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La sal de la tierra

Por: Daniel Seixo

 

«La política es la consagración del oportunismo de los que tienen medios y recursos. La revolución abre paso al mérito verdadero, a los que tienen valor e ideal sincero, a los que exponen el pecho descubierto y toman en la mano el estandarte. A un partido revolucionario debe corresponder una dirigencia revolucionaria, joven y de origen popular»

Fidel Castro

«Nuestra tarea es la crítica despiadada y mucho más contra aparentes amigos que contra enemigos abiertos.«

Karl Marx

Rápido, en corto y al pie: si te molesta todo aquello que se asemeja a un obrero, lo tuyo no es el marxismo. De igual modo que si desde la sólida atalaya de tu masculinidad continuamente pretendes dar lecciones vitales a las compañeras, lo tuyo quizás tampoco sea el feminismo. Puede que creas saber lo que es el marxismo, puede incluso que tu librería esté llena de autores comunistas y que en tu entorno laboral se te identifique como tal entre quienes a su vez consideran a Pedro Sánchez o Manuela Carmena símbolos del rojerio patrio, pero cualquier socialista de puño y no de rosa, sabe perfectamente que en los platós de televisión la autoridad para hablar de estas cosas brilla desde hace mucho tiempo por su ausencia.

Seamos sinceros, ninguna corporación se pelea por contar entre sus colaboradores con un comunista. Y si bien está feo llevar cualquier debate al terreno personal o a las conversaciones privadas para intentar desacreditar a compañeros y compañeras con supuestas peticiones de colaboración y así lograr circunscribirlo todo a una mera batalla de egos, una vez inmersos en esa lógica de pura escalera profesional y baile de favores, bien haríamos todos en preguntarnos como resulta posible que el sujeto revolucionario en la actualidad, nos venga precisamente dado desde el camerino contiguo al de Eduardo Inda, Paco Marhuenda, Juan Ramón Rallo, María Claver y demás fauna del sainete mediático del sistema.

La clase compañeros y compañeras, la clase es lo que nos une, lo que nos representa

El marxismo y el feminismo, van mucho más allá de las puntuales disputas surgidas al albor de una legislatura política en nuestra democracia. Pretender por tanto enmarcar el actual debate acerca de la “Proposición de Ley sobre la protección jurídica de las personas trans y el derecho a la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género» a una mera disputa entre Carmen Calvo y Podemos o analizar la deriva líquida de la pseudoizquierda parlamentaria desde una disputa circunscrita a nuestras fronteras, solo puede ser interpretado como algo digno de una persona muy inocente o que pretende tomarnos a todos por idiotas. Y eso mismo creo que es una duda que nos asalta a muchos desde hace ya bastante tiempo en relación con todo aquel totum revolutum político, periodístico y cultural surgido tras el 15M y los Indignados, ¿son en realidad tan inocentes políticamente hablando o por el contrario pretenden tomarnos por idiotas?

Pasado un tiempo prudencial, yo me decanto poco a poco, pero decididamente, por lo segundo. Entre otras cosas porque el pecado original de la inocencia en la izquierda, en nuestro estado y en mi familia, hace tiempo lo pagamos con Isidoro. No estamos para nuevas aventuras a la desesperada que terminan con yates que sustituyen chaquetas de pana, votos para tapar los crímenes de estado, actitudes «parlamentarias» que escupen en la cara al movimiento obrero y demás parafernalias partidistas que huelen a naftalina hasta que oportunamente cada cuatro años se renuevan para pedirnos de nuevo nuestra confianza. Ese partidismo propio de las democracias burguesas entre los que venimos de familias obreras nos hastía y nos aterra, no en vano en pocas décadas hemos pasado de ver al parlamentarismo como una mera herramienta con la que profundizar en una revolución necesaria y urgente, a verlo como un fin en sí mismo. De Allende a Errejón y toda esa secta de influencers y analistas carroñeros salidos de un maldito despacho a otro, sin que apenas les haya alcanzado la luz del sol.

Todo esto se basa en la desesperada estrategia del Tío Tom del capitalismo por ser aceptado en el sistema pese a sus claras diferencias de cuna con la clase dominante

Pero centrémonos, no hablemos de su libro que han dado sobrada muestra de ser expertos en conseguir publicidad gratuita de nuestra rabia y nuestra razón. Si uno no es capaz de diferencias los pilares neoliberales tras la Teoría queer, perdónenme señores, pero al tonto ya lo tenemos en frente, ahora solo nos falta conocer su utilidad para la izquierda, ya que su labor en las trincheras reaccionarias hace tiempo nos ha quedado clara en la figura del quintacolumnismo. Bien sea decidido por convicción, estilo de vida o mera torpeza intelectual.

El feminismo no podrá nunca compartir sujeto, base teórica, y lo que es más importante, agenda, con todos aquellos que pretenden sustituir su largo historial de lucha política contra la opresión patriarcal por un baile estridente de interpretaciones idealistas de la realidad. Y por tanto, no nos confundamos, ni pretendamos confundir al público que nos conocemos: la tesis de que las feministas críticas con las leyes de identidad caen en la transfobia por negarse a aceptar la imposición de una realidad social basada en la identidad individual y líquida del género, es un auténtico despropósito. Aquellos que pretenden sustituir el sexo biológico por estereotipos patriarcales de género, son tan ajenos a la agenda feminista como lo son al marxismo aquellos que en nuestros días únicamente quieren modular y afinar las dinámicas de explotación capitalista para complacer a un creciente mercado de identidades. Cierto es que compartimos una misma capacidad para identificar ciertas dinámicas de una misma estructura de opresión, pero mientras ustedes pretenden reformar el sufrimiento y la injusticia, otros aspiramos a romper la rueda de un sistema inhumano y cruel. Permítannos por tanto recibir escasas lecciones sobre el sujeto de nuestra lucha por parte de aquellos que si bien pueden compartir cierto recorrido con nosotros, nadie lo niega, ni mucho menos se dirigen al mismo destino.

Y todo esto va mucho más allá de Amelia Valcárcel, Laura Freixas, Alicia Miyares, Irene Montero o el propio equipo de gobierno al completo con su séquito de asesores. Estamos hablando de ideología y de la historia de nuestras sociedades, hablamos por tanto de un conocimiento y una experiencia acumulada por generaciones de trabajadores y trabajadoras que a través de su sudor, pero también sus obras teóricas, nos han legado una guía intelectual y material con la que poder interpretar nuestras sociedades y enfrentarnos así a situaciones que ellos han vivido en su propia piel. Nadie en su sano juicio ha discutido en momento alguno que todo esto se trata de una lucha por el poder, hay que ser un jodido majadero para negar esto, pero si lo que se pretende es centrar esa lucha en un despacho de la Moncloa y no extrapolarla al conflicto de clase y su agudización en una sociedad en la que la precariedad, el paro, el hambre y la extrema pobreza se incrementan en dimensiones solo equiparables al lujo y el despilfarro de una burguesía a cada paso más dominante y concentrada, entonces seré yo mismo el primero en señalar la clara traición a la clase obrera y lo innecesario para ella de un ego tan desproporcionado que se muestra incapaz de ver la realidad de los barrios a los que dice representar, quizás deslumbrado por los focos de las tertulias y las batallas políticas de medio pelo que al común de los proletarios, con perdón, nos importan una mierda.

El marxismo y el feminismo, van mucho más allá de las puntuales disputas surgidas al albor de una legislatura política en nuestra democracia

La clase compañeros y compañeras, la clase es lo que nos une, lo que nos representa. La clase social es lo que llevas a cuestas cuando el primer día de clase tus zapatillas no son como las de tus compañeros, lo que te impide entrar en ese club nuevo en el que se encuentra una chica o un chico que ni repara en tu presencia, es por lo que las noches se hacen eternas el día antes de que se termine el paro, el aire que se respira en tu barrio, literalmente el sabor de las tapas de tu bar de referencia, el trasfondo de las conversaciones con amigos, las dudas y los temores por el futuro, las necesidades y también las alegrías en el estadio o en la calle cuando los antidisturbios no pudieron avanzar hasta la entrada de la fábrica o el jefe se quedó con un palmo de narices ante la unidad de la empresa. La clase lo es todo, pero esto no está reñido con que a la clase social la atraviesen otras discriminaciones y otros componentes sociales como la raza, el sexo o nuestra orientación sexual.  Pero os lo aseguro, no es lo mismo ser homosexual o negro en el palco del Bernabéu que en el bar de la esquina de nuestros barrios. Y esa, la amenaza de capitalizar bajo un mismo mercado identitario esas tan distantes diferencias, es la amenaza que debemos tener en estos momentos presente.

Todo esto se basa en la desesperada estrategia del Tío Tom del capitalismo por ser aceptado en el sistema pese a sus claras diferencias de cuna con la clase dominante. El marxismo no es una idea fija gravada en piedra, cierto, pero tampoco se trata de un Gin tonic en copa de balón que aderezar con cualquier cosa que se nos pase por la cabeza para intentar transformar lo que viene siendo una bebida espirituosa y un momento de esparcimiento en un mero símbolo de nuestras ambiciones y nuestro estatus deseado. La estrategia para transformar el sujeto revolucionario en un mural de Greta Thunberg entrelazando los brazos con una adolescente feminista y una trans de 10 años, no es más que el intento de gentrificación de la clase obrera. Una clara muestra de las miserias y las bajas pulsiones de quienes diciéndose obreros, pareciese que nos tienen alergia. Y ante eso, un marxista jamás se pondría detrás.

Fuente e imagen:  https://nuevarevolucion.es/la-sal-de-la-tierra-2/

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Repudio a los violentos ataques contra trabajadores de prensa/Argentina

América del sur/Argentina/10/07/2020/Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma

 

Desde la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma rechazamos enérgicamente la salvaje agresión recibida por trabajadores de prensa durante la tarde de ayer en el centro porteño y expresamos nuestra absoluta solidaridad.

Desde nuestra central sostenemos que las manifestaciones de cada sector deben producirse únicamente en un marco de respeto, y lejos del odio y la intolerancia.

En ese sentido, entendemos que hechos como este solo consiguen reducir los espacios de disenso y promueven la violencia.

Pedimos que se investiguen y sancionen a los responsables de este hecho absolutamente repudiable, quienes además violaron el aislamiento social preventivo y obligatorio, poniendo en riesgo a cientos de personas por causas no esenciales.

Este lamentable episodio reafirma que aún resta mucho por  hacer en la construcción de una convivencia democrática y en defensa de la libertad de expresión.

Buenos Aires, 10 de julio de 2020.

Fuente: Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma

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Libro(PDF): «Marx, 200 años. Presente, pasado y futuro»

Reseña: CLACSO

Este libro colectivo recoge los trabajos presentados en el Foro Marx 200, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en el marco de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales y del Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico, en noviembre de 2018. La enorme acogida que tuvo esta iniciativa, desarrollada en ese marco multitudinario, hizo que el Foro se convirtiera en un evento valioso y relevante, a partir de haber logrado conducir el peso retrospectivo que trae consigo la celebración de los 200 años del nacimiento de Marx hacia un debate colectivo de alto nivel en torno al presente y al futuro de su praxis en el mundo.

Autor (a): Esteban Torres. Elvira Concheiro Bórquez. Félix Valdés García. Matías Bosch Carcuro. Pablo A. Vommaro. Rodolfo Gómez. [Coordinadores/as]

Enrique Dussel. Álvaro García Linera. Atilio A. Boron. Marcello Musto. Göran Therborn. Esteban Torres. Bob Jessop. Guilherme Leite Gonçalves. Enrique de la Garza Toledo. Orlando Caputo. Robert Boyer. Anwar Shaikh. Elvira Concheiro Bórquez. Beatriz Rajland. Klaus Dörre. [Autores/Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-612-6

Descarga: Marx, 200 años. Presente, pasado y futuro

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2207&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1401

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Reseña del libro Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI

Por Gilberto López y Rivas

Reseña del libro: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI. Giordana García Sojo y Taroa Zúñiga Silva (compiladoras). Edición internacional solidaria con el pueblo venezolano, 2020. (288 páginas). La obra se puede descargar libremente en la página web de la editorial Lanzas y Letras

La obra se puede descargar libremente en la página web de la editorial Lanzas y Letras

Quiero agradecer la invitación para presentar esta importante obra colectiva: Venezuela, vórtice de la guerra del siglo XXI, compilada por Giordana García Sojo y Taroa Zúñiga Silva, publicación digital gratuita, en una edición internacional solidaria con el digno y combativo pueblo venezolano, a la que se sumaron siete colectivos editoriales de seis países diferentes, en tiempos en que una pandemia ha dejado al descubierto la esencia antihumana del capitalismo y de la alianza imperialista mundial que encabeza Estados Unidos, secuela, por cierto, de una crisis multifactorial de alcances y profundidades cercanas a un colapso que pone en peligro la existencia de la especie humana, e, incluso, de toda forma de vida en el planeta.

La publicación del libro no podía ser más pertinente, ya que Venezuela, en las contradicciones, complejidades y extraordinarios logros de su proceso revolucionario, tratados a profundidad en los capítulos de esta obra, ha sido, durante estos años, y hoy en día, en el desarrollo mismo de la pandemia COVID – 19, el blanco de una gama de ataques que van desde la guerra de amplio espectro apoyada por el Pentágono y sus aliados subalternos en el área, con sus múltiples intentos de golpe de Estado, pasando por la guerra económica, analizada magistralmente por varios de los y las autoras, la invasión mercenaria de paramilitares provenientes de Colombia, y, en particular, las campañas del terrorismo mediático que no han cesado un momento su labor desinformativa y contra informativa, y, lamentablemente, hasta el fuego, no tan amigo, de quienes pretenden, desde una izquierda que pasa por “neutral”, y que Néstor Kohan considera que “posa de “decolonial” y juega –astutamente—a ser ‘equidistante’ en los conflictos sociales”, pero asume, en la práctica, las mismísimas posiciones de una derecha apátrida que pretende aislar internacionalmente al gobierno legítimo, romper el orden legal y violentar la justicia y el estado de derecho, impuesto por la Constitución chavista-bolivariana.

Venezuela parece haber trastocado las capacidades teóricas y metodológicas de sectores de la intelectualidad y la academia latinoamericana, que, inmersos en las versiones sesgadas que ofrecen esta derecha ilustrada venezolana y las grandes cadenas noticiosas, ambas al servicio de las estrategias imperialistas y oligárquicas, repiten adocenadamente los argumentos de una oposición racista, clasista y golpista que pretende derrocar, por cualquier medio, incluso por la invasión con tropas extranjeras, a un gobierno elegido democráticamente por la mayoría de los ciudadanos. De manera reiterada, en artículos periodísticos, entrevistas y declaraciones que circulan por las redes, en orquestadas campañas, se insiste en presentar al gobierno de Nicolás Maduro como una dictadura represora, incluso como un régimen totalitario, enfrentada a un límpido, pacífico y desinteresado movimiento democrático. Nada se menciona en estos análisis, que pasan por objetivos, sobre los sustanciales apoyos económicos de Estados Unidos y sus organismos de inteligencia a los partidos y agrupaciones políticas emblemáticas de la oposición, al auto designado presidente interino, ligados muchos de ellos a organizaciones internacionales neonazis, de la ultraderecha anti socialista radicadas en Bogotá, Miami y México, y de conocidas fachadas de la CIA, como Alianza Parlamentaria de América, Unoamérica o la Human Right Foundation, de Uribe y sus muchachos sicarios y paramilitares.

Sorprendentemente, muchos de los firmantes no venezolanos de esos artículos, textos y declaraciones jamás han estado en Venezuela, ni mucho menos realizado trabajo en los barrios de los cerros de Caracas, ni en las zonas residenciales del este de la capital, donde viven muchos de los opositores que protagonizan la nueva telenovela, made in Venezuela, Los ricos también lloran. Esto es, declaran o escriben de oídas, a partir de sus posiciones políticas y trayectorias, algunos hasta con pasados de izquierda, debidamente rectificados para garantizar el éxito de sus carreras universitarias, o sus visas para el norte de sus nuevas brújulas ideológicas.

Queda convenientemente omitida la campaña mediática de satanización que se hizo de Hugo Chávez, primero, durante más de una década, y ahora, contra el actual gobierno de Venezuela encabezado por Nicolás Maduro. Esta dictadura mediática que falsea groseramente la realidad con fotomontajes, noticias inventadas (recordarán la fantasmagórica unidad antimotines de Cuba, actuando en Venezuela, o el supuesto “baño de sangre de Maduro” durante las elecciones de la Constituyente), la propaganda subliminal en primeras páginas, en suma, toda la gama de técnicas de la guerra sicológica puestas en práctica ya desde hace décadas bajo los esquemas de los manuales producidos por los militares estadunidenses, y que fueron utilizadas intensa y extensivamente en los casos de Chile, Nicaragua y Granada[1]. Esta campaña mediática, como veremos en las páginas de esta obra, va acompañada de boicots económicos, robo descarado de activos del gobierno de Venezuela, ocultamiento de alimentos y otros artículos de primera necesidad, incluyendo medicinas y otros insumos para enfermos crónicos y en peligro inminente de morir, antes y durante esta pandemia, así como de la acción de provocadores y paramilitares, varios de nacionalidad estadounidense, que invaden territorio venezolano, atacan instalaciones gubernamentales, organizan atentados contra el presidente, y aterrorizan a partidarios del gobierno, en las ciudades y en el campo, e, incluso, durante las llamadas guarimbas, los queman vivos.

Ya desde hace algunos años hemos insistido, a través de la lectura de los manuales de contrainsurgencia de los militares estadounidenses, que Javier Couso menciona en el prólogo, sobre la importancia que estos otorgan a los medios de comunicación como arma estratégica y política, particularmente, lo que denominan, la “batalla de la narrativa”:

  •  “Las guerras modernas tienen lugar en espacios más allá de simplemente los elementos físicos del campo de batalla. Uno de los más importantes son los medios, en los cuales “la batalla de la narrativa” ocurrirá. Ya nuestros enemigos han reconocido que la percepción es tan importante para su éxito como el evento mismo…Al final del día, la percepción de que ocurrió importa más, que lo que pasó realmente. Dominar la narrativa de cualquier operación, ya sea militar o de otro tipo, paga enormes dividendos. Fracasos en este terreno, minan el apoyo para nuestras políticas y operaciones, y actualmente pueden dañar la reputación del país y su posición en el mundo.[2]

Tomando en cuenta estas precisiones introductorias, y sin considerarme, de ninguna manera, experto o especialista en Venezuela, sino sólo a partir de mi militancia de solidaridad con la revolución chavista bolivariana, a través de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, fundada en México en el 2003, y apoyada de manera decisiva por el comandante Hugo Chávez, desde la reunión de la red en Caracas, en el año 2004, sostengo que el libro que comento, es el que con el mayor rigor y profundidad analítica explica, explora, investiga y da cuenta de los múltiples contextos, significados, entramados, interrelaciones, retos, problemáticas y peligros de la revolución chavista bolivariana.

Aún más, el libro no sólo ofrece información empírica e interpretación teórica relevantes en la apreciación del fenómeno estudiado, sino que los y las autoras logran un equilibrio, pocas veces conseguido en el análisis político, entre el apoyo evidente al proceso revolucionario, junto a un ejercicio de la crítica frente a fenómenos como la corrupción o el burocratismo, entre otros lastres, que han impedido, en determinados momentos y circunstancias que en los capítulos se detallan, el desarrollo pleno de la construcción del poder popular, del Estado comunal, la democracia participativa y protagónica. Esto es, la obra mismo es una demostración, en los espacios de la investigación social, de la congruencia ética e intelectual de sus autoras y autores, que caracterizó al comandante Chávez.

El libro cuenta con un prólogo de Javier Couso Permuy, una introducción de las compiladoras, y contiene tres partes: 1.- Surgimiento del chavismo en la Venezuela – mina. 2.- Venezuela en el vórtice: guerra total al chavismo. 3.- Aquí no se rinde nadie: sujetos, perspectivas y retos. Y, finalmente, un “a manera de epilogo”, de las mismas coordinadoras.

Dada su extensión, cercana a las 300 páginas, en esta reseña destacaré, de manera discrecional, sin duda, sólo aquellos aspectos que llamaron mi atención para la comprensión integral del proceso revolucionario.

El compañero Javier Couso, autor del prólogo y diputado por varios años en el Parlamento Europeo, demuestra la certeza de esa frase de Martí que sostiene: “cuando muchos no tienen dignidad ni decoro, unos pocos tienen la dignidad y el decoro de muchos”. Javier fue una voz a contracorriente en ese espacio de la democracia burguesa, en el que se encuentran los más activos núcleos de agitación política contra el gobierno venezolano.

En su texto refiere que no es sólo por sus recursos estratégicos el asedio contra Venezuela, sino por múltiples factores, como el de la puesta en marcha de mecanismos de integración regional, a partir del liderazgo moral y político de Chávez, que, junto con Fidel, cuestionaron la hegemonía estadounidense.

En lo interno, no se le perdona la profundización de la democracia popular, los beneficios sociales y la capacidad militar defensiva. Varias veces en Venezuela, como integrante de la Red en Defensa de la Humanidad, y en su calidad de diputado, Javier concluye que la Revolución Bolivariana es un proceso sentido en el alma por parte importante de la población venezolana.

La introducción de las compiladoras resulta clave para comprender la orientación general del texto y su contenido, no obstante, las numerosas autorías y temáticas expuestas. Lo que caracterizó a los gobiernos progresistas de la “década ganada” para el continente, con la elección de varios presidentes con esta posición, es lo que Hugo Chávez denominaría “saldar la deuda social”, redistribución y democratización del acceso a bienes y servicios básicos.

En los últimos cinco años, sin embargo, se hace alusión al “fin de los gobiernos progresistas”. Las autoras buscan a través del análisis de la trama histórica, sortear el riesgo de la simplificación teórica, que tiende a restringir la complejidad política y geopolítica en que está inmersa América Latina a un movimiento pendular (derecha-izquierda) o a ciclos acotados. Es entonces necesario detenernos, alertan, en la porosidad de los procesos sociales y la centralidad del sujeto popular como reactor de las trasformaciones. Es imposible entender la aparición de gobiernos progresistas sin tomar en cuenta las formas de politización de los grupos organizados en torno a demandas concretas. En suma, resulta una perspectiva simplificadora, o al menos muy poco exacta, abordar la disputa geopolítica en la región mediante ciclos acotados por procesos electorales.

La pandemia evidenció las grietas del sistema privatizador y reduccionista del Estado del neoliberalismo, cuestionado todo el entramado del sistema público-privado de salud. El virus mostró las prioridades de clase y de intereses de cada gobierno por encima del mercado sobre las vidas. En este contexto, Estados Unidos lanza una nueva ofensiva contra Venezuela, que encierra incluso la amenaza de invasión militar. Trump ha fortalecido la narrativa maniquea de guerra fría contra toda ideología o sistema que implique una alternativa a su hegemonía, y Venezuela es el blanco perfecto, incluso, como el eje del mal (China-Rusia-Irán), esto es, se perfila como la cara latinoamericana del enemigo.  Sin estar exentos de contradicciones y falencias, el chavismo forjó un proyecto nacional y gran nacional pos neoliberal, apostando a la soberanía de la región como plataforma que lograse disputar poder en el tablero geopolítico de la región y del mundo.

Las autoras tratan el tema del Estado, relacionado con el neoliberalismo y su resignificación política como campo de batalla, asumiendo las tensiones con la potencia disruptiva y constituyente del campo popular versus la naturaleza constituida y conservadora del Estado moderno. Recuperar el rol del Estado como garante de derechos de las mayorías, a contrasentido del uso del Estado para preservar privilegios y beneficios del capital trasnacional. Manifiesto mi total acuerdo con la tesis de que el neoliberalismo no cesa al Estado, lo circunscribe a fines precisos enfocados en cierta clase y no socializados con las mayorías.

El neoliberalismo apuesta, también, a la despolitización, sin embargo, la politización de las comunidades se corresponde a otros modelos de participación en torno a actividades o demandas específicas.  Es de destacar esta idea de que la estigmatización de la izquierda y el progresismo en la región devino en una peligrosa oleada de odio y neutralización del otro, que se expresa de manera directa en Bolivia, después del golpe.

Las autoras exponen lo que denominan: diplomacia de arriba y de abajo. Destacan el campo minado que representa la “diplomacia” coercitiva de Estados Unidos, violentando groseramente el derecho internacional. En este contexto entra la OEA de Almagro, como ariete del golpe de Estado y el intervencionismo abierto de Estados Unidos, al igual que el llamado Grupo de Lima, contraparte del tejido integracionista de los gobiernos progresistas. La soberanía regional se convirtió en la cuerda que divide más tajantemente a ambas posiciones. El chavismo trasformó la manera de hacer política desde arriba. Pionero de la diplomacia de los pueblos.

Las compiladoras se interrogan: ¿Por qué este libro? Primero porque la estrategia de guerra contra Venezuela es precedente de cualquier gobierno o movimiento que logre contrarrestar con fuerza propia el sentido común neoliberal. De ahí la necesidad de la obra, cuyo eje es la propuesta de lecturas y análisis críticos del proceso venezolano, realizado por investigadores que han sido parte de la construcción del proyecto chavista, lo cual, ciertamente, le otorga un valor especial.

En la primera parte se examina el salto cualitativo que ha significado el chavismo en la cultura política venezolana, en un país que se ha caracterizado por su relación monodependiente con el petróleo. Los autores analizan el devenir histórico del chavismo en el contexto rentista. Con mirada crítica, cuestionan la burocratización y el hiperpartidismo como males que horadan el carácter revolucionario del proyecto chavista. En esta parte escriben: Reinaldo Iturriza López, Luis Salas Rodríguez y Manuel Azuaje Reverón.

En la segunda parte se aborda la guerra total al chavismo desde los centros del poder y sus brazos aliados en la región. Los trabajos de esta sección retratan la guerra hibrida contra Venezuela: ahogamiento económico, coacción diplomática y amenaza militar, a la vez que el terrorismo mediático, el uso de fake news, como se hizo en Yugoslavia y en el Medio Oriente, escribiendo Franco Vielma, Yekuana Martínez y Luis Delgado, Jorge Arturo Reyes, Pasqualina Curcio, y María Alejandra Aguirre Pérez.

En la tercera parte, autoras y autores que han trabajado en organizaciones y movimientos políticos de diversa índole, y a partir de esta experiencia, analizan la situación de los sujetos que hacen vida dentro del chavismo. También, se presenta el mapa de logros en materia social, las contradicciones, pendiente y retos del chavismo. Los autores y autoras sostienen que la guerra convirtió a Venezuela en una singularidad; pareciera que a las teorías de la izquierda académica les costara edificar nuevos conceptos que comprendan o siquiera aborden la cuestión venezolana; o se estigmatiza como experiencia fallida o simplemente se omite. Por ello, nos señalan, la necesidad de este libro, escrito desde y en contra de la guerra que enfrenta Venezuela. Quienes lo escriben han pensado y vivido la realidad venezolana desde adentro, asumiendo al chavismo como un proceso complejo en continuo devenir, cargado de tensiones internas y en lucha por seguir adelante. Escriben Hernán Vargas, Víctor Fernández, Lorena Fréitez Mendoza y José Roberto Duque.

Por razones de espacio, comentaré brevemente un capitulo que me resulta especialmente útil para el análisis político comparativo, con casos como el mexicano: “El Chavismo: de dónde viene y por qué aún resiste”, escrito por Reinaldo Iturriza López, quien analiza el surgimiento de una formula del chavismo en sus inicios para salir del laberinto, esto es, los rebeldes planeaban desencadenar escenarios de amplia participación, signados por un alto perfil de protagonismo de la población venezolana. Pero, se preguntaban: ¿Cómo lograrlo? ¿Cómo superar los límites de la democracia burguesa y alcanzar el protagonismo popular? Llegaron a conclusiones muy similares a las de los mayas zapatistas en su construcción de procesos autonómicos de democracia directa. Las comunidades, barrios, pueblos y ciudades deben contar con mecanismos y el poder para regirse por un sistema de autogobierno que les permita decidir acerca de sus asuntos internos, una política de los comunes, la considera el autor. “Nosotros lo que hacemos es creer en la fuerza del pueblo”, decía el comandante Chávez. Un liderazgo que toma conciencia de que su labor consiste en ponerse a la altura de ese pueblo, que, descubriendo su propia fuerza, se está encontrando consigo mismo.

Como ha ocurrido en muchas geografías, en el surgimiento del chavismo la izquierda no entendió nada. Así, el chavismo emerge en un contexto de severa crisis de las formas tradicionales de mediación política, comenzando por los partidos políticos, los movimientos sociales, los sindicatos, una izquierda pulverizada. Esto incluye a la intelectualidad, que, para Chávez, se limitaba a soñar en utopías. El movimiento bolivariano habría de ser el resultado de una amplia discusión, del pueblo mismo como intelectual colectivo, como contrapoder, para derribar el poder constituido.

Chávez presta atención especial a la lo que denomina “clase marginal”, como sujeto de la revolución bolivariana, la que se encuentra en los barrios, en los campos, entre los indígenas, lejos de los clisés de las posiciones ortodoxas sobre el papel de la clase obrera como sujeto central de la revolución, fuera de clasificaciones formales izquierda / derecha. Sostenía Chávez: “somos un movimiento revolucionario, un movimiento popular a favor de la causa de los dominados de este país y de este planeta, a favor de la justicia, de la revolución”. Para el comandante, la clave radicaba en el protagonismo popular y en la reivindicación de referentes ideológicos acordes con la historia y la cultura de Venezuela. En suma: Chávez comprendió que las revoluciones no se hacen en los palacios, que hay que gobernar en y para quienes habitan en las catacumbas siempre, a riesgo de perder o vender el alma. Que estar en Miraflores solo tiene sentido si se tiene vocación de subversivo.

Esta realidad del chavismo es inaceptable para el antichavista, y de ahí la idea imperante, entre la oposición y el imperio, de que el chavismo es un sujeto exterminable, no importa si esta política lleva al genocidio. Esto es, la deshumanización total de la política.

El autor analiza las razones de por qué resiste el chavismo. Señala que las transformaciones en el campo de la cultura política, ocurridas durante la década de los 90, aportan claves hermenéuticas decisivas y, de hecho, explican la existencia del chavismo duro. Acota que no es posible asimilar al chavismo con el gobierno y el Estado, que se convierten en terrenos de disputa. La base social del chavismo considera que no necesariamente la revolución debe hacerse desde el gobierno, sino apalancada en la fuerza del pueblo organizado. Incluso el chavismo tiene una valoración muy negativa del funcionariado promedio, pero este malestar no se traduce en una identificación política con el antichavismo, con sus profundos prejuicios de clase y raza. El chavismo, al mismo tiempo, ha actuado como una fuerza de contención, como disuasoria de la violencia. El chavismo aún es capaz de resistir porque aquellas ideas-fuerza en torno a las cuales se amalgamó tienen plena vigencia.

Por último, en el epilogo, las compiladoras mantienen que el chavismo superó la identificación con un individuo. Éste se ha reconstituido: en un plano macro, gubernamental, y en plano micro y extensivo que se traduce en la politización y construcción colectiva. 20 años de bloqueo y asedio, bajo las que se consolida el chavismo, templaron un carácter de aguante constante. La línea opositora apuesta abiertamente al clasismo y al racismo, recordemos los términos utilizados para referirse al comandante: macaco, simio, mico. Durante los primeros quince años, el chavismo resistió desde el ejercicio de administrar el Estado y a través de propuestas alternativas de organización y visibilización popular, así como sentidos comunes soberanistas (el sentimiento de patria y de patria grande). Es notable el hecho de que se resistió, para mantener el talante democrático del proyecto, en función de una constante dinámica electoral. Sin embargo, actualmente, el chavismo debe ajustarse y reinventarse en función de las necesidades y demandas de nuevas generaciones.

La oposición ha ido definiendo nuevas rutas en torno al chavismo, sin un proyecto político independiente. Oposicionistas, utilizando el termino de Luis Salas, para el ala más radical. Ha probado opción electoral, violencia directa, injerencia externa, a veces de manera simultánea. El gran aliado de la oposición es el sector empresarial e importador que arrincona al gobierno con desabastecimiento programado, hiperinflación, que incide en la cotidianidad y la gobernabilidad, todo esto aumentado por las brutales sanciones económicas de Estados Unidos. Entre la vía electoral y la salida violenta, la oposición se ha tambaleado, sin un plan de gobierno ni opción intermedia. De ahí su apuesta por la vía intervencionista, lo cual le hace perder eficacia nacional. Recordemos las guarimbas, con 43 muertos y más de 800 heridos.  Al cada vez más patético Guaidó, y su autoproclamación como presidente, con todo el apoyo mediático, que juega su papel para el reconocimiento de gobiernos extranjeros y organismos internacionales. En todo momento, el respaldo de los medios corporativos y los halcones de la guerra de Estados Unidos.

Con todo, el buen manejo de la pandemia y de la emergencia sanitaria jugó en favor del gobierno del presidente Maduro, situación vetada por los medios en el ámbito mundial. Que EE.UU. insista y triplique esfuerzos por asfixiar a Venezuela, en este contexto de pandemia, da cuenta de porqué el país caribeño no sólo sigue estando en el vórtice de la guerra híbrida del siglo XXI, sino también en el centro de las resistencias y esperanzas.

Lectura imprescindible y urgente, este libro se constituye en herramienta no sólo para comprender la cuestión venezolana y la geopolítica de la región latinoamericana; también, es de gran ayuda para nutrir al intelectual colectivo, en nuestras propias realidades nacionales, para construir y fortalecer los procesos de construcción de poder popular, de lo que el EZLN ha denominado mandar obedeciendo, en el ejercicio de una democracia de abajo y a la izquierda, participativa y protagónica, por la que luchó el presidente y comandante Hugo Chávez Frías.

Cuernavaca, Morelos, México, confinado, pero no callado, 14 de junio de 2020.


[1] Fred Landis. CIA psychological warfare operations, how the CIA manipulates the media in Nicaragua, Chile and Jamaica, Science for the PeopleJanuary-February, 1982, Vol. 14, no. 1

[2] Ver en libros libres de Rebelión: Gilberto López y Rivas Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos: manuales, mentalidades y uso de la antropología, Universidad de San Carlos, Guatemala, 2015.

La obra se puede descargar libremente en la página web de la editorial Lanzas y Letras

Fuente: https://rebelion.org/resena-del-libro-venezuela-vortice-de-la-guerra-del-siglo-xxi/

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Conferencia de Piedad Córdoba: Derechos Humanos, Paz y Democracia en América Latina. (Video)

Por: Otras Voces en Educación 

Inicio de los Seminarios de «La Otra Política»

En alianza con el Centro Internacional de Investigaciones «Otras Voces en Educación» de CLACSO-Venezuela, la CEIP-Historica de Argentina, EL Centro Internacional de Pensamiento Crítico RIUS de CLACSO-México y la Universidad de Panamá, estamos impulsando una serie de seminarios en Pensamiento Crítico, buscando alternativas en contra del Neoliberalismo Educativo.

En esta oportunidad nos acompaño Piedad Córdoba quien es Directora del Movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz. Presidenta del Movimiento Político “PODER CIUDADANO” Actualmente continua su lucha por la defensa de los Derechos Humanos y lidera el Movimiento afrodescendientes Corporación Poder Ciudadano y Vocera de Marcha Patriótica.

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Monarquía deslegitimada

Por: Víctor Arrogante

 

La Monarquía no pasa por sus mejores tiempos. El que fuera rey de España, Juan Carlos de Borbón está contra las cuerdas y será investigado por sus negocios y su patrimonio muy relevante y poco edificante. Habrá que conocer cuánto conoce y cuánto calla su hijo Felipe sobre las actividades de su padre. La Monarquía española es heredera del franquismo y su popularidad está por los suelos. Quieren aparentar ser una familia normal y no lo consiguen porque no lo son. Viven en las alturas a costa de los españoles, cuya mayoría difícilmente puede sobrevivir.

En el artículo Perdiendo el trono, incluido en mi libro Reflexiones republicanas, contaba el intento fallido de la Casa Real de blanquear la imagen del rey, que entonces cumplía los 75 años. Siete años después, me permito retomar la idea principal, incorporando nuevos datos y algún que otro nuevo comentario.

Juan Carlos de Borbón, heredó del franquismo el trono; poco había hecho hasta entonces para conseguirlo. Juró ante los «santos evangelios» fidelidad a los principios del movimiento nacional, que inspiraban al régimen de Franco. Para unos fue un traidor, para la mayoría, quien facilitaba el tránsito a la democracia. Se terminó la dictadura, se aprobó la Constitución, pero no se resolvieron los problemas históricos de España, que son fuente permanente de conflictos: el territorio, las señas de identidad y la monarquía; que requiere de un referéndum para legitimarse democráticamente; o no.

La dictadura agonizaba y el nuevo modelo no llegó hasta la aprobación de la Constitución en 1978. Comenzaba la Transición desde la dictadura a la democracia, controlada desde dentro del Régimen intacto. Adolfo Suárez, no sometió a referéndum la monarquía, porque las encuestas le dijeron que perdería. Franco había dejado todo atado y bien atado en la figura de Juan Carlos de Borbón. El régimen del 78 legitimó al régimen franquista modernizándolo. Desde entonces la monarquía ha jugado un papel fundamental como institución conservadora, destinada a mantener el statu quo social y político, en defensa de los intereses empresariales y las élites sociales, por lo que sobran motivos para cambiar de modelo de Estado.

La monarquía, que es un símbolo, está muy alejada de los principios constitucionales de igualdad ante la ley y de igualdad de oportunidades. El acceso a la Jefatura del Estado, como a cualquier otro órgano de representación, no puede tener carácter hereditario, sino sometido a la libre y democrática elección. Se puede reconocer que la monarquía cumplió su papel durante la Transición, pero transcurridos cuarenta y dos años no tiene razón de ser. No se puede vivir siempre ni de herencias recibidas ni de rentas políticas del pasado. En un sistema democrático no caben privilegios de, familias o castas. La transparencia debe ser un principio de actuación; y la monarquía no es transparente.

Felipe de Borbón renunció a la herencia de su padre, hecho insólito, ya que no puedes renunciar a algo que todavía no se tiene y le retiró su asignación de los presupuestos de la Casa Real, después de que se publicara que la Fiscalía investiga una supuesta donación de 100 millones de dólares, que Juan Carlos habría recibido de Arabia Saudí. El gobierno español que continúa blanqueando al jefe del Estado valoró positivamente la renuncia a la herencia y calificó la decisión de respetable.

La Justicia se encuentra ante una situación decisiva: sentar a Juan Carlos en el banquillo o cerrar la causa en falso. Será difícil demostrar que el emérito cobró comisiones por su intermediación en las obras del AVE a la Meca. Cuando se trata de proyectos de grandes infraestructuras, las mordidas, comisiones y sobrecostes suelen estar a la orden del día. Ahí están los ingentes sumarios de corrupción que se instruyeron en España tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. El asunto que persigue al rey emérito es un ejemplo de manual: empresas en Panamá o Liechtenstein, países habitualmente empleados para ocultar patrimonios de dudoso origen y procedencia.

Técnicos de Hacienda ven justificado investigar a Juan Carlos y esperan que la Agencia Tributaria colabore de manera eficiente en la investigación para dilucidar su papel en las supuestas comisiones pagadas por la adjudicación a empresas españolas de las obras del AVE a La Meca. A su juicio, hay «indicios racionales» que justifican esa investigación. De hecho, Gestha ya apuntó que el emérito podía haber cometido delitos contra la Hacienda Pública y pidió la apertura de una investigación por presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales.

Hace unos años, en una entrevista para la emisora KPKF.org de Los Ángeles, USA, me preguntaron: ¿Controló la CIA la transición en España? y contesté: «Ustedes saben más de la CIA que nosotros, pero todo parece indicar que participó en el asesinato de Carrero Blanco y luego puso como rey a Juan Carlos». En aquellas fechas la monarquía no se ponía en discusión y de la República ni se hablaba. No solo todo estaba atado y bien atado, sino que todo estaba pactado y controlado. Alemania y EEUU venían a decir: Hay que establecer un régimen democrático, afín a nuestros intereses, sin algaradas callejeras, sin revoluciones, y Juan Carlos nos sirve.

El cerco judicial a Juan Carlos se está cerrando. Hay abiertas diferentes investigaciones para determinar el origen de su enorme fortuna que, según Forbes estima en dos mil millones de euros; un patrimonio de los mayores secretos de Estado. Ante el cerco judicial, fuentes dominicanas confirman que en el país caribeño, se está preparando la nueva residencia Juan Carlos, que podrá compartir charlas, sol y copas con grandes amigos como Felipe González, o la familia Clinton. Un ambiente donde el emérito, disfrutará de su fortuna sin que nadie le moleste.

El grupo parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común en el Congreso, aspira a poder sentar en comisión a Juan Carlos, con el objeto de analizar «las relaciones diplomáticas y comerciales entre España y Arabia Saudí, su vínculo con instituciones y empresas españolas y sus efectos sobre el erario público». No se trata de una investigación sobre un particular, «sino sobre unos hechos que son de interés general y van más allá de las presuntas actividades corruptas de Juan Carlos». Unidas Podemos recalca al PSOE,  que ya no vale hablar de la inviolabilidad de Juan Carlos, al estar ya investigado. Lo cierto es que el rey Juan Carlos sigue blindado gracias a la alianza entre los partidos de la Transición y Vox.

La Fiscalía ve indicios delictivos de blanqueo de capitales y fraude fiscal en la Hacienda Pública en el emérito por su participación en la construcción del AVE a la Meca. El ministerio público se ha fijado en la compraventa de propiedades, con la sospecha de que pudieron servir de pantalla para un lavado de fondos de origen irregular en Marruecos y casas en Suiza. La investigación, iniciada por la Fiscalía de Suiza, ha examinado movimientos y cambios de manos en estas propiedades, en las que hay una serie de viviendas en Suiza que se habrían adquirido con parte de los 100 millones de dólares regalados al emérito por Arabia Saudí.

El CIS no pregunta a los españoles su opinión sobre la monarquía desde abril de 2015. A partir de 1994 había pedido en quince ocasiones a los encuestados que calificaran del 1 al 10 la confianza que tenían en la Corona, que fue descendiendo desde el notable hasta el suspenso, con un mínimo del 3,68 en 2013. El CIS se niega a preguntar sobre la valoración de la monarquía, porque «no es un tema que interese». Se conoce por otras fuentes que los españoles prefieren república a monarquía por una mayoría absoluta. Según Sináptica el rechazo de la población hacia la monarquía se ha acentuado durante la pandemia. Casi el 52% de los ciudadanos dicen preferir que España sea una república. Aún son más (58,2%) los que creen necesaria la celebración de un referéndum para decidir la forma de Estado; opinión que se acentúa entre los jóvenes.

Los privilegios que los miembros de la familia real ostentan, son un agravio comparativo. Es una flagrante injusticia. Una casta familiar que no rinde cuentas, ni económicas ni fiscales ni políticas ni penales. El solo hecho de ostentar el apellido Borbón les hace poseedores de los mayores privilegios. Todo tiene que cambiar.

La Monarquía ostentaba la legalidad fáctica heredada de Franco y la legitimidad dinástica de Juan de Borbón, pero le faltaba la legitimidad democrática, y no fue hasta el 23F (1981), cuando pasó de ser el rey de Franco, a «salvador de la patria». Fue una operación bien montada. Se trataba de consolidar al rey, ya fuese con el triunfo del golpe de Estado o con su fracaso. Y lo consiguieron.

Le Monde publica un reportaje sobre la situación que vive en la actualidad Juan Carlos y todos los problemas legales que le rodean. El artículo titulado Maleta de billetes en Suiza, sociedad opaca en Panamá: Juan Carlos, desorden de España, analiza la figura del exmonarca y el legado que ha dejado. Se define la atmósfera que rodea al emérito como «Un viejo rey devorado por la pasión a las mujeres y el dinero. Mientras, Felipe de Borbón se aprovecha del virus para intentar lavar su imagen y la de la Monarquía.

La Fiscalía ha tenido que asumir la investigación judicial del caso Juan Carlos, listo para huir al Caribe, empujada por la fiscalía suiza. El Tribunal Supremo español pasará una nueva vergüenza internacional cuando un juez suizo sea el primero en citar a declarar al rey emérito, que no disfruta de inmunidad pero está aforado en el Supremo. Hay que ir a la prensa extranjera para saber cómo va la investigación de la corrupción real. En la radio pública francesa RadioInter «El ex rey de España está desnudo. Juan Carlos está bajo investigación por fraude fiscal y blanqueo de comisiones ilegales. «Juan Carlos paseaba por Ginebra como un vulgar gángster de serie B» con dos millones en efectivo: un pequeño regalo de Bahréin que tenía que ingresar discretamente.

Soy republicano por convicción, principios y por la fuerza de la razón, aunque no creo que se terminen los males de España por instaurar una república; pero quiero decidir sobre su restauración. En un modelo decente de Estado no cabe la monarquía, que es antidemocrática por naturaleza, opaca por convicción, alejada de las necesidades de la gente y de los intereses reales del pueblo llano.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/monarquia-deslegitimada/


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Usos y abusos de los juegos demócratas: entre nacionalismos y chovinismos el gran abrazo

Por: Eduardo Camín

 

Nunca como hoy la cuestión de la democracia ocupó un lugar tan destacado en las luchas políticas y sociales de América Latina. La reciente contienda electoral en Uruguay, nos deja algunas enseñanzas para reflexionar profundamente sobre los usos y abusos de la democracia, en ese profundo desuso de la ideología, que se podría resumir como una derrota (la izquierda) con sabor a triunfo y un triunfo con sabor a derrota (la derecha).

Es así que, en ese vale todo, el tiempo del hombre político actual parece destinado a reducir a fogononazos efímeros los esfuerzos tendientes a instaurar órdenes de convivencia, que se sueñan para abarcar los grandes ciclos históricos, ignorando aquellas enseñanzas de que los hechos sociales sólo cobran valor en su conjunto, según el ritmo que la medida del tiempo define y dosifica.

Una visión de la democracia con sus reglas de juego electorales se ha puesto en marcha sin contar con los que esperan. En época de globalización, no es el tiempo quien aguarda a los hombres, sino los hombres quienes han de buscar la ocasión de montar en marcha el tren electoral del tiempo democrático. La argumentación claro está, se basa en las concepciones de «democracia en general» sin precisar su caracter clasista.

Un hecho puede ilustrar nuestra argumentación. Cuando asistimos a un encuentro entre militantes de las fuerzas en contienda de centroderecha y centroizquierda que entre banderas partidarias y símbolos patrios se fusionaron en un gran abrazo, cantando a viva voz el himno nacional, este significativo hecho tuvo una lectura sesgada a través de las redes sociales.

Pero creemos que plantear así el problema, fuera de las clases sociales, pretendiendo considerar la nación en su conjunto, es sencillamente denegar su propia historia. Por eso la defensa que se hace de la democracia burguesa por medio de discursos, gritos y lágrimas hipócritas no hace más que defender al reformismo burgués.

La innovación, como ansia, exigencia, o consecuencia de toda acción política ha de contar con la novedad. Sin embargo, el tren del tiempo democrático, arrastra los vagones del desarrollo, progreso y realidad, pero pensar los posibles vínculos de unidad entre democracia y desarrollo obliga a definir claramente el proyecto social y los postulados éticos-políticos a las que obedece.

Si adjetivamos el desarrollo como democrático estamos manteniendo una concepción de la sociedad y la acción política fundada en los valores constitutivos del ser humano.

Pero hablar de democracia implica como supuesto necesario plantear el tema de su capacidad de audeterminarse, es decir, de fijarse sus metas en libertad, atendiendo las exigencias de sus pueblos. Por lo tanto es evocar el tema de la dependencia en que se encuentra là región en el plano del capitalismo internacional, y conduce por ello mismo a entender la lucha por la democracia en tanto que lucha por la liberación nacional.

El desarrollo en su conjunto de esferas que lo constituyen, es decir, lo político, lo social, lo cultural, lo económico, es un todo indivisible y sólo si entendemos la democracia como el fundamento que explica, da sentido y orienta el desarrollo humano podríamos construir un proyecto democrático. De no ser así, se produce una castración en la concepcion teórica y en la puesta en práctica de la misma como opción política.

Desarrollo y democracia son complementarios si se mantiene el contenido de ambas categorías y se piensa en ellas sin limitar o reducir su explicación. Si eliminamos los contenidos políticos, sociales económicos o culturales del desarrollo y de la democracia, nos encontraríamos con conceptos que pierden su significado.

La teoría del desarrollo capitalista contempla la democracia como un factor dependiente del crecimiento y amplitud del mercado y del acceso de los ciudadanos al llamado consumo de masas de una sociedad.

En realidad el desarrollo para el capitalismo, es democrático cuando las grandes masas de la población pueden acceder sin más restricciones que las de su valía personal a los beneficios del progreso : cuando se generaliza el derecho al crédito y se puede consumir y mantener un mínimo nivel de ahorro para tiempos de crisis; cuando el proceso de crecimiento económico es lo suficiente estable para favorecer la negociación de sueldos, salarios y mejoras en las condiciones de trabajo y creación de empleo, es decir cuando hay cierta estabilidad.

El gobierno del progresismo uruguayo, condicionó – en parte- su funcionalidad, a la doctrina de transformar el desarrollo al servicio del desarrollo económico como búsqueda de la eficiencia en el consumo y el mercado. De esta forma la democracia transfiere así su existencia a la esfera económica desde la cual queda definida como factor destinado a potenciar dicha eficiencia, perdiendo toda su vitalidad política.

La nueva política económica de Uruguay será mas de lo mismo. Tal vez en lo que atañe al liberalismo la burguesía nacionalista lo toma como arma para privatizar en su beneficio el capital social aún en manos del Estado y limitar la capacidad de regulación de que dispone el Ejecutivo, ya sea transfiriendo partes de las atribuciones al Parlamento, ya sea apropiándose ella misma de la otra parte en nombre de los derechos sagrados de la iniciativa privada.

Bajo este principio de explicación, el desarrollo es un continuo proceso de mejoras en la racionalización del mercado y el grado de consumo de la población y la democracia el procedimiento político que hace posible su existencia.

La identidad generada entre democracia y mercado capitalista favorece el establecimiento de las doctrinas que ideólogicamente contemplan el subdesarrollo como etapa previa en la construcción de una economía de mercado.

Los eufemismos  países en desarrollo o emergentes o procesos de modernización no es más que filantropía occidental que potencializara a su maxima expresión la bofetada de la miseria. La crisis del capitalismo no disminuye, se multiplica exponencialmente, amenazando con destruir ya no la clase trabajadora sino a todo el planeta, su cultura y su civilización.

Pero sabemos que no será en el marco de las actuales tendencias, que aunque sean necesariamente opuestas en el plano general de lo ideológico, se hacen compatibles con los diversos aspectos particulares del ejercicio político, de la democracia impidiendo la respuesta necesaria bajo el manto adulador del interés nacional, cómplice de la prevaricación que justifica las irresponsabilidades del aparato de Estado.

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2019/11/28/usos-y-abusos-de-los-juegos-democratas-entre-nacionalismos-y-chovinismos-el-gran-abrazo/

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