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Este corto vídeo hará que te cuestiones el consumismo una vez más.

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La tecnología es maravillosa, pero no es un secreto el costo que tienen los aparatos en materia de producción. El ambiente es el mayor perjudicado y no somos capaces de dimensionar las repercusiones de aquello en el mediano y largo plazo.
Lo más jodido es que los dispositivos, en vez de estar en función del ser humano, está en función del consumo y los adelantos llegan a nuestras manos, cuando ya están obsoletos y está listo el nuevo modelo (de televisores, celulares, computadores, etc.) para salir al mercado, lo que nos lleva a más y más consumo, en una cruzada que no se detiene ya que “tener el último modelo” de lo que sea, no sólo significa que estamos a la vanguardia, sino que además, otorga un estatus que parece importarle a alguien (todavía no descubro a quién).
El valor de las cosas, parece no importarle a nadie y aparece como un discurso “de mamá” que está obsoleto. Yo recuerdo el exprimidor, que estuvo en casa de mis viejos por casi 20 años y no se cambiaba porque todavía funcionaba. Quizás no era una mala práctica después de todo. Finalmente, si sacas jugo de limón con un exprimidor viejo, con un exprimidor eléctrico o con el tenedor, no tiene mayor relevancia a la hora de comer ensaladas y eso se puede desplazar a cualquier cosa. Lo cierto es que estamos hechos mierda en deudas y cosas que, cuando volvemos de la pega, estamos demasiado cansados para usar.
Es bueno tomar caldito de cabeza de vez en cuando y este video está perfecto para un domingo por la tarde. A ver si le encontramos tanto sentido a partirnos el lomo por las lukas que vamos a dejar íntegramente a las casas comerciales, como si fueran fichas de pulpería.

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Uruguay: La atención que quedó huérfana. Sin datos, respaldo, ni dinero.

Noticia/ 08 de mayo de 2016 / Por: Mariana Castiñeiras. El País

Nicolás permanece serio. Tiene siete meses y cuelga, cual muñeco de trapo, de los brazos de su madre. Tiene los ojos bien abiertos, la mirada perdida y aunque las profesionales que lo rodean intentan llamar su atención poniendo la voz aguda y moviendo las manos, apenas las mira. Son cuatro las mujeres de túnicas coloridas que atienden a la madre y a su bebé en el consultorio, sentadas a su alrededor casi como un tribunal que no para de hacer preguntas y evaluar documentos médicos.

“¿Qué pasó?”, le pregunta la neuropediatra Sandra Berta a Nicolás. “Ey, reíte un poco”, dice y le sacude la mano. El bebé apenas mueve los dedos en respuesta.

La fisioterapeuta, pediatra, psicóloga y neuropediatra de la Unidad de Atención Temprana (UAT) del centro de salud de las calles Carlos María Ramírez y Grecia, ponen manos a la obra. Mientras una conversa con la madre, las otras se abalanzan sobre Nicolás. Lo desvisten, lo revisan, le hablan y hasta le hacen cosquillas, pero el bebé sigue serio.

De pronto, su mamá lo llama y por fin se le escapa la primera sonrisa tímida, con esa picardía de los ojos de un bebé que entra en confianza. “Menos mal que te reís, menos mal que le encontraste la gracia a algo”, le festeja Berta con una entonación exagerada que esconde el alivio.

Al rato Nicolás es otro. Llora, agita sus bracitos y hasta rota su cuerpo.

Niños maltratados, poco estimulados, mal alimentados, que nacieron prematuros o con algún riesgo biológico son algunos de lo que se acercan a las UAT del programa de Seguimiento de Recién Nacidos de Alto Riesgo (Serenar), que Berta coordina. En la última década, Serenar trabajó para minimizar y prevenir la discapacidad en niños de hasta seis años y, según afirman quienes lo dirigen, han atendido a más de 5.000 pacientes. Se enfocan en los primeros pasos, cruciales para el desarrollo de los niños más vulnerables de la sociedad, los que la izquierda marcó como prioridad desde sus comienzos en el gobierno.

Y sin embargo, el nombre Serenar apenas suena dentro de ASSE. Su presupuesto en 2013 fue de 18 millones de pesos, el mismo que, por ejemplo, se le asignó a la Casa Militar de Presidencia. Actualmente, se puede estimar que apenas supera los 11 millones de pesos, que alcanzan para los salarios pero no cubren gastos de funcionamientos ni inversiones.

El programa carece de un sistema que le permita evaluar la efectividad del trabajo que hacen los 35 integrantes del equipo en siete departamentos, según un informe reciente realizado por la Dirección de Gestión y Evaluación (AGEV) de Planeamiento y Presupuesto (OPP).

La “gesta” de la prevención. El caso de Serenar es raro. Es un programa que está instalado en los barrios, es conocido y fundamental en zonas como el Cerro, pero no está considerado dentro de la estructura de ASSE, dice la coordinadora del programa. “Acá no tenemos dificultades en la operativa, eso funciona. Los integrantes hacen lo que deben hacer, pero en el organigrama no estamos”.
Reunidos en una pequeña oficina dentro del Hospital Pereira Rossell, el director de la cátedra de Neuropediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Gabriel González, la directora de Serenar, Cristina Scavone, y su coordinadora cuentan cómo surgió el programa. Los problemas de hoy se remontan a los orígenes de lo que llaman la “gesta” de la atención temprana, un cambio en el encare y trabajo de la neuropediatría.

Serenar se creó en 2006, como consecuencia de esta corriente, enfocada en la prevención de problemas del desarrollo durante la primera infancia que surgió en la Facultad de Medicina. El plan concebía que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) aportara la experiencia de 25 años de trabajo en el tema y financiara la instalación del programa y recursos por dos años. Al tercero, se retiraba y el Estado uruguayo tomaba la posta, con coordinación entre la Facultad de Medicina, ASSE y el Ministerio de Salud. Ya desde entonces, muchos de sus cargos eran honorarios.

Los resultados superaron los objetivos iniciales y Serenar era el ejemplo que la Aecid mostraba en el exterior, recuerdan. Pero el mayor mérito que tuvo, quizás, fue descentralizar la neuropediatría de Montevideo al interior del país.

Las complicaciones empezaron después de que la Agencia se retiró. En 2010 Serenar pasó del Ministerio de Salud a la órbita de ASSE. “En ASSE no sabían muy bien en qué lugar habíamos quedado nosotros”, dice Berta. “De hecho, ante cada autoridad que cambia necesitamos todavía ir a explicar qué es Serenar, dónde está y cómo funciona”.

Según el informe publicado por AGEV, los problemas comienzan con la falta de una sede, materiales de trabajo y un sistema informático que nuclee la información de forma eficiente. También señala que los médicos trabajan más horas de las que se les pagan, hay falta de coordinación y desconocimiento por parte de los pediatras de ASSE -principal fuente de captación de pacientes- de la existencia y criterios de derivación al programa. Los registros de Serenar estuvieron, hasta hace poco, totalmente separados del sistema informático de ASSE. Computadoras que se rompían y nadie arreglaba, policlínicas sin conexión a Internet y otros conflictos hicieron que hoy la principal base de datos esté en papeles y notas. Por esta razón, la dirección no cuenta con información concreta y exacta sobre la totalidad de sus pacientes, y mucho menos la de los médicos que los atienden dentro del sistema de Salud Pública.

La consecuencia de esto se hace visible en la consulta de Nicolás. Las doctoras no pueden encontrar quién lo atendió cuando tenía tres meses y ya presentaba síntomas que anticipaban un problema de desarrollo. Al final, terminan preguntándole por la apariencia de la neuropediatra, su estatura y el clima de la época en que lo atendió -para saber cuándo fue- y evaluar por qué no se lo ingresó en ese momento al programa, cuando ya era parte de la población de riesgo.

Según datos analizados por AGEV, hay en todo el país 39.000 niños de 0 a 6 años con factores de riesgo, y Serenar está desplegado en departamentos que solo totalizan una población objetivo de 18.358 niños. Aún así, en función de sus capacidades y pese a que no hay datos que permitan hacer una evaluación exacta, AGEV calculó que Serenar atendió a poco más del 13% de la población objetivo y apenas 6% de todos los pacientes potenciales.

Al principio, los funcionarios de Serenar iban maternidad por maternidad a captar pacientes. Solamente en el Pereira Rossell, la más grande del país, casi un 90% de los niños que nacen podrían ser considerados “de riesgo” por alguna razón, explican los coordinadores. Ese trabajo artesanal no perduró y hoy hay dos fuentes principales de captación de pacientes: los centros CAIF y los pediatras. En su informe, AGEV destaca que Serenar debería mejorar su coordinación con el programa Uruguay Crece Contigo y el programa Aduanas.

Neuronas en obra.

Decir discapacidad psicológica, neurológica y sensorial no hace justicia a la importancia de la atención temprana. Pero niños que no pueden moverse, aprender como deberían y comunicarse normalmente, dan un panorama de las posibles consecuencias. Tanto es así, que la OPP eligió evaluar este programa precisamente por la importancia que tiene para el gobierno la atención a la primera infancia. El mismo Tabaré Vázquez lo ha enfatizado una y otra vez, incluso dedicando parte de sus actos políticos en plena campaña para explicar lo determinantes que son los primeros años de vida en el desarrollo de un niño: “El futuro de los niños es siempre hoy, mañana será tarde”.

“Cuando el niño nace, su cerebro tiene millones de neuronas que están esperando conectarse. Lo pueden hacer bien o mal”, explica el director de la cátedra de Neuropediatría. Solamente en el primer año de vida el tamaño de su cerebro se duplica. Cualquier obstáculo para este proceso, ya sea la mala alimentación, el maltrato, la falta de atención y estímulo o distintas patologías pueden definir su futuro, si será un niño con capacidades plenas o tendrá alguna limitación.

Si se ignora cuando el niño no sigue la mirada de los padres como debería, no logra incorporar su cuerpo en el momento dado o no mueve sus brazos y piernas en la edad establecida, después no podrá caminar, hablar o aprender. Una vez que llega a los seis años el trabajo para revertirlo o mejorar su situación es mucho más costoso, en todo sentido.

González destaca todo lo que Serenar significó a nivel académico: formación en neuropediatría y un campo para realizar estudios. Uno de estos, aún en proceso, se centró en las diferencias del desarrollo en niños en situación de vulnerabilidad de ASSE y otros pertenecientes a jardines del ámbito privado. “Es como si fueran dos países diferentes”, dice Berta. González agrega: “Que la pobreza genera menor desarrollo intelectual, eso es así. Pero eso no es herencia, no es genético; tiene que ver con lo que uno puede incidir para mejorar las condiciones de vida”.

Consulta personalizada.

“Yo no sabía qué hacer para estimularlo. Nunca me explicaron nada, no conozco qué tratamiento o seguimiento hacer. Ahora sé lo que tengo que hacer y veo que mi hijo está agarrando más fuerza. Lo dejo en la cama y lo agarro de las manitos como me explicaron”, cuenta la madre de Nicolás a las doctoras. “Él solito se da vuelta en la cama. Él ahora levanta la cabeza. Antes la tenía siempre apoyada en el colchón”.

Nicolás tiene desnutrición, llegó sucio a la consulta y las doctoras creen que su caso es complejo. La pediatra Ana Fraga llegó a la familia a través del centro CAIF de la zona donde viven y lo llevó a Serenar. Berta compara la actitud del niño con la de un animal asustado, amenazado, que se encierra en sí mismo para no ser atacado. La madre cuenta que tanto ella como el padre de Nicolás están desempleados y que la tensión que eso les genera podría influir en el bebé, pero niega que haya violencia dentro de su hogar.

Una vez que deja el consultorio, las profesionales fruncen los labios. Quieren descartar que Nicolás se esté enfrentando a algún riesgo de tipo biológico. A las doctoras les parece raro que a los tres meses le habían dado el alta y que desde entonces haya ocurrido este estancamiento. Saben que se trata de una familia muy pobre, y por las condiciones en que llegó el bebé y cómo respondió a los estímulos, es muy probable que se trate de algo ambiental. La madre se va de la clínica con hora para varias consultas y espera afuera a Fraga, quien se ofreció a llevarla en su auto hasta el barrio donde vive. También le prometió que iba a intentar conseguir dinero -que probablemente salga de su bolsillo- para que pueda tomarse el ómnibus y así llevar a su hijo a Serenar.

En una mañana Berta atiende a cuatro niños. De los muchos que pasaron por la consulta, eligieron a los más complicados porque, al ser coordinadora, solo está sustituyendo una vacante. El equipo no puede seguir trabajando sin un neuropediatra y las profesionales se lo hacen saber. Eso sin perder la simpatía y calidez del consultorio. Una de ellas incluso está en pie de guerra por un aumento de sueldo que, afirma, le reconocen desde ASSE pero no se lo pagan. Desde que empezó no pasa más información a la computadora. Si no renuncia, dice, es porque le encanta lo que hace.

Ellas comparan el nivel de atención de su consultorio con el del sistema privado: son cuatro que están a disposición de la familia. Desde afuera, se escuchan los aplausos de la sala de lectura que las pediatras de la clínica formaron y no dudan en señalar con orgullo. Esa mañana llevaron a un escritor para que les cuente un cuento a los niños mientras esperan. Desde el pasillo uno de los tantos niños que esperan para ser atendidos le pide a la pediatra Fraga: “No demores mucho”.

¿Cómo llega entonces un programa ya instalado, con el impulso económico de una agencia extranjera y que apunta a un problema tan prioritario para el país a ser prácticamente ignorado durante tantos años por parte de las autoridades? Los coordinadores de Serenar no pueden explicarlo del todo.

“Es como si en el cambio de guardia te quedara gente sin pasar”, dice Berta. “Yo lo atribuyo al cambio político que se dio y el momento de surgimiento del Sistema Nacional Integrado de Salud”. Scavone puntualiza: “No es que arrancamos con Serenar y no veíamos las dificultades, nosotros las veíamos. El tema es que hay cosas que dependen del apoyo económico que se tenga”.

Desde Serenar se han presentado varias propuestas para mejorar el panorama y las autoridades parecen estar dispuestas a escuchar. “Eso es lo que está faltando. Que alguien diga ‘ya’”, dice Scavone.

Cada día que pasa es una oportunidad menos para evitar que el drama de haber nacido en un hogar extremadamente pobre trunque ya desde los primeros años el futuro de un niño.

El programa Seguimiento de Recién Nacidos de Alto Riesgo (Serenar), atiende a niños de cero a seis años con factores de riesgo. Los problemas que sufren pueden determinar su futuro. Sin embargo, en diez años, apenas se pudo cubrir a un pequeño porcentaje de la población bajo riesgo. El programa es como un fantasma en la estructura de ASSE, no tiene recursos suficientes y ni siquiera sistematiza datos que permitan evaluar su eficacia.

La familia y el contexto, lo que escapa al consultorio.

La obsesión a futuro de la directora de Serenar, Cristina Scavone, es trabajar con la familia y en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social. Eso es lo que ella considera atención temprana de calidad, ocuparse de la salud “con el nuevo concepto de atención temprana, del niño, de su familia, de su madre, de su entorno”.

En la consulta, esto se traduce con cada pregunta y los gestos de las profesionales, que en ocasiones colaboran con ropa, boletos o transporte, aunque no sea su deber. En ese sentido, muchas mantienen contacto con el Mides, aunque los directores del programa reclaman que debe haber un interlocutor designado tanto para la salud como para la atención social para que el vínculo sea institucional.

Una de las propuestas a futuro es ir a buscar a los pacientes en los barrios. “Si logramos tener a la familia vinculada a nosotros a través del niño, además del trabajo social con todo el núcleo, se le podrá hacer un seguimiento al niño. No será un milagro, pero avanzaremos”, explica Scavone.

Indicadores: una carta, un testimonio o una visita

Dentro de lo destacado por el informe de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto se señalan varios aspectos a mejorar para Serenar. El más importante es contar con información que permita evaluar el desempeño del programa, algo que influye además en el seguimiento de los casos.

De momento, desde la dirección de Serenar cuentan con los testimonios y el progreso de los casos como evidencia de su éxito. En un mensaje enviado a la coordinadora Sandra Berta, una madre decía lo siguiente: “Esta es una nota de vida, experiencia y gratitud. Agradezco a todos por su profesionalismo, dedicación y amor que han brindado a mi hijo.

Aquí he aprendido y he crecido como mamá y como persona. Mi hijo termina sexto de escuela con muchísimo esfuerzo. De seis años de escuela solo repite uno. Es una satisfacción compartir con usted que el año entrante comienza una nueva etapa. Que no va a ser fácil, lo sabemos. Pero nada de esto hubiera sucedido sin la ayuda tan amorosa de ustedes”.

 

Fuente: http://www.elpais.com.uy/que-pasa/atencion-que-quedo-huerfana.html

Foto: Serenar / Ricardo Antúnez (ADHOC).

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Ramón Palomares, el poeta de la Tierra de Nubes

Trujillo, 07 May. AVN.-
Escuque, Tierra de Nubes, pintoresco y acogedor pueblo del estado Trujillo, en la región andina venezolana, lugar donde el 7 de mayo de 1935 nació uno de los poetas más trascendentales de la literatura venezolana: Ramón Palomares, cuya obra es una síntesis muy personal de cierto surrealismo, mezclado con la fluidez y el vocabulario coloquial.

Sus inicios intelectuales fueron en 1952, cuando obtiene el título de maestro normalista en la Escuela Normal Federal San Cristóbal.

Seis años más tarde, en 1958, además de recibir el título de profesor de Castellano y Literatura en el Instituto Pedagógico de Caracas, publicó su primer libro de poemas: El Reino, por la editorial Sardio, grupo del que formó parte, al lado de intelectuales como: Salvador Garmendia, Adriano González León, Guillermo Sucre, entre otros.

Su vida poética la combinó con la docencia, pues se dedicó a la enseñanza en colegios de educación secundaria en los estados Nueva Esparta y Trujillo, y en Caracas, además se graduó en Letras en la Universidad de Los Andes, donde fue profesor de Literatura.

Para 1963 se suma al movimiento estético El Techo de la Ballena y participó como editor de la revista Rayado sobre el techo. Ese mismo año Palomares edita el poema con fotomontajes de Mateo Manaure titulado El ahogado, y ese mismo año el Ateneo de Boconó (Trujillo) publica su poemario Paisano.

En conmemoración del cuatricentenario de Caracas, en 1967, Palomares publica uno de sus poemas más reconocidos: Santiago de León de Caracas, en el que recrea momentos de importancia en la historia de esta ciudad.

Entre sus galardones y reconocimientos figuran el Premio Municipal de Poesía de Caracas por Paisano y Ediciones Poesía de Venezuela, obtenido en 1965; Premio Nacional de Literatura por su obra Adiós Escuque, en 1975; Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, en 2006; Premio Iberoamericano de Literatura, en 2010 y en 2001 le es concedido el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de los Andes.

La Primera Bienal de literatura Mariano Picón Salas fue realizada en 1991 para homenajear la trayectoria del poeta escuqueño, así mismo, en 1997, la VI Semana de la Poesía, organizada por la Fundación Juan Antonio Pérez Bonalde, también fue en su homenaje.

En el estado Trujillo se celebra la Bienal Ramón Palomares, pionera en el sistema nacional de bienales, que ya lleva seis ediciones, una iniciativa apoyada  el Ministerio del Poder Popular para la Cultura para conmemorar la obra de este insigne escritor.

Hasta el 4 de marzo de este año, el día de su muerte, Palomares residió en la ciudad de Mérida

AVN 07/05/2016 08:45
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En México: Escuela que discriminó a Axan debe pagar 96 mil pesos por daños

Pablo Novarro/  /Equilibrio Informativo

«Creo que los reglamentos de cada escuela son muy claros, cada padre de familia que determina inscribir a su hijo en una escuela privada da su consentimiento para aplicar su reglamento, en este caso concreto, debemos esperar para conocer formalmente una postura de la Conapred, no una filtración que se ha hecho, vamos a esperar a ver en sí cuál es en su totalidad el contenido de la mencionada reglamentación», apuntó Ernesto de Lucas Hopkins. Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) la escuela deberá pagar 96 mil 239 pesos al menor por daños y tendrá que adaptarse a las normas de la Constitución mexicana.

El hashtag #AxanDecide se viralizó y para muchos, según los miles de comentarios que reunió, fue una muestra real de la defensa de la madre a su hijo en contra de la discriminación y los prejuicios basados en roles de género. «, para que se le permitiera a su hijo Axan entrar a la escuela con el cabello largo, luego de que se le expulsara y se le restringiera el acceso a las instalaciones del colegio por el motivo mencionado, violentando así su derecho a la educación».

Estefanía Vela Barba, especialista en temas de sexualidad y género académica del Centro de Investigación y Docencia Económica, dio la noticia vía Twitter del caso que inició en septiembre pasado cuando la madre del pequeño interpuso un denuncia contra el colegio IMARC, en Hermosillo.

Ocho meses después de iniciada la polémica porque los directivos de una escuela en el norteño estado de Sonora expulsaron a un niño de 4 años que insistía en usar el cabello largo, las autoridades federales fallaron en favor del menor.

A través de un comunicado de prensa el organismo señala que la violencia en contra deAxan es responsabilidad de la Secretaria de Educación Pública (SEP) federal y estatal atender el artículo 4º Constitucional y a la Convención sobre los Derechos del Niño.

Fuente: http://equilibrioinformativo.com/2016/05/escuela-que-discrimin-a-axan-debe-pagar-96-mil-pesos-por-da/

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¿CÓMO ES UNA EXPERIENCIA ANDRAGÓGICA? EL PROGRAMA CEPAP

ANDRAGOGIA

Julio C Valdez/ Venezuela

A continuación describiremos una experiencia que suponemos tiene fundamento andragógico. Es el camino para lograr la licenciatura en educación en el Centro de Experimentación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP), de la Universidad Simón Rodríguez, que ya nombramos al principio.

Hablamos de una experiencia institucional que cuenta ya con más de treinta años de existencia, y es el lugar de trabajo de quien esto escribe. Se concibe como un proceso andragógico, de carácter innovativo. No parte de un diseño curricular preestablecido, sino que comprende pautas formativas inscritas en el método de proyectos y la sistematización de experiencias de aprendizaje.

El CEPAP asume la vivencia consciente e intencional de las personas como fuente de conocimiento, validada en diversos contextos, y expresada formal y rigurosamente en informes y perfiles, con pertinencia institucional y comunitaria. Por otra parte, cada persona recorre distintas fases del proceso de conocimiento, desde lo descriptivo, pasando por la interpretación crítica, esbozando o afianzando propuestas de teorización.

Hemos dicho que el CEPAP intenta formar en y desde la vivencia. No obstante, suponemos que la vivencia en sí no tiene forma, es un perpetuo fluir en todas direcciones, involucrando todas las dimensiones posibles. La vivencia es personal, y a la vez compartida con otros seres. Pero también es cierto que cotidianamente estamos relatando nuestras vivencias, o parte de ellas. Entonces, parece algo natural manifestar las vivencias en discursos, para efectos de comunicación. No obstante, ese proceso de construir discursos con otros (acción comunicacional) no es algo ajeno a la vivencia, sino parte de ella. Y podríamos ser más claros si suponemos que el acto de construir discursos, con otras personas, forma parte también de una vivencia.

No obstante, conviene aclarar de entrada que no se trata de hacer de esta experiencia un paradigma. Se trata de intentar ejemplificar algunos aspectos ya reseñados de la Andragogía en una experiencia real, sin idealizar dicha experiencia.

Conformación de grupos andragógicos
Luego de un breve proceso de iniciación, para conocer a fondo cómo ha de ser el proceso formativo en el CEPAP, lo primero que hacen las personas que ingresan es conformar comunidades de aprendizaje. Esto es equipos de estudio a escala humana (entre 8 y 12 participantes), donde está presente un educador (facilitador) institucional.
Recordemos que las dimensiones del grupo andragógico han de permitir un encuentro interpersonal profundo, y la participación activa de todos en la creación y el mantenimiento de un clima grupal propicio para la reflexión compartida y el aprendizaje significativo. La libertad, el respeto, la tolerancia, la solidaridad y el compromiso son pautas de comportamiento que requieren ser vividas, sentidas, en la cotidianidad de la vida grupal. El CEPAP, en su experiencia, ha establecido que el grupo puede encontrarse al menos una vez a la semana.
De entrada, esto requiere un esfuerzo sostenido y compartido por minimizar los despliegues impositivos del ego, y acostumbrarse a construir acuerdos con los demás. Es necesario fortalecer la voluntad compartida para que la búsqueda de consenso sea un patrón constante para fijar de manera compartida los propósitos y las normas de comportamiento colectivo. Esto lleva a forjar los correspondientes planes de trabajo, acompañados de cronogramas, lo que ayuda a visualizar los futuros momentos a transitar.

Estos planes constituyen referencias de acción para el grupo andragógico, y es conveniente mantenerlos hasta que la totalidad de sus integrantes, por consenso, decidan cambiarlo por otro más conveniente. Otro elemento fundamental es designar una persona que coordine cada sesión y otra que lleve el registro de lo que se diga y haga allí. Ello garantiza que el grupo se enfoque en el objetivo de cada día, que haya equilibrio en el tiempo de las distintas intervenciones, y que lo que allí ocurra no se vaya al olvido.

Los integrantes del grupo tienen que esforzarse por estar presentes en las sesiones de trabajo a la hora convenida. También, por cumplir con las asignaciones acordadas por todos, tales como lecturas previas y elaboraciones de adelantos de los requerimientos académicos para el avance del proceso para licenciarse.

Pero lo anterior pasa porque todos hagan un esfuerzo sistemático por hacer del tiempo del grupo algo agradable, signado por el respeto y la amabilidad. Hay que intentar aprender de cada quien, permitiendo que todos se expresen libremente, tanto en pensamiento como en sentimiento. No obstante, esa expresión ha de girar en torno a los propósitos y objetivos demarcados por el grupo en cuestión, a menos que alguna situación amerite cambiar de rumbo. En este caso, conviene que el facilitador induzca a replantearse la direccionalidad de las acciones.

Algo que los grupos tienen que convertir en hábito es la práctica constante de la crítica y la reflexión permanente. Claro, sin que ello provoque rigidez o limitaciones para la libre expresión y el clima agradable generado entre todos. El plantearse habitualmente interrogantes sobre lo que dicen y hacen tanto el colectivo andragógico como cada uno de sus integrantes, ayuda a desmontar creencias limitantes y abrir nuevas posibilidades para enrumbar procesos formativos.

Este construir siempre interrogantes desde los grupos, no se limita a la vida interna del grupo, sino que se extiende hacia la vida de todas las personas involucradas. Esas vidas, mediadas por las relaciones personales, familiares, geográficas, políticas y culturales, han de constituir los focos de estudio y análisis permanentes de cara a la construcción de proyectos de acción/ aprendizaje. De esta forma, la problematización del mundo, del que somos parte fundamental, implica la búsqueda de posibilidades de transformarlo, transformándonos a la vez nosotros mismos.

Lo anterior lleva consigo la necesidad de un mayor desarrollo de la autoconsciencia, del grupo en sí mismo, como de cada una de las personas participantes. Ello significa que todos han de percibir los condicionantes que limitan el pleno desarrollo de todos, y también las oportunidades que se abren. Lo cual trae aparejado la necesidad de abrir al máximo los canales sensorioperceptivos, explorar los mundos afectivos/ valorativos y el vigilar siempre los pensamientos y esquemas de acción que acompañan los procesos formativos.

Construcción de la Autobiografía
El proceso de constitución de los grupos andragógicos (comunidades de aprendizaje) es permanente, desde el inicio hasta el final de la licenciatura en educación. Es ese el espacio donde transcurren los procesos formativos de los estudiantes (participantes). Estos procesos se articulan en torno a pautas específicas requeridas desde la institución: la autobiografía, los perfiles de aprendizaje, los proyectos de acción/ formación y los procesos de sistematización.

Una vez que ha iniciado la vida en las comunidades de aprendizaje, el facilitador invita a los participantes a reconstruir su vida, mediante un relato autobiográfico. Esto constituye, al inicio, un ejercicio de introspección, y a la vez de reinterpretación colectiva, puesto que ha de compartir ese texto con su comunidad de aprendizaje. Es una vivencia reflexiva y altamente emotiva. Este es el ambiente que ha de viabilizar las experiencias formativas de los participantes del Centro.

Los participantes, al inicio, están sorprendidos, o desconcertados. No sólo deben sentarse a escribir, sino que tiene que hacerlo sobre sí mismos. Deben hablar de su propia vida, y ello constituye una experiencia realmente interesante. La autobiografía se nutre de varias fuentes:

  1. Una es la memoria personal, reconstruida desde quien somos aquí y ahora.

  2. Otra, la memoria compartida, es decir, la que podemos intercambiar con quienes han estado a nuestro lado, y que a veces coincide y a veces no con la personal. Cada participante ha de integrar esa memoria de modo que constituya un discurso cargado de sentido para él (ella).

  3. Otra, la que se sustenta en documentos (papeles, fotografías, certificados), que nos ayuda con la ubicación de períodos de tiempo más o menos precisos.

Construir los relatos de vida implica en si mismo un ejercicio profundo de autocrítica, un mirarse de muchos modos, un analizar con profundidad las relaciones vitales desde lo más cercano hasta lo más global. Es decir, se trata de movilizar la consciencia desde lo personal-familiar y pasando por lo comunitario, lo local, lo nacional, lo regional, y lo mundial. También implica reorganizar ese sistema de relaciones hacia el futuro, valorizando nuestro papel protagónico.

Por otra parte, escribir la autobiografía es una reinterpretación actualizada de lo que hemos sido y de lo que hemos hecho. Al ponerla en el papel, estamos creando un documento, que luego ha de ser público. Los avances, y el producto final, son expresados, conversados y aún discutidos en las comunidades de aprendizaje. Es frecuente que se cree un clima de simpatías recíprocas, y de identificación interpersonal, por lo que pueda verse como similitudes en las vivencias de uno y de otro. Aquí, como ya dijimos antes, surgen momentos de risas, lágrimas y otras emociones convergentes.

Entonces, podemos decir que relatar la vivencia mediante un discurso (oral y escrito), en este caso, no implica que traicionamos aquélla, sino que convertimos el proceso de comunicarla en una nueva vivencia, lo que constituye un ejercicio de la memoria y la interpretación vital. Esta nueva vivencia propicia situaciones de revisitar cómo interpretamos nuestra vida, y confrontar esta interpretación con la de otros. Ello constituye en sí una vivencia altamente emotiva, crítica y empática, que de paso deja productos escritos, comunicables para otros.

Ya hemos dicho más arriba que el acto de comunicar (informar, en este caso), de modo intencional, explícito, coherente, es también una vivencia enriquecedora. Esta vivencia, en el caso del CEPAP, deja un producto escrito, que puede ser fuente para generar otras vivencias en quienes lo lean. Esto vale para el resto del camino de la licenciatura en el CEPAP: los perfiles de aprendizaje, los proyectos de acción/ formación y los procesos de sistematización.

Los perfiles de aprendizaje
Seguidamente, desde la autobiografía, se transita una nueva interpretación, mediante una nueva herramienta: el perfil de ingreso. De ese modo, los participantes, siempre en reflexión compartida al interior de su comunidad de aprendizaje, clasifican y ubican sus vivencias en términos de actividades, problemas investigados, áreas de conocimiento y elaboración teórico-metodológica.

Se trata de construir un orden (siempre tentativo) del saber de cada quien al momento de entrar al Centro, desde la interpretación de la propia experiencia de vida.

Luego, los participantes, en discusión con sus compañeros, se proyectan al futuro, construyendo lo que deben conocer, las habilidades a desarrollar y los valores a afianzar, en la elaboración del perfil de egreso.

Más, lo anterior no constituye un ejercicio mecánico, de simple aplicación tecnológica. No es buscar medios para llegar a fines preestablecidos, sino construir críticamente el futuro. Ello pasa por una reflexión crítica de lo que se quiere, de sus fundamentos, y las implicaciones de esto para la construcción de un proyecto de sociedad.

Así, en la prefiguración del porvenir, los participantes tienen que enfrentar sus propias creencias, sus concepciones y visiones, para superar en ellas todas las formas posibles de dominación y control externo. Los componentes que acompañan la vida de las comunidades de aprendizaje (libertad, respeto, tolerancia, solidaridad, compromiso) también han de estar presentes al momento de dibujar el mañana.

Este perfil, siempre sujeto a revisión, constituye una especie de mapa de ruta del participante en su tránsito formativo. Es el horizonte hacia donde han de apuntar los procesos de planeación y desarrollo de los proyectos de acción/ formación y de sistematización de experiencias.

Los proyectos de acción/ formación
Desde el espacio de utopía concreta trazado desde el perfil de egreso, los participantes asumen el planeamiento, desarrollo, la evaluación y la sistematización de los proyectos de aprendizaje. Estos pueden caracterizarse como acciones delimitables que se negocian y se acuerdan con comunidades específicas.

Estas comunidades específicas son espacios geográficos, organizacionales o institucionales que han de ser vitalmente significativas para el participante. Sea porque éste viva en ellas, o trabaje en ellas, o esté comprometido con ellas: barrios, zonas rurales, escuelas, organizaciones comunitarias, instituciones, etc.

Con esa comunidad, mediante diálogo y reflexión compartida, cada participante definirá los puntos de llegada y las acciones de los posibles proyectos, así como los posibles aprendizajes a desarrollar.

Aquí se abren tres instancias concomitantes de interlocución:
1. Consigo mismo: cuáles son sus humanas fortalezas, los aportes que puede brindar, el compromiso consigo mismo y con sus propios valores y horizontes de vida.

  1. Con personas específicas de la comunidad donde se desarrolla el proyecto, y coordinar con ellas qué se puede hacer y cómo se hará, a fin de darle pertinencia social.

  2. Con la comunidad de aprendizaje del CEPAP, también para definir, caracterizar y evaluar permanentemente el proyecto en cuestión, para darle consistencia académica.

No obstante, es cada participante el responsable del proyecto, por lo que es él quien debe darle el carácter y la intencionalidad definitiva. Sin embargo, esto también pasa por la reflexión compartida acerca de su pertinencia y factibilidad socio-académica. Es decir, el participante es responsable del proyecto ante el CEPAP, pero debe aceptar una contraloría compartida con la comunidad de acción y la comunidad de aprendizaje.

Así, los participantes del CEPAP se comprometen en un movimiento dialéctico: por una parte, se proponen incidir con su acción en algún nivel de transformación de una comunidad específica dada, y por la otra van generando, registrando y convalidando aprendizajes significativos con la comunidad de aprendizaje.

Los aprendizajes generados desde los proyectos de acción/ formación, se convierten en conocimiento en tanto se reinterpretan y se profundizan mediante los informes de aprendizaje, así como en los perfiles de proceso, que han de ser evaluados rigurosamente en la comunidad de aprendizaje. Estos informes requieren un trabajo de sistematización, donde han de estar presente la intencionalidad, la experiencia, la reflexión sobre ella, y los aprendizajes derivados. Luego, se elaborarán estos productos como ejes sintéticos (Unidades de Aprendizaje), que resumirán los logros académicos de cada quien.

El proceso de sistematización
El llamado método de proyectos del CEPAP integra las vivencias de las personas responsables de los proyectos de aprendizaje (aprendices permanentes), con las de otras personas, con el fin de mejorar una situación o una condición social. Desde estas vivencias entrelazadas se propende a generar, convalidar y difundir conocimientos que, manteniendo su savia vital, puedan ser compartidos por otras comunidades (cercanas o no), y puedan a su vez abrir diálogo crítico con literatura que habla de aspectos teórico-metodológicos.
Pudiera decirse que cada participante, en su proceso formativo, participa en dos dimensiones que llegan a ser una:
1. Un trabajo que es a la vez de carácter social, transformador, compartido con la comunidad específica donde desarrolla sus acciones: escuela, fábrica, comunidad, y

  1. Un trabajo académico compartido con la comunidad de aprendizaje, la cual acompaña, coadyuva y da sustento a la profundización teórico-metodológica.

Así, la generación del conocimiento, desde procesos de acción/ formación concretos, transita diversos momentos de diálogo y reflexión compartida entre el responsable del proyecto, la comunidad específica y la comunidad o equipo de aprendizaje. Esta generación de conocimiento ayuda a la evaluación permanente, el mejoramiento y a la eventual redireccionalidad del proyecto; pero también propicia la confrontación académica, que deriva en aprendizajes significativos; y finalmente, pueden crear fundamentos generar propuestas de carácter teórico-metodológicas.
Este diálogo multidimensional, colectivo, deshace de una vez cualquier posible “orden interno personal, cerrado, subjetivo”, y convierte el proyecto de aprendizaje en un asunto social, compartido simultáneamente por varios sujetos. Desde estas perspectivas, la vida humana es percibida, retraducida, mediante el diálogo permanente entre seres humanos concretos, históricamente definidos. Así, los sujetos humanos podemos comprendernos a la vez como sujetos y autores.

En este dialogar múltiple, en diversos planos simultáneos, compartido por distintos sujetos sociales no asumen un lenguaje aséptico, academicista, frio. El hablar es vivencial, con un lenguaje cargado de emocionalidad, de vida cotidiana, que incluye metáforas, imágenes vitales, registros ancestrales.

Desde lo anterior, y volviendo a la sistematización, podemos señalar que no hay actividad humana ajena al lenguaje, al diálogo social. De esta forma, cualquier realidad vivida es percibida y comunicada en el lenguaje como sistema global. El lenguaje no es un instrumento, no es “algo” que usamos, sino una especie de matriz donde estamos y desde donde miramos y actuamos con los demás.

El lenguaje no está en la vivencia, sino que es él mismo vivencia. Y, como tal, se manifiesta en la diaria interacción de las personas. Así, eso que se llama orden subjetivo, personal, no es en absoluto un orden cerrado dentro de alguien, sino un fenómeno de lenguaje que, como tal, se puede compartir, y de hecho se comparte.

Ahora bien, el responsable del proyecto (participante) tiene a su vez que moverse en diversos niveles del lenguaje. Tiene que hablar con las personas de las comunidades específicas (barrio, caserío, escuela, fábrica, etc.), para lo cual ha de compartir ciertos códigos y registros específicos. Pero también tiene que discutir con sus compañeros de estudio (comunidades de aprendizaje), para lo cual tiene que integrar lo cotidiano con lenguajes más elaborados desde el punto de vista académico, y hasta científico.
Por otra parte, el responsable del proyecto tiene que vérselas con el lenguaje escrito, en la realización de informes de avance y un informe final. Su experiencia formativa ha de aparecer debidamente sustentada y sistematizada. Es un momento relevante, donde la experiencia se convierte en conocimiento, debidamente reseñado en un documento que ha de ser público.

Y, aún, ese informe transita otras etapas, puesto que de él se derivan los correspondientes perfiles de proceso (descripción y clasificación del conocimiento derivado de la realización del proyecto), y las unidades de aprendizaje, ejes que sintetizan los aprendizajes en cuestión.

La realidad vivencial, puesta en común con otras personas, diluye las fronteras entre lo llamado objetivo-subjetivo, y ya es en sí comunicable. El poner esto por escrito, como lo hace el CEPAP, aumenta su potencial de comunicabilidad.

Así, el proceso de generación de conocimiento de los participantes del Centro, en el desarrollo de sus proyectos concretos, mediado por el diálogo, la crítica constante y la evaluación permanente, constituye un espiral virtuoso compartido en distintos momentos por múltiples actores.

En cuanto a si los conocimientos derivados de procesos vivenciales (de sistematización) pueden generar teorías, o sólo ser insumos para un tratamiento teórico ulterior, vamos a intentar también una interpretación teórica y práxica. Lo teórico, aunque no necesariamente tenga que ser científico, hoy día sigue muy vinculado a ello.

Esto puede apuntar a un intento de satisfacer las expectativas de las comunidades científicas y al mismo tiempo atender a la lógica de la práctica social misma. Desde esta óptica, es posible hacer ciencia (arribar a teorías consistentes, confiables y pertinentes), integrando los conocimientos presentes en la praxis (lógica social) y los conocimientos derivados de las reflexiones de las comunidades científicas.

En síntesis, el proceso formativo en el CEPAP trata de vivencias compartidas que involucran redes de relación, acciones de lenguaje, integración cultural, emociones, en procesos tendentes a cambiar (en mayor o menor grado) situaciones y pautas de vida. Estas vivencias son recogidas y ordenadas en formas de registro adecuadas y pertinentes. Estos registros, y las experiencias en sí, son discutidos, retraducidos y reinterpretados en las comunidades de aprendizaje, desde lo práctico (confrontación con lo que quiere lograr la comunidad), lo metodológico (confrontación con métodos y procesos empleados en otros lugares, que pueden ayudar a mejorar la práctica concreta y a la vez reflexionar desde ella y sobre ella), y lo teórico (confrontación con autores que han propuesto constructos y teorías para interpretar realidades).

Desde aquí, y siempre en reflexión sistemática en las comunidades de aprendizaje, se intenta una síntesis integradora, que hace que el conocimiento se vaya haciendo cada vez más vivencial y sistemático, empírico y científico. Luego, todo esto es convertido en informes de aprendizaje, donde ha de estar presente la sistematización: el relato, su interpretación, indagación crítica y sus derivaciones en términos de conocimiento práctico-teórico.

[Del libro Andragogía, una lectura prospectiva. Publicado por editorial El Perro y la Rana, Caracas, Venezuela, en 2010

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Paraguay: Estudiantes repudian el “himno” a McLeod

Paraguay/ 07 de Mayo de 2016/abc color

Durante una sentata, estudiantes del Centro Regional de Educación repudiaron que en el Centro Educativo Municipal se cante “un himno a autoridades corruptas”, en referencia a las-los para la intendenta Sandra McLeod.

Los alumnos del Centro Regional de Educación (CRECE) “Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia”, realizaron una sentata entre las 7:00 y las 11:00 de ayer, y anunciaron que seguirán protestando la próxima semana. Por un lado, exigen que el presidente Horacio Cartes firme un documento comprometiéndose a una mayor inversión en educación y la provisión de libros de estudio a todos los colegios del país.

Por otro lado, la sentata es en solidaridad con los alumnos del Centro Educativo Municipal, quienes desde hacía cinco años cantaban loas a la intendenta local, Sandra McLeod de Zacarías (ANR), en actividades oficiales y en olimpiadas. Se trata de una canción considerada un himno –aunque no lo es por resolución ministerial– que fue compuesta por el profesor Justo Pastor Piñánez y que afirma que “con Mc Leod Zacarías, Ciudad del Este es un edén”. Su entonación fue prohibida por la propia jefa comunal luego de que los medios de comunicación cuestionaran esta práctica.

Aplaudida por sus compañeros de colegio, la dirigente del Centro de Estudiantes del CRECE, Pykasu Gamarra, dijo durante la sentata: “En el colegio del Área 5 (Raúl Peña) nuestros compañeros que protestaban fueron tildados de vándalos por sus profesores, que no les dejaron entrar al colegio, mientras en el Centro Educativo Municipal (CEM) los compañeros son obligados a cantar un himno a autoridades corruptas. ¡Si van a cantar un himno, que sea a nuestro país y no a los corruptos!”.

Agregó que lamentan la actitud de los padres que apoyan la entonación de la canción, “porque eso no está bien”. “Eso no es un símbolo de tiranía?”, se cuestionó.

La dirigente contó que recibieron información de que los alumnos del CEM no tienen centro de estudiantes porque no se les estaría permitiendo. “Nosotros no tenemos contacto con ellos. Desde hace años lo intentamos, pero no logramos conversar con ellos, porque a la entrada nos hacen esperar. ‘No se puede’ o ‘no están’, nos dicen. ¿Por qué no quieren que entremos?”, dijo la joven, quien añadió que en el 2014 acudieron al colegio.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/estudiantes-repudian-el-himno-a-mcleod-1477743.html

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Azurena Molina: Ser maestro, una labor que va más allá del aula

Azurena Molina Molas recibirá el galardón Maestro Distinguido 2016 otorgado por la Segey, por su labor durante 36 años.

La maestra Azurena Molina Molas recuerda con mucha alegría aquellos años en los que le tocó estar en sitios en donde no había servicios públicos, como luz y agua, pero sí convivencia muy estrecha entre maestros con alumnos, padres de familia y la comunidad en general, a tal grado de sentirlos como su segunda familia. (José Acosta/Milenio Novedades)

El esfuerzo constante reflejado en 36 años de labor docente de la maestra Azurena María del Socorro Molina Molas será premiado mediante el galardón de “Maestro Distinguido 2016”, reconocimiento que cada año es entregado por la Secretaría de Educación del Estado de Yucatán (Segey).

Comenzó su ejercicio docente a los 17 años, pues le tocó ser parte de la generación de “normalistas”, es decir, personas que egresaban de la secundaria y posteriormente estudiaban en la Escuela Normal “Rodolfo Menéndez Peña”.

Sin embargo, el título que recibió a su corta edad no fue suficiente, ya que años después ingresó a la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en donde egresó como Licenciada en Educación Básica, pues el deseo de Azurena ha sido siempre ser una mujer preparada y capaz de lograr las metas personales y como profesionista.

Fue la primera mujer en su familia en obtener títulos universitarios, ya que para la época en la que le tocó desarrollarse se creía que las mujeres no podían salir de casa y que sólo los hombres tenían derecho de acudir a una universidad; no obstante agradece en demasía el apoyo de sus padres y de sus hermanos, quienes no se opusieron en el camino de alcanzar sus sueños.


“Me tocó desarrollarme en tiempos difíciles”, dice Azurena María del Socorro, ahora con una sonrisa en los labios, pues tras años de haber enfrentado diversos obstáculos hoy se siente dichosa y plena en todas las áreas de su vida.

Comenzó la “aventura” en la docencia en diversas comunidades rurales del estado de Yucatán, sitios que atesora en sus recuerdos por todas las enseñanzas que ella recibió durante este período aproximadamente de siete años, antes de que obtuviera un lugar en alguna escuela de Mérida.

Siempre buena estudiante, salió de la Escuela Normal con mención honorífica y este ahínco le permitió continuar sus estudios aún cuando se volvió madre.

Azurena recuerda con mucha alegría aquellos años en los que le tocó estar en sitios en donde no había servicios públicos, como luz y agua, pero sí convivencia muy estrecha entre maestros con alumnos, padres de familia y la comunidad en general, a tal grado de sentirlos como su segunda familia.

En las comunidades, ella describe que el mejor material educativo que tuvo a su alcance fue la naturaleza, pues para impartir la materia de Ciencias Naturales, sólo salía de las aulas con sus alumnos y tenían todo el panorama para hablar sobre árboles, plantas, oxígeno, agua, animales y lo importante que es cuidar todo el entorno.

Su pasión por esta asignatura se volvió tal que estudió posteriormente la licenciatura en Ciencias Naturales en la Escuela Normal Superior de Yucatán.

Madre de tres hijos, confiesa que no fue una labor fácil combinar las actividades, pues atender el plano personal y laboral no siempre van de la mano, pero con el esfuerzo, el esmero continuo y el amor por los suyos, la llevó a decir hoy en día: lo he logrado.

En algunas ocasiones la confianza con los padres de familia de las comunidades se consolidó tanto que mientras atendía  a sus hijos, como alumnos dentro de las aulas, ellos le cuidaban a sus hijos.

Aunque esta medida no fue necesaria siempre, se siente agradecida por las buenas personas que ha tenido en su camino.

Tuvo el apoyo incondicional de su familia, quienes también contribuyeron en el cuidado de sus hijos, quienes ahora ya cuentan con carreras profesionales y posgrados.

Hoy en día, uno de los motivos por los que Azurena sigue frente a grupo es porque siente en el pecho la misión de formar buenos ciudadanos, conscientes y responsables del mundo en el que habitamos.

Perfil
  • Nació en Mérida, Yucatán, el 14 de octubre de 1959.
Trayectoria
  • Estudió en la Escuela Normal “Rodolfo Menéndez de la Peña”.
  • Estudió en la Universidad Pedagógica Nacional, en donde obtuvo el título de Licenciada en Educación Básica.
  • Estudió Licenciatura en Ciencias Naturales en la Escuela Normal Superior de Yucatán.
  • Obtuvo el grado de Maestría en Educación: Campo de Desarrollo Curricular
  • Obtuvo el grado de Maestría en la Especialidad de Ciencias Naturales.
  • Estudia el doctorado en el Colegio de Tlaxcala, con el título Desarrollo Regional con la Especialidad en Planeación Educativa.
  • Ha dado clases en nivel básico, medio superior, superior y posgrados.

Fuente: http://sipse.com/milenio/proyecto-vida-entrevista-azurena-maria-molina-molas-maestro-distinguido-2016-203596.html

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