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La escuela laica, la escuela única

Por: José Amestoy Alonso

Durante la Segunda República española de 1931 a 1936, se desarrollo una enseñanza y educación que en periodos históricos anteriores estaba mediatizada por los poderes fácticos, sobre todo por la Iglesia. Es ahora con la Segunda República cuando se ponen las bases del laicismo y la la escuela única, igual para todos.

Al proclamarse la II República en abril de 1931, más del 30 por ciento de la población española era analfabeta, la educación estaba en la mayoría de los casos, en manos de instituciones religiosas y era más un privilegio que un derecho. Ante este panorama desolador, el gobierno republicano se fijó como prioridad mejorar la formación de la población de niños y adultos. Para ello dispuso un paquete de medidas entre las que destacó la duplicación del número de las escuelas. 

Un plan quinquenal que quería repartir por toda la geografía nacional un total de 27.151 escuelas para paliar el déficit existente. La ampliación de escuelas llevaba aparejada otra serie de reformas entre las que se inscribían, la reforma de las condiciones económicas de los maestros -6.833 maestros pertenecientes al 2º Escalafón vieron ascendidos sus ingresos-, y el sistema de acceso a la enseñanza, así como la mejora de las Escuelas Normales. Tras el verano de 1931 se procedió a la reforma de las mismas, implantando el denominado “plan profesional” y la unificación de los dos sexos en una sola Normal mixta.

El 31 de agosto de 1931, Marcelino Domingo le pedía a Miguel de Unamuno, presidente del Consejo de Instrucción Pública para que preparase una ley que sustituyese a la obsoleta Ley de Moyano, que databa de 1857. El Ministro le pedía al catedrático de la Universidad de Salamanca que la ley favoreciera el establecimiento en España de la escuela única. El Consejo encargó a Lorenzo Luzuriaga la redacción de un proyecto de ley basado en la escuela única. Según este documento, la educación debía basarse en los siguientes principios:
  1. La educación pública es esencialmente una función del Estado.
  2. La educación pública debe ser laica.
  3. La educación pública debe ser gratuita, especialmente en la enseñanza primaria y media.
  4. La educación pública debe tener un carácter activo y creador.
  5. La educación pública debe tener un carácter social, por lo que se articulará un sistema de participación entre las representaciones sociales diversas y la escuela.
  6. La educación pública debe atender conjuntamente a los alumnos de uno y otro sexo, haciendo de la coeducación un principio pedagógico aplicable a todos los grados de la enseñanza.
  7. La educación pública constituye un sistema unitario.
  8. El profesorado de la educación pública constituye un todo orgánico. Siendo una la función educativa, uno debe ser también el profesorado, lo que significa que debe recibir una preparación equivalente, asumir un trabajo docente similar y análoga retribución.

Estos principios se consagraron en la Constitución aprobada el 9 de diciembre de 1931 como puede apreciarse en el contenido de algunos de sus artículos:

Artículo 1º: España es una República democrática de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia.
Artículo 3º: El Estado español no tiene religión oficial.

Artículo 48. El servicio de la cultura es atribución esencial del Estado, y lo prestará mediante instituciones educativas enlazadas por el sistema de la escuela unificada.
La enseñanza primaria será gratuita y obligatoria.
Los maestros, profesores y catedráticos de enseñanza oficial son funcionarios públicos.
La libertad de cátedra queda reconocida y garantizada.
La República legislará en el sentido de garantizar a los españoles económicamente necesitados el acceso a todos los grados de enseñanza, a fin de que no se halle condicionado más que por la aptitud y la vocación.
La enseñanza será laica,
 hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana.
Se reconoce a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos.
El artículo 49 hacía referencia a la expedición de títulos y el 50 a la enseñanza en las regiones autónomas, a la inspección del Estado y a la expansión cultural de España en el extranjero.

El reconocimiento constitucional de estos principios desató una guerra escolar abierta y cada vez más encarnizada. La discusión en las Cortes Constituyentes del Artículo 26 de la Constitución, sobre congregaciones religiosas, en el que se establecía, entre otras cosas, la prohibición de ejercer la industria, el comercio o la enseñanza, dio lugar a la primera crisis de gobierno. La oposición de la iglesia española a la República fue cada vez más explícita. Posiblemente en la posición de los legisladores republicanos frente a la Iglesia católica se encuentra la clave de muchas de las resistencias que la República despertó.

Las medidas de mayor repercusión tienen que ver con la ardua cuestión religiosa. El 23 de enero de 1932 se procedía a decretar la disolución de la Compañía de Jesús y, el 2 de junio del año siguiente, se dictaba la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas que era la consecuencia directa de poner en práctica el mandato constitucional.

Tras la victoria del Frente Popular, el Gobierno presidido por Azaña colocaba, nuevamente como ministro de Instrucción Pública, a Marcelino Domingo y como subsecretario a Domingo Barnés, y se asumían los mismos principios que habían permitido la revolución de la enseñanza en el primer bienio, anulándose las decisiones del bienio derechista. Pero poco se pudo hacer porque la sublevación y golpe de Estado del ejército, el 18 de julio de 1936, anunciaba la ruina definitiva de un régimen legítimamente constituido y se daba comienzo al período más oscuro de nuestra historia contemporánea. 

Mirar el pasado no es justificarlo ni emanciparse de él sino intentar encontrar las claves para comprender mejor nuestro propio presente, porque como dice Josep Fontana: “Debemos buscar las reformas que pueden permitirnos construir un futuro de progreso, crecimiento y equidad, como el que querían los hombres de 1931, de cuyos proyectos, ambiciones y sueños somos los legítimos herederos, con todo lo que ello tiene de privilegio y con todo lo que tiene de deber”.

Una escuela pública, obligatoria, laica, mixta,  inspirada en el ideal de la solidaridad humana,  donde la actividad era el eje de la metodología.
Así era la escuela de la II República española.  De todas las reformas que se emprendieron a  partir de abril de 1931, la estrella fue la de  la enseñanza. “Sin ninguna duda, la mejor  tarjeta de presentación de la República fue su  proyecto educativo”, asegura el catedrático de  Historia de la Educación de la Universidad de  Alcalá de Henares Antonio Molero.
“Efectivamente, fue la piedra angular de todas  las reformas: había que implantar un Estado  democrático y se necesitaba un pueblo alfabetizado. Era el Estado educador”, ratifica la doctora en Historia por la Universidad de  Huelva Consuelo Domínguez. Tanto ella como  Molero se han especializado en la enseñanza de  la II República, un ambicioso proyecto que los maestros acogieron con entusiasmo.

En los estudios de enseñanza sobre la Segunda República de Antonio Melero catedrático de  Historia de la Educación de la Universidad de Alcalá de Henares y de la doctora de Historia de la Universidad de Huelva Consuelo Domínguez nos hemos basado para escribir estas líneas.

Fuente: http://diario16.com/la-escuela-laica-la-escuela-unica/

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Entrevista a Antonio Gómez Movellán. «Urge establecer una escuela racional y libre de dogmatismos religiosos»

Entrevista a Antonio Gómez Movellán, presidente de Europa Laica
«Urge establecer una escuela racional y libre de dogmatismos religiosos»
Lara Carrasco
Infolibre

 

 Antonio Gómez Movellán fue uno de los fundadores de Europa Laica en 2001 y la preside desde hace tan solo dos meses, cuando abandonó el cargo Francisco Delgado, que estuvo al mando de la asociación durante una década. Según él mismo cuenta, les diferencia algo fundamental: «Francisco Delgado fue diputado constituyente y senador, yo estoy más vinculado a movimientos sociales» [es colaborador habitual de Rebelión.org]. Sin embargo, ambos están unidos por su deseo de conseguir, por fin, una sociedad laica en España. Con ese motivo nació la asociación, «que no recibe subvenciones públicas», destaca Gómez Movellán.

Este sábado, Europa Laica conmemoró el Día Internacional del Laicismo y de la Libertad de Conciencia «con el propósito de que se celebre anualmente en entornos mundiales cada vez más amplios y reconocidos». Con este motivo, la organización quiere denunciar «la vulneración que, en todo el mundo, se hace de la libertad de conciencia, pensamiento y expresión, como fruto de la invasión de las creencias privadas en el ámbito público del Estado«.

PREGUNTA. Usted preside la organización Europa Laica desde hace dos meses, pero fue uno de los fundadores en 2001. ¿Qué ha cambiado desde entonces en España? 

RESPUESTA. La fundamos diferentes personas, entre ellos Gonzalo Puente Ojea, que fue un diplomático y un gran escritor sobre los temas de libertad de conciencia. Lo que ha cambiado desde entonces en cuanto a la relación de la Iglesia y el Estado y al secularismo estatal es muy poco, pues las relaciones entre la Iglesia y el Estado siguen teniendo el mismo marco a todos los niveles. Lo que sí ha cambiado de verdad ha sido la sociedad, en la que ha habido un proceso de secularización en estos 15 años muy importante, que se refleja en las encuestas que realiza el CIS. Por ejemplo, hay regiones donde el 70% de los jóvenes se declara «no creyente». Además, otro de los aspectos que han cambiado mucho ha sido los hábitos de la sociedad española en cuanto a los ‘ritos de paso’. Por ejemplo, en la actualidad hay muchos más ritos civiles que religiosos, y esto es un dato muy claro. En cuanto a los bautizos pasa exactamente igual, la mayoría no son religiosos. A pesar de que no haya una oferta por parte de los servicios públicos, excepto en el caso de los matrimonios, se están imponiendo las ceremonias civiles porque realmente ya empieza a ser demandado por una gran parte de la sociedad que evidentemente no tiene una creencia religiosa.

Es decir, lo que más ha cambiado ha sido la realidad de la sociedad aunque, sin embargo, la comunidad política sigue teniendo, más o menos, la simbología católica, que está presente en muchos actos oficiales. Además, los alcaldes y concejales suelen acudir a todo tipo de procesiones y rituales católicos. Por otro lado, yo creo que también ha cambiado el hecho de que nos encontramos alrededor de un millón de musulmanes practicantes en nuestra sociedad, lo que significa que hay un pluralismo religioso que antes no existía.

P. Hablando del aspecto político, ¿ha habido algún avance o retroceso hacia el laicismo con el Gobierno Mariano Rajoy?

R. El Gobierno de Mariano Rajoy ha significado un retroceso, sobre todo en el ámbito de la educación. La llamada ley Wert introdujo un marco normativo donde la asignatura de Religión católica, que más bien es una catequesis, tiene un planteamiento de adoctrinamiento religioso en los colegios, donde hay 18.000 delegados de las diócesis llamados profesores de Religión. El Gobierno le ha dado una mayor relevancia, la asignatura ahora es evaluable y es tratada como fundamental, al igual que cualquier otra. Sin embargo, cada día es menos demandada, pues hay que tener en cuenta que la reclama menos del 50% de los alumnos de toda la educación.

P. Eso está en consonancia con la secularización de la sociedad de la que hablaba.

R. Claro. Pero lo más grave ha sido la práctica, que ha hecho que en las grandes áreas metropolitanas de las comunidades que tienen transferidas las competencias de educación haya mayores conciertos educativos, es decir, han dado más dinero a la escuela católica. Si hace diez años se gastaban 4.000 millones de euros en la educación concertada, ahora se gastan 7.000. Esto es algo un tanto sorprendente porque, como digo, ha ido en paralelo a unos recortes muy fuertes en plantilla dedicados a pagar la factura de la austeridad. Esto es muy significativo porque, en ciudades como Madrid, cerca del 60% de los alumnos están escolarizados en escuelas católicas. Además, otro aspecto que creo importante señalar es todo el ámbito de la asistencia social. A raíz de la crisis económica hemos visto cosas que no veíamos desde hace muchos años, como las colas en los comedores sociales religiosos. Se ha dado un control de fondos públicos a organizaciones sociales de la Iglesia, como Cáritas, porque realmente no hay servicios sociales adecuados. Por ello, las administraciones inundan de dinero público a las organizaciones religiosas para que, de alguna manera, palien el asunto. Esto es como decir: «Bueno, como nosotros, el Estado, no podemos resolver los problemas sociales, damos un poco de dinero a la caridad y así nos sentimos un poco más contentos».

P. ¿Así lo justifican?

R. Así justifican la incapacidad de la sociedad pública para resolver los problemas sociales. Yo creo que esto también hay que tenerlo en consideración porque no es que sea una vuelta al siglo XX, sino al siglo XIX. Frente a la solidaridad social nos encontramos con la vuelta a la caridad. Ahí veo también un retroceso que quizá no tenga que ver directamente con el Partido Popular, pero sí con el sistema político, que se ha mostrado incapaz de resolver los problemas sociales de la crisis.

P. Volviendo al ámbito de la enseñanza, ¿habría que sacar completamente a la Iglesia de la escuela?

R. Por supuesto. Nosotros pensamos que la educación tiene que ser laica. En estudios que se han realizado sobre la situación escolar en España, el mayor elemento que influye en la segregación social, a parte de los ingresos económicos, es la educación. Por eso se ha incrementado mucho la enseñanza concertada en las regiones ricas. Hay menos escuela concertada en comunidades como Andalucía o Extremadura y más en el País Vasco, Cataluña o Madrid. España, dentro de Europa, es el segundo país con la tasa más alta de escolarización en colegios católicos. Esto no nos preocupa solo a nosotros, sino a todas las organizaciones que se han distinguido por defender la educación pública, como la marea verde. Nos implica a todos a los que nos preocupa la educación como un sistema de igualdad y de oportunidad, no de segregación, que también ha llegado al ámbito universitario.

P. ¿Por qué es necesario un movimiento laico en un país como España?

R. En primer lugar, para reclamar un Estado laico. Primero, para conseguir una separación estricta entre la Iglesia y el Estado, porque en nuestro país no la hay. Hay que tener en cuenta que la Iglesia, en España, se financia directamente por el Estado. Nosotros hemos hecho estimaciones y son cerca de 11.000 millones de euros lo que recibe la Iglesia católica cada año. Concretamente, el clero es financiado directamente a través del IRPF. Más allá de esto, el laicismo, desde el punto de vista histórico, significa los lemas de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. En este sentido, la libertad es la libertad de conciencia y todo lo que ella supone: la lucha contra la censura, la defensa de la libertad de expresión, etc. A día de hoy, eso significa estar alerta sobre los monopolios de la información y la necesidad de una información veraz. La censura, ahora, ha tomado otros derroteros. Hemos visto cómo, en este año, en España se ha aplicado esta censura burda que en los países desarrollados ya no existe, pero que sin embargo aquí se ha utilizado. La entrada en vigor de la ley mordaza ha traído 30.000 sancionados, como Rosa María de Femen, que fue sorprendentemente condenada a un año por tirar un ejemplar de la Constitución al ministro del Interior. Este ámbito de la libertad de conciencia, la libertad de expresión y la libertad de pensamiento, evidentemente, forma parte de lo que es el laicismo.

El otro lema, la igualdad, significa el acceso sin discriminación a los derechos. Evidentemente, en España, el mayor problema es la falta de ingresos. Hemos visto los recortes que se han hecho a derechos tan básicos como la justicia, y eso es un problema. Por otro lado, están todas las discriminaciones por género, ideologías, orientaciones sexuales, etc. Toda la legislación española, hasta el Gobierno de Zapatero, durante el cual se conquistaron una serie de derechos, estuvo matizada por la influencia de la religión. Estoy hablando del aborto, del divorcio, de la igualdad civil de las personas homosexuales… En definitiva, siempre se intenta imponer una moral privada sobre la legislación pública.

Por último, la fraternidad es luchar por los servicios públicos esenciales y universales que, en la actualidad, están siendo amenazados por el mercado neoliberal, que está deteriorando lo que ha sido esta idea de lo común y de lo universal, que significa precisamente el laicismo.

P. Desde la organización habéis elegido el 9 de diciembre como Día Internacional del Laicismo y de la Libertad de Conciencia, ¿por qué ese día?

R. En realidad no es un tema de España, es un tema europeo. El 9 de diciembre de 1905, después de muchas guerras y revoluciones, Francia fue el primer país europeo que impuso una separación estricta de la Iglesia y el Estado en base a la ley que lo establece, que está todavía vigente. Por otro lado, en España, la Segunda República fue aprobada el 9 de diciembre de 1931. Esto es un hito en la historia del laicismo español porque la Constitución Española de aquel año también establecía la separación entre la Iglesia y el Estado y una garantía para la libertad de conciencia de los ciudadanos. Desgraciadamente, esta etapa duró muy poco porque la reacción de la Iglesia fue, desde el primer momento, contraria a la República. La Iglesia católica española, todavía hoy, en 2017, está orando y custodiando el alma del último dictador fascista de Europa en el Valle de los Caídos. Es una orden, la orden de los benedictinos, la que está al cargo de este monasterio. Y esto dice mucho de cuál es la situación.

P. ¿Por qué darle la categoría de internacional? ¿Es necesario seguir luchando por la libertad de conciencia a nivel mundial?

R. Eso lo impusieron las federaciones de organizaciones laicas europeas como ejemplo de lo que significó Francia, y concretamente la ley de 1905, en la lucha por la libertad de conciencia. La influencia que tuvo en Latinoamérica, por ejemplo, fue muy importante. Muchas repúblicas independientes americanas tomaron, en un primer momento, esta idea de laicismo, aunque luego se fue deteriorando. La influencia que tuvo el sistema laico aparecía como un principio de la democracia. Existe el principio de la separación de poderes, el principio de la representatividad de los ciudadanos e, igualmente, el principio laicista. No es una filosofía, es una práctica. En los años 50, muchos países que se acababan de descolonizar veían esto como un modelo, como Turquía, Egipto, Argelia, etc. ¿Qué ha ocurrido? Desgraciadamente, en los últimos años vemos cómo las teocracias, los regímenes que otorgan muchísimo poder a la religión, son principalmente estos países. La realidad es que vemos que la religión forma ya parte otra vez de la política internacional, y esto en los años 50 y 60 había acabado. Esto lo vemos hasta en el lenguaje. Por ejemplo, antes hablábamos de la población magrebí y no hablábamos de los musulmanes marroquíes; hablábamos de los israelíes, y ahora hablamos de los judíos. Se utilizan términos religiosos cuando antes utilizábamos términos civiles. ¿Por qué? Porque la religión empieza a tener una importancia muy seria en esos países que, además, hace que sus constituciones y sus leyes reflejen que son Estados religiosos.

P. Volviendo a España, ¿cuál es, a su juicio, el mayor privilegio que tiene la Iglesia católica? ¿El poder que tiene sobre la educación? ¿La exención del IBI?

R. Yo creo que el mayor privilegio que tiene la Iglesia católica es ser considerada como una religión oficial. En la Constitución, la única corporación privada que se nombra es la Iglesia católica. En el artículo 16 aparece nombrada de forma específica, es decir, que el Estado, la sociedad civil organizada, tiene una preferencia por una Iglesia, por una creencia. De ahí derivan todos los privilegios que tiene. Es decir, se hace estatal una cuestión que es de la sociedad. No es muy normal que los Estados financien directamente a las iglesias, como es nuestro caso. Las religiones tienen un ámbito público y pueden hacer sus manifestaciones como cualquier tipo de asociación, pero lo que no pueden tener es un reconocimiento oficial, que es diferente. Nosotros, cuando hablamos del ámbito privado, no nos referimos a que la Iglesia tiene que estar vigilada, simplemente decimos que no puede tener un estatuto de iglesia oficial. Es precisamente lo que decía el presidente de honor de Europa Laica, Gonzalo Puente Ojea, que sostenía que lo que hay en España es un criptoconfesionalismo católico. Esa expresión refleja bien lo que vivimos en España.

P. Se supone que es un Estado aconfesional, ¿cómo es en la práctica?

R. En la práctica no es así. La ley de separación de 1905 francesa, que es laica, establece lo siguiente: «El Estado, para garantizar la libertad de conciencia de sus ciudadanos, no reconoce a ninguna creencia de ninguna religión, ni tampoco la financia». ¿Qué dice la Constitución Española? Todo lo contrario: Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Y luego añade: No obstante, el Estado reconocerá la sociología religiosa de los españoles y mantendrá acuerdos especiales con la Iglesia católica y las demás religiones. Es decir, ya se habla de una cooperación con las iglesias. Por ejemplo, Estados Unidos también establece una separación de la Iglesia y del Estado. Allí, de lo que se trata es de que el Estado no se involucre en la libertad religiosa. En Europa, por la fortaleza que tenían las iglesias, es al contrario, es decir, que el Estado se tiene que proteger para que las iglesias no se entrometan.

P. En cuanto a la financiación de la Iglesia, hace años la institución se comprometió a autofinanciarse, ¿qué ha quedado de esa promesa?

R. Existe lo que llaman la financiación del clero diocesano, al que se paga a través de lo que recauda la Iglesia con el IRPF. Es decir, se puede decir que España todavía sigue pagando a los curas de las parroquias a través de la casilla de la renta, con la que el 0,75% de los impuestos va para ellos. Para edulcorar esto hicieron, en tiempos de Matilde Fernández, la casilla de asuntos sociales pero, en realidad, la mayoría de lo recaudado así también se lo llevan las organizaciones de las Iglesia. Nosotros pensamos que las asociaciones religiosas deben ser consideradas asociaciones como las demás y financiarse por sus propios medios.

P. La Iglesia entrega una memoria anual con el destino de los fondos que se recaudan a través de la casilla de donaciones de la declaración de la renta, ¿es suficiente transparencia?

R. No. La Iglesia estuvo mucho tiempo sin llevar memoria pero, por las presiones que ha habido de asociaciones como la nuestra, al final la ha presentado, pero tiene una gran opacidad porque, si se mira, no hay una auditoría de sus cuentas. Ellos presentan esta memoria, que es una obligatoriedad, y ahí mezclan todo tipo de ingresos diferentes a los casi 300 millones que reciben por IRPF. Mezclan, por ejemplo, la educación, por la que la Iglesia recibe casi 3.000 millones. Realmente no cumple todo lo que incluye el acuerdo con la Santa Sede. Además, como hemos dicho antes, estaba prevista la autofinanciación, pero tampoco se ha cumplido, porque no se autofinancian. De todas maneras, hay que tener en cuenta que el tema del dinero y la religión es verdaderamente complicado y, sobre todo, es una cosa bastante oscura. En España hubo un caso muy importante a principios de los años 2000, el Caso Gescartera. Esto era un chiringuito financiero donde estaba implicado el Gobierno de José María Aznar y el secretario de Estado de Hacienda. Lo que se descubrió es que buena parte de los inversores eran órdenes religiosas.

P. En el caso de las inmatriculaciones, ¿va ganando la Iglesia?

R. Las inmatriculaciones nos deben hacer reflexionar sobre el patrimonio de la Iglesia, es decir, hasta qué punto el patrimonio histórico tiene que ser de la Iglesia. Por qué la Mezquita de Córdoba, que es un patrimonio de la Humanidad, tiene que ser de la Iglesia católica, que incluso controla el dinero de las entradas. Las inmatriculaciones es aprovechar un resquicio legal para empezar a inmatricular todo tipo de cosas sin los requisitos que la ley establece, simplemente con un certificado de un obispo. Pero el problema de fondo es que esto nos puede llevar a reflexionar sobre la desamortización de los bienes que hoy son titulares de la Iglesia y que igual debían de dejar de serlo, máxime cuando están mantenidos con fondos públicos, porque la mayor parte de las obras de restauración de cierta importancia las hacen las comunidades autónomas.

P. De todo lo que falta por hacer, ¿qué es lo más urgente?

R. Ahora mismo hay una oportunidad. En España hay una demanda de una mayor democracia y, quizá, eso acabe con unas demandas de unos cambios constitucionales. Hay que aprovechar la brecha para que, a nivel constitucional, se cambien los artículos que hacen referencia a la Iglesia. En segundo lugar, yo creo que lo más importante desde el punto de vista de la sociedad y de su futuro es el tema educativo. Es necesario acabar con esta segregación social y establecer una escuela racional, crítica, inclusiva, libre de dogmatismos religiosos. Desde esta perspectiva, nosotros consideramos que lo ideal sería una ley educativa que pudiera imponer un nuevo modelo en España.

Fuente: http://www.infolibre.es/noticias/politica/2017/12/07/europa_laica_72766_1012.html

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La pre­sen­cia de la re­li­gión en el sis­te­ma edu­ca­ti­vo Fin­lan­dés

Finlandia/30 noviembre 2017/Fuente: Agencia sic

En la tar­de del jue­ves 23 de no­viem­bre un gru­po de pro­fe­so­res de re­li­gión de la dió­ce­sis de Ou­ren­se, tan­to de la es­cue­la pú­bli­ca como de la ca­tó­li­ca, man­tu­vie­ron un en­cuen­tro con el pro­fe­sor Arto Ka­llio­nie­mi, ca­te­drá­ti­co de la Fa­cul­tad de Cien­cias de la Edu­ca­ción de la Uni­ver­si­dad de Hel­sin­ki en sa­lón Pa­dre Fei­jóo del Obis­pa­do.

El pro­fe­sor di­ser­tó so­bre la im­por­tan­cia y ne­ce­si­dad de la edu­ca­ción re­li­gio­sa en el ám­bi­to es­co­lar y su plan­tea­mien­to cu­rri­cu­lar en el aula. Los pro­fe­so­res pre­sen­tes le plan­tea­ron di­ver­sas cues­tio­nes re­la­cio­na­das con la en­se­ñan­za de la Re­li­gión.

Agra­de­ce­mos a la pro­fe­so­ra Ma­ría Isa­bel Do­val, Di­rec­to­ra del De­par­ta­men­to de Di­dác­ti­ca de la Fa­cul­tad de Cien­cias de la Edu­ca­ción del Cam­pus de Ou­ren­se (Uni­ver­si­dad de Vigo), que hi­cie­ra po­si­ble este mo­men­to de diá­lo­go so­bre las di­ver­sas ex­pe­rien­cias edu­ca­ti­vas en la do­cen­cia de la Re­li­gión.

Fuente: http://www.agenciasic.es/2017/11/24/la-presencia-de-la-religion-en-el-sistema-educativo-finlandes-2/

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España: En defensa de la laicidad en la escuela. Organizaciones de Córdoba denuncian las visitas pastorales del obispo a centros escolares

España/23 noviembre 2017/Fuente: Laicismo

Las organizaciones IU, Podemos, Córdoba Laica, USTEA y MAEP (Movimiento Andaluz por la Educación Pública) denuncian los reiterados incumplimientos de la normativa en las visitas del obispo de Córdoba a los Centros Escolares.

Denunciamos la permisibilidad de la delegada de educación ante las transgresiones del obispado al principio de laicidad y no confesionalidad de la escuela pública. ¿Por qué se incumplen las normas? Muy sencillo, por la desidia en su cumplimiento, la pasividad de unos, la complicidad de otros y el mirar para otro lado de algunos responsables educativos.

El viernes 17 de noviembre el Obispo de Córdoba visitó los CEIP Virgen de Luna y Manuel Cano Damián, incumpliendo reiteradamente las instrucciones educativas de la delegación de Córdoba respecto a estas visitas, la LEA y el Estatuto Andaluz. La delegación no se había puesto en contacto con ninguno de estos CEIP para garantizar que dicha visita se realizara respetando los derechos de todo el alumnado, que vio como sus horas lectivas de clase quedaban interrumpidas por la visita del obispo.

Las instrucciones educativas de 9 de noviembre de 2010 de la delegación de Córdoba establecen que “El alumnado no participante en la actividad recibirá la debida atención educativa de forma continuada y respetando la planificación y funcionamiento del centro”, y “debe enmarcarse en la programación de área /materia de Religión Católica, por lo que afectará exclusivamente al alumnado que curse esta enseñanza”.

En las visitas a las Centros Públicos, el obispo sólo podrá asistir a la clase de Religión, a la hora de Religión y exclusivamente con el alumnado que en ese momento imparta la asignatura de Religión. Sin embargo en muchas ocasiones, como en esta que nos ocupa, no se está haciendo así. Durante la visita que ha realizado a la localidad de Pozoblanco, tanto el CEIP Virgen de Luna como el CEIP Manuel Cano Damián interrumpieron totalmente la actividad docente para recibirlo, a excepción de los niños no matriculados en la asignatura de Religión, que aunque no han participado en el acto de bienvenida han visto igualmente alterado el desarrollo de la actividad docente durante el tiempo que duró la visita.

El artículo A 4.2 de las disposiciones generales de la LEA, donde se recogen los principios del sistema educativo andaluz establece que “la enseñanza pública, conforme al carácter aconfesional del Estado, será laica”.

Desde USTEA, el Movimiento Andaluz por la Educación Pública, Córdoba Laica, Podemos e Izquierda Unida exigimos a la Delegada Provincial de Educación, como representante de la Administración en la provincia, que vele por el cumplimiento de la legalidad vigente, por los derechos del alumnado y por el pricipio de laicidad en la escuela. Episodios como los protagonizados por el obispo de Córdoba en estos centros públicos educativos no pueden volver a repetirse.

¿Cómo proceder como familia o profesorado laico en estos casos?
1.- Si el Consejo Escolar aprueba la visita (es preceptivo su visto bueno), hay que dejar claro las condiciones antes señaladas.
2.- Si se propone organizarla sin respetar dichas instrucciones, se debe denunciar a la Administración educativa.
3.- Observar el desarrollo de la actividad y, en su caso, denunciar las irregularidades en horarios y en los contenidos de los mensajes: El señor obispo está en un espacio público, algo que ni él ni
nadie debe olvidar.

Por último las organizaciones firmantes queremos hacer constar que el Obispado de Córdoba ha publicado numeroso material gráfico de esta visita en su página web, contraviniendo también la privacidad y la imagen de menores de edad y, doblemente grave, en un espacio escolar. El señor obispo no puede olvidar cuando visita un espacio público que está obligado, como los demás, al
estricto cumplimiento de los protocolos establecidos.

Fuente: https://laicismo.org/2017/en-defensa-de-la-laicidad-en-la-escuela-organizaciones-de-cordoba-denuncian-las-visitas-pastorales-del-obispo-a-centros-escolares/169899

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España: Clau­su­ra y úl­ti­mas po­nen­cias del XIV Con­gre­so “Emo­cio­na. Co­mu­ni­ca­ción y Edu­ca­ción”

España/Noviembre de 2017/Fuente: Servicio de Información católica

El pre­si­den­te de Es­cue­las Ca­tó­li­cas (FERE-CECA y EyG), Juan Car­los Pé­rez Go­doy, jun­to con la di­rec­to­ra de XIV Con­gre­so, Vic­to­ria Moya, clau­su­ra­ron el en­cuen­tro edu­ca­ti­vo que ha reuni­do du­ran­te los días 16, 17 y 18 de no­viem­bre a más de 1.600 edu­ca­do­res, di­rec­to­res, ti­tu­la­res y miem­bros de la es­cue­la ca­tó­li­ca, y en el que se ha de­mos­tra­do la im­por­tan­cia de ha­cer una co­mu­ni­ca­ción emo­ti­va que cale y se adap­te a las ne­ce­si­da­des de nues­tros alum­nos y de nues­tro tiem­po.

En sus pa­la­bras Pé­rez Go­doy hizo un com­ple­to re­su­men de los tres días de Con­gre­so. Des­de la ale­gría y la “Ver­dad con ma­yús­cu­las que nos hace li­bres” a la emo­ción que ex­pe­ri­men­ta­mos a tra­vés de la mú­si­ca vo­cal y la per­cu­sión. Ha­bló del re­na­ci­mien­to de la co­mu­ni­ca­ción que nace de la es­cu­cha del alumno, por­que “la pri­me­ra emo­ción sur­ge en el co­ra­zón del edu­ca­dor al con­tem­plar en si­len­cio a cada alumno”.

Ase­gu­ró que la me­jor “mar­ca” es la que te da la ca­pa­ci­dad de fas­ci­nar, como la Pa­la­bra ver­da­de­ra del Evan­ge­lio que bri­lla; y que como cris­tia­nos y tes­ti­gos de Je­sús so­mos trans­for­ma­do­res del mun­do, en una hu­ma­ni­dad nue­va que pone en el cen­tro a la per­so­na, como pes­ca­do­res que echan “nue­vas re­des” que son con­tex­to para ex­pre­sar y re­crear la ex­pe­rien­cias de la fe, te­ji­da de ve­ra­ci­dad, in­te­gri­dad, cre­di­bi­li­dad, au­ten­ti­ci­dad y la­zos de amis­tad.

Re­cor­dó que “no solo es im­por­tan­te sa­ber de­cir las co­sas, sino tam­bién te­ner tan­ta pa­sión por lo que ha­ces que no pue­des de­jar de com­par­tir­lo”. Com­par­tir his­to­rias, “qué be­llo es­pa­cio el aula para cons­truir his­to­rias”, afir­mó.

Y no ol­vi­dó re­cor­dar una de las fra­ses más re­pe­ti­das du­ran­te el Con­gre­so: “todo co­mu­ni­ca”. Por ello in­sis­tió en la ne­ce­si­dad de “es­tar en me­dio de los alum­nos apro­ve­chan­do los nue­vos len­gua­jes, pero so­bre todo el que ellos me­jor en­tien­den, el del co­ra­zón, por­que es el len­gua­je que más emo­cio­na”.

Por su par­te, Vic­to­ria Moya, di­rec­to­ra del Con­gre­so, in­sis­tió una vez más en la ne­ce­si­dad de crear nue­vas for­mas de co­mu­ni­ca­ción que se adap­ten a los nue­vos tiem­pos que vi­vi­mos. Para ello abo­gó por “una co­mu­ni­ca­ción ins­ti­tu­cio­nal, in­ter­per­so­nal y per­so­nal que sea ca­paz de con­mo­ver y que al ras­car deje poso de tras­cen­den­cia y no se li­mi­te a sen­ti­mien­tos pla­nos; que lle­gue al re­cep­tor sin re­nun­ciar a prin­ci­pios que de­fi­nen al emi­sor; que me per­mi­ta co­no­cer a otros dis­tin­tos a mí sin de­jar de ser yo mis­mo” . Lo quie­ro para mi, para nues­tros alum­nos e ins­ti­tu­cio­nes”. “Si me emo­ciono lo­gra­ré emo­cio­nar a los otros. Emo­ció­na­te y emo­cio­na­rás, pero con ca­be­za”, con­clu­yó.

Citó ade­más al­gu­nas ci­fras de la di­fu­sión del Con­gre­so a tra­vés de me­dios di­gi­ta­les: 1.600 des­car­gas de la app; casi 40.000 vi­si­tas a la web; ten­den­cia con #Con­gre­soE­mo­cio­na y en mu­chas de nues­tras po­nen­cias en Twit­ter; casi 300 fo­tos subidas a Fli­ckr; casi 200 vi­si­tas de las pre­sen­ta­cio­nes en nues­tro ca­nal de Sli­des­ha­re; y más de 8.000 vi­sua­li­za­cio­nes de nues­tra re­trans­mi­sión des­de 25 paí­ses di­fe­ren­tes.

Re­cu­pe­rar la emo­ción de Je­sús 

El úl­ti­mo día del XIV Con­gre­so de EC co­men­za­ba con la Eu­ca­ris­tía pre­si­di­da por el ar­zo­bis­po de Ovie­do, Mons. Je­sús Sanz Mon­tes, que con­tó con las vo­ces de los ni­ños del coro del Co­le­gio San­ta Te­re­sa de Je­sús de Ovie­do. Du­ran­te su ho­mi­lía, el Ar­zo­bis­po re­cor­dó cuán­tas emo­cio­nes ex­pe­ri­men­tó Je­sús du­ran­te su vida y cómo las trans­mi­tió a tra­vés de la Bi­blia: la ter­nu­ra, la bon­dad, la ver­dad que nos hace li­bre, la paz que le­van­ta puen­tes, la mi­se­ri­cor­dia que nos re­ga­la per­dón, la gra­ti­tud, la fe, el amor fra­terno que her­ma­na, la es­pe­ran­za…

Ase­gu­ró que “nues­tro mun­do vive apa­ga­do por emo­cio­nes fal­sas que nos ha­cen ti­bios y que no se co­rres­pon­den a la ver­dad que el co­ra­zón nos exi­ge”. Por ello, cons­ta­tó la ne­ce­si­dad de re­cu­pe­rar la emo­ción de Je­sús, “esa emo­ción de con­mue­ve y nos des­pier­ta a lo be­llo y bon­da­do­so”. Ante los edu­ca­do­res pre­sen­tes, in­vi­tó  a la es­cue­la ca­tó­li­ca “a afron­tar el reto de sa­ber emo­cio­nar como quien po­si­bi­li­ta el en­cuen­tro con Dios que cam­bia la vida”.

Últi­mas po­nen­cias de Emo­cio­na 

El blo­que so­bre la co­mu­ni­ca­ción fa­mi­lia-es­cue­la se com­ple­tó in­clu­yen­do al ac­tor prin­ci­pal del en­torno edu­ca­ti­vo: el alumno. Para ello la jor­na­da de ayer vier­nes per­mi­tió a los asis­ten­tes vi­vir y com­par­tir emo­cio­nes e his­to­rias como “La his­to­ria de Jan”, una pe­lí­cu­la gra­ba­da por un pa­dre du­ran­te los pri­me­ros seis años de vida de su hijo con sín­dro­me de Down.

Sus pro­ta­go­nis­tas, Ber­nar­do Moll, pa­dre de Jan, Mi­ren Jo­su­ne Gar­cía, di­rec­to­ra pe­da­gó­gi­ca del Co­le­gio Ma­ría Co­rre­den­to­ra de Ma­drid don­de es­tu­dia Jan y con el ac­tor prin­ci­pal, Jan, de­mos­tra­ron que los sue­ños se pue­den ha­cer reali­dad; tam­bién que es ne­ce­sa­rio dar vi­si­bi­li­dad a las per­so­nas con dis­ca­pa­ci­dad; y que para lo­grar his­to­rias de éxi­to como esta la co­mu­ni­ca­ción fa­mi­lia-co­le­gio, la con­fian­za y em­pa­tía son cla­ves pero, so­bre todo, como re­su­me la ma­dre de Jan en una fra­se, que “el amor ge­ne­ra amor”. Eso es pre­ci­sa­men­te lo que Jan y su fa­mi­lia trans­mi­tie­ron ayer a las per­so­nas reuni­das en este con­gre­so: amor y una his­to­ria emo­cio­nan­te que emo­cio­nó a to­dos.

El bro­che fi­nal de la se­gun­da jor­na­da lo puso Sewa Beats un gru­po que com­bi­na la per­cu­sión afri­ca­na tra­di­cio­nal con las téc­ni­cas edu­ca­ti­vas del si­glo XXI y que lo­gró con su rit­mo que las 1.600 per­so­nas in­ter­ac­tua­ran, bai­la­ran, can­ta­ran y vi­vie­ran una ex­pe­rien­cia úni­ca, di­ná­mi­ca y di­ver­ti­da.

El sá­ba­do día 18 de no­viem­bre, Ja­vier Ce­ba­llos, ex­per­to en co­mun­cia­ción y emo­cio­nes y ase­sor de co­mu­ni­ca­ción y so­cio de las em­pre­sas In­foJC e Im­pact Hub Vigo, en­ca­be­zó las po­nen­cias de la jor­na­da fi­nal del Con­gre­so Emo­cio­na re­to­man­do el ar­gu­men­to que pone en el cen­tro de la co­mu­ni­ca­ción al alumno. En ella de­fi­nió la do­cen­cia como “creer en el alumno y en­con­trar el sen­ti­do de las co­sas”. Uti­li­zan­do la pa­sión como el va­lor a in­yec­tar en las au­las, Ce­brei­ros ape­ló al sen­ti­do edu­ca­ti­vo de los asis­ten­tes di­cien­do que “las ex­pec­ta­ti­vas que te­ne­mos so­bre nues­tros alum­nos mar­ca­rán los re­sul­ta­dos que ob­te­ne­mos”. Con­clu­yó su dis­cur­so ante más de un mi­llar de pro­fe­so­res afir­man­do que la “pa­sión por edu­car no tie­ne com­pe­ten­cia, mar­ca la di­fe­ren­cia” y pi­dió a los pro­fe­so­res que se di­ri­jan más “ha­cía la ple­ni­tud que ha­cia el éxi­to”.

A con­ti­nua­ción, Da­niel Pa­jue­lo, re­li­gio­so ma­ria­nis­ta, sa­cer­do­te, pro­fe­sor del Co­le­gio Amo­rós de Ma­drid, ra­pe­ro y You­tu­ber, ex­pli­có cómo de­ci­dió asu­mir el reto de evan­ge­li­zar des­de You­tu­be para cu­brir el va­cío de la Igle­sia en el ca­nal y acer­car la ex­pe­rien­cia de Dios a los no cre­yen­tes y es­cép­ti­cos. Con­fe­só que la ex­pe­rien­cia no está exen­ta de pro­ble­mas. Al sa­cri­fi­cio por las ho­ras de pro­duc­ción de cada ví­deo, se unen la alta ex­po­si­ción y las crí­ti­cas ofen­si­vas, aun­que ase­gu­ró que con­ti­nua­rá, por­que “la paz que ten­go para lle­var esto vie­ne de la mano de Dios”.

Por úl­ti­mo, el ac­tor y can­tan­te “El Lan­gui” ha­bló de la cam­pa­ña “Se bus­can va­lien­tes” como un ejem­plo de cómo re­mar to­dos en la mis­ma di­rec­ción para lu­char con­tra el aco­so es­co­lar, así como de la im­por­tan­cia de ob­ser­var a nues­tros hi­jos fue­ra de su zona de con­fort; y de es­cu­char y co­mu­ni­car­nos con nues­tros alum­nos. Pero so­bre todo, abo­gó por la mú­si­ca como es­pa­cio de co­mu­ni­ca­ción por­que “la mú­si­ca pue­de lle­gar a lo­grar que los ni­ños se li­be­ren, ex­pre­sen lo que tie­nen den­tro y se sien­tan úti­les”. Y con mú­si­ca ter­mi­nó su in­ter­ven­ción in­ter­pre­tan­do el rap con el que se iden­ti­fi­ca esta cam­pa­ña cen­tra­da en el res­pe­to, es­fuer­zo y com­pa­ñe­ris­mo para bus­car “va­lien­tes” que lu­chen con­tra el aco­so.

SE­GUN­DA JOR­NA­DA

Es­cue­las Ca­tó­li­cas (FERE-CECA y EyG) ce­le­bra­ba des­de el jue­ves 16 de no­viem­bre su XIV Con­gre­so en el Pa­la­cio de Con­gre­sos de Ovie­do bajo el lema: “Emo­cio­na. Co­mu­ni­ca­ción y Edu­ca­ción” en el que par­ti­ci­pan más de 1.600 edu­ca­do­res. En su se­gun­da jor­na­da se ha­bló de la co­mu­ni­ca­ción de la San­ta Sede, de la na­rra­ti­va trans­me­dia en la es­cue­la, de ex­pe­rien­cias de co­mu­ni­ca­ción en los cen­tros y de las cla­ves para me­jor la co­mu­ni­ca­ción en la re­la­ción fa­mi­lia-es­cue­la.

El día co­men­zó con Gus­ta­vo En­tra­la, el pu­bli­cis­ta en­car­ga­do de acom­pa­ñar al Va­ti­cano en el ac­ce­so a la era de la co­mu­ni­ca­ción di­gi­tal. En su in­ter­ven­ción, que ce­rró el blo­que de co­mu­ni­ca­ción e Igle­sia abier­to ayer por la ma­ña­na, ase­gu­ró que el éxi­to del Papa Fran­cis­co como “co­mu­ni­ca­dor creí­ble” en la era di­gi­tal se debe a que “su  plan se ex­pre­sa con sen­ci­llez, sus ges­tos ha­blan por sí mis­mos y es per­sis­ten­te en re­pe­tir el men­sa­je”. Ha­bló de de­rro­char en­tu­sias­mo y de­di­ca­ción para cum­plir sue­ños y de la ne­ce­si­dad de adap­tar los ca­na­les de co­mu­ni­ca­ción a tiem­pos y des­ti­na­ta­rios. In­ci­dió ade­más en la idea de en­se­ñar a los alum­nos a ser “jó­ve­nes cris­tia­nos en re­des so­cia­les” y a los do­cen­tes a ilu­mi­nar “el ca­mino de los alum­nos para que des­plie­guen to­dos sus ta­len­tos”.

Trans­me­dia en el aula

El se­gun­do blo­que de la ma­ña­na se cen­tró en la ten­den­cia co­mu­ni­ca­ti­va trans­me­dia y sus na­rra­ti­vas. El doc­tor de co­mu­ni­ca­ción Henry Jen­kins, de la Uni­ver­si­dad de Ca­li­for­nia, y crea­dor del tér­mino trans­me­dia, ex­pli­có a tra­vés de una en­tre­vis­ta la gé­ne­sis de esta evo­lu­ción di­gi­tal de co­mu­ni­ca­ción y cómo se ha adap­ta­do a las nue­vas na­rra­ti­vas co­mu­ni­ca­ti­vas don­de des­ta­can la vi­ra­li­dad del men­sa­je y su adap­ta­bi­li­dad a di­fe­ren­tes so­por­tes.

A con­ti­nua­ción el es­ce­na­rio re­ci­bió al equi­po del Gra­do Trans­me­dia de la Uni­ver­si­dad de la Sa­lle en­ca­be­za­dos por Ser­gio Gar­cía y Nu­ria Her­nán­dez, quie­nes tras­la­da­ron al au­di­to­rio las di­fe­ren­tes for­mas de in­tro­du­cir la na­rra­ti­va trans­me­dia den­tro del aula (poe­sía, dan­za, vi­deo­jue­gos, re­des so­cia­les…) y uti­li­zar­la como un aci­ca­te emo­cio­nal para el apren­di­za­je, por­que “el co­le­gio tie­ne opor­tu­ni­dad in­creí­ble de ge­ne­rar his­to­rias”.

Des­ta­ca­ron ade­más en la im­por­tan­cia de co­no­cer cómo son nues­tros alum­nos, los me­dios y tec­no­lo­gías que uti­li­zan, sus for­mas de ocio, por­que en pa­la­bras de Ser­gio Gar­cía, “la cul­tu­ra de los jó­ve­nes es lí­qui­da y co­rre­mos el ries­go de aho­gar­nos si no apren­de­mos a na­dar”.

Co­mu­ni­ca­do­res de una hu­ma­ni­dad nue­va

Bajo este tí­tu­lo Cha­ro Sá­da­ba, de­ca­na de la Fa­cul­tad de Co­mu­ni­ca­ción de la Uni­ver­si­dad de Na­va­rra, ani­mó a los más de 1.600 edu­ca­do­res reuni­dos en el Con­gre­so a tra­ba­jar la co­mu­ni­ca­ción en to­dos los ám­bi­tos y, en con­cre­to, en re­des so­cia­les sien­do proac­ti­vos, con ilu­sión, for­ma­ción y sin mie­do a equi­vo­car­se, si­guien­do tres prin­ci­pios: co­no­ci­mien­to del en­torno, com­pe­ten­cia pro­fe­sio­nal y cohe­ren­cia. “Hay mu­cho que per­der si no es­ta­mos, pero so­bre todo te­ne­mos mu­cho que ga­nar”, con­clu­yó.

Pos­te­rior­men­te Sá­da­ba mo­de­ró una mesa de de­ba­te con ex­pe­rien­cias de per­so­nas que di­rec­ta­men­te ges­tio­nan la co­mu­ni­ca­ción en un co­le­gio, quie­nes apor­ta­ron cla­ves para que ésta con­tri­bu­ya a la mi­sión de los cen­tros edu­ca­ti­vos ca­tó­li­cos. Ara­ce­li Ven­drell, di­rec­to­ra de co­mu­ni­ca­ción del Co­le­gio Mon­tse­rrat de Bar­ce­lo­na sub­ra­yó la im­por­tan­cia de la co­mu­ni­ca­ción ex­ter­na pero tam­bién de la in­ter­na, te­nien­do como prin­ci­pa­les alia­dos a los alum­nos y pa­dres, y con­tan­do con un equi­po pro­fe­sio­nal al que se for­me pre­via­men­te.

Y si im­por­tan­te es la co­mu­ni­ca­ción ha­bi­tual en un cen­tro, lo es más en si­tua­cio­nes de cri­sis. Así lo sub­ra­yó Leon­cio Fer­nán­dez, di­rec­tor del Co­le­gio San­ta Ma­ría del Pi­lar de Ma­drid, quien ex­pli­có cómo una bue­na ges­tión de la cri­sis en su cen­tro se con­vir­tió en una opor­tu­ni­dad para re­for­zar su pro­yec­to edu­ca­ti­vo. Dio cua­tro cla­ves para su­perar una cri­sis: to­mar las de­ci­sio­nes en equi­po, te­ner un solo in­ter­lo­cu­tor, ser cohe­ren­tes con el pro­yec­to edu­ca­ti­vo y te­ner hu­mil­dad.

Por úl­ti­mo, Alan An­tich, res­pon­sa­ble de co­mu­ni­ca­ción del Co­le­gio Vir­gen In­ma­cu­la­da San­ta Mª de la Vic­to­ria de Má­la­ga ofre­ció a los asis­ten­tes ar­gu­men­tos para que los cen­tros es­tén en re­des so­cia­les: por trans­pa­ren­cia, para emo­cio­nar, para tra­ba­jar el sen­ti­do de per­te­nen­cia, para pre­di­car con el ejem­plo, para po­ner cara y nom­bre a las per­so­nas, para acom­pa­ñar en los mo­men­tos di­fí­ci­les, para mos­trar nues­tros va­lo­res, para ten­der puen­tes, en­tre otros.

Co­mu­ni­ca­ción fa­mi­lia-es­cue­la

La tar­de puso el foco en el pa­pel que jue­gan los pa­dres den­tro de los cen­tros es­co­la­res. Para ello, el blo­que prin­ci­pal fue in­tro­du­ci­do por la po­nen­cia ‘Pun­to de en­cuen­tro’ de Nu­ria Pé­rez, di­rec­to­ra crea­ti­va de Sparks and Ro­ckets de­di­ca­da a fo­men­tar la crea­ti­vi­dad en ni­ños y ma­yo­res y co­no­ci­da ade­más por ser la re­dac­to­ra del men­sa­je vi­ral “Yo cre­cí res­pe­tan­do al pro­fe­sor” que sal­tó a la fama en ple­na huel­ga de de­be­res y lo­gró re­mo­ver con­cien­cias en la red.

Pé­rez apun­tó que hay que aca­bar con el “rui­do emo­cio­nal” y em­pe­zar a tra­ba­jar la edu­ca­ción en va­lo­res como “an­tí­do­to con­tra la apa­tía”. En este sen­ti­do co­men­tó que “no hay nada más po­ten­te en la edu­ca­ción de nues­tros hi­jos que el tra­ba­jo co­la­bo­ra­ti­vo en­tre pa­dres y pro­fe­so­res, un equi­po bien com­pac­to que na­ve­ga jun­to”. A tra­vés de unos cuan­tos ejem­plos fue te­jien­do un dis­cur­so que con­clu­yó con el que se­ría el per­fec­to ob­je­ti­vo del pac­to en­tre pa­dres y pro­fe­so­res: “ce­rrar el círcu­lo”, con­cre­ta­men­te que los cha­va­les sien­tan que “la es­cue­la es su fa­mi­lia”.

Du­ran­te su in­ter­ven­ción, Leo Fa­ra­che, di­rec­tor de Ges­tio­nan­do Hi­jos, pre­sen­tó la úl­ti­ma cam­pa­ña para me­jo­rar la re­la­ción fa­mi­lia-es­cue­la pues­ta en mar­cha por la ini­cia­ti­va Pac­to por la Edu­ca­ción en Equi­po de la que es pro­mo­tor, y en la que pa­dres y do­cen­tes se com­pro­me­ten a tra­ba­jar jun­tos para lo­grar el éxi­to edu­ca­ti­vo. Para fa­ci­li­tar esta re­la­ción pro­pu­so a los asis­ten­tes cin­co re­tos: for­ma­li­zar un pac­to que sea co­no­ci­do por to­dos; apor­tar re­cur­sos a los pro­fe­so­res para me­jo­rar la re­la­ción con las fa­mi­lias; desa­rro­llar pac­tos para asun­tos que preo­cu­pen (aco­so es­co­lar, nue­vas tec­no­lo­gías, cul­ti­var ta­len­tos…); apro­ve­char a los pa­dres “após­to­les” para lo­grar que su bue­na pre­dis­po­si­ciónsea ca­na­li­za­da de for­ma in­te­li­gen­te; y ha­cer pú­bli­cos los ca­sos de éxi­to.

Fuente: http://www.agenciasic.es/2017/11/20/clausura-y-ultimas-ponencias-del-xiv-congreso-emociona-comunicacion-y-educacion/

 

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Reino Unido: Colegios británicos ponen como tarea a niños de 12 años que escriban una carta informando a su familia “que se van a convertir al Islam”

Reino Unido/20 noviembre 2017/Fuente: La Tribuna del País Vasco

Un padre se ha negado a permitir que su hija de 12 años haga una tarea escolar, «en línea con el Currículo Nacional», en la que se pide a la alumna que escriba una carta a su familia diciéndoles que se ha convertido al Islam.

Mark McLachlan, de 43 años, del noreste de Inglaterra,  ha explicado que no le importa que su hijastra aprenda sobre otras religiones, pero argumentó que el proyecto era «inapropiado» ya que era una elección de los padres con qué valores criarán a su hijo.

El padrastro encontró la tarea en el planificador escolar de su hija y publicó una imagen de ella, afirmando que estaba «furioso» y que visitaría la escuela Kepier en Houghton-le-Spring para hablar sobre el asunto. «Escribe una carta a la familia sobre la conversión al Islam», decía la tarea de educación religiosa (RE) de la niña para el miércoles 8 de noviembre, según la imagen en las redes sociales.

Cuando visitó la escuela, Mark McLachlan tuvo que escuchar que proyectos como la carta son parte del Plan de Estudios Nacional. El portavoz de Educación del UKIP David Kurten, miembro de la Asamblea de Londres, ha explicado a la web informativa Breitbart London que no había nada ilegal en la tarea, pero añadió que era «erróneo», en su opinión, «obligar a los alumnos a imaginar el sometimiento al Islam”. Y añadió:  «Es importante que los niños tengan la oportunidad de aprender los hechos sobre las diferentes religiones si quieren, pero forzar a los niños a escribir una carta de conversión a cualquier fe en contra de su voluntad es errónea, particularmente si está bajo el amenaza de castigo por incumplimiento. Tomar cualquier tipo de fe es una profunda experiencia emocional y espiritual y no puede ser replicada al ponerlo en una tarea forzada trivial”.

Mark McLachlan ha explicado a diferentes medios de comunicación británicos que él no se opone a que su hija aprenda la historia de otras religiones. «Si quieren que los niños aprendan sobre el Islam, entonces ve a enseñarles todo sobre esa religión y su historia. Lo que no quiero es que una escuela le pida a mi hijastra que investigue las razones para convertirse a otra religión. Pedí a la niña que la hiciera la tarea, aunque estaba preocupada por la sanción que iban a ponerle. Enviamos a nuestros hijos a la escuela para obtener una buena educación y para que usen lo que han aprendido para tener una buena carrera. No para que la adoctrinen».

Fuente: http://latribunadelpaisvasco.com/not/7696/colegios-britanicos-ponen-como-tarea-a-ninos-de-12-anos-que-escriban-una-carta-informando-a-su-familia-ldquo-que-se-van-a-convertir-al-islam-rdquo-/

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Fernando Reimers: «La escuela tendría que alfabetizar en temas religiosos»

19 Noviembre 2017/Fuente: El Periodico /Autor: María Jesús Ibáñez

Fernando Reimers, experto en integración escolar, aboga por enseñar cultura de las religiones para acabar con los extremismos. El profesor de Harvard alerta también del aumento de las desigualdades entre pobres y ricos

No se trata de volver a estudiar doctrina religiosa como se hacía antes, dice Fernando Reimers, profesor de Educación Internacional en la Universidad de Harvard. Pero sí se trata, prosigue este especialista, figura de referencia en materia de equidad e integración escolar, «de alfabetizar a los jóvenes en asuntos religiosos«. «Porque la religión influye en los sistemas de valores de la mayoría de personas y porque sin comprender la diversidad religiosa, la integración se hace casi imposible», afirma.

Reimers, que esta semana ha paseado su voz rotunda y su amplio conocimiento por el recinto de la cumbre mundial de innovación educativa (WISE, en sus siglas en inglés) celebrada en Catar, constata, en una conversación con este diario, que una de las asignaturas pendientes en prácticamente todos los sistemas escolares de los países occidentales es la educación en valores cívicos, en ciudadanía global. Solo así se va a caminar hacia una integración real de los inmigrantes, insiste cuando se cumplen tres meses de los atentados de Barcelona y Cambrils.

«Considero que lo que ocurrió este verano en Catalunya fue algo puntual, un hecho aislado, pero eso no es contradictorio con el hecho de que en este momento estén pasando en el mundo cosas preocupantes y desconcertantes, como es el resurgimiento de los nacionalismos extremos, de los populismos, donde líderes irresponsables están fomentando la exclusión y la negación de quienes son diferentes». Habla Reimers de movimientos neonazis, de populismos como el que ha llevado la fractura a Venezuela (su país de origen) y habla también de la radicalización religiosa alimentada por el Estado Islámico. Y eso, advierte, es justo lo contrario de lo que se debería hacer.

«No se trata de enseñar una práctica confesional, ya que eso corresponde a las familias, sino de que conozcan la diversidad religiosa», afirma Reimers

«A todos nos va a tocar en algún momento de nuestras vidas entrar en interacción con personas distintas a nosotros, de diversos orígenes culturales», reflexiona el profesor. «Bien porque interactuamos con sus ideas a través de los medios de comunicación, bien porque el trabajo está cada vez más desterritorializado y nos conectamos por motivos laborales, bien porque a través del viaje, por la migración o por el turismo, nos encontramos con esas personas diferentes», señala. «Y hemos de enseñar a los niños a estar preparados para ello», defiende.

Una de las necesidades de esta sociedad cada vez más globalizada «es por ejemplo producir una alfabetización religiosa» ¿Y eso es compatible con una escuela laica y aconfesional? «Es que cuando hablo de alfabetizar sobre temas religiosos no hablo de enseñar religión como práctica confesional, porque eso corresponde a las familias y a los grupos religiosos», puntualiza el profesor de Harvard. «La alfabetización religiosa -precisa- es enseñar cuáles son las religiones que hay en el mundo, cómo se han encontrado en el tiempo esas religiones y qué contienen».

Niños más cosmopolitas para evitar el conflicto

«La escuela tiene la capacidad de hacer cosmopolitas a los niños, de hacerlos capaces de compartir con otros niños de diferentes religiones, de diferentes razas y de diferentes orígenes socioeconómicos», proclama el profesor, que es también investigador en políticas y programas de innovación educativa. «Evidentemente la integración no es solo labor de la escuela, porque hay otras instituciones que también educan a los niños, como las familias, los espacios de ocio y actividades extraescolares, pero estos no siempre defienden valores de ciudadanía global y la misión de la escuela es ser capaz de compensarlo», indica.

«Los atentados del verano en Barcelona fueron puntuales, pero hay que estar atentos», agrega

A esa escuela, que es un elemento muy pequeño dentro de la gran trama de actores sociales con la que convive el niño, «hay que ayudarla de manera especial», subraya Reimers. Con el aumento de las desigualdades que ha traído la globalización, hay que invertir más que nunca en la escuela, afirma. «Las personas con mayor capital social, económico e intelectual son – explica- las que mejor se aprovechan de la globalización, porque están más atentas al desarrollo de sus hijos, porque viajan y porque tienen un mayor acceso a la cultura».

«Estamos viendo que un niño de cuatro años cuyos padres son universitarios tiene un vocabulario mucho más rico que el niño pobre de su misma edad y esa brecha, con el paso del tiempo, se hace aún más profunda», señala. Y las posibilidades de que las escuelas lo contrarresten «son cada vez más difíciles». Los intentos hechos por algunos países para evitar que la brecha se amplíe han sido bastante infructuosos hasta ahora, lamenta Reimers. «Hay mecanismos como las becas que ayudan a los estudiantes con talento y sin recursos, pero por ejemplo en EEUU se está viendo que no son la solución, porque la realidad es que estos alumnos llegan en un porcentaje muy bajo a las universidades más prestigiosas», advierte.

Fuente de la entrevista: http://www.elperiodico.com/es/sociedad/20171117/fernando-reimers-universidad-harvard-escuela-tendria-alfabetizar-temas-religiosos-6432145

Fuente de la imagen: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/1/5/1510945064651.j

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