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‘La desigualdad frena el crecimiento de Latinoamérica’, BID

Redacción: Portafolio

El presidente de la entidad, Luis Alberto Moreno, recordó que este año no será bueno para la economía de la región.

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, dijo en Bogotá que el crecimiento de las economías de Latinoamérica se ha reducido en parte por la desigualdad predominante en la región.

Lo que sucede en «Latinoamérica es que ha venido cayendo (el crecimiento) de la mano de los problemas tradicionales que hemos tenido de desigualdad, que es un tema muy grave», afirmó Moreno, con motivo de la celebración de los 60 años del BID.

Al hacer referencia a la situación de Chile y un posible contagio de las protestas masivas al resto de la región, Moreno destacó que en los últimos 32 años ese país ha crecido y es una «historia de éxito». «No hay duda de que lo que vemos hoy en día en general en América Latina y en Chile, especialmente, es un proceso en el cual no solamente se redujo significativamente la pobreza, sino también que hubo un crecimiento de las clases medias», dijo Moreno.

Pese a este escenario, Chile vive un estallido social sin precedentes desde el fin de la dictadura de Pinochet en 1990, con masivas manifestaciones en las calles y disturbios que fueron reprimidos por la Policía y las Fuerzas Armadas y que hasta la fecha se han cobrado la vida de al menos 20 personas, seis de ellas extranjeras. Las protestas reclaman al Gobierno del presidente Sebastián Piñera que adopte medidas para cerrar la brecha de la desigualdad que afecta al grueso de la población.

Moreno recordó que este año no será bueno para el crecimiento de América Latina pues los grandes motores de crecimiento, «Brasil y México, no van a crecer arriba del 1%». Además, Venezuela está en «una gran recesión» y los países que están creciendo son Chile, Perú, Colombia y Panamá.

El BID, con sede en Washington, tiene representaciones en los 26 países miembros prestatarios de América Latina y el Caribe, a los que se suman 22 naciones donantes, entre ellos España, China, Japón y Estados Unidos.

Fuente: https://www.portafolio.co/internacional/la-desigualdad-frena-el-crecimiento-de-latinoamerica-bid-535314

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¿Están los ciudadanos de América Latina preparados para el siglo XXI?

Por: Mercedes Mateo

La región se enfrenta a un escenario que lastra sus oportunidades: altos niveles de desigualdad, ineficiente inversión en educación y baja productividad laboral

Vivimos en un mundo en acelerada transformación en el que los cambios se suceden a nivel tecnológico, migratorio, demográfico y climático. A pesar de la incertidumbre y desafíos que traen consigo, muchos de estas modificaciones son positivas, como una mayor esperanza de vida o la aparición de nuevas oportunidades profesionales para personas que hoy están fuera de la economía formal en ámbitos como la economía gig o economía colaborativa. Sin embargo, América Latina y el Caribe se enfrenta a un complicado escenario que podría impedir que la región aproveche las oportunidades de la cuarta revolución industrial: un escenario en el que se combinan altos niveles de desigualdad con ineficiente inversión en educación y una baja productividad laboral.

En medio de esta compleja actualidad surgen varias preguntas. ¿Están preparados nuestros jóvenes para formarse y poder navegar vidas productivas y felices en un mundo en acelerada transformación? ¿Cuáles son las habilidades clave a desarrollar para el individuo del siglo XXI? ¿Podrían estas transformaciones ayudarnos a romper con el lastre de la desigualdad y crear sociedades más prósperas?

La realidad es que el individuo del siglo XXI se desenvuelve en un entorno extremadamente dinámico en el que va a convivir con tecnologías como la inteligencia artificial que, si bien pueden a ayudar a resolver algunos de los problemas que hoy enfrenta la humanidad, también van a generar desafíos prácticos y éticos. Sabemos que, hasta ahora, el desarrollo de habilidades técnicas ha estado fuertemente relacionado con buenos resultados en el mercado laboral. Sin embargo, un estudio del BID muestra cómo su importancia ha venido cayendo en las últimas dos décadas, mientras que los retornos de la inversión en habilidades transversales o socioemocionales han ido aumentando.

Pero, ¿cuáles son estas habilidades, llamadas también habilidades blandas o, como yo prefiero llamarlas, habilidades a prueba de automatización? Se trata de herramientas como la perseverancia, la resiliencia, la capacidad de aprender a lo largo de la vida, la creatividad, el pensamiento crítico, la flexibilidad, la comunicación y la persuasión. Su desarrollo —además de tener impacto en nuestro éxito laboral— también tiene efectos sobre los distintos ámbitos del bienestar y de la vida personal y social de todos nosotros como individuos. Constituyen el equivalente al sistema operativo humano: forman la arquitectura mental del individuo y son el mejor amortiguador para responder a la incertidumbre que nos plantea el mundo actual porque soportan tanto las funciones básicas como el desarrollo de funciones más sofisticadas para el trabajo y para la vida en general.

Una oportunidad para reducir la desigualdad

América Latina y el Caribe tiene una de las brechas de habilidades más grande del mundo y los sistemas de formación de talento de la región, incluyendo la escuela, se enfocan en títulos detrás de los que hay currículos que no están adaptados a la nueva realidad. Además, el desempeño de los estudiantes es extremadamente pobre comparado con otras regiones, y la deserción escolar sigue siendo un gran desafío: en América Latina, cerca del 50% de los estudiantes abandona el sistema antes de concluir la educación secundaria. Y las brechas salariales asociadas a un abandono temprano entre un trabajador que no terminó la secundaria y la que terminó educación terciaria son del 300% en países como Chile o Colombia. Esto quiere decir que no solo convivimos con estructuras del siglo pasado: incluso dentro de esas viejas estructuras, estamos dentro del grupo de cola. Nuestros países tienen que seguir invirtiendo en conocimientos y habilidades específicas y técnicas, pero necesitan hacerlo mucho mejor y, sobre todo, no de forma exclusiva: mantener un modelo de instrucción basado solo en contenidos ya no preparará a nuestros jóvenes de hoy a enfrentarse con éxito a los retos del mañana, ese mañana que está sucediendo ya hoy, aquí.

Mientras la memorización es cada vez menos importante porque tenemos acceso ilimitado y al instante a millones de contenidos con un simple clic, la mentalidad o mindset de los estudiantes es cada vez más relevante. Un estudio de la consultora McKinsey sobre cómo mejorar los resultados escolares de los estudiantes a partir de datos de PISA 2015 muestra que el mindset de los alumnos puede llegar a ser dos veces más importante que su origen socioeconómico para predecir el desempeño académico de los jóvenes de 15 años que realizaron las pruebas. Es decir, que, al contrario de las creencias generalizadas, el origen familiar no tiene por qué definir por sí solo el futuro de los chicos, siempre que la escuela logre trabajar y fortalecer ese mindset o arquitectura mental de los jóvenes. De hecho, los chicos de cuartiles de ingreso más bajo que participaron en el estudio y que tenían una mentalidad bien calibrada, obtuvieron un mejor desempeño académico promedio que los chicos del cuartil de ingreso más alto con una mentalidad mal calibrada.

La pregunta es, ¿cómo podemos expandir estos resultados para llegar a una población más amplia? La buena noticia es que, como se muestra en una publicación reciente del BID, existen programas de desarrollo de habilidades que pueden preparar a los niños y jóvenes de la región para desarrollar todo su potencial y, en algunos casos, se pueden poner en marcha incluso con recursos humanos y financieros limitados. Los países de la región deberían invertir en programas de alfabetización digital, de ciudadanía global y valores, en programas musicales, deportivos y de formación para el emprendimiento porque a través de estos programas niños, jóvenes y adultos logran desarrollar el conjunto de habilidades que necesitan para la vida. Además, en todos ellos se pueden incluir los últimos hallazgos de las ciencias del comportamiento para incorporar estrategias de intervención que permitan derribar las barreras psicológicas que impiden a los individuos desarrollar sus habilidades y alcanzar sus objetivos a través de cambios en sus hábitos, actitudes y conductas.

Por todos estos motivos, es el momento de que nuestra región transforme sus sistemas educativos para generar una masa crítica de jóvenes líderes, de agentes de cambio e individuos activos a cualquier edad, con independencia de su origen socioeconómico. A pesar de los riesgos, tenemos ante nosotros una oportunidad única: la de lograr, en un corto periodo de tiempo, que mucha gente —gente normal para los estándares del siglo pasado— tenga la oportunidad de convertirse en gente extraordinaria que pueda desarrollar todo su potencial y contribuir a crear un mundo más próspero para las generaciones futuras. En medio de esta transición en la que nos encontramos —la transición de un mundo conocido de títulos y diplomas hacia a un nuevo mundo centrado en habilidades y en el aprendizaje a lo largo de la vida— la clave está en que, en vez de enfrentarla con miedo o suspicacia, lo veamos como una verdadera oportunidad. La oportunidad de que América Latina y el Caribe logre, por fin, comenzar a cerrar la brecha de oportunidades entre niños, jóvenes y adultos de altos y bajos ingresos para crear un nuevo espacio en el que por fin podamos combatir uno de los peores males de nuestra región: la desigualdad.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/10/21/planeta_futuro/1571676232_677064.html

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Mazotti: «La problemática de violencia de género, sexual y maltrato infantil es alarmante»

Por: Entrevista 930 en radio Monte Carlo.

La directora de Inmujeres Mariela Mazotti dijo que en Uruguay «nos tenemos que preocupar muchísimo» por los temas de violencia de género y sexual porque la problemática «es alarmante y no se mitiga comparándolo con otros países de América Latina».

«En Uruguay la problemática de violencia de género, doméstica, sexual y maltrato infantil es alarmante y no se mitiga comparándolo con otros países de América Latina. Nos tenemos que preocupar muchísimo, por eso queremos impulsar un plan de emergencia nacional. El mundo está pasando por un momento de extrema violencia social, que también es violencia de género, porque el uso del poder tiene connotaciones de autoritarismo que se asocia a la cultura patriarcal, y en la vida privada de las personas se expresa en la violencia contra niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas mayores», dijo Mazotti.

Para la directora de Inmujeres «aumentar las penas, definir al femicidio como un homicidio especialmente agravado coloca e identifica el problema» y considera que no se puede renunciar al objetivo del «femicidio cero» aunque «sea una utopía».

Habló de llevar adelante una política integral que empiece por la prevención, que tiene que ver con la educación de mujeres y hombres, aunque consideró que la campaña educativa en estos temas «es un debe» a pesar de que se han hecho cosas, «pero todavía insuficientes».

«El fenómeno de la violencia sexual en niñas, niños y adolescentes es un secreto, una realidad oculta, porque justamente ocurre en el ámbito familiar, en personas muy cercanas a las víctimas. Hay situaciones de riesgo en la calle para las que también tenemos que prepararnos y actuar, pero el porcentaje altísimo de violencia, abuso y maltrato a la infancia y adolescencia está en vínculos cercanos, personas de confianza», dijo en Entrevista 930.

Mariela Mazotti comentó que «la sumatoria de femicidios que se dan en departamentos del interior y pequeñas localidades es un fenómeno que empieza a ser observado hace dos o tres años» y que tiene que ver con la no realización de denuncias y porque «en los lugares más alejados a las mujeres les da vergüenza, la violencia de género muchas veces genera culpa».

Fuente de la entrevista: https://www.radiomontecarlo.com.uy/2019/09/07/entrevista-930/mazotti-la-problematica-de-violencia-de-genero-sexual-y-maltrato-infantil-es-alarmante/

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«América Latina en ebullición»

Por: Alejo Vargas Velásquez.

En las últimas semanas las democracias liberales latinoamericanas han estado en la picota pública; no precisamente por sus grandes logros en crecimiento económico, en disminuir la inequidad, o por ser modelos de estímulo a la participación de los ciudadanos. No. Desafortunadamente, para ellas, ha sido, en la mayoría de los casos, por la irrupción en la escena pública de millones de protestantes, provenientes de los sectores sociales populares y especialmente de jóvenes, que han considerado que medidas de política económica de sus gobiernos los afectan de manera grave y han salido a protestar bulliciosa y masivamente.

Es lo que sucedió en Ecuador con la eliminación del subsidio a los combustibles, que llevó a reactivar las históricas manifestaciones hacia Quito de los indígenas, liderados por la CONAIE, a la cual se sumaron otros sectores populares, que obligaron al gobierno de Lenin Moreno, no sólo a refugiarse inicialmente en Guayaquil, sino finalmente a aceptar derogar estas medidas e instaurar una Mesa de Diálogo con los sectores sociales.

En Chile, considerado por algunos como el ‘modelo’ a mostrar, del país que había instaurado el llamado paquete macroeconómico neoliberal, con el pretexto de un aumento en el valor del pasaje del metro de Santiago, termino explotando, como una olla a presión, toda una inconformidad larvada, por un modelo económico que había profundizado la inequidad social y que aparentemente, por herencia perversa del modelo represivo de la dictadura pinochetista, había aceptado pasivamente todos esos ajustes, que implicaron privatización de la educación, la salud, las pensiones y finalmente que los beneficios del crecimiento económico solo acrecentarán la desigualdad y la inequidad.

En Haití hemos visto a los sectores populares manifestarse por varias semanas seguidas pidiendo la salida de su Presidente Jovenel Moise por la incapacidad mostrada para el manejo de la situación económica y política que tiene a este pequeño y pobre país más empobrecido que nunca. Pero igualmente en Uruguay se han dado masivas manifestaciones para protestar contra un eventual mayor protagonismo de los militares en la vida pública de este pequeño país. Y siguen a la espera otros países del vecindario.

Todo lo anterior, sumado a lo que hemos visto en otras latitudes, Cataluña en España, Hong Kong, Inglaterra, Libano, donde igualmente los ciudadanos parecen considerar como totalmente insuficientes los mecanismos de que dispone la democracia liberal y cada vez más consideran que la manera más eficaz para afrontar situaciones de crisis, de diverso tipo –incapacidad de los gobiernos para gestionar la economía y la política social, responder a demandas ciudadanas, o dar salidas a problemas políticos críticos-, es con su presencia protagónica y masiva en los espacios públicos, lo que sin duda le plantea un verdadero desafío a esta forma de gobierno, por cuanto está colocándose en cuestión los procedimientos, canales y sistemas de representación, los mecanismos formales de toma de decisiones y en últimas, la propia legitimidad de dichas democracias liberales.

Y por supuesto el tema va más allá de los estribillos de ‘que es la economía estúpido’, o contra el viejo o el nuevo populismo, el renacer del caudillismo, las nostalgias de la llamada vieja izquierda. Es evidente que se requieren nuevas y complejas preguntas, creativas reflexiones y respuestas mucho más audaces. Sino, la democracia liberal, especialmente la latinoamericana, seguramente seguirá por el despeñadero en que se encuentra.

Fuente del artículo: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/10/28/america-latina-en-ebullicion

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Noam Chomsky y la semana negra de octubre: «No me sorprende para nada lo que ocurre en Chile»

Por: El Mostrador. 

Si bien el estallido social en Chile sorprendió al mundo político en un primer momento, no parece haber sorprendido al intelectual estadounidense –uno de los más elocuentes críticos del neoliberalismo–, quien asegura que era solo cuestión de tiempo.

-¿Le sorprende lo que está pasando en Chile?
No me sorprendente para nada lo que ocurre en Chile. Estas son las consecuencias que eran perfectamente previsibles tras el asalto neoliberal a la población en los últimos 40 años, verificadas constantemente en todo el mundo. En los Estados Unidos, por ejemplo, el 0.1 por ciento de la población ahora posee más del 20 por ciento de la riqueza, la mitad de la población tiene un patrimonio neto negativo, los salarios reales son casi los mismos que hace 40 años, por primera vez en un siglo la mortalidad está aumentando, principalmente entre los blancos en edad laboral y un largo etcétera.

-El sistema económico chileno se presentó como una fórmula exitosa en América Latina. ¿Qué tan ilusorio era?
La dictadura de Pinochet proporcionó condiciones experimentales perfectas para la aplicación de los principios neoliberales guiados por las principales figuras de la doctrina. Fue un fracaso total. Para 1982, la economía colapsó. El Estado tuvo que intervenir radicalmente. Los economistas internacionales bromearon diciendo que era «el camino de Chicago hacia el socialismo». Sin embargo, los efectos perniciosos permanecieron y continuaron.

-Pero en el caso chileno, a pesar de seguir las recetas de Friedmann, no se privatizó Codelco.
-Los expertos de Chicago fueron lo suficientemente inteligentes como para apartarse del dogma en el caso de Codelco, una productora de cobre estatal altamente eficiente y una fuente importante, si no la principal, de ingresos para el Estado.

-Ese es el único caso en Chile. ¿Cómo describe ese dogma?
-Margaret Thatcher expresó bien el dogma neoliberal: no hay sociedad, solo individuos, solos para enfrentar las devastadoras fuerzas del mercado. La solidaridad es un crimen. Es por eso que desde la década de 1920, las principales figuras del neoliberalismo, Von Mises, Hayek y otros, han acogido con satisfacción la violencia estatal a gran escala para destruir los sindicatos y otras interferencias similares a la «buena economía». Pinochet es un ejemplo clarísimo de esto.

-El neoliberalismo supone que el derecho a la propiedad es superior al derecho a la vida, ¿pero de donde viene la ira que estalló en Chile?
-Como le he comentado, el neoliberalismo fue fundado por Von Mises y otros en Viena, en la década de 1920. Es una versión particularmente salvaje del capitalismo. Ganó poder con Reagan y Thatcher, con efectos devastadores en gran parte del mundo. Esa es la razón básica de la ira, el resentimiento y el desprecio por las instituciones políticas que están barriendo gran parte del mundo, creando oportunidades para los demagogos de ultraderecha como Trump, Bolsonaro, Orban, Salvini y otros que buscan desviar la ira justificada hacia chivos expiatorios, como inmigrantes, negros, musulmanes, etcétera. Una táctica milenaria, con graves consecuencias.

Fuente de la entrevista: https://www.elmostrador.cl/destacado/2019/10/24/noam-chomsky-y-la-semana-negra-de-octubre-no-me-sorprendente-para-nada-lo-que-ocurre-en-chile/?fbclid=IwAR0N9k7nbXr9oHMwU1EHqYFHJ2TIIqNXPoSKRUcodrWyL-MYX8HlvdTfV18

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¿Por qué invertimos tan poco en educación inicial?

Por: Julián De Zubiría.

  • Nelson Mandela decía que podríamos conocer el alma de una sociedad mirando la manera como trataba a sus niños. Según eso, en Colombia tenemos un alma empobrecida. Lo grave es que al tratar así a nuestros niños elevamos la inequidad e impedimos el desarrollo

El impacto de la educación inicial ha sido estudiado a profundidad en las últimas décadas en el mundo. Uno de los estudios más reconocidos al respecto, fue adelantado por James Heckman, quien recibió el Premio Nobel de Economía en el año 2000. También fue evaluado en detalle por la Unesco en América Latina en sus tres Laboratorios llevados a cabo en las últimas décadas y por PISA en sus investigaciones sobre factores asociados al rendimiento escolar en jóvenes. La conclusión es la misma en todos los estudios: la educación inicial de calidad es una de las inversiones más justas e importantes que conozca el ser humano.

Nelson Mandela sostenía una tesis muy similar, aunque la expresaba en términos más poéticos: “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad, que la forma en la que trata a sus niños”.

Heckman seleccionó aleatoriamente dos poblaciones pobres en EEUU, una de ellas recibió educación inicial de calidad y la otra no, y los siguió a lo largo de la vida. La conclusión fue abrumadora: los que tuvieron educación inicial, reprobaron menos años, alcanzaron mejores resultados académicos, mejor nivel en lectura y, como si fuera poco, fueron más sanos emocionalmente, presentaron menor agresividad y menor riesgo de adicción a las drogas. Una verdadera maestra, sabría por experiencia propia, que los niños que tienen educación inicial de calidad, logran un mayor desarrollo cognitivo, social y emocional. No obstante, esta idea se volvió un principio reconocido científicamente tan solo después de los hallazgos del premio nobel, uno de los cuales fue que, por cada dólar invertido en la educación inicial, se le ahorraría a la sociedad entre 7 y 21 dólares a mediano plazo. En sus términos: “Los remedios que se aplican tardíamente para compensar la desventaja inicial suelen ser costosos e ineficaces”.  Por eso concluye que es una de las inversiones más importantes para la sociedad.

¿Por qué pasa esto? Es relativamente sencillo de explicar: los primeros cinco años son decisivos para la construcción de la arquitectura cerebral, determinar el número de neuronas y, muy especialmente, garantizar las conexiones sinápticas entre ellas. Es el momento de mayor plasticidad del cerebro. Por tanto, también de mayor aprehendizaje. Por esta razón son muy graves el hambre y la ausencia de educación de calidad en los años iniciales pues generan deterioros irreversibles en el cerebro de los menores. Esta dramática conclusión, se ha encontrado mediante el seguimiento a múltiples programas de alimentación con niños en África: cuando el apoyo se brinda después de los 5 años, el daño causado, ya es irreversible. Esta es una noticia especialmente injusta para 821 millones de seres humanos, que aún en pleno siglo XXI, se levantan todos los días con hambre, entre ellos, el 45 por ciento de los niños en África Subsahariana. En América Latina, 63 millones de personas siguen padeciendo hambre. En los niños, esto implica deterioros cognitivos para toda la vida, generados esencialmente por la desigualdad, ya que, no es un problema de falta de alimentos, sino de la inequitativa distribución y de una política pública obsesionada, casi siempre, con garantizar los privilegios para los poderosos.

En Colombia solo el 20 por ciento de los niños menores de cinco años reciben educación inicial, la cual solo se generaliza con el llamado “año cero” o año de ingreso al colegio “grande”; y, como suele pasar en países con Estados débiles, los más perjudicados son los niños de estratos 1 y 2, ya que la educación pública a la que tienen acceso es poca y de muy baja calidad. En sentido estricto los niños más pobres que alcanzan a recibirla, van a un Hogar atendido por “madres comunitarias” y no a un centro de desarrollo infantil. La cobertura a los cuatro años es tan solo del 13 por ciento. Así mismo, el 80 por ciento de la educación inicial en el país es privada. La educación que reciben los hijos de los estratos altos, en términos generales, tiende a ser de muy buena calidad: integral, con buena formación de las maestras y centrada en el desarrollo.

Lo anterior significa que en primero de primaria ya existe una acentuada inequidad en la sociedad colombiana entre los que tuvieron buena educación inicial y los que no la recibieron, a pesar de que tenían derecho. Además, como la educación pública básica es de tan baja calidad, esta inequidad se va agravando con los años y llegamos a una triste y muy paradójica conclusión: en Colombia el sistema educativo no disminuye, sino que agrava las inequidades, es decir, ¡cumple un papel esencialmente contrario al que se le asignó cuando fue creado!

La Ley General de educación de 1994 estableció que todo niño tenía derecho a tres años de educación inicial. Hoy, 25 años después, esto sigue siendo letra muerta para millones de niños. El Estado incumple lo establecido en la ley. En términos de Mandela, diríamos que tenemos un Estado que ha revelado que tiene un alma empobrecida.

En Colombia dedicamos muy pocos recursos a la educación inicial. Hasta el momento, tan solo invertimos por niño el 14 por ciento del promedio de los países de la Ocde; en la universidad, por el contrario, la situación mejora de manera importante al garantizar al menos el 60 por ciento de lo que invierten ellos por estudiante.

¿Por qué pasa esto? También es sencillo de explicar: los menores de cinco años no salen a protestar a las calles y no votan en las elecciones, por eso no se respetan sus derechos. Los jóvenes, como si lo hacen, logran revertir las políticas públicas. Como muchos otros, hoy quiero marchar por los menores de edad en Colombia, para que el lugar al que lleguen en la sociedad, no dependa de la cuna en la que nacieron.

El próximo 27 de octubre tenemos una excelente oportunidad para elegir candidatos que de tiempo atrás hayan estado comprometidos con la educación, y muy especialmente, con la inicial. Es por ello, que quiero compartir un mensaje que escribimos conjuntamente con Jesús Abad, el periodista gráfico que, con imágenes, le mostró al país hasta conmoverlo, los horrores de la guerra y, a pesar de esto, nos renueva la esperanza cada vez que lo volvemos a escuchar. Su exposición ‘El Testigo‘, es la más visitada en la historia colombiana y, para fortuna de todos, seguirá abierta al público. Vale la pena visitarla para escuchar la voz de las víctimas, casi siempre silenciadas. El mensaje conjunto, que también lo podrían firmar miles de colombianos, es el siguiente:

Sabemos que el voto es secreto. Sin embargo, no son secretas las intenciones de algunos de hacer trizas la paz, los bosques y la calidad educativa.

Por eso, los invitamos a votar este 27 de octubre por candidatos que defiendan la paz, la educación y la naturaleza.

Un abrazo,

Jesús y Julián

¿Usted lo firmaría?

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