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Stephen Hawking: «Este es el momento más peligroso para nuestro planeta»

Por: VeoVerde.07/12/2016

El célebre astrofísico hizo referencia a la gravedad de las amenazas globales que acechan a la Tierra en este tiempo.

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Entrevista: A Ernesto Samper, secretario de UNASUR: «Tenemos que preservar a la región como una zona de paz en el mundo»

Por: Camila Vollenweider

Desde que asumió la Secretaría General de la UNASUR, ¿cuál cree usted que han sido los principales logros, y en qué aspectos institucionales se ha visto fortalecida?

Pienso que el principal logro es haber conseguido posicionar a UNASUR como un interlocutor político dentro de la región. UNASUR nació como resultado de una serie de procesos políticos complejos a finales del siglo pasado, que suscitaron la necesidad de crear una entidad que defendiera conceptos políticos como el de la preservación de esta región como una zona de paz en el mundo, la vigencia de la continuidad democrática como un propósito de mantener a la región dentro de unos estándares de participación ciudadana, y la vigencia de los derechos humanos en términos generales. Esa defensa, por supuesto, supone unos niveles de interlocución política que creo que de alguna manera he logrado mantener durante el tiempo que llevo en esta Secretaría.

En cuanto a lo institucional, hemos reforzado la segunda tarea más importante de UNASUR que es ser un generador de políticas públicas. UNASUR funciona con 12 Consejos Sectoriales y 6 Grupos de Trabajo, y hemos reagrupado estos Consejos en función de ciertas prioridades. Por ejemplo, hay alrededor de 3 agendas centrales: una agenda social, cuyo propósito fundamental es la inclusión; una agenda económica, cuyo propósito fundamental es la productividad, y una agenda política cuyo propósito fundamental es la participación ciudadana. A partir de esa reorganización creo que hemos fortalecido la presencia política de UNASUR.

Pasados ya 9 años de la creación de UNASUR, ¿cómo analizaría la situación actual del proceso de integración unasureño?

Yo tendría que separar lo que fue el momento en que asumí la Secretaría de UNASUR, que fue una especie de “luna de miel” donde todos los países, de alguna manera, estaban enfocados en unos logros específicos, había niveles de crecimiento importantes. Todos los países de la región -sin excepción-, habían logrado sacar cerca de 180 millones de personas de la pobreza, había unos logros específicos y una gobernabilidad relativamente garantizada. Hoy debo reconocer que la crisis económica, de alguna manera, ha “contaminado” la política y las posibilidades de mantener los logros sociales, y eso de alguna forma se ha traducido en dificultades de gobernabilidad. Por supuesto que en la región se mantienen unos propósitos comunes y no se ha renunciado a cierto tipo de principios pero estamos en dificultades porque la mala economía ha traído una mala política y esa política ha dificultado las posibilidades de mantener unos equilibrios en materia de integración.

Sabemos que dentro del grupo de países que conforman la UNASUR hay divergencias respecto de las políticas comerciales con otros países o bloques, particularmente Estados Unidos y la Unión Europea. ¿Cómo afecta esto a los procesos de integración, siendo que cada vez son más los países que están manifestando su voluntad de avanzar en estos Tratados de Libre Comercio?

Hay que partir del concepto básico según el cual nuestro propósito fundamental es articular un proyecto político de región, y los temas que tienen que ver con la parte de la integración comercial y económica están en otro nivel. Podríamos sintetizar esta especie de dicotomía diciendo que nosotros somos partidarios de un regionalismo abierto en lo económico, pero con una integración política en lo regional. O sea, es válido que los países, en función de sus intereses, encuentren unos relacionamientos a través de mecanismos, como pueden ser la Alianza del Pacífico, la participación de los países petroleros en la OPEP o, de alguna forma, el liderazgo que está ejerciendo Brasil en el seno de los BRICS. Todo eso es absolutamente válido dentro de un concepto de regionalismo abierto en lo económico y cuando no haya un renunciamiento a los principios políticos fundamentales que hablábamos.

Respecto de lo que ocurrió aquí en Ecuador con el terremoto, ¿UNASUR cuenta con programas o políticas específicas para abordar este tipo de catástrofes naturales en la región?

Mi experiencia como ex Presidente de un país en el cual los desastres no son cosa excepcional, es que a veces termina siendo mayor desastre el manejo de los desastres que los desastres mismos. Por eso hemos impulsado desde UNASUR un Manual de Manejo de Riesgos Naturales que ya fue consensuado y aprobado por los Cancilleres y por los responsables del tema, que permite, hacia adelante, que haya una coordinación, inclusive un apoyo operativo cuando ocurren situaciones como la del terremoto. El martes de esta semana viajamos con los embajadores de UNASUR a las zonas cero; estuvimos en Manta y fuimos a hacer entrega de algunos apoyos que hemos conseguido con recursos que recogimos entre nosotros mismos. Pero también hablamos sobre ciertos temas, por ejemplo, experiencias que tienen algunos países en el manejo de albergues. Actualmente hay 40.000 personas en albergues de la zona del terremoto, la política hacia los sectores poblacionales que padecen alguna minusvalía, que son los que quedan doblemente minusválidos porque no tienen capacidad de movilizarse, apoyar la iniciativa que ha adoptado el Presidente Correa que haya una Secretaría Operativa que de alguna manera se adelante y permita coordinar los primeros apoyos, los primeros auxilios, que son los más importantes, y los que vienen después, cuando la gente ya se olvidó que existió la tragedia. Estamos trabajando en función de lo que tenemos para ofrecer pero, en síntesis, hay un manual que hacia el futuro va a permitir que los países respondan coordinada, oportuna y pertinentemente a la ocurrencia de este tipo de desastres naturales.

¿Cómo ve el futuro de los proceso de paz en Colombia?, ¿Cuáles cree ud. que son los principales frenos para alcanzar un acuerdo de paz y, también, los distintos “proyectos” de paz por los que clama cada uno de los actores del conflicto?

Empezaría por distinguir lo que es el proceso de paz con las FARC del proceso de paz con el ELN. El proceso de paz con las FARC es un proceso que tiene raíces en las luchas campesinas de los años cincuenta, es un movimiento principalmente rural, con una clara influencia internacional de lo que fue la Unión Soviética, en su momento, de “revolución en marcha”. El proceso del ELN es, quizás, más complejo. Tiene raíces fuertemente urbanas, muy vinculado con las reivindicaciones petroleras de los años setenta y ochenta, ahora con la minería, profesionales -muchos de ellos identificados con la línea maoísta-; o sea, que los dos orígenes de los dos procesos ponen en marcha dos agendas. Sin embargo creo que, hábilmente, se ha conseguido por parte del Gobierno y, por supuesto, de los grupos guerrilleros, coincidir en más de un 60% en las dos agendas. Vamos a trabajar con dos mesas paralelas, con dos agendas, pero con un solo proceso de reconciliación. Y en ese sentido temas como la importancia que tiene las víctimas en los dos procesos, los mecanismos de la justicia transicional para garantizar el paso del conflicto al post conflicto, me parece que, de alguna manera, ayudan a darle solidez al proceso como un todo.

Ahora, claro que la paz tiene enemigos, y tiene enemigos poderosos que han comenzado a mostrar sus dientes, en cuanto han visto que el proceso avanza en forma definitiva. Y lo hacen utilizando su condición de poderes fácticos. No son actores políticos que estén cuestionando el proceso de paz; son actores políticos sin responsabilidad política que, desde los medios, desde los grupos económicos, están de alguna manera tratando de minar el proceso por debajo. Y creo que ellos han encontrado un momento preciso porque este es el momento de la verdad, por lo menos en el de las FARC, que es cuando ya la gente no sólo tiene que pedir sino también dar, y este es el momento en el que se está pactando la desmovilización, el desescalamiento, el reintegro, que son los temas más difíciles para decidir. De tal manera que sí, es un momento delicado y difícil, pero estoy confiado y optimista de que se va a llegar a un buen puerto.

¿Cree que el proceso de destitución abierto recientemente en Brasil contra la Presidenta Rousseff puede tener implicancias en la estabilidad democrática de la región?

Es claro que el juicio apenas comienza, que en este momento esperamos que a la Presidenta se le dé el derecho a su legítima defensa y, por lo que nosotros conocemos del proceso, no hay una imputación que razonablemente pueda llevar hoy a pensar que se justifica su desvinculación permanente del Poder Ejecutivo. Nosotros vamos a seguir muy atentos al proceso, al juicio; hemos reclamado el derecho de la Presidenta a su defensa adecuada. También vamos a seguir trabajando con el nuevo gobierno en los temas que tienen que ver con UNASUR, por supuesto. Brasil es un actor muy poderoso en la región, pesa mucho, y sería ingenuo desconocer que lo que pasa en Brasil no va, de alguna manera, a afectar para bien o para mal lo que suceda en la región. Y esta no es la excepción.

¿Cómo puede incidir el giro ideológico en varios gobiernos de la región respecto de las concepciones de defensa y seguridad, teniendo en cuenta que desde la UNASUR se ha buscado impulsar una noción diferente a la planteada históricamente por Estados Unidos?

Espero que no tengan una mayor influencia. La región, lleva muchísimos años -no sólo los que lleva UNASUR- tratando de caracterizar un espacio distinto, independiente, en materia de defensa. Cuando estaba vigente el sistema interamericano los ejércitos de la región trabajaban con hipótesis de conflicto. Los juegos de guerra eran por ejemplo “qué pasará si Venezuela invade a Colombia o si Perú ataca a Bolivia”; en fin, eran juegos de guerra que empezaban por crear situaciones de conflicto entre nosotros mismos. Pienso que si en algo se ha avanzado en materia política en la región es que estamos trabajando con hipótesis de confianza: es la confianza que tienen los altos mandos entre sí para reunirse y encontrar las bases de una política de seguridad hemisférica que están muy lejos de ser lo que eran las viejas políticas de la seguridad nacional. A mí me parece que es una agenda que se va a mantener, entre otras cosas, porque no hay ninguna posibilidad en este momento de pensar que pueda existir un golpe militar en la región.

Finalmente, ¿cuáles son los principales desafíos que tiene la UNASUR para los próximos años?

Creo que está muy supeditado a lo que hablamos al comienzo, por eso me parece una excelente pregunta para terminar. Tenemos que preservar a la región como una zona de paz en el mundo. En un mundo lleno de conflictos étnicos, religiosos y propios de la Guerra Fría, no deja de ser una buena noticia que nuestra región sea un oasis de paz; no es que no existan conflictos, pero éstos no buscan solucionarse con violencia, de allí la importancia de cerrar el conflicto colombiano, que es el último conflicto armado importante que queda en el hemisferio. Segundo, tenemos el desafío de mantener la continuidad democrática, y esta no es una tarea fácil porque, como ya he señalado, la crisis económica ha complicado la política. El mayor desafío que tiene en este momento la región, o los dos mayores desafíos, son en primer lugar evitar que la crisis económica comience a costarnos en términos de las personas que logramos sacar de la pobreza en los últimos años. Hay cifras ya preocupantes de que, en estos meses de crisis económica, ya más de 8 o 10 millones de personas que habían dejado de ser pobres han vuelto a serlo y, en segundo lugar, superar las condiciones de este modelo extractivo de desarrollo que tenemos que nos lleva a vivir de lo que le sacamos a la tierra por encima y por debajo sin que hayamos sido capaces de agregarle valor a esto que tenemos.

Y claro, está el gran proyecto que estamos trabajando con ayuda de amigos, como Jacques Ramírez, que es el proyecto de la ciudadanía suramericana. La integración no es sólo un problema de movilidad de cosas o de servicios, sino que es esencialmente un problema de movilidad de personas y tenemos que otorgar derechos a esas personas en movilidad. Y si uno se pone a hacer una radiografía al alma de Suramérica se da cuenta de que si algo está caminando bien hoy día es el interés que tienen los suramericanos por no irse al extranjero. Y definen al extranjero como todo lo que hay por fuera de Suramérica. Entonces, que haya suramericanos que piensen que su país es Suramérica, y que lo que quieren es migrar dentro de su país y buscar oportunidades y cambiar dentro de su país, dentro de su gran país, pues creo que tenemos muchas posibilidades de fortalecer la integración.

 Fuente: http://www.celag.org/entrevista-a-ernesto-samper-secretario-general-de-unasur-tenemos-que-preservar-a-la-region-como-una-zona-de-paz-en-el-mundo-por-camila-vollenweider/

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La Revolución silenciosa de las mujeres Iraníes

Por: Florence Beaugé. Nueva Sociedad. 03/12/2016

En Irán, la creciente presencia de las mujeres en todas las esferas de la vida social resulta cada vez más relevante. Mientras el régimen persigue a las jóvenes en virtud de su «vestimenta inadecuada», muchas de ellas establecen una suerte de juego entre el gato y el ratón con las policías de costumbres, al tiempo que lograron derribar algunas de las barreras que aún les impiden avanzar. Su elevado nivel de instrucción (son mayoría en las universidades) facilita su independencia y la reivindicación de sus derechos, todavía postergados por la tradición islámica del país persa.

Un grupo de adolescentes entra riendo al vagón y se sienta alegremente en el suelo, a falta de asientos libres. Con las sacudidas del vagón, sus velos se deslizan por sus hombros, descubriendo sus cabellos. Poco importa: aquí no hay sino pasajeras. En el subterráneo de Teherán, que entró en servicio a fines de la década de 1990, los coches primero y último están reservados para las mujeres. Suben allí «para estar tranquilas», dicen ellas. La atmósfera es distendida. Los demás vagones son mixtos. En ellos, las parejas jóvenes se toman de la mano, sin problemas.

Moderno y limpio, el subterráneo de Teherán es lo único que permite escapar a los embotellamientos y la contaminación. Por el momento, hay cinco líneas en servicio. Las estaciones desfilan, bautizadas con los nombres de «mártires» de la guerra contra Irak (1980-1988). Hace 28 años que terminó el conflicto, que en total causó cerca de medio millón de muertos, pero el poder no dejó de cultivar su memoria. El subterráneo ilustra las contradicciones de la República Islámica. Allí se codean atuendos elegantes, de colores vivos, y ropa de todos los días, muy gastada. En promedio, cinco chadores negros y estrictos –la vestimenta de rigor de las empleadas de la administración– cada dos velos coloridos. No se ven figuras herméticamente cubiertas. Y luego, escenas inesperadas: vendedoras ambulantes ofrecen corpiños, pequeños culotes, carteras…

Treinta y siete años después de la Revolución Islámica, a pesar de una legislación que les concede menos derechos que a los hombres, las mujeres desempeñan un rol fundamental en Irán. Se hacen lugar en todos los sectores, aun si la mayoría de los altos cargos de la administración todavía siguen cerrados para ellas. En virtud de una lectura estricta del Corán, las mujeres no pueden ser juezas de pleno derecho ni interpretar los textos sagrados, aun si acceden al rango de ayatolá (el grado más alto en el clero chiita). Pero pueden ser arquitectas, jefas de empresa, ministras… El Parlamento cuenta con nueve diputadas (todas conservadoras) y acaba de ser designada una primera embajadora: Marzieh Afjam asumió su cargo en Kuala Lumpur en noviembre de 2015. Nada es fácil: las mujeres deben luchar para imponerse. Y, sobre todo, para hacer que se reconozcan sus derechos en un país en el que sufren discriminaciones en todos los niveles.

Para casarse, trabajar, viajar, abrir una cuenta bancaria o heredar están sometidas a leyes inicuas y dependen de la voluntad del jefe de familia. Por ejemplo, contrariamente a su marido, para divorciarse una mujer deberá fundamentar su decisión ante el juez y esperar su autorización. Los hijos le serán confiados hasta los dos años en el caso de un varón, hasta los siete en el de una niña. Luego, es el padre quien tendrá la tenencia, a menos que la rechace. En cuanto a la autoridad parental, corresponde al padre, aunque los niños vivan con su madre. «El hombre es rey en la ley», como lo resume Azadeh Kian, profesora de sociología política.

Las cifras oficiales subestiman el trabajo de las mujeres: solo 14% tendría un empleo. En realidad, sumando el trabajo en negro y la agricultura, entre 20% y 30% de ellas ejercen una actividad regular. Y esto no es más que el comienzo. La demanda femenina para integrar el mercado de trabajo aumenta muy rápido. En las universidades, 60% de los estudiantes son mujeres. «Ganaron la batalla de la licencia y de la maestría. Pronto, ganarán la del doctorado», predice el antropólogo Amir Nikpey. Para él, las iraníes se encuentran prácticamente en la situación de las francesas de los años 1940 o 1950: presentes en todas partes en el espacio público, pero sin poder real, salvo algunas pocas excepciones, y con frecuencia en lo bajo de la escala económica.

Toda la sociedad cambia

De año en año, conquistan nuevos bastiones. «Es el país que forma más ingenieras», resalta Kian, antes de recordar que la primera mujer que obtuvo la Medalla Fields (equivalente al Premio Nobel en el área de matemática), en 2014, Maryam Mirzajani, es iraní. «En las provincias del sur, en particular en Baluchistán, de mayoría sunita[mientras que Irán es chiita en 90%], predomina la cultura árabe, más machista.Además, allí hay numerosos casos de poligamia, mientras que en el resto del país los iraníes son monógamos. Pero allí también el rol de las mujeres va creciendo. Es una evolución global de la sociedad», indica el economista Thierry Coville. «El cambio más notable en Irán es la toma de conciencia de la importancia de la educación como medio para acceder a la independencia», confirma Kian. Se lo suele ignorar, pero la escolarización de las niñas es seguramente la principal conquista de la Revolución Islámica de 1979. «Paradójicamente, las familias tradicionales lo aceptaron porque ¡se trataba de la República Islámica! Cuando voy a pueblos alejados, los hombres me dicen: ‘El ayatolá Jomeini envió a las mujeres al frente y a las pequeñas a la escuela. ¡Yo hago igual!’», explica la socióloga de religiones Sara Shariati, profesora en la Universidad de Teherán.

Primera consecuencia: las mujeres se casan más tarde y, sobre todo, solo tienen dos hijos en promedio, frente a los siete que tenían durante los primeros años de la Revolución Islámica, marcados por una política natalista. A intervalos regulares, las autoridades recuerdan que sería preferible que hubiera 100 millones de iraníes antes que los 78 millones actuales, pero las mujeres hacen oídos sordos. «No retrocedimos ni siquiera durante los años de [Mahmud] Ahmadineyad1. Seguimos avanzando como un auto que marcha con las luces apagadas en la noche», bromea Shahla Sherkat, directora de la revista femenina Zanan Emrouz. Su publicación cumplió una suspensión de seis meses por haber dedicado un número a un tema «candente»: la unión libre. En Teherán, serían varias decenas de miles los que viven en concubinato. La unión libre difiere del «matrimonio temporal», permitido por el chiismo, pero mal visto y poco practicado en Irán. «En nuestro dossier evitamos hacer cualquier juicio; no incitamos para nada a la unión libre, incluso alertamos sobre sus riesgos», se defiende Sherkat. Sin embargo, los conservadores protestaron y cayó la sanción. Cuando la directora de Zanan Emrouz fue convocada por la justicia, en primer lugar se le reprochó ser «feminista» –una injuria en Irán–. Para defenderse, clamó que ella no hacía otra cosa que «reflejar la realidad» de la sociedad iraní. Fue en vano. «En Irán, el problema es que las instituciones y los hombres piensan que si reclamamos nuestros derechos, vamos a descuidar nuestro rol de madres y esposas», suspira.

  • 1.Mahmud Ahmadineyad fue presidente de la República Islámica entre 2005 y 2013, de tendencia conservadora.

Fuente: http://nuso.org/articulo/la-revolucion-silenciosa-de-las-mujeres-iranies/

Fotografía: http://nuso.org/

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Peru-Brasil: La «carretera de la muerte» que dividirá a pueblos indígenas aislados

Por: Ecoportal-03.12.2016

La vía conectaría Puerto Esperanza (en el sureste de Perú) con la ruta interoceánica que atraviesa Perú y Brasil. Un nueva «carretera de la muerte» promovida por un polémico sacerdote italiano «dividirá en dos la tierra de varios pueblos indígenas aislados en el corazón de la frontera amazónica de los no contactados», según denuncia este jueves Survival International.

vía conectará Puerto Esperanza (en el sureste de Perú) con la ruta interoceánica que atraviesa Perú y Brasil. Así, según la ONG, el trayecto invadirá una parte de la denominada «Frontera Amazónica de los no contactados», una región que se ubica a lo largo del borde peruano-brasileño y que cuenta con la mayor concentración de pueblos indígenas aislados del mundo.

«Si la carretera sale adelante destruirá a los pueblos indígenas aislados y su ‘desarrollo’ terminará para siempre», denunció el director de Survival Internacional, Stephen Corry, quien pidió al Gobierno de Perú «respeto por los derechos humanos fundamentales y por el cumplimiento de la ley».

A pesar de que el Congreso peruano rechazó la construcción de la carretera en el año 2012, las obras han proseguido de forma ilegal durante estos años, y ahora el proyecto ha vuelto a ser propuesto por Carlos Tubino, del partido político Fuerza Popular.

Además, la nueva vía cuenta con el respaldo de Miguel Piovesan, un polémico cura católico que ha descrito a los pueblos indígenas de la región como «prehistóricos» y que ha arremetido contra las ONG internacionales por manifestar sus inquietudes sobre este plan.

De hecho, en su boletín parroquial, el sacerdote  declaró: «No aceptamos la idea del aislamiento como un deseo natural de ellos. No lo comprobamos. Son entelequias de quienes sólo conocen a los pueblos indígenas de visita o por investigaciones basadas en hipótesis que nunca se comprueban en el campo».

Sin embargo, según datos de Survival International, alrededor del 80% de los entre 3.000 y 4.000 habitantes de la zona son indígenas, y la mayoría se oponen a este proyecto. La ONG estima que hay alrededor de 15 tribus no contactadas en Perú, muchas de las cuales se encuentran en la región donde se construiría la carretera.

Para Emilio Montes, presidente de la organización indígena FECONAPU, esta carretera no beneficia a los indígenas, «sino más bien a los madereros, mineros y petroleros ilegales y también a los narcotráficos». «Atenta contra la vida de nuestros hermanos aislados, como los mashco-piros (…) Necesitamos otros tipo de desarrollo con manejo sostenible de nuestros recursos«, concluyó.

Foto: Indígenas aislados mashco-piros en 2011. Son una de las muchas tribus que podrían sufrir los impactos de la carretera© Jean-Paul Van Belle

Ecoportal.net

Actualidad RT

https://actualidad.rt.com/

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Aceite de palma: Marcas globales se benefician de trabajo infantil y forzoso

Por: Amnistía Internacional/03-12-2016

Unilever, Nestlé, Procter & Gamble, entre las nueve empresas muy conocidas que contribuyen a abusos laborales

Las empresas de alimentación y productos para el hogar más populares del mundo venden alimentos, cosméticos y otros artículos de uso diario que contienen aceite de palma manchado por estremecedores abusos contra los derechos humanos en Indonesia, donde niños de sólo ocho años trabajan en condiciones peligrosas, afirma Amnistía Internacional en un nuevo informe publicado hoy.

El informe, The great palm oil scandal: Labour abuses behind big brand names, investiga las plantaciones de aceite de palma en Indonesia gestionadas por el mayor productor de aceite de palma del mundo, la empresa agroalimentaria Wilmar, con sede en Singapur, y sigue el rastro del aceite de palma hasta nueve empresas de ámbito global: AFAMSA, ADM, Colgate-Palmolive, Elevance, Kellogg’s, Nestlé, Procter & Gamble, Reckitt Benckiser y Unilever.

Gigantes empresariales como Colgate, Nestlé y Unilever aseguran al público consumidor que sus productos utilizan ‘aceite de palma sostenible’, pero nuestras conclusiones revelan que el aceite de palma dista mucho de serlo.
Meghna Abraham, investigadora principal de Amnistía Internacional

“Las empresas miran hacia otro lado ante la explotación de trabajadores y trabajadoras en su cadena de suministro. Pese a prometer a sus clientes que no habrá explotación en sus cadenas de suministro de aceite de palma, las grandes marcas siguen aprovechándose de terribles abusos. Estas conclusiones sorprenderán al público consumidor que piensa que toma decisiones éticas en el supermercado cuando compra productos que dicen usar aceite de palma sostenible”, ha afirmado Meghna Abraham, investigadora principal de Amnistía Internacional.

“Gigantes empresariales como Colgate, Nestlé y Unilever aseguran al público consumidor que sus productos utilizan ‘aceite de palma sostenible’, pero nuestras conclusiones revelan que el aceite de palma dista mucho de serlo. El aceite de palma que se produce usando trabajo infantil y trabajo forzoso no tiene nada de sostenible. Los abusos descubiertos en las actividades de producción de aceite de palma de Wilmar no son incidentes aislados sino hechos sistémicos y una consecuencia predecible de la práctica empresarial de Wilmar.

“Algo no está bien cuando nueve empresas que tuvieron unos ingresos conjuntos de 325.000 millones de dólares en 2015 no pueden tomar medidas para abordar el atroz trato que reciben las personas que trabajan en la producción de aceite de palma, que además ganan una miseria.”

Amnistía Internacional afirma que hará campaña para pedir a las empresas que digan a sus clientes si el aceite de palma que contienen productos populares como los helados Magnum, el dentífrico Colgate, los cosméticos Dove, la sopa Knorr, KitKat, el champú Pantene, Ariel, y Pot Noodle procede de las actividades de Wilmar en Indonesia.

Abusos sistemáticos en la cadena de suministro de grandes empresas

Amnistía Internacional habló con 120 personas que trabajan en plantaciones de palma propiedad de filiales de Wilmar y tres proveedores de Wilmar en Kalimantan y Sumatra, Indonesia. La investigación sacó a la luz una amplia variedad de abusos, como por ejemplo:

  • Se obliga a las mujeres a trabajar muchas horas bajo la amenaza de reducir su salario, se les pagan cantidades inferiores al salario mínimo –en casos extremos, ganan sólo 2,50 dólares de EE. UU. al día– y se las mantiene en una situación de inseguridad en el empleo, sin pensiones ni seguro de enfermedad;
  • Niños de sólo 8 años realizan trabajo físico duro y peligroso, en algunos casos tras haber dejado de asistir a la escuela para ayudar a sus progenitores en la plantación;
  • Trabajadores y trabajadoras que sufren graves lesiones debido al paraquat, una sustancia química sumamente tóxica que sigue utilizándose en las plantaciones pese a estar prohibida en la Unión Europea y por la propia Wilmar;
  • Se obliga a las personas a trabajar al aire libre sin equipos de seguridad adecuados a pesar del riesgo de sufrir daños respiratorios derivados de los peligrosos niveles de contaminación causados por los incendios forestales de agosto a octubre de 2015;
  • Se obliga a las personas a trabajar muchas horas para cumplir objetivos absurdamente altos, algunos de los cuales implican tareas muy exigentes desde el punto de vista físico, como utilizar equipos manuales pesados para cortar frutos de árboles de 20 metros de altura. Intentar cumplir los objetivos puede causar un considerable dolor físico a los trabajadores, que también hacen frente a diversas sanciones por cosas como no recoger los frutos de palma del suelo o recoger frutos que no están maduros.

Wilmar reconoció que tiene planteados problemas laborales en sus actividades. A pesar de estos abusos, tres de los cinco palmicultores a los que Amnistía Internacional investigó en Indonesia están certificados como productores de aceite de palma “sostenible” en virtud de la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible, organismo creado en 2004 para limpiar el sector del aceite de palma tras los escándalos medioambientales.

“Este informe muestra con claridad que las empresas han utilizado la Mesa Redonda a modo de escudo para desviar un mayor escrutinio. Nuestra investigación reveló que esas empresas tienen políticas firmes sobre el papel, pero ninguna pudo demostrar que hubiera identificado riesgos obvios de abusos en la cadena de suministro de Wilmar”, ha afirmado Seema Joshi, responsable de Empresas y Derechos Humanos.

Las conclusiones plantean dudas sobre las afirmaciones de “sostenibilidad”

A partir de información y datos sobre exportaciones publicados por Wilmar, Amnistía Internacional siguió
el rastro del aceite de palma hasta nueve empresas productoras de alimentos y artículos para el hogar de ámbito mundial. Al ser contactadas, siete de estas empresas confirmaron que compran aceite de palma procedente de las actividades de Wilmar en Indonesia, pero sólo dos –Kellogg’s y Reckitt Benckiser– se mostraron dispuestas a aportar algún detalle acerca de qué productos estaban afectados. [Detalles sobre las respuestas de las empresas disponibles aquí]

Todas estas empresas, salvo una, son miembros de la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible, y en sus sitios web o en las etiquetas de sus productos afirman que utilizan “aceite de palma sostenible”. Ninguna de las empresas con las que Amnistía Internacional se puso en contacto negó que los abusos tuvieran lugar, ni aportó ejemplos de medidas adoptadas para ocuparse de los abusos contra los derechos laborales en las actividades de Wilmar.

Las empresas deben ser más transparentes en cuanto a los ingredientes de sus productos
Seema Joshi, responsable del equipo de Empresas y Derechos Humanos

“El público consumidor querrá saber qué productos están relacionados con abusos y qué artículos no lo están. A pesar de someter a su consideración abusos tan terribles en las actividades de un proveedor importante, las empresas han mantenido una actitud muy hermética en lo referente a qué productos concretos están afectados”, ha afirmado Seema Joshi.

“Las empresas deben ser más transparentes en cuanto a los ingredientes de sus productos. Deben revelar la procedencia de las materias primas de los productos que encontramos en los estantes de nuestro supermercado. Hasta ese momento, estarán de alguna manera beneficiándose de los abusos laborales que se cometan y contribuyendo a ellos. Las empresas muestran una absoluta falta de respeto por una clientela que piensa que toma decisiones éticas cuando paga en caja esos artículos.”

Las peores formas de trabajo infantil al descubierto

El informe documenta cómo niños de entre 8 y 14 años llevan a cabo trabajos peligrosos en plantaciones propiedad de filiales y proveedores de Wilmar y gestionadas por ellos. Trabajan sin equipos de seguridad en plantaciones donde se utilizan pesticidas tóxicos, y transportan pesadas bolsas de frutos de palma que pueden pesar de 12 a 25 kilos. Algunos han abandonado la escuela para trabajar con sus progenitores durante todo el día o gran parte de él. Otros trabajan por la tarde después de asistir a la escuela, y durante los fines de semanas y los periodos vacacionales.

Un niño de 14 años que recolecta y transporta frutos de palma en una plantación propiedad de Wilmar dijo a Amnistía Internacional que dejó se asistir a la escuela cuando tenía 12 años porque su padre estaba enfermo y no podía cumplir sus objetivos de trabajo. Dijo que sus hermanos de 10 y 12 años también trabajan en la plantación después de la escuela:

Dejé la escuela para ayudar a mi padre porque él ya no podía trabajar.
Niño de 14 años que trabaja en la producción del aceite de palma

“Ayudo a mi padre cada día desde hace unos dos años. Estudié hasta sexto grado en la escuela. Dejé la escuela para ayudar a mi padre porque él no podía hacer ya el trabajo. Estaba enfermo. […] Lamento haber dejado la escuela. Me habría gustado ir a la escuela para ser más listo. Me gustaría ser profesor.”

El trabajo físicamente exigente y agotador puede causar daños físicos en los niños de corta edad. Un niño de 10 años, que también abandonó la escuela para ayudar a su padre y trabaja para un proveedor de Wilmar, dijo que cuando tenía 8 años se levantaba a las 6 de la mañana para recoger y transportar frutos de palma sueltos. Dijo que trabaja seis horas cada día, excepto el domingo:

“No voy a la escuela. […] Transporto yo mismo la bolsa con los frutos sueltos pero sólo puedo llevarla medio llena. Es difícil transportarla, pesa mucho. Lo hago también bajo la lluvia pero es difícil. […]Tengo las manos doloridas, y me duele todo el cuerpo.”

Las mujeres trabajadoras hacen frente a trabajo forzoso, bajos salarios, discriminación y exposición a sustancias químicas tóxicas

El informe pone de relieve una constante discriminatoria de contratación como jornaleras ocasionales de mujeres a quienes se niega empleo permanente y prestaciones de seguridad social como seguro médico y pensiones.

Amnistía Internacional también documentó casos de trabajo forzoso y de capataces que amenazan a las mujeres trabajadoras con no pagarles o practicar deducciones en su salario para obligarlas a trabajar.

Una mujer que trabaja en una unidad dedicada al mantenimiento de plantas de palma refirió a Amnistía Internacional las presiones que recibía en forma de amenazas implícitas y explícitas para que trabajara más horas:

“Si no termino mi objetivo, me dicen que siga trabajando pero no me pagan el tiempo adicional. […] Mi amiga y yo dijimos al capataz que estábamos muy cansadas y queríamos marcharnos. El capataz nos dijo: si no queréis trabajar, marchaos a casa y no volváis. Es difícil trabajar porque el objetivo es horrendo. […] Me duelen los pies, me duelen las manos y me duele la espalda después de hacer el trabajo.”

Indonesia dispone de una legislación laboral rigurosa en virtud de la cual la mayoría de estos abusos pueden ser constitutivos de delito. Sin embargo, la aplicación de las leyes es deficiente. Amnistía Internacional pide al gobierno de Indonesia que mejore la aplicación de la ley y que investigue los abusos que se exponen en el informe.

Información complementaria: Cómo rastreó Amnistía Internacional la cadena de suministro desde la plantación hasta la multinacional

El equipo de investigación de Amnistía Internacional localizó el aceite de palma de refinerías o fábricas concretas suministrado directamente por las plantaciones investigadas en siete de las empresas: Colgate-Palmolive, Reckitt Benckiser, Nestlé, ADM, Elevance, AFAMSA, y Kellogg’s a través de su empresa conjunta. Las otras dos empresas –Unilever y Procter & Gamble– confirmaron que se abastecen de aceite de palma de Wilmar y de Indonesia pero no respondieron cuando Amnistía Internacional les preguntó de qué refinerías se abastecen. Dado que se abastecen de Indonesia y que Amnistía Internacional localizó el aceite de palma de las plantaciones que investigó en 11 de las 15 refinerías de Wilmar, es muy probable que su suministro proceda de al menos una o varias de estas refinerías.

Amnistía Internacional pidió a las empresas que confirmaran si el aceite de palma de una lista de sus productos de consumo procedía de las actividades de Wilmar en Indonesia: sólo dos empresas (Kellogg’s y Reckitt Benckiser) lo confirmaron. Colgate y Nestlé reconocieron que reciben aceite de palma de refinerías de Wilmar en Indonesia. Amnistía Internacional vinculó estas refinerías con plantaciones investigadas para este informe. Sin embargo, Colgate y Nestlé dijeron que ninguno de los productos enumerados por Amnistía Internacional contenía aceite de palma procedente de las operaciones de Wilmar en Indonesia, pero no dijeron cuáles de sus productos lo contenían. Otras dos (Unilever y Procter & Gamble) no corrigieron la lista. Las otras tres ofrecieron respuestas imprecisas o no respondieron.

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Reacción de la sociedad civil a la estrategia de la Comisión Europea respecto a los ODS

Por: Internacional de la Educación-30/11/2016

La Internacional de la Educación se suma a otras organizaciones de la sociedad civil para reclamar a los líderes de la Unión Europea que garanticen la plena implementación de los objetivos de desarrollo sostenible.

“Los ODS, adoptados hace un año por todos los Estados miembros de la ONU, representan una visión globalmente consensuada para un mundo mejor y más justo”, declaró un portavoz de SDG Watch Europe. “Brindan a la UE un nuevo marco para emprender un cambio crítico, dejando de lado el actual paradigma insostenible en el que las desigualdades van en aumento, el medio ambiente sufre degradación, se acelera el cambio climático, las riquezas y el poder político se concentran cada vez en menos manos, y muchas personas en Europa se sienten profundamente desligados de la Unión Europea, sus instituciones y sus políticos”.

Se requiere un cambio de política

La alianza insiste en que la UE debe desempeñar el papel que le corresponde promoviendo un modelo alternativo de desarrollo donde las personas, la justicia social, la protección de la salud y el medio ambiente, la democracia y la transparencia tengan un rol central. SDG Watch Europe está preocupada por el mínimo nivel de detalle respecto al plan de aplicación a nivel de toda la UE, que plantea interrogantes respecto a la voluntad de la UE de hacer realidad la visión transformadora de los ODS.

SDG Watch Europeconsidera que un cambio de dirección en áreas políticas clave sería la única manera en que los ODS podrían ser implementados de manera coherente por la UE y su Estados miembros. Muchas políticas europeas no hacen sino restar impulso a los ODS, además de incrementar la inseguridad económica, las desigualdades sociales y sanitarias, los daños al medio ambiente dentro y fuera de Europa, ocasionando una pérdida de confianza por parte de la opinión pública e inestabilidad política.

La alianza está además preocupada por la falta de consultas con la sociedad civil en el proceso de preparación de la Comunicación de la Comisión.

IE: Se debe hacer hincapié en la terminación de la educación

Pese a congratularse por los compromisos acordados por la UE, la Internacional de la Educación (IE) también lamentó la falta de consultas con la sociedad civil a nivel europeo, particularmente con los sindicatos de docentes.

“Acogemos favorablemente el compromiso con una educación de calidad y con el trabajo decente para todos, como áreas prioritarias para la Comisión”, subrayó el Secretario General de la Internacional de la Educación (IE), Fred van Leeuwen.

Pero añadió que la IE y los educadores europeos están sorprendido por el énfasis que se ha puesto en el acceso a la educación: “Luchamos muy duro para que en lugar del acceso a la educación se insista en la terminación de los ciclos de educación primaria y secundaria, tal como establece la meta 4.1 de los ODS, y esto ha de quedar reflejado en los siguientes pasos de la estrategia europea”.

Constatando que los sindicatos están debidamente reconocidos como asociados en el desarrollo sostenible, también subrayó que, aunque la IE y sus afiliadas están dispuestas a tener un papel activo, esto requiere “un diálogo social reforzado e institucionalizado”.

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El acoso sexual en los ámbitos laboral y educativo permanece invisible en América Latina y el Caribe, alerta la CEPAL

Por: CEPAL/27-11-2016

La mayoría de las víctimas son mujeres, quienes en muchas ocasiones no se atreven a denunciar, señala el organismo regional de las Naciones Unidas en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas.

El acoso y hostigamiento sexual en los ámbitos laboral y educativo, una de las formas en las que se manifiesta la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe, persiste como una conducta naturalizada e invisibilizada, alertó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas.

Si bien en las últimas décadas los países de la región han avanzado en la adopción de normas e iniciativas de políticas públicas para enfrentar la violencia contra las mujeres, en especial el feminicidio/femicidio, el acoso sexual ha tenido hasta ahora una presencia menor en el debate público, apuntó el organismo regional de las Naciones Unidas.

A partir la década de 1990, 15 países (13 de América Latina y dos del Caribe) cuentan con regulaciones legales contra el acoso sexual (leyes especiales, delitos tipificados en los códigos penales o como parte de las leyes de protección integral contra la violencia). De ese total, solamente ocho incluyen el acoso sexual también en el ámbito educativo: Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.

“Transcurridos más de 20 años desde las primeras leyes, persiste un insuficiente desarrollo de protocolos para la denuncia, fiscalización y seguimiento de los casos, así como la producción de conocimiento en relación con el fenómeno en nuestra región”, advirtió la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

En este esfuerzo, la Comisión ha publicado hoy el documento Otras formas de violencia contra las mujeres que reconocer, nombrar y visibilizar, que analiza cuestiones como las violencias obstétrica, política y mediática y el acoso sexual en el empleo, en el ámbito educativo y en los espacios públicos.

“Se trata –según el texto- de otras formas de violencia que socavan la autonomía de las mujeres en sus distintas dimensiones: violencias en los procesos reproductivos que impactan en la autonomía física; violencias mediáticas y simbólicas reproducidas en el discurso público, que restringen la autonomía política; y violencias en ámbitos sociales, educativos y laborales, que limitan el ejercicio de la autonomía económica de las mujeres”.

El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), coordinado por la CEPAL, difundió también hoy una Nota para la Igualdad centrada en el mismo tema, donde se enfatiza que “el acoso forma parte del continuo de la violencia contras las mujeres y su persistencia atenta contra su autonomía”.

El acoso sexual, plantea la Nota, es definido como cualquier avance sexual no deseado, peticiones de favores sexuales, conductas físicas, verbales o gestos de carácter sexual o cualquier otro comportamiento de naturaleza sexual que pueda ser razonablemente percibido como ofensivo o humillante por quien se ve afectado.

En el ámbito laboral, dicha conducta puede interferir con el trabajo, usarse como condición para el empleo o crear un ambiente laboral hostil u ofensivo. Aunque típicamente constituye un comportamiento recurrente, también puede tomar la forma de un solo incidente.

Entre las medidas recomendadas para su erradicación figuran el desarrollo de campañas que pongan en la discusión pública este tipo de violencia; la entrega de información acerca de la normativa vigente en los países, su alcance, las vías de denuncia y de seguimiento; la institucionalización de estrategias y medidas de prevención, sanción y reparación para las víctimas; y la incorporación en el currículo del sistema educativo el debate sobre el acoso como forma de violencia que debe ser erradicada.

Más información:

Para consultas, contactar a la Unidad de Información Pública de la CEPAL.

Correo electrónico: prensa@cepal.org; teléfono: (56) 22210 2040.

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