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Colombia: Tres increíbles experiencias de profesores que usan tecnología en el aula

América del sur/Colombia/23 Mayo 2019/Fuente: Semana

Ser un profesor innovador en tecnología en Colombia no es cosa fácil. La conectividad y el acceso a dispositivos en las escuelas sigue siendo bajísimo. Solo el 47% de los estudiantes colombianos tiene conexión a Internet en su colegio y, en promedio, hay un computador por cada siete estudiantes.

Sin embargo, algunos profesores innovadores se la rebuscan invirtiendo su propio dinero, creando gafas de realidad virtual y prototipos de ingeniería de materiales reciclables y diferentes tipos de estrategias encaminadas a incentivar el conocimiento tecnológico.

El uso de tecnología no solo será fundamental en la vida laboral y universitaria de los jóvenes, sino que ayuda a motivarlos con el aprendizaje, con el desarrollo de sus competencias socioemocionales y su proyecto de vida.

SEMANA Educación quiso resaltar las historias de tres maestros que usan la tecnología de forma creativa para potenciar el aprendizaje de sus alumnos y que participaron este año, por sus pedagogías disruptivas, en el evento Microsoft Education Exchange en París.

Hernán López
Viajar por Skype

Cuando este profesor de Ciencias Sociales llegó al colegio Marsella, en la localidad de Kennedy, en Bogotá, empezó a pensar cómo superar los retos que veía: los estudiantes no estaban motivados con las clases, no les interesaba la historia y ‘capaban’ mucha clase.

Hace dos años, tuvo la idea de contactar por medio de Skype a otros docentes de otra parte del mundo. Pensó que sí debía enseñar política internacional, qué mejor que de las bocas de quienes la viven.

“Yo quería que mis estudiantes supieran qué es que lo que está pasando en la crisis política de Nicaragua, así que me contacté a través de Twitter con un periodista de Managua, y él les explicó desde su celular qué estaba pasando. Les mostraba cuál era las calles donde habían sido las protestas”, cuenta el profesor.

Una vez nos comunicamos con un profesor en el Cairo, y él les mostró las pirámides, entró, les hizo el recorrido por la ciudad. Y a la siguiente clase, cuando les digo que vamos a ver el Islam, pues el tema se ve solo, porque ellos ya quieren saber qué fue lo que vieron, por qué había personas con hiyab y comprender cómo es que otras personas viven en otras partes del mundo”.

Cuando estaban aprendiendo sobre dictaduras en América Latina, hablaron con una representante de las Madres de la Plaza de Mayo. La entrevistaron y conocieron su experiencia de primera mano.

Otra modalidad del proyecto es Mystery Skype, un juego en el que deben adivinar en qué país está el profesor con el que están haciendo la videollamada: “una vez adivinan, hacen un intercambio cultural. Acá les hacemos una presentación a la otra clase, cuáles son las costumbres acá de Colombia y la otra clase les enseña a los chicos qué se come allá, cómo se viste, etc.”, cuenta.

Hoy sus estudiantes se han contactado con más de 30 países, calcula López. “Se han dado cuenta que los derechos que ellos tienen como ciudadanos y que dan por sentados, en otros países hay quienes no los tienen. Y que a pesar de las dificultades que tenemos como país, tenemos democracia. Eso saca a mis estudiantes de Kennedy para estar en una esfera mundial, donde los derechos son una cosa muy frágil que hay que hacer lo posible por conservarlos”, concluye López.

Involuntariamente, también han aprendido inglés, al esforzarse a hablar con otros estudiantes y profesores por las videollamadas. “Al principio yo les traducía todo, porque el nivel de inglés no era tan bueno. Pero he visto que los estudiantes cada vez más se animan a hablar ellos”

Entre 2017 y 2018 la pérdida de la asignatura se redujo el 60% gracias al proyecto. Principalmente, porque mejoró drásticamente las asistencia a clase. Como los estudiantes no saben cuándo habrá una videollamada, procuran ir siempre.

Pero el logro más grande, en opinión del profesor, es que el proyecto les ha “abierto el mundo”.

Por ejemplo, han contactado egresados del colegio que hoy viven en Europa, y les demuestran que estudiando y trabajando duro pueden viajar a cualquier parte del mundo, a pesar de las limitadas condiciones socioeconómicas de muchos. Ahora, el profesor ve en ellos deseos de explorar, viajar, salir del país.

“Muchos puede que no estudien nada relacionado con las ciencias sociales, pero más allá de los conocimientos que desarrollan lo que están aprendiendo son habilidades para la vida: el liderazgo, el pensamiento crítico, la ciudadanía global, la conexión tecnológica. Y esas cosas les va a servir para cualquier cosa en que se desempeñen en la vida”, dice.

John Cifuentes
Enseñar con el juego

John Cifuentes enseña Lenguaje en colegio Diego Echavarría Misas, en Itagüí, pero siempre le gustaron los juegos y la computación. Por eso tuvo la idea de hacer su clase más interactiva y atractiva para los estudiantes mediante la gamificación.

Probó con varias aplicaciones para llevar al salón de clase, como Hazoot o Class Craft, pero finalmente se terminó decidiendo por Minecraft.

En este juego, las personas pueden moverse en un mundo digital y construir prácticamente cualquier cosa. El profesor se inventó un mapa educativo en el que los estudiantes se conectan e investigan temas de la clase de Español.

Por ejemplo, cuando estaban estudiando literatura de la Edad Media, diseñó un mapa medieval que los estudiantes recorren y encuentran textos alusivos a la malla de lectura. “El estudiante debía ir buscando casa por casa, hablando con los personajes y estos le iban dando información de los escritores que estábamos trabajando”, explica. También les pone pruebas, donde el estudiante avanza en un laberinto y debe responder bien preguntas de clase para encontrar la salida.

En el mundo, cada vez son más los profesores que usan las posibilidades educativas de este juego -Hidekazu Shoto, uno de los 10 finalistas del Global Teacher Prize, la usa para enseñar inglés-. “Minecraft muchas veces se usa para áreas como las ciencias exactas, pocas veces se usa para las humanidades”, dice Cifuentes.

Gracias a esto, sus estudiantes mejoraron en promedio 60% en las pruebas de Lenguaje. La lectura literal pasó de 25,5 a 95 puntos, la inferencial de 28 a 84 y las competencias de lectura de 26,8 al 88.

“Mi sueño es que la plataforma se pueda convertir un día en una Escuela de Minecraft, donde el estudiante, desde cualquier lugar del mundo, pueda ingresar desde su casa, conectarse con otros jóvenes y quiera aprender, no solamente de Español, sino sobre cualquier área”, comenta.

Camilo Andrés Cardona
Tecnología en el resguardo

El profesor Cardona desarrolló Proyectivida en la institución educativa El Águila, en Belalcazar, Caldas, donde la mayoría de la población es de origen indígena Embera Chami. La idea del docente era apoyar el proyecto de vida de los estudiantes, teniendo la tecnología como vehículo.

Al principio buscó desarrollar junto con los alumnos unas gafas de realidad virtual con materiales reciclables para que los muchachos pudieran imaginar cómo eran sus sueños profesionales.

“Tenía un estudiante que quería ser astronauta entonces podían ver viajes al espacio en 3D. Otro quería ser médico y podía recrear una cirugía”, cuenta Andrés Cardona.

“Ellos no veían para qué ir a la escuela. Por eso nació el proyecto, para aumentar su motivación y ayudarlos en su proyecto de vida”, dice. Con su proyecto, hoy se redujo la deserción en un 50%.

Por otro lado, los resultados de las pruebas Saber 11 mejoraron, y, el año pasado, fueron los mejores del municipio. Un logro no menor si se tiene en cuenta que compiten con otras escuelas donde el español es la lengua materna.

“Logran manejar bien la tecnología en medio del resguardo. Uno cree que para trabajar en tecnología debe tener muchas herramientas para desarrollar e innovar. Pero esto prueba que lo que tenemos lo podemos aprovechar y optimizar lo que tenemos. Hemos logrado mucho con recursos escasos”, explica el profesor.

Imagen tomada de: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/5/15/615437_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/como-usar-la-tecnologia-en-el-aula/615443

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Entrevista a Óscar González: “Hay padres que pueden pensar que sus hijos son adictos a internet, pero no se miran a sí mismos”

Entrevista/16 Mayo 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

Óscar González es un maestro preocupado por el uso de las tecnologías y las redes sociales que hacen niños y niñas. Por eso ha dedicado buena parte de su tiempo a ayudar a las familias para que puedan enfrentarse a ellas.

Óscar González se ha convertido en uno de los grandes difusores educativos de España. Desde el aula de primaria de un centro valenciano que nunca ha dejado pese a los siete libros que lleva publicados y todas sus otras ocupaciones —conferenciante, asesor educativo y director de la Escuela de Padres con talento y Educar con talento—, González se dedica a la pedagogía social, a ayudar a las familias a educar a sus hijos a partir de toda la experiencia acumulada en 19 años como maestro. Su último libro, Tus hijos y las nuevas tecnologías (Amat Editorial) está concebido a modo de guía práctica para ofrecer soluciones a familias en cómo afrontar la aproximación (o uso) de sus hijos a móviles, tablets, internet, etc. Su recomendación general: información, comunicación y control. No espiar, controlar.

¿Por qué has decidido escribir un libro sobre tecnología ahora?

En las escuelas de padres el tema de las tecnologías es recurrente y, aunque hay mucha información, hay mucha desinformación. Así que pensamos en trasladar lo que hacemos en las escuelas de padres al papel. El origen del libro no es tanto mi interés sino la necesidad de las familias, que me lo han pedido. He intentado que fuera un libro sencillo, con ideas prácticas y, sobre todo, dividido por tramos de edades, porque las necesidades no son las mismas para un peque de dos años que para un adolescente de 14 ni para las familias las soluciones que tenemos que aplicar son las mismas.

Tú trabajas mucho con padres. ¿Cuáles son sus preocupaciones con estos temas?

Los padres nos preocupamos sobre todo porque los hijos tengan acceso a contenidos inapropiados. A veces es porque los buscan, pero a veces los encuentran. También que puedan sufrir cyberbullying. Además está el miedo a que entren en contacto con alguna persona que les puede hacer daño, el grooming (acoso sexual en la red). Otra preocupación básica es el tiempo, aunque a veces esa preocupación no se da como tal. Hay familias que pueden pensar que sus hijos son adictos a internet, pero no se miran a sí mismos y ven que están haciendo un uso excesivo, y hay que buscar dónde está la línea entre el uso y el abuso o adicción.

La adicción, supongo que es una de las principales preocupaciones. El libro, aparte de estar escrito a modo de manual, contiene citas de informes, datos contrastados que demuestran que esto no es una preocupación abstracta, que tiene una base detrás. ¿Qué consecuencias tiene para los chicos estar enganchados al móvil?

Muchas. Por ejemplo, el sueño. Está demostrado que los niños que utilizan en exceso el móvil y lo hacen hasta tarde se están quitando horas de sueño, no van a rendir lo que deberían. Ese uso excesivo también suele conllevar que hacen varias tareas a la vez, como usar el móvil, estudiar, escuchar música… Y está demostrado que no estamos capacitados para hacer tantas cosas a la vez. Tenemos que concentrarnos. Si estamos con la multitarea reducimos la productividad. Cuando has alcanzado el pico de concentración y abres la red social, aunque sean dos segundos, luego te va a costar 15-20 minutos recuperar ese pico de concentración. Aparte, muchos niños prefieren estar con el teléfono a salir a hacer deporte o a la calle. Son tres pinceladas de las posibles consecuencias que puede tener ese abuso del móvil.

Abro un paréntesis y dejo de lado a los chicos por un segundo. ¿Esto de la concentración afecta también a los adultos?

Claro. Estás trabajando con el ordenador y te salta una notificación de Facebook y ya la has liado. Solo con la notificación ya pierdes la concentración. Si lo abres, estás perdido. Pero esa pérdida de atención la sufrimos todos y creo que es uno problema de la sociedad. Por eso creo que están tan de moda el mindfullness, el yoga, la meditación… para recuperar la capacidad de centrarnos en el mundo presente, que cuando estamos hiperconectados no estamos en el momento presente, al contrario. Uno de los grandes peligros de la tecnología es el miedo que tienen los chavales de perderse algo el tiempo que no están conectados. “¿Y si han publicado algo en Facebook y no lo he leído?”. Nos pasa mucho en vacaciones, que enseguida preguntan los chavales si donde vas hay wifi. Pero también los adultos, es algo que tenemos que trabajarnos como sociedad.

Cuestiones prácticas: ¿Cómo recomiendas a una familia que afronte la compra y uso del primer móvil de un hijo?

Antes de plantearnos la compra no me centraría tanto en la edad, aunque sea importante. Lo retrasaría al máximo, 14 mejor que 12 y 16 mejor que 14. Pero hay que centrarse en las características del niño, su madurez. Lo más importante es el papel que vamos a adoptar como padres a la hora de comprar el móvil. ¿Vamos a supervisar, controlar, estar al tanto de lo que hace con el móvil? Sí, adelante, nos planteamos la compra. Si el papel va a ser darle el móvil y olvidarse, ni te lo plantees. Da igual que tenga 12, 14 o 16. En el momento en el que no hay control surgen los problemas. Además, el niño debe entender que cuando le compramos el móvil lo hacemos con una serie de condiciones. Por eso es tan importante que podamos firmar un contrato con condiciones, hay muchos por las redes, uno de la Policía incluso. Se ponen una serie de condiciones, como que si no se cumple lo acordado inmediatamente el móvil se retira. Eso lo tienen que saber previamente, porque después es más difícil quitárselo una vez comprado y hecho el mal uso. Pero si le hemos advertido antes él va a valorar que eso es así y no se sorprenderá tanto.

Dentro de ese seguimiento recomiendo que se ponga alguna aplicación de control parental. Yo recomiendo Custodio, no por hacer publicidad, sino porque es la que uso yo. La herramienta nos ayudará a controlar, que no espiar, a nuestro hijo. Si entra en webs inadecuadas se pueden bloquear, nos dice el tiempo que ha estado utilizando el móvil y haciendo qué, etc. Esto es importante tenerlo claro, porque cuando compramos el móvil una de las condiciones es que se va a instalar el control parental. No para espiarle, sino porque no queremos que accedan a ciertos sitios. Es mejor explicarle esto y que sea consciente de que tiene el control parental activado a que lo instalemos sin decirle nada y luego vayamos a decirle que ha estado entrando en tales webs. Se sentirá espiado y se perderá confianza, que es la base de todo, junto a la comunicación. Para llegar aquí necesitamos un trabajo de comunicación, porque hablamos de tecnología, pero creo que debemos hablar de educación, que es la base.

Ya que hablamos de educación, ¿cómo aborda la escuela la ‘educación tecnológica’?

Es una asignatura pendiente aún. Debemos ponernos las pilas y desde la escuela deberíamos impulsar esta educación tecnológica más y darle más importancia. No en todas las familias se le está ofreciendo a los chavales esa formación tecnológica, esas herramientas, y nosotros deberíamos compensarlo de alguna manera. Cuando dices que sería interesante incorporar otra asignatura para hablar de esto la gente piensa, “otra asignatura”. Creo que no debería ser evaluable, simplemente formativa y en la que se puedan aplicar estas estrategias de primera mano. Saber cuáles son los peligros, los problemas en los que se pueden meter solo por compartir una imagen que no deben. Alguien debe darles esta formación y la escuela puede ser el sitio, pero para eso deberíamos formarnos los profesores. Se está haciendo un buen trabajo desde la Policía, que vienen a dar charlas. Pero es una cosa puntual, vienen un día, que está muy bien porque el alumnado se acuerda mucho, pero ya. Y eso con el tiempo se diluye, no es lo mismo que trabajarlo a diario en una asignatura y que veamos casos reales. Que aquello que han visto en las noticias es cierto y que tiene unas repercusiones y unas consecuencias, porque nos quedamos con el titular, pero luego no vemos que el chico que compartió esa fotografía ha tenido problemas. Hay que ponerles en la realidad y qué mejor que la escuela para hacerlo. Y, sobre todo, en la etapa primaria. En secundaria te van a decir que qué les estás contando, pero en primaria, que hay más receptividad. En 3º y 4º de primaria tienen unas edades muy buenas para empezar a explicar ciertas cosas.

No sé hasta dónde conoces los planes de formación de los maestros, pero me pregunto si la hay.

Desconozco un poco, sé que se trabaja la presencia en redes sociales, pero no sé hasta qué punto se ofrece esa formación dirigida al alumnado. No creo, ysería interesante. Y no solo en las facultades, también en los centros de formación continua del profesorado. La solución que muchas consejerías de Educación han dado, como por ejemplo en Valencia, ha sido cortar las redes sociales. En esas edades los niños no deben estar en las redes, no tienen la edad legal. Pero la solución no es prohibir o cortar. La solución es educar, explicarles primero que no tienen acceso porque no tienen la edad legal para acceder a las redes, esto es importante. Y que los padres lo tengan bien presente, porque muchos desconocen muchas redes sociales como Instagram, etc. No saben qué es. Y que desconozcas que tu hija de nueve años está colgando fotografías en Instagram es un problema.

¿Hay mucha brecha digital entre padres e hijos?

Creo que la hay, pero como padres tenemos una responsabilidad y debemos reducirla. Nunca vamos a manejar los móviles como ellos en cuanto a habilidad. Pero en cuanto a conocimientos depende del tiempo que inviertas. Si dedico tiempo a formarme y prepararme lo haré funcionar tanto o más que un niño, por supuesto. Pero entran nuestras excusas, tipo “no tengo tiempo, mi hijo lo hace mejor”. Todas las excusas que solemos poner no son más que eso, excusas. Ahí creo que nos equivocamos mucho. Les ganamos en algo que no tienen, experiencia, y por mucho que ellos crean que saben manejar, son muy vulnerables y se pueden meter en problemas por ese desconocimiento nuestro y por no haberles dado formación. Ahí tenemos mucho que hacer y hay trabajo para reducir.

¿Cuál es su postura respecto al móvil en clase?

Creo que no estaría mal siempre y cuando sepamos hacer un buen uso del mismo. ¿Para qué vamos a usar el móvil en clase? Por ejemplo, para grabar y editar vídeos. Fantástico. Pero para eso hay que explicar bien las normas de uso del móvil en el centro, que no serán las mismas que en casa aunque sean parecidas. Te la pueden liar. Pueden hacer una foto o grabar a un niño, y tal y como está la ley de protección de datos podemos tener un problema. El uso debe ser didáctico, pedagógico y educativo, no para entrar en las redes o atender llamadas. Si la finalidad es educativa, puede ser una herramienta. La tecnología no es buena ni mala, es una herramienta y depende del uso que le demos. Si es educativo y provechoso, aprenderán que, además de los usos que ellos le dan fuera de la escuela, tienen esa herramienta para hacer otras muchas cosas que no son conscientes que pueden hacer, para formarse, etc. Pero no como sustituto de nada, sino como un complemento. Que estamos entrando en un ambiente de tecnología donde parece que si no es tecnológico no es innovador y ahí nos equivocamos, hay que buscar un equilibrio.

¿Nos hemos olvidado un poco de la televisión, con tanta atención a móviles y tablets?

Muchísimo. Lo que ocurre es que las teles ya no son teles. Son smart TVs y ahí tienes la opción de ver la televisión a la carta cuando quieras. Ahí tenemos que entender que con estas cosas no estamos fomentando la paciencia. Antes tenías que esperar a que lo emitieran, ahora no. Eso es una cosa más, como Spotify o YouTube. Están acostumbrados a ver un vídeo, si no les gusta cambian en un minuto a otro. Y les está llevando a no saber esperar. Un ejemplo muy sencillo son las fotos. Antes se revelaban y había que esperar. Pero sí, la televisión es un elemento central, que está ahí, a veces de fondo, impidiendo la comunicación en familia.

Imagen y fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/16/hay-padres-que-pueden-pensar-que-sus-hijos-son-adictos-a-internet-pero-no-se-miran-a-si-mismos/

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China: La escuela que vigila a sus alumnos al estilo de ‘1984’

Asia/China/09 Mayo 2019/Fuente: Gestión

En una escuela de la metrópolis china de Hangzhou la pesadilla sobre la que escribió George Orwell se ha hecho realidad: la inteligencia artificial y el reconocimiento facial son usados como instrumentos de control.

En China no se toman la educación a juego. La escuela secundaria número 11 de Hangzhou tiene un sistema bastante peculiar, y hasta ‘orwelliano’ para vigilar a sus alumnos.

El colegio tiene cámaras con inteligencia artificial y tecnología de reconocimiento facial para rastrear los movimientos y preferencias de sus estudiantes.

Para el director, Zhang Guanchao, el recinto funciona como ejemplo para ser la escuela inteligente del futuro. Los padres no están 100% de acuerdo.

Vamos con lo más sorprendente. El centro educativo instaló cámaras en las aulas que detectan si el alumno está distraído o aburrido. Esto fue demasiado para los padres y los medios. Las cámaras ahora están apagadas.

Pero el resto permanece encendido. Por ejemplo, para ingresar a la escuela, los alumnos deben mostrar su rostro a un software que les permite la entrada. De esta manera, los profesores pueden saber quién llega tarde con solo presionar un botón en su teléfono.

Incluso, este software, unido a otras cámaras, permite observar si los estudiantes regresan a hora al colegio, pues es un internado.

Además, se utiliza el reconocimiento facial para ordenar la comida en la cafetería o pedir un libro. La excusa es conocer la preferencia de los alumnos.

Fuente: https://gestion.pe/mundo/internacional/china-escuela-vigila-alumnos-estilo-1984-nndc-266076

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Cinco tecnologías educativas en «El dato, más allá de la Educación»

España / 5 de mayo de 2019 / Autor: Asociación Educación Abierta / Fuente: EA

Durante la jornada «El dato, más allá de la Educación», celebrada en la sede de la Fundación Botín en Madrid, los asistentes tuvimos la ocasión de escuchar de primera mano cinco propuestas de tecnologías educativas presentadas por sus creadores. Estas cinco presentaciones, que compartimos a continuación, sirvieron de introducción y de inspiración para el posterior debate en formato World Café distribuido en seis mesas temáticas en las que se abordaron algunos de los temas más controvertidos en torno a la relación entre la tecnología y la educación.

A2O de Santillana

Se trata de un producto, desarrollado por Santillana, que se basa en un sistema de aprendizaje adaptativo, a través de la tecnología de los datos para construir itinerarios de aprendizaje personalizados en tiempo real.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IteNlearning

Machine learning VS Student learning. Aprender sobre tecnología, con tecnología y gracias a la tecnología, a través de la tecnología de datos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Didactalia

Didactalia, plataforma de aprendizaje ubicuo basada en la web semántica, es una colección de contenidos digitales creados por profesores e instituciones educativas. Además, generan sus propios contenidos y juegos para aprender de manera individual o colectiva.

 

 

 

 

 

 

 

Odilo

Motivar y fomentar la lectura de a través de itinerarios lectores, escritura creativa, lectura inmersiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

Steam School in a box

La robótica y la programación al alcance de todos. El proyecto «Carrera tecnológica escolar» quiere convertir la robótica y la programación en una asignatura de primera categoría.

 

 

 

 

 

 

 

 

Este post es consecuencia de las reflexiones y preguntas surgidas en la jornada «El dato, más allá de la Educación». Fue el primer encuentro organizado por la Asociación Educación Abierta en el marco del proceso «Todos Educamos».

 

Fuente: 

Cinco tecnologías educativas en «Más datos, menos educación»

ove/mahv

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Jordi Adell: “Los países asiáticos que salen tan bien en PISA son un auténtico infierno para los niños”

España / 5 de mayo de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Yo Soy Tu Profe

Desde Castellón, entrevistamos a Jordi Adell @jordi_a, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y profesor de la Universitat Jaume I. Este docente, especializado en tecnologías educativas, viene siendo de esos que nos invitan a reflexionar sobre nuestro ser en el mundo.

En esta larga charla pudimos hablar sobre muchos temas, algunos quedándose fuera del tintero. Una gran experiencia de aprendizaje sobre las tecnologías, la formación del profesorado, las competencias digitales o su visión sobre la educación.

Si es un placer escucharle y ver como posee el don de, con una simple pregunta, dar una clase magistral y unir una idea con otra manteniendo el argumento, esta entrevista puede ser un pequeño resumen de lo que da de sí algo menos de una hora tomando apuntes.

P. Para llegar a ser maestro hay que estudiar una carrera, para ser profesor hay que hacer carrera y máster. Sin embargo, ¿cómo se llega a ser docente universitario?

R. Con mucha suerte. Es una carrera un poco rara. No se exige una formación didáctica. Se empieza con buen expediente, con publicaciones, proyectos, etc. Con suerter se consigue una beca para hacer la tesis, luego, en concurso público, una plaza de ayudante doctor y tras varios años ya puedes optar a ser contratado doctor o profesor titular. Pero no hay unos estudios específicos. No se exigen capacidades docentes o formación didáctica.

P. Claro, pero matiza este camino para la universidad pública. En la universidad privada no ocurre lo mismo. ¿Se ha liberalizado el sector?

R. Bueno, lo podríamos llamar más que liberalización, privatización. No existen garantías. En las universidades privadas se trabaja en unas condiciones lamentables. Se paga muy mal, sobre todo en la formación online. Por otra parte, estas universidades tampoco se caracterizan por ser de calidad en investigación. Realmente, apenas tienen. No quiero ser muy duro, pero al final acaban siendo “chiringuitos.”

P. Pero, sabe que las universidades públicas tampoco se libran de esto. ¿Hay falta de transparencia en ellas?

R. Sí, absolutamente. Hace falta transparencia en los procedimientos. Es curioso porque están sometidas a un reglamentismo que a veces puede llegar a sacarte de quicio. Puede llegar a paralizar muchos procedimientos necesarios. Y luego, existe una falta de transparencia que ha provocado muchos “chiringuitos” en universidades públicas. Y creo que no hace falta citar nombres.

Por ejemplo, si queremos sacar una titulación nueva necesitamos dos años para la aprobación de la ANECA. Luego nos piden que estemos atentos a las demandas de la sociedad, es algo inviable.

“La palabra innovación empieza a no significar nada hoy en día”

P. Cambiando un poco de vertiente. En las últimas décadas se han aprobado sucesivos planes y políticas educativas para integrar las TIC en los centros de enseñanza. ¿Por qué no se ha alcanzado el impacto esperado?

R. Yo creo que no se ha alcanzado el impacto esperado en ningún lugar del mundo, no solo en nuestro país. Tal vez las expectativas eran muy altas. Las iniciativas “top-down” (arriba-abajo) en muchas ocasiones son recibidas por buena parte del profesorado con desconfianza. Ocurre lo mismo en otros sectores. Existe cierta desconfianza, falta de medios, falta de tiempo para realizar la formación requerida. También es cierto que parte, no todo, del profesorado, percibe como las autoridades no se acaban de creer lo de las nuevas tecnologías.

Parece más que los proyectos revolucionarios son estrategias de marketing para mostrar lo modernos que somos de cara a las familias, futuros votantes.

Al final, parte de los proyectos con TIC no han tenido continuidad o se truncaron. Un ejemplo es el de Escuela 2.0, llegó la crisis y se acabó el dinero. Llegó el PP y se acabó el proyecto.

P. Entonces, ¿la falta de continuidad puede ser uno de los principales motivos para que los proyectos no lleguen a madurar?

R. Sí, la falta de continuidad y la falta de apoyo a los y las docentes innovadores. Aunque la palabra innovación hay que explicarla, porque, hoy en día, empieza a no significar nada.

Falta una política decidida de apoyo a los docentes que sí que creen en estos proyectos. Existe el “café para todos” o la ausencia de “café para todos.” En muchas ocasiones, las políticas desconocen las necesidades de los docentes y se dejan llevar por modas de “palabros raros”. Están diseñadas dejándose llevar por “gurús educativos” que se ponen de moda. Existe una pseudoinnovación que responde más a intereses de empresas tecnológicas que a la realidad.

Y otro de los factores es la falta de apoyo a los centros y a sus proyectos innovadores. Lo cierto es que no se ha avanzado mucho para que los centros cambien metodologías o incorporen las tecnologías en las aulas. Estamos en un momento de eufemismo innovador. Cuando uno lee proyectos de BYOD (“Bring Your Own Device” o  “Trae tu propio dispositivo”), en el fondo estamos en proyectos de traer tu propio ordenador porque la Administración no tiene dinero para comprarlos. Luego ya veremos qué hacemos con él. También se ha apostado demasiado en dispositivos y poco en la formación del profesorado. No ha habido reformas con especial énfasis en la metodología didáctica.

Finalmente, una de las mayores carencias es la falta de evaluaciones de estas políticas que se han realizado. Se terminan los planes y no se analizan las razones y los resultados obtenidos. No existen proyectos de evaluación y análisis en estos planes y esto supone su falta de continuidad.

“Hace falta plantillas estables y equipos directivos favorables a la innovación.”

P. Antes apuntaba al centro como agentes del cambio. Entonces, ¿son los centros los agentes del cambio y no los docentes como se suele apuntar?

R. Yo creo que son los centros. Los docentes están en centros, si las condiciones no son favorables, la innovación no es viable. La actuación de los docentes es contextual, se toman decisiones dentro de un marco. Nos podemos encontrar maestros y maestras aislados que son innovadores, pero acaban quemándose o su impacto se limita a su aula  ya pocos compañeros. Nos encontramos ahora con centros realmente innovadores.

Dentro de la enseñanza pública hay factores que hacen que esto sea difícil. Si un centro cambia un porcentaje muy alto de su plantilla cada año complica mucho la continuidad de los proyectos. Hacen falta plantillas estables y equipos directivos favorables a la innovación.

El currículum tampoco es flexible. Esto impide que se puedan integrar nuevos factores. Lo que termina ocurriendo es que, dado que tenemos un régimen de evaluación, muchos docentes acaban enseñando para que sus alumnos y alumnas aprueben los exámenes.

P. Entonces, ¿es independiente el nivel de competencia digital que puedan tener los docentes?

R. El problema de la competencia digital es que se entiende como un conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas que tiene un docente y que lleva allá donde va. Yo creo que la competencia digital se materializa de facto en la agencia del docente, en la capacidad de poner en funcionamiento sus habilidades. Cosa que depende del contexto. Yo he conocido maestros que durante un tiempo eran los más innovadores del mundo y que, tras cambiarse de centro, no han podido hacer casi nada en este sentido durante años. Si no existen los elementos necesarios, no se desarrollan. ¿Ha perdido su competencia digital? No. ¿Evalúan los marcos vigentes el contexto? No.

“Hasta que la clase media no vuelva a confiar en la enseñanza pública difícilmente la pública levantará cabeza.”

P. En ese sentido, entiende que los contextos, de algún modo, ¿promueven la desigualdad a la hora de integrar las TIC?

R. Absolutamente. En los centros con falta de recursos, muchas veces, aunque se haga el esfuerzo por parte de las familias para comprar los dispositivos, como puede ser una tablet, pueden también carecer de conocimientos, del capital cultural, para que estos dispositivos sirvan para aprender. Por ello, al final esa tablet acaba siendo utilizada para cualquier otra cosa, incluso para apostar por Internet. La primera brecha digital es el acceso, la segunda es la falta de conocimientos y actitudes para saber aprovechar la tecnología.

Si te encuentras con escuelas donde el absentismo es muy alto, es injusto que te midan con la misma vara de medir que con una concertada o con un centro de un barrio rico.

Supuestamente existe igualdad de oportunidades y eso es falso. En este país, parte de lo que detectan los informes internacionales es que el sistema de escolarización en la pública y en la privada es de calidad y de resultados. Pero luego, cuando ves los informes de las ONG te das cuenta que el asunto de las concertadas es una trampa. Se paga con dinero de todos y, por otra parte, se les saca dinero a las familias con unas cuotas supuestamente voluntarias. Somos una anomalía en Europa. Solo se debe financiar públicamente los centros necesarios para escolarizar a la población, no un sistema segregador y de clase como el que tenemos.

Hasta que la clase media no vuelva a confiar en la enseñanza pública difícilmente la pública levantará cabeza.

P. Volviendo a la competencia ya que ha citado a los marcos de la competencia digital, ¿crees que es necesario evaluarla?

R. Necesitamos desarrollarla. Pero no sé si eso se consigue evaluándola o certificándola. No quiero ser agresivo, pero con tanta evaluación y niveles esto se consigue una competencia digital “de titulitis”. Cuando uno ve las definiciones realizados por parte de, por ejemplo, el INTEF, inspirado en el JRC de Sevilla, uno se da cuenta que lo que hacen es definir algo que haga fácil su evaluación. Por ejemplo, definiendo niveles y subniveles basados en la taxonomía de Bloom, un esquema muy antiguo.

Si me preguntas, ¿una persona que está certificada y ha pasado todos los niveles es capaz de ejecutar un proyecto? Te diría que no tengo ni idea. La competencia que ellos definen no habla de eso. Habla de cosas discretas que juntas se supone que forma la competencia digital.

La última definición de la Unión Europea de competencia digital, la de 2018, va mucho más allá de lo que hizo el JRC o el INTEF. No es que me guste demasiado. En relacion a la competencia digital docente, junto a Linda Castañeda y a Francesc Esteve hemos publicado algunos artículos que reivindican una competencia más holística y menos atomística y discreta.

P. Sí, los he leído. En esos artículos señalan el carácter utilitarista o instrumentalista de la competencia digital y cuestionan la falta de perspectiva social. ¿Por qué ocurre esto?

R. Ocurre porque estamos aún muy centrados en los “cacharros”. La gente que está detrás de estas fórmulas entienden que las tecnologías son instrumentos o herramientas que una persona utiliza para hacer una tarea concreta y que no tiene ninguna otra implicación. Creo que deberíamos comprender la relación del ser humano con la tecnología. Es bastante más compleja que “simples herramientas”.

Los jóvenes de hoy en día utilizan los móviles desde que son muy pequeños. Esto cambia su manera de entender el mundo. Las redes sociales, los dispositivos en general, construyen nuestra identidad día a día. El concepto, por ejemplo, de privacidad ha cambiado radicadamente. La noción de cómo somos o qué somos en el mundo ha cambiado. La visión instrumental y neutra de la tecnología de “yo la dejo cuando quiera” debe cambiar. Cuando usamos tecnología, la definimos y ella nos define a nosotros. En resumidas cuentas, lo que quiero decir es que la visión que hay de las tecnologías detrás de las competencias digitales es bastante inocente. Podría decir incluso que “inocentona.” La relación que mantenemos con la tecnología es bastante compleja. Los recientes informes sobre cómo Facebook ha colaborado en manipular a la opinión pública en las últimas elecciones estad0unidenses o el referéndum del Brexit en el Reino Unido debería hacernos pensar sobre qué tipo de ciudadanía contribuyen a crear los gigantes de Silicon Valley y cómo debemos definir la “competencia digital” en la educación de nuestros jóvenes.

“Ser buen ciudadano implica conocer la tecnología y utilizarla para cambiar el mundo con valores como la justicia y la solidaridad”

P. En este sentido, volviendo a la perspectiva social, ¿crees que faltan referentes críticos en el mundo educativo?

R. Sí, faltan referentes pedagógicos críticos y pensamiento crítico en general. La competencia digital que define el JRC es la del ciudadano. Y me pregunto, ¿qué tipo de ciudadano? Poruqe hay varios tipos. El ciudadano participativo es el modelo de la calle del medio. El modelo más neoliberal es el modelo responsable de sus actos e individualista. Y el modelo más crítico, más progresista, es el ciudadano comprometido con la transformación de la sociedad, comprometido con valores como la justicia y la solidaridad. Uno no es buen ciudadano por ser participativo, utilizar la tecnología para participar no nos hace buenos ciudadanos. Ser buen ciudadano, desde mi perspectiva, implica conocer el impacto real de la tecnología y utilizarla para cambiar el mundo.

Este último modelo no los encontramos en los marcos de evaluación de las competencias digitales. Se puede ser muy innovador, por ejemplo, para irnos al infierno. Se puede ser muy innovador para terminar de cargarnos el planeta. Debemos replantearnos seriamente nuestra relación con la tecnología. Nuestro “consumo” de tecnología es insostenible y estúpido. ¿Cómo se produce, qué conflictos políticos hay detrás de los materiales necesarios para producir nuestros dispositivos? En el otro extremo del ciclo de vida de la tecnología, deberíamos preocuparnos por lo qué ocurre con los desechos.  Nuestro modelo tecnológico se basa en la obsolescencia programada, usar y tirar y no para ser reutilizados. Por ejemplo, la media en la que cambiamos de móvil es de unos 18 meses. ¿Realmente es esto necesario?

Ya hay organismos internacionales como las Naciones Unidas que mantienen abiertamente que esto es insostenible.

P. Para terminar con una pequeña reflexión. Si tuvieses que imaginar una pequeña utopía, ¿cómo le gustaría que fuese la educación?

R. Una educación no pensada para competir, ni para ser más competitivos internacionalmente, ni pensada para fabricar el homo economicus. No quiero una educación que se base en el mito del esfuerzo, donde impera la ideología neoliberal que hace que todo sea una carrera. El gran mal de la humanidad, tanto en la economía, como en las familias, como en las escuelas. Todo se ha convertido en mercados y en competición, en un reduccionismo que empobrece al ser humano.

Me encantaría que las familias no llevaran a sus hijos a las escuelas para que sean competitivos, insolidarios y triunfadores. No me gusta una escuela privada financiada con fondos públicos que escoge a sus alumnos en función nivel económico. No me gusta que las familias lleven a sus hijos a las escuelas en función de sus compañeros de pupitre.

Me gustaría una escuela fuera un remanso de paz, un tiempo de tranquilidad, de exploración, sin demasiadas presiones, sin demasiados exámenes decisivos y ansiedad por el futuro. Aquellas en las que, por ejemplo, un “error” a los siete años no te condicione el resto de tu vida. Y con error me refiero a no aprovechar ese año, a tener una mala época o estar enfermo. La escuela debería formar personas justas, solidarias y comprometidas con el bien común.

La escuela no debería ser una carrera de ratas. Lo siento mucho, pero esos países asiáticos que en PISA “salen” tan bien son un auténtico infierno para los niños y las niñas. Son auténticos centros de tortura, donde se compite todo el tiempo bajo una presión desorbitada.

Fuente de la Entrevista:

Jordi Adell: “Los países asiáticos que salen tan bien en PISA son un auténtico infierno para los niños”

ove/mahv

 

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 5 de mayo de 2019: hora tras hora (24×24)

5 de mayo de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 5 de mayo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Carlinhos Brown: «América Latina necesita un movimiento de educación»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308231

01:00:00 – Educación publica – Cortometraje de animación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308235

02:00:00 – Tulio Ramírez: “Hay un incremento de ausentismo docente en el país”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308241

03:00:00 – Cómo perder el miedo a las matemáticas a través de las redes sociales

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308256

04:00:00 – México: ¿Qué tan importante es el libro de texto gratuito en las escuelas? Esto dicen los maestros

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308244

05:00:00 – Como ser un buen docente y no morir en el intento

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308238

06:00:00 – Libro: La educación en Panamá : panorama histórico y antología (PDF’s)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308486

07:00:00 – Para salir del pantano

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308469

08:00:00 – Libro: Ser nahua, ser docente, ser migrante (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308489

09:00:00 – La crisis de la educación pública latinoamericana en el marco del capitalismo (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308247

10:00:00 – Libro: La Psicología en la Educación. Experiencias Educativas y Comunitarias (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308492

11:00:00 – La posta en la educación no se está cumpliendo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308476

12:00:00 – Autonomía de universidades de Latinoamérica y el Caribe bajo franco ataque

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308274

13:00:00 – Entrevista al autor de la serie Héctor Lozano: repitió de año dos veces pero creó a Merlí, el profesor más famoso de la televisión de hoy

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308259

14:00:00 – Apuestan Ecuador y Cuba a producción audiovisual educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308472

15:00:00 – 12 razones por las que destacamos hoy el trabajo de los profesores

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308271

16:00:00 – Inédito estudio chileno muestra cómo la práctica musical mejora tu atención

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308279

17:00:00 – Jordi Adell: “Los países asiáticos que salen tan bien en PISA son un auténtico infierno para los niños”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308265

18:00:00 – México: Invitan a participar en la educación basada en Inteligencia Artificial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308262

19:00:00 – Cinco tecnologías educativas en «El dato, más allá de la Educación»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308268

20:00:00 – Puerto Rico: Opiniones mixtas sobre nuevo modelo universitario

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308253

21:00:00 – Virginia Mórtola: «No se puede obligar a los niños a leer» (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308479

22:00:00 – Honduras: CN elimina el decreto que pretendía transformar el sistema de educación y salud l Día político

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308250

23:00:00 – Educación en la Mira: Mesa de análisis 28042019 (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308482

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Australia: Endless fights over money don’t improve education results

One of the few things both sides agree on in this election campaign is that we must get education right. A highly educated and well-trained workforce is our best insurance that all the benefits that digital disruption brings don’t come at the cost of many people unable to find decent jobs.

As a rich nation, our workers are highly paid. That’s not bad, it’s good. But it does mean we have to ensure our workers continue being equipped with the knowledge and skills that make their labour valuable – to local employers and to the purchasers of the goods and services we export.

One thing it doesn’t mean is that all our youngsters should go to university. There will be plenty of well-paid, safe, interesting jobs for the less academically inclined, provided they’re equipped with the valuable technical and caring skills provided by a healthy vocational education and training sector.

A top-notch technical education system will also be key to achieving something we’ve long just rabbited on about: lifelong learning. Being able to update your skills for your occupation’s latest digital whiz-bangery, or quickly acquire different skills for a job in a new industry with better prospects than the one that just ejected you.

But while we’re emphasising education’s instrumental importance to maintaining our material standard of living, we should never lose sight of its intrinsic value to our spiritual living standard. Education for its own sake. Because it satisfies humans’ insatiable curiosity about the world – even the universe – we live in.

We need to get education and training right at every level, from childcare (these days renamed ECEC – “early childhood education and care”), preschool, primary and secondary school, vocational education and training, and university.

To me, our greater understanding of the way tiny brains develop combines with common sense to say that, in our efforts to get every level of education up to scratch, we should start at the bottom and work up.

The better-equipped kids are when they progress from one stage to the next, the easier it is for that next stage to ensure they thrive rather than fall behind.

On childcare, the Coalition did a good job of rationalising the feds’ two conflicting childcare subsidies, but Labor is promising a lot more money for childcare, including phasing in much better pay for (mainly female) better-educated childcare workers.

The Coalition has achieved universal preschool for four-year-olds and, in the budget, extended that funding for a further two years. Labor has topped that, promising permanent funding arrangements and extension of the scheme to three-year-olds, as most other rich countries do.

Let’s be frank: because Labor plans to increase, rather than cut, the tax on high income-earners, it has a lot more money to spend on all levels of education (plus a lot of other areas).

It’s certainly promising to spend more on schools. The Coalition’s great achievement has been to introduce its own, better and somewhat cheaper version of businessman David Gonski’s needs-based funding of schools – which it immediately marred by doing a special deal with Catholic schools. Labor’s promising to return to its earlier Gonski funding levels (but, hopefully, not to its earlier commitment that no rich school would lose a dollar).

It’s often claimed we spend a lot on schools relative to other countries, but the Grattan Institute’s schools expert, Dr Peter Goss, says that, when you allow for our younger population, only the Netherlands and the United States spend less than we do among nine other comparable rich countries.

International testing shows our 15-year-olds’ scores for maths, science and reading are each below the average for those countries. On maths, our score of 524 in 2003 had dropped to 494 by 2015.

For science, our gap between the top and bottom students – a measure of fairness – is wider than for the others, bar Canada, South Korea, Japan and even Britain.

Which demolishes the claim that we’re pouring more money into schools but getting worse results. What’s true is that our spending is below average and our results are also below average – and getting worse.

So, do we need to spend a lot more? No, not a lot more now we’ve gone a long way towards redistributing funding favour of needy (mainly public) schools full of kids with low income, low educated parents.

The feds and, more particularly, the states have more to do to re-align funding between advantaged non-government schools and their own disadvantaged public schools.

Once disadvantaged schools are getting their full whack of needs-based funding, however, we can end the eternal shootfight over money and move to the more important issue of ensuring the money’s better spent.

Much can be done to help teachers move to more effective ways of teaching, making schools less like a production line and giving more attention to individuals, many of whom have trouble keeping up, while some are insufficiently challenged.

But, Goss says, this is mainly a job for the state governments, and the feds should avoid trying to backseat drive. The feds would help more by obliging the universities to do a much better job of selecting and preparing future teachers.

Ross Gittins is the Herald’s economics editor.

Fuente de la información: https://www.smh.com.au/business/the-economy/endless-fights-over-money-don-t-improve-education-results-20190430-p51ihz.html

 

 

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