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Kenya: Alarm as 4000 school girls get pregnant in Machakos since March

Africa/Kenya/21-06-2020/Author and Source: www.kbc.co.ke

Over 4000 school girls in Machakos County have been impregnated in last three months. Among these, 200 are under 14 years of age.

This is according to the County Children’s Officer Salome Muthama speaking on Tuesday during the celebrations to mark the Day of the African Child at Machakos Rescue Center in Katoloni, Machakos town.

Ms Muthama described the situation as worrying. She assured that legal action would be taken against those responsible for the beastly action. The Children’s officer blamed the long school holiday occasioned by the Coronavirus pandemic for the upsurge and implored parents to take more responsibility over their children.

“As we celebrate this day here today, just within this Covid-19 period alone, some 4000 girls have been impregnated in our county!” Ms Muthama declared as she blamed parents for not taking keen interest in bringing up their children thus exposing them to the trickeries of wayward adults and bad peer influence.

“This is a very big number and I am calling upon parents to involve themselves fully in taking care of their children especially the girl child,” the officer added.

She noted that following the partial lockdown of major towns like Nairobi and Mombasa due to Covid-19 pandemic, most parents had sent their children to the rural areas where they are being taken care of by aged grandparents who are unable to take keen care of the youths.

“These helpless grandmothers are not able to closely watch over the youths, and as a result the young ones are introduced to bad habits or even molested by peers and other unscrupulous people thus leading to such calamities such as these pregnancies,” she observed.

She said it was not enough for the parents to send food and money from the towns for the children they had dumped at their own grandparents’ homes noting that it behooves them to stay with their children and mentor them.

“Parents should stay with their children so that they watch over them closely and provide appropriate guidance instead of dumping them at their grandparents’ homes claiming that they are protecting them from the Corona pandemic,” she noted.

At the same time Muthama urged those charged with the dispensation of justice to children to make deliberate efforts to eradicate delays in the process. She particularly called on the police to fast track cases involving children so that justice is dispensed with promptly and the children allowed to go on with building their lives.

She told those attending the celebrations whose theme was “Access to a child-friendly justice system in Africa” that delays in dispensation of justice to children amounted to denial of their rights.

“Cases involving children should take at most six months to resolve but here in Machakos some take up to two years or more,” she lamented.

Noting that delay of children’s cases amounted to a denial of their rights, she added, “Children attend court either as offenders, victims or witnesses, and every time a case drags, the children are being denied opportunity to either attend school or other matters that affect their future lives,” she noted.

The children’s officer similarly appealed to members of the society who are witnesses in cases involving children not to shy away from attending court, but come out and participate fully so that the cases are solved promptly.

And reacting to the shocking news, Machakos Women Representative Joyce Kasimbi condemned the wave of pregnancy among children and said local grassroots leaders should explain how it happened.

She said parliament would pass a law that will ensure that anybody who impregnates a child will be held responsible.

Similar sentiments were expressed by two DCI officers who warned of dire consequences.

Speaking when they joined children of at  Mwisoo Children’s home in Kyawango, Maau-eli in Mwala, to celebrate the Day, Machakos Sub County DCI boss Rhoda Kanyi and her Mwala counterpart Catherine Kinoti said the law will be brought to bear on those found molesting minors.

“Men who sleep with minors must be warned that the law will definitely catch up with you,” they warned.

Source and Image: https://www.kbc.co.ke/alarm-as-4000-school-girls-get-pregnant-in-machakos-since-march/

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Mundo: El hambre, la otra amenaza para América Latina

Mundo/América Latina y el Caribe/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Con la pandemia, 83,4 millones de de latinoamericanos terminarían este año con inseguridad alimentaria.

Redacción SANTIAGO DE CHILE

EFE

La población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020, producto de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre, advirtieron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por el aumento del desempleo y la caída en los ingresos, millones de personas no pueden adquirir suficientes alimentos, y muchas otras están teniendo que optar por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional.

Tras siete años de lento crecimiento, América Latina y el Caribe podrían ver la mayor caída del PIB regional en un siglo (-5,3 %), lo que traerá en 2020 un aumento de la pobreza extrema de 16 millones de personas con respecto al año anterior, alcanzado los 83,4 millones en total antes mencionados.

El impacto sobre el hambre sería muy significativo, tomando en cuenta que en 2016-2018 ya había 53,7 millones de personas en inseguridad alimentaria severa en América Latina.

Opciones para mejorar

Para combatir este problema, las entidades proponen  un bono contra el hambre a toda la población en situación de pobreza extrema, una opción tiene un costo estimado de 23.500 millones de dólares, equivalentes al 0,45 % del PIB regional.

«La gran tarea que tenemos por delante es impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria. Para ello proponemos complementar el Ingreso Básico de Emergencia (IBE) -sugerido en mayo- con la entrega de un Bono Contra el Hambre (BCH)», indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación del informe ‘Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria: Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe’.

14 millones de personas sufren de hambre en América Latina y el Caribe.Por su parte, el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, señaló en el mismo evento, que tuvo lugar desde Santiago de Chile de manera telemática, que América Latina corre el riesgo de «tener un retroceso histórico en la lucha contra el hambre».

Por otro lado, para los productores del sistema alimentario, ambos organismos plantean un incremento de al menos un 20% de la cartera promedio de créditos de los últimos tres años, que sumaría alrededor de $5.500 millones, para créditos en condiciones favorables que sean financiados por una línea especial de la banca multilateral y de las bancas de desarrollo.

El decálogo de medidas también incluye una propuesta para fortalecer los programas de alimentación escolar para garantizar el alimento de los niños y adolescentes, programas que para muchos menores son su sustento básico y que antes de la pandemia llegaban más de 80 millones de escolares.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102320724/el-hambre-la-otra-amenza-para-america-latina

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China: Universidades china y rusa celebran foro en video sobre COVID-19

Asia/China/21-06-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Estudiantes universitarios chinos y rusos participaron en una discusión en grupo en el marco de un foro celebrado el martes a través de video en Hefei, capital de la provincia oriental china de Anhui.

Más de 40 profesores y estudiantes de la Universidad de Medicina de Anhui (AMU, siglas en inglés) y la Universidad Federal Báltica Immanuel Kant (IKBFU) intercambiaron puntos de vista durante más de dos horas sobre una amplia gama de temas, entre ellos, la propagación, la prevención y el tratamiento de la neumonía causada por el nuevo coronavirus, así como las actividades voluntarias de estudiantes durante la pandemia.

China tiene una rica experiencia en el tratamiento, prevención y control de la COVID-19, la cual es de gran utilidad para Rusia, dijo Evgeniy Lyubiviy, profesor de la IKBFU.

«El foro en línea nos ha acercado y construyó una nueva plataforma para la comunicación entre ambas universidades», señaló a su vez la rectora de la AMU, Cao Yunxia.

En diciembre del año pasado, Alexander Fedorov, rector de la IKBFU, encabezó una delegación para visitar la AMU, y firmó un acuerdo de cooperación con ese centro de educación superior.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-06/17/c_139145975.htm

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Teletrabajo, ¿otra puerta al trabajo precario?

 

Por: Jesús A. Rondón

En estos tiempos de pandemia del Covid-19 se ha promocionado hasta la saciedad, lo que se denomina el “teletrabajo”, como una opción que permite seguir aportando a la comprometida productividad de la empresas (no lo digo yo, tomo las palabras de los gremios empresariales y de voceros de gobierno, muy sensible a esta realidad). Ahora mismo, existen pocos datos disponibles que permitan compartir un análisis de los sectores donde se está implementando o la cantidad de personas que lo están realizando, pero sí creo oportuno proponer una problematización de este asunto, con el objeto de contribuir a debate necesario que debemos dar los trabajadores y las trabajadoras ante esta “nueva realidad”, desde nuestros intereses de clase.  De esta manera se aportan a la discusión de cinco elementos / problemas, a saber: “Teletrabajo” como destino manifiesto y símbolo de prestigio, la externalización de costos, la organización del trabajo, en relación al tiempo de descanso, las condiciones seguras y saludables, finalizando con las organizaciones laborales, negociaciones colectivas y legislaciones sobre la modalidad. Lo hago con el ánimo de aportar a la discusión, que recién se enciende.

Una pequeña historia para comenzar.

Dicen que hay hogares en los cuales se trabaja desde hace mucho tiempo.

Me cuentan que en los cerros de Caracas, hay familias que van una vez a la semana a las fábricas textiles ubicadas al sur de la ciudad y buscan “los cortes”, que luego llevan a sus casas y cosen, en sus máquinas instaladas en la sala, en la habitación o en la terraza. Dicen que la madre, el padre, el hijo, la hija y hasta la abuela trabajan, por el miserable salario de uno (me viene a la mente, uno de esos que le diría a este hecho: “trabajo colaborativo”). Me cuentan más. Me cuentan que no hay horario, lo que existen son metas y estas dependen de tu voluntad, es decir de tus ganas de “prosperar” (ahora digo yo, de tus ganas de comer en la semana). Siguen contando, que luego regresan a las factorías con las prendas listas para exhibir en las vitrinas de los centros comerciales de moda, a un precio que quien las confecciona jamás podrá pagar. Me dicen que esto no solo ocurre aquí, que también ocurre en Centroamérica, en Asia.

Agregan al cuento que estas personas no están sindicalizadas, ya que lo importante es competir. Agregan al cuento que estas personas no son consideradas trabajadoras, sino contratistas independientes, que en sociedad con la empresa contratante, tienen fines comunes, pero tasas de ganancia muy diferenciadas.

Sobre estas personas, cuyo trabajo se expresa en vida cotidiana de cada quien, poco se habla. Sobre estas relaciones laborales, poco se escribe, se analiza o se legisla. Es un espacio laboral invisibilizado.

Ahora sí, comenzamos

Primeramente respondámonos dos preguntas claves, la primera: ¿de qué trata el teletrabajo? Podemos decir que es una característica / condición (temporal o permanente) de la relación de trabajo (que debe estar expresada regular y expresamente en el contrato de trabajo), donde las actividades para la cual fue contratado el trabajador o la trabajadora, se realizan en instalaciones distintas a la de la empresa contratante, en este caso su lugar de residencia.  Ciertamente, la denominación de “teletrabajo” habría que revisarla, puesto que no refleja en mi opinión la naturaleza real de lo que se pretende definir.

La segunda pregunta es: ¿Todas las actividades son susceptibles de desarrollar esta modalidad? Por definición, no. Muchas pueden ser susceptibles sin mayores limitaciones, mientras que para otras se pueden desarrollar creativos métodos (para desarrollarlas total o parcialmente), pero algunas jamás lo serán, como por ejemplo la limpieza de plazas y jardines, el transporte de personas, entre otras.

Teniendo claras las respuestas anteriores, problematicemos.

“Teletrabajo” como destino manifiesto y símbolo de prestigio

El teletrabajo es una opción que se presenta como moderna, de vanguardia, un paso más en la evolución del trabajo, además ajustadas a las nuevas tecnologías de la información y comunicación. El mercadeo del teletrabajo en tiempos de pandemia es fenomenal, de allí que los gurúes nos digan que llegamos forzosamente al futuro. De tal manera que llegamos a un puerto predestinado.

La estética con la que se presenta el “teletrabajo” es estimulante, ya que se muestran a las personas felices laborando en su casa, desde un ordenador y teniendo como asistente su teléfono celular. No se exhibe problema alguno a este nuevo “desafío laboral”, al que muchos estamos llamados.  En la perspectiva del filósofo Byung-Chul Han se presenta como: puedes hacerlo (Geli, 2018).

Todo este montaje propagandístico tiene un fin, la legitimación del teletrabajo como una opción necesaria. Para que los trabajadores y las trabajadoras lo asumamos de manera acrítica y voluntaria.

Ante esto es necesario afirmar primero, que eso que se ha convenido denominar “teletrabajo”, no es nuevo (como podemos observar en la historia introductoria). Forma parte de los mecanismos que se viene utilizando en los países en desarrollo como una forma de flexibilización de las relaciones laborales (y los derechos) y que en escenario de la pandemia del Covid-19 se mercadea a la clase trabajadora global como una opción de prestigio laboral.

Recordemos lo que ahora se denomina la economía gig, economía bajo demanda o economía compartida, de la cual participan un creciente número de trabajadores y trabajadoras y en el cual se labora en un ambiente de flexibilización aguda de los derechos laborales. Un reportaje sobre este asunto (Fedyushin, 2019) indica:   “Así, en la lista de las 500 compañías más ricas del mundo se encuentran cada vez más empresas que explotan el trabajo de ‘empleados independientes’, según consta en un estudio publicado por Morgan Stanley. Uno de cada cuatro trabajadores estadounidenses participa en la economía ‘gig’, y para un 10,1 % de ellos, es su principal fuente de ganancias, calcula el proyecto científico colaborativo ‘Gig Economy Data Hub’.”

De segundo esta característica de la relación de trabajo, como cualquier otro cambio sí que presenta problemas y estos pueden ser nocivos para los trabajadores y las trabajadoras. El hecho de no visibilizar los problemas, no los elimina, al contario pospone las medidas para implementar soluciones.

Las palabras Byung-Chul Han se validan una vez más en cuanto al teletrabajo: “Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando” (Geli, 2018).

El “teletrabajo” como mecanismo de externalización de costos

Carlos Martínez García, nos cuenta en un artículo titulado “De la destrucción del trabajo, el teletrabajo y el paro masivo” lo siguiente:

“Decía un compañero de trabajo mío, mucho mayor que yo en la combativa metalurgia de los años setenta que la ambición del patrono no solo era que el obrero trabajara, sino que pusiera su herramienta, o sea, descubría el teletrabajo impuesto de forma masiva gracias al coronavirus y al que tantas loas se le hacen. Es ya el culmen del sueño del patrono y de la explotación; la trabajadora o trabajador ponen su herramienta y no solo, sino que transforman su comedor en centro de trabajo y de paso las mujeres concilian de gratis para las empresas, ponen todas y todos su propio ordenador o portátil, pagan el recibo de internet, pagan la luz, ponen su móvil y pagan su tarifa a la compañía de telefonía y encima trabajan más horas. Incluso hay tipos que se llaman progresistas y están contentos.”

Trabajar en un lugar diferente a la empresa es, implícitamente, una forma de externalización de costos. La empresa puede proveer parte de los medios para realizar las actividades para la cual se contrata al trabajador o la trabajadora, el restante forma parte del patrimonio del trabajador o la trabajadora, tal como lo expone de manera desencarnada el sabio y viejo amigo de Martínez García.

Ante este hecho, recientemente la Unión General de Trabajadores en España, exige un debate sobre el punto y demanda que “la empresa alquile el espacio utilizado por los trabajadores y que le pague una tarifa fija mensual o prorrateada en función del espacio por uso, conexión, energía, calefacción, limpieza y otros costos de mantenimiento.” (Nuevatribuna.es, 2020). Ahora, me pregunto ¿esto es suficiente?, ¿qué medidas son necesarias realmente?, ¿se soluciona monetizando los medios que pone a disposición el trabajador o la trabajadora?

La organización del trabajo y el tiempo de descanso (y la privacidad)

En las relaciones de trabajo clásicas hay una clara diferencia entre tiempo productivo y el tiempo reproductivo, dado que la localidad donde ambos se desarrollan, está claramente diferenciada. Con la modalidad del “teletrabajo” esta frontera se vuelve difusa, pues al desarrollarse la actividad laboral, en un mismo lugar, preferentemente en el hogar; surge la pregunta: ¿Dónde termina uno y comienza el otro?.

En tiempo laborable, dicho en términos clásicos, se expresa en el horario, que es una característica de la organización del trabajo y que en esta modalidad no está clara, como si otras, como que la dirección de la empresa tiene precisadas y prescribe las metas, tareas, y parámetros de cumplimiento.

Asociado a esta difusa frontera, encontramos un aspecto clave: la disponibilidad de trabajador y los parámetros de desconexión con el momento productivo. En ese sentido conviene apuntar que la ubicuidad, es decir la posibilidad de que las tareas se puedan hacer en cualquier lugar, y la hiperconectividad, colocan en situación de vulnerabilidad al trabajador o trabajadora, ya que puede ser contactado por la dirección de la empresa en cualquier momento para que labore.

Carolina Martínez Elebi expone que “Según un informe de Randstad Workmonitor del último trimestre de 2019, el 49% de los argentinos aseguraba que su empleador le pedía estar disponible durante las vacaciones y el 59%, que también recibía pedidos para responder consultas fuera de horario laboral” y agrega: “Ahora, con los trabajadores en sus casas, esa tendencia previa ha sufrido una brusca aceleración. Los mensajes y tiempos laborales se salieron de control, e irrumpen en la cena familiar o en la tarde del domingo, en medio del descanso, y se tornan inseparables el trabajo de la vida familiar.” (Martínez, 2020).

Sobre este aspecto es incipiente el desarrollo de legislaciones y siguiendo a Martínez Elebi, solo Francia tiene hasta ahora una legislación que aborde el asunto y en Argentina ya se comienza a deliberar en el parlamento, en tal sentido un legislador afirma: “Uno ve, a medida que las cosas van mutando, que el trabajador y la trabajadora necesitan protección. Para eso necesitamos una regulación. En el proyecto, planteamos que el trabajador tiene el derecho a la desconexión digital fuera de su jornada de trabajo y durante las licencias, sin que ello signifique una sanción y sin que se premie a quien no haga uso de ese derecho” (Citado por Martínez Elebi).

Abordar este asunto es clave, pues en cualquier escenario debemos asegurar el disfrute el tiempo libre o de descanso por parte del trabajador o la trabajadora y más allá de eso: el disfrute pleno de la vida.

Finalmente un aspecto que me parece importante incorporar y que puede estar asociado a lo abordado en este punto, es la intimidad o la privacidad del trabajador o trabajadora. Estamos claros que vivimos en un mundo donde esas dos palabras tienen escaso valor para las corporaciones que nos proporcionan “servicios gratuitos”, pero ahora ¿cómo se comporta al desarrollarse la vida laboral y personal preferentemente en un solo lugar? Y lo complejizo más, ¿cuáles son las previsiones necesarias,  para controlar los medios que proporciona el empleador o empleadora para laborar en nuestro hogar? ¿Cómo evitar que sean un caballo de Troya?

La salud y la seguridad en el “teletrabajo”

Es inevitable interpelarnos de entrada en este aspecto. ¿Cómo el patrono controla los procesos peligrosos a los que está expuesto un trabajador o trabajadora en su casa? Ya es complejo controlar los procesos peligrosos en una entidad de trabajo, que tiene una realidad dinámica. ¿Cuánto más complejo es identificar y controlar los procesos peligrosos que surgen de cada hogar de cada trabajador?

En la realidad, tendríamos que en vez de una entidad de trabajo donde laboran cincuenta trabajadores o trabajadoras, se pasaría a cincuenta hogares donde se trabaja. ¿Qué mecanismos se implementan para asegurar ambientes seguros y saludables?

Me causa inquietud, por ejemplo, como se garantizan las condiciones seguras y saludables, en cuanto a la ergonomía de los medios que debe utilizar el trabajador o la trabajadora, los “puestos de trabajo” y los ambientes en los que estos se ubican en el hogar. Me vuelve a la mente otra vez la frase “externalización de costos”.  Además de considerar aspectos físicos, hay realidades desde el ámbito psicosocial a considerar y por ello considero pertinente sumar lo que Gloria Poyatos Matas expone en una nota titulada “Teletrabajo y violencia de género: el «nuevo» riesgo laboral que trajo el COVID-19”, es decir, su preocupación por lo que puede significar esta modalidad para las trabajadoras, solo por el hecho de ser mujer y estar en un sociedad organizada bajo un enfoque patriarcal (Matas, 2020).

En el caso venezolano la Constitución Nacional establece: “Todo patrono o patrona garantizará a sus trabajadores o trabajadoras condiciones de seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuados” (Artículo 87). ¿Cómo se operacionaliza esta responsabilidad? En una perspectiva global   en necesario interrogarse: ¿Cómo se aplican las obligaciones de salud y seguridad laboral expuestas en las distintas legislaciones nacionales?

Y en caso de ocurrencia de accidentes o enfermedades a los trabajadores y trabajadoras, por estar expuestos a condiciones inseguras e insalubres ¿Cómo determinar que efectivamente son accidente de trabajo o una enfermedad ocupacional?

Todo un terreno donde no hay que perder tiempo

Organizaciones laborales, negociaciones colectivas y legislaciones claras antes de avanzar en el “teletrabajo”

El “teletrabajo” como escenario de labor, supone nuevas exigencias para las organizaciones de los trabajadoras y trabajadoras, en particular a nuestros sindicatos. Una clave es operar en contextos de atomización laboral, contrario a lo que siempre fue, la concentración de la masa trabajadora en el mismo lugar. En Europa los trabajadores y trabajadoras vinculados a la economía gig han avanzado en organización y movilización, de tal manera que han logrado el reconocimiento de la relación laboral, en vez de la comercial que promueven las empresas (Fedyushin, 2019).

Se requiere que nuestras organizaciones sindicales existentes logren vincularse con las organizaciones que surgen en estas realidades laborales y que también reconozcan cuál es su papel en estos nuevos espacios para sumar afiliaciones y representar efectivamente los intereses de los agremiados. Evitar quedarse en la acera, siendo espectador de un mundo laboral que cambia.

Para nuestras organizaciones sindicales una tarea fundamental es promover las regulaciones necesarias para abordar los cambios en las relaciones de trabajo, en particular de las que surgen por el “Teletrabajo«.  Estas regulaciones se pueden dar en el plano de las convenciones colectivas de una empresa o sector en particular o en el plano de las legislaciones nacionales, como mecanismos efectivos que permita asegurar el respeto de los derechos laborales. Asimismo promover las deliberaciones en los organismos multilaterales especializados, como la Organización Internacional de Trabajo para generar una legislación base que aborde esta realidad laboral. Todo este desafío debe darse con la participación efectiva de los trabajadores y las trabajadoras que viven estas nuevas realidades.

Cierro recordando a Bauman y su planteamiento sobre la erosión de las certidumbres que la modernidad nos proporcionó, pero la lógica del capital sigue intacta y digamos que afinada, por ello no podemos claudicar y ni renunciar a las conquistas laborales históricas. Son otros tiempos, pero nuestra lucha organizada sigue siendo nuestra herramienta fundamental como clase trabajadora.

Bibliografía

Fedyushin, V. (26 de Abril de 2019). Multado por haber muerto trabajando: ¿Qué es la economía ‘gig’ y cómo explota a los empleados? Obtenido de Rusia Today: https://actualidad.rt.com/actualidad/312978-muerte-multa-trabajadores-plataformas-digitales

Garcia, C. M. (14 de Mayo de 2020). De la destrucción del trabajo, el teletrabajo y el paro masivo. Obtenido de Nueva Tribuna: https://www.nuevatribuna.es/opinion/carlos-martinez-garcia/destruccion-trabajo-teletrabajo-paro-masivo/20200514214414174858.html

Geli, C. (18 de febrero de 2018). “Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”. Obtenido de El Pais: https://elpais.com/cultura/2018/02/07/actualidad/1517989873_086219.html

Martínez, C. (30 de Mayo de 2020). El teletrabajo apura el debate por el derecho a la desconexión. Obtenido de Agencia Latinoamericana de Información: https://www.alainet.org/es/articulo/206891

Matas, G. P. (30 de Mayo de 2020). Teletrabajo y violencia de género: el «nuevo» riesgo laboral que trajo el COVID-19. Obtenido de Huffintong Post: https://www.huffingtonpost.es/entry/teletrabajo-y-violencia-de-genero-el-nuevo-riesgo-laboral-que-trajo-el-covid-19_es_5ed03d15c5b6f1a49994edd8

Mexi, M. (Abril de 2020). El trabajo después del coronavirus. Obtenido de Nueva Sociedad: https://nuso.org/articulo/digitalizacion-trabajo-coronavirus-futuro-capitalismo/

Nuevatribuna.es. (08 de Junio de 2020). ¿Quién asume los gastos derivados del teletrabajo? UGT reclama que se regule por convenio. Obtenido de Nueva Tribuna.

 Fuente: https://rebelion.org/teletrabajo-otra-puerta-al-trabajo-precario/

 

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Colombia: Declaran dos días de luto en el Atlántico por la muerte de 12 profesores

Redacción: Bluradio

La Asociación de Educadores del Atlántico, Adea, informó que 12 maestros han fallecido en los últimos 10 días.

Este viernes 19 de junio y el próximo martes, 23 de junio, serán días de luto para los profesores del Atlántico, quienes no darán clases ni desarrollarán ninguna actividad académica virtual en estas fechas, para llamar la atención sobre los 12 docentes que han fallecido en el departamento durante los últimos 10 días.

Entre los fallecidos recientemente en Barranquilla está José Luis Beltrán, rector de la Institución Educativa Distrital La Luz, quien perdió la batalla contra la COVID-19.

De acuerdo con Jesús Ávila, presidente de la Asociación de Educadores del Atlántico, Adea, también han fallecido coordinadores y profesores de distintas áreas, la mayoría de ellos por coronavírus y otros por problemas de salud derivados del estrés laboral.

«La verdad es que nosotros nos mantenemos en un estado bastante fregado, estresados totalmente, porque no solo son los compañeros que han fallecido, sino que recibimos llamadas todo el tiempo de maestros que denuncian que su estado de salud se está deteriorando por el estrés», expresó Ávila.

El directivo de Adea sostuvo que la decisión de suspender las clases por 48 horas también busca llamar la atención sobre el panorama que están afrontando los maestros en medio de la pandemia.

Los maestros piden que se mejore el proceso de toma de muestras y entrega de resultados, así como los servicios de teleconsulta para atender su salud física y mental.

Fuente: https://www.bluradio.com/sociedad/educacion/declaran-dos-dias-de-luto-en-el-atlantico-por-la-muerte-de-12-profesores-crbe-255759-ie6569932/

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Los límites del cientificismo

Por: Leonardo Díaz 

En mi artículo de la semana pasada, “Educación problematizadora”, https://acento.com.do/2020/opinion/8825234-educacion-problematizadora/ critico una concepción cientificista de la educación, la perspectiva según la cual, debemos centrarnos en las denominadas “ciencias duras”, mientras las disciplinas humanísticas deben ocupar un lugar marginal o de adorno curricular.

Si educamos en una perspectiva cientificista es más problable interiorizar una mirada acorde con esa educación al lidiar con las situaciones problemáticas que emergen de la vida, con todas las limitaciones que esa mirada conlleva.

En un artículo titulado “La respuesta comunicativa a la crisis del coronavirus”, https://metode.es/revistas-metode/opinio-revistes/especial-covid-19-es/la-respuesta-comunicativa-a-la-crisis-del-coronavirus.html publicado en el último número de Mètode, revista de divulgación científica de la Universidad de Valencia, Celeste Condit muestra la importancia de trascender esa mirada cientificista ante las situaciones problemáticas.

En el referido artículo, Condit señala que determinadas medidas en materia de decisiones públicas para abordar la actual pandemia de la COVID-19 se encontraron con los escollos prácticos de solo tener en cuenta la perspectiva de la biología, obviando las variables sociales que inciden en la propagación de la enfermedad.

Tahira Vargas, en su artículo titulado “Covid 19 y desigualdad social” , https://acento.com.do/2020/opinion/8799731-covid-19-y-desigualdad-social/ y el autor de este escrito, en el artículo “Estado de excepción y actitud crítica”, https://acento.com.do/2020/opinion/8800585-estado-de-excepcion-y-actitud-critica/  se refieren al problema de las variables sociales y culturales que pueden entorpecer las medidas establecidas por un determinado Estado en el contexto de una crisis.

Cuando tenemos una mirada cientificista de los problemas tendemos a creer que los fenómenos se reducen a una mera explicación biologicista, fisica o, como resulta hoy en boga, cognitiva.

Pero los fenómenos raramente responden a un solo tipo de variable explicativa, mucho menos las pandemias, que además de ser hechos biológicos, constituyen fenómenos sociales. Por consiguiente, para lidiar con una pandemia, además de la perspectiva epidemiológica y virológica, se requiere de la mirada que las disciplinas humanísticas proporcionan para analizar los imaginarios envueltos en los comportamientos de las poblaciones afectadas, los discursos empleados por los gestores de las crisis con sus metáforas políticas  envueltas, la sociología de los colectivos que interactúan en la solución de las crisis, las correlaciones de poder que condicionan las decisiones científicas, entre otros factores.

Mirar el mundo desde una perspectiva cientificista es como aferrarse a mirar la superficie del océano negándose a ver las capas subyacentes que lo constituyen. No solo no tendremos una mirada integral del fenómeno observado, sino que creeremos que lo real se reduce a lo observado desde esa única perspectiva. Entonces, será más difícil abordar situaciones que exigen enfoques y soluciones transdiciplinares.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8827913-los-limites-del-cientificismo/

Imagen: https://pixabay.com/

 

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Esa irresistible compulsión por mentir

Por: Atilio A. Boron

 

Ya nos parecía extraño que Mario Vargas Llosa permaneciera en silencio ante las calamidades de la pandemia. Sobre todo las sufridas en sus dos países, el de origen, Perú, y el de su adopción, España. Allí se refugió después de haber sido repudiado por sus compatriotas  hace hoy exactamente treinta años –un 10 de Junio de 1990- tras su humillante derrota a manos de Alberto Fujimori en la elección presidencial de ese año. Como era previsible aprovechó la ocasión de esta plaga para dar a conocer otra de sus tantas mentiras que parecen verdades -arte maligno del cual es un refinadísimo cultor- para alabar al gobierno de su amigo Luis Lacalle Pou que, según el escritor,  decidió combatir al Covid-19 apelando a “la responsabilidad de los ciudadanos” y declarando  “que nadie que quisiera salir a la calle o seguir trabajando sería impedido de hacerlo, multado o detenido, y que no habría subida de impuestos, porque la empresa privada jugaría un papel central en la recuperación económica del país luego de la catástrofe.”

Quien lea estas líneas comprobará que su indudable talento como escritor es tan grande como su ignorancia en materia de economía y estadística. También que su resentimiento contra la izquierda exacerba este defecto y lo induce a extraer conclusiones que se desmoronan como un castillo de naipes ante la más suave brisa. Aplaude el hecho de que en Uruguay sólo se registren 23 muertos a causa del coronavirus, pero insólitamente le atribuye ese mérito a un presidente que asumió pocos días antes del estallido de la pandemia. Su obcecación lo mueve a desconocer que antes de la presidencia de su amigo Lacalle Pou hubo quince años de gobierno del Frente Amplio (al que descalifica por sus  “equivocaciones notables en política económica” aunque reconoce que se respetó “la libertad de expresión y las elecciones libres”) durante los cuales la salud pública fue una de las prioridades de la gestión del médico Tabaré Vázquez, durante diez años, así como durante el interregno de José “Pepe” Mujica. Fue esto: la fuerte presencia del estado en el terreno de la sanidad y no las palabras huecas e insulsas de Lacalle Pou lo que protegió al pueblo uruguayo de la pandemia.

A contrapelo de las políticas de la izquierda en Uruguay, en sus patrias de nacimiento y adopción el desastre producido por las ideas que Vargas Llosa publicita con tanto fervor es estremecedor. Con 5.738 muertos el Perú figura en el 21º lugar en la lista de 215 estados y territorios compilados por la Organización Mundial de la Salud.  España ocupa el 6º lugar en el ranking  gracias a las 27.136 víctimas del Covid-19 condenadas por las “políticas de austeridad” de los sucesivos gobiernos neoliberales que asolaron a ese país. Otros gobiernos admirados por el escritor: el de Ecuador con sus 3.690 muertos se coloca en el puesto número 17 mientras que el 19º está reservado para el Brasil de Jair Bolsonaro con un saldo luctuoso de 38.701 muertos.

Pero la medición del impacto de la pandemia y la eficacia de las políticas gubernamentales se muestran de modo más nítido si se controla el número de muertos por millón de habitantes. Bélgica, uno de los portaestandartes de la reacción neoliberal, registra 831muertos por millón de habitantes y el Reino Unido de su admirado Boris Johnson tiene un índicede 606/millón y un poco más abajo, en el sexto lugar, encontramos a España, con 580 muertos por millón de habitantes. Ecuador con 209, Brasil con 182 y Perú con 174 continúan en el pelotón de la vanguardia. Como se puede apreciar, todos países con gobiernos fieles a los cánones del neoliberalismo. Mucho más abajo en ese ranking necrológico está el Uruguay, con 7 muertos por millón, una performance notable, sin duda, igual a la que exhibe Japón. Pero mucho más meritorio es que esa misma cifra sea la que tiene Cuba, tan denostada por el hechicero neoliberal. Igual que Uruguay y el Japón pero sin que ninguno de estos dos países sufra la asfixia de un encarnizado bloqueo que se extiende a lo largo de sesenta años, que los maleantes que gobiernan Estados Unidos sólo atinaron a endurecerlo aún más en el medio de la pandemia.

Implacable crítico de Alberto Fernández –“lamentaremos la derrota de Macri”, dijo el escritor poco después de la victoria del candidato del Frente de Todos- y los gobiernos “populistas” de la Argentina Vargas Llosa debería saber que con sus 717 víctimas de la plaga este país exhibe una tasa de letalidad de 16 muertos por millón de habitantes, lejos, muy lejos de los valores que registran España y Perú, inclusive de Estados Unidos con sus 348 por millón.  Y que en el país que gobierna su amigo Sebastián Piñera,  este índice es ocho veces mayor que el de la Argentina. En efecto,  en el más antiguo experimento neoliberal de América Latina y en donde la privatización de la salud ha sido llevada a sus extremos durante casi medio siglo el índice llega a 130 por millón.

Conclusión: la pandemia exige para su control una fuerte presencia del estado para proteger a la población, cosa que no se logra cuando la salud y los medicamentos son onerosas mercancías. La experiencia actual refuta los funestos delirios de los mentores intelectuales de Vargas Llosa: Popper, von Hayek, Berlin, Revel y compañía, responsables indirectos de políticas que sólo en los Estados Unidos produjeron más de 115.000 muertos. Afiebrados delirios que contrastan con los sobrios números de Cuba, Uruguay, China, Vietnam y Venezuela. Sí, la bloqueada república bolivariana que, como el Uruguay, también tuvo apenas 23 muertos por el Covid-19. Sólo que cuando se estandardiza esta medida por millón de habitantes la tasa en ese país no alcanza siquiera al 1 por millón, contra el muy plausible 7 del Uruguay.  Pero todas estas cosas las calla el escritor, y no creo que sea porque desconozca algo tan elemental. Ha dado sobradas pruebas de que ignora las complejidades teóricas de la Economía Política y los fundamentos matemáticos de la Estadística. Pero cálculos tan simples como los que hemos expuesto más arriba están al alcance de cualquier persona que conozca las cuatro operaciones básicas de la aritmética. Me niego a admitir que Vargas Llosa sea incapaz de tan elemental tarea. Pero su fanatismo lo lleva, una y otra vez, a mentir para defender una causa perdida. No parece haber caído en cuenta de que aparte de las cuantiosas pérdidas humanas el Covid-19 hizo algo más: descerrajarle el tiro de gracia al neoliberalismo como fórmula de gobernanza. ¡Game over! Y si no me cree que por favor se dedique a leer los diarios de la mal llamada “comunidad financiera internacional” (en realidad una tropa de truhanes y bandidos de “cuello blanco”) que allí le explicarán con pelos y señales sus planes para el mundo que amanecerá cuando la pandemia haya sido controlada. Y en ese mundo el neoliberalismo se convirtió en una mala palabra que, si se la pronuncia, se lo hace en voz baja y mirando de reojo a los costados.

Fuente e imagen:  https://atilioboron.com.ar/esa-irresistible-compulsion-por-mentir/

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