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Pensar el genocidio palestino desde América Latina, un año de catástrofe (I de II)

Introducción

El año pasado, a pocos meses de ocurrir la nueva escalada de violencia israelí-palestina, se llevaba a cabo la exposición Catástrofe, del artista Dor Guez, en el museo Laboratorio Arte Alameda de la Ciudad de México;[1]  en ella se abordaba el conflicto y se exponían fotografías, objetos, diversas obras relacionadas con la vida cotidiana en ese territorio, así como también se proyectaban diversos elementos multimedia que invitaban al espectador a experimentar el conflicto (la catástrofe).

De esta exposición recuerdo claramente tres momentos. El primero se refiere a un video en el que se proyectaba el caso de una joven palestina que habitaba y trabajaba en Israel y, en alguna parte del video, entre llanto y dolor, la chica narraba el modo en que para evitar ser discriminada tuvo que cambiar su nombre de origen árabe por uno hebreo. El segundo momento se trató de una imagen en la que había uno o varios nopales y en la curaduría se explicaba que esta planta fue llevada desde América a esta región de Medio Oriente, donde el pueblo palestino la adoptó como un símbolo de resistencia. El último momento fue una actividad en equipos en la que se nos pidió a los asistentes marcar el contorno de la figura de una persona en papel Kraft y después, simulando que la figura dibujada era un territorio, se nos pidió que dentro de la figura marcáramos nuestras fronteras, heridas, cicatrices, traumas, etc.

A un año de esta exposición y a días de cumplirse un año de la reactivación de la violencia armada en aquella región, uniendo estas situaciones, me es necesario considerar que la cuestión palestina no es en absoluto ajena de la realidad nacional y latinoamericana. Por ejemplo, el caso de la chica palestina me llevó a recordar la situación de un familiar mexicano residente en el extranjero que decidió no darle su apellido a su hijo para evitar que sea objeto de discriminación, con lo que se borra parte de su identidad y origen. El uso del nopal como símbolo de la resistencia palestina frente al colonialismo, expansionismo e imperialismo tampoco es, en absoluto, algo ajeno a la resistencia y los símbolos que de ella emanan en la región latinoamericana frente a procesos históricos análogos. Por último, la cuestión de simular el contorno del cuerpo como territorio, me lleva a pensar en el tratamiento de la memoria como elemento epistémico-ético-político desarrollado por pensadores judío-alemanes en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, el cual no puede ser inconsecuente con la catástrofe humanitaria que está padeciendo el pueblo palestino actualmente: la violencia totalmente desproporcionada del ejército israelí, las pérdidas humanas, las mutilaciones, las heridas, el exterminio étnico, los desplazamientos forzados, los crímenes de guerra, la destrucción de hogares, edificios, escuelas y hospitales, etcétera.

La memoria y el vínculo de la cuestión palestina con América Latina

El conflicto israelí-palestino, como es bien sabido, se reactivó cuando el 7 de octubre de 2023 miembros de la organización fundamentalista Hamás ingresaron a territorio israelí y asesinaron a cerca de 1 200 personas y tomaron como rehenes a 251 más. A partir de ahí, ha ocurrido una respuesta del Estado israelí que, más que una defensa a su pueblo y su soberanía, se ha convertido en una reacción totalmente desproporcionada de su parte y se ha tornado en una ofensiva de exterminio étnico y expulsión de palestinos de su territorio. Según datos de Naciones Unidas, para fines de marzo de 2024, los muertos israelís se mantenían en 1 200, mientras que los muertos palestinos ascendían a 32 623.[2] Asimismo, Amnistía Internacional publicó que, a mitad de mayo de 2024, el desplazamiento forzado de palestinos por el actual conflicto era de aproximadamente 2 000 000 de personas,[3] y según el portal The Palestine Chronicle, hasta el 4 de octubre de 2024, se contabilizan 41 788 muertos, 96 794 heridos y 10 000 desaparecidos en territorio palestino.[4]

De acuerdo con estos datos ¿podemos decir si estamos frente a un genocidio del pueblo palestino? Según el Diccionario de la Real Academia Española, genocidio es definido como “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.[5] En consecuencia, desde nuestro punto de vista, es innegable que sí se está ante uno, pues lo que está ocurriendo en Palestina corresponde a esta definición. Vale tan solo citar las palabras de Craig Mokhiber en su Carta de renuncia como director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York, donde señaló:

Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo […]

[…] la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid.

Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no solo se niegan a cumplir con sus obligaciones de «garantizar el cumplimiento» de las Convenciones de Ginebra, sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren política y diplomáticamente las atrocidades de Israel. [6]

Ante esto, valdría la pena entonces retomar los postulados de algunos pensadores judío-europeos, como Walter Benjamin, quien planteaba la necesidad de peinar la historia a contrapelo y de frenar la locomotora del progreso capitalista.[7] Se trata de un pensador del cual parten otros autores para sustentar la cuestión de la memoria.[8] Inserta en una crítica al fascismo y a las izquierdas que hacían eco del progreso capitalista en los años treinta del siglo XX, esta noción apunta contra la tradición historicista y positivista de hacer la historia desde el vencedor, sin interpretación de los hechos, sin juicios o valoraciones, una narrativa que solo cosifica el pasado y concuerda con los que ejercen la dominación.

Proveniente de la teología judaica, en Benjamin la memoria consiste en la redención de los muertos, y tiene por objeto recuperar a las víctimas, a los abatidos y a los caídos que el progreso ha dejado a su paso. De tal forma, la radicalidad de esta noción ocurre cuando ésta se encuentra y se vincula con las luchas de los oprimidos, y así de lo que se trata es de llevar a cabo “la obra de la liberación en nombre de tantas generaciones de vencidos.”[9] Apunta este filósofo:

Encender en el pasado la chispa de la esperanza es un don que sólo se encuentra en aquel historiador que está compenetrado con esto: tampoco los muertos estarán a salvo del enemigo si éste vence. Y este enemigo no ha cesado de vencer.[10]

Para Benjamin, la revolución comunista no podía sustentarse en la concepción del progreso capitalista, pues en ella está el germen de la catástrofe que ve el Angelus Novus.[11] En consecuencia, desde el judaísmo, propone introducir en el materialismo histórico la idea de mesianismo, que en un sentido secular, puede considerarse como el momento en que la revolución irrumpe al cuestionar desde un hecho singular el desenvolvimiento de historia, desde el pensar que las cosas pueden suceder de otro modo, desde el considerar que el mundo en el que vivimos puede ser otro, desde un reclamo humano de justicia para las víctimas, los muertos y los olvidados.

La memoria intenta impedir que el olvido, como mecanismo destructivo del progreso capitalista, se reproduzca. Sin embargo, ésta no consiste en un simple recordar o tener presente algo para no repetir errores, sino que es un elemento que recupera las heridas y hace presentes las injusticias, los muertos, las víctimas, los oprimidos y los proyectos frustrados del pasado.[12] Una nueva vida social no puede continuar con una lógica que lleva en sí la catástrofe. Por tal motivo, la memoria se convierte en un instrumento de resistencia, de reivindicación frente a lo que intenta ser olvidado y de revisión crítica de la historia.[13] Asimismo, la memoria nos permite confrontar las narrativas elaboradas en el desarrollo capitalista que legitiman el exterminio de lo otro, así como también permite mostrar sus saldos negativos y de muerte.

Posterior a Benjamin, la propuesta teórica de la filosofía después de Auschwitz ha retomado también el tratamiento de la memoria presente en el judaísmo, señalando que ésta podría permitir que la Modernidad sea realmente “incluyente” y en donde la permanencia de lo particular sea garantía de una universalidad no totalitaria.[14] Por lo anterior, más que una categoría estrictamente formal, la memoria consiste en una herramienta que permite “recuperar el pasado desde una postura ética y política”,[15] pero también crítica.

En consecuencia, esta corriente señala algo importante para lo que está sucediendo actualmente: no debe olvidarse que a pesar de las dimensiones humanas en las que está inserta la fábrica de la muerte de Auschwitz, el Holocausto no fue el primer genocidio ocurrido en la llamada Modernidad, sino que anterior a él existieron otros, entre los que destaca el ocurrido en América Latina durante su conquista. Tal idea, presente en esta filosofía no pueden por tanto ser inconsecuente con lo que está ocurriendo en aquella región. Es aquí precisamente donde la apariencia de lo distante de la cuestión palestina se difumina y permite pensar en la lógica que nos une a la totalidad.

No debe considerarse que el genocidio que está padeciendo el pueblo palestino es algo totalmente ajeno a nuestra historia latinoamericana. Ubicada históricamente en el proceso de acumulación originaria (expropiación originaria) descrito por Marx en el Libro I de El capital, la conquista de América es un antecedente de la catástrofe y el exterminio en el sistema capitalista. Al respecto, no debe quedar en el olvido que cerca de veinte millones de vidas fue el costo humano de la conquista de este continente, de ahí que se piense que éste fue el primer Holocausto de la historia moderna.[16] En el caso de nuestro país, se estima que entre los primeros treinta años transcurridos desde el desembarco de Hernán Cortés a estas tierras, “la población del México central se había reducido de veinticinco a aproximadamente seis millones de hombres. Esto significa que la conquista, solamente en México, tuvo una secuela de diecinueve millones de víctimas”.[17] Además de esto, se calcula que de “1508 a 1860 cruzaron el Atlántico más de quince millones de negros y otros tantos murieron durante la travesía, víctimas de los ‘filántropos’ esclavistas portugueses, españoles, franceses y, sobre todo, británicos”.[18] Y aún más, se estima que durante la colonización de África, este continente perdió “en algo más de tres siglos, de 50 a 100 000 000 de personas, entre deportadas y muertas”.[19]

A esto se debe de recordar los múltiples genocidios cometidos bajo la expansión del sistema capitalista por el mundo: guerras interimperialistas; los lanzamientos de bombas nucleares en Japón; los golpes militares, las dictaduras y el exterminio de disidentes en América Latina; la guerra de Vietnam; la guerra de los Balcanes; el genocidio en Ruanda, etc. Por tanto, el progreso capitalista, que se devela en Marx como una lógica de subsunción formal y real de la naturaleza y el trabajo, no es más que una lógica destructiva (de catástrofe según Benjamin) que integra y subordina, y sobre las determinaciones de reproducción de las necesidades humanas, establece determinaciones de explotación, dominio y mercantilización.

Esto es precisamente lo que hace posible que en el siglo XXI el sionismo se convierta en un neofascismo y que el Estado de Israel bajo los principios de éste se convierta en parte de la expansión imperialista occidental (estadounidense), esa es su misión “civilizatoria” en la región. Por tal motivo, es importante precisar clara y contundentemente que lo que está ocurriendo en Palestina es un genocidio y por tanto no debe ser olvidado ni borrado ni subestimado por las narrativas del sionismo y el imperialismo norteamericano.

*Politólogo por la UAM-I, maestro en filosofía por la UNAM y doctorante por la UAM-X.

Fotografía: Andrea Vargas


[1] Dor Guez, Catástrofe, exposición presentada en el Museo Laboratorio de Arte Alameda, curaduría de Eugenio Viola, Ciudad de México, 13 de abril de 2023-18 de junio del 2023, disponible en https://artealameda.inba.gob.mx/exposiciones/dor-guez-catastrofe.html

[2] ONU citado por Soha Ibrahim,” 4 cifras que muestran el devastador impacto de la guerra en Gaza 6 meses después de su inicio”, en BBC News mundo, 8 de abril de 2024 disponible en https://www.bbc.com/mundo/articles/cd178m5pd3ko#:~:text=La%20guerra%20estall%C3%B3%20tras%20un,tomadas%20como%20rehenes%20253%20personas.

[3] Amnistía internacional, “El desplazamiento forzado masivo en Gaza pone de relieve la necesidad urgente de que Israel respete el derecho de retorno de la población palestina” [Comunicado de prensa], 15 de mayo de 2024, disponible en https://www.amnesty.org/es/latest/news/2024/05/mass-forced-displacement-in-gaza-highlights-urgent-need-for-israel-to-uphold-palestinians-right-to-return/#:~:text=El%20actual%20desplazamiento%20forzado%20de,desde%20hace%2076%20a%C3%B1os%2C%20a

[4] The Palestine Chronicle, “The Gaza Genocide”, disponible en https://www.palestinechronicle.com/

[5] RAEDiccionario de la lengua española, disponible en https://dle.rae.es/genocidio?m=form.

[6] Craig Mokhiber, “Carta de renuncia de Craig Mokhiber, director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York”, Coordinación Colombia Europa Estados Unidos [Sitio web],  octubre de 2023, disponible en https://coeuropa.org.co/carta-de-renuncia-de-craig-mokhiber-director-de-la-oficina-del-alto-comisionado-de-las-naciones-unidas-para-los-derechos-humanos-en-nueva-york/

[7] Cfr. Walter Benjamin, “ Tesis VII” y en Tesis sobre la Historia

[8] Por ejemplo, Adorno y Horkheimer y, hoy en día, Reyes Mate.

[9] Ibíd., “Tesis XII”, p. 49.

[10] Walter Benjamin. “Tesis VI”, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Itaca-UACM, México, 2008, p. 40.

[11] Ibíd., “Tesis IX”.

[12] Adorno señala que “El poder de la memoria es traer al presente el pasado, pero no cualquier pasado, sino el pasado ausente”, aquel que se quiere dejar en el olvido. Citado por Reyes Mate, Memoria de Auschwitz. Actualidad moral y política, Trotta, Madrid, 2003, p. 153.

[13] Cfr. Mauricio Pilatowsky, “La Filosofía después de Auschwitz en Latinoamérica”, en Reyes Mate y Ricardo Forster. El judaísmo en Iberoamérica, Trotta, Madrid, 2007.

[14] Ibíd, p. 288.

[15] Ibíd.

[16] Cfr. Hans Magnus Enzensberge, “Las casas, o una mirada retrospectiva hacia el futuro”, en El interrogatorio de la Habana y otros ensayos, Barcelona, Anagrama, 1973, p. 145.

[17] Ibid. p. 152.

[18] D. Riazanof, “Notas aclaratorias”, en C. Marx y F. Engels, Biografía del Manifiesto comunista, 9ª ed., México, Compañía General de Ediciones, 1974, p. 115.

[19] Juan Brom, “13. El sistema capitalista”, en Para comprender la historia, México, Grijalbo, 2003, p.106.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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ONU reporta 83 millones de personas con inseguridad alimentaria en Latinoamérica

Más de 83 millones de personas en Latinoamérica sufren inseguridad alimentaria, advirtió este martes la ONU en el X Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe, que reunirá a 200 participantes de más de 20 países para fortalecer compromisos regionales en el sector.

«Aún en este momento 83,4 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en la región (Latinoamérica) y 43 millones sufren de desnutrición«, informó el coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en México, Peter Grohmann.

El evento, organizado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Gobierno de México como anfitrión del foro, contó en su sesión inaugural con representantes de Gobierno, de instituciones financieras internacionales y de las Naciones Unidas. 

Alta tasa de inseguridad alimentaria

El coordinador señaló también la problemática en la región, donde desde el año 2000 hasta la actualidad se ha registrado un gran aumento en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, pero todavía el 11,5 % de menores de edad presentan retrasos en el crecimiento por la mala alimentación.

«Tenemos un grave problema de obesidad y de sobrepreso en nuestra región (…) 50 millones de niños y niñas lo sufren actualmente», citó la directora regional del PMA, Lola Castro.

Según explicó Castro, la pandemia por covid-19 aumentó hasta en tres y cuatro veces el número de personas en situación de inseguridad nutricional, algo que cuatro años después todavía es un problema en Latinoamérica, donde el costo de una dieta saludable aumentó hasta en un 10 % desde el pasado año por la inflación.

Pobreza económica y educativa

La oficial para asuntos sociales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Daniela Trucco, recordó que «en 2022 la pobreza afectaba en Latinoamérica el 29 % de la población, unos 231 millones de personas».

Trucco, además, remarcó que el 11,2 % de la población en la región estaba en pobreza extrema, y resaltó que niños y adolescentes «enfrentan una incidencia de la pobreza mayor, el 48,5 % de la población entre 0 y 17 años lo sufren».

Mientras que el representante de la Unesco en México, Andrés Morales, alertó que «desde la pandemia, alrededor de 9,6 millones de estudiantes siguen fuera de la escuela en Latinoamérica».

El funcionario advirtió de que sin una buena educación es difícil ofrecer herramientas y habilidades para una buena alimentación.

En la misma línea, se mostró la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Laura Ripani, quien declaró que la región tiene «una grave crisis de aprendizaje que afecta a millones de estudiantes».

«Los estudiantes de 15 años tienen cinco años de retraso con relación al promedio de los países que forman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)», explicó Ripani.

La representante del BID explicó además que, según los últimos informes PISA, tres de cada cuatro estudiantes tiene bajo desempeño en matemáticas y la mitad no alcanza habilidades básicas en lectura en primaria y secundaria.

https://www.elcaribe.com.do/panorama/internacionales/onu-reporta-83-millones-de-personas-con-inseguridad-alimentaria-en-latinoamerica/

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Desastres climáticos en América Latina: un año de récords según la Organización Meteorológica Mundial

Inundaciones, sequías, incendios forestales y temperaturas extremas

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) afirmó que, debido al fenómeno natural El Niño y el calentamiento global provocado por la actividad humana, Latinoamérica y el Caribe alcanzaron un número récord de desastres climáticos durante 2023. Los dichos de la organización ocurren en medio de las históricas inundaciones que afectan al sur de Brasil y por las cuales hay al menos un centenar de muertos, cientos de heridos y desaparecidos y decenas de miles de desplazados.

En su último informe sobre el estado del clima en la región, esta agencia de la ONU resaltó que el año pasado fue el más cálido del que se tiene registro.

Además, desde la OMM señalaron que se aceleró la subida del nivel del mar y el retroceso de los glaciares, y que se produjo «un gran cambio» en la distribución de las precipitaciones que causó sequías e incendios forestales y también inundaciones y deslaves.

«En todos los tipos de variables climáticas y ambientales se han batido récords durante 2023″, dijo la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, al presentar el reporte.

«América Latina y el Caribe se han visto gravemente afectadas por los efectos de El Niño que se suman, por supuesto, a los del cambio climático inducidos por la presencia humana», agregó.

La OMM describe a El Niño como un patrón climático natural asociado al calentamiento de la superficie oceánica en el Pacífico tropical, que suele producirse cada dos o siete años y durar entre nueve y doce meses, pero remarca que actualmente ocurre en el contexto de un clima alterado por las actividades humanas.

Inundaciones en Brasil

«Esta catástrofe es un trágico recordatorio de cómo los peligros climáticos cada vez más intensos y frecuentes socavan el desarrollo socioeconómico», destacó Saulo.

Paola Albrito, directora de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), dijo que unos 11 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe se vieron afectadas por desastres en 2023, la mayoría relacionados con el clima, «lo que resultó en pérdidas económicas de más de 20.000 millones de dólares».

«Lamentablemente, estamos viendo cómo esto ocurre ahora en Brasil», apuntó, y felicitó al gobierno brasileño por los operativos desplegados para atender la emergencia.

Desastres climáticos de 2023

Entre los desastres climáticos ocurridos durante el último año, la OMM destacó los siguientes:

  • El huracán Otis devastó el balneario mexicano Acapulco en octubre.
  • Falta y el exceso de agua. Por un lado una intensa sequía redujo a un mínimo histórico el nivel del río Negro en la Amazonía brasileña; perturbó «gravemente» el tráfico por el Canal de Panamá; y golpeó el norte de Argentina, el sur de Brasil y Uruguay, que vivió su verano más seco en 42 años y sufrió un déficit hídrico crítico. Por el otro, la OMM recordó que intensas lluvias dejaron decenas de muertos por deslizamientos de tierra e inundaciones en febrero en el sudeste de Brasil, y en noviembre en Jamaica, Haití y República Dominicana.
  • En 2023 la temperatura media fue la más alta registrada hasta ahora en Latinoamérica y el Caribe. Estuvo 0,82°C por encima de la media del período 1991-2020, y 1,39°C por encima del valor de referencia del período 1961-1990.
  • En México, el verano fue excepcionalmente caluroso, con una máxima de 51,4ºC en agosto.
  • De agosto a diciembre la región central de Sudamérica experimentó un calor abrasador. En algunas zonas de Brasil el termómetro marcó 41ºC en agosto, en pleno invierno austral. Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú registraron sus temperaturas más altas para un mes de septiembre y hubo grandes incendios forestales.
  • El ritmo de incremento del nivel medio del mar en el Atlántico sur y en las zonas subtropical y tropical del Atlántico norte superó la media mundial.
  • En Chile, el glaciar Echaurren Norte, de referencia para el servicio de vigilancia de glaciares WGMS, perdió unos 31 metros de equivalente en agua entre 1975 y 2023.

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América Latina ante la inteligencia artificial: mapeo de iniciativas regulatorias

Por: Juan Manuel García *

Repasamos un poco de la trayectoria normativa latinoamericana: desde las estrategias de IA hasta la revisión de algunos de los proyectos de ley que se discuten actualmente en algunos países de la región.

Alineada con las tendencias internacionales, América Latina ha hecho esfuerzos significativos por desarrollar principios y reglas para la inteligencia artificial (IA). En un primer momento, múltiples gobiernos desarrollaron instrumentos regulatorios a partir de la creación de estrategias, planes, o la adhesión a principios internacionales como los Principios de IA de la OCDE o los Principios de la Ética de la IA de UNESCO. Sin embargo, cambios de gestión gubernamental interrumpieron algunas de estas iniciativas, dada su relativa institucionalidad.

De manera paralela a la elaboración de estos instrumentos, la región también comenzó procesos para legislar sobre la implementación de IA a nivel parlamentario. Tales procesos no involucran prerrogativas emanadas desde el poder ejecutivo. En cambio, al estar en manos del poder legislativo, demandan un debate entre parlamentarios y, con ello, la creación de consensos políticos que estén en sintonía con los entramados normativos nacionales.

A continuación, repasamos la trayectoria normativa latinoamericana: desde las estrategias de IA de algunos países, hasta la revisión de algunos de los proyectos de ley que se discuten actualmente.

Estrategias de IA

Uno de los hitos que marca el inicio del proceso de regulación de la IA se encuentra en las estrategias y planes de IA publicadas entre 2019 y 2021 por gobiernos como los de Argentina, Brasil, México y Uruguay. Estas acciones fueron impulsadas desde los poderes ejecutivos de la región y buscaron dar un marco de referencia para el uso de este tipo de tecnologías.

Aun cuando, en varios casos, dichas políticas contemplaron una etapa de consulta pública, hemos identificado algunas falencias de los Estados en garantizar una discusión plural e inclusiva de forma efectiva al definir prioridades estratégicas en IA. Entre ellas están la falta de inclusión efectiva de grupos históricamente marginalizados y de mecanismos de transparencia que permitan comprender de qué manera se consideraron los comentarios presentados.

Algunas de estas iniciativas no encontraron continuidad para su implementación y, además, fueron criticadas por su falta de rumbo por defectos en la coordinación o ausencias de líneas de acción claras como para llevar el título de “estrategias”. Es que estas políticas, pese a basarse en procesos participativos y antecedentes internacionales como los Principios para la IA de la OCDE, fueron plasmadas en resoluciones administrativas –en buena parte de los casos– con una solidez institucional relativa. Además, carecían de métricas claras que permitieran el monitoreo de su implementación.

Así, estas limitaciones otorgaron mayor relevancia al debate legislativo. A la vez, y contando sus imperfecciones, la discusión y la posterior formulación de estas estrategias sentaron un precedente para los debates parlamentarios.

Discusiones legislativas para la regulación de la IA

Brasil

Desde 2019, han sido presentados muchos proyectos de ley en materia de IA. Los principales fueron los PLs 5.051/201921/2020, y 872/2021. En 2021, la Cámara de Diputados brasileña aprobó el PL 21/2020, que contiene disposiciones sustentadas más en principios que en prerrogativas específicas, y que ha sido motivo de críticas por parte de la sociedad civil. A contar de la llegada de este proyecto en el Senado Federal, fue establecida una comisión de juristas para lograr un proyecto unificado, en conjunto con otros ya en tramitación en esta casa legislativa.

El extenso reporte final presentado por la comisión resultó en el desarrollo de un cuarto proyecto de ley, el PL 2338/23, presentado por el presidente del Senado y actualmente en discusión paralela a los demás proyectos sobre IA. Pese a que fue ideado como una continuidad de las discusiones previas, el PL 2338/23 guarda importantes diferencias con relación al proyecto aprobado por la Cámara.

Influenciado por los debates alrededor del AI Act europeo, el PL 2338/23 presenta un enfoque fundamentado en riesgos, en función de una tipología establecida en el proyecto mismo, además de crear derechos y determinar la creación de una autoridad centralizada de IA que debería ser apuntada por el Poder Ejecutivo y trabajada en conjunto con las demás autoridades sectoriales. Sobre el modelo de riesgos, el PL determina que, a mayor riesgo, mayores las obligaciones que corresponden a quien implemente este tipo de tecnologías. El proyecto es apoyado por la Coalición de Derechos en la Red, que lo considera un paso importante hacia el equilibrio entre el establecimiento de derechos y herramientas de gobernanza.

Chile

La discusión parlamentaria se centra en el Boletín 15869-19: un proyecto de ley que regula los sistemas de IA la robótica y las tecnologías conexas en sus distintos ámbitos de aplicación. El mismo ingresó en la Cámara de Diputados durante abril de 2023 y se encuentra en “primer trámite constitucional”, que es la forma en la que Chile denomina el proceso de discusión de un proyecto de ley donde fue presentado originalmente, sea en la Cámara de Diputados o en el Senado.

Tal como señala el texto en sus “considerandos”, el proyecto adopta un sistema de riesgos basado en la discusión existente en el parlamento de la Unión Europea. El proyecto contempla la creación de una Comisión Nacional de Inteligencia Artificial, y establece obligaciones para desarrolladores, proveedores y usuarios de sistemas de IA. Además de este proyecto, hay dos iniciativas, de orden punitivo, que buscan modificar el Código Penal. Se trata de los boletines 15935-07, para sancionar el mal uso de la inteligencia artificial (ingresado el 15 de mayo de 2023) y el 16021-07, que busca incorporar, como circunstancia agravante de la responsabilidad, el uso de inteligencia artificial en la comisión de un delito (ingresado el 13 de junio de 2023).

Costa Rica

El proyecto costarricense, que tomó cierta notoriedad en distintos medios por comenzar con una introducción realizada por ChatGPT, se encuentra en discusión en la Comisión de Tecnología y Educación de la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, órgano unicameral del Poder Legislativo. Este proyecto, en trámite bajo el Expediente 23771, afirma desde su primer artículo su foco en la “protección y promoción de la dignidad, los derechos humanos y el bienestar de la persona humana”.

Si bien el proyecto habla de la existencia de riesgos, su abordaje no establece una tipología como los proyectos mencionados anteriormente. Su Capítulo VII se enfoca particularmente en la “Protección de los Derechos Humanos en la Regulación de la Inteligencia Artificial”, donde se establecen disposiciones sobre no discriminación, privacidad y protección de datos personales, transparencia y explicabilidad, acceso a la justicia, entre otras. El proyecto obliga a desarrolladores y usuarios de sistemas de IA a realizar evaluaciones de impacto en derechos humanos antes de su implementación. Estas evaluaciones, afirma el proyecto en su artículo 16, “deberán identificar y mitigar los posibles riesgos y efectos negativos en los derechos fundamentales de las personas”.

Rumbos posibles

La existencia de estos proyectos de ley no implica que vayan a ser aprobados tal como fueron formulados, o que presenten una continuidad en el debate parlamentario con regularidad. Sin embargo, presentan instrumentos que pueden modificar la gobernanza de estas tecnologías, como la creación de autoridades específicas o la obligación de generar evaluaciones de impacto.

También cabe resaltar la influencia que tienen en el debate parlamentario iniciativas internacionales como el proyecto de ley de Inteligencia Artificial del parlamento europeo, la IA Act, cuyo enfoque basado en riesgos sirvió de inspiración para la creación de algunos de los proyectos mencionados. La sanción de esta ley, aún en discusión, puede modificar el panorama y sentar un precedente de gran influencia para otros países latinoamericanos.

Por último, es necesario destacar que, más allá de estrategias y proyectos de ley específicos, la gobernanza de la IA incluye un conjunto de normas e instituciones que abarcan, incluso, el acceso a la información y la protección de datos, entre otras, que son cruciales para garantizar transparencia en su implementación y el respeto a los derechos de las personas potencialmente afectadas negativamente por ella. En ese sentido, es llamativo que países que aún no cuentan con marcos de protección de datos adecuados intenten legislar sobre IA.

Frente al avance de las discusiones internacionales sobre la regulación de IA, es fundamental que legisladores y legisladoras de América Latina estén atentas a las recomendaciones emitidas por autoridades y órganos de derechos humanos. Probablemente, 2024 sea un año donde estas discusiones avancen de la mano los avances tecnológicos en la potencialidad de estas tecnologías, sobre las que vemos novedades día a día. Estaremos atentos, monitoreando la evolución de los debates a nivel nacional.

*Analista de Derechos Digitales

América Latina ante la inteligencia artificial: mapeo de iniciativas regulatorias – Por Juan Manuel García

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Debatir la educación en América latina

Por Carina Cabo

En la Ministerial de Educación, en Chile, se abordaron tres temas clave: el desafío de la reactivación educativa, la transformación de la enseñanza para garantizar el derecho a la educación y el financiamiento que requieren estas políticas públicas.

Días pasados se llevó a cabo la Ministerial de Educación en Chile, un encuentro convocado por la UNESCO y el Ministerio de Educación de Chile y con la coorganización de la CAF, Banco Mundial, CEPAL y UNICEF, con el objetivo de reactivar y transformar la enseñanza para garantizar el derecho a la educación.

Para dicha reunión se convocó a altas autoridades educativas de América latina y el Caribe para crear un marco de referencia regional sobre políticas públicas para la recuperación de los aprendizajes de 125 millones de estudiantes que constituyen los sistemas educativos de 33 países de la región.

Datos cuantitativos dan cuenta del estancamiento de la educación: las Pruebas Pisa 2022 señalan que 3 de cada 4 niños no alcanzan competencias mínimas en Matemática y más de la mitad tiene dificultades en lectoescritura, no comprenden lo que leen. Si bien podríamos decir que estas cifras son consecuencia de la pandemia, producto de la desvinculación de los estudiantes, previo al Covid 19 ya había más de 10 millones de niños y jóvenes que no accedía al sistema educativo.

A su vez, en el Informe regional de monitoreo ODS4-Educación 2030 (2022), UNESCO plantea que todavía hay un porcentaje pequeño de la población que accede a programas de desarrollo de la primera infancia: apenas el 18,6% de los niños y niñas entre cero y dos años. Y considera necesario acelerar estos ritmos de inclusión, ya que, de sostenerse ese porcentaje, para el 2030 se alcanzará a cubrir apenas una cuarta parte de la población. Sumado a esto, entre 2015 y 2020 también se observa una desaceleración de los indicadores de acceso a la educación primaria y secundaria y una fuerte caída de estudiantes que finalizan la escuela media, apenas el 63%. Por ende, la deuda educativa es cada vez mayor y perjudica a los sectores más desfavorecidos.

En las sesiones de la Ministerial de Educación, las autoridades convocadas no sólo se reunieron para intercambiar buenas prácticas, sino también para identificar oportunidades de cooperación regional. Y abordaron tres temas clave: el desafío de la reactivación educativa, la transformación de la enseñanza para garantizar el derecho a la educación y el financiamiento que requieren estas políticas públicas, haciendo hincapié en que la educación es un bien público y un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible.

Sin embargo, nuestro país, lejos de destacar la importancia de la educación pública como acceso a una vida mejor, convirtió el Ministerio de educación nacional en Secretaría e intenta tomar medidas en desmedro de la calidad, tales como que profesionales sin formación docente puedan dar clases o habilitar el homeschooling (enseñanza en casa), como si alcanzara pararse en el frente de un aula para enseñar y que esto garantice que el estudiante aprenda. Pero nada propone para la capacitación de los maestros o profesores que están en las aulas.

Por tanto, es fundamental que los países de la región, caracterizados por la alta desigualdad y con baja capacidad institucional de convocar a niños y jóvenes, logren acuerdos y ayuden a la transformación del sistema educativo a sabiendas que los países más desarrollados son los que tienen políticas públicas ancladas en la educación, la ciencia y la tecnología.

Si pretendemos un Estado más justo y equitativo, hoy por hoy, hay que defender lo obvio: la educación como un derecho de todos y como una responsabilidad compartida, no un privilegio de quienes más tienen. “Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia”.

https://www.infobae.com/opinion/2024/01/31/debatir-la-educacion-en-america-latina/

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Silvia Federici: ‘Los movimientos feministas más poderosos del mundo hoy están en América Latina’

Por Gabriela Moncau y Pedro Stropasolas / Brasil de Fato

‘Para sostener la lucha contra el capitalismo, tenemos que cambiar la forma en que organizamos la vida cotidiana’, dice la filósofa italiano

En São Paulo para presentar su nuevo libro, Más allá de la piel (Editora Elefante), la filósofa italiana Silvia Federici, una de las pensadoras y activistas más influyentes del feminismo anticapitalista, consideró que los movimientos contra la desigualdad de género “más poderosos del mundo” se encuentran actualmente en América Latina.

Citando las luchas de campesinos y indígenas por el territorio, el movimiento Ni una minus en Argentina y las interpretaciones feministas del endeudamiento como una de las formas contemporáneas en que el capitalismo confisca el tiempo futuro, Federici destaca que el principal desafío de Las luchas actuales es que están relacionadas con cambios materiales en las condiciones de vida.

De tradición marxista autónoma, el italiano de 81 años es autora de El punto cero de la revolución, , su obra más conocida. En él, Federici examina cómo la transición al capitalismo mecanizó vidas para el trabajo y, a través de diferentes formas de coerción, impuso específicamente a las mujeres la transformación de sus cuerpos en objetos sexuales y máquinas reproductivas.     El Calibán y la bruja y Reencantando el mundo

En Más allá de la piel, Silvia centra su análisis en el cuerpo, que sostiene es “la esfinge a interrogar y sobre la cual hay será actuar en el camino del cambio social e individual”. En el libro, Federici se contrasta con la filósofa Judith Butler, que entiende el género como actuación, y propone que “mujer” sigue siendo una categoría necesaria para la política feminista.

“Por supuesto, siempre tenemos opciones en todo lo que hacemos. Pero la forma en que se utiliza el concepto de performance da la idea de que la decisión de interpretar el género es algo voluntario. Esto no refleja que el género defina formas muy específicas de expectativas que restringen completamente la vida y las elecciones de las mujeres”, dijo a Brasil de Fato.

“Si queremos cambiar la condición de las mujeres de manera significativa, tenemos que cambiar la condición material de nuestras vidas. Así que no necesitamos simplemente tomar decisiones diferentes. Tenemos que crear un mundo diferente”, resume.

Mira la video entrevista:

Nacida en Parma (Italia), Silvia Federici viajó a Estados Unidos a finales de los años 60 y allí cofundó el colectivo Salarios de trabajo doméstico [Salarios del trabajo doméstico]. Allí formó la base de su visión crítica de las tareas reproductivas como trabajo que produce trabajadores. “Lo que vosotros llamáis amor, nosotros lo llamamos trabajo no remunerado”, reza un famoso lema del colectivo.

Vivió en África en la década de 1980, donde se involucró en la organización Mujeres en Nigeria (Mujeres en Nigeria) y en las luchas contra las políticas de austeridad impuestas al país por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Actualmente, Silvia es profesora emérita de la Universidad Hofstra, en Nueva York, y también lanzó en Brasil el libro ¿Quién debe a quién? (Editora Elefante), que organiza junto a los argentinos Verónica Gago y Luci Cavellero.

En conversación con Brasil de Fato en el hotel donde se hospedó en la capital paulista, Federici planteó las razones por las que considera que el movimiento feminista dio protagonismo al cuerpo. “Tal vez porque las mujeres se dieron cuenta de cómo sus cuerpos eran apropiados, expropiados por el Estado, de maneras más invisibles y profundas que los cuerpos de los hombres”, explicó. “La forma en que vivimos esto está completamente organizada, estructurada e introyectada por las relaciones de poder”, describe Silvia.

“Creo que el movimiento feminista aportó esto a la lucha por la revolución. Por tanto, realmente revolucionó el concepto de cuerpo como ningún otro movimiento lo había hecho jamás”, destaca.

Mira la entrevista:

Brasil de Fato: Es común que las luchas contra la opresión racial o de género sean etiquetadas como “identitarias” y sectores de la izquierda las vean no sólo como separadas, sino como menos importantes que la “lucha de clases”. ¿Cómo ve esta cuestión de identidad? 

Silvia Federici: Para mí, la cuestión de la identidad está profundamente arraigada en los procesos históricos y en la organización social de nuestras vidas. Por ejemplo, el trabajo es una identidad. Por tanto, la identidad no es algo abstracto. Está formado por expectativas sociales, por el trabajo, por la geografía, por condiciones que en realidad están arraigadas en toda una textura política y económica. Esta es también la razón por la que no podemos cambiar nuestra identidad sin cambiar nuestra condición material en la vida.

Por ejemplo, el movimiento feminista transformó la imagen de las mujeres como sirvientas de los hombres, que tienen que ser madres para ser aceptadas socialmente, que se sacrifican, que tienen que poner sus necesidades al final.

Este cambio de identidad vino también de la lucha contra el encierro y la devaluación del trabajo doméstico. Con la idea de que es una forma de producción: el trabajo doméstico en realidad produce trabajadores. Entonces creo que así fue como ocurrió el cambio.

En esta discusión sobre el uso de la categoría “mujer”, usted sostiene que “la negación de la posibilidad de identificación social o política es un camino hacia la derrota”, ¿verdad?

Sí, verás, la forma en que mi madre pensaba sobre la mujer como identidad es muy diferente a la forma en que yo la percibo, debido a la lucha que tuvimos. Pero la lucha no es sólo cambiar una identidad en abstracto, sino cambiar la identidad a través de la transformación de nuestras condiciones materiales de vida.

Al respecto, considera que, en parte, el movimiento feminista no logró conectar la lucha por la legalización del aborto, por ejemplo, con las condiciones materiales de vida de las mujeres, ¿no? 

Sí, en parte. Creo que ha habido un cambio tremendo con la posibilidad de tener derecho al aborto en muchas partes del mundo. Es una gran victoria. Sin el movimiento feminista no tendríamos este derecho. Asimismo, no hubo suficiente lucha por el derecho a ser también madres.

A mediados de los años 1980, vimos el movimiento social por la justicia productiva en Estados Unidos. En su mayor parte, se trataba de un movimiento de mujeres afrodescendientes a quienes históricamente se les había negado la maternidad. Desde la esclavitud y durante siglos. A estas mujeres se les negó la maternidad no sólo por la esterilización, sino también porque no tenían los recursos para criar a sus hijos. Así, las mujeres negras desafiaron el movimiento feminista y la idea de que el derecho al aborto es una opción. Dijeron que esto es sólo parte de la elección. Elegir es poder decidir: ¿quiero tener hijos o no?

Aquí en Brasil, la brutalidad policial contra los jóvenes negros es también una de las formas en que las mujeres negras se ven privadas de su derecho a criar a sus hijos. 

Exactamente. Porque los jóvenes negros, evidentemente, son los que más radicalmente cuestionan la legitimidad de la norma institucional, que aún es colonial.

¿Cómo ves el movimiento feminista hoy?  

Hay movimientos feministas. Es muy evidente que los movimientos feministas más poderosos del mundo hoy están en América Latina. Son movimientos que entienden muy bien que no es posible cambiar positivamente la condición de las mujeres si no cambiamos esta sociedad regida por el capitalismo, la colonialidad y el racismo.

Hay ejemplos en Argentina, México y Brasil. Vemos movimientos feministas, por ejemplo, logrando conectar cuestiones relacionadas con la destrucción ecológica con movimientos anticoloniales.

También están desarrollando una lectura feminista de la política económica, como, por ejemplo, desde el Banco Mundial y el FMI, el uso de la deuda para crear nuevas formas de esclavitud con medios financieros. Eso es lo que están haciendo las mujeres en Argentina hoy.

¿Qué otras experiencias concretas puedes citar, pensando también en los principales desafíos que enfrentan los movimientos feministas hoy? 

Creo que hay muchos procesos que son nuevos en comparación con los años 1970. Actualmente hay muchas formas de feminismo popular en África, América Latina y Asia.

En las últimas dos décadas, hemos visto el surgimiento internacional de un movimiento muy poderoso de trabajadores domésticos, predominantemente inmigrantes, que han vuelto a poner sobre la mesa la cuestión del trabajo doméstico, el valor de este trabajo, el hecho de que que mantenga la sociedad en funcionamiento. Existe en España una organización llamada Territorio Doméstico cuyo lema es: “sin nosotras, nadie se mueve”. Sin nosotros nadie se mueve.

Por otro lado, tenemos, por ejemplo, muchas feministas que se dedican a ser incluidas en campos dominados por los hombres, olvidando a menudo que, a menos que abordemos también las cuestiones de la reproducción, la crianza de los hijos y el cuidado de las personas mayores, no podremos cambiar. Porque estos trabajos todavía los realizan mujeres y todavía están infravalorados; y el trabajo todavía moldea la vida de nosotras las mujeres, dondequiera que estemos.

Ahora han articulado este movimiento internacional con muchas formas de organizaciones. Ha sido muy poderoso. También puedo destacar el surgimiento del movimiento de mujeres indígenas, y no sólo en América Latina, sino también en Estados Unidos.

Hace años vimos un movimiento muy fuerte de mujeres indígenas que impedían la construcción de un oleoducto en Dakota del Sur. Durante meses organizaron un enorme campamento que paralizó las obras, a pesar de las pésimas condiciones: frío, policías por todas partes con perros, bocas de incendio. , etc. El campamento llegó a siete mil personas.

Esto se debe realmente al hecho de que se trataba de un gran movimiento de mujeres y su nivel de conocimiento sobre cómo reproducir la vida cotidiana incluso en las condiciones más difíciles. Es algo que ningún otro movimiento podría haber logrado.

También hay movimientos campesinos, como los que están en primera línea de la Vía Campesina, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil. Muchas, en principio, no eran feministas. Ellos mismos me lo dijeron. Se volvieron feministas porque se dieron cuenta de que, para luchar, necesitaban tener autonomía, no ser consumidas por los hombres de su comunidad. No tener tu energía agotada.

En uno de los artículos del libro, mencionas que consideras un error que estemos simplemente luchando contra las cosas, en lugar de luchar para construir algo. Sin embargo, a menudo da la impresión de que necesitamos responder a ataques constantes. La brutalidad policial de la que hablamos o el genocidio en Gaza, por ejemplo. ¿Cómo escapar de esto? 

Necesitamos hacer ambas cosas al mismo tiempo. Hay momentos para salir a la calle, protestar, movilizarse y organizarse contra algo, pero eso no puede ser todo. Porque –y creo que el movimiento feminista es intuitivo y aprendió esto desde el principio– si no cambiamos también nuestra vida cotidiana, no podremos sostener la lucha.

La lucha no puede limitarse a momentos de poder que están destinados a disiparse. También tiene que ser una lucha de construcción. No podemos cambiar lo que existe a menos que lo reemplacemos con algo diferente.

Hay un ejemplo sencillo que siempre me ha impresionado. Cada vez que una huelga laboral, por ejemplo, superó los esquemas sindicales tradicionales y se convirtió en una lucha de resistencia hasta el final, en esas grandes huelgas en las que los trabajadores se jugaban todo, lo arriesgaban todo… entonces, inmediatamente, la vida cotidiana del Pueblo cambiaba. : cómo empezaron a juntarse, a compartir la vida, a comer juntos, a compartir cosas. La vida cotidiana misma se transforma. Y eso es lo que estoy diciendo. Esto tiene que suceder sobre una base más amplia y consciente.

Para sostener una lucha a largo plazo contra este régimen monstruoso que es el capitalismo, también tenemos que empezar a transformar la forma en que organizamos nuestra vida cotidiana. Porque la forma en que organizamos nuestra vida cotidiana nos quita poder, y así es como se organiza el capitalismo.

La familia nuclear, la propaganda, el individualismo, pensar sólo en uno mismo, la privacidad… Todo lo que nos venden como forma de liberación es, en realidad, una forma de debilitamiento. Sólo con otras personas podemos ampliar nuestra imaginación de lo que es posible.

¿Qué defiende usted como “militancia alegre”? 

Es con otras personas que nos nutrimos de energía, a través del amor, del cariño, de las relaciones, de hacer cosas juntos, de no sentirnos solos. Entonces nos transformamos y vamos por un día más de lucha.

No significa que no sufras, porque pagas un precio cuando luchas contra esta sociedad violenta. Pero la lucha también tiene que ser alegre. Si la lucha es sufrimiento, más dolor, más trabajo, más carga, entonces tenemos que repensarlo. No podemos seguir pensando en la revolución dentro de 500 años. Si tu vida es mala ahora, tenemos que cambiar ahora. No podemos seguir posponiendo las revoluciones hasta que llegue el tipo de futuro que nunca sabemos que llegará.

Y la vida de la gente es demasiado miserable como para añadir más trabajo. La lucha no puede ser simplemente más trabajo. También es necesario que haya algo que abra una ventana a un mundo nuevo. Abrir algo que nos dé una idea de esta sociedad que queremos construir, de otra sociedad existente, a partir del presente.

Edición: Vivian Virissimo

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América Latina ante la inteligencia artificial

Por: Juan Manuel García

Cierra el 2023 con muchas novedades en cuanto a la regulación de la implementación de sistemas de inteligencia artificial (IA). En esta columna, repasamos un poco de la trayectoria normativa latinoamericana: desde las estrategias de IA, hasta la revisión de algunos de los proyectos de ley que se discuten actualmente en algunos países de la región.

Alineada con las tendencias internacionales, América Latina ha hecho esfuerzos significativos por desarrollar principios y reglas para la inteligencia artificial (IA). En un primer momento, múltiples gobiernos desarrollaron instrumentos regulatorios a partir de la creación de estrategias, planes, o la adhesión a principios internacionales como los Principios de IA de la OCDE o los Principios de la Ética de la IA de UNESCO. Sin embargo, cambios de gestión gubernamental interrumpieron algunas de estas iniciativas, dada su relativa institucionalidad.

De manera paralela a la elaboración de estos instrumentos, la región también comenzó procesos para legislar sobre la implementación de IA a nivel parlamentario. Tales procesos no involucran prerrogativas emanadas desde el poder ejecutivo. En cambio, al estar en manos del poder legislativo, demandan un debate entre parlamentarios y, con ello, la creación de consensos políticos que estén en sintonía con los entramados normativos nacionales.

A continuación, repasamos la trayectoria normativa latinoamericana: desde las estrategias de IA de algunos países, hasta la revisión de algunos de los proyectos de ley que se discuten actualmente.

Estrategias de IA

Uno de los hitos que marca el inicio del proceso de regulación de la IA se encuentra en las estrategias y planes de IA publicadas entre 2019 y 2021 por gobiernos como los de Argentina, Brasil, México y Uruguay. Estas acciones fueron impulsadas desde los poderes ejecutivos de la región y buscaron dar un marco de referencia para el uso de este tipo de tecnologías.

Aun cuando, en varios casos, dichas políticas contemplaron una etapa de consulta pública, hemos identificado algunas falencias de los Estados en garantizar una discusión plural e inclusiva de forma efectiva al definir prioridades estratégicas en IA. Entre ellas están la falta de inclusión efectiva de grupos históricamente marginalizados y de mecanismos de transparencia que permitan comprender de qué manera se consideraron los comentarios presentados.

Algunas de estas iniciativas no encontraron continuidad para su implementación y, además, fueron criticadas por su falta de rumbo por defectos en la coordinación o ausencias de líneas de acción claras como para llevar el título de “estrategias”. Es que estas políticas, pese a basarse en procesos participativos y antecedentes internacionales como los Principios para la IA de la OCDE, fueron plasmadas en resoluciones administrativas –en buena parte de los casos– con una solidez institucional relativa. Además, carecían de métricas claras que permitieran el monitoreo de su implementación.

Así, estas limitaciones otorgaron mayor relevancia al debate legislativo. A la vez, y contando sus imperfecciones, la discusión y la posterior formulación de estas estrategias sentaron un precedente para los debates parlamentarios.

Discusiones legislativas para la regulación de la IA

Brasil

Desde 2019, han sido presentados muchos proyectos de ley en materia de IA. Los principales fueron los PLs 5.051/201921/2020, y 872/2021. En 2021, la Cámara de Diputados brasileña aprobó el PL 21/2020, que contiene disposiciones sustentadas más en principios que en prerrogativas específicas, y que ha sido motivo de críticas por parte de la sociedad civil. A contar de la llegada de este proyecto en el Senado Federal, fue establecida una comisión de juristas para lograr un proyecto unificado, en conjunto con otros ya en tramitación en esta casa legislativa.

El extenso reporte final presentado por la comisión resultó en el desarrollo de un cuarto proyecto de ley, el PL 2338/23, presentado por el presidente del Senado y actualmente en discusión paralela a los demás proyectos sobre IA. Pese a que fue ideado como una continuidad de las discusiones previas, el PL 2338/23 guarda importantes diferencias con relación al proyecto aprobado por la Cámara.

Influenciado por los debates alrededor del AI Act europeo, el PL 2338/23 presenta un enfoque fundamentado en riesgos, en función de una tipología establecida en el proyecto mismo, además de crear derechos y determinar la creación de una autoridad centralizada de IA que debería ser apuntada por el Poder Ejecutivo y trabajada en conjunto con las demás autoridades sectoriales. Sobre el modelo de riesgos, el PL determina que, a mayor riesgo, mayores las obligaciones que corresponden a quien implemente este tipo de tecnologías. El proyecto es apoyado por la Coalición de Derechos en la Red, que lo considera un paso importante hacia el equilibrio entre el establecimiento de derechos y herramientas de gobernanza.

Chile

La discusión parlamentaria se centra en el Boletín 15869-19: un proyecto de ley que regula los sistemas de IA la robótica y las tecnologías conexas en sus distintos ámbitos de aplicación. El mismo ingresó en la Cámara de Diputados durante abril de 2023 y se encuentra en “primer trámite constitucional”, que es la forma en la que Chile denomina el proceso de discusión de un proyecto de ley donde fue presentado originalmente, sea en la Cámara de Diputados o en el Senado.

Tal como señala el texto en sus “considerandos”, el proyecto adopta un sistema de riesgos basado en la discusión existente en el parlamento de la Unión Europea. El proyecto contempla la creación de una Comisión Nacional de Inteligencia Artificial, y establece obligaciones para desarrolladores, proveedores y usuarios de sistemas de IA. Además de este proyecto, hay dos iniciativas, de orden punitivo, que buscan modificar el Código Penal. Se trata de los boletines 15935-07, para sancionar el mal uso de la inteligencia artificial (ingresado el 15 de mayo de 2023) y el 16021-07, que busca incorporar, como circunstancia agravante de la responsabilidad, el uso de inteligencia artificial en la comisión de un delito (ingresado el 13 de junio de 2023).

Costa Rica

El proyecto costarricense, que tomó cierta notoriedad en distintos medios por comenzar con una introducción realizada por ChatGPT, se encuentra en discusión en la Comisión de Tecnología y Educación de la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, órgano unicameral del Poder Legislativo. Este proyecto, en trámite bajo el Expediente 23771, afirma desde su primer artículo su foco en la “protección y promoción de la dignidad, los derechos humanos y el bienestar de la persona humana”.

Si bien el proyecto habla de la existencia de riesgos, su abordaje no establece una tipología como los proyectos mencionados anteriormente. Su Capítulo VII se enfoca particularmente en la “Protección de los Derechos Humanos en la Regulación de la Inteligencia Artificial”, donde se establecen disposiciones sobre no discriminación, privacidad y protección de datos personales, transparencia y explicabilidad, acceso a la justicia, entre otras. El proyecto obliga a desarrolladores y usuarios de sistemas de IA a realizar evaluaciones de impacto en derechos humanos antes de su implementación. Estas evaluaciones, afirma el proyecto en su artículo 16, “deberán identificar y mitigar los posibles riesgos y efectos negativos en los derechos fundamentales de las personas”.

Rumbos posibles

La existencia de estos proyectos de ley no implica que vayan a ser aprobados tal como fueron formulados, o que presenten una continuidad en el debate parlamentario con regularidad. Sin embargo, presentan instrumentos que pueden modificar la gobernanza de estas tecnologías, como la creación de autoridades específicas o la obligación de generar evaluaciones de impacto.

También cabe resaltar la influencia que tienen en el debate parlamentario iniciativas internacionales como el proyecto de ley de Inteligencia Artificial del parlamento europeo, la IA Act, cuyo enfoque basado en riesgos sirvió de inspiración para la creación de algunos de los proyectos mencionados. La sanción de esta ley, aún en discusión, puede modificar el panorama y sentar un precedente de gran influencia para otros países latinoamericanos.

Por último, es necesario destacar que, más allá de estrategias y proyectos de ley específicos, la gobernanza de la IA incluye un conjunto de normas e instituciones que abarcan, incluso, el acceso a la información y la protección de datos, entre otras, que son cruciales para garantizar transparencia en su implementación y el respeto a los derechos de las personas potencialmente afectadas negativamente por ella. En ese sentido, es llamativo que países que aún no cuentan con marcos de protección de datos adecuados intenten legislar sobre IA.

Frente al avance de las discusiones internacionales sobre la regulación de IA, es fundamental que legisladores y legisladoras de América Latina estén atentas a las recomendaciones emitidas por autoridades y órganos de derechos humanos. Probablemente, 2024 sea un año donde estas discusiones avancen de la mano los avances tecnológicos en la potencialidad de estas tecnologías, sobre las que vemos novedades día a día. Estaremos atentos, monitoreando la evolución de los debates a nivel nacional.

Fuente: https://www.derechosdigitales.org/22881/america-latina-ante-la-inteligencia-artificial-mapeo-de-iniciativas-regulatorias-en-la-region/

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