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Entrevista a Juan M. Aguado: “Los estudiantes seguros de sí mismos no sentirán la tentación de abandonar”

Por: Educación 3.0

Para Juan M. Aguado, docente de Primaria, una de las principales cosas que pueden aprender sus alumnos es a tener buena autoestima: les servirá para superar cualquier reto. Es uno de los temas sobre los que gira su novela ‘La flor del dojo’, sobre la que hemos hablado en esta entrevista.

Las vivencias durante sus años de formación han servido de inspiración al docente Juan M. Aguado para escribir su primera novela: ‘La flor del dojo’, publicada por la editorial Círculo Rojo. En ella, los protagonistas se enfrentan a situaciones de acoso escolar que superan gracias a la práctica de artes marciales; una actividad que les ayuda a aumentar su autoestima. De hecho, para él es esencial: los estudiantes seguros de sí mismos no sentirán la tentación de abandonar, podrán afrontar cualquier reto que se les presente y sabrán sobreponerse al fracaso. No es el único tema que trata en sus páginas, en las que también quedan reflejadas la amistad verdadera, la igualdad e, incluso, la homosexualidad.

Pregunta: ¿Cómo ha inspirado tu experiencia educativa esta novela?

Respuesta: Lo que viví durante mi etapa escolar está impregnado en cada página de este libro. Me gustaba ir al colegio, aprobaba todo con facilidad y era un buen estudiante. Incluso me llevaron a concursos de estudiantes por los buenos resultados que tenía. Todo cambió en Secundaria: me sentía incómodo en el centro escolar, me costaba entablar relación con los demás compañeros, sufrí episodios de acoso y empecé a ver la educación y la asistencia al colegio como algo negativo.

P: ¿Cómo te afectaron los episodios de bullying?

R: En muchas ocasiones, la gente que sufre este problema prefiere no hablarlo en el centro escolar ni en casa. Bien por miedo a represalias de aquellos que te están acosando precisamente o también, como en mi caso, porque me costaba asumir quién era y no quería que trascendiera más allá del ámbito escolar. Al final, es una situación que muchas veces se sufre en silencio y repercute negativamente en tu comportamiento, en tus notas y en tu rendimiento en general.

Los adultos no solemos pensar que esas conductas son señales de los jóvenes: son cosas de la edad, la rebeldía de la adolescencia, como se suele decir. Por eso creo firmemente en quitar las etiquetas dentro del centro escolar e intentar profundizar en el comportamiento de los alumnos ya que, casi siempre, un mal comportamiento se debe a algo más profundo que tenemos que saber analizar los que nos movemos en este ámbito.

P: ¿Qué conlleva para un adolescente sufrir acoso?

R: Recuerdo mucha tristeza y soledad, sobre todo los dos primeros años de ESO. ¡No tenía ni un solo amigo! A nivel académico, bajé el rendimiento tanto que me llevó a repetir curso y finalmente a dejar de estudiar, porque no me sentía para nada perteneciente a la comunidad educativa. Fue una decisión propia de aislamiento personal. Sin embargo, no todo fue malo. Por suerte, las amistades que surgen cuando estás sumido en una situación así suelen ser de las buenas y sinceras. En este caso, mis amigas de aquella época fueron mi pilar para no derrumbarme.

P: La novela está inspirada en el mundo del karate. ¿Cómo te ayudó?

R: Después de abandonar el instituto tras el primer curso de Bachillerato, empecé a trabajar. Pensé que ya había dejado todas malas experiencias atrás, pero nada más lejos de la realidad. Tendemos a pensar que son situaciones que solamente ocurren en el ámbito escolar, pero nos equivocamos, pues están en todos los estratos de la sociedad. En mi situación personal, tras aguantar más burlas de compañeros de trabajo e incluso tras un intento de agresión homófoba, decidí que quería cambiar y, aunque ahora me suena infantil, hacerme más fuerte.

La flor del dojo, estudiantes seguros

P: ¿Cómo pueden las artes marciales ayudar a superar el fracaso escolar?

R: Después de años de practicar karate conseguí asumir mi propia identidad y, sobre todo, mejorar mi autoestima: comprendí que podía seguir estudiando sin problema. Había creado un bloqueo mental que me hacía creer que era incapaz de ser buen estudiante, pero cuando miraba todo lo que había conseguido en el mundo del karate, las metas y barreras superadas, me sentí motivado para volver a los libros también.

P: ¿Cómo se enlazan realidad y ficción en la novela?

‘La flor del dojo’ no deja de ser una novela de ficción. Habla mucho de las emociones, de la derrota y de cómo afrontarla. Tiene muchos de mis sentimientos de aquellos años, vividos por sus dos protagonistas, que afrontan paso a paso todas las adversidades que se les van presentando. Quería que, de alguna forma, esto motivara a la gente a ver que siempre se puede salir adelante y supongo que elegí el mundo del karate porque es el que mejor conozco y porque fue el que me ayudó en mi experiencia personal. En principio, cualquier arte marcial está basada en unos valores de respeto, humildad, compañerismo, etc. Sobre todo, las que provienen de Japón.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/entrevista-juan-m-aguado/120318.html
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Cómo impacta el estrés infantil sobre el proceso de aprendizaje

Por: Educación 3.0

Óliver Jiménez, formador e investigador en mindfulness y gestión emocional, analiza por qué sufrir estrés durante el proceso de aprendizaje puede repercutir de manera muy negativa a la hora de afianzar conceptos y contenidos.

Pablo acaba de recibir la calificación de su primer examen de matemáticas. Es una nota de sobresaliente, así que su profesora lo felicita delante de todos sus nuevos compañeros mostrándolo como modelo a seguir en su asignatura. Cualquiera podría pensar que Pablo debe estar muy contento con su nota y, sobre todo, por empezar así su nueva etapa. Para Pablo, es todo lo contrario. Piensa que a partir de ahora tendrá que sacar siempre un sobresaliente en esa asignatura para cumplir con la expectativa de su nueva profesora, siendo cualquier otro resultado un tremendo fracaso. Sobre todo, desde que sus padres se han divorciado y está viviendo con su madre en un lugar diferente, lo que hace que la situación sea especialmente difícil. Desde el punto de vista de Pablo, sentirse estresado por ello es muy lógico, sobre todo teniendo en cuenta el cúmulo de circunstancias que se dan en su vida en ese momento, pero de mantenerse en el tiempo ese nivel de alerta y activación, Pablo podría desarrollar un estrés negativo. Esta es una manera de demostrar que el estrés infantil impacta sobre el proceso de aprendizaje.

estrés infantil

El concepto de estrés, debido a su extendido uso de forma coloquial o a su mal uso, suele ser confundido con otros conceptos (por ejemplo, con el de ansiedad), lo que conlleva en muchas ocasiones a patologizar situaciones puntuales de estrés, como pueden ser la vuelta al trabajo después de las vacaciones, o enfrentarse a un mal resultado. Ello implica que valoremos frecuentemente el estrés como algo negativo que hay que evitar en todo momento. Sin embargo, el estrés que podemos experimentar en estas situaciones es totalmente adaptativo y necesario, lo que nos ayuda a lidiar con las nuevas demandas del contexto que tenemos que afrontar.

El lado positivo del estrés

El estrés se puede definir como la respuesta (cognitiva, fisiológica y conductual) que da nuestro organismo cuando el entorno al que nos exponemos es evaluado como desbordante, ya sea por falta de recursos o por suponer una amenaza para nuestro bienestar (Lazarus y Folkman, 1984). La respuesta de activación fisiológica, cognitiva o conductual (dependiendo de la duración y la intensidad), puede provocar un estrés puntual que sea adaptativo y nos permita desarrollar nuevas herramientas para afrontar la situación (ej: aumentar nuestros momentos placenteros, priorizar tareas o pedir ayuda), o un estrés negativo (distrés) que puede incluso llegar a ocasionarnos algún trastorno psicofisiológico o psicosomático, como pueden taquicardia, asma bronquial, psoriasis, etc… (Labrador y Crespo, 1993).

Es por ello que el estrés negativo depende totalmente de la vivencia personal, lo que hace que una misma situación pueda ser evaluada de forma totalmente opuesta por personas diferentes. Por eso Pablo estaría experimentando su sobresaliente como algo estresante, aunque para cualquier otro sería una situación positiva y digna de celebración.

estrés infantil

Pablo podría tener una serie variada de conductas como respuestas al estrés: evitar la situación (poner excusas para no ir clase de matemáticas), sentir hostilidad, llorar, bloquearse ante problemas que antes solventaba, o la más frecuente, experimentar cansancio, agotamiento o ansiedad (Sapolsky, 2015). Todas estas respuestas tendrán consecuencias negativas en el entorno familiar y escolar, por lo que Pablo podría experimentar un deterioro en la relación con sus compañeros, ver la escuela como una amenaza o pensar que no puede afrontar o soportar las demandas del nuevo contexto. Jermott y Magloire (1985) relacionan altos niveles de estrés prolongados en el tiempo con una disminución del sistema inmunitario, haciendo a Pablo más susceptible de caer enfermo y reducir su asistencia a clase, lo que podría afectar a su rendimiento académico, su autoestima o sentirse fracasado o indefenso frente a las demandas del nuevo contexto, entrando en un círculo vicioso que incrementaría el estrés.

En el caso concreto del aprendizaje, cuando nuestro organismo se encuentra bajo una amenaza (real o subjetiva), la reacción funcional y adaptativa es la de abordar de forma inmediata dicho peligro e intentar solventarlo, por lo que nuestra atención y recursos van destinados a ello, afectando al modo en que pensamos, sentimos y actuamos. Pablo entraría en ‘modo supervivencia’, pasando a un segundo lugar (o dejando de lado) todo lo relacionado con el proceso de aprendizaje: memorización de contenidos a corto y largo plazo, la atención sostenida, la retención de conceptos novedosos, la resolución de problemas, entre otros. Un estudio reciente pone de manifiesto que los estudiantes de entre 6 y 8 años que experimentan altos niveles de ansiedad en matemáticas, sufren una reducción en el uso de la memoria de trabajo, impidiendo solucionar problemas complejos de forma eficaz, aunque posean una gran capacidad para solventarlos (Ramirez, Chang, Maloney, Levine y Beilock, 2016).

El aprendizaje de Pablo, por tanto, se ve afectado al estar puesta su atención en los pensamientos, emociones o sensaciones relacionadas con la fuente de su estrés, experimentando frecuentemente culpabilidad por la separación de sus padres o pensar habitualmente que tiene que sacar buenas notas para agradar a sus nuevos compañeros. Por ello es normal que Pablo se sienta agotado o fatigado a diario, duerma mal y experimente tristeza o ganas de llorar constantes.

” El aprendizaje se ve afectado al poner la atención en pensamientos, emociones o sensaciones relacionados con la fuente de estrés “

Es normal, por tanto, que Pablo se distraiga con facilidad, sienta frustración o desarrolle conductas hostiles que antes no mostraba, experimentando continuamente una gran inestabilidad emocional y viéndose perjudicado, una vez más, su proceso de aprendizaje y adaptación al nuevo entorno, desarrollando menor flexibilidad a los cambios y experimentando una peor relación con sus profesores, sus compañeros y el entorno educativo (Jensen, 2003).

Por ello es importante la realización de intervenciones preventivas en los entornos escolares que doten (tanto a docentes como a su alumnado) de herramientas que reduzcan la exposición de forma continua a experiencias estresantes, minimizando su impacto a fin de lograr una mayor salud psicológica a corto y largo plazo.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/como-impacta-el-estres-infantil-sobre-el-proceso-de-aprendizaje/115626.html

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Vídeo: ¿Por qué nos cuesta mirarnos al espejo? por Andrea Vilallonga

Por: TEDxTarragona.

La aceptación de nuestra apariencia es un paso fundamental para gestionar la impresión que causamos en los demás. Pierre Bordeau ya definió las tres formas principales de capital: económico, social y cultural. Pero, ¿y si además existiese un capital erótico? En esta divertida charla Andrea Vilallonga nos desvela las claves para mejorar nuestra influencia en los demás.

L’acceptació de la nostra apariència és un pas fonamental per gestionar la impressió que causem en els altres. Pierre Bordeau ja definí les tres formes principals de capital: econòmic, social i cultural. Però, i si a més existís un capital eròtic? En aquesta divertida xerrada Andrea Vilallonga es explica les claus per millorar la nostra influència en els altres. Segueix-nos a Facebook www.facebook.com/tedxtarragona

Fuente del documento: https://www.youtube.com/watch?v=5slX7TRUqa8

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La corrupción del espíritu

América del Norte/México/22-09-2019/Andrea Bárcena/www.jornada.com.mx
Por: Andrea Bárcena
El síndrome de Hubris (SH) es un trastorno siquiátrico reconocible por 14 síntomas, aunque sólo cinco le son propios, ya que los demás también aparecen en otros trastornos incluidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Siquiatría (DSM, por sus siglas en inglés).

En 2008, David Owen, destacado neurólogo y político británico, publicó un estudio sobre el síndrome de Hubris que afecta a personajes embriagados por el poder en la política, en la ciencia, el mundo financiero y otros. Se trata de individuos que se creen llamados a realizar hazañas, muestran tendencia a la grandiosidad y la omnipotencia; son incapaces de escuchar y son refractarios a las críticas. Para Owen, el SH está indisolublemente unido al poder y alimentado por el éxito. Lo describe como un trastorno reversible (al desaparecer el poder). En su libro En el poder y en la enfermedad, (Siruela, 2010) hay un capítulo dedicado a la protección democrática contra los gobernantes con SH.

El término Hubris está tomado del concepto griego Hybris (hýbris) que significa exceso de soberbia. Alude al ego desmedido, a la sensación de omnipotencia y al deseo de transgredir los límites que los dioses impusieron al hombre frágil y mortal. En la mitología griega, Némesis era la diosa de la justicia, el equilibrio y la mesura. Ella castigaba los excesos de egolatría y devolvía al enfermo de Hubris a los límites que había cruzado. Como fue el caso de Ícaro cuando el Sol derritió sus alas por volar demasiado alto, cayó al mar y desapareció para siempre.

Los principales síntomas del SH en los políticos son: 1) propensión narcisista a ver la realidad como escenario para ejercitar el poder y buscar la gloria; 2) tendencia a la exaltación y al mesianismo 3) excesiva confianza en sus propios juicios y desprecio por el de los demás; 4) creencia de que sólo deben rendir cuentas a cortes elevadas como Dios o la historia; 5) incompetencia hubrística por excesiva confianza y falta de atención en los riesgos… A los niños se les puede proteger de padecer este síndrome si desde temprana edad se cuida su autoestima, si reciben amor franco y saludable y si no se fomenta en ellos sentimientos de rencor o superioridad.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/09/14/opinion/030o1soc

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José Carlos Ruiz: «El pensamiento crítico es la cara oculta de la felicidad»

Redacción: Levante

José Carlos Ruiz, doctor en Filosofía Contemporánea, señala que con los hijos «lo primero es construir un ambiente de diálogo constante sin necesidad de forzar situaciones».

José Carlos Ruiz es doctor en Filosofía Contemporánea, estudió Filosofía en la Universidad de Sevilla y en la Sorbona de París. Lleva 20 años como docente y ha escrito artículos y libros en los que acerca la filosofía a todos los públicos. Está especializado en el pensamiento crítico, temática que abordará el 5 de octubre en el Palau de Congressos de València en el evento «Gestionando hijos».

Para la gente que no ha oído hablar nunca del pensamiento crítico, ¿cómo explicaría a qué se refiere con este concepto?

El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos de entender nuestro mundo en relación con el mundo de los demás. Mientras mejor trabajemos el pensamiento crítico de nuestros hijos e hijas, más les facilitaremos la creación de una identidad sólida y equilibrada, a la vez que les dotaremos de las herramientas necesarias para comprender las identidades de los demás.

¿Qué peligros o problemas conlleva la falta de pensamiento crítico?

Serían muchos. Tenemos que destacar que el hecho de no pensar bien puede provocar que terminemos tomando decisiones bajo el amparo exclusivo de las emociones. Esto conlleva la adopción de una identidad o personalidad ligera que podría entrar en una espiral de drogodependencia emocional en la que en la toma de decisiones que nuestros hijos realicen se impongan las emociones positivas, subordinando su capacidad de análisis exclusivamente a su faceta sentimental.

Para que aprendan a tomar buenas decisiones, tenemos que trabajar con ellos un correcto desarrollo del pensamiento crítico que les posibilite el equilibrio entre su faceta emocional y la faceta racional. Esto nos llevaría a un segundo problema, la sociedad en la que vivimos no cesa de generar estímulos bien diseñados, potenciando las emociones positivas y poniéndolas a su alcance. Tras lograr cubrir un estímulo, se genera otro de fácil acceso de manera instantánea y, así, entran en una espiral de acción imponiéndose una vida plagada de actividad donde no se deja espacio ni tiempo para la reflexión.

Tanto es así, que la hiperactividad y los problemas de atención empiezan a ser cada vez más preocupantes. En este mundo la acción parece haberle ganado la batalla a la reflexión, de ahí que haya querido trabajar de manera concreta con una metodología fácil y accesible: la recuperación del pensamiento crítico para compensar el desequilibrio que genera una sociedad intelectualmente anestesiada.

¿Qué se puede hacer para frenar esto?

Trabajar con ellos su capacidad de análisis. Tenemos que insertar rutinas de pensamiento en su día a día, tanto en casa como en el colegio. Nosotros hemos creado un método de pensamiento crítico con niños de múltiples edades en seis colegios, una hora a la semana durante un curso escolar, y con familias. Un método que no requiere formación y que consiste en modificar pequeños detalles de su cotidianidad para que vayan acostumbrándose a realizar análisis por su cuenta.

Por ejemplo, insertar en las rutinas familiares el proceso de la mayéutica socrática, que no es otra cosa que hacerles las preguntas adecuadas y acostumbrarlos a que ellos también vayan cultivando el arte de preguntar.
Es necesario que recuperen lo que nosotros hemos denominado el proto-pensamiento, que está compuesto por tres elementos que se enlazan consecutivamente: el asombro, la curiosidad y el cuestionamiento.

Tras tres meses de trabajo, los resultados de aplicar el método fueron esperanzadores, pero a partir del cuarto mes pudimos observar que el progreso en la capacidad de análisis de ellos (cómo elegían y analizaban sus amistades, cómo eran capaces de hacer preguntas que se enfocaban más allá de lo superficial o lo evidente, o el modo en el que empezaban a tener criterios propios por encima de la opinión del grupo) creció exponencialmente de manera asombrosa.

¿Cómo pueden unos padres poner en práctica el pensamiento crítico con sus hijos desde que son pequeños?

Lo primero es construir un ambiente de diálogo constante sin necesidad de forzar situaciones. Es conveniente que ellos sean conscientes de cuáles son las circunstancias reales que les rodean para que su pensamiento parta de una realidad familiar. Así, cuando vayan construyendo su identidad, tendrán unas raíces asentadas en lo real. De lo contrario, el peso de lo virtual puede hacer que su pensamiento se proyecte sobre elementos que no formen parte de su entorno.

Poco a poco, tendremos que trabajar con ellos el proto-pensamiento. Nuestros hijos, cada vez más, están perdiendo la capacidad de asombrarse. La saturación visual y de estímulos a la que les sometemos hace que presten menos interés por las cosas y se cansen rápido de las novedades. Hay que recuperar la capacidad de asombro, pero hay que hacerlo dentro de su cotidianidad, con las cosas comunes, elementos simples como hacerles ver que un simple movimiento del grifo provoca que el agua salga caliente o fría y, a partir de ahí, despertar la curiosidad que termine en un cuestionamiento. En mi libro «El arte de pensar para niños» pongo muchos ejemplos que han resultado ser de utilidad para esto.

Un momento importante y que temen muchos padres es cuando sus hijos ya quieren su propio móvil, estar en redes sociales, etc. ¿Qué se hace en esas situaciones? ¿A qué edad cree que ya pueden estar bien formados?

No es cuestión de edad, depende de la madurez del niño. Lo que recomiendo es que cuando vean que ya tiene la madurez para tener móvil o para abrirse un perfil social, que se haga conjuntamente, hacerlo con él o ella. Nosotros lo hicimos así en casa con mi hijo mayor. De hecho, nada más abrirse la cuenta en Instagram le dijimos que durante un día mirase los perfiles de sus amigos y que analizase lo que subían, le pedimos que nos dijese qué es lo que había visto, qué le parecía, si le aportaban alguna cosa interesante las fotografías y los comentarios.

Si hemos hecho del pensamiento crítico el eje que vertebra su educación, entonces descubriremos que con 12 años, por ejemplo, son muy capaces de analizar la superficilidad que a veces se presenta en Instragram o el afán de protagonismo, la egolatría€ Después le dijimos que antes de subir una foto se tenía que realizar una pregunta: ¿qué beneficio saco de subir esta foto y qué perjuicios puede provocar o provocarme?

Habla de la necesidad de educar el pensamiento crítico visual. ¿Algún ejemplo?

Qué duda cabe que nuestro mundo y, sobre todo, su mundo es eminentemente visual, estamos rodeados de pantallas, de lo que algún filósofo como Lipovetsky ha denominado la Omnipantalla. Por eso creo que es muy importante que les eduquemos la mirada, que sean capaces de tener un pensamiento crítico visual. El caso de Bután es un ejemplo muy significativo de lo que pasa cuando la realidad virtual de las pantallas se inserta en la vida real de las personas, de manera tan arraigada que condiciona hasta el modelo de felicidad. Bután era uno de los países que se consideraba más felices del mundo hasta el año 2000. El objetivo del rey de Bután era que sus habitantes fueran felices y poco a poco quería que el país se fuera modernizando sin occidentalizarlo. Cada dos años les pasaba una encuesta a todos sus ciudadanos (700.000 personas) en el que se les preguntaba por su bienestar y felicidad.

El problema fue que en el año 2000 decidieron introducir, por primera vez, la televisión y en 2001, Internet. Cuando pasaron las encuestas en 2002, descubrieron que el índice de felicidad de sus habitantes había bajado drásticamente. Dos años después, cayó en picado. En apenas cuatro años, sus ciudadanos parecían no estar satisfechos con la vida que habían estado llevando hasta entonces. Se presentaron los primeros casos de violencia grave y de tráfico de drogas, y el divorcio apareció con mucha fuerza. En este breve periodo de tiempo modificaron hasta sus cánones de belleza. La mujer de Bután era una mujer fuerte que podía acompañar al hombre en las labores del campo a la vez que cuidaba de los niños. Al introducir la televisión en las casas, se empezó a imponer el canon de belleza femenino virtual que condiciona la autoestima de las mujeres y el canon estético de los hombres, provocando una insatisfacción en ambas partes.

Se había introducido el mundo virtual de las pantallas sin trabajar el pensamiento crítico visual previamente y, al final, el poder de la imagen virtual se apoderó de las emociones reales. De ahí que tengamos que cuidar mucho esta faceta si queremos que nuestros hijos sean capaces de educarse de manera equilibrada, porque no podemos perder de vista que el pensamiento crítico es la cara oculta de la felicidad.

Fuente: https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2019/09/19/pensamiento-critico-cara-oculta-felicidad/1923312.html

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Alertas con el acoso escolar en el regreso a las aulas

Algunos factores pueden permitir a padres y familiares notar si alguien sufre bullying.

Las clases inician para David Melo, de 11 años, en una nueva escuela. Desde hace dos años, como cuenta Lorena Villa, su madre, él ha sufrido de acoso escolar, conocido en la actualidad como ‘bullying’, por parte de sus compañeros. Ella se enteró el año lectivo pasado.  David no quería ir a clases, “siempre estaba enfermo”. Dice que las mañanas se excusaba con dolores de estómago o de cabeza. “Así pasaba todas las semanas”.

Pese a que al principio permitía que su hijo falte, Villa comenzó a sospechar que algo no estaba bien, por la recurrencia de los dolores.  “Tuve que ir a hablar con sus profesores para ver si había algún problema, pero me decían que no era muy amiguero y punto”, señala.

Conversé con él y me confesó que no le gustaba que sus compañeros le molesten por ser gordito y tener lentes”.

Ese día, Villa fue a hablar en el colegio, y, tras no notar cambios, recurrió a cambiar de institución educativa a su hijo.

Realidad

Para Alejandra Arcos, sicóloga educativa, estos casos son comunes y pueden ser persistentes. “A veces, estos comportamientos se han normalizado como parte de la cotidianidad”.

Menciona que el ‘bullying’ afecta en varios aspectos a los niños y jóvenes que lo sufren; tanto físico como sicológico.

Estos episodios frecuentes pueden generar problemas de autoestima. A veces los agresores se toman de rasgos físicos para molestar a las víctimas”, aduce.  Detalla que los diferentes tipos de ‘bullying’ repercuten a largo plazo en las víctimas que se han sometido a estos episodios por largos periodos. “Pueden deprimirse, ser inseguros, reservados o incluso generar traumas”.

Para ella, si se quiere evitar la proliferación del acoso escolar, es necesario, no solo tratar con la víctima, sino también con el agresor. “Es necesario conversar acerca de su día en el colegio, tratar de generar esa confianza que permita que, si llega a sufrir algún caso de acoso, tenga la confianza de compartirlo para dar una solución”.

Propuestas

Desde el Ministerio de Educación y entidades municipales se han emprendido algunas opciones para tratar el ‘bullying’, con campañas y otras alternativas.

Entre estas propuestas destaca la iniciativa ‘1800 acolita’ (2265482), promovida por el Patronato Municipal. Esta iniciativa, generada en 2017, se convirtió en una plataforma confidencial a la que niños y jóvenes pueden comunicarse para hablar de acoso escolar y recibir guía de profesionales.

Gabriel Mosquera, jefe de la unidad de jóvenes del patronato, asegura que desde su inicio hasta agosto de este año se han reportado alrededor de 872 casos de acoso por medio de esta plataforma. Por esto, además, han ampliado las plataformas de comunicación a la página web del patronato y whatsapp.

Si un niño o joven sufre de bullying, pueden comunicarse al 1800 acolita, al whatsapp o escribirnos a la página web. Ahí le atenderá un profesional en sicología que estudiará su caso para dar una serie de sesiones telefónicas. Es anónimo: ni el profesional sabe quién es el que llama”, cuenta.

Para Mosquera, esta línea gratuita ha permitido que varios puedan superar los casos de acoso escolar. Añade que se han comunicado padres para saber si sus hijos sufren de ‘bullying’, o profesores que buscan alternativas para enfrentar estos hechos. (ECV)

En la lupa

Con respecto a la lucha contra el ‘bullying’, María Alexandra Naranjo, secretaria de Educación del Distrito, explica que en las instituciones municipales se fortalecerá el departamento de bienestar estudiantil y la Junta de Resolución de Conflictos para erradicar estos casos de violencia.

Señales
Para detectar 

°  Cambio de humor.

°  Baja en el rendimiento escolar.

°  Pérdida de apetito.

°  Depresión.

°  Disminución del autoestima.

°  Pérdida de interés por ir a clases.

Fuente de la Información: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102269674/alertas-con-el-acoso-escolar-en-el-regreso-a-las-aulas

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