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Latinoamérica, la región donde más defensores ambientales fueron asesinados en 2019

El más reciente informe de Global Witness destaca que 212 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente fueron asesinados durante el 2019; la mitad de los homicidios ocurrieron en Colombia y Filipinas.

Entre los países que registraron el mayor número de asesinatos también se encuentran Brasil, México, Honduras, Guatemala, Venezuela y Nicaragua.

La crisis climática que vive el mundo es igual de intensa que la violencia que enfrentan las personas y comunidades que defienden los territorios naturales, los bosques, los ríos, el agua, las selvas, la flora y la fauna. Un solo número lo muestra: 212 defensores de la tierra y del medio ambiente fueron asesinados durante 2019.

Poco más de la mitad de esos homicidios se registraron en tan solo dos países: Colombia y Filipinas, como se resalta en el más reciente informe de la organización internacional Global Witness, titulado “Defender el mañana: crisis climática y amenazas contra las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente”.

En el documento, América Latina vuelve a ubicarse como la región más peligrosa para los defensores ambientales, una posición que ocupa desde 2012, año en el que Global Witness comenzó a publicar sus informes.

De los diez países con el mayor número de asesinatos, siete se localizan en Latinoamérica: Colombia, Brasil, México, Honduras, Guatemala, Venezuela y Nicaragua.

Petrona Ramon Martín, de la comunidad de San Francisco, donde se oponen al proyecto de la hidroeléctrica en  San Mateo Ixtatan, Huehuetenango, Guatemala. Foto: James-Rodriguez/Global Witness.

La documentación que realiza Global Witness pone sobre la mesa una tendencia nada alentadora: la violencia contra los defensores ambientales va en aumento año tras año. En 2018 se registraron 164 crímenes; para el 2019 el número se elevó a 212.

Ben Leather, de Global Witness, explica algunas de las razones de ese aumento: “Estamos viendo intereses más fuertes sobre la tierra y los recursos naturales para responder a las demanda de los consumidores. Industrias como minería, agronegocios o la explotación de madera están entrando cada vez más a nuevos territorios, en los cuales vemos que las empresas están haciendo acuerdos con políticos corruptos para imponer proyectos”.

La corrupción, considera Ben Leather, también está facilitando el cambio climático, al permitir que las empresas “puedan hacer lo que les da la gana, para tener ganancias a corto plazo y a costa de la protección del medio ambiente. Lo que nuestro informe demuestra es que son las y los defensores quienes están denunciando esta corrupción política, esta irresponsabilidad empresarial”.

El protagonismo de la minería

En América Latina, pero también en Asia y África, incluso con comunidades nativas de Estados Unidos que han sido afectadas por la imposición de megaproyectos se repiten las mismas historias: “Cuando estas comunidades denuncian los abusos y la destrucción causada por los proyectos —señala Ben Leather— comienzan a recibir amenazas, agresiones y, en algunos casos, asesinatos”.

El informe de Global Witness resalta que la gama de violencias en contra de los defensores ambientales es amplia; incluye ataques, arrestos, amenazas de muerte o demandas judiciales. El documento no se limita a documentar el número de asesinatos, también señala a las industrias contra las cuales se manifestaron los defensores ambientales.

Como en otros años, la minería fue el sector vinculado al mayor número de agresiones; en 2019 se le relaciona con los asesinatos de 50 defensores. Más de la mitad de estas víctimas provenían de comunidades afectadas por la minería en América Latina.

También se documentó que 34 asesinatos fueron contra defensores que se oponían a la agricultura a gran escala, ese número representa un aumento de más del 60 % si se compara con los datos de 2018.

Otros de los sectores que denunciaron los defensores ambientales que fueron asesinados son la explotación forestal, la caza ilegal y la pesca.

Ante esta situación, Ben Leather resalta que “las empresas tienen que implementar políticas que permitan asegurar que sus inversiones y sus operaciones no afectan los derechos de las comunidades y no están contribuyendo a que se realicen ataques en contra de las personas defensoras del medio ambiente y de la tierra”.

Ben Lather señala que se ha demostrado que los compromisos voluntarios de las empresas no están funcionando, por lo que es necesario impulsar leyes que obliguen a las empresas a realizar la debida diligencia, para que demuestren que no están contribuyendo a los abusos de derechos humanos y ambientales.

En el informe de Global Witness se resalta que en 37 de los asesinatos se pudo vincular a fuerzas estatales como perpetradores. “También se sospecha de la participación de actores privados como sicarios, bandas criminales y guardias de seguridad privados”.

De las víctimas asesinadas, 19 eran funcionarios estatales o guardaparques, personas contratadas para proteger el medio ambiente. Estos ataques se documentaron en ocho países; Guatemala, Brasil, Filipinas, Rumania, Kazajstán, República Democrática del Congo, Uganda y Ghana.

Además, una de cada 10 personas defensoras asesinadas eran mujeres.

A Samir Flores lo asesinaron el 20 de febrero de 2019. Se oponía a la construcción de la termoeléctrica de Huesca, en Morelos, México. Foto: Cartel que realizaron artistas aliados a la defensa de la tierra y el agua en Morelos.

Territorios donde reina la impunidad

Colombia y Filipinas sobresalen por el alto número de asesinatos contra defensores ambientales, pero también porque durante los últimos años su tendencia es al alza.

Colombia, por ejemplo, registró 64 asesinatos de defensores ambientales en 2019. Si esa cifra se compara con los 24 casos del 2018, el país sudamericano presentó un aumento de más del 150 %, destaca el informe de Global Witness.

En Filipinas, se documentaron 43 asesinatos de defensores ambientales en 2019. Ben Leather destaca que si se comparan los tres primeros años del gobierno del presidente Rodrigo Duterte, con los tres años anteriores, se tiene que “el número de asesinatos de defensores es el doble”.

Colombia y Filipinas —explica Leather— también coinciden en que no han logrado resolver antiquísimos problemas relacionados con el derecho a la tierra, sufren por la presencia de grupos armados que son legado de conflictos internos, poseen una política de seguridad militarizada y una regulación inadecuada de las empresas.

Venezuela-Tierra de Resistentes II

Niños pemones juegan en las calles de Kumarakapay. Decenas de familias indígenas debieron huir tras el asalto militar a este pueblo en febrero de 2019 y se encuentran en refugios en la frontera con Brasil. Foto: Lorena Meléndez.

Pero además, los dos países tienen un factor que también está presente en otras naciones donde la violencia contra los defensores ambientales es crítica: altos niveles de impunidad.

“La gran mayoría de los ataques contra defensores ambientales continúan en la impunidad; eso actúa como una especie de luz verde para quienes quieren silenciar a los defensores”, resalta Ben Leather, de Global Witness.

Una verdadera justicia, destaca Leather, es “una rendición de cuentas que se aplica tanto a las empresas que están actuando con irresponsabilidad, como a quienes están llevando a cabo estos asesinatos”.

Defender la “casa grande”

En Colombia, el informe de Global Witness, documentó que 14 de las 64 muertes de defensores ambientales ocurridas en 2019 se vinculan con la sustitución de cultivos ilícitos.

En los territorios previamente ocupados por la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), “ahora están entrando paramilitares y otros grupos armados, y están asesinado a cualquiera que se oponga a su llegada. Hay una implementación inadecuada de los acuerdos de paz, lo que ha tenido un impacto sobre los defensores”, señala Ben Lather.

Para Francia Márquez, una de las defensoras ambientales afrodescendientes más reconocidas en Colombia y quien en 2018 ganó el Premio Ambiental Goldman, la violencia contra los defensores es consecuencia de la acumulación del capital que “usa la violencia, el racismo estructural, el patriarcado para seguirse imponiendo […] En este país hay a quienes les interesa seguir impulsando la violencia para mantenerse en el poder, porque es la forma en como lo han hecho”.

Francia Márquez caminó más de 350 kilómetros, desde las montañas del Cauca hasta Bogotá. La travesía la hizo en 2014 junto con otras 80 mujeres de su comunidad. Foto: Premio Goldman.

La colombiana Francia Márquez, defensora ambiental, Premio Goldman 2018.

La defensora resalta el papel de la “minería ilegal pero también la minería inconstitucional, entendida como la que promueve el mismo gobierno nacional en los territorio ancestrales, en territorios de pueblos afrocolombianos e indígenas”.

Francia Márquez insiste en que hay “una política de muerte” que no toma en cuenta el cuidado de la “casa grande, el planeta”. Los defensores ambientales, de territorio, de derechos indígenas y afrodescendientes “estamos dificultando ese proyecto político. Por eso nos están matando, por eso nos asesinan”.

Francia Márquez sabe de lo que habla. En mayo de 2019, en la región del Cauca, ella y otros líderes ambientales y sociales fueron atacados por hombres armados quienes, incluso, lanzaron una granada contra el grupo. El ataque duró 15 minutos.

El Cauca es uno de los lugares más peligrosos del mundo para defender el ambiente. En 2019, más de un tercio de todos los asesinatos de defensores ambientales en Colombia ocurrieron en esa región del suroeste del país.

Años antes, Francia ya había recibido otros ataques, sobre todo cuando participó en las acciones para detener la minería ilegal en La Toma.

Ataques a mujeres amazónicas. Por su defensa de la naturaleza y su territorio Patricia Gualinga ha recibido amenazas de muerte y ataques. Foto: Jonathan Rosas para GK.

Por su defensa de la naturaleza y su territorio, Patricia Gualinga —lideresa Sarayaku, un pueblo kichwa del Ecuador— ha recibido amenazas de muerte y ataques. Foto: Jonathan Rosas para GK.

Honduras: violencia que no cesa

El informe de Global Witness también incluye a los cinco países con más asesinatos per cápita. En esa lista sobresale Honduras, nación centroamericana que este año registró 14 homicidios.

Desde 2016, cuando fue asesinada la defensora ambiental Berta Cáceres, diversas organizaciones señalaron la difícil situación que viven los defensores de derechos humanos en Honduras. Este panorama no ha cambiado, al contrario, sigue agravándose, señala Hedme Castro, coordinadora de la Asociación para la Ciudadanía Participativa (ACI-Participa), organización que trabaja en la documentación de las violaciones de los derechos humanos en el país centroamericano.

Hedme Castro explica que 36 % del territorio de Honduras ha sido concesionado a empresas —algunas pertenecientes a políticos locales— y a compañías de capital extranjero para el desarrollo de minas, hidroeléctricas, proyectos fotovoltaicos y desarrollos turísticos; los cuales han provocado desplazamiento forzado, así como agresiones y represión contra comunidades y defensores ambientales.

“La situación en el país es terrible”, describe la defensora y como ejemplo recuerda lo que ha sucedido durante el mes de julio en Honduras. El 9 de julio, por ejemplo, allanaron las oficinas de ACI-Participa; dos días después desapareció Marvin Damián Castro Molina, presidente de la Red Juvenil de la Asociación de Desarrollo Pespirense-Honduras y miembro del Movimiento Ambientalista Social del Sur por la Vida (MASS-Vida). Su cuerpo, con signos de tortura, se encontró días después.

Honduras-Tierra de Resistentes II

La defensora hondureña Consuelo Soto durante un plantón frente al Congreso Nacional en contra de la Ley de Consulta Libre Previa e Informada, en Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.

El sábado 18 de julio, un grupo armado entró a la comunidad garífuna del Triunfo de la Cruz y se llevó a Alberth Esnider Centeno Tomas, presidente del Patronato de la comunidad; Milton Joel Martínez Álvarez; Suami Aparicio Mejía y Gerardo Mizael Róchez. Hasta el martes 28 de julio, no se tenía noticias sobre ellos.

Hedme Castro explica que la comunidad del Triunfo de la Cruz lleva una larga lucha para que se le devuelvan sus derechos ancestrales sobre su territorio. Incluso, en 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió una sentencia en donde se exige al gobierno hondureño reconocer los derechos de los garífunas.

“Alberth Esnider encabezaba las exigencias contra el gobierno para que cumpliera con la sentencia de la Corte interamericana”, resalta Hedme Castro. La defensora comenta que “mientras al país lo sigan dirigiendo personas vinculadas a escándalos de corrupción, personas que están dispuestas a vender el país entero, seguirán los asesinatos, los desplazamientos forzados; no se respetarán las zonas protegidas ni los títulos ancestrales”.

Defensores ambientales Honduras. Rosalina Domínguez ha recibido amenazas de muerte. Foto: Rubén Escobar.

Rosalina Domínguez, defensora hondureña que continúa la labor que inició Berta Cáceres, ha recibido amenazas de muerte. Foto: Rubén Escobar.

Las más afectadas: comunidades indígenas

Entre los nombres de los defensores ambientales asesinados en 2019 está el de Paulo Paulino, de 26 años y miembro de la comunidad indígena guajajara. En noviembre de 2019 fue asesinado a tiros por un grupo integrado por, al menos, cinco madereros ilegales, en el estado de Marañón, Brasil.

Paulo formaba parte de la organización “Guardianes del Bosque”, cuyo objetivo es combatir a los grupos de tala ilegal que invaden tierras indígenas en la Amazonía brasileña. El informe de Global Witness señala que 90 % de los asesinatos en Brasil ocurrieron en la Amazonía.

Entre 2000 y 2018, 42 indígenas guajajara fueron asesinados por hacer frente a los madereros ilegales. Paulo no fue el último. Hasta abril de 2020, mataron a otros cuatro líderes de la comunidad.

“En Brasil —donde es urgente proteger la Amazonía— observamos que las comunidades indígenas están siendo muy vulnerables debido a las políticas de (Jair) Bolsonaro”, subraya Ben Lather. El presidente brasileño, se resalta en el informe, ha impulsado la expansión de la minería a escala industrial y la agroindustria en la Amazonía.

Miembros de la comunidad Guajajara. Fotografía: Global Witness.

Al igual que los guajajara, otras comunidades indígenas están mirando cómo se asesina o desaparece a los suyos por defender sus tierras, los bosques, los ríos o el agua.

En México, por ejemplo, en la Sierra Tarahumara se ha registrado el asesinato de, por lo menos, 12 indígenas raramuri que se han opuesto y denunciado la tala ilegal de sus bosques. Dos de ellos fueron asesinados en 2019: Otilia Martínez Cruz, de 60 años, y su hijo de 20, Gregorio Chaparro Cruz. Ambos eran familiares de Julián Carrillo, defensor de Coloradas de la Virgen, a quien le dispararon en octubre de 2018.

En 2019, 40 % de las personas defensoras asesinadas pertenecían a comunidades indígenas, a pesar de que representan solo el 4.4 % de la población mundial, señala el informe de Global Witness. Entre 2015 y 2019, más de un tercio de todos los ataques han sido contra pueblos indígenas, por lo que son una de las comunidades en mayor riesgo en todo el mundo.

Defensores ambientales México. Ya ha pasado un año desde el asesinato de Julián Carrillo en la Sierra Tarahumara. Foto: Amnistía Internacional México.

El indígena rarámuri Julián Carrillo, defensor de ambiente y territorio en México, fue asesinado en octubre de 2018. Foto: Amnistía Internacional México.

Pandemia: aumentan las amenazas

Ben Lather resalta que no solo se está ante la urgencia de combatir la crisis climática, también se debe trabajar para detener las violencias contra los defensores ambientales, quienes se encuentran en la línea de batalla para proteger los recursos naturales: “¿Cómo vamos a proteger al planeta si no podemos proteger a quienes defienden el planeta?”

Los defensores ambientales no solo son vitales para combatir la crisis climática, “también son nuestros aliados para prevenir otra pandemia como la del COVID-19, porque ahora ya sabemos que se aumentan las probabilidades de tener otras pandemias si aumenta la deforestación y se afecta la naturaleza”, señala Ben Lather.

La defensora colombiana Francia Márquez resalta que la pandemia del COVID-19 mostró “la cara de una política que es inviable y de un ‘desarrollo’ que para lo único que ha servido es para enriquecer los bolsillos de unos pocos a costa del sufrimiento de millones de millones de personas en el mundo, a costa del detrimento y del daño a ecosistemas frágiles y muchas especies”.

Adán Vez, defensor ambiental asesinado en México

Adán Vez fue asesinado el 8 de abril de 2020, en Veracruz, México. Foto: Tomada de la página de Facebook de Adán.

Estos argumentos pareciera que no alcanzan a tener la fuerza suficiente, porque ni siquiera durante el confinamiento que se vivió por la pandemia del COVID-19 se logró detener las agresiones contra los defensores ambientales, como se ha visto en países como Honduras, Colombia, México o Brasil donde durante los últimos cuatro meses se registraron asesinatos de ambientalistas.

“Durante esta crisis del COVID-19 —apunta Ben Lather, de Global Witness— algunas empresas están ampliando su ataque contra las personas defensoras, y los gobiernos están reduciendo la protección”.

Además, la crisis económica que trae de la mano la pandemia del COVID-19 intensificó la presión sobre los territorios naturales, sobre todo en aquellos países en donde se impulsan megaproyectos que afectan el medio ambiente y a las comunidades que viven en esas zonas.

Francia Márquez comenta que es preocupante “ver a las personas que tienen el poder, que gobiernan nuestros países, tomando decisiones a nombre de la crisis económica; decisiones que plantean que seguirán, sin ningún pudor, profundizando la crisis en muchos territorios que van a seguir destruyendo”.

En el caso de Colombia, señala, “se plantea utilizar el fracking, la explotación petrolera y minera para sacar al país de la crisis generada por la pandemia del COVID-19. Eso, para nosotros implica seguir convirtiendo nuestros territorios en cementerios”.

Para Francia Márquez el gran desafío que tienen los defensores ambientales es “articular nuestras acciones a nivel global; así como la ‘política de la muerte’ se articula en un sistema global, nosotros tenemos que articular acciones de resistencia a favor de la vida. Salvar nuestra casa grande es la responsabilidad colectiva que hoy tenemos como humanidad”.

Fuente: https://rebelion.org/latinoamerica-la-region-donde-mas-defensores-ambientales-fueron-asesinados-en-2019/

 

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Defender el mañana: la crisis climática y amenazas contra defensores de la tierra y el medio ambiente

Fuente: Global Witness

Durante años, las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente han estado en la primera línea de defensa en contra de las causas e impactos del colapso climático. 

La crisis climática es posiblemente la mayor amenaza global a nuestra existencia. A medida que aumenta, muchos de los otros serios problemas en el mundo actual, empeoran – desde la desigualdad económica hasta la injusticia racial y la propagación de enfermedades zoonóticas.

Durante años, las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente han estado en la primera línea de defensa en contra de las causas e impactos del colapso climático. Una y otra vez, han desafiado a industrias irresponsables que arrasan descontroladamente bosques, cielos, humedales, océanos y zonas de biodiversidad en riesgo.

Descargue el informe completo Defendiendo el Mañana: La crisis climática y amenazas contra defensores de la tierra y elmedio ambiente (12.1MB, PDF)

Descargue el informe completo Defendiendo el Mañana: La crisis climática y amenazas contra defensores de la tierra y el medio ambiente (6.37MB, PDF)

Sin embargo, a pesar de la evidencia contundente sobre la importancia de su rol y los incesantes peligros que enfrentan, numerosas empresas, financiadoras y gobiernos, fallan en proteger su importante y pacífica labor.

Nuestro informe anual sobre asesinatos de personas defensoras de la tierra y el medio ambiente de 2019, muestra el número más alto de muertes en un solo año hasta la fecha. 212 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente fueron asesinadas en 2019, un promedio de más de cuatro personas por semana.

HALLAZGOS RELEVANTES

Asombrosamente, más de la mitad de los asesinatos reportados el año pasado ocurrieron en dos países: Colombia y Filipinas.

Ambos países han registrado un aumento de ataques contra personas defensoras de la tierra y el medio ambiente desde 2018. En 2019 los asesinatos en Colombia alcanzaron los 64 activistas – el número más alto jamás registrado por Global Witness en el país. Informes muestran un aumento drástico de asesinatos a líderes comunitarios y sociales en dicho país en los últimos años.

La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha señalado varias razones por las que la ola de violencia ha incrementado, entre ellas, los desafíos en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016, incluyendo la reforma agraria y los programas para incentivar el cambio de cultivos ilegales a cosechas legales. Los movimientos resultantes de las dinámicas de poder interno están impulsando una mayor violencia.

Desde el 2018, Filipinas se ha vuelto cada vez más mortal para los activistas, y ha sido constantemente señalado como uno de los peores lugares en Asia por sus ataques a defensores.

Pero las cosas empeoraron aún más en 2019 con el incremento de asesinatos a 43. El implacable desprestigio de las personas defensoras por parte del gobierno, así como la impunidad generalizada de sus atacantes, podrían estar impulsando dicho aumento.

Más de dos tercios de los asesinatos ocurrieron en América Latina, clasificada constantemente como la región más afectada desde que Global Witness comenzó a publicar datos en 2012. En 2019 solo en la región amazónica ocurrieron 33 muertes. Casi el 90% de los asesinatos en Brasil fueron en la Amazonía. En Honduras, los asesinatos aumentaron de cuatro en 2018, a 14 el año pasado, convirtiéndose en el país per cápita más peligroso de 2019.

La minería fue el sector más letal, con 50 defensores asesinados en 2019. Las agro-empresas continúan causando destrucción, con 34 defensores asesinados, 85% de los cuales fueron registrados en Asia. La tala fue el sector con el mayor aumento de asesinatos a nivel mundial desde 2018, con un 85% más de ataques registrados contra defensores que se oponen a dicha industria y 24 personas defensoras asesinadas en 2019.

Europa sigue siendo la región menos afectada, con dos personas asesinadas en 2019 – ambas trabajaban para detener la tala ilegal en Rumania. Los pueblos indígenas siguen estando en mayor riesgo de represalias, con un 40% de víctimas pertenecientes a comunidades indígenas. Entre 2015 y 2019, más de un tercio de los ataques letales fueron contra pueblos indígenas ­– a pesar de representar tan solo el 5% de la población mundial.Más de 1 de cada 10 personas defensoras asesinadas eran mujeres. A menudo, éstas son la columna vertebral de su comunidad, y tienden a asumir mayor responsabilidad de cuidado de la niñez y familiares mayores, a la vez que tratan de ganarse la vida y trabajar como activistas. Las mujeres que actúan y alzan la voz pueden también enfrentar amenazas específicas a su género, incluida la violencia sexual. Si otros miembros de su hogar son defensores, también pueden convertirse en objetivos.

DEBEMOS SEGUIR A LOS LÍDERES EN PRIMERA LÍNEA CONTRA LA CRISIS CLIMÁTICA

En promedio, cuatro defensores han sido asesinados semanalmente desde diciembre de 2015 – el mes en que se firmó el acuerdo climático de París, rodeado de esperanzas por una nueva era de progreso climático. Muchos más son silenciados con ataques violentos, arrestos, amenazas de muerte, violencia sexual o demandas judiciales.

Las agro-empresas y el petróleo, el gas y la minería han sido los principales impulsores industriales de este conflicto – y, a medida que talan nuestros bosques e inyectan dióxido de carbono a nuestra atmósfera, son también los sectores que nos empujan cada vez más hacia el implacable cambio climático.

Las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente juegan un papel vital en la protección de estos bosques y ecosistemas  en riesgo climático crítico.

Investigaciones recientes muestran que comunidades indígenas y locales en todo el mundo están a cargo de bosques que contienen el carbono equivalente a 33 veces nuestras emisiones anuales. Incluso si esta cifra es impactante, probablemente sea una subestimación.

Al mismo tiempo, investigaciones indican con claridad que las tierras a cargo de pueblos indígenas tienen menores tasas de deforestación y mejores niveles de conservación que zonas de protección que los excluyen.

El lado oscuro de estos hechos es que las comunidades indígenas también sufren un número desproporcionado de ataques contra defensores. La desprotección en su tenencia de la tierra, las prácticas comerciales irresponsables y las políticas gubernamentales que priorizan las economías extractivas a costa de los derechos humanos, están poniendo en riesgo a estas personas y sus tierras.

El abordaje de estas problemáticas debería encabezar los esfuerzos mundiales para hacer frente al cambio climático. Pero tal como están las cosas, corremos el riesgo de perder una gran oportunidad.La pregunta para todos nosotros es si queremos construir un futuro mejor y más verde, para nuestro planeta y las personas. La respuesta está en las campañas y soluciones que las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente han ido mejorando generación tras generación.

RECOMENDACIONES

Debemos escuchar las demandas de las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente, y amplificarlas.

Inspirados en su valentía y liderazgo, debemos presionar a los que están en el poder (empresas, financiadoras y gobiernos) para abordar las raíces del problema, apoyar y proteger a los defensores, y crear normativas que garanticen que los proyectos y operaciones se lleven a cabo con debida diligencia, transparencia y consentimiento previo, libre e informado.

Tú también puedes ayudar.

La agricultura a gran escala, la minería y la tala continúan ocasionando la mayoría de ataques contra personas defensoras del medio ambiente en todo el mundo.

Pero no tiene por qué ser así – estamos exponiendo a las empresas con prácticas irresponsables y a aquellas que las financian, instándolas a que tomen medidas para garantizar que sus operaciones no dañen nuestro medio ambiente ni a quienes se levantan para protegerlo.

Únete a nuestra campaña, defiende a las y los defensores de la tierra y el medio ambiente, amplifica sus causas y sus voces mientras nosotras trabajamos para el desarrollo de mejores normativas que regulen la actividad destructiva y devastadora del medio ambiente que ocasionan dichas empresas.


Banner image credit: Benjamin Wachenje / Global Witness

Fuente e imagen:  Global Witness

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Informe de Global Witness: Defender los bienes comunes es cada vez más peligroso

El más reciente informe de Global Witness “Defender el mañana” arroja datos cada vez más preocupantes acerca de los ataques sistemáticos contra quienes defienden la tierra y los bienes comunes, en medio de una crisis climática y ambiental sin precedentes.

De acuerdo con el informe (descargue aquí la versión en español), el año 2019 ha sido el más letal para las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente. Son 212 las personas asesinadas en el mundo, más de dos tercios de ellas (148) en América Latina que vuelve a posicionarse como el continente más peligroso para la defensa de los bienes comunes.

En promedio, cuatro personas defensoras han sido asesinadas cada semana desde diciembre de 2015, mes en el cual se firmó el Acuerdo Climático de París. Además, el informe señala que defensores y defensoras sufrieron todo tipo de ataque no letal, entre otros, ataques violentos, arrestos, amenazas de muerte, campañas de estigmatización y difamación, acoso, hostigamiento, violencia sexual, demandas judiciales y encarcelamiento.

América Latina, la más letal

Colombia (64) y Filipinas (43) encabezan la trágica lista, sumando más de la mitad de los asesinatos. En el caso de Colombia, el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos, “categorías” que incluyen a personas defensoras de la tierra y el medio ambiente, ha marcado dramáticamente el período post-acuerdo de paz. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos fueron 368 las y los líderes asesinados entre 2016 y 2019, y ya son 37 los que perdieron la vida en lo que va del año.

En el caso de Filipinas, los ataques contra personas defensoras experimentaron un aumento significativo, alcanzando los 43 asesinatos en 2019, en comparación con los 30 del año anterior.

Brasil (24), México (18), Honduras (14) y Guatemala (12) son los países con la mayor cantidad absoluta de personas defensoras asesinadas después de Colombia y Filipinas. Sin embargo, si calculamos el número de asesinatos per cápita, Honduras se convierte en el país más peligroso para las personas defensoras de la tierra y los bienes comunes. A su vez, es el país con el mayor aumento en el porcentaje de ataques letales contra activistas.

La región amazónica resultó ser una de las zonas más afectadas con 33 asesinatos. Casi el 90% de los asesinatos en Brasil ocurrieron en la Amazonía.

Minería y agroindustria con más asesinatos

La minería sigue siendo el sector asociado a la mayoría de asesinatos a nivel mundial (50), mientras que en la agroindustria, en especial en los monocultivos de palma africana y caña de azúcar, “los ataques, los asesinatos y las masacres fueron utilizadas como tácticas disuasorias”.
En 2019, Global Witness documentó 34 asesinatos relacionados con la agricultura a gran escala, con un aumento de más del 60% respecto al año anterior desde 2018.

La explotación forestal fue el sector con el mayor aumento de asesinatos a nivel mundial, registrando un incremento del 85% respecto al 2018 en los ataques contra personas defensoras que se oponen a esta industria.

Una vez más las poblaciones indígenas fueron las principales víctimas de los ataques mortales. El año pasado, el 40% de las personas defensoras asesinadas pertenecían a comunidades indígenas. En los últimos cinco años (2015-2019) más de un tercio de todos los ataques mortales fueron contra pueblos indígenas, lo que los convierte en las comunidades en mayor riesgo a nivel mundial.

Subregistro

Global Witness advierte también lo difícil que es captar con precisión la verdadera dimensión del problema, ya que en varios países las restricciones a la libertad de prensa, la ausencia de registros gubernamentales y de la sociedad civil sobre los abusos documentados y situaciones de conflictos pueden generar un subregistro significativo.

Pese a la dificultad para identificar a los perpetradores de tantos asesinatos, Global Witness pudo vincular a fuerzas estatales con 37 de los asesinatos. También se sospecha de la participación de actores privados como sicarios, bandas criminales y guardias de seguridad privados.

“Durante años, las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente han estado en la primera línea de defensa contra las causas y los impactos del colapso climático (…). Sin embargo, la mayoría de las empresas, las financieras y los gobiernos no son capaces de protegerlas en su trabajo que es vital y se desarrolla de forma pacífica.

Si queremos frenar el colapso climático debemos seguir los pasos de las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente. Tenemos que escuchar sus demandas y amplificarlas.

Debemos presionar a quienes están en el poder para que aborden las causas estructurales del problema, apoyen y protejan a las personas defensoras y establezcan regulaciones que garanticen que, tanto los proyectos como las operaciones, se implementen con la debida diligencia, transparencia y consentimiento libre, previo e informado”, concluye el informe.

Fuente: https://rebelion.org/defender-los-bienes-comunes-es-cada-vez-mas-peligroso/
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Mundo: Los jóvenes de Fridays For Future volverán a la calle en defensa del clima en septiembre

Mundo/26-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

El movimiento juvenil, liderado por Greta Thunberg, reanudará sus protestas climáticas a nivel mundial en las calles el próximo 25 de septiembre, con motivo del Día Global de Acciones por el Clima, y convocará movilizaciones durante el resto del otoño.

El movimiento juvenil Fridays For Future (FFF) reanudará sus protestas climáticas a nivel mundial en las calles el próximo 25 de septiembre, con motivo del Día Global de Acciones por el Clima, y convocará movilizaciones durante el resto del otoño, informa en un comunicado.

En el caso de España, será Juventud por el Clima la organización que lidere estas manifestaciones, que contarán con “todas las medidas higiénicas necesarias” en el actual contexto de pandemia por la COVID-19, subrayan los activistas.

“La crisis climática no se detiene”

El confinamiento de la población obligó a FFF a realizar convocatorias a través de las redes sociales por medio del hashtag #ClimateStrikeOnline y a liderar acciones, como la manifestación de sombras, donde las pancartas se proyectaban sobre las fachadas de los edificios.

Según fuentes de la organización, estos últimos meses de crisis sanitaria han demostrado que “incluso en el peor escenario para la salud pública vivido hasta ahora, la crisis climática no se detiene”, por lo que exigen medidas “para reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de manera sostenible”.

“Hemos visto que los políticos pueden actuar de manera rápida y coordinada con la ciencia, porque no hay excusa para no escuchar”, señalan los jóvenes, quienes instan a que las inversiones comprometidas para la recuperación económica estén “en línea con el Acuerdo de París”, para que el aumento de temperatura a finales de este siglo no sea superior a 1,5 grados.

Asimismo, advierten de que el coronavirus ha empeorado “las crisis sociales en curso” e inciden en que la construcción de “una sociedad adecuada para el futuro” exige que la recuperación sea “justa y sostenible”.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/los-jovenes-de-fridays-for-future-volveran-a-la-calle-en-defensa-del-clima-en-septiembre/

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Nuevos virus, cerdos y debates urgentes

Mundo/15/07/2020/Autor y Fuente:  huerquen.com.ar

 

“Cualquiera que pretenda comprender por qué los virus se están volviendo más peligrosos debe investigar el modelo agro-industrial y, más específicamente, la producción ganadera plantea Rob Wallace, autor de “Grandes granjas crean grandes gripes”. Y continúa: “El capital está encabezando la apropiación de tierras en los últimos bosques primarios y zonas de cultivo de pequeños propietarios en todo el mundo. Estas inversiones impulsan la deforestación y conducen a la aparición de enfermedades por patógenos previamente encerrados, que se extienden a las comunidades locales de ganado y humanos”. En la pandemia actual, tanto por gobiernos como medios y comunidad científica, se minimiza el análisis de las causas. El virus zoonótico, que “saltó” de una especie silvestre acorralada por destrucción de su ambiente natural y cambios en el clima, ya mató a más de 500.000 personas en todo el mundo, y está lejos de ser contenido.

En este contexto las declaraciones de la Cancillería que encabeza Felipe Solá del avance en el “acuerdo estratégico” con China, que involucra la provisión de carne de cerdos al gigante asiático son preocupantes.

Hacinamiento de animales en los feedlot industriales, verdaderas fábricas de virus y bacterias

 

Chanchos Chinos

En agosto de 2018 se declaró oficialmente el estallido de un fuerte brote de la Peste Porcina Africana (PPA) en China que diezmó la población de cerdos de ese país. Según GRAIN “Sólo una pequeña porción de este desastre se registró en las estadísticas oficiales. El estado chino afirma que un 1,2 millones de cerdos fueron sacrificados, pero al interior de la industria se dice que el número real de cerdos muertos por el brote de PPA está cerca de los 200 millones. Se estima que la república popular podría tardar entre 5 y 10 años en controlar la enfermedad.

El brutal colapso de las poblaciones de cerdos chinos obligó a aumentar las importaciones de carne para abastecer la demanda interna. El aumento del PIB per cápita disparó allí el surgimiento de una enorme clase media que empezó a cambiar su dieta incorporando proteína animal, carne. Como sabemos, la alimentación es infinitamente más que la ingesta de nutrientes, y representa el hecho cultural más importante de nuestra especie. Pero satisfacer las aspiraciones de esas 440 millones de personas tiene y tendrá impactos en la realidad, sobre todo si se hace con la lógica del capital de la que habla Wallace.

Sobre llovido mojado: El descubrimiento de un nuevo virus de influenza porcina que infecta a humanos acaba de ser anunciado en “el imperio del centro”. Entre 2011 y 2018, se hicieron miles de hisopados nasales a cerdos de granjas industriales detectando una gran cantidad de virus (179) y entre ellos uno llamó particularmente la atención: una cepa de la famosa “gripe porcina” que golpeó con fuerza al mundo en 2009. Tiene el aséptico nombre de “G4 EA H1N1” y se ha convertido en predominante en las poblaciones porcinas desde 2016. Al testear a los trabajadores de las plantas descubrieron que muchos tenían anticuerpos; es decir que fueron infectados por ese virus. Aunque todavía no contagia de humano a humano, el hacinamiento de cerdos en granjas industriales es la condición ideal para nuevas mutaciones.

Los autores del estudio indicaron que los virus G4 tienen todas las características esenciales de un candidato a virus pandémico  y la OMS ya envió equipos para profundizar la pesquisa.

Cultivo de virus A (H1N1) de la pandemia del 2009 – Foto: Reuters

 

¿Importar pandemias?

El mito de la “Argentina supermercado del mundo” sigue alimentando espejismos y riesgos. Además de proveer millones de toneladas de soja transgénica y derivados para que coman los chanchos, la gula corporativa también moldea nuestros territorios como proveedores de esa carne que falta en el oriente. China ya es el destino principal de las exportaciones de carne Argentina. Delegaciones de funcionarios chinos viajaron para las inspecciones que a posteriori habilitaron a más de 50 frigoríficos para la exportación. Aves, cerdos, vacas: “China es una aspiradora de la carne argentina” celebran los portales del agronegocio.

El 6 de julio la cancillería argentina difundió la comunicación entre Felipe Solá y el ministro de Comercio de la República Popular China Zhong Shan, brindando algunos detalles de la “asociación estratégica”. Sobre producción de carne porcina anuncia “inversión mixta entre las empresas chinas y las argentinas” para “producir 9 millones de toneladas de carne porcina de alta calidad”, lo que “le daría a China absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos años”. “Ya llegaron a un acuerdo sobre este proyecto la Asociación China para la Promoción Industrial y la Asociación Argentina de Productores Porcinos” concluye. Esas 9 millones de toneladas de carne representarían 14 veces el total de lo producido por el país en todo el 2019.

La propia experiencia China y mundial debería hacernos encender alarmas, y ayudarnos a ampliar la mirada.

En todo el mundo cada brote en enfermedades como la PPA implicó sacrificar enormes cantidades de animales, lo que llevó a la ruina a pequeños y medianos productores, y generó mayor concentración en la nueva estructura productiva. Se estima que en Argentina la agricultura familiar campesina e indígena produce casi la mitad de la carne de cerdo que se consume en el país, con formas muy distintas a los feedlot industriales.

En términos ambientales la ganadería industrial no sólo es responsable de la destrucción de ambientes naturales, sino también de enormes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Aunque las grandes compañías se cuidan de ocultar los datos, GRAIN y IATP estiman que las 20 primeras corporaciones de carnes y lácteos producen más GEI que Alemania, Canadá, Australia, Reino Unido o Francia; y que las 5 más grandes del rubro (JBS, Tyson Foods, Cargill, Dairy Farmers y Fonterra) emiten juntas más que la Shell, Exxon Mobil, o British Petroleum.

Por último el aspecto sanitario: estamos en medio de una pandemia mundial con millones de infectados y cientos de miles de muertes; que sucede superpuesta a la epidemia de fiebre porcina que liquidó la mitad de la población total de cerdos en China, y estamos encendiendo alarmas por nuevos virus. Sorprende entonces el entusiasmo de algunos sectores.

¿Vamos dejar que el capital nos siga arrastrando de crisis en crisis, de pandemia en pandemia?

Canciller Felipe Solá – Foto difundida por Cancillería

Debates en tiempos de vacas flacas

En estos más de 100 días de aislamiento la luz no se ha ubicado lo suficiente sobre la producción industrial de carnes, y más en general sobre el modelo agroalimentario dominante del que habla Wallace. Esto es gracias a las cortinas de humo que proveen los multimedios socios del agronegocio, y también por las especulaciones en torno a la crisis económica actual.

En nuestro país la pandemia va dejando un dramático tendal sobre un tejido productivo ya desflecado por la gestión neoliberal de Macri, al tiempo que se renegocia la deuda pública que dejó con los lobos de Wall Street. A los millones de pobres que había, se están agregando nuevos contingentes a los que el Estado asiste en parte, pero no alcanza… Toda esta tensión tiñe cualquier discusión económica, sobre todo alrededor de la generación de divisas que el país necesita. Muchos sectores de adentro y afuera del gobierno, apuestan a la agroindustria para salir del pozo, y aunque la reflexión sobre la soberanía alimentaria ganó mucho espacio en nuestra sociedad también podríamos retroceder merced a esta crisis. Por eso ahora es clave aportar reflexiones de amplio espectro.

Criar cerdos para el afán (acomodado y extranjero) de proteína animal, asumiendo todos los riesgos y externalidades de ello, claramente no es Soberanía Alimentaria. Si es verdad que “el virus no te busca a vos, sino que vos vas a buscar al virus” (Alberto Fernández dixit) es fundamental asumirlo para no comprar llave en mano nuevos desastres.

Frente a la crisis las organizaciones populares están haciendo una cantidad de propuestas muy importante que necesitamos conocer y amplificar: el llamado Plan San Martín, el Ingreso Universal Ciudadano, las Colonias Agrícolas Integrales de Abastecimiento Urbano, la Empresa Pública de Alimentos, las EPAS en Santa Fe; nuevos ordenamientos y defensa de los territorios; garantía de derechos junto a urgentes reformas estructurales.

Si de los laberintos se sale por arriba, empecemos a trepar con ellas.

Fuente e imagen: http://huerquen.com.ar/virus-cerdos-y-debates/?fbclid=IwAR2y0vnz735CinzOzMF5O3MMrwUw6US5UWpE0V-zDwMrGZ1-iQdIJRzTHMw

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Estados Unidos: Noam Chomsky habla sobre coronavirus, Trump y cuestiones sociopolíticas con estudiantes de la Universidad de Shippensburg

Redacción: The Slate

El padre de la lingüística moderna, Noam Chomsky, respondió a las preguntas de los estudiantes de la Universidad de Shippensburg el 8 de abril.

El profesor de sociología Lawrence Eppard fue el anfitrión de Chomsky en una videoconferencia de Zoom, donde los estudiantes le preguntaron al crítico de ciencias sociales y profesor de lingüística de 91 años sobre temas políticos. Estos temas abarcaron desde la respuesta de los Estados Unidos a la pandemia de coronavirus COVID-19, la reciente suspensión de la campaña presidencial del senador Sanders y los peligros del inminente cambio climático.

Chomsky explicó que los científicos chinos identificaron el virus y enviaron la información que tenían sobre él antes del 7 de enero. Mientras que algunos, como Taiwán, Corea del Sur y Singapur reaccionaron rápidamente, otros no. Chomsky elogió la respuesta de Nueva Zelanda en particular. 

«Nueva Zelanda es quizás el campeón, entraron en un bloqueo total durante un mes y parecen haber eliminado virtualmente [el virus]», dijo Chompsky.

En términos de la respuesta de los Estados Unidos a la pandemia de coronavirus, Chomsky describió la respuesta de la administración Trump como «escandalosa» citando el desembolso de la administración de los componentes del gobierno relacionados con la salud, como los CDC, durante todo su mandato. Específicamente, en octubre del año pasado, Trump rechazó el Proyecto de Ayuda de EE. UU. Que identificó virus en muchos países, incluida China. 

“Mientras tanto, ha estado haciendo todas las declaraciones posibles que puedas imaginar, un día es el resfriado común olvídalo. Al día siguiente es una epidemia grave, pero lo tengo todo en la mano. Al día siguiente, vuelva al trabajo y luego al cierre del día siguiente ”, dijo Chompsky. «Finalmente, cuando se hizo imposible negarlo, dijo ‘sí, una crisis terriblemente grave. Soy la primera persona en el mundo en identificarlo como una pandemia y he hecho cosas increíbles para mantenerlo bajo control».

Chomsky apoya con avidez a Bernie Sanders, e incluso cuando Sanders se retiró de la carrera, Chomsky calificó la campaña como un «gran éxito» al cambiar «la gama de preguntas y temas que se están pensando y siguiendo».

Chomsky elaboró ​​describiendo la coalición unida en la segunda carrera presidencial del senador de Vermont, incluyendo Black Lives Matter, Occupy Wall Street y otros que ayudaron a movilizar la campaña de Sanders.

Con las elecciones generales a solo unos meses de distancia, Chomsky describió el peligro de otros cuatro años de Donald Trump en el cargo, citando el posible desastre del cambio climático y la guerra nuclear.

Chomsky, aludiendo a los cambios de política de Trump, describió a la administración como «líder desafiante y entusiasta de la carrera hacia el abismo».

Además, explicó que la civilización puede recuperarse del coronavirus, pero que no habrá ninguna mejora para nuestro entorno global. “No nos vamos a recuperar de eso. Eso está terminado ”, dijo Chomsky.

Chomsky también se refirió a la retirada de Trump del Tratado de Fuerza Nuclear de Rango Intermedio, o INF, que había sido firmado por el Secretario General de la Unión Soviética, Mikhail Gorbachev, y el Presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, un presidente que Chomsky ha criticado ampliamente entre todos los presidentes posteriores a la Segunda Guerra Mundial. 

«Donald Trump está desgarrando sistemáticamente el sistema de control de armas que nos ha salvado de la destrucción nuclear durante décadas».

Chomsky celebró los esfuerzos de la joven activista climática Greta Thunberg y mencionó la importancia de aprobar el New Deal Verde, legislación destinada a atacar la crisis climática y la desigualdad económica.

Chomsky dejó a los oyentes al explicar el drástico progreso social que ocurrió entre la década de 1960 y ahora. «No sucedió por algún regalo de arriba, sucedió por el activismo de gente joven y muy valiente». 

Fuente: https://www.theslateonline.com/article/2020/04/noam-chomsky-discusses-coronavirus-trump-socio-political-issues-with-shippensburg-university-students

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Un plan de estudios internacional apto para la Generación Greta

University World/Karin Båge

La primavera de 2019 vio a estudiantes de secundaria en Suecia, Europa y en todo el mundo ir a la huelga desde la escuela como protesta contra la inacción política ante la crisis climática global. A medida que los jóvenes de la Generación Greta ingresan a la educación superior hoy en día, las universidades deben responder a la demanda de una educación que esté directamente involucrada y sea relevante para los desafíos de sostenibilidad que nuestras sociedades enfrentan colectivamente.

Sus preguntas requieren que revisemos el concepto y el significado de la internacionalización de la educación superior, pidiendo, en la práctica, un vínculo más explícito con la Agenda 2030, es decir, con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4.7. Esto significa una educación equitativa e inclusiva, como se establece en el ODS 4, y que desarrolla una comprensión más amplia de la diversidad cultural y enmarca la sostenibilidad a través del compromiso global.

Más específicamente, el objetivo ODS 4.7 establece que debemos «asegurarnos de que todos los alumnos adquieran el conocimiento y las habilidades necesarias para promover el desarrollo sostenible, incluyendo, entre otros, a través de la educación para el desarrollo sostenible y estilos de vida sostenibles, derechos humanos, igualdad de género, promoción de una cultura de paz y no violencia, ciudadanía global y apreciación de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible ”.

Las sinergias potenciales entre el ODS 4 y la internacionalización de la educación superior parecerían estar alineadas con la definición de Hans de Wit et al 2015: “… un proceso intencional de integrar una dimensión internacional, intercultural o global en el propósito, funciones y entrega de educación postsecundaria, para mejorar la calidad de la educación y la investigación para todos los estudiantes y el personal, y para hacer una contribución significativa a la sociedad «.

En muchos aspectos, la «contribución significativa» de la educación superior internacional actual depende de su capacidad para contribuir a la implementación del ODS 4. De hecho, cuando se hace bien, la ‘internacionalización en el hogar’ y la ‘internacionalización del currículo’ ayudan a desarrollar más campus inclusivos integrando perspectivas internacionales, interculturales y globales en el currículo y los servicios de apoyo.

La diversidad de grupos multilingües y multiculturales trae múltiples visiones del mundo. Además, ahora existe, a través de la educación superior internacional, un cuerpo de conocimiento y reflexión sobre cómo tales competencias podrían ser reconocidas y evaluadas. Enmarcado de esta manera, es evidente que el ODS 4 tiene mucho que ganar con la educación superior internacional.

La necesidad de currículos balanceados

Cuando se trata de infundir el desarrollo sostenible en el plan de estudios, la educación superior a menudo se ha centrado en la educación instrumental , que tiene como objetivo desarrollar conocimientos y competencias específicas, por ejemplo, para la crisis climática y las energías renovables, en lugar de en la educación emancipadora que tiene como objetivo desarrollar un Conjunto de habilidades para ciudadanos autónomos, responsables y reflexivos.

Sin embargo, la naturaleza emancipadora del ODS 4, y más específicamente el ODS 4.7, tiene como objetivo desarrollar competencias para el desarrollo sostenible que puedan conectarse de manera útil con la educación superior internacional, acercándose a lo que Emmanuel Jean Francois ha denominado ‘ciudadanía glocal’. educación comprometida globalmente pero integrada localmente.

Dicho plan de estudios requiere un cambio en las modalidades de la educación superior hacia pedagogías transformadoras orientadas a la acción, enfoques pluralistas basados ​​en la práctica que cultiven una apertura a diversas normas y valores, pero que sean equilibrados y apropiados para cada disciplina y contexto de aprendizaje.

Esto plantea la pregunta: ¿están preparados los profesores universitarios para esto? Si no, ¿cómo serán entrenados y por quién?

La necesidad de un desarrollo profesional continuo.

Para lograr el ODS 4.7 se requiere la integración de la educación para la ciudadanía mundial y la educación para el desarrollo sostenible en las políticas educativas nacionales, los planes de estudio, la educación del profesorado y la evaluación de los estudiantes.

Si bien el cambio curricular es esencial, no será efectivo ni sostenible si no está respaldado por un sólido desarrollo profesional continuo para el personal académico y administrativo.

Será crucial para el personal académico reflexionar sobre el adagio «pensar globalmente, enseñar local» e implementar actividades de enseñanza y aprendizaje donde lo global debe ser localmente significativo para todos los actores involucrados a fin de ser significativo y perspicaz.

Los programas de desarrollo profesional continuo deben diseñarse en función de las competencias, actitudes y valores que las universidades esperan desarrollar en sus estudiantes, permitiendo que los propios instructores salgan de sus zonas de confort de manera segura mientras cuestionan sus propias formas de pensar, ser y hacer.

Hoy, las instituciones deberían reflexionar sobre lo siguiente:

 

  • • ¿Qué significa para un graduado ser un ‘ciudadano de sostenibilidad’ en una disciplina dada? ¿Cuáles son las competencias para capacitarse y por qué?
  • • ¿Cómo los entornos locales, nacionales y / o universitarios configuran la forma en que los maestros brindan educación inclusiva y equitativa para todos?
  • • ¿Cómo podrían los desarrolladores educativos diseñar mejor programas efectivos de desarrollo profesional continuo y qué metodologías de enseñanza son las más adecuadas cuando?

Está claro que la ciudadanía global requiere que tanto los docentes como los estudiantes sean éticos, responsables y abiertos para convertirse en promotores activos de sociedades más pacíficas, tolerantes, inclusivas, seguras y sostenibles. Esta no es una pregunta fácil: significa remodelar nuestra idea del papel que debe desempeñar la educación superior en un mundo en constante cambio.

La ciudadanía global necesariamente nos desafía sobre cómo podemos apoyar, capacitar y desarrollar al personal docente, de manera efectiva y seria, para que, a su vez, nuestros estudiantes hagan una contribución significativa a la sociedad.

Karin Båge es desarrolladora educativa en el Instituto Karolinska, Suecia; Natalie Jellinek es desarrolladora educativa en la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU); Joanne Pagèze es vicepresidenta de internacionalización, Universidad de Burdeos, Francia; Jennifer Valcke es desarrolladora educativa en el Instituto Karolinska en Suecia y Thushari Welikala es profesora titular de educación superior, Instituto de Educación Médica y Biomédica, St George’s, Universidad de Londres, Reino Unido. Este artículo se basa en una sesión sobre ‘Formación del profesorado: Semillas para competencias transformadoras’, que se celebró en la segunda Conferencia Internacional sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible: Educación Superior y Acción Científica, organizada por la Red Global Universitaria para la Innovación (GUNi) el 5- 6 de marzo en Barcelona, ​​España.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=2020030909364519

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