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Más estudiantes del sistema privado eligen la educación pública en Ecuador

Ecuador/15 septiembre 2016/Fuente: Agencia Pública de Noticias del Ecuador  Suramérica-ANDES-

Cada vez más ecuatorianos confían en la educación pública. Para el período escolar 2016-2017, en el ciclo Sierra y Amazonía, 45.000 estudiantes pasaron de instituciones privadas a fiscales, fiscomisionales y municipales.

Según destacó el Jefe de Estado, Rafael Correa, en el marco de la inauguración de la Escuela del Milenio Santiago de Putumayo, esto se debe al mejoramiento de la calidad de la educación evidenciado en la infraestructura, capacitación docente, y una mayor inversión que anualmente alcanza los 500 millones de dólares.

“Una educación pública y de acceso masivo y gratuito es la base de la democracia”, apuntó el mandatario.

La educación pública de calidad significa igualar oportunidades, el ministro Augusto Espinosa, dijo que este es el camino para erradicar la pobreza y la desigualdad.

María Cacuango, madre de dos niños, explica que eligió la escuela pública por dos razones, por su calidad y porque eso le ayuda en su economía.

El docente del colegio Benálcazar, Holguer Guerra, afirma que los contenidos que se enseñan a los estudiantes son acordes a los entregados por el Ministerio de Educación, y que ellos se capacitan constantemente para preparar para el futuro a los estudiantes.

Irina Hoyos también cree que la educación es la mejor herencia que puede dejar a sus hijos, y considera que todo es posible debido al esfuerzo de autoridades, gobierno nacional y padres de familia.

Christopher Gabela estudiante del colegio Experimental 24 de mayo, dice que en la educación pública ha encontrado enseñanza en valores y un nivel de exigencia en las materias que estudia.

Igual opinión tiene su compañera Emilse Arboleda para quien es fundamental el apoyo del Estado a los estudiantes. “Algunos no tienen dinero para entrar en un colegio y el gobierno te ayuda y gracias a eso, cualquier persona puede entrar a estudiar, sin discriminación”, resalta.

En total 2 millones de estudiantes iniciaron clases en el régimen Sierra Amazonía, 82% de ellos en planteles públicos, 152 mil nuevos alumnos ingresaron al sistema educativo nacional, de los cuales, 45.000 pasaron de la educación privada a la pública.

Según cifras del Ministerio de Educación con datos del E-sigef de 2008 a 2016 Ecuador registra una inversión en educación de 21 mil millones de dólares a escala nacional. Mientras que según datos de la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), el 97% de niños acude a la educación pública superando al promedio de 92,3% del resto de países de América Latina.  

Fuente noticia: http://www.andes.info.ec/es/noticias/mas-estudiantes-sistema-privado-eligen-educacion-publica-ecuador.html

Fuente imagen: http://www.telesurtv.net/__export/1408989644025/sites/telesur/img/image/2014/05/06/correa2.jpg_1718483346.jpg

 

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México: CNTE en Chiapas acuerda ‘nueva modalidad de lucha’

México/15 septiembre 2016/Fuente: El Finaciero

Los docentes analizan si aprueban “darle una salida política a la jornada, aceptando el ofrecimiento que hiciera el gobierno federal, planteamiento ratificado el pasado 12 de septiembre”, señalan las actas de la consulta de su asamblea.

Se perfila el levantamiento del paro magisterial en Chiapas que inició el pasado 15 de mayo, pues la asamblea de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) acordaron darle una “nueva modalidad de lucha” , lo que implica el regreso a clases.

La dirigencia magisterial sostuvo la noche de este lunes, una reunión en el hangar de gobierno, en la que estuvieron funcionarios del gobierno de Chiapas y, de acuerdo a versiones de los profesores que no han sido confirmadas, el secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava, quien al decir de los paristas, les reiteró la propuesta de diferir la aplicación de la reforma educativa en la entidad, hasta diciembre de 2018.

Los docentes ahora se encuentran en proceso de consulta para ver si aprueban “darle una salida política a la jornada, aceptando el ofrecimiento que hiciera el gobierno federal, planteamiento ratificado el pasado 12 de septiembre”, señalan las actas de la consulta.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/cnte-en-chiapas-acuerda-nueva-modalidad-de-lucha.html

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10 cosas que hace Finlandia para liderar la educación mundial

Finlandia/08 septiembre 2016/Fuente: El Comercio

Entre las prioridades del nuevo gobierno, hay una que es la base para todas las demás: la educación. Estando muy lejos de ser un conocedor del tema, decidí investigar qué hacen los países líderes en la educación mundial. Analicé los resultados de las pruebas PISA de los últimos años, así como informes de McKinsey y Lund University (Suecia), y la última película del crítico estadounidense Michael Moore, “Where to Invade Next”.

Varias cosas me quedan claras. Primero, que los países con la mejor educación son principalmente nórdicos (Finlandia y Suecia) y asiáticos desarrollados (Corea del Sur y Japón). También, que la base es una política de Estado, aplicada sin excepciones. El campeón es Finlandia, número 1 en las evaluaciones PISA de los últimos años.

La educación se da en cuatro etapas de la vida: preescolar (2 a 6 años), escolar (6 a 16-17 años), universitaria o técnica (17 a 21-22 años) y posgrado. Las dos primeras son fundamentales, ya que forjan a las personas con valores, conducta y conocimientos básicos, así como las habilidades para aprender y desarrollar el cerebro. Las dos últimas sirven para introducir y mejorar competencias específicas.

La primera se forja principalmente en el hogar y es reforzada en la escuela. La segunda es al revés, se forja en las escuelas y se refuerza por los padres en casa. Ambas son críticas. La influencia de los padres es muy fuerte en los primeros años de vida. Esto va disminuyendo y pasando a manos de los maestros a partir de los 7 años y hasta los 15-17 años. Es en ese período que una buena educación escolar hará la gran diferencia y es allí en que países como Finlandia, Suecia, Corea del Sur y Japón han hecho lo necesario para estar a la vanguardia.

Dado que Finlandia es el que mejor lo viene haciendo, aquí resumo los principales conceptos utilizados en la educación escolar en este país:

1. Es única y gratuita. No hay diferencia entre colegios (igual currículo y no hay privados). El Estado es el rector.

2. Empieza un poco más tarde (a los 6 años), para que el niño pase más tiempo con sus padres y su familia.

3. Lo más importante es la calidad de los profesores. Son muy bien preparados y remunerados. Se busca e incentiva a los mejores alumnos de las universidades.

4. Se privilegia tener un buen profesor versus el concepto de pocos alumnos por salón.

5. Todos los alumnos de un grado avanzan al mismo ritmo. Los que se retrasan reciben refuerzo de inmediato, impartido por profesores especialistas en este objetivo.

6. No hay tareas, el trabajo se hace en la escuela.

7. Menos horas de escuela (cuatro al día para los más pequeños y seis para los mayores). Se incentivan la socialización, el tiempo con la familia, la música y los deportes.

8. Se incentivan cursos generales como arte, idiomas, educación cívica, cocina, carpintería, etcétera. Esto ayuda e incentiva a muchos a escoger carreras técnicas y no necesariamente universitarias.

9. Se enseña cómo aprender más y mejor, es decir, cómo usar el cerebro.

10. En resumen, se enseña a crecer como seres humanos, a tomar decisiones propias y a ser niños felices.

Como ven, es algo muy diferente a lo que conocemos en nuestra latitud, incluyendo a EE.UU., que en los años 70 estaba a la par de Finlandia, pero ahora es puesto 29 en PISA.

Es un modelo de largo plazo, difícil de implementar y que solo se logra si hay la voluntad y decisión del Estado y un disciplinado acuerdo político nacional para la consistencia a través de los gobiernos. Sería espectacular, ¿no? ¡Soñar no cuesta nada! 

Fuente: http://elcomercio.pe/economia/peru/diez-cosas-que-hace-finlandia-liderar-educacion-mundial-noticia-1925805

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Chile, Ministra Delpiano señaló: «Universidad Autónoma se nos coló en la gratuidad»

Chile/28 julio 2016/Fuente: La Tercera

La titular de Educación reconoció que el plantel ingresó a la política a partir de la situación creada por el fallo del Tribunal Constitucional. Además, remarcó que la gratuidad será con calidad porque muchos estudian en «universidades rascas».

En el segundo piso de la Fundación Chile 21 y con la presencia de clásicas figuras de la Nueva Mayoría, como el ex ministro Francisco Vidal, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, reconoció que nunca fue intención de su cartera que la Universidad Autónoma ingresara a la gratuidad este año.

“La U. Autonóma se nos coló en la gratuidad el año pasado, a partir del fallo del Tribunal Constitucional (TC). Es una institución que lo único que exige es haber dado la PSU. Da lo mismo si te sacaste 300, 400 ó 500 puntos”, señaló la secretaria de Estado hoy en un seminario del organismo que abordó la reforma a la educación superior.

La casa de estudio ingresó sorpresivamente en diciembre del año pasado a esta política, luego de que el TC ordenara al Mineduc no exigirle a las instituciones algún nivel de participación interna para que pudieran sumarse a dicho financiamiento. Finalmente, se les pidió cuatro años de acreditación y no contar con controladores con fines de lucro.

La ministra subrayó que “los planteles masivos son de baja exigencia” y que la matrícula de una universidad como la Autónoma “puede ser infinita, versus la de la U. de Chile o cualquiera del Cruch que tiene exigencia y puntajes de corte PSU muy altos”.

Para el rector de la U. Autónoma, Teodoro Ribera, las afirmaciones de Delpiano  son infundadas. “Cuando una universidad cumple con los requisitos legales no se entra de colado a la gratuidad, nosotros no entramos ‘a la mala’, sino ‘a  la buena’. Fue el Mineduc el que certificó que cumplíamos con los requisitos”, aseguró la máxima autoridad del plantel.

Ribera remarcó que “sorprende que todavía exista este recelo a que una universidad privada se incorpore a la gratuidad, siendo que debería ser bien visto y apoyado” y subrayó que el plantel que dirige tiene requisitos de ingreso “autoimpuestos, los puntajes promedio son similares a otras universidades del Cruch. Nos habría gustado que la ministra como presidenta del Cruch hubiere apoyado con energía nuestra incorporación al sistema único de admisión (SUA), pues en cuatro oportunidades hemos postulado sin éxito”.

En tanto, el rector de la U. de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, destacó la “sabiduría del Cruch cuando decidió que la U. Autónoma no cumplía las condiciones para entrar al SUA, porque no estaba claro el tema del lucro. Tendrá que explicar el Mineduc esta situación”.

“Universidades rascas”

La ministra Delpiano, además, enfatizó que se llegará al sexto decil de cobertura en la gratuidad en plazos concretos, “no de todos los estudiantes, porque esto es gratuidad con calidad. Y hay un montón de cabros que están en universidades rascas o en los institutos profesionales que no son sin fines de lucro. Y no crea que están llorando por pasarse a ser sin fines de lucro”.

El rector Zolezzi se refirió a esta declaración: “No sé si son rascas o no, pero no tienen las características que tiene que tener una universidad. Los intereses de una universidad seria es formar estudiantes y a otras sólo les interesa su negocio, matricular todo lo que se pueda para después recibir el Crédito con Aval del Estado”.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/07/680-690245-9-ministra-delpiano-universidad-autonoma-se-nos-colo-en-la-gratuidad.shtml

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Maestros y estudiantes: Punta del iceberg de crisis de DDHH en México

Por: Inés M.Pousadela

México está experimentando una monumental crisis de derechos humanos. Hay abundante evidencia de las extendidas violaciones de derechos humanos en el país, que incluyen torturas, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y violencia contra periodistas y defensores y defensoras de derechos humanos.

Si los datos duros son preocupantes, lo es aún más la negativa persistente del gobierno mexicano a reconocer la situación. En las palabras de Yésica Sánchez Maya de Consorcio Oaxaca, una organización de la sociedad civil local, el Estado “está invirtiendo más esfuerzo y recursos en negar un problema que de todos modos es evidente, que en resolverlo”.

Pese a las garantías constitucionales, en México el imperio de la ley es incompleto y muy desparejo. En estados como Oaxaca, donde las protestas de maestros fueron recientemente reprimidas con violencia, o Guerrero, donde 43 estudiantes de magisterio rural fueron desaparecidos y dados por muertos desde 2014, organizaciones y activistas de la sociedad civil enfrentan fuertes restricciones.

Ellas se derivan de la violencia ligada al narcotráfico, la infiltración de gobiernos locales por parte de operaciones de crimen organizado crecientemente diversificadas, la penetración de la corrupción, la represión policial, y las severas violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad.

En junio, los maestros de Oaxaca se manifestaban en las calles en contra de la reforma educativa emprendida por el gobierno. En el fin de semana del 19 y 20 las fuerzas de seguridad mataron a por lo menos nueve personas e hirieron a varias decenas al atacar a maestros y pobladores movilizados.

Una declaración firmada conjuntamente por numerosos grupos de la sociedad civil mexicana subrayó entonces que la gente de Oaxaca vive “en un contexto de violencia generalizada” en el cual los movimientos sociales – en particular los que involucran a los maestros – llevan largo tiempo criminalizados por el sistema judicial, las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación.

El hostigamiento judicial contra los líderes sindicales de los maestros es en efecto frecuente, e incluye arrestos y detenciones. Precisamente uno de esos arrestos tuvo lugar el pasado 11 de junio, al tiempo que el clima de protesta se recalentaba.

Los maestros denunciaron el arresto como un acto de acoso judicial motivado políticamente, desestimaron los cargos de malversación y lavado como meras excusas destinadas a desactivar la protesta y, acto seguido, redoblaron su estrategia de bloqueo de rutas.

En los días y horas que precedieron al desencadenamiento de la violencia, las autoridades convirtieron el área en una zona de guerra: a medida que la tensión se incrementaba, una flotilla aérea sobrevolaba la zona y eran desplegados numerosos efectivos de las fuerzas de seguridad. Nada más que tragedia podía resultar del encuentro cara a cara de esos efectivos fuertemente armados con las multitudes de manifestantes.

A la represión le siguió la consabida discusión acerca de las virtudes morales de los maestros (¿eran lo suficientemente pacíficos?), sus opciones tácticas (¿cuán legítimo es el bloqueo de rutas, uno de sus métodos disruptivos preferidos?), sus preferencias de política pública (¿es la reforma educativa tan mala como ellos afirman?) e incluso sus razones subjetivas para rechazar los cambios propuestos por el gobierno (¿tenían miedo de perder sus empleos en caso de imponerse evaluaciones de desempeño?).

Mientras que las opciones de política pública son en efecto el tema de una discusión que ha de ser saldada por los mexicanos –y de hecho uno de los principales reclamos expresados en las calles era justamente que el gobierno trataba de imponer su proyecto de reforma en vez de someterlo a debate público-  no existe justificación alguna para el uso de fuerza letal por parte de las autoridades estatales.

A contramano de los estándares de buenas prácticas vigentes sobre el manejo de manifestaciones, el gobierno federal de México y el gobierno del estado de Oaxaca han recurrido una vez más a medidas punitivas de mantenimiento del orden público. Han tratado a los bloqueos de rutas, históricamente parte de las tácticas de resistencia de los movimientos sociales, como delitos graves.

Han utilizado el sistema de justicia penal como herramienta para inhibir las protestas a la vez que castigar a los manifestantes por participar en ellas. La violenta reacción gubernamental frente a la protesta social de los días 19 y 20 de junio fue todo menos sorpresiva.

Según las autoridades, fue cuando la policía trató de desalojar a los manifestantes que unos individuos armados no identificados (pero según todos los indicios no vinculados con las organizaciones que lideraban la protesta) abrieron fuego y desataron el caos. Tras los incidentes, numerosos testigos oculares coincidieron en afirmar que los manifestantes se encontraban desarmados.

Lejos de carecer de precedentes, esta tragedia siguió el guión de una masacre similar ocurrida una década atrás. Fue, precisamente, la impunidad reinante la que habilitó la repetición: tal como lo enfatiza Sánchez Maya, “todavía hoy no tenemos ni una persona detenida y sentenciada por la terrible represión ocurrida en 2006… El Estado no ha sido capaz o no ha querido garantizar el acceso a la justicia, ni siquiera en los casos en que se sabe quién es el culpable de la violación de derechos humanos a partir del testimonio de las víctimas. Ello ha generado impunidad, y por lo tanto permisibilidad (hacia las violaciones de derechos humanos)”.

En la práctica, las libertades básicas que componen el espacio cívico – las de asociación, protesta pacífica y expresión – no son plenamente respetadas en México, y predomina la impunidad. De acuerdo con los datos difundidos por el gobierno mexicano, desde 2007 más de 22.000 personas han desaparecido en el país.

Un reciente informe de Front Line Defenders registró ocho asesinatos de defensores de derechos humanos ocurridos en México durante 2015, en tanto que el capítulo mexicano de Artículo 19 documentó 23 desapariciones de periodistas entre 2003 y 2015, es decir un promedio de dos al año. El último iforme anual de la misma organización describe una situación de temor extendido entre los trabajadores de medios, con 397 agresiones contra la prensa documentadas en 2015 (una cada 22 horas, un aumento de 22 por ciento en relación con 2014), incluidos 7 asesinatos.

No resulta sorprendente que el espacio para la libre expresión, tanto en los medios tradicionales como en la web, quede restringido por efecto de la autocensura.

La participación en protestas callejeras también conlleva riesgos, en la medida en que la menor chispa de violencia por parte de los manifestantes suele constituir una excusa bienvenida para el despliegue de fuerza excesiva por parte de las fuerzas de seguridad, a menudo seguida de detenciones arbitrarias e incluso torturas bajo custodia.

Varios estados cuentan con legislación que permite a la policía utilizar armas de fuego o fuerza letal para dispersar manifestaciones.

La violencia y la represión son parte de la vida cotidiana en numerosos estados y localidades de México, aunque solo unos pocos casos seleccionados terminan colocados bajo los reflectores de la atención internacional.

El caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que en 2014 desaparecieron en camino a una protesta en Iguala, en el estado de Guerrero, constituyó en ese sentido un punto de inflexión. Cuando nuevos activistas mexicanos son asesinados por decir su verdad o exigir explicaciones al poder, sus conciudadanos ya no están mirando para el otro lado.

Desde la desaparición de los 43 de Ayotzinapa ha existido una demanda sostenida por una investigación independiente, la cual se ha renovado vigorosamente en las últimas semanas.

De igual modo, la represión en Oaxaca empujó a miles de estudiantes y pobladores locales hasta entonces ambivalentes hacia las reformas educativas propuestas a manifestarse en las calles en solidaridad con los maestros. Enormes multitudes sumaron sus voces en otras partes del país, incluida la Ciudad de México. Manifestaciones menores también tuvieron lugar en ciudades de todo el mundo.

Desde las calles, los medios y los foros internacionales se elevan un fuerte llamamiento al gobierno mexicano. Las demandas son claras. En primer lugar, las autoridades mexicanas en todos los niveles de gobierno deben buscar y mantener el diálogo con los grupos de la sociedad civil movilizados, entre ellos los sindicatos docentes.

En segundo lugar, deben dar instrucciones a las agencias de mantenimiento del orden para que cese de inmediato el uso de fuerza excesiva contra organizaciones y activistas de la sociedad civil en pleno ejercicio de su legítimo derecho a reunirse y peticionar a las autoridades.

Tercero, deben iniciar una investigación independiente de toda instancia de uso de la fuerza contra manifestantes y de todas las violaciones de derechos humanos perpetradas en conexión con aquellas. Tercero, deben adoptar las mejores prácticas para el manejo de manifestaciones recomendadas por el Relator Especial sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica y de asociación de las Naciones Unidas.

Finalmente, deben fortalecer y utilizar en forma efectiva las instituciones de protección ya existentes, tales como la Unidad Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas y el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

En pocas palabras, medidas efectivas de protección más sólidas garantías de no repetición: he aquí la simple fórmula del cambio.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2016/07/maestros-y-estudiantes-punta-del-iceberg-de-crisis-de-ddhh-en-mexico/

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México: Detienen a maestros que protestaban contra reforma

México/21 julio 2016/Fuente: Telesur

Según una fuente del sitio digital Regeneración, acusan a los maestros “de obstruir las vías del tren”, pero en Zitácuaro no existen vías de tren. Ellos estaban en la carretera federal, en el tramo conocido como Lengua de Vaca.

Un total de 30 profesores que protestaban contra la reforma educativa, fueron detenidos este miércoles en el occidental estado mexicano de Michoacán.

El arresto ocurrió a las 14:30 hora local (19:30 GMT) sobre la carretera federal que comunica las ciudades de Zitácuaro y Toluca,

Según una fuente del sitio digital Regeneración, acusan a los maestros “de obstruir las vías del tren”, pero en Zitácuaro no existen vías de tren. Ellos estaban en la carretera federal, en el tramo conocido como Lengua de Vaca.

Los detenidos fueron trasladados a la ciudad de Morelia, capital de Michoacán, donde fueron puestos a disposición de la Fiscalía del estado.

Este miércoles, cientos de profesores adheridos a la organización sindical Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) mantuvieron además bloqueos a la red ferroviaria estatal, en protesta por la reforma educativa de 2013, impulsada por el actual gobierno de Enrique Peña Nieto.

Los bloqueos se registran en los municipios de Maravatío, Yurécuaro, Uruapan, Morelia, Nueva Italia, Pátzcuaro y Lázaro Cárdenas.

Desde el 16 de mayo pasado, la CNTE mantiene suspendidas las clases en el 80 por ciento de las 19 mil 500 escuelas de educación básica que existen en los 113 municipios de Michoacán, y el gobierno del estado anunció el despido de mil 625 profesores de la CNTE.

Estudiantes de las ocho Escuelas Normales de la región, formadoras de profesores, e indígenas de la etnia purépecha, mostraron en días recientes su apoyo a la CNTE.

A nivel nacional, la CNTE lleva dos meses de huelga, en la que realizan protestas y bloqueos de carreteras en gran parte del territorio mexicano,

Los incidentes más graves acontecieron en Nochixtlán, en Oaxaca, en el que según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) 10 personas fallecieron y centenares salieron heridas tras un choque entre civiles y la policía durante una manifestación de maestros.

Este martes la CNTE y miembros del Gobierno Federal se reunieron en una mesa de diálogo que fue suspendida por falta de entendimiento.

Fuente:

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Educación Superior: Fallas estructurales de la propuesta del gobierno

Por: José Joaquín Brunner

Estamos graduando anualmente más de 150 mil técnicos y profesionales que buscan empleos y oportunidades para desenvolver sus capacidades y de esa manera contribuir a la economía y generar ingresos para sí y sus familias. El país requiere elevar continuamente su capital humano pero, sobre todo, necesita usarlo.

I

El revuelo causado por el proyecto de reforma de la educación superior ha sido acompañado por una débil defensa del mismo por parte del MINEDUC. Los actores relevantes han tomado distancia: rectores de todo tipo de instituciones universitarias y no-universitarias; estudiantes agrupados en la CONFECH; partidos de la Nueva Mayoría (NM) y la derecha;  parlamentarios oficialistas y de oposición; editorialistas y columnistas de medios de comunicación; académicos especializados que investigan sobre el sector.

En un primer momento incluso el ministro de Hacienda  relativizó el objetivo-eje del proyecto; esto es, la gratuidad universal ofrecida para un futuro incierto pero que desde ya ordena el conjunto de materias contempladas en la ley.

La opinión pública, en tanto, ha reaccionado desfavorablemente frente a la iniciativa estrella del gobierno. Apenas un tercio de la población encuestada cree que la educación universitaria debería ser gratuita para todas y todos los jóvenes, incluyendo a los “herederos”, o sea, a los hijos de las familias con mayor capital socioeconómico y cultural. Solo algo más de un tercio piensa que la gratuidad debe favorecer exclusivamente a las universidades pertenecientes al CRUCH, sin considerar a las instituciones privadas ajenas a dicho organismo gremial. Por último, sólo un 18% de los encuestados cree que es muy o bastante probable que el gobierno logre un acuerdo con todos los actores políticos y sociales para aprobar la reforma educacional en el Congreso, mientras un 73% afirma que tal acuerdo es poco o nada probable (Plaza Pública CADEM, Número 130, 11 de julio de 2016).

No hay que confundirse, sin embargo. Los desacuerdos no pueden sumarse entre sí. Provienen de distintos ángulos, poseen una variable intensidad, responden a visiones y preferencias ideológicas de muy distinta naturaleza. Son, por tanto, “fuego cruzado”; aquel,precisamente,“que se hace contra un blanco desde varios lados, generalmente opuestos”, con motivaciones también diferentes y con proyectiles que recorren diversas trayectorias.

Construir acuerdos para una reforma de nuestra educación terciaria requeriría, al menos, compartir y articular visiones en torno a tres cuestiones centrales: (i) un diagnóstico del sistema, su organización y desempeño; (ii) el objetivo central de la transformación buscada y, (iii) los instrumentos necesarios y su calibración (incluyendo el financiamiento).

II

Respecto del diagnóstico sobre el estado de nuestra educación superior, el proyecto de ley del gobierno se funda en una visión catastrófica de la organización y el funcionamiento del sistema, aunque le reconoce tímidamente (y solo con remilgos) un resultado positivo. Cual es, haber expandido la cobertura.

En lo demás, todo parece ser negativo cuando no caótico: un mercado salvaje, una competencia destructiva, unos aranceles estratosféricos, unos proveedores privados dedicados al lucro y a la estafa, una absoluta falta de regulaciones, un proliferación de instituciones y programas, un régimen mixto mentiroso, una total falta de equidad, un desbalance entre formación académica y técnico-profesional, saturación de ocupaciones, etcétera.

En breve: anarquía, falta de un plan, escasa sistematicidad, ausencia de controles, riesgos de sobreoferta con subempleo. Todo esto repetido con cierto dramatismo pero con nulo apoyo en la evidencia disponible y sin ningún esfuerzo serio de comprensión y comparación.

Permítaseme  confrontar  ese diagnóstico con una serie de hechos.

Chile tiene un nivel de acceso a la educación superior (medido como tasa bruta de participación) que supera al del promedio de los países de Europa occidental y América del Norte y es el más alto de América Latina.

El rendimiento del sistema, medido como ratio de graduados de la enseñanza terciaria (técnicos superiores y profesionales) por millón de habitantes es el más alto de la región latinoamericana (cinco veces superior al de Uruguay, por ejemplo) y supera el de España y Portugal.

La tasa de primera graduación (porcentaje de graduados dentro del respectivo grupo de edad que obtienen su primer diploma como un bachillerato o una licenciatura) estimada por la OCDE es en Chile superior a la del promedio de esta Organización, situándose a la par con la de Austria y España y por encima de Suiza y el Reino Unido.

Chile ostenta también una tasa de primera graduación en programas terciarios técnicos o de ciclo corto superior a la del promedio de la OCDE, situándose en este indicador en un nivel similar con Estados Unidos y más alto que Letonia, Dinamarca y Hungría. El mito de que en Chile habría una escuálida  formación  de adultos jóvenes en carreras técnicas no pasa de ser eso, un mito. Aun así, claro está, puede haber un déficit (proyectado) de técnicos en ciertas áreas de la economía.

En el terreno de la equidad, medido por el Índice 20/20, esto es, el número de veces que la participación de jóvenes del quintil más rico supera la participación de jóvenes del quintil más pobre en la educación terciaria, Chile posee el segundo mejor Índice dentro de la región latinoamericana después de Bolivia, por delante de sistemas nacionales con “gratuidad” en sus instituciones estatales y con una proporción más reducida de provisión privada como México, Argentina, Venezuela y Uruguay.

Si bien la calidad de las universidades es difícil de medir, hay dos dimensiones que los rankings internacionales permiten comparar dentro de América Latina.

En primer lugar, el número de habitantes por “universidades reputada” según el ranking latinoamericano de QS-2016, que combina indicadores objetivos con una encuesta de percepción, es en Chile el segundo más favorable después de Panamá́ , siguiéndole Uruguay, Costa Rica y Argentina, en ese orden.

En segundo lugar, el número de habitantes por número de universidades que realizan investigación continuamente y de cierta complejidad ubica a Chile en tercer lugar dentro de Iberoamérica, después de Portugal y España, siendo seguido por Argentina, Brasil y Uruguay.

En este mismo orden de la calidad, y desmintiendo el aserto de que en Chile primaría un mercado desregulado y una mala calidad rampante próxima a la estafa,  conviene anotar que un 61,2% del total de estudiantes (universitarios y no universitarios) se  halla matriculado en instituciones acreditadas por 4 años y más, y un 30,5% adicional en instituciones acreditadas por 2 y 3 años, de manera que hay menos de un 10% de la matrícula en instituciones no-acreditadas.

Por último, cabe recordar que de acuerdo a la más reciente estadística de la OCDE, dentro de los países miembros y asociados Chile ocupa el segundo lugar después de EEUU y junto con Canadá en una escala de esfuerzo de inversión en la educación terciaria (gasto total, público-privado, en este nivel educacional expresado como porcentaje del PIB). En efecto, Chile alcanza hoy una cifra que equivale a un 2,5% del PIB,  esto es, alrededor de USD 6 mil millones. Sin embargo, a pesar de este magno esfuerzo, el gasto por estudiante es apenas superior a la mitad del gasto promedio por este mismo concepto en la OCDE, expresado en moneda de igual poder adquisitivo.

III
¿Significa que no hay motivos para cambiar nada? ¿Que todo lo que se necesita es mantener la dirección y una velocidad de crucero? Evidentemente no es así.

Hay al menos cinco aspectos en que se requieren cambios sustanciales para mejorar el desempeño, las funciones y la organización del sistema.

El primero, y más importante, ha vuelto a ser dramáticamente resaltado por el examen PIACC de la OCDE que mide las competencias de la población adulta en los dominios de comprensión lectora, numérico y de resolución de problemas en contextos ricos en tecnologías de información. El resultado para Chile es un fuerte llamado de atención. Nuestra población de 25 a 64 años con educación superior rinde –en los tres dominios mencionados–  a la par o por debajo de las personas con solo educación secundaria en la mayoría de los países de la OCDE.

Tenemos pues un primer problema y desafío; transforma la enseñanza en sus contenidos, forma, organización y métodos, de manera proveer oportunidades de calidad a todos los estudiantes, dotándolos de capacidades, destrezas, conocimientos y competencias requeridos  para el ejercicio de roles adulto en las sociedad, la polis, la familia, el consumo y en relación con la cultura y la naturaleza. Para esto deben revisarse las carreras, sus esquemas curriculares, la estructura de grados y títulos, la duración de los estudios, los énfasis prácticos y el uso pedagógico de tecnologías de comunicación y aprendizaje.

Segundo, relacionado con anterior, tenemos que preocuparnos de la inserción laboral de los jóvenes. Estamos graduando anualmente más de 150 mil técnicos y profesionales que buscan empleos y oportunidades para desenvolver sus capacidades y de esa manera contribuir a la economía y generar ingresos para sí y sus familias. El país requiere elevar continuamente su capital humano pero, sobre todo, necesita usarlo. Nada amenaza más nuestro futuro que una generación formada en el nivel superior que luego pudiera no encontrar trabajo y viera frustradas sus expectativas de contribución y de ingresos.

Tercero, en la medida que Chile se desarrolle y aumente la sofisticación de su economía y exportaciones y la complejidad de la división del trabajo y de sus fuerzas productivas, y que su sociedad civil y democracia se amplíen también y supongan grados más altos de racionalización, el país necesitará asimismo producir, transferir, adaptar y utilizar más intensamente conocimientos para innovar en todos los planos de la vida. En el mediano plazo, las actividades de investigación y desarrollo irán ocupando un lugar cada vez mayor en nuestra estrategia de desarrollo. Y  las universidades, junto con las empresas, deberán asumir funciones de conocimiento para las cuales hoy no están preparadas. Lo mismo pasa en relación al papel cada vez más importante que las instituciones académicas deberán jugar en la sociedad civil y la esfera pública, como órganos de racionalización de la política, la convivencia y la cultura.

Cuarto, robustecer la gobernanza del sistema y  sus regulaciones , ordenando estos elementos con vistas al desarrollo de un régimen mixto de provisión, el cual supone un equilibrio en el paralelogramo de fuerzas donde interactúan las organizaciones (universitarias y no universitarias), el Estado, la sociedad civil y los mercados. Al momento el Estado tiene un rol difuso y una escasa capacidad de conducción; carece de una estrategia de largo plazo para el sector, y el gobierno de la República no articula una gobernabilidad donde participan efectivamente las diferentes partes interesadas. Las organizaciones se han ido polarizando en torno al eje Estado-mercados, perdiéndose con ello el auténtico sentido de lo público. Los mercados funcionan con regulaciones débiles o contradictorias. Y, en general, la sociedad civil no aparece con la fuerza necesaria en el horizonte de actuación de las instituciones, cuando se supone que debería ser el elemento rector de un sistema que opera bajo un régimen mixto.

Quinto, es imprescindible articular un estrategia sustentable de financiamiento que permita al país mantener el alto nivel de gasto que hoy destina a este sector y, progresivamente, elevarlo aún más en función de una inversión creciente en la transformación de la enseñanza; la expansión de la investigación en ciencia, tecnología e innovación; la vinculación con el medio social; la diseminación de la cultura y la internacionalización de sus programas.

En suma, nuestra educación superior ha experimentado un potente desarrollo que desmiente los diagnósticos catastróficos pero experimenta a la vez nuevos problemas y desafíos.

Durante los últimos dos años,  mi argumento ha sido que la administración Bachelet y la NM tienen un diagnóstico equivocado (catastrofista) de nuestra educación superior que los llevan a errar también la identificación de los problemas y desafíos y por ende la definición de su política.

IV

Señalamos al comienzo que hay otras dos cuestiones –adicionales al diagnóstico– que requieren una visión compartida para poder avanzar en la reforma de la educación superior. Por un lado, la definición común de un objetivo central para las transformaciones buscadas y, por el otro, la selección de los instrumentos adecuados (incluyendo los de financiamiento) y su adecuada calibración. Me referiré más extensamente a ambos aspectos en las próximas columnas.

Por ahora me limito solo a enunciar la importancia que reviste definir correctamente el objetivo central de la reforma y a anticipar por qué, a mi juicio, el gobierno ha errado también en este asunto clave.

La definición del objetivo central de la reforma impulsada por el gobierno ha sido planteada por la ministra de Educación como “desmontar un sistema de educación de mercado”, mismo objetivo declarado en el programa presidencial de la administración y reiterado a lo largo de los primeros casi 30 meses, identificándolo como un verdadero “cambio de paradigma” de la política en este sector que rompería con la política (neoliberal) de los anteriores gobiernos de la Concertación.

Esta formulación ambiciosamente anacrónica, estilo socialdemocracia nórdica de los años del gran auge del Estado de Bienestar, se propone implantar la gratuidad universal como un ariete para “desmontar” el esquema mixto (estatal-privado) de financiamiento de la educación superior, junto con producir una progresiva estatalización de todos los aspectos claves del sistema a través del control del acceso, la admisión, las vacantes, los programas, la apertura de sedes, los currículos, la estandarización de los grados y títulos (vía marco nacional de cualificaciones), la gestión interna, la acreditación (sancionatoria), el autogobierno (vía una supervisión panóptica) y el financiamiento (estatal) del cual todas las instituciones se tornarían dependientes en el mediano plazo, con excepción de unas pocas universidades elitistas de mercado donde las propias familias pagarían la socialización cultural de sus “herederos” y se reproduciría una élite estamental.

Este objetivo pone fin por tanto al régimen construido históricamente en el país, aunque sea a plazo según el calendario elaborado por el ministro de Hacienda.

El gobierno insiste en que éste no es su propósito, pero el esquema de financiamiento y controles expuestos termina precisamente con todas las condiciones y características de un régimen mixto.

Este último no consiste, como equivocadamente cree el gobierno y su tecnocracia, en la mera coexistencia de instituciones estatales y privadas, lo que constituye una visión estrechamente propietaria del asunto.

Consiste, como argumentaremos más ampliamente en la próxima columna, en un arreglo institucional que optimiza el carácter público de las instituciones, fortalece su autonomía, combina competencia con cooperación, financia por igual a las instituciones y sus estudiantes, fomenta activamente la diversidad y el pluralismo de misiones y proyectos, descansa al máximo posible en dinámicas de autogobierno de las organizaciones y de autorregulación del sistema, introduce todas las regulaciones de mercado que aseguren su correcto funcionamiento, respeta la decisión de las universidades en materias de vacantes y programas sujetándolas sin embargo a reglas consistentes de acreditación, promueve esquemas de costos compartidos y exige rendición de cuentas y accountability ante la sociedad y el Estado.

Sin embargo, la reforma del gobierno camina en el sentido exactamente contrario. Más bien propone, a través de su política y particularmente del proyecto de ley presentado al Congreso, avanzar en sentido inverso. Estatalizar el sistema, someterlo a una administración político-burocrática, reducir  lo público a la propiedad estatal, estandarizar y controlar al máximo posible, homogeneizar las instituciones, restringir su autonomía y capacidad de decisión y financiar exclusivamente con gasto fiscal toda la operación del sistema, convirtiéndolo, en la práctica, en un servicio del Estado.

Fuente:http://www.brunner.cl/?p=14593

Fuente imagen: http://static.diario.latercera.com/201208/1591738.jpg

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