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Susana Chávez, directora general de Promsex: “Minedu dejó atrás la educación sexual”

América del Sur/Perú/27 Agosto 2016/Autor: Ricardo Monzón/Fuente: Perú 21

“Hay un programa (de educación sexual en colegios), pero no le han dado fuerza. Es una deuda pendiente del ministerio de educación. Por eso es que la primera causa de abandono escolar es el embarazo. Es una política, pero no se cumple”.

La problemática de la violencia contra las mujeres en el Perú sigue estando sobre el tapete. La directora general de Promsex, Susana Chávez, comenta en esta entrevista qué se viene haciendo mal desde el Gobierno para cambiar el panorama. Apunta al Ministerio de Educación.

¿Existe una estadística de cuántas mujeres son agredidas sexualmente al año?
Lo que existe es el número de reportes o denuncias que hacen las mujeres víctimas de violación. Pero se estima que ese reporte no refleja la dimensión de la violencia. La mayoría de casos no son denunciados. En ese sentido, 1 de cada 5 mujeres son víctimas de violación sexual antes de cumplir los 15 años.

¿Cuántas mujeres denuncian ante el Poder Judicial?
Se estima que al año denuncian alrededor de 26 mil a 30 mil. Un 25% de la población general de mujeres violentadas. Nosotros hemos hecho un estudio local, como un censo, que arroja que la tasa de denuncia es el 0.02%.

En caso de que todas las mujeres agredidas denunciaran…
No habría capacidad de atender tanta demanda… La violación, por lo general, se descubre cuando hay de por medio embarazo, pero hay violaciones que se vienen dando de manera sistemática. La violación sexual, especialmente en niñas y adolescentes, es perpetrada por integrantes del entorno familiar. Por lo menos el 60% de violaciones en menores de 15 años es perpetrado por su tutor.

Ayer una niña de 11 años fue violada. ¿Cómo evitarlo?
Ese es el drama. Creo que nosotros todavía no hemos medido el impacto en toda su dimensión. Sabemos que la violación sexual podría significar, casi en un 56% de los casos, embarazo. O sea, no significa que todos los embarazos en adolescentes sean producto de una violación, pero la violencia sexual induce a iniciar más rápidamente la vida sexual, a engancharse rápidamente en relaciones forzadas.

¿En dónde radica el problema de la violencia sexual?
Hay varios aspectos. La nuestra es una sociedad donde se considera que las mujeres están hechas para satisfacer sexualmente a los hombres. Y donde, además, hay un rol subordinado. Esa es la explicación más macro.

¿Es únicamente la sociedad?
Es la sociedad pero también son las instituciones que refuerzan este pensar.

¿Qué instituciones?
Las que han dejado detrás todo el tema de la educación sexual, como el mismo Ministerio de Educación. A veces actúan basados en prejuicios de carácter religioso, conservador.

¿El Ministerio de Educación no educa sexualmente bien a través de los colegios?
Hay un programa, pero no le han dado ninguna fuerza. Es una deuda pendiente del Ministerio de Educación. Por eso es que la primera causa de abandono escolar es el embarazo.

¿La educación sexual no es una política del ministerio?
Es una política pero que no se cumple o que, por lo menos, no da resultados. Pero también se tomaron decisiones políticas cerradas en el país. En el marco de la ley de violencia contra la mujer se aprobó una norma que criminalizaba las relaciones sexuales de los adolescentes, pensando que así se iba a evitar las violaciones. Declararon las relaciones sexuales de personas menores a 18 años como actos de violación sexual. Lo único que se logró fue que no haya ninguna acción preventiva ni información.

Luego de la marcha #NiUnaMenos han seguido sucediendo innumerables casos de violencia contra la mujer. ¿Cuál fue su real impacto?
La marcha fue un hecho histórico y nada debería hacernos pensar que el resultado fue adverso. Lo que ocurre es que hay personas que apoyaron la marcha, pero sin comprender realmente el sentido de la misma. Han estado ahí porque sencillamente no podían estar fuera. Por ejemplo, todo el debate que viene ocurriendo sobre el Anticonceptivo Oral de Emergencia (AOE)…

¿A quiénes se refiere?
A los propios políticos. Hace poco coincidí en un programa de televisión con el señor (Héctor) Becerril, y de pronto dio toda una explicación de cómo funciona el AOE absolutamente cerrada, errada, y él decía que la marcha fue algo positivo.

También hubo una participación de la Iglesia en la marcha y respecto al AOE. ¿Cómo califica su actitud?
Yo no sé si la Iglesia ha estado en la marcha, yo no he visto a sus líderes allí ni pronunciándose a favor de ella. Además, ellos tienen su propia marcha en contra de las mujeres, que es su marcha Por la Vida, entre comillas.

¿Y sobre el AOE?
Hay que ubicar su postura dentro del rechazo total que tienen hacia los métodos anticonceptivos. Su posición es coherente, ellos están en contra de los métodos anticonceptivos modernos. Con las justas aceptan los métodos de abstinencia. Por lo tanto, su conducta sobre elAOE y sobre cualquier método anticonceptivo va a ser beligerante, opuesta, tenazmente resistente.

¿Cómo cree que acabe la discusión sobre la AOE?
El debate es posterior a la obligación que el Ministerio de Salud debe tomar. Nosotros con la Iglesia no vamos a debatir porque nunca vamos a llegar a ningún acuerdo.

Fuente: http://peru21.pe/opinion/minedu-dejo-atras-educacion-sexual-2255583

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Exigen en México educación sexual desde preescolar

América del Norte/México/27 Agosto 2016/Autora: Gardenia Mendoza/Fuente: La opinión

A los niños del jardín de niños  no se les debe enseñar sobre anticonceptivos, mucho menos sobre el coito o la complejidad del enamoramiento adulto. No. No es lo que solicita un grupo de expertos en sexualidad que promueven una educación “laica y científica” sobre la sexualidad en México.

Pero sí se debe comenzar por otras cosas, advierten.

Proponemos una educación sexual gradual  desde temprana edad, que los niños reconozcan las partes de su cuerpo y que deben ser respetados porque si a esa edad alguien viene y los toca primero se confunden y luego viene el desastre”, dijo José Ángel Aguilar, director de la asociación civil Democracia y Sexualidad.

Aguilar y tres representantes más de organizaciones estudiosas del tema expusieron en conferencia de prensa su preocupación por las recientes declaraciones del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, quien dijo que no habrá educación sexual para los preescolares(aunque nunca la ha habido) y porque en los planes de estudio para educación básica en general  observan”grandes retrocesos”.

Por ejemplo no se menciona claramente por su nombre a los genitales o a los anticonceptivos y en su lugar se usan eufemismos como derechos sexuales o reproductivos. “Si esto se traduce en un programa real de estudios va a ser un acto criminal”, consideró Eusebio Rubio, del Consejo Directivo de la Asociación Mundial  de Sexología.

El ideal, según este editor asociado de la revista Journal of Sexual Medicine, es que a lo largo de la educación básica se enseñara a los niños poco a poco -según su edad y etapas de desarrollo- además de la sexualidad de manera científica, la sexualidad en el placer, en el amor (que no cometan imprudencias la primera vez que se enamoran) y en la diversidad sexual.

Organizaciones conservadoras en el país se han opuesto a que se incluya en los libros de texto temas como la homosexualidad porque consideran que incluye en la formación sexual de los niños.

Aguilar se opone: “entendemos que no se va a hablar a los más pequeños del kamasutra, por pero sí se tiene que explicar que hay niños que no son tan masculinos o femeninas y aún así se deben respetar y no por eso se van a volver gays“.

Esther Corona, de la Asociación Mundial de Sexología dijo que México ha tenido “altibajos” en la calidad de la enseñanza en al educación sexual. Recordó los años 90 del siglo pasado como “muy avanzada” y reconoció un peligro en los últimos tiempos. “Hay una estrategia en contra de la educación sexual no solo en México sino en todo el mundo: recientemente lo vimos en Colombia y Panamá”.

Las consecuencias de esa desinformación, dice, tienen nombre y apellido: sólo en este país 400, oo0 embarazos adolescentes cada año.

Fuente: http://www.laopinion.com/2016/08/25/exigen-en-mexico-educacion-sexual-desde-preescolar/

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Educación sexual versus pensamientos retrógrados

Por: Laura Aguirre

A estas alturas nadie pasa por inocente, menos una muchacha de 18 años y con preparación a nivel de tercer año de bachillerato, que se supone que tiene capacidad para razonar, que debió haber respetado a su hermana no acostándose con su marido (…) Menciona este articulo que hay más muchachas embarazadas en ese centro educativo. Si las otras están enfrentándolo, ¿por qué ella no? Respecto al tipo, opino que no habría consecuencias legales para él, debido a que la muchacha es mayor de edad.”

¿Inocente? ¿Niña? Nombre, es una mujer ya. No es tan inocente. Mató una recién nacida. Y con respecto si el hombre la violó, o no, sí ya casi tiene 18… Pues ta bueno que lo metan preso a él por pasmado de meterse con una menor de edad. (…) En este caso particular siento que nadie es inocente o puritano a los 18 años. Y no es que esté en favor del machismo (…) Pero en fin, siempre la moneda tendrá dos lados, yo me quedo con el lado donde seré responsable de mis actos independientemente si tuve o no educación, si tuve o no oportunidades (…) Hasta los animales cuidan sus propias crías. Me quedo con mi pensamiento retrógrado.”

Estos son apenas dos extractos de una serie de comentarios que aparecieron en mi muro de Facebook después de que publiqué el siguiente post: “Hay que tener poco cerebro para seguir pensando que lo que las mujeres necesitan son penas de 30 y 50 años”. Lo escribí junto a un link en referencia al caso de Sandra, la joven que tuvo un parto prematuro en el baño de un centro escolar público.

Lo que hasta ahora se sabe sobre lo ocurrido es lo siguiente: la estudiante de 18 años tenía seis meses de embarazo, nadie sabía que estaba embarazada, intentó ocultar el nacimiento y dejó a la recién nacida en el baño. La criatura murió, la joven tuvo que ser atendida de emergencia en un hospital y quedó ingresada bajo custodia, sospechosa de haber causado la muerte de su hija.

Sin ni siquiera esperar a tener los resultado de la autopsia, la Fiscalía decidió acusar a Sandra de homicidio y ahora ella enfrenta una posible pena de 30 años de cárcel. Más tarde, Medicina Legal informó de que no había indicios de que Sandra se hubiera provocado un aborto; lo que sí encontró fue señales de una infección vaginal importante, un problema obstétrico, causa probable de su parto prematuro. En la autopsia realizada a la recién nacida tampoco se encontró ninguna prueba de que la adolescente la hubiera matado.

Otra vez una mujer embarazada, en este caso una adolescente, que enfrenta un problema obstétrico no atendido a tiempo y que termina acusada de asesinar al recién nacido. Una vez más la presunción de culpabilidad como dominante, no solo en las acciones de la Fiscalía, sino en buena parte de la opinión pública que no esperó para levantar sus dedos acusadores exigiendo, casi con odio, castigo y cárcel para Sandra por no comportarse como creen que una mujer y madre decente tiene que hacerlo.

Esta historia no debería existir. No debería existir porque pudo haberse prevenido. Tuvo que haberse evitado.

Si nuestro estado cumpliera con su obligación primordial de garantizar a todos, hombres y mujeres salvadoreñas, los derechos fundamentales a una vida digna, a la salud, a la educación, la historia de Sandra sería otra. Y sería otra porque esta joven habría recibido en su escuela educación sexual responsable y médicamente correcta desde temprana edad. Y esto significa reconocer la expresión sexual como un componente clave del desarrollo de los adolescentes, impartir información que aliente a posponer el inicio de la vida sexual hasta ser mayores y promover prácticas seguras entre quienes deciden tener una vida sexual activa.

Desde pequeña, Sandra también habría conocido sus derechos sexuales y reproductivos, así como el derecho a una vida libre de violencia. Habría tenido acceso a servicios médicos e instituciones públicas con la confianza de recibir información y apoyo oportuno para lograr una vida sana y sin eventos —como abusos sexuales o embarazos precoces— que truncaran su desarrollo.

Sin embargo en El Salvador sexo sigue siendo una palabra prohibida, el eterno tabú. Cualquier cosa relacionada con ella se resuelve con el silencio, con el castigo o con ideas de castidad. Y cuando sucesos como el de Sandra ocurren, buena parte de la sociedad se convierte en un orgulloso verdugo; mientras los representante del estado se apresuran a limpiarse de responsabilidades en las mujeres y sus familias, como lo hizo el ministro de Educación, o a acusarlas de homicidas, como lo ha hecho la Fiscalía.

La sexualidad no es solo una cuestión privada, es también un asunto público, de derechos y de salud. De nada sirve que exista una política de salud sexual reproductiva en papel, ni que haya programas aislados que intenten abordar el tema, si el patrón que domina en la esfera política, en el sistema de salud y en el de educación es el de no hablar, o el de reducir la supuesta solución a la castidad hasta el matrimonio. Con estas opciones, alejadas de la realidad, hasta ahora lo que hemos conseguido es ser uno de los mayores productores de madres adolescentes en el mundo.

El informe del UNPFA en 2013 ubicó a El Salvador en el puesto 29 de países con 20% o más de mujeres que dieron a luz antes de los 18 años. Según un reporte de 2009 de la Procuraduría para los Derechos Humanos, en nuestro país seis de cada diez adolescentes ha tenido relaciones sexuales antes de los 19. En 2012, el 23.8% de los partos atendidos fueron de adolescentes. Para 2015 la atención a adolescentes representó el 30,2% del total de controles prenatales. Un poco más del 56% de estos embarazos fueron no deseados y la mayoría producto de la violencia sexual, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial.

Hasta ahora los grupos conservadores y contrarios a hablar de derechos sexuales y reproductivos han argumentado que impartir educación sexual sería contraproducente porque alentaría a los jóvenes a tener relaciones sexuales precoces y, por lo tanto, también subiría el número de embarazos no deseados y abortos. Pero los números desmienten estos mitos. Solo es necesario ver los ejemplos de Holanda, Alemania y Suecia. Estos tres países tienen desde hace tiempo programas de educación sexual integral incorporados a los currículum escolares desde tempranas edades. Contrario a lo que nos quieren hacer creer, el resultado ha sido una disminución de los embarazos, de las muertes maternas y de los abortos entre adolescentes, pero también del contagio de enfermedades venéreas y de VIH. Por supuesto, ninguno de estos países ha usado como estrategia la mera criminalización del aborto y la imposición de penas casi perpetuas a las mujeres.

La realidad de tantas niñas, adolescentes y mujeres adultas podría ser diferente en El Salvador… ¿Cuántas Sandras más tienen que existir para que nuestros gobernantes asuman su responsabilidad y actúen? ¿Cuántas tragedias necesitamos para tener una política y programas reales de salud sexual y reproductiva? ¿Cuántas niñas y adolescentes más tienen que ser madres forzadas por no estar informadas sobre su sexualidad y sus derechos? ¿Cuántos bebés no deseados tienen que nacer? ¿Hasta cuándo vamos a seguir culpando y encarcelando a las mujeres? ¿Cuántas vidas más tienen que ser destruidas?

Fuente: http://www.elfaro.net/es/201608/opinion/19126/Educaci%C3%B3n-sexual-versus-pensamientos-retr%C3%B3grados.htm

 Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Educacion+Sexual&biw=1024&bih=485&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwigrPSE4M7OAhVFJiYKHdJLAfIQ_AUIBigB#imgrc=r3vri-3AhzQvBM%3A

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Colombia desconoce la educación sexual y sus leyes

América del Sur/Colombia/20 Agosto 2016/Autor: Andrés Caro Carrero/Fuente: Semana

Las políticas de género no buscan que todos sean homosexuales. Buscan que el que es gay esté protegido y pueda desarrollar, contrario a lo que ha dicho Salazar, su humanidad.

El hecho que la Iglesia católica, en cabeza de su máximo jerarca en Colombia, invite a los ciudadanos para que protesten en contra de la política de inclusión en la educación sexual en los colegios, habla del desconocimiento que hay tanto del contenido de la educación sexual como de la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Es un testimonio, también, del desconocimiento de los fines del Estado Social de Derecho y de las expectativas sociales que plasmó la Constitución Política. El cardenal Salazar dijo en su declaración de prensa que “nosotros rechazamos la implantación de la ideología de género en la educación en Colombia. Y eso es perfectamente claro. Y las marchas de mañana van a ser en ese sentido también sumamente claras. Se rechaza la ideología de género. ¿Por qué? Porque es una ideología destructora. Destruye al ser humano: al ser humano varón y mujer. Lo destruye. Le quita el contenido fundamental de la relación complementaria entre varón y mujer”. El cardenal también criticó la postura de la Corte Constitucional porque “ha tomado el puesto del Congreso (…) La Corte Constitucional tiene un papel muy concreto: determinar la constitucionalidad o la no constitucionalidad de una ley”.

La ‘Ideología de género‘ a la que acude el cardenal Salazar para arengar a los posibles marchantes parece ser una terrible creación contemporánea que busca convencer a todos de que las mujeres no son mujeres y de que los hombres no son hombres, y que son, más bien, algo vago –vacío, en la insinuación del cardenal, y carente de sustancia humana–. Eso en la menos extrema de las interpretaciones de la ‘ideología de género’. Una postura más radical, y muy repetida en estos días, establece que la ideología de género es simplemente una estrategia del lobby gay –encabezado, naturalmente, por la ministra de Educación– para hacer de nuestros niños y niñas unos maricas o unas lesbianas.

La palabra ‘ideología‘ parece indicar algo irracional, irrazonable y que busca implementar agendas ocultas, cuando no, sencillamente, adoctrinar. Sin embargo, y esto lo debería saber el cardenal –y quizá lo sabe y por eso utiliza la palabra–, la ideología es un sistema de creencias y valores que sirve para preservar el status quo y para evitar la emancipación. El cardenal debería saber esto porque la iglesia católica ha sido acusada, con razón, de ser uno de los principales instrumentos ideológicos para el mantenimiento del status quo.

Las políticas de género y de diversidad no buscan hacer que todos sean iguales. Precisamente buscan lo contrario: buscan celebrar las diferencias y defender a quienes son diferentes. Son instrumentos de cambio que permiten a las minorías acceder a los derechos, y ejercerlos, de forma tal que estén seguros y que sean protegidos por el Estado y las instituciones. Las políticas de género no buscan que todos sean gays. Buscan que el que es gay –o lesbiana, o trans o mujer– esté protegido y pueda desarrollar, contrario a lo que ha dicho Salazar, su humanidad: una humanidad particular, propia, quizá lejana a los estereotipos siempre tan excluyentes y siempre tan limitados que dictan lo que es “varón” y lo que es “mujer”. Y estas políticas, desarrolladas a pulso por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, por leyes de la República y por políticas públicas motivadas por reclamos privados y movimientos sociales hacen parte ya de nuestro ordenamiento jurídico y de la forma particular como en Colombia hemos imaginado y construido el Estado Social de Derecho. Parece repetitivo pero es necesario volver a decir que nuestro Estado, y los derechos fundamentales que este protege y que emanan tanto de la Constitución Política como de los tratados internacionales, se funda, también, en la protección de las minorías de los posibles abusos, acosos de las mayorías, de su matoneo. Así que cuando una asambleísta dice cosas como que la “mayoría de los colombianos no creemos en la ideología de género” o cuando una senadora y su esposo quieren someter a votación los derechos de una minoría, ellos, precisamente quienes son garantes de la Constitución, desconocen uno de los fundamentos básicos de nuestra democracia que es también uno de sus límites: aquel que, y lo repetimos, tienen las mayorías de interferir con los derechos fundamentales de las minorías.

El hecho de que este debate se destape en medio de una discusión sobre la educación no nos debería sorprender. La educación es uno de los ámbitos privilegiados de discusión política y uno de los asuntos más sensibles para los ciudadanos. No en vano parte importante de la discusión sobre los derechos civiles en Estados Unidos se intensificó gracias al debate sobre la segregación racial de los colegios y gracias a la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos (acusada, como aquí se acusa a la Corte Constitucional, de no ser elegida por elección popular, profundizando la confusión entre la democracia y la elección directa de funcionarios públicos) en el caso de Brown v. Board of Education of Topeka (Brown contra la junta de educación de Topeka). En esta decisión, la Corte Suprema estableció que las políticas de segregación en los colegios de todo ese país eran inconstitucionales y contrarias no sólo la voluntad de algunos sureños sino su misma jurisprudencia al considerar que la doctrina de “separados pero iguales” era también inconstitucional. Los gobernadores de los estados sureños, blancos todos ellos, se opusieron con firmeza a esta decisión y dijeron cosas como las siguientes: “un racista es alguien que desprecia a otro por su color, pero un segregacionista de Alabama es alguien que cree que la educación separada y un distinto orden social es lo mejor para los negros y para los blancos” (dijo George Wallace, gobernador de Alabama), o “que venga el cielo o el infierno, pero las razas no se van a mezclar en los colegios de Georgia” (dijo Marvin Griffin, gobernador de Georgia), o, también, “No hay ningún precedente en la historia en que la raza caucásica haya sobrevivido a la integración social (…) No beberemos de la copa del genocidio” (dijo Ross Barnett, gobernador de Mississippi. Al final, y por órdenes del presidente Eisenhower, fueron los militares quieres escoltaron a los primeros nueve jóvenes afroamericanos (los “nueve de Little Rock”) mientras entraban a una escuela que antes había sido segregada y ante la mirada atónita del gobernador de Arkansas, Orval Faubus.

Estas frases de líderes políticos sureños muestran las ansiedades que surgen en los debates sobre la educación. Pero la historia enseña que al final tienen razón no los que piensan que el mundo se va a acabar porque en una escuela van a entrar otros que nunca antes habían podido entrar, sino, por el contrario, quienes defienden que es precisamente en las escuelas donde todos tienen un lugar. El aprendizaje, dirían los segundos, no sólo se da en la casa gracias a los padres y en las escuelas gracias a los profesores, sino también, y sobre todo, gracias a la diversidad que se ve en los recreos, en nuestros compañeros y compañeras a quienes, a pesar de nuestros prejuicios, debemos respetar y podremos, con seguridad, querer.

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México: PRD apoya educación sexual en educación básica

América del Norte/México/20 Agosto 2016/Autor: Héctor romero Toledo/Fuente: OEM

Jesús Druk González, presidente del Partido de la Revolución Democrática en BCS, opinó estar de acuerdo con la Comisión de Igualdad de Género del Congreso de la Unión, después de que esta expresara su apoyo a la Secretaría de Educación Pública para fortalecer el contenido de educación sexual en libros de texto de educación básica.

Señaló que se trata de fortalecer la información y dar elementos a los jóvenes que les permitan un desarrollo integral, ya que la sexualidad es parte fundamental del individuo, de niños y adolescentes, además de promoverse la disminución de embarazos en adolescentes de 12 a 15 años. «La realidad no se remedia escondiéndola», dijo.

Declaró que el Artículo 3ro Constitucional fue elaborado, como el mismo artículo manifiesta, para luchar en contra de la ignorancia, del fanatismo, del prejuicio y que ir en contra de las leyes establecidas en materia de educación es regresar a los tiempos de la inquisición cuando se decía que los libros eran profanos, pues el articulo no fue redactado por moda u ocurrencia, sino por necesidad de derechos.

«Que se mantenga la educación sexual y que no se retrase el progreso del país… Los partidos tienen que apoyar», señaló.

Asimismo, ante el tema de la diversidad de preferencias sexuales que se desprende de este contexto expresó que esta no se ha podido ocultar, en este caso, a la población infantil y adolescente, y que no se debe pretender que así sea, mucho menos a través de ideas que generan discriminación o exclusión.

Finalmente, recalcó que es un derecho de los menores recibir educación sexual libre de conceptos prejuicios, un derecho acotado por la Constitución y que está explicito en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

Fuente: http://www.oem.com.mx/Elsudcaliforniano/notas/n4255198.htm

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Porno Nuestra sexualidad está en agonía: lo que importa es desear y amar

Por: Nicolás Melini

Aprenden el sexo y lo saben todo en tiempo récord vía porno en internet, estos adolescentes (me pongo en su lugar, porque cuando yo tenía sus años no era así, la sexualidad era un tanteo, una aventura; no la represión de nuestros abuelos pero tampoco esta transparencia). Pero, cuanto menos misterio –cuanta más obviedad, exhibición, pornografía, obscena lección—, más de lo que importa sobre sexo deberán aprender. Paradojas de la vida. Antes por tan poco y ahora por tanto. El problema es que lo que se aprende mal ya no se aprende bien, y por eso estos jóvenes podrían estar abocados a asquearse del sexo, a dejar de practicarlo (de puro no saber) por torpeza de emociones y desconexión de lo que importa de desear y amar. Está sucediendo.

No es de moral de lo que hablo. En La agonía del Eros, Byung-Chul Han lo expresa así: “El porno es la antípoda del Eros (…) La sexualidad hoy no está amenazada por aquella “razón pura” que, adversa al placer, evita el sexo por ser algo “sucio”, sino por la pornografía (…) Incluso el sexo real adquiere hoy una modalidad porno”.

De este modo, nuestra sexualidad estaría en agonía debido al “exceso de positividad” de una sociedad que es publicitaria y pornográfica: faltanegatividad en el sexo, se echa en falta a un otro. ¿Hay que recordar que una pantalla no es nadie? El “infierno de lo igual”, la ausencia de un negativo sexual, aquel a quien oponer la caricia, nos estaría aplacando el deseo, produciéndonos un cada vez mayor desinterés por este. Ya no oponemos la caricia a nadie, ni cuando estamos con otro: somos tan narcisistas que follamos con nosotros mismos; esto es: con un espectador imaginario que no es otro sino nosotros y nos aplaude, patéticamente, a cada embestida.

¿Acabaremos proscribiendo el porno libre para poder volver a desearnos, amarnos y follarnos?

Por ahora, muchos de estos jóvenes van a vivir en la inopia del sexo exhibicionista y el despotismo de la libertad de expresión (y libertad de recepción) del mal sexo hasta la náusea. El sexo no tiene tanto que ver con la virtud o su carencia como con la emoción y la sociología. La religión fue (y es, en muchos sitios) oscurantismo hasta la culpa insondable y el candado de las emociones, pero quien –a pesar de todo— obtiene resquicios de normalización de su sexualidad bajo el yugo moral de la religión, libera los misterios de Eros, y eso era (es) más sabroso que todo el porno del mundo, más sexo del bueno que todo el porno practicado en carne propia y, también, más divertido que el producto del magisterio del porno que es de temer que practiquen muchos de estos adolescentes (y muchos de los que ya no lo somos, también).

Por sus efectos sobre nosotros, no es mejor sobre nuestra sexualidad la lección del porno que la de la iglesia. El porno insensibiliza y, por lo tanto, resulta castrante. De tan fácil, explícito, positivo, frustra hasta no querer. No hay otro en el porno; el porno lo sustituye o lo desaparece, al otro. Así en Japón, que es la sociedad más avanzada del mundo, tierra de hikikomoris y toda clase de seres que han perdido el interés por tener relaciones con otras personas, y así en todo Occidente.

La masturbación ante el porno no produce ceguera ni muerte súbita, como algunos pretendían en otro tiempo, pero sí da la fiaca: esa flojera (según Roberto Arlt, es desgana, depresión). Es “por no”, no es “por sí”. El hikikomori, abrumado por un exceso de estímulos positivos, publicitarios, consumistas, se pasa al lado oscuro de la vida, la inhibición.

Es machista, el porno, si es hetero, pero no es eso, sino la evidencia, el plasma, la postura para una galería que en la intimidad no existe; el gesto (deshonesto y grosero) en los genitales ajenos, forzado y forjado en la brutalidad para que el sexo “traspase” la pantalla. No se puede sentir gran cosa follando así. Es vacío. Nos vacía y daña, ese vacío. Esta forma de sexo es una representación del mejor sexo de los tiempos de la ley seca erótica, cuando la transgresión liberadora era posible. Esa representación, ahora, ya no es más que obscenidad. Una paja rápida y a correr (porque ahí no se puede permanecer mucho rato).

Ojalá que no volvamos a la oscuridad, la solidez, el candado de la religión. Toca más bien pasar de la transparencia a la conciencia y el saber (sin represión moral ni liberación tontiloca ni porno desalmado). Los sexólogos van a tener mucho trabajo con nuestros hijos e hijas, juntos y por separado. Una profesión de futuro, la sexología. Habrán de instruirlos en el cuidado de la intimidad. Descubrirles el sexo sin mal virtuosismo: el sexo emoción. Ayudarlos en la reconquista del sentir

Tomado de: http://elpais.com/elpais/2016/07/17/opinion/1468791679_447123.html

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Cartillas sobre educación sexual ponen el jaque a una ministra en Colombia

 Colombia/19 de agosto de 2016/actualidad.rt.com

A pesar de haber alcanzado importantes avances como la reciente aprobación del matrimonio igualitario, la filtración de unas cartillas de educación sexual con enfoque de género ha reavivado el debate sobre los derechos de la comunidad sexodiversa en Colombia.

Una noticia falsa puso en jaque el puesto de la ministra de Educación en Colombia, Gina Parody, y reveló las profundas contradicciones que vive ese país en torno a la sexodiversidad.

«¿Qué más puede explicarlo, si no mi condición sexual? (…) Por ser lesbiana me acusan de lo divino y lo humano», dijo ayer la ministra, citada por Semana, durante un debate en el Congreso de la República, en el que sus detractores la acusaron de promover una «ideología» de género a través de cartillas de educación sexual que prevén ser incluidas en el pensum escolar.

La polémica empezó antes. Las cartillas existen, pero el contenido que causó «indignación» no. A través de redes sociales se divulgaron tiras del comic In bed with David&Jonathan, del ilustrador belga Tom Bouden, publicado en 2006, como si se tratara de los textos del ministerio de educación, lo que despertó el ataque furibundo de sectores más conservadores de Colombia que acusaron a Parody de «adoctrinamiento hegemónico en identidad de género», refiere El País.

Los principales dedos acusadores fueron de la Iglesia Católica, el Procurador General de la República, Alejandro Ordóñez, y el Centro Democrático, partido liderado por el ex presidente Álvaro Uribe, principal opositor al gobierno de Juan Manuel Santos. Cuando se descubrió que las cartillas eran falsas, el mal estaba hecho y una marcha «en defensa de la familia» tomó las calles con afiches pintados con mensajes como: «Dios creó varón y hembra, otra cosa es locura», detalla El Heraldo.

Orden de la Corte

La inclusión del contenido con enfoque de género no fue un capricho de la ministra. Una sentencia de la Corte Suprema ordenó a la cartera de Educación replantear su política en los colegios para fomentar el respeto a la sexodiversidad, refiere El Tiempo.

El fallo ocurrió en 2015 luego que del suicidio del joven Sergio Urrego, un estudiante del colegio Gimnasio Castillo Campestre que fue víctima del acoso de profesores por su orientación sexual, luego de ser fotografiado mientras besaba a su pareja sentimental. La rectora de la institución fue sancionada con casa por cárcel.

Alba Lucía Reyes, madre de Urrego, defiende la discusión de manuales de convivencia y planteó una protesta en la Plaza Bolívar de Bogotá para reclamar el cumplimiento de la sentencia de la Corte.

«La tarea se estaba haciendo y se realizó una cortina de humo para poder proteger a los colegios que no están siendo incluyentes y le queremos decir al país una cantidad de mentiras y le metemos religiosidad y política», dijo Reyes, citada por RCN.

Las cartillas reales sí fueron elaboradas por el ministerio, junto al Fondo de Población de la Naciones Unidas (Unfpa), Unicef y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). El texto educativo sostiene, entre otros puntos, que el género corresponde a una construcción sociocultural, pero su contenido aún no ha sido sometido a la aprobación de las instancias correspondientes, precisa El Tiempo.

En febrero de este año, la Corte Constitucional falló contra la petición del colectivo Sin Embarazos en Adolescentes, que proponía ampliar la educación sexual desde la infancia. El Tribunal consideró que ese cambio «podría tener consecuencias indeseables, como el incentivo de la curiosidad hacia las conductas sexuales y aceleraría de manera inconveniente el inicio de la vida sexual de niños y adolescentes», refiere El País.

Atrás y adelante

En abril de este año sucedió: Colombia dio el sí al matrimonio igualitario. La noticia despertó el optimismo en la comunidad LGBTI y fue considerada como un avance innegable en el reconocimiento de los derechos de la sexodiversidad.

«Decimos con orgullo que ganó el amor, que somos ciudadanos, que somos adoptantes, que somos matrimonio, que somos pareja, que somos familia, y que estamos convencidos hoy más que nunca que la igualdad es imparable», declaró entonces la senadora Clara López citada por el NYT.

El revuelo que causaron las cartillas del Ministerio de Educación revela que la realidad no es tan promisoria. Sin embargo, ayer la ministra Parody lo dejó claro: «Se está discutiendo si podemos construir un país sin discriminación, sin odios ni rencores». El debate está en ciernes y deberá darse, además, en medio de las negociaciones de la paz que adelantan el gobierno y las FARC para tratar de poner punto final al único conflicto armado que sigue vivo en la región.

Tomado de: https://actualidad.rt.com/actualidad/216330-cartillas-educacion-sexual-ponen-jaque

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