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Camerún: Mendicidad prohibida por culpa de Boko Haram

Redacción: El País/27-09-2018

En Maroua, en el extremo norte de Camerún, se confina a los menores desplazados en escuelas coránicas

Es viernes, los altavoces llaman a la oración del mediodía en las mezquitas. Grupos de hombres, jóvenes y niños se dirigen hacia ellas. En las proximidades algunos hacen las abluciones, mientras que otros ya han iniciado las plegarias y se inclinan y alzan sobre las alfombras. Es una escena que se repite en cientos de ciudades de todo el mundo cada semana. Sin embargo, en Maroua, la capital de la región del extremo norte de Camerún, falta un elemento clave de esta estampa: los mendigos que normalmente se aglutinan en las cercanías de los lugares de oración a la espera de que les caigan algunas monedas que les alegren el día al tiempo que ayudan a los fieles musulmanes a cumplir con uno de los pilares de su religión.

Igualmente, los niños tabilés, que hasta no hace mucho tiempo recorrían las calles de esa ciudad con sus latas o botes de tomate o de leche en polvo atadas con una cuerda que cruzan sobre su pecho, en busca de algo de comer o de la tasa que les impone el maestro coránico antes de volver a casa, se han esfumado. También se echan en falta los menores que antaño recorrían las calles vendiendo todo tipo de productos al caminante; desde galletas a destornilladores, pasando por ambientadores para el coche o escobillas para el wáter. Imágenes fijas de muchas ciudades africanas que en Maroua desaparecieron hace algunos años.

Las amplias avenidas y bulevares sombreados por acacias y salpicados de socavones de la cuadrícula que se extiende entre los cauces (arenales que solo se llenan de agua en el culmen de la estación de lluvias) de los ríos Ferngo y Kalio, a los pies de los montes Mandara, están limpios de estos personajes tan omnipresentes en muchas de las grandes urbes africanas. No se debe a una huelga de mendigos (como aquella sobre la que tan irónicamente imaginó Aminata Sow Fall). No, nada que ver con eso. En este caso es una de las consecuencias directas del peligro que representa la expansión de Boko Harampor el extremo norte de Camerún. El grupo yihadista que tiene sus orígenes en la ciudad nigeriana de Madiuri, a 200 kilómetros al noroeste de Maroua.

El grupo yihadista que tiene sus orígenes en la ciudad nigeriana de Madiuri, a 200 kilómetros al noroeste de Maroua

Las cicatrices que varios atentados dejaron en le bar Le Boucan y en el Mercado Central de la ciudad en 2015 ya no están visibles, aunque son muchos los ciudadanos que recuerdan aquellos días con todo lujo de detalles. En ambos casos, se utilizaron niñas que con cinturones de explosivos fueron enviadas en medio a la multitud antes de hacerlas explotar a distancia. Algunas de las medidas adoptadas por las autoridades para evitar la repetición de hechos similares fueron el toque de queda, impedir la circulación de motos por la ciudad (medio que los terroristas suelen utilizar en sus desplazamientos) y la prohibición de la mendicidad y la venta ambulante.

Tres años después de aquellos sucesos, Maroua vuelve a respirar y se siente más segura gracias, sobre todo, a la fuerte militarización de la zona y a las últimas derrotas sufridas por Boko Haram a manos de los ejércitos nigeriano y camerunés. Ahora, el toque de queda ha desaparecido, Le Boucan y otros muchos bares han retomado su actividad y las motos invaden cualquier espacio libre de la ciudad. Sin embargo, sigue prohibida la mendicidad y la venta ambulante.

La ONG no tiene ningún programa previsto para la escolarización de estos niños y niñas, solo su confinamiento

Los más jóvenes, especialmente los menos privilegiados, entre los que destacan los cientos de desplazados que han llegado a la ciudad huyendo de los ataques de fracciones de los yihadistas en busca de comida contra las aldeas fronterizas con Nigeria, se han convertido en sospechosos y son vigilados de cerca. «Hay peligro de radicalización. Por eso se les hace un seguimiento especial para evitar que se conviertan en kamikazes”, explica Ahmadou Moudadjamou, secretario general de la ONG Colectivo de Organizaciones de la Sociedad Civil Contra la Radicalización y el Terrorismo (COSC-CRT).

Su organización apoya a las escuelas coránicas a las que acuden estos niños. Es más, a través de los jefes tradicionales de los barrios de Maroua, identifican a los niños desplazados y los obligan a asistir a estos centros para controlarlos mejor.

El maestro de una escuela Coránica de Maroua posa en su clase.
El maestro de una escuela Coránica de Maroua posa en su clase. CHEMA CABALLERO

“Aunque seguimos tanto a los niños como a las niñas, tenemos especial interés en estas porque ellas son las más utilizadas como bombas”, afirma Moudadjamou. Su organización también hace un seguimiento muy estricto de las madres, “porque no se sabe qué discurso tienen con sus hijas. Hay que prestar atención a este aspecto”. COSC-CRT ha iniciado una primera fase de sensibilización de estas mujeres, algo que se ve como complementario al trabajo con las niñas “porque podemos conseguir que estas no se radicalicen, pero las madres pueden continuar con sus discursos”.

Esta perspectiva ignora que, en la mayoría de los casos, las niñas que son utilizadas para cometer atentados no participan de forma voluntaria en ellos. No están radicalizadas y se ofrecen como mártires. Normalmente, son obligadas por los terroristas a mezclarse entre la multitud, desconocedoras (o atemorizadas) de que portan un cinturón de explosivos y de cuál va a ser su fin.

Estos programas son responsables del gran número de niñas que acuden cada día a las escuelas coránicas de Maroua. El barrio de Fassao-Doulare acoge una de estas escuelas creada para acoger a menores desplazados. El jefe del barrio se siente orgulloso de obligar a estos niños a acudir todos los días a las clases en tres sesiones: de 6.00 a 8.30, de 14.00 a 17.00 y de 20.00 a 21.00. «Una forma de tenerlos ocupados y controlados», explica.

Bajo un sombrajo fabricado con esteras de rafia y sacos de plástico que antes contuvieron fertilizante (construido por la ONG), varias docenas de niñas y niños se sientan en el suelo. Los niños están a la derecha y las niñas a la izquierda. Cada uno sujeta en la mano una tablilla de madera y recita los versículos del Corán allí escritos y que tiene que memorizar antes de que el maestro le escriba unos nuevos. Una algarabía estridente, a la que las gallinas que picotean alrededor de la clase parecen ajenas, inunda el ambiente. Chicos mayores, con látigos hechos de goma o palos, circulan entre los alumnos y golpean a aquellos que se distraen. Los niños que no tienen familia duermen ahí, sobre esas mismas esterillas de plástico en las que ahora se sientan. Antes pasarían gran parte del día mendigando por las calles con sus latas atravesadas sobre el pecho. Ahora, lo tienen prohibido, por lo que dependen de lo que sus familias puedan aportar para su alimentación, que es más bien poco, al estar desplazadas.

Son niñas y niños que solo aprenden el Corán. Que dedican años a esta tarea. Que no acuden a las escuelas públicas. Que al igual que sus maestros ignorarán el francés o las matemáticas. Que cuando lleguen a la adolescencia se darán cuenta de que se han quedado atrás en una sociedad cada día más global, que no tienen las herramientas y recursos para acceder a trabajos bien pagados. “Eso puede generales rabia y frustración, lo cual sí puede ser un elemento para su radicalización”, opina uno de los expertos del Centro de Estudios e Investigación en Paz y Seguridad de la Universidad de Maroua, que pide mantener el anonimato. La ONG no tiene ningún programa previsto para la escolarización de estos niños y niñas, solo su confinamiento y seguimiento en escuelas coránicas.

Los perjuicios y una errónea identificación de la situación pueden crear en un futuro no muy lejano un problema mayor del que se pretende evitar en la actualidad.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/09/10/africa_no_es_un_pais/1536591064_368670.html

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Invertir en la juventud africana es clave para que el mundo avance

África/27 de septiembre  2018/Fuente: El pais

La Fundación Gates señala en su segundo informe ‘Goalkeepers’ la importancia de la salud y educación de los más jóvenes para reducir la pobreza extrema y vuelve a apuntar a África como su prioridad

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Two international union groups speak for fired teachers

Asia/Cambodia/27.09.18/Fuente: www.phnompenhpost.com.

Two prominent international unions have written to the Ministry of Education accusing it of illegally firing several employees with ties to the now-dissolved Cambodia National Rescue Party, and asking that the group be reinstated.

In a letter, dated March 20 and sent to Education Minister Hang Chuon Naron, the International Trade Union Confederation (ITUC) and Education International (EI) say the ministry’s decision to terminate the teachers and education officers was in violation of international and local law.

“We believe their terminations . . . were politically motivated,” the letter reads. “Discrimination ‘without distinction whatsoever’ on all grounds including political opinion is strictly prohibited in the ILO [International Labour Organization] Convention No. 87 on freedom of association.”

Both organisations urged the ministry to reinstate the teachers without further delay.

“The right of the teachers in Cambodia to freedom of expression and association should be respected without undue interference,” the unions’ letter reads.

A total of 11 ex-CNRP members claim they were unjustly terminated from their positions with the ministry in January. Their termination letters, signed by Minister Chuon Naron, claim they were absent without permission.

However, the ex-employees say they had been allowed to take leaves of absence to pursue political roles with the CNRP. Following the party’s forced dissolution in November, however, they submitted letters to their respective provincial education departments requesting to resume their duties following standard procedure. The ministry, however, subsequently fired them.

Rong Chhun – a prominent former teachers’ unionist who was a CNRP appointee to the National Election Committee, only to resign in protest of the party’s dissolution – is among those terminated. Chhun on Wednesday said he believes the ITUC and EI have the “power” to push the ministry and the Cambodian government to reinstate them.

In addition, the American Federation of Teachers sent a letter to Cambodian Ambassador to the US Chum Bun Rong to express its concerns regarding the firings. The ILO also sent a letter to the Cambodian Independent Teachers Association acknowledging receiving its letter on this case.

Chuon Naron and ministry spokesman Ros Salin didn’t respond to requests for comment.

Fuente de la noticia: https://www.phnompenhpost.com/national/two-international-union-groups-speak-fired-teachers

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Líbano: las escuelas discriminan a los niños con discapacidad

Asia/Libano/26.09.2018/Fuente: www.hrw.org.

Es necesario lograr escuelas inclusivas y poner fin a la dependencia de las instituciones

El sistema de educación pública del Líbano discrimina a los niños con discapacidad, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. A estos niños a menudo se les niega la admisión a las escuelas debido a su discapacidad. Y aquellos que logran matricularse, descubren que la mayoría de las escuelas no toman medidas razonables para proporcionarles una educación de calidad. Muchos niños con discapacidad en el Líbano asisten a instituciones que no tienen el mandato de proporcionar educación, o sencillamente no reciben ningún tipo de educación.
El informe de 75 páginas, ‘I would like to go to school’: Barriers to Education for Children with Disabilities in Lebanon,” (“‘Me gustaría ir a la escuela’: obstáculos a la educación para niños con discapacidad en el Líbano”), revela que aunque la ley libanesa prohíbe que las escuelas discriminen a los niños con discapacidad, las escuelas públicas y privadas excluyen a muchos niños con discapacidades. Para aquellos que logran matricularse, las escuelas a menudo carecen de adaptaciones razonables, como modificaciones al entorno del aula de clases y los planes de estudios, o de métodos de enseñanza para abordar las necesidades de los niños. Las escuelas también requieren que las familias de los niños con discapacidad paguen tasas y gastos adicionales que, de hecho, son discriminatorios.
Las prácticas de admisión discriminatorias están privando a los niños libaneses con discapacidad de recibir una educación”, señaló Lama Fakih, directora adjunta para Medio Oriente de Human Rights Watch. “Sin una opción real para obtener una educación inclusiva de calidad, miles de niños con discapacidades quedan rezagados”.
Bajo las leyes tanto libanesas como internacionales, todos los niños deberían tener acceso a una educación de calidad sin discriminación. La Ley Nº 220 del Líbano, aprobada en 2000, garantiza a todas las personas con discapacidad el derecho a la educación y a otros servicios, sin embargo  no se está poniendo en práctica, como pudo comprobar Human Rights Watch. El camino educativo de los niños con discapacidad en el Líbano está plagado de escollos logísticos, sociales y económicos que hacen que, a menudo, enfrenten una experiencia escolar comprometida, si es que siquiera pudieron llegar a matricularse.
Human Rights Watch entrevistó a más de 200 niños con discapacidad y sus familias, funcionarios del gobierno, expertos en derechos de las personas con discapacidad y personal docente, y visitó 11 escuelas públicas y privadas, 17 instituciones y 6 proveedores de servicios.
Las familias dijeron que las autoridades escolares alegaron varias razones, a veces inhumanas, para negar la admisión de sus hijos. “Aunque la exclusión no sea una política, se ha convertido en una costumbre”, señaló un experto en derechos de personas con discapacidad.
Pocas escuelas en el Líbano son físicamente accesibles y el gobierno no hace muchos esfuerzos para llevar a cabo adaptaciones que los niños podrían necesitar para prosperar. Human Rights Watch descubrió en casi todos los casos que los maestros y administradores escolares carecían de formación en educación inclusiva y que las escuelas no disponían de fondos para proporcionar suficiente personal, en particular ayudantes para brindar apoyo directo a uno o más niños. La educación inclusiva implica que los niños con discapacidad estudien en las escuelas de su comunidad con un apoyo razonable para alcanzar logros académicos y de otro tipo.
“Estamos haciendo lo que podemos”, dijo un maestro. “No tenemos los recursos ni las herramientas que necesitamos”.
Para los niños que no pueden matricularse en las escuelas, hay 103 instituciones especializadas financiadas por el Ministerio de Asuntos Sociales que sirven como alternativa para los niños con discapacidad. Sin embargo, los recursos educativos en muchas de estas instituciones son de mala calidad. Y la falta de monitoreo, los mecanismos de evaluación deficientes y la escasez de recursos apropiados generan serias preocupaciones sobre si estas instituciones cumplen con el derecho de los niños a la educación.
Las condiciones en algunas de las instituciones son problemáticas, descubrió Human Rights Watch. En dos de las instituciones residenciales visitadas no había separación entre los niños y los residentes adultos, lo que se traduce en una falta de privacidad y una supervisión inadecuada. En muchos casos, la distancia y el costo del transporte hacen que muchos niños terminen pasando la noche en estas instituciones, separándolos en la práctica de sus familias y comunidades durante períodos de tiempo considerables.
No hay datos claros sobre el número total de niños con discapacidad en el Líbano ni sobre cuántos asisten a la escuela. De los 8.558 libaneses de 5 a 14 años registrados en el Ministerio de Asuntos Sociales como niños con discapacidad, 3.806 se encuentran en instituciones financiadas por el gobierno, y algunos otros están distribuidos entre escuelas públicas y privadas.
Sin embargo, otros datos plantean la preocupación de que decenas de miles de niños libaneses con discapacidad puedan ser excluidos del registro oficial de discapacidad del Líbano. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial estiman que el 5% de las personas menores de 14 años tiene una discapacidad, lo que arrojaría una estimación conservadora del número de niños libaneses de entre 5 y 14 años con una discapacidad de 40.000.
En los últimos años, el gobierno libanés ha dado pasos en la dirección correcta. El Ministerio de Educación ha realizado algunos esfuerzos para incluir a los niños con discapacidades de aprendizaje en las escuelas públicas. También está planificando un programa piloto para 2018 según el cual 30 escuelas públicas incluirán a niños con discapacidades de aprendizaje y 6 matricularán a niños con discapacidades visuales, auditivas, físicas e intelectuales moderadas.
El derecho a la educación se aplica a todos los niños, incluidos aquellos con discapacidad. Como Estado parte en las Convenciones sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Líbano está obligado a proporcionar educación primaria obligatoria gratuita y acceso a la educación secundaria sin discriminación a todos los niños. La educación inclusiva beneficia a todos los estudiantes, no sólo a los estudiantes con discapacidad. Un sistema que satisfaga las diversas necesidades de todos los estudiantes beneficiaría a todos y es un medio para lograr una educación de alta calidad y puede promover una sociedad más inclusiva.
Los obstáculos que enfrentan los niños con discapacidad no son exclusivos del Líbano. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estima que más de un tercio de los 121 millones de niños en edad primaria y secundaria que no asisten a la escuela en todo el mundo son niños con discapacidad.
El gobierno libanés debería implementar y hacer cumplir la legislación vigente sobre derechos de las personas con discapacidad, dijo Human Rights Watch. El Ministerio de Educación debería proporcionar educación inclusiva en todas sus escuelas de forma que se logre la máxima inclusión de niños con discapacidad en las escuelas públicas y privadas convencionales, lo que incluye la adaptación de los planes de estudios y la contratación de personal con experiencia. El Ministerio de Asuntos Sociales debería crear y poner en práctica un plan de acción sujeto a un plazo límite para la desinstitucionalización.
“Dieciocho años después de que el Líbano aprobara una ley que garantiza que los niños con discapacidad puedan obtener una educación, casi no se ha hecho nada para que sea una realidad”, dijo Fakih. “El Líbano debe poner fin urgentemente a su dependencia de las instituciones y garantizar que los niños con discapacidades puedan obtener una educación de calidad en el aula junto con sus compañeros”.

Fuente de la noticia: https://www.hrw.org/es/news/2018/03/22/libano-las-escuelas-discriminan-los-ninos-con-discapacidad

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Afganistán: Niñas luchan por su educación

Por Human Rights Watch

Inseguridad, inacción del gobierno y desvinculación de los donantes revierten logros clave

Los esfuerzos del gobierno afgano y de donantes internacionales a favor de la educación de las niñas aportados desde 2001, han mermado significativamente en los últimos años, señaló Human Rights Watch en un nuevo informe difundido hoy. A 16 años de que la intervención militar encabezada por Estados Unidos expulsó a los talibanes de Afganistán, se estima que dos tercios de las niñas afganas no asisten a la escuela.

“El gobierno afgano y los donantes hicieron grandes promesas en 2001 de incorporar a todas las niñas a la educación, pero actualmente la inseguridad, la pobreza y el desplazamiento están dejando a numerosas niñas fuera de las escuelas”, observó Liesl Gerntholtz, directora de derechos de la mujer de Human Rights Watch. “El gobierno debe renovar su estrategia para asegurar que todas las niñas tengan una escuela a la cual asistir; de lo contrario, existe el riesgo de que estos logros se desperdicien”.

El informe de 132 páginas, “No seré médica y algún día te enfermarás: El acceso de las niñas a la educación en Afganistán”, describe cómo, a medida que se deteriora la seguridad en el país y los donantes internacionales se desvinculan de su compromiso con Afganistán, los avances para escolarizar a las niñas se han estancado. El informe se elaboró a partir de 249 entrevistas realizadas en las provincias de Kabul, Kandahar, Balkh y Nangarhar, principalmente a niñas de entre 11 y 18 años que no pudieron completar su educación.

Los donantes internacionales y el gobierno afgano han destacado la educación de las niñas como un ejemplo exitoso, y hoy asisten a la escuela varios millones de niñas más que durante el régimen talibán. Pero el objetivo explícito de escolarizar a todas las niñas está lejos de concretarse, y la proporción de alumnas mujeres ahora está descendiendo en algunas partes del país. Según el gobierno, 3,5 millones de niños no asisten a la escuela, y de esta cifra el 85% son niñas. Solo el 37% de las adolescentes están alfabetizadas, en comparación con el 66% de los varones adolescentes.

El gobierno de Afganistán ofrece una cantidad menor de escuelas para niñas que para niños, tanto en el nivel primario como en el secundario. En la mitad de las provincias del país, menos del 20% de los docentes son mujeres, un obstáculo importante para la gran cantidad de niñas cuyas familias no aceptan que un hombre les imparta educación, sobre todo en la adolescencia. Muchos niños y niñas viven demasiado lejos de la escuela más próxima, y esto afecta en especial a las niñas. Alrededor del 41% de las escuelas no tienen edificios, y muchas carecen de muros de separación, agua y baños, lo cual afecta a las niñas de manera desproporcionada.

Khatera, una niña de 15 años que se crió en la provincia rural de Samangan, dijo a Human Rights Watch: “La escuela para niñas más cercana quedaba muy lejos, en otra aldea… En burro o a caballo, habría que viajar desde la mañana hasta el mediodía para llegar”.

Las niñas suelen permanecer en la casa debido a actitudes discriminatorias que no valoran ni permiten su educación. Un tercio de las niñas contrae matrimonio antes de los 18 años, y una vez que están comprometidas o casadas, muchas son obligadas a abandonar la escuela.

Pero muchas familias también hacen enormes esfuerzos por educar a sus hijas superando obstáculos colosales, y merecen contar con apoyo. Human Rights Watch dialogó con familias que se han trasladado a otras ciudades e incluso han cruzado el país con el fin de encontrar una escuela para sus hijas, que se han separado para permitir que sus hijas estudien, y que hacen que hermanos mayores realicen viajes peligrosos para trabajar en forma ilegal en Irán y, con sus ingresos, solventar los estudios de sus hermanas menores en su país.

Las leyes de Afganistán establecen la obligatoriedad de la educación hasta el noveno nivel, cuando los niños tienen por lo general alrededor de 14 años, aunque en realidad muchos niños no acceden hasta este nivel de educación —ni, a veces, a ningún otro. Los obstáculos administrativos y la corrupción crean escollos adicionales, sobre todo para las familias desplazadas y pobres. Aunque la matrícula es gratuita, enviar a los niños a la escuela genera costos, y muchas familias sencillamente no pueden permitirse enviar a ninguno de sus hijos a la escuela o, ante las limitaciones financieras, optan por favorecer la educación de los hijos varones. Alrededor de una cuarta parte de los niños afganos trabajan para ayudar a sus familias a subsistir en la pobreza acuciante, y muchas niñas tejen, bordan, mendigan o recogen basura en lugar de estudiar.

En la actualidad, los talibanes y otros grupos insurgentes controlan o se disputan más del 40% de los distritos de Afganistán. Los combates entre talibanes y fuerzas gubernamentales han obligado a miles de familias a abandonar sus casas, y hay en el país más de un millón de desplazados internos. En áreas controladas por los talibanes, estos suelen imponer a las niñas un tope de solo algunos años de escolarización, o directamente les prohíben toda posibilidad de educación. En áreas disputadas, las niñas que intentan asistir a la escuela enfrentan cada vez más amenazas a su seguridad. Durante el conflicto ha reinado el caos, las milicias y las bandas criminales han proliferado, y las niñas enfrentan amenazas como acoso sexual, secuestro y ataques con ácido, así como ataques y amenazas lanzados específicamente contra la educación de las niñas. En este contexto, la educación está cada vez más afectada, y el perjuicio causado a las niñas es desproporcionadamente mayor.

Los donantes han trabajado con el gobierno de Afganistán para desarrollar modelos innovadores que permitan que las niñas estudien incluso en medio de la escalada del conflicto, observó Human Rights Watch. La “educación comunitaria” consiste en una red de clases, a menudo organizadas en los hogares, que permite a los niños —en especial a las niñas— acceder a la educación en comunidades que están alejadas de una escuela pública. Sin embargo, dado que estas clases especializadas son financiadas exclusivamente por donantes e implementadas por organizaciones no gubernamentales, no tienen una relación estable con el sistema de escuelas públicas y se dictan de manera intermitente debido a los ciclos poco constantes del financiamiento a organizaciones no gubernamentales.

“Integrar estas escuelas comunitarias en el sistema de educación pública con financiamiento sostenible y controles de calidad sería vital para gran cantidad de niñas”, comentó Gerntholtz.

Según los estándares internacionales establecidos por la UNESCO, el gobierno debería destinar a educación al menos entre el 15% y el 20% del total del presupuesto nacional, y entre el 4% y el 6% del PBI. Las Naciones Unidas instan a los países menos desarrollados, entre ellos Afganistán, a alcanzar o superar el extremo superior de estos parámetros de referencia. Hasta 2016, el 13% del gasto público afgano y el 4% del PBI, se destinaba a educación.El gobierno de Afganistán, junto con sus donantes internacionales, debería incrementar el acceso de las niñas a la educación brindado mejor protección a las escuelas y los estudiantes; institucionalizando y ampliando los modelos educativos que ayudan a las niñas a estudiar; y tomando medidas concretas para cumplir con la obligación internacional del gobierno de brindar educación primaria gratuita y obligatoria y hacer que la educación secundaria sea también gratuita y esté disponible para todos. También deben fomentar e intensificar la “educación fundamental” para las personas que no han recibido o completado el ciclo de educación primaria (o básica) entero.

“Incluso ante las grandes dificultades que enfrenta Afganistán, el gobierno puede y debería trabajar para garantizar que las niñas y los niños tengan iguales oportunidades de acceso a la educación y para integrar la educación comunitaria de niñas en el sistema escolar nacional”, señaló Gerntholtz. “Los donantes deberían comprometerse a aportar financiamiento a largo plazo para la educación de las niñas y deben hacer más preguntas incisivas para saber a qué se destinan sus fondos”.

Selección de testimonios

“Para cuando llegáramos a la escuela caminando, la jornada escolar ya habría terminado”. – Najiba, de 15 años, explica por qué ella y sus ocho hermanos no iban a la escuela en Daikundi, Mazar-i Sharif, julio de 2016

“Los talibanes están cerca de nuestra casa. Si vamos a la escuela, nos matan. Si el gobierno pudiera brindar seguridad, estaríamos muy interesados en ir a la escuela”. – Paimanah, una niña de 12 años que estudiaba en un centro de educación comunitaria oculto en una casa de familia cerca de su propia vivienda, Kandahar, julio de 2016

“En el camino hasta la escuela pública hay muchos ladrones y jóvenes malvados”. – Hakim, de 13 años, estudiante de nivel 3 en la educación comunitaria, Kandahar, julio de 2016

“Lo más importante es convencer a los padres de que permitan a sus hijas ir a la escuela”. – Manija, de 17 años, estudiante de nivel tres en un programa de educación comunitaria, Kandahar, julio de 2016

“Los hombres molestan y amenazan a las niñas pequeñas. Los hombres nos tocaban y nos hacían otras cosas, y por eso dejamos la escuela. Eran hombres de la localidad que vivían cerca. Nadie hizo nada por detenerlos, nos pasó a muchas de nosotras. Muchas niñas dejaron la escuela por esto, más de cien abandonaron los estudios. La población de Kandahar no permite que sus niñas vayan a la escuela”. – Chehrah, una niña de 16 años que vivía a solo 100 metros de una escuela en Kandahar. Debido al acoso, le pidió a su padre si podía ir a otra escuela cercana en un área que ella considera más segura, pero en lugar de ello la sacó de la escuela en forma permanente, a la edad de 12 años.

“Pasaba en la calle justo frente a la escuela… Algunas estudiantes perdieron los ojos, les quemaban el rostro…La familia entera decidió que ninguna niña de nuestra familia irá a la escuela…Pero durante años los enfrenté y seguí los estudios”. – Maliha, de 17 años, estaba en el nivel cinco en una escuela pública cuando sus compañeras de clase fueron víctimas de un ataque con ácido. Quince estudiantes resultaron heridas, cuatro de gravedad.

“Tenemos 395 escuelas sin edificios. Esta es una enorme dificultad para las estudiantes mujeres porque son escuelas sin un muro perimetral, están abiertas. En estas áreas, en la mayoría de los distritos, las personas no envían a las niñas a la escuela si no hay un edificio y un muro perimetral”. – Funcionario de educación provincial, Jalalabad, julio de 2016

“En muchas áreas no hay maestras mujeres”. – Director de educación provincial, julio de 2016

“Vendemos fruta por 20 a 30 afganis [29-43 centavos de dólar estadounidense]. Los niños aquí corren por el mercado y comen cáscaras que recogen del suelo. Somos indigentes. Todos los niños son analfabetos… ¿Deberían ocuparse de la comida o de la educación? … Si tienes el estómago vacío, no puedes ir a la escuela.” – Un líder comunitario de un asentamiento informal en Kabul del pueblo Kuchi, que anteriormente fueron nómadas, explicó por qué en su comunidad pocos niños y niñas van a la escuela. Él tiene cinco o seis nietos que viven en el asentamiento, y ninguno de ellos va a la escuela.

“No tengo dinero para comprarle un lápiz a mi hijo, mucho menos a mi hija”. – Un trabajador del programa de educación comunitaria cuenta lo que responden habitualmente los padres cuando se les pregunta por qué sus hijas no van a la escuela.

“Necesitamos paz y necesitamos escuelas que sean iguales para niños y niñas e igualdad de educación para niños y niñas. Me parece que los niños [ahora] tienen más derecho de acceder a la educación”. – Qasima, una estudiante de 13 años del programa de educación comunitaria, Mazar-i Sharif, julio de 2016

 

Fuente de la reseña: https://www.hrw.org/es/news/2017/10/17/afganistan-ninas-luchan-por-su-educacion

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Los niños refugiados enfrentan largas demoras para acceder a la educación en el Reino Unido

Un informe encuentra que las escuelas no están dispuestas a llevar a los refugiados por temor a que sus resultados se vean afectados

Europa/ReinoUnido/TheGuardian/26-09-2018

Los refugiados y los solicitantes de asilo se enfrentan a largas demoras para acceder a la educación después de llegar al Reino Unido, en muchos casos porque las escuelas son reacias a ofrecerles un lugar por temor a que reduzcan los resultados del GCSE y afecten las tablas de ligas escolares.

La investigación realizada por la organización benéfica infantil Unicef, vista exclusivamente por The Guardian, encontró que ni una sola región en el Reino Unido había cumplido con éxito la meta de 20 días escolares para encontrar lugares para todos los niños solicitantes de asilo no acompañados (UASC) bajo su cuidado.

El informe , que es el primero en proporcionar una imagen nacional completa de la experiencia educativa de los niños que llegan al Reino Unido, dice que los jóvenes que intentan ingresar a las escuelas secundarias y la educación superior se enfrentan a los retrasos más largos, con hasta la cuarta parte esperando más de tres meses por un lugar y algunos hasta un año.

Un profesional que trabajaba en West Midlands no pudo encontrar una sola escuela en Birmingham dispuesta a aceptar a un adolescente recién llegado. «Tuvimos un muchacho aquí el año pasado que llegó al Reino Unido en abril desesperado por ir a la escuela, y esto es inaceptable, tenía 16 años, por lo que debería haber sido en el año 11 [último año de secundaria], y no había ninguna escuela en Birmingham que quisiera tener un hijo de GCSE que no hablara una palabra de inglés en abril del año 11. »

Otros factores de retraso incluyen aplicaciones en línea complejas, el sistema de admisión escolar fragmentado y la falta de experiencia dentro de las autoridades para ayudar con los casos como resultado de los recortes en el número de equipos especializados UASC. La vivienda temporal y los controles de edad que consumen mucho tiempo para garantizar que los refugiados que se presentan como niños de hecho sean de edad escolar también son un problema.

El informe identifica una escasez de plazas para niños con necesidades educativas especiales (SEN): más de un tercio de los niños sirios que llegan al Reino Unido tienen problemas de autismo, movilidad o audición, aunque los niños sirios se encuentran más rápido que otros grupos gracias a un pozo esquema de reasentamiento organizado.

Las academias y las escuelas de gramática selectiva son «particularmente problemáticas». En el caso de las academias, supervisadas por Whitehall en lugar de las autoridades locales, se debe presentar una solicitud al secretario de educación, Damian Hinds , para que una escuela acepte a un alumno, y no a la autoridad local en el caso de la comunidad escuelas, que es más rápido.

La autora del informe, Catherine Gladwell, del Refugee Support Council, dijo que las preocupaciones de que un niño recién llegado con poco inglés baje los resultados de la tabla de la liga estaban fuera de lugar porque esos alumnos están exentos de la inclusión en las listas de ligas de escuelas y autoridades locales durante dos años.

También dijo que lo que estaba sucediendo en el Reino Unido era de hecho alentador cuando se lo veía en un contexto global. «Los niños tienen derecho a la educación independientemente de su estado migratorio. El problema es hacer con la implementación de políticas.

«Lo más notable que vimos fue el enorme entusiasmo por la educación entre estos niños. Si le das educación a estos niños, les estás dando una clave para desbloquear un futuro más positivo y optimista.

«Pero encontramos desafíos en cada región, tanto en el punto de acceso como una vez que están en las escuelas. Hay una gran cantidad de buenas prácticas por ahí, si esa buena práctica se puede promover y replicar, hay una razón real para ser optimista «.

Una vez que los niños refugiados y solicitantes de asilo están en la educación, existen otros obstáculos. Su aprendizaje puede verse obstaculizado por el trauma y las dificultades de salud mental, el acoso y la falta de conocimiento y experiencia entre algunos miembros del personal de la escuela.

Una maestra de escuela secundaria dijo: «El año pasado tuve cinco niños de 11 años que eran todos UASC … No sabía que algunos de ellos habían experimentado un trauma tan grande, no sabía lo que habían sufrido en sus viajes, no lo hice. No sé sobre sus pesadillas … No sabía lo que estaba pasando en sus cabezas.

«En el primer día las cosas estuvieron absolutamente bien, luego sucedió algo, y [uno de los chicos] estaba meciéndose debajo de la mesa, abrazándome y llorando».

Otro profesional describió que intentó ayudar a una niña que había presenciado el ahorcamiento de sus abuelos en Siria para lidiar con el trauma resultante.

Un pequeño número de niños recién llegados se coloca en una disposición alternativa inadecuada, incluidas las unidades de referencia de alumnos (PRU) diseñadas para atender a los niños excluidos de la escuela ordinaria. «En el peor de los escenarios, sí, sucede», dijo un trabajador. «Es escandaloso, realmente inaceptable. Visité y hubo niños pateando y maldiciendo, pateando y gritando.

«Sucedió en contra de todos nuestros consejos … Pero tiene que ver con cubrirte la espalda porque al menos si están en una PRU puedes decir que están en educación. Mi experiencia es que tiene un impacto realmente negativo en su aprendizaje «.

Las presiones financieras sobre las escuelas y las autoridades locales, combinadas con el número creciente de alumnos que requieren un lugar en la escuela secundaria, están jugando un papel en las demoras.

Según Unicef, en 2016-17 hubo un aumento del 6% en los números de UASC en Inglaterra en el año anterior, con 4.560 atendidos por las autoridades locales en marzo de 2017; en Escocia había aproximadamente 150, en su mayoría hombres, entre 16 y 17 años, y en Gales, un estimado de 45.

Los hallazgos del informe se basan en las respuestas a las solicitudes de libertad de información a 205 autoridades locales en Inglaterra, Gales y Escocia, así como a entrevistas en profundidad con un grupo focal compuesto por 86 niños.

Una cuarta parte de los niños del grupo de enfoque dijeron que habían sufrido intimidación desde que comenzaron la escuela. Los problemas de salud mental también surgieron como una barrera clave, lo que ocasionó problemas de concentración en clase, ausentismo debido a pesadillas e insomnio, autolesiones e intentos de suicidio.

«Es un verdadero desafío real ingresar a la universidad o la escuela debido a la dificultad para dormir por la noche, los flashbacks y las pesadillas», dijo un profesional. «Obtendrá personas que llegan tarde con regularidad y que están pasando por medidas disciplinarias debido a eso, o personas como [nombre del niño], excluidas dos veces dentro de un año debido a la baja asistencia y poca puntualidad».

Un portavoz del gobierno dijo: «Los niños no acompañados que solicitan asilo y refugiados son niños atendidos, lo que significa que están protegidos y tratados de la misma manera que cualquier otro niño atendido.

«Esto incluye recibir la máxima prioridad para la admisión a cualquier escuela financiada por el estado, un plan de educación individual y trabajador social, así como también apoyo para asegurar que se satisfagan sus necesidades educativas.

«El Departamento de Educación también ha contribuido £ 1.3m a las autoridades locales para mejorar el acceso a la evaluación y educación para estos niños vulnerables».

Fuente: https://www.theguardian.com/education/2018/sep/20/refugee-children-face-long-delays-accessing-education-in-uk

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EEUU: Acabar con el secreto de la crisis de la deuda estudiantil

América del Norte/EEUU/Daniela Senderowicz

Los jugadores y las estrellas de televisión de realidad pueden reclamar protecciones de bancarrota cuando tienen problemas financieros, pero 44 millones de prestatarios de préstamos estudiantiles no pueden. Los prestatarios desempleados, mal pagados, indigentes, enfermos o con problemas de salud simplemente no pueden comenzar de nuevo.

Con una tasa de impago cercana al 40 por ciento , uno esperaría que ejércitos de deudores en apuros marcharan por las calles exigiendo alivio de un sistema que ha señalado su angustia kfinanciera. Sin embargo, los deud yoores que se sienten angustiados parecen estar aterrorizados ante la idea de presentarse ante una sociedad que, según dicen, los excluye por su incapacidad para mantenerse al día con sus finanzas.

Cuando hablamos con varios estudiantes prestatarios, casi ninguno estaba dispuesto a compartir sus nombres. «No puedo decirle a nadie cuánto estoy luchando», dice un médico de Oregon de 39 años que entró en suspensión de préstamos estudiantiles después de que la enfermedad de su esposa agotara sus finanzas. Le aterroriza perder sus pacientes y su reputación si habla de sus problemas financieros.

«Si compartiera esto con alguien, me considerarían una especie de tonto», explica un psicólogo de Carolina del Norte que ahora está más allá de la edad de jubilación. Él explica que el saldo de su deuda estudiantil se disparó después de perder una posición bien remunerada durante la crisis financiera, y que está luchando para devolverla.

La vergüenza financiera aleja a los prestatarios que luchan. Los deudores se culpan a sí mismos y se aborrecen a sí mismos cuando no pueden hacer sus pagos, explica Colette Simone, psicóloga de Michigan. «Existe tanto temor de compartir la realidad de su situación financiera y la devastación que está causando en cada faceta de sus vidas», dice ella. «Las consecuencias de avanzar pueden resultar en retrocesos sociales y posibles complicaciones relacionadas con el trabajo, que solo profundizan su sufrimiento».

Los deudores están aislados, ansiosos y, en el peor de los casos, se han quitado la vida . Simone confirma que ella «trabajó con deudores suicidas o con crisis psicológicas que requerían hospitalización psiquiátrica».

«La alienación afecta los problemas de salud mental», dice la consejera de salud mental de Nueva York, Harriet Fraad. «Mientras se culpen a sí mismos dentro del sistema, están perdidos».

Los deudores de los estudiantes pueden contrarrestar la desesperación luchando contra el activismo y el compromiso político, dice ella. «La conexión es el antídoto para la alienación, y participar en el activismo, junto con la terapia, es una forma de recuperación».

A pesar del temor de presentarse, algunos activistas están construyendo un movimiento social en el que las conexiones significativas entre los prestatarios pueden contrarrestar el tabú de admitir abiertamente la ruina financiera.

Student Loan Justice, un grupo de presión nacional de base, está tratando de construir este movimiento presionando para una legislación sólidapara devolver la protección de bancarrota a los prestatarios. El grupo tiene capítulos activos en casi todos los estados, con miembros presionando directamente a sus representantes locales para que firmen como copatrocinadores de HR 2366. Los activistas están construyendo una comunidad de apoyo para los prestatarios que luchan a través de la agitación política, la participación local, la narración de historias y la difusión de un valiente mensaje de esperanza que puede animar a los prestatarios traumatizados a presentarse y unirse.

Julie Margetaa Morgan , miembro del Instituto Roosevelt, señaló recientemente que los administradores de la deuda estudiantil como Navient tienen una poderosa influencia en los legisladores. «Los prestatarios de préstamos estudiantiles pueden no tener millones para gastar en cabildeo, pero tienen algo igual, si no más, poderoso: millones de voces», dice.

Un reciente manifiesto del activista y reciente graduado Eli Campbell exige una unidad radical entre los prestatarios. «Los jóvenes viven con el temor constante de que nunca podrán pagar su deuda. No estamos comprando casas ni podemos permitirnos el sello del sueño americano «, explica.

En su llamado a un boicot nacional unificado de los pagos de préstamos estudiantiles, lo que inevitablemente lleva a un incumplimiento masivo de esta deuda, Campbell espera exponer esta crisis e instigar un cambio radical. En una entrevista reciente explicó que las condiciones para los prestatarios ya son tan malas que los deudores no pueden unirse al boicot de buena gana. En cambio, la participación simplemente puede ocurrir por defecto dada la falta de oportunidades de trabajo adecuadas que conducen a la incapacidad de los prestatarios para pagar.

Si bien un incumplimiento a gran escala no puede ocurrir mediante una acción colectiva deliberada y solidaria, poner fin al secreto de la crisis a través de la atención nacional masiva puede desestigmatizar la vergüenza de la derrota financiera y finalmente sacar a los deudores del aislamiento que les causa tanta desesperación.

Los activistas están pidiendo una conversación significativa sobre la mercantilización de la educación de nuestros jóvenes, cambiando nuestro enfoque hacia la inversión en la promesa de los jóvenes y capaces, en lugar de la garantía de su servidumbre por deuda perpetua. Al exigir una acción colectiva, alivian el dolor de tantos deudores alienados, rompen los tabúes que les permiten decir «yo también» y admiten abiertamente que en este clima financiero todos nos necesitamos para seguir adelante.

Fuente: https://truthout.org/articles/ending-the-secrecy-of-the-student-debt-crisis/

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