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El Sistema de Enseñanza Superior en Santiago de Cuba apuesta por la superación de sus profesionales

Cuba / 2 de enero de 2018 / Autor: Názin Salomón Ismael / Fuente: Sierra Maestra

Con la realización del espacio habitual “Ciencia en la mira”, la Universidad de Oriente despide sus actividades académicas por este año. El debate tuvo como objetivo socializar los principales resultados científicos, con enfoques pedagógicos, que ha obtenido el centro de altos estudios en el 2017, haciendo énfasis en los desafíos actuales del Sistema de Educación Superior cubano.

“Lo que distingue a la Educación Superior es la formación profesional”, comentó el Dr.C. Homero Fuentes González, uno de los panelistas del encuentro.

“El profesional debe tener una personalidad clara y precisa; profunda formación académica; compromiso con lo que se le encomienda; ser solidario, y capaz de transmitir valores a través de su desempeño, ya sea como directivo, investigador o profesor”. Por otra parte, lo que más se necesita en estos momentos, es que posea una buena formación científico-investigativa, porque así aumenta sus posibilidades de creación y transformación. De esta forma, no quedará como un repetidor de ideas establecidas, pero esto solo puede lograrse a través de la capacidad formadora profesional que logre adquirir”.

Cuba es uno de los países donde hay más profesionales con grado científico doctoral, pero a la vez son los que menos resultados y publicaciones tienen. Esta realidad, acentúa el requerimiento de mantener el propio contexto sobre lo universal a la hora de iniciar una investigación científica, y así buscar soluciones factibles a problemas de nuestra realidad. Debido a esto, surge la imperante necesidad de fomentar la práctica socio-profesional dentro de los adecuados paisajes culturales, en los centros de Enseñanza Superior.

Según la Dra.C Aleyda Márquez Rodríguez, “en la actualidad, la Educación Superior se está re-conceptualizando desde las distintas especialidades, en busca de un mayor desarrollo cognitivo. Por tanto, es necesario “potenciar las competencias y autogestión de los aprendizajes de didácticas especiales, de esta forma, tanto profesores como estudiantes, tendrán una actitud más activa a la hora de buscar conocimientos.

“Dentro de los cambios más urgentes se encuentra la superación inmediata de los directivos, ya que la pedagogía se materializa a través de la mentalidad de estos y de los docentes, en todos los niveles.

“También es de suma importancia, potenciar el trabajo hacia las motivaciones profesionales, incluso antes de ingresar a las carreras, y el aumento del uso de la tecnología como recurso para la enseñanza”.

Fuente de la Noticia:

http://www.sierramaestra.cu/index.php/titulares/17618-el-sistema-de-ensenanza-superior-en-santiago-de-cuba-apuesta-por-la-superacion-de-sus-profesionales

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Perú: Los países que promueven el trabajo en equipo dentro del aula

Perú / 2 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: RPP

En un mundo cada vez más interconectado, es imprescindible que los estudiantes aprendan a temprana edad que la colaboración los ayudará a alcanzar sus objetivos.

El trabajo en equipo en el aula trae numerosas ventajas para los alumnos. Según el portal Habilitas Educación, especializado en introducir nuevas tecnologías en la educación, la primera ventaja es que genera relaciones positivas. Los miembros del grupo se apoyan entre sí para alcanzar un objetivo en común.

Además, mejora las relaciones sociales ya que la interacción ayuda a que uno pueda ponerse en el lugar del otro y ser más empático. De este modo, se aprende a entender mejor a las personas y así tener más capacidad para resolver situaciones.

El trabajo en grupo también es beneficioso para el aprendizaje, ya que no solo se aprende recibiendo información, sino cuando se utiliza lo que se sabe con el resto de compañeros. Así, es posible que las personas construyan su propio conocimiento a través de la interacción.

Por último, aumenta la autoestima del estudiante ya que los trabajos en grupo fomentan  la responsabilidad por cumplir con la tarea encomendada. El hacerse responsable del éxito o fracaso de su parte en el trabajo grupal, le da más autonomía al estudiante.

El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) es conocido por medir las habilidades de estudiantes en lectura, matemáticas y ciencia. En el 2017 evaluó por primera vez las habilidades para resolver problemas de manera colaborativa.

EL programa PISA evaluó en 2017 y por primera vez, las habilidades para resolver problemas de manera colaborativa.
EL programa PISA evaluó en 2017 y por primera vez, las habilidades para resolver problemas de manera colaborativa. | Fuente: Shutterstock

El resultado fue que los alumnos sobresalientes en las pruebas académicas también son mejores en la solución de dificultades en colaboración con otros.  Los cinco países que mejor resuelven problemas en conjunto son: Singapur, Japón, Hong Kong, Corea del Sur y Canadá. Los siguen de cerca Estonia, Finlandia, Macao, Nueva Zelanda, Australia, Taiwán, Alemania, Estados Unidos, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Suecia, Austria, Noruega y Eslovenia.

Según esta prueba, las niñas tienden a interesarse más en las opiniones de los demás y quieren que los otros tengan éxito. Los niños, por su parte, son más propensos a ver que la colaboración puede ayudarles a trabajar de forma más efectiva y eficiente.

Incluso los estudiantes con menos ventajas académicas valoran el trabajo en equipo porque sienten que se toman mejores decisiones que de manera individual.

En consecuencia, el  trabajo en grupo no solo se trata de la distribución de tareas en partes iguales, sino que involucra el compromiso de todos sus miembros para resolver una tarea en común. Ser parte de un equipo ayuda a que los estudiantes  asimilen mejor normas y valores intrínsecos al trabajo grupal, lo que resulta una lección para toda la vida.

Fuente de la Noticia:

http://rpp.pe/campanas/branded-content/los-paises-que-promueven-el-trabajo-en-equipo-dentro-del-aula-noticia-1096856

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12 claves del éxito en el sistema educativo de Estonia

Estonia / 30 de diciembre de 2017 / Autor: Ingrid Mosquera Gende / Fuente: Teaching Blog

Con menos de un millón y medio de habitantes, Estonia destaca, entre una mayoría de países asiáticos, como referente europeo en evaluaciones internacionales, junto a  Finlandia. Así, en los últimos años han llegado a ser primeros en pruebas de ciencias, segundos en matemáticas y terceros en comprensión lectora, además de encontrarse siempre en el top ten en el nivel de inglés como lengua extranjera. Del mismo modo, se encuentra por encima de la media europea en adultos, entre 25 y 64 años, que han terminado la educación media, con un 91%, frente al 76% de sus vecinos continentales.

Independientes desde marzo de 1990, Estonia es heredera de su bagaje soviético, con muchos profesores de la antigua escuela. En esta nación, a comienzos de los noventa, sólo la mitad de su población contaba con acceso al teléfono, pasando, en menos de quince años, a ser el primer país que permite la votación online, con un acceso a internet garantizado en su constitución y habiéndose convertido en uno de los países más modernos de Europa, precursores de Skype, antes de ser adquirido por Microsoft, y con un gobierno formado por ministros que no superan los treinta años de media. A pesar de sus tres horas escasas de luz en invierno, también fueron pioneros en la promoción de una administración digital, en el DNI electrónico y en promover la e-residency, una tarjeta de residencia virtual que te permite abrir una cuenta en un banco estonio, hacer transferencias internacionales o abrir una empresa en Estonia sin papeleo, además de implicar seguridad jurídica. Ya lleva más de 10.000 e-ciudadanos, es lo que se podría denominar como ciudadanía líquida. Con todo ello, el salario medio de un estonio ronda los mil euros.

Pilares de la educación en Estonia

Hay ciertos principios claves que parecen suponer la base del sistema educativo en Estonia:

  • El primero de ellos es la igualdad de oportunidades: sin que la procedencia socioeconómica influya en el acceso a los estudios. Todos los alumnos deben tener acceso a la educación obligatoria. En ese sentido, ha conseguido ser uno de los países con menos estudiantes con malos resultados, aunque, en contrapartida, también es uno de los países con menos estudiantes de alto nivel. Siguiendo esta misma política inclusiva, existen comidas escolares gratuitas, ayudas para las escuelas rurales o para niños con necesidades especiales.
  • En segundo lugar, destaca la importancia de las lenguas: el estonio es una lengua compleja que los niños dominan desde antes de primaria y a la que siguen dando importancia a lo largo de las diferentes etapas educativas. Así, por ejemplo, en la universidad, la carrera se puede hacer de forma totalmente gratuita si se hace íntegramente en lengua estonia. Del mismo modo, en secundaria, muchos de los alumnos estudian más de tres lenguas extranjeras. En la etapa universitaria existen más de 150 títulos en inglés, lo que les abre caminos internacionales y atrae a estudiantes extranjeros.
  • En tercer lugarel profesorado cuenta con mucha libertad en cuanto a contenidos y metodología. Los docentes son bien valorados, aunque no especialmente bien pagados, y tienen acceso a formación continua, enfocada, en gran medida, a prácticas innovadoras.
  • En cuarto lugar, y relacionado con el anterior, existe una gran estabilidad legislativa, el currículum nacional solo establece objetivos generales y los plazos para alcanzarlos, pero son los profesores lo que deciden cómo llegar a ellos.
  • En quinto lugar, especial mención merece, como se ha comentado antes, que, a pesar de contar con pocos recursos, es una educación altamente tecnológica, habiendo invertido en educación. Estonia es considerada por algunos como el Silicon Valley europeo. Algunas de sus innovaciones hacen referencia a la inclusión de la programación desde los primeros años de escolarización, el aprendizaje referido a la creación de videojuegos, la posibilidad de utilizar entornos virtuales para crear material didáctico electrónico, la conexión a banda ancha o que una de cada cinco escuelas cuenten con equipamientos robóticos Lego Mindstorms, con la idea de despertar la curiosidad científica de los alumnos. Desde 1997, existe la Tiger Leap Foundation, responsable de la estrategia nacional de las TIC para la docencia, para velar por la conectividad, la innovación y la formación continua del profesorado en metodología y uso de las TIC.

Otras características de la educación en Estonia

Además de los cinco pilares señalados, hay otras características propias del sistema estonio que merecen ser destacadas:

  • En sexto lugar, las aulas cuentan con un ratio de alumnos reducido, de menos de 18 alumnos.
  • En séptimo lugar, cuentan con nueve cursos de primaria, desde los siete a los dieciséis años, sin cambios de centro ni de docentes, y solo tres de secundaria, compuesta por secundaria general, vocacional y post-secundaria vocacional y con una mayor presencia de las ciencias naturales, el arte y las lenguas extranjeras. Carecen de bachillerato. En la etapa preescolar, no obligatoria, encontramos Lastehoid, a partir de dieciocho meses de edad, en los que se cuida de los niños sin constituir centros educativos y los Lasteaed, a partir de los tres años. Las guarderías pueden ser municipales, con listas de espera, o privadas. La lengua de esta etapa es el estonio, o en algunos casos el ruso. En la Universidad, se puede estudiar licenciaturas, másters o doctorados.
  • En octavo lugar, desde pequeños se da gran importancia a la creatividad y al pensamiento crítico. Así mismo, los alumnos cuentan con muchas asignaturas para escoger.
  • En noveno lugar, la eficiencia del sistema es elevada, ya que los estonios cuentan con uno de los años escolares más cortos. Comienza el curso en septiembre y acaban a comienzos de junio. También cuentan con vacaciones en Navidades, quince días, y dos semanas, una en primavera y otra en otoño, además del verano.
  • En décimo lugar, entre las metodologías innovadoras, destacan los proyectos fuera del aula, en entornos no académicos, buscando soluciones prácticas: trabajar con problemas reales.
  • En undécimo lugar, destaca la investigación sobre medio ambiente, ecología y ciencias de la naturaleza, con gran repercusión internacional de sus estudios, todos realizados en lengua inglesa.
  • Por último, en duodécimo lugar, la formación continua también es muy importante en Estonia, con una participación adulta por encima de la media europea.

Preguntas para la reflexión educativa

Habiendo visto los aspectos anteriores, surgen diferentes preguntas, de las muchas posibles, que estaré encantada de debatir en @imgende:

  • ¿Está nuestra educación suficientemente modernizada?
  • Metodológicamente, ¿está en manos del profesor en el aula el cambio o son necesarios cambios legislativos?
  • ¿Tenemos los docentes suficiente libertad o estamos muy limitados por la legislación?
  • ¿Deberían tener las lenguas mayor presencia en nuestra educación?
  • ¿Son correctas las etapas educativas tal y como las tenemos establecidas en la actualidad?
  • ¿Cuál es el papel de la investigación y de la formación continua en nuestra educación? ¿Se les otorga suficiente protagonismo?
  • ¿Debería haber una actualización de las asignaturas?

Fuente del Artículo:

12 claves del éxito en el sistema educativo de Estonia

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Tendencias de las políticas educativas en Centroamérica

Centroamérica / 17 de diciembre de 2017 / Autor: Luis Armando González / Fuente: Radio La Primerisima

Imitando a las universidades privadas y a las escuelas de administración de las empresas estadounidenses en particular, los burócratas y los políticos de Gran Bretaña y de la Europa continental han adoptado una jerga empresarial que recuerda a la neolengua orwelliana para la gestión universitaria modelaba según el patrón de una corporación empresarial; y los más triste de todo, con ello respaldan la lógica de los resultados y logros rápidos”

Zygmunt Baumann y Leonidas Donskis, Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida.

No cabe duda que los conceptos científicos, particularmente los muy extensos, sí ayudan a cambiar las ideas extracientíficas”.

Thomas Kunh, La tensión esencial.

Introducción

Se ofrecen aquí algunas hipótesis y orientaciones metodológicas generales en torno a las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica. La indagación acerca de las tendencias de las políticas educativas en la región exige el examen, como punto de partida, del contexto económico en el cual se gestaron las políticas educativas vigentes en la actualidad, lo mismo que el estudio del paradigma economicista del cual se nutrieron los gestores de aquéllas.

La hipotesis general que se propone en estas páginas es que lo específico de las reformas y políticas educativas de los años ochenta y noventa es su carácter fuertememente economicista, no sólo por su finalidad –hacer de la educación un soporte del modelo económico terciarizado que despuntaba en el marco de la globalización neoliberal—, sino por su filosofía educativa –una filosofía educativa inspirada en conceptos, hábitos y valores de cuño economicista neoliberal— y por sus consecuencias –dar pie a una privatización y mercantilización de la educación que debilitó extraordinariamente la educación pública.

Se trata, obviamente, de un planteamiento polémico. Pero en ningún ámbito como en el educativo es necesaria la polémica y el debate, especialmente cuando las fallas saltan a la vista. Hemos dado demasiadas cosas por supuestas en educación; por ejemplo, que hay conceptos, creencias y valores que deben aceptarse sin hacerse cuestión de ellos. Nada más contrario a la educación que la aceptación acrítica de lo dado. El acomodamiento a las modas educativas se ha convertido en cómplice de burocracias que, trabajando en función de un capitalismo rentista1, han convertido en dogmas educativos “respetables” lo que no son si no nociones tomadas de un economicismo, muy cuestionable desde criterios científicos y éticos, que se han integrado en un “constructivismo” igualmente débil en sus fundamentos filosóficos2.

Comenzamos, pues, con un planteamiento acerca de la necesidad de reflexionar sobre las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica, para luego hacer una valoración sobre la relación entre reformas económicas neoliberales, economicismo neoclásico y educación. Cerramos en el documento con discusión acerca de las tendencias que se pueden identificar, en estos momentos, en las políticas educativas en la región.

  1. La necesidad de reflexionar sobre tendencias de las políticas educativas en Centroamérica

 

En el momento actual, el examen de las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica se impone como una necesidad imperiosa. Los modelos educativos implementados después de la salida de las crisis y conflictos de los años ochenta han revelado, a estas alturas, severas deficiencias no tanto en cobertura, sino en la calidad de la educación3en todos sus niveles. Es evidente, en algunos países, la debilidad de la educación en los ámbitos científicos y técnicos, pero también en sus fundamentos filosóficos, éticos y humanistas. Lo mismo que es evidente el deterioro de la profesión docente, comenzando con una formación inicial docente poco sólida, hasta llegar a procesos de formación continua sumamente laxos y fuertememente orientados hacia un didactismo al que le es ajena la reflexión crítica sobre los dinámicas sustantivas de la realidad natural y social.

En algunos países, esas deficiencias han sido analizadas (o lo están siendo) de forma sistemática, y se han impulsado (o se están impulsando) cambios en orden a corregir sus fallas más significativas, por ejemplo en la formación docente4, en los contenidos y metodologías curriculares, y en el acceso a las tecnologías de la información y comunicación.

En otras naciones, reconociendo algunas falencias en los modelos educativos vigentes, los diagnósticos no son todo lo sistemáticos y realistas que debieran, y en consecuencia se introducen mejoras, según criterios de ensayo y error, que no tocan lo medular de aquéllos. En estas últimas naciones, hace falta una reflexión crítica sobre el conjunto de los procesos educativos y la lógica que los gobierna; hace falta una valoración –y no sólo un análisis— de los cambios educativos5, y las políticas a que los mismos dieron lugar, fraguados en los años ochenta y noventa, a la luz de su impacto no sólo en la calidad de la educación, sino también en la dinámica cultural y social.

Como quiera que sea, lo que no se puede negar es que las reformas educativas (y las políticas educativas) realizadas y ejecutadas en la era del postconflicto regional están siendo puestas en cuestión desde diferentes flancos y con distinta profundidad en cada una de las naciones centroamericanas.

Hay un importante debate educativo, ahogado muchas veces por otros debates –por ejemplo, el suscitado por la violencia y la inseguridad—, del cual se están generando diagnósticos, planteamientos críticos y propuestas de acción que, cabe esperar –no sin una gran dosis de optimismo—, den lugar a una reforma educativa (y las políticas educativas pertinentes) de nuevo calado, que permita superar lo que es para muchos una crisis educativa de enormes proporciones en países como El Salvador, Guatemala y Honduras.

2. Transformación económica y reforma educativa

Así las cosas, preguntarse por las tendencias de las políticas educativas en la región centroamericana supone, ante todo, reflexionar sobre las características de los modelos educativos que se diseñaron e implementaron al calor de la gran transformación económica inciada, con variantes nacionales, a finales de los años ochenta y principios de los noventa6, y que, consolidada como un modelo de acumulación centrado en la apertura comercial, la liberalización de los mercados financieros y el turismo –con una extraordinaria dependencia de las remesas y las maquilas en el caso salvadoreño7—, subordinó a sus necesidades el quehacer educativo, impregnándolo de una lógica privatizadora y mercantil.

La tesis de la mercantilización de la educación –que no sólo se escucha en Centroamérica8—es incomprensible sin hacerse cargo, por un lado, de la redefinición de los modelos económicos tradicionales –centrados en la agricultura y la industria— a partir de las exigencias de la terciarización de los aparatos económicos impulsada en el marco, y según los criterios y reglas, del neoliberalismo9. Y, por otro, de la ofensiva economicista de los años ochenta y noventa que permeó no sólo el quehacer económico y político, sino el conjunto de las prácticas, hábitos y creencias populares.

2.1. El economicismo de las reformas y las políticas educativas

El paradigma neoliberal10, con sus nociones del éxito fácil, consumismo, privatización, individualismo, acumulación, rendimiento, emprendedurismo, competencia…, y toda la gama de conceptos, palabras, creencias y estilos de comportamiento que son propias de ese paradigma se introdujeron con fuerza inusitada en la vida social y cultural (no sólo económica y política), impactando con particular eficacia el quehacer educativo en prácticamente todos sus componentes y niveles.

La tesis de la ofensiva de la economía neoclásica de los años ochenta sobre las ciencias sociales, planteada por Adam Przeworski11, se debe extender al pensamiento y a las prácticas educativas: la educación cayó en las redes de un economicismo de cuño neoliberal –del que por cierto aún no sale— no sólo por la lógica de rentabilidad que la terminó por caracterizar, sino por la “contaminación” de la filosofía de la educación (fines de la educación, contenidos curriculares, metodologías y didácticas de enseñanza, conceptos y valores educativos) de nociones, objetivos, propósitos y aspiraciones provenientes de la concepción económica que se erigió en dominante a lo largo de las décadas de los años ochenta y noventa.

Quizá el concepto de mayor influencia educativa desde los años noventa sea el de “competencia”, cuya carga economicista es indiscutible, como también es indiscutible el modo cómo intelectuales de las más diversa procedencia, incluidos figuras de izquierda, le han rendido un culto que ha resultado, en algunos contextos, verdaderamente vergonzoso. Una de las deudas pendientes del pensamiento crítico latinoamericano es el examen riguroso de la visión educativa sustentada en el “enfoque por competencias”, sus supuestos filosóficos y sus repercusiones en la educación.

Es un enfoque que no sólo se ha naturalizado, sino que se ha convertido en criterio de validación del ejercicio docente en todos los niveles del sistema educativo. Asimismo, el “enfoque por compencias” se ha convertido en un mecanismo para excluir del sistema a quienes o no lo conocen o se resisten al mismo por considerarlo insuficiente para apuntalar un proceso educativo sólido en lo congnoscitivo y éticamemente comprometido con la solución de los problemas sociales, económicos y culturales más graves.

En virtud de las exigencias planteadas por la transformación de los aparatos económicos y por el predominio creciente del paradigma neoliberal en el pensamiento social, político y cultural, en los años ochenta y noventa, se impulsaron reformas educativas encaminadas a articular de mejor manera el quehacer educativo con el modelo económico emergente.

El estudio a fondo de cada experiencia nacional seguramente arrojará modulaciones a la afirmación anotada; pero cabe sospechar que, en términos generales, se la pueda seguir sosteniendo como criterio de interpretación de la lógica de fondo de las políticas educativas emanadas de las reformas realizadas –a veces de forma abierta, como en el caso de El Salvador en los años 1996-1997, y a veces sin anunciarlas como tales— en el contexto, por un lado, de la transformación económica de los años ochenta y noventa, y, por otro, de la hegemonía del paradigma económico neoliberal.

2.2. La lógica neoliberal en la educación: la experiencia salvadoreña

En general, en los años noventa, la lógica neoliberal se impuso no sólo en el ámbito de la economía, sino también en el conjunto de la vida social y cultural. ¿En qué consiste esa lógica?

a) En la sujeción de las prácticas sociales a las reglas del mercado, con la subsiguiente mercantilización de la vida social. O sea, en virtud de esa sujeción, todo queda convertido en una mercancía que puede ser comprada o vendida.

b) En la privatización de todo, es decir, la conversión de bienes y prácticas sociales en propiedades individual o corporativa. La consecuencia de ello es que, por un lado, todo debe tener dueño y, por otro, los bienes públicos tienden a desparecer, siendo sometidos a una proceso de privatización.

El caso de El Salvador es extremo en el predominio de este espíritu privatizador en la vida social: desde el fin de la guerra civil (1992) ha sido indetenible la práctica de convertir en espacios privados espacios públicos (como calles, avenidas, pasajes, parques y zonas verdes) que, de la noche a la mañana, aparecen con verjas y portones por decisión de grupos de vecinos que habitan en las inmediaciones de los mismos12.

c) El debilitamiento del Estado, al cual se le van restando no sólo capacidades económicas, sino responsabilidades sociales, que precisamente se descargan en cada individuo del cual depende su propio bienestar y su propia seguridad13. En virtud de la lógica neoliberal, cada individuo es dueño de su destino, mismo que depende de lo que le haya tocado en suerte en esa rueda de la fortuna que es el mercado. Es problema de cada cual resolver las dificultades y trampas que la vida le depare, aunque estas sean generadas por un ordenamiento económico excluyente y empobrecedor.

d) La desaparición del ciudadano y el surgimiento del consumidor. El primero tiene derechos y deberes; el segundo capacidad o incapacidad de comprar o de vender algo. Si no tiene capacidad de compra, queda fuera del mercado y de los bienes que el mercado ofrece. Si tiene capacidad de compra, tiene “derechos de consumidor”: puede consumir las mercancías que se le ofrezcan y puede reclamar si las mismas no tienen la calidad debida o fallan en algún aspecto.

e) Consumismo extremo: el neoliberalismo alienta una cultura de consumir para llevar una vida fácil, ligera, cómoda, light,  sin más límite que la capacidad de compra al crédito o al contado. Si se paga un precio por un bien o un servicio, la idea es que el “cliente” gane en disfrute y en comodidad. Es un consumismo que, alentado por una cultura de marcas, atenta contra la ciudadanía, tal como lo hizo notar Naomi Klein en su libro No logo. El poder de las marcas14.

¿Cómo operó esta lógica en El Salvador, en el plano educativo?

En el caso de El Salvador, en los años noventa se realizó una proceso de reforma educativa inserto en el esquema neoliberal. Los gestores de esta reforma buscaron poner al sistema educativo en función de un modelo económico terciarizado y maquilero, y lo hicieron imbuidos, consciente o inconscientemente, del paradigma económico neoclásico. Para realizarla, había que formular una filosofía educativa que marcara el horizonte de la reforma que se estaba impulsando.

Esta nueva filosofía educativa –que se empapó del economicisimo predominante—, se caracterizó  por lo siguiente:

  1. El cambio del docente formador (del profesor) al docente facilitador, lo cual se hizo a partir de una “crítica” aparentemente sólida a las debilidades del docente tradicional. Junto con un rechazo a la educación bancaria y memorística (no se dudó en recurrir a Paulo Freire para sostener esta crítica), se desvirtuó el rigor, esfuerzo y disciplina intrínsecos a cualquier proceso de conocimiento (científico, literario o filosófico), cayendo en un facilismo poco propicio para el cultivo de las destrezas intelectuales superiores. La arremetida contra la “memorización” lo fue en contra de uno de los fundamentos de la identidad individual y colectiva: la capacidad de recordar. También se puso en jaque esa conquista humana sin la cual no hay educación: la palabra dicha y la palabra escuchada, la palabra escrita y la palabra leída (en una pizarra o en un libro). El diálogo socrático, pilar esencial de cualquier proceso educativo, fue ahogado por el practicismo didáctico y el uso de recursos tecnológicos en los cuales al profesor sólo le correspondía ocupar el lugar de “facilitador”15.
  2. La potenciación de la didáctica en detrimento de los contenidos cognoscitivos y críticos, bajo el supuesto de que había que orientar la educación hacia la práctica, o como se dice en la jerga didactista prevaleciente hacia el “saber hacer”, el “saber aprender” y el “aprender a aprender”. Se cayó en un “didactismo” de graves consecuencias para la educación, pues en virtud del mismo se dejaron de lado contenidos científicos, literarios y filosóficos sustantivos, lo mismo que se ahogó la reflexión crítica sobre la realidad y el compromiso con un conocimiento orientado a su transformación.

 

  1. El énfasis en hacer de la educación un proceso “suave”, “amigable”, light, en el que todos pueden construir el conocimiento en igualdad, pues nadie sabe más –y el facilitador menos que nadie—. Esta visión de la educación se nutrió de (y a su vez reforzó) la cultura de la globalización16 que se impuso con contudencia a lo largo de los años noventa y primeros años del 2000. Este trasiego de conceptos, valores, creencias, aspiraciones y hábitos desde la cultura globalizada hacia la educación, y viceversa, es algo a lo que no se le ha dado la debida atención, pero que reclama un examen detallado.

 

 

  1. Los estudiantes y sus padres, madres o tutores vistos como clientes, como consumidores individuales de bienes educativos, que les servirían para su éxito individual. Obviamente, ello dependiendo de su capacidad de pago, pues cada cual recibe la educación que pueda comprar.

 

  1. La implantación, como creencia compartida socialmente, de la que la educación que se paga (privada) es mejor que la gratuita (pública), y que entre más costosa es la mensualidad de mayor calidad y prestigio es la educación recibida. No sólo se introdujo una tajante separación entre la educación pública y privada, sin igualdad posible entre ambas en prestigio y reconocimiento social, sino una jerarquía entre las instituciones privadas, de la más cara a la más barata, y una competencia entre ellas por asegurarse las clientelas estudiantiles que hicieran rentable el negocio educativo.

 

 

  1. El deterioro de la educación pública que, de ser el principal foco de la educación en el pasado, se convirtió en el espacio para quienes no podían tener un lugar en el mercado educativo, es decir, para quienes no podían comprar los servicios ofrecidos por las empresas educativas privadas. Se dio por descontado que quienes no pudieran acceder a estas últimas no podrían presumir jamás de la educación recibida en las instituciones públicas, pues haber estudiado en ellas no sólo revelaba su situación de precariedad socio-económica (o sea, su condición de “perdedores”), sino la imposibilidad de salir de ella por no haber accedido a los conocimientos y habilidades –y también las relaciones y prestigio que dan las instituciones caras— que se requieren para triunfar en el mercado.

 

El deterioro de la infraestructura escolar pública, el descuido de la formación profesional docente, el ahogo presupuestario y la presión gremial en torno a demandas económicas, reforzaron en el imaginario social la idea de la inferioridad de la educación pública respecto de la privada, reforzando las ansias de las familias por buscar a toda costa alejarse de la posibilidad de enviar a sus hijos e hijas a escuelas públicas. Son los sectores medios los que más eco han hecho de esta visión, creyendo con los ojos cerrados que el éxito en la vida de sus hijos e hijas está en función de la inversión realizada en las colegiaturas escolares.

 

Se cayó en un círculo vicioso, del cual no sólo ha salido perdiendo la educación pública, sino la educación en general: el mito de que la educación privada es de calidad, y la pública no, ha impedido caer en la cuenta de que la primera, pese a las cuotas altas y a los lujos y comodidades en sus edificios, no ha escapado al empobrecimiento científico, filosófico y ético de la educación.

 

Antes bien, la educación privada ha sido una de sus generadoras, pues el facilismo, la falta de rigor académico y la implantación de valores consumistas, competitivos y poco críticos, han emanado de quienes la han auspiciado. Y lo que es peor, la visión educativa privada y privatizadora contagió el quehacer de la escuela pública, que no sólo fue vista y entendida como un instrumento que debe estar al servicio del mercado, sino que asumió, además de sus conceptos, palabras, creencias y hábitos, sus propósitos: en primer lugar, forjar consumidores y clientes de las empresas establecidas; y, en segundo lugar, crear una mano de obra lista para integrarse a las empresas que así lo demandaran en el marco de la transformación económica de los años noventa (maquilas, call center, comercio, servicios financieros).

2.3. Educación y economía: la particularidad del cambio educativo de los años ochenta y noventa

La subordinación de los sistemas educativos a las exigencias de los aparatos económicos no es un invento de los promotores de las reformas económicas neoliberales17. El modelo agroexportador dio pie a un quehacer educativo que le era funcional, y lo mismo sucedió con el modelo agroindustrial18. Desde las materias y las carrerras técnicas profesionales, pasando por los contenidos curriculares, hasta el calendario escolar y académico, no se entienden sin hacer referencia a los modelos económicos vigentes o emergentes en cada época histórica particular.

Sin embargo, lo singular de las reformas educativas y las políticas educativas de los años ochenta y noventa es su filosofía y orientación marcadamente economicista, lo cual las distingue de otros procesos de cambio educativo en los que los propósitos económicos coexistían e incluso se subordinaban a propósitos políticos e incluso culturales y religiosos.

Se trata, en las reformas y políticas educativas de los años ochenta y noventa, de un proceso de cambio educactivo no sólo orientado casi exclusivamente por objetivos económicos, sino embuido de un paradigma economicista que, como se dijo arriba, ha contaminado el quehacer educativo de una manera extraordinaria. Hablamos, pues, de reformas y políticas educativas de carácter economicista en sus objetivos, en su conceptualización y en su ejecución. Esa es la gran novedad del cambio educativo de los años noventa, respecto de otras reformas y transformaciones edicativas del pasado.

Es decir, en el pasado de la educación en Centroamérica, si bien es cierto que ella tenía un eje que la subordinaba a los aparatos económicos prevalecientes o emergentes, también tenía anclajes en exigencias políticas y culturales emanadas de los grupos de poder, especialmente en la línea asegurar la sumisión a la autoridad y el mantenimiento del orden establecido, que muy probablemente tenían la primacía respecto de las exigencias económicas.

Parte del éxito del economicismo y el mercantilismo predominantes es hacernos creer que han existido en todos los tiempos y lugares, con lo cual logran imponerse como algo “natural”.

El análisis histórico nos enseña que, si bien nuestro tiempo es fuertemente economicista y mercantilista, en otras épocas fueron otros los paradigmas (creencias, nociones, valores y aspiraciones) que prevalecieron. Se trató de paradigmas políticos y culturales en los que la nación, la patria, el orden, la autoridad y las jerarquías sociales eran lo esencial, y la educación bebió de ellos y se puso en función de sus objetivos.

Hasta las transformaciones economicas de los años ochenta y noventa, y la hegemonía creciente del economicismo y el mercantilismo en la cultura colectiva –incompresibles sin la globalización neoliberal y su cultura—, fueron otras las matrices conceptuales (no economicistas, no mercantilistas y no privatizadoras) y otros los objetivos (no principalmente o exclusivamente económicos) que sustentaron las reformas y las políticas educativas19.

De tal suerte que sin entender los fines (casi) exclusivamente económicos y el predominio del paradigma neoliberal en las reformas y políticas económicas de los años ochenta y noventa no se las pueda explicar a cabalidad en su singularidad y novedad. Tampoco se podrán entender los efectos negativos que ello ha tenido no sólo en la calidad de la educación, sino en la integración social y cultural. Al convertir a la educación en instrumento expreso de un modelo económico emergente, el economicismo y el mercantilismo vulneraron su anclaje social, cultural y político, erosionando sus capacidades como mecanismo de integración.

3. Reflexión final: el estudio de las tendencias de las políticas educativas

En síntesis, es ineludible el examen a fondo de la dinámica económica prevaleciente o emergente en una época determinada para entender las políticas educativas, lo mismo que los procesos de reforma educativa.

Y ello porque, en general, los sistemas educativos se han configurado históricamente a partir de un anclaje con los modelos económicos prevalecientes, lo cual es particularmente evidente en el contexto de la emergencia y consolidación de los modelos económicos de carácter neoliberal y globalizado.

Así, en el caso de las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica es de rigor analizar, como punto de partida, el contexto económico de las reformas educativas de las que emanaron las políticas educativas vigentes en la actualidad. Y, a partir de este análisis, se debe hacer el esfuerzo por vislumbrar las dinámicas futuras de la educación en la región centroamericana.

También es ineludible el examen de los paradigmas predominantes (económicos, políticos, culturales) pues las matrices conceptuales –la filosofía educativa— de las reformas y las políticas educativas se nutren de ellos, lo mismo que sus fines y objetivos fundamentales. Así, es imposible entender a cabalidad las políticas educativas operantes en el presente sin hacerse cargo del predominio del paradigma neoliberal y del modo cómo este contaminó la filosofía de la educación que sostiene las políticas educativas vigentes.

¿Cuáles són, pues, las dinámicas de las políticas educativas de cara al futuro en Centroamérica? O sea, ¿cuáles son las tendencias de las políticas educativas en la región?

Para responder a esa pregunta se debe reconocer, ante todo, la existencia de un incipiente replanteamiento de los modelos económicos establecidos, los cuales han comenzado a revelar algunas de sus fisuras más profundas. Tanto del lado de determinados grupos empresariales como del lado de determinados actores políticos (de distinta filiación ideológica) se hace patente la preocupación por los límites de unos modelos económicos estancados productivamente, dado su anclaje en los servicios financieros, el comercio, el turismo, las maquilas y las remesas.

La crisis financiera de 2007-200820 sacó a relucir, de manera dramática, la inviabilidad de unas economías que descansan en la intensificación del consumo de servicios financieros, sin atender a la inversión productiva y a la innovación científica y tecnológica.

Hay grupos empresariales que han comenzado a presionar a los gobiernos para apuntalar un giro educativo que posicione, como algo central del quehacer educativo, a la ciencia y a la tecnología. Aquí, de nueva cuenta, lo que predomina es la visión economicista de la educación, tanto por los objetivos que se buscan con ella como por las matrices conceptuales que deben orientarla. En el caso de El Salvador, el modelo económico terciarizado está en crisis y las formas emergentes de actividad económica que vislumbran algunos de los grupos de poder exigen un replanteamiento de la educación, en función de una nueva agenda económica21.

Desde la derecha política vinculada a los grupos empresariales emergentes se suele respaldar esta demanda de una reforma educativa que se traduzca en una potenciación, desde la educación, del giro económico que aquéllos están promoviendo. En algunas instituciones educativas privadas, creadas expresamente para articularse con el aparato económico predominante, ya se realizan las adecuaciones pertinentes para dar respuesta a estas nuevas demandas empresariales.

Por su parte, la educación pública no sólo está sometida a la tensión que le provocan esa demandas, a las que de alguna manera intenta dar respuesta, sino que también está sometida a otras tensiones surgidas de objetivos que, desde una visión política de izquierda o de centro izquierda, se le imponen ahí donde las derechas políticas no gobiernan (o temporalmente dejaron de hacerlo).

Es decir, los gobiernos progresistas de la región, sin romper totalmente con el marco de políticas educativas fraguadas en los años ochenta y noventa –y sin renunciar a responder, desde los sistemas educativos, a las demandas de los grupos empresariales emergentes— han intentado generar enfoques, marcos conceptuales, objetivos y políticas educativas de un carácter distinto al de los vigentes, pero sin romper totalmente con ellos.

Entre los aspectos novedosos de estos enfoques, marcos conceptuales, objetivos y políticas destacan la apuesta por la inclusividad educativa; la visión de que la educación debe estar en función de la humanización y dignificación de niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres, y no en función de un modelo económico o de la reproducción de relaciones sociales y políticas de desigualdad; la idea de que el conocimiento científico (y sus implicaciones tecnológica) es esencial en el proceso educativo, pero que este es incompleto sin los saberes humanísticos y sin una ética de compromiso por parte de alumnos, profesores y padres de familia; la exigencia de apuntalar, desde la educación, los derechos humanos, la democracia y la participación ciudadana; la preocupación por articular al sistema educativo con las dinámicas de integración social y cultural22; y por último, el cultivo de un saber comprometido con la solución de los graves problemas de la realidad nacional. Como se ve, se trata de una visión de la educación no sólo distinta, sino contraria a la fraguada al calor de las reformas económicas neoliberales y del predominio del paradigma economicista.

Lo que sucede es que se trata de una visión de la educación que no ha sido traducida en un conjunto de reformas que las conviertan en un cuerpo de políticas educativas que le cambien el rostro a los sistemas educativos establecidos. Éstos, en lo fundamental, siguen operando según el marco de políticas fraguadas en las reformas educativas de los años ochenta y noventa.

De lo anterior, se pueden identificar tres grandes tendencias en las políticas educativas en Centroamérica: a) la primera es la de la continuidad de las políticas diseñadas en los años ochenta y noventa; b) la segunda, la del diseño e implementación de nuevas políticas educativas, coherentes con la filosofía y objetivos de las vigentes, pero orientadas a potenciar las áreas científico-técnicas, a tono con la emergencia de dinámicas empresariales vinculadas a la producción y no a los servicios; y c) una tercera, que apunta a un conjunto de acciones animadas por una nueva visión de la educación –no economicista, sino humanista, crítica y con sólidos fundamentos científicos, filosóficos y éticos— que pueden dar lugar una reforma educativa de envergadura, con el subsiguiente cuerpo de políticas educativas que le de viabilidad. Esta última tendencia está fuertemente condicionada por la contituidad de las gestiones de gobiernos progresistas que son las que han promovido cambios educativos desde una nueva visión de la educación.

Estas tres tendencias, al estar presentes en los sistemas educativos en estos momentos, tesionan a los ministerios de educación de la región. Por supuesto que el carácter de cada una de ellas es distinto en cada nación, lo cual depende de, al menos, estos factores: a) la manera como se concretó la reforma económica neoliberal y se instauró el modelo económico nacido de ella en cada país; b) la irradiación del paradigma economicista en el quehacer educativo; c) la forma cómo desde las reformas y las políticas educativas se encararon las dos dinámicas anteriores; d) las tradiciones institucionales y educativas propias de cada nación; e) la naturaleza de los gobiernos que administraron las reformas económicas y las reformas educativas de los años ochenta y noventa (y las políticas educativas surgidas de estas últimas); f) los movimientos docentes y su resistencia –o su no resistencia— a las reformas educativas de carácter neoliberal; y g) la naturaleza de los gobiernos que en el presente tienen que hacer frente, por un lado, al deterioro de los aparatos económicos terciarizados, por otro, a las deficiencias educativas (calidad de la educación, debilidades en la formación docente inicial y en servicio, deterioro de la infraestructura) y, por últlimo, a la erosión de la convivencia social no sólo por razones de inseguridad y violencia, sino por desigualdades socio-económicas de larga data.

Sin duda alguna, el estudio de cada uno de los casos nacionales enriquecerá, con evidencia firme, lo que aquí se ha esbozado de forma sumamente genérica. Como resultado de ello, seguramente contaremos con elementos de juicio más fundamentados para defender y proponer una reforma educativa de envergura (de la cual emanen las políticas educativas correspondientes), en la cual los sistemas educativos de la región –anclados en el cultivo de un conocimiento científico y filosófico, crítico y emancipador—, se pongan en función de la dignidad, bienestar y felicidad de sus ciudadanos.

San Salvador, 13 de octubre de 2017

Texto de la ponencia para el “Primer Congreso latinoamericano y del Caribe sobre metodologías para el análisis de reformas y políticas educativas”, realizado en Xalapa, Veracruz (México), del miércoles 29 de noviembre al sábado 2 de Diciembre del 2017.

1 L. A. González, “Capitalismo rentista”. En https://www.alainet.org/es/articulo/186841

2 L. A. González, “Educador: ¿facilitador o problemarizador?” En Educación, conocimiento y emancipación. San Salvador, EDIPRO, 2014.

3 L. A. González, “Una reflexión sobre la calidad de la educación”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/una-reflexion-sobre-la-calidad-de-la-educacion

4 Por ejemplo, en El Salvador desde 2009, con el gobierno de Mauricio Funes, se inició un trabajo de largo aliento en la potenciación de la formación docente, efuerzo que ha continuado a partir de 2014, con el triunfo electoral de Salvador Sánchez Cerén. No se ha resuelto en este país el gran desafío de contar con una institución formadora de docentes de carácter público, pese que el tema ha estado presente desde 2011, cuando se ensayó la creación de la Escuela Superior de Maestros, proyecto que por diversas razones no prosperó. Una nueva iniciativa, en la misma dirección, es la creación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) que, cabe esperar, prospere en la dirección deseada.

5 Fueran calificados esos cambios o no como “reformas educativas”.

6 Cfr., E. Ganuza, R. Paes de Barrios, L. Taylor, R. Vos (Eds.), Liberalización, desigualdad y pobreza: América Latina y el Caribe en los 90. Buenos Aires, Eudeba, PNUD, CEPAL, 2001; L. A. González, “Exclusión versus inclusión: democratizaciòn y reforma económica cen Centroamérica”. En Sociedad y política. Reflexiones desde El Salvador.San Salvador, UDB, 2015, pp. 210-227.

7 Cfr., L. A. González, “El círculo vicioso de las remesas”. ECA, No. 684, 2005, pp. 997-999.

8 Cfr., Cfr., L. A. González, “El problema del mercantilismo de la educaciób superior”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/opinion/tribuna/el-problema-del-mercantilismo-en-la-educacion-superior

9 Cfr., N. Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Buenos Aires, Paidós, 2007.

10 Cfr., L.A. González, “Globalización y neoliberalismo”. ECA, 1999,pp. 53-67.

11 Cfr., Adam Przeworski, “Marxismo y elección racional”. https://es.scribd.com/document/206479827/Marxismo-y-eleccio-n-racional-Przeworski-docx

12 Cfr., L. A. González, “Defensa de los espacios públicos”. https://www.alainet.org/es/articulo/185223

13 Cfr., L. A. González “Responsabilidades del Estado ante la sociedad”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/opinion/columnistas/responsabilidades-del-estado-ante-la-sociedad

14 Barcelona, Paidós, 2001.

15 Cfr., L. A. González, “Educador ¿faciltador o problematizador?”.http://abacoenred.mayfirst.org/wp-content/uploads/2015/10/educador_-_facilitador_o_problematizador.pdf

16 Cfr., L. A. González, “Implicaciones culturales de la globalización”. ECA, No. 703-704, 2007, pp. 377-396.

17 L. A. González, “Educación y modelo económico”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/educacion-y-modelo-economico

19 Incluso en als reformas impulsadas al calor de los proceso de industrialización por sustitución de importaciones, de los años 50 y 60, del siglo XX, los objetivos económicos, con todo y ser esenciales, no fueron los únicos, pues estuvieron acompañados de propósitos políticos y culturales (por ejemplo, a los objetivos de la modernización autoriraria de los gobiernos militares salvadoreños de la época).

20 L. A. González, “Crisis financiera muncial: su impacto social y político en Centroamérica”. En Sociedad y política…, pp. 228-257.

21 L. A. González, “Educación y modelo económico”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/educacion-y-modelo-economico

22 L.A. González, “Cultura, educación e integración social en El Salvador”. San Salvador, CENICSH, Cuaderno de Trabajo, No. 1, junio de 2009.

Fuente del Artículo:

http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/7406

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Nicaragua, tecnología, cooperación genuina

Nicaragua volcada a mejorar calidad de la enseñanza

Centro América/Nicaragua/16 Diciembre 2017/Fuente: Prensa Latina 

Mediante el uso de las nuevas tecnologías y un amplio programa de inversiones, Nicaragua aspira hoy a mejorar la calidad de la enseñanza en todos los niveles, eje considerado aquí fundamental para el desarrollo del país.
En ese sentido la vicepresidenta de la República, Rosario Murillo, informó que para el próximo año lectivo se habilitarán unas 107 aulas digitales móviles para primaria y secundaria con software educativo de matemáticas, lenguaje y literatura y geografía.

Asimismo, indicó que se dispondrán 742 aulas de ese tipo en centros educativos de secundaria, hasta cubrir el 100 por ciento de colegios públicos del país en 2019.

Por otra parte, Murillo adelantó que el gobierno, a través del Ministerio de Educación, se propone digitalizar los libros de textos de primaria para que puedan ser usados en tablets, computadoras y celulares.

En tanto, según expresó, se avanzó en la instalación de Internet en 96 centros educativos del país, mientras en alianza con la empresa privada se procedió a la entrega de computadoras en distintos departamentos y municipios del territorio nacional.

Igualmente sostuvo que se trabaja en la promoción y fortalecimiento de jóvenes con talento para la informática, a fin de incentivar y mejorar en la educación la calidad, la dedicación, la innovación y el aprendizaje.

Objetivo de ese esfuerzo, explicó, es convertir a los nicaragüenses en ciudadanos cada vez más competitivos, en este mundo de técnicas y tecnologías.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=138387&SEO=nicaragua-volcada-a-mejorar-calidad-de-la-ensenanza
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Canada: What to teach your preschooler about internet safety

América del Norte/Canada/Diciembre del 2017/https://theconversation.com

Fifteen years ago, parents and caregivers did not have to worry about teaching pre-school aged children about internet safety. A new reportprepared for the Children’s Commissioner of England suggests this time has passed.

Children now live in a digital age, which means internet access is a daily part of life for many young children around the world.

It’s easier for very young kids to go online now, because touchscreen technology requires less fine motor skills. Shutterstock

Touchscreen technologies have changed how accessible the internet is for very young children, particularly between the ages of four and five. It’s now quicker and easier to connect to the internet using these technologies, as they don’t require the same level of fine motor and literacy skills used to navigate a mouse and keyboard.

More recently, the Internet of Things has become widespread. The Internet of Things uses small chips embedded in everyday items, including children’s toys, to communicate information to the net. Children’s dolls, teddy bears and figurines can record their play and upload this information as data to the web. This can occur without children’s consent because they wouldn’t be aware they’re generating data.


Read more: Six things every consumer should know about the ‘Internet of Things’


The three main risks

Internet safety addresses three main risks faced by children online. These are contact, conduct and content risks:

  • contact risks involve children talking to unknown people on the internet. Contact risks also include the harvesting of children’s data, such as recording their activity on an online game
  • conduct risks are about behaving respectfully online and learning to manage digital footprints
  • content risks are concerned with the type of material children view and consume when accessing the internet.

For pre-school aged children, content risks include accidentally viewing inappropriate content such as pornography. Content also considers the quality of material made available to children. How people are represented in society is mirrored back to children through the media they consume. Quality content for young children has been a concern of the Australian Council on Children and the Media for many years.


Read more: The way your children watch YouTube is not that surprising – but it is a concern. Here are some tips


Contact risks are most likely to occur for pre-school aged children in the form of pop-ups. Children of this age can also be active in virtual worlds, such as Pocoyo World or Club Penguin, where they can engage with other members. Children may not always know the members they are playing with in these worlds.

Conduct involves learning how to be respectful online. Parents can model good conduct behaviours to their children by always asking permission to take photos before posting to social media.

Children as young as four are now online

Internet safety in early childhood is a new area of research because, until now, children as young as four weren’t able to easily access the internet.

A recent study conducted with 70 four-year old children examined what children understand about the internet and being safe online. In this study, only 40% of children were able to describe the internet. This was despite all of the children having access to internet at home, predominately through touchscreen technologies.

Children’s understandings of the internet were associated with their experiences going online and using technologies with their families. They defined the internet as being “in the iPad” or something they used “in the lounge room” to “play games”.

Children were also aware the internet “was used by Mummy for her work” or “by my big sister for her emails”. Some 73% of the children said they would tell someone their address on the internet. And 70% said they would also tell someone how old they were. A further 89% of children indicated they would click on a pop-up even if they did not know what the pop-up was about.



Parenting young children for internet safety

Because children face content, contact and conduct risks online, they require a basic understanding of the internet. The most important thing parents can teach their children about internet safety is that “the internet” means a network of technologies that can “talk” to each other.

This is like teaching children to be sun smart. First, we explain the sun can harm our skin. Next we teach children to wear a hat, a long-sleeved shirt and sunscreen to protect themselves.

For internet safety, we should first explain the internet uses many technologies that share information created and collected by lots of people. Then we can teach our children how to protect themselves online. Some things to teach your child are:

  • seek adult help when you encounter a pop-up
  • only use adult approved sources for content
  • don’t share personal information online
  • try to be near an adult when using a device
  • only click on apps and tabs a parent or caregiver has set up for you.

The internet forms a large part of daily life for many young children. From watching their favourite YouTube clips, to playing games, to talking with a long-distance relative over video-conferencing, being online is not much different to a young child than being offline. Being safe in both spaces is possible with adult support.

Fuente:https://theconversation.com/what-to-teach-your-preschooler-about-internet-safety-87618

Fuente imagen:

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Cuatro desafíos de la educación superior en Latinoamérica

14 diciembre 2017/Fuente: La República

Quizás los nombres Eloisa Díaz, Gabriela Peláez o Lita Chaverri no resulten muy familiares. Eloisa fue la primera mujer en cursar estudios superiores en Chile en el año 1880, Gabriela ingresó a estudiar derecho en 1936 y se convirtió en la primera abogada colombiana. Y Lita fue la primera mujer en obtener un título profesional en Costa Rica, cuando se graduó como farmacéutica en 1917.

En su momento, ellas hicieron lo que ninguna había logrado y, desde entonces, se ha recorrido un camino largo. Pero, a pesar de que se han dado avances, la región aún presenta muchos problemas.

Así lo demuestra el nuevo estudio del Progreso Social de las Mujeres en América Latina, desarrollado por la Dra. Camelia Ilie, Decana de INCAE y Chair del Centro de Liderazgo Colaborativo y de la Mujer; Jaime García, Investigador Senior del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de INCAE; y el Dr. Guillermo Cardoza, Profesor Pleno de INCAE.

Principales problemas

1. Mala calificación: en acceso a Educación Superior la región obtiene 48 puntos de 100 posibles. Esta calificación se obtuvo al medir la calidad de las instituciones universitarias, el porcentaje de población con educación superior y los años promedio de educación de las mujeres.

En América Latina, solo el 13% de las mujeres tiene educación superior; mientras que en Europa y Estados Unidos la cifra sube a 23%.  En ese punto es necesario cuestionarse: ¿cuánto se está dejando de producir porque las habilidades de las mujeres no se están sumando a la fuerza laboral?

Al tener menos mujeres no se está aprovechando todo el talento disponible ni las habilidades blandas que ellas aportan. Al mejorar los porcentajes, ellas pueden acceder a mejores sueldos y puestos de trabajo, mejorando su economía personal y familiar.

2. Retos tecnológicos: no solo se deben saturar las aulas con carreras como Psicología y Derecho, también hay que enfocarse en carreras como Ingeniería y Negocios. De la totalidad de mujeres que se encuentran estudiando en la universidad, solo el 5% estudia Ingeniería; mientras que, de la totalidad de los hombres, casi un 20% cursan esa carrera.

3. Desigualdad de oportunidades: además, una tercera parte de las mujeres encuestadas declara no tener las mismas oportunidades que los hombres para acceder a ese tipo de carreras.

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 Para Alberto Trejos, Decano de INCAE, una de las mayores dificultades es el aspecto cultural. Considera que la sociedad está empujando a las mujeres que sí tienen acceso a la educación, a no estudiar carreras en Ciencia y Tecnología, pues en estas áreas son susceptibles a experimentar mayor discriminación y se les ha hecho creer que no tienen la capacidad de desenvolverse en ellas.

4. Desconocimiento de la ley: existen leyes y apoyos para que las mujeres incursionen en otras profesiones; sin embargo, prevalece el desconocimiento. Sin esa información las mujeres no pueden aprovechar los recursos disponibles para alcanzar su máximo potencial.

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 Reducir la brecha

Temas como la discriminación, la maternidad y la poca flexibilidad laboral hacen que las mujeres decidan no continuar con estudios de maestrías y doctorado luego de su graduación. Definitivamente se necesitan tratar los problemas, no solo desde el ámbito educativo, sino también laboral, social y cultural.

Las universidades tienen la responsabilidad de generar oportunidades para que más mujeres se integren a las aulas y de educar a los estudiantes sobre la importancia de generar mayor participación femenina.

Parte de esta responsabilidad también recae en las mujeres; en la percepción sobre sus propios límites y su audacia para combatir el status quo. Estas generaciones necesitan más “Eloisas”, “Gabrielas” y “Litas”, dispuestas a cambiar la mentalidad, reducir la brecha de género y a construir una sociedad más inclusiva.

Fuente noticia: https://www.larepublica.net/noticia/cuatro-desafios-de-la-educacion-superior-en-latinoamerica

Fuente imagen: http://revistafal.com/wp-content/uploads/203-educación-lozano-FOTO-01-Archivo.jpg

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