Entrevista a Susana Doné Corporan: “Los esfuerzos de los gobiernos hacia alternativas de educación para personas jóvenes y adultas son imprescindibles para superar la pobreza”

 09 Julio 2017/Fuente:vocesepja /Autora: Marina Martins Gonzalez, para la CLADE

De cara a la reunión de balance intermedio de la VI Conferencia Internacional de Educación de Adultos (CONFINTEA VI), que tendrá lugar en octubre en la República de Corea, compartimos una serie de entrevistas a expertas/os en educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) de América Latina y el Caribe, con miras a discutir los avances y desafíos pendientes respecto a la garantía de esta modalidad educativa como un derecho humano en nuestra región. En esta sexta entrega, entrevistamos a Susana Doné Corporan, especialista e investigadora en educación de personas jóvenes y adultas en República Dominicana.

En la entrevista, Susana comenta que uno de los principales retos de la EPJA en el país es garantizar la continuidad de los estudios de las personas jóvenes y adultas que concluyen los programas de alfabetización. “La única oferta que se está dando a las personas jóvenes y adultas después de terminar la alfabetización es integrarse a una escuela regular. Sin embargo, estas personas no quieren ir a una escuela regular y las escuelas de EPJA que existen no están necesariamente ubicadas cerca delas personas que lo necesitan. (…) Para ese tipo de población, las alternativas deben ser amplias y la sociedad civil juega un rol importantísimo en esa búsqueda de soluciones y de estrategias diferenciadas”, afirma.

¿Cuáles son los principales avances y retrocesos que fueron registrados en la EPJA en su país, en los últimos 6 años, desde la CONFINTEA VI en Belém do Pará, Brasil?

Ha habido muchos avances, tanto en el plano de la conciencia social sobre la importancia de la educación de personas jóvenes y adultas, como también respecto a la conciencia institucional para impulsar programas mucho más sostenidos. Se ha avanzado hacia un marco curricular adaptado para esta población y se ha mantenido como prioridad la educación de personas jóvenes y adultas por parte del gobierno dominicano, con la destinación de presupuesto, personal, una estrategia nacional y decretos específicos para esta etapa educativa. Asimismo, a partir del Decreto Presidencial y la Campaña “Aprende Contigo”, se concientizó la población sobre la importancia de superar el problema del analfabetismo en República Dominicana.

Sin embargo, un reto ha sido el tema de la continuidad educativa. Hasta ahora, no hay una directriz clara ni acciones concretas para lograr esta continuidad, pese a que el 70% de las personas egresadas del Plan de Alfabetización dicen querer seguir estudiando. Ha habido baja respuesta del Estado respecto a esa necesidad y voluntad de seguir estudiando.

¿Cuándo y cómo se adoptó el marco curricular adaptado a la EPJA que mencionaste?

En el 2011  a través de la Resolución 421 el Consejo Nacional de Educación, autorizó la creación de un modelo flexible y la revisión inmediata del currículo,  con la perspectiva de que las personas jóvenes y adultas requieren un currículo diferente al de la educación básica, media y secundaria.    Este currículo debe ser modular, flexible y adaptado a esa población. Realmente se avanzó sobre eso. El desafío del currículo adaptado ahora es que se implemente con esa mirada, adecuándose los espacios, tiempos y contenidos del proceso educativo a las necesidades de la población adulta.

Un desafío que todavía sigue es el hecho de que no tengamos un registro fiable y permanente de las personas analfabetas en el país. Más allá de un registro temporal, necesitamos un registro permanente que nos permita identificar la trayectoria educativa de las personas jóvenes y adultas. Es decir, como se hace para estudiantes del nivel inicial, primario y secundario, el Estado debe dar seguimiento a la trayectoria educativa de las personas jóvenes y adultas.

¿En su país, existen políticas y proyectos de EPJA que sean pertinentes para grupos de población marginados y vulnerables?

En el Plan Nacional de Quisqueya Aprende Contigo, se empezó a hablar de grupos de personas en situaciones de discapacidad. De hecho, se llegó a crear el manual para el uso del sistema braille en la EPJA. Sin embargo, entiendo que se requiere mayor esfuerzo en este sentido, tanto en la continuidad educativa como en la alfabetización. Se creó una línea de acción en el Plan, para trabajar con ese grupo específico, pero está pendiente la oferta de una educación de adultas/os que tenga en cuenta la persona con discapacidad, tanto en las escuelas laborales como en las escuelas formales normales.

En Plan Nacional de EPJA está hecho y pensado para las personas jóvenes y adultas en general, sin atender las especificaciones de esos grupos vulnerables. En nuestro caso sería importante atender a la población migrante.    Si los planes y proyectos de EPJA tuvieran miradas específicas hacia la población migrante, la población juvenil, hacia las mujeres y personas con discapacidad, entre otros grupos, podríamos haber avanzado mucho más.

¿En su país, existen políticas y proyectos específicos que contribuyan al derecho a la EPJA que sean pertinentes para grupos de personas jóvenes en situación de pobreza?

En nuestro país, en la educación de adultas/os, está la población más pobre y más vulnerable. Estar consciente de que se está atendiendo a la población más pobre y más vulnerable ya sería un avance en la política, y me parece que las autoridades lo tienen claro. De cara a la CONFINTEA VI, creo que se debería estar discutiendo que la EPJA no es un sistema minoritario dentro de los sistemas educativos de los países, sino que es un sistema amplio.      En República Dominicana existen alrededor de 1,7 millones de niños y niñas en la escuela. En la educación de adultas/os tenemos cerca de 264 mil personas. Sin embargo, según el censo de población del 2010 hay 3,291,071 dominicanas/os que no han concluido la educación básica. Es decir, la población potencial de la EPJA supera la población de todos los niveles del sistema educativo y el reto en esta etapa educativa es bastante importante. Ojalá pudiéramos visibilizar que los esfuerzos de los gobiernos hacia buscar alternativas de educación para personas jóvenes y adultas son imprescindibles para superar la pobreza.

En su país, los recursos del Estado y presupuestos asignados para garantizar la realización de la EPJA como derecho humano fundamental, ¿Son suficientes? ¿Se han incrementado?

La asignación de 4% del PIB para la educación representó la oportunidad de incrementar la cobertura en todo el sistema educativo, inclusive en la EPJA. Obviamente, cuando todo el sistema se active, el presupuesto de educación probablemente no será suficiente. Pero, ahora mismo, la educación de adultas/os tiene el reto de  ejecutar el presupuesto. No entiendo por qué no se ejecuta el 100% de lo presupuestado. Eso pasa para la toda educación, aunque creo que la educación de adultas/os es la que menos ejecuta los recursos disponibles.

¿Existen espacios de participación y consulta para la sociedad civil y los diferentes actores de la comunidad educativa, en especial educandos y educadores de la EPJA, sobre las políticas educativas de su país o localidad?

Se crearon los Consejos Municipales de Alfabetización, donde hay representaciones de la iglesia, la sociedad civil y de autoridades locales. Ese es un espacio de consulta y ejecución del plan nacional de alfabetización a nivel local, lo que representó un avance importante.

Por otro lado, antes existía la Red Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil que trabajan con el tema de la alfabetización, en la cual se discutía la formulación y la implementación de las políticas de EPJA de manera amplia.  Esa Red, una vez que inició el Plan Nacional de Alfabetización, fue prácticamente desactivada. Para mí, ese es un retroceso, pues se ha demostrado que la continuidad educativa no depende sólo del gobierno. Para ese tipo de población, las alternativas deben ser amplias y la sociedad civil juega un rol importantísimo en esa búsqueda de soluciones y de estrategias diferenciadas.

Explícanos mejor cómo ocurre la continuidad educativa. La persona que termina la alfabetización y quiere seguir estudiando, ¿qué opción tiene?

La única oferta que se está dando a las personas jóvenes y adultas después de terminar la alfabetización es integrarse a una escuela regular y escuelas laborales del MINERD. Sin embargo, las personas no quieren ir a una escuela regular y las escuelas de EPJA que existen no están necesariamente ubicadas cerca de las personas que lo necesitan. En general la oferta es muy limitada para garantizar la continuidad  educativa de los egresados del Plan Nacional de Alfabetización.

¿Qué recomendación específica haría a las autoridades de su país y a autoridades internacionales, para que se impulse el derecho a la educación de las personas jóvenes y adultas en América Latina y el Caribe?

El principal reto para el gobierno dominicano es garantizar que la población alfabetizada no se convierta en un grupo de analfabetas/os de retorno, y que esa población encuentre respuestas diversas, para continuar sus estudios en espacios educativos que atiendan a los distintos grupos etarios en sus necesidades específicas.

Otro desafío pendiente, según determinan las CONFINTEA, es que el gobierno se articule con la sociedad civil para la realización de la EPJA y asegure su participación en estos procesos. Asimismo, las autoridades deben, en diálogo con la sociedad civil, buscar fórmulas para hacer que las políticas y planes de EPJA lleguen a grupos específicos y vulnerables de la población.

Otro punto es la evaluación. Desarrollamos muchos programas y no evaluamos su efectividad y su impacto, con miras a establecer planes de mejora para que las políticas sean eficaces y alcancen quien más necesita.

Y por último desarrollar programas focalizados a grupos  en condición de vulnerabilidad (mujeres, migrantes, personas en conflicto con la ley etc.)  y, muy especialmente a jóvenes.

Fuente de la entrevista: https://vocesepja.campanaderechoeducacion.org/los-esfuerzos-de-los-gobiernos-hacia-alternativas-de-educacion-para-personas-jovenes-y-adultas-son-imprescindibles-para-superar-la-pobreza/

Fuente de la imagen: https://vocesepja.campanaderechoeducacion.org/assets/pastedImage-300×300.png

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La cultura de la reflexión y la planificación del currículum

Fernando Hernández

Reflexión sin acción es verbalismo, y acción sin reflexión es activismo.

Paulo Freire

Una historia para comenzar

En Estados Unidos, los años 60 representan una época intensa de innovaciones en educación. Era una forma de enfrentarse con los problemas sociales que estaban emergiendo y se pensaba que podrían solucionarse si se aplicaban una serie de reformas escolares.

La primera propuesta de innovación se planteó a mediados de los años 50 y la realizó la National Science Foundation. Reunió a científicos, psicólogos y pedagogos con el fin de transformar de manera radical la enseñanza de las ciencias y las matemáticas. La innovación consistió en sustituir la necesidad de enseñar un corpus de conocimientos científicos por un nuevo enfoque centrado en la búsqueda y el descubrimiento por medio de la experimentación. Esta orientación pretendía formar a los estudiantes tanto para que fueran buenos científicos como para acceder a carreras técnicas, promover una alfabetización científica y preparar a cada individuo para que actuara de forma más efectiva en una sociedad cada vez más tecnologizada. Con estos objetivos se llevaron a cabo una serie de programas, se escribieron nuevos libros de texto y el gobierno dedicó a todo ello más de 300 millones de dólares. Influidos por el efecto de este movimiento comenzaron a plantearse también reformas en la enseñanza de las ciencias sociales y de la lengua inglesa.

Lo que vino después de todo este flujo de dinero para la educación (quizá fue éste el hecho más innovador) fue la necesidad de evaluar lo que se había llevado a cabo. Con la evaluación se evidenció que la mayor parte de las innovaciones habían fracasado y que los profesores, algunos años después, no las llevaban a la práctica. Las razones que explicaban este fracaso fueron las siguientes:

1. La noción de innovación curricular que se adoptó seguía un modelo de cambio demasiado simplista y no hacía justicia a la complejidad de las escuelas y de las relaciones entre profesores y alumnos. Se pensaba que una innovación, una vez se decidía adoptarla, inmediatamente iba a encarnarse en la práctica diaria de las escuelas, lo que presuponía que una innovación en educación tenía que funcionar igual que en la industria o en la agricultura.

2. El cambio cultural planteado con estas innovaciones fue también otro factor decisivo. Hasta entonces, las innovaciones estaban en manos de los profesores. Los cambios en el currículum se plantaron de «arriba a abajo», cuando los cambios ocurren de forma bien distinta en las escuelas.

3. No sólo por las razones apuntadas fracasaron la mayor parte de las innovaciones, sino porque los planificadores no tuvieron en cuenta la idea de que el profesorado tiene una función fundamental en las innovaciones que se llevan a cabo en las escuelas. Esto hizo que a partir de los años 70 se comenzara a tener en cuenta al profesor al diseñar, planificar y ejecutar innovaciones, pues, como ha señalado Fullan (1982), «el cambio en educación depende de lo que los profesores hagan y piensen; es tan simple y complejo como esto».

Las coincidencias en un proceso de innovación curricular

¿Qué tiene que ver toda esta historia con nuestra realidad educativa, con la tarea que los profesores han de realizar en torno al Proyecto Curricular de Centro o a su planificación en el aula? Hay un fuerte paralelismo. El Diseño Curricular se le ha presentado al profesorado como una importante innovación educativa, que le ofrece un nuevo enfoque psicopedagógico que explica de forma científica los procesos de enseñanza y aprendizaje, y desde el cual ha de organizar la práctica en el centro y en la clase. Seguir esta innovación y las aplicaciones que la desarrollan, como la organización y secuenciación de los contenidos en el Proyecto Curricular de Centro, va acompañado del mensaje de que todo ello contribuirá a mejorar el aprendizaje de los alumnos y la calidad general de la enseñanza. Ejemplos de cómo llevar a cabo esta tarea están llegando estos días a los centros y la obligación de definir el mencionado Proyecto Curricular ha sido regulado en fecha reciente por un Real Decreto. Todo lo cual muestra un cierto paralelismo, en cuanto la voluntad y la forma de promover una reforma educativa, en relación con la anteriormente descrita.

Ahora, el profesorado ha de explicitar y secuenciar las diferentes áreas curriculares en relación con las que aparecen en el Currículum Oficial. Pero, ¿qué idea de currículum tiene el profesorado, cómo lleva a cabo la adaptación de la propuesta oficial, cuál es el papel de la planificación en la práctica, cómo se relaciona todo ello con la realidad del centro y del aula?

El currículum desde la práctica

Las investigaciones sobre la práctica curricular en los centros han puesto de manifiesto que los docentes organizan su práctica profesional sobre todo mediante un currículum funcional, es decir, mediante un sistema organizativo repleto de concepciones subyacentes, que guían la planificación diaria de clase, pero que no siguen las pautas organizativas que previamente han planificado.

Para el profesorado, apuntan McCormick y James (1983), el currículum en la práctica comprende sobre todo: a) el horario y distribución de las diferentes materias; b) los objetivos de cada una de ellas y las intenciones generales, con frecuencia no explicitadas, sobre lo que se pretende que los alumnos aprendan y/o los resultados del aprendizaje, reflejado sobre todo en los exámenes, que tratan de recoger lo que el alumno recuerda, lo que ha comprendido y las actitudes que ha desarrollado.

El currículum oficial es una referencia, un lugar al que mirar y al que se toma o no como guía en las decisiones que han de organizar la práctica. El currículum real no es planificado de manera sistemática, basándose en decisiones racionales, y por supuesto, alejado de un planteamiento crítico que fundamente o ponga en cuestión las decisiones que se toman sobre la enseñanza de una materia o su organización a lo largo de la escolaridad.

Lo que suelen plantearse los profesores son los temas que van a explicar, las actividades que van a llevar a cabo los alumnos y el orden en que las van a realizar. Todo ello guiado, la mayor parte de las veces, por los libros de texto o por materiales, sobre todo en las diversas modalidades de fichas, que favorecen la ejecución de tareas y que se obtienen mediante la recopilación de diferentes fuentes agrupadas por un profesor o entre un grupo de docentes de una misma área curricular. El resto de los procesos que tienen lugar en la clase, los intercambios que en ella se producen y que favorecen el aprendizaje, suelen ser fruto del azar, la casualidad, la inercia o la costumbre. Se basa en la intuición de lo que ya ha funcionado en otras ocasiones y no en una actividad planificada y racional.

Todo ello resulta hasta cierto punto normal, pues en contra de lo que propugnan los modelos neotecnológicos, la enseñanza y las complejas relaciones y dotaciones de significados que se producen en torno a unos conocimientos escolares, no pueden traducirse en un «PERT» empresarial, pues supondría aceptar que existe un modelo único, válido, fiable, que pueda reducir esta complejidad a una secuencia algorítmica. Lo mismo sucede con la planificación de un área curricular. No puede sostenerse que existe un criterio único de ordenación, pues depende su secuenciación de la «representación» epistemológica y metodológica que del conocimiento y su aplicación en actividades de aprendizaje tiene cada especialista, y supondría que las disciplinas son campos de saber unificados, y no agrupaciones de individuos que se rigen por criterios ideológicos, representaciones sociales o intereses gremiales. Los conocimientos que se enseñan en la escuela, aunque se presenten bajo el paraguas de su cientificidad, van a ser reinterpretados desde múltiples significados, no sólo por quien los elabora y los presenta desde el currículum oficial, sino por el profesor o profesora que desde su bagaje profesional ha de traducirlos para que sean «conocimiento de otros» en la actividad diaria de la clase.

¿Cómo se sitúa el profesor ante el currículum que ha de planificar?

Pérez Gómez (1987) señala que, por lo general, los profesores comienzan con una idea difusa de la actividad que pretenden desarrollar en la práctica. En el proceso de planificación, dicha idea se va elaborando y adaptando a los intereses y necesidades del alumno y del profesor, a la orientación implícita del proyecto curricular, a los medios y recursos didácticos disponibles, a la configuración del espacio y del tiempo, al clima psicosocial del aula.

Por esta razón, cuando se plantea un modelo único de planificación, con la idea de que es posible y conveniente predeterminar de forma pormenorizada cuántos contenidos deben enseñarse y los métodos y técnicas que deben utilizarse e incluso la propia secuencia de cada actividad, el profesor circunscribe su atención a un conjunto reducido de acontecimientos. Conlleva, además, constreñir la vida del aula impidiendo la expresión y aparición de acontecimientos no previstos, e ignorar la riqueza de los procesos reales que se producen entre las propuestas de enseñanza y el proceso de aprendizaje en el aula.

De aquí viene que tratar de que el profesorado unifique bajo un esquema común la organización del currículum en una escuela o la planificación de un área curricular o de lo que ha de suceder en una clase, no deja de ser una ilusión basada en el idealismo de que el conocimiento tiene «una» forma de representación y planificación, y que como tal puede ser captada y traspasada por el profesorado.

Todos éstos no son argumentos en contra de la planificación, sino una llamada a hacerle perder su rigidez y su carácter normativo, es decir, una voz para que vuelva a la realidad. La planificación es importante, porque cuando el profesor la realiza, e intenta especificar desde una actitud flexible la concreción de la actividad didáctica, esto puede favorecer el análisis de los objetivos, de los procesos que trata de favorecer y las consecuencias que de unas determinadas decisiones pueden derivarse, lo que confluye en una confrontación de alternativas en el proceso de la acción. En definitiva, como señala el mismo Pérez Gómez, conducen a la reflexión sobre la práctica, y con ello al perfeccionamiento profesional del profesor, derivado de su comprensión de los procesos y consecuencias que sus decisiones y propuestas desencadenan, y de la interpretación que realiza tanto de su actuación como de la de los alumnos.

¿Que encontramos cuando el profesorado lleva a cabo la planificación curricular?

La forma de llevar a cabo la planificación curricular sigue en la práctica del centro recorridos diferentes, constatados en tareas de asesoría sobre el desarrollo del currículum en los centros.

1. Hay grupos de profesores para quienes la planificación curricular supone, siguiendo el modelo que hasta ahora han llevado a cabo con la explicación de los objetivos de conducta, una plasmación de los contenidos curriculares, a modo de listado, con el que se cumple con el requisito de adecuarse a la reforma, para luego archivarlos y continuar la práctica de forma similar.

2. En otros casos se parte del estudio de las propuestas curriculares oficiales y en función de ellas comienza a revisarse y adecuarse las planificaciones que ya existían en el centro, con la finalidad de «cubrir lagunas» y ajustar los contenidos.

3. También se ha observado que hay grupos que comienzan explicitando los objetivos que pretenden cubrir en cada área al final de cada ciclo y luego los contrastan con los contenidos propuestos por el currículum oficial y proceden a explicitar lo que corresponderían a cada una de las áreas.

4. Otros parten de la revisión de los contenidos de un área curricular. En función de esta intención se toma algún contenido y se analizan todos sus componentes en función de las actividades que se llevan a cabo cuando se pretende transmitirlo en cada nivel. La explicitación exhaustiva de los diferentes componentes de cada contenido, así como las actividades que permiten enseñarlo, van permitiendo revisar toda la práctica del centro.

5. Hay quien parte, por ejemplo, de los contenidos procedimentales y trata de encontrar su sentido desde un área y en relación con las actividades que los profesores llevan a cabo en cada clase.

6. Hay quienes pretenden adaptar la práctica del centro las concepciones psicopedagógicas del DCB (por ejemplo, el enfoque constructivista, la actitud globalizadora). Para ello revisan la forma de llevar a la práctica los contenidos de cada una de las áreas, en función de lo que significaría una concepción constructivista. Esto conlleva la revisión de la práctica y el inicio de una nueva forma de plantear las relaciones entre enseñanza y aprendizaje.

7. En otros casos se parte de la revisión de actividades concretas de un área y se analizan sus intenciones educativas: qué es lo que se pretende enseñar y cómo se piensa que el alumno lo aprenderá. A su vez, se contrasta esta explicitación con el currículum oficial y se redacta el resultado de tal elaboración de investigación sobre la práctica.

Estos recorridos, que a su vez adquieren una dimensión temporal diferente, muestran la variedad de interpretaciones que el profesorado otorga al significado «realizar el proyecto curricular» y abre la necesidad de plantearse la actitud de encararlo, cualquiera que sea la trayectoria que se adopte.

Del seguimiento de unas directrices a su revisión reflexiva

El profesor, tomando el planteamiento de Giroux (1990), es o podría llegar a ser un intelectual comprometido con el conocimiento, que investiga y experimenta, y que utiliza el conocimiento para comprender los términos de la situación social del contexto, del centro, del aula, de los grupos y de los individuos, así como para diseñar estrategias flexibles adaptadas a cada momento, cuya eficacia y bondad experimenta y evalúa de forma permanente, y que comparte todo este proceso con otros colegas.

El profesor no es un mero transmisor de contenidos y un evaluador de resultados, ni un técnico que aplica métodos y rutinas, elaboradas por otros desde fuera de su propia práctica y derivadas de un conocimiento científico existente y con la finalidad de lograr determinadas metas preestablecidas.

Esto supone plantearse, ¿qué fundamenta la práctica?, ¿qué miradas (epistemológicas, ideológicas, pedagógicas) la guían?, ¿qué relación se puede establecer entre el pensamiento y la acción?, ¿el reconocimiento cambia la práctica?, ¿qué hacer con las diferentes interpretaciones que surgen en torno a un procedimiento, o al valor que se le da a un concepto, o como éste se detecta en la práctica de la clase?

El sentido de la reflexión no es una actitud dentro de un sistema de pensamiento psicológico, sino que está en relación con un modo de pensamiento crítico, es decir, que tiene libertad para cuestionar el sistema de valores que puede ofrecerle el propio DCB.

Marsick (199 1) señala que ser críticamente reflexivo significa buscar las presunciones, valoraciones y creencias que subyacen en las acciones. No todo aprendizaje en la escuela requiere esta profundidad de análisis, incluso no siempre es recomendable o incluso aceptada por el profesorado. Ser críticamente reflexivo, ya requiere haber aprendido cierto nivel de reflexión por simple que sea, es decir, requiere ser capaz de examinar de forma regular la propia experiencia, en aras de asegurar su propia efectividad. Cuando el aprendizaje del profesorado incluye reflexión crítica, puede ser más fácil examinar los fenómenos allí donde se producen, es decir, en el contexto de la propia práctica de trabajo.

Todo ello supone que el profesorado ha de disponer de una información que traspase el ámbito de su área de especialización disciplinar, para actuar como profesional capacitado para tomar decisiones sobre su planificación y puesta en práctica, en las diferentes situaciones que pueda encontrarse en su trayectoria profesional. Lo que implica también decidir qué fundamentación sobre el enseñar y el aprender orientará dicha práctica. Sólo así la obligación de llevar a cabo la planificación curricular dejará de vivirse como una imposición de la administración y se transformará en una necesidad de la propia actitud profesional del profesorado.

Hemos hablado de: 
Educación
Centro escolar
Planificación del currículum
Proyecto curricular de centro

Bibliografía

Fullan, M. (1982): The Meaning of Educational Change. Ontario. Oise Press.

Giroux, H. (1990): Los profesores como intelectuales. Barcelona. Paidós.

Marsick, V J. (1991) : «Aprendizaje en el centro de trabajo: el caso de la refexividad y de la reflexividad crítica». Revista de Educación, 294,141154.

Mccormick, R;James, M. (1983): Cumculum Evaluation in Schools. London. Croom Helm.

Pérez Gómez, A. (1987): «El pensamiento del profesor vínculo entre la teoría y la práctica.» Revista de Educación, 284, 245-272.

Fuente del articulo:

http://guix.grao.com/mmd/NzAzNDQ0NzQtZjgxMDBiY2IzNTQzNjVkODBiZTJlY2EzYjgwYzBhY2EtQVUtRVM=

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8 de cada 10 peruanos de acuerdo con enseñar educación sexual en las escuelas

América del Sur/Perú/29 Abril 2017/Fuente: rpp/Autor:Redaccion

25 mil mujeres en edad escolar quedan embarazadas cada año en Perú. El embarazo adolescente es considerado una de las causas principales de la deserción escolar, según una encuesta de Integración.

Fuente de la noticia: http://rpp.pe/lima/actualidad/8-de-cada-10-peruanos-de-acuerdo-con-ensenar-educacion-sexual-en-las-escuelas-noticia-1047241

Fuente de la imagen: http://e.rpp-noticias.io/normal/2017/04/29/411341_395930.jpg

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Entrevista a César Bona: «El fin de la educación no es crear seres empleables, sino íntegros»

29 Enero 2017/Fuente: eldiario/Autor:

El maestro César Bona, experto en innovación pedagógica, asegura que todos hablan de la necesidad de una reforma educativa, pero la cuestión es si la sociedad está preparada para ese cambio

Bona promueve un cambio educativo basado en el aprendizaje competencial, donde se ponga al centro al niño, no las notas ni el currículo educativo ni el maestro

César Bona (Zaragoza, 1972) se ha pasado 18 meses recorriendo España en busca de otra forma de enseñar. Fruto de ese periplo es el libro Las escuelas que cambian el mundo. Escuelas que no están en Finlandia (reconocida universalmente como el modelo educativo a seguir), pero que, de alguna manera, están contribuyendo a cambiar la forma de entender la educación en España.  Bona, quien estuvo entre los 50 finalistas al Mejor Profesor del mundo en la primera convocatoria del premio Global Teacher Prize (una especie de premio Nobel del profesorado),  asegura que «se habla de que es necesaria una reforma educativa, pero ¿la sociedad está preparada para cambiar?».

¿Se ha declarado una especie de estado de emergencia educativa en España?

Si echas la vista hacia atrás, hace unos años en los medios de comunicación siempre había una noticia negativa sobre educación cada día. Ahora, muchas veces sale alguien que está realizando un proyecto educativo interesante o una escuela que está innovando… Es interesante e importante el hecho de que por fin los medios de comunicación estén dando importancia a la educación en positivo. El hecho de que los partidos hablen de que es necesario un pacto también es importante. Ahí, los dirigentes deben pensar y reflexionar que las decisiones afectan a todo el país. Y, además, tienen que pensar que los pasos que den deben estar por encima de las ideologías porque la educación lo está.

¿Ese es uno de los grandes males de la educación: el hecho de que cada partido quiere imponer su impronta cuando llega al poder?

Los partidos deben evaluar la situación. Evaluar es algo que hacemos a diario todas las personas. Si voy por una acera y tropiezo con una piedra seguro que al día siguiente no me pasará porque habré evaluado la situación. Eso deben hacer los políticos: evaluar. Ver lo que no se ha hecho bien y hacerlo de otra manera. Está claro que por muchas reformas que se han hecho en los últimos años no hemos ido a mejor. He tenido la suerte de viajar durante 18 meses por España y he visto que hay miles de maestros y maestras que tienen pasión por lo que hacen y están deseando dar lo mejor. Y ser formados.

¿Hacia dónde debe dirigirse la formación de los futuros maestros y maestras?

Somos seres sociales, pero educamos a entes individuales. Cuando entras en un aula y ves los pupitres de uno en uno mirando hacia la pizarra ya sabes qué tipo de interacción va a producirse. Los alumnos escucharán al profesor y repetirán en su mente lo que dice, si es posible sin hablar. Eso debe cambiar. Es decir, hay que estimular el trabajo en equipo, el compromiso social. Ser maestros es un gran privilegio y una gran responsabilidad cada día. Tenemos que tener la mente abierta y dispuestos a aprender de todos los que nos rodean: compañeros, niños, padres… El gen de aprender de los compañeros es fundamental. Crear un vínculo con las familias también es fundamental. La formación debe ir dirigida tanto a los docentes en activo como a los futuros maestros. En junio, se licenciarán miles de maestros con las mismas bondades que los docentes en activo, pero también con múltiples carencias. Cada día los profesores tienen que ser conscientes de la gran responsabilidad que tienen cuando cruzan la puerta del aula y que van a marcar la vida de los chicos y chicas que tengan la suerte de tenerlos como maestros.

Hay que poner en el centro al niño, no las notas ni el currículo educativo ni el maestro

Se carga la responsabilidad en la escuela, pero la sociedad tiene un papel fundamental.

Todos parecen pendientes de los movimientos que se producen en Finlandia. Por ejemplo, tiran los muros de una escuela para dar clase de otra manera. Pero, que pruebe alguien a hacer eso en España y a ver qué pasa. Todo el mundo habla de que es necesaria una reforma educativa, pero la cuestión es si la sociedad está preparada para ese cambio que todos pedimos.

La consideración social que tiene el profesorado en Finlandia no tiene nada que ver con la que existe en España.

No sé cuál es la razón, pero siempre tendemos a valorar lo que tenemos más lejos. Y nos cuesta valorar lo que tenemos más cerca, justo al lado nuestro. Hay escuelas en todos los sitios de España que hacen cosas muy bonitas y funcionan a nivel académico y social. Esos tienen que ser nuestros grandes referentes. ¡Pero si hay gente que lleva haciendo cosas innovadoras desde 40 años! Cuando se habla de innovación no se trata de cambiarlo absolutamente todo, sino de repensar las cosas. Se trata de poner en el centro al niño, no al currículum educativo ni al maestro. Y a partir de ahí, ver si queremos educar entes individuales o entes sociales que sepan usar el conocimiento.

Su último libro versa sobre las nuevas escuelas y la forma en que están cambiando la educación en España. Pero da la sensación de que no existe una política uniforme detrás que las respalde, sino que es el esfuerzo de unos pocos especialmente motivados.

Es verdad que detrás de esas escuelas hay equipos directivos y de profesorado motivados y perseverantes, que saben que les va a costar cambiar las cosas y convencer a los padres. Cuando hablo de que hay miles de maestros y maestras que desean ser formados, esa misma formación debería ir a las universidades y a la administración. De lo contrario siempre caminaremos por senderos paralelos y no se cruzarán. Si todos miramos en la misma dirección sí se podrán cambiar las cosas.

PISA valora la empleabilidad, la competitividad, deja al margen otro tipo de formación.

Si se miden las competencias de lengua, matemáticas y ciencias habría que mirar también cómo se está enseñando en las escuelas. Los informes de PISA no tienen en cuenta otro tipo de cosas que sí se enseñan. Si pudiéramos recoger los titulares de los periódicos una semana después de salir PISA parece que todo se limita a establecer una clasificación de países. Se vuelve a perder la esencia de lo que es la educación. Algunos titulares señalan que unas comunidades están a un curso escolar de distancia de otras… El fin de la educación no es ese y el de PISA tampoco debería ser. Si PISA valorará el sistema memorístico, España estaría bastante más por encima. Hay competencias que no mide, como el respeto a las diferencias, la cooperación, las emociones…El fin de la educación no es crear seres empleables. Hay gente que solo piensa que hay que formar para trabajar, pero de lo que se trata es de crear seres íntegros. Cualquier jefe o compañero requiere gente que vea retos en lugar de problemas, que sean creativos, que sepan trabajar en equipo, respetuosos… Todo eso es lo que debe trabajarse.

Pero los padres solo tienen en cuenta las notas, que la escuela sea más o menos inclusiva no es algo que les llame la atención.

Cambiar la educación depende del conjunto de la sociedad. Las notas son simplemente una ayuda para ver cómo van los alumnos. Muchas veces se asocian únicamente al conocimiento. Y si seguimos asociando la escuela al conocimiento exclusivamente nos vamos a perder muchas otras cosas. Si fuera padre, más que unas notas lo que me importaría es que mis hijos fuesen íntegros. Tampoco podemos olvidar que los niños tienen que ir felices a la escuela. Eso no significa que no haya exigencia ni que no haya buenos resultados. Es justo al contrario.

Es decir, que se queden con ganas de volver al colegio.

Es una obviedad. Si va con ganas de aprender ya tenemos la mitad del camino recorrido. Si alguien está saturado no tiene ganas de volver a lo mismo, pero eso es algo que nos pasa a los adultos también. Queremos educar a nuestros hijos como nosotros fuimos educados. ¿Por qué? Pues porque hay cierto temor a cambiar las cosas, pero si no se cambian van a seguir siendo de la misma manera.

Es decir, dejar de dar importancia al resultado y mucha más al proceso

En el sistema memorístico todo se resume en que lo que da el profesor el alumno se lo devuelve a través de un examen. Falta la participación, que los alumnos se sientan implicados tanto en la escuela como en la sociedad. Una de las destrezas de un maestro debe ser encontrar el talento de cada chico. Y no me refiero a lo que se ve en los programas de televisión. Hay que parar de tanto conocimiento e invitar a la reflexión a los niños también y dar importancia a cuestiones como la autoestima. El factor que más influye en el éxito académico es el autoconcepto y las expectativas que tienen los demás de ti. Para formar seres íntegros, el conocimiento es una de las partes que hay que tener en cuenta, pero es preciso educar en la frustración, en la resiliencia, en la autoexigencia, en el respeto a las diferencias… Y todo eso no se tiene en cuenta en PISA.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/educacion-crear-seres-empleables-integros_0_604039977.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/sociedad/Bona-candidato-Nobel-educacion-aprender_EDIIMA20160918_0208_4.jpg

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Bolivia: Implantará un observatorio de medición de la calidad educativa con la Unesco

Bolivia/Noviembre de 2016/Fuente: Agencia EFE

Bolivia, con ayuda de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), iniciará un programa piloto con vistas a implantar un proyecto para evaluar la calidad educativa de sus colegios, informó hoy el Ministerio de Educación.

El viceministro boliviano de Educación Regular, Juan José Quiroz, explicó que este estudio se aplicará inicialmente a los centros de educación primaria.

Este observatorio se llevará a cabo en colegios públicos, concertados y privados.

Quiroz dijo que a través del convenio firmado con la Unesco están «conociendo las experiencias que se han desarrollado sobre la evaluación de la calidad educativa en varios países del mundo».

La asistente técnica de la Unesco de Santiago de Chile, Adriana Viteri, anunció a los medios que este estudio tiene un «enfoque curricular».

«Nosotros recolectamos la información curricular de todos los países de la región (…) tomamos aquellos factores comunes de aprendizaje y en base a eso construimos los instrumentos», sostuvo.

Durante este proceso, que tiene una duración de entre tres y cinco años, se realizan pruebas piloto y ensayos de distinta naturaleza para establecer los parámetros en base a los que después se evaluará la calidad educativa del país.

Según Quiroz, se prevé que en dos años se tengan los primeros resultados «concretos».

«Los resultados nos van a permitir reorientar, si es que existen algunas limitaciones en algunos campos de saberes y conocimientos que tiene el actual currículo», explicó.

Viteri sostuvo que desde la Unesco se hace una presentación de los resultados que «va más allá del ámbito pedagógico», pues se procede a la presentación de los niveles de desempeño de los estudiantes como información pedagógica que ayuda a la comunidad educativa.

En la actualidad este operativo se aplica en 19 países de América Latina, Centroamérica y El Caribe. Los últimos países en incorporarse fueron Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay, Venezuela y ahora Bolivia.

Fuente: http://www.efe.com/efe/america/sociedad/bolivia-implantara-un-observatorio-de-medicion-la-calidad-educativa-con-unesco/20000013-3105661

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Formadores de Formadores

Por: Roberto Moreno Godoy

La mejora de la educación recae en la preparación de los maestros.

Guatemala emprendió hace cinco años una reforma educativa trascendental. Derivado de un diálogo y consenso interinstitucional, en el 2012 el Ministerio de Educación resolvió elevar la formación inicial de los maestros de primaria a la universidad, una decisión crítica, pero largamente diferida. La estrategia, que fue adoptada hace décadas por la mayoría de países de la región latinoamericana, parte de la premisa que el poder transformador de la educación, así como su capacidad real de incidir en el desarrollo de los pueblos, depende de que los maestros cuenten con los conocimientos, competencias y herramientas para realizar una labor eficaz. No hubo necesidad de convencer a las universidades sobre la urgencia de este cambio, pues estas dieron ese paso tiempo atrás, convencidas de la relevancia de la preparación de los futuros educadores para mejorar la calidad de la educación. Ellas lanzaron los primeros programas de formación de maestros de primaria a nivel superior hace casi dos décadas atrás, mucho antes de que ello fuera requerido en ley.

Sin embargo, más allá de lo plasmado en la estrategia aprobada por el Mineduc, el exigir que los maestros de primaria sean certificados por las universidades es necesario, pero no suficiente. Se debe garantizar que el cambio provoque una renovación profunda del proceso de formación inicial docente, de forma tal que se cumpla con los estándares de calidad requeridos. Por ello, la Universidad de San Carlos de Guatemala y varias universidades privadas se integraron en un consorcio y se comprometieron a trabajar juntas para asegurar que la reforma permitiera entregar a la sociedad maestros bien preparados. Este tema es tan importante para el país, que las casas de estudios han podido hacer frente a limitaciones y sortear obstáculos para trabajar juntas desde hace varios años. Para lograrlo han puesto sus propios fondos y sus mejores talentos al servicio de esta importante iniciativa. Asimismo, han contado con el apoyo complementario de socios, tales como la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos de América, a través del Programa Leer y Aprender, que han brindado recursos y asistencia técnica. Este esfuerzo colectivo ha permitido investigar el estado del arte de la formación inicial docente para los niveles preprimario y primario, establecer criterios curriculares para la alineación de programas de formación de maestros, sistematizar las mejores prácticas impulsadas por las universidades del país y discutir criterios para el abordaje del bilingüismo y la interculturalidad en las carreras de formación inicial docente, entre otros valiosos productos.

Afortunadamente, el cambio de gobierno no ha perturbado la reforma. El Ministro de Educación está muy familiarizado con el tema, pues él formó parte de este consorcio en su inicio, entonces representando a la Usac. El lunes de la semana pasada, los miembros de la agrupación, encabezados por la Universidad Panamericana, que coordina al grupo en esta etapa, se dieron cita en la Universidad Mariano Gálvez, junto al Ministro y a sus Viceministros Técnico y de Verificación de la Calidad de la Educación, para la inauguración del Programa Interuniversitario de Formación de Formadores. La lección inaugural del programa estuvo a cargo de la UVG. Los beneficiarios de este programa, cuya estructura es modular y semipresencial, fueron designados por las universidades miembros del Consorcio (San Carlos de Guatemala, del Valle de Guatemala, Mariano Gálvez, Panamericana, Galileo, Internaciones y San Pablo) y por el Mineduc. El programa afianzará la formación de los catedráticos de las universidades. Este paso es fundamental para lograr que la reforma permita entregar a nuestra sociedad los nuevos maestros de primaria, que se convertirán en unos de los principales agentes de que Guatemala necesita con urgencia.

Fuente: http://elperiodico.com.gt/2016/02/26/opinion/formadores-de-formadores/

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