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Profesora sí, tía no (Prefacio al libro de Paulo Freire)

Ecuador / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Rosa María Torres / Fuente: Otra Educación

Cuando, en Junio de 1992, Paulo Freire me pidió escribir el prefacio para un libro suyo (un libro que – según me contaba entusiasmado – se encontraba escribiendo en esos momentos, y cuyo título en portugués sería Professora sim, tia não. Cartas a quem ousa ensinar), me sentí condecorada. No solo por tratarse de un libro de Paulo, sino por tratarse de éste en particular: un libro dirigido a los maestros – y, más específicamente, a las maestras – , no para acusarles sino para defender su identidad y legimitidad como docentes, no para lisonjearles sino para desafiarles, no para bajarles orientaciones sino para dialogar con ellos.

Que Paulo Freire escriba un libro dirigido a los maestros – no a los educadores de adultos que trabajan en la periferia del aparato escolar sino a los educadores de niños que enseñan todos los días en las aulas – y que lo hiciera en estos términos – no apuntándoles con el dedo, ni siquiera solidarizándose con ellos desde afuera, sino interpelándoles desde un «nosotros» en el que Freire se incluye – sorprenderá a muchos, seguidores y opositores. Porque muchos, en uno y otro lado, continúan viendo en Freire el símbolo de la anti-escuela (la crítica a la escuela confundida con su negación), el anti-maestro (la crítica al sistema personificada como crítica al maestro) e inclusive la anti-enseñanza (la confusión entre autoritarismo y autoridad, entre manipulación y ejercicio de la directividad que supone toda relación pedagógica).

Y es que, a menudo, como él mismo sabe y reclama, el Freire circulado en boca en boca y de cita en cita por el mundo es un Freire simplificado, formulizado, estereotipado a partir de un conjunto de nociones fijas – educación bancariaalfabetización, educación de adultosconcientizacióndiálogopalabra generadora – y virtualmente suspendido en los años 60-70, junto con sus dos primeros libros: La educación como práctica de la libertad y la Pedagogía del Oprimido. Muchos admiradores y críticos, dentro de la propia América Latina, desconocen su trayectoria durante los últimos 25 años (¡un cuarto de siglo!): su experiencia de trabajo en Europa y Africa; su reencuentro con el Brasil después del largo exilio; su gestión como Secretario de Educación del Municipio de Sao Paulo entre 1989 y 1991; su prolífica obra, siempre inacabada, traducida a múltiples idiomas y esparcida por todo el mundo; su continuo aprendizaje y su eterna disposición para dejarse sorprender por lo nuevo o lo no percibido con anterioridad.

Me alegra – decía – la posibilidad de prologar este libro no sólo por su autor sino por su interlocutor: los maestros, los grandes relegados de la globalización educativa y de las políticas educativas. En el mismo momento en que declaraciones y acuerdos nacionales e internacionales coinciden en la centralidad de la educación para el desarrollo individual y social, en la urgencia de una transformación educativa profunda que asegure no sólo cantidad sino calidad, y en el papel protagónico de los maestros en dicha transformación y en el logro de dicha calidad, la situación de los maestros ha llegado a «un punto intolerablemente bajo», según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Intolerablemente bajos y malos son los salarios, la calidad de vida, la autoestima, la valoración social, las condiciones de enseñanza, las oportunidades de formación y perfeccionamiento, el reconocimiento y la investigación del problema, y los presupuestos destinados a resolverlo para tornar mínimamente viables los ambiciosos objetivos y metas planteados en el discurso educativo de las últimas décadas. En realidad, la educación que algunos avizoran como la educación del siglo XXI – computadores y aparatos de todo tipo, modalidades a distancia, autodidactismo, enseñanza individualizada, aprendizaje programado, paquetes multimedia – tal parecería no incluir a los maestros y tener reservado para ellos, por el contrario, un proyecto de extinción.

La «cuestión docente» es, en efecto, LA cuestión por excelencia en la problemática educativa de la época. Tema-tabú del cual nadie quiere hablar, tópico que ahuyenta el análisis y el debate, asunto que no parece encajar en ninguna agenda ni presupuesto ni organigrama ni esquema clasificatorio.

Las realidades son contundentes y se expresan a escala mundial: pauperización y proletarización de los maestros, nivel educativo precario de amplios sectores del magisterio en servicio (incluyendo pobres niveles de alfabetismo y educación básica), reducción de la matrícula y bajas expectativas y motivación de los aspirantes al magisterio (ser maestro o maestra como último recurso), ausentismo marcado, abandono de la profesión, creciente incorporación de maestros empíricos o legos, pérdida de identidad y legitimidad social del oficio docente, falta de oportunidades de avance y superación personal, huelgas y paros frecuentes y prolongados, los maestros percibidos como problema (antes que como condición y recurso) y como el obstáculo principal para la renovación y el avance educativos.

También los argumentos se repiten con sorprendente homogeneidad (y son aceptados e internalizados con sorprendente facilidad): no hay dinero para incrementar los salarios; los maestros tienen de todos modos un horario holgado y trabajan poco; los incrementos salariales (y la capacitación misma) no han traído consigo los esperados mejores resultados de aprendizaje de los alumnos; la capacitación en servicio está más al alcance y rinde más que la inversión en formación inicial, aconsejándose en particular las modalidades a distancia; invertir en textos escolares (mejor si autoinstructivos, en tanto minimizan la intervención del docente) y en la capacitación de los maestros en su manejo es más seguro, barato y fácil que intentar la compleja vía de la reforma curricular o la revisión global de las políticas de selección, formación y apoyo docente; una de las maneras de reducir costos (y, eventualmente, incrementar el presupuesto destinado a mejorar las condiciones de los maestros) es aumentar el número de alumnos por aula bajo el entendido de que, desde la perspectiva de los alumnos y de sus rendimientos de aprendizaje, no hace diferencia si el grupo es numeroso o numerosísimo (da lo mismo – nos dicen los economistas del Banco Mundial – 30 que 50 u 80 alumnos en una clase).

No es éste el lugar para discutir la discutible validez de estos argumentos. Lo cierto es que crecientemente se presentan como verdades universales, científicamente fundamentadas en estudios y evaluaciones, y que es sobre estas grandes afirmaciones que vienen diseñándose las grandes políticas y estrategias educativas especialmente en los «países en desarrollo». Políticas y estrategias que portan un determinado proyecto de sociedad, de educación, de alumno y de maestro, y que es preciso desentrañar y discutir. Políticas y estrategias que hablan de protagonismoprofesionalización, autonomía docentes, pero que continúan de hecho profundizando el perfil subordinado y subvalorado del oficio docente, condenando a los maestros a la alienación y a la mediocridad, a ser ciudadanos de segunda, implementadores de currículos y textos, facilitadores de aprendizajes en cuya definición y orientación no participan ni tienen control.

Este es el contexto que hace de este pequeño libro tanto más importante y oportuno.

Cuando la confrontación entre gobiernos y organizaciones magisteriales ha llegado en muchos países a un punto crítico, cuando todos hablan sobre los maestros pero pocos parecen dispuestos a dejar que hablen ellos, alguien tiene que construir un puente para un diálogo de tú a tú, de educador a educador. Quién mejor que Paulo Freire -persona y símbolo, colega y autoridad- para hacerlo. El Freire maestro dialoga aquí con otros maestros, sin intermediarios, adoptando el lenguaje cercano e informal de la carta, compartiendo sus experiencias personales, ilustrando a través de ellas el derecho que tiene todo maestro y maestra a ser falible y a equivocarse, a ser héroe y ser humano al mismo tiempo.

Cuando lo que prima y tiende a imponerse es una visión estrecha, minimalista e inmediatista de la formación docente – capacitación, entrenamiento, manual, cursillo, taller, métodos, técnicas, recetarios, fórmulas – alguien tiene que resucitar el imperativo de una formación integral, rigurosa y exigente de los educadores; ir al rescate de su inteligencia, su creatividad y su experiencia como materia prima de su proceso educativo; recuperar la unidad entre teoría y práctica como espacio para la reflexión y el perfeccionamiento pedagógicos; volver a los temas fundantes, aquellos sin cuya comprensión y revisión caen en terreno estéril los mejores textos, los métodos y medios más modernos de enseñanza.

Las diez cartas que componen este libro corresponden a diez de esos temas, temas que han acompañado de manera permanente y recurrente la trayectoria, la obra y la búsqueda de Freire: las fundamentales diferencias entre enseñar y aprender, las fuentes (y la aceptación) de la inseguridad y el miedo, la opción por el magisterio, las cualidades del buen educador, el primer día de clases, la relación entre educadores y educandos, la diferencia entre hablar al educando y hablar con él, los vínculos entre identidad cultural y educación así como entre contexto concreto y contexto teórico, el tema crítico de la disciplina.

Centrados en la lucha por las reivindicaciones económicas, los maestros y sus organizaciones han dejado erosionar su propia formación y capacitación permanente como un derecho y como una condición fundamental de su ejercicio y valoración profesionales. En contraste, y en un clima general de cuestionamiento a la unilateralidad y estrechez de las reivindicaciones sindicales, los no-maestros y sus organizaciones izan la consigna de la «(re)valorización» de los maestros, despojándola hasta donde es posible de sus implicaciones económicas (valorización expresada entre otros en salarios y calidad de vida dignos) y sesgándola hacia sus determinantes sociales y afectivos (respeto, legitimidad, reconocimiento, aprecio, gratificación, auto-realización, auto-estima).

En este cruce, Paulo Freire nos ofrece una entrada diferente para tratar ambos temas – (des)profesionalización y (des)valorización – al proponernos reflexionar sobre un hecho tan trivial como significativo: el apelativo de tía que, desde hace algunos años, empezara a sustituir al de profesora o maestra en escuelas, jardines de infantes y guarderías de varios países de América Latina y, en particular, del Brasil.

Al poco tiempo de publicarse este libro en portugués, y hallándome en misión de trabajo en Brasil, me propuse sondear informalmente las percepciones acerca del tía entre directoras y profesoras de escuelas públicas que iba visitando en diversos Estados. Casi todas dijeron sentirse contentas y halagadas con el trato de tíaasociándolo a cariño y confianza por parte de sus alumnos, a mayor proximidad con los padres de familia, a ambiente escolar agradable, distendido, fluido. Mi mención de un libro de Paulo Freire en el que éste ponía en tela de juicio el apelativo tía, acusándolo de contribuir subrepticiamente a deslegitimar y desprofesionalizar el rol docente, causaba por lo general estupor. El estupor que se provoca cuando se tematiza y pone entre signos de interrogación el sentido común, la cotidianeidad, lo dado por obvio, lo que ha pasado ya a formar parte del reino de la ideología. Porque lo cierto es que la palabra tía, portadora de imágenes vinculadas al ámbito de la familia y los afectos, satisface por vías insospechadas la necesidad de la tan ansiada valorización (por parte de los alumnos, los padres, la comunidad), bloqueando la posibilidad de percibir su signo contradictorio, su efecto boomerang sobre la identidad del educador.

Esto es precisamente lo que hace del moderno tía -como del apóstol, el héroe, el jardinero, el guía, el conductor, el ejemplo, la vanguardia y tantos otros símiles con los que se ha ensalzado convencionalmente el ego docente – una trampa mortal. Esa profesora-tía que se siente apreciada y querida, está aceptando que es su sobrenombre de tía el que evoca afecto, no su nombre y su rol propios de profesora, de maestra. Aceptando la candidez de la tía -como el de apóstol o el de sembrador de semillas o el de forjador de juventudes – confunde y adormece, encandila y posterga, y no ha traido de hecho consigo ni mejores salarios ni mayor estatus ni condiciones adecuadas de trabajo ni profesionalización ni perspectiva de futuro. Porque nos recuerda que el apelativo de profesoramaestraeducadora – tiene valor y dignidad por sí mismo, y no necesita ni de símiles grandilocuentes ni de apodos ni de disfraces vergonzantes – facilitadormonitor, coordinadororganizador del aprendizajegestor pedagógico. Porque al desenmascarar a la tía y restituir a la profesora su derecho a dar y recibir afecto en tanto profesora, nos permite reconocer que el amor es parte integral de la calidad tanto del educador como de la educación.

Fuente del Artículo:

https://otra-educacion.blogspot.com/2011/10/profesora-si-tia-no-prefacio-al-libro.html?m=1

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Niños indígenas terminan la primaria bilingüe sin aprender a hablar español

México / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Andrea Vega / Fuente: Animal Político

A sus 8 años, Daniel llegó a tercero de primaria sin saber leer ni escribir. Los primeros dos grados los tomó en una escuela de Huachinango, Puebla, comunidad indígena donde vivía y donde todos hablan náhuatl menos los profesores. Les dan clases en español a alumnos que sólo hablan su lengua materna.

De 25 niños inscritos en el grupo de Daniel, solo cuatro aprendieron a leer y escribir. “El maestro no hablaba nada de náhuatl, era de otro pueblo, entonces no nos entendía. Nosotros le entendíamos poco a él”, dice el niño. Aún así, sin entender lo que el maestro decía, todos fueron promovidos al segundo grado, y luego al tercero.

Pero Daniel ya no continuó en esa escuela. En 2017 tuvo que irse a vivir con su tía a Ciudad de México, tras el fallecimiento de sus padres. El tercer año lo cursó en la escuela República de Colombia, en la colonia Capultitlán de la delegación Gustavo A. Madero. Su maestra se dio cuenta que no entendía muy bien español. Tuvo que empezar con él casi de cero en la lecto-escritura. Ahora que el niño cursa cuarto grado a sus 9 años, apenas está haciendo oraciones sencillas. No es un caso aislado.

En el ciclo escolar 2017-2018, 41 mil 795 alumnos hablantes de alguna lengua indígena llegaron a sexto grado de primaria sin saber bien español, condición indispensable para aprender y poder continuar sus estudios. Esto representa el 32.5 % de los 128 mil 361 alumnos inscritos en ese grado (sexto) en las 10 mil 233escuelas primarias delsubsistema de educación indígena del país, de acuerdo con  información de la SEP proporcionada por Transparencia.

El subsistema de educación indígena cuenta, a nivel nacional, con 797 mil 525 alumnos en los seis grados de primaria y con 412 mil 186 en los tres de preescolar. Chiapas tiene el mayor número de casos de niños que en sexto de primaria no saben bien español, con 21 mil 271 niños. Le sigue Guerrero con 7 mil 328, y Puebla con 2 mil 259.

Esta deficiencia en el aprendizaje del español como segunda lengua se da a pesar de que México tiene regulaciones como la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas o el reformado Artículo 7 de la Ley General de Educación, que reconocen el derecho de estas comunidades a recibir instrucción tanto en su lengua materna como en español.

La autoridad no reconoce el problema, a pesar de sus propias cifras. Rosalinda Morales, titular de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) de la SEP, asegura que en todo caso el dato de los 41 mil niños monolingües obtenido vía Transparencia es solo un estimado. “Nosotros trabajamos para que todos los niños hablen español”.

En entrevista afirma que en los 9,797 preescolares y 10,233 escuelas primarias indígenas del país sí se imparte una educación intercultural bilingüe, y que a los niños se les enseña el español como segunda lengua y se les da contenidos de las diversas asignaturas en su idioma materno.

Sin embargo, investigadores y lingüistas coinciden en que la enseñanza bilingüe para comunidades indígenas en México es deficiente. “No hay a nivel nacional un modelo para enseñar a los niños hablantes de una lengua indígena, el español como segunda lengua; ni se les enseña a leer o escribir en su lengua materna”, afirma Enrique Hamel, profesor investigador de la UAM Iztapalapa y director del programa Comunidad Indígena y Educación Intercultural Bilingüe (CIEIB).

“Yo no he encontrado una escuela aquí en Ciudad de México de las que reciben niños migrantes donde haya un modelo así”, asegura Rebeca Barriga, investigadora del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL) de El Colegio de México (COLMEX).

El más reciente libro de la investigadora, Políticas lingüísticas y lenguas indígenas, entre historias, discursos, paradojas y testimonios, compila una serie de investigaciones, entrevistas y visitas a escuelas en donde se corrobora que la educación intercultural bilingüe para comunidades indígenas no es sistemática en el país. Solo hay esfuerzos aislados en algunos estados.

Violencia sobre violencia

Los niños hablantes de lengua indígena van pasando de un grado a otro de primaria entendiendo muy poco de los contenidos escolares. “Es una violencia cognitiva muy fuerte. Recuerdo que yo aprendí a decodificar qué decían las palabras, pero no entendía el contenido de los textos”, dice la lingüista mixe Yásnaya Elena Aguilar.

Fue gracias a que sus tíos la ayudaron y a que le gustaba mucho leer que ella logró avanzar entre niveles escolares. Buena parte no lo consigue. “Muchos de los niños terminan la primaria quién sabe por qué artes. Pero ya en la secundaria se vuelve más complejo todo y muchos desertan”, dice Barriga.

En 2015, de acuerdo a registros del estudio Panorama Educativo de la Población Indígena (PEPIA) del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la escolaridad media de la población de 15 años y más en todo el país era de 9.2 grados, lo que equivale a poco más de la secundaria completa. En cambio la escolaridad media de la población hablante de lengua indígena era de 5.7 grados, ni siquiera el equivalente a la primaria.

“Yo conocía el español porque mis papás trataban de hablarnos en ese idioma en la casa para que lo aprendiéramos y no nos discriminaran, pero mis abuelos y muchos en la comunidad sólo hablaban purépecha, así que esa era nuestra verdadera lengua. Nuestra forma de comprender la vida era en purépecha”, dice

Ana Elena Erape, maestra en Educación Intercultural Bilingüe e investigadora de la UAM Iztapalapa.

Erape cuenta que cuando ella estaba en primaria no encontraba lógica entre el mundo matemático occidental y cómo ella lo vivía en su familia. “Para nosotros el concepto occidental de fraccionar, por ejemplo, es vago y general. Nosotros nombramos diferente si estamos fraccionando algo plano y redondo o algo redondo y con volumen. La palabra fraccionar es incompleta para nosotros, nos deja un vacío de información”.

Enseñar en español a hablantes de lengua indígena, dice Yásnaya Elena “es como si te enseñarán a leer en ruso, sin saber tú ruso. Después además quieren que así aprendamos civismo o matemáticas, en una lengua que nosotros no hablamos y sin habérnosla enseñado nunca como segundo idioma. Por eso hay tan malos resultados en el aprendizaje”.

De los alumnos del último grado de secundaria que hablan una lengua indígena, el PEPIA reporta que 62.4 % obtuvo el nivel insuficiente de logro en el dominio de lenguaje y comunicación; en matemáticas 80.3 % tuvo nivel de logro insuficiente. “Esos resultados son culpa de una educación castellanizadora mal concebida y mal aplicada”, señala Hamel.

Aprender a leer en tercero de primaria

Benita Durán, profesora de cuarto grado de la escuela Primaria República de Colombia en Ciudad de México, dicta un problema matemático. Los alumnos lo escriben en  el cuaderno. Los niños tienen la vista fija en el papel y trazan rápido con el lápiz. Todos menos Daniel. Él mira hacia un lado y hacia el otro, buscando ayuda.

Para que todo quede más claro, la maestra apunta el problema en el pizarrón. Daniel fija la vista e intenta copiarlo. Para cuando termina el primer renglón de tres, sus compañeros ya están debatiendo con la profesora cuál es la operación que deben hacer para resolverlo. Cuando la mayoría del grupo tiene ya el resultado y se pelean por quién pasa al pizarrón, Daniel apenas está terminando la segunda oración del problema.

Una de sus compañeras se levanta de su silla y va junto al niño para ayudarlo a terminar de escribir el ejercicio y explicarle qué operación hacer y cómo. “Eso es lo que le ayuda mucho a él y a mí, que sus compañeros están dispuestos y atentos para apoyarlo”, dice la maestra Benita.

El niño llegó a Ciudad de México hablando poco español. Tuvo que aprenderlo sobre la marcha. Su profesora le enseñó a leer y escribir con la asesoría de integrantes de la Unidad de Educación Especial y Educación Inclusiva (UDEEI) de la SEP. Ahora apenas puede construir frases cortas. Va atrás de sus compañeros en todas las materias.

¿Cuándo Daniel termine la primaria habrá alcanzado el nivel de sus compañeros de clase?, se le pregunta.
–No, pero ya sabrá leer y escribir bien, comprender los textos. En matemáticas está ahorita en operaciones básicas, y lo estamos apoyando para que avance.
¿Podrá cursar secundaria?
–Con dificultades, pero sí. Aunque habría que buscar dónde puede cursarla, que se garantice un espacio donde le puedan dar apoyo tanto de los profesores como de sus compañeros.

En la escuela Primaria República de Colombia donde está el niño, 12 % de los alumnos son indígenas migrantes, con diversos grados de bilingüismo. Hay niños que hablan o son hijos de hablantes de triqui, náhualt y otras lenguas. Casi todos los alumnos ingresan sabiendo español, pero hay casos como el de Daniel. La mayoría está perdiendo su lengua materna.

Guadalupe Guerrero, directora de la primaria, dice que a ella y a su equipo de docentes les gustaría ofrecer una verdadera educación intercultural bilingüe a sus alumnos migrantes, “pero no tenemos un solo profesor que hable lengua indígena. Vino un docente hablante de triqui una vez, supuestamente iba a hacer su servicio social aquí, estuvo solo un día y los niños estaban muy contentos, pero ya no vino”.

Rosalinda Morales, titular de la DGEI en la SEP, dice que tan existe la educación intercultural bilingüe en las escuelas indígenas de nivel básico que ya se hicieron libros en 22 lenguas (en el país hay 68 con 364 variantes dialectales), y asegura que con esos materiales los niños pueden aprender las diversas asignaturas.

Guadalupe Guerrero dice que la SEP les envía libros en lengua indígena, en náhuatl sobre todo. Pero “son materiales básicos, muy bonitos, muy llamativos, pero no son para enseñar a leer ni para enseñar asignaturas. Son de lecturas, para leerles a los niños. Además, está el problema de que nosotros no hablamos esos idiomas”.

Lo mismo pasa en las escuelas de las comunidades indígenas donde se asignan profesores que no dominan la lengua de la comunidad. Aunque el PEPIA registra que sólo en el 9.5 % de los preescolares indígenas no hay maestros que hablen la lengua materna de los alumnos, diversos investigadores aseguran que ese porcentaje debe ser mayor. “Y aun si la hablan, no la usa en el salón de clases. La idea general de la educación intercultural bilingüe es que los niños deben aprender español”, dice Hamel.

Por ahora, la Primaria República de Colombia está buscando opciones para ayudar a sus alumnos indígenas migrantes a no perder su lengua materna y a revalorizarla. La investigadora Rebeca Barriga, de El COLMEX, y sus alumnos del Seminario de Lingüística y Educación les ayudarán para ofrecer a los estudiantes mejores opciones.

Fuente del Artículo:

https://www.animalpolitico.com/escuelas-educacion-deficientes/ninos-indigenas-no-hablan-espanol.php

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¿Cómo motivar a los estudiantes? 5 pasos simples para lograrlo

Colombia / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Camila Londoño / Fuente: Elige Educar

La motivación es un aspecto fundamental en el proceso de aprendizaje, pues es el punto de inicio para que los estudiantes puedan abrir sus mentes hacia nuevos conocimientos. Entonces, ¿cómo despertarla?

Un alumno desmotivado no escucha, no se esfuerza, pierde interés y por ende, tiene dificultades a la hora de aprender. Pensando en esto, Aula Planeta comparte estos cinco pasos claves para motivar a los alumnos y despertar en ellos las ganas de aprender, un desafíos que los grandes profesores enfrentan a diario.

1. Busca lo que les apasiona

Puede ser un tema en concreto, un método de aprendizaje, un espacio de trabajo. Se trata de buscar aquello que encienda la chispa de la motivación, algo que llame su atención y despierte el interés por aprender. Escucha y conoce a tus alumnos para descubrir su pasión y ayudarles también a ellos a reconocerla. Una buena herramienta es la aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples en el aula, que permite poner en prácticas estrategias didácticas diferenciadas. Aquí tienes ideas y recursos para probarla en clase.

2. Plantea el aprendizaje como un descubrimiento

Animar a los alumnos a que participen, crear expectativas con una meta atractiva e implicarles en el proceso de aprendizaje es clave para motivarles. El trabajo por proyectos, por ejemplo, es una estupenda opción y, además, al colaborar e investigar en equipo con otros alumnos, puede contribuir a aumentar su motivación. La iniciativa 20-Time, que propone a los estudiantes dedicar un 20 por ciento del horario escolar a sus propios proyectos personales, también es una idea muy interesante.

3. Enfoca el contenido desde la práctica

Siempre que sea posible, relaciona el aprendizaje con la realidad cercana de tus estudiantes, de modo que sean capaces de ver la utilidad de aquello que están aprendiendo. Así es mucho más fácil que se impliquen y se interesen, y afianzarán lo aprendido de manera mucho más eficaz. Por ejemplo, repasa química con experimentos cotidianos, enseña física en el parque de atracciones o muestra el lado más divertido y práctico de las matemáticas con retos y enigmas de la vida cotidiana.

4. Utiliza las TIC

Tus alumnos son nativos digitales y las TIC llaman su atención de forma natural. Puedes aprovechar este interés y apoyarte en las nuevas tecnologías para presentar los temas en el aula, completar los contenidos o trabajarlos de una forma diferente. Pero, sobre todo, anima a tus alumnos a utilizarlas para aprender: documentarse, practicar lo aprendido, ampliar conocimientos, llevar a cabo proyectos y experiencias… En nuestro blog tienes multitud de recursos para todas las asignaturas y temas.

5. Practica el refuerzo positivo

Un niño desmotivado puede estar también desilusionado y desanimado porque le resulta difícil mantener el ritmo de la clase, no mejora sus calificaciones o no resuelve bien los trabajos de clase. Puedes contribuir a romper ese círculo vicioso desmotivación-fracaso mediante el refuerzo positivo y el apoyo a conductas o actitudes positivas, para valorar más que los resultados. De este modo estarás animando a tus alumnos a seguir intentándolo, aprender de los fracasos y buscar soluciones sin rendirse. Reconoce el trabajo de aquellos alumnos a los que les cuesta más avanzar y premia el esfuerzo. Puedes utilizar los sistemas de recompensa que se aplican en la gamificación, como ClassDojo u OpenBadges.

Fuente del Artículo:

http://www.eligeeducar.cl/motivar-los-estudiantes-5-pasos-simples-lograrlo

ove/mahv/293646

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 11 de noviembre de 2018 hora tras hora (24×24)

OVE / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Editores OVE 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 11 de noviembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – España: ¿Cómo se evalúa a los profesores en otros países?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293777

 

01:00:00 – Niños indígenas terminan la primaria bilingüe sin aprender a hablar español | Animal Político (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293633

 

02:00:00 – Libro: 10 claves de la educación (Online)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293766

 

03:00:00 – ¿Cómo motivar a los estudiantes? 5 pasos simples para lograrlo (Artículo de Camila Londoño)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293646

 

04:00:00 – El acceso a la educación superior en Uruguay: ¿azar o mérito?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293788

 

05:00:00 – Libro: El Autoaprendizaje en la Educación Anarquista (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293640

 

06:00:00 – Así funciona Corea del Norte: El sistema educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293791

 

07:00:00 – Niños indígenas terminan la primaria bilingüe sin aprender a hablar español (Artículo de Andrea Vega)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293637

 

08:00:00 – Se pierden vidas en contradicciones de sistema educativo panameño (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293866

 

09:00:00 – Libro: Introducción a las Ciencias de la Educación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293657

 

10:00:00 – Martí y Fidel: ejemplos e inspiración de la enseñanza en Cuba (+Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293869

 

11:00:00 – Profesora sí, tía no (Prefacio al libro de Paulo Freire) -Artículo de Rosa María Torres-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293737

 

12:00:00 – México: ¿Son los profesores holográficos el futuro de la enseñanza?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293881

 

13:00:00 – Darío Villanueva: “Si un profesor escribe con faltas se desautoriza”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293762

 

14:00:00 – Chile: Colegio de Profesores: “Se ha instalado la posverdad de que no queremos evaluarnos”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293887

 

15:00:00 – Las emociones en el aprendizaje (Artículo de Gilberto Guevara Niebla)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293781

 

16:00:00 – Las claves del éxito de Singapur: ¿Cómo pasó de ser un país subdesarrollado al más próspero de Asia?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293884

 

17:00:00 – Eugenio Severin: “La escuela sigue y seguirá siendo un lugar central para prepararnos para la vida”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293643

 

18:00:00 – Dr. Eufrasio Pérez Navío: “El microvídeo mejora el proceso de enseñanza aprendizaje”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293875

 

19:00:00 – No Señor Secretario… (Artículo de Manuel Alberto Navarro Weckmann)

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20:00:00 – Las escuelas públicas de gestión privada triunfan en Reino Unido

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21:00:00 – #EDUNOVATIC2018 – III Congreso Virtual Internacional de Educación, Innovación y TIC

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22:00:00 – Nicaragua: 9 beneficios de incluir robótica educativa y tecnología en la educación

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23:00:00 – Venezuela: Presidente Maduro: Sistema educativo es vital para el desarrollo integral de la nación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/293878

 

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

 

ove/mahv

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INEEcesario

México / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Manuel Gil Antón / Fuente: Educación Futura

Doce días quedan de octubre y noviembre trae treinta. Al iniciar diciembre, asumirá el poder ejecutivo el licenciado López Obrador. En seis semanas. A partir de ese momento (o antes si los legisladores deciden no esperar a la toma de posesión) las modificaciones al artículo 3º que dieron lugar a la reforma educativa actual tendrán sus días contados. Esa cuenta, pues, no será larga.

Los cambios fueron varios, pero no aislados: al relacionarse producen, en conjunto y por su imbricación, lo que se llamó reforma educativa. En otras palabras, la resultante de sus vínculos es la reforma. De esto se sigue que, si ha de abrogarse, será necesario desatar lo que anudaron, tanto en el texto constitucional como las leyes reglamentarias.

Se ha generado un debate en torno a si el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el INEE, debe o no continuar; si es necesario o no y, en su caso, con qué modificaciones. A mi juicio, la discusión yerra en su enfoque si no se considera que el INEE es parte integral de la reforma: una cosa es proponer que el INEE concebido e integrado a la reforma se mantenga, y otra si el país requiere una institución autónoma que genere información, válida y confiable, sobre el estado que guarda el sistema educativo con el fin de fincar, en ese conocimiento, tanto políticas y programas, como propuestas y críticas a las autoridades responsables que no pueden, ni deben, ser juez y parte.

En el apartado IX del tercero constitucional, se ubica al INEE como el coordinador del Sistema Nacional de Evaluación, mismo que se crea “para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad”. Entre las tareas que se le asignan, hay una que es crucial para la reforma: “expedir los lineamientos a los que se sujetarán las autoridades educativas federal y locales para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponden”. Si el INEE evalúa los componentes, procesos o resultados del sistema (otra de sus funciones), ¿cuáles son las evaluaciones que le tocan a las autoridades? Las que tienen que ver con el ingreso, promoción y permanencia de los docentes. He ahí, creo, el quid del asunto: al Instituto se le dio la tarea de decirle al patrón cómo hacer su trabajo y, de ese modo, se incluyó al INEE en el terreno laboral y a fondo: determina lo que debe hacer la autoridad, por medio de la Coordinación del Servicio Profesional Docente, para evaluar y decidir quién ingresa al, o se promueve o permanece en, el trabajo. Los lineamientos no son sugerencias, son mandato. Entonces, como entidad autónoma y máxima autoridad en materia de evaluación, ha legitimado los procedimientos contractuales. Por ello, mantener el INEE de la reforma actual no es conveniente.

Sostener esta posición no implica que se considere innecesaria otra institución, autónoma, que produzca información certera, la analice y difunda. Al contrario, es crucial. Es imprescindible un Sistema Nacional de Información Educativa confiable, ajeno a las relaciones laborales, cuya coordinación resida en un organismo autónomo, conocedor del sistema. Valga la comparación: un INEGI educativo. Hay en el actual INEE personas muy calificadas para hacer esta labor. Lo han hecho: deberían ser parte de la nueva entidad que, por cierto, ha de tener tamaño razonable y una forma de gobierno inteligente.

Aunque parezca paradójico, creo que es preciso que se elimine al INEE actual, por ser parte fundamental del engranaje de la reforma laboral del gobierno que termina, para dar lugar a la institución que, sin duda, se requiere. Ha de ser distinta, fuera de la “arquitectura” legal de la reforma vigente, dentro de otro proyecto de transformación educativa que, ojalá, sí esté guiado por mejorar el aprendizaje y la formación de los docentes. Un instituto autónomo sí, pero no así.

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La matemática escondida en Los Simpsons

Colombia / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Helena Cortés Gómez / Fuente: El Colombiano

Si le preguntan a un borracho qué número es mayor, 2/3 o 3/5, no será capaz de responder. Pero si replantea la pregunta, ¿qué es mejor, 2 botellas de vodka para 3 personas o 3 botellas de vodka para 5 personas, Dirá claramente que 2 botellas para 3 personas. Así reza un chiste matemático que grita: el problema no son las matemáticas sino la forma en que las enseñan.

Porque una pregunta común que se hace la gente es a qué se dedica un matemático o para qué sirve, lo que para muchos es un dolor de cabeza escolar.

Para algunos de los que se dedican a esta disciplina, ella no tendría por qué tener utilidad y según dijo el matemático español en una charla Ted Eduardo Sáenz de Cabezón, este porcentaje de profesionales piensa que “son un edificio bellísimo que tiene una lógica propia que se construye y que no hace falta que uno esté siempre mirando las posibles aplicaciones”.

Para otros en cambio, esta disciplina explica el funcionamiento de casi todo y por eso es importante: la espiral de las semillas de girasol, la geometría del cuarzo, el flujo del tráfico en la autopista y hasta los caprichos del azar están cifrados en el lenguaje matemático. Hay ciencias que tocan esa aplicación con la mano, la oncología, por ejemplo. Y hay otras que miran desde lejos, como la astronomía, pero sabiendo que son parte de su soporte.

Recientemente el joven matemático Sebastián Hurtado Salazar resolvió un problema matemático que tenía 30 años sin solución: la conjetura de Zimmer, sobre los objetos geométricos y sus simetrías. Un ejemplo de lo que hace un matemático: resolver problemas a través de preguntas adecuadas para comprobar conjeturas (un planteamiento a partir de indicios supuestos).

En la cultura popular

El pasado jueves en el Parque Explora, Jorge Cossio, doctor en Matemáticas, profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia y miembro de número de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn), dijo que estas son fascinantes no solamente por su belleza, sino también ordenan la información sobre el mundo y proporcionan herramientas que la trascienden (Ver Microhistoria).

El matemático francés Cedric Villanic, ganador de la medalla Fields, también llamada el nobel de matemáticas, aseguró que “la investigación matemática aporta la sexta parte de PIB de un país”.

Para Cossio esta se menosprecia porque muchos no la entienden debido a una falta de imaginación en la enseñanza básica “así que no es su culpa, sino de que se las enseñaron con un enfoque incorrecto”.

Uno de los planteamientos innovadores que se ha hecho en la pedagogía local, es el uso de productos de la cultura popular como la caricatura Los Simpsons paraincentivar habilidades matemáticas en los jóvenes. Eso sugirieron investigadores de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en el II Encuentro Internacional de matemáticas en 2013.

En esta serie norteamericana, por ejemplo, escrita por un montón de nerds matemáticos como asegura Simon Singh, un físico entrenado en Cambridge, autor del libro Los Simpson y sus secretos matemáticos (2013), hay innumerables referencias matemáticas que pueden encontrarse, que van desde pi hasta el infinito.

Estas han sido cuidadosamente introducidas de contrabando en los guiones por un equipo de redacción que consta de varias personas con antecedentes en matemáticas, incluido un par de doctores de Harvard.

Si se las perdió, estas son tres de los guiños matemáticos que podrá encontrar en Los Simpsons.

El último teorema de Fermat

En el episodio, El mago de Evergreen Terrace (1998), Homero intenta resolver uno de los rompecabezas matemáticos más difíciles de todos: el último teorema de Fermat que dice que no existe un número entero positivo que mayor que 2 satisfaga la ecuación an+bn=cn. Allí aparece un contraejemplo del último teorema de Fermat. Porque, mientras parece triunfar, la solución de Homero es lo que los matemáticos llaman “una falla cercana”, una forma elegante de decir “¡D’oh!” No funciona del todo.

En la escena, que puede ver en la imagen que acompaña a este artículo, al hombre amarillo se le ve haciendo garabatos de ecuaciones en un tablero. La ecuación de arriba se relaciona con la masa del bosón de Higgs, y la de abajo refiere a la cosmología y la línea inferior explora la geometría de las donas.

El nombre del teatro es un gran número

La sala de cine Springfield se llama Googolplex , nombrada por el libretista Mike Reiss, quien fue pródigo matemático cuando era un adolescente. Un googolplex se refiere a un número extremadamente grande: 10 googol . ¿Qué es? Es 10 elevado a 100 (10^100). El motor de búsqueda Google lleva el nombre de este gran número, aunque con una ortografía ligeramente diferente, para indicar que ofrece a sus usuarios acceso a grandes cantidades de información.

Los preferidos: los números primos

Estos ocupan un lugar especial en los corazones de los matemáticos, razón por la cual el libretista Jeff Westbrook (un ex profesor de la Universidad de Yale) insertó los números 8,191, 8.208 y 8191 en la pantalla Jumbo-vision en el estadio de Springfield en “Marge, Homero y el deporte en pareja en España” (2006), en la que le piden a fanáticos del béisbol que adivinen la asistencia. Estos dígitos pueden parecer arbitrarios e inocuos, pero en realidad representan un número perfecto, un número narcisista y un primo de Mersenne. 8128, por ejemplo, no es un primo ordinario, es un perfecto, porque sus divisores se suman al número en sí. El número perfecto más pequeño es 6, porque 1, 2 y 3 no solo se dividen en 6, sino que también suman 6. El segundo número perfecto es 28, porque 1, 2, 4, 7 y 14 no solo se dividen en 28, pero también suman 28.

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http://www.elcolombiano.com/tendencias/los-simpsons-y-las-matematicas-ID9566794

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Hoy no vino el ‘profe’

Puerto Rico / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Hergit Llenas / Fuente: El Diario

El programa de vales educativos da prioridad a estudiantes

Cuando la maestra oficial falta a la escuela, los niños son enviados a sus casas porque no hay suficientes sustitutos para cubrir la plaza vacante. Entonces, la escuela llama a los padres y estos tienen que pedir permiso en sus lugares de trabajo para ir a recoger a los pequeños.

En el caso de que no aparezca alguien que pueda ir a rescatar al estudiante, la escuela tiene un par de opciones: buscar un espacio donde ponerlos a esperar hasta la hora de salida o repartirlos entre los salones de clases de otros maestros del mismo grado, lo que no deja de ser un inconveniente para todos. Esa es la realidad que se está viviendo hoy día en algunos distritos escolares y muy especialmente en Puerto Rico. Aquí, la ausencia constante de maestros se ha convertido en un problema tan arraigado que muchos padres lo citan como una de las razones principales para enviar a sus hijos a una escuela privada.

Por años, en los Estados Unidos y en el Estado libre asociado ha existido un déficit de maestros. Desde el continente, llegan reclutadores ofreciendo a este gremio salarios y beneficios más lucrativos que los presentes en la isla, llevándose el talento local, mermando la oferta laboral y agravando una situación de por sí precaria.

La propuesta de libre selección de escuelas y vales educativos llega, pues, a Puerto Rico enhorabuena. La ley que permite transferir los estudiantes del ámbito público al privado, o a una escuela alianza (charter), salió triunfante hace unos meses de la Suprema Corte de Justicia. Gracias a este veredicto, este año abrió sus puertas la primera escuela charter en San Juan, administrada por The Boys and Girls Club. A partir del próximo año escolar (2019-20), también podrán transferirse a una escuela privada elegida por sus padres aquellos niños que cumplan con los requisitos estipulados para este programa.

El programa de vales educativos da prioridad a estudiantes que provienen de familias de bajos recursos, padecen una discapacidad, son adoptados, viven en refugios o bajo la tutela de padres sustitutos, han experimentado acoso escolar (bullying), académicamente muy talentosos o que experimentan atraso académico.

El Departamento de Educación tiene los próximos diez meses para implementar esta nueva iniciativa y los padres de Borinquen dicen esperarla con ansias locas.

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Hoy no vino el ‘profe’

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