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Los libros de texto: un doble tránsito

Autor: Abelardo Carro Navas

Uno de los grandes sueños que tuvo el ex Secretario de Educación, Aurelio Nuño, fue ver cristalizado el modelo educativo que “tanto” trabajo le costó diseñar en las oficinas ubicadas en la Calle de República de Argentina en la Ciudad de México y que, a decir de él, colocaría a la educación de nuestro país, en los primeros lugares del ranking mundial. Sí, dicho sueño está a punto de verse realizado. Sin embargo, le pediría que no lanzáramos campanas al vuelo porque, independientemente de que entre en vigor el modelo educativo para la educación obligatoria (2017); éste no precisamente nos llevará, ipso facto, a ser un país de primer mundo.

No, no crea ni considere que estoy menospreciando el trabajo que a diario realizan miles de maestros y maestras en sus centros escolares; por el contrario, reconozco la importante actividad que llevan a cabo en cada una de sus escuelas pero, como bien se dice, hay de realidades a realidades y, dado el caso, me gustaría compartirles algunas de las que he podido vislumbrar a partir del trabajo diario, en la interacción constante con mis alumnos, y del compartir experiencias con varios profesores de los distintos niveles educativos que conforman el Sistema Educativo Mexicano (SEM).

Como ustedes bien saben, el pasado 19 de junio, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Otto Granados, presentó los libros de texto gratuitos del nuevo modelo educativo, mismos que serán entregados a los docentes de México para que éstos a su vez, tengan en sus manos, las “herramientas” para concretar la “transformación educativa” de México.

Así pues, más allá de lo que el discurso pueda representar y/o significar dado el momento electoral que estamos viviendo. Personalmente, al igual que lo han hecho en estos días otros tantos apreciables colegas, me di a la tarea de descargar los materiales que la SEP difundió, como decía, el pasado 19 de junio, para analizar, al menos de manera inicial, algunos de los elementos que éstos contienen para, a partir de ello, comenzar con un análisis más profundo y, en la medida de mis o de nuestras posibilidades, compartir algunas de las reflexiones para que con ello, nos apoyemos en la comprensión de esos materiales, dado que como también sabemos, el curso sobre aprendizajes clave que la misma SEP ofreció en línea o los que en las distintas entidades de la República Mexicana se ofrecieron (y se seguirán ofreciendo), dejaron mucho que desear.

Pues bien, insisto, inicialmente, considero que los materiales tienen un diseño “bonito”, llamativo, colorido y, podría decir, que hasta atractivo y visualmente correcto. Se observa que hubo un cuidado en dicho diseño y en la elección de las imágenes que en sus interiores se miran. No obstante, como bien sabemos, las imágenes son importantes, sí, pero no fundamentales en el proceso de enseñanza y de aprendizaje – sobre todo cuando hablamos de estilos de aprendizajes en los niños – tal y como lo es el contenido, la intención didáctica de éste y las formas en las que puede planearse, trabajarse y evaluarse tal contenido. De ahí que tenga sentido, la aseveración que hace unos meses realizaba en cuanto a que, con el modelo educativo 2017, estábamos ante un “tránsito didáctico” que colocaba al centro al docente y los procesos de enseñanza, en lugar de ubicar en ese centro al proceso de aprendizaje y al alumno que es generador de dicho aprendizaje. Pongo un ejemplo: en el “Libro de la Educadora. Educación Preescolar” que la SEP elaboró, se recupera la idea de emplear láminas didácticas como un material de apoyo que de lugar a los procesos de interacción con los niños y entre ellos. En dicho libro se señala, la existencia de 33 láminas y, se tienen contemplado que se vayan construyendo otras más. De hecho, en ese mismo texto se define qué es una lámina didáctica: es una imagen que está diseñada para plantear situaciones de aprendizaje con distintas finalidades y diferentes grados de dificultad. Ojo con el término “plantear”, porque como tal, éste nos llevaría a preguntarnos: qué plantear, para qué plantear y por qué plantear, en este caso una situación de aprendizaje, con un grupo de niños en específico.

Continuo con este breve análisis. En las propuestas de situaciones didácticas que se presentan en ese libro para la educadora, se sugiere reiteradamente, que los niños lean y escriban (por ejemplo), lo cual no significa que éstos deban aprender a deletrear, a ejercitar, o trazar letras hasta aprender el abecedario para después formar sílabas y palabras, por el contrario, se trata pues (según el texto), de que los niños reconozcan sus capacidades, asumiendo (por parte del docente) que los pequeños leen cuando exploran un libro, cuando observan imágenes y textos escritos, cuando se fijan en los detalles, cuando piensan o imaginan de qué tratan éstas (y logran expresar ciertas ideas); o cuando toman el libro que alguien leyó para ellos y se lo cuentan a su compañero. De ahí que en ese mismo material pueda leerse, que esos supuestos o esas interpretaciones que hacen los niños, son actos de lectura no convencional pero que muestran procesos reflexivos que propician comprensión y construcción de significados.

Sigo con el planteamiento. En el apartado “Libros para los niños” que contiene el Libro para la Educadoras, se dice que: al instalar la situación de lectura cotidiana en el aula es importante que usted piense en las razones por las que propone una lectura cada día, la manera cómo va a leerla, los desafíos interpretativos del texto y, si es pertinente, cómo jugar con la expresión para despertar el interés de los niños… (además de que) mediante un acercamiento cotidiano con los libros y su intervención como educadora, los niños crearán una relación afectiva con sus libros y aprenderán a cuidarlos como objeto cercano y muy preciado.

Sí, todo eso se dice en el documento que refiero; lo que no se dice en el mismo, es cómo debe el docente desarrollar las habilidades que son propias de su ejercicio en un salón de clases donde, para acabar pronto, las problemáticas son divergentes. Me explico.

Recientemente, en una vista que tuve a una escuela primaria, en una charla que sostenía con una apreciable colega, ésta me comentaba que su grupo lo conforman 27 0 29 alumnos. De los cuales, 1 presentaba anacusia, 1 más hipoacusia, 3 de ellos ya habían sido diagnosticados (por especialistas externos dado que la escuela no cuenta con personal de USAER) con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), 4 alumnos vivían con sus abuelos porque sus padres se fueron al extranjero, 3 más presentaban síntomas diversos de agresividad moderada porque sus padres se estaban divorciando, 9 de ellos tenían sobrepeso, etc., etc., etc.; esto sin considerar todo el trabajo “administrativo” que tenía que realizar para subir los datos que el SISAT requería (por ejemplo), o bien, el que su propia comisión representaba al ser la responsable de Acción Social y organizar los famosos comités de participación social. Claro, entre otras tantas cosas más.

Sí, es interesante y harto halagador lo que el mismo libro de texto propone para la generación de aprendizajes en los pequeños. Sí, el diseño, los colores, las propuestas y las sugerencias para emplear los materiales, es harto bonito. Sin embargo, hay de realidades a realidades y, tal como la que acabo de plantear, hay cientos más que existen en el nivel básico del SEM. Ciertamente es obligación del docente atenderlas para que, en sus posibilidades, se subsanen. No obstante, aún sigo preguntándome si valió la pena gastar 2,700% en imagen de un secretario gris y parco, que en capacitar a cientos de maestros que viven a diario, problemas como los que le comento.

¿Un doble tránsito? Sí, uno que implica la didáctica como tal y el otro, lo que la misma realidad te arroja en la cara sin que haya esa una posibilidad de atenderla adecuadamente, simple y sencillamente, porque no existe apoyo real para el docente.

En fin, tiempo al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-libros-de-texto-un-doble-transito/

 

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Proyectos de barrio: enseñanzas desde la periferia

Marco Fidel Gómez Londoño

Mientras leo una noticia en la que se menciona que en el mundo ha habido un aumento de los valores individuales -es decir, hoy pensamos más en el yo que en el nosotros- me entusiasmo al ver en Manrique Oriental en Medellín, a un grupo de personas que hacen grandísimos (sí, grandísimos) esfuerzos para sostener aquellos valores colectivos que están en lamentable decadencia. Su ética comunitaria, afortunadamente, y a pesar de los datos que arroja la noticia que digiero, indican que no todo está perdido, aunque parezca estarlo.

Observó niñas, niños y jóvenes vestidos de negro reunidos en un morro de Medellín. Esta mancha negra ocupa el verde de aquella manga que hace las veces de gran escenario. Los acompañan músicos que han llegado para poner la melodía que hará mover sus cuerpos. Quienes visten de negro son los bailarines que hacen parte de la corporación El Balcón de los Artistas; los que ponen la música son los de la corporación Barrio Comparsa; y la manga es un espacio ubicado en un rincón de Manrique Oriental (que pertenece al Ministerio de Defensa) en el que los baretos y la basura indican los usos variados de este lugar. Es domingo en la mañana,  y esta muchachada ha convertido el espacio de la manga en un territorio cultural. La gente sale a sus balcones a ver qué pasa, al parecer hay fiesta.

Mientras eso sucede, llega otro grupo de niños y niñas que con morrales, bolsas y un bullicio esperanzador, acompañados por madres y padres de familia, se ubican debajo de un árbol de esta gran manga para compartir un desayuno en el que nuevamente el individualismo es golpeado. Panes, cucharas, gaseosas, vasos, van y vienen. Hablo con su director, Sergio Valencia, me cuenta que los niños y niñas hacen parte de la Corporación Tejiendo Conciencia dedicada a construir el mundo a punta de rap y breakdance, y que él, al igual que los de negro, hizo parte del Balcón de los Artistas cuando apenas era un niño.

Cerramos la conversación con el rapeo de una niña que en sus letras hace un reclamo por los derechos de las mujeres. Sergio se despide, dice que va con su grupo (habla en plural) a recoger las basuras regadas en un morro que señala con su dedo.

El Balcón, entonces, no solo forma artistas, bailarines, sino también líderes sociales y culturales que hacen su aporte con proyectos alternativos.

La estética, como le escuche decir al “Gordo”  Luis Fernando García, mientras alentaba a los músicos de Barrio Comparsa, es también  un proyecto ético que conviene a todos.  No a uno, compréndase bien, sino a todos.

Quienes visten de negro azotan el piso a punta de baile, mientras otros azotan un cigarrillo con vehemencia. La polvareda del baile se mezcla con el humo del bareto. La lúdica del baile, la energía del saxofón y la calma de la traba comparten el mismo lugar. Unos y otros se confunden en la verde grama; desde arriba, en un lugar más alto, algunos soldados observan la fiesta que se ha formado.  Martha Álvarez,  directora del Balcón, alza las manos, hace gestos, habla con el cuerpo, indica que deben seguir ensayando. Se repiten las escenas de música y baile: la belleza de la mancha negra se multiplica.

Vuelvo a la noticia: “Estamos empezando a ser cada vez más individualistas y la construcción de capital social muestra bajos porcentajes porque se están perdiendo las acciones de carácter comunitario”. Entonces reconozco a Barrio Comparsa, El Balcón de los Artistas, Tejiendo Conciencia como constructores de aquel capital corporal, lúdico, artístico que posibilitan el abastecimiento de una ciudad que a veces no sabe para dónde va ni lo que quiere.

Pienso entonces en la administración actual de Medellín que, ensimismada para luego mostrarse  prepotente, derrocha en pruebas y exámenes (valores individualistas),dejando al garete propuestas cimentadas desde  las artes y la cultura que bien acodan aquellos valores comunitarios de los que adolecemos, y de los que los territorios pueden nutrirse. De seguir así seremos muy buenos para competir con los otros, pero muy malos para ayudarnos mutuamente; un fanatismo individualista que vomita indiferencia y hace de la ambición su virtud.

La ética comunitaria, esa que tanto necesitamos, nos la enseñan doña Marta, Luis Fernando, Sergio y todos los niños, niñas, jóvenes que hacen parte de sus procesos sociales; hacia allá deberíamos girar la mirada. Seguir mirando hacia nosotros mismos, con obsesión insana, nos empujaría hacia una debacle en la que el “sálvese quien pueda” será uno de nuestros principios éticos, mientras el pensar y actuar en comunidad, uno de aquellos valores prehistóricos para visitar en algún museo.

Caminar con y para los otros, seguro cuesta, pero nadie dijo que sería fácil, eso lo saben quienes se entregan a los demás, olvidándose, incluso, de sí mismos.

Fuente: https://laorejaroja.com/proyectos-de-barrio-ensenanzas-desde-la-periferia/

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Estados Unidos: Técnicas para enseñar mejor a los niños VIDEO

Estados Unidos/25 de Abril de 2018/ blastingnews

A continuación algunos métodos de enseñanza que pueden ayudar a que los niños aprendan mejor

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Callejear la educación

Marco Fidel Gómez Londoño

En la calle el anhelo de comprender el contexto -con posibilidades de transformación- encuentra más asidero que el enclaustramiento al que hoy la escuela está siendo sometida.

Hace poco fue publicado – en este mismo espacio- un texto de Jaume Martínez Bonafé en el que a modo de reclamo, pero también de invitación, afirmaba que “la escuela no ha querido todavía leer la calle”, mucho menos “con las herramientas conceptuales y procedimentales de la crítica”. Una afirmación que desde mi punto de vista no tiene cómo ser rebatida, pues ya sabemos que la escuela pareciera temerle a la calle y cuando en ocasiones deja de hacerlo, entonces hace uso de unas herramientas que imposibilitan su comprensión. Se abraza la calle para airear al estudiantado, pero muy poco, o casi nada, para integrarla a los saberes escolares. Es decir, según el criterio actual escolar, la calle no tiene contenido educativo: es más escollo que currículo.Acudimos, con infortunio, a una despolitización de la escuela que ocasiona un vaciamiento de sus contenidos en la aspiración de pensar nuestros territorios, de comprender la vida de quienes los habitan y de construir alternativas. Es una verdad de Perogrullo. Basta con observar en Medellín, en Sao Paulo, en La Serena, y en otras urbes latinoamericanas a qué intereses sirven las autoridades educativas que, desde mi consideración, no son propiamente los de la comunidad. Sus discursos hastiados de progreso contrastan con las cifras de deserción del sistema escolar por parte de niños, niñas y jóvenes. El progreso está atado a la exclusión.Pero volvamos a Jaume. Hay dos palabras potentes que debemos considerar: calle y herramientas. Desde estas dos sustentaré una propuesta que he adelantado con estudiantes de mi Institución Educativa (María de los Angeles Cano) en Medellín. Iniciaré por reconocer que si la calle es contenido, entonces habría que pensar en callejear la educación. Callejear es acción, callejear es reclamar la ciudad. Y este reclamo es,como bien lo menciona Harvey (2013), un derecho que “surge de las calles, de los barrios, es un grito de socorro de gente oprimida en tiempos desesperados”. Quizás por eso gran parte del estudiantado pregunta: “Profe, ¿Cuándo vamos a salir?”. Por supuesto, hay en el afuera una cosa otra que en el adentro escolar no está. La pregunta del estudiantado contiene una actitud epistemológica.

La calle apela a la cotidianeidad de los estudiantes en la que se ha generado un vínculo y desde la cual es posible generar aprendizajes, pero a la vez, más allá de la mera escolarización, engendrar posibilidades de reflexión y transformación. Si educar corresponde a un proceso que contiene las características de los contextos, como tantas veces lo he escuchado decir, entonces, no está en el encierro su posibilidad. Las pruebas estandarizadas nos embotellan, limitan la mirada; la calle, desatasca y amplía la mirada. Callejear es resistencia social y política.

Un hombre grita en una esquina; otro vende las verduras que trae temprano en la madrugada desde el centro de la ciudad; dos mujeres, con biblia en mano, conversan con dos jóvenes que parecen asentir a sus palabras; una niña espera un mango que corta con experticia un vendedor. Los cuerpos hablan en escenas que suceden en las calles, en las carreras, en las esquinas, en los callejones. El cuerpo se ha convertido, intencionalmente, en herramienta conceptual y metodológica para comprender la sociedad de manera crítica. En la urbe pueden encontrarse rastros de angustia, de miedo, de esperanza, de creatividad enquistados en los cuerpos de sus habitantes.

Sobresaltan las preguntas de los estudiantes: ¿Qué viste un cuerpo? ¿Por qué viste así? ¿Su caminar es lento y apaciguado? ¿Qué ha robado la vitalidad? ¿Qué esperanzas guarda? ¿Qué hace que un cuerpo ocupe una esquina o un andén o una calle? ¿Por qué esperan los cuerpos en la fila de los buses? ¿Cuánto esperan? ¿A qué juegan los cuerpos en los rincones raídos de la ciudad? Y mientras las respuestas tratan de construirse, entonces los conceptos van adquiriendo fuerza. La marginalidad, la pobreza, la recreación, la exclusión, la movilidad, el tiempo libre, el desarrollo humano, ya no son conceptos tan extraños, ahora también hacen parte de la experiencia de nuestras gentes. Incluso, el sentido del concepto se ha profundizado, ha adquirido otra connotación que quizás, en el encierro escolar, se hubiera quedado en mera palabrería. El cuerpo como herramienta conceptual y metodológica, y también como experiencia. Un aprendizaje ligado a la comunidad con enorme potencial formativo.

Seguimos caminando por el barrio. Luego regresaremos para compartir impresiones, dialogar, reflexionar, construir. Finalmente: “La aspiración a conquistar el derecho a la ciudad, ¿es entonces una quimera? En términos puramente físicos seguramente sí; pero las luchas políticas cobran aliento tanto de los deseos quiméricos como de las razones prácticas”. (Harvey, 2013). Sí, las didácticas de calle o callejear la educación, deben tener cabida en la escuela, allí el anhelo de comprender el contexto -con posibilidades de transformación- encuentra más asidero que el enclaustramiento al que hoy la escuela está siendo sometida.

Parafraseando al maestro Jaume Martínez: A ver si le explican a la escuela, entonces, para qué sirve la calle.

 

 

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/05/callejear-la-educacion/

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¿Cómo desarrollar la primera clase del curso? (Videos)

Ecuador / 25 de marzo de 2018 / Autor: CISE ESPOL / Fuente: Youtube

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=JvXuT3YNKE8, https://www.youtube.com/watch?v=wMXYbA3OnrA&feature=youtu.be, https://www.youtube.com/watch?v=nRm53cUPWT8, https://www.youtube.com/watch?v=sV_h2Al_nNQ, https://www.youtube.com/watch?v=bXKDE97sbMw, https://www.youtube.com/watch?v=9rlFFYX4mbE

 

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El MIR docente y la pedagogía

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Alberto Royo / Fuente: El Blog de Enseñanza UGT CEUTA

Hay batallas que uno debe librar. Eludir la confrontación cuando está en riesgo algo tan sustancial como el futuro de nuestra sociedad, inevitablemente relacionado con la deriva de nuestra educación, supone una claudicación inaceptable. ¿Y cuál es enemigo? El enemigo es el pedagogismo, que se manifiesta por medio de la imposición de una Metodología Única, como el anillo de Sauron, y que culminará el largo proceso de devaluación de la figura del profesor y, por extensión, de la enseñanza, tal y como algunos todavía la entendemos, esa devaluación que se refleja en el sometimiento a las modas educativas y a la Santa Innovación (la innovación: un clásico de todos los tiempos), pese a que la educación debería estar al margen de tendencias, ser impermeable (¿insobornable?) a los planes de gurús, iluminados y aprovechados, y estar sólidamente anclada en la evidencia y en la experiencia.

Últimamente, está en el candelabro el llamado MIR docente. El PP, posado o robado, se muestra orgulloso de la criatura. Ciudadanos reclama la paternidad e insiste en que músicos, matemáticos o filólogos «se formen en Pedagogía». El PSOE pone algún pero a las siglas, aunque fue Rubalcaba el que habló de MIR por primera vez. Y Podemos… Bueno, Podemos habla de los recortes, como si un mal sistema pudiera convertirse en bueno solo con dinero.

Dice el principio de Hanlon que no hay que atribuir a la maldad lo que pueda ser explicado por la estupidez. Pero no olvidemos los intereses económicos que se esconden tras determinados planteamientos (It’s strictly business, decía Al Pacino en El Padrino), ni descartemos el propósito de idiotizar a la sociedad (nadie hay más manipulable que un ignorante). Sea como fuere, y se deba a torpeza, avaricia o perversidad, la imagen deformada y falaz que se difunde de la educación actual y de los profesores sirve de subterfugio para intentar transformarla en una especie de institución terapéutico-emprendedora cuyo fin ya no sería salvaguardar y transmitir los distintos saberes sino tener recogidos a los muchachos, en un estado de comodidad tontorrona, en una suerte de hibernación new-age, porque, como dirían Faemino y Cansado «mejor se está aquí que delinquiendo».

Asegurar que la enseñanza es «excesivamente memorística» lleva a sugerir que se elimine la memorización (¿Puede decirse que algo se ha aprendido si no ha sido fijado en la memoria?). Juzgar que los exámenes son «discriminatorios» (lo son, desde luego; lo importante es que discriminen con justicia) o que las tareas escolares «roban la infancia a los niños» (las horas viendo la tele o jugando con dispositivos electrónicos, se conoce que sí son provechosas), propicia que se demande la supresión de unos y de otras. Hasta se nos pide a los profesores que dispensemos felicidad a nuestros alumnos, como pastillas de soma (lo cual es una estupidez, primero porque si yo enseño felicidad no puedo enseñar música; segundo, porque aprender es enriquecedor a medio o largo plazo, pero no siempre nos procura placer inmediato; tercero, porque les aseguro que a mí la música me ha dado muchos momentos de felicidad), y que condicionemos los contenidos a sus motivaciones, cuando nuestra responsabilidad no es adaptarnos a ellos sino educarles según nuestro criterio y visión experimentada, abrirles puertas en lugar de cerrárselas.

Volvamos al MIR docente, estandarte del próximo pacto educativo. ¿Se pueden resolver los problemas que el pedagogismo ha creado (el énfasis en los procedimientos en detrimento de los contenidos; el igualitarismo a la baja; un modelo fraudulento de atención a la diversidad que no se ofrece a quien lo merece sino a quien prefiere optar por el atajo…) con más pedagogismo? En ese MIR, no esperen formación en la especialidad (como en el MIR médico) sino más adoctrinamiento en pedagogías ortodoxas.

Se pretende, al mismo tiempo que se critica la supuesta homenegeneización de la escuela, imponer un modelo único de educación, una Pedagogía para gobernarlos a todos, atentando contra la libertad docente del profesor. Porque enseñar no es algo tan simple ni tan pobre como los adalides de la modernidad quieren hacer creer. La actividad que un buen docente realiza no se limita a una sola estrategia sino que requiere de una metodología variada, flexible (y muy personal) que le permita adaptarse a cada situación. ¿Y saben qué es lo esencial? Que domine profundamente su materia. Esto que acabo de decir, que a muchos escandalizará, está respaldado por la evidencia, pero sobre todo lo confirma la experiencia del día a día en el aula. Cuanto más enseñas, más te das cuenta de la importancia de estar muy por encima del nivel que impartes porque, cuanto más sabes sobre aquello que has de transmitir, más opciones, enfoques y perspectivas distintas se te aparecen, mayor es tu capacidad didáctica y más persuasiva y convincente tu manera de explicar la asignatura.

Pero no es esto lo que se lleva, no. Hoy, hay que entretener. Asombrar. Epatar. Estamos en la era del espectáculo, de O.T., de los profesores mediáticos que se suben a las mesas para que sus alumnos les aplaudan al grito de «Oh, Capitán, mi Capitán», de los premios y los congresos y los concursos y las aclamaciones y los retuits, cuando no hay labor menos mediática que la docente. Ante quienes nos acusan de no estar bien formados y nos reclaman que seamos divertidos y «grandes comunicadores», yo reivindico normalidad, naturalidad, discreción, rigor y seriedad, y les digo que solo formando personas cultas podremos aspirar a una sociedad de auténticos ciudadanos.

Fuente del Artículo:

http://www.elblogdeenseñanzaugtceuta.com/2018/03/el-mir-docente-y-la-pedagogia.html

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La educación y la docencia El aprendizaje se da en todos los sentidos

México / 11 de marzo de 2018 / Autor: Óscar Muñoz / Fuente: La Jornada Maya

Si bien el enfoque educativo generalizado en la actualidad incluye la pretensión de impulsar el desarrollo integral del individuo, de tal modo que repercuta en el desarrollo de la sociedad a la que pertenece, las escuelas del país adolecen de la posibilidad de lograrlo. Esta imposibilidad radica principalmente en la debilidad formativa que reciben los docentes en su preparación. Las escuelas normales que preparan permanentemente a los futuros maestros de educación básica en este país presentan ciertas dificultades en la formación docente. Primeramente, el enfoque del desarrollo integral del individuo está sólo en el papel, es decir, en los planes de estudio y los programas, pero parece no estar en la práctica, en el planteamiento ejecutorio, en las estrategias y las técnicas.

Para comenzar, el enfoque del desarrollo integral exige un sistema de transversalidad de las asignaturas de las escuelas normales, en el que prevalezca siempre la tendencia ejecutoria, la aplicación y la práctica. No es posible que un programa de educación normal carezca de la mayor dimensión práctica posible. Tampoco es adecuado que se vean favorecidas las capacidades intelectuales sin promover la adquisición de sentimientos y valores en los futuros docentes, quienes serán los principales agentes que busquen desarrollar e incrementar sentimientos y valores en la población escolar.

Por ello es imprescindible que el aprendizaje se le vea como un proceso de construcción del conocimiento en individuos que elabora saberes y desarrolla habilidades y destrezas bajo la orientación del docente, para adquirir ese desarrollo integral que se pretende, siempre bajo un esquema de interacción humana. Si se toma en cuenta que este tipo de formación educativa debe producirse en el contexto de la interacción social, el aprendizaje no se da sólo con los conocimientos y las habilidades, sino también con los sentimientos y los valores, los cuales son expresados en la conducta humana.

En cuanto a la enseñanza, ésta debe ser considerada como un proceso de orientación del aprendizaje, en el que docente debe promover las mejores condiciones para aprender y crear situaciones de aprendizaje, para que el escolar pueda adquirir los conocimientos y desarrolle las habilidades para crear los motivos que le permitan participar en una forma responsable y creativa. Este enfoque de la enseñanza permitirá ver al docente como un guía del aprendizaje de los alumnos que los conduzca hacia el conocimiento sin imponerlo, aunque con la experiencia necesaria y la confianza suficiente ante los escolares, esta última a través de las relaciones afectivas fundadas en la comprensión y el respeto.

Por lo anterior, se necesita de docentes que no sólo sepan las materias incluidas en los programas de educación básica, sino que también conozcan los contenidos y las metodologías de la psicología de la educación, la pedagogía y las didácticas, la investigación educativa, la planeación y la programación que los capacite para enfrentar el necesario diseño del proceso enseñanza-aprendizaje que favorezca el desarrollo integral de sus alumnos.

Sin embargo, en la actualidad el sistema educativo enfrenta la problemática que representa la relación entre el nuevo modelo educativo y la formación de los docentes. Habrá que considerar que el nuevo modelo incluye diversos componentes fundamentales. Uno de ellos, el filosófico, implica la formación integral del individuo con la capacidad de promover el desarrollo de la sociedad; además, considera al ser humano como un ente que muestra interés por aprender (aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser).

El componente psicopedagógico destaca una práctica educativa centrada en el aprendizaje y ya no más en la enseñanza. En este plano, el escolar construye su aprendizaje a través de la interactividad con la información y la interacción con su maestro. De esta forma, el alumno tendrá la oportunidad de mantener una actitud reflexiva, crítica y creativa; pero tal vez estas consecuencias no estén consideradas entre quienes son responsables de la gestión educativa.

oscarmunozglez@gmail.com

Fuente del Artículo:

https://www.lajornadamaya.mx/2018-02-27/La-educacion-y-la-docencia

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