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La educación, la gran olvidada de los comicios en Francia

Francia/24 abril 2017/Fuente: El Mundo

En el país de la Ilustración hay 2,5 millones de personas analfabetas tras ir al colegio

Así son los programas de los cuatro favoritos

«Tengo la sensación de estar en la primera línea de batalla de los problemas que hay en Francia, a fin de cuentas los niños son el reflejo de un país». El que habla es Xavier, un profesor francés, de origen español, que lleva más de 20 años trabajando en la educación pública francesa. El retrato que plantea es desolador pero hay poco espacio para la invención: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sitúa la escuela francesa como la más desigual de sus 27 miembros. Los alumnos con dificultades encuentran cada vez más problemas, según la organización, mientras que los más aventajados siguen mejorando.

«Los franceses tenían una idea del sistema educativo muy positiva, pero quedó rota a partir del 2000 con los estudios PISA que mostraron que su sistema escolar era muy mediocre», opina Peter Gumbel, periodista y profesor británico, autor de varios libros sobre el sistema educativo francés. En ‘Elite Academy: investigación sobre la Francia enferma de sus grandes escuelas’, Gumbel habla incluso de un «darwinismo social»: «Si crecemos y vamos a la escuela en una zona desfavorecida es muy difícil hacer una carrera de éxito».

La Agencia Nacional de lucha contra el analfabetismo (ANLCI, por sus siglas en francés), asegura que hay 2,5 millones de personas en Francia que no saben leer, después de haber asistido a la escuela hasta la edad obligatoria. De ellos un 10% tiene capacidades de comprensión de la lectura «débiles o inexistentes» hasta el punto que resulte un obstáculo para acceder a un trabajo, enfrentarse a cuestiones administrativas o comprender los documentos del banco.

El país presume de dedicar un 6,8% de su PIB a la Educación. En 2015 fueron precisamente 147,8 millones de euros, concentrando 42,5 en la educación primaria, 53,8 en la secundaria y 30,1 en la superior.

«Habría que hacerlo al revés, invertir en la primaria porque es ahí donde se estructura el lenguaje y se cimentan las bases, y hay que hacerlo lo antes posible», advierte Catherine Morin-Desseilly, presidenta de la comisión de educación en el Senado y miembro de la Unión de Demócratas Independientes. La senadora lamenta que los distintos gobiernos hayan entrado en un bucle de reformas partidistas que se acaban cuando el Gobierno cambia de color, y aboga por un pacto nacional para enfrentar el problema.

Las fallidas escuelas prioritarias

En los 80, el Gobierno de François Mitterrand se salió del camino trazado por la escuela pública para crear las llamadas Zonas de Educación Prioritaria (ZEP), posteriormente rebautizadas como REP. Con ellas, se pretendía dar más a medios a los colegios de poblaciones desfavorecidas para conseguir un mayor éxito. Treinta años después, estos centros se muestran en colapso.

Las clases están masificadas de alumnos que en su mayoría provienen de familias con problemas económicos y otros resultados de la miseria. Georgina tiene 23 años, acabó sus estudios a mediados de 2016 y tiene un contrato de un año en un instituto REP+, del distrito 15 de París. «Me contrataron un viernes y el lunes empecé. No tenía ningún tipo de consigna sobre cómo tratar con los alumnos o qué hacer si no se comportaban. Me he encontrado con problemas que no estoy preparada para gestionar», entre ellos, un chaval heroinómano.

El recurso a profesores con contratos temporales para cubrir los puestos en este tipo de centros sigue aumentando y son además perfiles con poca experiencia, menores de 30 años. «¿Quién querría trabajar en estas condiciones?», se pregunta Xavier. «Todos los alumnos que tienen dificultades están juntos, las dificultades se acumulan, y no hay suficiente autonomía para adaptarse a las necesidades», dice por su parte Morin-Desseilly.

Xavier, entró en esta profesión convencido de su tarea. Pasó ocho años trabajando en un colegio de enseñanza secundaria en Clichy-sous-Bois. «El problema es que tienes ciudades que acogen un 40 o hasta 60% de viviendas sociales, mientras que en el pueblo de al lado hay un 4%. Cada localidad tiene que alojar un mínimo de 25% de viviendas sociales pero hay lugares que prefieren pagar la multa antes que cumplir la ley», cuenta. Xavier trabajaba sabiendo que aquella situación acabaría por explotar, pero nunca imaginó que Clichy-sous-Bois se convertiría en el foco de esta enorme falla social, cuando uno de sus alumnos, Bouna Traoré, murió en 2005 durante una persecución policial, junto a otro estudiante del centro, Zyed Benna.

«La situación mejoraría si obligaran a los ayuntamientos a cumplir la ley, con multas mil veces superiores. ¿Cómo quieres que estos niños crezcan sintiéndose franceses si no están en contacto con el país?», reclama. Los padres que pueden permitírselo meten a sus hijos en centros privados, se mudan a barrios mejores o hacen trampas para que sean trasladados a escuelas corrientes, o como las llama este profesor «escuelas de blancos». «Es muy duro ver a chavales de 14 años aburridos de la vida, es un contexto favorable a que caigan en la violencia, la delincuencia o peor aún, la radicalización», zanja. Cada año, 100.000 alumnos abandonan la educación sin haber adquirido los conocimientos oportunos, sin perspectivas de futuro. Directos al paro.

La academia de las élites

Una caída en picado que contrasta con las famosas ‘Grandes Écoles’ del país a la que sólo entra un 5% de los alumnos de cada año. Si estás dentro, tienes con toda probabilidad la vida resuelta: el 80% de los directivos de las empresas más importantes del país salen de ellas; también como Altos Funcionarios, cuando en torno al 60% de los equipos ministeriales se conforman de estudiantes de la École Normale Superieur o ENA, los llamados ‘enarcas’.

Otros países, como Inglaterra, se han preocupado por abrir sus administraciones y la tendencia es claramente a la baja, con una proporción bastante repartida en la actualidad. Para Peter Gumbel, el problema no es sólo la uniformidad de las élites de estos centros, que ni siquiera están en los ránking de las mejores universidades del mundo en la que Francia queda casi ausente, sino unas élites que se conocen, se ayudan y se protegen entre sí para continuar en el sistema más desigual en la cuna de la Ilustración.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2017/04/23/58fbb2e7e2704e89568b45ef.html

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“El analfabetismo es el mayor enemigo de la mujer en Marruecos”

Por: Iñaki Makazaga

Fatna El Bouih, militante feminista, es pionera en la lucha por los derechos de las mujeres en el reino alauita

Los libros libraron de una vida sumisa a Fatna El Bouih (Marruecos, 1955), pero también le condenaron a la cárcel. A través de la biblioteca personal de su padre, profesor de Corán en una localidad cercana a Casablanca, descubrió desde pequeña que existían otras vidas posibles para las mujeres a las que veía en su país y comenzó a soñar con ellas. A los 18 años ya trabajaba en la clandestinidad junto a los sindicatos estudiantiles para hacerlas realidad. “No podía comprender cómo las mujeres podíamos estar tan marginadas de la vida pública y privada. Y los partidos políticos no eran la herramienta para conseguir ningún cambio, así que solo cabía trabajar al margen de ellos”. En ese momento fue condenada a cinco años de cárcel por sus vínculos con el movimiento marxista y por considerarla una amenaza para la seguridad del Estado. En esos cinco años se forjó la activista que fue después, pionera en su país en la lucha por los derechos de las mujeres, y la que es ahora como creadora del Observatorio marroquí de Prisiones y del Foro Verdad y Justicia. “El desafío actual de las mujeres pasa por terminar con el analfabetismo y contar con una mayor presencia activa en la política”.

Tras su salida de la cárcel en 1982 comenzó a trabajar como profesora de educación superior. Necesitó un tiempo hasta encajar lo vivido y ponerlo por escrito en forma de libro. “Primero necesité silencio. La experiencia fue tan dura por las condiciones de hacinamiento, las torturas y las amenazas constantes que me costó mucho adecuarme a la vida en libertad”. Con el tiempo descubrió que debía continuar la lucha como antes, al margen de los partidos e incluso de los sindicatos estudiantiles, y apostó por la creación de nuevos espacios. “Necesitábamos contar con asociaciones propias de mujeres en las que reunirnos, vernos, hablar. Y así comenzamos a crear organizaciones”.

En 1990 formó parte del grupo fundacional de los primeros Centros de Escucha para Mujeres Víctimas de la Violencia. “Una de cada dos mujeres sufría violencia y había que visibilizarlo. Solo con eso ya avanzábamos”. En la actualidad ya existen más de 50 centros repartidos por todo el país, así como centros de acogida a mujeres víctimas de malos tratos y toda una red de especialistas para el acompañamiento ante los Tribunales y comisarías. “Los tribunales siguen sin funcionar como queremos pero las asociaciones de mujeres ya estamos coordinadas para acompañar a todas las victimas y conseguir que ninguna tenga miedo a denunciar la violencia”.

En 1990 una de cada dos mujeres sufría violencia y había que visibilizarlo. Sólo con eso ya avanzábamos

En la memoria guarda la historia de una joven que acudió a los tribunales para denunciar los abusos constantes de su pareja. “Los tribunales no actuaron y la joven terminó suicidándose. La Igualdad real llegará con el cambio de mentalidad de los jueces, de los políticos, de los hombres en general. Mientras tanto, estamos las organizaciones de mujeres para que la historia de esta joven no caiga en el olvido y presionemos a todos hasta que las instituciones funcionen”. Y en esa lucha paciente se encuentra ahora.

La primavera de la igualdad marroquí

El Bouih habla de los años noventa como la primavera de la igualdad en Marruecos. “Conseguimos desacralizar el Estatuto de la Mujer, que no fuéramos vistas solo a través del Corán y comenzásemos a ser sujetos de derechos con oportunidades de ir a la escuela, formarnos… Decidimos conquistar el espacio público”. Fue tal la evolución del movimiento feminista que hasta el Rey Mohamed VI decidió incorporar en 2004 las peticiones de las asociaciones de mujeres en la comisión que redactaba un nuevo Estatuto de la Familia donde el papel del hombre igualaba al de la mujer. “Después tuvimos que luchar por que se pusieran en práctica las leyes y en esa guerra estamos todavía”.

Con la llegada de la Primavera árabe en 2011, Fatna El Bouih volvió a tomar las calles para que las voces de las mujeres fueran atendidas. A las calles, también acudieron los grupos más tradicionales, “más islamistas”. Consiguieron que la Igualdad fuera uno de los temas reclamados. “Al final, se reformó la Constitución y el Gobierno se comprometió a crear una institución que velase por la Igualdad. Todavía hoy estamos esperando a verla y la reclamaremos también el tiempo que sea necesario”.

Mayor implicación política

Las asociaciones han aprovechado todo este tiempo para documentar las desigualdades que sufren las mujeres en su día a día. “La evolución ha sido enorme: de no existir a estar liderando nuestro propio cambio”. Con orgullo repasa la evolución en el Parlamento del país, “de estar representadas por dos mujeres a contar con más de 30, y de cero mujeres en el Gobierno a una”. Eso sí, reconoce que necesitan más pasos para conseguir que la igualdad sea real. “Lo de ahora es una presencia por cuota, no por convencimiento. Seguimos marginadas, no se nos escucha lo suficiente”. Y advierte que para acompañar ese cambio vuelven a estar las asociaciones de mujeres.

«La Igualdad real llegará con el cambio de mentalidad de los jueces, de los políticos, de los hombres»

Con orgullo habla también de los pasos conseguidos para mejorar la situación de las prisiones. En los años noventa formó parte de la creación del primer Observatorio de Prisiones y del Foro Verdad y Justicia. “Las cárceles no deben funcionar como castigo, deben reinsertar en la sociedad”. Junto a la lucha por la mejora de los derechos de las mujeres, El Bouih ha recorrido las prisiones del país para escuchar a los presidiarios y denunciar sus abusos. “Hemos creado una asociación para ayudar a los expresidiarios a reinsertarse en la sociedad una vez conseguida la libertad”. En esos esfuerzos, también promociona la lectura. Tal vez, con la ilusión de alimentar más sueños como los que a ella convirtieron en activista.

“Saber leer y escribir te abre un mundo”

Ahora su principal reto pasa por fortalecer el espacio conquistado en la sociedad para las mujeres. “Hemos evolucionado mucho en mi país. Queremos tomar partido de la vida tanto en el mundo académico como en el político y ser nosotras mismas las que transmitamos nuestros mensajes”, asegura con contundencia. En ese reto la cultura es su gran aliado y el analfabetismo, su gran enemigo.

“Saber leer y escribir te abre un mundo. No sé qué hubiera sido de mí sin los libros de mi padre. Fueron esos libros los que me cambiaron y busco que sean ellos los que cambien ahora mi país, en especial a las mujeres”, asegura mientras participa en el Museo de san Telmo de San Sebastián en el ciclo Feminismos, exilios, narrativas junto a otras mujeres procedentes de países árabes.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/04/17/planeta_futuro/1492422019_632944.html

Fuente de la imagen: http://static.deia.com/images/2017/03/23/bin_23999681_con_9186639_9826_1.jpg

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UNESCO reconoce que aumentó población en edad escolar sin educación

UNESCO/11 de abril de 2017/Autora: María Victoria Fermín, mfermin@el-nacional.com/Fuente: http://www.el-nacional.com

427.914 niños y jóvenes en el país que deberían estar cursando primaria y secundaria no se encuentran en las aulas.

El aumento progresivo en los últimos seis años de la cantidad de niños y adolescentes que están en edad escolar, pero no forman parte del sistema educativo ha sido registrado por la Unidad Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura sobre Venezuela.

En 2015 la Unesco contemplaba a 264.665 niños que deberían estar cursando primaria, pero no lo estaban: 21.471 más que en el año 2014. La data también refleja que 163.249 adolescentes les correspondería estar estudiando bachillerato pero están fuera de las aulas: 28.090 más que en 2014.

“La Unesco señala altos y bajos en la búsqueda de la inclusión de todos los venezolanos en etapa de primaria, considerada la más importante de las opciones educativas para salir de la pobreza”, refiere el análisis de estos datos que hace Luis Bravo Jáuregui, director de la Línea de Investigación Memoria Educativa Venezolana.

El organismo señala que la cobertura de preescolar para 2015 era de 75,32%, mientras que en la etapa de educación preescolar el organismo señala que la cobertura es 24,68% de la población en este nivel de 3 a 5 años no está escolarizada. “La Unesco reconoce los avances en esta materia, pero también permite visualizar lo que no está del todo bien”, dice el análisis del investigador de la Universidad Central de Venezuela.

Bravo advierte que la estadística que presenta la Unesco no permite establecer las edades escolares con mayor precisión. Afirma que los agrupamientos que hace el organismo en su data no corresponden a la Constitución ni a la ley en Venezuela. Dice que probablemente esto implica que el Estado venezolano no les suministró la información detallada.

El investigador también critica en su informe que el porcentaje de inscripción bruta en el caso de primaria (nivel educativo considerado como el más importante para salir de la pobreza), bajó de 104,62% en 2007 a 100% en 2015.

Ratifica que desde 2007 en Venezuela existe “una severa contracción de la inscripción en primer grado de primaria”.

Datos que brillan por su ausencia en la plataforma de la Unesco son sobre el gasto del Estado venezolano en educación, ya que no se muestra información desde el año 2009 en adelante.

“Pocas conclusiones,  con la información que el Estado venezolano entrega a la Unesco, se pueden sacar de este indicador capital para entender lo que realmente está ocurriendo en la educación venezolana”, dice el educador en su análisis.

Más pobreza. Otro cuadro disponible en el sitio web del organismo identifica que 14,9% de la población en el país está bajo el límite inferior de ingreso digno para acceder al consumo razonable de acuerdo con los estándares internacionales.

Bravo advirtió que si bien la cifra es mucho menor a los cálculos que realizan centros especializados en el país, es la primera vez que la Unesco retrata la pobreza en Venezuela en comparación a los Informes de Seguimiento de la Educación en el Mundo entre los años 2002 y 2015, donde por el contrario ha exaltado los programas sociales del gobierno nacional para combatirla.

“Para el año 2016 reconocen 463.509 (muy) pobres en el país”, indica el reporte del educador de la UCV. “La pobreza es tal vez la principal barrera de acceso a la educación”, subraya el informe Educación Para Todos de la Unesco en 2015.

«La Unesco reconoce los avances en materia educativa, pero también permite visualizar lo que no está del todo bien”.

Luis Bravo Jáuregui

Director de Memoria Educativa Venezolana

Persistencia del analfabetismo

Luis Bravo Jáuregui, director de la Línea de Investigación Memoria Educativa Venezolana, recordó que en el año 2005 se declaró a Venezuela como un territorio libre de analfabetismo, pues el gobierno aseguró que en un período de dos años lograron hacer que 1,5 millones de personas supieran leer y escribir a través de la Misión Robinson y método “Yo sí puedo”. No obstante, la data del censo del Instituto Nacional de Estadística reflejaba que en el año 2011 había 1.418.358 personas analfabetas, cifra que los expertos indicaron “desmontó el milagro educativo”. El investigador de la UCV refiere que las estadísticas de la Unesco nunca han reflejado que el 100% de la población esté alfabetizada. La última data del organismo indica que 2,27% de la población del país entre 15 y 24 años de edad y 16,02% de las personas con 65 años de edad y más no saben leer y escribir.

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Proyecto coordinado por el MST alfabetiza más de 7 mil personas con método cubano

Por: Emilio Azevedo 

Maranhão. La región norte de Brasil–, tiene cerca de un millón de analfabetos, casi 20% de su población, según los datos más recientes del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La situación se agrava en el medio rural, donde el índice sube a aproximadamente 40%. Estos números dejan el estado apenas atrás de Piauí y Alagoas – en la región nordeste del país – en la tasa de analfabetismo en Brasil, según la Investigación Nacional por Muestra de Domicilios (PNAD) de 2013.

Debido a ello, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) coordinó un curso de alfabetización de jóvenes y adultos en el estado de Maranhão a lo largo de todo el año de 2016, desarrollado por medio de una asociación con el gobierno del estado a partir de una propuesta del propio MST, tornándose la principal referencia de la Jornada de Alfabetización desarrollada por el gobierno Flávio Dino (PCdoB).

A lo largo de ese período, más de 7 mil personas fueron alfabetizadas por medio del método cubano “Yo si puedo!”. El proyecto se propuso actuar en los 30 municipios con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más bajo de Maranhão. La asociación con el MST se dio inicialmente en ocho de estos municipios: Aldeias Altas, Agua Doce do Maranhão, Santana do Maranhão, Gobernador Newton Bello, São João do Caru, São Raimundo do Doca Bezerra, Jenipapo dos Vieira y Itaipava do Grajaú.

En términos absolutos, fueron muchas las personas alfabetizadas en ese proceso. Mas casi nada en términos porcentuales, ya que representa menos de 1% de la demanda de Maranhão. Por eso, la meta es doblar la cantidad de personas alcanzadas en el estado en 2017, ya que a finales de febrero los representantes del gobierno garantizaron esa ampliación.

“Yo nunca había estudiado, nunca había tenido la oportunidad, ahora quiero más”, afirma Manoel Vieira de Sousa, 67 años. Don Manoel, con los ojos iluminados, entre feliz y orgulloso, insistió en escribir algunas palabras para demonstrar su reciente aprendizaje. Sin embargo, hasta llegar a este momento, mucho esfuerzo tuvo que ser empeñado. “Al comienzo, la dificultad fue grande, yo no sabía nada, no conocía las letras”, explica el campesino, hablando de las primeras aulas, comentando también sobre la alegría de su esposa, al verlo leyendo. “Ella quedó muy, muy animada”, cuenta.

Esa fue apenas la segunda vez que la experiencia de «Yo si puedo» ocurrió en Brasil fuera de los asentamientos del MST. La primera fue en Ceará –región nordeste–, en la periferia de la ciudad de Fortaleza. Según Simone Silva Pereira, dirigente del MST en el estado, ese tipo de trabajo, fuera de las bases del movimiento, “es un paso en un proceso de emancipación de la clase” como un todo.

Simone explica que el programa no se resume apenas al proceso de alfabetización. “Las personas discuten sobre alimentación saludable, el problema de la violencia contra la mujer, la necesidad de que todos continúen estudiando. En el proceso fue construida toda una agenda de reivindicaciones”, destaca. Para ella, las personas involucradas “vencen la descreencia y recuperan la esperanza”.

Es lo que cuenta, por ejemplo, la educadora Alexandrina Silva Lima, del municipio de Santana do Maranhão, que en este proceso alfabetizó a su madre de 65 años, una tía, además de otras 13 personas. Alexandrina dice que el sentimiento de vergüenza es común entre las personas que no saben leer y escribir, y ese es uno de los primeros obstáculos a ser superado. “Es el miedo de volverse chacota”, explica. En su caso, ella montó la sala de aula en casa, con mesas y sillas que no estaban siendo utilizadas por una escuela. Eso facilitó el acceso de las personas de su familia. “En casa ellos estaban más a gusto”, dice la educadora.

Para la ejecución del proyecto fueron contratados 702 alfabetizadores y 71 coordinadores, que formaron 628 clases y trabajaron bajo el mando político pedagógico del MST. En el acuerdo realizado, el gobierno proveyó la estructura y la logística, mientras el movimiento garantizó el método, la movilización y la coordinación general. En cada uno de los ocho municipios había, permanentemente, dos representantes del MST, acompañando de cerca cada detalle del proceso.

Dificultades

Sin embargo, no todo caminó conforme lo planeado. Algunos obstáculos colocaron mayores desafíos en el desarrollo del programa, como la propia dificultad de llegar a los poblados. En algunos casos solo es posible llegar en moto o carro con doble tracción, lo que dificultaba inclusive el transporte de los aparatos de TV, utilizados en las aulas. Sumase a ello las lluvias, vías en mal estado, ausencia de locales adecuados para instalar salas de aula, la necesidad de los educandos de conciliar el estudio con el trabajo, los hijos pequeños de algunos, el cansancio por el oficio en la roza, la descreencia generalizada en el servicio público, la desmotivación inicial de muchos, entrabes burocráticos y, en el caso de algunos indígenas, hasta la comunicación entre educadores y educandos por causa del idioma.

El relato de algunas educadoras apunta que algunos tenían dificultad hasta para sostener el lápiz. Además de la dificultad de leer y escribir, muchos tienen problemas de vista. La planificación preveía comenzar las aulas solamente después de la llegada de los lentes. Hubo atraso en la entrega, por parte del poder público. En algunos casos, la espera duró cuatro meses, y algunas aulas tuvieron que comenzar sin los lentes, con los alumnos reclamando de dolor en los ojos al forzar la vista durante los estudios.

Todavía, el saldo positivo superó las dificultades enfrentadas de las más diversas formas. En Itaipava do Grajaú, por ejemplo, el albañil Emanoel Alves dos Santos, de 37 años, cuenta que su alfabetización sirvió de gran estímulo para sus dos hijos que están cursando el enseñanza media y fundamental.

La intención central del programa, sin embargo, es que esta política de educación, sumada a las políticas de salud y generación de trabajo de más calidad de vida a la población local. “Si el agricultor está alfabetizado, él aprenderá mejor a usar las tecnologías y tendrá mejores condiciones para aumentar su productividad y mejorar su renta”, explica el secretario de estado de agricultura familiar, Adelmo Soares.

Metodología

En general, son necesarios apenas cuatro meses para que la persona aprenda a leer y escribir por el método de alfabetización “Yo si puedo!”. En un primer momento, los educandos tienen la ayuda de vídeo aulas por medio de una tele dramaturgia (telenovela).

Después de los cuatro meses el proyecto avanza hacia los llamados “Círculos de Cultura”, una metodología de educación popular basada en las propuestas del educador Paulo Freire. En esa fase, hay cuatro temas básicos que orientan el aprendizaje: cultura, trabajo, participación política e historia.

Las salas de aula son instaladas donde es factible. Además de escuelas públicas, clubes, asociaciones, sindicatos, terreiros de cultos afros, salones de iglesias cristianas, espacios comunitarios de aldeas indígenas, casas de educandos y de educadores y hasta bares se vuelven salas de aula. En Santana do Maranhão, por ejemplo, la educadora Maria del Socorro Costa Saraiva, entre idas y venidas, recogía a algunos de sus educandos en moto y los llevaba hasta el local donde hacían el proceso de formación.

Para Lizandra Guedes, militante del MST y una de las coordinadoras de la jornada, ha ocurrido una verdadera minga con este proceso. “Esa ha sido la realidad en todos los municipios donde acontece el programa. La Jornada de Alfabetización se volvió una jornada de solidaridad por el acto de leer y de escribir. Muchos sujetos se han sumado”, apunta.

En el municipio Jenipapo dos Vieiras, por ejemplo, que tiene el 6º peor IDH del estado, la jornada alcanzó 30% de la población analfabeta. Allá fueron formadas 72 clases, 24 de ellas en aldeas indígenas. En algunas, parte de los habitantes ni siquiera sabían hablar portugués. De esa forma, el “Yo si puedo” fue un curso para aprender a hablar, leer y escribir en un nuevo idioma. Tereza Paiva, asistente social y militante del MST, explica que el papel de los educadores en este caso era “dar acceso al saber sin alterar la cultura”.

Era común en las aldeas indígenas de Jenipapo dos Vieiras la búsqueda de los caciques por las clases, ya que varios de esos lugares no tienen enseñanza regular. Según Tereza, en un curso de 15 alumnos matriculados, más de 20 personas asistían a las clases, entre adultos y niños indígenas. En la Aldea Kriuli, el pequeño Hamilton Guajajara, de 10 años, que nunca había ido a la escuela y que comenzó a frecuentar las aulas apenas para acompañar a su padre, en cuatro meses ya pasó a escribir su nombre y el de los colegas.

Entre una historia y otra, Tereza Paiva evalúa que “en el método convencional el individuo aprende a leer y escribir en un período medio de un año de actividad escolar. Con el método utilizado en Maranhão en cinco meses se alcanza ese nivel, estudiando apenas dos horas por día.”

De los 9.492 educandos matriculados en el «Yo si puedo!», aproximadamente 75% fueron efectivamente alfabetizados, lo que totalizó los más de 7 mil jóvenes, adultos y ancianos que tuvieron la oportunidad de enfrentar el desafío de vencer el analfabetismo.

Un ejemplo de ese éxito es contado por Tereza, cuando en un poblado de Lagoa do Coco, en Jenipapo dos Vieras, una profesora lloró al ver un padre, recién-alfabetizado, muy emocionado, consiguiendo escribir la primera carta para su hijo, que vive fuera de Maranhão.

En el mismo municipio, uno de los 72 cursos pidió toga para la graduación del programa. Aunque no había presupuesto para eso, la fiesta igual tuvo lugar. Con los pocos recursos levantados por la clase, los alumnos improvisaron los birretes a partir de goma EVA (fomix) e hicieron las togas con textil no tejido (TNT). Después de la graduación, los educandos, ya sabiendo leer y escribir, volvieron realidad el deseo de lanzar los birretes hacia arriba, siguiendo una tradición de escuelas y universidades del mundo.

Próximos pasos

Los próximos dos meses serán de movilización y preparación de educadores y coordinadores para una nueva etapa del programa. El secretario estadual de Educación, Felipe Camarão, afirmó que el proceso para la próxima etapa del programa ya está bien avanzado.

Según él, algunos de los municipios que participaron en la primera etapa también pueden tener como meta la superación real del analfabetismo. Uno de ellos, según el secretario, es Aldeas Altas – que en la primera jornada redujo en 35% el número de analfabetos.

Traducción: Pilar Troya

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224825&titular=proyecto-coordinado-por-el-mst-alfabetiza-m%E1s-de-7-mil-personas-con-m%E9todo-cubano-

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Nicaragua celebra logros de Cruzada Nacional de alfabetización

Centro América/Nicaragua/02 Abril 2017/Fuente: hispantv/Autor: Moisés Mercado

Nicaragua celebra los logros alcanzados en la reducción de los índices de analfabetismo en esa nación.

El Gobierno de Daniel Ortega se enfocó en ofrecer una educación gratuita para todos los ciudadanos de ese país.

37 años han pasado desde 1980 cuando miles de nicaragüenses viajaron a las montañas de los departamentos del país con el único propósito de reducir la tasa de analfabetismo.

Este año, el país celebra los resultados obtenidos con la Cruzada Nacional de Alfabetización.

La Cruzada Nacional de Alfabetización fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) con la distinción Memorias de la Humanidad en 2007. Los representantes de la Asociación de Educación Popular destacan que en el país actualmente se promueve una educación inclusiva.

La alfabetización no solo se centró en enseñar a leer y escribir en español, sino también que en las comunidades indígenas se procuró que los pobladores aprendieran el idioma en sus lenguas nativas como el inglés criollo, miskito y sumo.

Actualmente, el Ministerio de Educación impulsa jornadas de alfabetización donde los maestros son los estudiantes de los colegios públicos.

Nicaragua implementa un sistema de educación gratuito desde 2007 cuando el presidente Daniel Ortega retornó al poder. Esa medida se efectuó con la finalidad de  eliminar el analfabetismo en el país.

Fuente de la noticia: http://www.hispantv.com/noticias/nicaragua/337425/cruzada-nacional-alfabetizacion-daniel-ortega-unesco

Fuente de la imagen:

http://3.bp.blogspot.com/_cWbj3cGlhiI/TH6EyonE70I/AAAAAAAAAN8/M2aFsfOMhw0/s1600/por+una+Nicaragua+libre+de+Analfabetismo.jpg

 

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Analfabetismo moderno

Por: Ignacio Mantilla

En sentido estricto, el analfabetismo se refiere a personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir.

Se estima que en el mundo hay 787 millones de habitantes que son analfabetas. En América Latina la tasa de analfabetismo asciende a 9%, con países en situación crítica como Haiti, Guatemala o Nicaragua. En el caso de Colombia, no deja de sorprender y preocupar que la tasa de analfabetismo para 2015 sea del 5.7%, de acuerdo con reportes del DANE.

Ahora bien, más importante que buscar culpables del analfabetismo es encontrar soluciones para que Colombia pueda ser una nación moderna en un período de tiempo razonable, tras un acuerdo de paz que nos permita superar problemas históricos y afrontar el grave rezago. No basta con que nuestra economía sea influyente, con que personalidades nacionales figuren como los más ricos o que algunos se destaquen en el arte, la ciencia o el deporte, porque no se trata de impulsar unos pocos para que salgan adelante. Se trata de romper con la desigualdad y ofrecer a las próximas generaciones un país más equitativo, libre de analfabetismo y con una educación de calidad que no sea exclusiva para élites.

Sin embargo, sumado al problema de este analfabetismo, que podemos llamar absoluto, surgen hoy nuevas formas de analfabetismo, como el funcional: entendido como la incapacidad de las personas de comprender textos escritos y de formular ideas a través de la escritura, con graves consecuencias que limitan seriamente la interacción social y la comunicación de los individuos que lo padecen.

A diferencia del analfabeta en estricto sentido, el funcional se encuentra en cualquier estrato social, algunos de ellos han llegado a ser profesionales, pero sus capacidades de comunicación y recepción de ideas o su nivel de comprensión de instrucciones están dramáticamente limitadas, lo que les excluye, adicionalmente, de los beneficios fundamentales del conocimiento, la creación y la innovación.

Las pruebas Pisa arrojan como resultado que Colombia está en los peores lugares en cuanto a las competencias en matemáticas, lectura y escritura. Pero, además, es preocupante saber, por estas pruebas, que 6 de cada 10 estudiantes evaluados no entienden bien lo que leen; estaríamos frente a una cifra altísima de potenciales analfabetas funcionales.

Paradójicamente, se estima que en la actualidad, en cada minuto se envían cerca de 170 millones de correos electrónicos y se llevan a cabo unas 700.000 búsquedas en Google. A través del Banco Mundial se ha conocido esta semana una cifra sorprendente: el 90% de los datos existentes hoy en el mundo fueron producidos en tan solo los últimos dos años. El volumen de información y la velocidad con que se difunde nos obliga entonces a desarrollar cada día nuevas habilidades.

A pesar de estos indicadores, en la actualidad también se reconoce lo que se ha dado en llamar “analfabetismo tecnológico”, que bien mezclado con el anterior conduce a una parálisis intelectual. En un mundo tan globalizado como el actual, que promueve las comunicaciones y la gestión de la información por múltiples y diversos canales, con una gran cantidad de individuos de amplia movilidad internacional, es indispensable desarrollar algunas habilidades relacionadas con la comunicación de ideas y la comprensión de las mismas, a través de distintos lenguajes, soportes, plataformas y tecnologías. En este sentido, la limitación o incapacidad de las personas para comunicarse, a pesar de saber leer y escribir, impide su buen desarrollo personal.

En la mayoría de casos el analfabetismo tecnológico obedece a una brecha generacional o, inclusive, al temor a asumir nuevos retos o resistencia a usar herramientas que los más jóvenes nos pueden enseñar a utilizar. Con estos casos, probablemente nos podemos referir a personas de una erudición ejemplar, ilustradas, como cientos de profesores universitarios, que son ampliamente respetados por su conocimiento, pero que no son capaces de comunicarse con esta sociedad llena de personas “hipertecnológicas” que asumen la construcción del conocimiento desde otro espacio influenciado por internet, las redes sociales y el auto aprendizaje.

De otra parte, hay quienes afirman que el monolingüismo es el analfabetismo del siglo XXI. Creo que aunque ésta se constituye, en muchas ocasiones, en una barrera de comunicación o en una limitante para obtener un trabajo o para desempeñarse exitosamente en una profesión, no es estrictamente una forma de analfabetismo.

Más bien y complementario con lo anterior, no puede aceptarse la creencia según la cual, dejarían de ser analfabetas funcionales quienes hablan una segunda lengua y se desenvuelven de maravilla con las herramientas tecnológicas. Por el contrario, aunque muchas de esta personas escriben a gran velocidad en teclados y pantallas, es lamentable la incapacidad de algunas para escribir a mano, para leer y entender más de una línea en forma continua o para calcular un porcentaje. Basta hablar con los profesores universitarios que deben calificar pruebas escritas y están sometidos con frecuencia a la tortura de tener que interpretar algunos textos de puño y letra de sus estudiantes.

Como puede observarse, aún siendo muy eruditos, siempre estaremos en riesgo de convertirnos en modernos analfabetas, de ser o de volver a ser analfabetas tecnológicos. Lo importante es nunca dejarse “desalfabetizar” o “analfabetizar”, manteniendo una actitud de asombro e interés por comprender los cambios; pues en el caso del analfabetismo no vale la esperanzadora máxima de que: “la ignorancia, una vez se pierde, ya nunca vuelve”.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/opinion/analfabetismo-moderno-columna-632212

Imagen: https://conceptosydefiniciones.wordpress.com/2011/05/15/definicion-de-analfabetismo/

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CTERA: Las pruebas PISA por el piso

Por: CTERA/Argentina 

Si bien las pruebas PISA están lejos de ser un formato de evaluación que refleje la complejidad de la educación de un país resultó ondignante el juego del gobierno argentino con la OCDE para retirar los resultados obtenidos por Argentina de las pruebas correspondientes al 2015. Con esto se buscó deslegitimar el trabajo realizado por los gobiernos democrático populares reflejado en el avance en el puntaje. La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), afilada a la Internacional de la Educación, realizó una denuncia al respecto que les compartimos a continuación.

Desde CTERA históricamente hemos cuestionado los sistemas internacionales de pruebas estandarizadas y, especialmente, las pruebas PISA, que son coordinadas por una organización internacional económica que nuclea a los países más ricos del mundo y que, como fin último, pretende imponer un sistema capitalista global que hace permear las lógicas y las reglas económicas dominantes hacia los sistemas de educación, salud y seguridad social, entre otros.

Acerca de este tema, observamos que el día 6 de diciembre de 2016, las tapas de los principales diarios del país que responden al poder hegemónico dan cuenta de un hecho que pone en tela de juicio la supuesta infalibilidad y objetividad de las prueba PISA. Evidentemente, se trata de una reprochable y nefasta operación tejida entre el Gobierno de Mauricio Macri y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a los efectos de deslegitimar la mejora en los resultados obtenidos por la Argentina.

A la hora de presentar dichos resultados -y no antes-, la OCDE argumenta que, producto de la reestructuración del nivel secundario en la Argentina, hubo una disminución significativa en la proporción de jóvenes de 15 años que formaron parte de la prueba, y que, por tanto, los resultados pueden no ser “comparables”. Por ello, los excluye del «ranking».

Evidentemente, se trata de una decisión tomada luego de muchas idas y venidas de los funcionarios del gobierno que evidentemente ya sabían con antelación que los resultados habían mejorado -a pesar de que los datos son “confidenciales” hasta el día de la publicación-.

No podemos dejar de preguntarnos si este tipo de “contactos reservados” que se establecen entre la OCDE y las autoridades de los ministerios de educación, también se dan entre la misma OCDE y los “gobiernos amigables” con políticas neoliberales para que, en estos países, “se llegue a buenos resultados”. Como es el caso tan referenciado de México, que es presentado por el poder hegemónico como un país del Continente con muy buenos resultados en PISA, pero que, sin embargo, mantiene los mayores índices de analfabetismo.

También nos preguntamos ¿por qué desde la OCDE igualmente recibieron la muestra, la analizaron, interpretaron, puntuaron y tabularon? ¿recién el día de la publicación de los “resultados” se dieron cuenta de que no era válida la muestra? ¿Qué “laboratorio” -de cualquier rubro que sea- decide analizar una muestra si sabe de antemano que el procedimiento de recolección ha estado viciado, es “defectuoso” o tiene errores? ¿O será que: una vez vistos los resultados, se tuvieron que tejer argumentos ad hoc para no tener que reconocer que, en países como la Argentina, donde se venían aplicando políticas populares de inclusión e igualdad e incrementando considerablemente el presupuesto educativo, igualmente se podían mejorar no solo la calidad educativa, sino también los resultados en pruebas de este tipo?

Tal como lo expresaba Adriana Puiggrós en su nota del diario Página 12, precisamente aquello que la OCDE considera “errores” no son otra cosa que las particularidades y cambios de los sistemas educativos de cualquier país. Específicamente en Argentina, los sistemas escolares han estado en procesos de cambio a partir de la implementación de la Ley de Educación Nacional, en la cual se redefine el nivel de educación secundaria, luego de un período en el que la misma había estado fragmentada en dos instituciones separadas, según las diferentes provincias. Hecho por el cual se redujo la cantidad de escuelas a ser tenidas en cuenta para la muestra. Evidentemente, la rigidez de los instrumentos que utiliza la OCDE no permite adecuación alguna frente a los cambios que se producen en el objeto que “miden”.

Esta vez, los instrumentos aplicados en la Argentina chocaron contra la realidad: los sistemas educativos cambian y no pueden ser medidos siempre de un único modo, sino que se requiere tener en cuenta los procesos históricos y los contextos. “Evaluar como se debe la educación no admite la ´instantánea´ sino que requiere el análisis de una película”.

ARGENTINA 2006 2009 2012 2015
Ciencias 391 401 406 432
Matemática 381 388 388 409
Lengua 374 398 396 425

                                                                                      Fuente: OCDE, PISA.

Así dan los números de PISA que reflejan que la Argentina mejoró en los resultados de las pruebas. Pero desde CTERA seguimos sosteniendo que estos datos no dan cuenta de la realidad educativa en toda su complejidad, porque son limitados, reduccionistas, descontextualizados, jerárquicos, homogeneizantes y prescriptivos; en definitiva, colonizantes.

Hoy es necesario intervenir para la construcción de un proyecto político-pedagógico democrático, con inclusión, igualdad y respeto por la diversidad, y recién en ese marco definir un verdadero sistema de evaluación educativa que no quede reducido a lo que este gobierno hoy quiere imponer como un simple dispositivo de pruebas estandarizadas.

Fuente: http://www.ei-ie-al.org/index.php/1403-ctera-las-pruebas-pisa-por-el-piso

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