México / www.proceso.com.mx / 16 de Noviembre de 2016.
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, afirmó que México tiene el gasto por alumno más bajo de todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pese a que una educación de alta calidad necesita de un financiamiento sostenible.
Por ejemplo, en 2013 Luxemburgo y Suiza invirtieron 21 mil 320 y 19 mil 52 dólares, respectivamente, para brindar desde educación primaria hasta superior a sus alumnos; en tanto, México destinó tres mil 387 dólares, que representan apenas la tercera parte del gasto promedio por estudiante de los países miembros de la OCDE, que fue de 10 mil 493 dólares.
Al participar en el foro Tijuana Innovadora, el rector planteó la necesidad de ampliar la cobertura en educación superior, pues actualmente sólo se atiende a una tercera parte de la población en edad de cursar estos estudios.
Graue señaló que la educación promueve el desarrollo social, pues a mayor nivel educativo, las personas obtienen mejores ingresos. Además, favorece la seguridad y permite que haya más posibilidades de tener un futuro más equitativo y justo.
Sin embargo, dijo el rector, el panorama es poco alentador, pues en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2017, instituciones educativas como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y diversas universidades estatales han sufrido recortes.
Sobre el escenario de la investigación en México, dijo que también es complicado, pues el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sufrió una disminución del 23.2 por ciento y hay compromisos que no puede dejar de atender, como preservar y promover el crecimiento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), las becas a estudiantes de programas reconocidos, las cátedras Conacyt, así como la contratación de jóvenes investigadores.
Ante empresarios y emprendedores de Tijuana, Baja California y San Diego, California, Graue Wiechers insistió en la necesidad de impulsar la investigación encaminada a resolver los complejos problemas de la sociedad, los cuales deben ser atendidos de manera multidisciplinaria, además de impulsar la innovación y la obtención de patentes.
Finalmente, expuso que menos del 10 por ciento de las patentes que se otorgan en el país son para investigadores nacionales, mientras que en otras naciones como la India o Brasil los científicos obtienen el 22 y 18 por ciento, respectivamente.
Se acaba de publicar un libro fundamental cuyo título nos recuerda los silabarios de antaño: Ahora ya sé leer y escribir. Nuevos estudios sobre la historia de la educación en Centroamérica (siglos XVIII al XX) .
Editado por el historiador Iván Molina, el libro está compuesto de siete capítulos, escritos por especialistas en la historia de Centroamérica.
Constituye un importante esfuerzo no solo por lograr la integración de los colaboradores, sino por lo que representa: uno de los pocos trabajos que estudian la educación en el Istmo en perspectiva histórica.
Por capítulos
En el capítulo 1, Sajid Herrera explora cómo la política educativa de las reformas borbónicas (1750), impactó la educación de primeras letras en las provincias de San Salvador y Sonsonate.
Estudia el desplazamiento paulatino de los eclesiásticos del monopolio de la educación, pero también prueba los problemas locales que obstaculizaron los anhelos de reforma, desde problemas de pago a los maestros hasta el efecto de las plagas de chapulines en la asistencia de los niños.
En el capítulo 2, Julián González analiza la “escuela laica” en El Salvador entre 1871 y 1890, un periodo de choque entre la modernidad católica y la laica. Profundiza en el papel de esa educación en la forja de la ciudadanía y su funcionalidad en pro del bien público.
Esa apuesta por la laicidad fue impulsada con decisión y no echó para atrás en el enfrentamiento con la Iglesia, pero tampoco contó con el apoyo económico del Estado para consolidarse.
En el capítulo 3, Iván Molina plantea una nueva interpretación de porqué ciertas familias costarricenses se opusieron a la reforma educativa de finales del siglo XIX en Costa Rica.
Molina precisa que la rebelión contra la reforma limitó la capacidad de los padres de hacer desertar a sus hijos de la escuela varias veces al año (como acostumbraban) y que ampliaba la brecha cultural entre padres e hijos, amenazando así las estructuras de poder que habían prevalecido en los hogares y comunidades.
La reforma volvía problemática la readecuación para ubicar a los estudiantes en grados según un nivel de conocimientos e impactaba el aporte de los niños a la economía familiar.
Chile / www.elciudadano.com.cl / 16 de Noviembre de 2016
«Los componentes estructurales del proyecto de reforma a la educación superior se mantienen incólumes en aspectos que no contribuyen al fortalecimiento de la educación superior en el país», expresó el vicepresidente ejecutivo de la instancia Aldo Valle.
Durante la tarde de este viernes el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas se reunió de forma extraordinaria para analizar y debatir respecto del “Protocolo de Rediseño de la Reforma a la Educación Superior”, el que le fue entregado por parte del MINEDUC a finales del mes de octubre.
Tras la cita las conclusiones de los rectores sobre la propuesta del gobierno son negativas. En este sentido el rector de la Universidad de Valparaíso y vicepresidente del CRUCH, Aldo Valle, expresó que “Hemos hecho una evaluación más bien crítica del contenido de la respuesta que nos dio el Ministerio de Educación”, y agregó que “los componentes estructurales del proyecto de reforma a la educación superior se mantienen incólumes en aspectos que no contribuyen al fortalecimiento de la educación superior en el país”.
Vivimos una época de dominio y transformación. Sin embargo, corremos el peligro de incurrir por negligencia en el olvido de uno mismo. La responsabilidad es de todos, que no respetamos la jerarquía de los valores. Aún no hemos aprendido a valorar los recorridos, a ponerlos al servicio de toda vida humana. Y así, una buena parte de la población la hemos excluido. Viven en el mundo, pero se sienten extraños en un hábitat del que disfrutan unos cuantos privilegiados. Los gobiernos deberían considerar estos abusos, avivando otras corrientes de pensamiento más generosas, con otra dialéctica de sabiduría que fomente la claridad ante todo, lo afable en el conversar para generar confianza, y la prudencia siempre. Al igual que la participación de la ciudadanía en la gobernanza es un pilar básico de la democracia, también es fundamental promover el conocimiento entre las culturas, impulsando toda divulgación científica o artística, que mejore nuestra calidad existencial. Precisamente, en este mes de noviembre, cuando celebramos el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo (día 10), sería bueno recordar el compromiso asumido en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, que se celebró en Budapest en 1999, bajo el auspicio de la UNESCO y el Consejo Internacional de Uniones Científicas. Lo mismo debiera suceder con la celebración del Día Mundial de la Filosofía (tercer jueves de noviembre), pues es desde la profundidad del pensamiento como se puede llegar a converger ideas que nos ayuden a mejorar nuestra propia existencia humana, nuestro abrazo común y fraterno.
Si la filosofía es el diálogo del asombro a lo largo de los diversos períodos existenciales con el arte y la literatura, con todo aquello que nos produce inquietud; de igual modo, la ciencia complementa esa búsqueda que nos da valor y nos insta a la acción. Todas las ruedas son necesarias para llegar a buen puerto, ya que la ciencia por sí sola no puede dar respuesta al problema del significado de las cosas, pero tampoco la filosofía puede resolverlo todo desde las buenas intenciones. Pongamos por caso, la sostenibilidad de la que tanto se habla en el momento actual. Es cierto que se requieren nuevas formas de pensar sobre nosotros mismos y sobre el planeta, nuevos modos de actuar, producir y comportarse, pero también se demanda de una divulgación científica capaz de reorientarnos a esa transformación del mundo. Por ello, se me ocurre recomendar, si es que puedo hacerlo como voz del pueblo, especialmente dos moralidades o éticas: La primera, la de la valentía, capaz de proteger tanto a la filosofía como a la ciencia, en un mundo tan crecido por la falsedad y necesitado de sentido común: valor para pensar libremente y bravura para mantenerse firme en la autenticidad científica. Y la segunda, la de la humildad, con la que reconocernos seres limitados. A veces la manera cómo se presentan las cosas no es tal y como son. Por otra parte, cuando los seres humanos nos creemos dioses solemos también degradarnos. No olvidemos que el secreto del verdadero saber radica en lo más humilde y sencillo, en esas gentes que no suelen ser tenidas en cuenta.
Pensemos que mientras la ciencia calma, la filosofía inquieta; o sea, que también se complementan, en la medida que sintiéndonos tranquilos, igualmente percibimos una sensación de ansia por saber más. En este sentido, la función que desempeñan los centros y los museos científicos va más allá de la mera transmisión de información científica. Son lugares abiertos al público, donde los visitantes pueden aprender acerca de los misterios del mundo que nos rodea. Promueven la creatividad, divulgan el conocimiento científico, ayudan a los maestros a motivar e inspirar a los alumnos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, mejoran la calidad de la educación científica y fomentan la enseñanza dentro de un contexto social. Contribuyen, además, a modificar posibles percepciones negativas sobre las repercusiones de la ciencia en la sociedad, atrayendo así a los jóvenes a las profesiones científicas y animándolos a experimentar y a ampliar nuestro conocimiento colectivo. De la misma manera, la divulgación filosófica nos acrecienta en ese amor a la sabiduría, tan necesario en los tiempos presentes, con tantos adoctrinamientos que nos llevan a un callejón sin salida. En consecuencia, tanto la ciencia como la filosofía, hoy tienen la gran responsabilidad de que podamos florecer, ya sea a través del método científico de observar y experimentar, o mediante el filosófico del pensamiento y la cultura, con el atractivo perdurable del origen de la verdad, cuestión que ha de recuperar enérgicamente su vocación natural.
Sabemos de la importancia del papel de la ciencia y los científicos en la creación de sociedades sostenibles y la necesidad de informar a los ciudadanos y de comprometerlos. Además, la filosofía ha de tender a reafirmar la transcendencia del pensamiento crítico para enganchar fructíferamente las transformaciones de las sociedades contemporáneas tan diversas como todas vitales. Cada día es más necesario el razonamiento reflexivo y la práctica del coloquio a esa apertura, tan enriquecedora, pero que puede hacer surgir tensiones. No cabe duda, que este pluralismo científico y filosófico es el que nos permitirá tener mejor vida, mejor convivencia, mejores perspectivas de futuro. Justamente, en este mismo mes de noviembre (día 4), Naciones Unidas imprimía solemnidad a la entrada en vigor del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, con un evento en el que participaron representantes de la sociedad civil. El Secretario General de la ONU expresó de esa forma su profunda gratitud en nombre de la Organización al liderazgo, valor y persistencia de ese sector para hacer realidad el histórico pacto. Ahí estamos en esa carrera contra el tiempo. Necesitamos a la ciencia para hacer la transición hacia un futuro de bajas emisiones, pero también precisamos un espíritu pensante que presione para la acción conjunta de toda la humanidad. Recordemos que no hay filosofía verdadera sin diálogo y, en un mundo globalizado como el reinante, ese parlamento es primordial. Por cierto, este es el espíritu que preside el Decenio internacional de acercamiento de las culturas (2013-2022) y la sabiduría que la UNESCO desea seguir promoviendo para erigir en la mente de los hombres y las mujeres los baluartes de la paz, como reza su Constitución.
Soy, por tanto, de los que piensan que se requiere una mayor divulgación científica y filosófica si en verdad nos queremos entender, puesto que ambas están en el orden de la razón natural. De hecho, sí la filosofía nació y comenzó a desarrollarse cuando el ser humano empezó a interrogarse sobre el por qué de las cosas y su fin, también la ciencia surge de una necesidad por evolucionar hacia una mentalidad más precisa, con el consabido injerto de serenidad y equilibrio que nos transmite. En cualquier caso, siempre es liberador activar cualquier energía creativa, un tipo de proceso de aprendizaje en el que profesor y el alumno se encuentran en el mismo individuo, pero que es innato e, indudablemente, nos hará avanzar en el respeto y en la naturalidad de lo que somos. Téngase en cuenta, que uno no puede respetar si no se respeta asimismo. Aparte de que quien es auténtico, como decía el inolvidable pensador Jean Paul Sartre, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es. Al fin y al cabo, en la actualidad abunda mucho la superstición y poco la ciencia, los aprendices de filósofos y apenas pensadores, para descubrir verdades, o al menos para ensañarnos, a dudar y a preguntarnos. Ya saben el dicho popular; quien dice saberlo todo, al fin no sabe nada.
Resurrección Pascual acaba de tomar posesión del cargo como directora provincial de Educación.
Por: Miguel Angel Lopez.
Directora provincial de Educación en Segovia desde primeros de mes, cuando se jubiló Antonio Rodríguez Belloso, Resurrección Pascual Santa Matilde (Cabezuela, 1966) conoce a la perfección la administración, pues ha estado en los últimos años al frente de la jefatura de Programas Educativos y, además, es profesora de Economía en el instituto Andrés Laguna de Segovia. Su trayectoria docente comenzó en 1988 en Alcalá de Henares y se prolongó luego en los institutos de Secundaria María Moliner de Segovia capital, el Jaime Gil de Biedma de Nava de la Asunción y el Andrés Laguna, donde también ha ocupado los cargos de jefa de estudios y secretaria; entre medias trabajó como asesora en el Centro de Formación e Innovación Educativa (CFIE) de Segovia y desde su nuevo cargo y por convicción afirma que en Educación, sobre todo, «debemos ser tolerantes».
Resurrección atiende en seguida la petición de entrevista. Dice que no está acostumbrada a tratar con los medios, pero se le ve segura; al fin y al cabo ha trabajado con Rodríguez Belloso durante más de 17 años, en el IES Andrés Laguna y en la Dirección Provincial: «Ha sido un placer trabajar con él porque creo que ha sido un buen director que ha trabajado mucho por la educación en la provincia de Segovia». Sobre la mesa de su despacho hay un montón con una decena de expedientes. Conoce bien los temas, y si no dispone del dato lo dice.
–Imagino que su nombramiento no le cogió por sorpresa.
–Sí, pero nunca fue mi objetivo. Creo en el trabajo bien hecho, y ese es mi objetivo de cada día, de verdad que no tengo otras aspiraciones.
Se nota que su interés por la educación es vocacional, que le preocupa cualquier asunto que toque de cerca el ámbito educativo. Antes de que concluya la entrevista está dispuesta a opinar sobre uno de plena actualidad. Quiere hablar del ‘debate’ sobre los deberes escolares; lo ha meditado porque sabía que los medios le preguntarían.
–¿Cuál es su opinión sobre este asunto que ha generado polémica entre padres y profesores?
–Creo que hay que respetar a las dos partes, a los padres y los profesores, y considerar que en el lugar intermedio están los alumnos. Lo más importante es que las familias confíen en los centros y en el juicio de los profesores, porque son los mejores posicionados para decidir qué tareas deben hacer los alumnos en su casas. Tiene que haber un mensaje tranquilizador a las familias y a los profesores, y debemos propiciar el diálogo desde los padres con los tutores y con los equipos directivos de los centros, y también desde los órganos de participación, los consejos escolares, para buscar un punto de encuentro. El objetivo es dialogar, hablar, que se vea que los deberes son adecuados, moderados y proporcionales a lo que necesitan los alumnos. Pero hay que decir una cosa, los alumnos, que están en medio, son los más vulnerables, no podemos darles mensajes contradictorios, son lo mejor del sistema educativo y a quienes hay que cuidar. No hay que olvidar que están en los centros y en las familias, y también en la sociedad. Y tenemos que hacer una sociedad formada, con unos valores y unos principios y respetando siempre la libertad de los padres, que tienen la tutela de sus hijos.
Al hablar de los asuntos concretos de Segovia surge en seguida el esperado nuevo instituto de Secundaria de San Lorenzo, y comenta que «está en fase de redacción del proyecto. Es una obra centralizada de la Consejería, no es una obra que nosotros gestionemos, pero el director general de Política Educativa ha dicho que va por buen camino».
–¿Qué plazos se manejan para que esté en funcionamiento este instituto de San Lorenzo? ¿Va a suponer cambios en la oferta de FP?
–No hay ningún plazo establecido, pero en el mejor de los casos esta obra va a llevar dos o tres cursos. Lo previsto es que la primera fase sea para albergar los ciclos formativos que ahora están en el IES Ezequiel González, las familias de Sanidad y de Carpintería. Luego habrá que valorar la oferta en función de la demanda y de las necesidades, y estamos abiertos a cambiar todos los cursos.
– ¿Hay este curso algún problema de escolarización?
–No hay problemas. La comisión de escolarización asigna plaza a todos los alumnos que lo solicitan.
–¿Cómo estamos de alumnado extranjero, qué evolución ha tenido?
–No tengo ahora los datos exactos, pero el número de alumnos con necesidades de compensación educativa ha descendido en la provincia. Hace seis o siete años el alumnado extranjero suponía un porcentaje importante, pero ahora es menor, por los datos que maneja el departamento de atención a la diversidad.
–¿Se nota más en alguna nacionalidad que en otras?
–El año pasado hicimos un estudio y es curioso, se daba la característica que era por centros y por barrios donde se concentraban determinadas nacionalidades. Por ejemplo, había institutos donde predominaban alumnos de Bulgaria o Rumanía, en otros de nacionalidad marroquí, y en otros de todos los países sudamericanos. Va por zonas, en todos hay de todo, pero yo creo que hay mayor concentración de una nacionalidad u otra en función de la disponibilidad de viviendas en los barrios y de la situación social.
–¿En Segovia capital puede haber cambios en la adscripción de centros por las vacantes de alumnos en los colegios que ocasiona la desertización del casco histórico?
–Hay una adscripción única, y hay que entender que los ciudadanos tienen derecho a elegir, de tal manera que se abre un periodo de escolarización y cada uno puede pedir dónde quiere ir. Tenemos que garantizar los derechos, y si hay plazas hay que concederlas. Ha habido una situación económica determinada y un desarrollo de población que se llevó a los jóvenes a San Cristóbal y luego a Palazuelos, donde hay necesidades de escolarización. Pero los centros de Segovia siguen funcionando exactamente igual y no podemos coartar la libertad de elegir. Y los padres, salvo algún caso excepcional, han podido escolarizar a sus hijos donde han querido.
–¿En la provincia hay algún centro en riesgo de cierre?
–No, no. El año pasado hubo una reorganización funcional. Por ejemplo, el CRA de Santiuste de San Juan Bautista se quedó con un solo colegio y se le unió a Nava porque cuando concentras recursos los rentabilizas y das mayores opciones, mayores actividades, puedes dotar de profesorado especialista… Pero no ha cambiado, las aulas siguen estando en el mismo sitio, están en Santiuste y unidas a las de Nava, los pasillos son las carreteras.
–La problemática en los últimos cursos de los comedores escolares parece resuelta, que las medidas de control han sido eficaces.
–En principio, hemos tenido la reunión de la comisión de comedores y todavía no hemos tenido ningún problema, y esperamos que no los haya. Los controles son exhaustivos y se han pasado las evaluaciones, que han ido incrementando la valoración del servicio. La Consejería lo que pretende es que sea un servicio de calidad.
–¿Las reválidas se van a suspender?
–No van a tener valor académico. Sobre si se van a realizar o no las pruebas estamos a expensas de lo que diga el Ministerio de Educación, y también pendientes de la regulación de la prueba que sustituiría a la PAU, l aprueba de acceso a la universidad. El ministerio dio una fecha, hasta el 30 de noviembre, y el viernes mismo el ministro, nada más ser designado, convocó a todas las comunidades autónomas para intentar llegar a un acuerdo en este tema, que yo creo que es el que más preocupa a los alumnos de segundo de Bachillerato, en qué condiciones van a acceder a la universidad. Creo que es el que más nos preocupa a todos.
–¿Faltan profesores en la provincia de Segovia, se cubren las bajas y las vacantes?
–No hay un problema de falta de profesores. Si hay un grupo de alumnos se ponen los profesores que se necesitan. Encontramos comentarios sobre la reducción de profesores, pero si se ha reducido el número de alumnos hay que reducir el de profesores, y se hace en función de las necesidades de alumnos y grupos. Hay veces que encontramos dificultades para la sustitución de profesores, porque hay funcionarios de carrera e interinos y todos los años hay listas de aspirantes para ocupar en régimen de interinidad. El problema es que los profesores tienen sus derechos y pueden optar entre coger una plaza o no; sí tenemos listas, pero a veces no hay docentes interesados en cubrir una determinada sustitución en un centro.
–¿Cómo se soluciona?
–La administración recurre a procesos extraordinarios cuando nadie de los listados está interesado. No es lo habitual pero pasa a veces. Un caso característico es el de una plaza de maestro en Boceguillas, que ha salido dos veces a sustitución y nadie la ha cogido; me preguntaban en la Consejería qué pasaba y yo les he dicho que no pasa nada, que Boceguillas está en la N-1, a una distancia no muy cercana de cualquier localidad importante, y no todo el mundo está dispuesto a ir allí.
–¿Qué planes hay para el Bachillerato de Excelencia?
–En principio, en Segovia hay tres autorizados, el de Ciencia y Tecnología del Andrés Laguna; el de Ciencias Sociales en el Giner de los Ríos, que no se ha puesto en funcionamiento porque no ha habido un número mínimo de alumnos, y el de Idiomas en el María Moliner. Yo creo que es una gran oportunidad para los alumnos, para adaptarlo a las necesidades. Debemos ser más tolerantes en educación, no es malo dar a cada uno lo que necesita, es lo justo porque si los alumnos se sienten atendidos vamos a conseguir mayor satisfacción en el alumnado y vamos a conseguir más éxito. En la práctica cada alumno es un mundo, pero tenemos que intentar llegar a todos.
Acompañará el proceso educativo con carreras técnicas para dar respuesta a las realidades de cada muchacho y muchacha que pueda bachillerarse.
Centro América/Nicaragua/15.11.2016/Autor y Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/
Nuevas alternativas abrirán las puertas para los bachilleres en la educación superior este año, indicó el profesor José Antonio Zepeda, dirigente de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN-FNT).
A juicio de Zepeda, se espera que se gradúen este curso 50 mil bachilleres, y muchos de ellos optarán luego por un cupo universitario. El resto, agregó, tendrá la oportunidad de continuar sus estudios con la Universidad Abierta en Línea, programa adicional del Gobierno.
Asimismo, se acompañará el proceso educativo con carreras técnicas para dar respuesta a las realidades de cada muchacho y muchacha que pueda bachillerarse, destacó.
Otra alternativa, señaló, es la educación a través del Instituto Nacional Tecnológico, o de las mismas universidades, que tratan de implementar carreras industriales, pecuarias y de servicios, todo conjugado con el idioma inglés como segunda lengua.
Zepeda subrayó además el reconocimiento del que son objeto los bachilleres con la entrega del Bono Complementario que hace el Gobierno, valorado en mil córdobas y programado este año entre el 25 y el 30 de noviembre.
“El bono es un reconocimiento que se le hace a la familia, a ese esfuerzo que hace el joven, para que tengan una ayuda y decisión de cómo lo van a utilizar. Este bono se le entrega al que aprueba limpiamente sus clases”, recalcó Zepeda.
Ni la educación es sinónimo de escuela, ni el sistema educativo es sinónimo de sistema escolar, ni los problemas de la educación son sinónimos de los problemas de las escuelas.
Este deslinde es necesario realizarlo cuando de lo que se trata es de analizar la educación en un centro escolar, en un núcleo educativo, en un municipio, un departamento o a nivel nacional, en tanto, por lo general, cuando se realizan estos ejercicios, se hacen ignorando el carácter y ubicación de la educación escolar en la vida social, dedicando su atención a variables y aspectos meramente escolares, desconectándolos parcial o absolutamente de la vida económica y social, especialmente del origen social de los estudiantes y de la situación económica de las familias de donde provienen los mismos. La conclusión de este tipo de análisis es obvia, la culpa de los desajustes de la educación anidan en la educación misma y es ahí donde hay que buscar las soluciones.
Analizar variables como la formación del magisterio, los planes y programas de estudio, la administración financiera municipal de la educación, la evaluación de los aprendizajes, la infraestructura escolar, etc. Excluyendo del análisis la relación de cada uno de estos factores con la variable estudiante y su relación con el medio en que este reproduce su existencia, es un enfoque parcial, insuficiente, escolarizado y sesgado de la educación escolar, el cual excluye a la variable más importante del proceso educativo, como es el estudiante que es en quien se realiza la educación y su calidad.
No es que el currículo, el magisterio, la evaluación educativa y los edificios escolares no sean importantes, lo que pasa es que ninguno de esos elementos funcionan en el aire, todos tienen sentido según sean las personas que aprenden, que no llegan al aula de clases como si fuesen una página en blanco, sino que llegan con una carga muy grande de experiencias y aprendizajes producto de la acción educativa y de socialización de su familia, de sus pares etarios en su entorno social y de los llamados medios de comunicación social que se imponen avasallantes sobre niños, niñas y jóvenes, que por su edad mental y cronológica no están en capacidad de criticar, oponerse y rechazar sus mensajes.
Hacen falta él y la estudiante en esos diagnósticos y esas propuestas, no como una entidad exógena separada y extraña, sino como parte fundamental del proceso educativo, sin la cual no existe el mismo, no existe la educación porque no habría nadie a quien educar. El o la estudiante es el referente con el cual hay que contrastar, chocar o cruzar las variables meramente escolares a fin de medir y valorar sus atributos y cualidades y con base en esos resultados hacer las recomendaciones que corresponda. Es el caso del currículo, por ejemplo, una cosa es el currículo de los estudiantes de la zona rural y otro es el de los estudiantes de la zona urbana, o también el caso del magisterio, su formación y capacitación, una cosa son los docentes de la educación para la primera infancia y otra cosa son los profesores de la educación secundaria o universitaria, sus características son diferentes, en tanto, son diferentes las características de los estudiantes a quienes ofrecen sus servicios docentes.
Respecto a la importancia del estudio del factor estudiante y su relación con las variables de la ingeniería escolar, es de importancia hacer referencia a las diferencias respecto a la situación de clase de los niños y jóvenes que se educan, en tanto no son iguales las posibilidades de un niño, niña o joven de las clases acomodas, comparadas con las posibilidades de otros y otras de las clases medias, y las posibilidades de otros y otras de los sectores empobrecidos. Las posibilidades económicas de las familias de donde proceden unos y otras son diferentes. No son iguales, desiguales, y por lo tanto serán desiguales las oportunidades de aprender de los niños y niñas de una y otra clase o sector social. Ignorar esto a la hora de realizar diagnósticos educativos es hacer metafísica y convertir la búsqueda de solución en parte del problema.
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