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Los retos de educar a un niño superdotado

Por: Olga Carmona

Los intensos arranques de ira, el cuestionamiento crónico o la brutal intensidad emocional pueden ser desconcertantes para los padres

“Los niños superdotados son el fruto más hermoso del árbol de la humanidad. A la vez son los que corren más grande peligro, pues cuelgan de sus ramas más frágiles y con frecuencia se rompen”. Carl G. Jung, médico, psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo.

Educar a un hijo o hija con altas capacidades puede ser muchas veces un desafío.No sólo por la singular manera con la que estos niños procesan el mundo, sino también por nuestras propias creencias acerca de ello. Probablemente hayamos fantaseado con cómo seríamos como padres antes de serlo, pero de lo que estoy segura es que prácticamente ninguno de nosotros se imaginó siendo el padre o madre de un niño superdotado. Es esta una experiencia desconcertante para quien la tiene que vivir y que añade un gran plus de responsabilidad en tanto la mayoría de estos niños plantean conflictos cotidianos muchas veces difíciles de afrontar, a la vez que se enfrentan a una sociedad que les desconoce por completo, que no les entiende, y que se maneja a caballo entre la envidia y el prejuicio.

Y más allá de los pasos, pequeños, lentos y muy tímidos que se van dando para adaptarles académicamente, hay un reto para los padres infinitamente superior, que es apoyarles emocionalmente desde una crianza y una educación donde se respete su excepcionalidad y se canalice su potencial para que sean niños felices, integrando su diferencia sin asomo de marginalidad.

El desconocimiento social de esta realidad ha generalizado una serie de prejuicios tales como que alta capacidad equivale a alto rendimiento, lo que queda claramente desmentido por el doloroso índice de fracaso escolar de este colectivo, que se estima en más de un 50% superior al de la población normal. También se desconoce su vulnerabilidad psíquica así como su hipersensibilidad, cuyo manejo inadecuado se acabará traduciendo en una autoestima frágil y una visión dolorosa del mundo que en muchas ocasiones les llevará a replegarse sobre sí mismos, cercenando cualquier posibilidad de alcanzar una vida significativamente feliz.

La mayor influencia y responsabilidad de que esto no ocurra es nuestra, de los padres. Después podrán o no apoyarnos el resto de agentes sociales, pero en primera y última instancia somos nosotros su filtro y su espejo, que les devolverá una mirada crítica u optimista, agotada o constructiva. En definitiva y como decía un profesor mío de la facultad, “somos lo que percibimos que los demás perciben que somos”.

Algunos de los retos cotidianos más comunes que plantean los niños superdotados son problemas con las rutinas, dificultad para escuchar instrucciones, la brutal intensidad emocional, la hipersensibilidad sensorial (ropa, etiquetas, texturas, ruidos, luces…), la falta de sincronización en el desarrollo social, afectivo, físico y motor (síndrome de disincronía evolutiva), lo que les lleva a intensos arranques de ira y frustración, también la rebeldía, la actitud muchas veces desafiante, el cuestionamiento crónico, el perfeccionismo, la autocrítica, la dificultad para dormir, la demanda estimular constante y la dificultad para manejar los códigos sociales y de interacción, serían grosso modo los más comunes. Obviamente, cada niño es distinto así como lo es cada sistema familiar, pero a grandes rasgos podemos afirmar que a mayor rigidez y autoritarismo en su educación, mayor probabilidad de fracaso vital y académico: un niño superdotado no funciona con imposiciones, sólo con razones que tengan sentido para él. El desafío de la autoridad solo por el hecho de ostentar el poder es parte de su mirada genuina y distinta.

En Psicología Ceibe impartimos un taller para padres donde proponemos un paradigma educativo basado en el vínculo (madre/padre-hijo) y en la reestructuración de las creencias de los padres en cuanto a lo que son e implican las altas capacidades en el día a día con nuestros hijos, con el objetivo de facilitar su desarrollo y su adaptación a fin de que puedan disfrutar de su condición, tanto padres como hijos.

Lo basamos en la construcción y nutrición de un vínculo seguro y sólido entre padres e hijos porque esta será la base que sirva de trampolín para el despegue del potencial de nuestros hijos. Los niños con altas capacidades son sobre todo emoción, están gobernados por el hemisferio cerebral derecho y por tanto si esta variable no está ajustada, ellos no funcionan. Cuando un niño se siente emocionalmente seguro y contenido es mucho más receptivo a corregir conductas y más proactivo a hacer su mejor jugada.

Y la revisión y cambio de creencias que no nos apoyan en la gestión de hijos diferentes a la norma nos parece imprescindible. Es necesario revisar cómo fui educado y desechar lo que no me sirve aquí y ahora, reflexionar acerca de si vivo la diferencia de mi hijo como una carga añadida o como una preciosa oportunidad de crecimiento para ambos, afrontar los miedos, manejar las expectativas, dejar la futurología para los echadores de cartas y centrarnos en el hoy sin pensamientos catastrofistas, poner el foco en lo que tienen de luz que es la mayoría y no en sus zonas oscuras, informarme todo lo posible para romper mis propios prejuicios absorbidos por una sociedad que los percibe como raros por puro desconocimiento y ponerme las orejeras frente a los opinólogos que saben de todo y especialmente de cómo debe tratarse a un niño superdotado. En mi camino de crianza la prioridad es mi hijo, y el mundo se va a dividir entre los que son parte de la solución o son parte del problema. Sin ambigüedades.

Nosotros planteamos apoyarnos en cuatro pilares básicos:

  • Detectar la necesidad que “se esconde” detrás de la conducta inadecuada: generalmente la mala conducta solo es el síntoma, la punta de iceberg de un deseo o necesidad muy diferente a lo que aparenta. Si nos quedamos solo en atajar el síntoma no estamos trabajando en la base y no producirá ningún aprendizaje a medio ni a largo plazo.
  • Equilibrio entre flexibilidad y firmeza. Es necesario establecer un marco de juego donde los límites vienen a ser las normas necesarias para poder vivir en comunidad. Ahora bien, el establecimiento de estos debe ser lo más negociado posible, válidos para todos (no sólo para los niños), flexibles y siempre argumentados. Se puede y se debe ser firme y amable a la vez, no es necesario levantar la voz ni enfadarse para recordar un límite o repetir un no. Un niño superdotado no acatará nunca algo que no tiene sentido para él.
  • La comunicación emocional debe predominar por encima de cualquier otro tipo: hay que aprender a incluir dentro del lenguaje cotidiano las emociones porque son el motor de la mayoría de nuestras acciones y porque el manejo de este lenguaje es piedra angular para el desarrollo de la inteligencia emocional.
  • Los padres tenemos que intentar funcionar como un equipo de trabajo, coherente y sólido. Los niños con altas capacidades son especialmente frágiles a nivel emocional por lo que la contención y la percepción de consistencia de quienes educan le van a proporcionar la seguridad de la que ellos carecen. El constante intento de adaptación a un mundo hecho a la medida del percentil 50 hace que soporten altos niveles de ansiedad y que necesiten de forma imprescindible apoyarse en unos padres que formen equipo, sin fisuras.

Educar no es adiestrar. Educar es estimular la construcción de las herramientas emocionales que les permitan alcanzar una vida adulta constructiva, significativa y libre.

Hoy por hoy sabemos que el éxito se debe en un 70% a factores emocionales y sólo el 30% restante a factores cognitivos.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/03/23/mamas_papas/1490256914_614182.html

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Educación ecocentrada

Leonardo Boff

Hay dos puertas de entrada a la educación y la socialización de la vida humana: la familia y la escuela. De la familia heredamos o no el sentido de la acogida y de la autoconfianza (de la madre), y el sentido de los límites y la percepción de valores éticos (del padre). La escuela, además de transmitir informaciones, se propone el objetivo de crear las condiciones para la formación de personas autónomas, con competencia para plasmar el propio destino y para aprender a convivir como ciudadanos participativos. En esta perspectiva, la educación se centraba en el ser humano y en la sociedad.

Ese propósito correcto es hoy insuficiente. Desde que irrumpió el paradigma ecológico, nos hemos concientizado del hecho de que todos somos ecodependientes. No podemos vivir sin el medio ambiente -con sus ecosistemas- que incluido el ser humano forman el medio ambiente entero. Somos un eslabón de la comunidad biótica. La humanidad no está frente a la naturaleza, ni por encima de ella, como su dueña, sino dentro de ella, como parte integrante y esencial. Participamos de una comunidad de intereses con los demás seres vivos, que comparten con nosotros la biosfera. El interés básico común es mantener las condiciones para la continuidad de la vida y de la propia Tierra, considerada como un superorganismo vivo, Gaia.

El hecho nuevo, hasta hace poco ausente de la conciencia colectiva de la gran mayoría y también de los científicos, es que todo el sistema de vida corre peligro. Es consecuencia de la civilización productivista/consumista/materialista que ha predominado en los últimos siglos, hoy globalizada. Ella hizo que la Tierra perdiese su frágil equilibrio y su capacidad de autorregeneración. Tenemos que impedir que Gaia entre en un proceso de caos, buscando a través de él un nuevo equilibrio, pero a costa de grandes sacrificios ecológicos, como la desaparición de millares de especies, cataclismos, sequías, inundaciones, inseguridad alimentaria de vastas proporciones y, eventualmente, de la desaparición de un número incalculable de seres humanos.

A partir de ahora, la educación debe incluir inaplazablemente las cuatro grandes tendencias de la ecología: la ambiental, la social, la mental y la integral o profunda (aquella que discute nuestro lugar en la naturaleza y nuestra inserción en todo el entramado de las energías cósmicas). Entre los educadores ambientales se impone cada vez más esta perspectiva: educar para el arte de vivir en armonía con la naturaleza, y proponerse repartir equitativamente con los demás seres los recursos de la cultura y del desarrollo sostenible.

Necesitamos estar conscientes de que no se trata solamente de introducir correcciones al sistema que creó la actual crisis ecológica, sino de educar para su transformación. Esto implica superar la visión reduccionista y mecanicista imperante todavía y asumir la cultura de la complejidad. Esta nos permite ver las interrelaciones del mundo vivo y las ecodependencias del ser humano. Tal verificación exige tratar las cuestiones ambientales de forma global e integrada.

De este tipo de educación se deriva la dimensión ética de responsabilidad y de cuidado por el futuro común de la Tierra y de la humanidad. Nos hace descubrir al ser humano como el cuidador del jardín del Edén que es nuestra Casa Común, y el guardián de todos los seres. La democracia, además de ser «sin fin», como lo quiere con razón Boaventura de Souza Santos, será también una democracia «socioecológica». Junto a la ciudadanía (que viene de ciudad) estará la florestanía (que viene de floresta), ensayada por el gobierno petista (PT) en el Estado de Acre, Brasil. Ser humano y naturaleza se pertenecen mutuamente, y, juntos, deben construir un camino de convivencia no destructiva.

Fuente del articulo: http://espiritualidadypolitica.blogspot.com/2008/04/educacin-ecocentrada-por-leonardo-boff.html

Fuente de la imagen:

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España: Educación presentará próximamente un Plan de Convivencia Escolar para erradicar las desigualdades y la violencia

España/09 marzo 2017/Fuente: La Informacion

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, ha asegurado este miércoles que presentará próximamente un Plan de Convivencia Escolar para erradicar «las desigualdades y la violencia» desde la escuela.

Méndez de Vigo ha defendido la sensibilización de los menores porque, según ha asegurado, la lucha ante los problemas sociales «comienza en la familia y en la escuela» y, por ello, ha señalado que el pacto educativo que se está trabajando en el Congreso debe ser «un buen sitio para escuchar propuestas» sobre este tema.

Durante su intervención en la sesión de control al Gobierno, el ministro ha defendido que toda la ordenación educativa de carácter básico está basada en el reconocimiento de una educación garante del respeto y el fomento de la igualdad en derechos y oportunidades de mujeres y hombres y de repulsa a toda violencia.

En este sentido, ha explicado que los reales decretos puestos en marcha en 2014, por los que se configura el desarrollo curricular básico para Primaria Secundaria y Bachillerato, se introduce como objetivo a alcanzar por el alumnado el respeto a la diferencia de sexos e igualdad de oportunidades, entre ellos rechazando discriminación de personas por cualquier estereotipo.

PODEMOS: SE «MINUSVALORA» LA FIGURA DE LA MUJER EN LA HISTORIA

Las palabras de Méndez de Vigo son consecuencia de la pregunta realizada por la diputada de Podemos y portavoz en materia de Violencia de Género, Sofía Castañón, quien ha cuestionado al ministro sobre las responsabilidades del Gobierno a la hora de educar para erradicar esta lacra.

Castañón ha recordado que es habitual escuchar que la educación es fundamental para combatir la violencia contra la mujer pero, a su juicio, no hay una normativa homogénea y epecífica al respecto que permita regular y vigilar qué se está haciendo en esta materia en las aulas. En este sentido, ha agradecido la «buena voluntad de los docente y su empleo personal» para llevar a la Educación este tema.

En su discurso, la diputada de la formación morada ha denunciado que se «minusvalora la figura de la mujer en la historia» en todos sus ámbitos, ya sea literatura, ciencia o cultura tal y como, según ha apuntado, demuestra que, de 100 nombres que se estudian en Secundaria, 93 son hombres. Así, ha criticado que no se esté diciendo a los niños «que el mundo se ha construido por igual por hombres y mujeres».

Fuente: http://www.lainformacion.com/educacion/Educacion-Plan-Convivencia-Escolar-desigualdades_0_1006099824.html

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Perú: Así de importante es la familia en la educación superior

Perú / www.radiopanamericana.com / 8 de Marzo de 2017

La cantidad de jóvenes entre 15 y 24 años que actualmente no estudian ni laboran es preocupante.

Así el joven piense que lo puede todo solo, es necesario contar con el apoyo familiar no solo es un tema de dinero sino de empuje y apoyo emocional para llegar a la meta.

Según el Instituto de Economía y Desarrollo (IEDEP) hasta el año 2015, un millón 30 mil jóvenes entre los 15 y 24 años no estudia ni trabaja, ellos conformarían el 19,9 % de peruanos.

“La familia se convierte en la marca diferencial para cualquier estudiante de pregrado que aspira a un desarrollo profesional. Está demostrado en diferentes investigaciones que el apoyo afectivo, social o moral contribuye bastante a la consolidación de un perfil de éxito y feliz”, sostuvo la Directora de Extensión y Bienestar Universitario de la UCV.

Además, la Dra. Aparcana Vergara dijo que el apoyo de la familia no solo debe estar ligado exclusivamente al factor económico: “Cuando hablamos sobre el apoyo familiar nos referimos a la presencia que deben tener los padres dentro del camino profesional del hijo. No solo es el apoyo económico, también debe estar presente la parte afectiva, la presencia social, incluso hasta la emocional. En otras palabras, es el estar junto al estudiante universitario; no se reduce solo a pagar las cuotas mensuales”.

Fuente:http://www.radiopanamericana.com/noticias/15129/asi-de-importante-es-la-familia-en-la-educacion-superior

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¿Cómo conciliamos familia, escuela y trabajo?

Por: Saray Marqués

“Lo que realmente se necesita para acabar con la desigualdad y, por tanto, con la renuncia de la mujer, es eliminar las estructuras patriarcales que dominan la mayoría de esferas de nuestra sociedad. No sirve de nada si una empresa fomenta la flexibilidad laboral para ambos, si socialmente se da por hecho que la mujer es la cuidadora y, por tanto, su trabajo remunerado no tiene tanto valor como el del padre. No sirve de nada si la escuela ofrece flexibilidad, si siempre va a ser la madre la que va a ir a recoger a los hijos. De nuevo, lo importante es trabajar para romper los roles de género tradicionales que asignan a la mujer madre el trabajo de cuidadora y responsable de las tareas doméstico-familiares. Es importante, por tanto, que exista implicación de todos los agentes para, por un lado, transformar los roles de género tradicionales heredados del patriarcado, y por otro, fomentar la flexibilidad y racionalización de horarios para hacer compatibles todos los usos del tiempo”. Habla Maite Egoscozábal, responsable de investigación social del Club de Malasmadres.

Hace unos días, su estudio Somos Equipo, sobre conciliación y centrado en la evaluación de la corresponsabilidad en las familias españolas (mediante una encuesta a 24.000 personas) servía para remover conciencias. Entre otros datos de la investigación, resultaba revelador cómo el 58% de las mujeres renuncia a su carrera profesional al ser madres (frente al 6% de sus parejas) y cómo, incluso antes de serlo, un 51% asume que la maternidad se convertirá en su “techo de cristal” (frente al 11% de sus parejas).

Flexibilidad bien entendida

A raíz de su informe, realizado a través de su asociación Yo No Renuncio, hemos querido indagar en cómo los desajustes en los horarios familia-escuela pueden tener su influencia en las dificultades para conciliar, cómo las ortopédicas jornadas tanto laborales como escolares pueden convertirse en una barrera más para esa suerte de padres malabaristas. O madres, pues, según el mismo informe, son ellas las que están pendientes de los requerimientos del colegio o la guardería en un 72% de las ocasiones. El teléfono de la madre sigue siendo el primer que se marca, el que, en la mayoría de los casos, pilla más a mano.

Ante esto, Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, considera que “no se trata de buscar culpables, sino de adaptar las jornadas a las necesidades reales de las familias y de una sociedad comprometida con su futuro: los niños”. Para Baena, “No son los horarios escolares los que tienen que adaptarse a las jornadas laborales, sino al revés”. Desde la asociación Yo No Renuncio plantean, entre otras medidas, una “flexibilidad bien entendida” por parte de las empresas, partiendo del concepto del trabajo por objetivos y buscando la responsabilidad real por parte del trabajador. Actualmente, considera Baena, las fórmulas existentes han tocado fondo: “Las mujeres madres estamos atrapadas en medidas de conciliación que no funcionan”.

Ni maratonianas jornadas en la guardería ni extraescolares hasta el anochecer. Tampoco un mundo ideal en que todas las jornadas laborales finalicen a las 15:00. Esa no es la solución para la fundadora del club, que plantea, en cambio, que el Estado deje de abandonar a las pymes (el 99% del tejido empresarial), y las apoye en serio en sus medidas de conciliación, “incentivándolas fiscalmente si implantan, por ejemplo, jornadas continuas con flexibilidad horaria”.

Jornadas con un efecto positivo en el equilibro de los padres y las madres (“que al final concilian como pueden y muchas veces acaban renunciando, porque es una lucha titánica”), pero también sobre el bienestar de los hijos. Gracias a esta nueva organización de los tiempos podría mejorar la cifra de dos horas y cuatro minutos, el tiempo que, entre semana, y según el INE, tienen sus padres para cuidarles. Y eso cuando numerosas investigaciones apuntan que el tiempo que comparten progenitores e hijos es clave en el rendimiento académico. Entre ellas, la del Consejo Escolar del Estado La participación de las familias en la educación escolar, en que se mostró cómo los alumnos que más hablan en casa pueden aventajar en el equivalente a dos cursos escolares a los que apenas conversan.

Baena deposita en la escuela una responsabilidad no menor, pues debe contribuir a “educar en el cambio de roles”, pero no atribuye a las jornadas típicas, de 9:00 a 17:00, el origen de los males del sistema. Más concienciación social y más educación son las armas con las que combatirlos, pero también medidas como los permisos iguales e intransferibles y otras que abarquen más allá de los primeros años de maternidad, dentro de un Plan Nacional de Conciliación para todos que garantice una igualdad real. Y que las madres puedan conciliar (“Ella ha salido a trabajar fuera de casa pero el hombre no ha entrado en casa a trabajar”) pero que también puedan hacerlo las personas que cuidan a mayores, o las que quieren disfrutar de su tiempo personal y de ocio.

¿Spain is different?

En la misma línea se expresa José Luis Casero, presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), asociación sin ánimo de lucro surgida hace 11 años y que apuesta por flexibilidad en la entrada en las empresas, de 7:30 a 9:30, y en la salida, de 16:00 a 18.00, respetando el tiempo pactado. “El problema de la conciliación no es de las mujeres, que siempre han conciliado, es de la falta de corresponsabilidad, que explica que en España haya un 26% de mujeres que abandonan su trabajo para conciliar (frente al 11% de los hombres) o que dos millones estén sin trabajo por su dificultad para conciliar (frente a un 130.800 de hombres), según un estudio del CSIC”, apunta.

Casero que cuestiona la tendencia a creernos que en España somos diferentes o que, como decía Paolo Vasile, nos encanta cenar y ver la tele tarde. “Ni siquiera es un problema de países latinos, Italia y Portugal lo hacen mucho mejor, y España es, según Eurostat, el cuarto peor país de Europa para conciliar por detrás de Luxemburgo, Malta y Chipre. Deberían darnos la posibilidad de cambiar nuestros ritmos, de reajustarnos en la onda europea, eso que nos parece tan raro de cenar a las 20:00. Los trabajadores serían más productivos en las empresas y los niños no se dormirían en los colegios”.

Casero cita cómo en otras partes del mundo -menciona Colombia o Brasil- es normal que las empresas apaguen las luces a una determinada hora, que se persiga la cultura de “calentar en asiento” y cómo en España se apuntan algunas empresas, como Iberdrola, “siempre con sentido común, pues quizá el departamento de internacionalización entre a trabajar por la tarde pero esté libre por la mañana”.

Y se pone serio cuando habla de unas de las principales víctimas de nuestros horarios locos, los niños, más afectados, según reconoce, en contextos urbanos: “No tienen ningún sentido que lleguen a casa a los ocho todos los días de la semana, por norma, tras peregrinar de actividad en actividad no sé si por placer o por dar gusto a los padres”.

Empresas responsables

La Comunidad de Madrid, Cantabria o Galicia son algunas que cita entre las que se están aplicando en el debate acerca de los tiempos. También está en la agenda del Gobierno, aunque hace ya más de dos meses que la ministra de Empleo Fátima Báñez habló de un gran pacto en el que no se ha avanzado todavía.

Por el momento hay que conformarse con las compañías (Iberdrola, Pfizer, L’Oreal, La Caixa, Asefarma…) que han hecho bandera de la conciliación a título particular y para las que pronto se lanzará el sello Horarios Racionales, como proponían distintos partidos en sus programas (la asociación Yo No Renuncio, por su parte, colabora con Más Familia, que concede su certificado Empresa Familiarmente Responsable a las empresas comprometidas). Aparte de la flexibilidad horaria, habilitar un espacio para los hijos de los trabajadores en su misma empresa, para los días sin cole, o de forma permanente, para los más pequeños, es otra de las medidas.

Opción que no es extraña en algunos países nórdicos y que para la pedagoga Nora Rodríguez es fundamental, al menos en el primer año del niño, tanto para el bienestar del hijo como para el de la madre, y para desterrar la idea de que en estos momentos la mujer es menos productiva: “Lo es si está estresada”.

Opción que no todos defienden, como Almudena Abellán. Madre de dos niños y educadora infantil, quien considera que los pequeños han de estar “en las escuelas de su barrio, sin tener que desplazarse a los centros de trabajo de sus padres ni de adaptarse a sus horarios”. En su caso, su pareja se pidió una reducción de jornada cuando tuvieron hijos -fue el primero en su empresa- y su jornada les ha permitido pasar mucho tiempo con ellos, “y mucho tiempo los dos a la vez”, algo que considera beneficioso para la familia, frente a la tendencia a tener que turnarse o repartirse los niños para poder llegar a todo.

Desde la escuela

En su familia son privilegiados por los horarios que han tenido cuando los niños han sido pequeños -ella les dejaba en el cole a las 9:30 y él los recogía a las 16:00, hasta que ella se sumaba a las 17:00- y por ser el cole de sus hijos, el Palomeras Bajas, un centro abierto más allá de las horas lectivas (“El colegio se cierra cuando el último padre se va y tira de la puerta”). Sus niños, apunta Almudena, no solían ir a los parques porque para ellos el parque era el patio del colegio y, en él no era raro que un padre o madre estuviera pendiente de tres o cuatro niños mientras iban llegando las otras familias.

Esto es algo que reivindican también desde el proyecto La ciudad de los niños de Acción Educativa. Las familias han de acabar con el presencialismo no solo en el lugar de trabajo, sino con sus niños. Sí, lo ideal es que pasen el mayor tiempo posible con ellos, pero también es bueno saber delegar, confiar, en una persona de referencia, un vecino, la mamá de un amigo, un comerciante de la zona. “Es algo que se hacía antes, y es una posible vía de solución para que los niños vuelvan a ocupar la calle, a dedicar mucho más tiempo a jugar con otros niños en libertad sin necesidad de que esté su padre o su madre vigilando permanentemente cuando ya están en una edad en que pueden ser autónomos, pues jugando aprenden a ganar, a perder, a argumentar, a ceder…”, apunta Rosa Valdivia desde este grupo.

Para el experto en e-learning Javier Bronchalo la libertad educativa ha de ser otra de las claves en este debate. Habla de esos espacios envidiables de juego en las oficinas suecas, pero también de que, del mismo modo que cada vez más profesionales cuentan con la posibilidad del teletrabajo, esos mismos profesionales cuenten con fórmulas flexibles en la escolarización de sus hijos, adaptadas a cada uno, en las que puedan compatibilizarse escuela y trabajo, y en las que puedan intervenir otras opciones, como grupos de crianza y homeschooling.

También para el profesor de Sociología de la Complutense Rafael Feito, “en un mundo como el actual, en que los estudiantes pueden aprender de modo autónomo (individual y colectivamente) tendría que haber menos tiempo de aula y más de investigación, de lectura, de escritura, de descubrimiento, de salidas de la escuela, de visitas de personas y entidades significativas, de asamblea, etc”. Y, al mismo tiempo, “es obvio que deberíamos ir hacia una sociedad con un menor número de horas de trabajo que las actuales”. Cita un estudio de la Fundación Bofill que reflejaba cómo la mayoría de los progenitores no han regresado a su hogar a las cinco de la tarde.

Pero, para Feito, encontrar fórmulas más flexibles, también desde la escuela, no ha de repercutir necesariamente en el profesorado: “Por ejemplo, en Alemania la jornada continua tiende a desaparecer. En su lugar, cada vez hay más centros de lo que allí llaman jornada completa. Voluntariamente, aquellos profesores que lo desean imparten clases por la tarde, la cual entre otras cosas sirve para que los alumnos hagan los deberes y actividades extraescolares con otros profesionales de la educación”, ilustra.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/27/como-conciliamos-familia-escuela-trabajo/

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Ley en China obliga a hijos a visitar a padres ancianos

China/Febrero de 2017/Fuente: La Opinión

China es el gigante económico del presente y del futuro pero parece haberse olvidado de su pasado, sus abuelos.

Por eso, una nueva normativa que entró en vigencia este lunes pretende que la actual generación se preocupe más por su creciente población de adultos mayores.

Se trata de una enmienda a la Ley de Protección de los Derechos y los Intereses de los Ancianos, que ahora exige a los hijos adultos visitar a sus padres ancianos, de lo contrario, se exponen a ser demandados y multados o, inclusive, recibir penas de cárcel.

“Esta es una situación muy triste”, explicó a BBC Mundo Yuwen Wu, editora de BBC China.

Según Wu, la nueva legislatura es un triste reflejo de una sociedad que no está brindando el cuidado necesario a sus adultos mayores.

La ley de la controversia

En diciembre de 2012, el gobierno de China aprobó una enmienda a la ley que entró en vigencia este lunes y que estipula que los hijos adultos deben velar por las “necesidades espirituales” y “nunca descuidar o desairar a las personas mayores”.

“Aquellos que vivan lejos de sus padres deben ir a su hogar a visitarlos con frecuencia”, dice la enmienda.

Sin embargo, la ley está generando una gran controversia ya contiene muchas vaguedades, entre ellas qué significa visitar a los padres “con frecuencia”.

“La frase ‘con frecuencia’, ¿significa una vez a la semana, una vez al mes o una vez al año?”, comentó Wu a BBC Mundo.

Wu añadió que la ley tampoco detalla si cuentan las llamadas telefónicas o si se pueden usar programas informáticos como Skype.

La creciente proporción de personas de edad avanzada en China se atribuye, en parte, a una política adoptada hace tres décadas, que estipuló que las familiias chinas debían tener sólo un hijo por pareja.

Mensaje educativo

El abogado Zhang Yan Feng, de la firma Beijing’s King Law, dijo a la BBC que la enmienda a la ley servirá como un “mensaje educativo” para la población china.

Esta ley es difícil de poner en práctica, pero no es imposible”, explicó Zhang.

“Si un caso llega a los tribunales creo que probablemente terminará en un acuerdo pacífico. Pero si no se llega a un acuerdo, hablando técnicamente, la corte puede forzar a la persona a visitar la casa de sus padres un cierto número de veces al mes”, añadió.

“Si la persona desobedece la orden judicial podría entonces ser multada o detenida”.

Sin embargo, pocos en China parecen temer que terminarán tras las rejas por no visitar a sus padres ancianos.

Presiones de la modernidad

Desde su lanzamiento, la enmienda ha sido ridiculizada por miles de usuarios a través de las redes sociales de internet.

“¿Quién no quiere visitar su casa con frecuencia? ¿Quién va a supervisar el proceso?”, protestó un usuario en weibo, la versión china de Twitter.

“Todos queremos cuidar a nuestros padres ancianos pero a veces estamos muy ocupados en tratar de sobrevivir y la presión es mucha”, añadió otro usuario.

Una de las preguntas que están surgiendo es cómo tener tiempo para visitar a los padres cuando los hijos vivan en ciudades muy distantes.

En este caso el problema tiene otras implicaciones ya que los hijos tendrían que pedir permiso en sus trabajos para poder ausentarse y viajar.

De acuerdo con las estadísticas oficiales, en el 2010 en China había más de 178 millones de personas mayores de 60 años.

Se estima que para el año 2030 esa cifra se duplicará. Esta es una de las paradojas que enfrenta actualmente la sociedad china: por un lado entra paulatinamente en el ritmo del sistema de producción occidental y, por otro, debe enfrentar los problemas que enfrentan sus sectores más vulnerables.

Fuente: http://laopinion.com/2017/02/01/ley-en-china-obliga-a-hijos-a-visitar-a-padres-ancianos/

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Venezuela: El “bullying” se mantiene y las instituciones educativas están obligadas a combatirlo

Venezuela/28 de enero de 2017/ Autora: Andrea Salas/Fuente: http://www.panorama.com.ve/

De la risa a la burla. Del “chalequeo” al acoso. De la agresión al asesinato o suicidio. Es así como el bullying cobra fuerza y escala con una rapidez vertiginosa en los colegios, convirtiéndose en uno de los fenómenos sociales que más corroe a los jóvenes. El bono de consecuencias, en los peores casos, no tiene devolución.

En virtud de lo que se presume que ocurrió el 13 de enero pasado en Maracaibo, con Abraham Velazco, de 16 años, quien falleció luego de, aparentemente, ser lanzado del cuarto piso del conjunto residencial Las Pirámides por defender a una niña del bullying de cinco jóvenes, se encendieron las alarmas frente a este problema en la región.

El educador, filósofo y escritor, Antonio Pérez Esclarín, considera que el bullying “es un tipo de violencia que pocas veces se condena por parecer menos peligrosa, pero que con frecuencia lleva a otros tipos de violencia más evidentes y sangrientos”.

Al respecto, la consejera segunda del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente del Municipio Maracaibo, Orfa Fuenmayor, declaró a este diario que “en relación con el 2015, en 2016 no disminuyeron los casos de acoso escolar  en los planteles públicos y privados de Maracaibo”, y, aunque no ofreció las cifras oficiales, dijo que no son pocos.

 

“En algunos casos, tuvimos que trasladar a los estudiantes a otras instituciones porque estaban aislados, temían por sus vidas y se negaban a ir a clases”, apuntó la consejera. 

 

Como ejemplo, recordó que a finales del año pasado un menor recibió una paliza de sus compañeros y, en consecuencia, tuvo una fractura en la pierna; por lo que tuvo que someterse a una operación.

Adriana Villalobos, residente de la parroquia Bolívar, de Maracaibo, en noviembre de 2013 contó cómo su hijo, de 6 años, fue el blanco de humillaciones escolares por parte de estudiantes de séptimo grado, que incluso lo llegaron a meter de cabeza en las salas sanitarias. “Fueron días terribles para mi hijo. No fue fácil que pudiera volver a entrar al salón de clases de su nuevo plantel”.

Otro caso resaltante es el de un menor de primer grado que, en 2016, “molestaba” a una niña en la escuela Barrio El Progreso, de la capital zuliana, y al ser regañado por las docentes, su respuesta fue: “Páguenme 100 bolívares y le dejo de hacer burla”.

En otros estados del país también se recuerdan otros sucesos graves, como uno ocurrido el  25 de enero de 2016, cuando Julio César, que para entonces tenía 6 años, recibió una golpiza de sus compañeros de clase, en la escuela Bolivariana Rafael Villavicencio, de Punta de Mata, en Monagas. Tres días en UCI por una fisura en el pulmón, fractura de clavícula, traumatismo de tórax y fractura de fémur fueron los daños físicos que por poco le arrebatan la vida al pequeño. 

El desenlace no fue el mismo para una joven de 14 años que encontró una forma trágica de terminar con la “decepción de su entorno escolar”: el suicidio. La desgracia tuvo lugar el 16 de febrero del año pasado, en uno de los salones de la Escuela Comunitaria de San Antonio de Los Altos, en  Miranda.

 

La psicoanalista, Carolina Hernández, explica que el bullying está ligado a la psicopatía o a la paranoia. “En el primer caso, se trata de un trastorno de la personalidad antisocial que responde al deseo de agredir y afectar a los demás, sin ninguna clase de empatía o remordimiento. En el segundo, el acosador paranoide maltrata porque busca defenderse de ataques imaginarios, delirantes”. 

 

El hostigamiento nace dentro del núcleo familiar “porque corresponde a un asunto de la personalidad” y se agrava en ambientes como el escolar. Además, quienes fueron víctimas de abuso infantil, en la adultez pueden asumir el rol de victimarios, según manifiesta la especialista.

La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna) establece en el artículo 32 el derecho a la integridad personal de los menores, que incluye el ámbito físico, psíquico y moral. “Los niños y adolescentes no pueden ser sometidos a torturas, ni a otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”, reza.

Delis Romero, Misionera Agustina Recoleta (MAR) y directora del colegio Santa Rita, ubicado en la avenida Sabaneta, de Maracaibo, considera que para revertir la situación es indispensable asumir y promover una mirada de misericordia. “Todos somos imagen de Dios y necesitamos respetar al otro como un templo. No podemos alterar la presencia Santa en el hermano”.

Otra recomendación de la religiosa es hacer una revisión espiritual para detectar los rencores y la falta de perdón que se traducen en violencia. “Es necesario sanar y aprender a vivir con nuestro pasado”, enfatizó.

Además, resalta la importancia de que las instituciones dispongan de un servicio de orientación, con profesionales capacitados para lograr la conciliación entre los alumnos.

Para Giovanny Villalobos, sociólogo y secretario de Gobierno del Zulia, la tarea principal es eliminar los estereotipos que instaura la sociedad. “Se ha formado una anticultura a partir de los estándares de perfección. La educación debe estar cimentada en los valores y, de esta forma, podremos acabar con las personas alienadas que copian los patrones del maltrato”, expresó a este diario.

Mientras que Pérez Esclarín sostiene que “se debe comenzar por dejar de pensar que ‘todo ésto es normal entre estudiantes’, ‘que se trata tan solo de bromas de muchachos’, y trabajar todos (familia, educadores, políticos, comunidad) por una cultura del respeto y el buen trato que combata, con decisión, todo insulto, maltrato, humillaciones y ofensas”.

Por su parte, la docente Elizabeth Calderón propone  charlas de formación para padres dentro de las escuelas. “Los maestros debemos buscar estrategias para lograr un cambio social”. Y el profesor Glend Leal sostiene que “se debe estimular el diálogo y la conversación en la familia. En la escuela, los maestros deben promover el acercamiento y la escucha a los estudiantes”.

La intención es acabar con el monstruo que asfixia la dignidad y se roba la inocencia de los niños y jóvenes.

Fuente de la Noticia:

http://www.panorama.com.ve/ciudad/El-bullying-se-mantiene-y-las-instituciones-educativas-estan-obligadas-a-combatirlo-20170122-0044.html

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