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India: La revolución de las hijas del burdel

Bombay/28 de junio de 2016/ Fuente: el país

Adolescentes de Kamathipura, un slum que hacina a 7.000 prostitutas, han creado un proyecto para educar mediante arte, meditación o viajes.

Son mujeres y empoderadas. Son jóvenes y expertas. Fueron maltratadas y son valientes. Fueron esclavas y son independientes. Fueron abusadas y son fuertes. Son artistas, profesoras, periodistas, oradoras, trabajadoras sociales, estudiantes… Son hijas de las prostitutas de uno de los barrios rojos más grandes del mundo, pero no reniegan de su pasado. Fueron víctimas y son agentes del cambio. Un grupo de adolescentes decididas a revolucionar conceptos antagónicos en la sociedad india.

“Muchos abusaron de mi cuando aun era una niña. Aunque recuerdo vívidamente cómo, a los nueve años, uno de los clientes del burdel me sentó en su regazo e introdujo su dedos en mi vagina…”, cuenta Shweta Katti, de 21 años. En perfecto inglés y sin titubeos, relata la pérdida de la inocencia, la humillación, el dolor y la culpa. Pero es un discurso articulado con seguridad serena. “No odio a los hombres. No todos son iguales”. Su firmeza se ampara en un alegato desprovisto de dudas que sólo el insondable ejercicio de la memoria ha transformado en constructivo. Palabras que han servido más como bálsamo ajeno que como martirio propio. Tras el tormento y la piedad, Shweta estudia psicología para ayudar a otras niñas que han sido violadas. “Las mujeres de Kamathipura [el barrio rojo de Mumbai] piensan que no pueden soñar a lo grande y eso les impide alcanzar sus metas”. Masticada y paladeada por ella misma, su historia es ejemplo de superación para muchas audiencias y le ha valido el reconocimiento internacional de 25 menores de 25, mujeres jóvenes ejemplares, junto a otras como la activista y Premo Nobel de la Paz paquistaní Malala Yousafzai.

Pero las listas siempre se quedan cortas. Porque Shweta no es la única. Otras 15 hijas de prostitutas forman Kranti —revolución en hindi—, un organización creada en 2010 por adolescentes del segundo burdel más grande del mundo. Nominado al Premio Profesor Global (2016) —conocido como el nobel de enseñanza—, las chicas, de 12 a 21, años no quieren ser beneficiarias de proyectos de desarrollo, sino agentes del desarrollo mismo. La integran Nilofar, de 22 años, que trabaja como profesora y quiere estudiar turismo para dedicarse a la hostelería. Farah, de 21, que será periodista una vez termine sus prácticas de verano en la BBC de Mumbai. O Kavita, Ashini y Shradda; de 21, 18 y 16, que organizan talleres semanales de pintura, escultura y teatro para niños con cáncer en el hospital del centro de la ciudad. Cada una con sus sueños personales, pero todas unidas por un pasado del que no escapan. Sólo huyen de la condescendencia. “Kamathipura es el barrio en que nací. Puede que la gente tenga pena de nosotras. Pero ese pasado no nos debilita, sino que nos hace más fuertes”, dice Shradda, apenas quinceañera, mientras termina de retocarse ante el espejo. Éste devuelve una sonrisa afable acompañada del aplomo de sus ojos; bisoños pero curtidos en certezas que explican más que las palabras.

Infancia en el slum de la prostitución

Shaddra y el resto de integrantes de Kantri vivieron su niñez y adolescencia atrapadas en el sistema de esclavitud que rige Kamathipura. Alrededor de 200 euros se paga por el tráfico y venta de una mujer en al barrio rojo de Mumbai, estima la ONG local Prerana Anti-Trafficking . Algo más de 15 euros vale pasar una hora con una menor. Y no más de 1.200 euros cuesta comprar una niña en el burdel más antiguo de India. Instaurado por los colonos británicos hace dos siglos, hoy en día las calles este slum se confunden con el glamour de los rascacielos de la megalópolis india. Abigarradas y promiscuas, sus calles esconden alrededor de 7.000 trabajadoras sexuales plegadas a sistema de karza—deudas de vida— inexistentes e infladas por las redes de tráfico humano. Aunque las autoridades locales sostienen que número de prostitutas se redujo de 50.000 en 1992 a 2.000 en 2009, ONGs como Prerana Ati-Trafficking Centre sostienen que el tráfico de mujeres aumenta en el burdel y que esas cifras se quedan cortas. Se estima que unos 10.000 menores viven en sus calles.

Explotación sexual e infantil; las peores formas de esclavitud moderna se concentran en las 14 calles de Kamathipura, colmadas de enjambres de criaturas entre el olor a falta de intimidad y pobreza suburbial. Según el extenso informe de 2016 sobre el Índice de Esclavitud Moderna, de finales de mayo, India concentra la mayor población de esclavos modernos: 18 millones de personas presas de trabajos forzados, explotación infantil y prostitución.

Con terapia y educación, las chicas han aprendido a no avergonzarse de su pasado.

“Mi abuela vivía en Karnataka [estado indio al sur de Mumbai] y era bailarina. La llevaron a trabajar a Kamathipura cuando era menor. Ella no sabía que era un burdel. Luego llegaron las adicciones y demás.”, explica Sheetal Jain, de 21 años. Tres generaciones de mujeres de su familia sobrevivieron en el slum de la prostitución. Bajo la promesa de trabajo y arrancadas a edades prematuras de otros estados indios o países vecinos como Nepal y Bangladesh, las esclavas sexuales son encarceladas y prostituidas por los dalals —proxenetas— hasta que alcanzan edades superiores a los 25 años. Entonces, el sistemaadhiya —ingresos compartidos— las fuerza a ceder parte de sus ganancias en conceptos de alquiler y seguridad; reduciendo sus ya pingües ganancias al 40%.

Los intentos de acabar con el tráfico humano son frenados por la contradicción de leyes nacionales y estatales, como la sección 8 de la Immoral Trafficking Prevention Act, (Acta de prevención del tráfico inmoral) que criminaliza a la mujer por ofrecer sus servicios. Las lagunas legales y la impunidad se unen a la corrupción de la policía local, que filtra información a las mafias antes de que las unidades anti-tráfico ordenen las redadas. Numerosas organizaciones no gubernamentales intentan mitigar los estragos de la esclavitud sexual en Kamathipura. Bien colaborando con la policía en denuncias y arrestos. Bien ofreciendo alternativas de trabajo a las prostitutas, o refugio y educación a los menores que viven en el burdel.

“Las ONGs de Kamathipura imparten educación formal a los niños, pero los sobreprotegen”, critica la propia Sheetal, que pasó por cuatro organizaciones diferentes. “Mientras, a las mujeres sólo les enseñan empleos tradicionales como costura y punto… Así hasta que alcanzan la edad del matrimonio, en la adolescencia”.

Aceptar el pasado para revolucionar el presente

“En Kranti nos enseñan a explorar nuestras pasiones mediante las artes plásticas o la meditación. Eso nos motiva a soñar lo que queremos hacer con nuestras vidas, como el resto del mundo. Sin condicionarnos por nuestro por nuestro pasado”, concluye Sheetal. Ella nunca consiguió integrarse en escuelas y casas de acogida, su único interés era la música y pensaba que nunca acabaría la educación obligatoria. Pero el sistema de Kranti le ofreció otras alternativas; terminó sus estudios y ahora imparte talleres de percusión y cuentacuentos en las que explica su historia de lucha personal para ayudar a los alumnos.

Danza, música, teatro, meditación o talleres sobre justicia social son parte integral de las actividades de Kranti. Las adolescentes de Kamathipura también participan en voluntariados y han viajado a Nepal, Buthan o Estados Unidos como parte de su formación. “No sólo les ayuda a compartir sus historias alrededor del mundo, sino que encuentran formas de relacionarse con gentes de otros países y culturas que viven situaciones similares”, explica Robin Chaurasiya, precursora de la iniciativa y encargada de buscar los fondos para la formación de las revolucionarias; como se autodenominan. Estadounidense de 30 años con orígenes indios, Robin llegó a Mumbai después de ser expulsada de las fuerzas aéreas americanas por su condición sexual, y en Kamathipura entrenó a su agitador ejército de adolescentes: “Con terapia y educación, han aprendido a no avergonzarse de su pasado, que no debe limitar su futuro. Ahora se sienten orgullosas de sus orígenes en Kamathipura, porque eso les ha convertido en las mujeres que son”.

Amrin Shaikh, de 15 años, mueve las manos con vehemencia. “La gente me rechazaba por mi origen y condición. Ahora lucho por mis derechos y respondo a los que piensan que soy tonta”, traduce su hermana Nilofar, que también ha aprendido lenguaje de signos gracias a Kranti. Alumna con las mejores calificaciones de su promoción, Amrin es sordomuda pero elocuente; y lo demuestra preguntando una y otra vez si se ha hecho entender.

La misma confianza que desprenden el resto de hijas de Kamathipura. Sólo empañada por el recuerdo de sus madres, algunas de las cuales ya murieron en el slum de la prostitución. Una vacilación que dura apenas segundos. Sheetal insiste en una idea, repiqueteando como sus dedos sobre la piel de tambores ydjembés: “Estamos muy orgullosas de nuestras madres. Somos fuertes gracias a ellas y a lo que vivimos juntas”, ni un ápice de paternalismo: “Entendimos que lo hicieron por nosotras y aquí hemos aprendido a perdonar”.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/24/planeta_futuro/1466769362_575564.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/06/24/planeta_futuro/1466769362_575564_1466770654_noticia_normal_recorte1.jpg

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Protegidos contra el dolor: abordar el abuso sexual infantil por Internet en Filipinas

Filipinas

Como declara la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, no existe ninguna circunstancia por la cual se considere aceptable utilizar niños para representaciones y materiales pornográficos. “El nombre ‘pornografía infantil’ es poco apropiado, ya que implica que la explotación sexual infantil es un subgrupo de una industria (mayoritariamente) legal”, sostiene Sarah Norton-Staal, jefa de Protección Infantil para UNICEF Filipinas. “Cualquier niño menor de 18 años al que se utilice para realizar representaciones o crear materiales pornográficos se puede considerar una víctima. Toda imagen o vídeo que contenga abuso infantil constituye una prueba documentada de un delito en proceso. La producción y la distribución de esos materiales de explotación y abuso infantil, ya estén en papel, en Internet o se emitan en directo, representan una violación de unos derechos humanos fundamentales, y es necesario proteger a los niños contra eso”.

Filipinas se ha convertido en el epicentro mundial del mercado del abuso sexual en directo, y muchas de las víctimas son niños. En los suburbios de Manila, la redada policial de una operación contra la explotación sexual infantil reveló las dificultades a las que se enfrenta el país para proteger a los niños vulnerables y llevar a los tribunales a quienes abusan de ellos.

Una noche de 2014, la policía filipina hizo una redada en una casa de apariencia normal situada en los suburbios de Manila. Justo antes de la media noche, cuando la oscuridad había inundado los callejones estrechos de alrededor, los oficiales entraron con una orden de registro. Dentro de la casa, que era pequeña y tenía una sola habitación, encontraron una cantidad inusual de equipos informáticos: portátiles, webcams y un router de Wi-Fi.

Además, hallaron a un grupo de cuatro niñas y niños de edades comprendidas entre los siete y los 10 años preparándose para una “representación”. Los niños estaban a punto de desnudarse y representar actos sexuales unos con otros, siguiendo las instrucciones de un pedófilo conectado desde el otro lado del océano mediante una webcam.

El abuso sexual de niños en directo, también conocido como turismo sexual por webcam, lo había organizado una “cabecilla” que vivía en la casa y que, además, era la madre de uno de los niños. Se trataba de un negocio ilegal en curso. Los perpetradores extranjeros mandaban su dinero mediante giros internacionales, y ella le pagaba a los niños 150 pesos (el equivalente tres dólares estadounidenses).

Los otros tres niños también estaban viviendo con la cabecilla mientras su madre trabajaba fuera de Manila. La llamaban “tita”, aunque no les unía ningún vínculo de consanguinidad. Uno de esos niños, Danilo*, de siete años, le había contado a su padre los abusos, y fue este quien llamó a la policía.

Durante la redada, la policía se incautó de los ordenadores portátiles como prueba y arrestó a la cabecilla. Un trabajador social rescató a los niños y los llevó a la Unidad de Protección Infantil del Hospital General de Filipinas, en Manila. Allí, un pediatra, el Dr. Merle Tan, los examinó. El centro acababa de ser renovado y ofrecía a los niños un entorno luminoso y alegre, con una sala de juegos bien equipada y varias salas de terapia.

Otro de los niños era Jennifer*, de nueve años, la hija de la cabecilla. Al principio negaba los hechos para proteger a su madre, que le había advertido de lo que tenía que decir si venía la policía. Sin embargo, a lo largo de las sesiones terapéuticas que recibió, poco a poco comenzó a desahogarse con el Dr. Tan y con otros trabajadores del centro.

Imagen del UNICEF

Se aprovechan de la pobreza

La pobreza es un factor determinante que se esconde tras el mercado internacional del abuso sexual de niños en directo. Al menos una de cada tres personas de Manila vive en suburbios con casas hechas improvisadamente con madera, placas de metal y carbón y tres o cuatro plantas, situadas junto a ríos y vertederos de basura. Muchos padres que viven aquí son desempleados o tienen trabajos inestables como la mano de obra eventual. Los niños juegan en las calles, donde es frecuente el consumo de alcohol y drogas. Estas zonas son los objetivos principales de la actividad delictiva.

En el suburbio de Manila en el que vivían Jennifer y Danilo, la existencia de abusos sexuales emitidos en directo era un secreto en voz alta. “La cabecilla dirigía una casa donde muchas noches había “representaciones” abiertas al público”, explica el Dr. Tan. “Si los niños de la barriada tenían hambre, sabían que podían ir allí a por comida y cobijo, y que si participaban en la “representación” ganarían 150 pesos.

Lo más chocante es que algunos padres llevaban a sus propios hijos a la casa. “Como el perpetrador no está tocando a los niños directamente, la gente se convence de que no es un abuso”, sostiene el Dr. Tan. “Pero sí se trata de un abuso que perjudica su desarrollo mental y físico. Conforme van creciendo, pueden tener problemas a la hora de entablar relaciones, y pueden llegar a verse arrastrados a trabajos sexuales o incluso convertirse en abusadores”.

Filipinas se ha convertido en el epicentro mundial del mercado de abusos sexuales emitidos en directo. En algunas partes del país, como en la Isla de Mactán, en Cebú, hay “núcleos” donde tanto la pornografía por webcam en la que participan adultos y el abuso sexual infantil en directo son prácticas extendidas en los pueblos o las comunidades locales. En esas zonas se ha concentrado un gran número de arrestos e intervenciones.

Imagen del UNICEF

UNICEF Filipinas está llevando a cabo una investigación sobre este asunto destinando fondos para preparar a policías y ONG, ayudar a establecer una línea de ayuda nacional e incrementar el poder de los policías nacionales.

“Esto lleva ocurriendo ya varios años, pero cada vez hay más casos”, asegura Sarah Norton-Staal, jefa de Protección Infantil para UNICEF Filipinas. “El mayor acceso a Internet y el abaratamiento de los dispositivos han permitido a las comunidades conectarse. El nivel de inglés alto y los infractores llevan viniendo desde los años setenta. Hay una gran diáspora filipina que envía dinero a casa desde el extranjero. Y también existe una cultura de silencio y deferencia hacia los mayores, que ocultan los abusos. Todo esto contribuye a crear un entorno fácil para los delincuentes”.

 

En 2009, siguiendo las labores de defensa emprendidas por UNICEF y otros, los materiales de abuso sexual infantil se ilegalizaron por primera vez en Filipinas. Pero aún queda trabajo por hacer. “La edad legal de consentimiento sexual en Filipinas sigue estando en 12 años”, informa Norton-Staal. “Eso dificulta la condena de personas por abuso sexual a niños. Queremos elevar la edad a, al menos, 16 años, además de crear mejores recursos para descubrir y condenar a los infractores”.

Una respuesta holística

La Subsecretaria del Departamento de Justicia de Filipinas, Mónica Pagunsan, asegura que el gobierno está empleando un enfoque más amplio para abordar el asunto. “Se considera que Filipinas es la mayor fuente de pornografía infantil de todo el mundo”, sostiene. “La adopción de una ley contraria a la pornografía infantil y la creación de la oficina contra los delitos cibernéticos dio impulso a la campaña contra el abuso sexual infantil en Internet. Además, contamos con tratados de extradición con unos 13 países y estamos trabajando estrechamente con la Interpol”.

Imagen del UNICEF

Sin embargo, a pesar de esos esfuerzos, el nivel de condenas sigue siendo bajo. Pagunsan subraya la necesidad de mejorar la cooperación con el sector privado. “El gobierno no puede hacer esto solo”, asegura. “Necesitamos ayuda del sector privado, en particular de las empresas de telecomunicaciones y los proveedores de servicios de Internet. Nos preocupa lo mucho que se tarda en eliminar contenido, identificar a las víctimas y los perpetradores y preservar las pruebas”.

“En la actualidad debemos obtener una orden judicial antes de que las compañías puedan cooperar con la investigación”, prosigue. “Para entonces, el abusador suele haber desaparecido”.

En la comisaría de la Policía Nacional filipina, el coronel Ivy Castillo está al frente de la nueva unidad de delitos cibernéticos, que incluye el abuso sexual de niños emitido en directo. Se trata de una unidad pequeña que trabaja en una cabina diminuta en el extenso campus. Ivy nos explica que el número de casos está aumentando: de 57 que había en 2013, a 89 en 2014 y 167 en 2015. Sin embargo, hasta ahora solo ha habido siete condenas, todas ellas de conformidad con la legislación sobre contrabando infantil.

“La mayoría de las pistas nos las envían nuestros homólogos de la policía de otros países”, dice el Coronel Castillo. “Ellos encuentran imágenes de Filipinas en los ordenadores de los sospechosos y nos piden que los localicemos. A veces también saquean la cuenta de Facebook de un perpetrador y la utilizan para contactar con los cabecillas”. Aun así, la unidad encuentra muy pocas pistas. “Los filipinos se resisten a denunciar el abuso o a archivar quejas”, prosigue. “Algunas personas no saben que lo que hacen está mal, no son conscientes de las sanciones”.

Para abordar este asunto, la unidad lleva a cabo actividades de concienciación en escuelas y comunidades, especialmente en las zonas donde se concentran más casos de abusos. UNICEF está financiando formación para oficiales de policía con el fin de enseñarles a identificar y tratar un caso de delito cibernético. Sin embargo, hasta el momento los delincuentes aún les llevan la delantera.

Para las personas que trabajan en primera línea para combatir el abuso sexual infantil en directo, como el Dr. Tan y la Unidad de Protección Infantil, este desafío a veces se hace cuesta arriba. “Puede llegar a ser muy desolador, pero debo ser fuerte”, dice el Dr. Tan. “Intento sacarme de la mente todos los pensamientos tristes. No quiero que estas historias me afecten. Si quiero ayudar a nuestros niños, debo seguir siendo fuerte y positivo”.

*Los nombres se han cambiado para proteger la identidad de las víctimas.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/philippines_91214.html

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Los sindicatos franceses fuerzan al Gobierno a autorizar una protesta prohibida

Francia/23 junio 2016/ Autor: Carlos Yárnoz /Fuente: El País

El Gobierno francés rectifica de nuevo ante la presión social y autoriza una manifestación que había prohibido unas horas antes. La tensión entre sindicatos franceses y Gobierno a cuenta de la contestada reforma laboral se disparó este miércoles cuando la movilización empezaba a perder fuelle. Cumpliendo su amenaza, y en un gesto sin precedentes en las últimas décadas, el Ejecutivo había prohibido la protesta que siete organizaciones habían convocado para el jueves en el centro de París. Ante la avalancha de airadas protestas de todo el arco político y el mantenimiento de la convocatoria, el Gobierno ha rectificado. La protesta se celebrará, aunque por un recorrido diferente pactado entre el Ministerio del Interior y los sindicatos.

El ministro del Interior, Bernard Cazenueve, pidió el pasado lunes a las centrales sindicales que, por razones de seguridad, organizaran una concentración en lugar de una marcha en el centro de la capital. Cazenueve afirmaba que podrían evitarse así los habituales incidentes que grupos minoritarios de violentos protagonizan en casi todas las protestas callejeras contra la reforma laboral. Los sindicatos rechazaron de plazo esa opción y no alcanzaron acuerdo alguno con la policía en sus conversaciones del martes.

Finalmente, la prefectura de París anunció la prohibición a primera hora de este miércoles. Alegaba que “el nivel de amenaza es extremadamente elevado” y que, sin embargo, la policía no dispone de suficientes medios cuando miles de agentes ya están ocupados por toda Francia por la Eurocopa o los controles fronterizos.

Los dos principales sindicatos convocantes, la CGT y Fuerza Obrera (FO), respondieron de inmediato que mantenían la cita. Alguno de sus portavoces llegó a calificar la prohibición de «declaración de guerra». Diputados socialistas rebeldes calificaron la decisión del Gobierno de “error histórico” –Christian Paul, líder de los críticos- o “acto extremadamente grave” –exministra Aurelie Filippetti.

Parlamentarios y otros cargos electos del Partido Comunista anunciaron por su parte que acudirían a la manifestación. En la extrema derecha, la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, habló de “un grave atentado a la democracia” y el jefe de la oposición, el expresidente Nicolas Sarkozy, consideró que el veto no era «razonable».

Los líderes de la CGT y FO, Philippe Martinez y Jean-Claude Mailly, exigieron ver al ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, quien los recibió de inmediato. Le transmitieron que mantendrían a toda la cosa la protesta. Cazeneuve cedió: se autoriza la manifestación en la zona prevista por los sindicatos, pero por un recorrido diferente y más corto. Los líderes sindicales se han considerado satisfechos y el ministro se ha limitado a decir que «no se tolerará ninguna violencia».

A la hora de exigir la concentración en lugar de la marcha, el titular de Interior había asegurado que, en los tres meses de protesta sindical, ya son 554 los policías que han resultado heridos. Los últimos incidentes se produjeron en la manifestación el pasado viernes en Paris, cuando los violentos destrozaron incluso grandes paneles acristalados de un hospital de niños. Cazeneuve acusó entonces públicamente a militantes de la CGT, el principal sindicato de Francia, de haber participado en los incidentes.

Tras esos altercados, fue el presidente Francois Hollande el primero en evocar la posibilidad de prohibir nuevas manifestaciones si no se garantizaba la seguridad de personas y bienes. El líder de la CGT, Philippe Martínez, respondió que ese objetivo corresponde a la policía. A su vez, el primer ministro, Manuel Valls, pidió a los sindicatos que no convocaran más protestas en la calle.

El encontronazo de este martes, que se salda con un triunfo sindical, se suma a la frustrada reunión que Philippe Martínez mantuvo el viernes pasado con la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, para hablar de la reforma laboral. El falso paso dado por el Gobierno con el consiguiente refuerzo sindical se produce cuando las huelgas y protestas estaban bajando de intensidad en todos los sectores y prácticamente ya no afectan nada a los servicios públicos.

Además de la del jueves, los sindicatos han convocado otra jornada de movilización para el día 28. El Gobierno también se plantea pactar su desarrollo con los sindicatos.

Francia está en estado de excepción desde los atentados de noviembre pasado, por lo que, de acuerdo con la legislación vigente, basta una simple decisión del prefecto de policía, como ha sido el caso, para prohibir concentraciones o manifestaciones. El Gobierno las prohibió todas, por ejemplo, durante la Cumbre del Clima desarrollada en París en noviembre y diciembre. Dentro de la movilización contra la reforma laboral, el mes pasado se prohibieron manifestaciones en Rennes y Nantes, ciudades en las que más incidentes se han registrado en esta oleada de protestas.

Debido a la amenaza terrorista, el Ejecutivo se planteó impedir las protestas desde el inicio de la actual movilización contra la reforma laboral, pero no lo hizo por temor a las reacciones de los sindicatos.

Desde 1962 no se había producido una prohibición como la de este miércoles con respecto a una manifestación sindical en la capital francesa. En febrero de ese año, la CGT y el Partido Comunista habían organizado una marcha por la paz en Argelia. Acudieron miles de personas pese a la prohibición. En los graves incidentes surgidos murieron nueve personas.

Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2016/06/22/actualidad/1466586905_768788.html

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Acoso, discriminación y violencia racista en la escuela

Perú/Autora: Ruth Dina Santisteban Matto/ Fuente: Aula Intercultural

Esta nota es una reflexión sobre el racismo hacia las minorías étnicas o culturales en las instituciones educativas urbanas y rurales de Perú.

El acoso, maltrato o intimidación racista es otra forma de discriminación que la sufrimos y sufren miles de pobladores, adultos y niños de los pueblos originarios, por el hecho de no pertenecer a la cultura hegemónica. Este acoso no solo es de jóvenes a jóvenes, de niños/as a niños/as, de adulto a niño/a, sino de profesora/o a alumno/a, veamos algunos casos:

Los padres, madres indígenas y sus hijas e hijos, provenientes de las zonas rurales que hablan una lengua materna distinta al castellano, se sienten acosados, maltratados, intimidados y discriminados precisamente por ser de donde son. Desde el momento de la matrícula escolar, cuando se les niega una vacante o sin previa evaluación pertinente a sus características socioculturales y lingüísticas, los ubican en grados inferiores con relación al grado de estudio que les corresponde según la institución de procedencia. “son de zona rural, son de escuelas bilingües, solo saben quechua nomás, no saben nada por eso le bajaremos de grado”… son frases de algunos directores , algunas directoras, profesoras y profesores de escuelas de prestigio en los distritos y/o provincias.

Pero esto no queda ahí, si por suerte los niños y las niñas rurales logran una vacante con la respectiva y “justa” rebaja de grado de instrucción, estos no reciben una educación que responda a sus características lingüísticas ni mucho menos culturales y son sometidos a una inmersión en un ambiente hostil, de rechazo y maltrato, lejos de que estas escuelas de prestigio propicien espacios de amabilidad y respeto a lo diverso. Algunos de sus docentes los clasifican entre “los niños del campo” y “los niños de ciudad” y esto es intimidación, maltrato, acoso y discriminación.

Los prejuicios que se tienen de las “familias del campo” en estas escuelas lleva a etiquetarlas como pobres, sucias, alcohólicas incumplidas (cuando no compran los materiales que se pide para el aula), irresponsables (que solo se preocupan de sus chacras y sus animales) analfabetas e ignorantes (no tienen noción de reglas de urbanidad ni de comportamiento) por eso sus hijos no aprenden rápido, no hablan castellano (razón muy buena para que repitan dos o tres años el mismo grado), ahí va otra vez el acoso…

Sabemos además que en las escuelas de las urbes algunos padres y madres de familia no permiten que sus hijos sean amigos de los niños de procedencia campesina.

Todas estas actitudes hacen que los compañeros insulten, maltraten, discriminen, hasta el extremo de agredirlos físicamente, a los niños y niñas que vienen de los territorios indígenas. Como reacción ante este acoso los niños, las niñas intentan ser “el otro”, llegan al extremo de negar el lugar de procedencia, sus padres, el idioma que hablan, sus costumbres, su comida, su vestido.

Por ello es que todas las instituciones educativas, no solo las EIB o rurales, deben dar a conocer, entre otras cosas, que nuestro país es diverso, que existen otras formas de ver el mundo -o los mundos-, que existen otras personas y niños y niñas en el Perú profundo que son parte del “Perú de todas las sangres”.

Es necesario realizar campañas, así como cuando se hace sobre los derechos universales de los niños, sobre los derechos del niño y niña indígenas, reconocidos -implícita y explícitamente- en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en la Convención sobre los Derechos del Niño, en la Declaración y Plan de Acción Mundiales para la Supervivencia, Protección y Desarrollo de los Niños, en la Declaración de la Cumbre Mundial para la Infancia y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Estos derechos comprenden el derecho a la educación, al empleo, a la salud, a la vivienda y a la libertad de expresión; así como la protección de los derechos sociales y culturales, entre ellos, el derecho a aprender y hablar las lenguas ancestrales. Por ejemplo, en el artículo 30 de la Convención sobre los Derechos del Niño se reconoce explícitamente el derecho de los niños indígenas a gozar de su cultura tradicional, a practicar su propia religión y a utilizar su lengua tradicional.

En el capítulo 25 del Programa 21, aprobado en la Cumbre de la Tierra de 1992, se exhorta a los gobiernos a conseguir que los jóvenes indígenas tengan acceso a los recursos naturales, a la vivienda y a un medio ambiente sano. (www.unicef.org/indigenas.pdf) y por último, y no por eso el de menos importancia, el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos indígenas y tribales.

Todas las Instituciones Educativas de todo el país deben promover el conocimiento de estos derechos por lo tanto una educación Intercultural.

Todos y todas debemos hacer que este tipo de intimidación, acoso y discriminación étnica, se desnaturalice, son décadas y décadas que las situaciones arriba mencionadas y otras que no se dan en esta reflexión se repiten día a día…ya parecen actos naturales, normales y graciosos llegando a hacer pensar que las etiquetas o insultos que se les hace a los niños campesinos es parte suya, es una características de su persona. “Decir que “los chicos pobres o los descendientes de padres campesinos indígenas o los niños que hablan lenguas originarias aprenden menos que el resto, por ejemplo, es algo que tiende a naturalizarse, sin buscar las causas reales del bajo rendimiento y esto lamentablemente es otra manifestación de la problemática.

Considero que la familia es la clave, no olvidemos que es el espacio privilegiado de la socialización, donde se adquieren los primeros patrones culturales, así como los de comportamiento, desarrollo de vínculos afectivos, donde nuestros hijos fortalecen su autoestima y establecen relaciones maduras y empáticas con sus semejantes. Cada familia es diferente y particular, cada familia tiene sus propias pautas de crianza, la escuela y la comunidad deberían ser reforzarlos sin trasgredir ni atentar a esa particularidad.

Y cuando hablamos de comunidad nos referimos también a algunos programas e instituciones que con el sano afán de ayudar a “progresar” a las familias van anulando el rol de estas y de sus pautas de crianza, convenciéndolos de que hay un solo tipo de niño, de adolescente y de núcleo familiar con únicos valores y conductas. Y creo que la diversidad en todo sentido de la palabra debe ser de dominio y de vivencia, de respeto y que son necesarios programas que promuevan valores, normas y actitudes que contribuyan al real desarrollo integral de los alumnos y a la diversidad.

Fuente noticia :http://aulaintercultural.org/2012/11/19/acoso-discriminacion-y-violencia-racista-en-la-escuela/

 

Fuente imagen: http://2.bp.blogspot.com/-GzBoC3Wzjtg/T1Lv7mDs11I/AAAAAAAAAIU/Vo4i_5IY3O0/s1600/Ni%C3%B1os-racistas.jpg

 

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UNRISD ONU / Ending Violence Against Women in Asia: International Norm Diffusion and Global Opportunity Structures for Policy Change

Fuente UNRISD / 20 de junio de 2016

Violence against women (VAW) is only beginning to be recognized as a major societal problem within and across Asia. This is evidenced by the high level of self-reporting by men and women of sexual violence and domestic violence in recent UN surveys; the extremely low conviction rates for these forms of violence; the slow, partial or non-adoption of anti-VAW laws; and the lack of a regional anti-VAW Convention in Asia.

This UNRISD working paper explores how the global context of norm diffusion, state ranking, conflict and advocacy networking affects societal and policy change in the region to strengthen women’s rights. It highlights the increased visibility and reporting of VAW as a result of international norm diffusion particularly via the UN Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women (CEDAW) and the pressure exerted by intergovernmental organizations on governments to address VAW. It argues that non-state actors, especially global media and regional advocacy networks, have energized the push to end the culture of impunity for VAW. In combination, these transnational forces are radically altering the policy environment in Asia, making it non-negotiable for governments to respond to VAW and halt the slow progress to date in achieving women’s rights to bodily integrity.

Jacqui True is Professor of Politics and International Relations and an Australian Research Council Future Fellow at Monash University, Australia.

 

Ending Violence Against Women in Asia: International Norm Diffusion and Global Opportunity Structures for Policy Change

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Pasiones españolas: construcciones del amor romántico heterosexual

De la copla al pop estatal

Por Coral Herrera Gómez

Otras canciones románticas son posibles

La mayor parte de nuestras canciones siguen exaltando la violencia pasional, las guerras románticas, la necesidad de venganza cuando nos rompen el corazón, la sumisión erótica de la mujer, el asesinato de mujeres, y el sufrimiento femenino como muestra de amor verdadero. Pero muchas de nosotras estamos hartas de dramas alemanes, tragedias griegas, culebrones latinos, y sufrires eternos, y reivindicamos nuestro derecho a disfrutar del amor. Queremos otras canciones, otros romanticismos, otros finales felices, otras formas de querernos.

Existen muchas canciones que rompen con la tradición romántica del amor como una prisión o una enajenación mental que te limita y te ata al ser amado. Canciones maravillosas como la de Silvio Rodríguez: “Yo te quiero libre, libre de verdad, libre como el sueño de la libertad… “.

Necesitamos poner de moda canciones e historias de amor que rompan con la ideología hegemónica que atraviesa nuestra cultura amorosa: poesía que rompa con la propiedad privada y la exclusividad en la pareja, con las jerarquías, el sadomasoquismo romántico y las luchas de poder. Tenemos que reivindicar una música que no perpetúe los estereotipos y los roles de género, y que reivindique la diversidad sexual y amorosa de nuestra realidad cotidiana. Necesitamos canciones que canten más al amor y menos al desamor, y que sean capaces de ampliar nuestro concepto de “amor” mucho más allá de la pareja monógama en edad reproductiva.

La música es un motor de transformación, igual que el amor. Con música podremos visibilizar y crear otros modelos de relación, otras tramas, otras historias, otros protagonistas que en lugar de emplear la violencia para resolver sus conflictos, tengan herramientas para quererse bien, para respetarse, para cuidarse mutuamente, y para separarse con cariño.

Es fundamental que revolucionemos nuestro arte, nuestra música, nuestros relatos y nuestras representaciones a la vez que transformamos el mundo de los afectos, la sexualidad y el erotismo, las emociones y los sentimientos. Tenemos, también, que reivindicar nuestro derecho al amor y trabajar para que todo el mundo pueda unirse independientemente de su género, su orientación sexual, su clase social, su profesión, su edad, o su ideología.

Tenemos que cantarle al amor colectivo, a la ternura social entre los barrios y los pueblos, a otras formas de quererse alejadas de la ideología patriarcal y capitalista que nos hace sufrir tanto. Tenemos que dar espacio a los músicos y músicas, a la gente que compone y que canta otras historias de amor que nos muestren la riqueza del mundo en el que vivimos: hay muchas formas de juntarse y organizarse, y no tenemos por qué seguir cantando eternamente la misma canción.

Fuente: http://haikita.blogspot.com/

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Argentina: Violencia de género, un problema cultural que la educación no logra resolver.

Por Víctor Leopoldo Martínez
Las «mujeres” son como los «negros”, un mal social que los hombres blancos deben «soportar”. El hombre evita trabajar como «negro” porque es denigrante, pero ve como bueno y elogiable que una mujer lo haga porque para eso está, para trabajar como «negra” (la propia mujer también sostiene esto a la hora de «dar examen” al macho). Las mujeres «blancas” tienen mujeres pobres y «oscuritas” para que sean sus sirvientas. Las mujeres blancas disfrutan del sexo porque tienen recursos económicos para el aborto. Las «negritas” hacen el amor sabiendo que se juegan la vida si tienen que abortar; o por los planes sociales. El hombre tiene derechos porque trabaja fuera de casa y trae el «sustento”. Las labores hogareñas de la mujer no son parte de un trabajo sino un «deber” por gratitud hacia el hombre que trae el sustento. Hoy la mujer trabaja afuera porque «debe” ayudar al hombre; un «deber” sin muchos «derechos”, de ahí su sueldo diferente y en ocasiones inferior. La mujer es una «serpiente” y tan mala como la «bola negra” de billar cuando se trata de la diversión del macho.
Para vender cualquier producto, o para que un programa televisivo tenga audiencia tiene que «ofrecer” culos y tetas de mujeres revoloteando en la pantalla; no pocas mujeres se prestan al juego porque «paga bien” si esas tetas o culos se transforman en buena «merca” para un macho. Su creador fue Gerardo Sofovich, el continuador Marcelo Tinelli. El macho cuanto, más desnudo pueda aparecer, más macho es por ser más sexy. La mujer, cuanto más desnuda pueda aparecer, más permisiva para ser violada y/o violentada está diciendo ser porque lo hace para provocar. El hombre puede vestirse como se le canta; la mujer, si lo hace, «quiere guerra” (y en las guerras siempre hay muertes).
El hombre es violento con la mujer por cobardía, ya que jamás hablará de sus miedos. La sabe inferior en términos físicos y por ende indefensa y descarga sobre ella posibles traumas psicológicos infantiles irresueltos, cuando no reproduciendo modelos y costumbres familiares incorporados. La mayoría de las mujeres naturalizaron y justifican aún hoy esa violencia por aceptación cultural del sometimiento que supuestamente les cabe por una cuestión de género. Las madres educan a sus «nenas” para que sean futuras «señoritas decentes” (sometidas) a los dictámenes «machos”;  y de chiquitos justifican que los «nenes” fajen a sus hermanas. Las madres compran muñecas para que sus hijas mujeres sean futuras buenas madres y compran «autitos” para que sus nenes sean buenos conductores y ya grandes pueden gritar en la calle a una mujer que maneja un vehículo «anda a lavar los platos”. Maestras y profesoras (que son mayoría dentro del sistema educativo) exigen a las «niñas” comportamientos «de niñas” sin brindarles nunca un argumento sólido para tal exigencia. En cualquier establecimiento educativo la buena alumna se caracteriza por ser «obediente” a los dictados de una educación pensada por y para machos. La buena alumna lo es porque es buena y sumisa repetidora de lecciones, nunca por ser pensante, algo que no la prepara para ser una «buena mujer.
Las mujeres sólo se deben dedicar a lavar platos, la ropa, a cocinar y a cuidar chicos, y si son científicas es porque están al pedo y/o quieren competir con los hombres. Si un hijo sale «desviado” es culpa de la mala educación de esa madre. Un imbécil y energúmeno macho humano se arroga el don divino de poder golpear y hasta disponer de la vida de su –o una- mujer, y nunca falta en boca social el «por algo le pegó, algo habrá hecho esa mujerzuela”. Una «diva” televisiva –Mirta Legrand- pregunta a una de sus invitadas: «¿Qué hiciste para que te golpee?”. Muchas de sus seguidoras televidentes la acompañaron con sus comentarios hogareños justificatorios: «Seguro que algo anduvo haciendo, lo habrá gorreado” (infiel).
El hombre, cuanto más «gorreador”, más macho; la mujer, cuanto más prueba tratando de encontrar placer sexual ante tanto macho inútil y frustrador, más puta es. El hombre tiene derechos, la mujer tiene que agradecer los poquitos que los hombres le otorga. Sólo el 33% de las bancas parlamentarias (municipales, provinciales o nacionales) puede ser ocupado por mujeres … «y agradezcan”. Si una mujer es presidenta, hasta para sus pares de género es una «yegua que tiene que ir a la guillotina” y dejarle lugar a un macho misógino (Cristina vs. Macri) que, aunque sea un torpe e inútil, basta con que sea «macho”.
Las mayores enemigas de los derechos de la mujer lamentablemente están dentro de las propias mujeres. Por ahora, las defensoras de esos derechos son excepciones. Las propias mujeres hicieron suyo el calificativo «mina” para denigrarse entre ellas. Trazando paralelos, las «minas” son sólo «surcos” donde los machos pueden penetrar como quieren y cuando quieran y hacerlas saltar por el aire si se deciden explotarlas a cielo abierto.
¿Y la educación? La educación continúa acompañando de la mano de maestras, profesoras, licenciadas y doctoras a una sociedad para que esos desvalores nunca se pierdan. El viernes 3 de junio, la plaza 25 de Mayo de Catamarca, lugar del acto central para la convocatoria por «#NiUnaMenos”, se pudo haber transformado en el escenario propicio para una clase abierta sobre violencia de género, con presencia de funcionarias y hasta la propia Gobernadora, que son mujeres, y con una plaza colmada de maestras y profesoras con sus alumnos viendo y discutiendo el tema. No fue así. Sólo había no más de 100 mujeres recordando víctimas de atroces crímenes, mientras muchas y muchos pasaban por el lugar mirando a esas «locas” que piden justicia para unas locas a las que mataron seguramente porque algo hicieron como simples seres humanos de género femenino. Lamentable.
 
Fuente: 
http://www.elesquiu.com/policiales/2016/6/13/violencia-genero-problema-cultural-educacion-logra-resolver-217173.htm
Imagen: http://www.elesquiu.com/u/fotografias/m/2016/6/12/f620x0-197714_197732_15.jpg
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