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Ciencia prefabricada

Por: 

Hacer ciencia con el objetivo de “probar” que ciertas actividades son perjudiciales para el ambiente no es ciencia, es activismo interesado. Lo que hay que construir son buenas hipótesis para evaluar su nivel de inocuidad, que nunca será cero: todo modifica algo.

Crece la modalidad de hacer investigación con los resultados escritos de antemano, escudada en la condición (inobjetable) de que la ciencia no es apolítica y cada marco teórico produce sus preguntas de manera consecuente con un cuerpo de paradigmas. Pero si la contaminación del agua derivada del fracking se presenta aún antes de que haya un proceso de fracking, hay motivos para pensar que los expertos (¿?) están viajando en el tiempo y plantando evidencia, al mejor estilo del Dr. Who. No de otra manera se interpretan los descubrimientos de que las cosas que no gustan a ciertos grupos de opinión sean, curiosamente, coincidentes con la evidencia a la que los encaminan sus prejuicios.

El mundo reclama decisiones basadas en evidencia. Y la evidencia no es lo que se percibe por la calle ni lo que se ha dado por llamar, de manera equívoca, el conocimiento ancestral o popular. Las comunidades tienen derecho a utilizar cualquier mecanismo para defender sus intereses, por supuesto, o exigir claridad acerca de los riesgos a los que eventualmente se exponen, pero hay que establecer un umbral entre lo que “nos parece”, el argumento de hígado o de miedo que usan muchos e imponen desde sus puestos de poder o impotencia, y lo plausible que define la ciencia dentro de sus márgenes de certidumbre. Y si la investigación acción participativa (IAP) generó parámetros para la construcción de conocimiento robusto en este ámbito, nunca pregonó la invención colegiada de opinión para ello.

 La mala ciencia es la peor aliada del ambientalismo (o de cualquier cosa) y por eso hay que ser implacables con el tema de las evidencias y la calidad y consistencia de los procedimientos con los que se juzga la conveniencia de algo. Para tomar decisiones de política nacional, la revelación o las percepciones no son el mecanismo, a lo sumo una fuente de preguntas, la evidencia de una preocupación lícita. La preventa de resultados científicos se está convirtiendo también en un problema de calidad en las instituciones universitarias, donde el “compromiso social” de los investigadores, léase su particular manera de entender la política, se conjuga con la arrogancia para declarar en Yo mayor la Verdad. Y hagámonos pasito, en vez de exponer hipótesis, métodos y discusiones al arbitrio de pares utónomos, no correligionarios.

Hacer ciencia con el objetivo de “probar” que ciertas actividades son perjudiciales para el ambiente no es ciencia, es activismo interesado: lo que hay que construir son buenas hipótesis para evaluar su nivel de inocuidad, que nunca será cero: todo modifica algo. Medir qué tanto, qué tan irreversible, a cambio de qué, quién se ve más o menos afectado es lo adecuado. Hacer ciencia para probar que una empresa, una institución o una comunidad hacen mal las cosas ya ronda en la difamación encubierta, un hecho tan grave como que las mismas empresas, instituciones o comunidades la utilicen para conseguir ventajas en un eventual juicio de responsabilidades. Y utilizar el principio de precaución como excusa para expandir rumores o hechos incompletos es una falla ética muy delicada.
¿Academias: será que la estratagema de los resultados prefabricados no nos pone en alerta?

Fuente: http://www.semana.com/opinion/articulo/la-importancia-de-hacer-buena-ciencia-columna-de-opinion-de-brigitte-baptiste/557890

 

 

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Tanzania: Prosigue el programa solidario ‘Homag Cares’

Tanzania/31 de Julio de 2017/Interempresas

Con el apoyo de la ampliación de la Escuela St. Justine en Kidatu, en Tanzania, Homag está ayudando a garantizar una buena educación escolar para 200 niños, muchos de ellos huérfanos.

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Los ingresos generados por la venta de piezas de demostración Homag durante Ligna 2017 se utilizaron una vez más para financiar una organización que necesita ayuda urgentemente. Con su iniciativa ‘Homag Cares’, la compañía alemana está ayudando a financiar una serie de proyectos que merecen el esfuerzo: los visitantes de ferias de todo el mundo adquieren artículos de demostración originales y útiles para usar en sus hogares, y los beneficios se utilizan para beneficiar a las personas que afrontan desafíos que requieren desesperadamente de una financiación.

Como parte de la iniciativa ‘Homag Cares’, en Ligna 2017 se recaudaron 2.000 euros de la venta de piezas de demostración, y esta suma fue doblada por Homag una vez finalizada la feria. La suma total de 4.000 euros recaudados fue donada a la organización ‘Future Chances for Kids and Poor in Tanzania’, donde Homag está ayudando a financiar la ampliación y el equipo de una escuela establecida para ofrecer a los niños desfavorecidos una buena educación.

Comprometida con proyectos sostenibles

La cara visible de esta organización es Petra Bernhardt, de Weil der Stadt, cerca de Böblingen. Ella ha hecho realidad su misión de implementar proyectos educativos en Tanzania: “Hace algunos años, mi atención se dirigió a una escuela que se había ocupado hasta la fecha de la educación primaria: la Escuela St. Justine en Kidatu. Esta pequeña escuela fue fundada por profesores de Tanzania para ofrecer a los niños huérfanos y más pobres una educación; una oportunidad que muchos niños en Tanzania nunca reciben, ya que los medios ofrecidos por las escuelas estatales son con frecuencia insuficientes”.

Escuela actual de St. Justine, en Kidatu.

El pequeño pueblo de Kidatu se encuentra en las montañas de Udzungwa, una de las últimas selvas tropicales de África del Este. Alrededor de la mitad de todos los niños que viven en la región actualmente no tienen acceso a la educación. Petra Bernhardt y su equipo están ahora ampliando la escuela existente. “La escuela ya enseña a los alumnos más jóvenes en inglés. Esto aumenta enormemente sus posibilidades de acceder a una futura carrera. El objetivo principal de la Escuela St. Justine es reducir el déficit de plazas escolares en las escuelas primarias y secundarias; nuestro sueño se ha convertido en realidad, ya que ya hemos comenzado la construcción de una escuela primaria para 200 niños”, dice Petra Bernhardt.

La financiación de Homag será utilizada por Petra Bernhardt para poner en marcha su próximo proyecto. Tan pronto como se complete la escuela primaria, planea comenzar la construcción de una escuela secundaria. La donación de Homag Cares está destinada a la fabricación y la adquisición de mobiliario escolar. La evolución del proyecto se puede seguir en vivo en www.futurechances.org.

Pero eso no es todo: cualquier persona que se sienta movida a apoyar el proyecto puede conseguir que las familias pobres obtengan cabras para su rebaño o financiar la explotación de un campo de arroz. Cuando se trata de asignar el dinero, la principal preocupación de Petra Bernhardt es asegurar la sostenibilidad. “Antes de gastar dinero en cualquier cosa, elaboramos un presupuesto y lo calculamos todo cuidadosamente. Las donaciones que recibimos deben utilizarse para garantizar el desarrollo a largo plazo y la independencia de la aldea, para que sea autosostenible. Por eso hemos lanzado una serie de proyectos agrícolas para cubrir los gastos mensuales fijos de la escuela”, explica Bernhardt.

Homag Cares ofrece la oportunidad de una educación

La donación fue presentada por Ulrich Schmitz, Director General de Homag GmbH. “Estamos realmente impresionados por el trabajo de Future Chances y estamos encantados de que nuestra donación apoyará un proyecto tan vital. No existe la menor duda de que cada centavo de lo que se recibe se utiliza donde más se necesita. Para nosotros, la oportunidad de recibir una educación se da prácticamente por sentado; para muchos otros es un lujo. Recientemente estuve en Tanzania y presencié de primera mano lo urgente que es el apoyo en algunas áreas. Dar a la gente, particularmente a las generaciones jóvenes, la oportunidad de recibir una educación, es la base fundamental para construir el desarrollo sostenible del país y combatir la pobreza”.

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Alrededor de la mitad de los niños de la región actualmente no tienen acceso a la educación.

El compromiso social en la cultura corporativa de Homag

El compromiso social está firmemente anclado en la cultura corporativa de Homag. La iniciativa Homag Cares ha sido una constante durante muchos años en ferias y eventos en todo el mundo y siempre con el objetivo primordial de apoyar las causas caritativas.

La idea original se generó en 2008 en la India, donde se donó a escuelas más de 200 muebles fabricados con máquinas Homag.

La última recaudación obtenida, que siguió a la Homag Treff en 2016, fue donada a una organización benéfica de asesoramiento psicosocial para enfermos de cáncer en Horb y la organización benéfica ‘Choice e.V.’, en Stuttgart.

Fuente: https://www.interempresas.net/Madera/Articulos/194027-Prosigue-el-programa-solidario-Homag-Cares.html

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España: Estudiantes crean soluciones para los desafíos de la ciudad de Sevilla en la próxima década. ¿Participación, compromiso o..?

Europa/España, 31 de diciembre de 2016. Fuente y autor: 20 minutos

Una ‘app’ para que el ciudadano opine sobre la última decisión política, Una clase virtual que personalice el ritmo del aprendizaje necesario en cada niño, una asistente virtual de una ‘app’ personalizada al gusto, localización y preferencias de usuario que le ayuda a resolver todas las dudas relacionadas sobre Sevilla u otra con contenidos de aprendizaje de distintas materias para reforzar fuera del colegio la educación recibida en él son algunas de las soluciones creadas en el IV Campus Exponential STEaM SingularityU Sevilla.

En éste, una veintena de estudiantes de centros públicos y privados de Sevilla de entre 12 a 17 años han trabajado durante tres días en idear, diseñar y proponer soluciones para los desafíos que la ciudad afrontará en el campo de la gobernanza y la educación en los próximos nueve años, hasta 2025, colaborando así en la Sevilla del futuro.
Esta iniciativa, denominada Exponential STEaM SingularityU Sevilla y que toma forma a través de cuatro campus tecnológicos, se ha celebrado en el edificio CREA, donde expertos en educación y tecnología, mentores y alumnos, trabajaron conjuntamente para contribuir a su visión de la ciudad para dentro de diez años en tiempo récord. El que se ha celebrado este fin de semana es el IV y último campus, tras desarrollarse el primero sobre Agua y Medio Ambiente, el segundo sobre Salud y Alimentación y el tercero sobre Espacio y Energía. En este caso en concreto, los alumnos, divididos en cinco grupos, realizaron una propuesta de solución a retos relacionados con gobernanza y educación: cómo explicarías a un docente cómo sacará el máximo provecho del aprendizaje ubicuo con sus alumnos en 2025 con una interconexión continua, cómo ayudará la tecnología a que el ciudadano cobre mayor protagonismo en las decisiones políticas de la ciudad, cómo será el espacio de aprendizaje ideal en Sevilla en 2025, cómo la inteligencia artificial ayuda a mejorar el gobierno y cómo impactará la tecnología de 2025 en la posibilidad de que el aprendizaje de cada persona sea atendido de forma personalizada. Este proyecto pionero está organizado por el Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Delegación de Economía, Comercio y Relaciones Institucionales; la Fundación Goñi y Rey; y el Capítulo de SingularityU Sevilla, y está desarrollado por la consultora Aonia Nueva Educación.
La idea, concebida en el seno de la Cumbre de Singularity University Summit Spain celebrada en 2015 en la ciudad, está inspirada en los ‘makerspaces’ de Silicon Valley y responde a un formato lab, permitiendo así que los alumnos trabajen empleando metodologías innovadoras para diseñar prototipos que den respuesta a los retos de la ciudad. Los alumnos dispondrán de una serie de tecnologías educativas (impresoras 3D, arduinos, tabletas) cedidas por empresas entre las que se encuentran Goldenmac, Sevilla Tech Center, BQ, Soditec, etcétera. Además de habilidades para el trabajo en equipo y el manejo de tecnologías y la creación de prototipos, los participantes han puesto en juego habilidades comunicativas, ya que los proyectos desarrollados fueron presentados en un acto final con una estructura similar a las populares TED Talks.

Fuente noticia: http://www.20minutos.es/noticia/2923464/0/estudiantes-crean-soluciones-tecnologicas-para-problemas-gobernanza-educacion-proxima-decada/

Fuente imagen: http://a1.typepad.com/6a01676717061e970b01b7c830bd79970b-pi

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¿Agoniza el progresismo latinoamericano?

Pregunta rutinaria que repiten una y otra vez los medios de comunicación de carácter corporativo, como parte de la manipulación mediática con la que adormecen a las masas amorfas. Falacias que son hoy por hoy el brazo armado del neoliberalismo impulsado post dictaduras, como modalidad del capitalismo añejo de siempre. A la cabeza un periodismo fraudulento de quienes se venden con la urgencia de la infamia. Lo secundan atentos quienes solapan con el silencio, desde la comodidad del desfalco, el beneficio del abuso, el clasismo, el racismo y la exclusión.

¿Agoniza el progresismo latinoamericano?

Con la cantidad de zarpazos a traición que ha recibido este último año, el progresismo debería estar borrado del mapa, pero es tal y como los desaparecidos de las dictaduras y los mártires de la historia latinoamericana: Memoria Histórica, lealtad, conciencia y resistencia. Es como los Pueblos Originarios: inmortalidad.

Cristina debería estar en alguna isla paradisiaca gastándose los millones que dicen que robó, o bien impartiendo cátedra en alguna universidad de Estados Unidos, como muchos ex presidentes que se arrodillan ante el capital. Dilma y Lula, ladronazos según la desinformación mediática, deberían estar gozando a sus anchas el fruto de la traición. Cuba, después de Fidel debería estar rindiéndose ante las fauces estadounidenses e implorando perdón ante la insolencia de haberse atrevido… Pero no hay Cuba después de Fidel, Cuba es Fidel.

 Venezuela, con la infinidad de golpes blandos que recibe prácticamente todos los días, debería estar fulminada, con Maduro en Guantánamo acusado de terrorista y dictador, o bien asesinado en algún juicio de esos que inventa la derecha y Estados Unidos, como le sucedió a Gaddafi (¡qué la historia no lo olvide!) y la ultraderecha al mando del país y los saqueos millonarios.

Evo, que ha honrado a la Bolivia marginada debería ser un “indio patas rajadas” preso político en su propio país, por la insolencia de haber levantado la cara, ver de frente y alzar la voz por los suyos, por el pueblo boliviano milenariamente humillado y explotado. Por la decencia de haber nombrado y visibilizado lo que las mentes colonizadas menosprecian.

Correa, que le ha dado a Ecuador lo que ningún presidente en su historia, ha sido terriblemente calumniado dentro y fuera de su país. Y si a golpes blandos nos referimos, él como todos los presidentes progresistas también los ha tenido.

Razones por las cuales el progresismo en la Patria Grande debería estar muerto hay muchas, infinidad. ¿Pero qué sucede que no termina de sucumbir? ¿Por qué ha resistido tanto? Porque nace de la humanidad, la solidaridad y el compromiso social con los pueblos de la América Latina y el mundo. Nace de la identidad latinoamericana de los Pueblos Originarios.

El progresismo nace con Chávez, Lula y Néstor aquel 05 de noviembre en la IV Cumbre de las Américas en el instante mismo en que le dijeron no al ALCA, no a la injerencia de Estados Unidos.

Vienen como retoños de los mártires, de los desaparecidos, de los parias que a través de la historia del tiempo han sido humillados, explotados y golpeados por el sistema, la injusticia y la impunidad.

El progresismo viene con el Niño Arañero, el gran soñador de la Venezuela hermosa y de la Suramérica lozana. Nada más y nada menos que el propulsor de la Revolución Chavista. Viene con el abrazo hermano entre Cuba y el resto de la Patria Grande: cuando crean Chávez y Fidel, La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. Cuando se unen en un solo corazón la Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana.

Al contrario de la desinformación mediática y los ataques constantes de la OEA y el golpe traidor del Mercosur ahora con Temer y Macri, que quieren sacar a Venezuela para desestabilizar al país y al progresismo, éste sigue en resistencia. Vemos a Cristina, Dilma y Lula en Argentina y Brasil, haciendo frente y en las calles, como pueblo que son, entre el pueblo y con el pueblo. Vemos a Maduro, Evo y Correa haciendo lo suyo en sus países y fortaleciendo la integración y estabilización de la América Latina milenaria.

La mediatización es poderosa y el capitalismo es genocida, no dejarán de insistir en la injerencia y la manipulación, no dejarán de atacar con saña de águila imperial, porque Latinoamérica a pesar de la invasión, de los genocidios y de los saqueos milenarios, sigue siendo La Patria Grande que resiste con la identidad inquebrantable de Pueblos Originarios.

¿Agoniza el progresismo latinoamericano? No, está más vivo que nunca, y resiste con honra, conciencia, humanidad y amor. Con lealtad, y Memoria Histórica.

Audio: https://soundcloud.com/ilka-oliva-corado/agoniza-el-progresismo-latinoamericano
Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/12/14/agoniza-el-progresismo-latinoamericano/

 

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Agoniza-el-progresismo-latinoamericano-20161214-0007.html

Imagen: static.wixstatic.com/media/c06360_e1d6944da9b64a7c9eb51391ac2ae27e.jpg/v1/fill/w_620,h_451/c06360_e1d6944da9b64a7c9eb51391ac2ae27e.jpg

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Fidel, sinónimo de revolución

Por: Emir Sader

Fidel se ha vuelto sinónimo de revolución desde que se publicaron las primeras fotos de aquellos barbudos que derrocaron a un dictador en el ya lejano 1959. Más todavía para nosotros, en América Latina, para quienes ese movimiento era un fenómeno distante en el tiempo y en el espacio –en Rusia, en China, con Lenin, con Mao–. Fue Cuba, con Fidel, quien planteó para nosotros y para tantas generaciones la revolución como actualidad y que era posible en nuestro continente.

Fidel encarnó la revolución en América Latina y en todo el mundo, porque Cuba levantó de nuevo la idea del socialismo, cuando éste se había vuelto algo aparentemente petrificado, postergado.

Empecé mi militancia política en 1959 repartiendo un periódico –Acción Socialista– que tenía estampada la imagen de unos barbudos que habían derribado a un dictador –en aquel momento, de América Central; no se hablaba aún del Caribe–, posando como si fueran jugadores de futbol.

Luego mi generación se volvió la generación de la Revolución Cubana, que sedujo a tantos cuando convocó a los estudiantes a terminar con el analfabetismo en la isla y con las reformas agraria y urbana, la fundación de la Casa de las Américas, la soberanía frente al imperialismo y la proclamación de la revolución socialista, así como con la resistencia contra el intento de invasión en Bahía de Cochinos y frente al plan del cerco naval a la isla; con todo lo que venía de allá, que nos alentaba y señalaba caminos.

Sólo pude ver a Fidel cuando visitó Chile durante el gobierno de Allende, en sus recorridos por el país, hasta su discurso final en el Estadio Nacional.

Después del golpe en Chile pude encontrarme con él por primera vez en La Habana, para discutir las consecuencias de esa acción.

Fue inolvidable verlo entrar, enorme, alto, enérgico, simpático, afectivo, y presenciar su infinita capacidad de escuchar a las personas, de preguntar mucho sobre Chile, el golpe, Allende, Miguel Enríquez y el MIR, así como sobre Brasil.

Tuve el privilegio de convivir con su presencia en la vida cubana durante muchos años. Conocí cómo un dirigente se interesa por todo lo cotidiano de un país y del mundo; pronunciarse sobre todos los problemas, ser el crítico más radical de la revolución, señalando problemas, implacable con los errores, pero siempre proponiendo alternativas y despertando esperanzas.

Verlo hablar en la Plaza de la Revolución tantas y tantas veces fue una de las experiencias más impresionantes que uno pudo tener. En una de esas concentraciones, siempre ante millones de personas, se homenajeaba a las víctimas de un acto terrorista que abatió un avión cubano, en el que murieron, entre otros, jóvenes deportistas isleños. Con todos los cuerpos presentes en la plaza, Fidel pronunció uno de sus discursos más emocionantes, que concluyó diciendo: Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla. Y provocó las lágrimas de aquellos cubanos que se habían desplazado de todas partes de la isla para escucharlo hablar durante horas bajo el sol inclemente.

Fidel siempre sorprendió a todos con su audacia. Desde la primera acción, el asalto al cuartel Moncada, y luego el desembarco del Granma, hasta sus iniciativas posteriores, ya en el poder, valiéndose del factor sorpresa de la guerrilla.

También cuando abrió las puertas de todas las embajadas para que quienes quisieran irse de Cuba lo hicieran, permitiendo que llegaran embarcaciones desde Miami para recogerlos. Un gesto audaz que él supo revertir en favor de la revolución, como todo lo que hacía.

Como cuando proclamó que el niño Elián sería recuperado por Cuba, objetivo que parecía imposible, pero que él, irradiando en todos enorme confianza, logró. Y cuando afirmó que Cuba recuperaría a sus cinco héroes presos en Estados Unidos, lo cual parecía absolutamente inviable, pero él supo construir, una vez más, la estrategia victoriosa para conseguir lo imposible.

Fidel fue sinónimo de revolución durante más de 50 años. Para quien quisiera saber sobre ésta y sobre socialismo, bastaba dirigir su mirada hacia él.

Él y el Che señalaron para muchas generaciones el horizonte del socialismo, de la revolución y del compromiso militante.

Fidel fue la personificación de la revolución y del socialismo. Su vida y sus palabras han sonado siempre como la voz más fuerte, más digna, más vibrante, con más esperanza y más coraje que la historia ha conocido.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/11/27/opinion/014a1pol

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Sociedad de la comunicación, educación superior y la democratización. N

1. Introducción.
Los objetivos de este estudio de educación superior internacional comparada son:
1) referirnos al impacto cualitativo y cuantitativo de la globalización, de la sociedad de la comunicación, en las instituciones de educación superior (IES) y en los sistemas de educación superior (SES) de distintas regiones y países en los últimos veinte años;2) destacar cómo son necesarios ciertos niveles de equidad social para
lograr una educación permanente para todos y para toda la vida mediante políticas educativas adecuadas y para lograr una verdadera democratización en el acceso a la educación superior; 3) y formular conclusiones y propuestas con relación al compromiso social de las universidades y la construcción de la equidad.

2. Autonomía y Reformas: universidades públicas y privadas.

La autonomía no es una concepción nueva. Ha sido una preocupación desde el mismo origen de la universidad. El papel autonómico de la Universidad ya se consideraba en el conjunto de leyes más antiguas sobre esta institución que aparecen en las Siete Partidas del Rey Alfonso X El Sabio (1256-1263). La Carta Magna de las universidades europeas (Universidad de Bolonia, 1988), antecedente de la creación del espacio europeo común de ES, establece que la Universidad es una “institución autónoma” que “produce, examina, valora y ofrece cultura, mediante la investigación y la enseñanza”. (Escotet, 2004)

Un debate dentro de la Asociación Internacional de Universidades (AIU) llegó a las siguientes conclusiones respecto de la autonomía:

1) La Universidad debería tener el derecho de escoger su personal; 2) y sus estudiantes; 3) las universidades deberían elaborar sus propios programas y ser capaces de decidir el nivel requerido para cada título y diploma, y, en aquellos países donde los títulos, los diplomas y la práctica profesional están definidos por ley, las universidades deberían participar de una manera efectiva en la definición de sus programas y niveles de educación; 4) cada universidad debería decidir sus programas de investigación; 5) la Universidad es libre dentro de límites generosos para distribuir su presupuesto -ingresos financieros de varios tipos- y recursos – edificios, equipamiento- entre las actividades desarrolladas para el cumplimiento de su misión. (AIU, 1966)

Pero conceptos como autonomía y libertad académica, resultan hoy complementados por la noción de rendición de cuentas y de responsabilidad social. En la medida en que un nuevo contrato entre la universidad y la sociedad toma forma, la noción de autonomía resulta condicionada. (AIU, 2004). “La cuestión más importante de la Universidad actual es su adaptación a los cambios que la sociedad le exige, tanto en relación a las enseñanzas que imparte como a la investigación que realiza”. (Bricall, 2000, p. 7)

La excesiva legislación es, en ocasiones, de los factores que entorpecen la capacidad de creación e innovación, debido a la rigidez. El control es un mecanismo necesario con el fin de enseñar a las IES a desarrollar procedimientos de auto-control, pero no para convertirse en sistemas inflexibles de 3 control, o bien sistemas de autoridad vertical. (Tünnermann, 1999, p. 105; Escotet, 2004, p. 7)

La adopción de herramientas de mejora, como planificación estratégica, evaluación de proyectos, dirección por objetivos, gestión por competencias, calidad total y evaluación institucional, al mismo tiempo que se introducen tecnologías de información y gestión ha mejorado los procesos académicos y administrativos e incrementado su eficiencia. Esto ha permitido la transparencia en la relación entre objetivos y medios y ha perfeccionado los procesos de rendición de cuentas. Pese a esto, el nivel gerencial del personal universitario sigue siendo alarmantemente bajo, cosa especialmente delicada teniendo en cuenta que afecta a los puestos directivos, ocupados habitualmente por académicos excelentes, pero con muy poca preparación para la dirección y la gestión. Probablemente la solución no es, como piensan algunos, importar administradores provenientes de corporaciones sin experiencia académica, sino formar a los directivos y reforzarlos con la colaboración de profesionales.

En la última década los sistemas de ES a nivel mundial han pasado de la simplicidad y la homogeneidad a la complejidad y la heterogeneidad. Se ha generalizado la formulación de políticas que controlan la calidad mediante la evaluación institucional y se han hecho cambios con el fin de adecuar la Universidad a la sociedad del conocimiento. Pero la orientación meramente de mercado de muchas universidades privadas, de un lado, y el concepto tradicional de autonomía corporativa, de otro, parecen ser algunos de los principales obstáculos para que se logre este cambio cualitativo. En el primer caso, la universidad tiende a convertirse en una empresa cuyo principal fin es producir ganancias, en el segundo, la Universidad deja de ser una institución de y para la sociedad y pasa a convertirse en una institución de y para los integrantes de la comunidad universitaria e incluso con el pretexto autonómico, muchas veces se ha lesionado la misma autonomía universitaria, poniendo las autoridades académicas la universidad al servicio del partido gobernante o de la oposición

El autoritarismo y el exceso de control pueden lesionar la autonomía de la universidad, pero, por otra parte, la universidad autónoma necesita de un sistema de control que armonice la libertad de crear, enseñar y aprender con la obligación de rendir cuentas de los objetivos alcanzados o frustrados. De ahí la importancia de la evaluación institucional. Actualmente las universidades de los países en desarrollo, en especial de África y América Latina y el Caribe, enfrentan una gravísima crisis. Las universidades en estas regiones han sido victimas de las reformas neoliberales orientadas al mercado. En América Latina, tras la Reforma de Córdoba (1918), la reforma de los 80 y 90 caracterizada por la desinversión y la privatización en la Universidad, fue una auténtica contrarreforma. Fue más bien alterar y deformar las universidades, que reformarlas para que pudiesen cumplir su misión ante los vertiginosos cambios de la sociedad del conocimiento. En 1950 existían en América Latina y el Caribe unas 75 universidades, casi todas ellas públicas, en 1995 habían pasado a 300 públicas y 400 privadas.

Si esto ocurrió en América Latina y el Caribe, con universidades de fundación anterior a las de América del Norte, más dramática ha sido aún la consecuencia del ajuste estructural y de las políticas del Banco Mundial en las jóvenes universidades de África. La desinversión pública en educación, en la era en que los sectores más dinámicos de la economía son las industrias “cerebro- intensivas”, tiende a dejar al margen de la modernidad a los países de África, de América Latina y el Caribe y de diversas zonas de Asia, debido a su incapacidad para competir en la economía internacional, a no ser por la intervención de la universidad privada.

Según el Director de la División de Educación Superior de UNESCO, “la educación superior debe evolucionar constantemente para cumplir sus misiones. Reformas y crisis en Europa y en todos los países desarrollados es el rasgo esencial en los sistemas de educación superior existentes, que están en proceso de cambio y adaptación. Sería totalmente inapropiado hablar de reformas o crisis en los países en vías de desarrollo. En esta área, como en muchas otras, la situación es más bien de emergencia y este término en ocasiones es demasiado débil para describir la situación real, en especial, aunque no únicamente, en algunos países de África Sub-Sahariana”. (Haddad, 2004, p.2)

Pese a la tendencia mundial al incremento acelerado de la educación superior privada (ESP) existen distribuciones distintas entre públicas y privadas según áreas y países: 1) En Europa Occidental un 95% de los estudiantes cursan sus estudios en universidades públicas. 2) En Rusia y los países de Europa del Este, en cambio, la ESP ha tenido un incremento notable. 3) Si bien muchas de las más famosas universidades en EE.UU. son privadas, el 80% de los estudiantes norteamericanos asisten a instituciones públicas de educación superior. Sin embargo, una peculiaridad de su SES es que hay universidades públicas donde la matrícula es en ocasiones más cara que en las privadas. 4) Asia es la región donde la ESP es más fuerte. En varias naciones de Asia, como Japón, la República de Corea, Taiwán, las Filipinas, Indonesia, la ESP domina la matrícula de los SES. 5) En ALC se ha producido el enorme incremento señalado y han proliferado las pseudouniversidades privadas. Existen, no obstante, universidades privadas de excelencia como son en su mayoría las católicas. 6) África, después de Europa Occidental, es la región con mayor porcentaje de estudiantes en la educación superior pública. Sin embargo, la ESP crece en África aceleradamente. (Altbach, 1999, pp. 2-4). Pero los defensores de la educación superior privada (ESP) ocultan el hecho de que países a la vanguardia en la enseñanza y la investigación como Francia y Canadá tienen muy pocas universidades privadas, que Alemania tiene sólo una, que los tigres asiáticos son famosos por sus universidades públicas y que en EE.UU. los fondos públicos, en especial los federales, desempeñan un papel decisivo en el financiamiento de las universidades “privadas”

En conclusión, todas las universidades, sean públicas o privadas, deberían compartir una clara vocación de servicio a lo público, a la sociedad. El Estado debe velar para que esto ocurra, con el fin de impedir que existan las universidades “de servicio privado” o las que no tengan calidad, como ocurre en especial en los países en desarrollo. La autonomía de la universidad no puede eludir su compromiso social y, por lo tanto, la obligación de rendirle cuentas a la sociedad.

Fuente:

http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/reggen/pp24.pdf

 Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/VBGoMpgToM30CFRah6vQ2BYfl6iLUOd-55_jtmTpqRocAfEOqY8hkM5dBtzBTRY8bHYV_EM=s85

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Notas sobre Educación Popular

Facundo Ferreirós

I.
En el supuesto pleno desarrollo de la “sociedad de conocimiento” que estaríamos atravesando hoy en día, pareciera muy poco atractivo reflexionar acerca de la producción, recuperación y recreación crítica del conocimiento vivo existente en las culturas de las comunidades, en los movimientos populares, en las organizaciones urbanas, en las variadas experiencias de Educación Popular, Centros Culturales, experiencias de Teatro del Oprimido, comunicación comunitaria, Organizaciones de Mujeres, Asambleas en defensa de los recursos naturales, así como también en algunas escuelas[1].

Hoy más que nunca, en esta “era del conocimiento”, pareciera que poco importa la reflexión en torno al acto de enseñar, a la tarea del educador, a la politicidad de la educación. Lo que pareciera importar es producir sofisticados diseños que se materializan en manuales que llamamos “a prueba de docentes”, que contienen el libro de texto, el cuadernillo de actividades y el libro del docente, donde se indica cada paso que el docente debe dar para llegar al objetivo que el libro se propone. Así, un buen docente es aquel que implementa paso a paso la propuesta del libro. Esto se ha “tecnologizado”: ahora estos “paquetes” vienen con software para proyectar la clase en pantalla gigante y para que los niños y niñas completen actividades en sus notebooks. Así, supuestamente incorporamos las “TIC’S” al aula.
Claro está que esto sucede en escuelas privadas de clase media para arriba. Algunos sociólogos de la educación han planteado hace algunas décadas la fuerte segmentación que existe en el sistema educativo, planteando la existencia de “circuitos educativos diferenciales”[2] por las que transitan los niños y niñas según la clase social de origen. Así, los niños y niñas de las clases populares circulaban a mediados del Siglo XX por escuelas que los formaban para ocupar un lugar específico en la “división social del trabajo”, el de obreros y obreras. Este modelo educativo entró en crisis a finales del milenio, cuando las políticas neoliberales produjeron un proceso de exclusión social en el que se desmoronó el mundo del trabajo como eje articulador de la sociedad, arrojando a amplias mayorías de la sociedad a la indigencia. Si bien no es mi intención desarrollar un análisis acerca de los cambios profundos que produjo el neoliberalismo en las matrices económicas de nuestros países, así como las modificaciones en el mundo del trabajo y las consecuentes repercusiones en la función social del sistema educativo, que ya han hecho muchos teóricos, no puedo dejar de mencionarlo para pensar hoy la función social de la escuela en el marco de estas profundas transformaciones.

Hoy, el “circuito educativo diferencial” se traduce en una desigualdad extrema: las escuelas de los barrios populares están en condiciones edilicias paupérrimas, sin acceso a servicios necesarios para el desarrollo de una propuesta educativa medianamente equitativa. Por citar un ejemplo, cuando un docente concurre a concursar para un cargo en una escuela pública en Provincia de Buenos Aires, se encuentra con la división entre escuelas “de primera categoría” y “de segunda categoría”. Es decir, este “circuito diferencial” no se manifiesta únicamente en la división público-privado, sino que incluso se da hacia el interior de la escuela pública, según la zona donde esté ubicada y las características socio-económicas de la población que asista.

Esto nos lleva a pensar ¿Cuál es la función social de la escuela hoy? En el marco de la fuerte segmentación existente en el Sistema Educativo: ¿Cuál es la función social de la escuela de los barrios populares hoy? ¿Qué tiene preparado el capitalismo en su fase actual para nuestros niños y niñas?
Si a principios del Siglo XX la intención era identificar fuertemente a los niños y niñas de los sectores populares como miembros de una nación, mediante un proceso de homogeneización y normalización; si en la segunda mitad del Siglo pasado la función social de la escuela era formar una clase trabajadora “adaptándola” al mercado laboral para disponer de su fuerza de trabajo; hoy, en una fase del Sistema Capitalista Post-industrial en la que se precisa cada vez menos mano de obra, ¿para qué forma la escuela a los niños y niñas de los sectores populares?
Podríamos arrojar algunas líneas de investigación para pensar qué tiene entre manos el Capitalismo actual para el sistema educativo en términos macrosociales. Podríamos también analizarlo desde un marco más “micro” y estudiar la formación de la subjetividad en el marco de esta etapa de crisis de la producción del Sistema Capitalista: las transformaciones vinculadas a la pérdida de identidad de clase en el marco de un modelo de competencia, los discursos acerca del espíritu empresarial, la capacidad de los sujetos de constituirse en “empleables”, la transformación de la subjetividad del proletario en la de un “pequeño capitalista”, la promoción de sujetos “competentes”, el doble proceso de individuación y fragmentación del sujeto colectivo, etc.
Está claro que a esta altura que existen proyectos educativos que promueven la producción y reproducción del Sistema Capitalista. Estos proyectos constituyen la hegemonía de los discursos y prácticas educativas en el campo educativo. Está claro también que una práctica educativa que vaya a contracorriente del modelo hegemónico no va a transformar la sociedad. Es muy probable que no podamos torcer el rumbo de la economía neoliberal desde una “otra” propuesta educativa. Paulo Freire ya nos ha alertado acerca del peligro de una postura ingenua que considere que la educación es la palanca de la transformación social. El dirá que la educación es un espacio de poder que debemos conquistar, y que puede producir algunas transformaciones, aunque no todas. Como educadores y educadoras populares, nuestra tarea será entonces “desterrritorializar la escuela (y la educación toda, diría yo) de la función social actual para reterritorializarla en el campo de lo popular”[3], como dice Marina Ampudia.

Tal como se dijo más arriba, esta tarea de reterritorializar la educación en el campo de lo popular significa, a nuestro entender, producir, recuperar y recrear críticamente el conocimiento vivo existente en las culturas de las comunidades, en los movimientos populares, en las organizaciones populares urbanas, en variadas experiencias de Educación Popular, entre muchos otros espacios. Freire sostiene que “la escuela debe ser un centro irradiador de la cultura popular, a disposición de la comunidad (…) un centro de ideas, soluciones, reflexiones, donde la organización popular va sistematizando su propia experiencia”.[4]
Ahora bien, lo que nos gustaría hacer en este apartado es dar vuelta la pregunta acerca de la función social de la escuela. Nos gustaría que podamos pensar: ¿Qué tenemos pensado nosotros para nuestros niños y niñas? ¿Cuál queremos nosotros que sea la función social de la escuela? ¿Qué lugar queremos ocupar?
Con estas preguntas no pretendemos “hacer la vista gorda” al sistema de dominación capitalista, a sus estrategias de explotación y a sus intenciones políticas detrás de la formación de sujetos en instituciones educativas. Pero la invitación es a recuperar al sujeto en tiempos de “tecnocracia educativa”, y con él, recuperar la reflexión en torno a nuestra práctica como educadores y educadoras, a las transformaciones que deseamos producir tanto en las instituciones educativas como en las subjetividades de los niños, niñas y jóvenes con quienes trabajamos diariamente. Estela Quintar nos provoca con la siguiente pregunta: “¿Dónde estamos situados nosotros, los sujetos históricos que deberíamos construir los sentidos de un proceso de transformación?”[5] Y también: “¿Qué hacemos los educadores? ¿Para qué existimos los educadores en nuestros países? ¿Por qué estamos educando los educadores? ¿Qué significa estar en una práctica de formación de sujetos en América Latina? ¿Qué hacemos cada uno en estas prácticas de formación? ¿Qué estamos haciendo actualmente los educadores en términos de la formación de sujetos?”[6]

II.
Durante años hemos tenido que leer artículos académicos de diversos teóricos que han trabajado cuestiones vinculadas al Currículum y a la Didáctica desde perspectivas tanto explicativas como prescriptivas. Así, seguramente hemos recorrido páginas de libros que proponían complejas estructuras conceptuales que daban lugar a –supuestamente- exitosas propuestas didácticas; hemos leído acerca de las llamadas “teorías del currículum”; de una supuesta “historia” de la didáctica con un arraigo a las teorías psicológicas que rozaban el aplicacionismo; nos hemos formado en las corrientes didácticas “por objetivos” y “por proceso”; hemos observado situaciones de enseñanza desde enfoques tales como el institucional, el ecológico, las teorías de grupo, y las teorías de la complejidad; hemos analizado documentos de organismos internacionales sobre la temática, documentos curriculares nacionales y provinciales, planes de estudio, proyectos educativos institucionales, planificaciones de docentes, bitácoras de clase, etc. Siempre el eje de la reflexión didáctica ha estado puesto en la reproducción o, en el mejor de los casos, a una crítica a las teorías didácticas provenientes de Europa y Estados Unidos. Pero no hemos conocido en nuestras formaciones académicas propuestas didácticas desarrolladas en América Latina.
Fue en el marco de la Educación Popular, que nos encontramos con la propuesta de Diana Edith Otálvaro Ramírez y Diego Muñoz Gaviria[7], quienes sostienen que existe una “Didáctica Crítica Latinoamericana” que se ha desarrollado como una propuesta propia nacida en nuestro territorio, por fuera de la mera reproducción o incluso de la resistencia a las didácticas eurocentradas. Así, situamos con autores referentes de la educación popular como lo son Alfonso Torres Carrillo y Marco Raúl Mejía[8], a Paulo Freire como iniciador de esta corriente didáctica. En la actualidad, los autores proponen en la misma línea a los postulados de la “Didáctica no Parametral” propuestos por la Dra. Estela Quintar.
En tiempos de pedagogías de sujetos ausentes, donde importa más el contenido que el sujeto, el aprendizaje que los aprendientes, la enseñanza antes que los enseñantes, nos atrevemos desde esta porción del mundo a generar una didáctica que se propone partir de la realidad recuperando la centralidad de un sujeto colectivo, siempre situado, como productor de conocimientos, que se transforma y transforma la realidad en ese proceso de creación, recuperación y recreación crítica de un conocimiento vivo.
Es desde la Didáctica Crítica Latinoamericana que nos situamos al compartir estas reflexiones sobre la educación y las propuestas que siguen. Consideramos que los márgenes que tenemos los educadores y educadoras para llevar adelante las transformaciones que anhelamos son amplios, incluso en aquellas instituciones tan cristalizadas como la escuela. Si bien nuestra práctica se lleva a cabo dentro del Sistema Capitalista, existen grietas por donde transitar otras experiencias, si es que queremos ser otra cosa y hacer otras cosas que las que nos impone la pedagogía hegemónica. Está en nosotros ser meros funcionarios de un sistema de dominación o, asumiéndonos como parte de este sistema de dominación, considerarnos, en tanto educadores y educadoras, trabajadores de la cultura en el marco de las transformaciones sociales que anhelamos.
¿Por dónde empezar? Dirá Quintar “Yo invitaría a ‘re-ver’ nuestras prácticas, nuestra cotidianidad, nuestro mundo de vida como referente empírico pero también epistémico. Esto en el intento de promover un proyecto de construcción de conocimiento. De este modo estaríamos intentando nombrar lo que no nombramos y dejando atrás las palabras discursivas del poder dominante, que nombra más allá de los sujetos históricos sociales nombrados”.
III.
Nos gustaría introducir en este momento de la reflexión una categoría que consideramos fundamental. Podríamos definirlo desde tres autores trascendentales para los educadores y educadoras populares latinoamericanos. Se trata de aquello que Mariátegui denominó “Prefiguración”, el autor boliviano contemporáneo Luis Tapia llama “Factualización de Alternativas”, y que podríamos encontrar en Freire con su concepto “Inédito Viable”.
Luis Tapia dirá: “Uno de los rasgos del desarrollo de un movimiento social es que su accionar tiende a incluir ya no sólo la protesta o la demanda, sino también la factualización de las formas alternativas de apropiación, gestión, organización y dirección de recursos y procesos sociales y políticos. La factualización de alternativas es un arma de lucha dirigida a convencer al estado y a la sociedad civil de la posibilidad de hacer, organizar, dirigir y vivir las cosas de otro modo; la capacidad ya desarrollada por el movimiento para pasar de la crítica a la reorganización de las cosas.” 
Según Mariátegui, dirá Miguel Mazzeo: “el socialismo no emerge como doctrina forastera y experiencia yuxtapuesta, su universalidad tiene un sitial en el corazón de Nuestra América, tiene raigambre, vive en la historia de sus explotados y sus luchadores, late en sus conflictos sociales (en la misma lucha de clases), sucede en los movimientos, comunidades y organizaciones de base que prometen y prefiguran la nueva sociedad.”
Y Freire dirá: “el ‘inédito viable’ (…) se concreta en la acción que se lleva a efecto, y cuya viabilidad no era percibida. Existe, así, una relación entre el ‘inédito viable’ y la conciencia real, entre la acción que se lleva a cabo y la ‘conciencia máxima posible’”. 
Con estas categorías “primas hermanas” nos referimos a la posibilidad que tenemos quienes luchamos diariamente por transformar nuestras sociedades en general, y de la educación en particular, de ir poniendo en práctica algunas de esas transformaciones que anhelamos. Asumiendo que vivimos en un sistema de explotación y alienación, nos animamos a vivir otros modos de ser, de relacionarnos entre nosotros y nosotras, y de vincularnos con la naturaleza.
Los educadores y educadoras podemos ir practicando otras maneras de aprender y enseñar, recreando espacios y tiempos, dando lugar a las emociones, los cuerpos y los pensamientos críticos, recuperando la curiosidad, habilitando deseos y pasiones, generando autonomía y auto-organización en nuestros lugares de trabajo. Esto es lo que Hernan Ouviña define como “Pedagogía Prefigurativa” y que, considera el autor argentino, ya estaba presente en Gramsci[9].
Pero no sólo podemos “factualizar alternativas” en lo que refiere a la práctica educativa: como militantes de la vida que somos los educadores y educadoras populares, podemos habilitar(nos) otra forma de producir y de consumir, de alimentarnos y de vivir nuestro cuerpo, otras maneras de experimentar el arte y de expresarnos, de producir y recrear cultura, de acceder y generar información, una “otra” manera de comunicarnos y de gestionar medios de comunicación, otros modos de construir vínculos amorosos, otras maneras de criar a nuestros hijos e hijas, etc. Y esto lo podemos hacer porque ya existen en América Latina movimientos y organizaciones que llevan adelante procesos de economía popular y solidaria, de comunicación comunitaria, de desarrollo de la cultura popular, de la música, el teatro, la plástica, la danza, el cine, la artesanía, el juego, todo esto en el marco de la lucha por una sociedad más humana. Movimientos campesinos y urbanos, fábricas recuperadas, cooperativas autogestivas, redes de comercio justo, radios comunitarias, medios gráficos, productoras audiovisuales, centros culturales, teatros y circos populares, encuentros como el ENTAPI, el Cabildo de Juegos, el Campamento Latinoamericano de Jóvenes, la Escuela de la Memoria Histórica, el Encuentro Nacional de Educación para el Cambio Social, el Seminario Internacional Paulo Freire, así como otros tantos espacios promovidos constantemente por estas organizaciones para la formación y el intercambio de experiencias, nos abren a una multiplicidad de “frentes” que se constituyen en retos para desarmar la subjetividad capitalista, patriarcal y colonizada que nos ha venido forjando y construir -en el medio de las contradicciones que esto genera- las alternativas que soñamos.
Así, como educadores y educadoras populares, no sólo denunciamos el mundo injusto en el que vivimos, no sólo anunciamos un mundo más humano en el que podríamos vivir, sino que nos atrevemos a poner en práctica aquello que soñamos en cada una de las dimensiones de nuestra humanidad, asumiendo las tensiones que produce intentar modos de vivir contrahegemónicos.
Esto nos permite colocarnos ante nosotros mismos, los otros, y el mundo desde una otra perspectiva, fundando así un otro mundo de vida, una nueva episteme, una nueva manera de conocer y, por lo tanto, una nueva política, una nueva ética, una nueva estética.
Para terminar me gustaría compartir las palabras del educador popular argentino “Tato” Iglesias:

“Es necesario volver a retomar sin miedos ni prejuicios el tema de la revolución.
Una revolución que necesariamente tiene que partir de esta realidad. Aceptando que vivimos en el sistema capitalista, debemos pensar, actuar y animarnos a vivir desde otros paradigmas.
No sólo diciendo sino haciendo, buscando coherencia entre la palabra y el gesto. Poniendo la paciencia impaciente en esta construcción.
Y tenemos que ir todos sin discriminaciones, los intelectuales y los artistas, los cojos, los mudos y los ciegos, los que pueden y los que no pueden.
Es darnos ánimo, encendernos los fueguitos, recuperar los ideales, tener siempre encendidas las luces del circo de la vida.
Aunque los payasos estén tristes, la soga de los trapecistas derruidas y la carpa remendada, el circo de una nueva vida debe continuar.
Está en nosotros…”
[1] Nos referimos a aquellas escuelas que conciben lo pedagógico en tanto “pedagógico-cultural”, como propone Carla Wainsztok: “en nuestro país ‘la pedagogía hegemónica’ dejó en la puerta de la escuela, los saberes populares, las prácticas y las experiencias populares, por lo tanto la pedagogía fue definida como sinónimo de lo escolar. Lo pedagógico-cultural incluye a las pedagogías pero lo trasciende. Nuestras pedagogías vienen a intentar reunir el cuerpo con la razón, el pensar y el sentir. Lo que había quedado y aún queda por fuera de las escuelas: las prácticas, las experiencias y los saberes de las clases populares.” EN Wainsztok, C. “De nombres y pedagogías”, disponible en: http://congresoute2014.blogspot.com.ar/2014/09/denombres-y-pedagogias-por-carla.html
[2] Braslavsky, C
[3] Elizalde, R., Ampudia, M. (comps.), Movimientos sociales y educación. Ed. Buenos Libros, Buenos Aires, 2008.
[4] FREIRE, Educación en la Ciudad.
[5] Quintar, E. Didáctica no parametral: sendero hacia la descolonización. IPECAL-Universidad de Manizales. México, 2008. Pág. 22.
[6] Quintar, E. Ibidem. 2008. Pág. 9.
[7 ] OTÁLVARO RAMÍREZ, D. MUÑOZ GAVIRIA, D. (2013) “Reflexiones en torno a la didáctica latinoamericana: aportes pedagógicos críticos de Paulo Freire y Estela Quintar”. Medellín, Revista Itinerario Educativo N| 62. ISSN 0121-2753. Pág. 47.
[8] OTÁLVARO RAMÍREZ, D. MUÑOZ GAVIRIA, D. (2013) Ibidem. Pág. 48.
[9] “Para Gramsci, desde sus primeros años de incursión en la militancia socialista y la labor periodística, la pedagogía siempre debía entenderse desde una óptica política, y a la inversa, toda práctica política que pretendiese aspirar a transformar la realidad de raíz ameritaba ser concebida sí o sí en términos pedagógicos, vale decir, profundamente educativo.
”Solo así cabía pensar en una verdadera liberación integral del género humano. Pero a diferencia de las tradiciones más ortodoxas del marxismo, esta praxis emancipatoria no debía ser realizada a posteriori de la toma del poder, sino que comenzaba a ser ensayada en diversos espacios de autoeducación proletaria y popular gestados por las propias masas durante su lucha. A esta propuesta innovadora que conjuga medios y fines la llamaremos pedagogía prefigurativa.” EN: http://www.gramscimania.info.ve/2014/06/la-pedagogia-prefigurativa-en-el-joven.html
Fuente del articulo: http://descolonizarlapedagogia.blogspot.com/2016/01/notas-sobre-educacion-popular.html
Fuente de la imagen: http://2.bp.blogspot.com/-48bzsL6-AtM/VpWeBLw8diI/AAAAAAAAIfw/GuX9SAFGnIc/s1600/mst.jpg
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