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Christina Dalcher: ‘VOZ’, el nuevo Gilead que pone un bozal de 100 palabras a las mujeres

Redacción: El Diario

La escritora y lingüista Christina Dalcher publica una distopía ambientada en una nación fundamentalista que controla las mujeres a través de un brazalete que cuenta sus palabras.

Aunque lo comparan con El cuento de la criada, la autora insiste en que su libro trata sobre el valor de un lenguaje que damos por sentado y qué pasaría si nos lo quitaran

Margaret Atwood escribió El cuento de la criada con una banda sonora de estallidos provocados por las fuerzas aéreas de la Alemania Oriental. Cada vez que visitaba los países del otro lado del Telón de Acero, tenía la sensación de convertirse en objeto de espionaje y le invadía la necesidad de mantener la boca cerrada. Era 1984. La autora canadiense se inspiró en el tablero político del Berlín que la acogió para crear Gilead y, en aquel momento, parecía imposible encontrar un escenario más apropiado.

Sin embargo, llegó 2016 y con él la elección del actual presidente de Estados Unidos. La república teocrática y feudal que trataba a las mujeres como vasijas sin derechos recuperó su vigencia treinta años después y un productor televisivo la convirtió en la serie de éxito que es actualmente.

Ha llegado un momento en el que no está muy claro qué inspira a quién. ¿Es Donald Trump el acicate de la adaptación de El cuento de la criada? A veces parece que son los propios políticos quienes toman ideas de estas ficciones aterradoras para lanzar según qué discursos. En el caso deVOZ (Roca Editorial), de Christina Dalcher, es una mezcla de ambas.

Portada de VOX

En medio del auge del populismo sexista de Trump, pero antes del despertar del Me Too y el renacer de la novela de Atwood, la escritora y lingüista empezó a crear una nación en la que a las mujeres solo se les permitiese pronunciar 100 palabras al día.

«Me gustó esta hipótesis porque es una opresión muy verosímil, solo tenemos que retrotraernos a los años 50 para encontrar esa cultura doméstica y del silencio en el seno del hogar», cuenta Dalcher a eldiario.es.

Aún así, entre una distopía feminista y un thriller sobre el lenguaje, a la escritora le gustaría quedarse con la segunda etiqueta. «Soy mujer y tengo una opinión sobre la igualdad. Pero lo primero de todo y lo que soy en esencia, es lingüista. Así que es un poco lo opuesto: hay feminismo en mi libro sobre lingüística», asegura. El amor de la autora por el lenguaje y la aterradora posibilidad de perderlo, es el verdadero motor del libro.

Lo cataliza a través de la figura de Jane, madre de cuatro hijos que se ve obligada a renunciar a su carrera como investigadora sobre la afasia o la pérdida del lenguaje. Dalcher se sitúa en el mismo extremo que Atwood para presentar un Estados Unidos controlado por una cúpula fundamentalista que confina a las mujeres en las casas y las controla a través de un brazalete que cuenta sus palabras. El bolígrafo y el papel son elementos prohibidos, y la lengua de signos es punible. No tienen más opción de comunicarse que dosificando ese centenar de vocablos.

«El número 100 es completamente arbitrario. Pero es que, como media, las personas hablamos 16.000 palabras al día (en inglés)», explica la autora. «Es como dar un vaso de agua a un hombre que acaba de cruzar el desierto. No sacia tu sed. 100 es casi más diabólico que no poder hablar en absoluto».

Además de la protagonista, hay dos hijos que plantean algunas cuestiones espinosas. La primera es Sonya, la pequeña de la familia, que con seis años crece privada de un derecho fundamental: la libre expresión. Dalcher se inspiró en el caso real de Genie, una niña salvaje que en 1973, a los 14 años, fue rescatada de una infancia de abusos y encierro en la que no pudo adquirir ninguna aptitud comunicativa.

«En mi mente, el verdadero horror viene de pensar en la próxima generación. ¿Qué pasará con estas niñas que no están aprendiendo el idioma a tiempo?». Un límite de 100 palabras para alguien que ya puede hablar «no le quita la facultad de idioma, ni le quita la capacidad de pensar, de racionalizar ni de procesar información», expresa. En cambio, «cuando las mujeres mayores mueran y queden las jóvenes, ¿que será de ellas aparte de convertirse en mascotas del poder?».

La escritora y lingüista Christina Dalcher
La escritora y lingüista Christina Dalcher

La otra figura controvertida toma forma en el hijo mayor, Steven, interceptado por los poderosos para convertirse en un esbirro de los fundamentalistas. Los defiende con vehemencia e incluso fantasea con la dictadura machista a la que piensa someter a su prometida con apenas 17 años. Dalcher, para este caso, se fijó en las juventudes que se siguen afiliando a formaciones con ideas extremistas y neonazis, aún más en la llamada «era de la desinformación».

Da igual cuántos libros alerten al respecto, porque «tú y yo leemos distopías como 1984Farenheit 451 o Brave New World. Pero, ¿crees que os chavales que ondean las banderas con esvásticas también las leen? En absoluto. Son movimientos difíciles de parar, a veces ni siquiera los vemos venir, por eso uno de los mensajes de Voz es que tenemos que seguir prestando atención y no bajar la guardia», dice como reflexión.

En relación al lenguaje como herramienta del feminismo para implantar un cambio en la sociedad, Christina Dalcher se muestra escéptica. «Mi especialidad no es la sociolinguistica, pero sin duda hay muchos estudios que analizan la relación entre el lenguaje, el poder y las relaciones de género entre hombres y mujeres. Sin embargo, creo que también hay muchos tipos de feministas», comienza. «En los últimos años las mujeres han expresado en alto lo que opinan, y eso es buenísimo, pero también es inevitable que otra persona, en otro lugar, te rebata. En eso consiste el lenguaje».

Por último, aunque se declara seguidora de Atwood y de su manuscrito original (no así de la serie), duda que Voz sea visto como una reinterpretación moderna de El cuento de la criada«Me encantaría que el lector se lleve algo de lo valioso que es el lenguaje y cómo lo damos por sentado. No hablo solo de la libertad de expresión o el derecho a salir y manifestarse. Me gustaría que los lectores reflexionen sobre cuánto dependemos de nuestra facultad del habla y qué nos pasaría si nos la quitaran».

Fuente: https://www.eldiario.es/cultura/libros/VOX-nuevo-Gilead-palabras-mujeres_0_865463688.html

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Venezuela define el futuro de toda la región

Por: Claudio Katz

La autoproclamación de Guaidó es la apuesta golpista más ridícula y peligrosa de los últimos años. Con el descarado sostén de Washington, la derecha pretende colocar a un desconocido en la primera magistratura.

Esta vez la señal de largada no fue un acto terrorista, ni otro intento de asesinato de Maduro. Trump puso al frente de la escalada a varios expertos en conspiraciones (Abrams, Pence, Bolton, Rubio) y decidió capturar la empresa venezolana que opera en Estados Unidos (CITGO). Sepultó todos los principios de la seguridad jurídica, para comenzar la apropiación del petróleo de un país que concentra la principal reserva mundial de crudo.

Los gobiernos derechistas de Sudamérica propician el golpe por otras razones. Duque pretende enterrar los Acuerdos de Paz con la guerrilla, luego de encabezar el desmantelamiento de UNASUR. Ya alberga en Colombia al contingente de marines requerido para acompañar cualquier provocación.

Bolsonaro continúa identificando a Venezuela con todas las desgracias del «populismo». Con esa retórica encubre su improvisado debut en la presidencia y pospone la inevitable decepción de sus votantes.

Macri es un cruzado de la primera hora, que compite con otros servidores del imperio. Por eso redobla los actos de sumisión, designando a una funcionaria de su propio equipo como embajadora de Guaidó. Exime a los inmigrantes venezolanos del hostigamiento a los extranjeros, para que no se hable de la inflación, el desempleo o las tarifas. Fractura además a la oposición, compartiendo la denigración de Venezuela con los líderes del peronismo federal (Urtubey, Massa, Pichetto).

Sin el sostén del mandante norteamericano, Duque, Bolsonaro y Macri son totalmente inefectivos. Su «Grupo de Lima» no logró siquiera boicotear la asunción de Maduro. A esa ceremonia concurrieron más delegaciones extranjeras que a la investidura del delirante capitán brasileño.

La atomizada derecha venezolana actúa bajo las faldas de un presidente de fantasía. Nunca pudo ganar la elección presidencial y fracasó en todos los intentos de impugnación de esos comicios. Aceptó sin chistar el veto yanqui a las negociaciones con el chavismo y periódicamente se desbarranca con brutales acciones de violencia. Por el momento actúa como simple marioneta del Departamento de Estado y ha quedado sujeta a los humores tuiteros de Trump.

La doble vara

Los golpistas caribeños han reaparecido como grandes estrellas de los medios de comunicación. Cuentan con la complicidad de los periodistas, que atribuyen a Maduro una variedad de pecados visibles en otras administraciones de la región. El simple registro de esa similitud tornaría injustificable el complot o exigiría el mismo cambio de régimen en numerosos países.

Se resalta especialmente el carácter ilegítimo del gobierno venezolano, como si hubiera surgido de un fraude electoral. Pero en realidad fue ungido con la participación del 67% de la población, es decir con un porcentual superior a los últimos comicios de Chile o Colombia. Esta baja concurrencia de electores no induce a ningún comunicador a proponer el derrocamiento de Piñera o Duque.

Es cierto que un sector de la oposición convocó a la abstención, pero otro participó y los resultados finales no fueron impugnados. Tampoco se presentaron evidencias de fraude, en un sistema electoral que ha sido elogiado por varios organismos (Carter) y figuras (Zapatero) internacionales. Con la misma modalidad de votación fueron electas en el 2015 las autoridades de la Asamblea Nacional que lidera la oposición. Compartiendo un mismo cimiento electoral, Maduro es objetado y Guaidó es reconocido.

En las últimas dos décadas el régimen chavista ha celebrado 24 elecciones, que incluyen una significativa modalidad de revocatoria presidencial. Ese derecho no rige en ningún otro país de la región. La participación de los votantes no es obligatoria, pero ha sido habitualmente superior al promedio latinoamericano. La oposición nunca reconoce las derrotas y siempre justifica los resultados adversos con denuncias de fraude.

Con su habitual duplicidad, los comunicadores que critican esos comicios consideran totalmente normales las elecciones brasileñas, que se desarrollaron con Lula en prisión. Impugnan el sistema judicial venezolano, enalteciendo al magistrado que persiguió al líder brasileño (Moro). Ni siquiera objetan el premio ministerial que le otorgó Bolsonaro.

Los medios también denuncian la detención de líderes opositores (Carmona, Ledesma, López), pero omiten precisar las causas de ese encierro. No fueron a prisión por emitir opiniones críticas, sino por incentivar golpes de estado o por su complicidad con las sangrientas guarimbas callejeras. Al chavismo se le exige una conducta tolerante que no impera en ningún rincón de Latinoamérica. Se supone que debería ser comprensivo con los intentos de magnicidio.

Los comunicadores tampoco mencionan la brutal violación de los derechos humanos que practican los gobiernos más enemistados con Venezuela. Desde la suscripción de los Acuerdos de Paz, los paramilitares colombianos (amparados por el oficialismo) han asesinado centenares de líderes sociales. En Argentina se multiplican los presos políticos y rige la impunidad para los responsables de los crímenes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. En Brasil aumentaron los atentados contra los cooperativistas del MST y se destaparon los vínculos de los asesinos de la luchadora Marielle Franco con el hijo de Bolsanaro.

El chavismo es también denunciado por imaginarias conexiones con el narcotráfico. Pero los acusadores ocultan el comprobado financiamiento que brinda esa mafia a la derecha de Colombia. Ningún organismo internacional penaliza tampoco a ese país por el continuado cultivo ilegal de drogas. Lo ocurrido en México es mucho más grave. Todo su territorio quedó desgarrado por una masacre de 200.000 muertos, sin que la OEA promoviera alguna intervención regional.

Ciertamente Venezuela padece una emigración masiva como consecuencia del drama económico que afronta. Pero en coyunturas semejantes, estos mismos desplazamientos se han verificado en otros países. La miseria siempre empuja a buscar refugio en algún vecindario.

Si esas desgracias constituyen «crisis humanitarias», la misma caracterización correspondería aplicar a las migraciones equivalentes. Pero nadie presenta en esos términos la terrible huida de las familias centroamericanas hacia el Norte. Ese tormento no incentiva ninguna recolección piadosa de socorros. Sólo induce a construir un terrible muro fronterizo. Durante la guerra interna que vivió Colombia se registraron también masivos traslados humanos, que tampoco suscitaron convocatorias a la intervención extranjera.

Los grandes medios siempre coronan sus coberturas de Venezuela con alguna imagen de violación de la libertad de prensa. Pero los trastornos que retratan son irrelevantes, en comparación al sistemático asesinato de periodistas que han padecido México y otros países centroamericanos. Los fabricantes de mentiras aplican la doble vara a su propia actividad.

Contradicciones bajo la superficie

Basta recordar lo ocurrido en Irak y Libia para notar la gravedad de la amenaza actual. El imperialismo puede provocar destrucciones inimaginables. Si consuma una intervención de gran porte, América Latina perderá el resguardo que mantuvo frente a las catástrofes bélicas de África o Medio Oriente.

La derecha descarta ese peligro y supone que obtendrá un rápido triunfo, sin ningún costo. Ya anuncia la retirada del chavismo, el aislamiento de Maduro y la próxima deserción de la cúpula militar. También remarca la cohesión de su propio campo y el respaldo internacional unánime a su causa. Pero esas fábulas no resisten el menor análisis.

El propio comando de Washington está afectado por severas disidencias, en el difícil contexto político-judicial que afronta Trump. Los fiascos de Medio Oriente han multiplicado las prevenciones frente a cualquier incursión externa. Los militares yanquis están desconcertados y fueron obligados a retirar sus tropas de Siria y Afganistán. Las propuestas de repetir la ocupación de Granada o Panamá han sido desechadas y se pospone el típico ultimátum que precedió el ataque contra Hussein o Gadafi. Por ahora el Pentágono sólo evalúa operaciones acotadas, que comenzarían con el burdo pretexto de ingresar ayuda humanitaria.

Tampoco los socios europeos están dispuestos a participar en aventuras bélicas. Intervienen en el complot contra Venezuela sin emitir amenazas contundentes. Hay divergencias en el mando occidental, que han impedido consensuar la aplicación de sanciones en la OEA y en la ONU, mientras persiste la neutralidad del Vaticano.

Los conspiradores han tomado nota también del creciente protagonismo de Rusia en el aprovisionamiento del ejército venezolano. Esa presencia puede complicar la jugada petrolera de Trump, si se confirma la tenencia de acciones rusas en CITGO. No se sabe, además, quién será el principal perjudicado por esa expropiación. Algunos expertos estiman que Estados Unidos logró autonomizar su provisión del combustible venezolano. Pero esas compras aún representan el 13% de las importaciones y su cancelación podría impactar sobre el precio de la energía.

Todas las dificultades que enfrentan los golpistas son rigurosamente ocultadas por los medios. Despliegan una cobertura triunfalista, silenciando la ausencia de logros significativos de la derecha en la primera quincena del complot. Mientras los sobornos, las amenazas y las promesas yanquis no erosionen a las fuerzas armadas, Guaidó seguirá ejerciendo un mandato fantasmal.

Batallas en dos frentes

Es cierto que la derecha recuperó capacidad de movilización, pero el chavismo ha respondido con manifestaciones igualmente masivas. En el pico de la crisis social el gobierno mantiene una llamativa capacidad de convocatoria. Todos saben que el gobierno no entregará el poder por la simple repetición de marchas callejeras. La indefinición actual puede resultar muy problemática para la oposición.

Sus líderes afrontarán nuevamente el dilema de retomar la violencia (que los aisló en el 2017) o aceptar un status quo (que los desgasta). Por ahora evitan la repetición de las guarimbas en los barrios ricos, mientras ensayan algunas provocaciones en las zonas populares.

También el gobierno aprendió de las confrontaciones anteriores y se maneja con cautela. Tolera las fotogénicas apariciones de Guaidó, apostando a su paulatina desmoralización. Pero el derrumbe de la economía crea serios interrogantes sobre el acompañamiento popular en la batalla contra la derecha. Toda la sociedad venezolana está desgarrada por un colapso mayúsculo del ingreso.

La contracción del producto registrada en el último quinquenio ya destruyó el 30% del PBI. Esa regresión tiene el mismo alcance que la Gran Depresión sufrida por Estados Unidos en 1929-1932. La debacle golpea a todos los sectores.

La estratégica extracción de petróleo se ha reducido a la mitad y el financiamiento monetario del déficit fiscal ha provocado la mayor hiperinflación del siglo XXI. El índice de precios saltó del 300% (2016), al 2.000% (2017) y actualmente promedia una cifra incuantificable.

Esa escala demuele el salario, recrea el trueque y provoca una aguda escasez de alimentos y medicinas. Los padecimientos cotidianos son terribles y la supervivencia depende de las redes oficiales de abastecimiento (CLAPS).

Los medios de comunicación presentan este desmoronamiento como una inexorable consecuencia del «populismo chavista». Pero omiten la responsabilidad directa de los artífices de la guerra económica. El cerco exterior y el sabotaje interno desplomaron la extracción de petróleo, achicaron las reservas internacionales y encarecieron las importaciones básicas. Los capitalistas extranjeros y locales han provocado ese desmoronamiento, para facilitar el advenimiento de un régimen político afín a sus negocios.

Esta indescriptible adversidad de la economía ha sido agravada por la improvisación, la impotencia y la complicidad del gobierno. Maduro ha tolerado pasivamente el derrumbe de la producción. Rechazó todas las propuestas del chavismo crítico para penalizar a los burócratas corruptos y a sus socios millonarios.

Estas iniciativas constituyen el punto de partida para frenar el desmoronamiento del nivel de actividad. Incluyen un control efectivo sobre los bancos para impedir la fuga de capital, cambios radicales en la asignación de divisas al sector privado, gravámenes progresivos al patrimonio, incentivos a la producción local de alimentos y numerosas medidas para involucrar a la población en el control de los precios.

Este programa requiere además un replanteo de la deuda, para lograr un anclaje de la moneda que permita contener la hiperinflación. Ningún «petro» o «bolívar soberano» podrá funcionar, mientras subsista el amparo oficial a la boliburguesía. Esa franja de privilegiados sobrefactura importaciones, transfiere fondos al exterior y se enriquece con la especulación cambiaria y el desabastecimiento. La derecha no sólo está embarcada en tumbar el chavismo. También opera al interior de un gobierno que no frena la demolición de la economía.

Compromiso o neutralismo

Frente al agravamiento del conflicto, muchas voces proponen generar nuevas condiciones para que los venezolanos puedan resolver democráticamente su futuro. La legitimidad de ese principio es indiscutible. Pero el gran problema radica en precisar cómo implementarlo, puesto que si triunfa el golpe esa aspiración quedará definitivamente enterrada. La vigencia de la soberanía del país y la defensa de los derechos populares requieren ante todo la derrota de los escuálidos.

El conflicto en curso ya perdió su condición de «asunto interno» de Venezuela. La confrontación desbordó ese punto de partida territorial y actualmente involucra a toda la región. Los dos principales fogoneros de la crisis tienen objetivos muy precisos. Estados Unidos pretende recuperar el dominio pleno de su patio trasero y las clases dominantes locales intentan sepultar todas las demandas populares, que emergieron durante la década pasada.

Si los golpistas logran derrocar al chavismo, avanzarán inmediatamente sobre Bolivia y Cuba, para extender el autoritarismo neoliberal a todo el continente. En Venezuela se disputa el freno o la extensión de esa oleada reaccionaria.

Esta disyuntiva ha sido correctamente percibida por los partidos, organizaciones e intelectuales que rechazan el golpe en forma categórica. Esa contundencia se verifica en su impulso de movilizaciones antiimperialistas. Las vacilaciones que se observaron durante las guarimbas del 2017 han decrecido significativamente. Los propósitos de la derecha están a la vista y son evidentes los daños irreparables que causaría un Bolsonaro en la presidencia de Venezuela.

El dramatismo de esa perspectiva no atempera ninguna de las objeciones al rumbo que ha seguido el gobierno chavista. Pero resulta indispensable situar esos cuestionamientos en un campo común de batalla contra los golpistas.

Esta lucha exige superar también las posturas de ambigua neutralidad que transmiten ciertos pronunciamientos. Esas declaraciones toman distancia de los protagonistas del conflicto situándolos en un mismo plano. Cuestionan con la misma vara a Maduro y a Guadió sugiriendo una ilegitimidad compartida. Critican simultáneamente el autoritarismo del régimen y las aventuras de la oposición. Objetan tanto la amenaza militar de Estados Unidos como la presencia geopolítica de Rusia.

¿Pero esa condena conjunta de Maduro y Guaidó supone el desconocimiento de ambos? ¿Implica la abstención frente a las marchas que convoca el gobierno y la oposición? ¿Entraña una indiscriminada condena de los marines y del ejército bolivariano?

Los neutralistas elogian la actitud de los gobiernos de México y Uruguay, que promueven la inmediata reanudación de las negociaciones entre ambas partes. Esa iniciativa abre un canal de conversaciones que Maduro ya aceptó y Guaidó rechaza.

Es evidente que la concreción de esas tratativas dependerá del desenlace de la lucha. La derecha no aceptará negociar mientras vislumbre alguna posibilidad de capturar el gobierno. Derrotar esa pretensión es la condición para recomponer las tratativas. Los resultados de esas conversaciones reflejarían, además, el balance de fuerzas. Derrotar a la derecha es la categórica prioridad del momento. En esa batalla se juega el destino de América Latina.

Fuente: https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a275505.html

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La huelga de los docentes de Los Ángeles por la educación pública

Por: Ben Fredericks/ Diario La Izquierda

Este artículo fue publicado originalmente en el sitio Left Voice

El pasado lunes, primer día de la huelga docente llamada por la UTLA (Docentes Unidos de Los Ángeles) caía una espesa lluvia sobre los coloridos paraguas y ponchos de la clase obrera californiana. Decenas de miles de docentes, enfermeras y consejeros, padres, alumnos y miembros de la comunidad marcharon desde la sede del gobierno de la ciudad hasta las oficinas del sindicato. En realidad, muchos no lograron llegar ya que las calles estaban atestadas de gente que expresaba su solidaridad por el Red-For-Ed(«Rojos por la Educación», la consigna que se usó en la ola de huelgas docentes del año pasado en estados gobernados por el Partido Republicano, cuyo color es el rojo). Fue un largo día para los huelguistas: empezó a las 5 de la mañana con cortes de calles y piquetes, a las 10:30 la masiva marcha y de vuelta a los piquetes hasta las 4 de la tarde. En toda la ciudad se escucharon los cánticos de “U-T-L-A “.

Más de 31.000 docentes han vuelto a utilizar la huelga como arma contra las patronales, algo que no ha sucedido en Los Ángeles desde 1989 y, antes de eso, en 1970, en un hecho que fue fundacional para el sindicato UTLA. La resistencia de los trabajadores de la educación, largamente pospuesta, constituye una muy importante y bienvenida dosis de lucha de clases a lo que, por lo demás, ha sido una guerra de clase unilateral contra los trabajadores. Que más de 50.000 personas entre huelguistas y simpatizantes se hayan enfrentado a la lluvia y el frío demuestra la determinación de los docentes de Los Ángeles.

La lucha por mejores condiciones de enseñanza se ganó el apoyo de la mayoría de los padres y alumnos. Muchos sindicatos también expresaron su solidaridad, incluso uniéndose a los piquetes en una de las mejores tradiciones obreras. La seccional local del sindicato de camioneros (Teamsters) llamó a sus miembros a “participar de los piquetes… hacer que se sepa que estamos con los maestros”. A ellos se sumaron trabajadores del transporte, de los puertos y otros.

Algunos elementos dentro del movimiento obrero encontraron excusas para cruzar los piquetes que bloqueaban el acceso a varios establecimientos y así debilitar la huelga. La dirigencia del sindicato SEIU (Unión Internacional de Empleados de Servicios) que agrupa a personal de los comedores escolares y conductores de buses, vergonzosamente comunicó a sus miembros que se presentaran a trabajar a menos que el 80% de los docentes de cada colegio votara a favor de los bloqueos. Estos supuestos líderes prefieren traicionar a los trabajadores de la educación que arriesgarse a romper una ley o perder un día de sueldo. Los elementos más conscientes del SEIU se han organizado junto a sus compañeros en huelgas de solidaridad con los docentes por lo menos en 10 establecimientos.

Luchando por la educación y la Igualdad

Las huelgas de este lunes son parte de toda una rebelión que lucha por educación pública y de calidad, iniciada el año pasado por docentes de West Virginia, Oklahoma, Colorado, Arizona y Kentucky. En Los Ángeles, la lucha se centró en demandas que tienen impacto directo en la vida de los estudiantes, la mayoría de los cuales son latinos, de clase trabajadora. Exigen menor cantidad de alumnos por clase, más personal de enfermería y orientadores, y restricciones a la expansión de las escuelas charter(escuelas privadas subsidiadas por el estado, NdT). La UTLA también exige un aumento de sueldo del 6,5% inmediato cuando el distrito escolar de Los Ángeles ofrece 6% repartido en 2 años. Los maestros apuntan a un fondo de reserva de dos mil millones de dólares para financiar los recursos y el personal que se necesitan urgentemente.

A pesar de ser la quinta economía más grande del mundo y que las compañías que tienen sede en California generan ganancias siderales, el estado tiene las aulas de clase más sobrepobladas del país. El estado gasta alrededor de $70 mil dólares por año por cada persona encarcelada en el gigante sistema penitenciario californiano pero Los Ángeles se encuentra entre las ciudades con menor gasto por alumno del país. Los colegios charter tienen más presencia en el gran Los Ángeles que en cualquier otro lugar del país. Esto ilustra la tendencia general: los distritos escolares en zonas de bajos ingresos, con mayoría de estudiantes afroamericanos, son sistemáticamente desfinanciados.

El Partido Demócrata: una vez más atacando la educación pública

Como muchos han observado, una diferencia clave entre la huelga de la UTLA y laprimavera docente que floreció el año pasado es el “escenario” de gobierno local y estatal al que se enfrentan. Las luchas del año pasado ocurrieron en estados profundamente Republicanos. En West Virginia, por ejemplo, muchos demócratas salieron en defensa de los maestros que luchaban contra sus rivales republicanos en el gobierno. Pero en Los Ángeles, Oakland, Chicago y New York, entre otros, no son los republicanos los que presionan por la privatización del sistema educativo sino el gobierno demócrata.

Al igual que los docentes que en 2012 se enfrentaron al gobernador demócrata Rahm Emanuel, en Los Ángeles se ven las caras con otro funcionario del partido azul. Austin Beutner, un multimillonario que no tiene nada que hacer dirigiendo los colegios de la ciudad, fue nombrado por la Junta Educativa que controlan los demócratas. El alcalde Eric Garcetti y el Gobernador Gavin Newsom pertenecen al mismo partido.

Los Ángeles, Oakland, Matamoros: la misma lucha

Mientras la huelga en Los Ángeles entra en su tercer día, los ecos del malestar laboral llegaron hasta la ciudad de Oakland, California, donde los docentes enfrentan problemas similares y podrían ir a la huelga muy pronto. Entre tanto, cientos de trabajadores de maquiladoras llevan 4 días de huelga en el estado de Matamoros, en México, exigiendo salarios impagos y, en algunos casos, nuevos sindicatos, afectando más de 40 empresas. La solidaridad que anima los piquetes de la UTLA se debe extender a nuestros hermanos y hermanas trabajadoras no solo en California sino internacionalmente.

*Fuente: http://www.laizquierdadiario.com.ve/La-huelga-de-los-docentes-de-Los-Angeles-por-la-educacion-publica

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«Las personas de la caravana migrante están huyendo de la miseria y los horrores creados por Estados Unidos»

Por: Noam Chomsky/Rebelión

Mientras el presidente Trump aumenta los ataques verbales y las amenazas contra las caravanas de migrantes provenientes de América Central que se dirigen hacia la frontera entre México y Estados Unidos, el jueves su Gobierno dio a conocer nuevas sanciones contra Venezuela y Cuba. John Bolton, asesor en temas de seguridad nacional, declaró que Venezuela, Cuba y Nicaragua son parte de una “troika de la tiranía” y un “triángulo del terror”. Para saber más de este tema, hablamos con Noam Chomsky. Chomsky, lingüista, docente y disidente político de renombre mundial, habla de la política exterior estadounidense en América Central. Chomsky se comunica con nosotros desde Tucson, Arizona, donde actualmente da clases en la Universidad de Arizona. Además es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde ha enseñado durante más de cincuenta años.

Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN : Estos son algunos de los titulares de hoy. Esto es Democracy Now! Democracynow.org, el Informativo de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman.

AMY GOODMAN : Mientras el presidente Trump intensifica sus ataques y amenazas contra la caravana de migrantes centroamericanos que se dirige hacia la frontera sur de Estados Unidos, el Gobierno de Trump anunció el jueves nuevas sanciones contra Venezuela y Cuba. El asesor de Seguridad Nacional John Bolton declaró que Venezuela, Cuba y Nicaragua formaban una “troika de tiranía” y un “triángulo de terror”. Bolton hizo estas declaraciones en Miami, Florida.

JOHN BOLTON : Ya no apaciguaremos a los dictadores y déspotas que están cerca de nuestras costas. No recompensaremos a pelotones de fusilamiento, torturadores y asesinos. Defenderemos la independencia y la libertad de nuestros países vecinos. Y este presidente, y todos los miembros de su Gobierno, apoyaremos a quienes luchan por la libertad. La troika de la tiranía en este hemisferio —Cuba, Venezuela y Nicaragua— finalmente ha encontrado un rival a su altura.

AMY GOODMAN : Mientras John Bolton hacía estas declaraciones en Miami el jueves, Nermeen Shaikh y yo hablamos con el renombrado profesor, lingüista y disidente Noam Chomsky. Quien conversó con nosotras desde Tucson, Arizona, lugar donde se desempeña como profesor en la Universidad de Arizona. Noam Chomsky es también profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde ha impartido clases durante más de 50 años. Sus libros recientes incluyen “Pocos Prósperos, Muchos Descontentos” “¿Quién Domina el Mundo?” y “Réquiem por el Sueño Americano: los 10 principios de la concentración de la riqueza y el poder”. Comencé preguntándole al profesor Chomsky su opinión sobre los comentarios del asesor de Seguridad Nacional John Bolton sobre América Latina.

NOAM CHOMSKY : Estas declaraciones inmediatamente me recuerdan el discurso del “eje del mal” de George Bush en 2002, el cual sentó las bases para la invasión de Irak, el peor crimen de este siglo, con horrendas consecuencias para ese país, y que generó conflictos étnicos que están destrozando a la región. Una enorme atrocidad. John Bolton estuvo detrás de eso. Y respecto a su nueva troika, dudo que Estados Unidos se atreva a hacer algo similar, pero eso es lo que me viene a la mente al escucharlo.

Es interesante ver que este delirio histérico surge al mismo tiempo que otra insólita campaña de propaganda que está siendo llevada a cabo por Bolton y sus colegas, en relación a la caravana de personas pobres y vulnerables que huyen de la opresión severa, la violencia, el terror y la pobreza extrema que se vive en tres países: Honduras —principalmente Honduras—, en segundo lugar, Guatemala, y en tercer lugar, El Salvador —no Nicaragua, por cierto— y esos tres países han estado bajo el riguroso dominio de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, pero particularmente, desde la década de 1980, cuando las guerras contra el terrorismo de Reagan devastaron particularmente El Salvador y Guatemala, y de forma secundaria, Honduras. Nicaragua fue atacada por Reagan, pero Nicaragua era el único país que tenía un ejército para defender a su población. En los otros países, el ejército eran los terroristas de Estado, que estaban respaldados por Estados Unidos.

En este momento, la mayor cantidad de migrantes proviene de Honduras. ¿Por qué Honduras? Siempre fue un país terriblemente oprimido. Pero en 2009 Honduras tenía un presidente moderadamente reformista, Manuel Zelaya. La poderosa y rica élite hondureña no podía tolerar eso. Se produjo un golpe de Estado militar que lo expulsó del país. Esto fue duramente condenado en todo el hemisferio, con una notable excepción: Estados Unidos. El Gobierno de Obama se negó a llamarlo un golpe militar, porque si lo hubieran hecho, habrían sido obligados por ley a retirarle los fondos militares al régimen militar, el cual estaba imponiendo un brutal régimen de terror. Honduras se convirtió en la capital mundial del asesinato. Entonces se llevaron a cabo unas elecciones fraudulentas, bajo el control de la junta militar, algo que también fue condenado severamente en todo el hemisferio, y en la mayor parte del mundo, excepto en Estados Unidos. El Gobierno de Obama elogió a Honduras por llevar a cabo unas elecciones que impulsaba al país hacia la democracia, y todo eso. Hoy en día la gente huye de la miseria y los horrores, de los cuales somos absolutamente responsables.

Lo que esta ocurriendo es una increíble farsa que el mundo está mirando con total asombro: Gente pobre y vulnerable, familias, madres, niños y niñas, huyendo del terror y la represión, del cual somos absolutamente responsables, y en respuesta a eso Estados Unidos está enviando miles de soldados a la frontera. Las tropas enviadas a la frontera superan en número a los niños y niñas que huyen. Y a esto hay que añadir la notable campaña de relaciones públicas que se esta realizando, que esta llevando a gran parte del país a creer que estamos al borde de ser invadidos por, ya sabe, terroristas de Medio Oriente financiados por George Soros, y todo ese tipo de cosas.

Esto me recuerda de algún modo a lo que sucedió hace 30 años, en 1985. Usted quizás también lo recuerda. Ronald Reagan, calzando sus botas de vaquero, declaró por televisión estado de emergencia nacional porque el ejército nicaragüense estaba a dos días de distancia de Harlingen, Texas, camino a atacarnos y destruirnos. Y funcionó.

Este espectáculo es casi indescriptible. Además de hacer notar de donde vienen, países en los que hemos estado profundamente implicados en su destrucción… la capacidad que hemos tenido para llevar esto a cabo en repetidas ocasiones, es una nota aparte bastante sorprendente que forma parte de la cultura popular.

Pero la troika, al igual que el “eje del mal”, son aquellos países que simplemente no han obedecido las órdenes de Estados Unidos. Colombia, por ejemplo, que ha tenido el peor historial de violaciones a los derechos humanos en el hemisferio durante años, no forma parte de la «troika de la tiranía».

Todo esto suena muy familiar. Ha sido durante años un elemento del sistema de propaganda de Estados Unidos, en la mayoría de los casos de la extrema derecha, pero no solo de ellos, esto ha estado sucediendo desde hace mucho tiempo, es una especie de rasgo patológico de una cultura política dominante que debería ser comprendido, analizado y desmantelado.

AMY GOODMAN: Noam Chomsky, profesor y lingüista de renombre mundial. Cuando volvamos, compartirá sus reflexiones sobre la masacre en la sinagoga de Pittsburgh. Esto es Democracy Now! Quédese con nosotros.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=249689

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Inmigrantes centroamericanos a EEUU: una tragedia humana de personas que sufren

Por: Gilberto Lopes/Rebelión

La caravana partió el sábado de San Pedro Sula. Iban por lo menos 300. Hombres, mujeres, niños. Centenares, a pie. Pretenden llegar a los Estados Unidos. “No nos vamos porque queremos, nos expulsan la violencia y la pobreza», es el lema que los anima.

Creen que se les irán sumando muchos otros, en el camino. Pero es difícil imaginar que esa abigarrada multitud pueda cruzar México y llegar a pie a los Estados Unidos. La marcha se inició a menos de una semana de que, en la segunda “Conferencia para la Prosperidad y la Seguridad en América Central”, celebrada el 11 y 12 de octubre en Washington, el vicepresidente de ese país, Michael Pence, le advirtiera a los gobernantes de Guatemala, El Salvador y Honduras, para que tomasen medidas y evitaran que continuase la inmigración ilegal hacia el norte.

Millones de inmigrantes

Fuentes hondureñas estiman que más de un millón de sus conciudadanos viven en Estados Unidos. Según la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) esa cifra es de casi 600 mil, de los cuales 350 mil son inmigrantes no autorizados y 61 mil disfrutan del Estatus de Protección Temporal.

Los salvadoreños en Estados Unidos serían poco más de 1,3 millones, de los cuales cerca de 700 mil son inmigrantes no autorizados y otros 204 mil están acogidos al estatus de protección temporal. Finalmente, la OIM estima en cerca de 927 mil los guatemaltecos viviendo en Estados Unidos, de los cuales 525 mil serían inmigrantes no autorizados.

Los datos de la OIM son bastante más reducidas si comparadas con otras fuentes. No es difícil encontrar, por ejemplo, las que estiman en más de 2,5 millones solo los salvadoreños que viven en Estados Unidos. A los que no tiene su situación migratoria legalizada les preocupa especialmente la decisión del presidente Donald Trump de poner fin a ese Estatuto de Protección Temporal, bloqueada temporalmente por un juez federal.

La administración norteamericana, en todo caso, ha venido aplicando la medida de mantener en centros de detención especiales a los niños menores, separados de sus padres inmigrantes, y que podrían ser dados en adopción caso esos padres fueran deportados.

Para tenerse una idea de lo que representan desde un punto de vista económico esa migración, tenemos que las remesas enviadas a sus países de origen equivalen a casi el total de sus exportaciones. En el caso de Honduras son la primera fuente de divisas y, el año pasado, llegaron a 4.355 millones de dólares. En El Salvador alcanzaron, en el mismo período, 5.021 millones de dólares, según el Banco Central salvadoreño, casi 10% más que el año anterior. Cifra que, en Guatemala, fue de casi 8,2 mil millones de dólares en 2017.

Regañados

La reunión de Washington, atendida por Pence, por el Secretario de Estado, Mike Pompeo, y por la encargada de la oficina de Seguridad Interior, Kirstjen M. Nielsen, fue la segunda promovida por el gobierno de Estados Unidos (con la copresidencia de México) y los países del Triángulo del Norte de Centroamérica. La primera fue celebrada el año pasado en Miami.

En el primer día, dedicado a la “Prosperidad”, los participantes analizaron medidas para promover proyecto de desarrollo económico, infraestructura y energía. El segundo día estuvo dedicado a temas de “Seguridad”, principalmente la inmigración centroamericana, que preocupa tanto a Washington, y a las amenazas del crimen organizado.

“El vicepresidente busca fortalecer nuestra seguridad nacional al abordar temas claves como la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y promover la prosperidad de América Central”, señaló un comunicado oficial de la Casa Blanca.

Enfrentados a la amenaza de que el presidente Donald Trump pueda cortar la ayuda a sus países, los gobernantes de las tres naciones centroamericanas participantes han sido cuidadosos al criticar la ”controversial política migratoria” del mandatario, estimaron periodistas al comentar el encuentro.

En realidad, esa ayuda es poco significativa, alcanzando 140 millones de dólares para Guatemala, 95 millones para Honduras y 72 millones para El Salvador.

Pence afirmó que más de la mitad de los inmigrantes indocumentados que ingresaron por la frontera con México, detenidos en Estados Unidos, previenen de los tres países.

En junio pasado, en una visita a Guatemala, Pence ya había advertido a los países centroamericanos, insistiendo en que debían tomar medidas para fortalecer el control de sus fronteras y evitar esa inmigración. Calificada de criminal por la administración norteamericana, Trump hizo de la construcción de un muro fronterizo con México un tema central de su campaña.

El vicepresidente insistió en que los gobernantes centroamericanos le digan a sus ciudadanos que no deberían tratar de entrar ilegalmente a los Estados Unidos; que si no lo podían entrar legalmente, que mejor no vinieran, poque se iban a enfrentar a situaciones difíciles.

Rachel Rosenberg, investigadora asociada del Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA), destacó la exigencia de Pence para que los gobiernos centroamericanos hicieran más para contener esa inmigración. “Los temas estructurales que promueven la masiva inmigración centroamericana parece ser un tema polémico para la administración Trump”, agregó.

Presionado por Pence, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, reelegido en dudosas elecciones, con el apoyo de los Estados Unidos, reclamó que necesitaba una respuesta a la situación de los niños hondureños detenidos y separados de sus padres. “Yo no puedo volver a Honduras sin una respuesta” a este problema, se lamentó Hernández. “Imagínese si un niño de su país se encontrara en esa situación. Ud. podría entender el rechazo que esto provoca en mi país, la enorme presión que enfrento, es un asunto de humanidad”, dijo el presidente hondureño, dirigiéndose a Kirstjen Nielsen.

En todo caso, para Washington, como reiteró Pence, el tema es considerado como una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos.

Consecuencias fatales

La política de cerrar las puertas a la inmigración centroamericana adoptada por la administración Trump tendrá “consecuencias fatales para toda la región”, estimó Joaquín Villalobos, un exguerrillero salvadoreño que ahora sirve de asesor a gobiernos e instituciones conservadoras. “El presidente Trump ha planteado construir un muro que cerraría la válvula de escape a la presión demográfica de la región, al mismo tiempo ha anunciado deportaciones masivas, impuestos a las remesas y erradicación de las ‘maras’ en Estados Unidos expulsando a sus miembros a Centroamérica”, afirmó Villalobos.

El exguerrillero recordó que en los últimos doce años ha habido casi 190 mil homicidios en Guatemala, Honduras y El Salvador, cifra que compara con los 220 mil muertos en los 50 años de guerra civil en Colombia.

Esto coloca la región como “la más violenta del planeta”, y recuerda que “la deportación sistemática de delincuentes fue lo que llevó a las pandillas de Los Ángeles a Centroamérica. Una vez allí éstas se multiplicaron por la pobreza y se volvieron más violentas por la incapacidad de los gobiernos para detener su avance. Ahora son un poder fáctico que controla territorios y somete población”.

Villalobos estima que la decisión de la administración Trump de poner impuestos las remesas, de cerrar la puerta a los inmigrantes, de deportar a centenares de miles de trabajadores y enviar a miles de pandilleros de vuelta a países terminaría por conformar “una tormenta perfecta” en Centroamérica.

China

Pese a la especial atención dedicada al tema, Pence no estaba interesado solo en el problema migratorio. La reunión sirvió también para reiterar las políticas de aislamiento para tratar de derrocar el gobierno de Venezuela y advertir contra la tentación de establecer relaciones comerciales más cercanas a China.

«Le dije a cada nación representada aquí que, cuando vayan a establecer relaciones comerciales con otras naciones, incluida China, piensen en sus intereses a largo plazo y en los nuestros», afirmó Pence. «Cuando China trata de ampliar su influencia en la región, la mejor manera de enfrentar esos problemas es fortaleciendo los lazos entre Estados Unidos y los países del Triángulo del Norte y de todo el hemisferio», agregó.

El Salvador rompió sus relaciones con Taiwán en agosto pasado para establecerlas con China, pero Centroamérica sigue siendo el principal bloque de naciones –integrado por Guatemala, Honduras, Nicaragua y Belice– que aún mantiene relaciones con Taiwán.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=247959

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Estados Unidos: Trump deja a escolares palestinos sin aulas

Redacción: Juventud Rebelde

Un soberbio gesto de Donald Trump borró de un plumazo los fondos anuales comprometidos por Estados Unidos para las escuelas administradas por Naciones Unidas para los hijos de los refugiados en varios países árabes y los territorios ocupados por Israel.

Unos 750 000 niñas y niños palestinos no podrán asistir a clases en el curso escolar que está a punto de comenzar en septiembre.

Un soberbio gesto de Donald Trump  borró de un plumazo los fondos anuales comprometidos por Estados Unidos para las escuelas administradas por Naciones Unidas para los hijos de los refugiados en varios países árabes y los territorios ocupados por Israel.

Ellos son los descendientes de los 700 000 palestinos expulsados de sus tierras, víctimas del terror y la limpieza étnica desatada por los líderes sionistas tras la proclamación del Estado de Israel en 1948.

Obligados al exilio en Jordania, Líbano y Siria o en los territorios que debían ser parte de su propio Estado, como Jerusalén Oriental y Cisjordania, sobreviven bajo un régimen de ocupación militar y apartheid político, y en Gaza, sitiada por aire, mar y tierra, sujetos a los arbitrios y desafueros del Gobierno israelí.

La UNRWA, sigla por su nombre en inglés de la Agencia de Naciones Unidas que atiende a los refugiados descendientes de las familias desterradas tras el nacimiento de Israel hace 70 años, aún no sabe si los menores en edad escolar podrán acudir a las aulas.

«En el momento presente, no estamos en condiciones de garantizar en nuestras 700 escuelas el comienzo de las clases a finales de mes, y no solo para los 270 000 estudiantes de Gaza, sino para los más de 500 000 que acuden a nuestros centros en toda la región», dijo hace dos semanas Chris Gunnes, portavoz en Jerusalén del organismo de la ONU.

Hasta ese momento la UNRWA intentaba reponerse del golpe asestado por el Gobierno de Trump, tras congelar en enero pasado una sexta parte de la aportación de Estados Unidos a ese organismo de la ONU.

Por su poderío económico y la responsabilidad asumida como potencia mundial para resolver un conflicto en el que es juez y parte, debido a su alianza estratégica con Israel, Washington figuró —hasta la llegada de Trump a la Casa Blanca— como primer contribuyente de la agencia para los refugiados palestinos, con 360 millones de dólares anuales, equivalente a una tercera parte de su presupuesto anual.

Ahora no hay dinero para pagar a los 22 000 maestros que imparten clases en las escuelas de la Agencia.

Según advirtió Gunnes, el gesto de Trump «ha generado no solo una crisis financiera, sino una crisis existencial».

Están en juego la vida de otras decenas de miles de empleados de UNRWA y el futuro de la nueva generación palestina.

El zarpazo de enero pareció un castigo al enérgico rechazo de la población palestina al traslado de la embajada norteamericana a Jerusalén, que de hecho, reconoció como capital de Israel.

La Casa Blanca anunció el viernes último que decidió recortar más de 200 millones de dólares en ayuda a los palestinos y también redujo sus fondos para el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.

A principios de este mes, Foreign Policy informó que Jared Kushner, el asesor principal y yerno del presidente estadounidense Donald Trump, ha estado presionando para que se elimine el estatuto de refugiado de millones de palestinos como parte de un aparente esfuerzo por cerrar la UNRWA.

La medida del viernes fue resultado, según el Departamento de Estado, de una revisión de la asistencia estadounidense a la Autoridad Palestina, ordenada por Trump en enero.

Los fondos suprimidos estaban dirigidos a programas de salud y educación, así como para el funcionamiento del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Washington tenía previsto desembolsar 251 millones de dólares durante el año presupuestario actual, que finaliza el 30 de septiembre, pero en realidad ha gastado menos de la mitad.

A los ojos de la población palestina, Trump pretende doblegar su voluntad de lograr un Estado propio independiente, que garantice sus más elementales derechos, como la educación de sus hijos.

Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2018-08-28/trump-deja-a-escolares-palestinos-sin-aulas
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