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Las mujeres que pararon dos meses a Franco

Por: pikaramagazine.com/06-02-2019

En 1962, una huelga minera que se inició por un conflicto laboral en Asturias terminó convirtiéndose en el mayor desafío político al que tuvo que enfrentarse el franquismo desde la finalización de la Guerra Civil: 300.000 trabajadores de todo el Estado español terminaron sumándose a un paro que se extendió durante dos meses. Fueron las mujeres de las Cuencas Mineras las que garantizaron las condiciones que lo hicieron posible.

A lo largo de la historia, ha habido –y hay– quienes saben que sí o sí aparecerán en los libros; quienes intuyen que sus aportaciones, para bien o para mal, podrán merecer la atención de los que la escriben; y quienes ni por asomo lo han contemplado. A este último sector pertenece la mayoría de la población y, en especial, de las mujeres, pero es ahí donde se ha hecho historia con mayúsculas, aquella que ha perpetuado la vida frente a la destrucción, que ha sembrado justicia frente a los privilegios y que se ha constituido en resistencia frente a quienes sostenían que conformarse era el mandato divino o legal.

En 1962, cuando el régimen franquista presumía de un supuesto milagro económico como estrategia para legitimarse y lavar su imagen internacionalmente, un grupo de mujeres y hombres pobres de un aislado valle asturiano conseguían lo impensable hasta el momento: abrir la brecha de la oposición política a partir de lo que empezó siendo, ni más ni menos, que una protesta laboral.

La esquiva primavera asturiana seguía haciéndose de rogar en la Cuencas Mineras en aquellos días de abril de 1962 en los que miles de hombres tenían aún que recorrer hasta dos horas a pie para llegar, aún de noche, a los pozos en los que iban dejándose los pulmones y la vida, para salir por un mísero sueldo, también de noche, a unas condiciones de vida que no diferían mucho de las que habían vivido sus antepasados un siglo atrás.

Con una diferencia abismal: las Cuencas habían sufrido la Guerra Civil y la posguerra con una virulencia especial, aquella que los golpistas consideraban que merecía una zona destacadamente roja y a la que tanto les había costado aplacar –que ya se había convertido en un símbolo de los movimientos obreros con su Revolución de 1934– y que durante años albergó en sus montañas a guerrilleros que se negaban a dar por vencida a la democracia.

Guerrilleros que no habrían podido subsistir sin el apoyo de la población civil que les protegía, nutría y esperaba, mayoritariamente conformada por mujeres. Una de ellas era Anita Sirgo, hija del guerrillero Avelino Sirgo, y enlace de la guerrilla desde los nueve años. Ser miembro de una familia republicana no sólo le costó no conocer a su padre –sólo lo vio una vez sin saber quién era–  y no saber aún ni en qué cuneta está enterrado, sino que sus abuelos y su madre fueran encarcelados y su tío ejecutado. Por todo ello, es una de las firmantes de la causa contra los crímenes del franquismo que se investiga en Argentina.

Pero Anita Sirgo es también una de las cientos de mujeres que hicieron posible la emblemática huelga minera de 1962, que tuvo su origen en unas sanciones de suspensión de empleo y sueldo a siete mineros que se atrevieron a pedir una subida del jornal que cobraban en el Pozo Nicolasa, en Mieres. Esto, que había ocurrido infinidad de veces anteriormente, desató un extraordinario movimiento de solidaridad que empezó entre sus propios compañeros , que se negaron a trabajar al día siguiente iniciando así una huelga de dos meses que se fue extendiendo, primero por las minas asturianas y siderúrgicas -60.000 obreros sólo en esta región-, y posteriormente por 23 provincias españolas. Según distintas fuentes historiográficas, llegaron a participar hasta 300.000 personas de todo el Estado español. Y todo ello, sin convocantes ni consignas, sin apenas hablar-se conoce también como ‘la huelga del silencio’– para evitar filtraciones y represión, y echando mano de una cultura muy interiorizada de la solidaridad de clase que “cuenta con unos mecanismos de identificación de quiénes son los nuestros y quiénes el enemigo que suelen funcionar de una manera muy espontánea ya que no requieren una militancia explícita”, explica Rubén Vega, historiador y autor del libro Las huelgas de 1962.

Concentración en Bruselas en solidaridad con las huelgas de 1962. (Archivo Fundación 1º de Mayo)

Tal fue la repercusión nacional e internacional –se celebraron actos de solidaridad en otros países europeos, y medios como The New York Times o Le Monde se hicieron eco de la rebelión–, que la huelga consiguió algo extraordinario, como lo define Vega: “Algo que no había ocurrido antes y que no volvió a ocurrir: que un ministro de Franco viniese no sólo a negociar con los huelguistas, sino que además cediese. Es peculiar, además, porque las minas eran privadas aún y el que negocia es un ministro, no la patronal ni los empresarios. Y porque las cesiones se decidieron en un Consejo de Ministros presidido por el dictador y se publicaron en el Boletín Oficial del Estado. Se conceden 75 pesetas por cada tonelada producida de carbón destinadas a la subida de los salarios”.

Como subraya Vega, en aquel momento los mineros llevaban ya más de un mes en huelga, un delito equiparable a la rebelión militar según la legislación vigente, lo que convirtió inmediatamente a la huelga en un desafío político y, sin embargo, el régimen negoció con quienes, bajo sus normas, eran delincuentes.

La última vez que los mineros habían visto incrementarse sus sueldos había sido en 1956, pero en 1962 el precio de alimentos básicos como el pan o las patatas se había encarecido entre un 50 y un 200 por ciento. “La huelga fue posible por una combinación de factores. Había descontento porque el régimen presumía de que la economía empezaba a tirar, pero la gente no veía mejorar su situación. La minería es un sector muy especial porque había una tradición muy fuerte de solidaridad que hizo que el conflicto estallase. Pero también por un relevo generacional. La mayoría de los detenidos y deportados por la huelga tenían una media de edad muy joven, gente que no había vivido la guerra y que, por tanto, tenían menos miedo”, resume Vega. De hecho, pese a que había actividades clandestinas de organizaciones como el Partido Comunista y de cristianos de base, no pudieron ver venir la huelga “y ni en sus mejores sueños hubiesen podido imaginar lo que iba a ocurrir”, añade. Aunque sí la apoyarían una vez desatada.

Hasta aquí el resumen del relato habitual de uno de los capítulos más heroicos del antifranquismo, con el que Asturias se labró parte de su merecida reputación obrera y rebelde. Pero, ¿quiénes aseguraron en gran medida las condiciones necesarias para mantener una huelga de dos meses?

“Yo he conocido a mujeres que han trabajado en todos los ámbitos de la mina”, explica Montserrat Garnacho Escayo, antropóloga de género natural de Mieres, y autora de numerosos libros y artículos sobre las mujeres en las minas asturianas.“Conocí a una mujer que fue picadora durante ocho años porque su marido no podía seguir por la silicosis. Como la paga que le correspondía no le daba para vivir a ellos y a sus hijos, le pidió al jefe que le dejara desempeñar su puesto. Rompió aguas picando, porque tuvo dos hijos más siendo minera. Pero, claro, la paga la cobraba a nombre del marido, porque en aquel momento era ilegal que las mujeres fueran mineras. Las mujeres están ocultas de la foto, pero estaban ahí”.

Niño trabajando en una mina asturiana (Fundación Montepío)

Las mujeres han trabajado en las minas -dentro y fuera- desde sus inicios, como los niños y las niñas, por ser un trabajo precario y denostado. También en Asturias, donde encontramos cómo fueron empleadas desde el siglo XIX también como picadoras cuando había aumentos de la demanda, como en la paralización de la siderurgia vasca por la Tercera Guerra Carlista o durante la I Guerra Mundial.Siempre cobrando la mitad que los hombres, 1,05 pesetas a finales del siglo XIX según un estudio de Fernando García Arenal, citado por Garnacho, y menos que los menores, que recibían entre 1,25 y 1,5 pesetas. Según esta estudiosa, en esta época se estima que unas 600 mujeres trabajaban en las minas asturianas de hulla.

Eso sí, cuando escaseaba la demanda, las mujeres volvían a ser relegadas a las labores que tradicionalmente desempeñaban como carboneras: cargar los vagones con el carbón extraído de los pozos, lavarlo –a menudo, con sus bebés al lado tragando el mismo polvo que también a ellas les provocaba silicosis, aunque no se le reconociese como enfermedad laboral–; e, incluso, recuperando el carbón que terminaba en las riberas de los ríos, cargándolo en cestos chorreantes de agua sobre sus cabezas durante kilómetros, para venderlo o tener así algo con lo que alimentar sus propias cocina de carbón. Eso sí, estos trabajos sólo eran aceptados socialmente si los desarrollaban antes de casarse. Si no, era cosa de las viudas de los ‘rojos’, de las madres solteras o que tenían a sus esposos en los campos de concentración, o “mujeres de mineros muertos en accidente a quienes se les ofrecía el medio jornal a cambio de la paga de viudedad, más miserable aún”, escribe Garnacho.

Carboneras en La Hueria ( Colección Asociación Amigos del Valle de La Hueria, San Martín del Rey Aurelio)

Pese a que sus condiciones eran mucho peores incluso que las de los mineros, no aparecen en el relato heroico de las condiciones que provocaron las huelgas de 1962, como tampoco lo hicieron sus vecinas y esposas, hijas y madres de los mineros que pagaron con cárcel, torturas y hambre la osadía de organizarse para que éstos cobraran algo más que una miseria.

Hombres que, por aquel tiempo, no tenían derecho siquiera a “una muda de ropa –porque llegaban por la noche con el uniforme empapado por el agua que caía en los túneles y no nos daba tiempo a secarlos, así lo pusiéramos en cuanto llegaban encima de la cocina de carbón–; o ducharse en un sitio cerrado y con agua caliente”, nos dice Anita Sirgo, que ya trabajaba en la clandestinidad para el Partido Comunista cuando se desató la huelga del 62. Su marido, Alfonso Braña, también implicado en la lucha antifranquista comunista, había sido despedido de la mina anteriormente, donde había trabajado como picador y vigilante, pero tanto ellos como sus hijas seguían viviendo en el edificio que se había construido en Lada (Langreo) para alquilárselo a los trabajadores de la mina. Desde allí, junto a otras mujeres como Constantina Pérez (Tina) y Celestina Marrón,gestaron y coordinaron la resistencia que haría posible una huelga de dos meses para unas familias que ya malvivían cuando tenían un salario y que “se convirtió en el primer gran desafío para el franquismo en términos de movilización obrera que, además, consiguió conectar este movimiento de trabajadores con el estudiantil, el intelectual –un centenar de ellos firmaron una carta de protesta dirigida al régimen- y el de mujeres -más de 200 se manifestaron en solidaridad con la huelga en la madrileña Puerta del Sol–”, analiza Vega.

Como no podíamos juntarnos más de siete mujeres porque no había derecho a la reunión, y ya estábamos fichadas, pues nos encontrábamos de a poquitas. Poníamos una cafetera y unas tazas en la mesa por si venía la Guardia Civil a ver qué estábamos haciendo, y nos poníamos de acuerdo sin poder tomar notas ni nada, todo era de memoria”, rememora Anita en la misma cocina en la que organizó gran parte del reparto de la propaganda, así como muchos de los piquetes que garantizaron el mantenimiento de la huelga. “Antes no había móvil, tenía que ser todo caminando y con la lengüina. Había veces que salíamos a hablar con las otras mujeres por la mañana y no volvíamos hasta por la noche”, explica esta mujer que a sus ochenta y ocho años no aparenta más de setenta, y que transmite tanta energía como calidez.

Anita Sirgo durante la entrevista en su cocina (Celia Cervero)

Anita Sirgo durante la entrevista en su cocina (Celia Cervero)

“La participación de las mujeres en la huelga fue decisiva desde el inicio, por ejemplo, con el reparto de propaganda que permitió que se extendiera por las Cuencas”, explica Vega. Fue así como las mujeres consiguieron romper con el cerco informativo de la censura franquista y con el aislamiento que sufrían las Cuencas, desde donde las noticias llegaban con días de retraso a ciudades como Gijón u Oviedo.

Para ello, las mujeres escondían bajo sus ropas las cuartillas, a sabiendas de que un delito así se pagaba con prisión. Y para asegurarse de que las mujeres que habían dado su palabra de que participarían en los piquetes no se echaban atrás, Sirgo y sus compañeras se levantaban a las cinco de la mañana para ir a buscar una a una a sus compañeras. Sabían, porque arrastraban el mismo dolor, que no debían temer sólo a los palos con los que la Guardia Civil las intentaba dispersar, ni a las represalias contra sus maridos, sino que eran perfectamente conscientes de que el franquismo no perdonaba la disidencia porque ellas mismas habían crecido rodeadas de familiares asesinados en las cunetas, encarcelados en campos de concentración o asediadas por el hostigamiento con el que en las Cuencas se perseguía a las ‘rojas’. “De aquella sabías que salías de casa, pero no si volvías. Recuerdo que el primer día de huelga que fuimos a buscarlas, estaban todas levantadas y no falló ninguna”.

Armadas con palos y maíz, cortaban los accesos a los pozos y regaban los caminos con los granos. El mensaje era claro, estaban llamando ‘gallinas’ a los que intentaban volver al tajo, sabiendo que pocas cosas peores se les podía llamar a un paisano asturiano. Una sencilla medida que realmente contrariaba a los llamados ‘esquiroles’. Y cuando los guardias civiles intentaban detener a alguna, se entrelazaban con sus brazos al grito de “o todes o nenguna” (“o todas o ninguna”). Los porrazos llovían y los brazos se fundían.

Fotograma del corto “A golpe de Tacón”  (Amanda Castro)

“Había esquiroles que querían entrar al pozu porque ya no se aguantaba más, porque claro, se pasó mucha hambre y eso que teníamos una muy buena solidaridad con las tiendas, que nos daban fiado”, apostilla Sirgo mientras mira a su alrededor y recuerda cómo las mujeres de edificios tan austeros como éste –cuyas dos plantas parecen achatarse aún más bajo el peso de un niebla materializada en orbayu– se organizaban para recaudar dinero y comida de los comercios y de los chigres (sidrerías) –”todos daban”– que ponían en común para todo el vecindario. Pero también, para enviarlo a los más de 120 huelguistas que fueron deportados a regiones españolas aún más míseras y en las que no tenían a nadie, a las familias de los 198 que fueron despedidos y a las prisiones en las que se amontonaron hasta 356 huelguistas encarcelados.

Mineros prisioneros a la salida del trabajo en el campo de concentración de la mina de El Fondón.

Hay que recordar que hasta los años 50, en Asturias había más de medio millar de presos republicanos trabajando forzosamente en las minas, donde se instalaron algunas de las Colonias Penitenciarias Militarizadas que el régimen repartió por todo el país para explotar a unos 400.000 presos políticos, según José Luis Gutiérrez Molina, director científico del banco de datos Todos los nombres. Por cada dos días trabajados les restaban, supuestamente, uno de condena. Y como todo pago recibían un jornal de 50 céntimos, cuando la media por el mismo trabajo estaba entre 7 y 9 pesetas, según el exminero y líder sindical Antón Saavedra. Muchos mineros asturianos apresados durante la guerra y la posguerra, terminaron siendo explotados en yacimientos de otras regiones. Por tanto, la prisión no era un escenario ajeno a la minería.

Reunión de mujeres de los despedidos. [Foto cedida por Francisco González a la Fundación Juan Muñiz Zapico]

“Era una solidaridad que no veo por ninguna parte hoy, cuando hay tantas o más razones que entonces. Una de las mujeres que venía a los piquetes, con un palo que quitó a una banqueta, tenía más de 70 años. Tenía a sus dos fíos (hijos) en la mina. No logro entender lo que pasa hoy”, dice Sirgo, ahora volcada en las manifestaciones por las pensiones, sin perder la sonrisa,“porque si no mantenemos el ánimo, vidina del alma mía, esto no hay quien lo soporte, porque sufrimos mucho, mucho, mucho”.

Tanto como que un año después, en 1963, llega destinado un nuevo capitán de la Guardia Civil a las Cuencas Mineras, Antonio Cairo Leiva, para poner orden ante la sucesión de nuevas huelgas. “Supongo que en su cabeza esta zona es un foco de rojos, de enemigos a conquistar. Decide hacer méritos y encontrar al más buscado, Horacio Fernández Iguanzo”. Iguanzo, conocido comoEl Paisano, fue un destacado dirigente comunista que pasó más de una vez por casa de Sirgo y su marido, Braña.

Retrato de Anita Sirgo tras ser rapada.

Retrato de Anita Sirgo tras ser rapada.

El capitán Leiva manda buscar al matrimonio, como a tantos otros destacados participantes en las huelgas, para que vayan a comisaría. Primero va Braña, después Sirgo con su amiga Tina Pérez. Cuando las encierran en el calabozo, Sirgo sospecha que su marido está en la celda de al lado y golpea la pared con sus tacones, que no se quitaba desde que consiguió tener un primer par el día de su boda. Al otro lado, Braña responde con los mismos golpes. A partir de ahí los gritos, llantos y puñetazos se suceden. Los mismos que poco después recibirían Anita y Tina para que den nombres, localizaciones, implicaciones políticas. No abren la boca. Leiva sigue golpeando. Otros torturadores bien conocidos en las Cuencas, como el cabo Pérez, también. Ante su silencio, Leiva ordena que las rapen. Ocho días después de su detención, les exige que para ser puestas en libertad, cubran su cabeza con un pañuelo. Ellas se niegan. Salen con la cabeza bien alta, para que todo el mundo las vea. Anita ha perdido la audición de uno de sus oídos. Tina saldrá tan debilitada, que muere dos años después como resultado de las enfermedades que se le sucederán a partir de ahora. Es 1965 y Anita Sirgo no podrá ir a su entierro porque está en París, exiliada después de que le tirará uno de sus tacones a un Guardia Civil que la perseguía tras una protesta. El Partido Comunista la ha sacado de España esa misma noche para evitarle la prisión. Allí, en casa de unos camaradas franceses, aprende a leer y escribir “lo poco que sé, pero, por lo menos, a mí ya no me engaña nadie”. Tras dos años de exilio, pide volver bajo su responsabilidad. “Allí estaba presa, lejos de mis fías y el mi home. En la cárcel, por lo menos, van menguando los días de pena”.

Tina Pérez.

Tina Pérez.

A su vuelta, en 1966, la condenaron a tres meses de prisión y 100.000 pesetas de multa. Se negó a pagarlas “porque no las tenía, porque no iba a consentir que nadie las pagara y porque no quería que se riesen de nosotros”. Tuvo que cumplir un mes más, antes de volver a su casa yseguir protagonizando algunos de las protestas más significativas del antifranquismo en Asturias. Pero esas son ya otras historias, también invisibilizadas hasta recientemente por los libros de historia y por los discursos de la izquierda porque “hubo dos partes en esta lucha, la de arriba, la de los hombres, y la otra pequeñina, la de las mujeres, la diaria. El de los mineros es un relato épico y una foto de una mujer con una cestina en la cabeza estropea esa épica porque eso es la lírica“, sintetiza Montserrat Garnacho. Una lírica que, en muchos casos, se convertía en sus hogares en vidas atormentadas por la violencia machista.

En este sentido, el historiador Rubén Vega, que lleva años investigando desde el paradigma de la historia social, –“el de la de la inmensa mayoría, la gente común que no tiene estatuas ni recibe homenajes”–, entiende que “la agenda de los historiadores no la cambió una reflexión intelectual que nos llevase a tomar conciencia de nuestras carencias, sino el movimiento feminista que empieza a hacer historia con perspectiva de género y que nos plantea el desafío de ver cómo nosotros la estábamos haciendo tapándonos un ojo, viendo sólo la mitad”.

Un acercamiento al estudio de la historia – “que no es pasado, pasado es el tema que trata, pero la historia es siempre presente porque es la mirada desde la que nos dirigimos al pasado”, sostiene– que cambiaría no sólo los relatos oficiales, sino la esencia misma de los valores predominantes de nuestras sociedades.

“HUBO DOS PARTES EN ESTA LUCHA, LA DE ARRIBA, LA DE LOS HOMBRES, Y LA OTRA PEQUEÑINA, LA DE LAS MUJERES, LA DIARIA”

Hay una cosa que hacen las mujeres en el 62 que no se había hecho en las huelgas anteriores, que son los piquetes. Las mujeres se atreven a hacer algo que los hombres no son capaces de hacer, y con ello juegan con algo que me parece fascinante:se hacen fuertes precisamente en su rol de género tradicional como esposas, madres y amas de casa para transgredirlo. Y esto a los represores, a la policía, a la Guardia Civil, les crea una contradicción: no pueden entrar a saco a reprimir a las mujeres como lo harían con los hombres. De hecho, las torturas a Anita Sirgo y a Tina Pérez y su rapado es más escandaloso porque son mujeres, porque a los hombres los torturaban diariamente, y porque el rapado era cosa de otra época. Ellas son capaces de aprovechar ese rol de género para subvertirlo porque no se espera que las mujeres hagan piquetes, que desafíen a los mineros, que extiendan la huelga o que se enfrenten a la policía. Y lo hacen en la esfera pública, desafiando al poder y las leyes, y desde la militancia política”, analiza Vega. “Y no es que previamente fuesen feministas y entonces hagan estas cosas, sino que, quizás, el hacer estas cosas les haga adquirir cierta conciencia feminista”, añade.

“No podíamos consentir que los hombres volvieran a trabajar con las orejinas bajas y sin conseguir nada”, resume Sirgo. Y no lo consintieron. Así tuvieran que pagarlo con torturas, cárcel y hambre. Así se lo pagaran, durante décadas, con silencio en los homenajes y con el blanco de los márgenes de los libros de Historia.

*Informacion de la imagen de portadas: Carboneras de la mina La Encarná, rodeadas de carbón y cargando un vagón con sus palas (Colección Asociación Amigos del Valle de La Hueria / Asturias.es)

*Fuente: https://www.pikaramagazine.com/2018/03/las-mujeres-que-pararon-dos-meses-a-franco/?fbclid=IwAR3HCu4aw7T9mNC3v3f69ZIrKfvmsiz-cD_db0dPXQWHMavIQKff_vzvtuA

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Libro: La Formación Docente: Horizontes y rutas de innovación (PDF)

Por: Reseña/ Clacso/06-02-2019

Este libro es que, según lo que conozco sobre la materia, se trata del más completo y bien documentado estudio que se haya escrito y publicado en América Latina sobre un tema que es de gran trascendencia para promover un sólido replanteamiento de los sistemas educativos, y que incluye aspectos que hasta ahora no han sido abordados, como se estudian en esta importante obra.

El libro que presentamos es, como lo dice su autor, el resultado de más “de treinta años de trabajo, envueltos en la reflexión crítica de la práctica, la investigación y la acción formadora de dirigentes y docentes”. Hermosa, útil y esclarecedora cosecha que hoy se plasma en esta obra que el Dr. Rafael Lucio Gil, nicaragüense y español, ofrece a las comunidades educativas de Pr ese n t a c i ó n 10 nuestra región, y, principalmente, a la comunidad educativa de nuestro país, que tanto necesita de libros que contribuyan al mejoramiento substancial de nuestra educación.

Aplicando la metodología que se resume en el binomio “InvestigaciónAcción”, inicialmente propuesta por el eminente sociólogo colombiano Orlando Fals Borda, el Dr. Lucio Gil nos entrega el fruto de su trabajo en los sustanciosos veinte capítulos que comprende el libro y que ofrecen, puedo afirmarlo con seguridad, el más completo panorama de la problemática de la formación docente, analizada con rigor científico y desde el doble propósito de contemplar, a la vez, “Horizontes y Rutas de Innovación”.

Descargar el libro completo: La_formacion_docente

*Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20181010035620/La_formacion_docente.pdf

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13 redes sociales educativas: ¿cuál utilizas?

Por: Educación.3.0.

Para fomentar la lectura, crear clases online o consultar apuntes. Estas 14 redes sociales están especialmente pensadas para emplearlas en el entorno educativo.

Cuando oímos hablar de redes sociales, la primera reacción es pensar en Facebook o Twitter. Pero no son las únicas, ya que hay algunas dirigidas específicamente al ámbito educativo y otras que, aun siendo ‘genéricas’, ofrecen posibilidades en educación. Así, docentes, alumnos y familias están en contacto permanente.

Sus creadores definen a esta red social como “una comunidad infantil donde la lectura se convierte en una actividad mucho más atractiva” ya que además de leer, los estudiantes tienen la oportunidad de compartir experiencias con compañeros, profesores y amigos. ¿Por qué no realizar una sugerencia, hacer un comentario o votar un libro que les haya gustado mucho? Son otras de las posibilidades de este espacio. El papel de los adultos es importante porque sin su consentimiento los niños no pueden formar parte de ella. En el caso de los docentes, se puede utilizar para realizar un seguimiento de la actividad lectora de los alumnos.

Es una red social y buscador de carreras de estudiantes de todo el mundo en la cual sus miembros comparten experiencias y pueden descubrir habilidades que quizás no creían tener gracias a la realización de pruebas vocacionales. También ofrecen un test de orientación para aquellos alumnos que no saben que estudiar. Una vez que te has registrado, disfrutarás de todas sus posibilidades de manera gratuita. Se pueden subir contenidos no sólo en público sino también en privado y compartir lo que se escribe en otras redes sociales directamente. Asimismo, accedes a las novedades de tus contactos y universidades a las que te hayas unido, los estudiantes se mantienen informados de todo cuanto sucede en su centro… Los profesores tienen la opción de crear una clase o grupo dentro de Interuniversidades.

Reúne tres funcionalidades. La primera es la de red social en la que sus participantes menores de 18 años cuentan cómo se sienten, lo que piensan, lo que les preocupa… Para participar, eso sí, lo han de hacer a través de grupos y procesos de intervención social o educativa como institutos, asociaciones, ayuntamientos, ONGs… Asimismo, sirve como recurso TIC educativo y gratuito porque puede ser un complemento para el desarrollo de actividades de carácter educativo. Por último, funciona como periódico digital hecho por jóvenes que expresan sus ideas para que otros las conozcan.

Así se llama la red social docente del INTEF, en la que las comunidades de docentes comparten sus experiencias y sus recursos para la utilización de Internet en el aula. Foros, proyectos, buenas prácticas 2.0, metodologías, blogs… son algunas de las  funcionalidades ofrecidas al profesorado.

Gracias a esta red social educativa (gratuita y desarrollada por la Universidad Rey Juan Carlos), es posible poner en práctica nuevas metodologías en las cuales el estudiante adquiere un rol activo en su proceso de aprendizaje, como flipped classroom, trabajo por proyectos, blended learning… Se trata de un entorno colaborativo de trabajo en el que ellos mismos explican y exponen conceptos a través de sus propios vídeos que, una vez publicados, se ponen en común para que el resto de los compañeros los visualicen y ofrecezcan sugerencias de mejora. Asimismo, proporciona herramientas adicionales a los profesores como la creación de rúbricas para guiar el proceso de discusión, pruebas de evaluación y analíticas de aprendizaje.

Está especializada en el ámbito del aprendizaje social y eLearning, ya que se basa en el intercambio de conocimientos e ideas y en la ayuda mutua. Se dirige a alumnado de todos los niveles, incluyendo los niños escolarizados en casa, así como a padres y profesorado. Pueden consultarse las preguntas según las materias (Biología, Geografía, Historia, Arte, Ciencias Sociales…) y está disponible en varios idiomas. Hay que registrarse.

Buscar, consultar o descargar contenidos que comparten otros estudiantes. Así es esta red social educativa que permite consultar apuntes, noticias, vídeos didácticos… relacionados con la biología, la química, el derecho, la historia, los idiomas, las matemáticas o la psicología, entre otras materias. Para los alumnos universitarios es una interesante fuente de consulta, destacando el área de Blogs en el que se escriben artículos sobre las diferentes carreras. También permite intercambiar opiniones, resolver dudas o recibir notificaciones cuando otro usuario consulta los contenidos que hemos subido. Los alumnos con una participación más activa van acumulando puntos, lo que da acceso a los diferentes opciones de la página.

8Edmodo 

En 2008, Nic Borg y Jeff O’Hara fundaron esta plataforma educativa que funciona como una red social y en la que pueden participar docentes, familias y alumnos. Permite crear grupos cerrados y privados, enviar trabajos, compartir enlaces y documentos, adjuntar ficheros… También existe la opción de que los docentes inviten a los alumnos a participar en debates en línea, para lo cual es necesario registrarse con un nombre de usuario y contraseña. El docente, en Edmodo, es el único que puede crear los grupos y administrarlos, mientras que los estudiantes (y también sus familias) necesitan conocer el código de acceso a estos grupos para consultar los contenidos que se suben.

9Eduskopia

Es una red social que se define como un espacio para la reflexión y el debate que, además, invita a la comunidad educativa a generar nuevas ideas de forma colaborativa, así como a ponerlas en práctica. De forma paralela ofrecen talleres, charlas, seminarios o formación dirigida a padres, alumnos, educadores, organizaciones…

Enfocado en profesores de español como segunda lengua y lengua extranjera, trata de ofrecer un espacio de encuentro, colaboración y diálogo. En definitiva, un lugar donde intercambiar ideas y puntos de vista.

Se define como una escuela virtual segura, con estructura de red social para profesores y alumnado de Primaria y Secundaria. Ofrece, además, diferentes herramientas educativas, entre ellas, un generador de cómics. Hay que registrarse, pero es gratuita.

Es una plataforma de formación que pone en contacto a docentes y alumnado, de forma que el profesor puede impartir cursos on line y apoyar sus clases presenciales. También puede ser instalada en un centro de enseñanza y contar con aulas virtuales, exámenes on line, edublogs, chats… Tiene servicios gratuitos y de pago.

Es una plataforma, dirigida a docentes y estudiantes, permite foros de debate, tablones de anuncios, libro de calificaciones, recompensas y una herramienta para realizar cuestionarios de evaluación. Además, es posible crear cursos con multitud de posibilidades de interactividad.

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/redes-sociales-educativas/25272.html
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Por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día

Por: Estefanía Esteban.

Necesitamos abrazos. Más de lo que imaginas. A menudo pasan los días y la vorágine del tiempo nos absorbe por completo. Y pasan las horas y pasa el día y no llegan los abrazos. Tampoco para nuestro hijo. Las clases, las actividades extraescolares. ¿Le diste algún abrazo hoy?

Los abrazos, como sorbitos de la mejor medicina, llegan directamente al cerebro. ¿Sabes cuántos abrazos necesitaría tu hijo para fortalecer su cerebro? ¿Uno?¿Dos? ¡12! Te explicamos por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día.

La razón de por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día

Sí, se puede vivir sin abrazos. No es que el abrazo sea indispensable para seguir respirando. Tampoco lo son los besos ni las caricias. Pero.. ¿imaginas una vida sin todos ellos?

Los abrazos, sí, los abrazos, son indispensables para la otra salud, la salud mental y emocional. La ciencia consiguió demostrar su enorme poder sobre el cerebro. El abrazo consigue liberar hormonas que producen bienestar. Pero, ¿cuál debe ser la dosis de esta eficaz medicina? ¿Cuántos abrazos al día necesitamos?

La conocida psicoterapeuta estadounidense Virginia Satir, afirmó: “necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir. Ocho abrazos diarios para mantenernos y doce abrazos diarios para crecer”. Puesto que los niños están en continuo crecimiento, está claro que un niño necesita 12 abrazos al día.

Los abrazos aportan a tu hijo estabilidad emocional y mejoran sus salud mental. ¿Cómo? Analizamos cómo afecta a nivel físico y emocional un abrazo a nuestros hijos:

1. Activan los receptores de la piel y aportan serenidad: El primer contacto del abrazo es con la piel. Automáticamente se activan los receptores de la dermis conocidos con el nombre de corpúsculos de Pacini. La presión sobre estos receptores estimula el nervio vago, conectado con el cerebro y encargado entre otras cosas de regular la presión sanguínea. Es decir, que la suave presión de un abrazo consigue regular la presión arterial y calmar a quien está nervioso o sufre estrés.

2. Libera dopamina, la hormona del placer: Los abrazos liberan un neurotransmisor (un mensajero químico del cerebro) llamado dopamina, que ejerce un gran poder de alivio contra el estrés. La dopamina también se le conoce como la ‘hormona del placer’. También está relacionada con la creatividad y la capacidad de relacionarse o sociabilizar con los demás.

3. Libera oxitocina, la hormona del amor: Una de las hormonas que entra en juego mediante los abrazos es la oxitocina, sí, esa hormona tan importante durante el parto y nacimiento de un bebé. La oxitocina se la conoce como ‘la hormona del amor’. Responsable de generar confianza hacia una persona.

4. Reduce el nivel de cortisol en sangre: El cortisol se relaciona con los niveles de estrés. Evidentemente, nadie quiere tener índices altos de cortisol. Un estudio del Advanced Telecommunications Research Institute International de Kioto consiguió demostrar que los abrazos reducen de forma inmediata los índices de cortisol en sangre.

Qué siente un niño cuando le abrazan

¿Recuerdas qué sentías durante tu infancia cuando alguien te abrazaba? Tal vez una mezcla de todas estas sensaciones. Es lo que siente un niño cuando le abrazan (también válido para los adultos):

– Se siente querido.

– Siente fortaleza.

– Siente seguridad.

– Mejora su autoestima.

– Siente felicidad.

Sin duda, tenemos muchísimas razones para abrazar a nuestro hijo no una vez,sino varias veces al día. Reserva algunos segundos, no necesitas mucho tiempo. Y no dejes que pase un un sólo día sin darle un abrazo fuerte y amoroso.

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#NoMásBullying: ¡TARJETA ROJA! JAMÁS CAIGAS EN SU JUEGO

Por: TottoTuOficial.

¡Los estabas esperando toda la semana y ya están aquí!  Sofía Castro y Javier Ramírez te traen un nuevo capítulo en el que todos aprenderemos que, aunque seamos diferentes no es motivo para burlase del otro ni mucho menos ser indiferente. ¡Así que saca la tarjeta roja y no caigas en su juego! #NoMásBullying

Fuente de la reseña: https://www.youtube.com/watch?v=tgKv3YxQ0vY

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IX Escuela Internacional de la Red Iberoamericana de posgrados en infancia y juventud (red inju)

Por: CLACSO. 

“Nuevas estrategias de movilidad de niñas, niños y jóvenes a través de la migración y el desplazamiento en América Latina y el Caribe”

17 al 21 de junio de 2019 | Tijuana, México

La Red de Posgrados del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Red Iberoamericana de Posgrados en Infancias y Juventudes (Red INJU), El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), El Colegio de México (COLMEX), el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y el Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud de la alianza CINDE-UManizales (CEANJ), convocan a estudiantes avanzados de maestría y doctorado, responsables de políticas públicas y referentes de organizaciones sociales de América Latina y el Caribe, a presentar sus postulaciones para participar en la IX Escuela Internacional de Posgrado “Nuevas estrategias de movilidad de niñas, niños y jóvenes a través de la migración y el desplazamiento en América Latina y el Caribe”, a llevarse a cabo en la ciudad de Tijuana, Baja California, México del 17 al 21 de junio de 2019.

FECHA LÍMITE PARA EL ENVÍO DE POSTULACIONES: 31 de marzo de 2019

Consultas: escuela-redinju9@clacso.edu.ar

> Ver convocatoria

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org.ar/difusion/Red_Inju_2019/index.html

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El silencio de las lenguas indígenas: El abismo tras la aclamación de ‘Roma’ en México

Por: actualidad.rt.com.

Aunque la multipremiada cinta del mexicano Alfonso Cuarón ha llamado la atención sobre los indígenas en México, las lenguas de estos pueblos enfrentan una realidad distinta y ajena a los reflectores.

Alfonso Cuarón, director de la película ‘Roma’, dijo que lo más relevante de las multinominaciones al premio Óscar que ha recibido la cinta es que una mujer indígena, Yalitza Aparicio, de ascendencia mixteca, haya sido elegida como candidata al premio a ‘Mejor Actriz’ por su papel de Cleo, la nana que tuvo el cineasta en la vida real: Liboria Rodríguez, una mujer oaxaqueña de origen zapoteco.

Desde que aclamar ‘Roma’ se volvió la regla se ha abierto la oportunidad para ensalzar la cultura indígena de la que Aparicio parece ser, en este momento, su cara más mediatizada. Sin embargo, su lengua, que es criticada por uno de los niños al principio de la cinta, es hablada solo por 517.665 personas de los 128 millones de habitantes

La lengua, para cada pueblo, es a la vez la forma y el contenido de su cultura, su manera particular de articular el pensamiento, de comprender el mundo y relacionarse con sus semejantes. En este sentido, a decir de expertos, el Estado mexicano tiene una deuda histórica con los 68 pueblos indígenas, hablantes del mismo número de lenguas, con 11 familias lingüísticas y 364 variantes, de las cuales 31 están consideradas en muy alto riesgo de desaparición.

La declaración que no fue

Pero la oportunidad de que no solo una película visibilizara la condición de las lenguas indígenas en México fue soslayada. El pasado 18 de diciembre, el Senado mexicano aprobó, por unanimidad, declarar «2019, Año de las Lenguas Indígenas«, con el objetivo de concientizar sobre su grave pérdida y la necesidad apremiante de conservarlas, revitalizarlas, promoverlas y de adoptar medidas urgentes a nivel nacional.

Sin embargo, la cámara baja rechazó la iniciativa y determinó que fuese el año de Emiliano Zapata, uno de los principales líderes de la Revolución Mexicana, a 100 años de su asesinato, por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador.

«Significaba visibilizar la problemática que viven nuestro pueblos indígenas, darles visión a sus necesidades. Es un acto de justicia que, por primera vez, el Senado de la República visibilice a los pueblos indígenas, empezando por la lengua», contó a este medio el senador Casimiro Méndez Ortiz, quien había sido el principal impulsor de la medida con la cual, al entrar en vigor, toda la correspondencia oficial del Estado debería contener, al rubro o al calce, la leyenda «2019, Año de las Lenguas Indígenas».

El director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), Juan Gregorio Regino, alerta sobre el caso de México, donde cada censo refleja que la población hablante de lenguas indígenas empieza a sustituirlas por el español.

«En términos lingüísticos, las lenguas indígenas, en general, son lenguas amenazadas, porque sigue habiendo una política de hegemonía, en la que el español es la lengua franca y es la que se usa para todos los actos oficiales, toda la Administración se genera en esa lengua, poniendo a las lenguas indígenas en un estatus de subordinación. Mientras estén ese estatus, no hay una igualdad y esto es fundamental para que las lenguas indígenas permanezcan y puedan jugar el rol de lenguas oficiales, en la medida en que estén en uso en espacios públicos y privados. Eso es algo que tenemos que buscar», apunta.

A nivel nacional hay 7.382.785 hablantes de alguna lengua indígena, siendo el náhuatl la más hablada, con 1.725.620 (23,37%), seguida del maya, con 859.607 (11,64%). En contraparte, la menos utilizada es el awakateco, con 17 hablantes, seguida del ayapaneco, con 24.

Por su parte, para Enrique Hamel Wilcke Rainer, del departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y experto en conflicto y desplazamiento lingüístico, la falta de impulso a las lenguas indígenas se encuentra en un sistema político, social y económico, impuesto desde la época de la Colonia, «que, en buena medida, dice que los pueblos indígenas no deberían de existir.»

«Hoy en día, nadie diría esto en público, pero la historia de México, de América Latina y de otras partes del mundo, muestra que en los procesos de colonización, los pueblos indígenas, como pueblos organizados, con sus propias costumbres, leyes y lenguas, se transformaron en un estorbo, pero también bajo la idea de un Estado moderno, independiente, había detrás un histórico racismo, un rechazo de sus formas culturales», apunta.

En riesgo y en pobreza

En México, además, los hablantes de lenguas minoritarias se encuentran en una situación económica desfavorable de pobreza o pobreza extrema.

El 71,9% se encuentran en situación de pobreza, de acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018 (IEPDS), publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Enrique Hamel Wilcke Rainer.
«Las comunidades indígenas y sus lenguas se asocian con la pobreza, y esa ha sido la política histórica predominante desde la Colonia, hoy en día de manera más velada, pero que señala que son pobres por ser indígenas».Enrique Hamel Wilcke Rainer.

Adicionalmente, 3.2 millones presentaban tres o más carencias sociales y no tenían la capacidad económica de adquirir la canasta básica, lo que los colocó en una situación de pobreza extrema. «Eso no es una casualidad, tiene una explicación histórica, que tiene como resultado que las comunidades indígenas y sus lenguas se asocian con la pobreza y esa ha sido la política histórica predominante desde la Colonia, hoy en día de manera más velada, pero que señala que son pobres por ser indígenas», destaca Wilcke Rainer.

Fortalecerlas desde la educación

A pesar de que México ha tenido importantes y sostenidos avances en el analfabetismo, la población indígena todavía enfrenta brechas: en 2016, 19,8% del segmento entre los 30 y 64 años no sabía leer ni escribir, mientras que solo 4,3% de la no indígena se encontraba en la misma situación.

Niñas indígenas se dirigen a clases en la escuela de su comunidad. / Cortesía de Enrique Hamel Wilcke Rainer.

Aunque parezca sorprendente, México no cuenta con una lengua oficial, pues aunque en el año 2003 se establecióque todas las lenguas indígenas y el español son lenguas nacionales, «en términos jurídicos eso quiere decir bastante poco, porque no establece ni derechos ni obligaciones específicas», explica Wilcke Rainer.

De esta forma, el sistema educativo actual acepta formalmente las dos lenguas en las escuelas, sin embargo, se cuenta con un currículo único y obligatorio para toda la educación básica, en el que no se desarrollan materiales ni metodología específica para la enseñanza entre las poblaciones indígenas.

«El trabajo que debería emprender con mucho más ahínco el Gobierno actual es transformar el sistema de educación indígena imperante en uno que sistemáticamente apoye al desarrollo de las lenguas indígenas, no como una pieza de folclor, sino como lenguas perfectamente funcionales para transmitir cualquier contenido moderno, para comunicarse y que constituyan una riqueza y orgullo para el país, pasando también por una reconstrucción de toda la educación pública en México», resalta el investigador.

Juan Gregorio Regino.
«La educación tiene que jugar un papel muy importante para que dejemos de ver a las lenguas indígenas como lenguas con las que no se puede construir conocimiento y que solamente las vemos, en el mejor de los casos, como algo folclórico».Juan Gregorio Regino.

En el mismo sentido, el director general del Inali habla de la necesidad de un trabajo coordinado con la Secretaría de Educación Pública, a fin de que el sistema de educación indígena, pugne no solo por mantener las lenguas originarias, sino que incidan en la sociedad del conocimiento.

«La educación tiene que jugar un papel muy importante para que dejemos de ver a las lenguas indígenas como lenguas con las que no se puede construir conocimiento y que solamente las vemos, en el mejor de los casos, como algo folclórico«, manifiesta.

Un caso de éxito

San Isidro y Uringuitiro son dos pequeñas comunidades indígenas de la meseta p’urhepecha, en el estado de Michoacán, oeste de México. Sus habitantes son en su mayoría monolingües, hablantes de p’urhepecha o tarasco, como también se le conoce a esta lengua, la cual es hablada solo por 141.177 personas en todo el país.

Desde 1995, la dirección y los profesores de las escuelas de esas comunidades decidieron enseñar a leer, escribir, contar y hacer operaciones aritméticas en p’urhepecha y trabajando con el español como segunda lengua, y no como ocurre en gran parte de la llamada educación bilingüe, donde hay un efecto de desplazamiento de la lengua original, la lengua indígena.

Así, inició el proyecto ‘T’arhexperakua-Creciendo Juntos’, que tomó 23 años desde su primera fase hasta la última, en conjunto con antropólogos, pedagogos y lingüistas de la UAM y la Universidad Pedagógica Nacional. Para ello, se tuvo que empezar por definir un alfabeto en p’urhepecha, articular una metodología para la alfabetización en lengua materna y elaborar materiales didácticos.

Estudiantes bajo el programa ‘T’arhexperakua-Creciendo Juntos’. / Cortesía de Enrique Hamel Wilcke Rainer.

«Logramos en el primer año que los niños leyeran y escribieran en su lengua, que es la p’urhepecha; nosotros mismos fuimos aprendiendo en el camino, tampoco éramos expertos en lengua p’urhepecha (los profesores son formados en el sistema castellanizador), sobre todo en la escritura, fuimos aprendiendo y se dio un aprendizaje en conjunto», cuenta el profesor Gerardo Alonso.

Después se sistematizó el proyecto, se hizo un plan de estudios para la enseñanza del español como segunda lengua, se creó un currículo intercultural bilingüe –basado en el programa oficial-, el cual no existe hasta ahora en México.

Los resultados del programa demuestran que en aquellas escuelas donde se enseñan la lectura, la escritura y las matemáticas en la lengua materna, los niños obtienen mejores resultados en p’urhepecha que las escuelas castellanizadoras, pero lo mismo sucede cuando leen y escriben en español.

Una celebración insípida

En el marco de la euforia por ‘Roma’ y el Día Internacional de la Lengua Materna -que se festeja el 21 de febrero-, las lenguas indígenas no celebraran su año este 2019, pero sí la intención de echar a andar un plan de acción del Gobierno para salvaguardar las que están en alto riesgo o dejar constancia de que alguna vez se hablaron.

«Estamos impulsando la creación de un programa para la salvaguarda de las lenguas en alto riesgo de desaparición, en él buscamos la participación directa de las comunidades en la definición de las estrategias para revitalizar, mantener o, en el peor de los casos, para que quede testimonio de esas lenguas», relata a RT el director del Inali.

Asimismo, abunda, se plantea la creación de un fondo con la participación de la Federación, de los estados y municipios, sin que hasta ahora se dé a conocer el monto.

«La situación es que se requiere de una base legal más sólida para saber en qué condiciones se van a proteger esas lenguas, de fomentar su uso, pero también en aquellos espacios donde el Estado puede legislar; tienen que ser espacios de prestigio, de donde esas lenguas fueron excluidas, y mientras no existan va a ser muy difícil que se revierta la situación de asimetría y de prestigio», concluye Wilcke Rainer.

Fuente de la reseña: https://actualidad.rt.com/actualidad/304175-silencio-lenguas-maternas-abismo-oculto-mexico

 

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