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La política del color: el racismo y el colorismo

La piel es nuestra mayor barrera protectora natural. ¿Por qué el color de la piel tiene un significado social infinitamente mayor que el color de la pupila de los ojos?

Tanto en la tradición cristiana (incluido el secularismo en el que se prolongó) como en la tradición budista, la oscuridad y la claridad fueron metáforas conceptuales que pretendieron explicar el perfeccionamiento de la persona humana en sus relaciones con los poderes que la trascienden. Se refieren a movimientos del conocimiento y de la vida interior. La trayectoria de la oscuridad a la claridad está abierta a todos los seres humanos. Y, de hecho, la máxima claridad (por ejemplo, en presencia de la divinidad) puede convertirse en la máxima oscuridad, siendo ejemplo de ello el horror divino de George Bataille, o en el máximo el silencio del universo, en el caso de José Saramago.

Sin embargo, con la moderna expansión colonial europea, sobre todo a partir del siglo XVI, la oscuridad y la claridad se utilizaron progresivamente para distinguir entre seres humanos, para clasificarlos y jerarquizarlos. Fue entonces cuando la oscuridad y la claridad se movilizaron como factores identitarios, para definir los colores de la piel de los seres humanos, transfiriendo a esta definición significados antiguos. Si antes tales significados partían de la idea de la condición común de los humanos, a partir de entonces el color de la piel constituirá uno de los vectores fundamentales de la línea abisal que distingue a los humanos de los subhumanos, la distinción que subyace al racismo.

Una vez aplicado a la piel humana como factor determinante, el color pasó a designar características «naturales» que definen desde el principio los tránsitos sociales permitidos y prohibidos. Lo «natural» se convirtió en una construcción social concebida como un factor extrasocial de la legitimidad de la jerarquía social definida a partir de las metrópolis coloniales.  El «negro» se convirtió en «color», símbolo de lo negativo, y el «blanco», «la ausencia de color», en símbolo de lo positivo. Así surgió el racismo moderno, uno de los principales y más destructivos prejuicios de la modernidad eurocéntrica. Como bien analiza Francisco Bethencourt, el racismo, a pesar de no ser un rasgo exclusivo occidental, asumió con la expansión colonial europea un papel central en la clasificación jerárquica de las poblaciones (Racismos: das Cruzadas ao século XX, 2015).

A pesar de haber experimentado muchas mutaciones, el prejuicio racial ha mantenido una notable estabilidad. Por un lado, la inmensa diversidad de rasgos fisiológicos y tonos de color de piel no impiden que el prejuicio se adapte y se reconstituya incesantemente según los contextos, a veces pareciendo un residuo del pasado, a veces resurgiendo con renovada virulencia. Por otro lado, su naturaleza insidiosa se deriva de su «disponibilidad» para ser interiorizado por aquellos y aquellas que son víctimas de él, en cuyo caso unos y otras pasan a evaluar su existencia y su papel en la sociedad en función del canon de la jerarquía racial. Por último, la lógica racial del color se insinúa tan profundamente en la cultura y el lenguaje que está presente en contextos tan naturalizados que parecen no tener nada que ver con los prejuicios. Por ejemplo, en el espacio de la comunidad de países de lengua portuguesa (por lo menos en Brasil y en Portugal) los niños aprenden que el lápiz de color beige es el lápiz del color de la piel.

La primacía otorgada a la visión en el análisis eurocéntrico del mundo hace que el color de la piel sea una de las variaciones más visibles entre los humanos. Está relacionada con las respuestas a la radiación ultravioleta. La piel más oscura, con más melanina, protege a las poblaciones originarias de regiones cercanas al ecuador. Por tanto, en su origen es una respuesta físico-biológica al medio ambiente. ¿Cómo es que, si bien el origen de la humanidad se dio en regiones con mayor radiación ultravioleta, el color de la piel terminó convirtiéndose en un marcador de deshumanización? Fue un largo proceso histórico que, en algunos contextos, evolucionó para convertir la piel clara y la piel oscura en connotaciones de una rígida jerarquía social, lo que llamamos racismo y colorismo.

La percepción del color dejó de ser una característica física de la piel para convertirse en un marcador de poder y una construcción cultural. El siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX fueron la época del apogeo de la explicación científica de las diferencias raciales, de las que resultaba, lógicamente, la jerarquía social y la recomendación de no mestizaje, de la eugenesia, del apartheid y de la eliminación de lo que se consideraban razas inferiores (por ejemplo, Nancy Stepan, The Idea of Race in Science: Great Britain 1800-1960, 1982). El concepto de «under man» (subhumano) ganó popularidad con el libro del estadounidense Lothrop Stoddard, The Revolt Against Civilization: The Menace of the Under-Man, publicado en 1922, que se convertiría en el manual de los nazis. Tras la Segunda Guerra Mundial y ante la catástrofe genocida del nazismo y del fascismo, el paradigma de la ciencia racista se fue desmontando. Hoy, los estudios genéticos muestran que, como las clasificaciones raciales no se traducen en diferencias genéticas importantes, no tiene sentido hablar de raza como categoría biológica. De hecho, la variación genética entre grupos raciales es pequeña en comparación con las diferencias genéticas dentro del mismo grupo. En otras palabras, la ideología racista sobrevive al desmantelamiento de las «bases científicas» del racismo.

A pesar del descrédito de la base científica del racismo, el racismo como ideología permanece e incluso se ha acentuado en los últimos tiempos. Las características morfológicas del rostro, el cabello o el color de la piel siguen utilizándose como marcadores de discriminación racial, y en muchos países determinan las variaciones en la discriminación que se dirige contra diferentes grupos sociales racializados, ya sean negros, asiáticos, indígenas, gitanos o latinos, por no mencionar, dependiendo de la época y del contexto, a judíos, irlandeses, portugueses, españoles, italianos, eslavos. El color de la piel, en concreto, ha adquirido un significado particularmente insidioso al determinar diferencias sistemáticas de trato dentro de grupos que comparten la misma «identidad racializada» o «comunidad de color».

En las Américas, este fenómeno condujo a la formulación del concepto de colorismo para designar este trato diferencial. No hay colorismo sin racismo ni colonialismo. El colorismo potencia la complejidad y la gravedad de las narrativas y de las prácticas racistas y reitera la violencia epistémica y ontológica del proyecto colonial, una violencia aún más cruel cuando ocurre dentro de los grupos racializados. El código colorista establece que cuanto más «blanco» sea el color de la piel, mayor es la probabilidad de que alguien sea candidato a los privilegios de la blanquitud, pero, al igual que ocurre con la identidad racial, la definición del color de la piel es una construcción social, cultural, económica y política.

Los estudios sociales del color de la piel muestran que la identificación y la clasificación del color de la piel varían de una sociedad a otra e incluso dentro de la misma sociedad. Es oportuno recordar que Bethencourt decidió estudiar la historia del racismo para responder a esta pregunta: ¿cómo es posible que la misma persona sea considerada negra en Estados Unidos, de color en el Caribe o en Sudáfrica y blanca en Brasil? Yo añadiría otras dos preguntas. ¿Por qué la clasificación varía dentro del mismo país? En el caso de la sociedad brasileña, quien es considerado blanco en Bahía puede ser considerado negro en São Paulo. ¿Y puede la clasificación variar en el tiempo?

Cuando se habla críticamente del racismo, hay una gran tendencia a resaltar los daños, la violencia y la destrucción que causa en las poblaciones racializadas. No obstante, de esta forma, el color de los que causan el racismo se vuelve invisible. La piel de quien ejerce una actitud racista no tiene color, sobre todo en contextos donde el «color blanco» está asociado con el mantenimiento de privilegios heredados de la esclavitud y del colonialismo. Lo mismo podría decirse de la piel de los árabes sauditas en relación con los paquistaníes, filipinos o bangladesíes, o de los chinos en relación con los africanos.

Así, se vuelven invisibles tanto el color de la piel como los privilegios que justifica: ¿Por qué el análisis crítico del racismo incide principalmente en la discriminación que sufren los cuerpos racializados y omite los privilegios de los cuerpos no racializados? Al final, cuando se habla de «supremacía blanca» no se habla de la calidad del color, sino del poder y los privilegios que invoca. Mucho más allá de los contextos de la supremacía blanca (la blanquitud), el uso racista del color y de la ausencia de color siempre está ligado a la instrumentalización del poder y de los privilegios. Mencioné anteriormente el racismo de los chinos en China contra los africanos negros. Lo cierto es que la Corte Suprema de Sudáfrica dictaminó en 2008 que, con el fin de acceder a una discriminación positiva para promover el «empoderamiento económico de los negros», los chinos nacidos en Sudáfrica eran considerados… negros.

La conclusión urgente parece ser la siguiente: solo razones políticas y luchas de poder pueden explicar la instrumentalización social del color de la piel; y, asimismo, solo ellas explican que el probable aumento de la multiplicidad de tonos de color de piel resultante del mestizaje o la criollización no se traduzca en el fin del racismo y de la violencia e injusticia que causa. A pesar de la diversidad de contextos ya mencionada, históricamente el problema ha cobrado especial agudeza en los países donde existe una población considerada blanca, por pequeña que sea, pero en posiciones de poder, y asume distintos contornos en contextos diferentes. La investigación se ha centrado principalmente en cómo las diferencias en el color de la piel entre personas consideradas de la «misma raza» determinan diferencias de trato. El caso más tratado es el de los países que heredaron la violencia de la esclavitud, especialmente en el contexto estadounidense. Los análisis muestran consistentemente que, a pesar de avances muy significativos en el acceso a cargos públicos y privados de personas clasificadas como de raza negra (o de cualquier otra raza que no sea blanca), como resultado de las luchas contra la discriminación racial, especialmente durante los últimos cincuenta años, lo cierto es que las personas racializadas que accedieron a estos lugares tienen, en general, un color de piel más claro.

A pesar de la inmensa diversidad de tonos de piel, el color de la piel marcó y marca no solo diferencias raciales, sino también diferencias de trato dentro de la misma identidad racial. El colorismo es quizás el arma más insidiosa del racismo para dividir a los grupos racializados. Por ejemplo, en Estados Unidos, los esclavos negros de color más claro eran más caros y se buscaban para el trabajo doméstico en las casas de las plantaciones, mientras que los esclavos de color más oscuro estaban destinados al trabajo duro en los campos. De hecho, los traficantes de esclavos utilizaban las diferencias en el color de la piel para provocar la división entre los esclavos. Mucho después de la abolición de la esclavitud, el racismo y el colorismo no solo permanecieron, sino que se extendieron a nuevas categorías de población, por ejemplo, los inmigrantes europeos. Es decir, la matriz de exclusión basada en el racismo de la diferenciación fenotípica tiene un dinamismo tan cruel e insondable que se propaga «por analogía». En Estados Unidos a principios del siglo XX, los irlandeses, italianos y portugueses fueron considerados «blancos oscuros» y solo gradualmente (¿y completamente?) su color de piel fue siendo «blanqueado», acompañando su ascenso social. Pero después de todo, ¿fue el ascenso social el que blanqueó la piel o fue la piel sin matriz fenotípica la que facilitó el ascenso? La respuesta es obvia.

La persistencia del racismo y el colorismo es evidente en esta instantánea fotográfica de Brasil. El 22 de marzo de 2018, el conocido periódico estadounidense Wall Street Journal publicó un reportaje titulado «La demanda de esperma estadounidense aumenta exponencialmente en Brasil». Relataba que en los siete años anteriores la importación de semen estadounidense por mujeres brasileñas blancas, ricas, solteras y lesbianas había aumentado de modo extraordinario. Las preferencias eran para donantes de piel clara y ojos azules. Según Fairfax Cryobank, el mayor exportador de esperma a Brasil, este país fue el mercado de semen de mayor crecimiento. Mientras que en 2011 solo se habían importado 11 tubos de semen, en 2017 el número subió a 500 tubos. Según el periodista, la preferencia por los donantes blancos refleja la preocupación por el racismo «en un país donde la clase social y el color de piel están íntimamente ligados». Para las consumidoras, «los niños de piel clara tendrán la expectativa de mejores salarios y un trato más justo por parte de la policía». En Estados Unidos, las mujeres negras con tonos de piel más claros y rasgos europeos tienden, al igual que en otras circunstancias, a tener más éxito en conseguir un trabajo, en una carrera profesional, en concursos de belleza o en videos musicales. En el caso de Brasil, el testimonio de Bianca Santana refleja esta dimensión del racismo estructural: «Mi piel no está teñida. Tengo el color del mestizaje brasileño, que tantas veces se ha utilizado para reafirmar el mito de la democracia social… Poder ser vista como blanca o, mejor, como no negra, me dio oportunidades que probablemente no tendría si mi piel fuese más oscura, como ocupar un puesto de coordinación en un colegio europeo de élite.

El colorismo también ha existido dentro del mismo grupo racial cuando, por ejemplo, en el siglo XIX y principios del XX, los clubes de las élites negras en Estados Unidos negaban el acceso a personas con el color más oscuro. La internalización del colorismo ha llevado y sigue conduciendo a prácticas de blanqueamiento de la piel y la demanda de productos blanqueadores ha crecido enormemente (Lynn Thomas, Beneath the Surface: a transnational history of skin lighteners, 2020). Pero, por otro lado, el colorismo también puede operar a la inversa, en contextos de comunidades altamente racializadas y como reacción de resentimiento: discriminar a las personas de piel más clara consideradas débiles o inferiores por ser producto de mezcla de razas.

El color, el contracolor y el arco iris

El color de la piel es un marcador esencialista en nuestras sociedades desiguales y discriminatorias y, como fenómeno político, puede utilizarse con diferentes orientaciones políticas y hasta como forma de compensación histórica. En 1903, el gran intelectual estadounidense negro W.E.B. Du Bois escribió proféticamente que el problema del siglo XX sería «la línea de color», la «línea de la división racial por el color». Así fue y así parece seguir siendo hasta bien entrado el siglo XXI. A mediados del siglo pasado, Franz Fanon mostró elocuentemente cómo el racismo actuaba a través de una fractura dialéctica entre el cuerpo y el mundo, entre el «esquema corporal» y el «esquema racial epidérmico». El fenotipo epidérmico sería trivial si no existiera el racismo fenotípico.

La lógica racial y colorista se utiliza tanto para excluir a los «otros» como para unir el «nosotros». Ahí radica uno de los hilos con los que se teje la extrema derecha de nuestro tiempo. En el polo opuesto, el movimiento black is beautiful de los afroamericanos en la década de 1960, que luego se extendió a otros países (por ejemplo, en la Sudáfrica del apartheid), consistió en reivindicar el color y cambiar su connotación. Siempre que el color es politizado contra el racismo para unir la lucha antirracial y la lucha anticapitalista, el color de la piel tiende a perder el esencialismo y a relativizarse.

Intensamente politizada, la lucha del Black Panther Party fue notable, especialmente en la década de 1970-1980, en un esfuerzo por abolir la relevancia de las diferencias de color de piel entre la comunidad negra. Y ayer, como hoy, queda abierta la cuestión de saber en qué medida grupos de varias razas, etnias y colores de piel pueden unirse en las luchas contra el capitalismo, el colonialismo, el racismo y el sexismo, para así aumentar las posibilidades de éxito de las luchas por una sociedad más justa. Los períodos de mayor optimismo han sido seguidos por períodos de mayor pesimismo con una circularidad inquietante.

Dos cosas parecen seguras. Por un lado, los esencialismos identitarios tienden a dificultar la articulación de las luchas sociales contra la desigualdad y la discriminación. Por otro lado, no se puede confundir el cambio en el color del poder con el cambio en la naturaleza del poder. Después de todo, la burguesía negra estadounidense se ha preocupado por alcanzar el poder capitalista y no por cambiarlo (véase Barack Obama). Y no será diferente en otros lugares.

Wittgenstein escribió (Observaciones sobre los colores) que un pueblo de daltónicos tendría otros conceptos sobre los colores. ¿Sería esta una solución al racismo basado en el color de la piel? Si es correcta mi propuesta de que el racismo no reside en el color en sí, sino en la política del color centrada en la desigualdad de poder y en la concentración excluyente de privilegios, la respuesta es no. Si se mantiene la estructura de poder, el prejuicio no desaparecería, solo se expresaría de otra forma y con otra justificación.

Traducción: Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez, para Público.

Fuente: https://rebelion.org/la-politica-del-color-el-racismo-y-el-colorismo/

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Denuncian precariedad en refugios para niños migrantes en Estados Unidos

Decenas de niños dentro de una cápsula en el centro de detención del Departamento de Seguridad Nacional de Donna, el principal centro de detención para niños no acompañados en el Valle del Río Grande administrado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), en Donna, Texas, el 30 de marzo de 2021.

 

La cantidad de niños migrantes bajo custodia del Gobierno estadounidense se duplicó en los últimos dos meses y actualmente alberga al menos 21.000 menores. Una investigación de la agencia AP denuncia que pese a algunos cambios con respecto a las condiciones de estos menores bajo la presidencia de Donald Trump, la mayoría se encuentra hoy en instalaciones atestadas y en algunos casos con bajas condiciones de salubridad y falta de personal calificado para su cuidado.

Pese a algunos cambios de la Administración de Joe Biden para mejorar la situación de los niños migrantes, sus condiciones en los refugios aún están lejos de ser óptimas, según una investigación de la agencia estadounidense AP.

La cifra de niños migrantes bajo custodia del Gobierno se duplicó en los últimos dos meses y para esta semana llegaron alrededor de 21.000 menores, desde pequeños hasta adolescentes. Se encuentran en una red de unas 200 instalaciones que abarca dos docenas de estados e incluye cinco refugios con más de 1.000 niños en su interior.

Aproximadamente la mitad del total de niños en albergues duermen en refugios con más de 1.000 menores más. Alrededor de 17.650 se encuentran en instalaciones con 100 o más pequeños. Algunos refugios y programas de crianza tienen sedes pequeñas, de acuerdo con datos confidenciales citados por The Associated Press.

Al menos una docena de las instalaciones de emergencia para los menores funcionan sin licencia y están situadas dentro de instalaciones militares, estadios y centros de convenciones que eluden las regulaciones estatales y no requieren la supervisión legal tradicional.

Además, en esos lugares llamados Sitios de Admisión de Emergencia, no se garantiza a los niños el acceso a educación, oportunidades recreativas o asesoría legal.

Abogados, defensores y expertos en salud mental señalan que, si bien algunos refugios son seguros y brindan la atención adecuada, otros ponen en peligro la salud y la seguridad de los niños.

Un ejemplo de ello ha sido una gran instalación de Houston que cerró abruptamente el mes pasado después de que se reveló que a los niños se les daban bolsas de plástico en lugar de acceso a los baños.

“El sistema ha sido muy disfuncional y está empeorando”, dijo Amy Cohen, psiquiatra infantil y directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Every. Every Last One, Que trabaja para ayudar a las familias inmigrantes que huyen de la violencia de Centroamérica. Aunque ha habido una gran cantidad de niños que llegan a Estados Unidos durante años, Cohen afirmó que nunca había visto la situación tan negativa como lo es hoy.

Por su parte, Mark Weber, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., (HHS) dijo que el personal y los contratistas de la entidad están trabajando arduamente para mantener a los niños bajo su custodia seguros y saludables.

“El HHS ha trabajado lo más rápido posible para aumentar la capacidad de camas y garantizar que los patrocinadores potenciales puedan brindar un hogar seguro mientras el niño pasa por sus procedimientos de inmigración (…) Tan pronto como los servicios integrales (atención primaria en el lugar, incluidas vacunas y exámenes físicos infantiles, administración de casos, llamadas telefónicas a miembros de la familia, educación, recreación, etc.) estén disponibles como resultado de la infraestructura y el personal adicionales, estos se brindan como parte de la operación”, agregó Weber.

No obstante, la agencia ha recibido informes de abuso que resultaron en el despido de un puñado de empleados contratados para trabajar en los sitios de emergencia este año, según aseguró otro funcionario que habló bajo condición de anonimato.

Algunas de las prácticas actuales son las mismas que las que el presidente Joe Biden y otros criticaron bajo la Administración Trump, afirma el reporte, incluida la no investigación de algunos cuidadores con verificaciones completas de antecedentes penales a través de huellas dactilares de los registros del FBI.

Paralelamente, los registros judiciales muestran que la Administración de Biden intenta resolver varias demandas multimillonarias que afirman que varios niños migrantes fueron abusados ​​en los refugios bajo el gobierno de Trump.

“Es casi como el ‘Día de la Marmota’”, dijo la abogada, Luz López, del Southern Poverty Law Center, al referirse a la película de 1993 en la que los eventos parecen repetirse continuamente. «Aquí estamos de regreso a un punto casi en el que comenzamos, donde el Gobierno está usando el dinero de los contribuyentes para construir grandes instalaciones para los niños en lugar de usar ese dinero para encontrar formas de reunir más rápidamente a los niños con sus patrocinadores», reprochó.

Dificultades para reunificar a los padres con sus hijos

El pasado 4 de mayo, el Gobierno federal informó que desde ese mismo día inició un programa para reunificar algunas de las familias de inmigrantes que fueron separadas en la frontera con México bajo la línea dura de “tolerancia cero” contra la inmigración de su antecesor en la Casa Blanca.

Inicialmente fueron cuatro mujeres las beneficiadas con la nueva medida, quienes pudieron ingresar al país para reencontrarse con sus hijos.

Pero la cuota para estos reencuentros sigue siendo baja y mientras tanto son muchos padres los que atraviesan un calvario para volver a ver a sus pequeños.

José, quien pidió ser identificado solo por su nombre por temor a poner en peligro su caso de inmigración, es un padre que huyó de El Salvador después de que su aldea fuera objeto de una masacre. Solicitó asilo en Estados Unidos hace cuatro años. Esperaba dar la bienvenida a su esposa y a su hija de 8 años al sur de California este año, pero la pareja fue devuelta en la frontera en marzo y expulsada hacia México.

La niña volvió a cruzar sola y fue llevada a un refugio gubernamental en Brownsville, Texas, el pasado 6 de abril. José llamó repetidamente a una línea directa de las autoridades para padres que buscan a sus hijos migrantes, pero dijo que nadie le informó dónde se encontraba. “Estaba tan molesto porque seguía llamando y llamando y nadie me daba información sobre dónde estaba (…) Finalmente me dijeron que tenía que pagar 1.300 dólares para cubrir su boleto de avión y que, si no pagaba, tendría que esperar un mes más».

Durante casi tres semanas, su hija estuvo detenida en las instalaciones de Brownsville antes de ser finalmente entregada a él a fines de abril después de que una organización de defensa interviniera para que el Gobierno pagara su pasaje aéreo.

Como este hay miles de casos, los abogados afirman que muchos padres aún no saben dónde están sus hijos.

Algunas mejoras del sistema de refugio para menores migrantes

Aunque son muchas las condiciones precarias que se mantienen en los centros que albergan menores migrantes, la investigación destaca principalmente dos cambios: más transparencia en la entrega de cifras y menor tiempo de estadía de los menores en las instalaciones.

En un comunicado de prensa reciente, el Gobierno promocionó su “restauración de un enfoque centrado en los niños no acompañados” y ha estado compartiendo los totales diarios del número de menores bajo custodia de las autoridades, así como algunas fotos de las instalaciones. Ese paso refleja un mayor nivel de transparencia en comparación con la anterior Administración.

Un grupo de adolescentes migrantes se dirige a camionetas para ser transportadas fuera de las instalaciones de la Asociación Nacional de Iglesias Cristianas en Houston, Texas, Estados Unidos, el 17 de abril de 2021.
Un grupo de adolescentes migrantes se dirige a camionetas para ser transportadas fuera de las instalaciones de la Asociación Nacional de Iglesias Cristianas en Houston, Texas, Estados Unidos, el 17 de abril de 2021. © Godofredo A. Vásquez/Houston Chronicle/ Vía AP

Además, la cantidad de tiempo que los niños pasan, en promedio, dentro del sistema ha disminuido de cuatro meses el otoño pasado a menos de un mes esta primavera, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos.

La mayoría de los niños en el sistema para tramitar su refugio ya tiene un padre u otro pariente adulto o amigo de la familia, conocido como patrocinador, en EE. UU. esperando recibirlos. Pero primero suelen ser detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) y luego entregados a un refugio del Gobierno.

“Por mucho que los niños pasen días y días en CBP es inaceptable (…) cada día que pasa, es cada vez más crítico que estos niños sean entregados a patrocinadores o transferidos a instalaciones autorizadas”, dijo la abogada del Centro Nacional de Derecho Juvenil Neha Desai.

Las principales razones del aumento de la llegada de niños sin acompañantes

Una razón que ha sido clave para que tantos niños lleguen ahora sin sus padres se remonta a una orden de emergencia de la Administración Trump de 2020 que básicamente cerró la frontera entre Estados Unidos y México a todos los migrantes, citando preocupaciones de salud pública sobre la propagación del Covid-19.

Esa orden de emergencia todavía se aplica a los adultos, pero la Administración Biden ha comenzado a permitir que los niños que viajan sin sus padres se queden y soliciten asilo si ingresan al país.

Como resultado, algunos padres están enviando a sus hijos al otro lado de la frontera por sí mismos.

Niños centroamericanos solicitantes de asilo hacen fila para recibir alimentos, en un parque público, después de que fueran detenidos con sus familiares y enviados de regreso a México cuando intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos. En Reynosa, México, el 7 de abril de 2021.
Niños centroamericanos solicitantes de asilo hacen fila para recibir alimentos, en un parque público, después de que fueran detenidos con sus familiares y enviados de regreso a México cuando intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos. En Reynosa, México, el 7 de abril de 2021. © Reuters/Daniel Becerril

En términos generales, tras la llegada de Biden a la Presidencia, los republicanos lo acusan de promover la inmigración irregular debido a su discurso a favor de la inmigración, pues también ha impulsado varias reformas en esta materia. Principalmente una vía a la ciudadanía para alrededor de 11 millones de indocumentados en su país. Ante las dificultades para aprobarla en el Congreso, los defensores de la reforma han indicado que podrían centrarse en grupos específicos como los jóvenes inmigrantes traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños, conocidos como “dreamers” o “soñadores”; los trabajadores agrícolas y otros empleados en labores esenciales.

Más de 172.000 migrantes fueron capturados en la frontera entre Estados Unidos y México el pasado marzo, según datos del Gobierno. Es el recuento mensual más alto desde marzo de 2001, cuando casi 171.000 fueron capturados.

Biden se defiende del aumento del cruce de personas en la frontera y responsabiliza a su antecesor, Donald Trump, de desmantelar los sistemas para recibir de forma organizada solicitantes de asilo y menores no acompañados.

Fuente: https://www.france24.com/es/ee-uu-y-canad%C3%A1/20210511-eeuu-refugios-ni%C3%B1os-migrantes-precariedad

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Pablo Pineda: «Tratar a los discapacitados como si fueran niños es una tendencia perjudical»

Pablo Pineda, primer diplomado europeo con síndrome de Down, habla sobre la importancia de valorar la educación inclusiva como pieza fundamental para la normalización de la discapacidad.

«Normalizar la discapacidad en las aulas es positivo para todos; tanto para las personas con discapacidad, que se ven estimuladas a desarrollar todas sus capacidades para seguir el ritmo de la clase, como para el resto de alumnos, que desarrollan habilidades como la empatía y la creatividad para ayudar a sus compañeros con discapacidad», declara Pablo Pineda, primer diplomado europeo con síndrome de Down.

Este malagueño ha formado parte de una mesa de diálogo en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, para debatir sobre la enseñanza inclusiva de personas con discapacidad. Junto a él, han participado Pilar Hernández, directora general de «El pupitre de Pilu», y Marc Ponce, portavoz de Fundación Adecco.

Hernández, por su parte, ha sostenido que «los profesores deben ver la discapacidad como una oportunidad para crecer como profesionales y enriquecer el ambiente de la clase, ya que aporta un elemento al que no están acostumbrados y tienen que hacer frente a nuevas situaciones».

No sobreproteger

Pineda ha puesto en valor la educación que le dieron sus padres como una de las claves de su éxito. «Yo he podido llegar hasta aquí gracias a que mi familia se empeñó en tratarme como a un niño más. De hecho, no supe que tenía síndrome de Down hasta que cumplí 7 años».

Ha continuado afirmando que «el infantilismo es una tendencia perjudicial en la que muchas personas caen; el tratar a la gente con discapacidad como si fueran niños, sin exigirles responsabilidad de sus actos, dando permisividad a todo lo que piden y justificando sus errores», añade el malagueño. Y continúa: «Yo sé lo que está bien y lo que no. Sé cuándo me estoy esforzando y cuándo no, por lo que ni los padres ni los educadores deben dejar de exigir a una persona con discapacidad. El esfuerzo es lo que nos hace avanzar».

Mentalidad inclusiva

Sobre la inclusión, el malagueño ha opinado que «desde las grandes organizaciones, como la UNESCO, se predica la inclusión laboral de personas con discapacidad, pero si no se practica desde la edad escolar, ni estas personas ni las de su alrededor habrán vivido situaciones ordinarias de inmersión. De este modo, cambiar de hábitos siempre será más complicado».

Hernández, por su parte, trata de inculcar a sus alumnos opositores de Magisterio, futuros docentes, que «el profesor debe tener la formación y la ilusión necesaria para enseñar en aulas con diversidad de alumnado porque si no, estaríamos segregando a una parte de la población y ofreciendo un servicio incompleto a la sociedad».

Fuente: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-tratar-discapacitados-como-si-fueran-ninos-tendencia-perjudical-201803021254_noticia.html#vca=mod-sugeridos-p1&vmc=relacionados&vso=tratar-a-los-discapacitados-como-si-fueran-ninos-es-una-tendencia-perjudical&vli=noticia.foto.familia

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Libro: ¿Quién es el sujeto de la discapacidad?

Exploraciones, configuraciones y potencialidades

Paula Mara Danel. Berenice Pérez Ramírez. Alexander Yarza de los Ríos. [Compiladores]
Sharon Díaz. Ivana Fernández. Ana Paula Gómez. Mariana Mancebo. María Noel Míguez. Gildas Brégain. Jhonatthan Maldonado Ramírez. Araí Itatí Acuña. Bárbara Chavez Asencio. Clarisa Calfunao. Liliana Urrutia. Paula Mara Danel. Alexander Yarza de los Ríos. Zoila Romualdo Pérez. Ivonne Fabiana Ramírez Martínez. Carla Konradis Jaliri Castellón. Cristina Pereyra. Berenice Pérez Ramírez. Norma Cruz Maldonado. Elia Lázaro Jiménez. Yennifer Paola Villa Rojas. Piedad Cecilia Ortega Valencia. Lelia Schewe. Pablo Daniel Vain. Elizabeth Ortega Roldán. Ximena Alejandra Cardona Ortiz. Carolina Ferrante. [Autores de Capítulo]
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Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-722-880-9
CLACSO. Universidad Nacional de La Plata.
Buenos Aires. La Plata.
Mayo de 2021*Disponible sólo en versión digital

 

¿ Quién es el sujeto de la discapacidad? Esta pregunta, formulada en términos generales, nos hermanaba en la búsqueda desde varias áreas del conocimiento, distintas tradiciones teóricas, diversas experiencias de vida y apuestas profesionales. Las precisiones fueron llegando como multiplicidad, desdoblamientos, devenires, matices y modos de problematización. Al mismo tiempo, surgió la necesidad de acompañar colectivamente el giro decolonial que estamos transitando y la crítica poscolonial que proponemos atravesar en nuestra producción colectiva. Si bien se trataba de una indagación exploratoria, resultó nutricia en tanto posibilidad de asumir revisiones críticas de las producciones de las que hemos sido parte.

Este libro, es una aventura para profundizar en el análisis y generar entramados en saltos cualitativos en torno a las disputas que venimos sosteniendo sobre las nociones hegemónicas en las que se ha pensado la discapacidadDe la Introducción

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Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2348&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1509

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Liberan 27 estudiantes secuestrados en el noroeste de Nigeria

Los estudiantes liberados necesitaron recibir atención médica.

Las autoridades del estado nigeriano de Kaduna confirmaron este jueves que 27 estudiantes del Colegio Federal de Mecanización Forestal de la localidad de Igabi que estuvieron secuestrados durante 57 días han sido liberados y presentaban malas condiciones físicas.

«Doy la bienvenida a la liberación de los 27 estudiantes del Colegio Federal de Mecanización Forestal, Afaka, y felicito a sus amigos, familias y al gobierno y al pueblo del estado de Kaduna. Estamos felices de que hayan sido liberados», escribió el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, en Twitter.

Por su parte, el Comisario de Seguridad Interior y Asuntos de Interior de Kaduna, Samuel Aruwan y el Comisionado de Policía, Umar Muri, recibieron a los estudiantes durante la noche del miércoles, con quienes tuvieron un breve encuentro para conocer su estado de salud.

Durante declaraciones a los medios, Aruwan, expresó que los alumnos necesitaban atención médica urgente. Además, sin dar más detalles, precisó que en el transcurso de esta jornada se ofrecería información minuciosa sobre su liberación.

El secuestro ocurrió en la madrugada del pasado 12 de marzo, cuando un gran número de hombres armados irrumpieron en la Escuela Superior de Mecanización Forestal  y raptaron a un total de 39 alumnos, de los cuales 10 habían sido ya liberados.

Los atacantes eran hombres armados sospechosos de ser bandidos y, tras asaltar la escuela, secuestraron a los 39 estudiantes, entre ellos, 23 mujeres y 16 hombres. Los bandidos exigieron más tarde un rescate en un vídeo que mostraba a algunos estudiantes siendo golpeados en un lugar desconocido de un bosque.

Un medio de prensa local reiteró en un artículo publicado esta jornada que los educandos presentaban un aspecto muy descuidado, demacrado y en mal estado de salud, y les transportaron en dos autobuses a un hospital en la capital estadual.

Desde diciembre de 2020, más de 800 estudiantes han sido secuestrados en escuelas ubicadas en el noroeste de Nigeria, según datos gubernamentales. Tales hechos, de acuerdo a analistas, pone de relieve la grave crisis que vive el país, en el que se producen una gran cantidad de raptos a cambio de dinero.

Una infraestructura de seguridad débil, que impide que los gobernadores tengan poco control sobre la seguridad en sus estados, ya que se rigen por el Gobierno federal han agravado la situación y actualmente los secuestros masivos constituyen una lucrativa fuente de ingresos para  grupos extremistas como los islamistas de Boko Haram.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/liberan-estudiantes-secuestrados-noroeste-nigeria–20210506-0025.html

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Colombia: Asociación Casa Cultural “el Chontaduro”. S.O.S – Acción Urgente

América del Sur/Colombia/07-05-2021/Autor(a) y Fuente: Asociación Casa Cultural “el Chontaduro”

Asociación Casa Cultural “el Chontaduro”

Santiago de Cali-Valle

Colombia

S.O.S – Acción Urgente

A los Pueblos del Mundo

Voces de Mujeres del Oriente de Cali

 

Hacemos un llamado urgente al apoyo internacional, de los amigos, amigas y organizaciones de derechos humanos, porque el Estado colombiano nos está masacrando. Líderes y lideresas comunitarias, jóvenes y menores de edad han sido víctimas de la fuerza pública por orden del presidente de la república, Iván Duque Márquez, el ministro de defensa y gobernantes locales, quienes han desplegado el cuerpo armado contra los manifestantes del Paro Cívico, sin importar que estos últimos están desarmados, protestando pacíficamente.

El Paro Nacional comenzó el 28 de abril de 2021, organizado principalmente por jóvenes, estudiantes, comunidades negras, indígenas, campesinas y organizaciones comunitarias, quienes indignadas por las injusticias sistemáticas de los gobiernos han levantado sus voces, han enfrentado los miedos para decir ¡basta! Protestamos para impedir una reforma tributaria que nos aprieta y nos pone a pagar los desfalcos de la corrupción, la desfinanciación del país y los gobiernos ineficientes; para desmontar una reforma laboral que sigue ahondando la brecha entre ricos y empobrecidos; para deshacer una reforma de salud que nos deja morir y deteriora y cierra los hospitales públicos; para prevenir una reforma pensional que, en lugar de propiciar bienestar, desprotege a los/as adultos/as mayores. Las voces de los pueblos y comunidades exigen reformas construidas con participación amplia de todos los sectores y grupos sociales del país, la renuncia del presidente y otros gobernantes corruptos que no tienen criterios para gobernar.

El Estado no escucha la voz del pueblo, solo asesina, en nombre del orden público. Según las palabras del general Luis Fernando Navarro Giménez, ellos están en una misión de Asistencia Militar, la cual tiene por objetivo, salvar vidas, posibilitar la convivencia y proteger el derecho de la ciudadanía a los servicios esenciales. Nosotras las mujeres de organizaciones comunitarias del Oriente de Cali le preguntamos al general: ¿quiénes son los que tienen esas posibilidades de las que usted habla?

De acuerdo a datos publicados por Indepaz1 relacionados con violencia policial, entre el 28 de abril y el 4 de mayo (6 p.m) del 2021, se reportan 31 personas asesinadas; 8 casos de violencia sexual hacia mujeres; 1.220 heridos (pueden ser más); 87 desaparecidos; 18 víctimas de heridas en los ojos; 200 agresiones por la policía; 1.565 hechos violentos (podrían ser más); así mismo, en relación con asesinatos perpetuados en Cali se registran 24, de ellos dos menores de edad y el resto entre jóvenes y adultos jóvenes. .

Entre el lunes 3 y la madrugada del martes 4 de mayo, las organizaciones de la sociedad civil, grupos organizados y comunidad en general, quienes se encuentran en los puntos de concentración y resistencia del paro, han reportado audios y videos donde muestran cómo la policía les está atacando con gases lacrimógenos y armas de fuego, sin importar que están desarmados con las manos levantadas en señal de indefensa. Las imágenes en redes sociales, fuentes que han servido para documentar a veces en vivo y en directo, evidencian las numerosas personas heridas y asesinadas.

Preguntamos, general Navarro ¿a quiénes usted les salva la vida?, ¿a quiénes está protegiendo para qué tengan los servicios básicos, si más de la mitad de la gente está en las calles, re-existiendo, levantando la voz, con cantos, música, performances, cacerolazos, exigiendo justicia?

Presidente, Ministro de Defensa, Gobernadora del Valle del Cauca y Alcalde de Cali ¿acaso somos sus enemigos y enemigas de guerra?, ¿cuándo van a parar los helicópteros, los gases lacrimógenos, las ametralladoras, los fusiles? ¡Exigimos que paren de asesinarnos!

Convocamos el apoyo internacional porque la fuerza armada publica de Colombia no está respetando ni siquiera la misión humanitaria nacional que acompaña a la movilización; están cometiendo actos de vandalismo para luego culpar a la población manifestante. Miembros de la policía y el ESMAD han quemado casas, edificios, automóviles, motocicletas y hasta plazas de mercado público. En Cali, por ejemplo, quemaron la galería Santa Helena, uno de los mercados donde la gente empobrecida se abastece de alimentos.

Es urgente que el mundo se entere de lo que está pasando en Colombia y que nos ayuden a proteger a nuestras comunidades, niñas, niños, jóvenes, mujeres, líderes y lideresas quienes han resistido al terror estatal en las calles. Por favor, apóyenos difundiendo estos mensajes, solicitando veeduría internacional, exigiendo garantías del respeto a los derechos humanos y aportando medicamentos para atender a las personas heridas en los puntos de concentración y resistencia.

#ParenLasMasacres

#ParoNacional2021

#CaliResiste

 

1 Fuentes: Defensoría del Pueblo, Plataforma GRITA, Temblores ONG y Red de DDHH Francisco Isaías Cifuentes; Campaña Defender La Libertad de Prensa.

http://www.indepaz.org.co/

https://www.temblores.org/grita

 

Diagonal. 26G9 # 72S-32 B/Marroquín III A.A 8868 P,J 1249 NIT: 805001048-8

TEL: 4370794 E-mail:admcasacultural@gmail.com

www.casaculturalelchontaduro.com

Facebook: Asociación Casa Cultural El Chontaduro

Descargar en PDF: Solidaridad internacional para Colombia (1)

Fuente e Imagen: Asociación Casa Cultural “el Chontaduro”

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Estudiantes y profesores crean la “Brigada Cali Resiste” tras represión en Colombia

Por: Camila Pizaña Aréchiga

Estudiantes y profesores crearon la “Brigada Cali Resiste”, colectivo de comunicación emergente que se dedica a visibilizar las vulneraciones a los derechos humanos ejercidas por parte de fuerzas públicas y militares en Colombia.

La brigada, que surgió a partir de las masacres por parte del gobierno colombiano desde el pasado 28 de abril en el marco del Paro Nacional en Colombia, usa las redes sociales para “dar visibilidad a todo lo que los medios tradicionales y hegemónicos no muestran”, comentó a Desinformémonos uno de los estudiantes que crearon el colectivo.

Las y los estudiantes y profesores universitarios de Comunicación Social y Periodismo que conforman la “Brigada Cali Resiste” trabajan de la mano con organizaciones locales de defensa de derechos humanos, quienes han hecho trabajos de monitoreo y seguimiento de las vulneraciones realizadas en Colombia, con el recordatorio de que la ciudad de Cali es el epicentro de los golpes recibidos por parte del gobierno, explicó el integrante del colectivo.

El objetivo de la brigada como medio alternativo es recopilar información y dar a conocer los hechos represivos que, en palabras del estudiante, el gobierno no reconoce y cuya responsabilidad no asume. Comentan que su preocupación es que, debido a la censura gubernamental y de los medios tradicionales, gran parte de la comunidad internacional no sabe que el gobierno colombiano está vulnerando los derechos humanos y que, por lo tanto, no se le está llamando la atención a los hechos.

A través de sus páginas en Facebook e Instagram, los y las compañeras producen textos, imágenes y videos con información concreta que se enfoca en dar alertas en torno a la situación que se vive en este momento en Colombia. Además, la brigada está en proceso de realizar un trabajo investigativo a profundidad de análisis de medios y discursos, anticipó el joven participante.

La Brigada Cali Resiste busca enlazarse con otros medios y con la comunidad internacional para que la gente se dé cuenta de que “en Colombia nos están matando”, afirmó el joven organizado en el colectivo de comunicaciones.

Fuente e imagen: desinformemonos
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