las escuelas, implican centralizar decisiones. ¿No hubo reclamos por el avance sobre la autonomía escolar?

–Sí, siempre va a haber reclamos. Todavía tenemos resistencias por parte de los sindicatos, también desde algunos partidos de oposición. Pero tengo resultados que son reconocidos por la población de Paraná. Son fruto de un esfuerzo muy grande y de un éxito colectivo.

También duplicamos el salario docente. El sueldo de un maestro que recién entraba a trabajar en la educación de Paraná era muy bajo. Lo aumentamos casi un cien por ciento, para poder atraer más talentos. Fue una forma de valorizarlos. Tenemos maestros muy buenos que, en muchos casos, estaban enseñando en escuelas privadas, y que ahora pueden venir a trabajar en la escuela pública.

Cuando logramos ocupar los primeros lugares de la educación en Brasil, eso generó un orgullo muy grande en nuestros docentes. Porque ahora forman parte del sistema con la mejor educación del país. Eso nos ayudó a manejar muchas de las resistencias que había al principio.

Antes, muchos docentes trabajaban en más de una escuela y tenían que adaptarse a distintos materiales, distintos sistemas de evaluación. Eso les daba más trabajo. Ahora, al tener todo unificado, se les simplificó la tarea.

Miranda sostuvo que el aumentoMiranda sostuvo que el aumento del salario docente, la política de un mismo libro de texto en todas las escuelas del estado, la sincronización de las evaluaciones y la formación continua a cargo de docentes pares fueron elementos centrales para la mejora educativa en Paraná.

–¿Cómo funciona el esquema de capacitación docente en el que los maestros se forman con sus colegas?

–Trabajamos con una lógica de multiplicadores de formación. Hicimos una selección con examen y entrevista, y elegimos a los mejores maestros. Hoy tenemos 600 maestros formadores que siguen dando clases, pero les redujimos un 25% su carga horaria. Ese tiempo lo usan para trabajar con sus compañeros y darles formación.

El equipo de la Secretaría planifica, define el contenido y organiza el material que se va a usar en los encuentros de formación, que muchas veces son por videoconferencia. Las reuniones quedan grabadas y después un profesional de la Secretaría las ve y les da un feedback personalizado a los formadores: les dice qué salió bien, qué se puede mejorar, qué no funcionó. Si el desempeño no es bueno, ese maestro puede ser reemplazado y volver a su clase habitual.

El esquema fue muy bien recibido. Porque ¿quién conoce de verdad las dificultades y los desafíos? Quien está en el aula. Alguien que trabaja en una oficina o en la Secretaría puede tener muchas ideas sobre educación, pero no vive lo que pasa todos los días en la clase.

Tenés chicos que no se quieren despegar del teléfono, que viven situaciones de violencia, que están sin papá o sin mamá, que sufren bullying. Tenés que conectar con jóvenes que muchas veces están totalmente desconectados del aprendizaje. Esos desafíos los ve el maestro en carne propia, todos los días.

Desde la Secretaría, por supuesto, no los dejamos solos. Hay un equipo que acompaña, que semana a semana se reúne con ellos para ofrecer apoyo, compartir estrategias distintas, buscar soluciones juntos. Pero el punto clave es ese: quien está en el aula es quien mejor puede formar y ayudar a sus colegas.

–¿Hicieron cambios en la formación inicial, o eso depende exclusivamente del gobierno federal?

–La formación inicial de los maestros depende del Estado nacional y está atravesando una crisis muy fuerte. En la pandemia se autorizaron muchos cursos a distancia y la calidad cayó mucho. Entonces se están graduando muchos maestros sin las herramientas básicas para trabajar en las escuelas. Nosotros le pedimos al Ministerio de Educación nacional que cambie la reglamentación. Ahora no se puede abrir cursos nuevos de licenciatura a distancia, pero ya hay muchos abiertos que deberían cerrarse o mejorar. Para nosotros hoy ese es el problema más grave de la educación brasileña.

–Vino a Buenos Aires a participar de un festival de innovación, ¿qué cambios impulsaron en los formatos pedagógicos?

–Venimos trabajando mucho con metodologías activas, para que el estudiante tenga un rol más protagonista. También estamos impulsando el uso de tecnología: usamos plataformas educativas como herramientas de apoyo para los docentes, y también incorporamos inteligencia artificial, tanto para ayudar al maestro en la planificación de sus clases como para trabajar con los estudiantes.

Por ejemplo, usamos la plataforma de Khan Academy, que tiene el asistente Khanmigo: utilizamos la IA para enseñar Matemática a los chicos. Muchas veces, al estudiante le da vergüenza hacer una pregunta delante de sus compañeros en clase, pero en el chat se anima a preguntar con más facilidad. Y lo más importante es que esta inteligencia artificial no le da la respuesta directamente: no le resuelve el ejercicio, sino que lo ayuda a razonar, hasta llegar al resultado final por sí mismo.

Además, incluimos en el currículum la enseñanza de inteligencia artificial y de programación, con clases dos veces por semana.

En Brasil, el Estado nacionalEn Brasil, el Estado nacional aumentó por ley la inversión en educación, incluso durante el gobierno de Bolsonaro: esos recursos fueron fundamentales para mejorar los salarios y la infraestructura, sostuvo Miranda.

–¿De dónde sacaron los recursos para duplicar los sueldos docentes?

–Tuvimos la suerte de contar con una reforma nacional del Fondo para el Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica (Fundeb) en 2020. Ese fondo implica una transferencia de recursos del gobierno federal hacia los estados. Durante el gobierno pasado (el de Jair Bolsonaro) hubo un aumento muy importante del presupuesto (por la aplicación de la reforma aprobada por el Congreso), y eso nos ayudó muchísimo a mejorar.

Por un lado, el gobierno de Bolsonaro aplicó un aumento del 33% en el salario inicial del magisterio, que define el piso salarial a nivel nacional. Eso fue una ventaja, porque vino más plata del gobierno nacional para afrontar ese gasto. Por otro lado, el aumento del presupuesto también fue una decisión del gobernador Carlos Massa, conocido en Brasil como Ratinho Junior, hijo de un presentador muy famoso de televisión. Hoy Ratinho Junior es un posible candidato a presidente para enfrentar a Lula en las próximas elecciones de 2026. Tiene un 84% de aprobación entre la población de Paraná.

Estamos haciendo mucha inversión. Paraná es el estado que más crece en Brasil: este año estamos creciendo un 7,3%. Y cuando crece la economía, también crece la recaudación de impuestos. Eso nos permite tener más recursos para invertir en educación.

En Brasil tenemos una ley nacional que establece que el 25% del presupuesto de cada estado y cada ciudad tiene que destinarse a educación. Entonces, cuando aumenta la recaudación, de forma automática aumenta también mi presupuesto para educación. Eso nos permite seguir impulsando las transformaciones. Paraná invierte el 27% de su presupuesto en educación básica. Y si se suman las siete universidades que dependen del estado, la inversión en educación representa el 32% del presupuesto.

–¿Cómo es la inversión en infraestructura? ¿Ven un impacto de esa inversión en los resultados de los estudiantes?

–Sí, la infraestructura impacta directamente en el aprendizaje. Primero, empezamos por mejorar la alimentación de los chicos. En las escuelas de jornada simple damos comida tres veces por día, y en las escuelas de jornada completa ofrecemos cinco comidas completas y bien variadas. Antes, solo se servía carne una vez por semana. Ahora hay carne todos los días: de vaca, de cerdo, de pollo, de pescado… Queremos que los chicos tengan una buena alimentación. Ese modelo lo vimos en Corea del Sur, y decidimos aplicarlo en Paraná.

Teníamos 510 aulas hechas de madera. Ahora estoy terminando el reemplazo: quedan solo unas 80. Las reemplazamos por aulas nuevas, cómodas, bien construidas.

Otro paso importante fue instalar aire acondicionado. Cada vez hace más calor, y no se puede aprender bien en un aula con temperaturas tan altas. En Paraná tenemos 25.000 aulas, y ya instalamos aire acondicionado en 17.000. Además, distribuimos computadoras y tablets: este año compramos más de 200.000 equipos.

También pusimos en marcha el programa Escola Bonita. Cada año, le transferimos 20.000 dólares a cada escuela, directamente a la cuenta institucional, y el director administra esos fondos para arreglos: pintura, techos, electricidad, reparaciones generales. Desde que asumí como secretario, llevamos tres años consecutivos haciendo esto. Solo ese programa representa más de 23 millones de dólares de inversión por año.

Y eso sin contar la construcción de nuevas escuelas. Ahora mismo estamos haciendo 20 colegios nuevos, y además vamos a lanzar el mayor programa de infraestructura educativa de Paraná con un modelo de participación público-privada (PPP), como se hizo en Uruguay. Vamos a construir 40 nuevos colegios con ese modelo y vamos a hacer la licitación a través de la Bolsa de São Paulo (B3). Son 1.700 millones de reales: es una inversión enorme, fundamental para seguir transformando la educación.

https://www.infobae.com/educacion/2025/09/07/como-un-estado-del-sur-de-brasil-logro-tener-la-mejor-educacion-del-pais/

Comparte este contenido:
Page 23 of 6793
1 21 22 23 24 25 6.793