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¿Puede la educación emocional erradicar el cambio de código social y el síndrome del impostor?

Por: Sofía García-Bullé

Las minorías navegan día a día en ambientes académicos y laborales cargados de violencia social sistémica.

La Dra. Kimberly Harden se considera a sí misma una impostora afortunada, pero su currículum real es impresionante. Se convirtió en la primera profesora afroamericana del departamento de comunicación en la Universidad de Seattle, incorporó justicia social al currículum escolar y estableció la beca Dream. Plan. Do.™ para estudiantes de color.

Sin embargo, hay algo que la sobresaliente profesora no ha podido lograr: un sentido de pertenencia en la comunidad académica. Este es un atributo que en ocasiones también les falta a miembros del grupo mayoritario, pero es necesario reconocer que su carencia afecta más frecuentemente a grupos socialmente vulnerables.

Además de las desventajas políticas y económicas que han sido ampliamente discutidas en otros artículos, existen otros elementos de carácter más singular que disminuye la capacidad de las personas de color y otras minorías de integrarse plenamente a una comunidad.

Las microagresiones y el síndrome del impostor afectan seriamente la experiencia educativa de los estudiantes, así como la vida laboral de los miembros de la academia.

¿Qué es el cambio de código social?

El cambio de código social es la dinámica en la que una persona perteneciente a una minoría social tiene que alternar entre códigos o lenguajes culturales; usar diferentes tonos de interacción, o realizar un cambio dialéctico para encajar con el grupo dominante de su círculo y facilitar su integración.

En la superficie parece una estrategia efectiva para conectar con la mayoría, pero Harden sostiene que en vez de facilitar la comunicación, provoca la invisibilización de los grupos diversos, forzando una conducta pública “unitalla” que perpetúa los rasgos culturales del grupo dominante.

Este patrón se vuelve más evidente con el uso de discursos como “Sé auténtico en el trabajo”.De acuerdo a Harden, esta instrucción social se les da con mucho más frecuencia a las personas cuyo conducta cultural se sale de la norma.

“La gente realmente no quiere que sea auténtica en el trabajo”.

Para la profesora de la Universidad de Seattle, el discurso que llama a las minorías a ser auténticas en los espacios académicos es solo una manera amable de hacer notar los aspectos personales que no encajan con la cultura dominante, y el racismo innato en las comunidades laborales que le da una lectura negativa a acciones que parecerían inocuas si vinieran de un miembro de la mayoría social.

“Cuando no me detenía a hablar con mis colegas porque solo tenía cinco minutos para correr a dar clase, me consideraban grosera o antisocial; cuando me veían interactuando con maestros y personal de color pensaban que era una radical del movimiento pro-negros, si me reía o expresaba alegría me catalogaban de ruidosa o ghetto”, señala Harden.

Esta interacción cargada hacia desmenuzar e interpretar negativamente la conducta de las minorías sociales conforma la base de la violencia sistémica que enfrentan diariamente en los espacios académicos y otros rubros laborales. Una forma sutil de lo que se conoce como gatekeeping, una práctica mal usada y reasignada en varias instancias para mantener los mecanismos de poder de la mayoría social y la exclusión de las minorías.

¿Cómo funciona la relación entre el gatekeeping y el síndrome del impostor?

Los Gatekeepers son miembros necesarios de cualquier comunidad basada en la obtención y validación del conocimiento; idealmente son personas que dominan determinado campo epistemológico, tienen gran aprecio de la comunidad y usan su experiencia para validar nuevos desarrollos, ideas e interacciones dentro de la comunidad que estudia ese rubro de conocimiento.

Pero, ¿qué pasa cuando confundimos la experiencia por autoconfianza y la seguridad que nos proyecta? Cuando estos validadores, ya sean falsos o auténticos, usan sus facultades para rechazar ideas, perspectivas o personas nuevas, en realidad, ¿no estarían ahogando voces que su campo de conocimiento necesita para diversificarse y crecer?

“A través de los años, he oído a colegas referirse a otros compañeros o candidatos que entrevistan como idiotas que no podrían programar su camino fuera de una bolsa de papel, he visto ojos en blanco de fastidio cuando los ingenieros novatos hacen preguntas, he escuchado comentarios negativos sobre graduados de bootcamps y programadores autodidactas”.

El aprendizaje y práctica de la programación es un rubro muy competitivo. Nick Scialli, ingeniero programador y colaborador frecuente de la revista Hackernoon, expone el núcleo de la toxicidad de la práctica del gatekeeping, cuando se usa no para salvaguardar los estándares de un campo de conocimiento o trabajo, sino para socavar a los que quieren desarrollarse en este.

Scialli sostiene que las prácticas que promueven la negatividad y la exclusión con base a qué tanto sabe la persona del tema, o el juicio sobre su habilidad de acuerdo a su edad, experiencia, género o algún otro atributo social, hacen imposible no comenzar a dudar de nosotros mismos y la pertenencia al espacio académico o profesional en el que nos desempeñamos. Esta es la raíz del síndrome del impostor.

¿Que es el síndrome del impostor y cómo afecta a las personas?

El síndrome del impostor se define como un patrón psicológico en el que el individuo duda de sus logros y sufre de un miedo internalizado constante de ser expuesto como fraude. Las causas por las que este cuadro se presenta son variadas y pueden ser internas, pero el problema se agrava con las prácticas sociales que facilitan la exclusión de personas que acaban de entrar a un campo de conocimiento o que pertenecen a una minoría social.

En el caso de aprendices y novatos, la combinación de ambos patrones puede provocar su salida del campo de trabajo o conocimiento que quieren dominar.

“No me sorprendería que al menos un ingeniero en potencia perdiera el entusiasmo por el rubro por una mala experiencia mientras solo trataba de buscar ayuda”.

Como explica Scialli, hay una diferencia entre aleccionar a los aspirantes y descorazonarlos. De la misma forma también la hay en implementar medidas para incluir a minorías y crear una falsa ilusión de integración al pensar que su conducta cultural debería ser similar a la nuestra.

La autenticidad así como la diversidad, son palabras populares de las cuales no todos entendemos completamente su concepto y no hemos podido incorporar a la tendencia social, como explica la Dra. Harden. Ser tú mismo en espacios académicos y laborales puede activar patrones de gatekeeping que provocarían una batalla social cuesta arriba, en el mejor de los casos, o el surgimiento o agravamiento del síndrome del impostor, en el peor.

“La batalla contra la fatiga racial es real, sé de primera mano que mostrar demasiada autenticidad puede dejar a la gente de color sin trabajo”.

La doctora Harder agrega que esta fatiga racial consecuente de la convocatoria de ser auténtica en el trabajo y el choque cultural posterior fue la razón por la que renunció a su trabajo. El cambio de código y la constante necesidad de defender sus conductas culturales para mantener a otros cómodos era un ejercicio de opresión que resultó extenuante para la profesora. Es aquí como la vigilancia y la validación de las ideas, conductas y personas en un campo de conocimiento deja de ser un recurso de control de calidad y se convierte en un mecanismo tanto de exclusión como de opresión social. ¿Cómo podemos comenzar a detectar y desmantelar el gatekeeping negativo, además de tratar la epidemia del síndrome del impostor? A través de la inteligencia emocional.

Una propuesta individual para un problema colectivo

A grandes rasgos, el gatekeeping es retroalimentación negativa externa y el síndrome del impostor es retroalimentación negativa interna. Para mitigar sus efectos y eventualmente eliminar estos patrones, necesitamos hacer uso de la inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es la habilidad de identificar y manejar las emociones propias y las de otros a través de la autoconciencia, autocontrol, motivación, empatía y comunicación social. ¿Cómo estas habilidades nos pueden ayudar a mantenernos constantes en nuestros objetivos académicos o laborales así como navegar el desbalance social sin perder el entusiasmo por nuestro campo de estudio o trabajo?

Ciertamente no ayudarían a desaparecer las actitudes de las personas que excluyen o demeritan arbitrariamente, ni elimina mágicamente las problemáticas individuales que alimentan un sentido de inseguridad y ansiedad; pero sí son una herramienta útil para interpretar, analizar y entender tanto el origen como las particularidades de las retroalimentaciones negativas que recibimos, en vez de solo lidiar con el impacto psicológico de las mismas.

La inteligencia emocional nos ayuda a descifrar una diferencia crucial con respecto a nuestro diálogo con nosotros mismos y la interacción con otros. La crítica constructiva y el autoanálisis no son lo mismo que la desacreditación y la autodepreciación; las dos primeras son recursos útiles para el crecimiento, las segundas son modos de exclusión e invisibilización.

Una persona emocionalmente inteligente es capaz de discernir cuando la retroalimentación que recibe de sí misma, o de otros, es útil y está enfocada a su crecimiento. Así es como es posible escuchar los mensajes que son útiles y mantener una distancia emocional saludable de los que no lo son.

Habiendo establecido su valor como recurso individual no podemos decir que la inteligencia emocional es la solución final para problemas sistémicos y engravados en los hilos de la tela social, como lo serían el sexismo, el racismo o el mal uso del gatekeeping.

Sin embargo, es un recurso invaluable para asimilar su origen y navegar ambientes en los que estas prácticas están presentes, de la misma forma, cuando las universidades y las empresas hacen un esfuerzo por hacerla parte de su cultura académica y de trabajo las incidencias de exclusión e invisibilización se reducen.

Conocerse a sí mismo, conocer a otros y saber comunicarse desde una perspectiva de apertura, flexibilidad y empatía, es el ejercicio más básico para integrar grupos diversos sin generar patrones nocivos como el cambio de código, el gatekeeping y el síndrome del impostor.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/codigo-social

Imagen: Vitabello en Pixabay

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Jesús, profesor por 600 euros al mes: «La universidad no se podría sostener sin nosotros, pero tenemos que comer

Por: Daniel Sánchez Caballero

Jesús Antonio Zamanillo trabaja unas 30 horas semanales dando clase en la Universidad de Burgos por menos de 600 euros. Lleva así 13 años, con contratos de un curso de duración. Cada verano tiene que renovarlo. Como él está uno de cada cinco docentes en la universidad, aquellos que trabajan bajo un contrato de profesor asociado. «Somos precarios, pero la universidad no se podría sostener sin nosotros».

Que las universidades tienen un problema con sus plantillas es algo que ni se discute. Los profesores que están en el peldaño más precario, los asociados como Zamanillo, están sosteniendo la docencia. Con excepciones en algunos departamentos o universidades, los campus ya no se entienden sin ellos.

Sin un grupo de docentes que son el 20% de todos los profesores y casi la mitad de los contratados, un colectivo ya más numeroso que el de funcionarios titulares, a los que se considera el corazón de la enseñanza e investigación universitaria. Un grupo de docentes sosteniendo la enseñanza a razón de entre 300 y 600 euros al mes, en función de que den tres o seis horas semanales de clase (más otras tantas de tutoría). Algunos tienen otros empleos, es la idea del asociado. Pero todos están instalados en la precariedad en la universidad.

Para poner el salario de un asociado en contexto, hay que añadir que las propias universidades –al menos la de Valencia– establecen que cada hora de clase equivale a cinco de trabajo para el profesor. Bienvenidos a lo que Ramón Caballero, del CSIF, llama la «uberización» de la universidad. A cinco euros la hora de trabajo.

El Gobierno al menos es consciente del problema. Incluso se ha mostrado dispuesto a abordarlo. En los últimos meses ha estado moviendo entre sindicatos y otros grupos interesados un documento con el objetivo último de elaborar un Estatuto del Personal Docente e Investigador que regule la carrera (acceso, permanencia, promoción) y ponga un poco de orden en la Universidad. El Gobierno llega a plantear en ese texto «regularizar» a todos estos profesores.

Pero también los profesores universitarios son víctimas de la parálisis política del país. «El secretario general de Universidades nos explicó que es imposible desarrollar esto vía Real Decreto porque afecta a la Ley Orgánica de Universidades (LOU)», cuenta Caballero, «y el objetivo es hacer una ley nueva». Pero sin Congreso está complicada la tarea.

El Ministerio se muestra críptico. «Mientras se está en funciones, se focaliza en realizar las gestiones ordinarias. Cuando se constituya el Gobierno se adoptarán las iniciativas pertinentes», explican fuentes del Ministerio de Ciencia y Universidades cuando se pregunta por el Estatuto del PDI.

Es una cuestión económica

La situación actual es consecuencia de años de asfixia económica a las universidades durante la crisis –llegaron a perder 1.500 millones de euros en financiación– y la prohibición del Gobierno de que repusieran a los profesores que se jubilaban o que sacaran nuevas plazas.

Así, durante la última década, los rectores optaron por casi la única vía que les quedaba para cumplir con las necesidades docentes: contratar profesores bajo la figura del asociado. El problema es que este tipo de contrato se pensó para profesionales externos, con otro trabajo, que acudieran a la universidad a enseñar su experiencia laboral unas pocas horas a la semana. Como era más una cuestión de prestigio que laboral, están poco remunerados: se suponía que no tenía que ser su modo de vida.

«Esto viene por una mala gestión de las universidades», opina Jesús Antonio Zamanillo, profesor asociado en la Universidad de Burgos durante 13 años y miembro de la Plataforma Estatal de Profesores Asociados. «Cayeron en la tentación de ir a lo barato, pero han generado un problema estructural intentando tratar con temporalidad una situación permanente. Se contrata como asociados. Y los profesores tienen que comer, aunque sea poco. ¿Es responsabilidad del precario que acepta el contrato porque no le queda otra o de quién lo ofrece?», se pregunta.

«Aquí hay un conflicto legal. A mí la Universidad de Burgos me renueva cada año el contrato. Ya les he dicho formalmente que están en fraude de ley porque yo realmente tengo un contrato indefinido en el tiempo», explica este profesor. «Afortunadamente, los tribunales están dando la razón a los asociados».

Efectivamente, ya hay varios casos registrados en los que la justicia ha tumbado el despido de profesores asociados por considerar que estaban realizando una actividad «permanente y estructural».

En el documento que ha distribuido en las «mesas de trabajo», como las llama el ministerio, el Gobierno reconoce el problema cuando explica que «el modelo de PDI universitario incorpora otras figuras complementarias que responden a necesidades específicas del sistema (profesor asociado, sustituto interino y visitante), que exclusivamente deben dedicarse a suplir esas necesidades específicas».

¿Regulación selectiva?

¿Qué soluciones propone? Regularizar estas figuras. «El Ministerio (…) colaborará a través de un programa específico con las universidades para que aquellas que lo consideren adecuado puedan establecer una acción de regularización del profesorado asociado con dedicación fundamentalmente académica», se lee en el documento.

«Con dedicación fundamentalmente académica» hace alusión a los conocidos como falsos asociados. Esos profesores que no cumplen la exigencia de ser profesionales de prestigio en su campo laboral y que además dan clase. Son –casi todos los nuevos profesores asociados responden a este perfil– personas que se hicieron autónomas para poder ser asociados porque las universidades no andan preguntando a nadie si tiene otro trabajo o no.

«No me gusta esta división, todos somos asociados y nos une la precariedad», explica Zamanillo, que aunque se encuentra entre los afortunados habla en representación de tantos que no lo son. «La única diferencia es que a unos nos explotan la vocación docente y a otros la necesidad». Con contratos que se renuevan cada año, nadie está a salvo de una no renovación, por muy por hechas que se den.

Este docente nunca se ha planteado dejarlo. «Aunque me sienta maltratado y malpagado, aunque yo mismo me deje explotar, el aula me apasiona, pocas cosas me gustan más», explica.

En el documento del Gobierno también se desliza la posibilidad de crear las figuras laborales (no funcionarias) del profesor titular e incluso del catedrático. «Las figuras laborales hoy en día son las inestables y precarias, extender esto hacia arriba [titulares y catedráticos son la punta de la pirámide laboral universitaria] nos parecería extender la uberización«, opina Caballero.

En Catalunya estas figuras ya existen en la ley autonómica. Y los que saben del tema no le ven justificación. «¿Cuál es la diferencia entre estas dos vías? ¿En qué se diferencian? No he conseguido que me lo explique nadie», se pregunta una profesora experta en personal universitario que prefiere que no se cite su nombre para no mezclar su opinión personal con la de la institución a la que representa.

En lo que coinciden todos los consultados es que, sea cual sea la solución, va a tener un importante componente económico. Y, recuerdan, fue precisamente la falta de dinero lo que provocó la situación, por lo que los asociados son escépticos. «Se está precarizando el empleo en la universidad pública exactamente igual que en el resto de los sectores», cierra Zamanillo.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/05/jesus-profesor-por-600-euros-al-mes-la-universidad-no-se-podria-sostener-sin-nosotros-pero-tenemos-que-comer/

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Colombia: El Comité Ejecutivo de Fecode en unidad invita a sumarse al Paro Nacional del 21 de noviembre

América del Sur/Colombia/17-11-2019/Autor(a): Comité Ejecutivo de Fecode/Fuente: www.youtube.com

El Comité Ejecutivo de Fecode en unidad invita a sumarse al Paro Nacional del 21 de noviembre, contra la reforma pensional, reformal laboral, el holding financiero, por la defensa del derecho a la vida y el cumplimiento de los acuerdos firmados entre Fecode y el Gobierno Nacional.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=qvfRaVvt4_I

Imagen: http://www.adebogota.org/index.php/actualidad/comunicados/6687-fecode-rechaza-atentado-y-cualquier-acto-de-violencia

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Nace el Foro de Educación de EL PAÍS

Por: EL PAÍS

El periódico invitará cada semana a los miembros de la comunidad educativa a ofrecer su opinión sobre un tema de debate y publicará una selección en la web.

¿Cuáles son las mayores urgencias de la educación? ¿Hacen falta más o menos horas de clase? ¿Hay que evaluar al profesor? ¿Nos está sirviendo la tecnología? ¿Funciona el sistema bilingüe…? Nace el Foro de Educación de EL PAÍS, un espacio en el que el periódico albergará un debate entre miembros de la comunidad educativa sobre preguntas como estas, sobre las carencias, retos y oportunidades del sistema de enseñanza. Cada lunes, el Foro de Educación planteará el debate e invitará a profesores, especialistas y miembros de la comunidad educativa en general a expresar sus puntos de vista y contar su experiencia a través de un buzón de correo electrónico específico. A lo largo de la semana, EL PAÍS destacará en su web una selección de las respuestas.

¿Eres miembro de la comunidad educativa? Te invitamos a participar en los debates semanales de este Foro con tu identidad, con tus ideas o experiencias y un texto de no más de 300 palabras.

Nace el Foro de Educación de EL PAÍS

Fuente e Imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/09/21/actualidad/1569085156_882659.html

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Argentina: Inauguraron «Infinito por Descubrir», un centro educativo tecnológico

América del Sur/Argentina/17-11-2019/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Por: Redacción Diario De Cuyo

El espacio cuenta con herramientas y laboratorios para entrenarse en áreas como Robótica, Diseño, Programación, Sonido, y Ambiente.

Infinito por Descubrir (IxD) es una es una iniciativa del Plan Aprender Conectados que lleva adelante Educar. Este centro educativo tiene como propuesta pedagógica generar un aprendizaje a través de la innovación, creación y recreación fuera de la escuela. Con tecnologías de última generación y laboratorios, las disciplinas que se abordan comprenden Robótica, Diseño, Programación, Sonido, Tecnología, Medioambiente, entre muchas otras.

Para esto se llevaron a cabo las obras refaccionando los antiguos talleres de las máquinas de ferrocarril de la línea General Belgrano de San Juan, ubicados en calle Las Heras esquina Alberdi. El costo fue de $71.051.284,44.

El acto de inauguración de las nuevas instalaciones de IxD se dio en el marco del Día de la Educación Técnica y Tecnológica y estuvo a cargo del gobernador Sergio Uñac y demás ministros y funcionarios.

El gobernador hizo una reseña histórica sobre el terremoto del ’44 y el ferrocarril para referirse a la recuperación del viejo galpón ferroviario devenido hoy en el nuevo edificio. “Estoy gratamente sorprendido porque a Anchipurac, al Parque de Tecnologías Ambientales se le suma este centro educativo. Los jóvenes necesitan una enseñanza distinta para realizar trabajos dinámicos, por eso incentivaremos lo que tiene que ver con la música, el arte, biotecnología y todo lo que se brinda desde IxD. Los sanjuaninos mostraremos este centro con mucho orgullo al turismo que visite nuestra provincia”, culminó el primer mandatario provincial.

Un modelo de educación tecnológica

La ejecución de los trabajos significó la recuperación, con fondos provinciales, del antiguo edificio y el equipamiento tecnológico y mobiliario que provee el programa nacional. La superficie refuncionalizada y reciclada fue de 699,30 m2, en tanto que la ampliada de 404,70 m2; totalizando 1104 m2 de intervención edilicia.

El edificio recuperado, tuvo una valorización de su estructura original, junto a una consolidación y cierre con nuevos materiales. Allí estará ubicado el acceso principal, aulas y talleres. En la superficie de ampliación se encuentra una galería que vincula lo existente con lo nuevo, circulaciones, sectores de sanitarios y apoyatura.

La obra cuenta con sistemas de aire acondicionado, servicios contra incendios e instalaciones especiales y básicas para su funcionamiento. La estructura de madera original del galpón se conservó y recicló.

Además, la estructura de techo y cierres verticales fueron recubiertos con chapa panel. Se colocaron carpinterías de aluminio integral, vidrios laminados y tabiques interiores tipo durlock. Los volúmenes exteriores de los sanitarios se revistieron con chapa tipo perforada y pintada símil oxido.

En pisos interiores del sector galerías y hall principal, se reutilizaron el granito y los adoquines de madera existentes; todo esto fue reciclado en los talleres. En los exteriores, el material utilizado fue hormigón impreso tipo Edfan.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Inauguraron-Infinito-por-Descubrir-un-centro-educativo-tecnologico-20191115-0049.html
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Una escuela ejemplar de Japón

Por: Carlos Ornelas

Hago una estadía de investigación en Japón. Soy profesor visitante en la Escuela de Posgrado en Desarrollo Internacional de Universidad de Nagoya. Uno de mis propósitos es observar lo más que pueda del sistema educativo japonés y sus reformas en este siglo. Éste es un lugar privilegiado para aprender.

La Escuela de Posgrado en Educación patrocina una escuela secundaria y preparatoria anexa. Ofrece los dos niveles bajo una misma estructura. Tiene lo básico del currículo general (que aquí denominan guía de estudios) y un margen de autonomía amplio que le permite experimentar con nuevos enfoques y prácticas.
La visité por primera vez el 30 de octubre.

Es una escuela pública de élite y, aunque sus padres pagan una cuota, es mucho más baja que la de escuelas privadas.
Sus estudiantes son beneficiarios de ciertas cualidades que son únicas. Por ejemplo, con frecuencia reciben conferencias de profesores de la Universidad, no sólo de la Escuela de Educación, sino también de otras facultades.

El director de la escuela no recibe salario por esta tarea, es profesor de la Universidad.
Se apoya en dos subdirectores, uno para cada nivel. Trabajan 39 maestros de tiempo completo.
La universidad le paga a un tercio, quienes son permanentes; la prefectura a un número igual y la ciudad al otro tercio.
Quienes vienen de la prefectura y la ciudad sólo están unos cuatro años. Su proyecto es aprender de las innovaciones y luego replicarlas en sus escuelas de origen o de destino.

Platiqué con el subdirector de la secundaria y tuve charlas breves con dos maestros.
Observé clases de inglés y de economía doméstica (ésta merece un artículo aparte) y divisé talleres y laboratorios. Equipamiento de primera calidad.

Lo más importante, sin embargo, no es la infraestructura —de primer mundo—, sino el trabajo de los docentes y su afán de tener al estudiante en el centro de sus atenciones. Si mi intuición es correcta, aquí se combinan de manera cabal las ideas de la escuela tradicional japonesa (disciplina, trabajo arduo y predominio de los intereses del grupo sobre los individuales) con una mayor autonomía personal y una formación del carácter.
El fin: formar personas desarrolladas a plenitud.

Las mil 50 horas de clase, distribuidas en 30 semanas, incluyen materias como japonés e inglés, estudios sociales, matemáticas y ciencias como parte del adiestramiento intelectual. Las de música, arte, educación moral y estudios generales del ser humano cubren el aspecto ético.
Educación física y para la salud, arropan el entrenamiento para una vida saludable.
Se aderezan con clases para el uso de la tecnología y ciencias del consumo (satisfacción de necesidades y deseos y austeridad personal).

El fin general se encuentra en el Seikatsu shūkan (hábitos para una existencia plena) mediante una educación intelectual (chi), moral (toku) y física (tai).
Estos son propósitos para toda la educación primaria y secundaria de Japón que en esta escuela practican de manera cotidiana.

Los maestros tienen un salón común, cada uno con su escritorio. No necesitan de consejos técnicos, conviven todos los días, platican de los alumnos, los métodos, problemas y soluciones.
Cada docente trabaja más de 50 horas a la semana porque además de sus clases apoyan y guían a los estudiantes en sus clubes, complementos indispensables para esa educación plena.

Una forma de evaluar el éxito de una escuela es por el porcentaje de sus alumnos que prosiguen al nivel superior inmediato.
Éste es un motivo de orgullo de esta escuela. Muy arriba del promedio nacional.

No he descubierto la utopía. Aun en escuelas de élite hay contrariedades, pero pienso que los maestros de la Escuela Secundaria y Preparatoria Afiliada a la Universidad de Nagoya encontraron la forma de lidiar con ellas.

El equipamiento y la cercanía con la universidad son únicos, difícil de alcanzar. Pero quizás valga la pena conocer más acerca de cómo ejercen la profesión docente los maestros japoneses.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/una-escuela-ejemplar-de-japon/

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Educadores exigen al Gobierno paraguayo reajuste salarial para 2020

América del sur/Paraguay/14 Noviembre 2019/Prensa Latina

Educadores paraguayos que se movilizan en todo el país para exigir un reajuste salarial del 16 por ciento para enero del 2020, marcharon hoy por las principales calles de esta capital.
La manifestación se realiza, explicaron sus organizadores, en ocasión del tratamiento del Presupuesto General de Gastos del 2020 en la Cámara de Diputados.

Las distintas asociaciones de docente locales se movilizaron hasta la Plaza de Armas, frente al Congreso Nacional, para exigir ese reajuste salarial.

El titular de la Federación de Educadores de Paraguay (FEP), Silvio Piris, manifestó que, según los reportes que tienen, hay un 90 por ciento de la convocatoria nacional en la calle.

Sostuvo que el aumento es innegociable a pesar de las intenciones del Gobierno que sea dependiendo de cómo esté la situación económica del país el próximo año, y expresó sus dudas en ese sentido.

‘No tenemos la bola de cristal para saber cómo estará la economía’, expresó el dirigente del sector educativo.

Docentes de Ciudad del Este se concentraron en la capital del Alto Paraná, según informaron fuentes de la organización educativa.

Se dijo, además, que miembros de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay-Sindicato Nacional (Otep-SN) también se concentraron en la rotonda de Curuguaty, departamento de Canindeyú.

En el sur del país dijeron las fuentes-, pese a las inclemencias del tiempo, los educadores se movilizaron en el cruce Santa María, Misiones.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=320682&SEO=educadores-exigen-al-gobierno-paraguayo-reajuste-salarial-para-2020
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