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Luces y sombras del ‘milagro’ educativo en Portugal

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Portugal ha hecho una apuesta por un nuevo currículo y por la educación inclusiva, al mismo tiempo que se enfrenta a retos como la renovación de la plantilla docente o los niveles de pobreza.

Desde hace más de una década Portugal ha venido realizando una importante apuesta para la mejora del sistema educativo. Desde que en 2000 comenzaran a participar en el informe PISA, el país vecino no ha parado de conseguir mejorar sus resultados. Ha sido el único país de nuestro entorno que no ha parado de hacerlo.

En los últimos años, con el anterior gobierno en coalición entre socialistas y comunistas y con el actual, liderado por los primeros y con el apoyo puntual de los segundos en el Parlamento, han acometido una importante reforma educativa. Esta se ha basado en el curriculo y la autonomía escolar y en una apuesta por hacer el sistema lo más inclusivo posible. Ambas reformas se desarrollaron en paralelo y se aprobaron al mismo tiempo. Pero ya venían haciéndose cambios importantes desde hacía algunos años.

Curriculo y autonomía

El primer paso dado por el anterior Ejecutivo luso (su ministro de Educación sigue siendo el mismo en esta segunda legislatura de izquierdas) fue transformar el curriculo escolar. Como en España, tenían claro que se trataba de un contenido demasiado extenso que no paraba de sumar más y más información. Por eso, lo primero que hicieron fue decidir qué es un alumno de éxito y qué es lo que necesita para serlo.

Lo primero entonces fue decidir que el sistema educativo debía garantizar una serie de valores comunes (libertad; responsabilidad e integridad; ciudadanía y participación; excelencia y exigencia; curiosidad, reflexión e innovación) para todos, para conseguir ese estudiantado de éxito. Después de tener esto claro, decidieron cuáles eran las competencias necesarias para que estos valores fueran asumidos. El cambio, poner los valores en el centro y no las competencias, como hasta el momento, es importante, al menoos así lo explica Maria João Horta, subsecretaria general de Educación del Ministerio portugués durante su participación el pasado fin de semana en una jornada organizada por Concejo Educativo, el MRP de Castilla y León.

Y lo explica asegurando que los valores propuestos no tienen por qué cambiar con el tiempo, cosa que sí puede ocurrir con las competencias que la sociedad exige a sus jóvenes, más relacionadas con la coyuntura de cada momento.

El currículo, entonces, ha de responder a estos valores y competencias, además de que debe menguar dada su extensión. Para su modificación decidieron contar con las asociaciones profesionales de docentes (hasta el momento había sido la Academia la que había fijado el currículo escolar). El objetivo era decidir cuáles eran los aprendizajes esenciales de cada materia y desarrollar unos textos conectados unos con otros para que el profesorado pudiera trabajar de manera interdisciplinar los contenidos. A esto, además, se suma un proyecto piloto que quería probar la posibilidad de dejar a los centros educativos la autonomía suficiente para que decidieran sobre el 25% del currículo y cómo organizarse metodológicamente.

Este 25% de autonomía se concretaba en la posibilidad de que los centros educativos consiguieran cierta especialización, fueran capaces de adaptarse mejor a las necesidades del entorno social, mientras garantizaran que las enseñanzas esenciales llegaban a todas las chicas y chicos. Hoy por hoy continúa creciendo la adhesión al proyecto y ya hay varias decenas de colegios que lo están haciendo.

Previa a esta mayor autonomía de los centros es la creación de agrupamientos escolares. Una organización de los centros relativamente parecida a los centros rurales agrupados que ha supuesto la puesta en marcha de centros que aglutinan enseñanzas desde educación infantil hasta secundaria. Y como en los centros rurales, situados los establecimientos en diferentes edificios o localidades. La idea es unificar los criterios pedagógicos y de gestión de toda las enseñanzas comunes.

Portugal tiene una escolarización obligatoria que va desde los 6 hasta los 18 años. A los 15, chicas y chicos han de decidir qué vía quieren seguir, si la conducente a la universidad o a estudios profesionales. De esta manera los nueve primeros cursos de la obligatoria son comunes y los tres últimos, diferentes. Además, más del 80% del país está matriculado en la escuela pública. La privada y la concertada son casi testimoniales. Esta segunda, además, ha visto recortada su financiación bajo la premisa de si hay centros públicos que ya pueden dar el servicio educativo, no es necesario concertar aulas.

Escuela de calidad para todos

Esta ha sido la segunda gran reforma que han puesto en marcha desde la anterior legislatura. El objetivo es que todas las niñas y niños reciban la misma educación de calidad independientemente de sus necesidades educativas o de su situación socioeconómica.

Con esto objetivo el Ministerio de Educación decidió que los centros de educación especial tenían que dejar de escolarizar alumnado con diversidad y este debía estar matriculado en centros ordinarios. Para ello, transformaron estos colegios en centros de recursus para el sistema común, de manera que casi ya no escolarizan y sus profesionales dan servicio de apoyo a los centros que tienen cerca. El Estado paga las nóminas de estos profesionales de la educación especial que no son funcionarios como sus compañeros.

Maria João Horta explica a este periódico que uno de los problemas a los que se enfrentaron en un principio fue que no en toda la geografía portuguesa había centros de educación especial, de manera que los nuevos centros de referencia no dan servicio a todo el país. Por eso han tenido que hacer otras contrataciones allí donde no había centros previos. Esto y el hecho de que este personal no esté dentro de la función pública les ha supuesto tensiones con los sindicatos que sí quieren contatación pública. Para Horta, eso sería caro y poco sostenible dado cómo van cambiando las necesidades sociales en este sentido

Dentro de esta misma apuesta por la escuela inclusiva están haciendo, asegura, todo lo posible para que el alumnado con necesidades educativas esté el mayor tiempo posible en las aulas ordinarias. Al igual que en España, Portugal cuenta con aulas específicas, como las aulas TEA. Su intención es que el alumnado esté menos tiempo en ellas y más con sus compañeros. Que no sea necesario que chicas y chicos salgan del aula y sí que entren otros profesionales de apoyo.

Tensiones y dificultades

Portugal no solo ha mejorado sus indicadores de rendimiento académico en evaluaciones como PISA. Uno de sus logros más importantes, y que venía ya desde los gobiernos conservadores anteriores, ha sido reducir la tasa de abandono escolar temprano que hace unos años rondaba el 40%. Hoy por hoy está situada en el 13%.

Pero el «milagro» portugués no es un camino recto. El país vecino cuenta, como España, con un 30% de alumnado repetidor todavía. Horta justifica esta situación asegurando que ha de darse un cambio en la mentalidad del profesorado para realizar su trabajo de otra manera para conseguir que alcancen los objetivos necesarios y no tengan que repetir curso. La inercia histórica ha de revertirse.

A esto hay que sumar que el cambio hacia un sistema inclusivo también ha supuesto tensiones con familias y centros de educación especial que todavía están por resolverse. Sobre todo en el sentido de que el sistema ordinario sea capaz de dar respuesta a las necesidades de estas niñas y niños.

Una vez que han conseguido que la obligatoriedad alcance los 12 años de escolarización, que han descendido en las tasas de analfabetisimo (insoportables una vez terminada la dictadura en el año 74) y que han organizado el sistema para intentar responder a todas las demandas sociales actuales, han de mejorar las cifras de escolarización en la educación infantil pública, principalmente en el 0-3. El segundo ciclo de infantil prácticamente matricula a la totalidad de las criaturas, pero sigue habiendo mucho margen de mejora en el primer ciclo.

Por el final, la formación profesional también requiere de cambios suficientes como para conseguir crear pasarelas que permitan a los jóvenes poder acceder a estudios universitarios una vez que entran en esta vía.

Y mientras todo esto sucede, queda por delante y en paralelo dar respuesta, no solo desde los estamentos educativos, también desde los sociales,  los retos de tener unos altos niveles de pobreza y exclusión social. Para ello ya se han puesto en marcha programas de gratuidad de las actividades extraescolares o de animación a la lectura y creación de bibliotecas escolares, por ejemplo.

Profesorado

El profesorado portugués, desde hace algunos años, ha de pasar un periodo de formación inicial bastante exigente, desde infantil hasta la secundaria. Esto ha supuesto que todo el colectivo tenga los mismos niveles formativos universitarios con importantes periodos de prácticas tutorizadas en centros educativos. A diferencia de España, esta formación es la misma para todo el mundo, lo que supone que después, los salarios serán también los mismos. Es tan importante ser de infantil como de secundaria. Esta es al menos la apuesta de la Administración.

Otra de las diferencias con España es que para ejercer en el sistema público no existe un examen de oposición. Son los centros educativos quienes contratan al profesorado en función de sus necesidades y del currículum que tenga cada aspirante. La experiencia y los estudios van dando puntos que ayudan a cambiar de colegios y mejorar, principalmente, en relación a la cercanía del docente a su lugar de residencia.

El problema en este sentido ha llegado, como en España, de manos de la crisis económica, que pegó más fuertemene en Portugal. Durante los peores años, la natalidad bajó en el país vecino de forma importante, siendo hoy por hoy menor que la española. Esto ha supuesto que la necesidad de contratación docente por parte de los centros haya sido más baja. En la actualidad, la mayor parte del personal docente luso tiene más de 50 años.

Esta falta de contratación ha supuesto su envejecimiento al mismo tiempo que impactaba sobre el número de personas que se ha venido matriculando en los estudios universitarios conducentes a la enseñanza. Esto será un problema en el momento en el que comience a haber importantes porcentajes de jubilación en el profesorado actual y el sistema se encuentre con que no hay relevo suficiente entre la población más joven, que ha entendido en estos años que la docencia dejaba de ser una salida profesional atractiva.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/29/luces-y-sombras-del-milagro-educativo-en-portugal/

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Mel Ainscow, experto en educación inclusiva: “Las escuelas saben más de lo que creen”

Considera que la clave en la transformación de los sistemas educativos es “invertir en los docentes”

[Esta nota forma parte de las más leídas de 2019]

Mel Ainscow es docente e investigador de la Universidad de Manchester, Inglaterra, y es uno de los autores que definieron la educación inclusiva. “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”, repite como un mantra, en un concepto muy vinculado a la inclusión de niños con discapacidad pero que Ainscow invita a ampliar, pensando en qué niños son los más vulnerables en cada país y prestándoles especial atención a ellos. En el marco del proyecto “Inclusión educativa de personas en situación de discapacidad en el sistema educativo de Uruguay: pedagogía en clave de diferencias”, en el que participan la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el programa Eurosocial de la Unión Europea, Ainscow estuvo la semana pasada en Uruguay y mantuvo reuniones con las autoridades, talleres con docentes y actividades con organizaciones de la sociedad civil que trabajan en torno a estos temas. Su rol, afirma, es “estimular la discusión” y aportar la experiencia de otros sistemas educativos en el mundo. Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, aseguró que visitas de expertos como Ainscow “enriquecen la formación y nos permiten poner en la agenda temas de alta relevancia”, pero consideró que la inclusión tiene que ser “un proceso sostenido”: “Poner en la agenda y gradualmente construir herramientas, dispositivos, formación y transformación cultural de la sociedad toda”.

Avanzar hacia un sistema educativo inclusivo y equitativo es un desafío para todos los países del mundo, asegura el investigador. Sobre cómo hacerlo, sobre las críticas por la pérdida de calidad y sobre las recomendaciones que presentó ante las autoridades conversamos con Ainscow en su tercera visita a Uruguay.

La última vez que estuviste en Uruguay dijiste que la reforma tenía que ser total para lograr políticas inclusivas. ¿Es posible avanzar cuando es necesario un cambio tan grande?

De lo que estamos hablando es de una agenda de transformaciones para cambiar la forma en que funciona el sistema educativo. Eso no es fácil; llevará tiempo y necesita compromiso en todos los niveles del sistema. Antes que nada, se necesita el liderazgo del gobierno, que debe dar una dirección clara sobre cuál es el propósito de todo esto, así todos tienen una idea precisa de cuál es el compromiso. Después, hacia abajo, en todos los niveles del sistema educativo, todos tienen un rol que jugar. Por eso es tan importante tener claro el propósito. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de inclusión en educación? Recientemente UNESCO lo expresó con la consigna “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”. El énfasis es en la inclusión pero también en la equidad, en lo que es justo. Esto es un desafío para todos los países del mundo: ¿cómo creamos un sistema educativo en el que todos los niños tengan la misma importancia? Los docentes son cruciales en esto, son la clave. Si los docentes no entienden, si no se sienten valorados, si no se sienten apoyados, las buenas intenciones van a quedar fuera de la puerta del salón del clase. Si mirás los países que han hecho los mayores progresos, son aquellos en los que hubo una fuerte inversión en docentes, no necesariamente pagándoles mejores salarios –aunque estoy muy a favor de eso–, sino haciéndoles entender lo importantes que son. Si vas a Finlandia, enseñar es una de las profesiones más importantes. Cuando los jóvenes dejan la escuela, quizá quieran ser abogados, doctores, pero quizá también quieran ser maestros, porque en Finlandia los docentes son personas importantes. Creo que en otros países, como en Uruguay o en Inglaterra, tenemos que entender eso, tenemos que invertir más en los docentes, hacerlos sentir valiosos, y tiene que haber desarrollo profesional durante toda su carrera, que empiece en la formación de grado pero se extienda durante toda la carrera.

Muchos docentes que tienen la intención de generar inclusión en sus clases dicen que no están preparados para hacerlo. En Uruguay no hay formación en educación inclusiva, salvo algunos talleres. ¿Es importante que exista este abordaje en la currícula de la formación docente?

Esto ha sido central en las reuniones y talleres que hemos tenido. Mi argumento, basado en la experiencia de muchos lugares, es que usualmente las escuelas saben más de lo que creen. En cualquier escuela hay más experiencia de lo que la gente se da cuenta, y para avanzar tenemos que hacer mejor uso de esa experiencia. Hay problemas estructurales en la forma como las escuelas de todo el mundo hacen su trabajo: docentes en sus clases con las puertas cerradas, solos para resolver los problemas que surgen. En las escuelas que han hecho avances se buscó romper específicamente esa soledad de los maestros; la escuela está organizada de manera que ocasionalmente los docentes tienen tiempo para verse, para compartir ideas, para resolver problemas juntos y, sobre todo, para ver cómo los otros están enseñando. Los docentes que trabajan en soledad están limitados a su propia experiencia, y cuando tienen la chance de ver a otros colegas trabajar e intercambiar sobre sus prácticas educativas, eso les da la oportunidad de conocer la experiencia del otro pero también de reconocer y valorar la propia. Como profesionales –yo me considero un docente– tendemos a subestimar nuestra propia experiencia, principalmente porque no sabemos cómo hablar de nuestras prácticas, porque estamos muy ocupados aplicándolas. En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo otros están enseñando, para compartir ideas y materiales, y para resolver problemas juntos. Por eso este abordaje que estoy presentando es de transformación: tenemos que cambiar la forma en que trabajan las escuelas, tenemos que romper con la soledad de los docentes, los docentes tienen que trabajar con otros docentes, los niños tienen que trabajar con otros niños –porque los niños pueden ser una fuerza muy poderosa para la inclusión–, y, por supuesto, las escuelas deben trabajar con las comunidades, especialmente con las familias. Las escuelas que hacen progresos ven a las familias como compañeros del proceso educativo. Es una transformación que requiere mucho esfuerzo, mucho liderazgo en el sistema.

“Los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva”.

¿Pero no debería incluirse esta perspectiva en la formación de grado de los docentes?

Sí, claramente la educación de los docentes es un factor muy importante, y las próximas generaciones de docentes tienen que ser introducidos a las ideas de inclusión y equidad. Son principios, los docentes tienen que pensar sobre ellos y revisar sus ideas previas. También pienso que en su formación los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva. Y para eso hay mucha investigación; no hay que empezar de nuevo, sabemos mucho de lo que hacen los buenos docentes.

En tus trabajos hacés énfasis en que, cuando se habla de educación inclusiva, no se hace referencia sólo a los niños con discapacidad, sino a todos los colectivos que pueden ser más vulnerables.

En lo que estamos involucrados es en un cambio de paradigma, una forma diferente de pensar. La señal de la Organización de las Naciones Unidas en Educación 2030 es clara en que cuando decimos “educación para todos” necesitamos a todos los niños. Quizá hay niños que ya están en la escuela que son vulnerables, capaz que simplemente son niños callados, tímidos, niños que tienen problemas en sus casas, niños de familias migrantes; cualquier niño puede tener vulnerabilidades. La política de inclusión y equidad trata de llegar a todos. Tradicionalmente, los niños con discapacidad son vulnerables, y necesitamos estar seguros de que no son pasados por alto. Mi abordaje es apuntar a todos, pero estar atento a aquellos grupos que sabemos que son vulnerables. En Inglaterra probablemente los estudiantes más vulnerables son los chicos blancos de clase trabajadora. Sabemos, por las estadísticas, que en general son más proclives a abandonar y son más proclives a no hacer progresos en sus aprendizajes, entonces un proyecto de inclusión en Inglaterra tiene que mirar a esos niños. La pregunta sobre quiénes son los más vulnerables en Uruguay tiene que responderla la gente de acá, pero me preocupa, por lo que he escuchado, el número significativo de adolescentes que dejan la enseñanza secundaria. ¿Por qué dejan? ¿Qué nos dice eso sobre la forma en que las escuelas se organizan? ¿Qué nos dice sobre la currícula? ¿Es significativa y relevante para esos adolescentes? Me preocupa también, por lo que he escuchado, el número de estudiantes que repiten. Entiendo que los números en Uruguay son más grandes que en otros países, y puedo adivinar –aunque no lo sé– que muchos de esos adolescente que repiten son los que eventualmente abandonan. La repetición no les da confianza personal ni autoestima. Estas evidencias son desafíos para pensar en torno a cómo se organiza la educación, sobre la forma en que se enseña y se aprende.

Una de las críticas que se suele hacer cuando se habla de educación inclusiva es la de la pérdida de calidad. ¿Cómo respondés a ese argumento?

Tradicionalmente la gente ve la idea de la inclusión en tensión con la excelencia, con la calidad, y no puedo soportar eso. Hay países en el mundo que son excelentes en términos de sus sistemas educativos y que también son inclusivos. Si mirás lo que pasa en esos países, una de las razones por las cuales se volvieron excelentes es que han desarrollado una gran capacidad para tratar con las diferencias: no las ven como un problema, sino como una oportunidad para la innovación. Podemos tomar distintas partes del mundo y ver que es posible crear un sistema educativo excelente siendo inclusivo. Como venía diciendo, es un desafío.

“En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo están enseñando otros”.

Hablando específicamente sobre niños con discapacidad, en Uruguay uno de los formatos que se ha dado para incluir a niños en las escuelas comunes es el de la escolaridad compartida: el niño va unos días a la escuela común y otros a la escuela especial. ¿Es un formato inclusivo?

Es un paso en la dirección correcta; la gente que lo promueve, seguro, está buscando vincular al niño. No lo desaprobaría, pero tiene que ser visto como un paso, no como el final. Me preocupa lo difícil que debe ser para estos niños estar en dos escuelas diferentes: ¿tienen amigos en las dos escuelas o están semiintegrados? Pienso que vincular las escuelas especiales con las escuelas comunes tiene que ser otro paso, porque la colaboración entre ambas escuelas es parte del viaje. Hay mucha experiencia en las escuelas especiales, y no debemos perderla, lo que tenemos que hacer es usarla de forma más efectiva, llevándola hacia las escuelas comunes.

Además de invertir en los docentes, ¿qué otras recomendaciones estás haciendo a las autoridades en Uruguay?

Me voy a repetir, pero es lo primero: inviertan en los docentes, esa es la clave. Por lo que he escuchado, tienen un sistema muy centralizado, y hay ventajas de un sistema centralizado, por supuesto, pero en los sistemas educativos más efectivos existe lo que se llama una capa intermedia, que vincula al gobierno nacional con las escuelas, que coordina los esfuerzos para colaborar entre las escuelas y con la comunidad en el sentido más amplio. Por lo que he escuchado, eso no está muy bien desarrollado aquí. Pienso que sería bueno invertir en desarrollo local.

A nivel intermedio aquí existen los inspectores…

Sí, pero no me refiero a ellos, que seguro tienen un rol, sino a socios a nivel local. De nuevo, si te fijás en los sistemas educativos exitosos, como el de Finlandia, el de Ontario, en Canadá, o el de Singapur, aunque son sistemas diferentes, todos ellos tienen socios poderosos a nivel local, que coordinan y están atentos a todo, que se aseguran de que no haya niños que queden a un lado. Le diría a la gente de aquí que busque la forma de liderar una capa intermedia que conecte los lineamientos nacionales con las escuelas. También pienso que el liderazgo de las escuelas es muy importante, los directores de las escuelas son cruciales en esto, y ellos necesitan desarrollo profesional sobre cuál debe ser su rol apoyando al equipo de docentes a encontrar mejores formas de alcanzar a todos los niños. No lo sé, pero me pregunto cuánto esfuerzo se hizo en fortalecer el liderazgo a nivel de las escuelas, porque eso es muy importante.

Habías estado en Uruguay hace dos años. ¿Cómo evaluás el estado de la discusión en relación con tu última visita?

Creo que hay evidencia de un desarrollo muy positivo. Los docentes que he conocido están muy entusiasmados por hacer más, de fortalecer el sistema educativo; percibo que hay un compromiso muy grande de los colegas de la ANEP para crear el ambiente en el que los docentes puedan hacer su trabajo. Creo que hay muchas razones para ser optimistas, pero, por supuesto, todavía hay desafíos muy grandes en su sistema educativo.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/11/mel-ainscow-experto-en-educacion-inclusiva-las-escuelas-saben-mas-de-lo-que-creen/

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Superdotados: cuando la educación inclusiva es una utopía

Por: Olga Carmona. 

Utopía es un término que le queda grande, si de educación hablamos.

Decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Ojalá fuera al menos eso, un faro, un camino a seguir, una hoja de ruta. Hoy en día, es posible que esa sea la realidad para aquellos niños que, por desgracia, se encuentran al oeste de la campana de Gauss, los que tienen necesidades educativas especiales asociadas a trastornos o déficits. A los que, por otra parte, cada día se les recortan más sus ya escasos recursos y medidas para facilitar su integración.

Sin embargo, los otros niños y niñas que forman parte del espectro igualmente excepcional, pero del otro lado de la curva, los dotados y talentosos, para esos, ni la utopía queda.

Muchos son los frentes que hay que derribar para poder pensar que la inclusión educativa sea algo tangible y real para ellos: docentes que no saben, equipos de orientación que “no lo ven”, centros educativos que “no tienen medios”, falta de detección y de información, exceso de prejuicios y estereotipos, interpretaciones fundamentalistas y/o sesgadas de la teoría, falta de acuerdo en los criterios según cada Comunidad Autónoma, diagnósticos erróneos, medicalización con psicofármacos a niños y niñas que no tienen patología alguna, exclusión, … Esta y no otra, es la realidad de quienes trabajamos en el día a día con niños y adolescentes con altas capacidades.

Sin embargo, hay un nuevo frente con el que, desde luego, no contábamos: los otros padres, los que tienen hijos normotípicos y no están dispuestos a aceptar que los que no lo son, por alta capacidad, tengan ningún tipo de adaptación.

Están abundando peligrosamente los casos en que un grupo de padres se unen para intentar bloquear una aceleración (salto de curso) con la excusa de que un niño menor en un aula ralentizará al resto, por poner un ejemplo.

Padres que gastan mucho tiempo y energía en reunir firmas y escritos para bloquear o anular cualquier intento de atención por parte del centro escolar para este alumnado. Lo que plantean es tan mezquino como ignorante, siendo solamente la punta del iceberg de una masa mediocre y dictatorial que propugna y trata de imponer el café para todos.

Cada día aumenta mi indignación cuando veo a los padres casi pidiendo perdón por tener un hijo con alta capacidad, disculpándose ante la sociedad por haber pasado involuntariamente a engrosar las filas de la diferencia. Ocultándolo (“no vamos a decir nada en el cole para que no le señalen ni etiqueten, total no van a hacer nada”). Avergonzándose (“no cuestiones al profesor, no levantes tú el dedo siempre para responder”). Demandando al hijo en vez de al sistema (“si eres tan listo por qué suspendes”) o negándole (“tienes que intentar ser como los otros niños, jugar con todos, no te aísles”).

Pocos, poquísimos son los centros educativos que se plantean hacer “algo” para atender a este alumnado como para, además, tener que vencer las demandas de las familias a quienes les parece que estos niños no debieran tener lo que a su ignorante modo de ver son “privilegios”.

Por tanto, creo imprescindible utilizar mi voz en un medio público para decirles que no hay privilegio alguno de hacer cumplir la ley. La norma les reconoce y ampara como alumnos con necesidades específicas, pero rara vez se cumple, y cuando un centro educativo implementa alguna medida para atenderles, no les están regalando nada ni haciéndoles ningún favor: se están limitando a cumplir la ley.

¿QUÉ DICE LA LEY?

Según el Ministerio de Educación, el alumnado que presenta altas capacidades intelectuales es considerado por Ley Orgánica 2/006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), como alumnado con necesidad específica de apoyo educativo. La atención integral a este alumnado se iniciará desde el mismo momento en que dicha necesidad sea identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión.

La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) afirma que:

«Las Administraciones educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional… «.

Asimismo, incluye a los alumnos de AACC dentro del “Alumnado con necesidad específica de apoyo educativo”. El artículo 58 (antiguo 76 de la LOE) dice:

“Corresponde a las Administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para identificar al alumnado con Altas Capacidades intelectuales y valorar de forma temprana sus necesidades. Asimismo, les corresponde adoptar planes de actuación adecuados a dichas necesidades, así como programas de enriquecimiento curricular adecuados a dichas necesidades, que permitan al alumnado desarrollar al máximo sus capacidades…”

Esto dice la ley, cuyo desconocimiento no implica su no cumplimiento.

Es urgente que los padres y madres de hijos con altas capacidades, dejen de pedir permiso y de pedir favores a los diferentes agentes educativos.

Que sepan que la ley les ampara y que es nuestra responsabilidad para con ellos, hacer que se cumpla. Y desde luego, dejar de ocultar o minimizar la condición de nuestros hijos por un distorsionado sentido de la modestia.

Y a quienes nos ponen piedras en el camino. Quiero decirles que revisen sus verdaderos motivos, que el inconsciente es travieso y nos disfraza de razón lo que suele ser pura emoción. Y que utilicen su tiempo y su energía en causas nobles, en vez de ir trabando el desarrollo de niños y niñas que no pidieron ser así, pero lo son, y deben sentirse orgullosos por ello en lugar de ocultarlo.

No quiero dejar pasar la idea de hacer un paralelismo entre los niños talentosos y los grandes deportistas. ¿Alguien estaría en contra de facilitar los medios para que el potencial de estos atletas se desarrollara todo lo posible? Entonces, ¿dónde está la diferencia entre ayudar a potenciar unas aptitudes y no otras?

Todo esto Einstein supo resumirlo en dos líneas: “Las grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de las mentes mediocres.”

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/01/13/mamas_papas/1578913562_198356.html

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La Formación Docente como problema

(Educación 2020-2050: un debate urgente Parte II)

 

Elementos del problema

Si algo expresa la actual crisis educativa es el terrible desenfoque epocal de la formación docente (inicial y continua). Esta situación se oculta detrás de un discurso que culpa a los docentes de aula de los problemas y atascos educativos, exonerando de ello a quienes forman a los educadores.  Claro está, todo ello es funcional al modelo de desmontaje de la educación pública que impulsa el neoliberalismo.

 

La inmensa mayoría de las reformas educativas en el mundo comienzan en la educación inicial, básica o en la secundaria. Esto es contradictorio con la imagen de poder del saber que tiene la educación universitaria o superior, que suele estar vinculada a las escuelas y centros de formación docente. Es decir, se pretenden cambiar los efectos y no la impronta de origen. Veamos algunos cuellos de botella al respecto:

 

  1. Subsiste una odiosa separación entre trabajo manual e intelectual en la formación. Los maestros hacen la práctica pedagógica y los formadores de formadores, la piensan, la teorizan. Muchos(as) de quienes trabajan en la formación docente hace ya años, década, que trabajaron en un aula real de educación inicial, primaria o bachillerato, otros nunca lo han hecho y, en muchos casos esa realidad se procura ocultar con turismo investigativo en las aulas. Con ello no pretende negar ni ocultar la presencia de compañeros y compañeras en las universidades, muy contados(as) por cierto, que combinan praxis en las aulas de los primeros niveles educativos con reflexión teórica, que se hibrida con esa praxis y encuentro dialógico;
  2. Esta realidad ha generado en muchos preescolares, escuelas y liceos, espacios de debate y reflexión sobre el saber pedagógico existentes en las aulas. Los colectivos pedagógicos constituyen una forma de resistencia y de construcción de alternativas para la ruptura entre trabajo intelectual y trabajo material. Pero allí surge otro problema, la presencia de los “pastores pedagógicos”, unos compañeros que sin ser docentes de aula ni formadores de formadores asumen no solo la animación cultural del movimiento pedagógico, sino que se convierten en especies de “gurus” caídos del cielo. Una cosa distinta y positiva, es cuando los colectivos pedagógicos se apoyan entre sí, comparten experiencias, pero creo que llegó el momento de revisar el papel de los coaching educativos;
  3. En algunos casos, al abordar e intentar corregir estas situaciones se entra en un terreno fangoso, el neo empirismo. Un discurso que pone de relieve que lo importante es la praxis y que desecha la tradición y el saber pedagógico construido en las aulas entre estudiantes, docentes y familias. Esta dinámica, aún con discursos muy radicales es una puerta abierta para generar el cambio de paradigma que requiere el capital para imponer su cultura evaluativa. El neo empirismo conduce a la pérdida de sentido y horizonte del hecho educativo. El caos de una escuela que se desdibuja en su endogamia practicista suele terminar en un giro hacia el eclecticismo y utilitarismo que fundamenta la epistemología de las iniciativas centradas en indicadores y evaluaciones estandarizadas como PISA;
  4. La integración de los maestros pueblo en los centros de formación docente, desde una perspectiva dialógica, puede contribuir a mover el foco, tensionando prácticas y saberes docentes. Pero es falso que el maestro pueblo puede sustituir al docente, al profesional de la docencia, visto este como un científico social. En ese sentido, debemos tener cuidado en no avalar el discurso de destrucción de la profesión docente que impulsa el neoliberalismo educativo con la intención de convertir los espacios educativos en lugares para trasmitir simplemente conocimiento operacional.
  5. La neo colonización cultural del hecho pedagógico tiene un capítulo especial en la literatura que se usa para orientar la formación teórica de los y las futuros docentes. Se suele tener como experticia la producción editorial foránea, desvalorando las producciones generadas por los y las docentes locales. Por supuesto que, en este momento, producto de esta desvaloración son escasas las producciones en formato de libros elaborados desde los colectivos pedagógicos, pero ello puede cambiar con una política correcta. No se trata de promover el localismo cognitivo, sino de generar dinámicas de reflexión pedagógica de carácter comparativo que permita, valorando lo propio y teniendo como lugar de enunciación la praxis del lugar, ir al encuentro de otras experiencias, de otros saberes pedagógicos. Esta hibridación pedagógica suele resultar potente, pero no es lo que caracteriza a la formación docente hoy;
  6. El desconocimiento del cambio de imaginario y narrativas del sujeto central del hecho educativo, los niños, niñas y jóvenes. La “experticia” sobre la cual se fundamentó la formación docente esta caduca, se corresponde a los paradigmas de la primera y segunda revolución industrial. Tenemos formadores de formadores que siguen viendo el mundo con los lentes de las dos primeras grandes transformaciones tecnológicas de los últimos doscientos años, pero que no entienden el impacto en la cotidianidad, el empleo, los modelos de aprendizaje que traen la tercera y augura la cuarta revolución industrial. Los maestros y maestras, los profes que trabajan con niñas, niños y adolescentes aprenden más rápido los nuevos paradigmas por la cercanía con los más chicos, que lo que lo hacen los formadores de los formadores, quienes oscilan entre recetas morales y un snobismo sin límites por la innovación tecnológica;

 

Maestros(as) a la hoguera

A los y las maestras(os) se les exige que hagan algo diferente a la “experticia” con la cual fueron formados, mientras que las instituciones de formadores de formadores hacen los posible por adaptar las interpretaciones de las transformaciones en curso a su visión del cambio, para que éstas les impacten lo menos posible en su modo de hacer lo propio.

Los centros de formación docente suelen construir narrativas sobre la crisis educativa en las cuales el ambiente queda impregnado con la certeza inducida que el saber pedagógico está en la universidad o centro de formación docente, y que los docentes o son unos desobedientes o unos testarudos que no entienden lo que se les enseña, lo cual es simplemente estúpido.

Quienes pueden saber mejor las expresiones de la crisis educativa son los y las docentes, fundamentalmente aquellos(as) que han roto con el adultocentrismo pedagógico. Entonces, ¿por qué no se construyen las reformas educativas dialogando con los y las docentes?  Por una razón política desde el poder. Aún, los sistemas educativos, especialmente en sus niveles inicial, primaria y bachillerato constituyen la red institucional más extendida en los territorios de todo el aparato gubernamental. Si esta red institucional comienza a operar con “cabeza propia”, no solo dejaría de cumplir con su rol reproductor de la cultura dominante, sino que se constituiría en un lugar de enunciación de los cambios radicales.  Por eso, mejor no dejar que los y las maestras opinen, reflexionen y tomen conciencia de su poder real.

En consecuencia, mientras los Estados con las iniciativas propias y las recetas de los organismos multilaterales y bancas de desarrollo, tratan de hallar la lámpara de Diógenes para resolver los “problemas educativos”, socialmente se destruye la profesión y el prestigio docente.  En el mundo, la desinversión en materia salarial de los docentes, la precarización del trabajo de los y las educadores constituye parte de la tarea de evitar que el magisterio se convierta en un sujeto político de transformación radical.

 

¿Qué es primero el huevo o la gallina?

Entonces, ¿las reformas educativas por donde deben comenzar?  En esta serie de artículos y en otros he insistido en señalar que una reforma educativa que procure avanzar de manera estructural en un cambio y no solo con gestos gatopardianos, debe iniciarse en las universidades, centros de formación docentes, en las escuelas pedagógicas, valorando y repensando lo que se hace ahí.  Estas instituciones son el molino qué lleva agua al rio, por ello, por mucho que se limpien las acequias si no se trabaja en las nacientes el cauce se enturbia.

Por ejemplo, el modelo de enseñanza y aprendizaje que se le pide poner en marcha en la escuela y el liceo para cambiar la educación, no se suele colocar en práctica en los centros de formación de educadores, convirtiendo cualquier bien intencionada reforma educativa en un ejercicio de sisifo.

De muy limitado alcance resultan las hermosas construcciones de colectivos pedagógicos desde la escuela, si la máquina que forma semestre a semestre, año tras año a los futuros docentes sigue egresando maestros(as) y profesoras(es) con lo viejo y caduco. Al final, los centros de formación docente y las universidades dirán que el problema del sistema educativo está en sus “raíces” la educación inicial, la primaria, el liceo, como si ellos no educaran a esos docentes. La expresión cínica de “haga lo que yo digo y no lo que yo hago”, pareciera conducir este ciclo vicioso de entropía.

Es urgente construir un nuevo lugar de enunciación para estas transformaciones. Localizarlo en un primer momento en las universidades, pero eso si en otro modelo de universidad docente, escuela pedagógica y centro de formación docente.

. No se trata de colocar en primer orden el practicismo, sino de construir de manera colectiva y participativa una nueva relación dialéctica entre praxis, reflexión, acción reflexiva, práctica transformadora, sistematización del saber pedagógico, pensamiento crítico, construcción de pedagogías críticas, apropiación consciente y radical del conocimiento, enfoque comunicacional de lo aprendido y capacidad de construir lo nuevo; es lo que llamamos el enfoque T (transformador). Se trata de relacionar de manera dialéctica la escuela y los centros de formación docente. Esto tiene dimensiones operacionales concretas, con sus dimensiones jurídicas, institucionales y de carrera que les corresponde operacionalizar y construir viabilidad a los operadores políticos.

 

Invertir la pirámide, iniciar el giro de 180 grados

Una universidad docente, escuela pedagógica, un centro de formación docente de nuevo tipo debe construir una lógica de rotación de sus formadores “arriba”-“abajo”, en la escuela, en la universidad, por intervalos largos.

Es decir, un formador de formadores que gane concurso o se incorpore a un centro de cuarto nivel destinado a formar educadores, debería provenir del aula de los primeros niveles, con experiencias significativas en ella y con trabajo permanente en colectivos pedagógicos que trabajen el enfoque transformador (ET).

Que maravilloso sería contemplar que cada cinco años esos formadores de formadores, cumplan ciclos de tres años en las aulas de preescolares, escuelas y liceos, poniendo en práctica su experticia abierta, aprendiendo haciendo, trabajando de manera permanente (no como refuerzo) sino directamente con grupos de estudiantes.

Si construimos una nueva lógica de la carrera docente, que integre el “arriba” y el “abajo”, es decir, que establezca qué a los diez años de trabajo docente en el aula (preescolar, primaria, secundaria), el maestro, la maestra, el profesor puede optar a entrar en el ciclo de rotación de los centros de formación de formadores (universidad, centros, escuelas pedagógicas), esto puede contribuir a relanzar el cambio estructural en la materia.

Pero ello implica repensar e integrar el sistema educativo, romper la odiosa diferenciación entre niveles. Significa volver a entender a los centros de formación docente como el albergue de científicos educativos ansiosos de ir al campo de experimentación y no como eruditos, a quienes se les agradece bajar de vez en cuando del olimpo.

Por otra parte, la formación de formadores tiene que combinar las experiencias colectivas y personales, esa interacción dialógica hace mucho más intersubjetiva la renovación de la praxis pedagógica. Una universidad, un centro de formación docente de nuevo tipo trabaja con lógica de colectivos pedagógicos. Pero no como colectivos para implementar ordenes, sino para pensar y recrear lo educativo.

 

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Roberto Busquiel: “El aprendizaje cooperativo es clave para el éxito de docentes y alumnado”

Por: Educación 3.0.

Fundador del proyecto MIAC, una comunidad de docentes que trabajan por ofrecer a su alumnado una educación adaptada al siglo XXI, Roberto Busquiel impartirá la sesión formativa online ‘El aprendizaje cooperativo, una propuesta metodológica para favorecer la inclusión en el aula’, el 12 de diciembre en el marco del Concurso Escolar del Grupo Social ONCE.

La innovación pedagógica en el ámbito de la enseñanza debe fluir en el seno de la comunidad; tejer redes es clave en el contexto educativo. Con este objetivo nació en 2015 el proyecto MIAC, del que Roberto Busquiel es fundador y coordinador. El Grupo Social ONCE se une a este objetivo con la puesta en marcha de su 36 Concurso Escolar. Bajo el lema ‘Once upon a time, La mirada de tod@s’, su objetivo es abordar la inclusión desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

Para ello, y por cuarto año consecutivo, el Concurso Escolar ofrece recursos educativos como webinars formativos online interactivos a cargo de expertos en educación inclusiva y creatividad. Roberto Busquiel, maestro de Infantil y Primaria y experto en innovación pedagógica, protagonizará el cuarto webinar el 12 de diciembre con la sesión ‘El aprendizaje cooperativo, una propuesta metodológica para favorecer la inclusión en el aula’, en el marco del Concurso Escolar Once.

En esta entrevista, el fundador y coordinador del proyecto MIAC, ofrece las respuestas para conocer cómo implementar el aprendizaje cooperativo en el aula de modo que priorice la inclusión de todos los estudiantes.

Pregunta: Como equipo de docentes referente en pedagogías innovadoras, ¿de dónde viene la necesidad de agruparse para crear la plataforma online MIAC en 2015?

Respuesta: La plataforma educativa MIAC · Maestros Innovadores, Alumnos Competentes es un entorno de aprendizaje en red, con un objetivo claro y bien definido, buscar un espacio donde poder conectar con todo aquel interesado o interesada en la educación, con nuestras mismas inquietudes.

En 2015 aproximadamente, empezó a hablarse de cambio metodológico, con una  apuesta fuerte por la innovación educativa y vimos que había necesidad de información al respecto. Decidimos, entonces, compartir las respuestas que encontrábamos a  las dudas que nos surgían; y, así, comenzó todo. Nuestra filosofía de trabajo es compartir contenidos y escuchar a cualquier persona que quiera aportar algo a este maravilloso mundo que es la EDUCACIÓN con mayúsculas.

En junio de 2019, el equipo MIAC decidió culminar esta trayectoria con su primera jornada el 19 de octubre. Esta jornada se diseñó como un espacio para promover la comunicación de proyectos educativos de centro o diseñados por el propio profesorado, ofreciendo conferencias especializadas y talleres relacionados con la temática elegida, en este caso, neuroeducación. Actualmente ya estamos trabajando en las II Jornadas MIAC que muy pronto anunciaremos en nuestras redes sociales y plataforma web…

P: ¿Qué aspectos debe atravesar una docencia basada en la innovación? ¿Qué introduce en este sentido el aprendizaje cooperativo?

R: Destaco la importancia que tiene el procedimiento metodológico Investigación-Acción en la docencia para hablar de innovación. Latorre (2003) lo define como la indagación práctica que realiza el profesorado, de forma colaborativa, con la finalidad de mejorar su práctica educativa a través de ciclos de acción y reflexión.

A partir de esta definición, se puede decir que cualquier innovación docente, analógica o digital, proyecto o plan estratégico de centro debe partir de una necesidad, de un por qué se quiere hacer esto, y no sólo se debe plantear esta pregunta, también definir los objetivos que van a dar respuesta al para qué se quiere aplicar, qué se va a hacer y cómo se va a hacer.

Si todo este procedimiento de investigación-acción se lleva a cabo con equipos docentes con una buena competencia cooperativa, seremos capaces de hacer grandes cosas, de convertir sueños en realidad, de ver resultados muy positivos a corto, medio y largo plazo. Por este motivo el aprendizaje cooperativo es una metodología clave para el éxito de los equipos, tanto de docentes como en el alumnado.

P: El proyecto MIAC quiere crear comunidad educadora a nivel nacional, ¿qué importancia tiene tejer redes en el proceso de formación del docente?

R: El proyecto MIAC ya ha creado una gran comunidad educadora a nivel nacional e internacional, hemos tejido una red en la que cada vez se suma más profesorado  innovador. Somos más de 250.000 docentes con necesidad de cambio y con ganas de buscar soluciones a las dificultades que nos estamos encontrando en nuestro sistema. Nuestro objetivo, por tanto, es seguir ampliando esta red, no solo a través de nuestra plataforma, sino también creando un espacio en formato de jornadas educativas en las que el profesorado pueda compartir sus buenas prácticas y puedan enriquecerse de las de otros docentes.

Todas las prácticas innovadoras que se están llevando a cabo en los centros en muchas ocasiones no salen de las aulas o no son reconocidas a nivel interno y creo que estamos en un buen momento para generar este tipo de espacios para compartir, reconocer y enriquecernos los unos de los otros, generando equipo docente y tejiendo redes de aprendizaje; esto es clave para el bienestar de los docentes y para descubrir otras realidades que también nos pueden ayudar a mejorar nuestra praxis.

P: La comunidad en el profesorado se traduce en la cooperación en el aprendizaje, concepto sobre el que versará tu sesión formativa del próximo día 12 en el marco del Concurso Escolar Once, ¿qué beneficios conseguimos al evitar el individualismo en la enseñanza?

R: Pujolàs (2009), uno de mis autores referentes en el estudio de los beneficios del Aprendizaje Cooperativo en los alumnos, en su proyecto PAC: programa CA/AC, cooperar para aprender y aprender a cooperar, nos habla de tres estructuras de la actividad en el aula, la estructura individualista, la competitiva y la cooperativa.

Cuando hablamos de una estructura cooperativa, el alumnado trabaja en equipo, se puede ayudar y motivar en el aprendizaje; como docentes tenemos un doble objetivo, que aprendan lo que les enseñamos pero también que ayuden a sus compañeros/as a que también lo aprendan, hablamos de interdependencia de finalidades positivas entre el alumnado, consiguen su objetivo sólo si los demás también lo consiguen.

A partir de esta teoría, podemos decir que la estructura cooperativa es la única que potencia las relaciones entre el alumnado, mejora la comunicación y sobre todo fomenta la atención y la inclusión de todo el alumnado, además de generar un aprendizaje significativo y personalizado a través de experiencias positivas que dejan huella.

P: ¿Qué valores quiere poner en el centro del aprendizaje la comunidad educativa de docentes que trabajan por la innovación pedagógica?

R: Uno de los valores más importantes y haciendo referencia a este proverbio chino, “si caminas sólo, irás más rápido pero si caminas acompañado llegarás más lejos”, es la importancia del trabajo en equipo de los docentes. Trabajar en equipo, compartir, tener un buen dominio de las habilidades sociales para trabajar con otros, generar nuevas ideas y tener la capacidad de desarrollarlas es uno de los aspectos más importantes para trabajar la innovación pedagógica.

Otro de los valores que realmente es necesario para llevar en los centros educativos proyectos de innovación pedagógica es el liderazgo pedagógico. En los centros educativos necesitamos líderes pedagógicos, personas capaces de empatizar, escuchar, tener una buena competencia intrapersonal e interpersonal, tener la capacidad de crear, compartir y ser conscientes de la importancia que tiene la investigación docente en la educación actual, hay que enseñar pero también hay que aprender, no todo vale, hay que buscar las mejores respuestas a las preguntas que nos plantea el sistema educativo actual.

P: Jornadas como la que organizasteis desde MIAC sobre neuroeducación y sesiones interactivas como las del Concurso Escolar ONCE quieren hacer de la formación uno de los principales pilares de la transformación en el aula, ¿qué novedades incorporan al proceso de docencia? ¿Sirven para complementar la formación académica del profesorado?

R: El docente del siglo XXI tiene que estar en un continuo aprendizaje; nuestra sociedad cambia a un ritmo vertiginoso, y en el ámbito educativo los docentes tenemos que estar preparados para atender de la mejor forma posible todas las necesidades que nos estamos encontrando en las aulas. Por este motivo, jornadas educativas como las de MIAC, sesiones interactivas como las del Concurso Escolar ONCE y otras propuestas formativas, son espacios que se están creando al servicio del profesorado, y que no solo sirven como complemento en la formación académica, sino que también sirven como punto de encuentro entre los docentes, espacios facilitadores de nuevas metodologías o propuestas innovadoras que nos ayudan a mejorar nuestra competencia como docentes.

Definitivamente debemos poner el foco en nuestro alumnado, creer en él, luchar por él y hacer que sean los verdaderos protagonistas del aprendizaje; de esta forma, desaparecerían los problemas de la educación tradicional para solucionar problemas reales de nuestra sociedad y de los que nuestro alumnado debe ser partícipe y protagonista. Los docentes debemos estar muy bien preparados para poder actuar como guías y facilitadores de este proceso.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/roberto-busquiel-aprendizaje-cooperativo-exito-docentes-alumnado/120300.html

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UNESCO:Nuevo Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso

UNESCO / 29-12-2019

os Estados Miembros de la UNESCO designaron el primer jueves de noviembre de cada año como Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso, reconociendo de este modo que la violencia en el entorno escolar bajo todas sus formas atenta contra los derechos de los niños y los adolescentes, la salud y el bienestar. Este Día hace un llamamiento a reforzar las alianzas e iniciativas que aceleran los progresos en aras de la prevención y eliminación de la violencia y el acoso escolar, incluido el ciberacoso.

El conjunto de los 193 Estados Miembros de la UNESCO aprobaron el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso, durante la 40a reunión de la Conferencia General de la UNESCO en noviembre, tras la proposición realizada por Francia, México y Marruecos durante la 207ª sesión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO.

“Este Día Internacional hace un llamamiento a dar un paso fundamental en la ambición de prevenir y eliminar la violencia y el acoso escolares, incluido el ciberacoso. Sabemos qué funciona; desde el compromiso fuerte y la colaboración sólida entre los socios y las comunidades, hasta la mejora de los datos, la formación de los docentes y los entornos escolares positivos. Es hora de aplicar plenamente estos métodos para que podamos poner fin a la situación devastadora de la violencia escolar”, afirmó Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO.

La propuesta de establecer un día internacional realizada por Francia, México y Marruecos pone de relieve la necesidad de solucionar realmente las causas profundas de la violencia y de promocionar una cultura del respeto de los derechos de los alumnos y la tolerancia cero con respecto a la violencia. Esta propuesta hace un llamamiento a los Estados Miembros, los asociados de las Naciones Unidas, las demás organizaciones internacionales y regionales interesadas, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, las personas y otras partes interesadas para prestar ayuda en la promoción, la organización y la celebración de este día internacional.

La lucha contra la violencia y el acoso escolares es esencial para la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), en particular el ODS 4, con miras a garantizar una educación de calidad equitativa e inclusiva, y a promover las oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos, así como el ODS 16 con miras a promover sociedades pacíficas e inclusivas.

¿Cuán grave puede ser el problema de la violencia y el acoso en el entorno escolar, incluido el ciberacoso?

Según el informe de la UNESCO titulado Behind the numbers: Ending school violence and bullying  [Detrás de los números: poner fin a la violencia y el acoso escolares] (en inglés) que expone los datos más recientes y completos sobre estas cuestiones, casi uno de cada tres alumnos ha sido acosado o agredido físicamente por sus compañeros en la escuela al menos una vez durante el último mes. El acoso en línea o a través de los teléfonos móviles ha aumentado también, y los datos demuestran que la mayoría de los alumnos víctimas del ciberacoso han sido acosados en la escuela primero, y que un alto porcentaje de los perjudicados por el acoso han sido víctimas de esta situación tanto en línea como fuera de esta.

Las consecuencias de la violencia y del acoso escolares, fundamentalmente del ciberacoso, son considerables. Los niños y los jóvenes pueden tener sobre todo dificultades de concentración en las clases, faltar a los cursos, evitar las actividades escolares, ausentarse o abandonar completamente la escuela. Esto tiene una repercusión negativa en el rendimiento escolar y en las perspectivas de estudio y empleo en el futuro. Una atmósfera de ansiedad, miedo e inseguridad es incompatible con el aprendizaje y los entornos de aprendizaje no seguros pueden afectar la calidad de la educación de todos los educandos.

Los socios acogen con satisfacción este anuncio

El día internacional es una contribución a Safe to Learn(link is external) (Aprender con seguridad), una campaña mundial de cinco años de duración cuyo objetivo es poner fin a la violencia en las escuelas para que los niños se sientan libres de aprender, progresar y realizar sus sueños. Esta reúne a los socios de las comunidades educativas, de la protección de la infancia y la prevención de la violencia, a la vez que garantiza que los grupos aúnen sus esfuerzos y se apoyen en sus fuerzas respectivas para hacer que las escuelas sean más seguras. La UNESCO es un socio oficial de la campaña Safe to Learn, y miembro de la Alianza Mundial para poner fin a la violencia contra los niños y niñas.

El Dr. Howard Taylor, director ejecutivo de la Alianza para poner fin a la violencia, acogió con satisfacción el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolares, incluido el Ciberacoso, como una etapa importante para lograr que todos los niños y niñas aprendan en seguridad. “Si no luchamos contra la violencia en las escuelas – y en línea – anularemos el conjunto de las inversiones realizadas en el sistema educativo. Los niños son los agentes del cambio en el seno de sus escuelas y comunidades, y exigen constantemente una acción más urgente. El día internacional significa una ocasión importante para reunir toda la fuerza de los asociados con miras a llamar la atención sobre estas cuestiones para poner fin a todas las formas de violencia, incluido el ciberacoso en el seno de las escuelas y en línea. Es posible erradicar la violencia contra los niños. Ya es hora de erradicarla.”

“El Foro Mundial de la lucha contra el acoso se complace con el anuncio de la creación de un día internacional que ponga de relieve el derecho de los niños a no padecer el tipo de violencia que engendra el acoso. Al ser el acoso un problema a escala mundial, debemos unirnos para encontrar las soluciones necesarias y abordar este problema en conjunto, algo que el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso pretende facilitar”, añadió Magnus Loftsson, presidente del comité científico del Foro Mundial sobre el Acoso Escolar.

 

El enlace original esta disponible en:

https://es.unesco.org/news/nuevo-dia-internacional-violencia-y-acoso-escuela-incluido-ciberacoso

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