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CEPPE UC lanza libro sobre educación intercultural en Chile

Chile/06 de marzo de 2018/Fuente: http://www.uc.cl

La obra perteneciente a la Colección de Estudios en Educación del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación y Ediciones UC, busca generar debate respecto de cómo nos estamos relacionando, desde una perspectiva educativa, con los pueblos originarios.

¿Es la condición étnica un factor relevante en la configuración de la inequidad y desigualdad en el sistema escolar chileno? ¿Cómo dicho sistema se está transformando para reconocer, incluir y valorar las diferencias culturales? Estas son algunas de las preguntas que plantea el volumen Educación Intercultural en Chile. Experiencias, pueblos y territorios, publicado por CEPPE y Ediciones UC.

El lanzamiento del libro contó con la participación de Alejandro Carrasco, director del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación, CEPPE UC; Ernesto Treviño, director del Centro para la Transformación Educativa, Centre UC y editor del texto; Pedro Mege, director del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, CIIR; y Anahí Huencho, investigadora asociada del CIIR y una de las autoras.

“Estamos alegres de presentar un nuevo título de la Colección Educación de CEPPE y Ediciones UC, que busca ofrecer conocimiento sistemático sobre temas críticos de la sociedad chilena y que desafían a nuestro sistema educacional. Este libro contribuirá a la reflexión sobre el papel de la educación en un país históricamente diverso en su composición cultural y étnica”, señaló Carrasco al inicio del lanzamiento.

La publicación cuenta con 11 capítulos donde participan más de 20 autores que enriquecen el texto con diferentes enfoques de investigación, así como de distintas disciplinas como la historia, antropología, sociología o la pedagogía. Ernesto Treviño, editor de Educación Intercultural en Chile, destacó que “la obra abarca distintos niveles al profundizar en la problemática indígena, reconociendo que son distintos actores los que están involucrados, desde los gobiernos, comunidades locales y la ciudadanía en general”.

A lo largo de los capítulos se tratan temáticas como los factores que explicarían la desigualdad entre estudiantes indígenas y no indígenas; la evolución de la política pública en las últimas décadas; la segregación de grupos indígenas en el sistema escolar chileno; y el aprendizaje de la etnomatemática y la educación ambiental cultural, en la interacción entre la escuela y las comunidades locales, entre otros.

Para Pedro Mege, director de CIIR y autor del prólogo del libro, “existe una confianza en el texto, que está dada por el vastísimo espectro cultural de quienes participan en su construcción y relato”. Por su parte, Anahí Huencho, una de las autoras del texto, explicó: “Desde los pueblos originarios, tenemos una gran deuda que esta obra permite fundamentar y respaldar en elementos clave como la sistematización sobre los procesos educativos, desde lo conceptual, contextual, histórico y territorial.

Educación Intercultural en Chile. Experiencias, pueblos y territorios, es el libro más reciente de la Colección de Estudios en Educación de CEPPE UC, donde además destacan títulos como «Ideas en Educación. Reflexiones y propuestas desde la UC», editado por el rector de la casa de estudios, Ignacio Sánchez; y «Mercado escolar y oportunidad educacional: Libertad, diversidad y desigualdad, entre otros».
Para revisar la colección completa, haga clic acá.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Cristián Contardo, CEPPE UC, cristian.contardo@uc.cl

Fuente de la Reseña:

http://www.uc.cl/es/component/content/article/30449-ceppe-uc-lanza-libro-sobre-educacion-intercultural-en-chile

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La educación intercultural en la primera infancia y el camino hacia la inclusión

Por: Ana Sofía Martínez-Córdova

Cuando Shayana entró en el aula todas las miradas se posaron sobre ella. A los cuatro años, llegaba a su primer día de clases vistiendo un traje típico Saraguro: una pollera negra larga, una bayeta agarrada con un tupu verde y un collar dorado de chaquira. Tras intercambiar miradas curiosas con sus compañeros, se volcó a jugar con ellos.

Shayana pertenece a la comunidad indígena Saraguro, una población ecuatoriana con 17 mil habitantes cuya lengua materna es el Quichua (Kichwa). Su familia, como tantas otras, migró a la capital de Ecuador, Quito, en búsqueda de mejores oportunidades. Son parte de las casi 20 millones de personas, 49% de los indígenas latinoamericanos, que hoy viven en zonas urbanas.

A las puertas de celebrar el 10º aniversario de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que impulsó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y estableció, como resultado, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas cada 9 de agosto, reflexionamos sobre el potencial de la educación intercultural para estimular el desarrollo infantil temprano.

El camino urbano

Las ciudades ofrecen más y mejores servicios de electricidad, agua potable, alcantarillado, educación y salud que las zonas rurales. En la mayoría de países de América Latina, un niño indígena que vive en una zona urbana tiene 30% mayor probabilidad de terminar la educación primaria que un niño indígena viviendo en zona rural. En Ecuador, esta brecha es del 16%.

Aún en zonas urbanas, las familias indígenas tienen menos acceso a servicios básicos que la población no indígena. En América Latina los niños no indígenas de entre 6 y 11 años registran mayor asistencia escolar que los niños indígenas. La escolaridad de los niños de este último grupo en Costa Rica, Venezuela y Colombia es del 75%, siendo la menor de la región.

Inclusión a través de idiomas ancestrales, el beneficio es para todos

La disparidad y vulnerabilidad que experimenta este segmento de la población se exacerba en el ámbito cultural. Mientras más aislados están de los servicios básicos, más carecen de medios para integrar su legado cultural al resto de la sociedad, especialmente en lo que se refiere al ámbito de la educación formal.

La mayoría de currículos educativos no se adaptan a la realidad cultural y étnica de las poblaciones que han migrado a las ciudades. Por ejemplo, no incluyen la enseñanza de idiomas ancestrales, que en muchos casos es la lengua materna de niños indígenas como Shayana. La falta de reconocimiento a la diversidad étnica y cultural en general, y en las aulas en particular, niega la riqueza de las raíces ancestrales.

Preservar la lengua materna de las poblaciones indígenas no solamente evita su extinción — y con ella gran parte de los saberes ancestrales— sino que contribuye al bilingüismo de los niños (indígenas o no), brindándoles grandes ventajas para su desarrollo cognitivo.

Estudios demuestran que los niños bilingües, sobre todo desde temprana edad, tienen mayor capacidad para prestar atención, mejor memoria, mayor conciencia metalingüística (reflexión sobre la lengua que están utilizando) y mejores habilidades de representación abstracta y simbólica. Por lo general, los niños bilingües son más creativos y tienen mayor capacidad para idear soluciones diferentes e innovadoras frente a un mismo problema o circunstancia.

Apostar por la interculturalidad

Desde hace más de 70 años se implementan sistemas de educación intercultural bilingüe (EIB) en América Latina. Estos sistemas intentan adaptarse a las condiciones socioculturales y étnicas de las poblaciones indígenas y, generalmente, existen en zonas rurales. Al momento, 17 países latinoamericanos han implementado sistemas de EIB, o están en proceso de hacerlo. El uso de la lengua indígena en dichos modelos difiere de país en país.

Por ejemplo, el Modelo de Sistema de Educación Intercultural Bilingüe (MOSEIB) en Ecuador utiliza como lengua principal de enseñanza la lengua materna de la nacionalidad respectiva y el español como idioma de relación intercultural. En Guatemala se utilizan parcialmente las lenguas indígenas y únicamente durante los primeros tres o cuatro años de educación básica. A pesar de que ahora estos modelos educativos están más desarrollados que hace 70 años, todavía queda mucho que aprender, mejorar y fortalecer.

Uno de los grandes desafíos para lograr que los niños y niñas indígenas como Shayana no pierdan su idioma ni su cultura es crear modelos similares a la EIB que incluyan también al grupo predominante de la población. De esta manera se contribuiría a reducir la discriminación hacia niñas y niños indígenas y a preservar las lenguas y culturas ancestrales. Incentivar la educación intercultural en la primera infancia no solo ayudará a que la población en general aprenda a valorar más sus raíces, con toda su riqueza, sino que estimulará el cerebro de los más pequeños y los incentivará a que crezcan empoderados, con mayor autoestima y apertura a la diversidad – algo clave en esta época de ciudadanía global.

¿Existe la educación intercultural en tu país? ¿Cómo funciona? ¿Aprovecharías de ella si pudieras? Cuéntanos en la sección de comentarios o mencionando a @BIDgente en Twitter.

Fotografías: UNIDAD EDUCATIVA PARTICULAR CÓRDOVA-QUITO

Fuente artículo: https://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2017/08/09/la-educacion-intercultural-en-la-primera-infancia/

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Nicaragua: Capacitan en educación intercultural

Centroamérica/Nicaragua/ 28.12.2017 / Fuente: www.elnuevodiario.com.ni.

Un total de 38 docentes de comunidades mayangnas del país se capacitan en un diplomado que respalda la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) para fortalecer en sus territorios la Educación Intercultural Bilingüe, especialmente en la educación preescolar y primaria, informó la UNAN-Managua.

El diplomado lo reciben profesores de las comunidades Sakalwas, Musawás, Belén, Kibusna, Suniwás, Mukuswás, Supawás, Espanyulina, Arenaloso, que pertenecen al municipio de Bonanza. También participan asesores pedagógicos de Siuna y Rosita.

Esta iniciativa forma parte del proyecto “Generando Capacidades en Docentes y Materiales Didácticos para el fortalecimiento de la Educación Intercultural Bilingüe” y durante el mes de diciembre se ha desarrollado el módulo IV del diplomado, que está enfocado en el “Diseño Curricular y Didáctica en la Educación Intercultural Bilingüe”.

La  quinta y última parte del diplomado se desarrollará  el próximo mes de enero y estará centrado en la “Elaboración de Materiales Didácticos en la Educación Intercultural Bilingüe”. No obstante, el proyecto continuará con una segunda fase en febrero, cuando se espera que los docentes estén listos para la “adecuación curricular de programas de preescolar y primaria, de textos escolares y materiales didácticos”, sostiene una nota de prensa publicada por la UNAN en su página web.

El profesor Edgar Salazar Francis sostuvo que este programa es de mucho interés para el Sistema Educativo Autonómico Regional (SEAR) destacando que es “una nueva experiencia curricular que permitirá a los niños, niñas y adolescentes de la comunidad mayangna  disponer de textos escolares con calidad y pertinencia al contexto local”.

 Fuente de la noticia: https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/450881-capacitan-educacion-intercultural/

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Argentina: Docentes indígenas fortalecen la educación intercultural

América del sur/Argentina/02 Diciembre 2017/Fuente: La voz de cataratas

La provincia de Misiones apuesta a fortalecer la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) apuntalando el rol de los Auxiliares Docentes Indígenas (ADI) como enlace cultural para facilitar los procesos de aprendizaje en las aldeas. En ese marco, Educación entregó fondos para el pago de dicha tarea a escuelas de la provincia entre ellas de Iguazú.

Los ADI desarrollan un rol importante en el acercamiento cultural a la hora de desarrollar los procesos de aprendizaje en las comunidades mbya guaraní. Además, a través de ellos se ha podido instaurar las observaciones de los propios órganos consultivos indígenas a la hora de establecer la educación de los niños.

Los fondos fueron entregados a través de la dirección de Políticas Socieducativas de la Subsecretaría de Educación, a 61 docentes de todas las comunidades indígenas de Misiones. Estas son Kuña Piru ubicado en la ruta 7, Ka’aguy porâ de Andresito, Pindoty’i det San Ignacio, Vvoty Okara de Bompland, el Pocito de Capiovi, Ysyry de Puerto Mado, Yryapu de Puerto Iguazú, comunidad de Pindo Poty y la comunidad Jejy del soberbio, entre otras.

En la reunión estuvieron presentes las autoridades representantes de las comunidades indígenas: EL cacique Lorenzo Ramos de la comunidad Marangatu; el cacique Aureliano Duarte de Kuña piru; Hipolito Franco de Aguai Poty de Mado; Hilario Moreira, cacique de Ko’eju de ruta 7; el referente de los pueblos indígenas en educación, Heriberto Villalba y Jorge Acosta referente nacional de Consejo educativo autónoma de los pueblos indígenas (CEAPI).

Fuente: http://www.lavozdecataratas.com/noticia_59393.html

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Educación intercultural en Guatemala, reto para 2018

Centro América/Guatemala/29 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina

Más libros de textos en idiomas mayas, recursos tecnológicos y formación de docentes constituyen hoy aspiraciones del Ministerio de Educación de Guatemala para promover la formación bilingüe intercultural a las puertas del ciclo lectivo 2018.
El titular de la cartera, Óscar Hugo López, aseguró que el interés gubernamental es que los niños y jóvenes en formación sepan valorar, compartir y establecer relaciones interculturales respetuosas y armónicas.

López reafirmó que el impulso de la educación intercultural es uno de los ejes de su programa de trabajo y busca crear vínculos de respeto ante la diversidad de culturas dentro de la población.

Guatemala cuenta con 22 idiomas mayas y el 42 por ciento de los 17 millones de guatemaltecos se identifica como indígena. Paradójicamente, es este sector el que tiene menor acceso a la educación y las más altas tasas de deserción escolar.

Además de los libros de texto en idiomas mayas, el Ministerio busca la posibilidad de contar con un software especial dirigido a la educación bilingüe intercultural, anunció.

Otro de los esfuerzos va dirigido a la formación de docentes a nivel universitario en carreras de preprimaria y primaria en educación bilingüe, aunque ya cuentan con maestros trabajando en el sistema nacional, puntualizó.

Establecer relaciones interculturales respetuosas, armónicas y de valoración entre los niños y jóvenes es una meta de las autoridades actuales, subrayó López, quien considera que lograrlo ya sería un avance significativo para la sociedad guatemalteca.

Sin embargo, actualmente de 800 mil a un millón de jóvenes están excluidos del sistema educacional y la calidad de la enseñanza sigue siendo muy cuestionada, incluso a nivel del área centroamericana.

A solo un mes y pocos días de un nuevo curso, la aprobación del presupuesto general de la nación para 2018 pende de un hilo y en él estarían al menos parte de los recursos para implementar una Ley de Alimentación Escolar recién aprobada.

En un país donde el 80 por ciento de su población vive en niveles de pobreza, la deserción continúa siendo talón de Aquiles ante la falta de recursos económicos, alarmantes índices de violencia y de embarazos prematuros.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=134616&SEO=educacion-intercultural-en-guatemala-reto-para-2018

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Estas son las 9 tareas a realizar para mejorar la educación en Nicaragua

Nicaragua / 5 de noviembre de 2017 / Autor: Walkiria Chavarría / Fuente: Vos TV

En el Informe sobre el Estado de la Región Centroamericana del 2015, en materia de calidad educativa Nicaragua seguía estando a la cola en la lista de países que conforman el istmo, una realidad que no ha variado hasta la fecha según Jorge Mendoza, director del Foro de Educación.

Esta organización que junto a otras homólogas que trabajan con el tema de educación, han propuesto la Agenda Educativa Nacional para “Transformar la Educación del País” que incluye 9 tareas fundamentales que el Estado y la sociedad en su conjunto deben poner en marcha  para mejorar la calidad de la educación.

La agenda propone estructura un modelo y sistema educativo de la siguiente manera:

Primera tarea: debe enfocarse en los Modelos de Desarrollo, Modelo Educativo, Reforma Educativa y Políticas Educativas.

Segunda tarea: se orienta al Derecho a la Educación con equidad, pertinencia , eficiencia,  y calidad de la educación.

Tercera tarea: La transformación del currículum educativo, la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación.

Cuarta tarea: se debe centrar el interés en el magisterio nacional, factor de calidad de la educación.

Quinta tarea: aportar a la gestión educativos desde el Mined Central a las delegaciones y centros educativos.

Sexta tarea: se enfoca en disminuir los índices de analfabetismo con educación a jóvenes y adultos.

Séptima tarea: realizar monitoreo, evaluaciones bajo una política de “Cuentas Claras” al país, cumplir con la legislación y acuerdos mundiales.

Octava tarea: resalta la educación rural, modalidad multigrado y nuevas sensibilidades educativas.

Novena tarea: darle la importancia debida a la educación intercultural.

 

 

 

 

Recomiendan mayor apertura al Mined

Rafael Lucio, director del Instituto de Educación de la Universidad Centroamericana (IDEUCA) sostiene que aunque se le reconocen los esfuerzos al gobierno por mejorar la calidad educativa, señaló la necesidad de una mayor apertura en el Ministerio de Educación (Mined) para recibir y aplicar propuestas en materia de educación que han elaborado organizaciones de la sociedad civil, universidades y especialistas trabajan en el tema educativo.

Por otro lado, Everardo Víctor, director de Fe y Alegría, ha enfatizado también en la urgencia de promover dentro del modelo educativo enseñanza del inglés como segunda lengua desde la primera infancia y en todos los niveles educativos, pues hasta ahora la enseñanza y aprendizaje de este idioma es deficiente en el sistema educativo publico.

La idea de estas organizaciones es presentar la Agenda Educativa Nacional a las autoridades de gobierno para que conozcan la propuesta.

Fuente de la Noticia:

http://www.vostv.com.ni/%EF%BB%BFestas-son-las-nueve-tareas-a-realizar-para-mejorar-la-educacion-en-nicaragua/

 

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Los españoles y la interculturalidad

Por: Xavier Besalú

Tal vez, desde el prisma intercultural, las reivindicaciones y aspiraciones de las minorías culturales y nacionales españolas encontrarían un terreno más abonado para su comprensión y un camino más despejado para su resolución.

Según la legislación vigente son fines del sistema educativo español: La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos; la formación en el respeto y reconocimiento de la pluralidad lingüística y cultural de España y de la interculturalidad como un elemento enriquecedor de la sociedad.

Habitualmente asociamos la diversidad cultural a la inmigración extranjera y la educación intercultural a aquello que hacemos con los inmigrantes extranjeros en la escuela para que se adapten con rapidez a ella. Pero eso no es así en ningún caso, porque las diferencias culturales no han llegado a España con los inmigrantes extranjeros (ya estaban aquí las lenguas, las religiones, las formas de vida, las tradiciones, los hábitos alimenticios… distintos) y tenemos más que claro que todos -extranjeros y nacionales- debemos prepararnos para vivir en sociedades plurales, complejas, conflictivas y democráticas. Pero es que, en el caso español, sería sencillamente tramposo aludir a la interculturalidad para referirse en exclusiva a las relaciones entre nacionales y extranjeros o, a lo sumo, entre payos y gitanos, nuestra minoría étnica por excelencia. Esa interculturalidad debería incluir sin lugar a dudas la relación y el ejercicio en pie de igualdad de los derechos y deberes reconocidos sobre el papel a todos los ciudadanos españoles, individual y colectivamente considerados, es decir, también a sus diversas nacionalidades y regiones, por decirlo en términos constitucionales.

Los estados, tal como los conocemos actualmente, han sido y son un instrumento para organizar políticamente las sociedades, de construcción relativamente reciente, pero solo un instrumento contingente, no una realidad esencial, ahistórica y natural, que se han consolidado como entidades poderosas para garantizar ciertos niveles de bienestar y seguridad a sus habitantes y para fabricar sólidas identidades nacionales a costa de negar, marginar o tolerar a las naciones, pueblos, culturas e identidades minoritarios. Porque los estados, por liberales y democráticos que sean, no son neutrales o indiferentes en lo relativo a la cultura y a la identidad: todos tienen una lengua (pocos más de una) oficial, una religión (por tradición o por otros intereses) más o menos protegida, unos cuantos elementos simbólicos (bandera, himno, escudo… e incluso selecciones y héroes nacionales), un determinado calendario laboral, un currículum escolar con unas prioridades y unos sesgos claramente visibles en disciplinas como la historia, la literatura o las artes, un código penal con normas propias…

España, por historia y por tradición, ha gestionado su diversidad cultural desde una matriz marcadamente asimilacionista, a la francesa, modelo que ha sido presentado y se ha consolidado como lo más natural del mundo -como el propio estado-, de sentido común. En realidad, la mayoría de los estados modernos se han edificado sobre un proyecto claramente homogeneizador; por eso, solo en el actual contexto de globalización y de democracia avanzada hemos empezado a hablar, al menos retóricamente, de interculturalidad, de diversidad cultural y de minorías. No hace falta pertenecer a una de esas minorías para constatar que ese respeto y reconocimiento a la pluralidad lingüística y cultural de España, que predica la ley, es a día de hoy un rotundo fracaso, cuando los estereotipos y los prejuicios campan a sus anchas, cuando los derechos reales de las lenguas minoritarias son permanentemente cuestionados y laminados, cuando esas diferencias culturales son ignoradas, vilipendiadas o suprimidas en nombre de la igualdad, cuando esa pluralidad requiere siempre la aprobación de la mayoría para poder sobrevivir en condiciones de normalidad. Y es que tampoco la interculturalidad es vivida como un elemento enriquecedor de la sociedad, sino como un problema que, como mucho, hay que conllevar, como un estorbo pesado y tedioso, o como una provocación que raya la amenaza a una unidad y a una armonía míticas, y no como una realidad que hay que gestionar del modo más democrático y justo posible.

Las minorías nacionales, por su parte, son aquellos pueblos o comunidades que a lo largo de la historia, y hasta nuestros días, han buscado reconocimiento político. Son minorías porque forman parte de un Estado cuyos elementos culturales e identitarios son distintos a los suyos (lengua, religión, historia, tradiciones, geografía…), y son nacionales porque tienen el sentimiento y la percepción de tener una personalidad política distinta de la mayoritaria -ni mejor, ni peor, solo distinta- que, algunas veces, les conduce a reclamar los beneficios y la fuerza de contar con una herramienta llamada estado.

El primer paso para una gestión democrática de la diversidad cultural y nacional es necesariamente el reconocimiento en pie de igualdad de esa realidad, no como una concesión graciosa, el respeto como sujeto de todos los derechos políticos, sociales y culturales de que gozan los ciudadanos pertenecientes a la mayoría y que tienen todo el peso del estado a su favor. Justamente por eso, porque los estados tienen una identidad concreta que tiende permanentemente a la expansión, es por lo que las minorías demandan algún tipo de reparación o de protección para contrarrestar esa desigualdad estructural. No lo hacen con la finalidad de gozar de más derechos que los demás, o de tener algún tipo de privilegio, sino sencillamente para poder ejercer en la práctica los mismos derechos que las mayorías. Por eso, el segundo paso en esta gestión democrática de la diversidad cultural y nacional es la negociación que en ningún caso debe pasar por la imposición de la mayoría, porque si dicha negociación se ve sometida o amenazada por la tiranía de esa mayoría, estaríamos hablando de concesiones y no de acuerdos.

Pero lamentablemente, ante el avance de una democracia verdaderamente pluralista e inclusiva, los antes asimilacionistas han ido virando de estrategia y ahora han sustituido sus cantos a la igualdad y a la bondad de la eliminación o privatización de las diferencias de los otros por las apelaciones enardecidas a la convivencia y a la cohesión social, sin referencia alguna a algo tan humano y tan real como son las relaciones de poder. No ponen en duda la justicia del reconocimiento y de la negociación, pero temen que su aplicación erosione esa convivencia y perturbe esa cohesión. Detentadores del poderío y el blindaje que otorga tener de su parte el entramado estatal, se presentan como no nacionalistas y postidentitarios -como si esto fuera posible- y se proclaman cosmopolitas, ciudadanos del mundo, liberados de cualquiera de esas viejas ataduras. El respeto a los derechos humanos, la solidaridad entre los pueblos no deberían ser simples deseos bienintencionados: los derechos humanos debieran estar por encima de las fronteras y de las pertenencias identitarias, y la solidaridad es algo más que limosna piadosa.

Tal vez, desde el prisma intercultural, las reivindicaciones y aspiraciones de las minorías culturales y nacionales españolas encontrarían un terreno más abonado para su comprensión y un camino más despejado para su resolución.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/17/los-espanoles-y-la-interculturalidad/

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