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Nueva Sede de La Paz de la Universidad Nacional

Por: Ignacio Mantilla

Desde su fundación, hace 150 años, la Universidad Nacional ha integrado escuelas y facultades que hoy por hoy constituyen sus ocho sedes erigidas en el territorio nacional. En un comienzo, la Universidad se conformó con seis escuelas en Bogotá que para la época de 1867 estaban dispersas por la ciudad: Medicina, Ciencias Naturales, Filosofía y Letras, Ingeniería, Artes y Oficios, y Jurisprudencia.

Posteriormente, en 1935, el presidente López Pumarejo entregó los terrenos en los que se construyó la Ciudad Universitaria en Bogotá, sede principal de la institución. En 1936 se integró la Sede Medellín a la Universidad con la anexión definitiva de la Escuela Nacional de Minas; la Sede Manizales se adicionó en 1948 y la Sede Palmira en 1946 con la incorporación de la Escuela Superior de Agricultura Tropical del Valle.

En 1996 la universidad creó cuatro sedes en las fronteras del país: Arauca, San Andrés, Leticia y Tumaco. Su apertura formal se dio posteriormente de manera distinta en cada una de estas regiones. La última que entró en funcionamiento fue Tumaco, que apenas hace tres años recibió los primeros estudiantes.

Desde hace varios años, y por iniciativa de la comunidad vallenata, se ha querido tener una sede de la Universidad Nacional en el Cesar. Las tres últimas administraciones regionales y locales: Gobernación, Alcaldía de Valledupar y Alcaldía del municipio de La Paz, con el apoyo adicional de los diputados, han unido esfuerzos, recursos y acciones para lograrlo. Es así como, desde 2013 se inició la construcción de un campus, localizado entre Valledupar y La Paz, con recursos de la Gobernación del Cesar, principalmente provenientes del sistema general de regalías.

Las dificultades propias de este tipo de obras públicas y el incumplimiento del cronograma inicialmente previsto para la culminación de la construcción han motivado la intervención de la Contraloría General, en cabeza del señor contralor, doctor Edgardo Maya, para poder superar los excesivos retrasos y lograr, finalmente, concluir esta importante obra para la región.

En virtud de estas acciones, los directivos de la Universidad Nacional acompañamos la semana pasada al señor contralor a la ciudad de Valledupar para instalar una veeduría ciudadana compuesta por los notables ciudadanos, en su mayoría ilustres egresados de la Universidad Nacional, Alfonso Araújo Cotes, Hernán Cabello Vega, Ernesto Altahona Suárez, Emilio Araos Solano, Francisco Fuentes Acosta y Gustavo Gnecco Oñate, quienes se encargarán de hacer seguimiento e informar sobre el cumplimiento de los trabajos finales. Fue ésta además una oportunidad para reunirnos todos con el señor gobernador, Franco Ovalle, en una de las aulas del nuevo campus en construcción y observar el estado de avance de las obras.

La reunión y, en general, la visita abre una concreta esperanza: entregar a la Universidad Nacional las instalaciones debidamente terminadas a principios del mes de noviembre de 2017. De lograrse con éxito esta meta, habrá que garantizar aún la ineludible financiación por parte del Gobierno Nacional para el funcionamiento y vendrá para la universidad un gran reto que debe comenzar el próximo año.

Esta nueva sede se llamará Sede de La Paz, haciendo alusión a su ubicación geográfica en el municipio del mismo nombre, pero también al momento histórico que vive el país. Su real apertura y funcionamiento se dará cuando el Consejo Superior Universitario apruebe su creación y se incorporen a la base presupuestal de la institución los recursos de funcionamiento requeridos para atender una población estudiantil que en la primera etapa aspira a tener unos 2.500 estudiantes.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha mostrado interés en este proyecto y gracias a su gestión se dispone de una primera suma de inversión para llevar a cabo los trabajos preoperativos de adecuación y dotación de los espacios académicos iniciales. También el presidente Santos ha manifestado su compromiso con este proyecto de gran impacto social. Confío, entonces, en que estas manifestaciones y buenas intenciones se concreten en los recursos requeridos para la apertura de la nueva casa de estudios, acto equivalente a la creación de una nueva universidad pública, lo que no se ha hecho en las dos últimas décadas.

Si mis expectativas optimistas se cumplen, el gran proyecto académico de la Sede de La Paz de la Universidad Nacional comenzará entonces el próximo año. Este nuevo reto universitario, que quiero compartirles, lo representa principalmente la puesta en marcha de los programas académicos de pregrado y posgrado que allí se ofrecerán.

En una audaz apuesta, queremos que, por primera vez en 150 años, la Universidad Nacional ofrezca, fuera de Bogotá, carreras del área de la salud tales como Medicina. La región necesita y merece este esfuerzo y desde la universidad estamos convencidos de la importancia de consolidar allí una Facultad de Ciencias de la Salud, que además de los beneficios naturales que trae la formación de los mejores médicos, odontólogos, fisioterapeutas o nutricionistas, pueda contribuir para transformar en un hospital universitario el actual Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar.

Complementaria al área de la salud, la Sede de La Paz tendrá otras facultades y se ofrecerán más de 50 carreras distintas en la exitosa modalidad Peama, consistente en programas que inician con las asignaturas propias de los ciclos básicos comunes a casi todas las carreras y después de dos años de estudios en esa sede, el estudiante se traslada, para terminar su carrera, a una de las grandes sedes como Bogota o Medellín. Paralelamente la oferta académica de posgrado por cohortes podrá contemplar programas de especialización o maestría en diferentes áreas.

Espero que todas las condiciones iniciales se den para que podamos responder a las expectativas de esta amplia comunidad y para que la educación superior de calidad que ofrecerá la Universidad Nacional en esta región pueda acoger a los talentosos y alegres jóvenes vallenatos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/nueva-sede-de-la-paz-de-la-universidad-nacional-columna-699822

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Sudáfrica: At last Malawi Govt to employ teachers

Sudáfrica/Junio de 2017/Fuente: Malawi 24

Resumen:  Sus esperanzas de conseguir empleo por parte del gobierno se rompieron y muchos profesores calificados emigraron a Sudáfrica, pero los que esperaron pueden permitirse una sonrisa como el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología ha revelado que todo está establecido para tener a los profesores puestos para el trabajo. Hablando en un presser en Lilongwe el sábado, el ministro responsable Emmanuel Fabiano reveló que el gobierno planea reclutar maestros de posgrado en el país.

Their hopes of getting employed by government were shattered and many qualified teachers migrated to South Africa, but those who waited can afford a smile as Ministry of Education, Science and Technology has disclosed that all is set to have the teachers posted for work.

Speaking at a presser in Lilongwe on Saturday, minister responsible Emmanuel Fabiano disclosed that government plans to recruit graduate teachers in the country.

Junior Certificate of Education

Emmanuel Fabiano says Govt set to recruit the teachers.

The minister added that graduate teachers must go and check their names at district education offices in their areas and signing for the offer letters is from June to July.

He added further that the newly recruited teachers are not allowed to request for transfers arguing this will compromise efforts of reducing workload on some teachers in rural set up of the country.

Government was reported to have been shunning employing teachers in the country arguing the country’s economic status could not have allowed recruitment.

The development witnessed Teachers Union of Malawi (TUM) faulting government for not employing teachers amid reports of shortage of teachers in Malawi.

Concurring with TUM, various education stockholders blamed government over the development arguing it was a waste of resources training the teachers without giving them jobs.

The delay witnessed many qualified teachers going to South Africa for jobs for their survival.

Fuente: https://malawi24.com/2017/06/18/at-last-malawi-govt-to-employ-teachers/

 

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La educación en tolerancia, lo más importante: Graue

Por: Erick Juarez Pineda

El reciente ataque químico a Siria y el avance de la cultura populista, autocrática y de intransigencia en Estados Unidos y Europa, hacen necesario educar en la tolerancia, el respeto a los derechos humanos y la diversidad, señaló el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.

Este tipo de manifestaciones requieren respuestas, dijo durante la firma de un convenio de colaboración entre esta casa de estudios y el Museo Memoria y Tolerancia, para realizar actividades académicas y promover el respeto, protección y garantía de los derechos humanos.

“La educación en tolerancia es, hoy más que nunca, importante. A la UNAM le interesa que los estudiantes sean tolerantes, entiendan la diversidad y la hagan suya”, aseveró.

En la torre de Rectoría, el presidente del Patronato del Museo, Isaac Chertorivski Shkoorman, señaló que esta alianza con la Universidad Nacional es un mensaje vital frente a las violaciones a los derechos humanos que se registran en el mundo.

De igual forma, Sharon Zaga Mograbi, presidenta del Museo –que recibe medio millón de visitantes al año–, afirmó que el trabajo conjunto con la UNAM para educar en tolerancia es fundamental ante el retroceso incomprensible que se registra en la garantía de los derechos humanos.

“Hicimos una investigación y el 96 por ciento de las personas responden que están a favor de la paz, del bien, de la igualdad. ¿Por qué no se refleja en los hechos? Porque nada más lo deseamos, no actuamos. Ésta es la diferencia del Museo, que promueve la acción”, expresó.

El titular de la Coordinación de Humanidades de esta casa de estudios, Alberto Vital Díaz, informó que el convenio contempla 11 rubros; entre otros, realizar exposiciones para facilitar el acercamiento a la problemática de la memoria y la tolerancia; intercambiar información bibliográfica y hemerográfica de interés mutuo; impartir diplomados, cursos y talleres, así como coeditar libros, revistas y publicaciones en general.

Algunas de estas acciones, agregó, pueden realizarse a la brevedad, a partir de trabajos en curso en la Universidad, como los que se llevan a cabo en la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en Cine y Literatura, además de las investigaciones que se realizan en el rubro de la tolerancia –desde el punto de vista jurídico, histórico y estético-, entre otros.

En la firma del convenio estuvieron presentes el secretario General de la Universidad, Leonardo Lomelí Vanegas, y el representante legal del Museo, Marco Valderrama Gutiérrez.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-educacion-en-tolerancia-lo-mas-importante-graue/

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Poder y nuevas resistencias universitarias

Por:

A la cotidianidad de las Universidades publicas colombianas, en lo corrido del siglo XXI, le fueron paulatinamente incorporados como asuntos sin respuesta, elementos estructurales de crisis evidentes en el déficit acumulado superior a 13 billones de pesos, el 60% de la planta profesoral y de trabajadores a contrato, la creciente brecha tecnológica, la deficitaria investigación que crece en cifras pero no en avances de frontera, la creciente cifra de jóvenes sin acceso a la universidad, el modo de gestión privada, la separación radical entre academia y administración, el marketing de titulaciones rentables y la imparable deserción que oscila entre el 30 y el 50%. Estos problemas que son estructurales fueron incorporados mediante la instalación de una manera especifica de gobernar, que obedece a un sistema cerrado de poder, que esta ahí para quedarse.

La sumatoria de problemas está asociada al modelo económico neoliberal, que convirtió al conocimiento y a todos sus componentes en mercancía, y a la gobernabilidad en un asunto de control político de oponentes, excluyendo la pluralidad y provocando el silenciamiento a las formas de resistencia de la comunidad académica de profesores y estudiantes y de funcionarios y trabajadores. Este sistema de poder aplica una novedosa fórmula de respuesta y ataque que combina, según la capacidad de su oponente, técnicas de presión, represión o seducción. Este poder empuja a la fragmentación por problemas de sectores, de grupos, de números pequeños fáciles de controlar. Su centro de interés principal es impedir la unidad del todo universitario. El modo de decidir y controlar responde a la estructurada de una máquina organizada de poder inescrutable, que tiende a minimizar cada problema y a darle por separado un tratamiento técnico paliativo valorado por costo beneficio.

A pesar de la instalación y solidez de esta forma de poder, los problemas están ahí, no son estáticos, se amplían y por efecto de acumulación tienden a reventar su envoltura de formalidad a la que son sometidos. La percepción de los problemas y la forma de tratarlos cambia y en buena medida inciden los vientos de paz, que a medida que se acerca el acuerdo definitivo del fin de la guerra conducen a creer que habrá una repotenciación de la lucha social universitaria, de la que se esperan modos de acción alternativos, capaces de provocar un rápido y generalizado ataque contra las técnicas del poder que toma de manera unilateral y a veces unipersonal las decisiones.

Un punto de confluencia del conflicto social universitario es el estado de ilegitimidad sobre el sentido, significado y estructura de los Consejos Superiores, a los que anuncia como corresponsables de propiciar, modular e imponer una manera de gobernar y tomar las decisiones académicas basados en fundamentos ideológicos de partido y alianzas de poder tradicional, que le restan valor y contenido a los fundamentos de la vida académica, científica y cultural como la ética, la política, la democracia y el resultado de sus mismos estudios científicos. Las decenas de recurrentes comunicados anuales de estudiantes, profesores y trabajadores coinciden en rechazar, convocar y llamar a la atención y solución a los mismos problemas, cada vez mas hondos, que el orden del día oficial evade. Estas actuaciones le sirven para: poner en retirada las voces adversarias y acelerar la privatización (la autofinanciación supera los limites del 50% de los ingresos); forzar la despolitización (reducción de sindicalizados, fragmentación de grupos y colectivos, control de representaciones, cooptación de adversarios); y la segmentariedad de la estructura del sistema, dividiéndolo en múltiples partes que debilitadas son presa fácil del control. Esta dinámica de poder resulta contraria a la academia y se extiende llevando inclusive a las universidades a hacer tareas de ONG, cumplir funciones de alcaldía, ofertar cursos y diplomas por mercadeo, vender de todo tipo de mercancías disponibles en su shopping y crecer para debilitarse aún más.

Parte del programa de la máquina inescrutable de poder ha sido aislar las resistencias políticas, de pensamiento crítico y de acción gremial y sindical, provocándoles fisuras, desconfianzas y desesperanzas o sometiéndolas al acoso y amenazas a la estabilidad laboral o enfrentándola a argucias legales de intimidación que minen su potencia. Al aislamiento (guiado por el esquema de individualización del derecho penal sobre el presunto sindicado) sigue el programa de premios a la adhesión y castigo a la independencia. En los cuerpos colegiados, en los que descansa el espíritu colectivo, los estamentos pierden su identidad y devuelven dicho concepto y prácticas a su origen medieval y los elegidos llegan prefabricados o son incorporados al centro del poder.

En el modo de acción del poder, que resulta tradicional e intolerante, se observan tres niveles: de centro, de mando o potencia, donde se reproduce el programa de poder superior de partidos o de alianzas y se define lo esencial, lo macro (Estado-Sociedad-Universidad), el largo plazo de la continuidad, allí actúan el Consejo Superior y el Rector; de Difusión, formado por centros intermedios, que distribuyen las orientaciones del centro de potencia, opera en lo micro (Universidad-Facultades) y actúa sobre las acciones de los miembros de la comunidad académica, allí se destacan altos directivos, decanos; de transacciones generales (escuelas y programas e instancias de control, propaganda y otros agentes internos y externos), que intervienen –aparentemente- por separado a través de instancias complementarias de beneficio, compensación, control, jurídicas, de bienestar.

Evidentemente hay un poder estructurado e inescrutable, y seguramente será la movilización social la que se encargue de activar la agenda de lucha social universitaria que impacte con otras y acentradas formas de poder, construidas en colectivo y desde abajo, y con perspectiva de rediseñar una universidad en y para la paz (sin el referente de la lucha armada). Reinventar modos de acción y y recuperación simbólica y real de lo público, lo ético, lo político, lo común y frenar la culminación del proyecto en curso orientado a hacer fracasar a las universidades públicas en su naturaleza pública y democrática y llevarlas a la quiebra como proyecto político académico de la sociedad.

El reinicio de la movilización social universitaria inevitablemente tendrá perspectiva de paz y derechos, y será en el movimiento mismo –no en la inmovilidad, ni con base en un programa previo- que se formule su agenda global y propia, integrando a sus contenidos la larga lista de reivindicaciones aplazadas, conquistas degradadas, derechos a medio camino, pero a la vez que enfrente de manera directa en el presente inmediato a los responsables del daño estructural provocado a las universidades y devele las maniobras de control del poder que subyace en las decisiones.

La brújula indica un norte de movilización a partir de iniciativas comunes y de nuevas formas de lucha como base de una era universitaria naciente, que conserve la memoria de luchas y conquistas como Córdoba, Argentina, de 1918, Mayo Francés y Mexicano de 1968, y la resistencia a la barbarie en Colombia, más las experiencias concretas de cada universidad.

Fuente: http://prensarural.org/spip/spip.php?article19338

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El 35% de los jóvenes españoles solo tiene la educación secundaria

España/08 junio 2017/Fuente: Dirigentes Digital

La media de la población joven en la Unión Europea con un nivel máximo de ESO se ha situado en el 16,5%, frente al 20,6% de 2007.

Desde hace años, las estrategias educativas de la UE van encaminadas a mejorar la preparación de la población joven para contribuir a la sociedad del conocimiento. Según explican desde el Instituto de Estudios Económicos (IEE), la apuesta de la Unión Europea consiste en aumentar la proporción de universitarios, pero también de alumnos de Formación Profesional y reducir, sobre todo, el porcentaje de población que sólo cuenta, como máximo, con la enseñanza secundaria obligatoria. De hecho, ya se han producido notables progresos en la UE. En 2016, el promedio de población joven con un nivel máximo de educación secundaria inferior se ha situado en un 16,5%, cuando en 2007 todavía se llegaba a un 20,6%.

FUENTE: IEE
FUENTE: IEE

En una comparación europea, se observa que todavía hay una serie de países, entre ellos el nuestro, con elevadas cifras de jóvenes entre 25 y 34 años que sólo han logrado un nivel educativo máximo de ESO. España ocupa el primer lugar con un 34,7%, la misma cifra que se registraba en 2007. No obstante, hay que subrayar que la tasa española de universitarios entre la población joven española no ha dejado de crecer alcanzando un 41% en 2016, al tiempo que se han conseguido importantes avances en la reducción de las tasas de abandono escolar. Malta comparte con España un 34,7%, mientras que Portugal se sitúa en un 30,5%, figurando a continuación Italia (26,1%) y Rumanía (23,6%). Bulgaria, Bélgica y Dinamarca superan levemente la media europea. Por debajo del promedio figura el Reino Unido con un 15,1%, así como Dinamarca, Hungría y los Países Bajos con tasas en torno al 14%. Alemania registra un 12,9%, al tiempo que Suecia y Austria superan el 11%. Finlandia (9,4%) e Irlanda (8,9%) son los dos países de la antigua UE-15 con las cifras más bajas. Cierran la clasificación cinco miembros de reciente adhesión destacando Eslovenia (5,9%), Polonia (5,8%) y Croacia (5,5%).

Fuente:https://dirigentesdigital.com/articulo/economia-y-empresas/52397/35-los-jovenes-espanoles-solo-la-educacion-secundaria.html

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Cuba cuenta con una modalidad universitaria que no tiene paralelo en el mundo

Por: Frei Betto

En agosto de 1945, dos ciudades japonesas fueron barridas del mapa: Hiroshima y Nagasaki. Más de 200 mil personas, simples ciudadanos civiles, perdieron la vida al ser alcanzadas por las bombas atómicas lanzadas por aviones estadounidenses. Esos han sido, sin sombra de duda, los más graves atentados terroristas ocurridos en toda la historia de la humanidad.

Detrás de las mortíferas bombas había hombres graduados en las mejores universidades del mundo. Robert Oppenheimer, quien dirigió el Proyecto Manhattan, que culminó con la fabricación de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, era un físico teórico, graduado de la Universidad de Harvard en 1925. Tuvo varios hijos, y era conocido por su gentileza, su incapacidad de golpear a una mujer ni siquiera con una flor. Después de la catástrofe japonesa Oppenheimer sufrió una crisis de conciencia. Solía repetir una frase del Bhagavad-Gita, el libro de la espiritualidad hindú: “Me convertí en la muerte, destructora de mundos”. Más tarde se manifestó a favor de un mayor control sobre la proliferación de las armas nucleares, lo que le costó que lo acusaran de ser un espía de los soviéticos.

Edward Teller era colega de Oppenheimer en el Proyecto Manhattan. Nacido en Hungría de padre abogado y madre pianista, se graduó de ingeniero químico en Alemania. Fue profesor en las más prestigiosas universidades del mundo, como la de Londres y la de Berkeley, en California. Utilizó su inteligencia para inventar la bomba de hidrógeno, 750 veces más potente que la de Hiroshima. Fue él quien acusó a Oppenheimer de ser espía de los soviéticos. En la década de 1980 se destacó por ser el gran mentor del Programa de Defensa Estratégica, más conocido como “guerra de las galaxias”, patrocinado por el presidente Reagan. Su enajenación científica inspiró el filme Doctor Strangelove, dirigido por Stanley Kubrick en 1964.

Todos los científicos del Proyecto Manhattan tuvieron el respaldo de dos presidentes de los Estados Unidos: Franklin Delano Roosevelt y su sucesor, Harry S. Truman. Roosevelt ostentaba dos diplomas de Derecho, expedidos por las universidades de Harvard y Columbia. Truman, quien lo sucedió en abril de 1945, también había estudiado Derecho, pero no llegó a obtener el diploma.

Si Oppenheimer hubiera tenido, como Albert Einstein, una formación humanista basada sobre valores morales, ¿habría dirigido el Proyecto Manhattan? Si Edward Teller hubiera tenido una formación humanista fundada sobre la ética, ¿habría creado la bomba de hidrógeno? ¿Y Roosevelt y Truman habrían autorizado el Proyecto Manhattan y el genocidio nuclear en Hiroshima y Nagasaki?

No basta con una formación humanista. Heidegger tuvo una formación humanista y, sin embargo, apoyó el nazismo. Werner Heisenberg también recibió una formación humanista y, no obstante, colaboró con el proyecto atómico de la Alemania nazi. Una verdadera formación humanista supone encarnar valores como la solidaridad, la cooperación, la lucha por la justicia, la defensa de la dignidad de todos los seres humanos y la preservación ambiental.

Universidad y pluridiversidad

Las universidades nacieron a la sombra de la Iglesia como instituciones humanistas. Y toda universidad es, curiosamente, una multidiversidad, dado que reúne distintas disciplinas y métodos de aprendizaje. ¿Por qué, entonces, se les llama universidades y no pluridiversidades?

La realidad es que en el seno de una universidad, toda la diversidad de disciplinas, desde la Filosofía hasta la Medicina, sigue el mismo objetivo estratégico pedagógico: es una institución volcada a la formación de mano de obra calificada para el mercado, en el caso de las universidades capitalistas, o de profesionales en condiciones de responder a las demandas de la población, que debería ser el propósito de las universidades en los países socialistas.

Por eso resulta necesario que la universidad se someta siempre a un proceso permanente de autocrítica. Que se pregunte si es una isla del saber indiferente a las necesidades reales del país o una fábrica capaz de dotar a la nación de herramientas teóricas y prácticas para solucionar los problemas que la afectan.

Cuando Napoleón entró a Berlín en 1806, los prusianos tuvieron que abandonar sus posturas inflexibles y permitir que en los países de lengua alemana las universidades se liberaran de la tutela de la teología. Los pioneros de esa conquista emancipadora del saber fueron Johann Fichte, Christian Wolff e Immanuel Kant. Y gracias a la autonomía de la razón, las universidades alemanas nos dieron a Carlos Marx, Federico Engels, Max Planck, Max Weber, Sigmund Freud y Albert Einstein. La geología, la física y la química comenzaron a merecer la misma importancia que la filosofía, la historia y la sociología.

Los Estados Unidos copiaron el modelo alemán, sobre todo porque necesitaban profesionales calificados para ampliar su parque industrial. Se estableció un vínculo estrecho entre las empresas y las universidades. Yale concedió el primero título de doctorado en 1861, y en 1900 más de 300 alumnos ya ostentaban el título de doctores.

La universidad yanqui se transformó en una fábrica elitista de pragmatismo y liberalismo. Lo que le interesa, hasta el día de hoy, es el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Y el principio estratégico pedagógico que rige ese pragmatismo es obvio: fortalecer el mercado y la apropiación privada de la riqueza.

El fundador del pragmatismo estadounidense fue Charles Sanders Pierce, un filósofo destacado en la década de 1870. Pero le cupo a William James el mérito de popularizarlo gracias a la serie de conferencias que pronunció en Boston en 1907, con el título de “Pragmatismo: un nuevo nombre para viejas formas de pensar”. James enseñaba que un profesional no debe estar movido por principios, sino por hechos empíricos… ¡Aunque sus enseñanzas eran contradictorias, porque se basaban sobre un nuevo principio!

La tercera figura importante del pragmatismo yanqui es John Dewey, un catedrático de la Universidad de Chicago. Su lema era “Democracia (entiéndase, capitalismo), ciencia e industrialismo”.

En 1908, Harvard inauguró su Escuela Superior de Empresas de Graduados. O sea, una vía para formar mejor a los hombres de negocios. Los alumnos eran enviados a hacer pasantías en las empresas. Esa pedagogía desarrolló dos aspectos: les permitió a los alumnos vincular la teoría y la práctica y, a la vez, les propició a las empresas la posibilidad de perfeccionar la calidad de sus nóminas de profesionales.

El carácter de ese proyecto estratégico pedagógico de las universidades de los Estados Unidos ya estaba definido en las palabras de Marx y Engels en el Manifiesto comunista: “Todos los complejos y variados lazos que ataban al hombre feudal a sus ‘superiores naturales’, [la burguesía] los despedazó sin piedad y solo dejó subsistir, entre hombre y hombre, el lazo frío del interés, las duras exigencias del ‘pago a la vista’. Apagó los fervores sagrados del éxtasis religioso, del entusiasmo caballeresco, del sentimentalismo pequeño burgués, en las aguas heladas del cálculo egoísta. Hizo de la dignidad personal un simple valor de cambio. Sustituyó las numerosas libertades conquistadas con tanto esfuerzo por la única e implacable libertad del comercio”.

Como bien señala el educador y filósofo brasileño Maurício Abdalla, en nuestras universidades, lamentablemente, casi no hay espacio para la filosofía de las ciencias. Si bien se rechaza teóricamente el positivismo, en la práctica está vigente, aunque criticado por los cultivadores de la Nueva Filosofía de las Ciencias como Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend y Laudan. Muchos profesores universitarios, en especial de las áreas científicas y tecnológicas, permanecen ajenos a los debates epistemológicos, y son tributarios de una visión positivista ingenua de las ciencias. Creen que hay una ciencia neutra, exenta de influencias ideológicas y subjetividades, mero fruto de indagaciones e investigaciones desinteresadas, de observaciones empíricas ajenas a toda metafísica. El resultado de esa postura es que teorías científicas plagadas de subjetivismo y condicionamientos culturales son abrazadas como dogmas, sin conexión con la realidad cambiante y el proceso histórico dinámico.

Se crea así una escisión entre ciencias naturales y ciencias humanas, ética e investigación científica, lo que favorece aberraciones como la de querer impedir todo sistema axiológico en las investigaciones de la biogenética, o la de pregonar que los productos transgénicos en nada afectan el equilibrio ambiental y el organismo humano, o que el uso excesivo de combustibles fósiles no influye en el calentamiento global. Es la “cientocracia”, la dictadura de la ciencia, que debe decidir lo que comemos, de qué modo nos vestimos, qué tipo de sociedad es mejor, etc. Es el neoplatonismo posmoderno, que elige científicos-reyes en lugar de filósofos-reyes, como quería Platón.

Cooperación o competencia

Si el capitalismo es un sistema monetario en el que los derechos humanos están sujetos a los caprichos del mercado, el socialismo es un sistema humanitario en el que los derechos humanos son la prioridad por excelencia. Es en el marco de esos parámetros que la universidad debe enrumbar su objetivo estratégico pedagógico en un país como Cuba. Impedir que la universidad sea una torre de marfil y crear vínculos efectivos entre alumnos y profesores y entre los diversos sectores de la nación, que reflejen las demandas más urgentes de la población. Buscar respuestas a las siguientes preguntas: ¿cómo se relaciona la universidad con los sindicatos, las cooperativas, los movimientos sociales, los nuevos emprendimientos? ¿Cómo se prepara la universidad para las reformas económicas y sociales que se llevan a cabo en Cuba, sobre todo teniendo en cuenta la inauguración del puerto de Mariel y la reanudación de las relaciones con los Estados Unidos?

Sin duda, Cuba cuenta con una modalidad de extensión universitaria que, por su alcance, no tiene paralelo en el mundo: la solidaridad internacional de sus profesionales, en especial sus médicos y maestros, presentes entre la población más pobre de más de 100 países. Ese internacionalismo logra su consistencia gracias al capital simbólico acumulado por la heroica historia de este país y enriquecido, de modo ejemplar, por la Revolución. Capital simbólico encarnado en la vida y el testimonio de hombres como Félix Varela, José Martí, Ernesto Che Guevara, Raúl y Fidel Castro.

Tanto en el mundo capitalista como en el socialista, las universidades transitaron del humanismo regado con agua bendita al racionalismo cientificista abrazado al mito positivista de la neutralidad de la ciencia. Pero la brújula de la ciencia es la ética, como bien demostró Aristóteles. Y la ética es el conjunto de valores que incorporamos para hacer más digno y feliz nuestro breve período de vida a bordo de esta nave espacial llamada Planeta Tierra. He ahí la cuestión central de un proyecto estratégico pedagógico verdaderamente revolucionario, capaz de superar las contradicciones de la razón instrumental, que en nombre de acelerados avances científicos y tecnológicos provoca la devastación ambiental, hasta el punto de que la naturaleza de nuestro planeta perderá su capacidad de autorregeneración, a menos que se produzca una intervención humana.

En tiempos de posmodernidad, que amenazan tener como paradigma no la religión del período medieval ni la razón del período moderno, sino el mercado, la mercantilización de todos los aspectos de la vida humana y la naturaleza, tan acertadamente denunciada por el papa Francisco en su encíclica socioambiental Laudato Si – sobre el cuidado de la casa común, la universidad se ve interpelada por una pregunta ontológica: ¿cómo lidiar con la experiencia subjetiva del mundo de sus profesores y alumnos? La experiencia subjetiva del mundo de cada ser humano es una cuestión que la ciencia jamás podrá resolver. Ni siquiera el lenguaje es capaz de traducirla, aunque haya formas de expresión que intentan aprender el alfabeto de los ángeles, como la filosofía, la religión y el arte. En una fase de transición civilizatoria, como la actual, precisamos de una nueva ontología ecosocialista.

Es ahí que se ubica el desafío ideológico para el proyecto estratégico pedagógico de la universidad en un país como Cuba. ¿Los profesionales que ella forma construyen una experiencia subjetiva del mundo centrada en valores ajenos a la universidad? ¿Esos valores están enraizados en la solidaridad, el altruismo, la cooperación, o en la ambición egocéntrica, el individualismo, la competitividad?

En un país como Cuba no es suficiente responder: ¡somos socialistas! ¡Somos marxistas! Basta repasar la historia para saber cuántas atrocidades se cometieron en nombre del marxismo y del socialismo, al igual que en nombre del cristianismo hubo Inquisición y se realizó la empresa colonialista genocida en la América Latina. Pero no hay que tirar al niño con el agua sucia. Tanto el cristianismo como el socialismo han escrito bellas páginas en la historia. Y los dos se nutren de la misma raíz: la ética bíblica, que proclama que todo ser humano está dotado de sacralidad ontológica y que el don de la vida nos fue dado para que podamos disfrutarlo en un paraíso aquí en la Tierra, a lo que el mensaje evangélico llama “reino de Dios” y el marxismo, sociedad comunista, en la que todo será común entre todos, se le dará a cada cual según sus necesidades y se exigirá de cada uno según su capacidad.

Ese humanismo debería ser la estrella polar de nuestras universidades, capaz de señalar el rumbo de todas las investigaciones científicas, los inventos tecnológicos, la formación de profesionales y de hombres y mujeres dedicados a la política y a la administración pública.

Termino con dos citas que reflejan bien lo que he pretendido decir aquí. La primera es del filósofo Gaston Bachelard, que instaba a los científicos a revelar el carácter humano de sus investigaciones. En su obra La filosofía del no (1978), señala: “Preguntémosles, pues, a los científicos: ¿cómo piensan, cuáles son sus intentos, sus ensayo, sus errores? ¿Cuáles son las motivaciones que los llevan a cambiar de opinión? ¿Por qué razón se expresan tan sucintamente cuando hablan de las condiciones psicológicas de una nueva investigación? Transmítannos, sobre todos, sus ideas vagas, sus contradicciones, sus ideas fijas, sus convicciones no confirmadas.”

La otra cita, con la cual termino, es del genio profético de Martí, quien en Nuestra América ya nos interpelaba en ese sentido:

“¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte de gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al mundo, con antiparras yanquis o francesas, y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen. En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la política. El premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de los factores del país en que se vive. En el periódico, en la cátedra, en la academia, debe llevarse adelante el estudio de los factores reales del país. Conocerlos basta, sin vendas ni ambages; porque el que pone de lado, por voluntad u olvido, una parte de la verdad, cae a la larga por la verdad que le faltó, que crece en la negligencia, y derriba lo que se levanta sin ella. Resolver el problema después de conocer sus elementos es más fácil que resolver el problema sin conocerlos. Viene el hombre natural, indignado y fuerte, y derriba la justicia acumulada de los libros, porque no se la administra en acuerdo con las necesidades patentes del país. Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. Y cállese el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas.”

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209203

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Premian en Cuba a investigadores de la Educación Superior

Cuba/Junio de 2017/Fuente: Cuba.cu

El Ministerio de Educación Superior (MES) premió aquí a medio centenar de destacados científicos, cuyos resultados investigativos contribuyen al desarrollo económico y social, a la protección del medio ambiente y a la defensa del país.

Los laureados recibieron  las distinciones correspondientes al 2016 de manos de José Ramón Saborido, titular del MES; Ismael Clark, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, junto a Fernando González, viceministro primero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y dirigentes del gremio.

En presencia de rectores y directores de instituciones educativas, Saborido se refirió al riguroso análisis y selección de los galardonados, cuya labor sobresale entre los más de 20 mil docentes que integran la red de centros del MES.

Comentó que casi la totalidad de las casas de altos estudios e instituciones de ese nivel de enseñanza estuvieron representadas en las propuestas, que distinguen los logros en las esferas de Postgrado, Ciencia y Técnica e Innovación.

Subrayó que la Educación es uno de los factores fundamentales para el progreso del país, e insistió en la necesidad del binomio Universidad-desarrollo local, y que los proyectos fomenten la cultura integral de la población y solucionen problemas concretos de esas comunidades

En el acto, también se reconoció la actividad investigativa de docentes en Ciencias Naturales y Exactas; Sociales y Humanísticas; Técnicas y Agropecuarias, además del Postgrado, en la cual sobresalió el claustro de las universidades de La Habana, la Central Marta Abreu de las Villas, y la Tecnológica de la Habana José Antonio Echeverría, entre otras.

En nombre de los premiados,  Silvia Colunga Santos, de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz —primera construida en el país después de 1959—, expresó que gracias a las ideas y acciones del líder de la Revolución, Fidel Castro, Cuba destaca como nación de hombres y mujeres de Ciencia.

Con tal premisa, señaló que la obra del Comandante en Jefe debe estudiarse en todas las universidades, y para ello se han creado cátedras honoríficas, en aras de continuar su legado.

Puntualizó que estos reconocimientos representan un compromiso en pos de elevar la calidad de la educación superior en la mayor de las Antillas, por lo cual convidó a sus colegas a trabajar aún más en beneficio del pueblo.

Asistieron, además, Aurora Fernández y Marisol González, vicetitular y directora de Ciencia y Técnica del MES, respectivamente; Amarilys Torres, directora de Posgrado del mismo ministerio; Rolando Forneiro, viceministro de Educación, y Georgina Bonilla, secretaria general del Sindicato de Nacional de Trabajadores de la Ciencia.

Fuente: http://www.cuba.cu/educacion/2017-06-01/premian-en-cuba-a-investigadores-de-la-educacion-superior/36519

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