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CLACSO presenta el libro descargable: El abandono de las universidades estratégicas del Ecuador

El lunes 25 de enero se presentó el libro “Golpe a la Educación Superior. El abandono de las universidades estratégicas del Ecuador”. Organizado por CLACSO, con la participación de diversos Grupos de Trabajo, participaron del encuentro virtual: Axel Didriksson – UNAM; Karina Batthyány – Secretaria Ejecutiva de CLACSO; Andrés Arauz – Candidato progresista a la presidencia del Ecuador; Jesús Ramos – Ex Rector de IKIAM; Ramiro Noriega – Ex rector de UARTES; y Freddy Álvarez – Ex Rector de UNAE.

 

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Coordinó el encuentro Axel Didriksson de la UNAM de México, quien explicó que “el objetivo principal es hacer una presentación, comentar los esfuerzos de tres rectores fundadores de las universidades emblemáticas –así denominadas en su tiempo en Ecuador– con el fin de que podamos analizar estas trayectorias y lo que ha ocurrido durante los últimos años con una verdadera acción represiva de ignorancia, de golpeteo de estas universidades y, en general, hacia la educación y educación superior y las universidades en Ecuador por parte del actual Gobierno. Se trata de un texto testimonial muy valiente, honesto, verdaderamente contundente desde la perspectiva de lo que presentan los ex rectores en el momento en el que se buscó simplemente quitarlos del cargo por una decisión política absolutamente irracional.”

Luego, Karina Batthyány aseguró que “para CLACSO es muy importante estar presente hoy en la presentación de este libro que forma parte de la lucha permanente por la educación superior como un bien público y como un derecho humano, lucha de la que CLACSO siempre ha sido defensor y aliado estratégico en todos aquellos procesos que pretenden colocar la educación superior como un bien común, como un bien público, como un derecho humano y anudado a los procesos populares, a los procesos soberanos y a los procesos también de integración regional. Hoy más que nunca probablemente sea necesario discutir el rol del conocimiento, el rol de la innovación en la educación superior y de la importancia de estas universidades y de las universidades públicas. Y en ese sentido el libro que hoy estamos presentando es un aporte en esta dirección y, en particular, es un aporte al conocimiento de estas universidades emblemáticas que se crearon en el Ecuador. Quiero destacar lo que ha impulsado a estas universidades en materia de conocimiento, de integración de saberes y de inclusión de aquellos que generalmente son excluidos de los procesos de educación superior. Destacar también esta idea central en estos procesos de las universidades emblemáticas del conocimiento como elemento central, como base para las políticas públicas, pero no para cualquier política pública sino justamente para las políticas públicas que necesitamos en América Latina y el Caribe para poder superar la desigualdad y la injusticia social que lamentablemente son aún una característica en nuestra región. El conocimiento además como base para una democracia, pero nuevamente no para cualquier democracia sino para una democracia de corte popular, integradora y defensora –como bien se plantea en el libro– del buen vivir. Una educación superior que está sufriendo embates en toda nuestra región y que claramente ha sufrido embates muy significativos en estos últimos años en el Ecuador con los procesos que mucho nos preocupan de mercantilización y de convertir a la educación superior en una mercancía y de pretender que todos quienes trabajamos en el marco de la educación superior aceptemos esta idea de mercancía que es absolutamente inaceptable y quieren convertirnos en definitiva en consumidores de esa mercancía”.

Para Andrés Arauz, economista y candidato progresista a la presidencia del Ecuador, “no podemos olvidar lo que significa construir las universidades emblemáticas. Fue un legado de un liderazgo clarísimo que tuvimos en el Ecuador, visionario, como fue el de Rafael Correa, que permitió que este sueño pueda recibir toda la voluntad del apoyo político en términos de las leyes, en términos de infraestructura, en términos de los recursos públicos para que estos sueños pueden convertirse en realidad. (…) Y debemos partir de que aquí tenemos por primera vez en la historia del Ecuador y probablemente de muchos países de América Latina una Constitución de la República que expresamente hablaba de la importancia de la educación superior, de los derechos en materia de educación superior, de las ciencias, de la tecnología, de las artes y de la cultura en la Constitución de la República, con capítulos enteros dedicados a este tema. Esto refleja la importancia estratégica que le dio el Estado ecuatoriano a partir de un consenso social, que el desarrollo, que el buen vivir no podía estar distanciado ni divorciado de la importancia de la educación superior. Esto se contrapone con el credo neoliberal que durante muchas décadas en América Latina se vio reflejado por las publicaciones de los organismos multilaterales de crédito, que en sus estudios sobre la expresión macroeconómica, sobre las políticas públicas de nuestros países, recomendaba expresamente desfinanciar la educación superior y orientarla exclusivamente a la educación base, porque decían que el mercado se podía encargar de la educación superior y que a modo de compensación por la emergencia social que vivían luego de los desastres neoliberales había que dotar de Educación Pública. Insisto: siempre desde esa perspectiva de emergencia, de ambulancia, y no desde la construcción de derechos y –peor aún– de una construcción de futuro, de sueños, de aspiraciones para nuestros pueblos en América Latina.”

Luego tomaron la palabra los tres co-autores del libro. En primer lugar, Freddy Alvarez, filósofo, ex Rector de UNAE Universidad Nacional de Educación, aportó que “nosotros estamos aquí para presentar ese libro como un reconocimiento a la transformación de la educación, no tiene que ver con ideas sino con hechos. (…) Venimos a  declarar la importancia que tiene para el Ecuador y para la red y la región la creación de las universidades emblemáticas y estratégicas, proyecto que fue atacado brutalmente por los medios de comunicación de derecha, por algunos de los sueños de las universidades privadas, por el Gobierno de Lenin Moreno. Y, en consecuencia, debemos afirmar también en el día de hoy que en este pequeño país de volcanes, de costas, de Amazonía, hemos podido hacer algo que en ningún otro país del mundo con mucha dificultad se ha podido realizar y son las universidades emblemáticas, (…) un proyecto que lo construimos con mucho empeño, un proyecto con corazón e inteligencia, hicimos de un sueño una realidad.”

A su vez, Jesús Ramos, ex Rector de Universidad regional amazónica IKIAM, se refirió a un “relato un poco personal de nuestra visión de la Universidad. Aunque son tres ejemplos los que ponemos de manifiesto en el libro muy concretos y del Ecuador, yo creo que las lecciones que se pueden extraer son perfectamente extrapolables a cualquier territorio sobre todo de nuestra América Latina. (…) Yo soy español y en España durante muchos años durante la dictadura se decía ‘que inventen ellos, nosotros ya copiaremos’; esa es la lógica del neoliberalismo, dejarle al mercado y a los otros la capacidad de acción y para nosotros evidentemente desde el principio estas universidades se crearon para romper esa lógica de que investiguen otros o que generen conocimiento otros. No, no, el conocimiento se tenía que generar aquí, se tiene que generar en cada uno de los lugares y tiene que conseguir ayudar a cambiar el país, y para eso es para lo que nacieron estas universidades.”

Finalmente, Ramiro Noriega, ex rector de Universidad de las Artes (UARTES) reconoció: “Yo estoy emocionado de ver que la historia continúa en estos contextos tan complejos como los que hemos estado viviendo, no solo por el Covid sino especialmente por lo que ha venido sucediendo en el caso puntual que es el nuestro de las universidades: ha sido un año extremadamente duro, complejo, porque habíamos trabajado con una visión, la visión era la que mandaba la ley y la ley lo que mandaba era llegar hasta la autonomía universitaria, es decir concretar un proyecto a institucional y alcanzar esa trascendencia. (…) Este libro lo veo como un punto de partida que ojalá genere un debate de fondo sustancial con respecto no sólo a las universidades estratégicas, emblemáticas como las denominamos acá, sino a nivel de la educación superior pública que ha sido –como decía Karina– muy afectada en toda América Latina y en particular en países como los nuestros de manera muy crítica, incluso que ha puesto en suspenso el sentido de la educación pública.”

Fuente: https://www.clacso.org/el-abandono-de-las-universidades-estrategicas-del-ecuador/

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Libro (PDF): Golpe a la educación superior. El abandono de las universidades estratégicas del Ecuador

Reseña: CLACSO

El libro es un testimonio pero también un balance, a través de la voz de sus protagonistas, de la creación de tres universidades creadas durante la presidencia de Rafael Correa en Ecuador: IKIAM, U-Artes y UNAE. Todas ellas fueron producnto de innovaciones técnicas e institucionales, bajo la conducción de intelectuales que entendieron lo que significaba construir alternativas en las ciencias, en el conocimiento y en la educación superior. Sin embargo, con el paso a un gobierno neoliberal, sus proyectos estratégicos sufrieron decisiones políticas que las llevaron al abandono. El volumen recoge, además, un conjunto de reflexiones de importantes figuras de la educación superior en la región, con el propósito de pensar los dilemas y conflictos que la atraviesan en la actualidad.

Autoras(es): 

Freddy Javier Álvarez González. [Coordinador]

Axel Didriksson Takayanagui. [Presentación]

Freddy Javier Álvarez González. Ramiro Noriega Fernández. Daniela Espinosa. Susan Togra Díaz. Mónica Lacarrieu. Andrey Astaiza. Juan Martín Cueva. Saúl Sosnowski. Pablo Cardoso. Jesús Ramos Martín. Rosa María Torrres Hernández. Leonardo Favio Martínez Pérez. Adrián Cannellotto. Carolina Bolaños Rodríguez. H. Mauricio Ortega Andrade . Pablo Jarrín Valladares. Sebastián Fernández de Córdova Jerves. Geovanny Gonzalo Piña Morocho. Elvin Calcaño Ortiz. Gladys Isabel Portilla-Faican. María Nelsy Rodríguez-Lozano. Javier González Díez. Ricardo Restrepo Echavarría. David Fernando Añazco Ojeda. Philippe Meirieu. [Autores  y Autoras de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-808-3

Idioma: Español

Descarga: Golpe a la educación superior. El abandono de las universidades estratégicas del Ecuador

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2305&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1472

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Libro (PDF): La Lucha por los Comunes y las Alternativas al Desarrollo frente al Extractivismo. Miradas desde las Ecología(s) Política(s) Latinoamericanas

La Lucha por los Comunes y las Alternativas al Desarrollo frente al Extractivismo.  Miradas desde las Ecología(s) Política(s) Latinoamericanas

Denisse Roca-Servat
Jenni Perdomo-Sánchez
[Comps.]

La lucha por los comunes y las alternativas al desarrollo frente al extractivismo :
miradas desde las ecología(s) política(s) latinoamericanas / Catalina Toro
Pérez… [et al.] ; compilado por Denisse Roca-Servat ; Jenni PerdomoSánchez.- 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO, 2020.
Libro digital, PDF – (Grupos de trabajo de CLACSO)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-722-813-7
1. Agua. 2. Colombia. 3. Feminismo. I. Toro Pérez, Catalina. II. Roca-Servat,
Denisse, comp. III. Perdomo-Sánchez, Jenni, comp.

COD 304 28

 

«En esa oportunidad quisimos avanzar en la afirmación de nuestra presencia legítima en el medio académico respecto de la Ecología
Política como un terreno de pensamiento propio de relevancia internacional, como un campo de análisis crítico y de enunciados plurales, constituido a partir de las luchas y las resistencias de muy diversos movimientos que protagonizan conflictos socio-ambientales
en diferentes escalas y circunstancias, recogiendo las críticas a los
modelos de desarrollo de vigencia hegemónica y delineando con ellos
otros futuros posibles.» (Argentina 2020; Prólogo, p.16)

Descarga este interesante libro aquí: La-lucha-por-los-comunes

Fuente de la Información: CLACSO – Novedad Editorial – Colección Grupos de Trabajo.

 

 

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Libro: Educación Popular – Para una Pedagogía Emancipadora Latinoamericana

Educación Popular – Para una Pedagogía Emancipadora Latinoamericana

FOROS CLACSO

 

Educación popular. Para una pedagogía emancipadora latinoamericana / María
Mercedes Palumbo … [et al.]. – 1a ed . – Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
CLACSO, 2020.
Libro digital, PDF – (Colección Foros)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-722-617-1
1. Pedagogía. 2. Educación Pública. I. Palumbo, María Mercedes

CDD  370 98

Anahí Guelman
Fabian Cabaluz Ducasse
María Mercedes Palumbo
Mónica Salazar

(Compiladores)

«Este libro es producto de la labor del Grupo de Trabajo de
CLACSO “Educación Popular y Pedagogías Críticas”; que viene
recorriendo un camino de reflexión, debate y producción desde 2013, acompañando los procesos de nuestra América Latina,
desde la perspectiva de la Educación Popular y las Pedagogías
Críticas.» (Presentación; p. 9)

 

Descarga el libro completo aquí: Educacion-popular

 

Fuente de la Información: CLACSO – Novedad Editorial – Colección Foros

 

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¿Educación Inclusiva? Crisis, pandemia y exclusión

Por: Luis Miguel Alvarado Dorry

“[…] La más grande crisis de la humanidad no es ni política, ni económica, ni ideológica, religiosa; es una crisis de humanidad. No tratamos humanamente a los seres humanos, los maltratamos […]” (Boff, 2020) (minuto 58 con 25 segundos).

Para comenzar, quisiera que reflexionemos acerca de ¿Cómo consideramos a la normalidad en estos tiempos tan anormales? En las expresiones como “cuando regresemos a la normalidad” ¿quiere decir que nos hace anormales? Por otro lado, “la nueva normalidad” tuvo que llevarse a cabo un proceso de transición de anormalidad a esa otra nueva normalidad, por tanto, ¿fuimos anormales y ahora somos nuevos normales?

En este sentido, los lenguajes sobre normalidad-anormalidad no solo son una construcción social sino que, también, “política y económica” (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 22). Y son una construcción social, política y económica porque son establecidas desde el mismo sistema hegemónico que impone sus propias “reglas”, “normas” y “lenguajes”, las cuales, todas las sociedades bajo su dominio tienen que alinearse y alienarse.

Las tensiones y contradicciones sobre normalidad-anormalidad se observan en la historia, para ello, me remitiré a uno de los eventos trascendentales que marcaron la historia en Nuestra América, la conquista de nuestros territorios y nuestros cuerpos; de nuestros territorios porque desde 1492 han venido extrayendo recursos de nuestra madre tierra con el fin de mercantilizarla y acumular capital, asimismo, de nuestros cuerpos, nuestros cuerpo sin fragmentación cartesiana (mente-cuerpo) basadas en una explotación con el mismo fin, la acumulación de recursos, precarizando las condiciones de les oprimides-explotades.

Por lo anterior, Eduardo Galeano señala lo siguiente:

“[…] el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos” (Galeano, 2004, pág. 16).

En esa época de conquistas y, desde la mirada eurocéntrica, empezamos a ser vistas como anormales, anormales porque, en nuestras diferencias, no encontraban parecidos a la imagen y semejanza europea, por tanto, esa “anormalidad” debiera ser exterminada, por ello y por otras razones, los españoles mataron a diestra y siniestra a les originaries natives de Nuestra América. Este genocidio fue legitimado y justificado por el discurso de Ginés de Sepúlveda en (Fernández, 1992) sobre “la justicia de la guerra contra las poblaciones indígenas  es causada por […] 2) la inferioridad natural de los indígenas […]” (pág. 323), esa inferioridad era establecida a partir de las diferencias físicas, culturales, sociales, políticas, económicas y religiosas que tenían los pueblos originarios del Abya Yala de las europeas.

Bajo este marco y estereotipos eurocéntricos, se viene estableciendo clasificaciones al respecto, negras y negros, amarillas y amarillos, originaries o indígenas y, lo que dista de estos estereotipos que, más adelante se instauran en los imaginarios colectivos por medio del complejo industrial cultural, se considera anormal e inferior.

Los “casi humanos”, forma despectiva que los españoles estigmatizaban a les originaries, eran asesinades, en tanto animal salvaje, debido a sus condiciones antes mencionadas que, distaban, del estereotipo europeo (hombre blanco ojos claros), estos estereotipos normalizados a posteriory y, como una meta a la que hay que llegar, fueron instaurados en los imaginarios de las sociedades dominadas, en este sentido ¿cómo llegar a ser normales? O bien, ¿Cómo llegar a ser humano?

Acá me quiero detener un poco para reflexionar que, la discapacidad, no dista mucho de las condiciones que tenían (y siguen teniendo) les originaries desde las miradas eurocéntricas y, ahora, norteamericana, es decir, llegar a la meta de la “normalidad”, o bien, ser lo más humano posible, humano en el sentido biológico-físico como mencionan (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019) “[…] instaurar la normalidad como modo de reconquista de la humanidad perdida” (pág. 35), no en el sentido de la complejidad de ser humano biológico-social-político-económico-ético-crítico-tecnológico-espiritual-afectual.

De manera que, la discapacidad, se encuentra inmersa en esas tensiones y contradicciones de la normalidad-anormalidad fincada en estereotipos de la lógica de mercado, es decir, de producción y reproducción social, política y económica. En este marco y en esta perspectiva mercantilista estereotipada, la discapacidad es situada en la anormalidad, por tanto, esa anormalidad, debe ser normalizada lo más o totalmente posible.

En el aspecto económico, las personas con discapacidades eran vistas, en principio, como improductivas que, únicamente, generaban gastos a las sociedades y a los estados (aunque todavía estos imaginarios persisten en la actualidad), improductivas, en el sentido de no poder realizar los trabajos de una persona “normal”, por tanto, fueron aisladas de estos menesteres, ante esto Paula Mara Danel en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019) se interroga sobre “¿podríamos inferir que la idea de discapacidad esté asociada a la invalidez laboral?” (pág. 83), al parecer así viene sucediendo. Posteriormente, como entes mercantilizades con el ideal de “normalizarles” con base en “[…] la atención socio-sanitaria-educativa y de rehabilitación […]” (pág. 91) en palabras de la misma autora. En este sentido, señalo a los programas televisivos como por ejemplo, TELETÓN, originadas desde empresas privadas que, cerca de apoyar a todas comunidades con discapacidades, anteponen sus intereses financieros para evadir impuestos y así “donar” caritativamente dineros para la construcción de centros de rehabilitaciones, estos programas terminan siendo similares, en palabras de Sonia Marcela Rojas Campos en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019), a  “los circos […] escenarios de exhibición de las rarezas humanas” (pág. 123) muy populares en el siglo antepasado.

En lo político, al enmarcar la discapacidad desde su génesis y más allá de ella en un contexto de opresión, dominación, control, exclusión, discriminación y explotación, estas subjetividades se han venido resistiendo, formando alianzas y organizándose para luchar contra toda injusticia; estas luchas y resistencias, se han legitimado en los derechos humanos con altos costos de muertes, persecuciones, torturas y demás, sin embargo, falta mucho para que esos derechos se vivencien, para ello, es necesario fracturar nuestros paradigmas desde nuestros propios lenguajes. A lo largo de la historia, estos lenguajes, han sido modificados con respecto a la filosofía de la época y por las subjetividades que se resisten, en este marco, en la evolución o involución, en lo despectivo o loable, de las concepciones de les “impedidos, discapacitados, minusválidos, deficientes, inadaptados, hasta otros de corte más coloquial como tullidos, idiotas, lentos, torpes retrasados” Rojas Campos en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 108). Todo palabrerío quedan en lo abstracto pues carecen de praxis, es decir, no se vivencian en la cotidianidad, por un lado, en las empresas transnacionales que ven a las personas con discapacidades como mercancías consumidoras y, por otro, el estado que las ven como cargas, toda esta verborrea (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019) argumentan que “[…] más formas políticamente correctas de nombrar que contenidos reales y sustantivos en pro de la población directamente implicada” (pág. 30), y no se vivencian, porque los lenguajes y legitimaciones políticas y jurídicas son realizadas, en su mayoría, desde lo externo y no desde las propias comunidades de personas con discapacidades que son y están con sus especificidades.

En lo sociocultural, por la instauración de estos lenguajes en los imaginarios sociales, sus concepciones y sus prácticas han provocado, en la mayoría de les “normales” emociones y sentimientos hacia las personas con discapacidades, de lástima, compasión, tristeza, miedo, entre otras, transformando las subjetividades de las segundas en “objetos de caridad” Mara Danel en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 93), y, ser un objeto de caridad, según Rojas Campos en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019), “hasta del nombre desaparece y con él todos sus rasgos de humanidad” (pág. 113), entonces, aparece la estigma, es decir, expresiones como “no te juntes con ese rarito”, “el hiperactivo del salón”, “la distraída esa”, “la de sillas de rueda”, entre otras no menos peyorativas.

En lo tecnológico, solo aquellas personas con discapacidades que tienen una estabilidad económica suficiente, pueden adquirir dispositivos electrónicos, prótesis, sillas de rueda, o cualquier innovación científico-tecnológica que se requiera, mientras que muchas quedan excluidas de estas. Estas innovaciones son muy frecuentes y bajo la lógica de obsolescencia programada para captar la mayor cantidad de capital.

Por lo anterior, el modelo neoliberal lleva una cosificación de la cosificación, es decir, dentro de las cosas “normales” hay unas otras “anormales” en tanto mercancías consumidoras, las cuales, hay que dominarlas y controlarlas, estigmatizarlas, señalarlas, clasificarlas e inferiorizarlas para obtener las más jugosas ganancias posibles.

Pero ¿qué es la discapacidad? En principio, las religiones las vinculaban como un “castigo divino” o “pecado” cometido por generaciones familiares anteriores, o bien, actuales, las familias de estas procuraban no mostrarles o sacarles de casa por vergüenza a que le vieran y les señalaran como pecadoras. Posterior a ello, en los avances de las ciencias y las tecnologías en medicina, las relacionaban como fenómenos de la naturaleza humana, los cuales, tenían que examinarlas para poder curarlas o “normalizarlas”. Desde el sistema capitalista les conceptualizaban (y siguen) como les “improductivos” o poco productivos en comparación con les “normales”.

En la actualidad, según el diccionario de Google lo define como “Falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona” (google.com, 2020). Mientras que la Organización Mundial de la Salud dicta como “Discapacidad en un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación” (OMS, 2020). Por otro lado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en México en su texto titulado “La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo” en el inciso e) del Preámbulo, emanados de la misma ONU dicta lo siguiente:

“la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás […]” (2018, pág. 10).

Contraria a estas concepciones Yarza, Sosa, & Pérez (2019) refieren a una deconstrucción de la conceptualización emanada por los grupos de poder que clasifican y estigmatizan a cada une, en este sentido, mencionan que “entendemos a la discapacidad como una producción social e histórica moderna y colonial, inscrita en los modos de producción y reproducción de una sociedad” añadiendo que, está “enmarcada en un sistema de clasificación de sujetos inventado y reproductor de un orden hegemónico basado en relaciones de asimetría y desigualdad” (pág. 22).

De las significaciones anteriores, observamos que las tres primeras manejan lenguajes desde los modos de producción y reproducción económico-político-social, lenguajes despectivos como “deficiencias”, “normal”, “limitaciones”, “restricciones”, entre otras, los cuales, las pondremos en tensiones con sus contradicciones con el fin de comprender mejor el contexto: deficiencias-perfección, normal-anormal, limitaciones-libertad. Podemos decir entonces que, la discapacidad, es una esclavitud de la imperfección anormal.

La última significación nos da cuenta que, la discapacidad, es gestada y reproducida desde el propio sistema hegemónico clasificatorio, el cual, es inherente su resignificación como acto ético-político para la emancipación de las diversas subjetividades.

De lo anterior, quisiera irme desde su génesis etimológica de la palabra en un tanto superficial, pero desde otros frentes, para ello, me es necesario fragmentar la palabra discapacidad en el prefijo “dis” y “capacidad”, esta fragmentación me permite ver desde otra perspectiva con el fin de desaprenderla para comprenderla y, por tanto, reaprenderla al momento de unirlas y, más aún, vivenciarla en mi cotidianeidad.

En este contexto, el prefijo “dis” significa según un diccionario etimológico en internet encontré en una de sus definiciones lo siguiente: «el prefijo latino dis- significa “divergencia o separación múltiple”» (dechile.net, 2020), por otro lado, “capacidad” significa “[…] es la cualidad de lo que es […]” (Diccionario Actual, 2017). Entonces, al unir los dos significados el prefijo “dis” y la palabra “capacidad”, tenemos “divergente cualidad”.

De la misma manera, me es necesario fragmentar y, por tanto, me acercaré a una aproximada re-significación de cada una de las palabras anteriores, en primer lugar, tenemos la palabra “divergente”, la cual, en uno de sus significados la mencionan como “diferencia” (significados.com, 2017), este se le asocia con el pensamiento divergente que, en el mismo diccionario, nos remite a la creación de “ideas creativas y diferentes”, mientras que “cualidad” la significan como “[…] la esencia de una persona […]” (Google, 2020), por tanto, la dis-capacidad podríamos re-conceptualizarla como una “diferente y creativa esencia”, entonces, en este marco, todes somos seres diferentes y creativas, en tanto con dis-capacidades, bajo esta reconstrucción paradigmática me referiré a las personas con discapacidades.

Esta re-significación debe ser un acto ético-político evitando caer en el romanticismo y en la caridad, por el contrario, posicionarnos, todes, en la rabia y rebeldía misma que provoca la discriminación, exclusión y estigmatización originada desde el sistema asimétrico neoliberal, el cual, establece la “normalidad-anormalidad” en los imaginarios sociales impregnados de una violencia simbólica (Bourdieu & Passeron, 1995, pág. 44). Esta re-significación debe fincarse en el diálogo con les otres, con los que viven esas discriminaciones, exclusiones y estigmatizaciones, es decir, con las personas con discapacidades, convirtiéndose en “observador(a), auto-observador(a) y observado(a)” (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 64) en el proceso investigativo.

Dentro de las clases sociales se clasifican antagónicamente bajo las perspectivas Darwinianas imponiendo verdades absolutas y universales entre ricos-pobres, inteligentes-ignorantes, burgueses-proletarias,  blancos-negras, normales-anormales, entre otras, unas superpuestas a las otras, ante esto Yarza, Sosa, & Pérez (2019) aseveran que “no nos cabe duda alguna de las clasificaciones y calificaciones del Norte Global son tales en virtud de una “verdad” hegemónica autoimpuesta y desplegada hacia el Sur Global” (pág. 41). En esta perspectiva clasista y clasificatoria del modelo neoliberal dueño de las élites de las sociedades del conocimiento, encasillan todo lo que esté a su alcance como meras materias primas en un almacén, es decir, lo bueno, lo regular y lo malo, asimismo se clasifican las discapacidades, esta clasificación legitima social, política y económicamente las inferioridades de las personas.

Estas clasificaciones han originado nuevos lenguajes del cómo llamar a los espacios escolares en donde se ha pretendido más que educar, a rehabilitar o “normalizar” a las personas con discapacidades que han, en el supuesto, evolucionado para hacerlas menos despectivas, tenemos a los centros para enfermos mentales, educación especial, escuelas con necesidades educativas especiales, ahora educación inclusiva.

Yo te integro o te incluyo porque tienes alguna discapacidad o porque eres mujer, o porque eres originaria, o porque eres negra y eso satisface mi conciencia (más bien mi ego), es decir, se ve a la inclusión como medio para un fin, el fin sería satisfacer mi conciencia o mi ego, por el contrario, la inclusión debe ser un fin en sí misma y no un medio con características excluyentes y clasificatoria, en otros términos, la inclusión como forma de vida en el conocimiento y reconocimiento de les otres, ante esto Freire (1997) menciona que «La asunción de nosotros mismo no significa la exclusión de los otros. Es la “otredad” del “no yo” o del tú, la que me hace asumir el radicalismo de mi yo» (pág. 42), de manera que, te incluyo porque tú eres yo y, yo eres tú, y juntes construimos un nosotres.

De modo similar, la educación no debe adjetivarse como inclusiva, o sea, educación inclusiva, las dos debieran ser verbos (educar e incluir) y, debieran ser verbos, en tanto acción y existencia, y, a la vez, dialécticas, porque al momento de incluir educo y, al momento de educar, incluyo.

En este marco, Yarza, Sosa, & Pérez (2019) reflexionan acerca de la construcción de nuevos paradigmas para pensar la educación y las discapacidades desde otras aristas y, con base en el diálogo directo con las comunidades de les seres diferentes y creativas, principalmente, más desde el sur en contrapuesta a la mirada euronorteamericanocentrista, ante esto, aseveran que  se “pongan en supuesto las narrativas anglocéntricas y visibilicen otras génesis, tensiones, trayectorias intelectuales, categorías, entramados, constelaciones conceptuales y luchas ético-políticas” (pág. 36), esto nos dirige a una praxis verdadera y no a una reproducción social excluyente y a una repetición teórica construida desde lo exógeno.

En efecto, para la construcción de esos otros paradigmas es inherente tomar en cuenta, a mi perspectiva, los siguientes aspectos –cabe aclarar que no son un imperativo categórico, ya que pueden ser más u otros- 1. Dejar de repetir teorías establecidas y empezar a cuestionarlas; 2. Ver, sentir y pensar a les seres diferentes y creativas, no como objetos para las investigaciones, sino como lo que son, sujetas y sujetos, ciudadanas y ciudadanos, seres humanes que sienten, piensan y son, desde las diversidades; 3. Romper paradigmas establecidos desde y a partir de nuestros propios lenguajes; 4. El diálogo como principal aspecto en las investigaciones y 5.  Sistematización de experiencias para la construcción de saberes emergidos desde el contexto y desde les sujetos.

Por lo anterior, Yarza, Sosa, & Pérez (2019) mencionan que “Ser sujeto en la investigación, estar en el proceso investigativo y actuar desde su lugar de enunciación implica sentir una constante relación con lo investigado” (pág. 52), por tanto, desde las universidades, organizaciones sociales y, desde les estudiantes en materia, insisto, es un compromiso ético-político la deconstrucción, reconstrucción y resignificación de las investigaciones.

Ahora bien, ¿cómo se ve la discapacidad en la actual coyuntura? Ese es el problema, no se ve, no les vemos, para Fanón (1963) los condenados de la tierra eran les pobres campesinos africanos, las personas con discapacidades son ubicadas por las sociedades y, por el mismo sistema hegemónico, como las condenadas de las condenades de las condenadas de la tierra, o bien, les invisibilizades de les invisibilizades de les invisibilizades.

Estas crisis y exclusiones ya existían antes de la pandemia, ésta, vino a desnudarlas y a exponenciarlas; en este contexto de sobrevivencia, ser pobre es riesgoso para sobrevivir, más  aún, ser pobre y ser desempleada, peor si se es pobre, desempleada y migrante, se agrava más si se es pobre, desempleada, migrante y mujer, y se sobrevive en una constante inseguridad social, política, económica y de salud, si se es es pobre, desempleada, migrante, mujer y etiquetada con alguna discapacidad, en este sentido, existen constantes “violaciones a mujeres con discapacidad que se quedan en el silencio…” Rojas Campos en  (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 106), debido a la lógica de violencia originada por el sistema hegemónico que cosifica a las personas y las deshumaniza, las deshumaniza en tanto “animal: sin alma, sin pensamientos y sin razón” (pág. 117).

Esta deshumanización, o bien, “crisis de humanidad” en palabras de Leonardo Boff, es originada, a mi perspectiva, por diversos aspectos, en primer lugar por la “lobotomía” en donde, el mismo Boff, la conceptualiza como “una persona que perdió la capacidad de sentir, no siente el dolor del otro” (Boff, 2020). En segundo, por la racionalidad instrumental formada, es decir, vivir con base a “medios y fines” (Horkheimer, 1973, pág. 09), uso a las personas (medios) con base a mis intereses personales (fines) y, cuando estas ya no me sirven, las desecho como meros objetos. En este marco, la mayoría de las empresas han usado a las comunidades con discapacidades para crear ONG’s y así, captar el mayor capital posible en las donaciones para luego, evadir impuestos; los gobiernos, para captar y destinar recursos para estas comunidades que, cerca de apoyarles, distan por la corrupción establecida en el desvío de estos recursos, o bien, en las reducciones presupuestales. En tercer lugar, ver como enemigos a les otres, en donde cada persona “vive obcecado con la búsqueda del interés propio y en constante competencia y comparación con otros” (Torres, 2017, pág. 71), entre otros aspectos no menos importantes. De manera que, la deshumanización, se va gestando a través de la formación y desarrollo de subjetividades neoliberales educadas de manera formal, no formal e informal, bajo los intereses del mismo modelo neoliberal asimétrico.

Hemos venido develando e insistiendo a lo largo del confinamiento pandémico que, gran parte de les estudiantes, de todos los niveles, han quedado fuera de las estrategias y modalidades que han tomado los gobiernos en américa latina y en el mundo para llevar a cabo el proceso educativo. En este contexto, de los 137 millones de estudiantes en América Latina, según el informe de la UNICEF (2020) denominada “educación en pausa” publicada el pasado 09 de noviembre, que fueron desterritorializados de sus escuelas y territorializados en sus hogares, creemos que solo la mitad, es decir, 68.5 millones de elles cuentan con las posibilidades de una educación a distancia (llámese virtualizada, televisada, radiodifundida), aunque esta, se haya convertido en una neoeducación bancaria.

De lo anterior, el otro 68.5 millones de estudiantes quedaron excluides, y quedaron excluides por ser y estar precarizadas por un sistema desigual e injusto y, en donde las sociedades, hemos sido cómplices, y hemos sido cómplices por la formación de la “lobotomía” antes mencionada construida desde las cosmovisiones y bajo los intereses del modelo neoliberal. Dentro de estas sociedades vulneradas y precarizadas, “incluidos las niñas, los indígenas, niños y niñas con discapacidad, refugiados y migrantes que viven en zonas rurales” (UNICEF, 2020, pág. 9), encontramos hogares (en la mayoría de los casos, porque muches no cuentan ni con un hogar) sin electricidad, sin acceso a internet o señal telefónica, sin dineros para pagar los servicios de datos, desempleadas y, con hambre. Hogares que prefieren salir ante la peligrosidad del contagio, y prefieren salir porque aseveran que es mejor morir por causas del COVID-19, que morir o ver morir a les suyos lentamente de hambre.

Las del primer grupo, tienen la fortuna de poder solventar los gastos que requiere la educación a distancia, sea la modalidad que sea, ya que tienen dineros para pagar esos servicios, los cuales, se toma como indicios de una nueva modalidad de privatización de los sistemas educativos, privatización porque tanto familias y docentes tienen que pagarlos de su propio salario (mientras que este se mantiene inmóvil), es decir, los gobiernos se desentiende de estos gastos, pero si exigen autoritariamente que se rindan cuentas de lo que se hace y que vean, tanto familias como docentes, como le hacen para ello, esta rendición de cuentas, las acomodan en los discursos en donde dictan que “todo marcha bien”, que “el aprendizaje a distancia va marchando bien”, aunque esta solo sea una captación de grandes cantidades de información que distan de ser aprendizajes.

El segundo grupo, ha quedado completamente excluide de estas modalidades y, cerca de que los gobiernos garanticen una educación gratuita y para todes, solo se preocupan en convertirles en estadísticas (aunque muches hasta ni a eso llegan) para sus intereses deshumanizados. Estos grupos vulnerados y precarizados quedan expuestos con mayor facilidad a la violencia intrafamiliar (física y psicológica), de género, abusos sexuales, entre otros no menos importantes, y se han acrecentado durante el confinamiento. Lo anterior, según el informe de la UNICEF (2020) es debido a ”mayores niveles de estrés entre los padres y cuidadores” (pág. 11).

En el mismo informe, la UNICEF, tiene mayor preocupación en que les estudianttes de secundaria “caerán por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura” (UNICEF, 2020, pág. 9) . En este sentido, se le pide leer a les niñes, en tanto repetir palabras, oraciones y frases en el menor tiempo posible, no se preocupa para que estes lean su realidad y las condiciones de injusticias en las que viven muchas sociedades, más las personas con discapacidad.

Por otro lado y, estas circunstancias, las personas con discapacidades siguen presentado mayores dificultades, las cuales, han venido en aumento; y han venido en aumento porque la mayoría no hemos hablado de ellas, por decirlo de otro modo, las hemos invisibilizados. Hemos hablado de los grupos de personas excluidas en condiciones de pobrezas, sin conectividad, sin paquetes de datos, sin dispositivos, de una neoprivatización de los sistemas educativos, de una explotación de les cuerpos por el teletrabajo o por la teleeducación con respecto al exceso de tareas que les dejan a les estudiantes, del extractivismo de la madre tierra, entre otras, las cuales, sabemos que son muy importantes develarlas, sin embargo, en lo personal, no les había pensado, por ello, creo inherente que, las pedagogías críticas y educaciones populares, no solo las visibilicen sino que también tengan el compromiso ético-político-revolucionario para la construcción de propuestas educativas no segregadas o paralelas a estas, sino que pensadas desde las propias diversidades.

La educación a distancia sea esta virtualizada, televisada, radiodifundida, no fueron creadas para las personas con discapacidad, por ejemplo, en México, en la estrategia “Aprende en Casa I”, bajo el manejo virtual de la plataforma de Google Meet, solo eran dirigidas a personas con conectividad a internet, con dispositivos inteligentes y sin discapacidades, excluyendo totalmente a las personas con discapacidad.

En la estrategia “Aprende en casa II” en este ciclo escolar que transcurre, esta se basa en la transmisión de contenidos educativos a  través de la televisión, por decirlo de otro modo, televisada, las autoridades educativas (Secretaría de Educación Pública) volvieron a excluir a las personas con discapacidades, sin embargo, por presiones sindicales, al menos pudieron integrar a una persona que interpreta en lenguaje de señas pero ¿qué sucede con las demás? Vuelven a quedar excluidas, pero dichas autoridades se jactan de ser inclusivos.

En otras latitudes que, aproximadamente queda entre en medio de Costa Rica y México, en Honduras, Cristian Murillo del Centro de Atención Progreseño a la Discapacidad aseveró fuertemente contra el gobierno de Juan Orlando Hernández diciendo que “las personas con discapacidad no son prioridad en esta crisis humanitaria, y nunca han sido para el gobierno de Juan Orlando Hernández” añadiendo “porque miserablemente solo se destinan menos de 0.25 centavos de dólar al año para cada persona con discapacidad” (kaosenlared.net, 2020).

La pandemia vino entonces a ser visible lo invisibilizado y a acrecentar lo que ya existía, lo que ya estaba, y lo que estaba eran esos olvidos, esas invisibilizaciones, exclusiones, discriminaciones, injusticias, violencias y demás. En este sentido, muchas familias sacrificaron las atenciones y educaciones de sus hijes por quedarse sin trabajo y, por tanto, sin ingresos, lo poco que ganan o se tiene les ha servido para malalimentarse no por culpa del COVID-19, sino por culpa de un sistema de explotación que genera grandes asimetrías.

Ahora bien, antes de finalizar quisiera regresarles la palabra a dos voces que, por cuestiones personales, no quisieron estar presentes, pero que nos mandaron algunas vivencias desde sus especificidades. En una entrevista informal a modo de charla:

Julio Cesar (20 años), diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) nos comenta lo siguiente: “a menudo me sentía discriminado y excluido en la escuela por ser diferente a los demás, los que más me discriminaban y excluían eran mis compañeros dentro y fuera del salón de clases, algunos profesores entendían lo que tenia, pero si llegó a ver en una ocasión que fuese un maestro que lo hiciera, ante esto me sentía triste porque no querían platicar conmigo o no me integraban en sus pláticas, para estar concentrado y menos hiperactivo en clases, me recetaron los médicos tomar una pastilla llamada Ritalin, si no la tomaba, era seguro que me ponía a hacer un alboroto en el salón de clases y me distraía de la tarea; cuando dejé de tomar esa pastilla, al mismo tiempo, dejé de sentirme dependiente, ya que era una rutina que tenía que llevar obligadamente. Mi vida ha sido un poco complicada, pues aún me distraigo mucho y me cuesta recatar información en el salón de clases”.

Jonathan de Jesús Gamboa Flores (27 años). El neurólogo lo diagnosticó con Parálisis Cerebral Infantil (PCI) nos comenta que “me sentí muchas veces excluido y discriminado en la escuela porque, en los distintos niveles, siempre había algún compañero estudiante o un docente que no me aceptaba. Me sentía muy mal porque, a la hora de formar equipos, no me tomaban en cuenta; ahora ya hemos sido tomados en cuenta en diferentes actividades escolares, deportivas y laborales. En este tiempo de confinamiento nos cuidamos quedándonos en casa, pero me he sentido un poco desesperado por no poder salir a dar una vuelta a la casa de mi abuelita. Y sobre las clases virtuales que recibo, no pongo mucha atención por eso me gusta más la presencial. Mi vida ha sido muy complicada porque dependo de mis papás y familiares, mi parálisis me atrofia tres extremidades de mi cuerpo (mis dos piernas y mi brazo izquierdo).

Bajo estas perspectivas y vivencias podemos observar por un lado que, la medicación de los trastornos creados y clasificados por la ciencia hegemónica, sirven a determinadas empresas farmacéuticas transnacionales que se enriquecen con base a las ventas de fármacos que son clasificados por su toxicidad y adicción similares a la cocaína, anfetaminas y morfinas como el Ritalin, el cual, ha servido para adormecer las subjetividades rebeldes de nuestra niñez y juventud, dejando grandes secuelas en su salud.

Por otro, se crea y “normaliza” en los imaginarios sociales una violencia por parte de familiares tras el telón de la “sobreprotección” que inutiliza a muches niñes y jóvenes, los cuales, estas toman decisiones por elles sin consulta alguna con el fin de protegerles de cualquier discriminación, exclusión y violencia, sin embargo, a esta “sobreprotección” podríamos afirmar que también es considerada como tal por no permitirles ser con sus especificidades.

Reflexiones finales

  • Es inherente que, desde nuestra propia praxis, resignifiquemos los lenguajes no para romantizarlos, o bien, por compasión o misericordia, sino con base a un autentico compromiso ético-político con el fin de darles existencia a les inexistentes.
  • Las discapacidades al ser ubicadas dentro del grupo oprimido, es necesaria una formación permanente que devele toda clase de dominación y que den cuenta de su propia emancipación.
  • Es necesario el conocimiento y reconocimiento de mi subjetividad diversa y creativa en tanto ciudadanía, con el hito de legitimar nuestros derechos como seres humanos.
  • Es importante romper nuestros propios paradigmas para la reconstrucción de otros y, así, dejar de repetir teorías establecidas y empezar a cuestionarlas.
  • Ver, sentir y pensar a les seres diferentes y creativas, no como objetos para las investigaciones, sino como lo que son, sujetas y sujetos, ciudadanas y ciudadanos, seres humanes que sienten, piensan y son, desde las diversidades.
  • Empoderar a las personas con discapacidades a partir del compromiso ético-político para investigar sus condiciones y, así, construir saberes a partir de la dialéctica endógena-exógena, sujeto-objeto.
  • Denunciar y proponer alternativas que atiendan a las diversidades.
  • Las personas con discapacidades deben tomar sus vidas bajo sus propias manos y luchar en favor de la construcción de políticas públicas y de sus propios procesos educativos (dejar por un lado el adultocentrísmo y, por el otro, el infantilismo).
  • Regresémosles sus voces y que elles luchen por ello, que elles nos digan cuan excluídes, discriminades, estigmatizades han sido a lo largo de su vida, y más en la actual coyuntura pandémica, como acto ético-político debemos escucharles.
  • Avivar ese espíritu rebelde en vez de adormecerles con fármacos que benefician las finanzas de las empresas transnacionales con base en alternativas educativas que formen subjetividades críticas, luchen por mejores condiciones y construyan un mundo más justo, humano y humanizante.
  • Desde las pedagogías críticas y educaciones populares, en palabras de Freire “con una legítima rabia” comprometernos con las personas con discapacidades para visibilizar lo invisibilizado, construir espacios donde den cuenta de lo que, por mucho tiempo, se han callado. Asimismo construir propuestas surgidas desde los contextos y desde les sujetos.

Referencias

Boff, L. (18 de 08 de 2020). www.youtube.com. Obtenido de Otras Voces en Educación: «Pensando en nuestra Abya Yala en tiempos de pandemia»: https://www.youtube.com/watch?v=kQ5g9kNCnAc

Bourdieu, P., & Passeron, J.-C. (1995). La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. México D. F.: Distribuciones Fontamara, S.A.

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Diccionario Actual. (27 de Noviembre de 2017). diccionarioactual.com. Obtenido de Capacidad: https://diccionarioactual.com/capacidad/

Fanón, F. (1963). Los condenados de la tierra. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica.

Fernández, F. (1992). La controversia entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas. Dialnet, 301-347.

Freire, P. (1997). Pedagogía de la Autonomía. México D.F.: Siglo XXI.

Galeano, E. (2004). Las venas abiertas de América Latina. Buenos Aires: Siglo XXI.

Google. (2020). Diccionario. Obtenido de Cualidad: https://www.google.com/search?sxsrf=ALeKk022KOvlU6EwN1aq_iecEZk4UDknAw%3A1605339316188&source=hp&ei=tIivX8zkCM3dtAaZ6LbQCQ&q=cualidad&oq=cualidad&gs_lcp=CgZwc3ktYWIQAzIFCAAQsQMyAggAMgUIABCxAzIFCAAQsQMyAggAMgUIABCxAzICCAAyBQgAELEDMgIIADIFCAAQsQM6BAgjECc6BA

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Horkheimer, M. (1973). Crítica de la razón instrumental. Buenos Aires: Sur.

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Yarza, A. d., Sosa, L. M., & Pérez, B. R. (2019). Estudios críticos en discapacidad. Una polifonía desde América Latina. Buenos Aires: CLACSO.

Fuente: El autor escribe para OVE

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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Libro (PDF): Investigaciones en movimiento. Etnografías colaborativas, feministas y decoloniales

Reseña: CLACSO

Este libro pone en conversación un conjunto de etnografías colaborativas, decoloniales, feministas y de IAP que comparten el deseo de producir otros conocimientos y producir conocimientos de otros modos. Las experiencias aquí reunidas nos invitan a repensarnos como investigadoras/es, a redefinir el sentido de nuestros proyectos y los procedimientos metodoloógicos concretos a partir de los que desarrollamos nuestro trabajo, y también a transformar las relaciones que establecemos con las personas con quienes colaboramos. Es una caja de herramientas que busca ampliar el campo de lo posible y lo pensable en investigación.

Autor (a): Aurora Álvarez Veinguer. Alberto Arribas Lozano. Gunther Dietz. [Editoras y Editores]

Aurora Álvarez Veinguer. Alberto Arribas Lozano. Gunther Dietz. Alberto Colin. Ariana S. Cota. María Espinosa Spínola. Adolfo Estalella. Ana Paula Félix Mandoki. Rocío García Soto. Pablo Gómez Pinilla. Carmen Gregorio Gil. Ángel Luis Lara. Lola Martínez Pozo. Laura Selene Mateos Cortés. Mariana Mora Bayo. Antonia Olmos Alcaraz. Mayra Ortiz Ocaña. Paula Pérez Sanz. Norma Rosales-Anderson. Maria Paula Saffon Sanín. Tomás Sánchez Criado. Stefano Sartorello. Luca Sebastiani. Jaime Vera Alpuche. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 987-722-629-4

Idioma: Español

Descarga: Investigaciones en movimiento. Etnografías colaborativas, feministas y decoloniales

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2295&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1471

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Libro (PDF): Ocho escritores latinoamericanos del siglo XX

Reseña: CLACSO

El libro: Ocho escritores latinoamericanos del siglo XX, muestra Resultados de investigación presentados en cinco tesinas y tres tesis de la Especialización en Literatura Mexicana del Siglo XX que se imparte en la UAM-Azcapotzalco y de la Maestría en Letras Hispanoamericanas que ofrece la Universidad de Colima, respectivamente. Egresados de ambos programas analizan, en los ocho capítulos que componen este libro, la obra de siete escritores mexicanos y uno argentino, Oliverio Girondo, el cual extiende el horizonte de estudio del ámbito mexicano a América Latina

 

Autor/a:                               García Cárdenas, Lidia –   Pérez García, Rocío del Carmen –   Sánchez Ramos, Nélida –   Saravia, Marina –   Rodríguez González, Alberto –   Vergara, Gloria – Compilador/a o Editor/a  Flores Flores, Ociel – Compilador/a o Editor/a  Castillo Alvarado, Olivia – Autor/a  Madrigal Campos, Rosa Carmen –   Landín Vargas, Abelina
Editorial/Editor: División de Ciencias sociales y Humanidades
Año de publicación:  2010
País (es): México
Idioma: Español
ISBN :  978-607-477-114-5
Descarga:   Ocho escritores latinoamericanos del siglo XX
Fuente e imagen:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/

 

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