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UAM: 50 años de la Casa abierta al tiempo

Por: Erick Juárez Pineda*

La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se acerca a sus primeros 50 años, consolidada como una de las instituciones de educación superior más importantes de México y América Latina.

Su nacimiento, producto de luchas y movimientos sociales, marcó un parteaguas en la vida educativa del país, respondiendo a la exigencia nacional de abrir más espacios públicos para los estudios de nivel superior y colaborar a la generación de conocimientos que ayuden a resolver los diversos problemas que enfrenta la nación.

Actualmente vive un momento de transformación en medio de cambios profundos: las recientes reformas a la Ley General de Educación Superior; la iniciativa de ley en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación; el recorte a los presupuestos de las instituciones educativas y el contexto poscovid. A pesar de ello, existen avances importantes que le siguen posicionando como uno de los centros educativos de mayor incidencia.

Su plantilla académica es sólida: cerca de 90 por ciento de sus profesores cuenta con estudios de posgrado; 25.8 por ciento, con maestría, y 63 por ciento, con doctorado. Además, 46 por ciento de ellos pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Respecto a los productos de sus investigaciones, la UAM ha tenido un incremento importante. En 2022 se publicaron 4 mil 183 artículos especializados de investigación, 134 libros y se presentaron 5 mil 148 trabajos en actos focalizados.

A pesar del contexto de pandemia, en 2022 mantuvo su oferta de 82 programas de licenciatura, distribuidos en sus cinco unidades universitarias: Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa, Lerma y Xochimilco.

Para apoyar a sus estudiantes durante el confinamiento, se implementó el Programa de Becas en Especie dentro del Programa de Transición de Enseñanza en la Modalidad Mixta, donde otorgaron dispositivos electrónicos y acceso a Internet a estudiantes de nuevo ingreso que no contaban con esos medios digitales de comunicación.

Respecto a la comunicación y divulgación de sus actividades, la UAM impulsa un acercamiento con la comunidad interna y externa a través de diferentes frentes. Instancias como la Dirección de Comunicación del Conocimiento, UAM Radio, revista Casa del Tiempo o Semanario (órgano informativo de la UAM), forman parte de las herramientas de divulgación, incidencia y acercamiento.

Los retos son enormes: reforzar la atención a los casos de violencia de género, lograr una mayor incidencia y puentes de comunicación entre investigadores y tomadores de decisiones y enfrentar los obstáculos que se generan por los recortes presupuestales.

A pesar de ello, la UAM camina con paso firme. Son momentos de transformación, pero también de oportunidades para el desarrollo y defensa de la universidad pública.

Larga vida a la Casa abierta al tiempo.

Periodista especializado en educación.

Fuente de la información:  https://www.jornada.com

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España: Ojo con los dispositivos navideños si quieres evitar problemas visuales en menores

Ante la proliferación de ordenadores o tabletas en unas fechas en las que abundan las ofertas y la tendencia a regalar este tipo de dispositivos electrónicos, los ópticos y optometristas recomiendan su uso moderado y una correcta iluminación, entre otras medidas

En unas fechas en las que abundan las ofertas y la tendencia a regalar ordenadores, portátiles, móviles, tabletas y videoconsolas, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO)recomienda a padres y madres supervisar el uso de estos dispositivos digitales con objeto de evitar una sobreexposición a las pantallas por parte de los menores que pueda provocar fatiga visual.

Para ello, aconseja mantener una distancia mínima de 30 cm en el caso de móviles y tabletas, y 50 cm para ordenadores o videoconsolas; contar con una correcta iluminación en las habitaciones, evitando los reflejos en la pantalla; y aplicar la regla 20-20-20, esto es, descansar 20 segundos cada 20 minutos mirando a 20 pies de distancia (seis metros) o relajar la vista observando objetos lejanos a través de la ventana.

Asimismo, ubicar el dispositivo ligeramente por debajo de la altura de los ojos, mantener una postura correcta mientras se utiliza y ajustar el brillo y el contraste son otras de las medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de sufrir alguna deficiencia refractiva.

La fatiga ocular se manifiesta cuando los ojos realizan un esfuerzo excesivo como consecuencia de actividades que implican ver de cerca durante un largo periodo. Esto se explica porque «la musculatura del ojo se encuentra relajada cuando utilizamos la visión lejana, pero cuando miramos algo de cerca durante mucho tiempo el ojo tiene que realizar un trabajo mayor y la musculatura puede llegar a bloquearse, lo que se conoce como exceso o incluso espasmo de la acomodación», matiza el decano del CNOO, Juan Carlos Martínez Moral.

Precauciones con las pantallas

Algunos síntomas derivados de un uso prolongado de los dispositivos electrónicos sin mantener la distancia mínima y las medidas adecuadas son visión borrosa transitoria, dificultad de enfoque de distancias, sensibilidad al brillo de la luz, incomodidad ocular, dolor de cabeza y ojos irritados, secos o cansados.

En este sentido, los ópticos-optometristas aconsejan tener en cuenta las propiedades de las pantallas, apostando por aquellas que presentan características menos nocivas para la salud visual. De esta forma se evitará el riesgo de padecer alteraciones como el enrojecimiento o la fotofobia, es decir, la sensibilidad a la luz. Además, existen monitores que ofrecen gráficos con cortes o incorrecciones, por lo que en muchas ocasiones es conveniente cambiar la configuración de la pantalla para adaptar la luz de forma correcta.

Por último, acudir a un establecimiento sanitario de óptica al menos una vez al año ayuda a prevenir problemas visuales. Y es que el profesional óptico-optometrista puede prescribir unas gafas personalizadas según el tipo de dispositivo digital que se utilice y en función de los síntomas que se presenten para evitar que la situación se agrave.

Fuente de la información e imagen:  https://www.abc.es

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La nueva Crisis Educativa en México

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

México en una nueva “crisis educativa”

La declaratoria, tácita, de que hoy México se encuentra empantanado en una nueva “crisis educativa”, junto con las crisis sanitaria y económica, tiene su primera referencia oficial en la encuesta recientemente publicada por el INEGI (2021), sobre los efectos o el impacto de la pandemia en la educación (1).

Llama la atención que esta declaratoria no provenga, lamentablemente, de las instituciones nacionales responsables de la conducción de las políticas nacionales en la materia: la SEP y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), esta última creada en el marco de la reforma constitucional de 2019. Todo lo contrario, pues la SEP de Esteban Moctezuma se condujo siempre con cuentas alegres.

Aunque ya había advertido en algunos de mis textos, a finales de 2020 y durante lo que va de 2021, sobre la configuración de una crisis educativa en nuestro país, considero oportuno entrar a la caracterización de esa “crisis educativa” ¿Cómo surge? ¿Quiénes son responsables de su estallamiento? ¿Cuánto durará? ¿Cómo se podrían evaluar sus etapas de inicio, desarrollo o auge y decadencia? ¿De qué manera superarla?

Ciertamente, en toda crisis hay contradicciones, situaciones de emergencia, cambios radicales en contra, confrontaciones de ideas, ambigüedad y carencias de diferentes calibres, trátese del ámbito de la salud, de la política, la economía o la educación, entre otros sectores claves de la vida pública y social de una nación.

Pero cuando hablamos o nos referimos a una crisis, preferentemente nos encontramos ante el umbral de un proceso de agotamiento de un modelo, un paradigma o un núcleo discursivo para generar alternativas o nuevos derroteros.

Como dirían los clásicos (Bertolt Brecht entre ellos) una crisis es como una transición entre lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer.

Según los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto Covid 19 en la Educación, (Ecovid-Ed 2020), de la población y porcentaje de población de 3 a 29 años de edad inscrita en el ciclo escolar 2019–2020 (antes de la pandemia), para grupos de edad, destaca el 3.6 por ciento que representan las y los estudiantes de 3 años de edad matriculados en el sistema educativo mexicano. Ese porcentaje se registra sobre el total de estudiantes inscritos durante el ciclo 2019-2020, de 3 a 29 años de edad, es decir, de 33.6 millones de personas inscritas.

Sobre ese mismo universo, el bloque de estudiantes entre los 4 y los 5 años de edad, representa el 64.4%, que se encontraban inscritos en el sistema. En pocas palabras, estos datos revelan el incumplimiento, establecido en la ley, de la universalidad de la educación preescolar en México.

Situación similar, de incumplimiento, se registra en la población de estudiantes inscritos, antes de la pandemia, entre los 16 a 18 años (75.5% matriculados o afiliados en educación media superior) y en el grupo de edad de 19 a 24 años (38.4% matriculados en educación superior, aunque ésta no es obligatoria), del universo de estudiantes entre los 3 a los 29 años de edad. En estos grupos, sin embargo, hay un ligero avance en cobertura, si lo comparamos con los datos registrados durante el ciclo escolar 2009-2010.

Estadísticas de estudiantes que tienen dispositivos electrónicos

Acerca del porcentaje de la población de 3 a 29 años inscritos en el ciclo escolar 2019–2020, según los principales aparatos o dispositivos electrónicos usados para sus actividades escolares o clases a distancia, INEGI encontró que 67.5% de los estudiantes usa teléfono inteligente; 18.2% computadora portátil (laptop); 7.2% computadora de escritorio o PC; 5.3% TV digital y 3.6% tablet. Datos que, en gran medida, dan cuenta de la inequidad y la precariedad en el acceso al equipamiento y la conectividad utilizados cotidianamente por la población estudiantil en México.

Con respecto al uso de dichos equipos por nivel de escolaridad, cabe destacar que el 72% de estudiantes de Primaria y el 71% de estudiantes de Secundaria, utilizan el teléfono inteligente para conectarse a clases o a asesorías mediadas por las nuevas tecnologías.

Del total de los 2.3 millones de no inscritos por COVID-19 en el actual ciclo escolar 2020-2021: 615 mil personas mencionaron que eso se debió porque las clases son poco funcionales; 584 mil porque alguno de los padres se quedaron sin empleo, y 581 mil por carecer de computadora u otros dispositivos.

Tanto en los análisis cualitativos como cuantitativos, una cosa son los datos y otra, diferente, es la interpretación que se hace de los mismos. De hecho, y no es cosa menor, en el reporte de los resultados de la encuesta, el INEGI no menciona la palabra “crisis”.

Al respecto, tiene razón Pedro Flores Crespo cuando afirma que la crisis educativa tiene rasgos específicos y se torna en un reto social: “…más allá del número o de las proporciones está el razonamiento humano… Si ya había evidencia —gracias a la investigación educativa— de que la vida escolar podía aburrir por ser poco pertinente para los sujetos, imagínense estar todo el tiempo en casa y sentados frente a una pantalla. La mala pedagogía también genera exclusión y para esto no sirve ni el dinero repartido en becas ni el otorgado a las empresas de medios.” (2)

738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado

“Tristemente, un poco más de 738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado y de éstos, 435 mil (59%) declararon un motivo relacionado con Covid. Según INEGI, 29 por ciento de éstos perdió contacto con sus maestros o no pudo hacer las tareas. ¿Quién asumirá la responsabilidad de esto? ¿Debe el Estado asumir la acreditación de todos los excluidos del Sistema Educativo Nacional?”, señaló Flores Crespo en una columna publicada esta semana.

Acerca de lo anterior, INEGI reportó que: “Adicional a los 435 mil alumnas y alumnos que no concluyeron el ciclo escolar pasado por COVID-19: 66 mil no concluyó por falta de recursos y 49 mil no concluyó porque tenía que trabajar.”

Esos datos, proporcionados por un organismo público, autónomo, (el INEGI), ofrecen un panorama general sobre las dificultades que ha enfrentado el sistema educativo mexicano ante la crisis de salubridad (generada por la pandemia de la Covid durante el año 2020-2021), misma que se relaciona, a su vez, con las dificultades económicas (sobre todo la pérdida de empleos y el cierre de miles de negocios medianos y pequeños).

Es necesario señalar, así mismo, que el sistema educativo no es un concepto abstracto, sino que está compuesto de personas que se organizan en instituciones, en las cuales y sobre las cuales se construyen y establecen marcos legislativos, reglas, procedimientos, infraestructuras, financiamientos y programas, etc. En ese contexto, las autoridades federales y estatales (Poderes Ejecutivos) son las responsables de la adecuada conducción del sistema educativo del país.

Por ello, la crisis educativa que vivimos en este 2021 y años próximos, al analizar sus causas y efectos, tiene que ver, con las decisiones que toman las y los funcionarios públicos del más alto nivel de este sector.

Y aunque es de tal modo complejo el “sistema” educativo (como lo son otros sectores de la vida pública nacional), los gobernantes habrán de trabajar para producir los equilibrios, las concertaciones y los consensos necesarios o suficientes con los diferentes actores involucrados, esto con el propósito de cumplir con lo establecido en el programa rector nacional (en este caso, el Programa Sectorial de Educación 2018-2024).

Como se puede observar, tales equilibrios, concertaciones y consensos, en la práctica y en la marcha adecuada de las instituciones educativas en México, cuelga de un alfiler. Por el momento, los datos oficiales así lo demuestran. La crisis educativa en México es un hecho, no un pronóstico.

Las preguntas están sobre la mesa: ¿Cuánto durará esta nueva crisis? ¿Cómo y quién evaluará sus etapas de inicio, auge y decadencia? ¿Cuáles serán sus efectos a mediano y largo plazos en las nuevas generaciones de niñas, niños, jóvenes y adultos? ¿De qué manera, como nación, podremos confrontarla? ¿Con qué capacidades humanas, técnicas y financieras contamos para contrarrestarla? ¿Hay voluntad política para hacerle frente o, una vez más, se transitará por el camino de la simulación?

Fuentes consultadas:

(1) https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_presentacion_resultados.pdf

(2) Pedro Flores Crespo. Crisis educativa: Un reto social. El Universal Querétaro, 29 de marzo, 2021.


Publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/la-nueva-crisis-educativa-en-mexico/

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Pedagogía de la pandemia

Por: Miguel Ángel Pérez

Hemos minimizado el riesgo y también las consecuencias de lo que ha sido este contexto de pandemia. Desde el mes de marzo del año anterior a la fecha actual y lo que le sigue, la vida ha cambiado. La transformación en el estilo de vida aun no lo podemos valorar cabalmente y en ello puede decirse que aún estamos en medio de la tormenta y no sabemos cuándo terminará.

Hemos minimizado el riesgo y las implicaciones sociales y educativas del mismo, el sector salud es el que sirve como termómetro para medir el tamaño del problema, pero el sector educativo también ha servido para ver y calibrar el riesgo bajo el cual estamos todos.

Bajo este contexto ha surgido esto que yo le he llamado la Pedagogía de la Pandemia (P.P.), la cual se traduce en el cambio de la atención educativa; que ha pasado de una atención tradicional para pasar a una modalidad de atención a distancia. Hemos migrado de formas presenciales o convencionales, para arribar a modalidades de atención remotas. De repente las escuelas han cerrado sus puertas para abrir la educación en casa y ahora aunque hay personas que quisieran regresar a las aulas no pueden hacerlo y lo paradójico muchas personas más, ya no quieren hacerlo.

La pedagogía de la pandemia es el surgimiento en la emergencia de una serie de medidas y de acciones educativas, pensadas en atender de manera nueva y sin precedente alguno bajo condiciones remotas o a distancia. Sin embargo, bajo este contexto no contamos con datos de cómo se le ha estado haciendo para garantizar la atención y el impacto de la misma.

Otro rasgo de la pedagogía de la pandemia, es el desligamiento o la reconfiguración de la relación familia – escuela. Dichos agentes los cuales se movían bajo fronteras muy claras, hoy han pasado a mezclarse y confundirse y hoy en día en términos educativos no sabemos en dónde comienza y termina la familia y en donde comienza y termina la escuela.

La pedagogía de la pandemia se mueve bajo distintos formatos de atención, con el apoyo de dispositivos electrónicos, con visitas domiciliarias, con el uso de las llamadas redes sociales, etc. En todo ello dicha diversidad de formas de atención muy poco sistematizadas han servido para garantizar la atención educativa. Pero en todo ello no hemos perdido el sentido formativo de la atención remota, solo lo hemos reconfigurado.

El contexto de pandemia, ha movido los distintos componentes del sistema, todos o la mayoría de ellos se han visto obligados a flexibilizar su funcionamiento, han sido los alumnos (como siempre sucede) los más dispuestos en adaptarse a estos cambios en la modalidad de atención a distancia. Han sido los docentes el sector que más dificultades ha tenido para adaptarse a los nuevos formatos de atención, se han visto obligados por las circunstancias a migrar a formas de atención bajo las cuales no fueron formados y muy pocos cuentan con experiencias previas al respecto y el sistema también ha mostrado ser poco sensible, para considerar de mejor manera los riesgos y los requerimientos de este contexto atípico.

Nadie sabe cómo viviremos ya que pase la tormenta, lo que sí, que hemos demostrado una vez más que no estábamos preparados para vivir y enfrentar socialmente un contexto de pandemia como el que estamos viviendo.

Habría que apostarle más al dispositivo pedagógico y también a tener una mirada proactiva para anticipar acciones a partir de ordenar y sistematizar todas las cosas que hemos vivido (las buenas prácticas) y aun aquellas que han servido de muy poco deben sistematizarse para futuras acciones.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/pedagogia-de-la-pandemia/

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El regreso a la escuela sin escuelas

Por: Miguel Ángel Pérez

Este lunes 24 de agosto ha dado inicio el ciclo escolar más atípico en la historia educativa de nuestro país: alumnos, alumnas y docentes regresan al trabajo escolar con las escuelas cerradas debido a la pandemia por coronavirus que se ha extendido de marzo de este año hasta esta fecha y lo que sigue. La atención educativa que tradicionalmente se ofrecía en los espacios escolares, las aulas de clase y el bullicio de las escuelas, hoy ha cedido su lugar a los procesadores, computadoras y dispositivos electrónicos.

El olor característico de las escuelas, una combinación entre papel, lápiz y humor de la inocencia infantil, ha sido sustituido por los nuevos olores insípidos de los procesadores. Además, un rasgo adicional es la apertura de la señal televisiva como eje de la conducción educativa. El papel de los maestros y las maestras será el de seguir dicha señal de la televisión para conocer de qué se va a tratar.

Este lunes 24, cerca de 23 millones de estudiantes, que antes corrían a las escuelas, hay permanecen en casa en espera de la señal, las imágenes de sus maestros y sus voces serán imágenes distorsionadas, difusas, llenas de humo urbano y de cansancio pandémico. Hoy el ciclo escolar camina a toda prisa, con la calma que da el no abrir las escuelas.

En este regreso a clases. El formato basado en la virtualidad, como atención, como recurso o como estrategia pedagógica, es por lo que el Estado ha optado más que una salida válida, todo esto parece más bien una puerta de salvación.

Lo que sí es posible afirmar bajo este contexto es que el vínculo humano el cual forma parte de la columna vertebral de la tarea educativa ha pasado a segundo plano, los maestros y maestras se han visto mayormente preocupados por acceder los mejor posible al uso de las tecnologías a manejar la plataforma que se ha decidido y a buscar mecanismos para establecer vínculos lo mejor posible.

Es obvio pensar que se podría optar por recurrir a distintas y hasta mejores estrategias, hoy se ha optado por esta. Se ha priorizado el derecho a la salud y a la seguridad y me parece que la medida ha sido correcta. Pero aun con todo ello, se ha dejado de lado, que esta estrategia de trabajo que ha comenzado este lunes 24, no vino acompañada de otras cosas que se necesitaban, como el hacer más equitativa la equidad con relación a la conectividad de las redes de intente, dotar a miles de alumnos y alumnas de equipos de cómputo que les sirva a los alumnos para conectarse, etcétera.

La nueva caja de herramientas que se exige para esta nueva normalidad educativa carece de compromisos y responsabilidades por parte de la instancia de gobierno y ¿qué pasará con los cientos de niños y niñas que no cuentan con dispositivos electrónicos para conectarse? ¿qué pasará con los miles de niños que se rezagarán por no poder adaptarse a las nuevas condiciones del formato educativo? ¿Quién los atenderá?

Como podrá verse a partir de este lunes 24 de agosto, el cambio social nos coloca ante uno de los desafíos más grandes de la historia del presente en nuestro país. Garantizar la atención educativa a los millones de mexicanos y mexicanas, aún bajo un contexto de pandemia y de contingencia nacional.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-regreso-a-la-escuela-sin-escuelas/

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Doomscrolling: Una amenaza para la salud mental

Por: Sofía García-Bullé

Nuestro cerebro está programado para dar prioridad a las malas noticias. 

Aunque progresivamente diversos países han iniciado la “desescalada”, esta cuarentena por COVID-19 nos ha dejado varios estragos, entre ellos, el uso tal vez excesivo de contenido online al convertirse en la fuente principal de nuestra información, entretenimiento e interacción. En artículos anteriores hemos hablado de cómo la enorme cantidad de contenidos en redes y sitios en Internet son un factor clave para desarrollar adicción a la información.

Esta necesidad de consumir una gran cantidad de contenidos durante la mayor parte del día, toma un giro oscuro cuando la mayoría de la información que circula son malas noticias. Desde la cobertura de la pandemia, hasta la de problemas sociales cuyo punto de ebullición ha llegado, es prácticamente imposible que una gran mayoría de los contenidos que recibimos mientras recorremos nuestra feed sean negativos, estresantes o deprimentes.

Sin embargo, debido a nuestros patrones de consumo de contenidos ya establecidos desde antes de la pandemia y la suma de estos eventos, continuamos desplazándonos a través de este cluster de noticias. A esto se le llama doomscrolling” o “doomsurfing”, y podría estar afectando nuestra salud mental más de lo que nos percatamos.

¿Qué es el doomscrolling y por qué puede ser dañino?

En una época de incertidumbre como la que vivimos actualmente, la información es uno de nuestros mecanismos más básicos de defensa. Estar informados nos hace sentir seguros, nos da las herramientas para saber cómo navegar una crisis. Pero el exceso de información sobre una situación negativa puede tener efectos psicológicos adversos, sostiene Graham Davey profesor emérito de Psicología en la Universidad de Sussex.

Davey explica que la forma en la que la información es presentada y cómo la acceden los usuarios ha cambiado significativamente en los últimos 15 a 20 años. Estos cambios tienen un efecto de detrimento en la salud mental de las personas.

“Nuestros estudios también muestran que este cambio en el humor general  exacerba las preocupaciones personales de los lectores, aún si esas preocupaciones no están directamente relacionadas con las noticias que reciben”.

De acuerdo con el profesor, las noticias actualmente se vuelven cada vez más visuales e impresionantes, además de estar mucho más a la mano gracias a la existencia de los teléfonos celulares y las tabletas. Estar expuestos constantemente a este tipo de noticias puede ser una experiencia intensa y causar síntomas como estrés, problemas para dormir, humor voluble, comportamiento agresivo, depresión o hasta estrés post-traumático.

“Nuestros estudios también muestran que este cambio en el humor general exacerba las preocupaciones personales de los lectores, aún si esas preocupaciones no están directamente relacionadas con las noticias que reciben”, afirma Davy. El profesor explica por qué es tan difícil dejar de navegar este océano de noticias negativas. Además de ser entretenido, el cerebro humano está diseñado para poner atención a noticias que nos asustan o nos agitan, a este principio se le llama sesgo negativo.

Loretta Breuning, ex profesora de administración en la Universidad Estatal de California y autora del libro “Hábitos de un cerebro feliz”, explica la tendencia cognitiva hacia el consumo de contenidos negativos. “En la naturaleza, nuestra supervivencia depende de encontrar recompensas y evitar el daño, pero evitar el daño tiene prioridad”.

Breuning, argumenta que el cerebro humano es naturalmente atraído a la información problemática porque está programado para detectar amenazas, no obviarlas. Lo anterior vuelve complicado ignorar las noticias negativas y ponerlas en pausa para buscar contenido positivo, nuestros cerebros están predispuestos, y la manera en que consumimos noticias lo refleja.

¿Cómo dejar de hacer doomscrolling?

No existe una única solución para detener por completo el problema del doomscrolling. Pero sí un conjunto de hábitos que podemos comenzar a aplicar para disminuir tanto el tiempo que pasamos consumiendo malas noticias como sus efectos.

Hábitos para disminuir el doomscrolling

Iniciar y mantener conversación en redes en vez de solo consumir contenido puede ser de ayuda para reducir el estrés producido por las noticias negativas. Un estudio que data del 2016, mostró que los usuarios que pasan más tiempo solamente leyendo y consumiendo contenido en forma pasiva sin iniciar conversación, son más propensos a desarrollar estrés que las personas que son más proactivas al momento de consumir contenido.

Conversar y exteriorizar tanto preocupaciones como temas positivos en línea puede generar un sentimiento de acompañamiento, el cual puede ser un apoyo auxiliar para generar menos tensión al momento de navegar contenidos.

Otra medida puede ser diversificar las aplicaciones y curar la calidad del contenido que se consume, tener aplicaciones que no se relacionen con contenido informativo, ser conscientes acerca de las horas que pasamos en línea y las actividades que realizamos, de forma que podamos poner límites al tiempo que pasamos en aplicaciones con contenido informativo.

La prioridad de mantenernos informados es innegable, pero para mantener nuestra capacidad de pensamiento crítico y la estabilidad mental para superar un estado de crisis prolongado es necesario otorgarle al cuidado de la salud mental un lugar más alto en la escala de prioridades. Mantener hábitos de consumos de noticias más saludables, es sin duda, un buen primer paso.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/doomscrolling
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Las recomendaciones de un neuropediatra para los padres de niños con problemas neurológicos

Por: ABC

Si tu hijo es de los que se ha quedado sin sus terapias por el estado de alarma, «te toca actuar», sentencia el neuropediatra Manuel Antonio Fernández.

Si tu hijo es uno de los niños con problemas neurológicos que se tienen que perder su terapia por el estado de alarma, «te toca actuar», sentencia el neuropediatra Manuel Antonio Fernández. Desde que el presidente del gobierno Pedro Sánchez diera los detalles sobre las restricciones establecidas como consecuencia del estado de alarma decretado contra la pandemia por coronavirus, «a muchos nos llamó la atención que las peluquerías y las tintorerías pudieran abrir con normalidad y no se dijera nada de las terapias de muchos menores con este tipo de dificultades».

«Es verdad -prosigue este especialista- que Sánchez aclaró que las personas dedicadas al cuidado de menores, personas mayores o con discapacidad, podrían acudir a su puesto de trabajo pero, ¿qué hacemos con los niños con problemas que necesitan terapia o para los que no poder salir a la calle se convierte en u auténtico infierno?», se pregunta este neuropediatra.

Como siempre, señala Manuel Antonio Fernández, » los que más sufren este tipo de situaciones son los más débiles. En este caso, los niños con problemas neurológicos sin terapias y sus familias se pueden convertir en los grandes damnificados invisibles del confinamiento por coronavirus».

«Tampoco quiero ni pensar lo que estará suponiendo esta situación para las familias de niños con trastornos de conducta, donde la impulsividad y la agresividad son la norma las 24 horas del día. No pueden ir a la escuela, ni a terapia, que normalmente es de grupo y el día se convertirá en 24h de terror».

Cómo pueden reaccionar los padres

Además, prosigue, «los padres de niños con problemas neurológico como trastornos del desarrollo del tipo del TDAH, los TEA o los trastornos de conducta son unos auténticos héroes en su día a día pero también son humanos». Y advierte: «la llegada casi sin previo aviso de una situación de este calibre siempre coge desprevenido a todo el mundo y en estas familias, la sobrecarga ya es enorme a nivel basal. Un contratiempo como este puede ser la puntilla que rompa el complejo equilibrio que suelen mantener en el hogar. A esto se suma que La mayoría de las familias, que normalmente suelen contar con la ayuda de los abuelos y ahora, tampoco ellos pueden echarles un cable. Está empezando a ponerse a prueba las redes de apoyo y la responsabilidad social de toda la comunidad».

Muchos padres están desesperados buscando ayuda para sobrellevar la situación e intentar establecer una cierta rutina a la vez que mantienen sus obligaciones laborales y sospechan las dificultades económicas que pueden aparecer. Estas son las recomendaciones que ofrece este neuropediatra:

¿Que pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos?

Lo mejor que pueden hacer los padres de los niños con trastornos del desarrollo, problemas de conducta y dificultades de aprendizaje es preparar cuanto antes un plan de contingencia para las próximas dos semanas ¿Cómo?

-La clave fundamental es, a pesar de todo, intentar mantener la rutina de una forma lo más normalizada posible. Para que te resulte lo más fácil posible, te dejo una serie de recomendaciones

-Establecer una hora definida para despertar y mantenerla a diario. Es fundamental para mantener una adecuada organización y percepción espaciotemporal

-Empezar la mañana con un desayuno saludable y algunas actividades en familia que incluyan movimiento para activarse de una forma positiva. La alimentación y la actividad física permiten mejorar el ánimo y evitar las tendencias sedentarias que aparecen en estas situaciones.

-Crear un horario de actividades diarias para toda la familia y una distribución de obligaciones para cada miembros en función de sus posibilidades de colaboración para ayudar a que toda la familia tenga objetivos claros y actividades en común.

Evitar el uso continuado de dispositivos electrónicos y especialmente, seguir constantemente las actualizaciones de noticias sobre coronavirus. Esto genera un gran estrés y además dificulta mantener el ánimo y el buen humor

Conversar con los niños para conocer su conocimiento y percepción de la situación de primera mano. No suelen hablar de las cosas que les preocupan y muchas veces sacan conclusiones equivocadas de lo que viven a su alrededor

Mantener actividad educativa organizada siguiendo las recomendaciones de las autoridades educativas. Se están implementando medidas de educación en casa a través de diferentes entidades oficiales gracias a las nuevas tecnologías. Es importante evitar que este confinamiento repercuta negativamente en el aprendizaje de estos chicos.

Asignar periodos del día a desarrollar actividades de ocio y diversión elegidas por los hijos e implicarse en ellas. De esta forma se potencia la diversión y la desconexión de las obligaciones.

Desarrollar actividades y juegos que permitan a los niños liberar energía aunque no puedan salir de casa. (…)

-Muchos chicos con problemas de desarrollo tienen gustos muy definidos y para ellos puede resultar entretenido hacer maratones de esas actividades. Puede tratarse de ver películas, series o documentales, desarrollar concursos de montaje de Lego, campeonatos de juegos on line… todo esto siempre con moderación, evidentemente.

-Las herramientas tecnológicas actuales también pueden ser de ayuda. Hay dispositivos de realidad virtual que permiten desarrollar actividades de relajación e incluso mindfulness que en situaciones como esta, pueden ser de ayuda.

-Mantener unos hábitos de sueño estables tanto en horario como en duración. Con menos actividad física, es probable que les cueste dormir y esto se una a los trastornos del sueño que presentan habitualmente estos chicos. Un suplemento de melatonina puede ayudar en estos casos.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-recomendaciones-neuropediatra-para-padres-ninos-problemas-neurologicos-202003300218_noticia.html

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