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OVE reportaje: Juan Carlos Sánchez Antonio. Pensamiento Descolonial

Reseña el Reportaje: Selene Kareli Zepeda Pioquinto

“Actúa de tal manera que contribuyas a la conservación y perpetuación del orden cósmico de las relaciones vitales evitando todo trastorno del mismo”.

Este jueves 11 de febrero, la Alianza Pedagógica Social Internacional conformada por la CEIP-Histórica de Argentina, MAEEC-CLACSO de México, KAVILANDO de Colombia, MASA CRÍTICA de Panamá, RED GLOBAL GLOCAL por la Calidad Educativa de América Latina, SAVIA de Paraguay, Universidad de Panamá, CIPCAL de América Latina, KAICHUK MAT DHA de México, EMANCIPACIÓN de Chile, Mujer Pueblo Magisterio-CNTE-Durango de México, el Centro Martin Luther King de Uruguay y CII-OVE de Venezuela, cerró el Ciclo de Pensamiento Descolonial con la conferencia del Dr. Juan Carlos Sánchez Antonio.

En la moderación de la jornada estuvieron: María del Carmen López Vázquez y Jorge Orozco León.

El Dr. Juan Carlos inició su disertación citando el siguiente párrafo, mismo que se encuentra en el Informe Cambio Climático, 2014, presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC): “El Informe síntesis destaca que disponemos de los medios para limitar el cambio climático y sus riesgos y de muchas soluciones que permiten el continuo desarrollo económico y humano. Sin embargo, para estabilizar el aumento de la temperatura por debajo de 2 °C respecto de los niveles preindustriales será necesario un cambio radical y urgente del statu quo. Además, cuanto más esperemos a actuar, mayor será el costo y los desafíos tecnológicos, económicos, sociales e institucionales que enfrentaremos”. En este sentido, destacó la importancia de las epistemologías y filosofías del sur global como pensamiento decolonial y radical para hacer frente a ese cambio climático, como camino a ese urgente y necesario statu quo.
Enlace del informe: https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/SYR_AR5_FINAL_full_es.pdf

De tal manera, el ponente se centró en dos aspectos fundamentales que fue desagregando: el calentamiento global devastador de la Madre Tierra y, el pensamiento de los pueblos originarios para hacer frente a este.
En su retórica, señaló cuatro elementos que nos han llevado a la crisis civilizatoria, misma que propician el despojo de territorios e identidades: 1) el modelo de producción capitalista, 2) la modernidad como un proyecto cultural ideológico que impulsa la expansión de los valores occidentales, 3) el patriarcado, y, 4) el cristianismo invertido. Siendo inminente superar estos cuatro elementos que llevan a la explotación de los bienes naturales.

Asimismo, el Dr. Sánchez Antonio refirió que, el capitalismo nos está llevando a la sexta extinción de la vida en el planeta; por tal, lanza la pregunta “¿de dónde vamos a tomar elementos para cambiar el statu quo?”, apuntando como ejes clave a la pedagogía, filosofía, política, economía pero con una perspectiva del sur global, escuchando lo que los pueblos andinos, mesoamericanos, turcos, indochinos tienen por decir y compartir, en palabras del doctor mirar “aquellas [culturas] que se ven como limitantes para el desarrollo de la humanidad”.

Por lo antes mencionado, Juan Carlos Sánchez enunció dos vías para hacer de las epistemologías del sur, del pensamiento decolonial, el nuevo statu quo. La primera es planteada por Slavoj Žižek, quien señala que se requiere una situación límite que en el caos lleve al cambio radical, y la segunda, es retomando ideas de Carlos Marx, en donde se recupere la propia historia ―la historia de los pueblos originarios― para diseñar el futuro; siendo Juan Carlos más partidario de la segunda vía, en la cual se requiere retomar la historia propia, la ontología de esos valores que han sido silenciados, para de esta forma, enriquecer un pensamiento que sirva de brújula.
“Tenemos que re-encantarnos con la naturaleza. Hemos perdido la espiritualidad que teníamos con las plantas, con los animales, con la madre tierra”.

Destaca en su participación que, no hay desmeritar la ciencia su actualidad, pero, hay que generar un nuevo criterio de los valores indígenas, de la ciencia y la tecnología y colocarlos al servicio de la humanidad no del capital. Impulsar nuevos criterios éticos, políticos y estéticos que nos permita poner a la modernidad al servicio de la humanidad, del planeta, no del capital.

“Cuando el conocimiento se pone al servicio de la vida se llama sabiduría”.

El doctor Juan Carlos nos invita a abrirnos al pensamiento descolonial, a volver a mirar los diez mil años de cultura que nos anteceden, pero ya no desde la perspectiva occidental, sino cada cultura desde su propia historia, dando lugar a la pluralidad de culturas que existe a nivel global; de tal manera, habría que generar una integralidad no una totalidad, la integralidad da la posibilidad de coexistir sin poner a uno sobre otro.

Finamente, nos convoca a reflexionar el aspecto teórico del pensamiento descolonial y a accionar llevando a lo cotidiano lo que el mismo implica. Un ejemplo estuvo enunciado en el rescate y preservación de las leguas originarias, el cultivo de nuestros alimentos (soberanía alimentaria), las alianzas económicas entre comunidades cercanas (trueques), así como la lucha social: “no es suficiente emitir un discurso como el que ahorita di, es indispensable generar conciencia. Es importante descolonizar y conocer esas otras culturas a través de diversas estrategias”.

Asimismo, Señala que, se requieren crear nuevos proyectos civilizatorios, los cuales implican movilizaciones, luchas de los pueblos originarios desde lo local, regional, nacional e internacional; crear redes internacionales para apostar por la transformación política donde ya no sea posible el capitalismo, poniendo al centro la vida, la Madre Tierra, donde los cuidados sean mutuos, recíprocos, no acciones para el bien meramente personal.

Que la vida sea criterio de vida. Que la acción pedagógica, política, comercial cree condiciones para la conservación de la vida, para ello se requiere descolonizar el pensamiento.

 

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Conclusión del Foro Social: renovarse para la acción política o morir

Pantalla de la asamblea de clausura, el 31 de enero, del Foro Social Mundial 2021, que se realizó en formato virtual desde el 23 de enero. Las dificultades de organización de una reunión inédita, a través de medios digitales, no impidieron que, según los organizadores, hubiera 9561 participantes de 144 países y 1360 organizaciones en 751 actividades, entre talleres, mesas redondas, debates y asambleas sectoriales.

La democracia amenazada en una cantidad creciente de países, millones de muertos por la covid-19 y otras grandes crisis mundiales urgen a una renovación del Foro Mundial Social (FSM) para que protagonice acciones políticas en los procesos claves, según la conclusión de algunos de sus destacados miembros.

“Si no se renueva, se muere”, dictó Oscar González, exdiplomático mexicano y activista de los derechos humanos, en un debate sobre “El futuro del Foro”, cuando se cumplieron los 20 años de la iniciativa surgida bajo el lema de que “otro mundo es posible”.

Este fue un tema tan determinante como polémico de la 16 edición del FSM, la primera en forma virtual a causa de la pandemia de covid, que contó con 9561 participantes de 144 países y que involucró 1360 organizaciones en 751 actividades.

Durante los nueve días de debates, del 23 al 31 de enero, las búsquedas en el sitio digital del FSM superaron las 122 000, según los organizadores.

La realización constituyó una hazaña de centenares de voluntarios que tuvieron solo tres meses de preparación y reavivó las esperanzas de una revitalización del foro de la ciudadanía global, que tendrá su próximo encuentro en México, probablemente en enero de 2022, y de vuelta en forma presencial.

Pero la de 2021 estuvo lejos de los más de 100 000 participantes en algunas ediciones iniciales. Además la participación de este año estuvo demasiadamente concentrada en Brasil, con 58 por ciento del total, vale decir 5570 personas. En este país sudamericano, en la ciudad de Porto Alegre, surgió el FSM en enero de 2001.

“El Foro perdió legitimidad”, diagnosticó Cándido Grzybowski, uno de los principales organizadores de las primeras ediciones, cuando era director del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicas (Ibase).

Su frustración lo llevó a “desistir” de la intensa actividad organizativa e incluso la participación en los encuentros mundiales de los últimos años, aun siendo miembro de su Consejo Internacional, la instancia coordinadora del FSM.

“El foro se desconectó del mundo real, dejó de acompañar los grandes hechos que conmueven la humanidad”, justificó en entrevista por teléfono a IPS desde su finca en las afueras de Rio de Janeiro.

En la década pasada hubo grandes movilizaciones de la sociedad, como la llamada “Primavera árabe”, el movimiento de los indignados en España, el “Occupy Wall Street” y las masivas protestas del “Black Lives Matter (las vidas negras importan)» el año pasado, sin que repercutieran en el FSM, se lamentó.

Reunir, articular y así empoderar los movimientos de la sociedad civil mundial es la misión asumida por el FSM desde su inicio hace años en Porto Alegre.

Pero su Carta de Principios lo limita a un “espacio abierto” para el debate plural y el intercambio de experiencias, “sin carácter deliberativo”. “Nadie estará autorizado a manifestar, en nombre del Foro y en cualquiera de sus encuentros, posiciones que fueran atribuidas a todos sus participantes”, es la regla.

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de quienes lidera propuestas para transformar el Foro Social Mundial de "espacio abierto de debates a espacio de acción", para tomar posiciones políticas e intervenir en las cuestiones globales relevantes, como la migración y la desigual distribución de las vacunas anticovid-19. Foto: Mario Osava/IPS

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de quienes lidera propuestas para transformar el Foro Social Mundial de «espacio abierto de debates a espacio de acción», para tomar posiciones políticas e intervenir en las cuestiones globales relevantes, como la migración y la desigual distribución de las vacunas anticovid-19. Foto: Mario Osava/IPS

Además el Consejo Internacional toma decisiones por consenso o consentimiento, es decir en la práctica cualquiera de sus miembros tiene derecho de veto.

Eso tiende a inviabilizar el cambio pretendido, de “espacio abierto a espacio de acción”, teme Grzybowski, quien aceptó la invitación del Grupo Renovador al debate sobre el futuro del FSM. Se trata de un autonombrado grupo que promueve nuevas líneas de debate y acción, para responder a una realidad mundial muy diferente a cuando surgió el Foro Social.

La esperanza del grupo es que, en el próximo foro, en México, una asamblea general pueda revisar la Carta de Principios y reorganizar el FSM de manera que tenga alguna instancia de decisión política, por mayoría, que “podría ser de 75 por ciento”, para adoptar posiciones y promover acciones en los procesos internacionales relevantes.

“México representará la renovación del Foro”, sostuvo el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de los que encabezan el intento de renovación.

Es necesario que el FSM tenga un “pensamiento estratégico” sobre los temas claves, como el capitalismo, el racismo, el patriarcado y la reforma de las Naciones Unidas, propuso en el debate del grupo, coordinado por la socióloga belga Francine Mestrum, autora del libro “Los comunes sociales” y exprofesora de varias universidades.

Para desarrollar tal pensamiento convendría crear un centro de investigación (think tank) del FSM, sugirió Aleksander Buzgalin, coordinador del Foro Social Ruso y profesor de economía en la Universidad Estatal de Moscú.

Una forma democrática de tomar decisiones políticas, sobre cuestiones globales como  migración, las ciudades y tráfico de personas por ejemplo, es otra recomendación de Santos. Posiciones minoritarias serían consideradas, acotó.

Una política de información y comunicación es otra necesidad del Foro para que no vuelva a frustrar sus participantes. “Nadie sabe lo que piensa el FSM sobre lo que sea”, arguyó.

“Queremos ser democráticos, ser diversos, pero también queremos existir”, realzó. En su evaluación, “hay demasiado miedo en el mundo y esperanza de menos, tenemos que organizar la esperanza”.

Falta representatividad en el actual Consejo Internacional para conducir los destinos de FSM, añadieron varios renovadores. En 2001 esa instancia coordinadora se componía de 175 organizaciones de todo el mundo, cantidad que bajó a 35 desde 2017, señaló Grzybowski.

Captura del debate del informal y autonombrado Grupo Renovador sobre el futuro del Foro Social Mundial, que parte de la propuesta de convertirlo en un sujeto político global, con toma de posiciones e intervenciones en los grandes temas actuales, como las amenazas a la democracia y la pandemia de la covid. El debate fue una de las 751 actividades que se realizaron durante la edición virtual del FSM, del 23 al 31 de enero. Foto: Mario Osava/IPS

Captura del debate del informal y autonombrado Grupo Renovador sobre el futuro del Foro Social Mundial, que parte de la propuesta de convertirlo en un sujeto político global, con toma de posiciones e intervenciones en los grandes temas actuales, como las amenazas a la democracia y la pandemia de la covid. El debate fue una de las 751 actividades que se realizaron durante la edición virtual del FSM, del 23 al 31 de enero. Foto: Mario Osava/IPS

De todas maneras el encuentro virtual de 2021 reveló ciertos consensos sobre el “otro mundo posible” que defienden los activistas. Un síntoma de debilidad, sin embargo, es la concentración en la contraposición negativa, las luchas son anticolonialistas, antirracistas, antisexistas, antipatriarcado, antineoliberales, antimilitaristas.

Algunas excepciones son propuestas afirmativas, como la renta básica universal, el ecosocialismo, la economía feminista y la creación de un parlamento del ciudadano planetario.

La agroecología aparece como un camino para la solución de muchos problemas actuales, desde la seguridad alimentaria, la reducción del uso de los agroquímicos y la consecuente mejora en la salud humana, menos deforestación favoreciendo el ambiente y la biodiversidad.

Una falsedad difundida en el mundo es que el agronegocio o agricultura comercial alimenta el mundo, un rol que cumple la agricultura familiar, según João Paulo Rodrigues, uno de los coordinadores del brasileño Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra.

La solución del hambre en Brasil depende de una reforma agraria que permita a ese sector triplicar su área sembrada, que hoy se limita a 30 millones de hectáreas, mucho menos que la gran agricultura empresarial que produce soja y maíz para exportar, aseguró Rodrigues como un ejemplo de lo que puede hacerse.

Además reduciría la deforestación, provocada por la expansión del agronegocio, y los efectos climáticos ya sentidos en la merma de lluvias que afectan extensas regiones brasileñas, acotó.

La expansión de la agroecología y un acercamiento campesino a los consumidores urbanos ayudaría a “construir una nueva sociedad”, concluyó.

Los pequeños agricultores enfrentan condiciones adversas en casi todo el mundo dominado por políticas que favorecen los grandes negocios. En India centenares de miles de campesinos protestan hace meses contra leyes que afectan su producción y sus vidas.

El #FSM2021 concluyó con varias asambleas sectoriales que aprobaron un programa de manifestaciones en todo el mundo para fechas como el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre).

La Asamblea de los Movimientos Sociales, de Paz y Ambientales destacó una gran movilización a ser promovida el 15 de mayo, en contraposición al Foro Económico Mundial que tendrá lugar del 13 al 16 de mayo en Singapur, tras sostener una edición virtual en paralelo al FSM, entre el 25 al 29 de enero.

Se convocarán manifestaciones por el derecho a la salud y la protección social, especialmente con una protesta contra la mala distribución de las vacunas para inmunizarse contra la covid, que está favoreciendo los países ricos en desmedro de los más pobres.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2021/02/conclusion-del-foro-social-renovarse-la-accion-politica-morir/

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Las crisis el capitalismo, la Covid y los ludópatas neoliberales de Wall Street

Por: Eduardo Camín

La pandemia del Covid está exacerbando las desigualdades ya existentes; desde enfermar del virus, hasta mantenerse vivo o padecer las dramáticas consecuencias económicas. La Covid-19 sin dudas, provoca una crisis sin precedentes, y las medidas de confinamiento han afectado a casi todos los trabajadores y las empresas.

Los tiempos en los que uno debía considerarse afortunado por el mero hecho de tener trabajo ya es cosa del pasado. Aunque, no hay que perder de vista que la pobreza ya no es sinónimo de desempleo, ay que también se da en muchos trabajadores con un empleo precario, que sufren una carencia material severa, como retraso en los pagos, no tener vacaciones o la baja intensidad en el empleo.

Por lo tanto, la temporalidad, los contratos de un día, por obra o servicio con los sueldos precarios se pueden dar en cualquier de estas situaciones. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo rector especialista en temas laborales, ha advertido a lo largo de los años la tendencia mundial hacia un aumento del empleo vulnerable.

Así la Covid 19, al igual que el colapso financiero global que desencadeno la recesión 2008- 2009, se convierten en el producto ideológico que oculta una causa endógena que explicaría la permanente recurrencia a la crisis: no es casualidad que la economía capitalista ya no avanzara a un ritmo acelerado antes de la pandemia.

Al comienzo de la actual pandemia, “los mercados bursátiles”, el faro que orienta al capitalismo cayeron hasta un 30% en el espacio de pocas semanas e hicieron saltar las alarmas mediáticas ante lo que se podría convertir, de nuevo, en una inminente crisis económica mundial.

En realidad son muchos los factores en juego que dictan el rumbo de la economía global, entre ellos las tensiones comerciales entre EEUU y China (¡antes del virus!).

La desaceleración de la economía del sector exportador, ocasionadas por el proteccionismo y las guerras comerciales ha causado un debilitamiento de las exportaciones que se trasladó a las inversiones empresariales, agravando a la vez las condiciones laborales y sociales, con el consiguiente aumento de desempleo y precarización

La situación económica

En abril 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la ratio promedio de endeudamiento público con respecto al PIB aumentaría del 69,4 al 85,3 por ciento durante el año, y que muchos países alcanzarían niveles considerablemente superiores, lo que llevo a su Directora, la búlgara Kristalina Georgieva,a abogar por políticas monetarias acomodaticias y políticas fiscales que protejan a la economía de un colapso que derivaría en una ola de insolvencias y un desempleo estructural.

Algunos estados han establecido planes de estimulo fiscal y monetario sin precedentes para contrarrestar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia de la Covid 19, de miles de millones de euros, en consonancia con los compromisos de “hacer todo posible” para proteger a sus ciudadanos, mientras que el sector empresarial se encarga de fustigar por el aumento de la deuda publica.

El resultado último de esta crisis humana es que, según el Banco Mundial, entre 71 y 100 millones de personas se verán arrastradas a la pobreza extrema, revirtiendo así los avances en materia de desarrollo registrados en los últimos años. El costo económico y social de los esfuerzos que deben desplegarse para detener la pandemia es innegable.

Esto ha generado un debate -en ocasiones arduo- sobre la interacción de los objetivos de política sanitaria y de política laboral. No obstante, si no se actúa con determinación ahora contra la pandemia, inexorablemente el costo socioeconómico tendrá proporciones aún mayores en el futuro.

La solidaridad y cooperación “nacionalizadas”

Sin duda, los estímulos fiscales y monetarios, aunados a los esfuerzos para apoyar a las empresas y favorecer el mantenimiento de los puestos de trabajo y de los ingresos, requieren una importante inversión de recursos, incluso si, lógicamente, éstos no se consideran costos sino inversiones.

Pero este tipo de medidas no puede prolongarse indefinidamente, ni tampoco es ese su objetivo. Además, algunos países no tienen la capacidad para implementarlas, o por lo menos no durante el tiempo necesario, y si se retiran demasiado pronto podría producirse otra oleada de grandes dificultades.

La creciente diversidad de formas de trabajo que han ido apareciendo en los últimos años ha supuesto un obstáculo para prestar apoyo inmediato a aquellos que lo necesitan. A menudo, los trabajadores por cuenta propia, los subcontratados, o con contratos temporales, los de plataformas y otras categorías de trabajadores con una situación laboral incierta o prestaciones insuficientes, tienen todas dificultades del mundo para acceder a las ayudas.

A éstos se suman los muchos millones de trabajadores informales que se encuentran en una situación extremadamente precaria.

Para proteger la salud de los trabajadores se han observado tres posibles opciones: retirarlos de los lugares de trabajo y permitirles trabajar desde sus domicilios; pedirles que continúen trabajando en el lugar de trabajo habitual, pero con equipos y protocolos de protección adecuados, incluido el distanciamiento físico; o simplemente interrumpir su trabajo durante el período de emergencia.

Aquí también se han observado dificultades. La OIT ha estimado que sólo un 18 por ciento de los trabajadores desempeñan tareas y se encuentran en lugares que se prestan al teletrabajo. Esto dista mucho de ser una opción al alcance de todos.

Lamentablemente las personas que han seguido trabajando como antes -los del sector de la salud, los del cuidado, los del transporte y los trabajadores de la limpieza, que hoy se consideran personal esencial- no siempre han dispuesto de equipos y procedimientos de protección adecuados.

En ocasiones, las medidas de confinamiento adoptadas por los gobiernos han supuesto fuertes restricciones a las libertades individuales. Por lo general, estas medidas han sido bien aceptadas por la población, que comprende que son adecuadas, proporcionales y limitadas en el tiempo, y, por consiguiente, resultan legítimas en la lucha contra la pandemia.

Lo que no es legítimo es que se apliquen esas restricciones a las condiciones de trabajo y que no se respeten plenamente las normas laborales, que a su vez constituyen herramientas importantes para superar la crisis.

Por último, se han observado dificultades en cuanto a la solidaridad y la cooperación internacionales en la respuesta a la crisis de la Covid-19. Si bien ha habido una movilización de recursos sin precedentes, su utilización se limitó abrumadoramente a la esfera nacional. En el sálvese quien pueda, aún no hemos presenciado una respuesta mundial a la altura del desafío al que se enfrenta el planeta.

Peor aún: el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Ghebreyesus, a propósito de las vacunas, advirtió que “el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico … y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los paises más pobres”

El máximo responsable de la OMS consideró que no es justo que gente sana y joven de las naciones ricas acceda a la vacuna antes que los grupos vulnerables de los paises más pobres.

¿Qué pasará ahora en el gran casino de Wall Street?

Los países de todo el mundo y la comunidad internacional en su conjunto siguen enfrentando los desafíos sanitarios, humanitarios y socioeconómicos asociados a la crisis causada por la pandemia.

Mientras ésta siga, las respuestas adoptadas en materia de políticas deberán aplicarse de forma eficaz como preludio necesario al retorno gradual y seguro al trabajo.No obstante, ello no significa que se vuelva a trabajar como antes, al menos durante el período en que debamos seguir viviendo y trabajando con el virus, e independientemente de la vacuna .

Se está debatiendo mucho sobre cómo será el mundo del trabajo cuando superemos la pandemia, y la idea de una «nueva normalidad» en el trabajo está ganando terreno.Con demasiada frecuencia, se pasa por alto la distinción entre las nuevas prácticas que deberán adoptarse durante el período en que el virus siga planteando la amenaza que hoy supone y las perspectivas de futuro a más largo plazo que puedan imaginarse cuando ya no existan esas limitaciones.

El riesgo de ello es que podemos perder de vista que, a pesar de las limitaciones que hoy enfrentamos, el futuro del trabajo puede y debe ser lo que nosotros queramos que sea. En efecto, los planes de recuperación deben establecer, desde el principio, las bases de la «mejor normalidad» que queremos.

El punto de partida no será alentador. Independientemente de su evolución futura, la pandemia dejará un mundo del trabajo con más desempleo, más desigualdad, más pobreza, más deuda y, con toda probabilidad, más frustración e incertidumbre.

El coronavirus nos ha mostrado cuan frágil es la economía capitalista. Pero la crisis del capitalismo –con o sin coronavirus– seguirá golpeando la economía global.
En el gran casino de Wall Street sigue siendo el faro que guía a los ludópatas neoliberales, que continúan apostando en sus bolsas de valores, e incluso sus economías ‘reales’ seguirán produciendo para un mercado virtual.

La desatención selectiva pretende borrar de la experiencia aquellos elementos que pueden resultar inquietantes si se llegara a tomar conciencia de ellos. Esta desatención selectiva es una respuesta de uso múltiple frente a los problemas cotidianos que nos acucian: no veo lo que no me agrada, parece ser la consigna.

Mucho temo, que la clase trabajadora quedó atrapada, en la telaraña del virus del gran capital dando vueltas sin rumbo en la rueda de la fortuna del neoliberalismo.

 

*Periodista acreditado en la ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente e imagen:  http://estrategia.la/2021/01/22/las-crisis-el-capitalismo-la-covid-y-los-ludopatas-neoliberales-de-wall-street/

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Más de 100 sociedades de ciencias oceánicas se unen para advertir sobre los peligros del cambio climático

En un documento, más de 80 mil científicos de siete continentes, alertan sobre cómo el cambio climático antropogénico está afectando a los ecosistemas marinos y de agua dulce, llamando a evitar su mayor degradación.

Este año será crucial en lo relacionado al cambio climático. En Estados Unidos, el nuevo mandatario Joe Biden se ha inclinado por retornar al Acuerdo de París, el Pacto Verde Europeo está en marcha, y las promesas de alcanzar emisiones netas cero de China, Japón y Corea del Sur se están acercando a los objetivos establecidos por el acuerdo climático de 2015. Además, en noviembre de este año se realizará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, considerada la última oportunidad para unificar la acción de los países en torno al tema.

Por ello, se cree que una vez recuperada la normalidad post pandemia, lo ocurrido debería ayudar a concentrar los esfuerzos entre los países para frenar el derretimiento de las capas de hielo, calentamiento y la acidificación de los océanos, y los cambios en los patrones de precipitación y el flujo de agua dulce, así como aliviar sus impactos. Pero la situación se hace insostenible.

El jueves pasado, la ONU declaró a 2020, junto con 2016, como el año más cálido de la historia. Y para el secretario general del organismo, Antonio Guterres, “el mundo se dirige hacia un aumento catastrófico” del calentamiento en este siglo”.

El año 2020 terminó con 1,25°C por encima del período preindustrial “y asistimos ya a fenómenos meteorológicos sin precedentes en todas las regiones y todos los continentes”, destacó Guterres, advirtiendo que “nos encaminamos hacia un aumento catastrófico de la temperatura de 3 a 5ºC en el curso del siglo 21”.

El Acuerdo de París tiene como objetivo mantener el calentamiento por debajo de +2°C, y si es posible en +1,5°C. Según la Organización Meteorológica Mundial, hay un 20% de posibilidades que este aumento supere temporalmente los 1,5°C antes de 2024.

Nuevos reclamos

Es por ello que, impulsadas por la urgencia de la situación, 111 sociedades de ciencias acuáticas, representando a más de 80 mil científicos de siete continenteshan emitido un comunicado sobre cómo el cambio climático antropogénico está afectando a los ecosistemas marinos y de agua dulce, llamando a evitar su mayor degradación.

Estas sociedades piden a los líderes mundiales y a la población que actúen para proteger y mantener los ecosistemas acuáticos mundiales y sus servicios, de los que todos dependemos. Se acaba el tiempo para controlar las emisiones, mejorar las medidas de adaptación y reducir otros estresores ambientales que actúan de forma sinérgica con el cambio climático.

“Los recursos acuáticos de todo el mundo se encuentran ahora bajo la mayor amenaza en la historia de la humanidad. El cambio climático causado por el hombre está acelerando la degradación de los ecosistemas acuáticos y los servicios que brindan. Los ecosistemas acuáticos se encuentran entre los más afectados en todo el mundo. Por ejemplo, en el caso de los ecosistemas acuáticos continentales, una medida de la biodiversidad, el índice planetario de vida para las poblaciones de especies, disminuyó un 83% de 1970 a 2014, mientras que, como ejemplo para los marinos, se prevé que hasta el 90% de los arrecifes de coral desaparecerán a mediados de siglo si continúan las tendencias actuales”, señala el documento.

“En los últimos años, las migraciones han aumentado y las tensiones geopolíticas se han exacerbado: entre 2008 y 2016, más de 20 millones de personas al año se han visto obligadas a desplazarse debido a fenómenos meteorológicos extremos, mientras que, según Naciones Unidas, en 2017 el agua era uno de los principales factores de conflicto en 45 países. Se espera que estos efectos negativos aumenten con las tendencias climáticas actuales. Por ejemplo, en los Estados Unidos, se estima que el daño económico relacionado con el clima alcanzará el 10% del producto interior bruto a finales de siglo. En Europa, el coste mínimo de no adaptarse al cambio climático se estima en 100 mil millones de euros por año en 2020 y en 250 mil millones de euros en 2050”, sentencia la declaración, firmada entre otros por la Sociedad Chilena de Limnología.

En relación a las respuestas necesarias para combatir el problema, los científicos afirman que “es necesaria una acción rápida para frenar drásticamente la liberación de gases de efecto invernadero, eliminar CO2 de la atmósfera y almacenarlo en ecosistemas naturales, para evitar las consecuencias más catastróficas del cambio climático causado por el hombre en los ecosistemas acuáticos, tanto marinos como continentales, de los que depende toda la humanidad”.

“Son necesarios objetivos mundiales y nacionales para proteger y restaurar ecosistemas sumideros de carbono, como las turberas, las praderas marinas y otros humedales que contribuyen a secuestrar carbono, y con ello prevenir emisiones de gases de efecto invernadero y reducir los impactos del cambio climático”.

“Se requiere una transición rápida hacia fuentes de energía y otros productos y servicios que no liberen gases de efecto invernadero, así como investigaciones y políticas que favorezcan una transición eficiente hacia una economia descarbonizada para frenar la degradación de los sistemas acuáticos. Todos los gobiernos podrían lograr dicha transición si actuaran inmediatamente con el asesoramiento de especialistas en tecnologías de energía verde, secuestro de carbono, marketing, educación, principios socioeconómicos y disciplinas relacionadas”.

“Si se hace de manera inteligente, el movimiento para reducir el cambio climático causado por la especie humana puede resultar en tecnologías avanzadas y novedosas; economías fuertes; ecosistemas acuáticos más saludables; mayor seguridad alimentaria y un incremento del bienestar humano”, señalan los firmantes.

 Fuente: https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/mas-de-100-sociedades-de-ciencias-oceanicas-se-unen-para-advertir-sobre-los-peligro

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Libro (PDF): Forma valor y forma comunidad. Aproximación teórica-abstracta a los fundamentos civilizatorios que preceden al Ayllu Universal

Reseña: CLACSO

Este libro es una pieza central del pensamiento emancipatorio; una obra que invita a discutir la idea vulgarizada de la «conquista del poder» -cuya traducción conlleva la ocupación del poder, la propiedad y los modos organizativos ajenos por una élite esclarecida- para plantear que si la sociedad entera no construye su poder (desde los niveles más diminutamente capilares hasta los núcleos globales y fundamentales), la emancipación devendrá en farsa suplantadora.

Escrito durante los años de prisión en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro, la primera parte de este libro está dedicada a leer la dinámica histórico-lógica del capitalismo, desde su desarrollo inicial (las formas del valor) hasta el modo en que el capitalismo se produce expansivamente a sí mismo (la subsunción). La segunda, en cambio analiza su reverso: la comunidad del trabajo y los contrapuntos con las lógicas organizativas del mundo andino, entendiendo que la clave de la superación del capitalismo se halla en sus propias contradicciones internas y las propias potencias expansivas universalistas contenidas en las comunidades locales.

Autor: Álvaro García Linera.

Editorial/Edición: CLACSO. Prometeo.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-803-8

Idioma: Español

Descarga: Forma valor y forma comunidad. Aproximación teórica-abstracta a los fundamentos civilizatorios que preceden al Ayllu Universal

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2302&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1471

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«No hay capitalismo sin extractivismo»

Por: Darío Aranda

Horacio Machado Aráoz es autor del libro “Potosí, el origen. Genealogía de la minería contemporánea» (editorial Mardulce), donde traza el vínculo del extractivismo desde la llamada “Conquista de América” hasta la actualidad, con ejemplos concretos como Minera Alumbrera (en Catamarca). “Ser proveedores de materias primas obedece a un patrón de división internacional del trabajo heredado de la época colonial. El extractivismo es un rasgo estructural del capitalismo como sistema de acumulación mundial. Para que se produzca esa acumulación es necesario que haya zonas de sacrificio, coloniales, que provean los subsidios ecológicos de ese consumo desigual del mundo”, explica. Investigador del Conicet, docente de la Universidad de Catamarca, parte de las asambleas catamarqueñas contra la megaminería y de la organización Sumaj Kawsay (“buen vivir”).

-Partiendo del libro “Potosí, el origen”, ¿qué similitudes hay entre ese modelo iniciado en 1492 y el actual?

-Lo que aparece intacto debajo de la diversidad de formas del extractivismo es la figura del conquistador como prototipo de los humanos y como forma de relacionar y concebir la relación con el mundo. El conquistador, desde los Pizarro, los Cortés, los Pedro de Valdivia, son varones armados, violentos, en búsqueda de enriquecimientos rápido, que miran el mundo como puro objeto de posesión y conquista, concibe la vida como una carrera infinita de riqueza y poder. En términos subjetivos la mirada de Colón sesgada por el brillo del oro es la mirada del sujeto moderno contemporáneo, de la racionalidad que piensa en la conquista de riquezas y valores abstractos como el sentido último de la existencia, esa es la matriz del extractivismo.

-¿Y las diferencias?

-Hay diferencias, grandes y múltiples, sobre todo en los modos de producción, el régimen de dominación y destrucción de hoy es infinitamente mayor hoy. El poder también se ha hecho más complejo, tiene una enorme capacidad de seducción, persuasión, el modo de vida imperial se impone como matriz evolutiva. La capacidad de destrucción asociada a la capacidad de seducción es lo que Aníbal Quijano llama “la lógica de la colonialidad”. El modo de vida imperial, del conquistador, aparece también como deseado por los conquistados y colonizados. Este modelo nos llevó a un umbral de deshumanización, a la naturalización de la violencia, vivir relacionándonos con la Madre Tierra desde la lógica del saqueo, con los efectos sanitarios y socioambientales que ya conocemos.

-Pero también hay resistencias.

-Estos cinco siglos de dominación extractivista colonial no han pasado en vano. No ha sido una dominación pasiva. Hay toda una historia de luchas, un aprender de luchas pasadas. Semillas de humanidad que nos quedan. Si queremos sostener y luchar por la supervivencia de la humanidad tenemos que acudir al banco de semillas de la historia, que son las las resistencias, la lucha de los pueblos originarios, de las mujeres, la lucha de los trabajadores, de todos los oprimidos del mundo. Hay ahí un banco de saberes, de conocimiento, que tenemos hoy disponible. Todas estas luchas, distintas expresiones contra la dominación patriarcal-colonial-capitalista, son todas necesarias pero ninguna es por sí misma. Estamos ante un gran desafío de una sinfonía de luchas populares, es la conciencia que tenemos de la integración de las luchas, del ecologismo popular.

-¿Extractivismo y capitalismo son sinónimos?

-No hay capitalismo sin extractivismo. Y el capitalismo implica la reafirmación de una estructura colonial de la economía mundial. Por eso es inentendible que en el Siglo XXI gobiernos que dicen que querían un cambio progresista insistieron sobre la base de un modelo ya fallido, muy conocido y debatido en América Latina, con consecuencias económicas, políticas, sociales y que consolida la dependencia. Un aprendizaje debiera ser que como países herederos de un régimen colonial no podemos aspirar a un modelo de desarrollo igual o equivalente al de los países industrializados. Debiéramos aspirar a otro modelo, basado en otra matriz de producción y de consumo.

-Una mirada recurrente es señalar que el extractivismo es una “contradicción secundaria” o una etapa previa para lograr el posterior “desarrollo”.

-Es una posición totalmente equivocada, que reproduce viejos errores de la izquierda ortodoxa del siglo pasado, delata una ceguera epistémica que estos sectores de izquierda tienen respecto a la naturaleza. Siguen sin entender que el capitalismo no es solo la depredación de la fuerza de trabajo, sino que produce la depredación de las fuentes de vida, la naturaleza, de las cuales el trabajo es un aspecto más. La vieja izquierda es una izquierda productivista, piensa en los términos del capitalismo respecto al desarrollo tecnológico, tiene fe ciega en la expansión de las fuerzas productivas, creen en un horizonte de crecimiento infinitivo. Esto, que podría ser perdonable para Marx o Engels, en el Siglo XIX, es incomprensible en los tiempos actuales.

-¿Que planteo alternativo existe?

-La teoría social crítica latinoamericana nació con cuestionamientos por las consecuencias de este modelo primario exportador. Existieron teóricos y gobiernos que propusieron un modelo distinto para la región entre las décadas del 40, 50 y 60 del siglo pasado, muchos de ellos inspirados en la llamada “escuela de la Cepal” (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), donde el economista Raúl Prebisch fue uno de los referentes. Desde hace más de medio siglo se sabe que el extractivismo no es una alternativa válida para el desarrollo. Esa matriz extractiva tiene consecuencias en materia de clase social, genera una distribución del ingreso que tiende a la polarización social, consolida a las élites y conlleva escasa redistribución. No tenemos posibilidad de desarrollarnos en esos término, y se hace inviable toda posibilidad de pensar e implementar otros caminos, que sean emancipatorios.

-¿Cómo se sale del extractivismo?

-No hay, creo, salidas capitalistas del extractivismo. Eso nos fuerza a pensar radicalmente las alternativas. Como el extractivismo es una dimensión intrínsica del capitalismo, salirse de él es imaginar otros horizontes civilizatorios. Hay muchas comunidades que viven en territorios que están fuera de los patrones del capitalismo, viven sobre una base de uso comunal de los conocimientos, saberes, tierras, semillas. En nuestra América tenemos muchas comunidades que viven fuera de ese patrón extractivo. Hay que comenzar a imaginar esas salidas.

-¿Cómo serían esas opciones?

-Hay numerosas propuestas, tanto de investigadores como de organizaciones sociales, que están proponiendo políticas para modificar la matriz productiva, alternativas construidas desde abajo que construyen otras territorialidades y son fundamentales para salir del extractivismo. Imaginemos sociedades basadas en soberanía alimentaria, soberanía energética e hídrica como pilares fundamentales para pensar la independencia económica, política y culturales. Desde hace años que las organizaciones lo vienen pensando y poniendo en práctica, como la Conaie (Confederación de Naciones Indígenas del Ecuador), la Red de Comunidades Afectadas por la Minería de México, el Movimiento Mundial contra al Represas de Mesoamérica y la misma UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas). El futuro de la especie humana está en poder reapender, volver a sentirnos conectados con la vida, el aire, la tierra, el agua. Y desconectarnos del aparataje tecnológico y financiero que nos ha extirpado del mundo, nos ha sumergido en un mundo de pantallas y de conexiones abstractas. Hay que salir de ahí para tener alternativas, para tener otro futuro.

Fuente:  Página 12

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Urgente leitura comunista do falido golpe de estado trumpista

Por Carlos Morais

A manobra trumpista de ocupar o Capitólio nom está inspirada na correta declaraçom de princípios de «tomar o céu por assalto», manufaturada por Karl Marx.

Mais bem deriva da história de contínuos golpes de estado, invasons e intervençons militares contra os povos do mundo. Prática inerente aos inquilinos do poder político de Washington, iniciada com a aniquilaçom dos povos indigenas já antes da declaraçom de independência de 1776, da guerra contra a cidade-estado de Trípoli em 1801, até o recente golpe contra o governo progressista na Bolívia em 2019, e as açons injerencistas contra a Venezuela bolivariana.

Os sucessos de ontem, no centro neurálgico da institucionalidade do imperialismo ianque, nom fôrom um movimento insurrecional promovido pola classe obreira norteamericana. Respondem à virulenta disputa entre fraçons burguesas por gerir ao seu favor a turbulenta crise crepuscular do modo de produçom capitalista.

A profunda multicrise estrutural que padece o capitalismo obriga procurar hegemonia de forma violenta entre as fileiras do bloco oligárquico. O que antes se negociava, agora deve ser arrancado de jeito aparentemente menos amigável.

Assistimos aos primeiros episódios de um conjunto de convulsons no coraçom do «sistema-mundo».

Donald Trump era consciente desde o primeiro minuto que nom contava com o aval do complexo militar-industrial, verdadeiro poder real nos EUA. O establishment levava semanas enviando mensagens em prol de umha transiçom pacífica e ordenada.

Porém, umha fraçom do Partido Republicano optou por tentá-lo, pois assim Trump reforçava o liderato entre os seus seguidores e facilitará avançar na rutura do Partido Republicano, criando condiçons para o agromar de umha nova força política que quebre o artificial bipartidismo da falaz democracia norteamericana.

O comunismo revolucionário galego nom critica o assalto do Capitólio por quebrar as normas da democracia burguesa, em realidade a ditadura encuberta da burguesia.

Nom alinhamos com as condenas das «esquerdinhas» que como papagaios e ventriloquistas repetem umha e outra vez o discurso sistémico.

Nom apoiamos os apelos a respeitar as ‘regras democráticas’. Pura trapalhada!

O assalto ao Palácio de Inverno de Petrogrado na madrugada de 26 de outubro de 1917, foi chave no êxito da Revoluçom bolchevique, logrando capturar o Governo provisório e facilitando a descomposiçom do póstzarismo.

O mundo novo polo que luitamos nom emergerá de Capitólios, de Cortes, paços do Hórreo, nem de Parlamentos ou Assembleias Nacionais.

Nascerá da insurreiçom operária e popular, de organizar umha Revoluçom Socialista que derrubará este mundo velho que cai a pedaços, para edificar um mundo novo, o que nalgum momento da sua vida todo ser humano algumha vez sonhou.

O projeto fascista que Trump representa é o nosso principal inimigo, mas o liberalismo globalista e imperialista de Biden só se diferença nas formas.
O agravamento da crise institucional dos EUA é pois umha boa notícia!

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/urgente-leitura-comunista-do-falido-golpe-de-estado-trumpista/

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