Page 183 of 246
1 181 182 183 184 185 246

Verano divertido

Por: Carlos Ornelas

 

Este lunes comenzó el nuevo dispositivo de la Secretaría de Educación Pública para lidiar con la pandemia y el encierro, todavía necesario. No pienso que sea la panacea, pero tampoco que sea un mero paliativo, satisface una necesidad. No obstante, al igual que como Aprende en Casa, amplía la brecha digital entre los vástagos de clase media y niños pobres, aunque para el Verano Divertido (VD) no se requiere de computadora, una ventaja.

Si entendí bien el mensaje del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, las cápsulas del nuevo programa son libres, no están ligadas a planes de estudio, aunque si se estratifican por niveles de acuerdo con los grados escolares. “A diferencia de los contenidos del programa Aprende en Casa, que tenían una contraparte de trabajo o tarea en el hogar, Verano Divertido tendrá una programación solamente para divertirse aprendiendo, sin generar obligación alguna para alumnos, maestros, madres y padres de familia” (boletín 148 de la SEP, 07/06/2020).

El VD consiste en 101 cápsulas que, con juegos y acertijos, induce a los niños a adquirir conocimientos y, de ser posible, a desarrollar habilidades analíticas.

Esta opción no se acopla con lo que los educadores llaman método lúdico. Éste se desenvuelve en la formalidad escolar, con el fin de crear ambientes armónicos en las aulas. Persigue reforzar el aprendizaje con juegos, la colaboración entre pares y bajo la guía del docente; por lo regular incluye temas del currículo.

Se difundirá por televisión abierta (con apoyo de Televisa), Televisión Educativa de la SEP y las plataformas de YouTube y Facebook. Cavilo que por no ser obligatorio y no implicar a maestros para revisar tareas, el VD tendrá más aceptación entre los infantes. Acaso pueda proporcionar ideas a los padres para entretener a los críos, incluso, sin apuro de supervisión.

No he revisado ninguna de las cápsulas, no puedo hacer juicios sobre su calidad, pero sospecho que valen la pena; esta vez no se elaboraron con la misma prisa que las lecciones para Aprende en Casa. También espero que la SEP haya diseñado artefactos para medir la recepción y eficacia de las cápsulas.

El año escolar fue un caos, la pandemia echó a perder lo que el gobierno consideraba un logro trascendente: ni un día de huelga magisterial, aunque desestimó las tomas de vías férreas en Michoacán y Puebla, así como bloqueos de casetas de peaje por militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Es probable que el 10 de agosto la emergencia siga vigente; existen muchas dudas de que la curva se aplane o que esté domada. Sin embargo, esperemos que todo marche bien. El covid-19 y sus secuelas en la economía y la sociedad, agregadas a las atrocidades de la violencia criminal, lastiman al país, a la educación en especial.

El regreso a la escuela no será normal, no habrá una nueva normalidad, al menos no en corto plazo. Tomará más tiempo retomar la regularidad, acaso varios meses. Tal vez las escuelas no estén equipadas para proteger a los educandos y educadores. ¿Se habrá alguien puesto a pensar cuánto costará tener espacios limpios y salubres, agua potable, papel para el baño y otros insumos?, ¿de dónde saldrán los fondos en tiempos de austeridad franciscana?

¡Qué bueno que la SEP instituye el Verano Divertido!, será útil. Pero qué mal que eche campanas al aire por un calendario que está sostenido con alfileres.

RETAZOS

Tal y como se había previsto, los estudiantes de educación básica y media acreditarán el curso 2019-2020 y en lo posible seguirán con el mismo maestro en el siguiente ciclo escolar. No es la solución ideal, pero es la menos perjudicial, pienso.

Quizá las consecuencias del coronavirus en la educación nacional serán más profundas de lo que podemos estimar hoy.

Sospecho que habrá más brotes de “federalismo”. Varios gobernadores modularán el calendario escolar de acuerdo con la situación de sus estados; no con el semáforo del gobierno central. Lo veremos en agosto.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/verano-divertido/

Imagen: https://pixabay.com/

Comparte este contenido:

La pandemia revela las desigualdades en Canadá

América del Norte/ Canadá/ 16.06.2020/ Fuente: www.rcinet.ca.

Una de las frases que surgió durante las primeras semanas de la pandemia en Canadá decía en inglés: “We are still all in this together”, que equivale a “Estamos todos juntos en esto”, en referencia a los esfuerzos por contener la expansión de la pandemia en las distintas ciudades canadienses. Sin embargo, no todos los canadienses están en las mismas condiciones frente a la pandemia.

Las limitaciones de los datos disponibles están ocultando la magnitud de las consecuencias de la pandemia en todo el país.

Carteles que dicen «Estamos todos juntos en esto» han comenzado a aparecer en las ventanas de las tiendas de Toronto cerradas debido a la pandemia de COVID-19. (Foto: Evan Mitsui/CBC)

Hasta la fecha, según los datos del gobierno, en Canadá se han registrado un total de 98.787 casos de contagio del Covid-19. Han muerto 8.146 personas y otras 60.272 personas han recuperado la salud.

Un nuevo análisis realizado por el difusor público CBC en Montreal, reveló fuertes correlaciones entre las tasas más altas de infecciones con el virus del Covid-19 y los barrios de bajos ingresos y los barrios con mayores porcentajes de población negra.

Un análisis similar realizado por Global News en los barrios en Toronto, la ciudad más populosa de Canadá, encontró «una fuerte asociación entre las altas tasas de coronavirus y los bajos ingresos, las condiciones de trabajo, la condición de minoría visible y los bajos niveles de educación».

Los funcionarios de salud pública de la provincia de Ontario informaron la semana pasada de que las tasas de infección y muerte por COVID-19 eran desproporcionadamente más altas en los barrios de mayor diversidad étnica y cultural de la provincia.

Los cierres de empresas debido al Covid-19 han contribuido a la pérdida de millones de puestos de trabajo en todo Canadá. Estadísticas de Canadá dice que la economía perdió casi 2 millones de empleos en abril. (Foto: Michael Wilson/CBC)

A partir de los casos notificados hasta el 14 de mayo y tras ajustar las diferencias en la estructura de edad entre los barrios, los funcionarios informaron que “la tasa de infecciones por COVID-19 en los barrios más diversos [con mayor número de inmigrantes y personas no blancas] fue tres veces más elevada que la tasa registrada en los barrios menos diversos.»

Por otra parte, la tasa de hospitalizaciones en esas comunidades duramente afectadas fue cuatro veces mayor. La tasa de mortalidad fue el doble.

Los datos previos del Departamento de Salud Pública de Toronto, que incluye los casos reportados hasta el 27 de abril, mostraron que la pandemia afectó desproporcionadamente a los residentes de bajos ingresos y a los inmigrantes recién llegados a Canadá.

Manifestantes frente a la oficina electoral del primer ministro Justin Trudeau en Montreal el sábado, donde pidieron al gobierno que otorgue el estatus de residencia a los trabajadores migrantes mientras la pandemia de COVID-19 continúa en Canadá y en todo el mundo. (Graham Hughes / Prensa canadiense)

Según el doctor Isaac Bogoch, especialista en enfermedades infecciosas e investigador del Hospital General de Toronto, hay varias explicaciones posibles para esas diferencias. Entre ellas figuran las condiciones de trabajo que ponen a las personas en mayor riesgo a contagiarse con el virus y el vivir en viviendas más pequeñas que pueden tener a más personas viviendo juntas.


«Creo que esta infección amplifica las desigualdades preexistentes… Si hay algo que nos enseña esta pandemia es que ha puesto de relieve algunas de las desigualdades que vemos y ha puesto de relieve muchas de las necesidades de las poblaciones marginadas.»

Isaac Bogoch, investigador del Hospital General de Toronto.


El investigador señaló que se pueden implementar medidas a corto plazo para contrarrestar esas desigualdades, pero esas medidas inmediatas deberían ser los cimientos para establecer la equidad en materia de salud a largo plazo.

“La tragedia sería que los gobiernos apliquen solamente soluciones temporales y que luego regresen a nuestras viejas costumbres en los meses y años venideros”, dijo el doctor Bogoch.

Un trabajador de una tienda usa una máscara facial protectora y guantes mientras un cliente se para al otro lado del divisor de vidrio plástico en el centro de Vancouver el miércoles 29 de abril de 2020. La pandemia ha tenido un efecto desproporcionado en las mujeres y los trabajadores pobres. (Jonathan Hayward/The Canadian Press)

Los modelos más recientes del gobierno federal sobre la evolución de la enfermedad contenían solamente datos demográficos básicos que mostraban que las mujeres representaban el 57% de las infecciones. Los funcionarios también señalaron vulnerabilidades importantes y específicas, como el caso de los centros de atención a largo plazo para las personas de la tercera edad, que fueron los lugares más golpeados por la pandemia.

También se registraron múltiples brotes en otros «espacios de congregación», como prisiones, plantas procesadoras de alimentos, campamentos de trabajo y refugios, que son lugares y personas que no son centro de la atención política.

Tras la publicación de este informe, la atención se ha centrado en las condiciones de trabajo en las granjas agrícolas, donde las infecciones se han propagado rápidamente entre los trabajadores migrantes que vienen a Canadá cada verano para recoger cosechas.

Manifestación de obreros frente al matadero de la transnacional Cargill en High River, Alberta, que fue cerrada por dos semanas debido a un brote masivo de COVID-19 el lunes 4 de mayo de 2020(Foto: Canadian Press/ Jeff McIntosh)

Un número incalculable de vidas fueron salvadas y se han evitado grandes sufrimientos gracias al enorme esfuerzo colectivo de cerrar grandes segmentos de la sociedad canadiense y restringir la actividad a un mínimo de actividades en su mayoría esenciales. Pero no todos han recibido el mismo nivel de protección y los datos muestran que los más vulnerables en la población canadiense han sufrido más.

Un informe esta semana que da cuenta que unas 170 personas en Columbia Británica murieron de sobredosis de drogas en mayo, el número mensual más alto en la historia de la provincia, también muestra que el sufrimiento desigual de los últimos meses va más allá del efecto directo de la pandemia.


Las dificultades económicas tampoco han sido distribuidas equitativamente. Cuatro economistas canadienses informaron de que las pérdidas de empleo en abril fueron más elevadas para los trabajadores más jóvenes, para los que tienen salarios bajos y para los trabajadores no sindicalizados. Los sectores de la economía que trabajan con el público, como el comercio minorista y los restaurantes fueron los más afectados. Los análisis anteriores ya habían demostrado que las mujeres son afectadas de manera desproporcionada por las consecuencias económicas de la pandemia.


«El impacto de la pandemia del Covid-19 en el mercado laboral ha sido más duro para los trabajadores que tienen menos poder de negociación», escribieron los autores.

En la provincia de Ontario, trabajadores de la salud de primera línea participan en ejercicios de calistenia a la entrada del Hospital Scarborough Health Network en Toronto el viernes 24 de abril de 2020. (Foto: Canadian Press /Frank Gunn)

La reapertura de la economía canadiense corre ahora el riesgo de exacerbar esas desigualdades, ya sea porque se pedirá a las personas que vuelvan a trabajos que las exponen más a contraer el virus o porque los padres, y sobre todo las madres, tendrán que quedarse en casa a cuidar a los niños que no tienen acceso al servicio de guardería.

Esa reapertura está haciendo tambalear la solidaridad que se suponía que debía definir la respuesta pública a esta crisis.

Mientras el gobierno optaba por implementar nuevos requisitos y sanciones a la prestación de respuesta de emergencia de Canadá (CERB), el presidente de la Federación Canadiense de Empresas, el grupo de presión nacional que reúne a las pequeñas empresas,  aplaudió ese ajuste e insistió en que se necesitaban reformas para obligar a los trabajadores reticentes, o que temen contagiarse el virus, a volver al trabajo.

«Mientras que algunos trabajadores están preocupados por volver a trabajar por razones de salud, muchos están felices de poder tomar el verano libre si sus necesidades de ingresos son atendidas a través del CERB», escribió Dan Kelly.

Liam Slater Oda, empleado de Sports Experts, desinfecta una superficie en la tienda de la calle Sainte-Catherine en Montreal, el domingo 24 de mayo de 2020, mientras la pandemia de COVID-19 continúa en Canadá y en todo el mundo. Las tiendas con entrada por la calle pueden reabrir en Montreal el 25 de mayo. LA PRENSA CANADIENSE/Graham Hughes

Parece extraño que los dueños de pequeñas empresas de Canadá denuncien que un número significativo de personas prefiera recibir 2.000 dólares al mes, el equivalente a ganar 12,50 dólares por hora trabajando de 9 a 5 cada día, que trabajar en sus tiendas y restaurantes. Pero Kelly no es el primero en preocuparse de que la ayuda del gobierno federal pueda proporcionar a los trabajadores una mejor opción.

Desde la perspectiva de muchos empleados, que han propuesto un ingreso mínimo de 15 dólares por hora, los empresarios deberían pagar mejor para que los trabajadores vuelvan a sus fuentes de empleo.

Loblaws, una cadena de supermercados en Canadá, anunció esta semana que pondrá fin al aumento de sueldo de dos dólares por hora que había implementado para los trabajadores de primera línea que hacían el trabajo vital de mantener las tiendas de comestibles abiertas.

Por tanto, y mientras se espera una segunda oleada de la pandemia, ese trabajo no es menos esencial ahora, pero una vez más está siendo valorado en su nivel pre-pandémico.

Un cliente sale de un supermercado Loblaw en Ottawa, Ontario (Canadá), el 14 de febrero de 2019. (Foto: REUTERS/Chris Wattie)

A medida que el Covid-19 se extendió por el país, la pandemia puso al desnudo las debilidades y las injusticias en la sociedad canadiense. Y mientras Covid-19 esté presente en cualquier lugar del país, es una amenaza potencial para todas las regiones de Canadá, no sólo para la vida de las personas, sino también para los sistemas, comunidades y economías de los que dependemos.

Lo que podría unir la lucha contra la pandemia con las protestas contra el racismo sistémico es el mensaje de que una sociedad es tan fuerte como su eslabón más débil. Y a veces se necesita una crisis para que todos vean las desigualdades que han existido todo el tiempo.

La sociedad canadiense se encuentra ahora frente a un doble riesgo: que los esfuerzos de los últimos meses para suprimir el virus sean desperdiciados a medida que el sentimiento de solidaridad desaparece, y que las desigualdades expuestas en los últimos meses sean olvidadas a medida que el país intenta volver a la «normalidad», es decir, a los modos de funcionamiento y distribución de recursos existente antes de la pandemia.

El desafío para los gobiernos y los votantes consiste en no sólo reconocer las deficiencias de la sociedad canadiense y tomar medidas inmediatas para mitigar los daños, sino también recordar lo que la crisis ha revelado sobre nosotros, y hacer los grandes cambios e inversiones necesarias para garantizar que el espíritu de esta primavera se recuerde como algo más que un simple eslogan. “Estamos todos juntos en esto” para llevar adelante los cambios que las consecuencias de la pandemia exigen.

Fuente de la noticia: https://www.rcinet.ca/es/2020/06/15/la-pandemia-revela-las-desigualdades-en-canada/

Comparte este contenido:

Invertir en educación para salir de la crisis

Por: Ángel Pérez Martínez.

 

Este hecho demandará creatividad y nuevos compromisos del Estado y de los gobiernos para luchar contra la pobreza y las inequidades sociales. Apoyo en el corto plazo la creación de una renta básica de emergencia, pero el país no puede olvidar que la inversión y el gasto en educación contribuye a redistribuir la riqueza. Así lo evidencia Europa: la ventaja de una educación de calidad permitirá generar capacidades y competencias humanas que propiciarán nuevos desarrollos y un crecimiento económico más estable y duradero.

La crisis producida por la covid-19 puso en evidencia la enorme deuda social que el país tiene con los niños de la educación pública, el escaso efecto redistributivo de la política fiscal y la debilidad laboral que se produce por la alta informalidad de los empleos, sin el consecuente apoyo de políticas de bienestar social.

En Colombia, la política fiscal que determina los ingresos y los gastos del Estado ha logrado, en principio, la estabilidad macroeconómica, un activo que sin importar el color político debemos mantener y proteger; es bueno para todos. Sin embargo, no hay nada nuevo cuando se afirma: ¡el gasto público dejó de ser un instrumento de lucha contra la pobreza y más bien la perpetúa! Los objetivos de distribución del ingreso o de la riqueza que buscan la equidad, así como la asignación de los recursos de manera eficiente son un fracaso, que el país debe aceptar y revisar con cuidado; además, aquello será definitivo para las acciones que se establezcan con el fin de salir de la crisis económica producida por la pandemia, cuyo costo y efectos aún son indeterminados, pero ya evidencian ser muy graves.

A partir de diversos documentos de la CEPAL, del Banco Mundial y de otros organismos internacionales, así como de un simple seguimiento a los datos del DANE, se puede afirmar que las exenciones y los beneficios que se otorgan a quienes obtienen los mayores ingresos, así como la evasión y la corrupción, desvirtúan el propósito de alcanzar un sistema tributario progresista. Tampoco la política de gasto mejora la distribución del ingreso de las personas o de las entidades territoriales. El Gini después del gasto social no se altera. A pesar de que durante este siglo no hemos hecho más que citar, cientos de veces, que Colombia tiene uno de los peores Gini del mundo.

En lo territorial, ¿no les parece que llevamos mucho tiempo discutiendo la pobreza ancestral de la costa Pacífica o de los territorios indígenas? Para mencionar dos hechos históricos que se reproducen gobierno tras gobierno y no pasa nada. Según el DANE, en 2018, las tasas de incidencia de pobreza multidimensional más altas se presentaron en las regiones Caribe y Pacífica (sin incluir Valle del Cauca): la primera con 33,5% y la segunda con 33,3%.

La crisis desnudó cómo la creciente informalidad del empleo, cercana al 50%, afecta la garantía de ingresos para 9 millones de familias, 29 millones de colombianos, según las cifras del Senador Iván Marulanda, en la sustentación del proyecto de renta básica de emergencia. También quedó claro que solo el 33% de las sedes de las escuelas públicas están conectadas a internet y que más del 60% de los estudiantes oficiales no tiene acceso a internet en sus casas o computadora, lo que reduce de manera dramática las probabilidades de lograr educación de calidad para los más pobres. Ellos no pueden acceder a la información y al conocimiento científico, lo que conlleva un incumplimiento a la garantía del derecho a la educación.

La revista The Economist sostiene que el modelo social europeo es principalmente efectivo a través de la predistribución en tres ámbitos de política social: alta inversión en educación, atención médica universal, normalmente pública, y regulaciones de los mercados laborales que comprimen la escala salarial, acompañada de seguros de desempleo y de políticas de bienestar social. El artículo señala que en los países europeos el coeficiente de Gini antes de impuestos y transferencias pasa de 0,5, pero después de la intervención de los Estados cae a 0,3. En Estados Unidos fue de 0,39, mientras que los países del este asiático como Japón y Corea del Sur quedaron en el medio. En Colombia, el Gini se mueve entre 0,53 y 0,55, lo que ubica al país como el segundo más inequitativo de América Latina después de Honduras (0.537), y el séptimo en el mundo, según el Banco Mundial.

Para seguir comparando, de acuerdo con los datos de la Ocde (Education at a glance, 2018), Colombia tiene —frente a los países europeos— un sistema educativo barato, cuando se comparan las canastas educativas. Recordemos que desde los años setenta del siglo pasado, Colombia incrementó la cobertura en la educación primaria y secundaria pública mediante la creación de dos y tres jornadas escolares, utilizando la infraestructura educativa construida hasta ese momento y con profesores de bajo costo. Así llegamos al 2020, con escuelas mal construidas, peor equipadas, sin el mantenimiento básico y con media jornada escolar que en nada beneficia a los niños y adolescentes más pobres. Las pruebas Saber 11 del 2019 muestran una brecha de más de 30 puntos entre los estudiantes de colegios privados y públicos, que clasifican con los puntajes más altos (A o A+), a favor de los primeros. La educación en Colombia amplía distancias sociales y económicas y no ayuda a resolver los problemas de cuna.

Invertir en construcción, mejoramiento y dotación de los colegios públicos creará empleo y demandará productos nacionales; los profesores y el personal de apoyo de los colegios, distribuidos en los territorios más pobres, jalonarán consumos y generación de otros empleos; igual ocurre con la alimentación y el transporte escolar. Instalar internet de alta velocidad en todas las sedes de los colegios oficiales y conectar internet gratuito para los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 es indispensable para reparar inequidades y mejorar la calidad de la educación. ¿Por qué no copiar a los europeos y el gasto que hacen los países de la Ocde en educación? Ellos son un buen ejemplo y está probado que funciona.

Fuente de la noticia: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/invertir-en-educacion-para-salir-de-la-crisis-por-angel-perez-martinez/289663
Comparte este contenido:

España destinará 260 millones de euros a digitalizar la educación tras la pandemia

Europa/ España/ 16.06.2020/ Fuente: mundo.sputniknews.com.

El Gobierno de España anunció que destinará 260 millones de euros para adquirir material electrónico con el fin de digitalizar la educación de los estudiantes españoles tras la pandemia del COVID-19.

«Vamos a poner en marcha el programa ‘Educa en Digital’, que prevé movilizar hasta 260 millones de euros para la digitalización de la educación», anunció en una rueda de prensa la ministra de Educación española, Isabel Celaá.

De esta cantidad, 190 millones se activarán a través del Ministerio de Transformación Digital a partir de fondos de la Unión Europea.

Los primeros visitantes extranjeros desde Düsseldorf en España
© REUTERS / EROL DOGRUDOGAN

Los 70 restantes correrán a cargo de las comunidades autónomas que se adhieran al programa.El objetivo es que los estudiantes de los centros públicos que proceden de entornos vulnerables puedan acceder a la educación a distancia, a la vez que puedan potenciar las clases presenciales gracias a la tecnología.

Los meses de confinamiento por el COVID-19 evidenciaron la existente brecha digital entre los escolares españoles, ya que muchos no contaban con el material adecuado para seguir las clases telemáticas desde sus hogares.

Mediante este plan, los centros educativos del país podrán prestar hasta 500.000 ordenadores con conexión a internet para los alumnos que no tengan acceso a este tipo de tecnología.

Los dispositivos se empezarán a distribuir durante el primer trimestre del curso 2020-2021 en colaboración con los gobiernos de las distintas regiones del país.

«A pesar de que hayamos podido arreglarnos con la educación online, hemos comprobado que aún tenemos necesidades sin cumplir y por eso hacemos un esfuerzo de inversión en digitalización», afirmó la ministra de Educación española sobre la situación de muchos alumnos durante la pandemia.

Además, Celaá explicó que el Gobierno pondrá en marcha plataformas de asistencia dirigidas a los docentes y otros recursos para fortalecer la modernización de las herramientas digitales en la enseñanza.

«La educación necesita digitalización, es un factor determinante para cerrar brechas y apostar por la cohesión social», sostuvo la ministra.

Fuente de la noticia: https://mundo.sputniknews.com/espana/202006161091769081-espana-destinara-260-millones-de-euros-a-digitalizar-la-educacion-tras-la-pandemia/

Comparte este contenido:

Bolivia: Más de 2.9 millones de estudiantes están en vulnerabilidad educacional

América del Sur/ Bolivia/ 16.06.2020/ Fuente: redclade.org.

 

Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación difunde nota pública denunciando la falta de respuesta y la escasa pertinencia en el Ministerio de Educación del país para asegurar el derecho a la educación durante la pandemia COVID-19

“Considerando la emergencia sanitaria que atraviesa el país por el COVID-19, la CBDE observa con gran preocupación la vulneración del Derecho a la Educación de los más de 2.9 millones de estudiantes del sistema educativo nacional y la respuesta insuficiente y de escasa pertinencia del Ministerio de Educación para hacer frente a este problema”, afirmó la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) en pronunciamiento.

Según la CBDE, la suspensión de actividades educativas en Bolivia a causa de la pandemia ha generado la interrupción de procesos de enseñanza y aprendizaje en el sistema educativo y, con esta, múltiples consecuencias que producen mayor desigualdad y vulneración del derecho a la educación. “La medida limita la alimentación escolar gratuita afectando la nutrición de los estudiantes, incrementa la brecha digital entre espacios urbanos y rurales y entre unidades educativas fiscales y privadas, desestructura organizaciones estudiantiles y de padres de familia y atenta contra el desarrollo humano de la población”, señala la Campaña en su comunicado.

Añade que la situación se agrava por la ausencia de un Plan de Emergencia para mitigar esos impactos y con el Decreto Supremo 4260 emitido por el gobierno el 6 de junio del 2020, que tiene por objeto normar la complementariedad de las modalidades de atención presencial, a distancia, virtual y semipresencial, en los subsistemas de educación regular, alternativa, especial y superior de Bolivia.

Según la Campaña Boliviana, el decreto no hace mención a aspectos específicos, como la priorización de contenidos curriculares, aspectos administrativos y de gestión, reprogramación del calendario escolar y tampoco presenta una voluntad clara de parte del Estado de realizar una inversión en favor del derecho a la educación en el contexto COVID-19 para todos y todas los niños, las niñas, adolescentes y jóvenes, “sobretodo para aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, pobreza o en lugares alejados de nuestro territorio”. La Campaña también dice que dicho decreto carece de consenso porque no fue elaborado con la participación de los sujetos de la comunidad educativa.

En el pronunciamiento, además se exhorta al Ministerio de Educación a tomar una serie de medidas de manera inmediata, entre ellas el desarrollo de un Plan de Emergencia Educativa ante el COVID-19 (durante y después de la cuarentena) “con lineamientos y reglamentación clara y detallada, con enfoque intercultural, intersectorial, que afirme el Derecho a la Protección Social para garantizar las condiciones necesarias del cumplimiento del Derecho a la Educación”.

Pronunciamiento completo: https://redclade.org/wp-content/uploads/Pronunciamiento-CBDE-9-de-junio-de-2020.pdf

Fuente de la noticia: https://redclade.org/wp-content/uploads/Pronunciamiento-CBDE-9-de-junio-de-2020.pdf

Comparte este contenido:

Flexibilidad para la educación

Por: Luis Felipe Gómez Restrepo.

El sector de la educación superior, y particularmente el de las universidades, está haciéndose preguntas sobre el futuro post Covid-19. Vienen cambios sustanciales, pero todavía estamos entendiendo hacia dónde orientar la transformación, ¿cómo será la educación del futuro? La pregunta llama a la innovación y a reflexionar sobre cómo superar al menos dos posibles obstáculos: el primero, el de la rigidez y lentitud de las universidades en su estructura y funcionalidad, y el segundo, el de la poca flexibilidad tanto del Ministerio de Educación Nacional que habla de control y vigilancia, como de las agencias acreditadoras que han ido solidificando una visión sobre cómo justipreciar la calidad educativa.

La idea del control y de la vigilancia está en la Constitución Política, artículo 67: “…Regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación”. La experiencia que hemos vivido en estos meses nos indica un giro que sería más proactivo hacia el fomento y el acompañamiento a las instituciones. Vigilar y controlar produce un sistema educativo pasmado, poco autónomo e innovador. Hay que ganar en flexibilidad en el marco legal y reglamentario.

Respecto del segundo obstáculo, el problema está en las mismas instituciones educativas y en muchos de sus estamentos que tienen aversión al cambio y una tendencia a equiparar calidad con estandarización. Estas ideas han llevado a muchas instituciones a hacer siempre lo mismo para cumplir con estándares.

Algunas luces para superar la rigidez que aprisiona el sistema educativo se difunde en webinars donde expertos mundiales arriesgan sus visiones de futuro. La experiencia vivida durante el confinamiento ha llevado a los límites a las instituciones retando el cumplimiento de su misión. Lo que se avizora a continuación ya empieza a suceder para Colombia y es similar en América Latina: uno, la ruptura de paradigmas de presencialidad que posibilitan mayor cobertura superando obstáculos de conectividad que parecían impasables; dos, se ha hecho muy importante la investigación para ayudar en la toma de decisiones proponiendo virtuosas alianzas entre Gobierno y las universidades impulsando la investigación relevante y de impacto; tres, se ha vuelto a remarcar la pertinencia como un criterio que orienta la producción de conocimiento y su difusión; cuatro, se ha dado un nuevo aliento al uso de medios virtuales para difundir contenidos teóricos, democratizándolos y poniéndolos al alcance de todos. También se ha reconocido la importancia de la presencialidad para impulsar el trabajo colaborativo, las prácticas y el aprendizaje experiencial; se explora cada vez más el modelo blended learning para la educación superior; quinto, se está redefiniendo la internacionalización como una manera de pensar global que permite una comprensión multicultural de la realidad, y muchas otras ideas emergentes. ¡Y apenas hemos comenzado a pensar!

Si queremos enfrentar el futuro, necesitamos hacer cambios muy grandes en la educación y en las universidades. Se están dando pasos importantes, las instituciones están aprendiendo, arriesgando, fortaleciendo capacidades que son importantes para un gran cambio necesario. La autocrítica de las instituciones y la flexibilidad del Ministerio de Educación serán dos componentes fundamentales. La innovación es urgente.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.co/opinion/columnistas/luis-felipe-gomez-restrepo/flexibilidad-para-la-educacion.html

Comparte este contenido:

¿Cómo deben ser la educación y el cuidado en la primera infancia post-COVID-19?

Por: Thais Lervolino. 

Especialistas y autoridades analizaron los impactos de la pandemia para las niñas y niños en la primera infancia, y defendieron que se garantice el derecho a la educación con políticas públicas desde una mirada pedagógica humanizada, que valore la participación y la cultura

“Si bien la enfermedad causada por el COVID-19 no afecta a los niños de la misma forma que está afectando las personas de otras edades, los efectos colaterales que está teniendo para la infancia son los más duros”, afirmó Luis Ernesto Pedernera, presidente del Comité sobre los Derechos del Niño de la ONU (CDN), durante el diálogo virtual “La educación y el cuidado en la primera infancia en América Latina y el Caribe ante tiempos de pandemia”, realizado el 28 de mayo por la CLADE, en alianza con OMEP América Latina y EDUCO.

Subrayando los impactos de la pandemia en la salud mental y física de los niños y las niñas, Luis Pedernera defendió la construcción de una nueva realidad para la educación y el cuidado en la primera infancia. “No estoy de acuerdo con que tenemos que volver a una nueva normalidad. Hay que construir una nueva realidad. Este es el momento para construir una nueva realidad en términos de relaciones humanas y de relaciones pedagógicas”, dijo.

Para el presidente del CDN, en este contexto, las familias no pueden quedar libradas al azar. “Hemos visto que las familias están enfrentando la pandemia y deben recibir un acompañamiento psicosocial y pedagógico para que la pandemia no sea vivida en soledad por la familia”, afirmó.

«El acceso a la educación debe ser para todas y todos. En ese sentido, en primera infancia este acceso también implica la posibilidad de pensar a la familia como la protectora del derecho a la educación»

Al lado de Luis Pedernera, participaron en el encuentro: Alexandra Inmaculada Santelises Joaquín, directora de Educación Inicial del Ministerio de Educación de República Dominicana; Cristina Lustemberg, diputada de Uruguay; Constanza Alarcón, viceministra de Educación de Colombia; y Mercedes Mayol Lassalle, presidenta mundial de OMEP. Mikel Egibar, de EDUCO, se hizo cargo de la moderación.

Para Mercedes Mayol Lassalle, construir esa nueva realidad demanda desarrollar políticas públicas desde el enfoque de derechos, con una concepción integral e intersectorial de la educación y la infancia. “El acceso a la educación debe ser para todas y todos. En ese sentido, en primera infancia este acceso también implica la posibilidad de pensar a la familia como la protectora del derecho a la educación, no solamente pensando en los sistemas institucionalizados, sino que muchos niños y muchas niñas pequeños/as se quedan en sus hogares varios años antes de llegar a los formatos institucionales. Y es allí donde nosotros como sociedades y también la política pública deben encontrar el lugar para poder trabajar en una democratización y despatriarcalización de las familias”, afirmó.


Financiamiento y valoración de educadoras y educadores

Para el presidente del Comité de la ONU, los presupuestos en materia de inversión social deben ser ampliados. La presidenta mundial de OMEP también se manifestó de acuerdo con el aumento del presupuesto para la educación y el cuidado en la primera infancia.

“El financiamiento es absolutamente central, pero enfrentaremos un problema que ya está ocurriendo: hay un debate sobre de dónde se va a poner el dinero en el post-COVID y, de acuerdo con los otros escenarios, realmente el financiamiento va a ser escaso. De esa manera, se hace necesario haber una decisión política de blindar el aumento [de recursos]”, señaló.

Añadió que es esencial responder desde los gobiernos a la necesaria revalorización y al reconocimiento de la importancia de los educadores y las educadoras. “Esa es una tarea central en el desarrollo fundante que tiene la primera infancia en acompañar a estos educadores, en cuidar a los que cuidan”, explicó.


La educación que queremos

Los ejemplos de lo que ha pasado en Japón y China en el post-pandemia, donde las y los estudiantes regresaron a sus aulas en escuelas robotizadas, con distancias marcadas en el piso y de manera totalmente deshumanizada, no deben ser seguidos para el cumplimiento de una educación de calidad y desde una perspectiva de derechos, según Luis Pedernera.

“Hace poco, leí un artículo de una filósofa pedagoga y un pediatra español [Heike Freire y José María Paricio Talayero] y ellos llaman a crear una nueva escuela, pero no esa escuela robotizada, sino una escuela íntima, es decir, no masificada, en donde las relaciones y lo humano estén por sobre otras cuestiones, incluso lo académico; una escuela mutua que se abra a la participación de otras disciplinas, de voluntarios y también de la familia. Una escuela coherente yque vuelva a dialogar con la naturaleza”, afirmó el presidente del CDN.

«El desarrollo se extiende, se amplía y se enriquece gracias a la cultura, al juego, a las artes y a los sentidos que vamos construyendo en comunidad”

A su vez, Mercedes Mayol Lassalle llamó la atención para la calidad de la política pública y su relación con la participación democrática de la comunidad educativa en su construcción. Para ella, los programas deben acercarse tanto a las familias como a los niños y las niñas, y la calidad no puede tener solo un parámetro. “No es fijar, es construir sentido y esa construcción de sentido se hace junto con la comunidad, junto con las familias. Es algo móvil, se construye a través de la participación y la democracia, incluyendo por supuesto al juego, al lenguaje de las artes, a la cultura, porque el desarrollo no es natural, es cultural. El desarrollo se extiende, se amplía y se enriquece gracias a la cultura, al juego, a las artes y a los sentidos que vamos construyendo en comunidad”, explicó.

Fuente de la reseña: https://redclade.org/noticias/como-deben-ser-la-educacion-y-el-cuidado-en-la-primera-infancia-post-covid-19/

Comparte este contenido:
Page 183 of 246
1 181 182 183 184 185 246