Diversos centros educativos del sector público tienen falencias. En algunos, ni siquiera hay energía eléctrica, un servicio vital para impartir clases.
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Sentada en la última silla del aula de clases, la pequeña Ana trató de descifrar lo que su profesora escribió en la pizarra.
La dificultad de la alumna no es un problema de visión, son las históricas falencias del sector público que mantiene a varios centros educativos sin energía eléctrica.
Entre la oscuridad, a la que se le suma la falta de libros de Español, Matemáticas, Ciencias Naturales y Estudios Sociales, los docentes tienen que impartir clases, además de que los escolares tampoco cuentan con el material para alimentar su conocimiento.
Durante un recorrido por varios centros públicos de la capital, EL HERALDO corroboró que ya se cumplieron 20 días de clases, pero en medio de muchas necesidades y la indiferencia de las autoridades de la Secretaría de Educación.
“Las autoridades no nos ayudan en nada. No tenemos material didáctico para enseñarle a los niños, no nos dan jabones ni papel higiénico para los mismos niños”, reclamó Olinda Salgado, subdirectora de la Escuela Honduras, ubicado en la capital.
En el centro escolar Víctor F. Ardón de la colonia Nueva Suyapa el director Óscar Ramírez externó que “ya son más de 20 días de clases y a estas alturas ya todo docente y alumnos deberían de tener, por lo menos, sus libros de clases básicas, pero lastimosamente no es así”.
Más de 500 escolares han sido matriculados en este centro educativo ubicado al oriente de la capital, sin embargo, la falta de material les pasa factura al aprendizaje escolar.
“El año pasado unas organizaciones nos regalaron los libros y con eso pudimos salir adelante, ahora lo que estamos haciendo es que los alumnos utilicen libros de años anteriores sólo para que medio se orienten, igual el docente”, agregó Ramírez.
En la Escuela Pablo Portillo en la misma zona, las necesidades son las mismas, pero con una dificultad extra: desde el año pasado el centro educativo no tiene energía eléctrica y las oscuras aulas son iluminadas por los rayos del sol que atraviesan los barrotes de las ventanas. A diario, a nivel nacional, se denuncia al menos tres centros escolares en protesta por falta de docentes.
La guerra que se está librando en Ucrania ha supuesto un duro golpe para el continente europeo. La proximidad del conflicto y la gran cantidad de información disponible, está provocando que sea uno de los temas habituales de conversación cada día, incluido en las aulas de los centros educativos, donde poco a poco se empiezan a ver caras de niños ucranianos que han tenido que dejar su país por culpa del conflicto.
Segú ACNUR, se estima que ya son más de dos millones y medio de ucranianos los que han abandonado su país. En nuestro país, se estima que viven más de 112.000 ciudadanos ucranianos, por lo que el conflicto también nos golpea muy de cerca, ya no solo a los adultos, sino también a los niños.
Un conflicto ampliamente cubierto a través de los medios de comunicación, pero también a través de las redes sociales, donde las desinformaciones y los bulos campan a sus anchas. Precisamente por ello, en los centros educativos ha surgido la necesidad de redoblar esfuerzos para resolver las dudas y preguntas que pueden surgir entre los más jóvenes.
“La mayoría de los niños en nuestras aulas han oído hablar de que hay una guerra en Ucrania. Saben que algo grave está pasando, y además de escucharlo en conversaciones y noticias, muchos de ellos tienen acceso a internet y redes sociales, y pueden estar recibiendo informaciones sin el filtro adecuado a su nivel de madurez”, señala Ana Herrero, Coordinadora de los departamentos de Orientación del grupo Brains International Schools.
Educar en valores y la resolución de conflictos
La labor del profesorado pasa no solo por resolver las dudas que puedan surgir entre los alumnos, sino por dotarles de confianza y seguridad en el proceso de comprensión de esta guerra, para evitar que surjan el miedo y la ansiedad ante el conflicto. Una tarea en la que es necesario:
Preguntarles qué saben, qué han oído sobre este conflicto y ayudarles a expresar qué sienten. La expresión emocional es una incorporación relativamente reciente a las aulas, pero su importancia es cada vez mayor. Un bloqueo emocional conlleva a un bloqueo intelectual, por lo que es importante guiar y acompañar a los estudiantes en el proceso de expresión de sus emociones, como una labor de autoconocimiento, pero, sobre todo, como una vía hacia la empatía con los demás.
Ayudarles a diferenciar entre los ciudadanos y sus gobernantes. La deshumanización y estereotipación son dos de las primeras consecuencias de un conflicto bélico. Los alumnos han de ser conscientes de cuál es el papel de la ciudadanía en una guerra, generalmente víctima directa del conflicto en ambos bandos, y cuál puede ser nuestro papel activo como ciudadanos en la preservación de la paz y la democracia.
Detectar las fake news y fomentar el pensamiento crítico. Los alumnos más mayores, en muchos casos con acceso directo a fuentes de información y redes sociales, han de ser capaces de discernir si la información que reciben son bulos o propaganda. La verificación de fuentes oficiales y el acceso a medios de comunicación contrastados son dos de las herramientas que se han de inculcar entre los estudiantes. Además, el profesorado puede, a través de preguntas, desarrollar este modelo de pensamiento crítico, que les ayude a valorar la información relevante, y poder alcanzar sus propias conclusiones de forma autónoma e independiente.
Recalcar la Educación en Valores. Brains, como colegio internacional, apuesta por la riqueza que aporta conocer otras culturas, la mentalidad abierta, la tolerancia y la solidaridad. Estos valores, transversales al método educativo Brains, deben reforzarse en ocasiones como esta, como la única vía para la formación de los ciudadanos del futuro y la creación de sociedades más justas y pacíficas.
Valorar la resolución pacífica de conflictos. Es necesario poner en valor competencias como la escucha activa, la comprensión desde la perspectiva del otro, la negociación, la asertividad, buscando siempre soluciones respetuosas, tal y como trabajan en el colegio sus propios conflictos.
Poner en marcha propuestas de acción social y solidaria con los refugiados y víctimas del conflicto. Fomentar la solidaridad y tener un rol activo en catástrofes humanitarias como las que producen las guerras es posible. Porque toda ayuda, por pequeña que sea, puede marcar la diferencia en situaciones de conflicto. Además de recogidas de ropa, alimentos y abrigo, la llegada de refugiados a nuestro país requerirá de labores de asistencia y acompañamiento, que además de inestimable ayuda para los afectados, son una valiosa lección para los más pequeños.
“No podemos dejarles en la incertidumbre o el silencio, que puede producir más ansiedad o miedo. Pero es necesario que hagamos un ejercicio de serenidad y de calma, para poder tratar este tema tan doloroso con un tono tranquilizador, fomentando la reflexión, la expresión de sus dudas y sentimientos, y siendo sinceros cuando no sepamos dar respuesta. No podemos mentirles, aunque es conveniente evitar darles excesiva información o sobreexposición al tema”, concluye Ana Herrero.
La Procuraduría les advierte a los alcaldes y gobernadores que deben apoyar el regreso a las aulas o serán investigados.
En Colombia han vuelto a las clases presenciales seis de cada diez estudiantes de prescolar, primaria y secundaria. De los 9,8 millones de niños y niñas que se matricularon para 2021, solo 5,8 millones han regresado a los salones.
Estos datos fueron recogidos por el Observatorio de Gestión Educativa, de la Fundación Empresarios por la Educación, y dan cuenta de las dificultades que han tenido los estudiantes para regresar a las aulas. El panorama dio pie para que la Procuraduría les enviara una carta a los alcaldes y gobernadores del país, en la cual les pide con firmeza garantizar que los estudiantes retornen a la presencialidad.
Además, el ente de control dijo que revisar cómo están los derechos de niños y niñas en materia educativa es una “exigencia ineludible”. Y emitió un comunicado para complementar su mensaje: el regreso a las aulas “no debe posponerse más”.
En Colombia hay, en total, 96 Entidades Territoriales (ET) certificadas en educación por el Ministerio de esa rama. Según el Observatorio de Gestión Educativa, 3 ET aún no han iniciado el proceso de alternancia, 27 tienen un avance inferior al 40 % en presencialidad, 34 están entre el 40 y el 70 % y otras 32 cuentan con niveles de alternancia superiores al 70 %.
Así mismo, el observatorio señala que de alrededor de 400.000 millones de pesos del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome), que les asignó el Gobierno a las ET para mejorar las condiciones de bioseguridad de los colegios, solo se ha ejecutado el 79,5 %.
En esa medida, la procuradora delegada para la Infancia, la Adolesencia, la Familia y las Mujeres, Viviana Mora, advirtió que las autoridades locales deben asegurar que las instituciones educativas cuenten con las instalaciones adecuadas y bioseguras para reencontrarse con los salones, las clases y los profesores.
Mora también explicó que los Ministerios de Salud y Educación ya han emitido varias resoluciones que dan las pautas de trabajo a las autoridades locales para que aseguren el regreso a clases.
En efecto, si los mandatarios no acatan las directrices para garantizar el retorno seguro, la funcionaria sostuvo que “se podrán convertir en responsables disciplinarios, ya sea por acción o por omisión, en los términos definidos en el Código Único Disciplinario”.
Las dificultades
Aunque Antioquia es uno de los departamentos que reportan un mayor porcentaje de instituciones educativas trabajando en la presencialidad (94,8 %), en la Secretaría de Salud de la ET señalaron que también se han enfrentado dificultades durante su implementación.
“Hay algunos asuntos relacionados con la infraestructura y el aforo en algunos establecimientos educativos y la disponibilidad de agua que afectan la presencialidad”, dijo Juan Diego Restrepo, subsecretario de Calidad de la Secretaría de Salud de Antioquia.
De otro lado, las cifras del Observatorio de Gestión Educativa salta a la vista que las dificultades para los estudiantes de instituciones públicas y privadas para volver a los salones de clase son distintas en Colombia. Por ejemplo, en los colegios privados la cifra de estudiantes que están en alternancia es del 69,8 %, mientras que en los oficiales el porcentaje cae hasta el 57,7 %.
El proyecto de decreto que enfrenta a las EPS y al Gobierno
Desde Fecode, el sindicato de los trabajadores de la educación, señalaron que los colegios públicos están enfrentando problemas de infraestructura.
“Hoy estamos encontrando instituciones educativas a las que se les acabó el gel antibacterial, que no tienen agua potable o en los que se deterioraron los acondicionamientos con los que las entregaron para regresar a la presencialidad”, explicó Carlos Enrique Rivas, ejecutivo de Fecode, quien además opinó que las ET deben recibir más y mejores recursos del Gobierno Nacional.
Asegurarles la presencialidad a casi 10 millones de niños es, en todo caso, un deber de todas las autoridades.
De acuerdo con Juan Diego Restrepo, subsecretario de Calidad de la Secretaría de Salud de Antioquia, hasta el 3 de septiembre pasado, de los 32.000 estudiantes que estaban matriculados en colegios privados había 30.279 que estaban asistiendo a clases de forma presencial. Mientras tanto, en los colegios oficiales 396.992 estudiantes de los 468.803 matriculados están yendo a los centros educativos. Restrepo añadió que en el departamento se inició el proceso de alternancia desde septiembre de 2020 y, en esa medida, ya se completó un año en el trabajo de retorno educativo.
Hasta un 87 por ciento de los padres piensan reciclar algunos materiales escolares como mochilas, bolsas escolares y uniformes
La vuelta al cole está cada vez más próxima. Las libretas y uniformes ya están empezando a sobrevolar en muchas casas, pero lo cierto es que aún no se sabe cómo arrancará el nuevo curso, si con una presencialidad total o si, por el contrario, habrá un modelo híbrido en el que los alumnos alternarán clases presenciales con online. Y no es un detalle menor, ya no solo por la calidad de la enseñanza, sino por el ahorro o el gasto que supone a las familias tener que adaptarse a cada uno de los modelos.
Y es que una vuelta al cole presencial es un 42% más barata que si se mantiene el modelo híbrido. Son datos de un estudio que ha elaborado el comparador de precios Idealo y que viene a demostrar que el modelo “de toda la vida” es el más adecuado para las familias desde el punto de vista económico, más teniendo en cuenta la situación de crisis de muchas de ellas.
Y aunque puede depender de la evolución de la pandemia y del aumento o no de los contagios, cabe recordar que España ha conseguido, a diferencia de otros países, mantener los centros educativos abiertos durante todo el curso escolar pasado, a pesar de las diferentes olas de la pandemia. Es por ello, entre otras cosas, por lo que el responsable de comunicación de Idealo, Kike Aganzo, no entendería que los niños se quedasen, aunque sea de manera parcial, en sus casas.
Este escenario implicaría que el recibo de la vuelta al cole sea más elevado fundamentalmente por los aparatos tecnológicos necesarios para seguir las clases. En concreto, Aganzo destaca que los ordenadores portátiles han subido de precio y «encarecen mucho la vuelta al cole» no solo por el hecho de que hacen falta tantos portátiles como menores haya en casa, sino porque con un modelo semipresencial, explica Aganzo, se utiliza tanto el ordenador como el libro de texto, «por lo que es como duplicar el gasto». Con todo ello, un formato semipresencial conllevaría un gasto medio de 678 euros.
La vuelta al cole de este año, no obstante, será un 3,97% más barata que la del curso pasado, todo a pesar de que las mochilas, el calzado deportivo y algunos materiales de papelería han aumentado su precio, situándose el gasto por menor en 393 euros siempre y cuando sea un regreso sin restricciones. Por gastos, según Idealo, las familias gastarán hasta 40,22 euros en papelería, cerca de 35 euros en mochila, por encima de los 30 euros en calzado, más de 25 euros en chándal y 259 euros en libros de texto.
Sin embargo, y como han podido comprobar en el estudio, tanto la vuelta presencial como la semipresencial se salen del presupuesto esperado por los padres. En total, el 61% de las familias encuestadas tiene previsto gastar entre 50 y 200 euros, mientras que un 13% de los encuestados planea desembolsar menos de 101 euros y solo un 26% más de 200 euros. Además, como consecuencia de la crisis económica, las familias son este año más partidarias de reutilizar material del curso pasado. Hasta un 87 por ciento de los padres piensan reciclar algunos materiales escolares como mochilas, bolsas escolares y uniformes.
El ajedrez es un juego/deporte con múltiples bondades educativas. No sólo puede ser una herramienta que facilita el aprendizaje curricular de los alumnos, sino que también tienen una vertiente integradora y socializadora. Por todo el país diversas iniciativas intentan fomentar su rol educativo, que va mucho más allá del hecho de aprender a jugar.
En Gambito de Dama, la exitosa miniserie de Netflix que ha vuelto a poner de moda el ajedrez, una niña de 11 años descubre su habilidad para el juego y enseguida empieza a ganar partidas hasta llegar en pocos años a la élite mundial. La velocidad de las partidas de la serie es mucho más alta de lo habitual, y prácticamente ninguno termina en tablas, cuando en la vida real esto ocurre con frecuencia, pero la serie tiene la virtud de romper algunos clichés sobre el ajedrez, como la idea de que se trata de un deporte de hombres o exclusivo para personas muy inteligentes. Contra estos estereotipos también luchan hace años los promotores del ajedrez educativo, es decir, quienes defienden el uso de este juego como herramienta de enseñanza de contenidos y competencias que forman parte del currículo, y no sólo como una actividad extraescolar.
«En la serie sólo vemos el ajedrez competitivo, y mucha gente cuando habla de ajedrez escolar piensa en la enseñanza del juego, pero eso no es ajedrez educativo aunque se haga en la escuela», explica Jordi Prió, profesor de matemáticas en el Instituto Ciutat de Balaguer e impulsor del proyecto Educachess, que desde el año 2000 trabaja para la difusión del ajedrez como herramienta pedagógica. Lo hace tanto a través de materiales que se pueden descargar gratuitamente, como de libros que edita a través de la Editorial Balagium, y que en el caso de las escuelas se venden a precio de coste. Educachess tiene un proyecto para ampliar esta oferta de material con contenido multimedia, «pero para desarrollarlo necesitamos encontrar mecenazgo», dice Prió.
«El ajedrez educativo te permite trabajar los contenidos y adquirir las competencias de la escuela, desde infantil a secundaria. Si cogemos el ajedrez como centro de interés, que toca todas las ramas, se pueden trabajar todas las competencias que queramos», considera Jordi Prió.
Manuel Azuaga, coordinador regional del programa Aula de Jaque de la Junta de Andalucía, está de acuerdo con esta afirmación. En su Comunidad, existe una plataforma viva de recursos gestionada por algo más de 20 personas que hacen las veces de tutores de los 377 centros educativos de su territorio que participan de una u otra manera. Su trabajo consiste en subir contenido, siempre relacionado o trabajado mediante el ajedrez, que puede ir desde la enseñanza de alguna materia concreta a contenidos más transversales.
El programa
Con esta mirada educativa, el curso 2012/13 el Departament d’Educació (entonces, Ensenyament) y la Federación Catalana de Ajedrez pusieron en marcha el proyecto Escacs a l’Escola, para introducir el ajedrez en horario lectivo como herramienta transversal de aprendizaje. El programa ofrece al profesorado varias formaciones, orientadas sobre todo a los ciclos iniciales, medio y superior de primaria, pero que son adaptables también a infantil y secundaria. Su responsable, Marta Amigó, tiene una pierna en ambos tableros: pertenece a la junta de la Federación y es maestra de la Escuela Martí Poch de la Espluga de Francolí, si bien con dedicación de media jornada, porque dispone de la otra media para coordinar el proyecto en el ámbito catalán. Según explica, durante todos estos cursos se han formado ya más de un millar de maestros, a través del plan de formación que ofrecen los diferentes CRP, y hay más de 400 centros donde el ajedrez forma parte del proyecto educativo. «En la mayor parte de estos centros se dedica una hora lectiva semanal a trabajar contenidos curriculares (de mates, lengua, medio, valores…) a través del juego del ajedrez, y tenemos un retorno muy positivo tanto de los profesores como de los alumnos y las familias», comenta Amigó.
La formación es necesaria también para los docentes que conocen el juego. «El simple hecho de saber jugar al ajedrez no quiere decir que lo sepas usar como herramienta educativa», subraya Amigó. «Por ejemplo -continúa-, con los más pequeños no empezamos jugando con todas las piezas, sino que podemos jugar a capturar letras del tablero usando el movimiento de una torre o de un caballo, y gana quien forma la palabra más larga, de esta manera están trabajando la lengua y están aprendiendo a observar antes de mover». Por eso, lo que les gustaría es que «las facultades de Educación ofrecieran esta formación a los estudiantes de magisterio, aunque fuera como optativa, y así saldrían muchos más maestros que ya sabrían cómo aplicar el ajedrez en las escuelas».
Para Prió, incluso se puede hacer la distinción entre ajedreces transversales, que serían «los que cogen una o dos materias curriculares y mezclan sus contenidos con el ajedrez», y el ajedrez propiamente educativo, que sería «el que contribuye a la educación integral del niño a partir del trabajo de las capacidades intelectuales, los contenidos y las competencias».
Algo parecido ocurre en Andalucía. El programa Aula de Jaque se encuentra, este curso, en su cuarta edición. Cada inicio de curso se plantea a los centros participantes que elaboren un plan de actuación, explica Azuaga, en el que detallen qué quieren hacer a través del ajedrez ese curso. Durante los meses, cada persona del equipo de coordinación está encargada de tutorizar a una serie de colegios e institutos, unos 20 por persona.
Durante ese tiempo se van revisando los objetivos y las actividades realizadas para evaluar su funcionamiento para, una vez terminado, poder realzar una evaluación final y una memoria final. Además, desde Aulas de Jaque también se realizan acciones de formación para el profesorado. Azuaga insiste en que no es necesario que el profesorado tenga ninguna experiencia previa con el ajedrez. No es necesario, siquiera, que sepan jugar para ponerse manos a la obra.
Mejora en los aprendizajes y ninguna diferencia entre niños y niñas
Paralelamente al programa Escacs a l’Escola, se creó el Observatorio Ajedrez y Educación en la Universidad de Girona (UdG), con la participación de expertos de diversas disciplinas. Durante estos años el observatorio ha hecho de puente de comunicación entre los cientos de docentes que participan, organizando un encuentro anual, y con las experiencias que se llevan a cabo en otras comunidades autónomas, en especial en Aragón, Andalucía y las Islas Canarias. Su directora, la profesora de Estadística, Carmen Saurina, explica que estos encuentros no sólo no se han dejado de hacer debido a la pandemia, sino que el hecho de hacerlas virtuales (se hicieron dos en octubre y se harán dos más en febrero) les ha permitido llegar a mucha más gente que antes. Aparte de la UdG, la Universidad de Lleida (UdL) y más recientemente la Universidad Rovira i Virgili (URV), también se han sumado al programa Ajedrez en la Escuela. De hecho, en la UdL se ha creado una cátedra sobre ajedrez y educación.
Hace unos años, el Observatorio hizo una evaluación del programa durante dos cursos, a partir de unos cuestionarios a los alumnos de 1º de primaria de 40 centros, de los que 25 seguían el programa y 15 no, si bien tenían una composición socioeconómica similar. A pesar de las limitaciones del estudio, la primera conclusión fue que se observaba una mejora significativa en los aprendizajes de los alumnos que hacían el ajedrez educativo, tanto en el ámbito matemático (capacidad de pensamiento lógico-matemático, dominio numérico y operativo, capacidad métrica, mejora en la orientación espacial y en la resolución de problemas) como en el lingüístico (comprensión literal y relacional, comprensión y percepción visual y en la comprensión organizativa e interpretativa). La segunda conclusión es que no se observaba ninguna diferencia entre niñas y niños, ni en los centros del programa ni en los de la muestra de control.
En cuanto a la opinión de los maestros, la encuesta confirmaba la sensación de que los aprendizajes habían mejorado, pero además destacaba que se habían observado otras mejoras, en cuanto a la motivación, la capacidad de concentración, el disfrute en el aprendizaje a través del juego, el aumento de la reflexión o el incremento del respeto a los compañeros. «Nuestros estudios sólo confirmaron lo que ya nos decía la búsqueda internacional. Y en estos momentos, el interés se centra en saber hasta qué punto el ajedrez ayuda a mejorar las funciones ejecutivas (memoria de trabajo, flexibilidad, planificación, adaptabilidad, etc.), nosotros también estamos investigando en esta línea y esperamos poder presentar los resultados de un estudio que estamos haciendo a finales de curso», añade Saurina.
Herramientas para la vida y beneficios sociales
Observo, pienso y juego es el lema del programa Escacs a l’Escola. «El hecho de tener que analizar las jugadas posibles y sus consecuencias antes de decidir, frenar la impulsividad, esperar el turno, tener paciencia, respetar al otro, saber ganar y saber perder, aceptar los propios errores… todo ello son aprendizajes que podemos transferir a la vida real, y por eso el ajedrez se está introduciendo en los sistemas educativos de muchos países», comenta Amigó. Jordi Prió coincide: «Tienes que analizar la situación como si hicieras un DAFO y tomar decisiones, algunas serán acertadas y otras no, por eso el ajedrez es también un entrenamiento para el futuro profesional».
«Es una simulación de la vida», comenta Azuaga. Se trabajan elementos como la memoria a corto y largo plazo, la anticipación, el reconocimiento del error («sobre el tablero es fácil valorar cuál fue el error que se cometió») y, destaca el experto, la toma de decisiones.
El ajedrez educativo no es incompatible con el deportivo. «En el ajedrez educativo el aprendizaje del juego es una consecuencia, pero no un fin, por eso, si alguien quiere aprender más siempre puede ir a un club», dice Prió, el cual es también árbitro de la federación catalana y durante años presidió el Club de Ajedrez de Balaguer. Para este docente, el ajedrez deportivo es «una actividad mental que se adapta al nivel de cada uno, al igual que hay gente que juega al fútbol con los amigos y otros que lo hacen en competiciones profesionales». «No estamos en contra de la competición, y a veces hay escuelas que hacen pequeños torneos; si la competición está bien enfocada puede ser positiva, porque también es una manera de aprender, independientemente del resultado de las partidas; de hecho el campeón del mundo Capablanca decía que podías aprender más de una derrota que de cien victorias», comenta Marta Amigó, para la que hay que romper con la idea/barrera según la cual «para jugar al ajedrez tienes que ser muy inteligente».
Más allá de eso, Amigó y Prió aseguran que el ajedrez, en especial en su formato educativo, tienen también unos evidentes beneficios sociales. «Fomentan la igualdad de género porque hombres y mujeres tienen las mismas oportunidades, combaten el racismo porque el éxito no depende del color de la piel, y favorecen la relación intergeneracional porque es un deporte donde pueden competir jóvenes contra grandes», dice Prió. En cuanto a las escuelas, añade, también fomentan la integración del alumnado recién llegado y del que presenta algún trastorno o discapacidad como el autismo o el TDAH. «Se han hecho estudios con alumnos con TDAH -añade Marta Amigó- a algunos se les ha podido reducir la medicación gracias a que se les ha recetado jugar al ajedrez; esto puede parecer extraño, porque el ajedrez puede parecer aburrido, y hay padres que no entienden cómo su hijo, que no para quieto, puede estarlo durante bastante rato ante un tablero, pero es que el cerebro de este chico o chica está constantemente en movimiento».
Azuaga trabaja, mediante el ajedrez, con chavales en riesgo de exclusión social (aunque no solo) y lo hace desde posiciones muy diversas. Una de ellas pasa por el análisis de los errores cometidos durante el juego como «elemento clave del aprendizaje». «No existe la partida perfecta. No pretendemos crear campeones del mundo» pero sí es importante «estar alerta a esos errores incluso cuando ganamos las partidas». Habla de la importancia del «análisis postmortem» en relación a cómo se han desarrollado los movimientos para observar cuáles fueron nuestros errores y aciertos. Volviendo al simil de la serie Gambito de Dama, algo que se ve constantemente a lo largo de sus capítulos.
También insiste en la vertiente «social y educativa» del ajedrez. Cuando se encuentra con los chicos y chicas en una clase de compensación educativa hace el ejercicio de preguntar quién cree que ha tenido mala suerte en su vida. Se asombra de la cantidad de manos levantadas entre chavales de 12 o 13 años. Gracias al ajedrez, al análisis de las partidas, al trabajo sobre herramientas como la anticipación, les demuestra que, más allá de la influencia de la suerte, también pesan en los resultados que se obtienen variables como la toma de decisiones. Controlar los impulsos que les llevarían a una jugada poco meditada puede suponer un antes y un después. Dentro y fuera del tablero. «Es casi terapéutico», asegura.
En las Islas Baleares también pusieron en marcha un programa con el mismo nombre (Ajedrez y Escuela) el curso 2018-19 como proyecto piloto. En este curso ya participan 28 centros: 22 de Mallorca, 2 de Menorca, 3 de Ibiza y 1 de Formentera. También concebido como herramienta educativa dentro del horario lectivo, la Conselleria de Educación de las Islas asegura que a la vez busca mejorar «la atención, la concentración, la memoria, la resolución de problemas, la comprensión lectora, la toma de decisiones… y potenciar, la sociabilidad, la ayuda entre compañeros, el respeto entre iguales, la igualdad de género, la gestión de las emociones. Y el fomento de los valores de la deportividad, el esfuerzo, la superación y la constancia».
Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/01/13/ajedrez-educativo-todo-lo-que-no-explica-gambito-de-dama/
A partir del 4 de enero del año 2021 miles de estudiantes universitarios deben regresar a los centros educativos.
El Ministerio de Educación de Brasil (MEC) anunció este miércoles la reanudación de clases presenciales en las diferentes instituciones de educación superior, en medio de la crisis sanitaria por la que atraviesa el país a causa de la pandemia del coronavirus.
A partir del 4 de enero del año 2021 miles de estudiantes universitarios, así como de instituciones técnicas y tecnológicas deberán regresar a los centros educativos, exceptuando a los grados de educación básica y secundaria.
En ese sentido, los Decretos número 1030 y 572 del MEC establecen que los centros educativos deben adoptar medidas de bioseguridad para evitar posibles contagios con la Covid-19.
Igualmente, el Ministerio de Educación indicó que los docentes deben hacer uso de las diferentes herramientas tecnológicas en aras de recuperar las horas de clases perdidas durante el confinamiento debido a la complejidad sanitaria de la Covid-19.
“Los recursos educativos digitales, tecnologías de la información y la comunicación u otros medios convencionales se utilizarán de manera complementaria, de manera excepcional, para el pago de las horas de carga docente, en cumplimiento de las medidas para enfrentar la pandemia Covid-19 establecidas en el Protocolo de Bioseguridad establecido en la Ordenanza MEC No. 572, 2020”, expresa el Decreto 1030.
Por su parte, el Ministerio de Salud de Brasil precisó que hasta la fecha el país suramericano acumula 6.386.787 contagios con la Covid-19 y 173.817 decesos.
El 99% de los centros educativos no cuentan con un plan para mejorar la calidad del aire en su interior.
La pandemia mundial por Sars-CoV2 tiene una fuerte relación con la salud de nuestros ecosistemas. «La COVID-19 pone de manifiesto la importancia vital de un medioambiente escolar ventilado, seguro, limpio, saludable y sostenible», explica el coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (CSM_AEP), el doctor Juan Antonio Ortega.
Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE) instan a acelerar los progresos para crear entornos más saludables como forma efectiva de prevenir pandemias y fortalecer la salud a través de la activa participación de la sociedad, desarrollando programas de Salud Medioambiental Escolar. Estas recomendaciones están incluidas en el documento «Invierno, ventilación y confort térmico en los tiempos de la covid-19: optamos por la sostenibilidad y la resiliencia».
«Combinando cultura, salud medioambiental, estructuras y procedimientos escolares para mejorar la calidad del aire interior con baja huella de carbono, podemos asegurar que los estudiantes ganan salud, sostenibilidad y una mayor resiliencia a la COVID-19», explica el doctor Ortega. Los centros educativos no se han convertido en el foco de contagio que se temía al inicio del curso académico, pero la llegada del frío y el hecho de que muchos colegios opten por cerrar las ventanas puede hacer que esto cambie.
«Queremos mantener la tendencia que se ha logrado en el arranque del curso escolar, con un mínimo porcentaje de aulas cerradas y de positivos por COVID, y tenemos que ser capaces de combinar la ventilación natural de las clases con el descenso de temperaturas», explica la presidenta de CEAPA, Leticia Cardenal. En este mismo sentido, el movimiento de familias, el de mayor representación del país, incide en la necesidad de seguir las pautas de los expertos para favorecer de este modo que el alumnado pueda continuar su educación presencial, el único modelo que garantiza de manera equitativa el derecho a la educación.
El 99% de los estudiantes españoles acuden a centros educativos sin un plan interno para manejar la calidad del aire interior. «La ventilación natural es insustituible» subraya el doctor Ortega, quien destaca que este es el mejor método para mejorar la calidad del aire interior en las aulas y reducir la presencia de virus. «Para que esto sea eficiente el consejo es que la ventilación sea continua y constante», indica este experto. Y por ello, durante el invierno el Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría aconseja mantener abiertas ventanas y puertas e incorporar un sensor de CO2 en los centros educativos, para poder monitorizar su nivel en las aulas y comprobar que este se sitúa siempre por debajo de 700 ppm –partes por millón-. «En invierno, en la mayoría de las ocasiones (95%) se puede conseguir este objetivo con una apertura parcial de las ventanas de 10 a 30 centímetros», asegura el doctor Ortega, que también pide prestar especial atención al confort térmico de escolares y profesores, que se consigue cuando las condiciones de humedad, temperatura y movimiento de aire son agradables y adecuados para la actividad que se realiza en su interior. «Los niños prefieren las temperaturas más bajas debido a que su temperatura corporal central es más elevada y a su mayor tasa metabólica», asegura el coordinador del CSM-AEP.
Tanto la AEP, a través de su Comité de Salud Medioambiental, como CEAPA abogan por la ecología en los edificios escolares en todas las comunidades autónomas. «Queremos hacer una llamada para que todos los centros educativos sean energéticamente eficientes, bajos en huella de carbono y con un diseño y procedimientos que contribuyan a mejorar la salud, el rendimiento académico y a incrementar la sostenibilidad y resiliencia frente al Sars-CoV2», explican ambas instituciones que señalan el Programa de Educación Aire Limpio de la Región de Murcia como un modelo a seguir. El 85% de las escuelas en España tienen clases muy frías o muy calurosas, lo que está estrechamente relacionado, según diversos estudios, con diferentes molestias respiratorias y también influye en el rendimiento académico.
La ventilación natural contribuye además a disminuir las infecciones no solo de Sars-CoV2 sino también de gripe y otros virus respiratorios. CEAPA reconoce que no todos los municipios de España pueden permitirse clases al aire libre por las condiciones meteorológicas pero es partidaria de explotar al máximo las posibilidades de los espacios disponibles y al aire libre, dedicarlos a clases y a otras actividades escolares. Esta tendencia ya se está realizando en otros países europeos que usan patios, parques y hasta espacios públicos de las ciudades para reducir las posibilidades de contagios de los estudiantes y, a la vez, ofrecerles el estímulo del contacto con el exterior.
Clases al aire libre
El uso de aulas y otros espacios de aprendizaje al aire libre en los centros puede ofrecer beneficios significativos para el aprendizaje en este periodo de pandemia y en el futuro. «La epidemiología del virus nos indica que hay un riesgo20 veces mayor de infección en ambientes interiores, – asegura el doctor Ortega- De hecho, muchas de las escuelas no cuentan con suficientes espacios interiores para desarrollar de forma segura la actividad aplicando las reglas de distanciamiento social». Para dar solución a esto, los centros deben hacer uso de sus espacios al aire libre o de otros como parques o zonas verdes facilitados por el ayuntamiento competente. Cualquier centro cuenta con pistas deportivas, áreas de juego o zonas ajardinadas que permiten desarrollar la docencia de forma segura por las siguientes razones:
–Hay más espacio para esparcirse, lo que facilita la separación entre estudiantes y mesas.
–Las clases al aire libre se adaptan mejor a los enfoques de separación/diferenciación en grupos de trabajo.
– Todas las evidencias científicas apoyan que hay una menor transmisión de enfermedades en entornos al aire libre.
– La luz solar directa puede suprimir la enfermedad en las superficies más rápidamente.
– Se reducen las aglomeraciones en zonas comunes como pasillos durante los intercambios de clases o recreos.
– Mejora el bienestar de alumnos y profesores, la motricidad, la asistencia y en general, la actitud hacia el aprendizaje.
Fuente e imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-esta-manera-correcta-ventilar-aulas-este-invierno-202011271033_noticia.html
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