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Tsotsiles en Puebla: infancias indígenas migrantes y trabajadoras

Tsotsiles en Puebla: infancias indígenas migrantes y trabajadoras

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Miguel Ángel Rodríguez

El 26 de febrero pasado, hace casi un mes, Juan Villoro escribió un artículo memorable sobre la migración europea, pues dio cuenta de nuestra condición de seres ficticios bajo el signo de la pandemia. El modo virtual de nuestras relaciones, de las que “carecemos de suficiente evidencia pública para demostrar que somos reales”, nos sitúa en una pausa ontológica en la que dejamos temporalmente de ser.

El pensador mexicano juega con la ontología y nos descubre, a propósito de la negación del ser, una palabra que revela el angustiante estado de excepción que abandona y reduce a muchos migrantes varados temporalmente en Alemania, por causa de la pandemia (no hay vuelos) y por algunos problemas burocráticos con sus pasaportes (las oficinas están cerradas), digo, los coloca en una situación que no es legal ni ilegal, por lo que el Estado alemán les otorga un documento que pasará a la historia de la migración mundial como el primer reconocimiento oficial a seres de ficción.

Con un extravagante e impronunciable vocablo Fiktionsbescheinigung, que literalmente significa Certificado de ficción, los burócratas germanos despacharon la cuestión. Un papel del gobierno que  “acredita la condición ficiticia de quien lo porta”. Es la expresión más cristalina de las degradantes maneras en que funciona el estado de excepción en el primer mundo, incluyen legalmente a los migrantes para desincluirlos, para recordarles su otredad.

Me pregunto aquí, siguiendo a Juan Villoro, por el eufemismo castellano que nombre la circunstancia ominosa que viven las infancias indígenas migrantes y trabajadoras de nuestro país, y, en particular, por las familias migrantes tsotsiles que, desde hace más de tres lustros, viajan como sombras, en un trajín sin descanso, en un vaivén constante, de Mitontic, Chiapas, a la Ciudad de Puebla.

San Miguel Mitontic es un pueblo prehispánico fundado por los tsotsiles, una comunidad indígena de origen maya en la que el 98.7 por ciento de la población habla la lengua originaria. En la actualidad es un municipio de la Región V de los Altos de Chiapas, misma que está conformada por 18 ayuntamientos: San Cristóbal de las Casas, Mitontic, Teopisca, Altamirano, Chalchihuitán, Chanal, Chamula, Pantelhó, Chenalhó Oxchuc, Las Rosas, Tenejapa, Amatenango, Zinacantán, Aldama, Huxtán, Larráinzar y Santiago. Mitontic es una ciudad con una población de 13 mil 755 habitantes según el último censo de población y vivienda (2020) y suele aparecer entre los diez municipios más pobres del país.

La mayoría de los seres de maíz que migran cíclicamente a las ciudades de México, Yucatán, Oaxaca, Qunitana Roo, Veracruz, Tabasco, Campeche y Puebla no tienen  siquiera un certificado de ficción, un Fiktionsbescheinigung que los acredite como sujetos de derecho en proceso de probar su existencia real, porque existen sin ser valorizados jurídicamente. Vamos, ni siquiera están registrados en alguna dependecia local de Chiapas, y, desde luego, menos aún existe constancia legal de su presencia en la Angelópolis.

Los migrantes viven en un eterno estado de excepción que, con frecuencia, los enfrenta a graves sufrimientos familiares, porque las autoridades del sistema DIF (Desarrollo Integral de la Familia) de los estados y ciudades a las que migran suelen hacer generalizaciones descriptivas y normativas que estereotipan, estigmatizan y criminalizan las estrategias de supervivencia de las familias tsotsiles.

Sin comprender, sin escuchar siquiera los múltiples sentidos que el trabajo infantil migrante adquiere como constructo comunitario sociohistórico entre los pueblos indígenas, porque, como en el caso de Puebla, no cuentan con un traductor tsotsil autorizado que interprete los sentimientos y deseos de los niños y las niñas, con ese juicio universalista y paternal que infantiliza a las poblaciones indígenas y afrodescendientes, las familias tsotsiles son cruelmente separadas hasta por más de medio año. Y ahora pende como espada de Damocles sobre sus vidas un proyecto de ley para erradicar el trabajo infantil en el estado de Puebla, una normatividad de buenas intenciones que, sin embargo, debe dialogar con las otras formas de existencia para conocer el sentido de su verdad, escuchar las voces y significados de los propios niños y niñas tsotsiles y, por supuesto, los argumentos y narrativas de sus padres.

Las acusaciones siempre son las mismas, que no son sino ordinarios lugares comunes: explotación del trabajo infantil y violencia familiar. Vamos a ver, entiendo que se han registrado, lamentablemente, algunos casos que pueden calificar para los delitos arriba señalados, lo que quiero enfatizar es que a partir de esos acontecimientos, más bien extraños entre la población tsotsil que migra a la ciudad de Puebla, el acendrado racismo poblano los ha generalizado y, en consecuencia, los ha validado como “estereotipos contingentes y despectivos” contra ellos. Un lugar común que, entre otras cosas, despoja a los niños y a las niñas de su propia iniciativa, porque los convierte en seres sin voluntad y sin voz y, por si fuera poco, condena a los padres y las madres tsotsiles, que ya cargan en sus vidas con todos los acoplamientos imaginables de desventajas sociales que, a mi parecer, ninguna interseccionalidad ha sido capaz de pensar siquiera, a representar todavía, para acabarla de chingar, el trágico papel de crueles verdugos de su propia progenie.

Como la imagen siniestra y torva de los mexicanos que Donald Trump dibujó al principio de su gobierno para justificar la necesidad del famoso muro fronterizo, un estereotipo que es común escuchar y leer entre los conservadores supremacistas de los Estados Unidos, el mismo molde grotesco que se usó contra los afrodescendientes para criminalizarlos, para negarles los derechos humanos más elementales, una deshumanización tan brutal que encendió, hasta la rabia, la indignación del movimiento de liberación afrodescendiente. Una digna rabia que Martin Luther King inmortalizó el 28 de agosto de 1963 con la maravillosa pieza retórica pronunciada bajo la sombra simbólica de George Washington: “I have a dream”.

Y así podemos hablar pestes de los judíos, los musulmanes, los chinos, los gallegos, los indígenas y afrodescendientes, sin saber, sin comprender un ápice la construcción del sentido y esencia de su verdad, vamos por ahí repitiendo lugares comunes, generalizaciones descriptivas que devienen estereotipos humillantes contra los diferentes, son clichés derivados de la proverbial soberbia occidental y de la pretensión logocéntrica, estandarizada, meritocrática y universalista del proyecto ilustrado y capitalista de desarrollo.

Los alemanes estrenan la palabra Fiktionsbescheinigung para acreditar el ser de ficción de los migrantes varados en Alemania, hasta nuevo aviso existen en un estado de excepción ontológica, se trata a todas luces de un proceso provisional que se resolverá pasada la pandemia. No hace falta decirlo, los indígenas chiapanecos de Mitontic viven en un estado de excepción permanente, no tienen derecho a la salud, ni a la educación, ni a un trabajo digno y bien remunerado, baste decir que el censo de población y vivienda del 2020 registra un elocuente 0.1 por ciento entre la población de 12 años y más no económicamente activa que está pensionada o jubilada. En otras palabras, llegan a la vejez sin tener garantizado los derechos sociales fundamentales, pues nunca fueron registrados formalmente como sujetos de derecho por sus empleadores.

Otros datos que vale la pena consignar son que apenas el 25 por ciento de las viviendas de Mitontic cuentan con agua entubada y, de ellas, menos del 2 por ciento tiene cisterna. No es momento de detenerse a pensar, por la escasez del agua, en el carácter sacro que la Coca-Cola adquirió desde hace años en las tierras tsotstiles, en las que el tóxico líquido aparece como vino de consagrar en todas las ceremonias civiles y religiosas de relevancia social.

Por otra parte, apenas el 6.6 por ciento de ellos tiene servicio de telefonía celular y una tercera parte cuenta con el servicio del seguro popular (censo de población y vivienda 2020). Hablamos de un espacio que suele figurar entre los diez municipios más pobres del país.

Como si fuera posible imaginar más desgracias, la situación económica de la comunidad ha sufrido un deterioro considerable durante los últimos cinco años, especialmente si la evaluamos a la luz de las variaciones en el porcentaje de la población de 12 a 14 años y de 15 a 24 años que asiste y abandona la escuela.

Veamos, mientras durante el 2015 el 72.6 por ciento de estudiantes de ese rango de edad asistía a la escuela, tenemos que para el censo del 2020 ese porcentaje se redujo a un 54.6 por ciento. Un incremento del abandono escolar de 18 puntos porcentuales en cinco ciclos escolares que no puede ocurrir como si nada estuviese pasando, pues si lo comparamos con el promedio nacional de asistencia a la escuela en esa edad de 12 a 14, que asciende a un 90.5 por ciento (2020), hablamos de un incremento radical de la brecha de la desigualdad educativa entre los estudiantes tsotsiles y el resto de los estudiantes mexicanos, son 36 puntos porcentuales de desventaja educativa.

¿Dónde están los miles de niños, niñas y adolescentes tsotsiles que ya no están en las aulas?

Sin embargo, aunque usted no lo crea, no es el escenario peor para la vida de los estudiantes de Mitontic, Chiapas, ni para las altas aspiraciones, siempre nobles y lúcidas, del sistema educativo mexicano, pues, cuando los estudiantes tsotsiles alcanzan los 15 años de edad, el porcentaje de ausencia es una dolorosa tragedia humana y el abandono escolar reduce la matricula de manera crucial. Así encontramos que para el año 2015 solo el 15.2 por ciento de la población entre 15 y 24 años asiste a la escuela, una tendencia a la baja en la asistencia escolar que alcanzó a gatas el 13 por ciento en el 2020. Esto es, 30 puntos porcentuales de desventaja con respecto a la asistencia escolar promedio de los alumnos del país que alcanzó un 45.3 por ciento según el censo del 2020.

De esa manera, durante el 2015, al transitar de la secundaria (72.6) a la preparatoria (15.2)  se observa una reducción brutal del 54.7 por ciento de los estudiantes inscritos en el ciclo educativo anterior. Y lo mismo pasa para el 2020, pues del 54.6 por ciento de la población que asiste a la escuela entre 12 y 14 años desciende drásticamente al 13 por ciento de quienes asisten a la escuela entre los 15 y los 24 años de edad. Se observa aquí, igualmente, un abandono escolar de 41. 6 por ciento. Esa es la dimensión de la deuda que el sistema educativo nacional mantiene con las comunidades indígenas tsotsiles.

¿Dónde están los miles de jóvenes tsotsiles que ya no están en las escuelas?

Como les decía, después de un recorrido de más de 700 kilómetros en un viejo autobús pirata, sin seguro de vida y buena parte del camino viajando de pie, con las criaturas a las espaldas, arriban las endeudadas y fantasmales familias tsotsiles a La Loma, una colonia de alta marginación situada a un lado del Mercado Hidalgo, en la Ciudad de Puebla.  Migran desde hace más de tres lustros, son hombres y mujeres jóvenes, en edad laboral, vienen en busca de mejores horizontes de futuro inmediato. Los primeros migrantes tsotsiles encontraron ahí las mejores condiciones para morar sin sufrir severamente la discriminación, quizá porque mucha de la gente que habita en el vecindario también proviene de otras diferentes culturas indígenas de Puebla, Oaxaca, Chiapas y Guatemala.

El Atlas de los pueblos indígenas de México del 2015 registra la presencia de 554 tsotsiles en el estado de Puebla, la inmensa mayoría en la ciudad capital. Vale la pena tener siempre presente que la mediana de edad de los habitantes de Mitontic, Chiapas, es de 16 años –según el censo de población y vivienda 2020– por lo que hablamos de familias muy jóvenes con hijos e hijas en edad escolar que usualmente migran con ellos, por lo que es muy complejo pensar, como veremos, en una educación formal a la manera tradicional.

Cuando uno pasea por las calles de La Loma es posible encontrar una gran variedad de pequeñas tiendas de abarrotes y una oferta muy plural de alimentos regionales, son negocios atendidos, en su mayoría, por migrantes indígenas del interior del estado que encontraron ahí, cerca del mercado, un buen lugar para construir su casa. Se trata de un fenómeno sociodemográfico creciente que no ha recibido, lamentablemente, la atención estatal que un enfoque de derechos sociales fundamentales y un sentido estricto de justicia social demandan con urgencia.

En ese contexto sombrío emerge un proyecto salvífico que, contra viento y marea, pretende construir un proyecto cooperativo y educativo, un espacio termotópico, una esfera para el cuidado del ser de los niños, niñas y jóvenes tsotsiles migrantes, en donde la pluralidad epistemológica y ontológica de los tsotsiles adquiera carta de naturalización: Yo´on Ixim ( corazón de maíz A.C.).

Samantha, la fundadora de la organización civil, nos platicó a Sandra Aguilera Arriaga y a mí, que fue en el 2014 cuando vio por primera vez a un grupo de indígenas, adultos, niñas y niños, con una indumentaria hermosa, pues eran blusas preciosamente bordadas sobre tela de color morado que usaban las niñas y las mujeres que vendían chicles en las esquinas y grandes cruceros de la ciudad: “¿qué hacen ahí?, ¿cómo es su vida?, ¿cómo es que llegaron a estar así…?” -se interrogaba.

El proyecto cooperativo es el paraguas que cubre y protege al proyecto educativo. Consiste fundamentalmente en la posibilidad de crear un espacio productivo consolidado por mujeres tsotsiles que “participan en un proceso de auto-definición y producción cultural” (Ferreiro, 2016, p.53). Las prendas bordadas se venden en un mercado justo para los saberes y habilidades textiles que, por tradición, practican las indígenas tsotsiles, son tejedoras maravillosas de una selva cósmica. Ahora las mujeres también bordan capas, vestidos, blusas, cachuchas, fundas para celulares, etc., y producen mermeladas de frutas para vender en el Sagrado Mercadito, un dominical centro alternativo de comercio ubicado en San Andrés Cholula. Con ese ingreso pueden dedicarse también a estudiar y, sobre todo, sus hijos conocen y aprenden en la escuelita.

Las artesanas del Corazón de Maíz proponen y crean nuevos diseños textiles que bordan con sus saberes tradicionales, se sienten revaloradas porque pueden alcanzar, con la apropiación del proceso de trabajo, que está vinculado a la recreación de su cultura y cosmovisión, cierta autonomía que les permite, en principio, tomar la decisión de abandonar las calles para vivir, provisoriamente, como son sus propias existencias, la experiencia de la escuela.

En la denominada “escuelita” los profesores comprenden y aprovechan muy bien las ventajas de que los estudiantes tsotsiles hayan sido vendedores en la calle, porque el proyecto educativo reconoce y valora las experiencias y los aprendizajes que los niños, niñas y jóvenes adquieren en el trato diario, en los estados de ánimo que es necesario adivinar en los transeúntes para no despertar la ira del racismo, discriminación clasista y patriarcal. Y no se diga en las habilidades matemáticas, un área en la que, según la opinión de los profesores, suelen desarrollar capacidades y habilidades singulares.

De la misma manera, mientras en otros estudios nacionales e internacionales similares, con los que pretendemos hacer un análisis comparativo, los juicios de algunos profesores insisten en que la lengua originaria es un obstáculo para el mejor aprovechamiento escolar, en la escuelita Yo´on Ixim encontramos que la mayoría de los docentes valoran alto la lengua tsotsil y se encuentran inmersos en su aprendizaje, el cual, podría decirse, es la lengua que prevalece en las actividades escolares. Van más allá, pues una de las profesoras explora con paciencia el intrincado mundo de los sentimientos y las emociones de los y las migrantes tsotsiles, un trabajo de investigación hermenéutica que nació como un problema del aula, de la docencia con niños y niñas tsotsiles.

Podría continuar hablando de la educación prometeica, termotópica y hospitalaria del Corazón de Maíz, pero sería adelantarme un poco al diálogo comunitario que deseamos proponer en el conversatorio de mañana 26 de marzo del 2021 a partir de las nueve de la mañana, es un encuentro para pensar, junto a ellos, con la presencia de los protagonistas, en un mundo donde las infancias indígenas migrantes y trabajadoras, como los tsotsiles de Puebla, puedan alcanzar, lejos de tanta miseria, el ser que son y que les hemos negado secularmente.

Fuente: https://www.educacionfutura.org/tsotsiles-en-puebla-infancias-indigenas-migrantes-y-trabajadoras/

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Descubren cómo se produce el aprendizaje subconsciente

Se han identificado por primera vez los mecanismos cerebrales que permiten el aprendizaje por estímulos subconscientes. El hallazgo podría desembocar en nuevas estrategias terapéuticas para patologías mentales.

Un nuevo estudio internacional ha identificado por primera vez los procesos que tienen lugar en el cerebro de los animales cuando aprenden de estímulos visuales subconscientes. Los nuevos datos sobre cómo se produce exactamente este aprendizaje perceptivo inconsciente podrían conducir a tratamientos más eficientes para diferentes afecciones mentales.

La psicología, el psicoanálisis y otras ramas de las ciencias del comportamiento definen básicamente al subconsciente como todo aquello que se ubica «por debajo del umbral de la consciencia». En consecuencia, allí estaría la información en principio inaccesible durante la vida cotidiana, automática o consciente: la misma se manifestaría mediante el sueño, los lapsus, las metáforas y todas las expresiones que evaden la lógica consciente y, en cierto modo, el sentido común.

Sin embargo, el acceso a este nivel de la actividad cerebral también puede ser utilizado para concretar aprendizajes significativos, cuyo impacto puede ser incluso más duradero y eficiente que aquellos conseguidos mediante tareas conscientes. Por ejemplo, el denominado aprendizaje implícito se produce de forma inconsciente y sin esfuerzo: aprendemos sin pensar en dicha acción en concreto, por ejemplo mediante simples repeticiones.

Estímulos visuales subconscientes

Ahora, una nueva investigación conducida por especialistas de la Universidad KU Leuven de Bélgica y de la que también participaron investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Harvard, ha logrado comenzar a desentrañar los misterios inherentes al aprendizaje subconsciente, determinando los procesos que tienen lugar en el mismo mediante un estudio realizado en monos Rhesus. Según un comunicado, trabajaron sobre estímulos visuales que no son perceptibles conscientemente, y que sin embargo luego pueden ser recordados.

En la investigación, publicada en la revista Neuron, los expertos activaron parte del sistema de recompensa en la base del tallo cerebral de los monos, concretamente en el área tegmental ventral, liberando dopamina. Esta hormona no solamente es crucial para el placer y la felicidad: también cumple un papel vital en los procesos cognitivos y de aprendizaje.

Mientras desarrollaban esta acción, los investigadores mostraron imágenes prácticamente invisibles de rostros y cuerpos humanos a los monos, entre otros estímulos visuales difíciles de percibir de manera consciente, al mismo tiempo que les exigían otras tareas de gran complejidad.

Todo indicaba que en situaciones normales los animales no serían capaces de recordar los estímulos presentados: ¿qué pasaría, en cambio, al activar la base del tallo cerebral?

Importantes resultados

El experimento permitió comprobar que al activar la zona indicada del tallo cerebral los monos fueron capaces de reconocer y recordar los estímulos visuales subconscientes, en tanto que no lo lograron cuando la mencionada estimulación fue interrumpida. Según los científicos, esto demuestra que existe una relación directa entre esta región del cerebro y los estímulos subconscientes.

Además, remarcaron que pudo comprobarse que la dopamina incentiva el aprendizaje subconsciente. También expresaron que durante el experimento se activaron zonas de la corteza visual del cerebro y otras áreas importantes para la memoria.

En ese sentido, y teniendo en cuenta las semejanzas entre monos y humanos, los investigadores creen que al profundizar en estos conocimientos en futuros estudios será posible desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades relacionadas con la producción de dopamina, como la depresión, las adicciones o el Parkinson.

Según el profesor Wim Vanduffel, uno de los responsables del estudio, «al comprobar los resultados en humanos y estimular áreas del cerebro que producen dopamina, podríamos permitir por ejemplo que las personas recuperen el habla más rápidamente o mejoren sus habilidades motoras después de un accidente o enfermedad», concluyó.

Referencia

Electrical stimulation of the macaque ventral tegmental area drives category-selective learning without attention. Sjoerd R. Murris et al. Neuron (2021).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2021.02.013

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/descubren-como-se-produce-el-aprendizaje-subconsciente.html

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La educación un año después del COVID-19, según UNICEF

El progreso en la educación a nivel mundial ha retrocedido debido al cierre de las escuelas y 168 millones de niños del mundo aún no han vuelto a las aulas tras un año de pandemia, indica el organismo.

Ha pasado ya un año desde que los centros educativos y formativos cerraron a nivel mundial debido a la pandemia. Aunque en algunos países las clases presenciales se han restablecido en la mayoría de las enseñanzas, como en España, las pérdidas de aprendizaje generadas por la crisis sanitaria y las desigualdades educativas amplificadas por esta persisten en el mundo, según indica UNICEF su reciente estudio COVID-19 and School Closures. One Year of Education Disruption.

De hecho, el Banco Mundial estima que el cierre de escuelas en todo el mundo podría generar pérdidas de al menos 10 billones de dólares en ingresos de por vida para esta generación, advierte UNICEF en el informe.

El organismo internacional recuerda que las escuelas de más de 168 millones de niños del planeta continúan cerradas por completo un año después del inicio de la pandemia debido a los confinamientos impuestos por el COVID-19. Además, uno de cada siete estudiantes en el mundo ha perdido más de tres cuartas partes de la educación presencial.

UNICEF afirma que dos terceras partes de los países donde los centros educativos y universitarios que permanecían total o parcialmente cerrados hasta el 2 de febrero de 2021 (fecha de los últimos datos analizados) se encuentran en América Latina y el Caribe.

En el caso de Europa occidental, casi la mitad de las escuelas se encuentran abiertas totalmente, frente al 27,4% que está parcialmente en funcionamiento de manera presencial, y el 18% que continúa sin ofrecer clases presenciales.

«El cierre de las escuelas tiene consecuencias desastrosas para la educación y el bienestar de los niños«, afirma UNICEF en un comunicado sobre su estudio, en el que también señala que el alumnado más vulnerable y el que no puede acceder a la educación a distancia tiene más probabilidades de no regresar nunca a su centro educativo.

Por ello, el organismo aboga por que los gobiernos hagan todo lo posible para que los niños de todo el planeta puedan asistir a la escuela de forma presencial. «No debemos escatimar esfuerzos para mantener las escuelas abiertas o darles prioridad en los planes de apertura», ha señalado por su parte Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

7 efectos de la pandemia sobre la educación a nivel mundial

educación online durante la pandemia

En general, el progreso en la educación y en otros indicadores importantes de la infancia ha retrocedido un año después del comienzo de la pandemia, asegura en un comunicado la directora ejecutiva de UNICEF. El estudio del organismo resalta algunas consecuencias y datos clave de la pandemia sobre la educación en el mundo:

1.  Las escuelas han estado cerradas por completo durante un promedio de 95 días a nivel mundial entre el 11 de marzo de 2020 y el 2 de febrero de 2021, lo que supone aproximadamente la mitad del tiempo destinado a la enseñanza-aprendizaje en el aula.

2. Los países de la región de América Latina y el Caribe han sido los más perjudicados por la pandemia a nivel educativo con 158 días de cierre de promedio, seguidos por países del sur de Asia con 146 días. Los países de la región de África oriental y meridional fueron los terceros más afectados con un promedio de 101 días.

4. A nivel mundial, 214 millones de estudiantes de Educación Infantil a Secundaria en 23 países han perdido al menos tres cuartas partes del tiempo de enseñanza-aprendizaje en la escuela desde marzo de 2020.

5. De estos 214 millones de estudiantes, 168 millones en 14 países han perdido casi todo el tiempo de enseñanza-aprendizaje en el aula debido al cierre de los centros educativos.

6. Los países que han prolongado el cierre de escuelas son en general aquellos en los que los niños tienen dificultades para acceder a internet desde su hogar. De hecho, solo uno de cada tres estudiantes en edad escolar ha podido acceder a la educación a distancia durante el cierre de su centro educativo a nivel mundial.

7. Poco más de la mitad de los países ha abierto por completo las escuelas (53%), pero el 13% a nivel mundial continuaba con sus centros educativos completamente cerrados al 2 de febrero de 2021, la fecha más reciente en la que hay datos disponibles.

El aprendizaje de la juventud española, perjudicado por el COVID-19

jóvenes afectados a nivel educativo por la pandemia

A un año de la aparición del COVID-19, el aprendizaje de la juventud española se ha visto afectado por el virus: un 60% de las personas de 15 a 29 años considera que su aprovechamiento del curso académico se ha visto significativamente perjudicado, según el informe Juventud en España 2020, publicado recientemente por el Instituto de la Juventud, Injuve.

Asimismo, el 11,2% de los y las jóvenes que ha participado en la investigación afirma haber aprendido menos de la mitad en el confinamiento que en un curso normal, «lo que profundiza la brecha educativa», afirma el estudio.

Por otro lado, la mitad de los y las jóvenes aseguran que el acompañamiento y supervisión de los docentes en la enseñanza-aprendizaje presencial es mejor que en la modalidad online. En consecuencia, 8 de cada 10 prefiere la educación presencial.

Fuente: https://www.educaweb.com/noticia/2021/03/16/educacion-ano-despues-covid-19-segun-unicef-19484/

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Reapertura escolar y aprendizajes: debate necesario

Por: Mauro Jarquín

Tras un año de educación a distancia, las prácticas de socialización y avance escolar de millones de estudiantes de nivel básico se han visto afectadas, el magisterio nacional ha experimentado un ritmo y forma de trabajo previamente desconocido y las preocupaciones familiares respecto al cuidado y futuro de sus hijos han incrementado.

El gobierno federal anunció que el regreso a clases en las escuelas de Campeche, un estado con baja incidencia en casos de coronavirus, se llevará a cabo durante abril. La reapertura voluntaria será también el inicio de una campaña en todo el país que se prevé avance a medida que la inmunización muestre resultados positivos y los contagios disminuyan. El gobierno ha dicho que tal reactivación se llevará a cabo con las condiciones necesarias, lo cual debería significar la provisión a estudiantes, docentes y personal, de mascarillas efectivas contra la transmisión del virus, disposición de espacios propicios para actividades que requieran el retiro de dichas mascarillas, utensilios de limpieza, disminución en la cantidad de estudiantes por grupo, etcétera.

Esto se presenta en el marco de un debate nacional que, imbricado en la tendencia global, ha sido sostenido, en esencia, entre aquellos que urgen la reapertura escolar con dos argumentos centrales: reactivar la economía y detener la pérdida de aprendizajes (por lo general, empresarios, voceros empresariales y expertos educativos vinculados a organizaciones privadas) y aquellos sectores magisteriales que, a partir de su experiencia en el trabajo escolar cotidiano, han afirmado que la reapertura deberá darse en cuanto hayan condiciones suficientes de seguridad, ya que, sumado a la alta incidencia de comorbilidades en el magisterio nacional, en los planteles no es fácil controlar las interacciones sociales.

Los grupos de interés que exigen reapertura inmediata han mantenido desde meses atrás una campaña mediática para presionar al gobierno federal, fundada en gran medida en el l ugar común de la pérdida de aprendizajes. Según Bourdieu y Wacquant, los lugares comunes son “tesis con las cuales se argumenta pero sobre las cuales no se argumenta […] presupuestos de la discusión que permanecen indiscutidos” y que deben la fuerza de su persuasión a ser producidos en círculos expertos y ser apoyados y transmitidos por instancias multilaterales y think tanks.

El supuesto dicta que el cierre de escuelas ha impactado de forma negativa en el aprendizaje de millones de estudiantes, lo cual afectaría sus ingresos futuros, lo cual perjudicaría, en especial, a los más pobres. Esta tesis, difundida por empresas como McKinsey, ha sido promovida también por el Banco Mundial, que en su documento Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños, afirma: Las perdidas de aprendizaje se pueden estimar en términos de escolaridad y de aprendizajes, tomando en cuenta tanto los aprendizajes que no se generan durante el cierre de los colegios como el aprendizaje previo que se pierde u olvida a medida que los alumnos se van desvinculando del sistema educativo. Así, los países podrían experimentar pérdidas significativas de capital humano y productividad. Como una medida para el retorno a clases, y para no parecer desconsiderado ante la salud de los trabajadores de la educación, el banco también afirma que los maestros [deben ser] priorizados en el proceso de vacunación para que regresen a la escuela lo antes posible.

El supuesto de pérdida de aprendizajes por el cierre escolar ha generado a nivel internacional un debate impor-tante que en México, al parecer, no existe, dado el poder consensual de los lugares comunes en el campo educativo.

En el contexto estadunidense, Alfie Kohn polemiza las certezas respecto a un deslizamiento académico en los estudiantes por estar fuera de la escuela. Considera que la investigación que alimenta el miedo a la pérdida de aprendizajes no es tan persuasiva como se presenta. Su punto de referencia son los estudios sobre la pérdida de aprendizaje en verano, de los cuales, más allá de las controversias metodológicas presentadas, ninguno muestra realmente una disminución del aprendizaje, sólo un descenso en los resultados de los exámenes estandarizados (en algunas asignaturas, en algunas situaciones, para algunos niños). De fondo, lo que persiste es confusión acerca de los resultados en pruebas con otros conceptos como aprendizaje, rendimiento, excelencia educativa o éxito académico. Más aún, considera que los discursos alarmistas sobre pérdida académica pueden resultar peligrosos, al crear presión sobre las familias.

Las aproximaciones económicas-neoclásicas al proceso educativo consideran al aprendizaje como aquellas habilidades instrumentales que pueden ser medibles, evaluando así la calidad de la eventual fuerza de trabajo disponible en una sociedad. Visión predominante que desde los 90, con el movimiento de las pruebas estandarizadas, ha resultado nociva para el desarrollo de un proyecto de educación democrática.

Claro que en el desarrollo personal y social de los estudiantes resultan importantes las afectaciones potenciales a conocimientos fácticos y procedimentales derivados del cierre escolar. Pero decir que niños y niñas y adolescentes no han aprendido en estos tiempos difíciles, es una mentira. Como apuntó Rachael Gabriel, los estudiantes han aprendido la importancia de la higiene personal, la importancia de la solidaridad, la naturaleza desigual de la sociedad moderna, algunos han aprendido a pasar más tiempo en contacto con la naturaleza, etcétera. ¿Acaso no es importante?

Ante la reapertura escolar, es primordial discutir qué aprendizaje resulta significativo, a partir de cuál circunstancia, porque de ello dependerá la forma en que se reabran escuelas y la educación que se construya post-pandemia.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/03/20/opinion/014a1pol

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Opinión: el ritual escolar: el aprendizaje como juego

Por: Andrés García Barrios

En esta segunda entrega sobre el ritual educativo, Andrés García Barrios reflexiona sobre la idea del aprendizaje como ocio y juego que se hace por gusto y no por deber.

La pandemia de COVID-19 nos ha demostrado que parte esencial del ritual escolar se cumple por el simple hecho de que la escuela exista. Bien o mal, a distancia y con todas las irregularidades posibles, la preservación de la escuela durante el último año nos ha permitido percibir ―por encima de la catástrofe― lo humanamente duradero, esa esencia nuestra que es libre de la opresión de lo contingente (véase El ritual educativo durante la pandemia)

Otra característica del ritual de la escuela (ese lugar comunitario al que uno va a aprender) se nos revela si atendemos a la etimología de la palabra: escuela que viene del griego scholé que significa ocio. Lo cierto es que la idea de que aprender es una forma de descanso, de lo no obligatorio, no sólo aplica para aquella ociosa escuela antigua, sino también para el ritual actual, que igualmente conserva un fondo de “lo que se hace por gusto y no por deber”. Me atrevo a afirmar que aun cuando el aprendizaje escolar tiene connotaciones de trabajo e incluso de trabajo arduo, en su esencia cabe siempre un trasfondo de descanso y diversión, y nada ―ni el más aburrido de los maestros, ni el más pragmático modelo educativo, ni el más autoritario centro escolar― pueden anularlo.

Y esto es así porque esa esencia, ese carácter de ocio deriva de algo que conocemos bien: el hecho de que no podemos saberlo todo. Sí, a pesar de cuantos esfuerzos hagamos por aprender, siempre acabaremos enfrentándonos a nuestra ignorancia, y en ese punto será mejor relajarnos y conformarnos con lo poco que hayamos aprendido.

Lo contrario puede ser fatal: el Dr. Fausto firmó su famoso pacto con Mefistófeles llevado por un ansia de comprender “la naturaleza infinita” y por no poder soportar que su mente no abarcara todo lo existente. Algunos, no queriendo caer en tan fea tentación, nos conformarnos con saber sólo una parte de lo que existe (eso que el filósofo y educador francés Edgar Morin llama “islas de certeza en un archipiélago de incertidumbre”). Más aún, conscientes de que no podemos saber exactamente qué es eso que ignoramos, asumimos que lo que aprendemos seguramente también está sujeto a incertidumbre, y que más nos vale no sólo conformarnos con lo que sí sabemos sino recrearnos en ello sin más propósito que disfrutarlo. El aprendizaje se nos presenta entonces ―al menos en parte― como un juego.

Muchos modelos de educación surgidos en los últimos siglos ponen gran énfasis en el juego como vía para el aprendizaje. En nuestro afán por convertirlo todo en algo útil, los humanos modernos seguimos tratando de descubrir las leyes del juego y construir a partir de ellas una herramienta educativa. Sin embargo, nuevamente, la humildad propia del ritual escolar nos recuerda que nunca podremos conocer la esencia última del jugar y que tendremos que conformarnos con saber sólo un poco y con llevar ese poco a la realidad también de forma parcial, acompañando a nuestros alumnos en un aprendizaje siempre incompleto.

Eso está bien. Como decimos, el ritual escolar ―por lo menos en una parte de sí― no busca nada. Quizás, al abrirse sin pretensiones a la ignorancia inevitable, sea capaz de colocarnos, el menos un instante, en sintonía con lo existente.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-aprendizaje-juego-parte2

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Latinoamérica perderá 1,7 billones de dólares por crisis educativa: Banco Mundial

Según la organización, esta es la peor crisis educativa jamás vista en la región.

Latinoamérica podría perder hasta 1,7 billones de dólares por la “crisis educativa” provocada por la pandemia, que implica un impacto negativo a futuro en el capital humano, la productividad y un aumento de la “pobreza de aprendizaje”, advirtió este miércoles el Banco Mundial.

Esta es la peor crisis educativa jamás vista en la región y nos preocupa que podría tener consecuencias graves y duraderas para toda una generación, en especial entre los sectores más vulnerables”, indicó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, en un comunicado.

La entidad advirtió que a futuro “la enorme pérdida de educación, capital humano y productividad se podría traducir en una caída de ingresos agregados a nivel regional de 1,7 billones de dólares”.

De acuerdo con el informe, luego de 10 meses, equivalentes a un curso escolar sin clases, 71 % de los estudiantes de los primeros años de la escuela secundaria pueden no ser capaces de comprender adecuadamente un texto de moderada extensión. Y si el cierre se extiende por otros tres meses, el porcentaje puede ascender a 77 %.

Además, los expertos del banco advirtieron que estos efectos negativos afectan principalmente al quintil de menos ingresos, lo que podría haber ensanchado en un 12 % adicional la brecha educativa entre ricos y pobres.

A estos impactos negativos se añade la posibilidad de que las deserciones escolares se incrementen por lo menos en un 15 % debido a la pandemia y el impacto negativo en los estudiantes que se benefician de programas de alimentación en las escuelas.

“Los gobiernos deben actuar en forma urgente para recuperar el terreno perdido y aprovechar la oportunidad para mejorar los sistemas educativos”, concluyó Jaramillo.

Compromiso en Centroamérica

Los ministros de Educación de Centroamérica se comprometieron este miércoles a reabrir sus escuelas de manera “prioritaria, urgente y gradual”, sobre todo en los países donde las clases presenciales están completamente cerradas como medida de contención por la pandemia.

El compromiso fue adoptado tras una reunión virtual del Consejo de Ministros de Educación, conocido como CECC/SICA (Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana), según un comunicado emitido en conjunto con Unicef y fechado en Ciudad de Panamá.

“Es una urgencia, una necesidad y una acción afirmativa en términos del derecho a la educación. Tenemos que continuar, los que ya estamos en ese proceso. Y los que no, dar ese paso firme”, dijo la ministra de Educación de Costa Rica y presidenta del CECC/SICA, Giselle Cruz.

“Hoy es un día de esperanza para millones de niños y niñas que todavía se encuentran fuera de las aulas”, afirmó la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough.

“Saludamos esta postura firme que apunta a garantizar el derecho a la educación (…) en especial de los y las más vulnerables. Unicef está comprometido en apoyar y guiar su implementación”, añadió Gough.

América Latina y el Caribe es la región más afectada del mundo por el prolongado cierre de escuelas, informó Unicef.

Tres de cada cinco niños y niñas que perdieron un año escolar completo en todo el mundo se encuentran en la región” y “el 60 % de todas las personas estudiantes de América Latina y el Caribe aún no han tenido acceso a clases presenciales”, precisó la agencia de la ONU.

No es foco de contagio

Según el comunicado del CECC/SICA y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), hay 12 millones de estudiantes centroamericanos que aún no han regresado a las aulas.

Honduras, Panamá y Belice continúan sin clases presenciales, mientras que El Salvador y República Dominicana planean abrir en abril. Guatemala, Nicaragua y Costa Rica sí retomaron las enseñanza presencial.

Pese a los reparos por la pandemia, “hemos visto que el centro educativo no es un foco necesariamente de contagio, sino que se lleva el contagio al centro educativo”, aseguró a la AFP la ministra Cruz. “Si una situación (de contagio) se da, sabemos qué hacer”, comentó.

Para Cruz, tener los protocolos de respuesta listos y bien divulgados en la ciudadanía ha generado confianza en los padres de familia.

La reapertura debe hacerse “cuidando la salud, con todos los protocolos sanitarios, cada uno desde su país”, consideró.

Costa Rica fue una de las primeras naciones de América Latina en iniciar la vacunación contra la covid-19 a finales de 2020 y en reabrir parcialmente sus escuelas en este 2021.

En el primer mes de reinicio de clases en su país, con 4.400 escuelas reabiertas, se han activado protocolos en 167. “Esto no significa contagios, sino posibles contagios”, precisó.

“Ante un caso positivo, se hace la valoración”, se aísla a las personas que fueron contacto del paciente, pero no se cierra la escuela, salvo en situación extrema. “Hasta la fecha no hemos tenido que hacer esto”, explicó la ministra.

En Costa Rica, el 8 de febrero, cuando iniciaron las clases, el promedio de casos diarios de covid en una semana era de unos 400. El 16 de marzo, esa cifra presentaba una leve variación a la baja.

Vuelven con júbilo

En Costa Rica, las clases son semipresenciales, por turnos y con distanciamiento dentro de las aulas. “Vamos poco a poco”, precisó.

Para la ministra Cruz, la reapertura es necesaria “no solo por el tema del aprendizaje, sino también por la necesidad de la convivencia en el centro educativo, de brindar la oportunidad de alimentación” y por la salud mental los estudiantes y las familias”.

“He visto como denominador común un gran júbilo en los estudiantes para la reapertura, están convencidos de que es mejor estar en el centro educativo que en la casa”, valoró Cruz, que recorrió el miércoles escuelas del noroeste de su país.

La ministra afirmó igualmente que un desafío inmediato será el reinicio de clases después de los feriados por Semana Santa, donde muchas familias saldrán de vacaciones.

Fuente: https://www.semana.com/mundo/articulo/latinoamerica-perdera-17-billones-de-dolares-por-crisis-educativa-banco-mundial/202118/

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La repetición de curso será de nuevo «excepcional» en Primaria y Secundaria en Asturias

  • Las instrucciones que prepara Educación para los profesores: volver a facilitar el aprobado del curso por la pandemia.

El Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) ha publicado este miércoles una Resolución por la que se aprueban las instrucciones de medidas educativas extraordinarias para las enseñanzas de las distintas etapas educativas durante el período de pandemia originada por la COVID-19.

Debido a las modificaciones en la normativa que regula los criterios de evaluación y promoción en todas las etapas educativas salvo la universitaria, la Consejería entiende que «resulta necesario» dictar nuevas instrucciones que permitan el desarrollo de la enseñanza en las distintas etapas educativas.

Así las cosas, Educación ha acordado adaptar el currículo y las programaciones didácticas, de manera que los estándares de aprendizaje evaluables contemplados en la ley de Educación 2/2006, tendrán «carácter orientativo» para los centros.

En cuanto a los criterios de evaluación previstos para cada curso, «los órganos y equipos de coordinación docente de los centros, en el marco de su autonomía pedagógica, podrán proponer la adaptación de los criterios de evaluación previstos cuando dicha adaptación tenga como finalidad garantizar la continuidad de los procesos educativos y valorar los aprendizajes relevantes y esenciales del currículo, la capacidad del alumnado para aprender por sí mismo y trabajar en equipo, y, en las enseñanzas de bachillerato, aplicar los métodos de investigación apropiados».

Respecto a la promoción del alumnado, en la etapa de Infantil, Educación establece que «la permanencia de un año más en esta etapa es una medida excepcional destinada únicamente al alumnado con necesidades educativas especiales y aplicable exclusivamente en el caso de que ello favorezca su integración socio-educativa».

En Primaria, la repetición de curso será «igualmente una medida de carácter excepcional, y se adoptará tras haber agotado el resto de las medidas ordinarias de refuerzo y apoyo para solventar las dificultades de aprendizaje del alumno». «En todos los cursos de la Educación Primaria, para la toma de decisiones relativas a la promoción, se aplicarán los criterios establecidos en la concreción curricular, sin tener en cuenta las limitaciones que afecten al número de áreas pendientes y ateniéndose al carácter global de la evaluación del alumnado», indica la resolución.

En la Educación Secundaria Obligatoria, por su parte, se considerarán especialmente las circunstancias del contexto educativo del presente curso 2020-2021 en la adopción de las decisiones de promoción, teniendo en cuenta la organización escolar y las adaptaciones y adecuaciones de las programaciones docentes que se hayan efectuado.

Las decisiones sobre la promoción del alumnado «serán adoptadas de forma colegiada por el equipo docente, atendiendo a la consecución de los objetivos, al grado de adquisición de las competencias establecidas y a la valoración de las medidas que favorezcan el progreso del alumno». Además se fija que la permanencia en el mismo curso «es una medida de carácter excepcional que estará debidamente fundamentada».

En Bachillerato, la promoción en la etapa «se ajustará a lo dispuesto en el capítulo III de la Resolución de 26 de mayo de 2016 por la que se regula el proceso de evaluación del aprendizaje del alumnado de bachillerato y se establecen el procedimiento para asegurar la evaluación objetiva y los modelos de documentos oficiales de evaluación».

Sobre la titulación en la ESO y Bachillerato, se establece que el equipo docente «adoptara la decisión que resulte más favorable en cuanto a titulación sin que el contexto en que se haya desarrollado el curso 2020-2021, la organización de la actividad lectiva semipresencial o la suspensión de las actividades lectivas presenciales por motivo de aislamiento preventivo por indicación de las autoridades sanitarias, pueda influir negativamente en la decisión que al respecto se adopte».

En cuanto a la Formación Profesional, se contempla que, cuando no sea posible realizar prácticas en empresas debido a la situación sanitaria, se sustituya por «una propuesta de actividades asociadas al entorno laboral».

Estas modificaciones serán de aplicación «mientras subsista la situación» provocada por la pandemia originada por la COVID-19 y hasta la finalización del curso académico en el que las autoridades correspondientes «determinen que han dejado de concurrir estas circunstancias extraordinarias».

La resolución será de aplicación a todos los centros que impartan las enseñanzas de educación infantil, educación primaria, educación secundaria obligatoria, bachillerato, formación profesional, enseñanzas profesionales de artes plásticas y diseño, enseñanzas deportivas, enseñanzas artísticas superiores y enseñanzas de idiomas.

Las instrucciones, explica el texto, tienen como objetivo principal «generar el mayor beneficio posible» a los alumnos, en relación con su situación personal y la progresión académica derivada de la situación de la COVID-19.

También persigue procurar que «nadie quede al margen» de las soluciones propuestas; favorecer la autonomía de los centros docentes y la atención a la diversidad; y favorecer las tareas que fomenten la autonomía de aprendizaje del alumnado.

Fuente: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/11095820/03/21/La-repeticion-de-curso-sera-de-nuevo-excepcional-en-Primaria-y-Secundaria-en-Asturias.html

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