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El ritual escolar: Mitología

Por:

La pandemia de COVID-19 ha evidenciado que la escuela es, antes que un lugar de aprendizaje, una comunidad que por el hecho mismo de existir brinda contención y da peso y sentido a la vida, más aún en condiciones de catástrofe.

Ludwig Wittgenstein, considerado por muchos como el filósofo más importante del siglo XX, escribió: “Toda una mitología está contenida en nuestro lenguaje”. Según él, junto con el idioma materno recibimos de formas insospechadas una cultura entera.  Así como los genes nos heredan su carga biológica, el lenguaje (cuya estructura es quizás más compleja que la de aquellos) nos transmite toda una forma de ver el mundo.

En este mismo espacio he hablado antes de ciertas características de la comunidad escolar que se expanden entre todos sus miembros de esa manera insospechada, inconsciente, en que lo hace el lenguaje, creando lo que el filósofo surcoreando Byung-Chul Han llama “una comunidad sin comunicación”, es decir, un grupo humano unido sin necesidad de que entre sus miembros se transmita mensaje alguno (el concepto es raro, pero Han lo menciona para contrastarlo con la sociedad actual, que a través de las redes sociales entabla lo que él describe como “una comunicación sin comunidad”).

La pandemia de COVID-19 ha evidenciado que la escuela es, antes que un lugar de aprendizaje, una comunidad que por el hecho mismo de existir brinda contención y da peso y sentido a la vida, más aún en condiciones de catástrofe. Es por eso que he llamado ritual educativo a algo que desde tiempos inmemoriales caracteriza a la escuela, ritual que hoy se lleva a cabo fuera del colegio, es decir, en aulas a distancia, disgregadas o virtuales (véase El ritual educativo en tiempos de pandemia).

Son varios los componentes de ese ritual ancestral; uno es la comprensión de que todo aprendizaje contiene algo de descanso y diversión (la palabra escuela proviene del griego schola, que significa ocio: véase El ritual escolar: el aprendizaje como juego). Otro es la aceptación inmediata de que la escuela no es un juego solitario, de que en él participan muchas otras personas además de mí. Al imaginar a un alumno en un primer día de escuela a muchos nos da por pensar en alguien intimidado que no sabe si podrá adaptarse al medio: una niña o niño retraído que ha abandonado los brazos de su madre y que tiene ganas de volver ahí. En medio de la multitud, quisiera que todo esto fuera un mal sueño.

De alguna manera también sabe que pertenece a este nuevo mundo. Una vez más el origen de las palabras puede ayudarnos a comprender lo que le pasa al pequeño. Pertenecer (del latín pertinere, que significa “ser de algo o alguien”) tiene connotaciones de propiedad, y en efecto, una de las cosas que a casi todos nos atemorizan de manera irracional en el primer día de escuela (haga memoria, si no, el lector) es que esa nueva comunidad tan atractiva como amenazante se apropie de nosotros, nos absorba.

Nos devore. De inmediato me viene a la cabeza el mito del Laberinto de Creta y el grupo de jóvenes que cada determinado tiempo debía ir ahí para servir de alimento al Minotauro, ser con cuerpo humano y cabeza de bestia. ¿No se parece eso mucho a la escuela, no nos sentimos en ella de pronto como si nuestros padres nos hubieran abandonado ahí, como ofrenda para la sociedad inhumana, o mejor dicho, semihumana?

La sociedad es una devoradora de niños (los pasillos de aquel Laberinto de Creta seguro estaban llenos de los huesos de los pobres chavos sacrificados). Nuestro pequeño, que ocupaba un lugar protegido en su hogar, es ahora sometido a este entorno que amenaza con comérselo. Es entonces que una maestra se le acerca para consolarlo, hacerle una pregunta o llevarlo de la mano hasta su grupo, y poco a poco, desde el fondo de sí, surge el gran héroe que derrotó al Minotauro: Teseo.

Teseo era hijo de un rey, y con su valentía y fuerza pudo degollar al monstruo y volver a casa. Lo ayudaron el ingenio de Dédalo (inventor al que se le ocurrió amarrar un cordel a la entrada del laberinto), y sobre todo el amor de Ariadna, preocupada por su vida.

A final de cuentas, la comunidad escolar no nos devora. Por el contrario, con aquel mismo espíritu de pertenencia (o de impertinente pertenencia), se encarga de imponer sobre el niño la mitología apropiada para que subsista. Muchas víctimas y victimarios, heroínas y héroes, se reunirán desde ese primer día de clases enfrentándose entre sí, rindiéndose de amor ante algunos, entablando amistad con otros, convirtiéndose en líderes o seguidores, y recorriendo el laberinto para matar al monstruo. Los caminos son muchos: fuerza, ingenio, seducción… seducción mediante la belleza pero también mediante el poder, el dinero, la inteligencia, el humor, la sumisión, la complicidad, la palabra… Ataque y defensa mediante la subversión, la temeridad, el cinismo, el robo, el comercio, la poesía.

¿Supremacía del más fuerte? No sólo eso. También cooperación, o más bien, casi siempre esa combinación de supremacía y cooperación a la que llega a darse el nombre de…

(Antes de decir el nombre, quiero abrir un paréntesis y explicar que concluiré este artículo particularizando en una de las muchas formas de interacción que se dan en la escuela, una que ha adquirido gran relevancia y que considero debe tratarse con cuidado)

… el nombre de bullying.

Sobre la imagen del bully (que en inglés significa, entre otras cosas, matón o peleonero) hemos dejado caer toda nuestra rabia. Y en buena medida estamos en lo correcto. Algunos glosarios definen al bullying como una conducta que quiere dañar al otro. Y sin embargo (y esto es lo delicado del asunto) creo que estamos obligados a marcar una línea divisoria entre un ritual destructor extraescolar, en el que una persona daña irreversiblemente a otra o parte de otra, y el ritual escolar, que opera movilizando las habilidades de los miembros, incluyendo por supuesto la agresión, la defensa, el ingenio y la autoestima (bully también significa espadachín).

El trabajo educativo sobre este segundo tipo de bullying no está en la igualación de las capacidades de los niños ni en el emparejamiento de sus recursos, sino en permitir que los contrincantes (ambos vulnerables de diferentes formas) se enfrenten y confronten sus diferencias, mientras los maestros permanecen alerta para confirmar que las habilidades sociales de los dos se estén poniendo realmente en juego. Habrá quizás un momento en que deban intervenir para poner a ambos a salvo de un mal manejo de sus recursos, pero también deberán permitir que después vuelvan a reunirse (esto último dentro de ciertos límites, para evitar que ocurra el menor daño irreversible, tanto mental como psicológico).

La escuela es el segundo hogar y la primera sociedad. En la escuela uno aprende a conquistar un terreno propio gracias a innumerables recursos que van desde la imposición de la propia presencia hasta la invisibilidad conseguida, como en los cuentos, por un extraño manto. Si desafortunadamente esa conquista no ocurre (porque el medio se excede o porque nuestras herramientas no son suficientes), nos costará mucho más trabajo participar en los rituales de la segunda sociedad que nos espera afuera. De ahí la vital trascendencia de ese laberinto de ensayo, preparatorio y más o menos teatral, llamado escuela.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-mitologia-parte3

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Educación para abrir oportunidades

Por: Roberto Patiño

Hace más de tres años, Alimenta la Solidaridad amplió su horizonte de trabajo en las comunidades donde hacen vida sus comedores y emprendimos un esfuerzo para apoyar el proceso educativo formal de los niños que a ellos asisten.

Lo que comenzó siendo un programa de apoyo educativo, desde experiencias lúdicas de aprendizaje, tuvo que evolucionar –dadas las deficiencias educativas que percibimos en los niños y jóvenes– hacia un proyecto de formación más amplio, dirigido a los padres, con el fin de apuntalar y llenar los vacíos pedagógicos que dejaban, como una estela de inequidades, las ruinas de la educación formal en nuestro país.

En Venezuela, mucho antes de la pandemia, estábamos frente a los restos de un sistema educativo caracterizado por el abandono de las instalaciones educativas, la falta de profesionales capacitados (quienes cambiaron de oficio o huyeron a otras geografías de mayor esperanza) y la persistencia de contenidos desactualizados y estrategias pedagógicas con escasa incidencia sobre los niños y jóvenes.

En la actualidad bajo los rigores de la pandemia, el colapso de los servicios públicos y de la crisis económica, la situación es mucho más compleja, lo que nos convoca a sumarnos en el esfuerzo de pensar y actuar desde estrategias educativas que eviten que las nuevas generaciones de venezolanos pierdan el camino de oportunidades que ofrece la educación.

En Alimenta la Solidaridad seguimos apoyando el trabajo que llevan adelante las llamadas “madres educadoras”, un grupo de más de 105  líderes comunitarias, formadas con herramientas pedagógicas y contenidos educativos que hacen un esfuerzo por garantizar un espacio seguro de aprendizaje para educar con amor, alegría y lograr una Venezuela solidaria, productiva y democrática. Es un aporte real, en medio de la crisis, que aspira reconstruir los hilos de una sociedad educadora que brinde oportunidades para todos.

El esfuerzo de estos padres no puede sustituir la responsabilidad que tiene el Estado sobre la situación educativa en el país, ningún programa, ningún esfuerzo organizativo de base, por más democrático e inclusivo que sea, puede ocupar el lugar de la educación formal en Venezuela.

Es el momento en el cual el régimen debe asumir los fracasos en la gestión educativa, tiene que divulgar los verdaderos datos de cobertura y calidad en la enseñanza, debe reconocer el fracaso de la educación a distancia que intentaron hacer durante la pandemia, tiene que corregir el error que representa el haber acabado con el sistema de méritos académicos para aprobar cada curso. En definitiva, le corresponde hacer un franco reconocimiento de la crisis en este sector y tender puentes con todos los sectores que puedan prestar apoyo ante la emergencia educativa que vive Venezuela.

La educación, insistimos, es el único camino de oportunidades para los venezolanos y, desde estas líneas queremos agradecer a todos quienes persisten en este esfuerzo.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/educacion-para-abrir-oportunidades/

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Uruguay único país de América en vacunar en primera fase a los docentes

América del Sur/Uruguay/02-04-2021/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy

Uruguay se encuentra dentro del reducido grupo de 17 países que priorizó a los docentes en su campaña de vacunación.

En el marco de una cumbre mundial de la UNESCO se dio a conocer un estudio sobre la vacunación en el ámbito de la educación. En dicho estudio Uruguay queda posicionado como uno de los pocos que puso a los docentes entre los primeros grupos de personas que debían vacunarse.

El estudio realizado por la Unesco y el Grupo Internacional de Trabajo sobre Docentes para la Educación 2030, muestra que solo 17 países, de 149 que integran el organismo, dieron prioridad a los docentes en la primera fase de vacunación. Unos 20 países incluyen a los docentes como grupo prioritario para la segunda fase de vacunación. Por otro lado, 56 países no dan prioridad a los docentes en los planes nacionales de vacunación.

Uruguay es el único país de toda América en vacunar a los docentes en la primera fase de la campaña. En un mapa podemos ver cómo en América Latina siguen a Uruguay en nivel de prioridad Argentina, Chile, Brasil, Venezuela, Ecuador y Colombia. Estos inmunizaron a los docentes en la fase tres de su campaña de vacunación.

“Cerca de la mitad de los estudiantes del mundo siguen afectados por el cierre parcial o total de las escuelas. Más de 100 millones de niños adicionales quedarán por debajo del nivel mínimo de dominio de la lectura como consecuencia de la pandemia”, expresó la UNESCO en un comunicado.

En este sentido, desde el organismo entienden que la protección de los docentes “es esencial” para que “las escuelas vuelvan a abrir sus puertas en condiciones de seguridad”.

Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, según recoge el comunicado, explica que: “El primero de nuestros principios es que la escuela es insustituible, como ha demostrado la pandemia. El segundo es que, más que nunca, necesitamos sistemas escolares resistentes e innovadores para hacer frente a las crisis presentes y futuras. El tercero es que ninguna pantalla puede sustituir a un profesor”.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/uruguay-unico-pais-de-america-en-vacunar-en-primera-fase-a-los-docentes-id820411/

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Brasil: Conduta antissindical e risco à vida de trabalhadores: SINASEFE repudia ações da reitoria do CPII

América do Sul/Brasil/02-04-2021/Autor e Fonte: sinasefe.org.br

Diante do avanço da pandemia de COVID-19, os servidores do Colégio Pedro II (CPII) em assembleia, no dia 23/02/2021, decidiram orientar os servidores a não participarem presencialmente na entrega  dos livros didáticos nos campi – determinada pela reitoria. Além de colocar em risco os servidores, o deslocamento de estudantes e seu agrupamento no espaço da escola, com alta possibilidade de aglomeração, poderia trazer perigo para os próprios estudantes e para suas famílias, no retorno às suas residências.

Em resposta a decisão dos servidores, a reitoria do CPII expediu o Ofício 032/21 responsabilizando o Sindicato dos Servidores do CPII (Sindscope) por “tentativa de boicote e prejuízos insanáveis ao processo de ensino” e encaminhando a decisão da assembleia dos servidores à Advocacia Geral da União (AGU) para proceder a judicialização das responsabilidades.

Diante disso, a Direção Nacional do SINASEFE se solidariza com os servidores do Colégio Pedro II e sua entidade sindical, Sindscope, repudiando a ação intimidatória da Reitoria que ataca a autonomia sindical e o direito dos servidores de divergir de uma decisão que coloca em risco a vida de servidores, estudantes e suas famílias.

Direção Nacional do SINASEFE

Baixe a moção acima (formato PDF, 1 página)

Fonte e Imagem: https://sinasefe.org.br/site/conduta-antissindical-e-risco-a-vida-de-trabalhadores-sinasefe-repudia-acoes-da-reitoria-do-cpii/

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La nueva Crisis Educativa en México

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

México en una nueva “crisis educativa”

La declaratoria, tácita, de que hoy México se encuentra empantanado en una nueva “crisis educativa”, junto con las crisis sanitaria y económica, tiene su primera referencia oficial en la encuesta recientemente publicada por el INEGI (2021), sobre los efectos o el impacto de la pandemia en la educación (1).

Llama la atención que esta declaratoria no provenga, lamentablemente, de las instituciones nacionales responsables de la conducción de las políticas nacionales en la materia: la SEP y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), esta última creada en el marco de la reforma constitucional de 2019. Todo lo contrario, pues la SEP de Esteban Moctezuma se condujo siempre con cuentas alegres.

Aunque ya había advertido en algunos de mis textos, a finales de 2020 y durante lo que va de 2021, sobre la configuración de una crisis educativa en nuestro país, considero oportuno entrar a la caracterización de esa “crisis educativa” ¿Cómo surge? ¿Quiénes son responsables de su estallamiento? ¿Cuánto durará? ¿Cómo se podrían evaluar sus etapas de inicio, desarrollo o auge y decadencia? ¿De qué manera superarla?

Ciertamente, en toda crisis hay contradicciones, situaciones de emergencia, cambios radicales en contra, confrontaciones de ideas, ambigüedad y carencias de diferentes calibres, trátese del ámbito de la salud, de la política, la economía o la educación, entre otros sectores claves de la vida pública y social de una nación.

Pero cuando hablamos o nos referimos a una crisis, preferentemente nos encontramos ante el umbral de un proceso de agotamiento de un modelo, un paradigma o un núcleo discursivo para generar alternativas o nuevos derroteros.

Como dirían los clásicos (Bertolt Brecht entre ellos) una crisis es como una transición entre lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer.

Según los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto Covid 19 en la Educación, (Ecovid-Ed 2020), de la población y porcentaje de población de 3 a 29 años de edad inscrita en el ciclo escolar 2019–2020 (antes de la pandemia), para grupos de edad, destaca el 3.6 por ciento que representan las y los estudiantes de 3 años de edad matriculados en el sistema educativo mexicano. Ese porcentaje se registra sobre el total de estudiantes inscritos durante el ciclo 2019-2020, de 3 a 29 años de edad, es decir, de 33.6 millones de personas inscritas.

Sobre ese mismo universo, el bloque de estudiantes entre los 4 y los 5 años de edad, representa el 64.4%, que se encontraban inscritos en el sistema. En pocas palabras, estos datos revelan el incumplimiento, establecido en la ley, de la universalidad de la educación preescolar en México.

Situación similar, de incumplimiento, se registra en la población de estudiantes inscritos, antes de la pandemia, entre los 16 a 18 años (75.5% matriculados o afiliados en educación media superior) y en el grupo de edad de 19 a 24 años (38.4% matriculados en educación superior, aunque ésta no es obligatoria), del universo de estudiantes entre los 3 a los 29 años de edad. En estos grupos, sin embargo, hay un ligero avance en cobertura, si lo comparamos con los datos registrados durante el ciclo escolar 2009-2010.

Estadísticas de estudiantes que tienen dispositivos electrónicos

Acerca del porcentaje de la población de 3 a 29 años inscritos en el ciclo escolar 2019–2020, según los principales aparatos o dispositivos electrónicos usados para sus actividades escolares o clases a distancia, INEGI encontró que 67.5% de los estudiantes usa teléfono inteligente; 18.2% computadora portátil (laptop); 7.2% computadora de escritorio o PC; 5.3% TV digital y 3.6% tablet. Datos que, en gran medida, dan cuenta de la inequidad y la precariedad en el acceso al equipamiento y la conectividad utilizados cotidianamente por la población estudiantil en México.

Con respecto al uso de dichos equipos por nivel de escolaridad, cabe destacar que el 72% de estudiantes de Primaria y el 71% de estudiantes de Secundaria, utilizan el teléfono inteligente para conectarse a clases o a asesorías mediadas por las nuevas tecnologías.

Del total de los 2.3 millones de no inscritos por COVID-19 en el actual ciclo escolar 2020-2021: 615 mil personas mencionaron que eso se debió porque las clases son poco funcionales; 584 mil porque alguno de los padres se quedaron sin empleo, y 581 mil por carecer de computadora u otros dispositivos.

Tanto en los análisis cualitativos como cuantitativos, una cosa son los datos y otra, diferente, es la interpretación que se hace de los mismos. De hecho, y no es cosa menor, en el reporte de los resultados de la encuesta, el INEGI no menciona la palabra “crisis”.

Al respecto, tiene razón Pedro Flores Crespo cuando afirma que la crisis educativa tiene rasgos específicos y se torna en un reto social: “…más allá del número o de las proporciones está el razonamiento humano… Si ya había evidencia —gracias a la investigación educativa— de que la vida escolar podía aburrir por ser poco pertinente para los sujetos, imagínense estar todo el tiempo en casa y sentados frente a una pantalla. La mala pedagogía también genera exclusión y para esto no sirve ni el dinero repartido en becas ni el otorgado a las empresas de medios.” (2)

738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado

“Tristemente, un poco más de 738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado y de éstos, 435 mil (59%) declararon un motivo relacionado con Covid. Según INEGI, 29 por ciento de éstos perdió contacto con sus maestros o no pudo hacer las tareas. ¿Quién asumirá la responsabilidad de esto? ¿Debe el Estado asumir la acreditación de todos los excluidos del Sistema Educativo Nacional?”, señaló Flores Crespo en una columna publicada esta semana.

Acerca de lo anterior, INEGI reportó que: “Adicional a los 435 mil alumnas y alumnos que no concluyeron el ciclo escolar pasado por COVID-19: 66 mil no concluyó por falta de recursos y 49 mil no concluyó porque tenía que trabajar.”

Esos datos, proporcionados por un organismo público, autónomo, (el INEGI), ofrecen un panorama general sobre las dificultades que ha enfrentado el sistema educativo mexicano ante la crisis de salubridad (generada por la pandemia de la Covid durante el año 2020-2021), misma que se relaciona, a su vez, con las dificultades económicas (sobre todo la pérdida de empleos y el cierre de miles de negocios medianos y pequeños).

Es necesario señalar, así mismo, que el sistema educativo no es un concepto abstracto, sino que está compuesto de personas que se organizan en instituciones, en las cuales y sobre las cuales se construyen y establecen marcos legislativos, reglas, procedimientos, infraestructuras, financiamientos y programas, etc. En ese contexto, las autoridades federales y estatales (Poderes Ejecutivos) son las responsables de la adecuada conducción del sistema educativo del país.

Por ello, la crisis educativa que vivimos en este 2021 y años próximos, al analizar sus causas y efectos, tiene que ver, con las decisiones que toman las y los funcionarios públicos del más alto nivel de este sector.

Y aunque es de tal modo complejo el “sistema” educativo (como lo son otros sectores de la vida pública nacional), los gobernantes habrán de trabajar para producir los equilibrios, las concertaciones y los consensos necesarios o suficientes con los diferentes actores involucrados, esto con el propósito de cumplir con lo establecido en el programa rector nacional (en este caso, el Programa Sectorial de Educación 2018-2024).

Como se puede observar, tales equilibrios, concertaciones y consensos, en la práctica y en la marcha adecuada de las instituciones educativas en México, cuelga de un alfiler. Por el momento, los datos oficiales así lo demuestran. La crisis educativa en México es un hecho, no un pronóstico.

Las preguntas están sobre la mesa: ¿Cuánto durará esta nueva crisis? ¿Cómo y quién evaluará sus etapas de inicio, auge y decadencia? ¿Cuáles serán sus efectos a mediano y largo plazos en las nuevas generaciones de niñas, niños, jóvenes y adultos? ¿De qué manera, como nación, podremos confrontarla? ¿Con qué capacidades humanas, técnicas y financieras contamos para contrarrestarla? ¿Hay voluntad política para hacerle frente o, una vez más, se transitará por el camino de la simulación?

Fuentes consultadas:

(1) https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_presentacion_resultados.pdf

(2) Pedro Flores Crespo. Crisis educativa: Un reto social. El Universal Querétaro, 29 de marzo, 2021.


Publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/la-nueva-crisis-educativa-en-mexico/

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Chile: «Es francamente insólita la desconexión del ministro de educación con la realidad»

América del Sur/Chile/02-04-2021/Autor(a) y Fuente: www.colegiodeprofesores.cl

Ante el anuncio, por Twitter, de Raúl Figueroa de que en la página web del MINEDUC se podrán encontrar elementos para estudiar de mejor forma durante la pandemia, Carlos Díaz Marchant responde fuerte y claro: «Ministro, lo que usted no ha entendido es que se necesita que el Ministerio entregue los recursos para que los estudiantes tengan conectividad, para que los estudiantes puedan efectivamente desarrollar las clases telemáticas como corresponde; usted ha estado más enfocado en implementar la fracasada estrategia de las clases presenciales y no de dotar a niñas, niños y adolescentes de los implementos para las clases telemáticas.»

Fuente e Imagen: https://www.colegiodeprofesores.cl/2021/03/28/es-francamente-insolita-la-desconexion-del-ministro-de-educacion-con-la-realidad/

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El 63% de alumnos no cree que la educación online durante el encierro fuera negativa, frente al 46% de padres

Por: ABC

La mayoría de padres (78%) y estudiantes (88%) coinciden en la necesidad de que los centros incorporen actividades online de manera creciente.

La mayoría de los estudiantes (63%) con conexión a Internet no considera que la experiencia de la educación online durante el confinamiento haya sido muy negativa. De hecho, solo 3 de cada diez estudiantes cree, tras la experiencia, que la única fórmula válida es la educación presencial.

Esta percepción no es compartida por los padres, y mientras el 47,3 por ciento considera que la presencial es la única fórmula posible, el 46 por ciento cree que la experiencia no fue muy negativa, según los resultados de la encuesta ‘Tendencias en la sociedad digital durante la pandemia de la COVID-19’, publicada este viernes por el CIS.

En lo que sí coinciden la mayoría de padres (78%) y estudiantes (88%) es en la necesidad de que los centros incorporen actividades online de manera creciente de acuerdo con la edad de los alumnos, aunque casi el 90% de padres y alumnos no comparte que en los cursos de Secundaria la formación debería ser mayoritariamente online. En el caso de educación superior, también la mayoría de alumnos (69%) por ciento están en desacuerdo en primar la educación online sobre la presencial, porcentaje que se eleva en diez puntos en el caso de los padres.

Otro punto en el que coinciden progenitores (92%) y estudiantes (94%) es en la necesidad de que los profesores reciban una formación específica y profunda sobre la técnicas pedagógicas de la educación digital.

En cuanto al estableciminetos de protocolos de educación a distancia por parte de los centros, la encuesta del CIS revela que el el 90% establecieron algún procedimiento online durante el confinamiento y de estos el 86,2% envió materiales de estudio por correo electrónico con las tareas e instrucciones de apoyo y el 95% mantuvieron videocomunicaciones directas con profesores por ordenador o móvil. Asimismo, el 81,6 usó vídeos o audios grabados por docentes con el contenido de las clases suspendidas. Sin embargo, solo el 4 por ciento dice haber realizado exámenes online.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-63-por-ciento-alumnos-no-cree-educacion-online-durante-encierro-fuera-negativa-frente-46-por-ciento-padres-202103280111_noticia.html

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