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Asociación Dominicana de Profesores pide a autoridades educativas no enviar a los directores de centros a entregar alimentos a las escuelas sin proveer las condiciones, ni para ellos ni para los padres

Internacional de la educación/ 06-04-2020

Solicitud de la ADP al MINERD

La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), afiliada a la Internacional de la Educación América Latina (IEAL), reclamó del Ministerio de Educación (MINERD) dejar en manos del Plan Social, la entrega de la alimentación escolar en este periodo de emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19.

Xiomara Guante, Presidenta de la organización magisterial, informó que le remitió al Ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, el consolidado de una muestra del levantamiento realizado por la ADP, sobre el desarrollo de los días lunes martes y miércoles de la semana pasada, en donde se muestran las debilidades del proceso, en el incumplimiento del protocolo de prevención del COVID-19.

Señaló que ante esta etapa delicada de la propagación del virus, lo que amerita tomar las previsiones que permitan preservar la vida del personal de educación y de las familias, “hemos sugerido al MINERD, que los directores entreguen al plan social de la Presidencia la lista de los padres de los alumnos con sus direcciones, para que sea esa dependencia estatal quien se encargue de la distribución” declaró.

Guante afirmó que por su experiencia es este organismo el que cuenta con la infraestructura adecuada para encaminar el proceso de llevar los kits a las casas de las familias beneficiadas, y evitar que los padres tengan que salir a las calles, concentrarse en las escuelas, sin protección alguna, lo que resulta contrario a la estrategia de aislamiento social que se ha promovido como única forma de controlar la propagación del virus.

Afirmó que en un porcentaje elevado de los lugares de la muestra levantada, decenas de personas se aglomeraron frente a los centros, desprotegidos completamente, así como el personal que laboró, no recibió los instrumentos de protección, por lo que, los directores se vieron en la necesidad de comprarlos y “para esta semana que inicia hoy (30 de marzo), los equipos de gestión de los centros educativos no tienen donde abastecerse de los insumos que se necesitan para esta tarea, porque es bien sabido que se agotaron, por lo que, el pánico y la incertidumbre se apodera de quienes tienen la responsabilidad de organizar ese reparto”.

Así mismo, la maestra Guante, denunció que la semana pasada en algunas escuelas se generaron protestas de los padres por su inconformidad con los kits que estaban entregando, “hubo centros en los que solo recibieron unos panes o galletas, no el aporte prometido por el INABIE” apuntó.

“No hemos recibido respuesta por parte de las autoridades de educación que continúan exponiendo al magisterio en el tema de la distribución de los alimentos”, afirmó Guante el miércoles 1 de abril en comunicación con la IEAL.

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Google y SEP firman acuerdo para capacitar a los maestros en seguridad digital

codigoespagieti.com / 06-04-2020

En el marco del Día de la Internet Segura, Google anunció un convenio con la Secretaría de Educación Pública y Robotix para capacitar a más de 3 mil docentes de educación básica en temas de seguridad en línea y ciudadanía digital a través del programa “Sé genial en Internet“. En una primera instancia este programa cubrirá 1,247 escuelas de 12 estados.

La experiencia de los usuarios en Internet empieza cada vez en etapas más tempranas. “Millones de niños y adolescentes en todo el mundo acceden cada minuto a contenidos que viven en la web, sin saber cómo manejar responsablemente la información que reciben o consultan. Es por esto que Google ha desarrollado que promueven la ciudadanía digital”, dijo en conferencia de prensa Manuel Haces, gerente de relaciones con gobierno de políticas públicas de Google para México.

“La SEP quiere que el Internet llegué a todo el país, pero acompañado de contenido que refuerce la educación en el aula, y se forme a ciudadanos responsables al navegar”, aseguró la Dra. Lidia Camacho, coordinadora general de @Prende.mx.

La Dra. Camacho explicó que por primera vez en la historia de México “la educación digital se incluye en la Ley General de Educación –con tres artículos- donde se les otorga un lugar muy especial a las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digitales (TICCAD) en el Sistema Educativo Nacional”. En ese contexto, señaló, “es indispensable que a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de nuestras escuelas se les capacite para el uso seguro y responsable del Internet, así como para la construcción de su ciudadanía digital”.

A través de Interland, un juego interactivo, tanto profesores como alumnos aprenderán buenas prácticas de navegación y sabrán los riesgos que existen en el mundo digital.

Además de la capacitación y la guía, la alianza dará seguimiento al cambio de hábitos que habrá en este entorno educativo, pues la idea es revisar qué cosas cambiaron y qué problemas son frecuentes para así idear mejoras en las plataformas digitales que hay en la actualidad y en las que acceden menores de edad.

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Argentina. Google classroom, la cuarentena. El silencio como ausencia pedagógica

Resumen Latinoamericano, 5 abril 2020.-

Por Miguel Andrés Brenner, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Abril de 2020

Por razones de público conocimiento, la escuela pública en Argentina también sufre de la cuarentena. A partir de aquí, los docentes “son instruidos normativamente” para que utilicen ciertas plataformas a fin de continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje. El problema acontece cuando “se instruye” para usar plataformas tales como, por ejemplo, Google classroom. Nadie de quienes tiene potestad de hacerlo alertan sobre el perfil pedagógico[1] de la misma, mientras cada docente hace lo que puede, bien o mal, con mayor o menor empeño. Pareciera que no existiera otro tipo de tecnología educativa, más humana, lo que no es cierto. Google classroom se impone ante la urgencia, lo cual también es comprensible, aunque ello, a un futuro cercano, debiera dar  pie para revisar todas las prácticas pedagógico-didácticas en el aula de la escuela pública. Sin embargo, al respecto, acontece el “silencio” de quienes son responsables en el establecimiento de condiciones laborales/pedagógicas más humanas.

Veamos, en tal sentido, algunos considerandos muy puntuales, sin pretender que este escrito se constituya formal académicamente, sino más que nada en una denuncia que apela a lo utópico en vez de a lo distópico, que apela a una escuela digna en vez de una escuela de la que el sabor frecuente sea el malestar en la docencia.

Desde la plataforma Google classroom:

a.     El docente no puede crear su propio diseño de clase, que viene ya pautado. El diseño de la clase viene pautado de manera tal que cada docente puede reiterar el modo como da clases de manera tradicional-presencial con todos sus vicios, empero lo que ocurre es que ahora lo hace digitalmente. “El problema es que el currículo rígido y con mandatos de aplicación en fechas y horarios preestablecidos conspira contra esta nueva forma dialógica e interactiva de aprender juntos. El sistema educativo construido sobre la lógica de la máquina newtoniana (partes ensamblables, con periodos fijos de ciclos) salta por los aires y no nos damos cuenta.”[2] Desde aquí, hacemos las siguientes consideraciones.

b.     No hay posibilidad de retroalimentación entre alumnos-alumnos, docentes-docentes, alumnos-docentes (en este último caso, salvo con el formato tradicional).  En Google classroom hay un ítem para crear tareas y preguntas, sin embargo, se presta al “copiar y pegar”, ahora de manera digital.

c.     Desde el punto de vista pedagógico, para el docente, es un trabajo meramente individual, que no favorece la comunicación entre docentes, no permite la socialización o mirada de los contenidos por parte de otros docentes. O sea, cada materia no es una cuestión comunitaria, sino individual, y se reiteran los “vicios” frecuentes de una llamada escuela tradicional, donde las materias se dan compartimentadamente. No hay trabajo colaborativo, ni crítico, ni creativo. Es decir, posibilita que un trabajo sea visto por los alumnos (por cada alumno aisladamente), pero no por colegas docentes.

d.     Permite trabajar por módulos o unidades a través de temas, pero no a través de problemáticas, con la complejidad de un trabajo crítico-creativo-colaborativo desde una perspectiva ético-política. Importa la tarea individual para mostrársela al docente, aunque nada más. Se presta a reiterar los vicios que acaecen en una clase escolar tradicional. Por ej., el docente que tiene pocas ganas de trabajar, simula; el docente que pretende ser exigente sobrecarga[3] de trabajo a los alumnos. A veces, hay directivos que sugieren “no recargar a los alumnos de tareas”.  Y he aquí el problema, pues pedagógicamente la cuestión no debiera reducirse a “recargar o no recargar”, con un perfil netamente bancario en ambos casos.

e.     Se pierde el trabajo personalizado en la relación alumno-docente y en la relación alumno-alumno.

f.      Cada tarea es para hacer en casa, enviarla digitalmente al docente, quien luego hace una devolución, pero no se da virtualmente la dinámica dialógica como dentro de un espacio áulico. O sea, se mantiene el formato de “tareas”, antiguamente llamadas “deberes”. Hay que tener en cuenta que existe en la actualidad otro tipo de tecnología superadora del formato criticado.

g.     Importa una constante revisión de los criterios pedagógico/didácticos referidos a la enunciación de explicaciones, textos y consignas. Por ejemplo, si en clase me doy cuenta, mediando la relación cara-a-cara, de que necesito realizar alguna modificación, estoy a tiempo para efectuarla. En términos digitales, lo “escrito, escrito está”. De ahí que se dé el requerimiento de una tecnología que favorezca dicha evaluación/valoración, y comunitariamente, del propio diseño y su ejecución conjuntamente otros docentes[4]. Quienes diseñaron la plataforma Google classroom no consideraron dicha necesidad, y esto no es algo ingenuo desde un posicionamiento político determinado.

h.     Por otro lado, en la medida en que se apliquen “pruebas” o “tests” a los alumnos por opciones múltiples, ello apunta a una especie de tecnicismo-positivista propio de un enciclopedismo o modalidad bancaria tan criticada por Paulo Freire.

i.      Otros problemas tienen que ver con la conectividad, con el tipo de instrumentos tecnológicos[5] que cada alumno tiene, con el tener o no en el hogar un espacio propio para poder estudiar, con el acompañamiento o no de los padres y la calidad efectiva de dicho acompañamiento, con la habituación o no al uso de los medios digitales más allá del entretenimiento, con la interpretación de las consignas de trabajo o de las lecturas propuestas dentro de una realidad en la que la mayor parte de los alumnos de los sectores populares en la actualidad egresan del sistema escuela aún como semianalfabetos.

TODA TECNOLOGÍA VALE DENTRO DE UN CONTEXTO DE RELACIÓN CARA-A-CARA Y QUE NO REITERE LOS VICIOS DE UNA CLASE TRADICIONAL. Al respecto, existen tecnologías adecuadas, válida, para ser usadas en calidad de instrumentos o medios dentro de un marco valorativo ético/político pleno de humanidad.

Desafíos. Dada la inesperada pandemia y cuarentena social, aparece la importancia para, luego del presente lapso, revisar comunitaria, crítica y creativamente, las prácticas pedagógicas en el aula de la escuela pública, con el acompañamiento de supervisores que sepan en tal sentido más que los docentes, que los orienten, más allá de la asfixiante normatividad debido al tsunami normativo (valga la redundancia). Sin embargo, tengamos en cuenta que el presente malestar en la docencia no predispone para el desafío propuesto, aunque existen voluntades que batallan contra viento y marea para hacer realidad el derecho a la educación. Sin embargo, vale la expresión de Antonio Gramsci: “con el pesimismo de la inteligencia, pero el optimismo de la voluntad”. Es que en la historia no todo se encuentra dicho, y de ahí un fuerte hálito de esperanza es posible.

Al común de los docentes “se le tiró” una herramienta digital. ¿Será la misma, luego de transcurrido el actual momento, motivo para una superación?

Es necesario como desafío, para superar el silencio como ausencia pedagógica, apreciar y/o luchar contra un marco de valores propios del neoliberalismo/capitalista, dándole un sentido crítico/creativo/colaborativo-comunitario a la utilización de las plataformas digitales en educación.

Además, consideremos que el perfil último económico/político del home-learning o enseñanza on-line, entrelazado con el home-office[6], dentro del presente neoliberalismo, significa el trabajo por proyectos, la remuneración por proyectos, la no vigencia de un contrato laboral con la empresa y la pertinente dependencia, la no existencia de sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores, porque la única relación sería la del individuo con la empresa que, luego de ejecutado el proyecto, cesa en su relación con la misma, hasta el diseño y ejecución de un nuevo proyecto.

Como señala Paulo Freire: ¿enseñar para qué?, ¿a favor de qué?, ¿a favor de quiénes?, ¿en contra de qué y en contra de quiénes?

Apéndice

Valga comentar que Google actúa como medio de espionaje al servicio del poder hegemónico, pues espía a niños y adolescentes en el colegio y en sus casas[7] a través de las plataformas digitales que ofrece en el mercado. El servicio es supuestamente gratuito, sin embargo, la intimidad de niños y adolescentes es vendida como insumo mercantil para las necesidades políticas y económicas de quienes lo demanden.

¿Y por dónde pasa también la función mercantil de Google classroom? Tiene un límite de almacenamiento, por lo que quien requiera aumentar el mismo debe “pagar”[8].


[1] Perfil pedagógico que no es meramente pedagógico, sino ético/político/pedagógico.

[2] Bonilla-Molina, Luis (2020). “Coronavirus: Google y la NASSA en la reingeniería educativa.” http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/342434  (consulta: 4/4/2020)

[3] Si se visibilizan, al menos en algo, críticas o quejas, son las de algunos padres o madres.

[4] Dicho espíritu también debiera existir en el aula concreto de la escuela pública.

[5] La brecha social también existe en países del “primer mundo”, como por ejemplo, en España. https://www.xataka.com/otros/ninos-tecnologia-ninos-acceso-a-educacion-escuela-a-distancia-esta-acentuando-brecha-social  (consulta: 4/04/2020) Ver en el mismo sentido: https://www.elcorreo.com/sociedad/educacion/ensenanza-online-agranda-20200329213348-nt.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F    (consulta: 4/04/2020). O bien en el caso de Nueva York, aunque obviamente no con el dramatismo de nuestros países sojuzgados (empero, pensemos que maltratar a un solo alumno/persona, es un crimen). https://eldiariony.com/2020/03/21/300-mil-alumnos-pobres-no-tienen-tecnologia-o-ni-siquiera-una-casa-para-nuevas-clases-por-internet-en-nueva-york/  (consulta: 4/04/2020)

[6] Trabajo en casa.

[7] https://www.elmundo.es/tecnologia/2020/02/25/5e5459fcfc6c8366368b4577.html (consulta: 4/04/2020). Podemos acudir a muy diversas fuentes de información al respecto.

[8] https://one.google.com/storage?hl=es&i=u&utm_source=drive&utm_medium=web&utm_campaign=banner_ninety_five_percent#upgrade  (consulta: 3/04/2020)

 

 

 

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Webinar: Coronavirus, educación virtual y derecho a la educación

GCI / 4 de abril de 2020

El pasado 3 de abril de 2020 el recién constituido Grupo de Contacto Industrial (GCI) realizó un webinar sobre educación en tiempos de COVID-19. El panel coordinado por el Dr. Luis Bonilla-Molina, Director del Observatorio Internacional de Reformas educativas y Políticas Docentes (OIREPOD), estuvo conformado por Mauro Jarquín (México). José Cambra (Panamá), Mercedes Martínez (Puerto Rico),  Julia McRae (Canadá) y Silvana Saez (chile). A continuación el video de este webinar

 

 

https://www.facebook.com/federaciondemaestrosdepuertorico/videos/694155098060367/?t=2351

 

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La fertilidad de la pobreza: de la indiferencia a la presencia del aula (II)

Por: Por Cristo I. Mahugo

(Continuación del artículo «La fertilidad de la pobreza: de la indiferencia a la presencia del aula [I]»)


1.- Un argumentario

En términos teóricos, todo reflejo es un retroceso (reflejo = del latín reflexus, «volver hacia atrás [1]»). Aceptando la concepción de que en los centros educativos se reflejan las complejidades de la vida social, estaremos indirectamente consintiendo las ideas que subyacen a dicha concepción. A saber:

  • Que el retroceso es algo que se vivencia a posteriori. Es decir, que la escuela [2] se encuentra situada (¿sitiada también?) justo detrás de «lo social», dándose a entender dos cosas (entre otras): la primera, que «lo social» y «lo escolar» se presentan como esferas autónomas pero que, a su vez, se comunican condicionadamente; como si lo escolar no fuese profundamente social; lo segundo, el aspecto de dependencia que se enraiza en esta premisa nos complace a pensar que todo aquello que se vive (se sucede) en la sociedad —aparentemente— determina todo aquello que se vive en los centros educativos. Esto implica acarrear con la aceptabilidad de que la escuela no posee capacidad de decisión, no puede «autonomizar» sus alegatos socioeducativos (o no se contempla el irremediable peso que tiene «el filtro profesoral») porque quien los determina es —supuestamente— esa abstracción llamada «sociedad». Acceder a la llamada de esta determinación puede tener una traducción implícita: la negación de toda posibilidad de transformación (lo que significa la anulación de la misma posibilidad, del mismo cambio). Sería interesante discutir —en futuros textos— la integración de esta premisa dialéctica de «no posibilidad de transformación social» en la discursiva normalizada de una parte del personal profesional de la educación y la docencia.
  • Que la escuela pasaría a ser una estéril extensión instrumental del aparato político. Si abogamos por esta premisa («la escuela como reflejo de la sociedad política»), significaría que el aparato político o sociopolítico de una sociedad estaría gestionando, a modo de fría elongación instrumental, lo que denominamos «sistema educativo». Así, consideramos que «no existen modelos educativos al margen de la sociedad que los produce» (Beluche, 2019), pero no olvidemos que lo productivo no tiene que ser inequívocamente lo reproductivo. Es necesario defender una teoría de la escuela que «produzca» formas de procesar y abordar la realidad; engendrar producciones materiales (textos, revistas, cuadernos, blogs) y no materiales (pensamiento crítico, hábitos de convivencia, dinámicas comunitarias) que no solamente plasmen lo que se viva fuera de sus paredes, sino —sobre todo— que acuda de forma responsable y comprometida a defender una respuesta reflexiva sobre las injusticias que habitan y «se toleran» fuera de las citadas paredes. La intención del presente punto es recordar el valor de trabajar en una escuela politizada (en sentido de «inculcar conciencia política» y ciudadana; esto incluye producir nuevas formas de politizar las realidades).

¿Bajo qué preceptos tiene sentido abordar los puntos arriba mencionados con respecto a la dignificación de la pobreza? Nuestra interpretación lo justifica en un doble sentido: por un lado, la formación de ciudadanía (función indispensable de las escuelas) no puede distanciarse de «lo político», y lo político es aquello que menciona a la polis (πολις = ciudad = el conjunto de la ciudadanía). Es decir, al conjunto de personas —ciudadanas, ciudadanos— que la habitan o, dicho de otro modo, a la atención prestada que se hace sobre las vidas urbanas y no urbanas (entendamos —entre otras— rurales, por ejemplo; formas de vivir en sociedad) que habitan en dicha ciudad (lo que implica atender igualmente a lo que mora tanto en su centralidad como fuera de ella, su periferia). Por otro lado, si la escuela engloba una formación cívica y humanista (Cerini de Reffino, 2006) debe ser porque «atiende» (con las limitaciones que ello comporta pero procurando no restar ni equidad ni igualdad) a todas y cada una de estas formas de vivir o «estar» en sociedad («no soportando» la invisibilidad de ninguna de ellas); esto significa, irrevocablemente, que su atención debe ser más sensible sobre aquello que está fuera de la centralidad. Así, las personas pobres y la pobreza deben estar presentes en los espacios dignificatorios de las escuelas (sus aulas principalmente). Como guión pedagógico, cabe señalar que, desde dichas instituciones educativas, se debe evitar el anclaje de la visión asistencialista [3] de la pobreza; ésta debe enmarcarse, para acercarnos a textos propios de la teoría crítica y emancipatoria, a una vinculación entre la cotidianidad familiar y los contextos de pobreza (Eguía & Ortale, 2007: 205-218), la justicia social (Connell, 1997) y la igualdad de oportunidades (Aguado Odina, 2010).

2.- Una propuesta

Más allá de mencionar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, 2015) —donde el primero de ellos es el «fin de la pobreza» [4]— y las investigaciones que se han realizado en torno a las dificultades y falta de oportunidades que se plasman en «las pobrezas» que habitan en la sociedad, una tramitación acorde y ajustada a las necesidades de dichos colectivos vivientes debe estructurarse, en los niveles educativos y escolares, desde una razonada y compartida proposición pedagógica. Nuestra propuesta aquí referenciada se articula sobre la noción normativa y práctica de una educación inclusiva (Rogero et al., 2016) que extienda sus teorías y consolide sus prácticas; esta propuesta la haremos sobre el eje de entender la pobreza desde una doble perspectiva (ambas indispensables de ser comprendidas conjuntamente): la política (la «actividad social en el mundo») y la existencial (la «estancia en el mundo»).

La perspectiva política nos define la obligatoriedad de atender los contextos y condiciones que se establecen en la pobreza y cómo afectan sobre el alumnado en sus diversas etapas educativas. Así, «la pobreza y la exclusión no solo se refieren a la carencia de ingresos económicos, sino que, […] presenta una multidimensionalidad de rasgos que hemos de tener en cuenta: la posición en el mercado laboral, la dificultad de acceso a los servicios y el descarte en el ámbito de las relaciones sociales» (Rogero et al., 2016: 76). Cuestiones, todas ellas, de necesaria estipulación política.

Por ello, es eminentemente vigoroso recordar —constante e implacablemente— la urgencia de atender, desde las esferas políticas y politizadas, la realidad marginalizada vivida (y viviente) de la pobreza. De hecho, se «exige también una respuesta sistémica y articulada por parte de las diversas políticas (educativas, de salud y sociales) para romper el círculo vicioso de la reproducción intergeneracional de la pobreza» (Rogero et al., 2016: 78). Destacamos la importancia de atender y sensibilizar sobre estas realidades basándonos en los siguientes puntos: la participación de la comunidad y el trabajo comunitario (Fernández, 1996); mayor inversión en políticas educativas, sociales y laborales, garantizar el derecho a la educación en todos los niveles educativos y reforzar las políticas de educación compensatoria y las medidas de discriminación positiva destinadas al alumnado más vulnerable (Rogero et al. 2016); y la defensa de un «paradigma biocéntrico» y del desarrollo centrado en la ética (Hernández Acevedo, 2014).

La perspectiva existencial nos define los planteamientos relacionales que vertebran las «formas de estar» entre nos(otros); las maneras en que se presenta la estancia en el mundo [5]. Así, es atributo sociohistórico, político y cultural «estar» integrado/a en un grupo o colectivo (con sus concepciones valorativas, sus ideas y sus comportamientos). La pobreza, como conjunto de personas, no debe contemplarse pasivamente bajo la tutela de pensarse que «hay una parte de los pobres que no hacen nada para salir de ahí» (interpretación de la falsa meritocracia [Stiglitz, 2012] y olvido de las injusticias estructurales) o «el pobre debe ser asistido como ‘sujeto necesitado’» (interpretación asistencialista que —por sí sola— robustece la perpetuidad misma de las desigualdades). Ambas posturas interpretativas son insoportables (aborrecibles ambas) desde una lectura humanística y democratizante.

Por ello, nos gustaría cerrar este apartado haciendo referencia a dos observaciones —característicamente instructivas— a valorar por las personas implicadas, directa o indirectamente, en el mundo educativo: la persona pobre negada como «sujeto de intercambio (de comercio)» y la persona pobre negada como «deseo no deseado». La primera observación se relaciona con la idea de que la pers. pobre, como sujeto improductivo e infértil, no posee algo valorativo (recursos materiales y no materiales) con el cual se pueda entablar una relación con ella; al poseer nada, no puede darme algo (sin embargo, me solicita algo. Es decir, «no entra» en el juego comercial de las relaciones [Cortina, 2017]). La segunda observación se relaciona con la visión explícita de que la pers. pobre «nos despierta» la imagen de un deseo que no deseamos; representa aquella figura en la cual no nos gustaría convertirnos, vernos en reflejo. Así, ambas observaciones, de no ser visibilizadas y, por tanto, comprendidas desde el amparo educativo, podrían trasladarse cómodamente a las vidas ajetreadas, organizadas y relacionales de las escuelas. Lo que se traduce —fácilmente— en la falta de tacto ético para censurarlas por deshumanizantes («te doy porque me das») y en la falta de tacto pedagógico para intervenirlas educativamente («trabajar sobre el reconocimiento de los deseos que no deseamos» en las relaciones).

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Notas [n.]

[1] Véase Enlace 2 (reflejo, refleja).

[2] No entraremos a debatir la adecuación terminológica de si corresponde llamar «escuela» a los centros educativos escolares o colegios; esta cuestión nos parece necesaria que sea abierta y debatida, pero consideramos —mismamente— que éste no es el espacio más propicio para ello. Nos acogeremos a la concepción socialmente aceptada de interpretar «la escuela», el colegio o el centro educativo como sinónimos (véase Enlace 3 y Enlace 4).

[3] Dice Gastón Vigo (2019) al respecto: «El asistencialismo perpetuo es un engranaje del atraso. No sólo no combate la miseria sino que la estimula. […] A la luz de los datos, nos dimos cuenta de que el asistencialismo no saca a la gente de la pobreza.» (ver Enlace 5).

[4] Ver Enlace 7: Nueva Agenda de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (25 de septiembre de 2015).

[5] Nos parece importante distinguir entre «tierra» («planeta que habitamos») y «mundo» («conjunto de todo lo existente», «conjunto de todos los seres humanos») [Ver Enlace 2https://dle.rae.es].

Referencias

Aguado Odina, T. [coord.] (2010). Diversidad e igualdad en educación. Editorial UNED (350 págs).

Aguiar Baixauli, N. & Breto Guallar, C. (2005). La escuela, un lugar para aprender a vivir. Experiencias de trabajo cooperativo en el aula. Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE), Ministerio de Educación (162 págs.).

Beluche, O. (2019). La sociedad y los modelos educativos. Sin permiso (en http://sinpermiso.info/textos/la-sociedad-y-los-modelos-educativos [Publicado 07/12/2019]).

Carda Ros, R. M. & Larrosa Martínez, F. (2012). La organización del centro educativo. Manual para maestros. San Vicente (Alicante): Editorial Club Universitario (428 págs, 2ª edición).

Cerini de Reffino, A. L. (2006). El humanismo pedagógico en el debate pedagógico contemporáneo. Buenos Aires: Editorial Dunken (360 págs.).

Checa, F. (1995). Reflexiones antropológicas para entender la pobreza y las desigualdades humanas. Gazeta de Antropología, 1995, 11, artículo 10 · http://hdl.handle.net/10481/13616 [consultado en diciembre de 2019].

Connell, R. W. (1997). Escuelas y justicia social. Madrid: Ediciones Morata (182 págs., 3ª edición).

Cortina, A. (2017). Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia. Barcelona: Paidós (196 págs).

Eguía, A. & Ortale, S. [coords.] (2007). Los significados de la pobreza. Buenos Aires: Biblos (264 págs.).

Fernández, G. (1996). Superación de la pobreza y educación: Una mirada desde lo local Ultima década, ISSN-e 0717-4691, Nº. 5, 1996.

Gallino, L. (2005). Diccionario de sociología. México: Editores Siglo XXI (1003 págs.).

Giroux, H. (2001). Cultura, política y práctica educativa. Barcelona: Editorial GRAÓ (141 págs.).

Hernández Acevedo, A. (2014). Pobreza y educación: retos para la teoría del currículo. Revista Entramados – Educación y Sociedad, Año 1, Nº 1 (pp.203-209) [en línea].

Llano Ortiz, J. C. (2019). El estado de la pobreza: seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2018. Madrid: EAPN-ES (17 págs.).

McLaren, P. (1995). La escuela como un performance ritual. Hacia una economía política de los símbolos y gestos educativos. Mexico: Siglo XXI Editores (307 págs.).

Moas Arribi, J. (2018). La explicación del hambre en una sociedad capitalista globalizada. El Salto (Alkimia) https://www.elsaltodiario.com/alkimia/la-explicacion-del-hambre-en-una-sociedad-capitalista-globalizada- (consultado en diciembre de 2019)

Referencias electrónicas/digitales (webs):

Enlace 1: http://etimologias.dechile.net (consultas realizadas en noviembre de 2019).

Enlace 2: https://dle.rae.es

Enlace 3: https://difiere.com/diferencia-entre-escuela-y-colegio/ (¿Cuál es la diferencia entre Escuela y Colegio?).

Enlace 4: https://diferencias.info/diferencia-entre-escuela-y-colegio/ (Diferencias entre Escuela y Colegio [fecha de publicación: 9 de agosto de 2019]).

Enlace 5: https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/217352-el-asistencialismo-le-rompe-la-dignidad-a-la-gente-segun-el-referente-de-akamasoa-argentina-area-metropolitana.html (El asistencialismo perpetuo es un engranaje del atraso. No sólo no combate la miseria sino que la estimula [fecha de publicación: 08 de diciembre de 2019]).

Enlace 6 (Save the Children): https://www.savethechildren.es/trabajo-ong/pobreza-infantil/pobreza-y-educacion-inclusiva (Pobreza y educación inclusiva [consultado en diciembre de 2019]).

Enlace 7 (Nueva Agenda de Naciones Unidas: Objetivos de Desarrollo Sostenible): https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/ [consultado en diciembre de 2019]

Rogero, J. et al. (2016). Pobreza infantil y educación. Cuadernos de Pedagogía, publicado en septiembre de 2016, 470, pp. 74-79.

Saavedra, M. S. (2001). Diccionario de pedagogía. México: Editorial Pax (171 págs.).

Stiglitz, J. E. (2012). El precio de la desigualdad. Madrid: Taurus (504 págs).

Tortosa, J. M. (2001). El juego global: maldesarrollo y pobreza en el capitalismo mundial. Barcelona: Editorial Icaria (248 págs.).

Fuente: https://rebelion.org/la-fertilidad-de-la-pobreza-de-la-indiferencia-a-la-presencia-del-aula-ii/

 

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Unesco:Cómo planificar las soluciones de aprendizaje a distancia durante el cierre temporal de las escuelas

Fuente REDEM /UNESCO 25/03/2020

 

El cierre de los centros escolares en un número creciente de países para limitar la propagación del COVID-19 afecta la educación de millones de alumnos en el mundo. La UNESCO comparte diez recomendaciones cuyo objetivo es garantizar la continuidad del aprendizaje durante este periodo.

  1. Examinar el estado de preparación y escoger los instrumentos más pertinentes
    Optar por la utilización de soluciones de alta o débil tecnología en función de la fiabilidad del abastecimiento en energía a nivel local, del acceso a Internet y a las competencias digitales de los docentes y alumnos. Puede tratarse de plataformas de aprendizaje digital, lecciones por vídeos, MOOC, e incluso de la difusión de los cursos mediante cadenas de radio y canales de televisión.
  2. Garantizar el carácter inclusivo de los programas de aprendizaje a distancia
    Aplicar medidas para garantizar el acceso de los alumnos, fundamentalmente los discapacitados o los que provienen de familias de ingresos bajos, a los programas de aprendizaje a distancia, en caso de que todos no dispongan de dispositivos digitales. Considerar la posibilidad de transferir temporalmente este tipo de dispositivos de las salas de informática a las familias, proporcionándoles un acceso a Internet.
  3. Proteger la privacidad y la seguridad de los datos
    Evaluar el nivel de seguridad durante las descargas de datos o de recursos pedagógicos en los espacios de la web y al transferirlos a otras organizaciones o personas. Velar por que la utilización de las aplicaciones y plataformas no afecte la privacidad de los datos de los alumnos.
  4. Aplicar soluciones a los problemas psicosociales antes de impartir la enseñanza
    Movilizar los instrumentos disponibles para crear vínculos entre las escuelas, los padres, los docentes y los alumnos. Crear comunidades para garantizar las interacciones sociales regulares, favorizar las medidas de protección social y responder a los problemas psicosociales a la que los alumnos pueden verse confrontados en situaciones de aislamiento.
  5. Planificar el desarrollo de los programas de aprendizaje a distancia
    Organizar mesas redondas con las partes interesadas para examinar la duración del cierre de los centros escolares y determinar si el programa de aprendizaje a distancia debe centrarse en la enseñanza de nuevos conocimientos, o más bien reforzar los conocimientos ya adquiridos durante las lecciones precedentes. Organizar los calendarios teniendo en cuanta la situación de la zona afectada, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos y la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados, en función del contexto con respecto al cierre de las escuelas y la cuarentena. Evitar los métodos pedagógicos que requieren una comunicación presencial.
  6. Proporcionar a los docentes y alumnos asistencia en cuanto a la utilización de las herramientas digitales
    Organizar sesiones cortas de formación u orientación para los docentes y los padres en caso de que requieran un seguimiento y acompañamiento. Ayudar a los docentes a garantizar las condiciones materiales necesarias para garantizar la continuidad del aprendizaje, por ejemplo, soluciones en la utilización de los datos móviles con miras a difundir los cursos en directo.
  7. Combinar los enfoques adecuados y limitar la cantidad de aplicaciones y de plataformas
    Combinar los instrumentos o los medios de comunicación a los que los alumnos tienen acceso, tanto a nivel de las comunicaciones y los cursos sincronizados como en favor del aprendizaje asincrónico. Evitar abrumar a los alumnos y a los padres pidiéndoles que descarguen o prueben una gran cantidad de aplicaciones y plataformas.
  8. Establecer las reglas para el aprendizaje a distancia y dar seguimiento al proceso de  aprendizaje de los alumnos
    Definir con los padres y los alumnos las reglas del aprendizaje a distancia. Elaborar las preguntas, las evaluaciones y los ejercicios de formación cuyo objetivo es dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos. En la medida de lo posible, utilizar los instrumentos mediante los cuales los alumnos podrán transmitir sus comentarios para no abrumar a los padres pidiéndoles que los reproduzcan y los envíen.
  9. Definir el tiempo de duración de las unidades de aprendizaje a distancia en función de las aptitudes de autorregulación de los alumnos
    Mantener un ritmo de enseñanza coherente con el nivel de autorregulación y de las aptitudes metacognitivas de los alumnos, fundamentalmente para las clases que se difunden en directo. La unidad de aprendizaje de los alumnos de primaria no debe sobrepasar, de preferencia, los 20 minutos, y la de los de secundaria, los 40 minutos.
  10. Crear comunidades y favorizar los vínculos sociales
    Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuelas para combatir el sentimiento de soledad o de sufrimiento del alumno, y facilitar los intercambios de experiencias, así como el debate de las estrategias de gestión de las dificultades de aprendizaje.

Fuente: UNESCO

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Propuesta de atención al alumnado en situación de aislamiento escolar y social

Este documento ha sido elaborado una semana después de la suspensión de la actividad docente presencial (Decreto 8/2020 del 12 de marzo) y considerando la experiencia desarrollada en el transcurso de dicha semana. También es el fruto de la reflexión colectiva y la investigación inspirada en las buenas prácticas desarrolladas en otros contextos de emergencia y en el banco de recursos del INEE (Inter-Agency Network for Education in Emergencies).

«Deberá asegurarse una educación inclusiva para todos mediante la formulación y aplicación de políticas públicas transformadoras que tengan en cuenta la diversidad y las necesidades de los alumnos y hagan frente a las múltiples formas de discriminación y a las situaciones, incluidas las emergencias, que impiden la realización del derecho a la educación.»

Declaración de Incheon y Marco de Acción ODS 4 – Educación 2030

Objetivos de nuestra propuesta

Ofrecer una respuesta educativa inmediata y comprometida que minimice el impacto negativo del aislamiento escolar en el alumnado más desfavorecido o más afectado por la nueva situación.

Crear canales alternativos de comunicación que faciliten experiencias de aprendizaje enriquecedoras y que posibiliten vínculos afectivos beneficiosos para el bienestar de cada alumno/a.

Breve análisis de la situación actual

A nivel educativo, esta crisis nos afecta a todos, pero no nos afecta por igual. Tras la primera semana de cuarentena, como sospechábamos, los/as docentes hemos perdido el contacto y, por tanto, la posibilidad de comunicación, con parte de nuestro alumnado, especialmente con aquellos que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad y desventaja social.

Algunos factores amenazan con agrandar, cada semana que dure el confinamiento, las brechas en su aprendizaje y en su futuro desarrollo académico, incrementando el riesgo de abandono escolar. Según varios organismos internacionales, las consecuencias adversas del cierre de centros educativos para estos/as alumnos/as son:

Interrupción del aprendizaje: Disponen de menos oportunidades educativas y de desarrollo más allá de la escuela que otros/as compañeros/as (UNESCO, 2020).

Familias no preparadas para la educación a distancia y en el hogar: Sus familias cuentan con pocos recursos y quizá con limitaciones lingüísticas en el idioma oficial de instrucción (UNESCO, 2020).

Acceso desigual a las plataformas de aprendizaje digital: Sus familias no tienen acceso a la tecnología ni conexión a internet o lo tienen en modo insuficiente (UNICEF, WHO, 2020).

Aislamiento social: El centro educativo es el único espacio de interacción y socialización para muchos de estos niños y niñas que ahora han perdido todo contacto social, esencial en su aprendizaje y desarrollo (UNESCO, 2020).

Impacto psicológico y físico: Los niños que han sido expuestos a periodos de cuarentena y no cuentan con apoyo educativo tienen más probabilidades de desarrollar episodios traumáticos y de estrés (Wang et al. 2020).

Aunque la duración del cierre de centros educativos todavía es incierta y dependerá de la severidad de la pandemia, según los expertos, las estimaciones recomiendan un periodo mínimo de 4 semanas, pudiendo extenderse a 12 semanas en casos más graves (Lempel, Epstein y Hammond, 2009).

Estrategias y medidas de actuación

Para garantizar el derecho a la educación de estos/as alumnos/as recomendamos articular estrategias alternativas en dos ámbitos:

1. Ámbito de proximidad (Centros educativos y ayuntamientos).

Identificar qué alumnos/as se encuentran en situación de aislamiento escolar y las causas del mismo.

Identificar si existe algún canal posible de comunicación.

Habilitar un número de teléfono en cada centro con un/a profesor/a de referencia, quien mantendrá contacto periódico con estos/as alumnos/as para coordinar trabajo e interesarse por su estado.

Coordinar el trabajo de los centros educativos con los servicios sociales locales (trabajadores y educadores sociales, asistencia a domicilio, etc).

Posibilitar el acceso de las familias a los fondos de las bibliotecas públicas locales a través de mensajería o correo postal sin coste alguno.

Otras consideraciones: Restar toda presión vinculada al proceso de evaluación y calificación; considerar criterios de relevancia y sensibilidad cultural, así como de no estigmatización ni discriminación.

Tipo de contenidos/recursos que pueden ofrecerse:

Educación preventiva frente a la pandemia.

Actividades curriculares flexibles y adaptadas (trabajo por ámbitos, refuerzo o ampliación en lectoescritura, creación de diarios escritos o visuales, etc).

Apoyo psicosocial (basado en recomendaciones IASC para educadores, ver aptdo. «Fuentes y recursos»).

Sugerencias y consejos educativos a las familias para la gestión del tiempo con sus hijos/as.

Propuestas de tiempo libre: películas, documentales, entrevistas, etc.

2. Ámbito general (Administración educativa regional y estatal en colaboración con otros agentes sociales).

Movilizar a los principales proveedores de servicios de telecomunicaciones para garantizar un servicio de conectividad gratuito a las familias que les permita navegar por las plataformas digitales habilitadas.

Lecciones y experiencias de aprendizaje a través de TV/Radio estatal y regional con la habilitación de un teléfono de atención al estudiante.

Crear publicidad institucional a través de TV/Radio estatal y regional especialmente dirigida a niños/as (animación a la lectura; de apoyo emocional, etc).

Fuentes y recursos:

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/03/24/propuesta-de-atencion-al-alumnado-en-situacion-de-aislamiento-escolar-y-social/

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