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Estudio: El Cambio climático acabará con los días “perfectos”

Por: jornada.unam.mx/21-01-2017/

Washington. El calentamiento global acabará con algunos de esos días de clima perfecto en el futuro, según el primer estudio que prevé el buen tiempo.

La Tierra tendrá de media 10 días menos de clima templado y seco a finales de siglo, estiman los investigadores. Algunos lugares disfrutarán de más días perfectos para comer o celebrar bodas al aire libre, mientras que en otras regiones se perderán muchos. Río de Janeiro, Miami y gran parte de África son los más perjudicados, mientras que Europa y Seattle disfrutarán de unas condiciones más agradables.

«Este es el tipo de tiempo con el que se puede salir al exterior y hacer algo divertido», dijo la principal autora del estudio, Karin van der Wiel, climatóloga de la Universidad de Princeton y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). «No hace demasiado frío. No hace demasiado calor. No hay demasiada humedad».

En las últimas tres décadas, el mundo ha registrado un promedio de 74 días anuales con estas condiciones. Pero en 2035 se habrán reducido a 70 y caerán a 64 en los dos últimos decenios del siglo, de acuerdo con el estudio publicado el miércoles en la revista Climatic Change. Estas jornadas se caracterizan por tener una temperatura de entre 18 y 30 grados Celsius (entre 68 y 86 Fahrenheit) con baja humedad y solo un pequeño rastro de lluvia.

Cualquier cambio depende del lugar de residencia y de la época del año. Por ejemplo, para finales de siglo, Estados Unidos tendrá una media de nueve días menos con este clima cálido en verano, aunque recuperará la mayoría durante el invierno, la primavera y el otoño. El estudio estima que, en promedio, Washington perderá 13 días, Atlanta, 12; Chicago, nueve; Denver y Nueva York, seis y Dallas, uno.

Los principales perjudicados serán los trópicos y casi toda África, el este de Sudamérica, el sur de Asia y el norte de Australia. Rio de Janeiro tendrá un promedio de 40 días de temperaturas cálidas menos. Miami perderá su única jornada con estas condiciones durante el verano y casi el mes que tiene en primavera y otoño para 2100.

«Los cambios son más dramáticos en partes del mundo en desarrollo, donde hay una mayor concentración de población», dijo Sarah Kapnick, coautora del estudio y climatóloga de la NOAA.

Otras zonas, especialmente las desarrolladas en el norte, ganarán algo de lo que se perderá en el trópico. Inglaterra y el norte de Europa serán los más beneficiados. Seattle tendrá nueve días más de temperaturas cálidas y Los Ángeles, que ya disfruta de un clima agradable, tendrá seis días extra a final del siglo.

Los científicos suelen centrarse en el clima extremo — temperaturas elevadas, ciclones tropicales, sequías, inundaciones — y en cómo podrían empeorar a medida que el mundo se calienta.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/01/18/cambio-climatico-acabara-con-dias-los-dias-201cperfectos201d-estudio

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Calentamiento global: cavando la propia tumba

Por: Mariana Zegers

Actualmente, el consenso respecto del proceso de calentamiento global que estamos experimentando es casi total en el mundo de las ciencias y la política. Debemos, sin embargo, restar a algunos ignorantes y/o corruptos que alegan, por ejemplo, que el hombre no tiene tal capacidad de transformar la naturaleza, que eso constituye un acto propio de Dios. Debemos restar a aquellos que tienen sus intereses comprometidos en los negocios que el calentamiento global pone en jaque; pues para hacerle frente es necesario sustituir los combustibles fósiles por energías limpias; y en dicho sentido habría que preguntarse a qué intereses sirve el progreso de la ciencia y la tecnología. Pero el calentamiento global también pone en jaque los modos de vivir, en especial las formas y niveles de consumo.

Nos referimos a tres conceptos clave concatenados entre sí: efecto invernadero, calentamiento global y cambio climático. El efecto invernadero es un suceso natural, que permite la vida, tal como la conocemos en nuestro planeta. Los gases de efecto invernadero en la atmósfera de la Tierra retienen parte de la energía solar, conservando e incrementando la temperatura de su superficie. Sin la presencia de estos gases la Tierra sería inhabitable para nuestra especie y muchas otras, debido a sus frías temperaturas. El problema radica en que los gases de efecto invernadero han ido aumentando, por efecto de la contaminación humana; en particular por la deforestación y la quema de combustibles fósiles. Sabemos también que el consumo de carne de vaca es muy contaminante, pues se necesita una gran cantidad de tierra y energía para la mantención de las vacas y la producción de carne.

Debido al incremento de estos gases, la atmósfera retiene más calor, por lo que la temperatura del planeta sube. Esto es lo que llamamos calentamiento global.Durante los últimos 150 años la temperatura global ha aumentado. Este calentamiento de la Tierra ha generado el cambio climático. El estudio de las variaciones del clima que ha experimentado nuestro planeta, asociadas a factores como las alteraciones en la circulación de los océanos, la actividad solar, volcánica y geológica, en la composición de la atmósfera, permite entender con mayor claridad el fenómeno del calentamiento global (Estudio UNAM).

El cambio climático es definido en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático como “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a actividades humanas que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”. Las transformaciones climáticas que acompañan este fenómeno no son despreciables: tormentas en mayor intensidad y número, incendios, desertificación, olas de calor y sequías, inundaciones y alteraciones en el ecosistema, además de los nocivos efectos de la contaminación en la salud de los contaminantes.

Las implicaciones del calentamiento global en el respeto de los derechos humanos se hace cada vez más patente. Este fenómeno no solo impacta negativamente en el medio ambiente, sino también en el crecimiento económico, en la salud de las personas, en el desarrollo de las culturas. El aumento del nivel y temperatura del mar, los fenómenos meteorológicos extremos ya descritos, tienen y tendrán consecuencias directas e indirectas en el ejercicio cabal de los derechos humanos. Basta con pensar en las migraciones masivas, producto de la desaparición de territorios y medios de subsistencia, y los problemas de abastecimiento de agua y alimentos.

El calentamiento global es una amenaza para el pleno goce de una gran diversidad de derechos humanos. Como en general ha sucedido en la historia de nuestra humanidad, son los grupos más vulnerables los más afectados, en primera instancia. Son los más pobres, los pequeños países insulares que menos contaminan, los países africanos, los pueblos indígenas, que mantienen un lazo vital con sus tierras. Pero a la larga todos sufriremos sus embates; la naturaleza no discrimina por etnia, clase social, género, sexo, creencias políticas o religiosas. Recientemente, los medios informaron que Chile está en el top 10 de los países más afectados por el cambio climático, ¿debiera ser esta noticia un motivo para acelerar la marcha?

Los líderes mundiales se reunieron a debatir en torno al cambio climático en la COP 21, Conferencia de Naciones Unidas que tuvo lugar en París en 2015, con el fin de generar medidas para afrontar y mitigar los efectos del calentamiento global. De estas conversaciones y negociaciones surgió el Acuerdo de París, instrumento jurídico constituido por una combinación mixta de disposiciones vinculantes y no vinculantes. El acuerdo principal que regulará el proceso internacional será vinculante para las Partes. Cabe preguntarse, ¿su carácter vinculante significa que su incumplimiento es punible? (Fuente Naciones Unidas).

El Acuerdo de París  tiene por objeto reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza. Para ello, la meta es mantener el aumento de la temperatura de la Tierra muy por debajo de los 2° Celsius con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5° Celsius.De igual forma, se buscar reforzar la capacidad de adaptación a los efectos hostiles del cambio climático, promoviendo el desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero y elevando el apoyo financiero para mitigación del calentamiento global y resiliencia al cambio climático. Para la obtención de los objetivos ya señalados, cada país, de los 195 reunidos en la COP 21 de París, presentan voluntariamente sus planes de reducción de gases contaminantes. Todo el que firme y ratifique el Acuerdo de París, debiera, en teoría, cumplir con los compromisos adquiridos. A la fecha, Chile no ha ratificado el acuerdo.

Si bien los países más contaminantes han firmado este acuerdo, como China, Estados Unidos e india;  las medidas resultan insuficientes. A pesar de que una parte considerable de los países ya presentó sus respectivos planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, en el mismo Acuerdo de París se manifiesta preocupación porque las emisiones de gases contaminantes resultantes de las contribuciones previstas por cada Estado Parte no son compatibles con el objetivo de mantener el alza de la temperatura del planeta por debajo de los 2° Celsius. En este contexto, se  afirma que “se requerirá un esfuerzo de reducción de las emisiones mucho mayor que el que suponen las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional”. Por ello, se han establecido mecanismos de revisión con el objeto de que cada Estado aumente sus compromisos.

La última instancia de encuentro de los mandatarios de los países fue la COP 22, con sede en Marrakech, celebrada en noviembre de este año. Esta conferencia continúa lo iniciado en la COP21, buscando poner en acción los acuerdos recogidos, que giran en torno a tres ejes: mitigación, adaptación y financiación. El comunicado de prensa de la Naciones Unidas señala que, dentro de las numerosas iniciativas lanzadas, se invertirán billones de dólares para apoyo de tecnologías limpias. Asimismo, celebra que “los Gobiernos han fijado un corto plazo, hasta 2018, para completar las normas de aplicación del Acuerdo de París con el fin de asegurar la confianza, la cooperación y su éxito en años y décadas venideros”. Sin embargo, no podemos obviar que esta ponderación positiva respecto de los avances en el marco de las últimas dos conferencias viene de muy cerca. La realidad es que, si bien se ha progresado en el reconocimiento de la gravedad del problema, las medidas a tomar son completamente insuficientes, incluso para los objetivos delineados en el Acuerdo de París.

Pero la buena voluntad de los políticos no basta. Los modelos de previsión y consumo a los que debiéramos encaminarnos no se ajustan a los sistemas extractivista y neoliberal. Lo que cada vez queda más claro es que no podremos mantener mucho tiempo más el estilo de vida del que han gozado los países desarrollados; reflexión que nos conduce a otra mayor: hay una tarea en educación ciudadana pendiente respecto del calentamiento global.

La temperatura del planeta aumenta, amenazando con romper el equilibrio que ha permitido nuestra existencia. Esto parece absurdo: estamos preparando un entierro y sabemos que es el nuestro, pero la inercia de muchos y la codicia de algunos entorpece el campo de acción. Es un escenario vergonzoso que muchos tratan de evitar, por todo lo que implica revertir o al menos mitigar este fenómeno ya instalado. Sin embargo, es la Tierra la que nos recuerda la gravedad del calentamiento global. Y será la Tierra la que nos exhorte a actuar con la urgencia y determinación que esta realidad exige; en caso de no ser demasiado tarde.

fuente:http://radio.uchile.cl/2016/12/14/calentamiento-global-cavando-la-propia-tumba/

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Stephen Hawking: «Este es el momento más peligroso para nuestro planeta»

Por: VeoVerde.07/12/2016

El célebre astrofísico hizo referencia a la gravedad de las amenazas globales que acechan a la Tierra en este tiempo.

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“LO QUE TODO AMBIENTALISTA NECESITA SABER SOBRE CAPITALISMO”: FRED MAGDOFF Y JOHN BELLAMY FOSTER.

Por: Marxismo Crítico.

Ha llegado el momento de que aquellos preocupados por el destino de la Tierra enfrenten los hechos: no sólo la grave realidad del cambio climático sino también la acuciante necesidad de un cambio en el sistema social. La incapacidad de arribar a un acuerdo sobre el clima global en Copenhague en diciembre de 2009 no fue únicamente una simple abdicación de liderazgo mundial, como se ha sugerido frecuentemente, sino que tuvo raíces más profundas en la inhabilidad del sistema capitalista para lidiar con la creciente amenaza a la vida en el planeta. El conocimiento de la naturaleza y los límites del capitalismo, y los medios para trascenderlo, tienen entonces importancia vital. En palabras de Fidel Castro en diciembre de 2009: “Hasta hace muy poco se discutía sobre el tipo de sociedad en que viviríamos. Hoy se discute si la sociedad humana sobrevivirá”.

I. La crisis ecológica planetaria

Existe abundante evidencia de que los humanos han causado daño ambiental durante milenios. Problemas por deforestación, erosión de suelos, y salinización de suelos irrigados se remontan a la antigüedad. Platón escribió en Critias:

“Nuestra tierra ha venido a ser, en comparación con la que fuera entonces, como el esqueleto de un cuerpo descarnado por la enfermedad. Las partes grasas y blandas de la tierra se han ido en todo el derredor, y no queda más que el espinazo desnudo de la región. Pero, en aquellos tiempos, cuando estaba aún intacta, tenía como montañas, elevadas ondulaciones de tierra; las llanuras que hoy día se llaman campos de Feleo, estaban cubiertas de glebas grasísimas; sobre las montañas había extensos bosques, de los que aún quedan actualmente huellas visibles. Pues, entre estas montañas que no pueden alimentar ya más que las abejas, las hay sobre las que se cortaban, no hace aún mucho tiempo, grandes árboles, aptos para levantar las mayores construcciones, cuyos revestimientos aún existen. Había también multitud de altos árboles cultivados, y la tierra brindaba a los rebaños unos pastos inagotables. El agua fecundante de Zeus que caía cada año sobre ella, no corría en vano, como actualmente para irse a perder en el mar desde la tierra estéril: la tierra tenía agua en sus entrañas, y recibía del cielo una cantidad que ella había hecho impermeables; y ella conducía también y desviaba por sus anfractuosidades el agua que caía de los lugares elevados. De esta manera, por todas partes se veían rielar las generosas corrientes de las fuentes y los ríos.
Respecto de todos estos hechos, los santuarios que en nuestros días aún subsisten en honor de las antiguas fuentes, son un testimonio fehaciente de que esto que acabamos de contar es verídico”.

Lo que es diferente en nuestra era actual es que existen muchos más de nosotros habitando la Tierra, que tenemos tecnologías que pueden ocasionar daños mucho peores y hacerlos más rápido, y que tenemos un sistema económico que no conoce límites. El daño que se está haciendo se encuentra tan extendido que éste no sólo degrada ecologías locales y regionales, sino que también afecta el medio ambiente planetario.

Existen muchas sólidas razones para que, junto a muchas otras personas, nos preocupemos sobre la vigente y rápida degradación del medio ambiente de la Tierra.

El calentamiento global, ocasionado por el aumento inducido de gases de efecto invernadero (CO2, metano, N2O, etc.), se encuentra en proceso de desestabilizar el clima mundial –con horrendos efectos para la mayoría de las especies en el planeta y la humanidad misma con cada vez más seguridad. Cada década es más cálida que la anterior, con 2009 alcanzando el nivel del segundo año más cálido (2005 se encuentra primero) en los 130 años de registros instrumentales de la temperatura a nivel mundial.[3] El cambio climático no ocurre de forma gradual, linear, sino que es nolinear, con todo tipo de retroalimentaciones que lo amplifican y puntos de no retorno.

Existen claros indicios de los problemas que nos deparará el futuro. Éstos incluyen:

– Derretimiento del hielo del Océano Ártico durante el verano, que reduce el reflejo de la luz solar al reemplazar el hielo blanco por el océano oscuro, y por lo tanto, aumentando el calentamiento global. Satélites muestran que el remanente del hielo ártico durante el verano se redujo en un 40 por ciento en 2007 respecto de fines de la década de 1970, cuando comenzaron las mediciones precisas.

– La eventual desintegración de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, ocasionada por el calentamiento global, ocasiona aumentos en los niveles de los océanos. Inclusive un aumento del nivel del mar de entre 1-2 metros podría ser desastroso para cientos de millones de personas habitando países que se encuentran a nivel del mar como Bangladesh y Vietnam, y varios estados insulares. Un aumento del nivel del mar a una tasa de unos pocos metros por centuria no es inusual en el registro paleoclimático, y por lo tanto debe considerarse posible, dadas las actuales tendencias de calentamiento global. Actualmente, más de 400 millones de personas viven dentro de los cinco metros sobre el nivel el mar, y más de mil millones dentro de los veinticinco metros.

– La veloz disminución de los glaciares de montaña a nivel mundial, muchos de los cuales –de continuar las actuales emisiones de gases de efecto invernadero- podrían encontrarse prácticamente (o totalmente) desaparecidos en la presente centuria. Estudios han demostrado que un 90 por ciento de los glaciares de montaña a nivel mundial ya se encuentran en franco repliegue debido al calentamiento global. Los glaciares del Himalaya proveen de agua a países con miles de millones de habitantes en Asia durante la temporada seca. Su reducción ocasionará inundaciones y agudizará la escasez de agua. El derretimiento de los glaciares de los Andes está contribuyendo a inundaciones en esa región. Pero el problema más inmediato, vigente y de largo plazo, asociado con la desaparición de los glaciares –visible hoy en día en Bolivia y Perú- es el de la falta de agua.

– Devastadoras sequías, expandiéndose posiblemente a un 70 por ciento de las tierras dentro de las próximas décadas de continuar la situación actual; ya se ha tornado evidente en el norte de India, noreste de África y Australia.

– Mayores niveles de CO2 en la atmósfera pueden incrementar la producción de algunos tipos de cultivos, pero éstos podrían verse dañados en años futuros por una desestabilización que ocasione condiciones climáticas secas o muy húmedas. Ya se han constatado pérdidas en campos de arroz en el Sureste Asiático, atribuidos a mayores temperaturas durante la noche que ocasionan disminuciones en el incremento de la respiración nocturna de la planta. Esto implica una mayor pérdida de lo producido
por fotosíntesis durante el día.

– Cambios rápidos en el clima de ciertas regiones ocasionan la extinción de especies que no pueden migrar o adaptarse, conduciendo a un colapso de todo el ecosistema que depende de las mismas, y la muerte de más especies. (Ver debajo para más detalles de la extinción de especies).

– Relacionado al calentamiento global, la acidificación del océano producto de un aumento en la absorción de carbono amenaza con el colapso de ecosistemas marinos. Recientes indicios sugieren que una acidificación del océano puede, eventualmente, reducir la eficiencia del océano en la absorción de carbono. Esto significa una potencial y más veloz acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, y una aceleración del calentamiento global.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/lo-que-todo-ambientalista-necesita-saber-sobre-capitalismo-fred-magdoff-y-john-bellamy-foster/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/chiledesarrollosustentable.jpg

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Acuerdo mundial para proteger el clima

Por Cristián Frers

Alrededor de doscientos países firmaron, el 15 de octubre de 2016, un acuerdo  para reducir los gases efecto invernadero que se usan en equipos de aire acondicionado y refrigerantes. Es  uno de los pasos más importantes  para combatir el cambio climático.
Los hidrofluorocarbonados (HFC) son uno de los más poderosos inductores del calentamiento global pues atrapan miles de veces más calor en la atmosfera terrestre que el dióxido de carbono (CO2) y permanece en ella. Sus emisiones  crecen  a un ritmo de un 10 % anual,  en especial en los países en desarrollo.

Desde los primeros tiempos, las variaciones climáticas  modelaron el destino de la humanidad y el ser humano  reaccionó  adaptándose, emigrando y desarrollando su inteligencia.

Durante las últimas glaciaciones, los niveles de los océanos descendieron y los hombres se desplazaron a través de puentes continentales desde Asia hacia América y las islas del Pacífico: Desde entonces se registraron numerosas migraciones, cambios y también catástrofes. Algunas de éstas tuvieron su origen en pequeñas fluctuaciones climáticas, con siglos de temperaturas levemente superiores o inferiores a la media, más sequías prolongadas. La más conocida es la pequeña era glaciar, registrada en Europa, a comienzos de La Edad Media, que provocó hambrunas, disturbios y el abandono de las colonias septentrionales, tanto en Islandia como en Groenlandia. El hombre  soportó durante milenios los caprichos climáticos, recurrió a su ingenio para adaptarse, incapaz de influir en fenómenos de tal magnitud.

Hoy es un hecho científico que el clima global está en peligro, alterado por los seres humanos,  desde La Revolución Industrial hasta nuestros días, debido al aumento de concentraciones de gases invernadero, tales como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos. Estos gases  atraparon una porción creciente de radiación infrarroja terrestre y se espera que hagan aumentar la temperatura planetaria entre 1,5º a 4,5 °C (el llamado efecto Invernadero o calentamiento Global).

Según el acuerdo, firmado, llamado “Enmienda de Kigali”, el calendario prevé que un primer grupo de los países desarrollados reduzcan su producción y consumo  de HFC un 10 %, a fines de 2019, en relación a los niveles de los años 2011 – 2013, y un 85 % antes de 2036  y de un 85% antes del año 2.036.

 China, hoy la segunda potencia del mundo, y un  segundo grupo de países en vías de desarrollo más los países africanos, deberán alcanzar una reducción de un 10% respecto de los niveles: desde 2.020 a 2.022, para el año 2.029, y del 80 % para el año 2.045.

India, Pakistán, Irán, Irak y los países del Golfo, no empezarán a disminuirlos  hasta el año 2.028; serán reducirlos el 10 %, con respecto del período 2.024 – 2.026, en el año 2.032, y del 85 %, para el año 2.047.

El calentamiento del planeta es un riesgo que no se puede permitir el lujo de seguir oculto. Pregunto: ¿En qué grupo se ubica o se ubicará La Argentina?

La defensa de la vida es una lucha que debemos incorporar en nuestra agenda, porque compromete la condición humana. Debemos sensibilizar la concienciar de quienes aún no se  percataron de la gravedad del problema y generar lazos solidarios que  permitan  revertir la actual tendencia histórica que  llevará hacia el abismo de la autodestrucción como especie, es decir, hacia el verdadero fin de la historia.

Ecoportal.net

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Banco Mundial: Mantener el aire fresco sin aumentar el calentamiento del planeta

Octubre de 2016/Fuente: Banco Mundial

La demanda de aire frío está de moda. En algunas zonas urbanas de China, donde los sistemas de aire acondicionado eran prácticamente desconocidos hace 20 años, casi todos los hogares tienen uno ahora. Las ventas en países como India aumentan en más del 10 % al año. Se estima que en 2030 habrá 700 millones de unidades de aire acondicionado adicionales en el mundo.

Todos estos sistemas de enfriamiento ofrecen beneficios en materia de salud y desarrollo, conservando los alimentos, aumentando la productividad y mejorando la calidad de vida de cientos de millones de personas.

Pero también tienen un costo muy alto para el clima. Los sistemas de aire acondicionado aumentan el consumo de electricidad, especialmente en las horas pico, y los sistemas de refrigeración pronto superarán a los sistemas de calefacción como factor principal de la demanda de energía por parte de los consumidores. Las tecnologías de enfriamiento también dependen de los hidrofluorocarbonos (HFC), poderosos gases de efecto invernadero cuyo efecto en el calentamiento global es miles de veces superior al del dióxido de carbono (CO2).

Hasta ahora.

El 15 de octubre, en una reunión en Kigali (Rwanda), las 197 partes del Protocolo de Montreal acordaron una enmienda que reducirá gradualmente el uso de los HFC en todo el mundo. Esta decisión podría limitar el aumento de la temperaturas media mundial a un nivel de 0,5 °C para fines del siglo, uno de los pasos más importantes en la lucha contra el cambio climático, y una importante contribución a los objetivos del Acuerdo de París, que entrará en vigor el 4 de noviembre.

Como organismo de ejecución del Protocolo de Montreal desde 1991, el Grupo Banco Mundial ha proporcionado hasta la fecha más de USD 1000 millones en donaciones para eliminar el consumo y la producción de sustancias que agotan la capa de ozono. Y como el presidente Jim Yong Kim lo dejó en claro en las Reuniones Anuales de este año, (i) el Grupo Banco Mundial tiene previsto continuar su apoyo a los países para que reduzcan gradualmente los HFC y mejoren la eficiencia energética.

“Hemos desarrollado un plan de apoyo que incluye aumentar nuestros préstamos para eficiencia energética con el fin de acompañar la reducción gradual de los HFC”, dijo Anna Bjerde, directora superior interina de Energía del Grupo Banco Mundial. “Como parte de nuestro Plan de Acción sobre el Cambio Climático, esperamos otorgar USD 1000 millones en préstamos para eficiencia energética en las zonas urbanas hasta 2020. Esto podría ayudar al desarrollo de tecnologías de refrigeración de alta eficiencia que también usen sustancias refrigerantes inocuas para el clima”.

Esta tarea ya está en marcha. En Tailandia, por ejemplo, el Grupo Banco Mundial ha ayudado a un fabricante local a lanzar una nueva línea de aire acondicionado (i) que usa un refrigerante que no agota la capa de ozono y que reduce en un tercio las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los esfuerzos para reducir los HFC se basarán en los exitosos compromisos del Grupo Banco Mundial con los países de poner fin a la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono, adquiridos en el marco del Protocolo de Montreal.

En abril de 2013, el Gobierno de China y el Grupo Banco Mundial comenzaron a trabajar con empresas chinas para eliminar la producción de hidroclorofluorocarbonos (HCFC) que destruyen la capa de ozono. Hasta el momento, se han cerrado cinco plantas de producción, (i) lo que representa el 16 % de la producción total de HCFC en el país. Como parte de este esfuerzo, China también ha creado incentivos para destruir el HFC-23, un gas de efecto invernadero 10 000 veces más poderoso que el CO2. La meta es eliminarlo completamente en 2020.

“En el futuro, exploraremos nuevas oportunidades que brinden beneficios en tres frentes: proyectos que aumenten la eficiencia de las tecnologías de refrigeración, que reduzcan el consumo de energía y que eliminen los productos químicos que son peligrosos para el clima”, dijo John Roome, director superior del Área de Soluciones Transversales en materia de Cambio Climático del Grupo Banco Mundial. “Y aumentaremos nuestro financiamiento y la asistencia técnica para esta tarea”.

Más allá de comprometer su propio financiamiento, el Grupo Banco Mundial adoptará otras cuatro medidas para ampliar su labor en este ámbito:

  • Realizar estudios para identificar dónde los impactos podrían ser mayores. (Por ejemplo, un estudio en Pakistán estimó que una transición a nuevos refrigerantes podría reducir el consumo de energía del aire acondicionado en un 40 % y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en 8 millones de toneladas).
  • Integrar la asistencia técnica y la labor normativa con el financiamiento en condiciones concesionarias.
  • Otorgar nuevo financiamiento en el marco del Protocolo de Montreal para ayudar a los países.
  • Intercambiar conocimientos y prácticas entre los países para acelerar la adopción de medidas.

El acuerdo de Kigali tardó más de media década, y se centró en temas como las tecnologías de seguridad y la disponibilidad de las mismas, los derechos de propiedad intelectual, y el apoyo financiero adicional. A lo largo de este proceso, el Grupo Banco Mundial trabajó tanto con países desarrollados como en desarrollo en cuestiones clave, entre ellas la labor para clarificar las fechas de expiración de patentes.

Desde 1991, el Grupo Banco Mundial ha apoyado más de 700 proyectos en el marco del Protocolo de Montreal para reducir gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono y que se usan en la refrigeración, el aire acondicionado y la fabricación de productos de espuma. Estos proyectos han eliminado más de 300 000 toneladas de sustancias que agotan la capa de ozono, lo que equivale a evitar la emisión de más de 1200 millones de toneladas de CO2.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/10/17/staying-cool-without-heating-up

Imagen de archivo

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Que el uso de la energía renovable no sea un fiasco

Por: Cristián Frers
Creo que es necesario construir un escenario energético a partir de un conjunto de suposiciones que permitan estimar de qué forma evolucionará la demanda energética en el futuro si se cumplen las presunciones en que se basa el modelo. Entre las variables que conforman la evolución de la demanda de energía se encuentran: las políticas energéticas, el contexto internacional, los precios de los combustibles energéticos, el crecimiento de la población y del consumo, el aumento de los niveles de confort exigidos y las nuevas prestaciones brindadas por artefactos eléctricos, la utilización de energías renovables, entre otros. Estas variables normalmente determinaran que el consumo vaya creciendo de forma paulatina con el paso del tiempo.

El uso de la energía renovable en Argentina en cuanto a recursos naturales es ideal para que se desarrollen. Lamentablemente no existe una política pública acorde para generar este tipo de energía. Oportunidades que solo serían visibles si se abordasen la realidad desde una perspectiva interdisciplinaria y situada en la realidad del país.

Sin embargo, el gobierno por medio de la Resolución 164 – E/2016, creo el Consejo Consultivo de Políticas Energéticas, el 29 de agosto del 2016. El cual, actuara como órgano asesor para desarrollar políticas energéticas de mediano y largo plazo (Se han olvidado del corto plazo). Sus miembros, ex secretarios radicales y peronistas ejercerán sus funciones Ad Honorem.

Entre sus funciones están:

1.    Brindar opinión respecto del desarrollo e implementación de políticas energéticas concebidas para el mediano y largo plazo, sobre la base de criterios de eficiencia, diversificación, integración regional y desarrollo sustentable.

2.    Proponer planes de acción y/o proyectos que contribuyan a alcanzar los objetivos de política energética definidos.

Medida con la cual no estoy muy de acuerdo… Hubiese sido más justo, llamar a las mismas personas, si de hecho son competentes y que hagan el mismo trabajo pagándoles un sueldo. Por otro lado, considero que para este tipo de funciones hubiese sido más trasparente llamar a ocupar esos cargos públicos por concurso de antecedentes. Hay mucha gente, que se ha capacitado y sabe sobre el uso y la forma de gestionar energía renovable y estaría feliz de poder hacer un aporte al país, y… Así, poder desarrollarse para lo que ha estudiado y se ha capacitado.

Energía renovable, verde, limpia, sustentable o ecológica. Todas estas palabras se pueden utilizar para referirse a aquellas energías que protegen el ambiente al no emitir gases contaminantes. Año a año, miles de millones de toneladas de dióxido de carbono llegan a la atmósfera aumentando la temperatura de la tierra. El calentamiento global es un hecho y los continuos desastres naturales son un fiel reflejo de que el mundo está diciendo basta. Y la mejor manera de combatir esta realidad es con un cambio en la matriz energética, que busque abandonar paulatinamente el uso del gas y el petróleo como principal generador de energía, y construya el camino hacia las energías sustentables.

Argentina cuenta con una enorme cantidad y una excelente calidad de recursos energéticos renovables. Tiene muy buenos vientos, no sólo en la Patagonia, sino también en las zonas serranas y montañosas del centro y el oeste del país; gran parte del territorio nacional presenta irradiaciones solares que permitirían generar electricidad, especialmente en el noroeste y en el Cuyo; tiene una extensa costa con mareas y olas, numerosos ríos y saltos de agua para proyectos hidroeléctricos de bajo impacto ambiental.

Lo que queda en claro, entonces, es que la condición para alcanzar un uso adecuado de las energías renovables, se resume en desarrollar políticas públicas acordes, que den a la industria nacional el marco adecuado para desenvolver sus capacidades y transformar la oportunidad en realidad.

Ecoportal.net

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