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Niñas serpiente, acrobacias y cuchillos en Costa de Marfil

Érase un poblado en el centro oeste de Costa de Marfil habitado por los miembros de los Yacuba Dan, uno de los grupos étnicos más importantes y prolíficos a esta parte del Golfo de Guinea. Un lugar donde aún acontecen bailes de máscaras así como otras ceremonias animistas para pedir la protección de los espíritus, agradecer la llegada de nuevas cosechas, ayudar a los enfermos o enterrar a sus muertos. Así sucede desde hace siglos, o quizá milenios, en el corazón más indómito de África Occidental. Aunque en el caso de este pequeño aldea, la cual pudimos visitar durante nuestro último viaje de etnias y mascaradas en Costa de Marfil, supimos de algo de mayor impresión y visceralidad que ahonda en las raíces más profundas de las creencias del ser humano. La presencia de las conocidas como niñas serpiente se abre hueco entre la fe por la intervención de los ancestros y esa concepción mágica de la vida que acompaña en muchos de los anocheceres marfileños. Todo a través de danzas acrobáticas donde junto a sus mentores y a la vista de sus vecinos, se juegan la vida para, entre otras cosas, mostrar públicamente que los espíritus están con ellas y con su gente.

Niñas serpiente en Costa de Marfil

Rostros pueriles adornados con rayas blancas, labios pintados de negro sellados en silencio bajo el son de los tambores, movimientos imposibles y cuchillos afilados en un ritual antediluviano. Así es la historia y esencia de las niñas serpiente de Costa de Marfil, quizás las últimas brasas de la gran hoguera del animismo en un país de atávicas tradiciones.

El pueblo Yacuba/Dan de las niñas serpiente

Una aldea en la noche de los tiempos

Aproximadamente a una hora de la ciudad de Man, agazapada bajo una maraña de colinas puntiagudas tupidas de vegetación, las carreteras pierden su nombre. Hay un momento donde se añoran los agujeros del asfalto desgastado de las vías marfileñas cuando lo que se viene encima es una red de pistas o senderos de tierra rojiza las cuales tienden a inundarse en cada chaparrón, algo que acontece día a día durante los meses de la época en la que las lluvias, de duración breve pero de voracidad torrencial, se abren paso en el Golfo de Guinea. No se sabe si son baches, socavones o húmedos accesos al averno los que se suceden en la ruta. Pero la sensación de adentrarse por tan frondoso territorio y saberse dentro de la Costa de Marfil más rural, agreste e inocente, compensa el hecho de que los avances sean lentos. Siempre que el 4×4 pueda ir superando contrariedades y, ocasionalmente, haya que empujar el vehículo e ir un tramo a pie.

Así estaba la carretera que nos llevó a ver a las niñas serpiente de los Yacuba Dan en Costa de Marfil

Varios pueblos después, de esos con paredes de barro después y algunos tejadillos , supervivientes a la chapa que empieza a imperar por estos lares en las viviendas y demás construcciones agrícolas, llegamos a nuestro destino. Euloge, mi amigo y escudero beninés, ávido conocedor de los mayores vericuetos marfileños, sabía que ese día sucedería, que podríamos ver a todo un pueblo reunido alrededor de una plazuela con suelo de arena. Y con ellos a las célebres niñas serpiente, quienes saldrían a la palestra para pedir junto a los demás aldeanos, el beneficio y protección de los espíritus del bosque y de los ancestros quienes, según la tradición, dotan de equilibrio y bienestar a los lugareños. Y también advierten a los mismos de posibles infortunios. Todo a través de los movimientos acrobáticos de unas chiquillas de corta edad, elegidas antes de que tengan uso de razón, por el hechicero de la aldea, quien observa sus cualidades físicas y espirituales para, tras un largo aprendizaje, utilizar sus muchos dones en ceremonias y rituales.

Niñas serpiente Yacuba Dan en Costa de Marfil

Niñas serpiente en Costa de Marfil

La danza y acrobacias de las niñas serpiente

Los músicos golpeaban los tambores con un son repetitivo que aumentaba su ritmo cada medio minuto. En el suelo yacía la piel moteada de un leopardo cazado hace décadas. Y, de pronto, tres muchachas de caras pintadas de blanco y labios oscuros y sellados, aparecieron para empezar a contonear sus diminutos cuerpos. Por edad ninguna parecía superar los diez años. Una de ellas, diría, que contaba con cinco o seis años como mucho. El tocado repleto de caoríes y encrespado con pelaje blanco de animal que se encargaba de cubrir su cabeza daba la impresión de ser demasiado grande para no encajar del todo en su diminuta y delicada sien. Dos hombres de aspecto fuerte y tocado también en la cabeza, situados en el centro del improvisado escenario, parecían los mentores de estas crías que abandonan su hogar cuando su don es descubierto.

Niña serpiente de la etnia Yacuba Dan en Costa de Marfil

Todo empezó con un tímido baile de las tres chiquillas, como si de un calentamiento se tratase. Para pocos minutos después, acercarse a donde se sentaban los sabios de la aldea y agazaparse junto a la piel seca del leopardo desde la cual regresar de nuevo al su sitio, el mismo de donde procedía la música de percusión. Posteriormente mostraron su flexibilidad, la que les otorga el apodo de niñas serpiente, arqueando por completo su espalda hacia atrás y caminando como si de criaturas de otro mundo se tratase. Sus cabezas se contoneaban con temblores. Según Euloge, ellas se hallan en un trance profundo que les hace olvidarse de quien son. De hecho, según la tradición, no serían ellas sino los espíritus quienes cabalgan dentro de aquellos cuerpecillos tan elásticos que no parecen contar con el esqueleto de cualquier ser humano.

Niñas serpiente en Costa de Marfil

Aquella era una preparación ante la serie de saltos acrobáticos que, por medio de los dos adultos que las iban indicando, hacían. Unas veces mostraban su flexibilidad en el cielo de las manos que las sostenían. En otras, dibujaban movimientos imposibles como si los kilos se convirtiesen en miligramos para dar vueltas y volar a más de dos metros del suelo. Su cabeza permanecía en constante movimiento, como una cobra a punto de lanzar su mordisco venenoso, sin más consciencia que la de ser saltarinas sin más red que la pericia y la fe.

Niña serpiente de la etnia Yacuba (Viaje a Costa de Marfil)

Pero los saltos, lanzamientos al aire y bailes no eran más que el preludio de lo que estaba por venir. Porque la manera de demostrar que las niñas no eran simples crías sino las carcasas vivientes de los espíritus del pasado y benefactores del poblado requería de no pocos riesgos demostrables. Literalmente, jugarse la vida. Pues esta vez las harían volar por encima de sus brazos, pero sosteniendo mientras tanto dos negruzcos y afilados cuchillos los cuales, al más mínimo error, podrían ensartar los troncos menudos de las muchachas. Algo que no sucedería por una separación ínfima que, de no ser por la destreza y la fortuna de los participantes de esta danza ancestral, hubiesen corrido ríos de sangre en aquel albero pueblerino donde los Yacuba Dan conectan con las almas de las personalidades de antaño y otras deidades que moran en los bosques de alrededor y a quienes deberían su paz y abundancia.

Lanzamiento de niña serpiente con cuchillos en las manos (Costa de Marfil)

Tras el juego de los cuchillos llegó otra demostración de cálculo. Una con una, el hombre más alto y fornido las fue tomando de los tobillos para darlas vueltas. Pero antes colocó una piedra de gran grosor para acercar a las mismas las cabezas con tocados de caoríes de las inocentes niñas. Los movimientos circulares tomaron tal velocidad que una vez más, la posibilidad de un desliz de escasos milímetros hubiera podido conllevar que reventara el cráneo de cualquiera de ellas. Algo que, a con esa potencia con las que les daba dichas vueltas, hubiese sido de una fatalidad irreversible.

Prueba de la piedra con una niña serpiente (Aldea Yacuba Dan en Costa de Marfil)

Tras cada acto, una por una fueron volviendo a la posición inicial. Siempre hieráticas, con gestos trémulos de cabeza y sin pronunciar una sola palabra. Durante los actos religiosos no hablan, no ríen, no gesticulan. Su mirada parece siempre inerte, como la de un animal abatido, como la de quien no parece estar allí. Donde el trance, la espiritualidad y otras hierbas se encargan de perpetuar un ritual más antiguo que la propia existencia de aquel poblado. No sólo con los Yacuba / Dan, también con los Guéré u otros grupos étnicos, se sobrevienen estas tradiciones que han resistido a la colonización y la globalización. Se puede afirmar que se tratan de las ascuas de una llamarada sobre la cual resulta difícil creer que en los tiempos que corren continúe iluminando las noches más oscuras de África.

Ceremonia de las niñas serpiente en una aldea Yacuba Dan (Costa de Marfil)

¿Te está gustando esta historia? Es parte del resumen de un gran viaje a Costa de Marfil. Y te recuerdo que también en este blog tienes una recopilación de consejos prácticos para viajar a este destino.

Bailes de máscaras

Entre acrobacia y acrobacia se sucedían ciertos periodos de descanso dado semejantes pruebas de esfuerzo, no sólo físicas sino también mentales. En dichos intervalos quienes acudían a aquella plaza fueron figuras cubiertas vestidas con trajes rafia y rostros de madera. Se trataba de máscaras, no vistas únicamente como un objeto con el que cubrir la cabeza sino como un todo. Y es que la máscara en África Occidental no se trata únicamente de un elemento artístico destinado a ponerse en la cara sino en un traje completo, la plasmación espiritual en un soporte físico, un envoltorio que se encarga de que el portador o danzante realice movimientos y gesticulaciones tan estudiadas como cargados de significado. En aquel caso pudimos ver tres máscaras, una de ellas era claramente representativa de los ancestros, caracterizada como un anciano. Otra parecía querer mostrar a un cazador o guerrero y la tercera, de tez oscura, parecía traer al escenario el alma de los animales que rondan aquellos bosques (o rondaban, pues hasta hace muy poco en la zona había leones, leopardos y otros depredadores, aniquilados en esta parte de Costa de Marfil y relegados a áreas más despobladas y salvajes del territorio).

Máscara Yacuba Dan (Costa de Marfil)

Cada máscara se movía de manera distinta, desenvolviéndose en su propio papel. El anciano a veces dejaba su bastón y su errático caminar para ejercer su danza mística. Así fueron pasando los tres, hasta que una vez hubieran bailado, se limitaban a yacer en el suelo y detener por completos sus movimientos, como si los espíritus se hubiesen despojado definitivamente de sus envoltorios terrenales para convertir aquellas figuras en seres inertes.

Fuente: https://www.elrincondesele.com/ninas-serpiente-costa-de-marfil/

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El dolor de los otros

Por: Carolina Vásquez Araya

Hemos nacido -los mestizos de las urbes- con un sello en la mirada.

“Cuando nací

me pusieron dos lágrimas

en los ojos

para que pudiera ver

el tamaño del dolor de mi gente.” (Humberto Ak’abal)

La vida del indígena latinoamericano trae, desde el nacimiento, el signo de la resistencia. Siglos han transcurrido y los habitantes originarios de este exuberante continente han perdido poco a poco sus territorios y, durante ese proceso cruel e injusto, les han arrancado las raíces para empobrecerlos, amansarlos y convertirlos en esclavos. Sin tierras ni poder, sus luchas acaban sobre el terreno de sus cuerpos. Así es como la colonización se hizo eterna e inevitable, apoyada sobre las columnas del racismo, la discriminación, el despojo y la garantía de impunidad para quienes perpetran su exterminio.

El proceso de “pacificación” de los territorios habitados por los pueblos originarios no ha sido más que una política genocida concebida en los núcleos de poder económico y político. Las comunidades, sin embargo, se mantienen firmes en la defensa de sus derechos y una generación tras otra logran sobrevivir a pesar de la constante amenaza del desalojo y la muerte. No hay país en el continente en donde los pueblos originarios posean el estatus de ciudadanos con plenos derechos y oportunidades. En todas nuestras naciones latinoamericanas han sido perseguidos como si fueran ellos los invasores. Y, en todas ellas se habla, sin vergüenza ni recato, del “problema indígena”.

Entretanto, los núcleos urbanos poblados por una sociedad mestiza e indiferente a la realidad de otras regiones y otras comunidades, perpetúa el estatus avalando, con su voto y su pasividad, los abusos de clases políticas vendidas a los grandes empresarios y sumisa ante los dictados de una comunidad internacional aliada con las multinacionales. La pérdida de territorios ancestrales se suma, entonces, a la irremediable destrucción del hábitat de valiosas especies y de abundantes recursos naturales, propiedad de las naciones arrasadas por la codicia.

La resistencia indígena ante la invasión de sus territorios, sus pueblos y aldeas, sus campos de cultivo y su entorno -sumido en el subdesarrollo por fuerza y voluntad de quienes intentan desalojarlos- pende de un delgado hilo: la conciencia de sus derechos. En su contra, se ha instrumentalizado desde los centros de poder todo el aparato jurídico, con el objetivo de justificar la aplicación de la represión cuando estas comunidades ejercen su derecho a protestar y exigen ser escuchadas. Mientras tanto, los sicarios a las órdenes del gran capital se dedican a identificar,

 y asesinar a sus líderes, y acosar a sus legítimas autoridades.

Desde donde nos encontramos, en la comodidad de la burbuja, observamos la tragedia de nuestros compatriotas como si ellos existieran en otra galaxia, alejada de nuestra pequeña cotidianidad. No hemos entendido que el dolor de los otros es nuestro dolor. Que sus tragedias nos van a golpear en el centro mismo de nuestra indiferencia. Que también en nuestro código genético están los colores de sus textiles y la aspereza de sus destinos. Mientras negamos la realidad, esta nos coloca frente a nuestra incapacidad de aceptar una identidad rechazada por pura costumbre de repetir estigmas.

Este prurito de sentirnos ajenos es lo que condena a nuestros países a ser proveedores baratos para el primer mundo; una realidad que se asemeja a la rueda de molino en su eterno girar, sumiéndonos en la miseria. La resistencia de los pueblos originarios ante la depredación y la corrupción de las autoridades debería ser la lucha general, el campo de batalla deberían ser también las grandes avenidas, esas en donde nos sentimos ajenos al devenir de la Historia. De no hacerlo, será más temprano que tarde cuando nos veamos sumidos en la catástrofe.

La Historia se repite una y otra vez, pero las víctimas siempre son los “otros”.

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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Academia Dominicana de la Lengua y Convenio Multilateral de 1960

Por: Diógenes Céspedes

Soy lingüista, fonetista y sé un poco de fonología. Sé de lo que hablo. Entré en contacto con las lenguas del mundo y las lenguas amerindias a través del ensayo de Joseph Verguin incluido en Le langage, obra dirigida por André Martinet, publicada en 1968 en la Enciclopédie de la Pléiade, de Gallimard.

1. Mediante resolución 274 de fecha 28 de marzo de 1968, incluida en la Gaceta Oficial 9074, el Congreso Nacional aprobó el Convenio Multilateral sobre Asociación de Academias de la Lengua Española, firmado en Bogotá el 28 de julio de 1960.

  • 2. El Convenio firmado en Bogotá en 1960 es la continuidad de lo pactado en Ciudad de México en 1951, porque en dicha reunión, a iniciativa del presidente del país azteca, se acordó, en el Primer Congreso de Academias de la Lengua Española, la creación de la Asociación de Academias de Lengua Española, así como de su Comisión Permanente.
  • 3. Catorce países firmaron dicho convenio (Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, España, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua. Luego, andando el calendario, se sumarían los demás países hispanoamericanos. Ejercía la presidencia de México, Miguel Alemán, continuador de la política nacionalista de industrialización y reformas culturales emprendida por Lázaro Cárdenas.

Miguel Alemán.

  • No ha de extrañar que este cónclave se celebrara en México, porque Alemán fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y correspondiente extranjero de las de España, Colombia y Nicaragua). No extraña tampoco que este evento se llevara a cabo en la capital azteca, símbolo desde la época de Cárdenas, de la contención de la nordomanía que combatieron Rubén Darío y Rodó ante el despliegue avasallador de los Estados Unidos de América que consideró siempre a nuestros países iberoamericanos como el patio trasero de su imperio, desde 1823, con su doctrina Monroe y luego con el Corolario de Roosevelt y la política del gran garrote.
  • 4. Al tenor de lo que llevo dicho, no ha de extrañar que el punto principal tanto del Primer Congreso de 1951 como del Segundo Congreso reunido en Madrid en 1956 como el del cónclave de Bogotá en 1960 fuera el de la unidad de los pueblos de habla española “para la defensa y desarrollo de su lengua común”.
  • 5. Los demás puntos sobresalientes del convenio de Bogotá los resumo así: 1) Mediante el artículo primero los gobiernos signatarios reconocen “el carácter internacional que por naturaleza tienen tanto la Asociación de Academias de la Lengua Española, como la Comisión Permanente, órgano de la misma”; 2) El artículo segundo obliga a los gobiernos signatarios a “prestar apoyo moral y económico a su respectiva Academia Nacional de la Lengua Española, o sea a proporcionarle una sede digna y una suma anual adecuada para su funcionamiento”; 3) El artículo tercero es redundancia de los artículos primero y segundo; 3) El artículo cuarto obliga a los gobiernos signatarios a “incluir en sus respectivos presupuestos (sic) las partidas necesarias para el cumplimiento de este Convenio”; 4) El artículo quinto quedó abierto a la firma de los países que hasta 1960 no lo habían suscrito y “los instrumentos de ratificación  serán depositados en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, en Madrid, y este notificará dicho depósito de los gobiernos signatarios”; 5) El artículo sexto fija la modalidad de entrada en vigor del convenio y el séptimo informa que “tendrá validez indefinida, pero podrá ser denunciado con doce meses de anticipación, notificándolo así al Gobierno de España para que este lo ponga en conocimiento de los demás signatarios”; y por último, el artículo octavo estatuye que el “Convenio será registrado en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas por el Gobierno de España.”
  • 6. Ahora bien, los Estatutos de 2002 de la Academia Dominicana de la Lengua, únicos con validez por haber sido aprobados por el pleno de la asamblea de académicos de número, contempla en su artículo 1 que la ADL “es una corporación autónoma de derecho privado”, lo cual es un error flagrante o una impostura, porque, como lo demostré en un artículo anterior publicado en Areíto/Acento.com el 24 de julio de 2021 con el título de “La Academia Dominicana de la Lengua no existe legalmente: es un fantasma” en razón de que no reposa ningún decreto en la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo que incorporara como asociación sin fines de lucro a nuestra institución, según la vieja ley de 1920 de la ocupación militar estadounidense, ni tampoco existe ningún reconocimiento del Poder Ejecutivo de la ADL, según la nueva ley 122-05 que modificó la del invasor yanqui.
  • 7. En razón de que el convenio de Bogotá de 1960 no establece nada con respecto a la incorporación o reconocimiento de las Academias de la Lengua Española de las naciones signatarias, por ser un asunto estrictamente interno del derecho público de cada país. Y aunque aprobado dicho Convenio Multilateral por nuestro Congreso Nacional en 1968, ¿exime la resolución 274 de 1968 a la ADL del cumplimiento del trámite de incorporación o reconocimiento como institución de derecho público por parte del Poder Ejecutivo, según la ley 122-05? Totalmente negativo.
  • 8. ¿Y de las lenguas indígenas, qué? Este Convenio Multilateral de defensa del español como “idioma común”, patrocinado por el nacionalismo mexicano en pleno proceso de industrialización, tiene la pinta ideológica, aunque ni por asomo lo deja traslucir el articulado del texto, de la lucha de los Estados nacionales europeos en contra de las lenguas vernáculas y los ‘patois’. Pero en América Latina no ha habido Estados nacionales, aunque las Constituciones lo proclamen a voz en cuello. Lo que ha existido desde 1810 hasta hoy son Estados oligárquicos creados por los hijos de los peninsulares.
  • 9. Aunque en los Estados autoritarios caribeños los indios desaparecieron en el siglo XVI, exterminados por los conquistadores españoles, el Convenio Multilateral no alude ni por asomo al problema de las lenguas amerindias de los países de América Central y América del Sur, es como si fuera el inconsciente freudiano del documento. Pero esas lenguas amerindias han sido la mayor preocupación de la lingüística moderna fundada por Saussure y de la antropología social y lingüística desde Frank Boas hasta nuestros días. Y los escritores y poetas de cada uno de los países donde existen lenguas amerindias han sido, en su mayoría, los mejores defensores de estos idiomas, algunos con escritura como la de los mayas, aztecas e incas. Los lingüistas, fonetistas y fonólogos modernos se embarcaron, a partir de la lingüística científica, a estudiar y describir los sistemas fonéticos y fonológicos de las lenguas amerindias. Tanto los indios como las lenguas que hablan han sido estigmatizados por los colonizadores y sus sustitutos en el poder y un informe sobre las lenguas en el mundo afirma: “Hoy en día tres lenguas indoeuropeas (inglés, español y portugués) son políticamente dominantes en cada país de América y las lenguas nativas tienen una reputación de segunda categoría o incluso algo peor.” Las que son dominantes en cada país de América son las clases sociales que sustituyeron a los colonizadores ingleses, españoles y portuguesas. Las lenguas son únicamente dominantes en esa sociolingüística marrista carente de teoría del discurso y del sujeto. La lucha de clases solo existe en los sujetos, el discurso y lo social. Pero cada vez que una lengua nativa desaparece, sea amerindia, africana, asiática o australiana, desaparece lingüística, cultural y antropológicamente una porción de la humanidad de más de 25 mil años de historia. Estas lenguas nativas con de una complejidad extraordinaria y las que hablamos hoy en Occidente, quizá con la excepción de las lenguas con tonos asiáticas o con clicks de África, no se asemejan a las lenguas amerindias. Solo este párrafo del informe sobre las lenguas del mundo lo atestigua: “Al igual que ocurre con la gramática, no hay características fonológicas comunes a todas las lenguas sudamericanas. El número de sonidos puede variar desde 42 en jaqaru (quechuamarán) hasta 17 en campa (arahuacano). La jaqaru tiene 36 consonantes mientras que la makushí (caribe) tiene solo 11. Algunas lenguas quechuas tienen solo 3 vocales mientras que la apinayé (macro-ge) tiene 10 vocales orales y 7 nasales. Un dialecto del tucano (tucanoano) muestra tres puntos de articulación mientras que la chipaya (macro-mayense) tiene nueve. Las oclusivas sordas (p, t, k) ocurren por doquier, pero las sonoras (b, d, g) pueden estar ausentes y las fricativas (f, v, s, z) pueden ser pocas en número. Las oclusivas glotalizadas sordas son corrientes (quechuamarán, chibchano) pero no las oclusivas glotalizadas sonoras. Menos frecuentes son las aspiradas (quechuamarán) y palatalizadas (pulnave); los sonidos nasales glotalizados (movima)y las laterales sordas(vilela) son raras. Hay una distinción entre sonidos velares y postvelares en quechuamarán y chon, entre velar y labiovelar en tascana y siona; las consonantes retroflejas palatales suceden en pano-tacanano y chipaya.”
  • ¡42 consonantes, 36 consonantes, 7 nasales, tres puntos de articulación y que en algunas lenguas amerindias las oclusivas sordas pueden estar ausentes y las fricativas pueden ser pocas en número!, eso es lo nunca visto en las lenguas de genealogía indoeuropea. ¡Ofrézcome, cuánta complejidad en estas lenguas amerindias! Soy lingüista, fonetista y sé un poco de fonología. Sé de lo que hablo. Entré en contacto con las lenguas del mundo y las lenguas amerindias a través del ensayo de Joseph Verguin incluido en Le langage, obra dirigida por André Martinet, publicada en 1968 en la Enciclopédie de la Pléiade, de Gallimard. ¡Cuánta lluvia ha caído desde aquella lectura en Besanzón hasta el día de hoy! 7 millones hablan quechua en Perú. Millón y medio guaraní en Paraguay y la ideología les hacer creer a los paraguayos que su idioma no es el oficial del país, sino el segundo. 140 lenguas amerindias en México y para de contar para no citar las de América Central.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/la-academia-dominicana-de-la-lengua-y-el-convenio-multilateral-de-bogota-de-1960-8972171.html

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Pablo Hasél y la inmoralidad Europea

Por: Nelson Ortega Bonilla

            Hay una máxima en derecho donde el desconocimiento de la ley no implica su incumplimiento. Aunque por otra parte, también debemos reconocer que el hecho de que exista la norma no es garantía de justicia y respeto por los derechos humanos, consagrados en la Declaración Universal de las Naciones Unidas[1].

            La Santa Inquisición[2] juzgaba con la pena de muerte a los herejes acusados de brujería y homosexualidad, los códigos de esclavos durante la colonización española y francesa a América eran leyes que regulaban el comercio transatlántico de esclavos[3], el fascismo europeo y las dictaduras del siglo XX en América Latina como la de Pinochet[4] legislaron para regular lo que consideraban deberían ser los límites de los derechos humanos. El mismo hecho que la pena de muerte siga siendo contemplada por diversos países, muestra cómo aún parte de nuestro ordenamiento jurídico sigue anclado en la época medieval.

            Que exista en las legislaciones nacionales la regulación de las libertades fundamentales de los ciudadanos, no exime a los Estados de su responsabilidad frente a los compromisos suscritos ante el sistema de las Naciones Unidas, que en el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos invita “como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”.

            Más adelante este importante instrumento en su Artículo 19 nos expone: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. De esta manera queda claro el concepto de libertad de expresión y el respeto que los Estados deben desarrollar en consecuencia dentro del marco del Estado de derecho de sus jurisdicciones.

            El debate ha quedado actualmente sobre este asunto en los límites de la libertad de expresión, y ante ello la propia Unión Europea en las Directrices sobre derechos humanos relativas a la libertad de expresión en Internet y fuera de Internet[5], ha expuesto específicamente que:  “Quedan protegidas todas las formas de opinión, como las de índole política, científica, histórica, moral o religiosa. Los Estados no pueden imponer ninguna excepción o restricción a la libertad de opinión ni calificar de delito la expresión de una opinión”. Parece que el panorama sobre estos temas llega a las dimensiones de la propia Unión Europea.

            Amnistía Internacional ha emitido su opinión y ha considerado desproporcionada la respuesta del Estado en el caso del rapero Pablo Hasél[6], y ha cuestionado el ordenamiento jurídico español ante este tipo de delitos. Recordemos que el cantante ha sido condenado por incitación al odio, enaltecimiento del terrorismo e injurias a la corona[7].

            Hace tan sólo unos días Pablo iglesias Vicepresidente segundo y Ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno Español, en una intervención en el Congreso[8], mostró los datos de la dirección de la opinión pública a través de los medios televisivos, escritos y digitales, denunciando la sobre-exposición de Venezuela por encima de los asuntos internos de España. Al parecer la nación Bolivariana se ha insertado en el ADN de la política española.

            Mientras se juzga a Pablo Hasél por sus opiniones, un terrorista confeso proveniente de Venezuela; Lorent Saleh que a través de grabaciones de videos[9] suministradas por cuerpos de inteligencia venezolana disponibles en la web, habla sobre el uso de explosivos, armamento, llama a la rebelión e indica planes de asesinato, recibe la nacionalidad española en 2018[10], no si antes, por supuesto haber sido galardonado con el premio Sájarov de derechos humanos 2017 concedido por el Parlamento Europeo[11].

            Sobre la base de los argumentos expuestos para juzgar al cantante, le vendría bien algo de esto a Álex Pina como creador de la Casa de Papel, por considerarla que incita a las masas a luchar contra el Sistema, usar armas de fuego, el robo y el secuestro como instrumentos contra el Gobierno. Esto no pasará igualmente porque sería tanto como atacar a Netflix y Attresmedia, y sobre ellos sí que no caben límites en la ahora tan regulada libertad de expresión.

            Esto ocurre mientras movimientos de ultraderecha exaltan el franquismo[12], que generaron más de 150 mil muertes en España[13], lo que representa un número altamente más significativo que las víctimas causadas por ETA[14], demostrando realmente un concepto de terrorismo totalmente sesgado.

            Mientras la Unión Europea guarda silencio en el caso Hasél, un conjunto de políticos venezolanos han sido sancionados por violación a los Derechos Humanos, sin pruebas, sin derecho a la defensa, pero además en esa soberbia histórica sin competencia territorial, desconociendo el Derecho Internacional y las instancias responsables para condenar este tipo de actos.

            Queda en evidencia que el tema de Derechos Humanos está amañado a conveniencia, y en los asuntos referidos a la libertad de expresión nos queda mucho por hacer, lo vive Colombia con los intentos de censura contra la serie Matarife por parte del Ex-Presidente Álvaro Uribe Vélez[15], o las intenciones de un grupo de legisladores chilenos de dejar en el olvido las consecuencias de la dictadura[16] de Pinochet y con ello relegar a la historia a las víctimas que como Víctor Jara[17], cuya única arma era la música y la letra fuera torturado y asesinado, y con él la libertad de expresión. Lo que está ocurriendo parafraseando a Mao es que la Unión Europea con su doble moral está demostrando ser un tigre de papel en materia de derechos humanos.

 

[1] https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/

[2] http://www.congreso.gob.pe/participacion/museo/inquisicion/historia-en-el-mundo/

[3] https://core.ac.uk/download/pdf/71612464.pdf

[4] https://www.abc.es/internacional/abci-pinochet-dicto-leyes-secretas-durante-mandato-201002160300-1133805616401_noticia.html

[5] https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-9647-2014-INIT/es/pdf

[6] https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/amnistia-internacional-es-injusto-y-desproporcionado-que-pablo-hasel-entre-en-la-carcel/

[7] https://www.dw.com/es/el-rapero-pablo-hasél-y-la-libertad-de-expresión-en-españa/a-56620935

[8] https://youtu.be/yDwOcVxxPek

[9] https://www.youtube.com/watch?v=Nz_e6qQZPJo

https://www.youtube.com/watch?v=bMHtX8zlykY

[10]https://www.france24.com/es/20200720-españa-concede-la-nacionalidad-al-activista-venezolano-lorent-saleh

[11] http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/SalaDePrensa/Comunicados/Paginas/2018_COMUNICADOS/20181013_COMU136.aspx

[12] https://www.elplural.com/politica/vox-prefiere-ministro-franco-ministrillas-zapatero_248868102

https://elpais.com/espana/2020-06-06/la-querencia-paramilitar-del-ultranacionalismo-espanol.html

[13] https://elpais.com/diario/2002/10/21/cultura/1035151203_850215.html

[14] http://www.interior.gob.es/fallecidos-por-terrorismo

[15] https://www.telesurtv.net/news/colombia-redes-sociales-rechazo-posible-censura-matarife-20200725-0013.html

[16] https://www.elpais.com.uy/mundo/ley-negacion-crimenes-pinochet-desata-polemica-dias-historico-plebiscito.html

[17] https://elpais.com/cultura/2009/12/05/actualidad/1259967604_850215.html

Fuente: El autor escribe para OVE

Imagen: https://www.larazon.es/espana/20210216/kbymgh6nwjethnyvuuwjlzmwh4.html

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Entrevista a la socióloga María Eugenia Sánchez Díaz: de la caída de Tenochtitlán al Tren Maya, ¿qué significa pedir perdón?

Por: Daliri Oropeza 

Esta es una reflexión sobre los 500 años de la caída de Tenochtitlán y las exigencias de perdón. A propósito del próximo viaje que realizarán los zapatistas a España, la socióloga María Eugenia Sánchez Díaz repasa sus aportes frente a la ideología mestizante que prevalece en el país.

María Eugenia Sánchez Díaz se ha dedicado a estudiar la ideología mestizante y sus repercusiones desde la época colonial, pasando por el Estado nación hasta la actualidad. El racismo cordial, la inequidad, los desgarramientos, son su materia de indagación, pero también las identidades y los procesos de transformación social.

La doctora en sociología hace una reflexión desde esta perspectiva y lanza un llamado a la dignidad ante el 2021 que vivimos,  en el que el gobierno anunció conmemoraciones por los 500 años de la caída de Tenochtitlán desde el discurso institucional del gobierno en turno.  En esta conversación, María Eugenia,  evoca su libro publicado en 2011 junto con Jorge Gómez Izquierdo,  La ideología mestizante, el guadalupanismo y sus repercusiones sociales.

Ella es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla; y desde 1990 es integrante de la Academia de Ciencias de Nueva York. Adelanta a Pie de Página parte de la investigación que coordinó durante tres años con Universidades del Sistema Jesuita: Desgarramientos civilizatorios: símbolos, corporeidades, territorios.

En ese contexto, habla de sus conclusiones y del zapatismo:

“La dignidad, como constructo sociocultural, que han construido al precio de una resistencia inimaginable, tiene una impresionante potencia subversiva, y el anuncio del viaje a España me parece de un valor humano incalculable”, asegura la doctora en sociología.

El racismo cordial

¿Necesitamos perdones?

La solicitud de perdón y el perdón de unas naciones a otras no es una novedad. El Rey Felipe VI presidió el lunes 30 de noviembre de 2015 un acto solemne con motivo de la Ley por la que se concede la nacionalidad española a los sefardíes, descendientes de los judíos que fueron expulsados de España en 1492, reconociendo que se les había hecho un daño.

—¿Cómo entender la demanda de perdón que el presidente López Obrador hizo al Rey de España?

La demanda de perdón que hizo al Rey de España revela la complejidad de los andamiajes históricos de racismo y de violencia, cuya vigencia se ha hecho visible de manera contundente en la crisis civilizatoria en la que estamos inmersos. La demanda y las reacciones a la misma son reveladores de la forma como la llamada identidad nacional, centrada en la categoría de mestizo, escondió el racismo en México, y de cómo el ethos de la blanquitud sigue siendo hegemónico, incluido en AMLO.

—¿Cómo analizar la colonialidad actual y sus consecuencias?

AMLO es un liberal y por lo mismo cree en el desarrollo y en el progreso, que sabemos que se han dado a expensas del despojo y la miseria de gran parte de la población. Por otra parte es duro constatar que se trata de una tendencia que por inercias de largo aliento no es fácil de revertir. Es importante reconocer esa encrucijada o dificultad. López Obrador es desarrollista y por ser liberal está sumergido en una ideología racista, de lo que podríamos llamar un racismo cordial.

El liberalismo del siglo XIX –el de Juárez, el de Lafragua– está impregnado del racismo científico que vino de Europa. Las élites políticas e intelectuales del México Independiente desarrollaron políticas educativas y dispositivos culturales para blanquear cultural y físicamente a la población. Así fueron construyendo un sujeto racista, porque se consideraba que sería el mestizo el que traería el progreso a la nación, y a la ideología mestizante le subyace la aspiración a la blanquitud y por lo mismo un racismo latente. Además el mestizaje, en México, fue un proceso de desindianización forzada, y esa herida  está viva. AMLO forma parte de ese constructo mestizo.

El mestizaje al ser una aspiración a la blanquitud, folkloriza el pasado y el presente indígena como una forma de negarlo o de subordinarlo   ¿Qué podemos decir del permiso que se hizo a la Madre Tierra para la construcción del Tren Maya? Se trató de un ritual en un lugar pavimentado donde abrieron un agujero. Eso es racismo cordial, es decir aquél que refuncionaliza la diferencia para mantener la jerarquía racista, clasista. Se folkloriza a los indígenas y se les trata como menores de edad. ¿Qué fue sino folklorización y manipulación la celebración del Día de Muertos en El Palacio Nacional, al mismo tiempo que se está favoreciendo la paramilitarización de Chiapas para debilitar o destruir toda oposición al Tren Maya? ¿Qué significa pedir perdón por la violencia contra los indígenas cuando al mismo tiempo se impone de manera violenta, con consultas manipuladas, un ordenamiento territorial tan depredador como dicho tren? Eso significa hipocresía, manipulación, y es un atentado a la dignidad de los pueblos originarios y de todos nosotros, los no indígenas.

Esconder las desigualdades

Las reacciones a la demanda de perdón solicitado al Rey de España han ido en dos sentidos. Por una parte, la de población que niega que el nuestro es un país racista, que asume que la matriz mesoamericana y la matriz hispana se articularon de manera horizontal y produjeron una nueva cultura “armoniosa”, negando la tensión vigente entre ambas matrices.  Ha sido la reacción de aquellos que consideran que la unidad de los “mexicanos” es sinónimo de esconder las desigualdades y la discriminación, de quienes no desean tocar ese pasado porque tendría consecuencias importantes en el presente.

Cito algunos fragmentos del poema que escribió Sitalin Sánchez Acevedo.

“Yo sé por qué prefieren burlarse de AMLO antes que enojarse con el rey de España.

Sé que aceptar lo que dice AMLO es aceptar una herida dolorosa. Porque es aceptar que violaron a nuestras abuelas y bisabuelas y que el mito del mestizaje, la unión de dos culturas, es una historia que tiene sangre de por medio.

Sé que, si dicen que superemos el pasado, es porque si miran atrás van a encontrar en su historia abuelas, tíos y madres indígenas que no quieren reconocer, porque de su genealogía sólo importa el abuelo blanco.

Sé que, si no quieren pelearse con España, es porque para ustedes resulta más anacrónico que existamos todavía indígenas a que sigan existiendo reyes. Sé que es porque aspiran a ser los hijos, aunque sea bastardos, de una monarquía decadente. 

Sé que prefieren que no nos pidan disculpas a nosotros los indígenas porque sería reconocer que no solamente estamos en museos.

Sitalin termina el poema:

[…] AMLO pide las disculpas y, además, cancela el Tren Maya. No seas hipócrita”.

—Por otra parte, está la reacción de muchos, la de aquellos que han sufrido en carne propia la discriminación por el color de la piel, por la evidencia de su pasado y presente indígena y que se alegran de esta petición, porque la discriminación ha significado soportar la injusticia y la humillación, y se exige reivindicación. ¿Pero no se trata de una reivindicación a expensas de la manipulación de las poblaciones indígenas actuales? ¿De una manipulación para esconder y legitimar las agresiones de las que son víctimas de parte del actual gobierno?

Los zapatistas

—En este contexto, ¿cómo miras la propuesta de los zapatistas?

—La mirada colonial, la postura colonial, la narrativa colonial, el lenguaje colonial rigen la cultura en México, la intelectual, la política y la popular. Están tan introyectadas que es difícil, a veces, reconocerlas. Los zapatistas las visibilizaron de manera contundente con el levantamiento de 1994, e intentaron un diálogo horizontal con el México no indígena, intento inédito en la historia del país. Pero esa horizontalidad tiene un precio muy alto, supone la transformación de las estructuras económicas, políticas y simbólicas.

El anuncio de que una comitiva zapatista viajará a España en 2021 para llegar a Madrid el 13 de agosto, fecha que coincide con los 500 años de la caída de Tenochtitlán es un acto de dignidad y creatividad. Viajarán a España para afirmar que: “No nos conquistaron. Que seguimos en resistencia y en rebeldía […] que no tienen por qué pedir que les perdonemos nada, ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales y en curso”. En ese sentido la lucha y la dinámica de los zapatistas a lo largo de todos estos años y el anuncio de su viaje a Europa, significan, para mí, la lucha por continuar rompiendo esa mirada, esa narrativa de graves consecuencias sociales. Y rompen ese discurso “cruzando mares y diferencias”.

La dignidad, como constructo sociocultural, tiene una impresionante potencia subversiva, y el anuncio del viaje a España me parece de un valor humano incalculable.

Fuente e imagen: https://piedepagina.mx/de-la-caida-de-tenochtitlan-al-tren-maya-que-significa-pedir-perdon/
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Indignación contra la estulticia de ciertos grupos de la población brasilera

Por: Leonardo Boff

Cuatro sombras oscuras se abaten sobre un país solar que nunca pudieron ser disipadas por nuestra conciencia e inconsciencia colectivas:

La sombra del genocidio de los pueblos originarios, los primeros dueños de estas tierras. De seis millones que eran, quedaron solamente un millón, la mayoría por no poder soportar el trabajo esclavo o por las enfermedades de los invasores contra las cuales no tenían ni tienen hoy inmunidad.

La sombra de la colonización que ha saqueado nuestras tierras y nuestras selvas y nos ha hecho dependientes siempre de alguien de fuera, impidió forjar nuestro propio destino.

La sombra de la esclavitud, nuestra mayor vergüenza nacional, por haber convertido a la gente traída de África en esclavos y carbón para ser consumidos en los ingenios azucareros. Nunca vistos como personas e hijos e hijas de Dios sino como “piezas” para ser compradas y vendidas, construyeron casi todo en este país. Y hoy en día, considerados perezosos y con frecuencia encarcelados, constituyen más de la mitad de nuestra población, arrojados a las periferias. Soportan el odio y el desprecio que antes se imponía a sus hermanos y hermanas de la Senzala y que ahora se les transfiere con violencia, como lo demuestra el sociólogo Jessé Souza (A elite do atraso: da escravidão à Lava Jato, 2007, p.67), hasta que pierden su sentido de dignidad.

La sombra de las élites atrasadas que siempre han ocupado el estado frágil, usándolo para su beneficio. Nunca forjaron un proyecto de nación que incluyera a todos, sino, con las artes perversas de reconciliación entre los ricos, un proyecto solo para ellos. No bastaba con despreciar a los marginados, sino que había que molerlos a palos por si se levantaban, como ocurrió varias veces en su heroica historia de resistencia y rebelión.

Cuando un superviviente de esta tribulación, a través de caminos de piedras y abismos, se convirtió en presidente e hizo algo para sus hermanos y hermanas, pronto crearon las condiciones perversas para destruir su liderazgo, excluirlo de la vida pública, y finalmente bajarlos del poder a él y a su sucesora. Esta sombra ha adquirido los contornos de una “tormenta procelosa y nocturna sombra” (Camões), bajo el actual gobierno que no ama la vida, pero exalta la tortura, alaba a los dictadores, predica el odio y deja al pueblo a su suerte, atacado letalmente por un virus, contra el que no tiene ningún plan de rescate e, inhumano, se muestra incapaz de cualquier gesto de solidaridad.

Estas sombras, por ser una expresión de deshumanización, anidaron en el alma de los brasileños y rara vez pudieron conocer la luz. Ahora se han creado las condiciones ideológicas y políticas para ser lanzadas al aire como las lavas de un volcán, hechas de ofensa, de violencia social generalizada, de discriminación, ira y odio de grandes porciones de la población. Sería injusto culparlas a ellas. Las élites del atraso se han internalizado en sus mentes y corazones para hacerlas sentirse culpables de su destino y así acabar haciendo suyo el proyecto de aquellas, que, en realidad, va en su contra. Lo peor que puede suceder es que el oprimido internalice al opresor con un engañoso proyecto de bienestar, que le será negado siempre.

Sérgio Buarque de Holanda en su conocido libro Las raíces de Brasil (1936) difundió una expresión, malinterpretada en beneficio de los poderosos, de que el brasileño es “un ser cordial” por la llaneza de su trato. Pero tenía un ojo observador y crítico como para añadir a continuación que “sería un error suponer que esta virtud de la cordialidad puede significar buenas maneras y civismo” (p. 106-107), pues “la enemistad puede ser tan cordial como la amistad, ya que ambas nacen del corazón” (p. 107, nota 157).

En el momento actual, lo “cordial del incivismo” brasilero irrumpe del corazón, mostrando su perversa forma de ofensa, calumnia, palabras gruesas, noticias falsas, mentiras directas, ataques violentos a los negros, los pobres, los quilombolas, los indígenas, las mujeres, a los políticos de oposición LGBT, hechos enemigos y no adversarios. Ha estallado, violenta, una política oficial, ultraconservadora, intolerante, de connotaciones fascistoides. Los medios de comunicación social sirven de arma para todo tipo de ataques, desinformación y mentiras que muestran espíritus vengativos, mezquinos e incluso malvados. Todo esto forma parte de la otra cara de la “cordialidad” brasilera, hoy en día expuesta a la luz del sol y a la abominación mundial.

El ejemplo viene del propio gobierno y de sus seguidores fanáticos. De un presidente se esperarían virtudes cívicas, y el testimonio personal de valores humanos que uno quisiera ver realizados en sus ciudadanos. Por el contrario, su discurso está lleno de odio, desprecio, mentiras y vulgaridad en la comunicación. Es tan inculto y estrecho de miras que ataca lo que es más preciado para una civilización, que es su cultura, su saber, su ciencia, su educación, las habilidades de su pueblo y el cuidado de su salud y de la riqueza ecológica nacional.

Nunca en los últimos cincuenta años se ha apoderado de ningún país una barbarie tan grande como en Brasil, acercándolo al nazismo alemán e italiano. Estamos expuestos a la irrisión mundial, convertidos en un país paria, negador de lo que es el consenso entre los pueblos. La degradación ha llegado al punto en que, el jefe de estado, realiza el humillante rito de vasallaje y sumisión, al presidente más extraño y “estúpido” (P. Krugman) de toda la historia norteamericana.

Nuestra democracia ha sido siempre de baja intensidad. Hoy en día se ha convertido en una farsa, porque no se respeta la constitución, se pisotean las leyes y las instituciones sólo funcionan cuando los intereses de las empresas están amenazados. La propia justicia se hace cómplice ante las clamorosas injusticias sociales y ecológicas, como la expulsión de 450 familias que ocupaban una hacienda abandonada, transformándola en un gran productor de alimentos orgánicos; saca a la fuerza a los niños aferrados a sus cuadernos y destroza sus escuelas; tolera la deforestación y las quemas del Pantanal y de la selva amazónica y el riesgo de genocidio de naciones indígenas enteras, indefensas ante la Covid-19.

Es humillante ver que las más altas autoridades no tienen el valor patriótico de dirigir, dentro del marco legal, la remoción o el impeachment de un presidente que muestra signos inequívocos de incapacidad política, ética y psicológica para presidir una nación de las proporciones de Brasil. Se puede hacer amenazas directas de cerrar el más alto tribunal, hacer declaraciones de volver al régimen de excepción con la represión estatal que ello implica, y no pasa nada, por razones arcanas.

La oposición, duramente difamada y vigilada, no consiguen crear un frente común para oponerse a la insensatez del poder actual.

No se debe culpar al pueblo de la degradación de las relaciones sociales, especialmente entre la gente sencilla, sino a las clases oligárquicas atrasadas que han logrado internalizar en él sus prejuicios y su visión oscurantista del mundo. Estas clases nunca han permitido que arraigase aquí un capitalismo civilizado, lo mantienen como uno de los más salvajes del mundo, ya que cuenta con el apoyo de los poderes estatales, legales, mediáticos y policiales para derribar cualquier oposición organizada. La “racionalidad económica” se revela descaradamente irracional debido a los efectos perversos sobre los más desvalidos y sobre las políticas sociales dirigidas a los que más sufren socialmente.

Este es un texto indignado. Hay momentos en que el intelectual se obliga, por razones de la ética y la dignidad de su oficio, a dejar el lugar del saber académico y venir a la plaza a expresar su ira sagrada. Para todo hay límites soportables. Aquí superamos todo lo que es soportable, sensato, humano y mínimamente racional. Es la barbarie instituida como política de Estado, envenenando las mentes y los corazones de muchos con odios y rechazos, que lleva a la frustración y a la depresión de millones de compatriotas, en un contexto de los más atroces, que nos ha arrebatado por el virus invisible a más de cien mil seres queridos. Guardar silencio sería rendirse a la razón cínica que, insensible, es testigo del desastre nacional. Se puede perder todo menos la dignidad del rechazo, de la acusación y de la rebeldía cordial e intelectual

Fuente:  http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=100

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Opinión: Las Guerras De La Historia, Los Monumentos Y La Enseñanza

Por: Sofía García Bullé

 

Existe una diferencia entre la memoria cultural, el registro histórico y la necesaria discusión sobre cómo los eventos del pasado forjan una realidad social que falla en ser equitativa.

Para las personas que han estado al tanto de los sucesos durante el último mes, temas como la justicia social, la revisión de la historia, además del culto a los monumentos, son conversaciones muy presentes en los espacios virtuales hoy en día.

Bajo este contexto, el caso de George Floyd no solamente activó un repudio generalizado hacia la violencia racial, además de protestas alrededor de todo el mundo y una vez más abrió el debate sobre la conservación de monumentos que podrían estar glorificando un pasado histórico racista en Estados Unidos.

El país norteamericano no ha sido el primer participante en este conjunto de conversaciones que pretenden reevaluar cómo se lleva el registro histórico en un país, de hecho, existe un término específicamente acuñado para definir este tipo de debate, denominado Guerras de Historia.

El origen de las Guerras de Historia

El término guerras de historia fue acuñado en Australia para designar una serie de debates públicos sobre la interpretación de la historia de la colonización británica en este país, así como el desarrollo de la sociedad australiana contemporánea, concerniente al impacto sobre los aborígenes australianos y los isleños de Torres Strait.

El punto más importante sobre estos debates es cómo se retrató la historia del proceso de colonización además de una serie de preguntas fundamentales: ¿quién escribe la historia?, ¿quiénes son las figuras históricas y porqué?, ¿cuáles son los eventos que se resaltan?, ¿estos eventos ayudan a formar una identidad nacional?, ¿esa identidad nacional sienta las bases para un sistema social que discrimine o excluya a determinados grupos o etnias?

Estas preguntas son fundamentales al momento de analizar por qué la historia es contada de cierta forma y por qué determinados elementos de ese pasado histórico siguen vigentes en nuestro presente, ya sea en forma de algo intangible como alguna costumbre, ley o tradición, así como un monumento o una estatua.

Lo anterior es crítico para comprender la conversación en Estados Unidos sobre por qué se deberían (o no)  conservar monumentos que conmemoran la vida y obra de figuras históricas que se pronunciaron a favor del esclavismo o de la violencia racial.

¿Los monumentos son parte integral de la historia?

La conmemoración, referencia y culto a la historia, está profundamente engravada en la cultura global. Las calles tienen nombres de figuras o eventos históricos, también algunas escuelas y parques;  podemos encontrar estatuas en plazas, museos y espacios públicos.

Estas instancias tangibles nos ayudan a rememorar y a crear una relación personal con nuestra historia e identidad cultural, pero tener un objeto histórico tangible con el que podamos conectarnos no es lo mismo que aprender historia. La pregunta clave cuando hablamos de monumentos históricos y su diferencia con la historia real es: ¿Que importa más? ¿El culto a personas y eventos del pasado, o el estudio crítico de estos?

En el caso de los monumentos estadounidenses que están ligados a un pasado histórico racista, el punto de discusión no son los hechos históricos, ni siquiera cómo están registrados, sino cómo perciben las personas estos hechos y cómo los idealizan.

Una estatua de Cristóbal Colón por ejemplo, serviría para conmemorar y quizás iniciar conversación sobre un suceso tan importante como el descubrimiento y colonización de América, pero fallaría en abarcar el complicado legado del explorador genovés, o porqué es necesario reevaluar y reenmarcar las narrativas que circundan su vida y obra.

Imagen: Istock/mcdustelroy

Imagen: Istock/mcdustelroy

Robert E. Lee,  comandante del Ejército Confederado de Virginia del Norte durante la Guerra Civil Estadounidense puntualizó la razón exacta por la que los monumentos que conmemoran eventos históricos como guerras, conquistas o instancias de regímenes políticos pueden abrir brechas sociales atemporales, aún cuando el conflicto que rememoran ha terminado.

“Creo que es más sabio no mantener abiertas las heridas de la guerra, sino más bien seguir el ejemplo de las naciones que  hicieron campaña para erradicar toda marca de pugna civil, dejar en el olvido los sentimientos que engendró”. Comentó Lee desde el retiro ante la posibilidad de que se erigiera un memorial para recordar la batalla de Gettysburg. A través de letras del general Lee se puede apreciar una profunda máxima que traza una clara línea entre el recuerdo que evoca un monumento y el registro histórico que le da contexto.

Bajo esta línea de pensamiento, la remembranza es un acto personal ligado a la percepción y emociones de un individuo. Bien puede ser valioso para una persona, una familia o una comunidad, pero no tiene cabida en espacios públicos y no es un sustituto o equivalente para el registro histórico. Como lo explica Annette Gordon Reed, para Harvard Gazette. La historiadora de esclavitud estadounidense, académica del ámbito jurídico y miembro de la Iniciativa Presidencial en Harvard sobre el Legado de la Esclavitud, explicó por qué el retiro de monumentos no representaba un peligro para la historia.

“La historia seguirá siendo enseñada en las aulas. Sabremos quién fue Robert E. Lee, quién fue Jefferson Davis, Frederick Douglas, Abraham Lincoln. Hay peligros mucho mayores para la historia. El desfinanciamiento de las humanidades, recortar las clases y los departamentos de historia. Esas son amenazas reales para historia”.

La declaración de Gordon Reed es clara y terminante, pero también sugiere cuál es el espacio correcto para hablar de historia: el salón de clases. Es en este espacio donde puede darse una conversación abierta y crítica con fines didácticos sobre el registro histórico y cuál es su rol en la realidad que tenemos hoy en día.

Hay valor en la idea de rememorar la historia, de honrar eventos que importantes, personas cuyo trabajo ayudó a formar la realidad del presente, pero esto no nos ayuda ni a formar un entendimiento del pasado histórico ni de las lecciones que deberíamos aprender del mismo, para esto es necesario un registro histórico fidedigno y profesor que facilite su lectura crítica.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/monumentos-historia-educacion

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