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Eduardo Nava Hernández: Universidad pública y neoliberalismo

El debate abierto hace unas semanas por el presidente Andrés Manuel López Obrador a propósito de la penetración de la ideología y las políticas neoliberales en la UNAM y en general en las universidades públicas mexicanas no debe darse por concluido, sino entrando apenas en su etapa de planteamientos.

De inmediato diversos y dilectos representantes de las burocracias universitarias, encabezados por el mismo rector Enrique Graue de la Universidad Nacional, rechazaron los señalamientos del presidente, reivindicaron la autonomía de sus instituciones y sacaron a relucir ante la opinión pública los logros y aportaciones al conocimiento científico y social realizadas por las mismas. Destacó la intervención en una videograbación del secretario general de la misma UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, resaltando la crítica que desde más de 125 publicaciones universitarias se han hecho al orden neoliberal contemporáneo. Desde luego, como economista, el funcionario conoce la amplia bibliografía escrita al respecto por sus colegas e investigadores de otras disciplinas sociales. Pero el punto nunca fue si, como resultado de las libertades de cátedra e investigación, los académicos han expresado esas posiciones críticas, sino cómo las instituciones en cuanto tales se amoldaron a las ideologías y prácticas dominantes en la sociedad y la administración pública durante las décadas de predominio del privatismo y el fundamentalismo del mercado.

Uno de los aspectos que debiera colocarse sobre la mesa es, desde luego, la funcionalidad de la autonomía universitaria, legítima y ampliamente justificada desde la Carta de Córdoba de 1918, para la configuración de grupos burocráticos autorreproducidos que dominan las instituciones y generan intereses particulares, más allá de la naturaleza pública de éstas. Ejemplos hay con profusión: la Sosa Nostra de Gerardo Sosa Castelán (hoy preso, pero cuyo grupo logró colocar diputados y funcionarios municipales en alianza con el Morena en las pasadas elecciones) en la Universidad Autónoma de Hidalgo; el grupo de Raúl Padilla en la Universidad de Guadalajara; el de Fernando Moreno Peña en la de Colima, entre otros; todos ellos surgidos bajo la otrora indisputada hegemonía del PRI, aunque hoy corran por otros derroteros políticos.

Hasta el presidente del Tribunal Universitario de la UNAM, Eduardo López Betancourt, se sumó a la crítica a esas prácticas mafiosas en su propia institución cuando declaró “[…]somos los universitarios los que debemos transformar a las universidades públicas, que por naturaleza deben ser esencialmente democráticas, por lo que es inaceptable que nuestras casas de estudios sean gobernadas por grupúsculos que durante años se han favorecido en todos los ámbitos económicos y particularmente en la obtención de prebendas académicas” (https://www.sinembargo.mx/07-10-2021/4038223).

En otros muchos casos, como ocurre con la Universidad Michoacana, son directamente los gobernadores en turno los que asumen el control político de las instituciones universitarias imponiendo a los rectores de su preferencia, muy a pesar de la formalidad de la autonomía. Quizá sea éste el patrón más extendido en nuestra educación superior.

No se trata, entonces, de cuestionar o poner en duda la importancia de ese nivel educativo para la población ahí formada profesionalmente, ni los aportes que sus investigadores y docentes hacen a la sociedad. Lo que está y debe estar en el debate son sus orientaciones educativas y de investigación y sus estructuras de comando, que es un tema eminentemente político tratándose de grandes organismos con repercusiones en los ámbitos regionales o nacionales.

El control político y el autoritarismo no iniciaron con la etapa de las doctrinas neoliberales; son de vieja data y tienen raíces profundas en la naturaleza casi por definición elitista de sus orígenes como instituciones o en haber surgido de decisiones de los grupos gobernantes; pero esos componentes se acentuaron como reacción a la presencia de pujantes movimientos estudiantiles y sindicales en las décadas de los sesenta y setenta. De las instituciones universitarias surgían muchos de los cuestionamientos al orden político autoritario y a la estructura social que reproduce en prácticamente todos los ámbitos la desigualdad: económica, sexual, laboral, etcétera, y el insuficiente cumplimiento de derechos para los grupos sociales debilitados.

¿Se acoplaron nuestras instituciones de educación superior a las prácticas dominantes de la política de privatización de la ganancia y el patrimonio sociales que es el núcleo del llamado neoliberalismo? Claro que lo hicieron; y lo raro sería que no lo hubieran hecho, dados sus múltiples enlaces y vasos de comunicación con las diversas instancias de poder político y, más recientemente, las económicas, también con intereses privatistas.

Baste, en primera instancia, con ver la proliferación de instituciones educativas privadas que ofrecen diversas licenciaturas, cursos y posgrados (no siempre de buena calidad). Tal propagación en los lustros recientes da cuenta, ante todo, de la insuficiencia de las instituciones públicas para satisfacer la demanda educativa y la formación reclamada por los mercados de fuerza laboral profesionalizada (es decir, de trabajadores capacitados en ámbitos casi siempre muy particularizados del conocimiento). Desde los años ochenta se frenó el crecimiento de la educación superior pública, junto con los presupuestos destinados a ese fin; se impusieron restricciones al ingreso (en áreas como Medicina, particularmente, con el costo social que eso ha representado ante una nueva situación como la actual pandemia) y a la matrícula, y todo eso dio lugar a un gran crecimiento de las empresas de formación profesional en el país, como es ya bien conocido.

Pero también se combatieron sus expresiones de autonomía más acentuada (como en las universidades de Guerrero, Puebla y Sinaloa) y se impusieron a la enseñanza orientaciones claramente técnicas por sobre las humanísticas y sociales, se prefirieron las carreras de alta particularidad, no los conocimientos enriquecidos interdisciplinariamente, y se buscó la vinculación con los mercados como prioridad educativa.

La entrega neoliberal de la autonomía universitaria se ha expresado también como una transferencia de funciones a organismos privados evaluadores o dictaminadores (el Ceneval, Centro Nacional de Evaluación de la Educación Superior), que incluye desde la selección de aspirantes al ingreso hasta la titulación de los egresados mediante exámenes estandarizados. Nuestras instituciones han abdicado ahí por completo de sus atribuciones legales sin que ante esos actos se eleven voces de protesta como lo hacen ante la crítica de sus desviaciones.

Una modalidad más reciente de la política universitaria de los gobiernos federal y estatal es la precarización creciente del trabajo académico. Según estimaciones recientes, en la misma UNAM, sin duda la mejor institución de educación superior en el país, el 70 por ciento de los trabajadores académicos son de asignatura contratados interinamente (https://www.sinembargo.mx/03-11-2021/4052400). La brecha salarial entre académicos de tiempo completo y docentes por materia se ha ampliado sustantivamente y, sobre todo, se han hecho mucho más estrechos los canales de ascenso a mejores plazas. La llamada meritocracia es una absoluta falacia, cuando las instituciones relegan a sus propios egresados a posiciones de labilidad laboral por decisiones de los grupos de poder que manejan las universidades para dar cobijo solamente a sus protegidos y adherentes.

La precarización no es meramente una determinada ubicación en el mercado laboral, sino un medio de control político que las autoridades usan ampliamente sobre los trabajadores. La amenaza del despido o de la no recontratación convierte al docente en un instrumento manejable al antojo de los directivos e introduce una diferencia sustantiva entre los definitivos de carrera y aquéllos que periódicamente tienen que postularse a exámenes o concursos, o simplemente al criterio de las autoridades de la institución, para conservar el empleo.

Esta situación también ha contribuido a debilitar al sindicalismo, y se extiende también, penosamente, a los organismos no autónomos, dependientes directamente del gobierno federal, como lo han mostrado los reportajes de Montserrat Antúnez sobre el hostigamiento laboral y la precariedad en el Instituto Politécnico Nacional (https://www.sinembargo.mx/30-10-2021/4049540) y de Mathieu Tourliere en la revista Proceso (2348, 31 de octubre de 2021) acerca de las Universidades para el Bienestar “Benito Juárez García”, creadas por el actual gobierno. Y no deja de ser una gran paradoja que a cargo de la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP y de las UBBJG, aplicando esas políticas discriminatorias y atentatorias contra el trabajo, estén dos ex militantes comunistas como Luciano Concheiro Bórquez y Raquel Sosa Elízaga, respectivamente.

Pero eso no es todo. La aplicación por el actual gobierno de topes salariales y de un modelo de contención a las prestaciones establecidas en los contratos colectivos de trabajo es otro de los legados del en realidad no superado periodo de neoliberalismo en la educación pública. Y recientemente ha aflorado otra política de afectación a los trabajadores de la educación superior, con la pretensión de trasladar el régimen laboral de los trabajadores de los centros de investigación directamente dependientes de la Federación, del apartado A del artículo 123 al B, limitando por esa vía su capacidad para negociar contratos colectivos y para estallar huelgas, como se pretende con el CIESAS, o con la reducción del presupuesto (se ha hablado hasta de su desaparición) al CIDE y al Instituto Mora.

Sí, en estos casos y en muchos más, la recepción del liberalismo por las universidades formalmente autónomas y por las dependientes del gobierno federal ha sido amplia y abarcante en sus equipos dirigentes, y recorre con sus efectos también a las comunidades de estudiantes y trabajadores que los padecen. Por eso es que el debate debe seguir abierto dentro de las propias comunidades académicas y en el conjunto de la sociedad, y sobre todo conducir a acciones de fondo que lleven a recuperar su vocación democrática, su justificada autonomía y su espíritu de servicio al pueblo.

Eduardo Nava Hernández. Politólogo – UMSNH.

Fuente: https://rebelion.org/universidad-publica-y-neoliberalismo/

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Ricardo Moreno Castillo: “La educación ha fracasado por empeñarse en negar sus límites”

Ricardo Moreno Castillo: Filósofo, matemático y profesor

“Un buen profesor de hoy se parece mucho a uno de hace 300 años”

Profesor durante más de tres décadas, Ricardo Moreno Castillo es licenciado en Matemáticas, doctor en Filosofía y autor de una veintena de libros, entre los que se cuentan: Sobre la buena y la mala educación, Panfleto antipedagógico o Los griegos y nosotros. De cómo el desprecio por la Antigüedad destruye la educación. El próximo 25 de septiembre desembarcará en el V Foro de Educación de FARO para desarrollar la ponencia ‘Los límites de la educación’, aunque advierte: “Normalmente, me mandan callar, me dicen: ‘este señor anticuado que no se ha enterado de las novedades…”.

A sus 71 años, se queja de lo políticamente correcto por “hipócrita”, critica a los que él mismo bautiza como neopedagogos – “parecen curas frustrados”– e insiste en la importancia de estudiar a los clásicos. Preguntado por la educación en España, responde: “Es un absoluto fracaso”, pero ¿por qué?
–Porque ha querido abarcar a todo el mundo y lo que ha conseguido es que los que quieren estudiar no pueden por culpa de los que no quieren, y los que no quieren y que serían mucho más felices aprendiendo un oficio, pues tampoco pueden. O sea: todo el mundo está descontento. Todo el mundo.

– ¿Cuál sería para usted la solución?

– A partir de los 12 años, un niño que no quiere estudiar es ingobernable. Parece una edad temprana, pero el que no quiera estudiar ya no va a estudiar. Es mejor aceptar ese hecho y darle una salida a través de la FP y hacer un Bachillerato más largo para los que sí quieren estudiar. No pueden empeñarse en tener una educación unificada hasta los 16: obligatoria sí, pero no unificada, porque al final muchísimas personas están en la escuela sin ganas, terminan aprobando y llega un título a los 16 años que no garantiza ni que sepan leer un texto correctamente.

– ¿El límite de la educación?

– Claro, precisamente ese. Los límites de la sanidad son aquellos que no quieren curarse, los que no hacen caso a los médicos; y ese límite hay que aceptarlo, no es ningún fracaso, es así.

Es como la paloma que cuenta Kant en su parábola, va volando y está incómoda por la resistencia del aire y piensa que sin aire volaría mucho mejor, pero no: si no hubiese aire, no volaría. El aire que dificulta y el aire que posibilita es el mismo. Toda posibilidad humana tiene un límite, pero el límite y la posibilidad es la misma cosa. Como se ha ignorado el límite, pues se ha quitado la posibilidad y el resultado es una enseñanza desastrosa.

–Esto tiene un niño que saberlo: no se aprende nada sin esfuerzo. Esto no quiere decir que haya que aprender a latigazos ni mucho menos, pero sí con una rutina y un esfuerzo, y si no están dispuestos a ello, no hay sistema por bueno que sea que le pueda enseñar.

–¿Cómo puede potenciarse en el colegio?

–Pues lo primero: diciéndolo muy clarito el primer día, y que los padres lo tengan muy presente: hay unas horas del día en los que la casa tiene que estar en silencio y la televisión apagada y exigir al niño que haga las tareas porque, además, yo estoy convencido de que una enseñanza básica común hasta los 12 años, en la que se inculcase el trabajo y el esfuerzo, al final conseguiría que la mayoría optasen por el bachillerato, pero no hay que engañar al niño: – “Lo importante es estar motivado” – “No, no, lo importante es estudiar; si lo haces motivado, mejor para ti”. La motivación, los sentimientos, la amistad… están muy bien, pero eso es cosa de la vida privada y hoy hay muchos pedagogos que tienen la manía de meterse en la vida privada de los alumnos. A veces, hay profesores que parecen curas frustrados.

– Cuando comparte estas críticas con los pedagogos, ¿qué le dicen?

–Bueno, pues hay quien dice que expreso muy bien “lo que todos pensamos” y otros me dicen que soy el rey Herodes, un reaccionario. Ahora menos porque, afortunadamente, cada vez existen más libros dando la señal de alarma sobre el sistema educativo. En general, he recibido más ataques que razonamientos, lo cual no quita que en las distancias cortas podamos ser cordiales y reírnos.

–¿Es posible cultivar la inteligencia en el colegio?

–Claro, pero para eso no podemos desprestigiar la capacidad de memorizar como se está haciendo hoy en día: que se la considera lo opuesto a la inteligencia, porque la inteligencia sólo actúa sobre los datos de la memoria, cosa que ya dijo Kant hace mucho tiempo.

–¿Un consejo para un profesor?

–Pues mira, yo le diría: un profesor tiene muchas satisfacciones, pero hay algo que no va a ser y es mejor que lo asuma: no va a ser original porque un buen profesor de hoy se parece mucho a un profesor de hace 300 años.

Un buen profesor tiene que hablar alto y claro y animar a preguntar las dudas, esto es así ahora y lo era también hace 300 años.

“La historia nos da una visión profunda del mundo”

–¿El valor de la lectura?

–Importantísima. El mundo de ficción crea en nosotros un mundo interior que nos permite observar la realidad… digamos que con más serenidad.

–¿Nos recomienda un libro? –

Hay muchos, pero El infinito en un junco, de Irene Vallejo, me gusta mucho, es muy bonito y está muy bien escrito. Aconsejaría leerlo porque nos explica muy bien el porqué de la importancia del latín y del griego, y afortunadamente está teniendo mucho éxito, lo cual quiere decir que hay mucha gente que se está dando cuenta del vacío que existe.

– Usted también ha escrito un libro reivindicando la antigüedad: ‘Los griegos y nosotros. De cómo el desprecio por la Antigüedad destruye la educación’, ¿por qué lo cree así?

–La actualidad que vivimos es el producto de toda la historia que vino antes. No podemos conocer a nuestra sociedad si no conocemos el pasado y hoy está completamente olvidada. Somos hijos de los romanos y nietos de los griegos y de los judíos. Como no saben historia, los niños de ahora tienen una visión completamente plana del mundo, no hay esa dimensión en profundidad que da la historia.

– En la música, en la fotografía, en la naturaleza…, ¿las matemáticas están en todas partes?

– Hombre, aquí soy parte interesada, pero sí, lo están: en el arte del Renacimiento, porque el estudio de la perspectiva no se entiende sin las matemáticas; en las catedrales, porque el motivo por el que tienen tan buena resonancia musical se debe a la forma elíptica de sus bóvedas… Están en todo y, además, cuando un filósofo empieza a pensar sobre lo que es el saber, es muy importante que tenga una formación científica y esta también se basa en las matemáticas, además de que son fundamentales para la gimnasia mental. Deberían de estudiarse en todos los bachilleratos, al igual que el latín.

Fuente: https://www.farodevigo.es/faroeduca/foro-de-educacion/2021/09/12/educacion-fracasado-empenarse-negar-limites-57189270.html

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Enfoques cooperativos; Hoy: La docencia y educación cooperativa Latinoamericana en sus actuales retos.

Por José Yorg, el cooperario.

El reto educativo desde NuestraAmérica es enorme y por ello dignifica a quienes-a pesar de todo-emprenden este camino cooperativo.

“Cuanto más se les imponga pasividad, tanto más ingenuamente tenderán a adaptarse al mundo en lugar de transformar.” Paulo Freire

 

“Interpuestos ante esta difícil situación, es necesario asumir plenamente que llegó la hora social de encarar nuevos paradigmas socio-económicos que considere prioritario como estrategia a la  docencia y educación cooperativa transformadora, base esencial, puesto que la docencia cooperativa, no sólo de Argentina, sino de todo Latinoamérica, somos el componente  humano imprescindible  para revertir la debacle educativa y la falta de trabajo”. José Yorg.

Abordar la problemática social actual desde la Argentina significa hacerse eco de declaraciones efectuadas por el Dr. Juan Grabois, referente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), quién “En la víspera de una masiva movilización, advirtió que la paz social está en peligro”“La relativa estabilidad no podrá evitar por mucho más tiempo el estallido del pueblo”, dijo el dirigente social cercano al Papa Francisco”, expuso el medio periodístico TN de Argentina.

Ante este complejo panorama que evidencia esa frase inquietante, pero que describe  las condiciones de precariedad social creciente, realicé unas declaraciones a portales periodísticos que fueron publicadas bajo el título de  “Docentes cooperativos: Somos el recurso humano imprescindible para revertir la debacle educativa y la falta de trabajo”.

Expuse que esa delicada situación lleva aparejada  una conciencia muy fuerte de que se están agotando los estilos políticos tradicionales de abordar la solución a esos graves problemas.

Nosotros/as docentes cooperativos/as sabemos que la educación cooperativa tiene las virtudes teóricas-prácticas capaces de educar y formar talentos humanos que enfrenten a la pobreza organizadamente y guiadas por los valores y principios cooperativos. He aquí el reto actual de la docencia y educación cooperativa de toda Latinoamérica.

Pero existe un gran escollo: Pareciera que los decisores políticos se resisten a entender que estamos ante el derrumbe de una época histórica, y que se encuentra sumida por la crisis de los problemas acumulados del pasado no resueltos, por tanto, la nueva época requiere de nuevos modelos educativos vinculados a la capacitación empresarial cooperativa.

Desde el punto de vista de la enorme tarea de educar para la transformación personal, grupal y revertir los entornos negativos que generan las relaciones individualistas, mezquinas. Ello significa que estamos conscientes del reto que implica tal tarea, pero conocemos, por experiencias, lo formidable del resultado que logra la educación cooperativa en seres receptivos/as.

Orientar nuestras tareas educativas desde la organización.

Podemos, entonces, visualizar como magnifico los esfuerzos desplegados por docentes especialistas en la educación cooperativa para  la constitución de la “Red de educadores de Latinoamericana y del Caribe por la educación cooperativa”, abocada a preparar su Asamblea General constitutiva  el día 28 del presente mes y año.

Reconocemos y asumimos esa tarea digna, basada en que son tan necesarias para orientar nuestras tareas educativas desde una organización que sea referencial en todo el continente de NuestraAmérica.

Emprender un diálogo nunca resultó una tarea fácil, se requiere mucho esfuerzo, tolerancia y tacto para avanzar en un proceso de equipo, de alcanzar aquello de “Unidad de concepción, unidad de acción”.

Implica poner en valor el proceso que conlleva un gran esfuerzo particular y colectivo, cooperativo, esfuerzo por abrir un diálogo respetuoso, comprensivo, amplio e incluyente, también creativo porque si bien comulgamos en el ideal cooperativo, surgen diferentes criterios de educadores que viven y llevan adelante diferentes y valiosas experiencias en comunidades diferentes a cada quien, pero que transitan por estructuras rígidas que complican el buen vivir.

El reto educativo desde NuestraAmérica es enorme y por ello dignifica a quienes-a pesar de todo-emprenden este camino cooperativo.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

 

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Los distintos caminos de la educación

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

Hace unos días asistí a un evento en donde se hizo alusión y referencia al origen y a las contribuciones de muchos docentes, los cuales entregaron gran parte de su vida a trabajar con niños y niñas desde el preescolar hasta la educación secundaria en sus respectivos casos. Me detuve a pensar en el origen de dichos docentes y en lo singular de cada carrera o de cada trayectoria de los mismos. Todo ello, implica recorrer un camino largo que se traza o se vive de distintas maneras:

Los orígenes: las constantes y diversidades.

Para la gran mayoría de los y las maestros que desde hace varias décadas se han incorporado a la educación, el origen está en dos lugares: en la vocación de servir a los demás a través del trabajo de enseñanza, pero también en las condiciones de pobreza que se asocian a las dificultades de estudiar una carrera más larga o más cara. Ser maestro o maestra no es una carrera para ricos ¿por qué? Porque hay una representación social asociada a que la docencia es una profesión sencilla. Pero en el origen hay otro elemento importante que tiene que ver con el factor cultural de la profesión de ser docente.

El origen no se reduce a hacer trámites a las escuelas Normales o escuelas de magisterio, hay un factor cultural de la selección de los sujetos que se encargarán de la formación básica de los niños y las niñas y que dentro de todo ello hay un mundo de concepciones, las cuales están asociadas a la simplicidad de un desempeño profesional, a buscar y encontrar atajos para laborar más pronto y a vivir bajo la tutela del Estado con un trabajo seguro, estable y que es para toda la vida.

Las trayectorias. 

El segundo elemento de la carrera docente está asociado con las trayectorias, los itinerarios profesionales o la vida de las y los docentes en la profesión. Este es el elemento más rico ya que se vincula con las identidades y las distinciones profesionales. Las trayectorias profesionales se vinculan con los contextos en donde se ubican las escuelas, las distintas relaciones que se tejen con los colegas que se encuentran en las mismas, la relación con las autoridades o los directivos que sirven a las mismas y con la imagen del control o la aplicación de la normatividad en cada centro escolar y por ultimo ahí mismo se genera la relación con el sindicato y la gestación de una forma de vincularse al gremio ligado al resto de los docentes. Para decidir al final qué tipo de docente se quiere ser y en donde se plasma el verdadero compromiso social y profesional y la proyección que se difunde ante la comunidad.

El cierre o el retiro.

Las carreras de todos los profesionales de los distintos campos disciplinarias o profesionales concluyen con el retiro, después de 30 años o más de servicio después de llegar a los 60, 65 años o más años, las personas inician con un ejercicio de cerrar su ciclo profesional y comenzar a concluir su camino en la profesión y formar parte del ejercito de jubilados, retirados o pensionados dependiente del caso.

Los caminos de la profesión docente se bifurcan con relativa facilidad, inician de cierta manera de una forma común, pero se van torciendo en infinidad de direcciones. En todo ello lo triste o lo paradójico del asunto, es que tenemos muy pocas historias que logren recuperar desde el corazón mismo de la práctica, desde el centro de las vivencias, una serie de relatos y narrativas que nos permitan ilustran cuál es el balance de la vida profesional en la docencia y en dónde están los quiebres, los desaciertos, etc. A partir de la mirada y el texto de sus protagonistas.

En el final de todos los caminos muchas veces se presenta una serie de sensaciones que combinan la satisfacción con el vacío, el éxito con algunos fracasos acumulados, el logro con algunos desaciertos. Los caminos de la educación no siempre son exitosos. Sería bueno que cada docente desde que inicia pudiera hacer la historia de su propia vida en la profesión, como un legado para sí mismo pero también para los demás que llegarán después.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-distintos-caminos-de-la-educacion/

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Libro (PDF): Estrategias de enseñanza : investigaciones sobre didáctica en instituciones educativas de la ciudad de Pasto

Reseña: CLACSO

La aparición de investigaciones rigurosas sobre el campo de la didáctica ha sido otra causa posible de su renacimiento. De trabajos anecdóticos y un tanto improvisados, se ha pasado –en los últimos años- a indagaciones que no solo describen, analizan e interpretan el quehacer de los docentes en el aula sino que, además, formulan propuestas para renovar las formas de enseñanza. Tales investigaciones han permitido apreciar la competa urdimbre de relaciones y situaciones en las que está inmerso el acto de enseñar. O si se prefiere, al colocar la lente investigativa sobre el acto educativo, han surgido nuevos interrogantes sobre una realidad que parecía sencilla o sin demasiados cambios en el tiempo. Con los aportes de estas investigaciones lo que parecía una labor saciada de certezas o un oficio ya sabido de antemano se transformó en un verdadero campo minado de preguntas. Precisamente, es en el campo de las investigaciones sobre didáctica en donde se ubica la presente obra. Un texto con múltiples miradas al quehacer de los docentes de la educación básica, media y universitaria. Como se podrá leer, esta obra recoge pesquisas adelantadas durante dos años en las formas de enseñanzas del lenguaje gráfico, la producción escrita del cuento, el proceso de integración escolar de niños y niñas con discapacidad cognitiva, la comprensión lectora de textos narrativos, la enseñanza de los deportes individuales y de conjunto, la producción escrita en la formación de maestros y en el componente metodológico investigativo de estudiantes, y las estrategias didácticas para asignaturas investigativas. Todas las investigaciones se realizaron en instituciones educativas públicas y privadas en la ciudad de Pasto.

 

 

Autor/a:                               Vásquez Rodríguez, Fernando 
Editorial/Editor: Kimpres
Universidad de la Salle
Año de publicación:  2010 
País (es):
Colombia
Idioma: Español
ISBN : 978-958-44-6638-9
Descarga:   Libro (PDF): Estrategias de enseñanza : investigaciones sobre didáctica en instituciones educativas de la ciudad de Pasto
Fuente e imagen:

 

http://biblioteca.clacso.edu.ar/

 

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Uruguay: Este jueves se despidieron los consejeros representantes de los trabajadores en CEIP, CES y CETP

Los consejos de primaria, secundaria y UTU pasaron a ser direcciones generales unipersonales, según establece la LUC.

Este jueves dejaron de funcionar el Consejo de Educación Inicial (CEIP), el Consejo de Educación Secundaria (CES) y el Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP), que pasarán a ser direcciones generales unipersonales, según establece la ley de urgente consideración (LUC). Esta reformulación implica que los consejeros electos por los docentes ya no serán parte de las decisiones que se adopten en cada subsistema.

La Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria consideró en conferencia de prensa que esta transformación “va en contra de la autonomía del sistema educativo” consagrada en la Constitución, y que “constituye una avanzada más en el desmantelamiento del Sistema Nacional de Educación Pública y la centralización y control político partidario del sistema educativo con una visión empresarial coincidente a la época del CONAE [Consejo Nacional de Educación] en dictadura”. “Hoy se trunca esa participación docente, consideramos este día con mucho dolor, de profundo retroceso democrático. Retroceso en cuanto a los principios de autonomía, cogobierno y profundización democrática”.

En tanto, el consejero del CETP Juan Pérez, electo por los docentes, manifestó en una carta pública que “la desaparición de los consejos de educación tal como los conocemos (…) rompe con los postulados de reconocimiento de la particularidad de los tramos educativos, organización del trabajo por niveles de educación y protección de la educación pública de las disputas partidarias”. “A la verticalidad y concentración de autoridad, se suma la eliminación de los consejeros electos de los consejos de educación mencionados. Este ataque directo a la participación en los órganos de decisión constituye un embate a los procesos democráticos de participación de los docentes”, concluyó.

Por su parte, la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Pública (FUM-TEP) despidió a la consejera saliente del CEIP Gabriela Verde y al exconsejero Pablo Caggiani en una actividad denominada “Aportes sobre una experiencia pedagógica interrumpida-Reflexiones sobre el trabajo realizado por el equipo de representantes de los y las trabajadoras en el CEIP”. Caggiani expresó en la actividad que se trata de “un momento histórico” y que “hay que lograr significar” la decisión del Poder Ejecutivo “en lo que ha sido el debate sobre la educacion pública en la sociedad”.

Para Caggiani, “desde la fundación de la FUM hace 75 años se demandaba la participación de maestras y maestros” en el CEIP, lo que se consiguió a partir de 2010, pero eso se corta en “esta especie de Alto de Viera” (en referencia al freno impuesto a las reformas implementadas por el presidente José Batlle y Ordóñez por su sucesor, Feliciano Viera, a partir de 1916, y que pasaron a la historia como “El Alto de Viera”), de “accidente conservador”.

Caggiani consideró que la eliminación de los consejeros electos por los docentes tiene que ver con el relato de que “el problema principal en la educación es la participación de los docentes, o lisa y llanamente, los docentes”, pero sostuvo que “esto es una pausa” y que “estamos en una sociedad que valora mucho la educación pública y a sus docentes, más allá de que las decisiones de la política educativa no recojan esa visión”.

En la actividad de la FUM-TEP se llamó a redoblar esfuerzos en la recolección de firmar para convocar al referéndum contra 133 artículos de la LUC, entre los que se incluyen los que transforman los consejos de primaria, secundaria y UTU en direcciones generales unipersonales.

El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, dijo en rueda de prensa que “ahora vamos a un esquema que no solo es mucho más ágil sino que es parecido a lo que ocurre en todos los demás ámbitos del Estado”. “Los trabajadores siguen presentes en el Codicen [Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, ANEP], eso no se modifica en lo más mínimo, y también en el Consejo de Formación en Educación, ya que la idea es avanzar hacia una manera distinta de funcionamiento que es la formación docente a nivel universitario”, agregó el jerarca. Para el ministro, “si esto se hubiera hecho, como algunos pretenden, con algún tipo de ánimo anti docente, no seguiría habiendo representantes donde los hay. El Codicen, que pasa a ser el órgano colegiado que gobierna la ANEP, sigue teniendo representación docente”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2021/2/este-jueves-se-despidieron-los-consejeros-representantes-de-los-trabajadores-en-ceip-ces-y-cetp/

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¿Vale la pena ser docente?

Por: Educación 3.0

Los profesores no son respetados por muchos al mismo nivel que otros profesionales. ¡Y eso que en sus manos está la educación de las futuras generaciones! La docente Lissette Pino analiza las posibles razones.

¿Vale la pena ser docente? Esta es una pregunta que no me había cuestionado antes de empezar a impartir mi carrera. Como cualquier estudiante sin experiencia de campo, me encontraba completamente entusiasmada con los nuevos retos; y por supuesto, extremadamente orgullosa de decir que estaba estudiando para ser maestra.

Sin embargo, la reacción de mis conocidos no era la que esperaba, la mayoría con una cara de desconcierto acompañada de la frase “¿estás segura?”. Me pregunto si hubieran reaccionado así de haberles dicho que seguiría arquitectura o medicina.

Falta de interés por la docencia

Hace pocos días tuve la oportunidad de escuchar un podcast llamado Docentes en Peligro de Extinción en el que Nataniela Barreiro menciona algunos factores económicos, sociales y políticos de la falta de interés actual de los jóvenes por esta carrera. A pesar de que los datos mencionados en ese podcast revelan la problemática a nivel macro, me permitió reflexionar en los ‘micro factores’ que se desencadenan de esas raíces y crean este ciclo continuo y en aumento de la infravaloración de la docencia.

A pesar de que en la antigua Grecia los maestros eran las personas más respetadas y admiradas, actualmente muchos miembros de la comunidad consideran la educación como un viacrucis que te llevará a ‘limpiar mocos’ y que te falten en respeto toda tu vida, y en cierta medida es cierto; actualmente los docentes no somos respetados al mismo nivel que lo harían con un ejecutivo o un abogado.

De hecho, somos mismos maestros los que de tanto en cuanto soltamos comentarios sobre lo terrible que es estar en nuestros zapatos a estudiantes, amigos, familia. ¿Cómo esperamos que la sociedad respete nuestra carrera si nosotros mismos no la respetamos? La docencia debería ser considerada el fin último de la realización laboral, después de todo, hasta los más grandes científicos tuvieron un maestro. ¿Cómo es posible que en nuestras propias aulas desacreditemos todo lo que significa ser docente? Comenzar con nuestras propias voces permitirá que otros vean la importancia de nuestra área en la humanidad.

Docentes sin motivación

Otro factor decisivo en el desprestigio de la docencia es la contratación de personas que deciden ser maestros por el mero hecho de saber de un tema. Todos a lo largo de nuestra vida nos habremos topado con uno de ello: el típico docente que repite la misma clase año tras año, que tiene las mismas diapositivas desde que se inventó la piedra y que, por supuesto, no se le puede cuestionar nada porque son casi que Aristóteles resucitado.

Estas personas desacreditan todo por lo que los docentes con verdadera vocación luchan día con día, ser diferentes, innovadores, en busca de retar mentalmente a sus estudiantes para su crecimiento tanto personal como educativo. Estos mismos son los que suelen mostrar una ética pobre a la hora de calificar o buscar por cualquier medio resultados altos en pruebas estandarizadas, dando un mensaje claro a nuestros jóvenes: “El conocimiento no es importante, mientras obtengas una nota alta en un pedazo de papel”.

profesora en clase

Por último, algo que he podido ver de primera mano es la lucha de los profesores con vocación y ganas, pero sin el conocimiento pedagógico necesario para afrontar los desafíos de un mundo en constante cambio. A pesar de esta vocación innata, encontrará un límite tarde o temprano, lo cual desencadenará en una falta de motivación que se reflejará en las clases y la relación con los estudiantes.

Verdadera vocación

Es importante recalcar que el desconocimiento no es malo, querer mantenerse en él y entrar en una zona de confort al verse frustrado es lo que mata en realidad la verdadera vocación y perpetúa este círculo infinitivo del desprestigio social. Por lo tanto, es fundamental que todos los docentes, ya sean jóvenes o mayores busquen espacios de mejora continua, para que la pasión por enseñar no encuentre su tope y se resignen a ser uno de estos seres ya mencionados impartiendo una cátedra a estudiantes desmotivados.

Definitivamente es vital entender que los docentes con vocación real son escasos y como menciona Nataniela, somos ‘la resistencia’, una especie en peligro de extinción. Nosotros tenemos una responsabilidad enorme en nuestros hombros, el futuro de otro ser humano. Así como muchos padres primerizos temen ‘arruinarles la vida’ a sus hijos con sus decisiones; imagínense que puede hacer un mal docente con 100 niños y jóvenes a su cargo. La docencia es importante y debe ser reconocida como tal, a pesar de que no es una solución definitiva a toda la problemática que gira en torno al desprestigio social de nuestra carrera, defender y enorgullecernos de nuestra labor si es un primer paso para recuperar el respeto a nuestro esfuerzo diario.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/vale-la-pena-ser-docente/

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