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Mujeres: la columna rota

Por: Daniel Seixo

Mujer

Del lat. mulier, -ēris.

1. f. Persona del sexo femenino.

«No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino.»

Simone de Beauvoir

«El feminismo es, en la mayor parte del planeta hoy, una teoría de las libertades elementales y mínimas, que no te casen contra tu voluntad, que no te violen, que no te golpeen, que no te den menos de comer, que no te asesinen cuando eres niña.«

Amelia Valcárcel

La mujer casada, la madre que es obrera, suda sangre para cumplir con tres tareas que pesan al mismo tiempo sobre ella: disponer de las horas necesarias para el trabajo, lo mismo que hace su marido, en alguna industria o establecimiento comercial; consagrarse después, lo mejor posible, a los quehaceres domésticos, y, por último, cuidar de sus hijos

Alexandra Kollontai

«Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarse a que te devore desde el interior».

Durante siglos la menstruación ha supuesto incomprensiblemente un tabú que ha situado su vivencia en la superstición, el mito y el estigma social que relega a la mujer a un papel de sumisión frente al hombre, únicamente sostenido por la superchería y el desconocimiento. El desprecio a la realidad y a la cultura propia de más de la mitad de la población, supone todavía a día de hoy un vestigio de irracionalidad demasiado presente para millones de mujeres en todo el mundo. Cerca del 50% de las niñas de La India, desconocen qué es la regla cuando les llega por primera vez.  Un país en el que se cree que las mujeres que tienen la menstruación son impuras y en el que las sanciones sociales que excluyen a estas mujeres de la vida religiosa, laboral e incluso educativa, siguen suponiendo un motivo cierto de discriminación y opresión por parte del arcaico patriarcado.

Tan solo un 12% de las mujeres tienen acceso en el país a compresas y paños higiénicos y millones de ellas carecen de información adecuada sobre la higiene menstrual, pero aún en caso de poder seguir los consejos más básicos en este sentido, el 90% de las mujeres hindúes asegura carecer de un lugar para tirar esos desechos en su centro de trabajo o estudio. Debido a esto, muchas mujeres se ven incapacitadas para poder llevar su menstruación con privacidad y dignidad y de esta forma terminan renunciando a su formación o sus puestos de trabajo. Esto no solo supone un estigma para las mujeres, sino también una traba para una sociedad que sufrirá a largo plazo claras repercusiones negativas en materia de integración y productividad del país.

Resulta sumamente importante conocer las vivencias de las mujeres, pero para ello resulta a todas luces vital conocer y reforzar el sujeto político del feminismo

A causa del estigma asociado a su menstruación, todavía en la actualidad una mujer hindú puede verse excluida de las actividades religiosas, ser señalada y humillada en los centros educativos o directamente ser obligada a apartarse de las reuniones de su propia familia, incluso se le pueden llegar a negar actos tan triviales como cruzar un río o simplemente tocar una jarra de agua por el miedo a que esta resulte contaminada. Por desgracia, todas estas sanciones no suponen la parte más irracional asociada a la regla en un país en el  que 335 millones de mujeres tienen la menstruación cada mes. Muchas de ellas, especialmente en entornos fuertemente precarizados, son a menudo forzadas a adoptar medidas irreversibles para su salud a largo plazo. La dificultad para cuidar de la higiene menstrual, el temor a un embarazo fruto de una violación y las complicaciones que la menstruación provoca en los entornos laborales, hace que muchas mujeres en La India sean sometidas a histerectomías totalmente innecesarias y perjudiciales para sus vidas.

En los últimos años, investigaciones periodísticas han destapado como en el estado occidental de Maharashtra miles de mujeres habían sido sometidas a procedimientos quirúrgicos con la intención de extirparse el útero de cara a lograr ser empleadas como recolectoras de la caña de azúcar. Las infecciones derivadas de las pésimas condiciones sanitarias de las chozas en las que viven sin atención sanitaria cerca de los cultivos y la común negativa de los empresarios de los distritos más ricos en el occidente del estado a contratar a mujeres, alegando que estas se ausentan durante varios días debido a complicaciones relativas a su menstruación, termina llevando a miles de mujeres a tomar esta drástica decisión aconsejadas o directamente presionadas por familiares o doctores sin escrúpulos. En estas condiciones, la regla supone no solo un estigma, sino también una condena para muchas mujeres en todo el país. En tan solo tres años, en el distrito de Beed se produjeron más de 4.605 histerectomías. Muchas de ellas ejercidas contra mujeres de menos de 40 años que desconocían totalmente las posibles complicaciones derivadas de un proceso tan agresivo como innecesario para sus cuerpos.

En 2019 las denuncias por agresión sexual se incrementaron en un 10,5% pese al caso de La Manada, los multitudinarios 8 de marzo o la fuerza política e institucional del feminismo

La  falta de información, la práctica inexistencia de políticas diseñadas para la gestión de la higiene menstrual, la precariedad de las infraestructuras y la irresponsabilidad médica aderezada con la mera superstición que pretende dar solución con agresivas cirugías a problemas ginecológicos menores que en occidente podrían ser tratados con simples medicamentos, ha condenado a millones de mujeres a una vida de dolores persistentes y diversos síntomas con graves consecuencias sobre la salud de mujeres y niñas que en demasiadas ocasiones termina incapacitadas para los duros trabajos físicos que  suponen su única vía de acceso a un salario.

Por desgracia la discriminación y la superstición asociada a la menstruación no supone una actitud social circunscrita de manera exclusiva a la República de la India. Desde el absoluto tabú que supone el tema en Malawi, pasando por la mera superstición que hace que en Tanzania todavía se siga creyendo que una persona que vea sangre menstrual quedará maldita o que en Japón se consideren que la regla puede influir en la preparación de alimentos, la menstruación sigue suponiendo en la actualidad uno de los grandes motivos por los que las mujeres de todo el mundo se ven sometidas a un trato discriminatorio y vejatorio.  También en el supuesto occidente capitalista y desarrollado, la sangre procedente de la matriz que todos los meses evacuan naturalmente las mujeres, sigue suponiendo en muchos casos un motivo de vergüenza y desconocimiento, además de un claro factor de desigualdad social y económica.

No en vano, el mayor precio que comúnmente se aplica a algunos productos femeninos, la conocida como ‘tasa rosa’, puede hacer que estos productos lleguen a ser entre un 50 y un 60% más caros que sus homólogos masculinos. Un sobreprecio que tiene también su efecto sobre los productos de higiene menstrual y que convierte en un lujo lo que sin duda supone una necesidad. Según informes del Instituto de la Mujer, las mujeres españolas pasan unos 36 años de su vida con la regla, unos 13 periodos por año, lo que supone 468 periodos, cuatro días de media por cada uno de ellos, un total 1.872 días. Más de cinco años de la vida de una mujer con la regla, lo que equivale a una media de 7.000 euros dedicados a productos de higiene que en nuestro estado están gravados con un 10%, el mismo IVA que el caviar.

El tabú sobre la menstruación no solo supone un control directo de la experiencia social de la mujer, sino que afecta también a su capacidad reproductiva y a su propio cuerpo. Lejos de suponer meramente arcaicos remanentes culturales sin valor alguno de los que se niegan a desprenderse ciertas sociedades «no tan desarrolladas», el estigma más o menos directo sobre la regla viene a responder simplemente a diferentes etapas o evoluciones de la misma dinámica de opresión patriarcal sobre la mujer. Dinámicas de sumisión que por otra parte son tan diversas entre sí como lo pueden ser el matrimonio infantil o la ablación del clítoris, pero todas ellas comparten un mismo objetivo común: someter bajo el dominio masculino a la mujer.

Las formas de discriminación y opresión sufridas por el simple hecho de ser mujer, varían de forma sádica a lo largo y ancho del planeta

El matrimonio infantil se trata todavía en nuestros días una práctica común en países como Chad, República Centroafricana, Bangladesh, Guinea, India, Somalia o Nigeria. Un problema de amplias dimensiones que además de suponer un flagrante atentado contra los derechos humanos e impedir la libertad física de miles de niñas, suele esconder de forma generalizada el abuso sexual y la explotación de menores. Millones de familias en todo el planeta, pero de forma más focalizada en África Occidental y Central, además de en Asia Meridional, consideran a menudo a las hijas como meras mercancías o cargas que soportar a consecuencia del sexismo generalizado y las tradiciones que lo cimentan. Debido a esta visión mercantilista y patriarcal, cada dos segundos una niña contrae matrimonio en el planeta antes de cumplir los 18 años, cerca de 15 millones de niñas que son forzadas cada año a contraer matrimonio y a ver de ese modo trastocado definitivamente su futuro. A menudo, en aquellas regiones en las que la novia paga una dote a la familia del novio esta suele ser menor cuanto más joven es la futura mujer, por lo que existe un claro incentivo en las familias para casar a sus hijas siendo aún niñas. Mientras que en el caso de que sea el pretendiente varón el que deba pagar una dote, las hijas suelen ser vistas y utilizadas simplemente como mercancías fácilmente intercambiables por dinero en tiempos de necesidad. Los hombres adultos de estas regiones suelen hacer uso de esas tradiciones para garantizarse el acceso a mujeres mucho menores que ellos, en muchas ocasiones directamente niñas. La creencia de que el matrimonio garantiza un futuro a sus hijas o el miedo a sufrir un embarazo no deseado en entornos en los que resulta habitual la violencia sexual, supone a su vez otros de los grandes motivos para que se produzcan matrimonios infantiles. Por desgracia, es esos mismos matrimonios, la violencia sexual, física y emocional, suele resultar habitual por parte de del varón de la pareja.

El matrimonio infantil no solo niega la posibilidad de decidir con quién casarse y en qué momento hacerlo a millones de mujeres, el claro aumento de probabilidades de quedarse embarazadas, la falta de libertad para relacionarse con personas de su misma edad y la reducción de las oportunidades para recibir una educación, condena a gran parte de estas mujeres a una vida recluida al trabajo doméstico y a la explotación física y sexual por parte de quienes dicen ser sus maridos, pero no son otra cosa que sus poseedores. La falta de información o capacidad de decisión sobre su propia salud sexual y reproductiva, hace que aproximadamente 16 millones de niñas de entre 15 y 19 años den a luz cada año, muchas de ellas tendrán su primer embarazo antes de que sus cuerpos maduren, aumentando con ello considerablemente el riesgo de muerte y morbilidad materna y neonatal. En los países en desarrollo el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva resulta prácticamente inexistente, por lo que las complicaciones derivadas del embarazo o el parto suelen situarse entre las principales causas de muerte entre las adolescentes. También las infecciones de transmisión sexual suponen una de las causas de complicaciones médicas entre niñas que carecen de la información acerca de cómo protegerse de las mismas o incluso de cómo reaccionar ante abusos sexuales y relaciones abusivas. El matrimonio infantil supone un claro mecanismo patriarcal en busca de la negación del empoderamiento de la mujer y la imposición del rol de sumisión a través de las futuras generaciones.

Quizás no exista mayor traslación material de la realidad social de esta imposición irracional y sumamente violenta contra el cuerpo de las mujeres que supone el patriarcado que la mutilación genital femenina. Asentada en falsos estereotipos encaminados a imponer una clara y permanente disciplina de raíz falocrática sobre las mujeres y lograr así asentar una estructura discriminatoria para las niñas desde su nacimiento, la ablación genital consiste en un procedimiento en el que los tejidos de los órganos genitales de la mujer son lesionados o directamente eliminados de forma parcial o total, con el único fin de poder llegar a controlar los deseos y las conductas sexuales de las mujeres antes y durante el matrimonio. Sin que ni mucho menos tal arcaica e innecesaria práctica pueda llegar a garantizar esos irracionales objetivos, la extirpación o lesión de sus órganos genitales, por razones no médicas, afecta en la actualidad a más de 200 millones de mujeres en todo el mundo. Este aberrante hábito cultural no solo provoca graves problemas de salud física y mental que incide en las víctimas de forma permanente, sino que además repercute en ellas imposibilitando el normal desarrollo de sus relaciones afectivas o sexuales. La ablación genital femenina convierte a las mujeres mediante la mutilación en seres con serios problemas para poder llegar a experimentar deseo o placer. En la actualidad una de cada 20 niñas sufren alguna forma de mutilación genital femenina según las cifras aportadas por Naciones Unidas, cada año tres millones de niñas menores de 15 años son condenadas en todo el mundo mediante este cruel método a sufrir periodos irregulares, problemas de vejiga, recurrentes infecciones y en muchos casos a verse obligadas a poder dar a luz únicamente a través de una cesárea.

Para la mujer este mundo sigue siendo un lugar peligroso y hostil debido a la estructura patriarcal y a los roles de género claramente diseñados para perpetuar la sumisión de la hembra humana a los designios del machismo más rancio

Pero no solo el placer está regulado por la violencia y la imposición cultural y física del patriarcado, cuando se nace mujer, cuando se es mujer, incluso la vida y la capacidad para reproducirla se encuentra directamente amenazada. A pesar de  que el aborto inseguro se sitúe como una de las principales causas de mortalidad y morbilidad maternas y a que según estudios del Instituto Guttmacher –organización sin ánimo de lucro del campo de la salud reproductiva con sede en Estados Unidos– la tasa de abortos sea de 37 por 1.000 personas en los países en los que el aborto se encuentra totalmente restringido o se permite solo en caso de riesgo para la vida de la mujer y del 34 por 1.000 personas en los países que lo permiten en general –lo que vendría a demostrar que la diferencia entre ambos supuestos es totalmente insignificante pese a aplicación de medidas restrictivas– la legislación sobre el aborto no supone todavía a día de hoy una realidad certera en el mundo y sigue aplicándose en los diferentes estados de forma compleja y diversa. En pleno 2020 países europeos como Andorra, Malta o El Vaticano y otros como Nicaragua, República Dominicana o El Salvador, condenan a las mujeres por abortar incluso en caso de haber sufrido una violación. Siendo en este sentido El Salvador uno de los países más restrictivos del mundo, con penas  que pueden llegar hasta 30 años de cárcel para las mujeres que deciden interrumpir voluntariamente su embarazo.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año tienen lugar cerca de 22 millones de abortos inseguros y cerca de siete  millones de mujeres son atendidas en centros sanitarios por complicaciones derivadas de una interrupción voluntaria del embarazo considerada médicamente insegura. Lo que termina derivando en que entre el 8 y 15 por ciento de la mortalidad materna se deba a causas que podrían ser fácilmente evitables y están relacionadas directamente con el embarazo o el parto. Las muertes y lesiones causadas por abortos son mucho más comunes en países en vías de desarrollo en los que el acceso al aborto está limitado o prohibido por completo: en los países que de una u otra forma el aborto se encuentra completamente penalizado o se permite únicamente para salvar la vida de la mujer o preservar su salud física, solo 1 de cada 4 abortos tuvo lugar de forma segura, mientras que esta cifra aumenta de forma drástica a 9 de cada diez en el caso de países en los que el aborto es legal en supuestos más amplios.

En los estados en los que el aborto es legal, el riesgo de muerte se reduce prácticamente a cero, evidenciando de forma clara que únicamente garantizando que las mujeres puedan interrumpir su embarazo de formar libre, legal y segura, se podrán evitar en el futuro las muertes relacionadas directamente con el embarazo o el parto. Tal y como demuestran de forma clara los datos estadísticos, penalizar el aborto no impide que este se produzca, solo logra que este sea menos seguro.

El primer país en que las mujeres conquistaron el derecho al aborto bajo cualquier circunstancia fue en la Unión Soviética, en 1920. Como parte de las conquistas de la revolución socialista de 1917, el estado obrero comprendió las reivindicaciones de las mujeres en este sentido y reconoció el derecho de la mujer a no morir por abortos clandestinos, convirtiéndose en una práctica que podía realizarse en cualquier centro de salud público. La revolución socialista marcaba un camino que en 1965 seguiría Cuba como parte de las conquistas de la revolución comandada por Fidel Castro, pero habría que esperar décadas para que otros países de Europa y el mundo lo siguieran. Tan solo 50 años después en plena segunda ola del movimiento feminista, Estados Unidos y otros países de Europa avanzaron en este sentido, aunque todavía a día de hoy el aborto sigue suponiendo un territorio de marcada guerra cultural, política y legal en Estados Unidos, un país en el que sin duda este tema supone un asunto recurrente en las campañas electorales y en el que las mujeres ven a menudo amenazados sus derechos en este sentido por las campañas antiabortistas directamente dirigidas a las mujeres que acuden a las clínicas y por el cierre estos centros abortivos debido a la continua presión institucional de los estados más conservadores.

La causa del dolor, el sufrimiento y la opresión sufrida por millones de mujeres cada año en el mundo, resulta ahora ofensiva o hiriente para quienes no solo parecen renegar de la tradición feminista, sino que también lo hacen del propio sujeto del feminismo

En España, el aborto fue legalizado por primera vez durante la Segunda República Española, si bien debido a la guerra civil y a la posterior dictadura fascista, este derecho se vería pronto revocado. Actualmente, la ley del aborto aprobada en 2010 durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, permite que una mujer pueda abortar en nuestro país hasta las 14 semanas de gestación –22 semanas en determinados casos por enfermedad– independientemente del motivo. La ley impulsada por el Partido Socialista, legalizaba también el aborto para jóvenes de entre 16 y 17 años, pero una modificación del Partido Popular en 2015 hizo obligatorio requerir el consentimiento parental. No olvidemos que fueron precisamente los conservadores los impulsores del proyecto de ley de Gallardón, el cual pretendía cambiar el paradigma del aborto en España para pasar de un supuesto de plazos a uno de supuestos, concretamente dos: las mujeres podrían abortar  si habían sido violadas o si existía un «menoscabo importante y duradero» para su salud física y psíquica o la del feto. Pese a considerarse un avance sólido e irreversible para las mujeres, no debemos de olvidar que en países como Argentina el aborto sigue suponiendo en la actualidad una de las principales luchas para el movimiento feminista en medio de una ola reaccionaria de populismo.

Las formas de discriminación y opresión sufridas por el simple hecho de ser mujer, varían de forma sádica a lo largo y ancho del planeta. Más de cien escuelas destruidas por los talibanes en el distrito de Swat, en el noroeste de Pakistán, como forma de presión para evitar la educación de las niñas, tasas de alfabetización menores al 17% entre niñas de 15 y 24 años en Níger, una mujer muerta cada media hora por dar a luz sin asistencia médica durante el parto en Afganistán, la prohibición del divorcio en Filipinas o el Vaticano o directamente la realidad social para las mujeres de Arabia Saudí, ese socio de la OTAN en el que solo en 2011 se aprobó el voto femenino y hubo que esperar a 2018 para que las mujeres pudiesen conducir. Un reino de la península arábiga en el que aproximadamente el 65% de las mujeres con educación están desempleadas por las restricciones para acceder al mundo laboral, dado que solo pueden trabajar, estudiar, iniciar una relación sentimental o sacarse el pasaporte para viajar si su guardián se lo permite. Un país regido por un régimen teocrático en el que las mujeres deben vestir el manto de abaya, una túnica que cubre todo el cuerpo menos la cara y las manos.

Para la mujer este mundo sigue siendo un lugar peligroso y hostil debido a la estructura patriarcal y a los roles de género claramente diseñados para perpetuar la sumisión de la hembra humana a los designios del machismo más rancio. Según datos proporcionados por Naciones Unidas, cada día son asesinadas un promedio de 137 mujeres alrededor del mundo por su pareja o un miembro de su familia. El 35% de las mujeres del planeta mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental y cerca de un 70% de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental. Las mujeres adultas representan más de la mitad de las víctimas de trata de seres humanos detectadas a nivel mundial, unos 15 millones de mujeres de entre 15 y 19 años han sido obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas y un estudio realizado en 27 universidades de los Estados Unidos en 2015 reveló que el 23 por ciento de las estudiantes universitarias había sido víctima de agresiones sexuales o conductas sexuales indebidas. A su vez, una de cada diez mujeres de la Unión Europea declara haber sufrido ciberacoso desde la edad de 15 años, lo que incluye haber recibido correos electrónicos o mensajes de texto no deseados, sexualmente explícitos y ofensivos, o bien intentos inapropiados y ofensivos en las redes sociales. El riesgo es mayor para las mujeres jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años. Los resultados de un estudio nacional efectuado en Australia demuestran que casi dos de cada cinco mujeres (39 por ciento) de 15 o más años de edad que han participado en el mercado laboral durante los últimos cinco años han sido víctimas de acoso sexual en el lugar de trabajo en ese período. En un estudio plurinacional realizado en Oriente Medio y África del Norte, entre el 40 y el 60 por ciento de las mujeres declaró haber sufrido acoso sexual en la calle. Mientras que en La India se registran al menos tres ataques con ácido a la semana.

Durante siglos la menstruación ha supuesto incomprensiblemente un tabú que ha situado su vivencia en la superstición, el mito y el estigma social que relega a la mujer a un papel de sumisión frente al hombre

En Rusia una mujer es asesinada cada 38 minutos, mientras que con una tasa de 1,6 por cada 100.000 habitantes, América Latina es la segunda región con más riesgo de mortalidad para las mujeres después de África. En el estado español, desde 2010 han sido asesinadas más de 1000 mujeres a manos del terrorismo machista y durante el pasado año se han denunciado más de 1.000 agresiones y abusos sexuales cada mes.

En 2019 las denuncias por agresión sexual se incrementaron en un 10,5% pese al caso de La Manada, los multitudinarios 8 de marzo o la fuerza política e institucional del feminismo. Pese a todo ello, o quizás precisamente debido a esa demostración de fuerza y hartazgo con la situación de sumisión e indefensión a la que el machismo institucional y social pretende relegar a las mujeres, la reacción patriarcal se muestra cada vez más desproporcionada en el uso de la violencia, pero esto no hace sino señalar claramente que el patriarcado es débil cuanto más fuerte es el feminismo, cuanto más directamente se atacan sus estructuras de reproducción social. Resulta sumamente importante conocer las vivencias de las mujeres, pero para ello resulta a todas luces vital conocer y reforzar el sujeto político del feminismo. No se trata de una tarea baladí o que pueda abandonarse de cara a primar cualquier otro interés que puede encontrarse más o menos relacionado con la batalla por la igualdad y los derechos de las mujeres, pero que sin embargo no recae sobre los hombros del feminismo.

Las obligan a casarse, son estigmatizadas, se les impide decidir sobre su cuerpo y sobre su sexualidad, se les niega el acceso a la educación y los derechos más básicos, las violan y las asesinan por el hecho de ser mujeres. Pero incluso hoy, llegar a afirmar esto, ha pasado de ser una obviedad para cualquier persona comprometida con la lucha feminista a ser considerado por muchos e incluso muchas como una afrenta imperdonable, algo que no debe pronunciarse, en definitiva un nuevo tabú. La causa del dolor, el sufrimiento y la opresión sufrida por millones de compañeras cada año en el mundo, resulta ahora ofensiva o hiriente para quienes no solo parecen renegar de la tradición feminista, sino que también lo hacen del propio sujeto del feminismo. Reniegan en definitiva de la mujer. Hoy el machismo avanza en su agenda de sometimiento envuelto en el falso velo del progresismo y las doctrinas del género, un curioso disfraz tejido con cinismo en la propia opresión patriarcal que sustenta la cárcel de las mujeres.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/mujeres-la-columna-rota/


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La primera historia de amor lesbiana de Nigeria se publica en línea para vencer a los censores

Dos mujeres desnudas yacen en la cama, acariciándose el cabello y hablando de salir del armario con sus padres en Nigeria, donde podrían ser encarceladas durante 14 años por tener una relación lésbica.

El avance del primer largometraje lésbico de Nigeria, «Ife», que significa amor en yoruba, ha sido visto miles de veces desde que se subió a YouTube en julio, y los espectadores comentaron su entusiasmo por su estreno.

«En Nigeria, nunca ha habido una película como ‘Ife'», dijo su productora Pamela Adie, una de las activistas LGBT + más destacadas de Nigeria, que ha sido oradora del Foro Económico Mundial y ganó el reconocimiento de la Fundación Obama como una joven líder africana. .

«Ninguna película ha tenido el impacto que tendrá, o ya lo ha tenido en Nigeria … La recepción al cartel y al tráiler ha sido una locura. Esperamos que sea más loco cuando se estrene la película completa», dijo el diario de 36 años. -dijo el viejo a la Fundación Thomson Reuters.

Nigeria es un país profundamente religioso, donde millones rechazan la homosexualidad como una importación occidental corruptora. Las personas LGBT + generalmente se reúnen en secreto o en línea, ya que vivir abiertamente corre el riesgo del estigma, el rechazo familiar o incluso la lapidación según la ley Sharia en el norte.

Una ley de 2014 que penaliza las relaciones homosexuales se está utilizando para procesar a 47 hombres por demostraciones públicas de afecto entre personas del mismo sexo, luego de que la policía nigeriana allanara en 2018 lo que dijeron que era un club gay. Los hombres dijeron que era una fiesta de cumpleaños.

Pero los africanos LGBT + son cada vez más vocales y visibles, con Internet proporcionando un espacio para películas, programas de entrevistas y sitios web amigables con los homosexuales, que los activistas dicen que fomentan una mayor tolerancia entre las generaciones más jóvenes.

Como la junta de cine del gobierno podría no aprobar «Ife» para su distribución en Nigeria, Adie dijo que planea lanzarlo en una plataforma en línea bajo demanda a finales de este año.

«Cualquiera que quiera ver podrá hacerlo desde cualquier parte del mundo», dijo, negándose a dar más detalles.

Kenia prohibió su primer largometraje lésbico «Rafiki» por promover la homosexualidad en 2018, a pesar de ser la primera película de la nación del este de África que se estrenó en el festival de cine de Cannes.

DEMONIO DE LA HOMOSEXUALIDAD

Las artes y el entretenimiento son las principales exportaciones culturales de Nigeria. Su industria cinematográfica multimillonaria, Nollywood, es famosa por sus lujosas historias de romance y brujería, que produce a un ritmo solo superado por el Bollywood de la India.

En la mayoría de las películas de Nollywood, los personajes LGBT + son enfermos mentales o están poseídos. Los líderes espirituales intentan liberarlos del ‘demonio de la homosexualidad’ antes de que su orientación sexual destruya la vida de todos los que los rodean.

El grupo de defensa TIERS ha producido varias películas y series de televisión populares LGBT +, como la galardonada historia de amor de adolescentes masculinos «Ya no vivimos aquí», del reconocido cineasta nigeriano Tope Oshin.

Cree que esto ha contribuido a suavizar las actitudes entre los nigerianos hacia la comunidad LGBT +. En su última encuesta, encontró que el 30% de los nigerianos dijeron que aceptarían a un familiar gay en 2019, frente al 11% en 2011.

Adie ve a los medios de comunicación como una fuerza clave para cambiar corazones y mentes. Después de ir a la universidad en los Estados Unidos, regresó a Nigeria para trabajar como gerente de campañas de All Out, un grupo de derechos LGBT + con sede en Estados Unidos.

Un punto culminante de su trabajo fue liderar una campaña exitosa para prohibir al pastor homofóbico estadounidense Steven Anderson visitar Sudáfrica en 2016, con más de 50,000 personas firmando una petición All Out denunciando su discurso de odio.

Luego fundó The Equality Hub en 2017 para promover los derechos de las mujeres lesbianas y bisexuales y lanzó un documental «Under the Rainbow» el año pasado sobre sus luchas como lesbiana en Nigeria.

En el documental, describe cómo su madre la rechazó cuando salió del armario en 2011 y trató de ‘curarla’ con una bebida hecha por una profetisa que dijo que la familia de Adie estaba bajo ataque espiritual.

«Todavía estaba casado en el momento en que salí del armario, así que fue un momento muy difícil», dijo Adie en la película, que fue producida por The Equality Hub. «Fue el momento más deprimente y más bajo de toda mi vida».

Al hacer la primera historia de amor lésbica de Nigeria, espera poder ayudar a otras mujeres que luchan con su sexualidad.

«Cada vez que se hace una película que se centra en las personas LGBTQ, siempre se trata de hombres homosexuales», dijo.

«Este es uno para nosotros … traerá una inmensa alegría a los corazones de muchos de nosotros que veríamos a personas como nosotros centrados en una película nigeriana por primera vez».

Adie cree que «Ife» ayudará a combatir la homofobia al mostrar cómo el amor de Ife y Adaora lucha frente a la presión de sus familias y la sociedad en general.

«También esperamos que deje a otros sintiéndose tiernos, sabiendo que el amor es amor y … capaces de ver los efectos reales del prejuicio, la falta de aceptación y la homofobia en las vidas de las personas LGBTQ», dijo.

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(Reporte de Vincent Desmond; editado por Rachel Savage y Katy Migiro. Por favor, déle crédito a la Fundación Thomson Reuters, el brazo caritativo de Thomson Reuters, que cubre las vidas de personas de todo el mundo que luchan por vivir libre o justamente. Visite http: // news.trust.org)

Fuente: https://allafrica.com/stories/202008060018.html

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Libro (PDF): La aventura de comunicar : experiencias de investigación aplicada

Reseña:         CLACSO

 

Lo que se plasma en los trabajos aquí expuestos destaca la multiplicidad de procesos en los cuales está inmersa la comunicación. Objetos de análisis que van desde la cultura, la política hasta el deporte. En cada uno se muestra una óptica en la cual, las autoras y el autor, reflejan sus intereses, la experiencia que cada uno obtuvo al desarrollar sus investigaciones y, desde luego, el lugar que ocupa la comunicación en el fenómeno que analizan. Más allá de la aportación analítica de cada trabajo se ilustra claramente que la comunicación–cultura es el eje que, de manera transversal, implica los fenómenos sociales y en ello tenemos todavía mucho que trabajar para comprenderlo en su diversidad y complejidad.

 

Autor/a:                          Corral Velázquez, Gabriel A.  

 

Editorial/Editor:          Universidad Autónoma de Querétaro

Año de publicación:    2020

País (es):                          Mexico

Idioma:                             Español.

ISBN :                                 978-607-513-491-8

 

Descarga:                  Libro (PDF): La aventura de comunicar : experiencias de investigación aplicada

 

Fuente  e Imagen:    http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?novedad=si&c=mx-066&d=15186

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Hay que impulsar la cultura pensando en los que menos tienen: Manuel Peimbert

El astrofísico, miembro del Colegio Nacional, doctor Manuel Peimbert Sierra, además de ser bisnieto de Justo Sierra, fundador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es uno de los científicos mexicanos más reconocidos en el mundo, y el que más nos enorgullece. Miembro titular de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la Sociedad Estadunidense de Física (APS, por sus siglas en inglés) le otorgó el Premio Hans A. Bethe 2012 por sus notables contribuciones a la ciencia, además de haberse hecho acreedor a la medalla Sociedad Astronómica de México 2012, por su notable trayectoria. Por el momento, la pandemia mantiene cerradas las puertas del Instituto de Astronomía de la UNAM y Peimbert sólo sale de su casa a comprar fruta, con el debido cubrebocas.

–Manuel, como científico, es inevitable que hables de la pandemia.

–En la Biblia hay, por lo menos, tres personas que se fueron vivas al cielo; en la novela de García Márquez, Remedios La Bella también se va al cielo, y tenemos un dicho en México, que lo que sucede dos veces sucede tres. Entonces, si cuatro personas se fueron vivas, se pueden ir otros 10 o 20. A lo mejor tú y yo nos vamos a ir vivos al cielo. No hay que pensar que vamos a morir. No creo que todos vayan a morir; se han muerto muchos, pero a lo mejor, de aquí en adelante, ya no se van a morir nunca.

–Dios te oiga. ¿Cómo ves los recortes gubernamentales a la ciencia y a la cultura? ¿Cómo vamos a salir adelante en la ciencia, y otros aspectos de la cultura, si se recorta el presupuesto en esa forma?

–Yo sigo muy contento con López Obrador, lo está haciendo muy bien y hay que apoyarlo. Creo que lo que hace, va mucho más allá de los problemas que confrontamos los científicos.

–Entonces, ¿a apretarnos el cinturón?

–Sí, tenemos que ser más generosos…

–Desde un principio AMLO dijo: Primero los pobres

–AMLO está trabajando por los que menos tienen porque es urgente tener una sociedad más igualitaria. El 10 por ciento más rico de la sociedad gana 30 veces más que ese 10 por ciento que menos gana. En los países del norte de Europa, 10 por ciento que más gana, obtiene siete u ocho veces más que ese 10 por ciento que menos gana, y eso porque hay becas de desempleo para los que menos reciben. Tenemos que apostar a los que menos tienen para tener un país más razonable, más vivible. El interés de AMLO es tener una sociedad más igualitaria. En México, el número de personas que termina sus estudios universitarios, de licenciatura, es como de 20 por ciento. Si nos vamos a los países europeos, 80 o 90 por ciento termina la licenciatura. En México estamos totalmente rezagados. Mientras tengamos esos retrasos seguiremos viviendo en una sociedad polarizada y con menos, y hasta nulas, oportunidades para los que menos tienen.

–Si no comemos, imposible alimentar nuestro cerebro…

–No tiene que ver con que el mexicano sea menos inteligente que el europeo, sino con la estructura económica, la manera en que se gasta el dinero. Es indispensable apoyar a los que menos tienen. Noventa por ciento de los mexicanos debe terminar sus estudios universitarios, como sucede en Finlandia, Islandia o Noruega.

“En 2006, 800 científicos dimos nuestro apoyo a AMLO; yo fui el responsable del desplegado que se publicó en La Jornada. Nunca he hablado con López Obrador, pero, en términos generales, estoy de acuerdo con todo lo que hace. Necesitamos volvernos un país más vivible y más razonable para todos, un país menos desigual…

–Sin embargo, científicos y artistas se quejan amargamente del recorte a la cultura…

–A escala mundial, en México se gasta 0.4 por ciento del producto interno bruto en el desarrollo científico, mientras en Europa se destina 2 por ciento; en los países desarrollados, como los de Europa o China y Japón va de uno a 4 por ciento; los países que cuentan con un gran desarrollo científico gastan de uno a 4 por ciento en el desarrollo de su ciencia; estoy en favor de que aumente ese gasto. En el sexenio pasado y hasta el año pasado andaba por 0.4 por ciento, y mucho de ese dinero se iba en salarios; esto significa que tenemos pocos científicos y pocos mexicanos que terminan la universidad. Entre más mexicanos la concluyan, más va a impulsarse la ciencia y todas las ramas de la cultura, química y matemáticas, cine y biología.

Todo es parte de la cultura, y hay que impulsarla pensando en los que menos tienen. La diferencia entre los que terminan y los que no se debe a nuestra pésima estructura económica.

–Los jóvenes necesitan trabajar para mantenerse. Por tanto, su carrera pasa a segundo lugar…

–Debería haber apoyo económico hasta los 18 o 21 años, para que todos lleguen a la educación superior. Las personas que tienen los millones creen que los tienen porque son más inteligentes, pero no es cierto. Cualquier mexicano, si se le da una buena educación, puede llegar muy lejos…

–Manuel, antes la mayoría de los muchachos se dirigían a carreras que dan dinero: administración, economía, arquitectura, ingeniería. ¿Crees que ahora también tienen mejores oportunidades si se dedican a la ciencia?

–Creo que sí, aunque son procesos muy lentos. Hace 50 años, 5 por ciento llegaba a la universidad, y ahorita lo logra 30 por ciento y termina 15 por ciento. Quisiéramos que llegara 90 por ciento y terminara 80 por ciento. Hay que apoyar todas las disciplinas. Es tan importante la filosofía como la medicina, las matemáticas como la literatura. Tenemos que avanzar en todos los campos.

–Manuel, no es por darte coba, pero hemos destacado en física, en astrofísica gracias a ti, pero también sobresalimos en arquitectura, en cardiología, en medicina, en arte…

–Creo que tuvimos mucha suerte con los Tres Grandes y otros pintores, por eso, en la medida en que se eduque a más personas, se empujarán todas las áreas de la cultura, incluso la ciencia. Dentro de 20 o 30 años, la mitad de los mexicanos estará terminando su educación superior, pero tenemos que apoyar todas las disciplinas en conjunto, no a una sola. Necesitamos buenos músicos, buenos cirujanos, buenos filósofos, buenos literatos, buenos físicos…

–Antes, en la UNAM, los jóvenes hacían fila para entrar a la carrera derecho porque ahí sí había dinero, en cambio no lo había para la ciencia, porque no produce…

–Puros cuentos. La ciencia ha producido en los países ricos que no están dirigidos por hermanas de la caridad, sino por gente con interés en dominar al mundo y, por tanto, apuestan a todas las ramas de la ciencia, meten dinero a todo tipo de investigaciones científicas. Necesitamos que los adolescentes puedan dedicar 40 horas a la semana a sus estudios y muchos no lo logran porque tienen que vender chicles en las esquinas. Si no dedicas 40 horas a la semana a tus estudios, no sales adelante. ¡Ah, es que son muy tontos! No, no es cierto, son tan inteligentes como los que terminan, pero los que lo logran cuentan con apoyo económico familiar que les permite dedicar 40 horas a la semana a su interés profesional. En última instancia, el problema más de fondo es el de la distribución de la riqueza de México: 10 por ciento que menos gana, gana 30 veces menos que 10 por ciento que gana más, así, estadísticamente. Esta diferencia hace que las personas con menos dinero no lleguen a cumplir sus sueños o quizá no tengan los sueños adecuados, ve tú a saber. Insisto, estamos mal por nuestra distribución de la riqueza. ¿Cómo la cambias? Creo que la educación es uno de los motores de transformación; por eso, impulsar la creación de universidades y politécnicos en todos lados estimularía a los adolescentes a dedicarse de tiempo completo al estudio.

–¿Tú crees, Manuel, que se necesita un cerebro masculino para dedicarse a la ciencia?

–No, no, somos iguales; hay tantas mujeres extraordinarias. Creo que, en promedio, 90 por ciento de la población mexicana, desde su nacimiento, tiene la capacidad de terminar la universidad pero no puede sin apoyo económico…

–Si todos adoptáramos a uno o a una estudiante y pagáramos su carrera, ¿salvaríamos a México?

–Sí. En los años 50 se decía que los estudiantes de la UNAM éramos mejores que los del Politécnico; había grandes pleitos entre las dos escuelas. Viene el 68 y resulta que hay gran afinidad entre el Politécnico y la UNAM: tenemos como meta común el bienestar de todo el país. Raúl Álvarez Garín y yo fuimos a la Prepa 5. Él entró a la Facultad de Ciencias de la UNAM y yo también; luego, él se pasó al Politécnico; conoció bien los dos sistemas. En aquellos años, la gente más rica quería que sus hijos fueran a la UNAM. Ahorita hay más gente de clase media en el Politécnico y tanto la UNAM como el Poli cuentan con muy buenos investigadores.

–Mi hijo físico, Emmanuel Haro, dice que los de la UNAM se creen mucho… Pasando a otro tema, tengo la impresión de que pocos escogen estudiar ciencias por falta de información…

–Tenemos un bagaje histórico que despreció la divulgación, y es tan importante como la investigación. En los países desarrollados hay grandes divulgadores que atraen al público. En nuestro caso hay un rezago en la divulgación científica.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/07/19/opinion/a03a1cul

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¿Por qué nos quedamos cortos al enseñar sobre racismo?

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“Todos somos iguales”, “el color no importa”, “la raza no importa”, solo existe una: la raza humana, estas son ideas que hemos escuchado repetidamente en los salones de clases a lo largo de nuestras vidas. En teoría, estas ideas suenan justas, ideales, un perfecto reflejo del deber ser. ¿Pero son hechos reales? ¿Comprobables?

Cuando hablamos de casos como los de George Floyd, Philando Castile, Breonna Taylor, Maxene Andre, Allen Locke y Ramona Bennet entre otros, existe un común denominador entre quienes ejercieron violencia contra ellos. Ninguno de los agresores era ciego al hecho de que el color de la piel de las víctimas los colocaba dentro de una minoría social.

Es muy posible que la situación que llevó a la muerte de estas personas hubiera sido muy distinta si ellos hubieran pertenecido a un grupo social diferente, o incluso, no habría sucedido tal cosa. La pertenencia al grupo social que los puso en la posición en la que fueron asesinados fue determinada exclusivamente por el color de su piel y características físicas asociadas a su grupo étnico o nacionalidad.

Afroamericano, Haitiano, Nativoamericano. Si podemos entender que el color de la piel y la etnicidad son el disparador de diversas situaciones de injusticia social, ¿por qué todavía pensamos que educar a los niños para que sean “ciegos al color de la piel” los hará capaces de ver las injusticias sociales ligadas a este atributo? ¿O que este tipo de enseñanza jugará un papel importante en desmantelar el racismo sistémico?

Buscamos educar para erradicar el racismo, retirando de la conversación el elemento más básico que lo genera: el color de la piel. Para cuando el estudiante se gradúa de educación básica, puede que sepa que el racismo existe y que está mal ejercerlo, pero no tiene las herramientas para entender las bases sobre las que el racismo se sostiene.

Una historia de racismo y ciencia

Es difícil enseñar sobre racismo cuando no tenemos la apertura y libertad en el aula como para hablar de su historia. Como maestros denunciamos el racismo como algo incorrecto y sin base científica, pero dejamos de lado todos los trabajos realizados a través de siglos que trataron de sustentar las diferencias raciales a través de la ciencia.

Aprender sobre la teoría de la evolución de Darwin es básico en las clases de ciencias naturales y biología, pero todos los contenidos y recursos educacionales cortan el programa antes de llegar al punto de cómo las teorías darwinistas fueron la base del trabajo de académicos como Arthur de Gobineau, Herbert Hope Risley y Ernst Haeckel, tres de los autores más importantes que promovieron el racismo científico.

Este grupo de académicos defendía la idea de que el color de la piel estaba ligado a características físicas e intelectuales jerarquizables. Sostenían argumentos que hoy vemos como absurdos, como por ejemplo, decir que las personas de raza negra estaban más cerca de los simios en un aspecto evolutivo porque los dedos de sus pies eran más fuertes y eso era reminiscencia de la estructura física del mono, que requería de pies más fuertes para balancearse en los árboles; también medían el tamaño del cráneo de las personas en la India para medir su inteligencia y ubicarlos en castas.

Estas teorías fueron refutadas y destacadas del repositorio científico por autores como Franz Boas, Margaret Mead, Zora Neale Hurston, Ella Cara Deloria Boas y Ruth Benedict, quienes sustentaron que no existen diferencias estructurales que afecten las capacidades físicas o intelectuales de ninguna persona con base en la “raza”. Pero el daño ya estaba hecho, la idea de raza y sentido común racial ya estaba incrustada en el pensamiento colectivo, cuando estas ideas ya no tenían una base científica de donde asirse, pasaron a un rubro de donde sería aún más difícil erradicarlas: la arena social.

El oxímoron de cultura y raza

La ciencia tuvo un rol importante en cimentar el concepto de raza y sus diferencias, y aun después de que el racismo científico fue expulsado de la comunidad académica de ciencias exactas, miles de antropólogos, filósofos, sociólogos y expertos del rubro cultural siguen combatiendo los efectos de la migración del racismo científico hacia las ciencias suaves. Como lo explica Antony Peterson, profesor adjunto de la Universidad Nazarena de Trevecca, “No existe la cultura en el atributo físico del color. No hay habilidades musculares o mentales relacionadas con el nivel de melanina. No hay características personales, ni virtudes, vicios o valores consecuentes del color de la piel”.

“La raza no existe, pero sí importa.”

Peterson deshilvana las bases sobre porqué la educación para la justicia racial no atiende realmente las raíces o problemas causados por el racismo. Además, sostiene que en las escuelas se les enseña a los niños que la raza existe, pero que no importa, cuando en la vida real hay una abrumadora evidencia de que es al revés. La raza no existe, pero sí importa.

Los profesionales de la educación son prisioneros de la creencia que la mera mención sobre el tema de las razas tiene un alto potencial de exagerar las diferencias entre los alumnos de diversos grupos étnicos, así como minimizar las similitudes, exacerbar los problemas interraciales y generar conflicto innecesario.

Esto nos lleva a una narrativa falsa y limitada que niega a maestros y estudiantes la oportunidad de reflexionar sobre cómo estas diferencias culturales fueron creadas como políticas impuestas para someter a grupos étnicos. La clave es no quedarse en la superficie de estos supuestos culturales. Por ejemplo, si se pretende hablar de por qué en Estados Unidos hay tantas personas negras que no saben nadar, la idea sería rechazar el prejuicio de que tienen menos habilidades físicas para esto y llamar a una conversación seria sobre la historia de las piscinas públicas, la segregación racial que mantuvo a la comunidad afroamericana fuera de las piscinas y de las clases de natación por décadas.

Todo lo que entendemos como diferencia racial tiene una raíz histórica que es importante analizar y entender para conocer las variables que generan la injusticia social con base en la raza. Puede que la ciencia ya haya confirmado que las razas no existen, pero tomar esa verdad científica como único argumento admisible para combatir el racismo, ignora la verdad social de los millones de personas que son devaluadas diariamente por un concepto sin validez científica, pero con un peso social tan grande que divide a la humanidad de acuerdo a un criterio tan absurdo como absoluto: el color de la piel.

Fuente del artículo: https://observatorio.tec.mx/edu-news/racismo-cientifico

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“Alternativas en Comunidad”, documentales en Bombozila

América/México/10/06/2020/Autor y fuente: educaoaxaca.org

 

“Alternativas en Comunidad” es la nueva selección de Miradas en Lucha, documentales para conocer y pensar otros caminos de organización social, fuera de la narrativa distópica de la crisis por el Covid-19. Esto en la plataforma Bombozila: Conocida como el “Netflix” de las luchas sociales, la plataforma Bombozila reúne aproximadamente 500 documentales independientes sobre justicia social y luchas por derechos, producidos principalmente en América Latina, pero también en países como Palestina, Sudáfrica, Portugal, España o Estados Unidos. Creado en 2016 de manera independiente a través de la iniciativa de la comunicadora e investigadora chilena Sabina Álvarez y del documentalista brasileño Victor Ribeiro, el sitio reúne documentales producidos en los últimos 15 años sobre diversos temas sociales como la lucha por la tierra, diáspora africana, pueblos indígenas, feminismo, movimiento estudiantil entre otros. Disponible en cuatro idiomas: español, portugués, inglés y francés, la plataforma también reúne listas temáticas en la sección “Maratona” como por ejemplo: ‘Chile, pueblo de lucha’, ‘5 años de Ayotzinapa’, ’25 años de zapatismo’ entre otras y 4 canales: ‘Extractivismo’, ‘Guerra contra las drogas’, ‘Resistencia popular’ y ‘Cultura’.

Visitar la plataforma Bombozila. Más información: Bombozila: la plataforma gratuita de documentales sobre luchas sociales

Fuente e imagen: https://www.educaoaxaca.org/alternativas-en-comunidad-documentales-en-bombozila/

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